Monografía Formación en Neurosicoeducación Alumna: Nora Durante Blanco www.asociacioneducar.com Mail: [email protected] MSN: [email protected] Neurosicoeducación para la Desesperanza Aprendida La Neurosicoeducación consiste en la integración de las neurociencias con otras ciencias afines, para producir una unificación del conocimiento que contribuya a que todas las personas puedan alcanzar una mejor comprensión de la conducta humana. Busca que el pensamiento científico sea una herramienta de aporte a la Unidad Cuerpo Cerebro Mente para interpretar y conocer el propio mundo interior y el ajeno, que aumente el nivel de salud mental de todas las personas, contribuyendo a fomentar las capacidades, propiciando lo que es mejor en cada individuo, elevando su potencial como ser humano. Nuestra UCCM (Unidad Cuerpo Cerebro Mente) es la misma de hace miles de años atrás, preparada para sobrevivir en la sabana africana, donde reaccionar era garantía de estar vivo, en cambio reflexionar y pensar podía resultar en ser el alimento de un depredador. En el cerebro distinguimos una zona que es la principal determinante de nuestras características mas humanas: los lóbulos prefrontales que están ubicados en los polos anteriores de cada hemisferio cerebral. La UCCM, para asegurar la supervivencia, necesita conocer, a través de los sentidos, y controlar, a través de las conductas, el mundo exterior. Los estímulos externos estimulan “combos” preparados de respuestas neuronales. Las emociones surgen de programas cerebrales heredados de especies ancestrales. Los sistemas emocionales son instrumentos evolutivos que promueven la coherencia psico-conductual, que durante la evolución fueron efectivos en dar respuestas a nuestras necesidades primarias y en pasar la información genética a las generaciones futuras. Los sistemas emocionales funcionan como una enorme “batería” que energiza y guía al organismo en sus interacciones con el medio ambiente. Así, siguiendo a Panksepp podemos definir a una Emoción como un proceso psiconeuronal innato que controla el vigor y el patrón de acción del intercambio conductual con otros seres vivientes y objetos de importancia para la supervivencia. La respuesta emocional frente a una interacción dada dependerá de si ésta promueve o no la supervivencia. Las funciones afectivas además de codificar la información nueva pueden recuperarla a posteriori posibilitando que esta información sea generalizada para nuevos eventos en el futuro de manera eficiente y veloz. ¡Por lo tanto los procesos emocionales NO son estáticos! Sus circuitos se modifican y cambian con el desarrollo y la experiencia. Los sistemas emocionales ofrecen soluciones a problemas como: ¿Cómo obtengo comida? ¿Cómo permanezco intacto? ¿Cómo aseguro mis contactos sociales? Estas preguntas acerca de la supervivencia se contestaron durante la evolución mediante la aparición de los sistemas emocionales. Los criterios neurobiológicos que definen a un “sistema emocional” son los siguientes: Son circuitos genéticamente predeterminados para responder en forma incondicionada ante estímulos ambientales desafiantes. O sea que responden ante cierto tipo de estímulos ambientales en forma “instintiva” sin requerir de un aprendizaje previo. Organizan respuestas motoras y cambios autonómicos y hormonales que han probado ser adaptativos (o sea que aumentan la posibilidad de supervivencia y reproducción). Modifican el umbral de excitabilidad de los sistemas sensoriales. Un ejemplo de esta característica de los sistemas emocionales es la disminución del dolor ante estímulos con respuestas emocionales agudas (analgesia por estrés) y el aumento del dolor ante estímulos con respuestas emocionales crónicas. Los sistemas emocionales pueden aprender mediante un reflejo condicionado pavloviano a dar respuestas ante estímulos ambientales ante los cuales dichos sistemas no estaban instintivamente preparados para responder. Tienen conexiones neuronales recíprocas con las áreas cognitivas a través de las cuales los sistemas emocionales y cognitivos pueden controlarse mutuamente. Cumplen con estas características, y por lo tanto son definidos como sistemas emocionales, los siguientes circuitos neuronales: Sistema de Búsqueda: Aumenta las posibilidades de supervivencia