RESOLUCION Nº 290/99 En Buenos Aires, a los 21 días del mes de diciembre de mil novecientos noventa y nueve, sesionando en la Sala de Plenario del Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación, con la Presidencia del Dr. Bindo B. Caviglione Fraga, los señores consejeros presentes, VISTO: El expediente 413/99, caratulado “Querequeta Marta Edith c/ titular del Juzgado Crim. y Correcc. Fed. Nº 10 Dr. Literas”, del que RESULTA: I. En su presentación de fs. 75/85, la Dra. Marta Edith Querequeta denuncia al Dr. Gustavo Adolfo Literas por “haber cooperado para el ocultamiento de crímenes de extrema gravedad institucional denunciados por [ella] en causa de su competencia -la mayoría de lesa humanidad y de acción continuada-”. II. En el mismo acto la interesada recusa al Dr. Julio S. Nazareno, al Dr. Melchor Cruchaga, a los “restantes señores (d)iputados que integran la Comisión de Acusación” (fs. 75 vta.), y a los “señores (a)bogados que integran la misma Comisión, si tienen parte en la dirigencia del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal” (fs. 75 vta.). III. La Dra. Querequeta señala, además, que los hechos -de carácter subversivo que comprometen el orden constitucional, la paz interna y la seguridad de la Nación- que habría denunciado el 30 de septiembre de 1996 ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal Nº10, a cargo del Dr. Literas, no fueron debidamente investigados. Las imputaciones se vinculan con los atentados a la Embajada de Israel y a la sede de la A.M.I.A. y se refieren concretamente a la tenencia dentro de explosivo la que embajada sería mencionada utilizado con de material fines sintético terroristas. Ese material se almacenaría, según la denunciante, en el Templo Mormón de Puente 13 (Autopista General Ricchieri, ciudad Güemes, partido de La Matanza, Provincia de Buenos Aires), e ingresaría al país por el Aeropuerto de Ezeiza. Su destinatario sería la Corporación Mormona, bajo el nombre “Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días” (fs. 75 vta.). De acuerdo con los dichos de la denunciante, el Dr. Belluscio respondería a las órdenes de la corporación mencionada. IV. En las denuncias que oportunamente habría formulado la Dra. Querequeta, y que -en su opinión- no fueron adecuadamente esclarecidas, se encontrarían involucrados la totalidad de los Ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, como así también los Dres. Carlos Corach, Roque Fernández, Domingo Cavallo, Raúl Alfonsín, Rodolfo Terragno, Fernando De la Rúa, Rodolfo Barra, Eduardo Duhalde, Melchor Cruchaga, Diego May Zubiría, y algunos jueces de la Capital Federal -entre ellos el Dr. Juan José Galeano-, otros políticos y legisladores. La denunciante acompaña copias de los escritos con los que se iniciaron los respectivos expedientes, y atento al hecho de que el Consejo es presidido por el Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Dr. Julio S. Nazareno, acompaña también copia del pedido de formación de “expediente autónomo de juicio político” que afirma haber radicado el 17 de marzo de 1998 ante la Comisión de Juicio Político de la H. Cámara de Diputados expediente P-48. de la Denuncia, Nación, a su y vez, que la tramitaría como participación de legisladores en la obstrucción del trámite de los expedientes P-274, P-619, y P-47/48/49/50/51 y 52. Como base de su presentación, la Dra. Querequeta sostiene que sus denuncias no fueron debidamente investigadas en virtud de la presión ejercida por el Dr. Belluscio sobre los magistrados que tuvieron a su cargo los respectivos procesos penales. CONSIDERANDO: 1º) Que las facultades disciplinarias de este Consejo, al igual que antes las de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, se limitan a lo estrictamente administrativo y su ejercicio no indirectamente, puede en la importar intervenir, competencia directa jurisdiccional de o un tribunal. En otros términos, las sanciones disciplinarias tienen por objeto que el Consejo “logre disciplina en el cumplimiento de