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Historia del Arte, 2º Bachillerato
Manuel Torres Zapata
I.E.S. Valle del Ambroz
1
NEOCLASICISMO
A mediados del siglo XVIII, los excesos decorativos del Barroco y
del Rococó, van siendo superados y comienzan a surgir nuevos principios
estéticos de la mano del triunfo de la Ilustración y de la filosofía
racionalista. Hay una serie de factores que explican esta vuelta radical a
los modelos clásicos que supone el Neoclasicismo. Se descubren las
ruinas de Pompeya y Herculano, comenzando las primeras excavaciones
arqueológicas sistemáticas. La expansión europea por el Mediterráneo y
por el Oriente Próximo, pone de moda el gusto por las antigüedades,
sobre todo romanas, griegas, pero también egipcias. Además en 1764
Winckelmann publica la primera Historia del Arte, comenzando la
disciplina, desde unos planteamientos completamente academicistas y
considerando que el arte occidental había evolucionado desde el arte
clásico, descartando otros factores y despreciando los momentos en los
arte se alejaba del modelo greco-romano. Grecia es puesta en un pedestal
sagrado, no sólo en el mundo del arte, se mitifica el pasado helénico,
considerándolo una época de perfección cultural y social. Por lo tanto se
desprecia al barroco, un arte pasional, arrebatado, alejado a de la
sobriedad que debe tener cualquier manifestación basada en la Razón. El
arte neoclásico estará siempre excesivamente intelectualizado
y
racionalizado, se crea desde una posición erudita. No podemos olvidar
que estamos en la época de la Ilustración, del pensamiento enciclopédico,
se piensa que la Razón salvará al mundo, y que el hombre progresará si
me mantiene fiel a esos principios.
Los cambios políticos también tienen su trascendencia, el Barroco
había sido el arte de las grandes cortes absolutistas, el arte que habían
empleado los grandes reyes y los papas para demostrar su grandeza y
para presentarse ante sus súbditos en un escenario teatral e impactante.
Por lo tanto no es arte apropiado para las nuevas pretensiones políticas de
la burguesía, ni para los edificios que está necesitará una vez que se haga
con el poder. En 1776 comienza el proceso de independencia de los Estados Unidos, en 1789
comienza la Revolución Francesa, acontecimientos a los que les sigue una oleada revolucionaria por
toda Europa y América. Hacía falta por lo tanto un arte nuevo, racional, neutro, que recordara al
mismo tiempo los tiempos clásicos.
Tenemos una nueva sociedad, fundamentalmente urbana, con unas ciudades completamente
renovadas, a las que acuden grandes cantidades de población para trabajar en las fábricas que la
Revolución Industrial está extendiendo por Gran Bretaña y luego por el resto de Europa.
El arte neoclásico se limita en la mayoría de los casos a una simple repetición de los modelos
clásicos, reproduciendo órdenes y elementos de la tradición, con un afán mimético, que en ocasiones
podemos calificar de arqueológico. En este sentido fueron
fundamentales las reproducciones y los grabados que de las
ruinas romanas y griegas se difundían por toda Europa, la
aparición de gabinetes de antigüedades, la labor de eruditos,
e incluso de los viajeros que recorrían Italia buscando los
restos de ese pasado glorioso. Fue en la segunda mitad del
siglo XVIII cuando comenzó lo que posteriormente será el
turismo de masas, nobles y burgueses acomodados
recorrían las ciudades de Italia, contribuyendo aun más a la
mitificación del pasado clásico.
Las autoridades contribuyeron definitivamente al
triunfo del modelo neoclásico con la creación de Academias
de Bellas Artes, cuyo principal objetivo era la formación de
artistas en las principales disciplinas siguiendo un modelo
estético muy rígido, basado lógicamente en el arte romano y
clásico, comprendido de forma rígida y limitada. Esta
formación académica de casi todos los pintores y escultures
se mantendrá durante mucho tiempo, y será el principal elemento a derribar en la lucha de los
artistas de vanguardia por crear nuevas formas de expresión a partir de las últimas décadas del siglo
XIX
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1-. ARQUITECTURA NEOCLÁSICA.
