Maldonado

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SEMINARIO
“Cien años de esquizofrenia”
Estela Maldonado
Desde 1980 la psiquiatría, en especial la psiquiatría de los Estados Unidos
representada en los creadores de los diferentes DSM, abandona la clasificación clásica
para dar cuenta de los llamados “trastornos mentales” y los coloca como perturbaciones,
desórdenes, alteraciones, que remiten a una psicología perimida: la de la voluntad, la
memoria, la atención, el afecto, el rendimiento intelectual. La versión que nos llega de
esta modalidad clasificatoria mantiene sin embargo una categoría cuyo invento data de
principios del siglo XX: la esquizofrenia.
En el año 2004 los japoneses iniciaron una campaña – al estilo de la
protagonizada por los movimientos gays, lesbianos y transexuales – para borrar de la
nosología psiquiátrica este diagnóstico estigmatizante. Reemplazaron esquizofrenia con
una nueva nominación: trastorno de integración.1
El departamento de psiquiatría de la Universidad de Manchester critica el
diagnóstico esquizofrenia y considera que no hay bases argumentales para sostenerlo.
El psicoanálisis no se ha pronunciado sobre este punto. Sin embargo el término
está presente desde los trabajos de Freud o sustituído por otros que remiten a los
mismos síntomas: demencia precoz, hebefrenia, catatonía, autismo.
El término es inventado por Bleuler en 1908 y dado a conocer en 1911 en su libro
sobre el tema. Se reconoce allí la influencia freudiana, así como la de Jung y Abraham.
Su texto, Demencia precoz o grupo de las esquizofrenias es el modo de agrupar un
conjunto de pacientes que padecen síntomas de los que la nominación de Kraepelin no
termina de dar cuenta. Freud, sin embargo, preferirá mantener el término kraepeliniano
de demencia precoz. El argumento es fuerte y articulado a su elaboración doctrinaria:
los suizos no aceptan su concepto de libido sexual y por lo tanto su propuesta de una
sexualidad que rebasa los límites de la genitalidad.
“Trastorno narcisista” – una de las nominaciones del DSM4 - recoge en cierto
modo el efecto que tiene en Freud su ruptura con Bleuler y con Jung. Tres años después
de la publicación del texto sobre Demencia precoz, comienza su elaboración
metapsicológica e intenta dar cuenta del yo en la Introducción al narcisismo. Yo y
libido ocupan el centro de la preocupación freudiana y en su modo de abordarlos no
admitirá una terapéutica para las psicosis: en esa entidad clínica la transferencia es
imposible.
Sin embargo, en escritos posteriores: los referidos a la segunda tópica, La
negación, La escisión del yo en el proceso defensivo, Inhibición, síntoma y angustia,
deja cuñas abiertas para que sus discípulos, sus lectores, retomen el interés por la
1
Cfr: http// www.news.bbc.co.uk/1/he/helth/default/stm
psicosis. Melanie Klein será una de ellos. Analizante de Abraham y Ferenczi, los textos
de éstos y los de Freud le abren el camino para ocuparse de los niños, y en especial de
aquellos perturbados en “integrar”. En el campo abierto por Freud, intentando fidelidad,
trata de precisar las nociones de yo, de objeto, de relaciones libidinales.
En una cierta contemporaneidad con ella, Lacan comienza el abandono de la
psiquiatría con su tesis: De la psicosis paranoica en su relación con la personalidad.
Allí, y como lector de Freud, escribirá que el narcisismo [el de Freud] es “una terra
incognita”. Enunciado fuerte que lo conduce a sus propias elaboraciones. De la primera,
El estadio del espejo, tendremos una versión en el texto sobre La familia y los
complejos familiares. Veremos entonces cómo sus ideas están tejidas con las de
Melanie Klein. Ella y sus textos son su herramienta y con ella y hasta bien avanzada su
enseñanza construirá su propia teoría.
La trama de la psicosis esquizofrénica en el psicoanálisis merece ser destejida,
analizada, interrogada en sus diferentes puntos y para ello es necesario revisar los
productos de los diferentes protagonistas. Bleuler lo dice con claridad: "Quienquiera
que no se tome el trabajo de seguir de cerca el pensamiento del autor, pronto llegará a
entender un término específico en un sentido distinto del que el autor propone y de ese
modo desarrollará una visión equivocada del asunto básico." 2
En este seminario haremos el recorrido por la historia y por los textos tratando de
responder a la pregunta de Jaspers: “¿Para qué puede servir un diagnóstico si no permite
decir ni de qué sufre el enfermo, ni cual es su estado presente, ni cuál será su devenir, ni
qué tratamiento requiere?”3
La bibliografía es extensa. Para un primer encuentro propongo la lectura de los primeros
textos freudianos sobre la histeria y detenerse en particular en el historial de Dora.
Revisar las intervenciones de Freud, en especial el modo en que trata de dar cuenta de los
síntomas y su manejo de la transferencia.
Dos libros pueden dar un contexto histórico: El poder psiquiátrico de Michel Foucault,
FCE, BsAs, 2003 y El verdadero Charcot, de Michel Gauchet y Gladys Swan, Nueva
visión, Buenos Aires, 1997. Un trabajo que publiqué en Me cayó el veinte: Freud con
Breuer, forma parte de esta suerte de prehistoria del problema de la histeria. Toda
ocurrencia de lectura será bienvenida para la discusión.
El seminario se llevará a cabo en el aula de los SRT. Dirección: Rivera Indarte 170. 1º
piso los días: 23 de abril; 28 de mayo; 25 de junio; 27 de agosto; 24 de setiembre; 22 de
octubre y 26 de noviembre; en el horario de 20 a 21.30hs. El costo para pagar gastos será
de $10 por reunión.
2
Bleuler, Eugen: Dementia Praecox o Groupe des schizophrénies, EPEL, GREC, Francia 1993,
p.37
3
Jaspers, Karl: Psychopatologie général, citado por B. Rancher, G. Zimra, J.-P. Rondepierre, A.
Viallard en Prefacio, Dementia Praecox…, op.cit., p.15
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