los problemas de integra- ción nacional en india

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LOS PROBLEMAS DE I N T E G R A CIÓN N A C I O N A L E N INDIA
L.
de la Universidad
S.
SINGH,
de Ontario
Occidental
U N O D E L O S G R A N D E S problemas que preocupan a las nuevas
naciones de A s i a y África es el preservar l a u n i d a d nacional ante
las fuerzas centrífugas que vienen del interior. E s en la I n d i a
d o n d e este fenómeno presenta el más serio reto a l gobierno. E l
propósito de este trabajo es el de identificar algunos de los factores divisivos existentes en l a política interior i n d i a y examinar
lo que se h a hecho oficialmente p a r a suprimirlos o reducirlos,
así como el éxito logrado.
L a s principales amenazas potenciales a l a u n i d a d de l a I n d i a
son el comunalismo, el "castaísmo", el regionalismo y el p a r t i cularismo lingüístico. C a d a uno de ellos tiene u n poder explosivo de desintegración mayor que los tres restantes si no se m a n tiene bajo rigurosa y continua vigilancia.
I . Comunalismo
y
castaísmo
cc
33
I n d i a es u n país multireligioso. A u n q u e más del 8 0 % de
sus 450 millones de habitantes son hindúes, hay otras minorías
religiosas de proporción considerable: más del 1 3 % de m u s u l manes, 2 . 3 % cristianos, 1.7% sikhs, y aproximadamente 1% de
p a r sis y budistas.
L a s tensiones comunales entre hindúes y musulmanes no term i n a r o n en 1947 con l a división del subcontienente en dos E s t a 1
Para datos y cifras sobre el tamaño, ubicación, población, lenguas,
religiones, etc., de la India, ver M o s h e Y s c h , Enciclopedia
Worldmark
( N u e v a Y o r k : H a r p e r and R o w , 1963), p p . 79-82.
1
233
234
L . S. S l N G H
FI V I I - 3
dos. A l contrario, todos los problemas que perturbaban a l a I n d i a
antes de l a citada división aún subsisten, y h a n a d q u i r i d o n u e vas dimensiones a causa de l a presencia de u n Estado islámico
vecino. D u r a n t e u n breve período después de l a independencia
los musulmanes indios, que estaban orientados comunalmente,
pensaron que sería oportuno no colmar l a paciencia de l a m a yoría hindú, que ya estaba entristecida e irritada por l a división.
L o s musulmanes o se unieron a partidos no comunales c o m o el
Partido del Congreso, que estaba en el poder, o a partidos de
izquierda —comunistas y socialistas— o se retiraron totalmente
de l a escena política. Pero esta situación, por su p r o p i a n a t u r a leza, no podía continuar indefinidamente. L a minoría islámica
volvió a sostenerse con firmeza, y los fanáticos, entre los hindúes
sólo lograron acelerar este proceso. L o s tumultos de hindúes y
musulmanes todavía envenenan l a política interior y crean, a
intervalos frecuentes, serios problemas para la integridad del
Estado.
E l problema hindú-musulmán es hoy tan serio como siempre
por l a sencilla razón de que hay más de 60 millones de m u s u l manes que aún v i v e n en l a I n d i a — c a s i las tres cuartas partes
de los musulmanes establecidos en Pakistán, y u n a mayoría de los
que residían en los estados de U t t a r Pradesh y B i h a r — , los m u s u l manes que incluían a aquellos que con más ardor apoyaban l a
d e m a n d a de Pakistán no se unieron a sus líderes de l a L i g a Islámica p a r a seguirlos a Pakistán después de l a división. Incluso
los que fueron a su recién creada T i e r r a Santa, o por lo menos
l a mayoría de ellos, dejaron atrás parte de sus familias. E n c o n secuencia, es difícil p a r a muchos musulmanes indios r o m per completamente los lazos existentes con sus parientes en P a kistán y uno puede preguntarse c ó m o los adhérentes a l a "teoría de las dos naciones" (que consideran que hindúes e islamitas
son dos naciones) p u d i e r a n aceptar de l a noche a l a mañana
l a base seglar del Estado indio. O f i c i a l m e n t e cuando menos, se
hacen esfuerzos p a r a a m i n o r a r este aspecto del problema, pero
el dilema es verdaderamente real. Esto no significa que no
existan musulmanes de ideas seglares, pues, de hecho, u n a gran
mayoría de éstos n u n c a aceptó l a ideología de l a L i g a Islám i c a y su deseo de u n a T i e r r a S a n t a p a r a musulmanes indios,
y tuvo que o l v i d a r su adhesión a los principios comunales sobre
los cuales fue fundado Pakistán. A u n q u e son u n a minoría, los
E n e - M a r 67
PROBLEMAS
DE
235
INTEGRACIÓN
islamitas se sienten superiores, recordando que fueron u n a raza
conquistadora y gobernante de los hindúes por largo tiempo.