El Neoclásico tuvo su epicentro
en Francia, cuna además de la nueva
filosofía y estética ilustrada; además
conviene recordar que el Barroco francés
se había caracterizado por una tendencia
clásica mucho más acentuada que en
otros países. Este nuevo estilo eclosiona
con la Revolución, especialmente con
Napoleón, que trae la estabilidad política
y económica necesaria para poder iniciar
grandes proyectos constructivos. Se
constituye entonces lo que se denomina
estilo Imperio, Los artistas se
comprometen de forma activa con la
tarea napoleónica de construcción de un
nuevo Imperio y de renovación de su
capital, París se va a convertir en una
nueva Roma, en la que los monumentos
hablan de la gloria de su nuevo
Emperador.
La renovación afecta incluso al modelo de arquitectura religiosa, la iglesia pierde su planta
basilical tradicional desde la Edad Media, para reproducir modelos de templo páganos, recordando
más al Partenón, como podemos observar en la Iglesia de la Magdalena de Bartolomé Vignon. Esa
idea de una arquitectura religiosa de raíz pagana se mantiene en el Panteón, potenciada aquí por la
idea de que es un templo que no está destinado a ninguna religión sino a conservar la memoria de los
grandes hombres de Francia.
Se recuperan modelos arquitectónicos de carácter conmemorativo como el arco de triunfo,
levantando Chalgrin y Raymond el arco de la Estrella, en honor a las campañas napoleónicas, o el
arco del Carrusel, junto al Louvre; en la plaza Vendôme levantan una columna que reproduce la
columna trajana para celebrar la victoria de Napoleón en Austerlitz. Este estilo imperial no desaparece
con la derrota de Napoleón, sino que se mantiene con Luis XVIII, e incluso se revitaliza a mediados
del siglo XIX cuando Napoleón III crea el Segundo Imperio.
En Inglaterra el neoclásico adquiere unas notas
diferentes, ya que aquí la época de prestigio que se
pretende recuperar no es sólo la Antigüedad Clásica,
sino que se tiene también en cuenta la Edad Media,
especialmente el mundo gótico, comenzado la
recuperación de estilos arquitectónicos anteriores, que
calificamos de Historicismo o Arquitectura Revival, que
alcanzará su apogeo en el siglo XIX, con edificios tan
destacados como el edificio del Parlamento. De este
llamado Greek Revival, podemos destacar la
construcción de casas de campo, panteones, o edificios
más importantes como el British Museum, la Nacional
Gallery, la iglesia de San Pancracio, las intervenciones
urbanísticas en Regent´s Park y Regent´s street, en el
centro de Londres; las reformas y reconstrucciones en la
ciudad balneario de Bath, a partir de los restos de
época romana. En el neoclásico inglés tiene también
mucha importancia el diseño de jardines y parques, en
los que se incluyen templetes y pórticos clasicistas, como en Hyde Park.
Alemania será el otro gran centro de actividad constructiva durante el neoclasicismo,
sobre todo en los reinos y estados del Norte. Llamados por príncipes alemanes acuden arquitectos de
toda Europa para trabajar en los nuevos proyectos. Munich se convierte en uno de los centro más
importantes, sede de la nueva monarquía bávara a partir de 1806, en ella destacarán edificios tales
como la Gliptoteca, los Propíleos, o el Museo de las Colecciones Antiguas, que forman la plaza real,
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obra todos ellos de Leo von Krenze. También en Berlín nos encontramos edificios neoclásicos, un
estilo que será muy del gusto de la monarquía prusiana, como la Puerta de Brandemburgo.
El nacimiento de los Estados Unidos coincide con el triunfo del Neoclasicismo, además es un
estilo se que adapta perfectamente a las necesidades de la nueva democracia, a la mentalidad
norteamericana racional, que necesita nuevos edificios que simbolicen al Estado, como la Casa
Blanca y el Capitolio, edificio que se convierte en todo un referente en la arquitectura norteamericana
del XIX. En el urbanismo también nos encontramos con los mismo planteamientos, se trata de
ciudades nuevas que pueden diseñarse desde el comienzo, con calles rectas que se cortan
perpendicularmente formando manzanas cuadradas.
En el resto de países el neoclásico también tuvo un
desarrollo importante, como en Portugal, donde el centro
de Lisboa tuvo
que reconstruirse después del
terremoto de 1755, que rompe con la tendencia a
mantener modelos barrocos.