del organismo al hacer que esté muy interesado en interactuar con el medio ambiente en la búsqueda de incentivos y recursos como comida, agua, sexo, calor y contacto social. Los motiva cuando están a punto de encontrar lo que están buscando y les permite anticipar cosas que necesitan para la supervivencia. Facilita el aprendizaje y en los seres humanos genera y sostiene todo tipo de curiosidad. El circuito neuronal más estudiado en relación con este sistema emocional es la vía mesocortical dopaminérgica. Desde el núcleo Accumbens esta vía se proyecta fundamentalmente a la Corteza Prefrontal. Prácticamente todas las drogas adictivas, ilegales y legales, (Cocaína, Anfetaminas, Alcohol, Nicotina, Heroína, etc.) activan este circuito. Esta es la explicación del “atractivo psíquico” de estas sustancias. Sistema de Agresividad: Activado por la frustración o por coartar la libertad del organismo, aumenta la energía psíquica. Por lo tanto este sistema energiza las conductas cuando el organismo es irritado o restringido cumpliendo funciones de defensa del organismo y de su territorio al generar miedo en el oponente. Sistema de Miedo: Reduce las posibilidades de ser destruido o de sufrir dolor. Cuando es activado puede generar respuestas de escape o de congelamiento, según si el estímulo generador de la respuesta es evitable o no. La estimulación crónica del sistema de miedo en los seres humanos genera ansiedad. Sistema de Pánico: Para comprender la importancia de este circuito neuronal debemos recordar que los mamíferos somos los organismo con mayor dependencia social del árbol filogenético. Este sistema emocional indica la pérdida del apoyo social y la sensación de soledad mediante llamados de separación como lo es el llanto en los seres humanos. La evolución ha provisto a los mamíferos de un sistema de seguridad que apoya las funciones de los circuitos relacionados con el instinto maternal estimulando a que la madre cuide a su cría y que la cría sienta necesidad de su cuidado. El sustrato anatómico de los sistemas de agresividad, miedo y pánico estaría relacionado con las conexiones Amigdalino – Hipotalámicas. Las emociones que provocan estímulos irrelevantes pueden afectar la confianza Si bien la mayoría de las personas consideran que sus tomas de decisiones dependen de la racionalidad, la realidad es que cuando se profundiza en su estudio, se puede observar que las mismas se encuentran más relacionadas con las emociones. Investigaciones de la Universidad de Pennsylvania muestran como la confianza algo tan importante en las relaciones humanas, puede verse afectada por información irrelevante. Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de realizar una serie de pruebas. En una de ellas se les pedía a los participantes que nombraran a un compañero de trabajo y después debían redactar una situación en donde habían pasado por estado de enojo, tristeza o alegría, cada persona redactaba solo un tipo de incidente según la emoción que se le asignaba. A esta parte de la investigación se la denomino fase de inducción emocional. Luego de este paso debían hacer una evaluación del compañero. Los resultados presentaron que aquellos individuos que tenían un estado emocional de felicidad eran mucho más confiados que los tristes, y que los tristes eran más confiados que los enojados. En cinco estudios llevados a cabo por los profesionales los resultados fueron similares, quienes expresaron que circunstancias fortuitas como una multa de transito o discutir con la pareja, influyen sobre los juicios que hacemos sobre alguien. Una serie de sucesos irrelevantes pueden influir en el estado emocional, estímulos sencillos como una corta historia, una noticia, un tema musical, un chiste, hablar de deporte o incluso un pequeño debate, puede llevar a una persona a sentirse feliz, triste, molesto, etc., y con ello a cambiar sus juicios sobre las personas o grupos. En los distintos ámbitos de relaciones sociales, siempre se tiene presente espacios para conversaciones de temas triviales que se saben contribuyen a que las personas se distiendan, considerar que el contenido de estas conversaciones deben ser evaluados para cambiar su rumbo, si es necesario, o elegir los temas de conversación que otorguen un estado emocional