Dr. Armando De Uña Flores México, D.F. Actualidades en retinoblastoma El retinoblastoma fue descrito por primera vez por Pieter Pauw, anatomista del siglo XVI y Virchow postuló su origen glial (1). Ahora se sabe que es el tumor primario intraocular con alto grado de malignidad más frecuente en la infancia, con origen en células neurales primitivas de la retina, destinadas a transformarse en fotorreceptores (2). El retinoblastoma corresponde al 11% de todos los cánceres en el primer año de vida (3). El pronóstico vital y visual ha mejorado en los últimos años gracias a la detección precoz y a un adecuado tratamiento, es la curación y supervivencia actual a 5 años, en los tumores limitados al globo ocular del 90 % en los países desarrollados (4)(6). En los países subdesarrollados la mortalidad permanece alta debido a que el diagnóstico es tardío, la supervivencia llego incluso solamente al 56 % en 30 meses en países de África. En México, el retinoblastoma representa 4.3% de los cánceres en niños, constituye la segunda neoplasia más común en menores de 1 año de edad y la tercera en los de 1 a 4 años. (7). Su distribución es mundial y aunque puede ocurrir en cualquier edad, se presenta con mayor frecuencia en preescolares con 95% de los casos diagnosticados antes de los 5 años de edad (9). El tumor puede se unilateral (75%) o bilateral (25%) y presentarse como un patrón hereditario o esporádico. En los casos unilaterales, la edad promedio en el momento del diagnóstico es de 24 meses, mientras los casos bilaterales son diagnosticados en edades más tempranas en promedio a los 12 meses. Se describen cinco patrones de crecimiento: 1) Endofítico: el crecimiento tumoral es de la retina sensorial hacia el vítreo. Fig. 12.1c.2 2) Exofítico: por crecimiento de la superficie externa de la retina hacia las coroides. Fig. 12.1c.3 3) Mixto: es un patrón de crecimiento endo y exofítico y es más frecuente que cualquiera de los dos patrones solos. Fig. 12.1c.4 4) Difuso: con patrón de crecimiento infiltrante similar a placas gruesas de la retina, usualmente no presenta calcificaciones. 5) Este corresponde a un raro patrón de regresión completa espontánea, que su estadio final es la ptisis bulbi. Las lesiones del retinoblastoma pueden ser sincrónicas, metacrónicas, unifocal o multifocal (20).La enfermedad multifocal es encontrada en el 30% de los casos: lesión ocular unilateral multifocal, lesión ocular bilateral, lesión trilateral (retinoblastoma ocular bilateral o unilateral en adición a pinealoblastoma o TNEP cerebral) y se describe el tetralateral (bilateral con tumor pineal y supraselar). Los retinoblastomas hereditario tienen una incidencia incrementada de un segundo tumor. Existen diferentes tipos de tumores pero el osteosarcoma es el más común. La teoría de Knudson (doble “hit” o doble “golpe”) establece que la primera anormalidad alélica o “hit” es hereditaria, y el segundo “hit” es una mutación somática esporádica. Esta teoría explica las diferencias entre retinoblastoma hereditario y no hereditario. El retinoblastoma se puede extender a través de las diferentes estructuras del ojo. Puede diseminar del nervio óptico al SNC y de la esclera a la órbita. También puede dar metástasis sistémica después de llegar a la circulación coroidea o después de diseminación loco-regional a la órbita y nódulos linfáticos. Aunque las metástasis a distancia, son raras, los sitios usuales son SNC, hueso y médula ósea. Son menos frecuentes a otros órganos como hígado y nódulos linfáticos distantes. (16,19) Cuadro clínico El signo clínico más importante es la leucocoria (70%). Si el tumor se origina en polo posterior, la leucocoria aparece antes que si el tumor se origina en la periferia. Otro signo importante es el estrabismo (20%), el cual se presenta cuando está involucrada el área macular. También pueden observarse fenómenos inflamatorios y glaucoma, ambos secundarios a un tumor que empuja hacia adelante el diafragma cristalino o a células tumorales que azolvan la malla trabecular. Modos de presentación menos frecuentes son la proptosis (secundaria a expansión extraocular), pseudohipopión de células tumorales en la cámara anterior, celulitis orbitaria y metástasis a distancia (10,12). La invasión tumoral y las metástasis representan las causas más comunes de mortalidad (14-15). Diagnóstico por imagen Evaluación por ultrasonido Definen la extensión intraocular de la enfermedad, monitorean la respuesta terapéutica y clarifican las imágenes de TC e IRM. Las ventajas del ultrasonido de órbita son: que no requieren de radiación ionizante, no es doloroso, es versátil, puede ser realizado sin sedación y es más