En España el triunfo del Neoclasicismo fue difícil teniendo
en cuanta el éxito que estaban teniendo las formas
barrocas en fechas ya muy avanzadas, la resistencia al
cambio se fue venciendo con la llegada de nuevos artistas
vinculados a la nueva corte de Felipe V. Otra de las
circunstancia que posibilitaron el cambio fue la
implantación de las academias, en 1752 la Academia de
Bellas Artes de San Fernando, y posteriormente otras en
Valencia, Cádiz, Barcelona, México, La Habana… estas
academias supusieron el final de los talleres locales y
particulares. La enseñanza de las Bellas Artes queda
centralizada por el Estado. La Academia de Arquitectura tuvo un considerable éxito en la formación de
artistas, sobre todo gracias a la concesión de pensionados en Roma, para ampliar la formación de
algunos arquitectos. En la época de Carlos III la actividad se completa con una intensa reforma
urbana, que cambia por completo el aspecto de ciudades como Madrid; se sanean las calles
extendiendo la red de alcantarillado, se abren calles nuevas, se colocan fuentes, jardines, arcos de
triunfo, se abren parques públicos y paseos, como el llamado Salón del Prado, lo que luego será el
Paseo del Prado. Se crean incluso ciudades nuevas para repoblar áreas vacías o inseguras, como la
Carolina.
El primero de los arquitectos del neoclásico
español es Ventura Rodríguez (1717-1785), formado
en la tradición barroca europea, rápidamente
evoluciona a lo neoclásico, como en la capilla del
Palacio Real de Madrid, el camarín de la Virgen del
Pilar en Zaragoza. En la misma línea de Ventura
Rodríguez está el italiano Sabattini, de además de
proyectos de jardines para los palacios reales, diseña
la puerta de Alcalá.
El más conocido de los arquitecto
neoclásicos es Juan de Villanueva (1739-1811), su
formación se realiza en Roma, en 1785 comienza la
que es su gran obra, el Museo del Prado, proyectado
inicialmente como Museo de Historia Natural, fue de
la guerra de la Independencia cuando se convirtió en
pinacoteca albergando las colecciones reales de
pintura y las procedentes de conventos
desaparecidos; en él emplea orden toscazo,
inspirado posiblemente en el Escorial. Obra suya es
también el observatorio astronómico, que recuerda a la Villa Rotonda de Palladio; diseña también los
jardines para el palacio real de Aranjuez.
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2-. ESCULTURA NEOCLÁSICA.
También en la escultura nos encontramos el deseo de
serenar las formas, de huir de los excesos teatrales barrocos,
volviendo al modelo clásico, sobre todo griego. Este hecho de
supeditarse continuamente al modelo clásico reduce la
expresividad de la figura, que en ocasiones se caracteriza por se
demasiado fría, de dar sensación de artificiosidad, de ser
demasiado académica, sujeta a las formas externas olvidándose
del sentido. No se pretende dar la sensación de viveza o de
movimiento, tan sólo quieren ser esculturas que parezcan serlo.
Por lo tanto no nos encontramos con novedades temáticas, el
desnudo sigue siendo muy abundante, pero evitando siempre
cualquier rasgo de erotismo o de sensualidad. También es
frecuente el retrato, derivado de la idea de exaltar los valores
ciudadanos encarnados en alguien concreto; de la misma que
también son muy frecuentes las esculturas funerarias destinadas
a mausoleos y panteones que adquieren un tamaño y una
monumentalidad considerable. Lógicamente hay que tener en
cuenta que estas características nos permanecen impasibles,
con el paso del tiempo y la extensión de la estética
prerromántica, comienza a adquirir una mayor sensibilidad, un
gusto por lo patético y lo heroico.
El italiano Antonio Canova (1757-1822)
es el mejor representante de la escultura
neoclásica y uno de los mejores tallistas de toda la
historia del arte. Tomo como modelo las esculturas
griegas conservadas en Italia, a través de copias
romanas; tan sólo al final de su vida pudo conocer
otros ejemplos de escultura griega clásica,
percibiendo lo limitada de su visión anterior. Sus
personajes son siempre jóvenes, esa juventud
idealizada que había en la Grecia del siglo V a. C.
Fue requerido por todos los monarcas de la época
para realizar diferentes encargos, aunque los
principales que realizó fueron para Napoleón, al
que representa al estilo de los héroes clásicos
divinizados, y para los papas Clemente XIII y
Clemente XIV, para los que hace los grupos
funeraios. Destaca en el retrato, como el de
Paulina Borghese, representada con los atributos
de Venus, y en los temas mitológicos, Eros y Psique, o las Tres Gracias.
Junto a Canova, el otro gran escultor fue el danés Thorwaldsen
(1770-1844), se convierte en el portador de las teorías de Winckelmann
al mármol; se formó en Italia, haciendo especialista en la restauración de
obras clásicas en Roma, encargándose de la de los mármoles de Egina.