adecuado puede ser una de las actividades propuesta por un Neurosicoeducador. Es por ello que en el ámbito laboral, espacios de integración en donde las personas puedan disfrutar de momentos compartidos de placer, hacen a la consolidación de equipos y al desarrollo de la confianza entre quienes lo componen (juegos que no despierten la competencia, comidas, espacio de juegos y charlas, ronda de chistes, etc.). También antes y durante algunas reuniones, es necesario utilizar estímulos que lleven a estados emocionales adecuados para lograr el compromiso de las personas. Otros trabajos de este investigador permitieron sumar a los anteriores una observación muy interesante, luego de ver fragmentos de películas los estados emocionales que las mismas producían influían en los juicios, pero cuando las personas eran conscientes de su estado emocional, el mismo no interfería de igual modo ante el grado de confianza. En neurosicoeducación utilizamos la sigla UCCM MA (unidad cuerpo cerebro mente - medio ambiente) para representarnos y poder comprender la influencia que el contexto tiene en cada uno de nosotros. En reuniones de equipo en donde necesitamos que todos los miembros se sientan seguros, integrados, confiados, parte de la organización, etc. estímulos que generen seguridad y placer deben formar parte de las mismas para que nuestro cerebro goce de un estado emocional a favor de los objetivos, confianza en los otros y bienestar del grupo. El Modelo Cognitivo de la depresión La depresión es uno de los flagelos de la vida moderna. Afecta 15 de cada 100 personas, de las cuales 10 son mujeres y 5 hombres. Puede padecerla desde un bebé hasta un abuelo, la gente joven en edad productiva es quien sufre con mayor frecuencia sus síntomas. La edad promedio de inicio es de 27 años. Algunos sostienen que se trata de una epidemia silenciosa, ya que más de la mitad de la población experimentará algún episodio depresivo a lo largo de su vida, el cual requerirá ayuda profesional. El modelo de la terapia cognitiva plantea que en la depresión se ponen en funcionamiento “esquemas mentales” (conjuntos de significados idiosincrásicos con los cuales la persona va dando sentido a lo que va viviendo). Estos esquemas se van formando teniendo en cuenta la cultura y la educación que recibe la persona a lo largo de su vida. La depresión tiene dos fuentes de origen: psicológica y la física. En el primer caso surge a raíz de la ruptura de una relación, por pérdidas materiales o espirituales. En el segundo caso, hay personas que presentan un cambio en la química cerebral, es decir, un neurotransmisor disminuye sus funciones y esto es lo que la provoca. La primera se llama Depresión reactiva, y la segunda Depresión endógena. La depresión es un estado emocional de abatimiento, tristeza, sentimientos de indignidad y de culpa. La persona se siente desesperanzada, desanimada, apesadumbrada, incapaz de disfrutar de las cosas que la rodean. Pierde el interés por el entorno y le resulta difícil concentrarse. En ocasiones el estado de ánimo predominante es la irritabilidad. Síntomas de un cuadro depresivo: Sensación de tristeza o vacío Ansiedad Insomnio o sueño excesivo Irritabilidad Aumento o disminución de peso Aumento o disminución de actividad física Pérdida de interés o placer al realizar actividades cotidianas Fatiga Sentimiento de culpa Baja autoestima Dificultad para concentrarse Ataques de llanto Pensamientos frecuentes de muerte Para saber como funciona nuestro cerebro y como decodifica información (“interpreta” los estímulos que recibe) podemos ver este video: Los Enigmas del cerebro: Emoción Link del video: http://www.youtube.com/watch?v=cm0lgK_PHuk En la depresión, autores como Beck hablan de una triada cognitiva compuesta por: 1) Visión negativa de si mismo 2) Del entorno 3) Del futuro La persona que presenta depresión tiene un concepto de si mismo desvalorizado, despreciado. Resalta sus aspectos despreciados, siendo difícil ver aspectos positivos de su persona, resalta aspectos negativos de su medio ambiente, incluyendo las personas que los rodean, siendo el estado emocional de pesimismo, ya que creen que en su futuro nada cambiara, seguirá padeciendo desgracias y sufrimientos. Dentro de la triada cognitiva, este pesimismo se conoce