D e l a m i s m a manera, aunque l a mayoría de los hindúes secul a r m e n t e están ansiosos de probar que los musulmanes pueden
v i v i r mejor en I n d i a que en Pakistán, no faltan fanáticos que
quisieran acabar totalmente con el Islam como entidad, pues
p a r a ellos es u n enigma que h a y a todavía musulmanes en
I n d i a ; ¿por qué no se v a n a Pakistán? Estos hindúes y m u sulmanes tienen todavía que aprender a adaptarse unos con
otros, siguiendo los principios del Estado indio. L o s hindúes deben darse cuenta de que l a I n d i a no es u n Estado hindú, sino
u n estado seglar donde los islamitas y otros grupos gozan de
iguales derechos a u n a existencia c u l t u r a l separada y organizada,
a u n q u e sean parte integrante de l a v i d a nacional. A l mismo
t i e m p o , los musulmnes, aunque con derecho a salvaguardias, tien e n que reconciliarse con su estado de minoría. Aquí debe h a cerse notar que u n a integración genuina de hindúes y m u s u l m a nes es imposible. L o que sí se puede exigir de ellos es lealtad
al Estado i n d i o que sobrepase a todo lo demás, y tolerancia y
respeto por las formas culturales de cada uno.
L a coexistencia de hindúes y musulmanes no es el único p r o - /
b l e m a que amenaza l a armonía c o m u n a l en I n d i a . L a c o m u n i d a d m a y o r i t a r i a contiene en sí muchos* elementos divisivos que
convierten en u n absurdo l a u n i d a d de I n d i a como nación. E l
h i n d u i s m o , l a religión de l a c o m u n i d a d mayoritaria, no h a p r o porcionado formas institucionales que puedan contener los rasgos centrífugos del sistema social hindú. S i n d u d a , el hinduismo
h a hecho de l a I n d i a , desde C a b o Camorín hasta el H i m a l a y a ,
u n a u n i d a d cultural. Pero el h i n d u i s m o , tanto en su aspecto soc i a l como en el político, es u n a fuerza divisiva, al mismo tiempo
que unificadora. L a base de l a organización social hindú es el
sistema de castas, por medio del c u a l l a sociedad se divide en
jatis, unidades endógamas, de rangos superiores e inferiores, hasta el punto de declarar intocables a algunos de los jatis. Este
sistema discriminatorio deriva su existencia de u n sentido aceptado de superioridad e i n f e r i o r i d a d , presiones sociales, costumbres, tabús, y el poder económico e intelectual de las castas dominantes. E l sistema social l i m i t a las comidas y los matrimonios
2
2
V e r M . N . Srinivas, Caste in Modern
India
(Bombay,
1962).