Su obra es muy numerosa, siempre fiel al estilo clásico severo, de
simetría, serenidad, proporción, equilibrio, con una erudición de
arqueólogo en el tratamiento de los temas mitológicos, siendo muy difícil
encontrar alguna aportación personal al tema o la técnica. En España el
neoclasicismo escultórico se introduce lentamente, hay que tener en
cuanta la rica tradición escultórica e imaginera del barroco español. La
renovación, como en el caso de la arquitectura, viene con la nueva
dinastía. La academia facilita la formación en Roma. Progresivamente la
escultura en mármol supera a la madera, y la policromía se va
reduciendo. Un ejemplo de la evolución de la talla en madera de origen
barroco hacia los nuevos planteamientos estéticos lo tenemos en Juan
Salvador Carmona, mantiene paños con pliegues marcados de origen
barroco, pero reduce la policromía a pocos colores monocromos, y el
gesto de manos y rostros es más comedido y sereno. Lo mismo
encontramos en escultores que se dedican a la decoración monumental
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vinculada a la corte, como Juan Pascual de Mena, con la fuente de Neptuno en Madrid, o Francisco
Gutiérrez con la fuente de Cibeles, también en Madrid. Después de la Guerra de la Independencia la
escultura adquiere un aire más patriótico y heroico, con grupos escultóricos dedicados a los héroes de
la guerra, como el de Daoíz y Velarde en Madrid de Antonio Solá, o el dedicado a la defensa de
Zaragoza de Álvarez Cubero, también Madrid
3-. PINTURA NEOCLÁSICA.
El problema que tenía la pintura
neoclásica para volver al modelo griego, era
que no se habían conservado ejemplos de
pintura de aquella época.
El modelo será
entonces el dibujo inspirado en la escultura, a
ese dibujo se le aplica el color posteriormente,
predominando entonces la líneas, los formas
nítidas y definidas, con una iluminación
uniforme, que no crea contrastes ni
claroscuros, el color que había dominado en el
barroco, pasa a un segundo plano, e incluso en
ocasiones es sustituido por una grisalla. El
dibujo es academicista, la formación se hacía a
partir de la copia de modelos en escayola de
estatuas clásicas, en las que se aprendían las proporciones y las formas anatómicas consideradas
como correctas.
Se impone la vuelta a los temas clásicos, ya sean históricos o mitológicos, y al igual que en la
escultura, la evolución es hacia una mayor sentimentalismo y patetismo por la progresiva presencia
del ambiente cultural prerromántico.
El comienzo de la pintura neoclásica conviene hacerlo comenzando por Francia, al igual que
en la escultura, teniendo en cuenta que la presencia de lo clásico había sido mucho más fuerte en el
barroco francés que en otros, como demuestra la obra de Claudio Lorena. Las academias florecieron
muy pronto, basando el aprendizaje en el dibujo, que como decía Ingres es las tres cuartas partes y
media de la pintura .Las academias completaban la formación con la estancia en Roma de los
mejores alumnos, financiada con premios y pensionados. De
este momento es el origen del Salón de Exposiciones, en el que
se reunían las mejores obras anuales según el criterio de un
jurado formado por académicos.
Los encargos son numerosos, por parte del Estado, que
comienza en estar interesado en el fomente del arte, como
vehículo de las nuevas ideas políticas. El mejor ejemplos de
esta utilización propagandística del
arte lo tenemos en
Napoleón, que empleo imágenes y retratos para difundir el
nuevo culto imperial, documentando sus campañas militares.
La transición con la formas rococó esta representada
por Fragonard, en sus producción abundan los desnudos ya con
un marcado aire clásico, y profundamente
laico
La pintura propiamente neoclásica comienza con la Revolución y está unida
estrechamente a ligada a Jacques Louis David (1748-1825) defiende el bello
modelo académico, la forma general, huyendo del realismo concreto del barroco;
se inspira en los relieves clásicos, buscando la simetría, la poca preocupación por
la perspectiva y el espacio, colocando las figuras, marcadamente escultóricas,
aunque no pretende ser una mera reconstrucción arqueológica, por eso busca
momento especialmente expresivos de los temas representados. Estos son
fundamentalmente temas históricos, mitológicos y retratos. Siempre intenta
destacar los aspectos heroicos, ensalzando al personaje o el momento histórico,
como en El juramento de los Horacios, o El rapto de las Sabinas. David fue unos
de los artistas comprometido con los acontecimientos históricos de si tiempo,
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involucrándose en el proceso revolucionario
y apoyando a Napoleón
posteriormente, muchos de sus cuadros documentan acontecimientos de
esos años, como el Juramento del Juego de Pelota, la muerte de Marat. De
los cuadros vinculados a la tarea propagandística de Napoleón el más
importante es la Coronación, en el representa a Napoleón colocando la
corona imperial sobre la cabeza de su mujer Josefina. Su éxito fue enorme
ya que supo transmitir el Napoleónico. El retrato fue también otro de los
géneros cultivados por David, reflejando el ambiente refinado de la corte
napoleónica, como en el Madame Récamier, o por el contrario el heroísmo
y el genio militar de Napoleón.