con el nombre de Desesperanza aprendida. La persona con desesperanza aprendida presenta pensamientos automáticos (corto plazo) que adoptan la forma de frases tales como “son inútil” “no valgo” “soy tonta” etc. En este caso la emoción predominante es la tristeza. Los afectos depresivos surgen de una percepción de daño y pérdida en el dominio personal, generalmente a partir de errores cognitivos que hacen que la persona sienta tristeza y pena. Presenta maneras distorsionadas de procesar la información que recibe. En estos casos el trabajo con la autoobservación resultan indispensables, como también conocer como funciona nuestra UCCM y el sentido de trascendencia. A partir de los estudios de NSE sabemos que los seres humanos tenemos una habilidad única de procesar la información (circuitos a corto/largo plazo) podemos combinarla, transformarla, relacionarla y llegar a una síntesis e ideas nuevas. Esta habilidad tan exquisitamente humana puede aprenderse con neurosicoeducacion, al aprender como funciona nuestra UCCM. Las emociones dolorosas, producen dolor físico y con este una disminución importante de las capacidades cognitivas y ejecutivas. DESESPERANZA APRENDIDA Los ambientes laborales por ejemplo, son percibidos por los cerebros de quienes lo conforman como un sistema social que garantiza o no la supervivencia, vista desde lo más primitivo de nuestro ser. El dolor que produce un ambiente laboral estresante e inseguro, produce serias disminuciones en la productividad, creatividad, compromiso y capacidad de acción de las personas. Investigaciones en el campo de las neurociencias, demuestran como el dolor emocional es procesado en el cerebro por la misma área que procesa el dolor físico: la corteza cingular anterior, que se encuentra en la corteza prefrontal, la zona en donde se producen funciones más evolucionadas y humanas. El profesor David Alexander director del Centro de Investigación de Trauma de Aberdeen, se dedica a ayudar a los sobrevivientes de catástrofes. En todos los casos relata que las víctimas, expresan su dolor emocional con frases como, se me parte el corazón, me duele el estomago, me siento desgarrado, entre otras, demostrando el vínculo que existe entre el dolor físico y emocional. Existen varios neurocientíficos, que en la actualidad investigan la relación entre el dolor emocional y físico, entre ellos la Dra. Naomi Eisenberger, y el Prof. Matthew Lieberman, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Eisenberger, desarrollo un videojuego que puede hacer que los participantes se sientan excluidos, para poder explorar ese momento y monitorear sus cerebros. Durante la investigación, las imágenes tomadas de los voluntarios cuando se sentían excluidos, presentaron que el dolor por ser rechazados socialmente se procesaba del mismo modo en el cerebro que el dolor físico y en la misma zona, en la corteza cingulada anterior. Para poder comprender los motivos por los cuales esto sucede, debemos tener presente lo importante que ha sido para los homo sapiens, formar parte de grupos y gracias a ello sobrevivir a los peligros que significó el mundo natural. Por ello en Neurosicoeducación presentamos al instinto gregario como fundamental para poder sobrevivir ya que solos, no podíamos enfrentar a enemigos que nos superaban en fuerza física y este instinto, sigue actuando y siendo sumamente importante en la actualidad y en nuestra conducta social. La importancia del apego social y sentir dolor físico, si éste no se produce, nos aseguró el mantenernos en contacto con los otros, afirma Eisenberger. Ser desterrado era uno de los peores castigos de otras épocas y en la actualidad, cualquier situación que nos haga sentir fuera de un grupo nos produce un gran dolor, funciona como una alarma para que nos ocupemos de solucionar esta situación. Pero a veces el dolor emocional puede volverse crónico, dejando de lado su propósito original, de corto plazo: mantenernos dentro de un grupo, lograr apego con los seres queridos, formar parte de un equipo de trabajo. El grado de confianza o desconfianza que un individuo siente con respecto a los otros y una serie de sucesos irrelevantes pueden influir en el estado emocional. Un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Iowa (EE.UU.), descubrieron