236
FI V I I - 3
L . S. S l N G H
mixtos a u n jati (o a unos cuantos jatis) y prescribe l a o c u p a ción de cada jati. P o r ello determina en cierto sentido, tanto
l a posición social del i n d i v i d u o como su posición económica. E n
total hay más de tres m i l castas y u n número infinito de subcastas; y existen también castas correspondientes p a r a cada u n a
de las formas de ocupación y r i t u a l . O r i g i n a l m e n t e , nos dicen,
el sistema de castas comenzó como división de cuatro de las f u n ciones sociales: el brahmán (intelectual y a g r i c u l t o r ) , el kshatriya (guerrero), el vaishya (comerciante o agricultor) y el sudra
(sirviente). E l trabajo de cada uno era su varnashrama
dharma
(deber religioso), y n i n g u n a ocupación se consideraba inferior
o superior. Pero hoy es u n sistema único de desigualdad social
sancionado y aceptado como parte inseparable de l a religión
hindú. L o s más bajos en l a jerarquía hindú, los intocables (ahor a l l a m a d o "ex intocables") o harijans, hijos de D i o s , como los
llamó G a n d h i p a r a elevar su rango social, son más de 80 m i llones; pero u n número mayor pertenece a las castas llamadas
atrasadas. U n a sociedad cuya mayoría está degradada como
perteneciente a castas intocables o atrasadas (que se consideran
apenas ligeramente superiores a las intocables) no puede decir
que descansa sobre u n a base sólida. Se h a n tomado medidas constitucionales, legislativas y administrativas p a r a elevar l a posición
social, económica y política de estas castas en el sistema social
hindú, pero el efecto de tales medidas es n u l o , o m u y lento, poll a sencilla razón de que l a sociedad hindú tiene todavía que
pasar por u n a transformación social r a d i c a l , que tendería a
convertirla en u n a sociedad verdaderamente igualitaria. L a constitución de I n d i a suprime l a i n t o c a b i l i d a d , y su práctica en
cualquier f o r m a es u n a ofensa legal, pero aún persiste en áreas
rurales. Todavía no les es permitido a los harijans, en los pueblos, sacar agua de los pozos existentes en áreas de castas medias
o altas porque sus vasijas contaminarían el agua.
3
A u n q u e l a casta es u n a institución particularmente hindú,
h a penetrado algo en otras comunidades religiosas, por l a razón
básica de que es u n símbolo de posición social. C o m o t a l , se a l i m e n t a de l a debilidad h u m a n a f u n d a m e n t a l que se h a l l a en
3
Para u n
formes
reporte detallado
sobre
dicha discriminación, ver varios i n -
del Comisionado de Castas y T r i b u s publicados por el gobierno
Ja India.
de
Ene-Mar 67
PROBLEMAS DE INTEGRACIÓN
237
todas las sociedades, por l a c u a l uno se considera superior a otro.
M u c h o s movimientos que empezaron como rebelión contra el
sistema de castas acabaron por crear todavía otras nuevas: los
lingayats en M y s o r e y los sikhs en P u n j a b , p a r a mencionar solamente dos. ( E l budismo terminó por ser u n a religión aparte,
habiendo fracasado en su misión de r e f o r m a ) . U n número considerable de sikhs, cuyos antepasados fueron originariamente
hindúes de castas altas, conservan sus apellidos hindúes (que
i n d i c a n l a casta) p a r a anunciar su posición superior y diferenciarse de aquellos miembros de su grupo religioso que o r i g i n a riamente fueron hindúes de castas bajas. Incluso algunos cristianos hacen esta clase de diferenciación. Aquellos cristianos c u yos antepasados fueron conversos de castas altas hindúes tratan
de conservar sus apellidos de casta y generalmente d a n nombres
indios a sus hijos, a f i n de que todos sepan que ellos no pertenecen a l grupo de cristianos que fueron convertidos de entre los
intocables o los de castas bajas. P o r tanto, no es p a r a sorprenderse que los antes intocables, que ahora son cristianos, h a y a n
abandonado sus apellidos originales y den nombres totalmente
europeos a sus hijos, p a r a que los demás no sepan l a verdadera
casta de sus antepasados. L o s musulmanes no tienen intocables
n i restricciones acerca del comer en compañía m i x t a , pero los
de posición superior reconocida —sayyads, quereshis,
sheikhs,
khans, etc.— no contraerían m a t r i m o n i o con otros correligionarios de rango inferior —los momin ansars, julahas, etc. Es más,
los momin ansars en I n d i a tienen derecho a aceptar las mismas
becas de gobiernos estatales y de uniones que se proporcionan a
los hindúes de castas atrasadas y a los harijans. N i los judíos
están inmunizados contra l a infección de castas. E l m a t r i m o n i o
m i x t o de judíos "blancos" y "negros" en K e r a l a no está p e r m i tido por sus reglas sociales.