Los discípulos de David, siguieron una líneas más cercana al
prerromanticismo y alguno de ellos ya plenamente románticos, como
Antoine Jean Gros, que acompaño a Napoleón en sus campañas y las
documentó como en “ los apestados de Jaffa” .
El neoclasicismo se prolonga en el XIX en Francia con Ingres (17801867), aunque éste mantendrá siempre un estilo cercano al
romanticismo en alguno de sus cuadros, como en los retratos cargados
de aire melancólico, investiga en el arte griego, pero se limita a las
formas, sin caer en un estilo frío e inexpresivo, pero siempre reflexivo y
sin excesos. Uno de sus temas centrales fue el cuerpo femenino, que
suele representar en ambientes exóticos y orientales. En su producción
podemos diferenciar dos periodos, el primero es el italiano, alejado de
posicionamientos políticos, sigue fielmente los postulados neoclásicos
sobre la belleza ideal, sus desnudos son la traducción directa de los
ejemplos clásicos, dominando el dibujo con maestría.
Después de 1815, con David en el destierro, Ingres
se convierte en el pintor de referencia oficial, y se
instala ya definitivamente en Francia manteniendo
los principios neoclásicos frente a la llegada de los
románticos. Uno de sus principales clientes fue la
creciente burguesía y nobleza de la Restauración,
que encarga retratos a Ingres, siendo este uno de los temas en los que más va a
destacar, se trata de retratos sumamente elegantes, en los que las mujeres
aparecen ligeramente idealizadas, destacando la habilidad a la hora de reflejan los
tonos y las texturas de los diferentes tejidos.
En Inglaterra se desarrolla una escuela propia británica, basada en el gusto
por el paisaje rural, la naturaleza y la elegancia en el retrato, en la que destacan
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Joshua Reynolds (1723-1792)
Thomas
Gainsborough (1727-1788). El primero fue el
prototipo del artista de éxito, que frecuentaba los
círculos intelectuales y que fue director de la
academia británica en su fundación en 1768, viajó
por toda Europa y conoció la pintura de Italia, de
España y de los Países Bajos, sus cuadros están
pensados detenidamente para lograr el equilibrio
cromático. Gainsborough fue también fundador de
la academia, y rival continuo de Reynolds, si este
es sistemático y metódico, Gainsborough es
espontáneo e instintivo, no se preocupó por la
pintura de tema histórico, sino que centra su
interés en el paisaje y el retrato de gran elegancia,
dejando a un lado la penetración psicológica.
En Alemania el neoclasicismo está representado por la figura de Rafael Mengs (1718-1779),
aunque gran parte de su producción la realiza en España, con numerosos retratos de colorido
brillante, esmaltado, al estilo de Rafael, pero siempre con unos planteamientos muy rígidos sobre lo
que debía ser el arte, basados en el riguroso seguimiento de las normas de la Academia.
Son los discípulos de Mengs, de Tiepolo, y de otros pintores que trabajan para la monarquía
los que representan la presencia de la pintura neoclásica en España, de estos podemos mencionar a
Mariano Salvador Maella (1739-1819) o Francisco Bayeu (1734- 1795) o su hermano Ramón Bayeu
(1746-1793), que trabajan como pintores de corte, realizando retratos de la familia real o la
decoración de los palacios de Madrid o Aranjuez, o diseñando cartones para tapices. La producción
de estos pintores se vera completamente ensombrecida por la aparación de Goya, cuya personalidad
artística eclipsa al resto de pintores españoles de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX., entre
los que podemos citar a Jose de Madrazo ( 1781-1859) una generación posterior a Goya, destaco
como retratista y pintor de escenas históricas, siguiendo el modelo de David, como en La muerte de
Viriato.
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