qué es lo que ocurre en nuestro cerebro cuando perdemos la capacidad de autocontrol, que es lo que sienten muchas personas con depresión. El autocontrol es un recurso finito, debido al alto consumo que significa para el cerebro. Por ello si durante el día tenemos muchas situaciones que exigen su aplicación, es común que nos cueste e incluso no logremos actuar calmos en circunstancias que lo requieran. Esta nueva investigación realizada en la Universidad de Iowa y publicada en la revista Journal of Consumer Psychology, fue liderada por Hedgcock y sus colaboradores, quienes se ocuparon de escanear a través de resonancia magnética funcional, los cerebros de un cierto número de voluntarios mientras realizaban tareas de autocontrol. Los científicos pudieron observar la activación de dos zonas de la corteza prefrontal (el área más evolucionada de nuestro cerebro), una de ellas es la corteza cingular anterior que enciende una especie de alarma cuando distingue una situación en la que se requiere autocontrol y es como si dijera: "Atención, hay varias respuestas para esta situación y algunas pueden no ser muy buenas". Esta área siempre se activa independientemente de la decisión que se tome. La otra área, que según expresan los científicos es la verdadera "llave" del autocontrol, es la corteza prefrontal dorsolateral que nos permite decidir y evaluar; es la que dice: "Tengo muchas ganas de hacer cosas no convenientes, pero debo superar este impulso y actuar más inteligentemente". El estudio demostró que cuando estamos cansados o sumergidos en mucha exigencia, está zona tiene menos actividad y esto es sinónimo de menor capacidad de control. Para los investigadores la capacidad de autocontrol debería ser comparada con una piscina que se puede vaciar por el uso y volverse a llenar cuando estamos en un ambiente sin excesivos conflictos, lejos de "tentaciones o conflictos que lo desgastan". Los resultados de este trabajo pueden aplicarse a desarrollar programas más acordes para adicciones o afecciones que afectan el dominio personal. Desde la visión de la Neurosicoeducación, esta investigación también es muy importante para tener presente por todos, ya que al estar cada día más demandados por distintas actividades e incluso por nuestras propias exigencias o las del medio ambiente, llegamos a un punto en donde nuestra capacidad de autocontrol y autoconfianza se ve disminuida y sin desearlo terminamos por ejemplo comiendo más de lo debido o discutiendo sin sentido. Todos por experiencia personal sabemos que cuando estamos bañados por una intensa emoción nuestro modo de ver el mundo cambia y es común escuchar que vemos al mismo según nuestras propias gafas. Un grupo de investigadores liderados por Taylor Schmitz y Adam Anderson de la Universidad de Toronto, se propusieron ir más allá y descubrir que sucede en nuestro cerebro, más precisamente en la corteza visual. Para su trabajo los científicos reclutaron a 14 voluntarios con visión normal, a quienes les presentaron imágenes para producirles distintos estados de ánimo (bueno, neutral y negativo) y otras en donde se veían rostros en el centro rodeados en algunos casos de casas y otros de árboles, en estos últimos debían determinar el género de la persona que estaba en la fotografía. Luego de haber realizado numerosas pruebas y de escanear los cerebros de los participantes con equipos de resonancia magnética funcional, se observo una fuerte relación entre los estados emocionales y la percepción de los participantes, lo que permitió evidenciar cómo el estado de ánimo cambia la forma en que el sistema visual filtra las experiencias. El buen humor y una actitud positiva aumentan la percepción de datos en la corteza visual y con ello la capacidad de tener una apreciación global (visión periférica), mientras que el mal humor reduce la capacidad de atención y llevaba a una visión túnel. Para los investigadores este estudio permite comprender los motivos por los cuales en situaciones de miedo o tristeza centramos nuestra atención en un foco en detrimento de la visión más amplia. Un ejemplo clásico es cuando alguien es agredido por una persona con un cuchillo o pistola y no puede recordar el rostro del atacante, debido a que toda la atención estaba centrada en el arma. La