Monografía Curso de Capacitación Docente en Neurociencias Alumnas: Sabrina Garbiero / María Sol Zaragoza www.asociacioneducar.com Mail: [email protected] MSN: [email protected] Cerebro emocional y aprendizaje. INTRODUCCIÓN El mundo actual es un permanente desafío para nuestra inteligencia, tanto en lo personal como en lo social y laboral. Y si nos ubicamos en nuestro rol de educadoras, nuestros alumnos no están exentos de esta realidad. A través de este trabajo intentamos aproximarnos al conocimiento del funcionamiento de nuestro cerebro y nuestra mente y las de nuestros alumnos respondiendo algunos interrogantes en torno a cómo aprende nuestra UCCM, por qué es importante aprender, cuáles son las relaciones entre memoria, emoción, atención, aprendizaje y cuáles son las condiciones necesarias para que el aprendizaje sea posible. DESARROLLO El hombre es una unidad bio psico social, por definición y por acción. Ha estructurado su existencia en un interjuego de variables que se entrecruzan en forma permanente desde su primer momento con el fin último de la supervivencia. Resulta, como se ha denominado desde la Neurociencia, una UNIDAD CEREBRO CUERPO MENTE en el contexto del MEDIO AMBIENTE con el que interactúa. La realidad socio histórica (tiempo y espacio) lo va poniendo en situación y le va generando desafíos a los que debe dar respuesta, por lo que esa unidad no deja de ser una “cajita de herramientas” destinadas a resolver los diferentes problemas que plantea su supervivencia. Pero para llegar a ello debió de atravesar por “millones de años de ensayos y pruebas evolutivas” (Pág. 2 clase 4 “evolución y cerebro”) y requiere aún de estímulos desafiantes que generen aprendizajes, permitiendo que las respuestas que de sean rápidas, precisas y adaptadas a la necesidad existentes. Es importante entender èsto al momento de proyectar el compromiso de establecer adecuados encuadres de enseñanza aprendizaje, como los que se dan fundamentalmente en el sistema educativo; tanto para los alumnos como para los mismos profesionales de la educación que deben estar permanentemente actualizados y motivados. El aprendizaje es clave en la vida humana, por el crecimiento personal, por la necesidad de resolver conflictos y por la necesidad de desarrollar valores encuadrantes, tanto desde lo personal como desde lo grupal. Es así que se genera la necesidad de hacer introspección, manejar el propio mundo interior y lograr a si mismo un adecuado (o aproximarse) control de mundo exterior. Entendidos estos fundamentos cabe destacar en este momento que si bien en la naturaleza humana el hombre es un ser naturalmente racional y en búsqueda permanente de saberes, no siempre las condiciones propias y del contexto favorecen esos procesos, dejando en modo latente esas posibilidades y limitando o dificultando la posibilidad de aprender y crecer. Uno de esos elementos condicionantes tiene que ver con los medios contextualizantes acogedores, ordenados, limpios, asociados a lo placentero, seguros… que permiten favorecer positivamente la atención y concentración necesaria para aprender. Pero por qué? Cómo actúa nuestro cerebro? Qué se activa cuando los sentidos se ponen en carrera?... Los estímulos del mundo exterior ingresan al cerebro a través de los sentidos, pero para llegar allí deben ir atravesando diversos obstáculos propios de un mecanismo defensivo natural de nuestra UCCM. La cantidad de estímulos es inmensa y es lógico que no todos puedan ser captados por los sentidos (olfato, tacto, gusto, vista, gusto) y aún así no todos los detectados llegan a su fin. Todos estos mensajes de los sentidos deben pasar a través del sistema activador reticular ascendente: SARA (encendido del nivel de respuesta y alerta del cerebro) para poder entrar al cerebro racional o para ser enviados directamente a los centros de respuesta automática. Así llegan al Tálamo, el que considera si esa información es favorecedora de la supervivencia o no; utilizando para su garantía lo que se ha llamado Camino Corto. Así con una rápida evaluación el Tálamo permite hacer pasar una “pequeña porción” de información –a modo de muestra- a la Amígdala y con su propio banco de memoria considera si es de riesgo para la supervivencia. Si bien es un mecanismo muy básico, impreciso y con cierto margen de error, igualmente es un efectivo mecanismo defensivo que permite alejarse del peligro. Si la Amígdala lo percibe peligroso avisa al cuerpo que se prepare para enfrentarlo, o bien puede dar intervención al Hipotálamo cuando la evaluación fue contraria a lo antedicho e indica que es a favor de