Centro de Investigación y Estudios de la Música Artículo de la Directora Dra. María Antonieta Lozano [email protected] SIETE MANERAS DE EQUIVOCARSE MENOS Hace años, antes de que el compositor Víctor Rasgado regresara de su enriquecedor y voluntario destierro por tierras extranjeras para reintegrarse como maestro a su hogar musical, los estudiantes de composición de entonces, mostraban su interés por implementar dentro del CIEM un taller de composición que permitiera a los estudiantes reunirse de manera sistemática para escuchar, analizar, comparar y criticar las obras que ellos creaban. En ese tiempo, tal idea resultaba absolutamente impracticable. La carencia de docentes con estudios suficientes de música y pedagogía, no auguraba éxito alguno en la dirección de un taller de creación musical. Un buen día mis alumnos supieron de una persona de origen eslavo que ofrecía clases en su taller de composición. Entusiasmados por tal www.ciem.edu.mx México 2012. descubrimiento fueron al encuentro de sus compañeros y después de haberlos aturdido con una glorificada letanía de las virtudes del profesor, y de la exposición de un kilométrico currículo como arreglista, compositor, jinglero, incidentalista y demás derivados del manejo de los recursos composicionales, decidieron entrevistarse con el profesor a fin de conocerlo personalmente. Después de la visita domiciliaria, todos se mostraban convencidos de que sin tardanza podrían tener en el CIEM el taller de análisis y composición de música contemporánea. Pronto, me vi rodeada de peticiones y premuras para establecer contacto con el profesor, a quien nombraremos como R. R recibía en su domicilio a un número respetable de jóvenes interesados en el estudio de la composición, ahí recibían orientaciones a cambio de una cantidad también respetable de dólares. Desde el momento en que mis estudiantes conocieron a R en su casataller, mi oficina se vio invadida por una turba de jóvenes insistentes en arreglar una entrevista entre R y yo. Pasados unos incómodos meses entre la presión de mis alumnos y la cautela que me acompañó durante ese período, realizamos una reunión para estudiar, entre todos, los beneficios que pudieran resultar del trabajo de R como docente. Traer a la escuela a un individuo del cual no conocía más que las impresiones que había causado en un montón de muchachos llenos de pasión por la música me causaba gran desazón, sin embargo llegamos al acuerdo de proponer a R la creación del taller, y trabajar con él un cuatrimestre, cuyos resultados determinarían su posible contratación. Al día siguiente pedí a un estudiante el número telefónico de R y me dispuse a llamarlo para concertar una cita y llevar a cabo la tan esperada entrevista. Tomé el auricular del teléfono y cuando estaba por marcar el primer número, una hermosa mujer de unos 40 años de edad, ataviada con un vestido floreado y llevando un bolso de mano colgado del hombro, se dejó ver a través de la puerta de cristal de mi oficina y, con una sonrisa me pidió permiso para entrar, al mismo tiempo que daba vuelta a la manija y sin más, me saludó alegremente sin importarle que yo estuviera con el auricular del teléfono pegado a la oreja. Perdón- dijo- tengo un poco de prisa y sólo quiero saber si es posible que a mi edad estudie aquÌ la carrera de composición. Hago www.ciem.edu.mx México 2012. música desde hace tres años. Estudio en un taller de composición, pero quisiera profundizar. Yo había colgado el teléfono y observaba a esa persona que pedía informes para ingresar a la escuela, y que resultaba ajena a la comunidad estudiantil. Pensé: Esta mujer estudia y crea música desde hace tres años. Debe saber música teórica, armonía, análisis y contrapunto, debe conocer los estilos académicos y populares. Quizá entienda de instrumentación y orquestación. Propuse a la dama la realización de un examen de ubicación, pero ella se negó, su interés era iniciar. Le aclaré que eso significaba empezar por la notación musical. - Yo no sé las notas y quiero aprender a leerlas- me dijo. Esa respuesta fue para mÌ como una revelación. No preguntarle el nombre de su maestro. tuve que Estudia Ud. con R desde hace tres años pero no conoce Ud. ni el nombre de las notas?- Le dije. - Para eso vengo aquí. ¿Cómo sabe Ud. el nombre de mi maestro? Cuando ella salió de mi oficina, yo le di las gracias y después convoqué a una junta con mis estudiantes. Desde entonces, cuando mis estudiantes van becados al extranjero y me preguntan cómo encontrar al maestro de música que garantice su crecimiento, yo les digo: 1.No busques al maestro; 2.Busca a sus alumnos y ex alumnos; 3.Cuántos son, dónde están; 4. Cuánto tiempo estudiaron con él ; 5. Los premios ganados en concursos ; 6. Las becas de estudio y residencias artísticas obtenidas; y www.ciem.edu.mx México 2012. 7. El nivel de vida obtenido con lo que estudiaron con ese maestro. Es esa la única medida que existe para valorar a los maestros y a las escuelas. Hablar de docentes en música, conduce indefectiblemente a las peligrosas zonas de lo insólito. Dra. H.C. Ma. Antonieta Lozano Noviembre 2008 www.ciem.edu.mx México 2012.