AGUJEROS MAGNÉTICOS INTRODUCCIÓN Vivimos en un mundo moderno donde la tecnología es de uso diario por la gran mayoría de personas a nivel mundial; una tecnología que utilizan los principios del electromagnetismo en el diseño de aparatos y sistemas de información, medición, etc. Para lo cual tiene que ver mucho la formación interna de nuestro planeta ya que el núcleo de este funciona como una especie de dinamo gigante generando un invisible campo de fuerza que nos rodea llamado “Campo Magnético Terrestre” este campo ejerce de escudo protector frenando o anulando muchas agresiones que proceden del espacio como las tormentas solares o los rayos cósmicos que afectarían la vida en el planeta. Como todo imán la tierra tiene un polo positivo y un polo negativo creando unas líneas de fuerza entre ambos, está polaridad puede invertirse por fenómenos sucedidos en el núcleo. Durante los últimos millones de años la polaridad de la tierra se ha invertido cada 200 o 300 mil años, aunque la última vez que según estudios se cree que sucedió fue hace 780 mil años, lo que indica que llevamos medio millón de retraso. Y lo peor es que no sabemos cuándo ese proceso va a iniciarse. Quizá el mes próximo, o quizá en cientos de años o tal vez ya ha iniciado. Hasta ahora, se creía que este cambio se incluía en un lento proceso que tardaba en completarse entre 1000 y 10 000 años, pero nuevas evidencias indican que por algún motivo la polaridad puede enloquecer, llegando a moverse 6° en un solo día lo que indicaría que además del proceso lento, que puede hacer que la polaridad se invierta en meses. En este proceso el campo magnético se va apagando progresivamente hasta que alcanza su nueva posición invertida. Un cambio rápido implicaría que cualquier tecnología basada de cualquier manera en el campo magnético enloquecería, perderíamos la mayoría de satélites, privándonos de muchas telecomunicaciones, servicios de GPS y muchas otras tecnologías domesticas que incluyen el magnetismo en su funcionamiento; también esto afectaría a muchas especies animales sobre todo aves e insectos que basan su orientación en el magnetismo terrestre directamente enloquecerían y se perderían poniendo en serio riesgo su existencia si no son capaces de afrontar la situación, lo cual podría desencadenar una oleada de extinciones cayendo especies y afectando directamente a sus depredadores que también se verían amenazados por este repentino cambio. Un cambio lento nos daría tiempo a adaptar nuestra tecnología al nuevo entorno y los animales no se verían tan afectados, pero un hecho inquietante es que deberíamos afrontar décadas o siglos prácticamente sin protección y vulnerables ante el espacio, al quedarse el campo magnético que nos protege con una fuerza de entre 4 y 20 veces menos que lo habitual. Quedando total mente expuesto a las tormentas solares que arrasarían la vida y tecnología en caso de producirse. En los últimos 200 años el campo magnético terrestre ha perdido un 15% de su fuerza que para muchos es un indicativo que la inversión de la polaridad está comenzando y para otros es simple parte de los vaivenes normales en su capacidad. Visto está situación que se vive en nuestro planeta, los científicos están alerta a estos cambios, y un estudio reciente ha develado una región en nuestro planeta en la cual este debilitamiento ha decayendo inusualmente rápido a la cual lo han denominado “La Anomalia del Atlantico Sur” provocando lo que se conoce como agujero magnético del cual se hablaremos en el presente ensayo. ¿Qué es un Agujero Magnético? El campo magnético de la Tierra no solo sirve para hacer que la aguja de una brújula indique norte y sur, también protege a nuestro planeta de la radiación proveniente del espacio que puede ser peligrosa para la vida. El “agujero magnético”, es el debilitamiento del campo magnético en una región determinada de nuestro planeta. Para comprender mejor está anomalía es necesario mencionar al físico estadounidense James Van Allen que llevo a cabo estudios sobre física nuclear, rayos cósmicos y sobre la física atmosférica. El campo, generado por la rotación del núcleo metálico fundido de la Tierra, da lugar a la magnetosfera, una burbuja magnética que envuelve a nuestro planeta. Su tamaño y forma cambian en