la supervivencia. Entanto que puede suceder que la respuesta no sea suficiente y se genera la activación de otro mecanismo: el del Camino Largo. Acá la evaluación es más completa, más lenta, utiliza un campo de memoria más amplio y con menos margen de error; llegando la información a los lóbulos prefrontales y desde allí brindar la respuesta necesaria. Los Lóbulos Prefrontales son los que contienen las facultades superiores, la parte del hombre que lo hace significativamente más diferente a los otros seres vivos. Tiene el poder de conducir todas las actividades cognitivo-ejecutivas tanto intelectuales como emocionales. Entre esas funciones cognitivas se encuentra la Atención. La atención ejecutiva es de relevancia pues es ella la que permite a la UCCM mantener el eje hacia los objetivos, la organización, la planificación, las acciones y miradas anticipatorias… Es gracias a esa Atención que podemos visualizar los estímulos del mundo circundante en sus cambios, pudiendo seleccionarlos intencionalmente según la necesidad. La atención puede ser espontánea o voluntaria. La primera es aquella que está atenta para los primeros pasos de la superviviencia, es la que usa un esfuerzo mínimo. La restante es cuando se moviliza la conciencia sobre el esfuerzo que realizamos para mantener la acción. La atención resulta ser la expresión de la actividad del SARA: atención involuntaria, espontánea, sistema de alerta ante estímulos sensoriales; atención voluntaria, consciente, implica actividad de lóbulos prefrontales. Intentando relacionar lo antes planteado con el aprendizaje, podemos afirmar que todo lo que aprendemos llega a nuestro cerebro a partir de los sentidos, aunque dicha información sensorial debe reunir algunas características que, como educadores debemos tener presentes, para atraer la atención de nuestros alumnos, por ej. La novedad, la sorpresa, la predicción, la anticipación, los intereses individuales. Otro aspecto a tener en cuenta es la necesidad de controlar el fluido de información que pasa a través del SARA de los alumnos para que puedan prestar atención a la información importante, así se deben buscar cambios en el entorno a través de variaciones en los estímulos sensoriales: cambios en la voz (volumen, ritmo), cambios visuales (tamaños, colores), cambios en el movimiento, cambios táctiles, etc. Así pues si deseamos activar este complejo circuito es importante establecer lo más concientemente posible que estímulos deseamos presentar o permitir emerger al momento de encuadrar una clase tanto para niños cómo para cualquier otro estudiante. Hasta aquí nos hemos referido a la importancia de mantener nuestra UCCM activada positivamente para captar estímulos relevantes para el aprendizaje, registrando la importancia de la atención ejecutiva. Creemos es momento de registrar qué mecanismos se activan en la UCCM de nuestros alumnos para mantener la motivación y el entusiasmo, nos estamos refiriendo a la acción de los neurotransmisores. Las sorpresas, las novedades asociados todos al placer y a la seguridad son variantes necesarias que permiten a los estudiantes concentrarse sobre lo previsto, se resistan filtrando información innecesaria y mantengan el esfuerzo y la atención en el tiempo. Cuando los estímulos son novedosos y atractivos se enciende un neurotransmisor llamado Dopamina, el que favorece la motivación, es el energizante de ese elemento, y desde allí condiciona positivamente la atención, el entusiasmo, activando otro neurotransmisor, la Noradrenalina, que contribuye a aumentar los niveles de energía y la memorización de los conocimientos aprehendidos. La Dopamina produce un circuito anticipatorio que hace que la UCCM considere con antelación que algo es positivo o gratificante, volviéndolo a considerar si vislumbra los mismos condicionantes en contextos similares. Así si un alumno se sintió motivado y con placer ante una experiencia, podrá considerarse con predisposición ante otra situación similar. CONCLUSIÓN A manera de conclusión, recurrimos al cuadro desarrollado por Nse. Marita Castro y Dr. Carlos Logatt Grabner destacando la importancia de un contexto ordenado, limpio, con elementos conocidos, con un docente asociado al placer y la seguridad, que active de manera emocional positiva la UCCM de los alumnos, para poder contar a pleno con los LPF y la Atención Ejecutiva Voluntaria, sin amenazas en el MA, con estímulos atractivos para elevar los niveles de dopamina y propuestas de acción, es decir, un medio enriquecido a favor del aprendizaje para la UCCM. Imagen: Curso de Capacitación Docente en Neurociencias.