I I . Casta y política
Paradójicamente, el sistema de castas, que tenía como f i n el
mantener l a armonía social asignando deberes (y que funcionó
extraordinariamente bien por siglos), ahora h a acentuado u n
sentido de l u c h a p o r el poder y se h a convertido en uno de los
factores más divisivos en l a política i n d i a . L a democracia
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L.
S.
FI
SINGH
VII-3
representativa h a dado nuevos bríos a u n a institución que está
pereciendo bajo l a fuerza de l a industrialización y l a e d u c a ción liberal occidental. A u n q u e l a casta v a poco a poco dejando de ser u n m a l social, se está convirtiendo cada vez más
e n u n m a l político. L a actual política estatal en I n d i a , es más
bien política de casta. E l faccionalismo no h a prosperado en
N u e v a D e l h i gracias a l a enorme personalidad del finado P r i m e r
M i n i s t r o N e h r u , y todavía deberá desarrollarse aunque y a no
exista el árbol " b a n y a n " . S i n embargo, en los Estados, las organizaciones del P a r t i d o del Congreso se ven obstaculizadas por
facciones formadas alrededor de las castas, las cuales, a falta de
controversias ideológicas, son tema clave p a r a las campañas. D u rante las elecciones los candidatos son escogidos según las castas
que compongan determinado distrito electoral. E n su anhelo por
permanecer en el poder, el P a r t i d o del Congreso no h a titubeado en presentar como candidatos del partido a individuos que
pueden o no ser de él, pero que podrían asegurar l a v i c t o r i a a l
partido que tiene el poder a causa de su casta. L o s otros p a r t i dos tampoco h a n resistido a l a tentación de recurrir a los sentimientos de casta p a r a obtener victorias electorales a costa de
m i n a r l a paz y l a armonía comunales. ¿ Y por qué habrían de
abstenerse si el mismo partido gobernante les mostró el camino?
L a s castas son l a base de g r a n parte de l a l u c h a por el poder
y el lucro dentro de las unidades locales y estatales del partido
gobernante. E n A n d h r a , l a historia del Partido del Congreso
es l a historia de l a incesante l u c h a de las dos castas dominantes
—reddys y kammas— por el d o m i n i o del partido y del gobierno.
E n su frustración, (puesto que los reddys llevaban las de g a nar en este conflicto) algunos de los kammas, guiados p o r el
Prof. N . G . R a n g a , h a n entrado y salido del Partido del C o n greso antes de unirse a l P a r t i d o Swatantra. E n Mysore, las
dos principales castas no brahmánicas —lingayats y
vakkaligas—
mantienen siempre v i v a l a l u c h a de facciones. E n R a j a s t h a n ,
los jats y rajputs son rivales por el d o m i n i o del partido y del
gobierno. E n el estado de U t t a r Pradesh, las facciones del p a r t i d o gobernante tienden a girar alrededor de dos facciones p r i n 4
Sobre este punto ver K . Santhanam, Transition in India (Bombay,
1 9 6 4 ) ; H u g T i n k e r , India and Pakistan: A Political and Politics of India
(Londres, 1964), y L . I. y S. H . R u d o l p h , " P o l t i c a l Role of India's Caste
Associations", Pacific Affairs ( M a r z o , I960).
4
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PROBLEMAS DE INTEGRACIÓN
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cipales: el g r u p o baniya (negociantes) y el grupo brahmán. E l
a n t i - b r a h m a n i s m o es l a fuerza i m p u l s o r a en gran parte del sur
de l a I n d i a , especialmente en M a d r a s . U n factor que ayudó a
K a m r a j N a d a r a ser prominente en su propio Estado (y después
e n t o d a I n d i a ) fue el pertenecer a u n a dominante casta a n t i brahmánica. E l factor casta en otros partidos seglares, como los
comunistas, los socialistas P r a j a y los socialistas, no es tan m a r c a d o , pero sí está presente en sus disputas entre partidos.
