Documento 531061

Anuncio
UNIDAD 3
LECTURA 3
EQUILIBRIOS DE SOLUBILIDAD
Un sistema en el cual los componentes se encuentran en diferentes estados físicos
bien definidos, se define como un sistema heterogéneo, o sea, que los
componentes pueden estar en más de un estado físico.
Un equilibrio en un sistema heterogéneo, por ejemplo, es el que se produce
en una solución saturada con un electrolito muy poco soluble,
estableciéndose el equilibrio entre lo no soluble y lo poco que se solubilizó
del electrolito en forma de iones.
La extensión con que se disuelve un compuesto viene manifestada por el concepto
de solubilidad molar, que es la concentración de soluto disuelto, expresada en
moles por litro, cuando la solución está en equilibrio con soluto sólido.
La solubilidad de un compuesto depende del disolvente y la temperatura, que
deben ser explicitados.
En el proceso de disolución debemos tener en cuenta la naturaleza del soluto:
puede ser iónico, o no iónico, teniendo estructuras cristalinas que se forman y se
mantienen gracias a las fuerzas de atracción intermoleculares.
Para disolver un sólido hay que vencer las fuerzas de atracción que mantienen
unidas a las moléculas en el cristal.
Estas pueden ser puramente electrostáticas, como en un cristal salino, o involucrar
otro tipo de interacciones dipolo-dipolo.
Las fuerzas son vencidas por la acción del disolvente. Se reemplaza la atracción
soluto-soluto y la sustancia se disuelve. Debido a esta competencia entre las
interacciones soluto-soluto y disolvente-soluto, un disolvente únicamente será
efectivo en la disolución de un compuesto si se puede competir con las fuerzas
cristalinas.
Lo que implica que el medio que rodea al disolvente ha de ser similar al
proporcionado por la estructura cristalina para que el disolvente sea efectivo.
Existe una regla empírica que dice: “lo semejante disuelve lo semejante”, o sea que
un disolvente disolverá a aquellas sustancias con las cuales tenga semejanza
química. Aunque esta regla tiene notables excepciones, es una guía aproximada
útil.
Otro aspecto a tener en cuenta en el proceso de disolución es la velocidad de
disolución, es decir, la velocidad con que se establecen las condiciones de
equilibrio.
Esta velocidad depende de muchos factores:
a) la naturaleza del soluto y del solvente
b) la temperatura
c) la velocidad de agitación de la mezcla
El área superficial de la fase sólida (aumenta la velocidad de disolución a medida
que crece el área superficial del sólido (como consecuencia en el laboratorio se
prepararán las soluciones tanto más rápidamente cuanto más finamente dividido
esté el soluto.
(Fuente: Skoog-West-Holler, Química analítica, 6ª edición)
Descargar