función de la intensidad del viento solar, la corriente de partículas con carga eléctrica que nos llega desde el Sol. La vida en la Tierra depende de forma crítica de la magnetosfera, la cual protege la atmósfera y la superficie del viento solar y de los rayos cósmicos, aún más energéticos. En 1958, James Van Allen detectó por vez primera los cinturones de radiación atrapados cerca de la Tierra. Es por esto que a estos cinturones también se les conoce como los cinturones de Van Allen. Gráfico (1) En su interior, las líneas de campo magnético apresan y aceleran partículas, principalmente protones y electrones, y las hacen rebotar de un lado a otro entre los polos del planeta. Estos cinturones de radiación se originan por el intenso campo magnético de la Tierra que es producto de su rotación. Ese campo atrapa partículas cargadas (plasma) provenientes del Sol (viento solar), así como partículas cargadas que se generan por interacción de la atmósfera terrestre con la radiación cósmica y la radiación solar de alta energía. De ahí la importancia como parte de la protección que tiene nuestro planeta. Hay dos cinturones de Van Allen: El cinturón exterior, que se extiende desde unos 15 000 km hasta unos 20 000 km, no afecta a satélites de órbitas altas/medias, como pueden ser los geoestacionarios, situados a unos 35 000 km de altitud. El cinturón interior se extiende desde unos 1000 km por encima de la superficie de la Tierra hasta más allá de los 5000. Estas zonas pueden sufrir debilitamiento debido a muchos factores algunos internos debido al variable cambio de funcionamiento de nuestro núcleo terrestre y también por factores externos como rayos cósmicos de alta intensidad provenientes del sol o un disparo de rayos gamma proveniente de un cataclismo cósmico, lo cual provocaría en dicha zona un debilitamiento mayor con respecto a otras y esto terminaría generando el llamado Agujero Magnético en nuestro planeta. Por el momento, según los investigadores, no podemos hacer nada al respecto. Tan solo estudiar cómo se producen estas grietas en la magnetosfera, cómo pueden llegar a afectarnos, y cómo protegernos frente a ellas la próxima vez que una gran cantidad de rayos cósmicos se dirija contra nuestro planeta. ¿Dónde se ha observado el más reciente campo magnético? El debilitamiento de esa especie de escudo "hace que la radiación del sol, pero también de cualquier galaxia, pueda acceder a la Tierra", este debilitamiento ha ocurrido en diversas épocas y en determinados tiempos en distintas regiones de nuestro planeta. y en el presente se viene dando en una extensa región del atlántico sur. En el presente se viene dando en una extensa parte de la región del atlántico sur; la segunda capa protectora de los cinturones de Van Allen se encuentra hundida, quedando apenas 400 kilómetros en promedio de la superficie, ha esta debilidad de campo magnético en dicha zona se le conoce como la Anomalía del Atlántico Sur (AAS) Gráfico (2), una zona donde el escudo protector de la Tierra (el campo magnético) se está debilitando de forma más intensa. Se trata de un área que abarca desde Sudamérica -Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil- hasta el sur de África. La Anomalía del Atlántico Sur (AAS) Gráfico (3); es producida por una "depresión" en el campo magnético de la Tierra en esa zona, ocasionada por el hecho de que el centro del campo magnético de la Tierra está desviado de su centro geográfico en 450 km. Para poner estos cambios relativamente recientes en perspectiva histórica, los investigadores recopilaron datos de sitios del sur de África, que están dentro de la Anomalía del Atlántico Sur, para obtener un registro de la fuerza del campo magnético de la Tierra durante muchos siglos. Analizando todos esos datos, los investigadores descubrieron que el campo magnético en esa región ha fluctuado históricamente entre los años 400-450 dC, entre los años 700-750 dC y nuevamente entre los años 12251550 dC. Los datos recopilados, junto con los modelos teóricos desarrollados para esta investigación, descubrieron también que una región situada en el interior del continente africano, a más de 2 kilómetros de profundidad, puede ser la cuna de las reversiones geomagnéticas de los polos, tanto de las recientes como de