accesible. El retinoblastoma por este método diagnóstico se puede presentar como una lesión de tejidos blandos con grado variable de calcificaciones. La vascularidad indica actividad tumoral. Evaluación por tomografía Los hallazgos que permiten evaluar son: las calcificaciones, contorno de globo ocular, tamaño, así como las dimensiones y densidad del nervio óptico. La apariencia usual es una lesión tumoral calcificada dentro del globo ocular, puede ser de cualquier tamaño con origen en la retina, pero sus bordes pueden estar mal definidos haciendo poco claro su origen retiniano. La calcificación es vista en el 95% de los casos, pueden ser grandes, pequeñas, únicas o múltiples. Usualmente presenta realce tras la administración del contraste. La ventaja de este método es su alta sensibilidad a las calcificaciones; sin embargo, su desventaja es su utilización de radiación ionizante y esto lleva el riesgo de inducir la formación de cataratas. Evaluación por resonancia magnética La RM tiene la ventaja de que no tiene radiación ionizante. La RMN es menos sensible que la TC para calcificaciones. La RM tiene mayor sensibilidad en la evaluación de la extensión a la vía óptica, del espacio subaracnoideo y para la extensión posterior más que para la extensión; la anterior, es particularmente, para las siembras vítreas. El examen debe incluir valoración dedicada a las órbitas así como imágenes del cerebro completo. En las imágenes potenciadas en T1 el tumor es levemente hiperintenso al vítreo ipsilateral. En las imágenes potenciadas en T2 el tumor es comúnmente obscuro comparado con el vítreo. El tumor relaza con el gadolinio intravenoso. La invasión a la vía óptica se demuestra por un relace y un ensanchamiento del nervio. Los implantes vítreos, los cuales raramente exceden de 1 a 2 mm en tamaño, son muy difíciles de diagnosticar (17). Evaluación del PET-CT Actualmente no se ha demostrado un rol del PET en la evaluación o seguimiento del retinoblastoma, sin embargo los estudios preliminares de Mo: ll y cols. han mostrado que el PET permite la detección de nuevos retinoblastomas y que es factible su uso para evaluar la recurrencia en pacientes tratados (24) Tratamiento El tratamiento del retinoblastoma es complejo y depende de la lateralidad, tamaño, localización, número de tumores, presencia de siembras vítreas y signos de invasión extraocular, además el planteamiento debe ser diferente si existe historia familiar de retinoblastoma y de la edad del niño en el momento del diagnóstico, es decir, se debe individualizar en cada caso. El principal objetivo del tratamiento es salvar la vida del paciente y en segundo lugar salvar el ojo o la visión si es posible. Actualmente el tratamiento de retinoblastoma permite que, en estadios iniciales la curación se presente en casi todos los casos, incluso con conservación del ojo afectado. Por el contrario, en estadios avanzados la extirpación del ojo es necesaria. La enucleación está indicada si existe invasión masiva del globo sin posibilidad de visión útil, glaucoma secundario, siembras en pars plana, invasión de la cámara anterior, invasión del nervio óptico radiológico o fallo del tratamiento conservador. El enfoque terapéutico más actual se base en la quimioterapia como tratamiento inicial para reducir el tamaño del tumor y lograr su control final (consolidación) con métodos locales conservadores: fotocoagulación, crioterapia, termoterapia y braquiterapia. La radioterapia externa se indica en tumores mayores de 15 mm de base y 10 mm de altura, tumores múltiples, siembras vítreas extensas y casos de invasión orbitaria o del nervio óptico post-enucleación. La quimioterapia juega un papel muy importante en el tratamiento del retinoblastoma con infiltración del nervio óptico, coroides y órbita, así como cuando hay metástasis. También se utiliza para tratar los retinoblastomas trilaterales, pero a pesar de utilizar pautas muy agresivas el pronóstico es malo. Bibliografía Kivela T, pokunen ML. Pieter Pauw's tumor oculorum: reappraisal of the presumed first description of retinoblastoma in 1597. Arch Ophthalmol. 2003 Jun;121(6):881-6 2. N. Martín1, E. Triviño, MD. Coll, et al. Retinoblastoma. Annals de Oftalmología 2001;9(2):74-92 3. Young JL, Smith MA, Roffers SD, et al. Cancer incidence and survival among children and adolescents: United Stated SEER program 1975-1995. Bethesda, Md: National Institutes of Health, 1999 1. 4. Sanders BM, Draper GJ, Kingston JE. Retinoblastoma in Great Britain 1969-80: incidence, treatment, andsurvival. Br J Ophthalmol 1988;72:57683. 5. Boubacar T, Fousseyni T, Fatou S, et, al. 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