A l r e d e d o r de 1955, W . H . M o r r i s - J o n e s , conocido estudioso
de los asuntos indios, expresó el punto de vista de que l a estruct u r a de partidos en l a política i n d i a era u n a gran fuerza p a r a
l a u n i d a d n a c i o n a l . ¿Pero, los principales partidos políticos están p o r e n c i m a de flaquezas comunales y de casta? L a verdad
es que los partidos nacionales, especialmente el que tiene el poder, n o son más que u n a colección heterogénea de facciones
regionales y de castas que se preocupan más por sus intereses
personales, regionales o de casta, que por los de l a nación. E l
comportamiento de los partidos políticos nacionales es u n a triste
página sobre el futuro de l a u n i d a d nacional i n d i a . U n comentarista refiriéndose a l Partido del Congreso, escribió:
5
R e a l m e n t e , de todos los que hay en el país, el del Congreso
es el p a r t i d o más dominado por las castas. Sus facciones
siempre g i r a n alrededor de personalidades y de castas. Selecciona sus candidatos electorales, ministros, y hasta sus
jueces con base en el factor casta; muestra preferencias de
casta en casi todos los nombramientos, y dondequiera que
p u e d a , u n ministro trata de favorecer a los miembros de su
m i s m a casta. L a jefatura central del Partido del Congreso
n o h a hecho n a d a por i m p e d i r esto y, a l contrario, reconoce
grupos de castas y negocia con ellos, apelando a éstos p a r a
mantener l a u n i d a d . L o s grupos regresan de D e l h i a sus
respectivos Estados completamente satisfechos y reanudan
sus intrigas de casta con más energías.
6
5
W.
H . Morris-Jones, Parliament
in India
(Philadelphia, 1957), p p .
12-31.
6
India,
Un
corresponsal,
"National
( D e l h i , Agosto 25,
1961).
Disintegration",
Guiltyman,
Times
of
^
240
L.
I I I . Regionalismo
S.
SINGH
y particularismo
FI V I I - 3
lingüístico
Aún queda por mencionar el que, probablemente, es el más
serio de los problemas a que se enfrentan los estadistas: l a reconciliación de l a lealtad nacional con l a regional. L a enorme
u n i d a d nacional que surgió durante l a l u c h a por l a independencia es a h o r a u n a vieja historia. E l grito de combate, p a r a
echar a los colonialistas británicos, con sus numerosos c o n c o m i tantes — l a m a r c h a de desobediencia c i v i l , las cancionas n a cionales, el boicot a l a mercancía británica, los símbolos de l a
rueda de h i l a r y el gorro blanco, y por sobre todo, l a apelación
de G a n d h i a las masas— produjeron u n a especie de u n i d a d
nacional n u n c a antes conocida en l a historia de I n d i a . D e hecho
l a I n d i a entera h a estado bajo u n gobierno único solamente tres
veces: bajo el d o m i n i o de A s o k a en el siglo ra A . G . , del E m p e rador M u g h a l Aurangzeb en el siglo XVIL, y durante el período
británico. A excepción del d o m i n i o británico, los períodos de
control i m p e r i a l no h a n sido n i duraderos n i efectivos. L a s distinciones regionales que persistieron a través de todas las épocas
apenas fueron obscurecidas durante l a etapa británica. M u y
pronto después de l a independencia aparecieron o t r a vez tendencias divisorias, amenazando l a u n i d a d nacional. G o m o hizo notar
u n conocido literato y estadista, S. K . C h a t t e r j i , en su informe
de l a minoría de l a Comisión O f i c i a l de I d i o m a s :
E l regionalismo y parroquialismo están usurpando los d o m i nios de u n nacionalismo a m p l i o e i l u m i n a d o y de u n internacionalismo culto con lemas de todas clases, que ahogan
el sentido de a c t u a l i d a d .
7
L a historia de I n d i a es en realidad u n a historia de sus regiones principales. L o más que alguna dinastía del norte de I n d i a
podía gobernar por u n tiempo dado eran las llanuras del Ganges
y las áreas cercanas. L a altiplanicie de D e c c a n fue el área p r i n c i p a l controlada por los emperadores indios del centro, y las
llanuras del sur con sus lugares anexos constituían el total de
S. K . Chatterji, Reparte de la Minoría, Report of the Official
Commission
( D e l h i , 1959), p. 296.