papel de este tipo de cambio atencional de amplio a reducido, se produce debido a que la principal función de nuestra UCCM (unidad cuerpo cerebro mente) es la supervivencia y centrar nuestros sentidos en el punto amenazante y eliminar todo lo superfluo que lo rodea es fundamental para mantenerse vivo. Algo que debe tenerse presente cuando se trabaja con maquinarias peligrosas que exigen una visión y atención más centrada, aquí hay que cuidar que el buen ánimo no juegue en contra, ya que puede ser una distracción. Este trabajo nos permite comprender la importancia de las emociones constructivas y los contextos no amenazantes para nuestra UCCM. Imaginemos un espacio en un ámbito educativo o laboral, en donde necesitemos un buen nivel atencional del cerebro para poder aprender, reflexionar o llevar adelante una tarea que exige el manejo de variables y toda nuestra inteligencia y en donde los individuos no gocen de un estado de ánimo adecuado. Indudablemente no lograremos cumplir con los objetivos, por ello parte de nuestra tarea cotidiana como docentes, capacitadores, líderes, gerentes, supervisores y como seres humanos, debe ser la de generar contextos prefrontalizados. El cerebro es el órgano más activo del cuerpo, consume el 20 % de la energía total, que éste produce en estado de reposo. Siempre está hambriento. Segundo a segundo, minuto a minuto y hora tras hora, devora vorazmente proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Lo que sucede, es que los necesita imperiosamente para cumplir con sus tareas de aprender, reaccionar, emocionarse, sentir y recordar. Por tal motivo es necesario “nutrirlo” con buena alimentación y educación adecuada. En el cerebro hay dos aminoácidos: La Tirosina: es utilizada por el cerebro, para elaborar dos neurotransmisores de gran importancia, como son la DOPAMINA y la ADRENALINA. Estos dos emisarios químicos tienen como misión fundamental, el mantener el estado de alerta y control, además de acelerar los tiempos de reacción. El Triptófano: otro aminoácido, es utilizado para la formación de la SEROTONINA, un neurotransmisor que tiene la función opuesta, o sea obstaculizar la concentración, provocar somnolencia y limitar la capacidad de control. Si ponemos como ejemplo en una fiesta: La Tirosina será la encargada de animar la fiesta y el Triptófano en cambio sería el que da las doce campanadas indicando su finalización. Nuestra UCCM (Unidad cuerpo cerebro mente) posee sistemas atencionales inconscientes y conscientes. Conocer y desarrollar el segundo, contribuye a que podamos fijar nuestra atención en los aspectos de la vida que hacen a nuestro bienestar y crecimiento como mejores seres humanos. Nuestra UCCM, evalúa los estímulos que le llegan del mundo exterior (medio ambiente) y del mundo interior, cumpliendo de este modo con su principal función: garantizarnos la supervivencia. Los cerebros más primitivos instintivo y emocional son los primeros en realizar esta evaluación. Si este complejo formado por el cerebro instintivo y emocional determina que la información recibida es relevante, se activa un mecanismo de intrusión que tiene como finalidad dirigir toda la atención al estímulo con el fin de asegurar que el mismo sea resuelto. Los estímulos activan dos fuerzas que modelan la actividad cerebral que son el placer y el dolor, y según sean los niveles de activación será el grado de respuesta y compromiso instintivo emocional que la persona alcance. Las áreas comprometidas en este nivel de evaluación son el colículo superior, amígdala, hipotálamo y circuito de recompensa. El primer nivel de evaluación puede llevar a acciones sin necesidad de que la información llegue a las áreas conscientes como son los lóbulos prefrontales. Deseo, huída, lucha, sumisión, inhibición de acción son algunas de las respuestas. Las redes instintivas + emocionales (CI + CE) ven a cada uno de nuestros problemas o estímulos de placer (comida, juego, sexo, etc.) como situaciones a resolver en este instante, como si un león nos estuviera por comer, o ésta fuera nuestra única oportunidad de alimentarnos, y para ellos es fundamental garantizar nuestra supervivencia en el aquí y ahora. El segundo nivel de evaluación del cerebro comprende a la corteza, lo que permite activar las fuerzas