las futuras. Otro hecho reciente y que duro poco, es el que ocurrió el 22 de junio de 2015 y duró dos horas. Un «bombazo» emitido por el Sol produjo una grieta en el escudo magnético de la Tierra. El telescopio de muones GRAPES-3, ubicado en el Laboratorio de Rayos Cósmicos del TIFR (Tata Institute of Fundamental Research), en Ooty (India), registró la explosión ocurrida cuando una nube gigante de plasma expulsada de la corona solar golpeó nuestro planeta a altísima velocidad, 2,5 millones de kilómetros por hora, causando la compresión masiva de la magnetosfera, que se redujo de 11 a sólo 4 veces el radio de la Tierra. El colosal estallido de unos 20 GeV también desencadenó una gran tormenta geomagnética que a su vez generó una aurora boreal y apagones de señal de radio en muchos países ubicados en latitudes altas, según publican los investigadores de GRAPES-3 en Physical Review Letters. Otros lugares en nuestro planeta se muestran en el gráfico (4). El color azul indica los lugares donde se debilita, y el rojo, las zonas en las que se ha reforzado. La conclusión más evidente es que mientras el hemisferio occidental sufre una “anemia” galopante de magnetismo, hay otros puntos, como el océano Índico, donde ocurre todo lo contario, aunque hay una tendencia global al debilitamiento. ¿Cuáles serían las implicancias geológicas, climáticas, biológicas y ambientales de un agujero magnético? El debilitamiento del campo magnético produce un aumento de temperatura, cambiando el clima en muchas regiones de nuestro planeta, el cual al ser el clima una variable importante en la vida y en el aspecto geológico de nuestro planeta nos afecta directamente en muchos aspectos. Geológicas. Cambios en la composición de la atmósfera, la mayor parte del carbono terrestre se encuentra en los sedimentos (ciclo del carbono) de modo que la relación entre la atmósfera, rocas y sedimentos (meteorización) es fundamental para el control del clima a largo plazo. El aumento de la temperatura del planeta, provocaría un deshielo de los polos lo cual terminaría cambiando la forma del relieve de nuestro planeta. Podría aumentar la actividad volcánica en las regiones de debilitamiento. Climáticas: Un campo magnético mucho más débil implicaría un clima más fuerte, y un campo magnético más fuerte implicaría un clima mucho más frio. El debilitamiento del campo magnético genera también un calentamiento global en el planeta (Gráfico 5), afectando a muchas especies. Biológica. Muchas especies animales se verían afectados por un débil campo magnético ya que muchas especies sobre todo aves e insectos utilizan el campo magnético como sistema de orientación. Un débil campo magnético dejaría pasar los rayos cósmicos que afectaría directamente a la salud del ser humano, ya que la exposición a estos provocaría tumores y canceres a la piel, así como también podría generar mutaciones genéticas en todas las especies. La flora y fauna se verían afectado básicamente por el cambio climático que generaría la disminución del campo magnético. Otras implicancias que están ocurriendo por este fenómeno llamado agujero magnético es sobre todo en el aspecto tecnológico, en el espacio llamado Anomalía del Atlántico Sur (AAS) al cual los científicos lo han que denominado también El Triángulo de las Bermudas del espacio, debido a que en esta zona se ha visto afectado los sistemas de posicionamiento global (GPS), operaciones de satélites y telecomunicaciones. Por ejemplo, en el 2016, el satélite Hitomi, desarrollado en Japón para realizar fotografías espaciales mediante rayos X, sufrió una avería en el momento en que cruzó alrededor de la zona de la anomalía. ANEXOS Gráfico (1) Representación artística de los cinturones de Van Allen. Gráfico (2) Los cinturones de radiación Van Allen y el punto donde se encuentra la Anomalía del Atlántico Sur Gráfico (3) Gráfico (4) Lanzada por la Agencia Espacial Europea (ESA) en noviembre de 2013, la misión Swarm. En la imagen se aprecia lo que ha medido este conjunto coordinado de tres satélites: los cambios del campo magnético terrestre, que nos protege de la radiación cósmica y las partículas eléctricamente cargadas, entre enero y junio de 2014. Gráfica (5) Variación entre el campo magnético (azul) y el calentamiento global (rojo)