Tema 38: El neoclasicismo ARQUITECTURA: JUAN DE VILLANUEVA. ESCULTURA: CANOVA. PINTURA: DAVID. Queremos demostrar en este tema como tras el cansancio y agotamiento de las fórmulas barrocas se produce una vuelta a los ideales clásicos, aunque no es una novedad puesto que a lo largo de la Historia del Arte han sido frecuentes los grandes cambios de ritmo entre lo clásico y lo barroco. Es interesante señalar la función social del nuevo movimiento estético, el Neoclasicismo que se pone al servicio de las clases medias y populares que, tras la Revolución y la caída del Antiguo Régimen, ven en él la derrota de la aristocracia y del gusto barroco. En este contexto de cambios políticos, ideológicos, económicos y sociales, el arte, muy influenciado por la cultura de la Ilustración, quedará paradójicamente, sometido y limitado por el control de la las Academias. Vamos a ejemplarizar en los casos de la arquitectura con Juan de Villanueva, la escultura de Antonio Canova y la pintura de Jacques-Louis David, cuyo compromiso político y propuestas formales y morales le convierten en el mejor representante de los pintores del Neoclasicismo. Juan de Villanueva va encajar a la perfección en el prototipo de arquitecto neoclásico. Se forma en la Academia de San Fernando y viaja a ampliar sus estudios a Roma. Es nombrado arquitecto del monasterio de El Escorial, lo que le lleva a proyectar en 1773 la “Casita de arriba” y la “Casita de abajo” para los hijos de Carlos III, así como la “Casita del príncipe” pensada para el futuro Carlos IV en el Real Sitio del Pardo. Estos encargos le valdrán el favor real y es por ello que será ascendido a la dirección general de la Academia de San Fernando. Este será el momento culminante de su carrera en los que diseñará en Madrid el “Palacio de las Ciencias” (hoy es el museo del Prado), el “Observatorio astronómico” y el hoy desaparecido “Cementerio general del Norte” que fue el rimero en España en responder a las ideas ilustradas de salubridad pública. Antonio Canova es uno de los mayores representantes del neoclasicismo. Rechaza desde un principio la idea de artesano gremial como se demuestra en su obra “Dédalo e Ícaro”. Se inspira en la época clásica tanto en las formas como en los temas, como es el caso de sus esculturas “Teseo y el Minotauro”, “Eros y Psique” ó “Hércules y Licas”. Paralelamente efectúa obras al servicio del Vaticano, Francia ó Inglaterra como los sepulcros de los Papas Clemente XIII y Clemente XIV el retrato de Paulina Bonaparte Borghese (hermana de Napoleón), las “Tres Gracias” que le solicita en Duque de Bedford ó el retrato de George Washington para colocarla en el Parlamento de Estados Unidos. Jacques-Louis David representa al pintor político comprometido con la Revolución Francesa y el Imperio de Napoleón y que no duda en poner su arte al servicio de la propaganda de estos ideales. “El juramento de los horacios” va a convertirse en el manifiesto de la pintura neoclásica europea, representa la promesa de estos hermanos de decidir el futuro de Roma. El cuadro glorifica las virtudes del patriotismo y el sacrificio. En otros cuadros como “La muerte de Sócrates” o “Marat asesinado” representa a los mártires políticos de la Revolución. Caído Robespierre rinde culto a las gloria de Napoleón en el retrato “Napoleón cruzando los Alpes” y en “La coronación de Napoleón en Notre-Dame”.