7
Language
Ene-Mar 67
PROBLEMAS DE JNTEGRACIÓN
241
las ambiciones, de. muchos, .de¡Jos : constructores de ¡imperios en el
s u r . L a persistencia de estas entidades regionales — B e n g a l a ,
Maharastra Q^
A n d h r a , T a m i l n a d — a través
de l a historia i n d i a proporciona el grano al m o l i n o regionalista.
Recuerdos ele l a antigua gloria i n d i a , realmente u n a colección
de glorias regionales, fueron revividos durante l a l u c h a contra
los británicos; p a r a hacer ver a las masas que ellas estuvieron
u n a vez a l a v a n g u a r d i a . d e las culturas del m u n d o , y que ahora
e r a n regidas por u n a raza inferior. A l mismo tiempo que servía
a l a causa del movimiento nacionalista, esta glorificación del
pasado también revivió rivalidades y rencores históricos. N a d a
podía refutar el hecho de que, entre muchas otras cosas buena?
pertenecientes a l pasado,, existía el fratricidio también c o m o
parte .de l a herencia nacional. E l regionalista, que busca mezquinas ganancias políticas, puede m i n a r l a delicada u n i d a d n a c i o n a l u s a n d o , l a historia en muchas formas. Selig H a r r i s o n expresó convincentemente q u e ;
;
8
:
? )
E l regionalista ¡no renuncia a nada. T i e n e libertad p a r a
incitar a los vencidos en contiendas pasadas a nuevas v e n ganzas, y a los vencedores a mayor engrandecimiento. A pesar de todos sus propósitos políticos prácticos, el pasado, c o n
sus poderosos recuerdos, queda a merced del r i v a l regional
del nacionalismo i n d i o .
9
E l resurgimiento regionalista h a sido llevado a tales extremos
que el historiador regionalista no sólo a d j u d i c a a su región l a
pasada grandeza del país entero, sino que conscientemente excita
sentimientos de superioridad y de odio hacia otras regiones.
L o s patriotas gujaratis, cuando exigían u n estado G u j a r a t i a p a r te, despertaron odio contra los marathas recordando a sus c o m pañeros gujaratis el "desmembramiento" por los marathas de
aquel G u j a r a t que "había sido l a parte más r i c a de l a I n d i a ,
tanto en riqueza n a t u r a l como social", y que se " c o n s i d e r a b a "
como " e l segundo poder político de I n d i a , después del de D e l h i ,
Sobre este punto consultar a K . M . Panikkar, Geographical
Factors
in Indian History (Bombay, 1955). También, R. C . Majumdar, ed., History
and Culture of Indian People, y K . A , Nilakantha Sastri, A History
of
South India.
Selig. S. H a r r i s o n , India: The Most Dangerous
Decades (Princeton,
I 9 6 0 ) , p. 14.
•,
8
9
242
L. S. SINGH
F /
V I I 3
d u r a n t e e l período m e d i e v a l " . M i e n t r a s que los historiadores
marathas p i n t a n como benévola l a dominación rharatha, e n l a
opinión de prominentes escritores gujaratis los "agentes de S h i v a j i " (héroes marathas) veían á Güjárat "más como tesoro
p a r a robar que como país p a r a g o b e r n a r " . Según l a tradición
sánscrita de los tiempos védicos, los S u r e ñ o s eran asuras (demonios) y los n o arios eran aceptables a los conquistadores arios
sólo como dasyus (esclavos). Pero e l patriota t a m i l de hoy tiene
u n a versión totalmente diferente de esa época. P a r a él los dráv i d a s d e l sur eran m u c h o más civilizados que los "bárbaros"
arios, que se civilizaron gracias á haber entrado e n contacto
c o n los drávidas. E l Ramayaría, l a gran epopeya, se consider a por los indios del norte como u n a gran fuerza para l a u n i d a d
y l a síntesis, pero p a r a los patriotas drávidas de hoy, ( a quienes
P a n i k k a r describió como " e l grupo de lunáticos" del gran pueblo
patriótico T a m i l ) ,
l a epopeya establece l a desigualdad aria o
b r a h m a n a . Reescriben el Ramayana p a r a colocar a R a v a n a como
héroe drávida que rechaza a R a m a , e l agresor del norte. L o s
historiadores a n d h r a pretenden que u n g r u p o de sus antepasados, los satvahanas, u n a vez gobernaron a l pueblo k a n n a d de
M y s o r e . También los marathas dicen algo semejante. Pero e l
historiador k a n n a d tiene otra histeria totalmente distinta: los
satvahanas n o eran andhras y n i n g u n a de las primeras dinastías
k a n n a d era M a h a r a s t r i y a ; todas eran k a n n a d s . L o s assameses
o d i a n a los bengalíes como a explotadores y opresores t r a d i cionales, y los bengalíes desprecian a los kassameses, como a
otros, considerándoles seres inferiores. L o s punjabis se consider a n el brazo derecho de l a I n d i a , y superiores a todos los demás,
Estas tendencias n o se pueden atribuir sólo a l a gente ignorante.
