el derecho a usar corbata

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Centro de Investigación y Estudios de la Música
Artículo de la Directora
Dra. María Antonieta Lozano
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HISTORIAS DE DILETANCIA
EL DERECHO A USAR CORBATA
No me gustan las corbatas.
Son algo así como el señuelo que permite localizar, sin demasiada
dificultad, al hombre serio, formal y próspero con el cual se puede
dialogar y llegar a acuerdos productivos, tal vez es un abogado exitoso
propietario de un elegante bufete, o un ingeniero civil; tal vez es un
famoso neurólogo con su consultorio y su sala de espera llena de gente
que espera esperanzada o desesperada, el alivio a su mal; tal vez es un
hombre, joven o no, que se ostenta como maestro de música y para
comprobarlo, hace una presentación en video en el que aparecen grupos
de jóvenes caminando al ritmo de un tamborcillo, o dispuestos en
círculo repitiendo los aplausos de la persona que dirige el juego. Fuera
del círculo está el maestro, mostrando su satisfacción balanceándose
sobre sus pies, lleva sus lentes de arillo dorado dulcificándole la mirada,
su sonrisa paternal recorre a los integrantes del grupo, lleva un saco
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sobre la camisa azul y … no podía faltar ¡la corbata! ¿roja? Por
supuesto, es importante hacerla notar.
Ahí está el video, ante varias personas invitadas y posibles
compradores. En tal video se muestra la manera de dar una clase de
música. Sólo hay que comprar el material, los libros de texto y tomar un
curso de 16 horas en un mes, 4 horas cada fin de semana, los sábados,
para mayor facilidad. ¿Se requiere experiencia? ¿Saber música, por
ejemplo? ¿saber de pedagogía? No, no es necesario, basta con comprar
los textos, el material que consiste en canciones y pagar las 16 horas del
curso. La preparación es costosa, eso es verdad, pero la erogación es
rápidamente recuperable. Tampoco se puede pasar por alto que esa
persona que vende un método tan caro, además de portar corbata, lleva
un apellido difícil de recordar y de pronunciar, él es extranjero, y eso es
una garantía de calidad, al decir de los no enterados de cuestiones
culturales y pedagógicas. Desde luego que, para tener éxito en esta
labor educativa, será necesario que los niños mexicanos aprendan las
canciones que cantan los niños en Noruega, en Alemania, y en otros
países europeos. ¡Caramba! El método de este señor sí que tiene que ser
de lo mejor.
El señor de apellido difícil, vendió sus textos, su material, impartió
varias veces los cursos y desapareció con todo y su corbata. A muchos
nos dejó un recuerdo agrio, y al país un montón de aficionados que
creyéndose profesionales imparten certeras vacunas contra el estudio de
la música a quienes tienen la desgracia de caer en sus manos.
Tengo conmigo los textos, cuyo nombre del autor me reservo, con los
que se pretende lograr la formación de maestros. Ninguno de esos
textos aborda las características de la música que dificultan su
enseñanza y su aprendizaje; ninguno de ellos se ocupa de las
características de los niños y jóvenes a quienes se dirige su enseñanza.
No se encuentra en parte alguna de los textos ni una sola referencia a
los objetivos pedagógicos que supuestamente deben anteceder a la
creación de un sistema de enseñanza.
En cuanto al uso del lenguaje técnico utilizado para nombrar los valores
de la duración de los sonidos, los textos son una enciclopedia de
desaciertos didácticos, cuyo uso es más propio de un comerciante que
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lucra con la venta de un producto sin importar la calidad, que de un
maestro preocupado por la formación de sus discípulos.
También tengo conmigo el material con las canciones y las dinámicas
de clase. Los cantos están basados en series de 3as. menores
descendentes (G – E) a las que se van agregando intervalos de 2as.
mayores hasta alcanzar la escala pentáfona. Los valores utilizados no
son mas que cuartos y octavos, y las líneas melódicas están construidas
con formas básicas. Pero estos materiales y su aplicación a la enseñanza
con dinámicas musicales para los niños, fueron hechas por el músico
alemán Carl Orff, quien realizó, entre 1924 y 1935, un trabajo notable
en la creación de orquestas y coros de niños entre los 5 y los 9 años de
edad.
Carl Orff trabajó con niños toda su vida. La base de su metodología son
las palabras de los idiomas alemán e inglés para la determinación del
ritmo, y la 3ra. menor descendente para los diseños melódicos, este es
un intervalo que se emite de manera natural en cualquier idioma.
Busqué en vano, en los materiales musicales del método en venta, el
nombre del músico alemán, verdadero creador de las dinámicas y los
cantos. Tal vez la razón de la omisión fue que Carl Orff no
acostumbraba a usar corbata, al menos no cuando se encontraba dando
clases, ensayando con la orquesta o participando del trabajo escénico.
DRA. MA. ANTONIETA LOZANO
Octubre de 2010
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