reglas ordenatorias para la administración del universo de conflictos, no para la decisión de un conflicto determinado ni, consecuentemente, para imprimir una determinada línea a los actos procesales” (Aída Kemmelmajer de Carlucci, El Poder Judicial en la Reforma Constitucional, pág. 275). En este sentido, se ha sostenido que existe responsabilidad administrativa cuando media inobservancia de los deberes inherentes a la calidad de magistrado, ejercicio impropio de las funciones judiciales, descuido voluntario, falta de asiduidad en el cumplimiento o actos que perjudiquen el servicio público. De modo que “responsabilidad administrativa” y “responsabilidad disciplinaria" son sinónimos (Miguel S. Marienhoff, Tratado de Derecho Administrativo, T. III, ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1994, pág. 369). Por el contrario, todo lo relativo a la interpretación y aplicación de normas jurídicas en un caso concreto es resorte exclusivo del juez de la causa, extremos que no pueden ser invocados sin el inevitable riesgo de afectar la dignidad y la jerarquía de los magistrados de la Nación. 2º) Que en consecuencia y de conformidad con lo previsto en el artículo 5 del Reglamento de Informaciones Sumarias y Sumarios Administrativos para el Juzgamiento de las Faltas Disciplinarias de los Magistrados del Poder Judicial de la Nación, debe desestimarse in limine la denuncia formulada a fs. 75/85. En efecto, los dichos de la denunciante carecen absolutamente del mínimo de seriedad, fundamentación y autosuficiencia que debe revestir todo planteo referido a la actuación presuntamente irregular de un magistrado. Si bien en su extensa presentación la Dra. Marta Edith Querequeta denuncia la existencia de una “pluralidad de hechos criminales de carácter subversivo que comprometen (...) el orden constitucional, la paz interna y la seguridad de la Nación” y de “crímenes de lesa humanidad (...) encubiertos por los mismos jueces (...) que [tienen] el deber de investigarlos” (ver fs. 1/vta., anexo I), esas imputaciones que involucran a diversos magistrados del Poder Judicial de la Nación, a miembros del Poder Ejecutivo Nacional, del Poder Legislativo y del Ministerio Público, fueron desestimadas por el Dr. Gustavo Literas por “inexistencia de delito”. En consecuencia, no puede en modo alguno admitirse que, por la vía de una denuncia de la índole de la examinada en el presente expediente, se limite la plena libertad de deliberación y decisión de la que deben gozar los jueces en los casos sometidos a su conocimiento. Ese proceder importaría, en definitiva, atentar contra el principio de independencia del Poder Judicial que es uno de los pilares básicos de nuestra organización institucional (Fallos 305:113 y 1751). La soberanía de los jueces en el proceso debe ser cuidadosamente resguardada, precisamente en protección de los justiciables, pues “el ejercicio imparcial de la administración de justicia es un elemento indispensable de la defensa en juicio” (Germán Bidart Campos, Tratado elemental de Derecho Constitucional Argentino, T. II, ed. Ediar, Buenos Aires, 1988, pág. 319). Por ello, SE RESUELVE: 1º) Desestimar in limine la denuncia formulada por la Dra. Marta Edith Querequeta contra el titular del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 10, Dr. Gustavo Literas, por resultar manifiestamente improcedente (artículo 5 del Reglamento de Informaciones Sumarias y Sumarios Administrativos para el Juzgamiento de las Faltas Disciplinarias de los Magistrados del Poder Judicial de la Nación). 2º) Notificar a la denunciante y al magistrado denunciado y archivar las actuaciones. Regístrese. Firmado por ante mí, que doy fe. Fdo.: Augusto J. M. Alasino - Ricardo A. Branda - Bindo B. Caviglione Fraga - María Lelia Chaya - Javier E. Fernández Moores - Angel F. Garrote - Juan C. Gemignani- Margarita A. Gudiño de Argüelles - Claudio M. Kiper - Eduardo D. E. Orio Miguel A. Pichetto - Humberto Quiroga Lavié - José A. Romero Feris - Santiago H. Corcuera (Secretario General)