Personas responsables hacen esfuerzos deliberados por perpetuar
estas vanidades e n detrimento de l a u n i d a d nacional. L a C o misión de Reorganización de Estados notó c o n pena que e l
10
11
12
1 3
14
M a h a Gujarat Parishad, Memorandum Submitted to the States Reorganization Comission (Bombay, 1954), p p . 10-11, y K . M . M u n s h i , Linguistic Provinces and the future of Bombay, (Bombay, 1948).
1 0
K . M . M u n s h i , Gujarat'ank Its. LHerature' (Bombay, 1935), p p . 207208, citado en Selig Harrison.
. '
P. Chidambaran F i l i a l , Dravidian and Aryan (Nfagercoil, 1936), p. .2.
K . M . Panikkar, The Foundation
of New India (Londres, l £ 6 3 ) ,
p. 220.
"
' '- •••• ' •' ' '. , •"
,.
A . P . Karmarkar, A Cultural History of Karnatak, p . 25;
1 1
1 2
1 3
u
1 4
-
r
E n e - M a r 67
PROBLEMAS
DE
INTEGRACIÓN
243
p a r r o q u i a l i s m p era parte de l a educación i n f a n t i l en varios E s tados.; L o s libros de texto en algunos Estados incluían cantos
q u e exaltan las ideas regionalistas. L o s libros de historia " h a n
revelado u n a m a r c a d a tendencia
los logros pasados
de los: grupos lingüísticos d o m i n a n t e s " /
L a política, del regionalismo lingüístico no sólo h a alentado
el patripterismo . regional, sinpíque - también h a aumentado las
pasiones comunales y de casta. E l movimiento p a r a lograr E s t a dos lingüísticos, que culminó, en l a reorganización de los Estados
sobre u n a base lingüística en 1956^ reveló que tras el manto
lingüístico a menudo había motivos comunales y económicos. L a
agitación por u n a Dravidistán independiente, guiada por los drávidas K a z a g h a m y M u n e t r a K a z a g h a m (Asociación Progresista
D r a v i d i a n a ) de M a d r a s es u n a reacción c o n t r a u n a supuesta
dominación por parte del norte de I n d i a , principalmente porque
también es u n a rebelión contra siglos de opresión b r a h m a n a , l a
c u a l el drávida iguala con l a dominación aria o del norte. R e a l mente, como h a notado m u y bien Selig H a r r i s o n : " c o m o alianza
de castas tamiles agraviadas, el movimiento drávida ejemplifica
el potencial político de grupos regionales de casta que se u n e n
tras u n lema cualquiera contra u n a víctima propiciatoria 'extranj e r a ' . " E l movimiento telegu, que quería u n Estado con representación legislativa, indudablemente emergió en su fase f i n a l
c o m o expresión del patriotismo regional y lingüístico de todos
los telegües — b r a h m a n e s y no brahmanes. S i n embargo, debe
hacerse notar que u n factor esencial en el origen de esta dem a n d a era l a queja c o m u n a l — l a protesta del brahmán telegu
c o n t r a el lugar preponderante de l a élite del brahmán t a m i l
en el estado multilingüe de M a d r a s . E l brahmán telegu — a b o gado, empleado gubernamental o f i g u r a literaria había sabido
p o r largo tiempo que l a competencia con sus contrapartes tamiles
no era ventajosa p a r a él. L a s castas reddys y kammas, no b r a h manas, que se convirtieron posteriormente en el grupo de casta
d o m i n a n t e en las áreas de h a b l a telegu, se u n i e r o n a l m o v i m i e n to, a l ver que en u n Estado telegu su posición mejoraría. D e
m o d o similar, los lingayats de M y s o r e apoyaron l a demanda por
u n K a r n a t a k de h a b l a k a n n a d , sabiendo perfectamente que ellos
5
;
t;
;:;
1 6
1 5
Report of the States Reorganization
de la India ( D e l h i , 1955), p. 39.