placer-dolor más elevadas arrojando una evaluación más completa y compleja que la de los cerebros primitivos. Este segundo circuito neuronal más largo y por ello siempre más lento, es muy importante pues de él depende la posibilidad de modelar la respuesta inicial, descartar la intrusión, observar nuestro modo de pensar sobre el estímulo e interpretar la situación de un modo más humano. Para que este segundo estado tenga éxito es fundamental haber logrado el manejo de la atención en forma consciente, para poder auto-observarnos. Aquí es donde podemos ver los pensamientos que despiertan nuestros instintos y emociones, y de la calidad de estos pensamientos será la posibilidad de modelar las respuestas y alcanzar las condiciones más elevadas de nuestra UCCM. Una de las herramientas propuesta por la Neurosicoeducación es el desarrollo de la capacidad de manejar de manera consciente nuestra atención. Antonio Damasio, uno de los neurocientíficos más reconocidos dice que la mejor manera de salir de las emociones limitantes es fijarnos y desarrollar las positivas. Entonces podemos decir que existe el sistema atencional inconsciente y un sistema atencional consciente, este segundo nos permite saber que estamos por ejemplo enojados, pero no significa que podamos cambiar o modelar la emoción, las respuestas, ni que podamos ajustar los pensamientos que se despiertan. Cuando hablamos de pensamientos los podemos representar como redes neuronales muy fuertes que se presentan ante determinados estímulos. Aquí es donde en Neurosicoeducación aplicamos el mecanismo de desvío de atención ó desatención voluntaria. Si debiéramos estudiar un tema especifico, el cerebro tendría que considerar algunos estímulos del medio ambiente como irrelevantes y solo atender a los necesarios para el aprendizaje. Si usamos el desvío de atención voluntario o consciente, daremos un enorme paso hacia la autogestión de las respuestas instintivas-emocionales. Para aplicar este mecanismo, podemos utilizar la respiración, que si bien es una función automática del sistema nervioso, puede ser manejada voluntariamente. En situaciones de estrés ésta posee un ritmo rápido y elevado, en estados de relajación es más lenta, profunda y llena hasta el abdomen. Con el solo hecho de aplicar una respiración relajada, el cuerpo le informa a nuestro cerebro que las cosas están bien y los NT (neurotransmisores) cambian llevando a la UCCM a un estado de bienestar. Otro modo, es llevar la atención a recuerdos agradables, hacer un relato descriptivo de cómo llegar a un lugar o como es una habitación de nuestra casa, repetir una canción, leer un poema o un propio escrito con lo que se desea ser en la vida o sueños a alcanzar, o mejor aún leer un artículo que se transforme en un medio enriquecido para nuestro cerebro, que no solo desvíe la atención, sino que además enriquezca nuestros pensamientos. En ambos casos lograremos neurosicoentrenar la atención consciente y activar el de desatención hacia los pensamientos inadecuados, de esta manera las neuronas que los conectan se van debilitando. Posner uno de los mayores investigadores en el campo de la atención, dice que la atención ejecutiva debe entrenarse. Cuanto más se aplica esta respuesta de frenado y desvío de la atención gracias al uso y activación del área orbito frontal, nuestra vida alcanza más momentos de relajación y logramos modelar muchos pensamientos distorsionados o inadecuados. Por supuesto este es solo un paso en nuestra transformación y autogestión, el siguiente es dirigir la atención (auto-observación y monitoreo de conducta) a nuestro crecimiento como mejores seres humanos, creando en nuestros cerebros, bancos de memoria (Neurosicoeducación) que generen y sostengan pensamientos que nos lleven a cumplir con ese objetivo. Para finalizar y como síntesis de lo que tenemos que lograr como Neurosicoeducadores podemos compartir este video “El cerebro Feliz”. Un intérprete que ha podido combatir y eliminar la ignorancia invisible, tendrá mas posibilidades de ver correctamente las realidades de la vida, para crearse un camino con menos problemas que le faciliten el tener una vida Feliz. El Cerebro Feliz Link del video: http://www.youtube.com/watch?v=wcTMuuWAIWU&feature=player_embedded #! Nora Durante Blanco