Selig Harrison^ op. cit., p. 124.
1 6
Commission.
Prensa del G o b i e m o
244
L . S. S i N G H
FI
:
VII-3
dominarían tal Estado. L a d e m a n d a por u n Estado sikh n o fue
más que u n a demanda c o m u n a l . Comenzó por pedir u n Sikhistán independiente (como Pakistán), pero más tarde sus p r o t a gonistas convirtieron l a demanda en otra por u n Estado aparte
dentro de l a unión. C o m o esta d e m a n d a fue desacreditada por
su base comunal, los sikhs astutamente emplearon el argumento
lingüístico, diciendo que no se les podía negar a ellos lo ya
concedido a otras regiones. L a verdad es que no hay ningún
grupo religioso importante en P u n j a b que n o hable p u n j a b i ,
l o c u a l hace de Punjab u n a u n i d a d lingüística que no requiere
más división. Además, las áreas sikh e hindú no se pueden
demarcar porque las dos comunidades son geográficamente i n divisibles. S i n embargo, el P u n j a b por f i n fue dividido p a r a
c u m p l i r con l a demanda de los sikhs.
I V . Diversidad
de
lenguas
L a controversia acerca del problema n a c i o n a l lingüístico t a m bién h a demostrado el poder de los sentimientos regionales como
potencial de desintegración. I n d i a es u n país de 14 idiomas
principales y más de 1,650 lenguas y dialectos diferentes, según
el censo de 1961. E l 9 5 % de l a población, sin embargo, h a b l a
u n o o más de los 12 idiomas regionales. Más del 4 5 % —los que
v i v e n en U t t a r Pradesh, B i h a r , M a d h y a .Pradesh, Rajasthánj P u n j a b , y algunos en otros E s t a d o s — h a b l a n y entienden, h i n d i . C a d a
u n o de los otros idiomas r e g i o n a l e s — - m a r a t h i , bengalí, g u j a r a t i ,
eriya, assamés, telegu, t a m i l , k a n n a d , y malayalam—- es entendido
p o r menos del 1 0 % de l a población. P o r ser el i d i o m a del grupo
más grande, el h i n d i fue declarado lengua^ nacional desde enero
de 1965, después de muchos debates y por u n m u y pequeño m a r gen de votación en l a A s a m b l e a Constituyente. Pero ahí no
terminó l a controversia. Mientras, que los protagonistas del h i n d i , quienes, dicho sea de paso, tienden a considerarse como los
únicos verdaderos herederos de A r y a w a r t ( l a tierra de los a r i o s ) ,
h a n estado presionando^ a l gobierno de l a Unión a que imponga
e l h i n d i sobre todos; los políticos d e l sur de I n d i a , especialmente los tamilianos, siempre se h a n opuesto a l h i n d i y su pretensión de ser Ja lengua n^c^gn.al.,..^.Se , h a n alentado todos los
sentimientos de supuesta dominación por el N o r t e para despertar
oposición a l h i n d i . E l aspecto económico dé l a controversia l i n i
E n e - M a r 67
245
PROBLEMAS DE INTEGRACIÓN
güística n a c i o n a l h a perturbado a l gran cuerpo de estudiantes
del S u r , que ven en ella u n a inminente pérdida, en u n a situación
de escasez de empleos, de su posición privilegiada. E l reclutasm i e n t o p a r a los empleos en los servicios centrales se basa e n
u n a prueba general, u n examen de oposición que se hace en i n glés. L a mayoría de los puestos codiciables en los servicios centrales es concedida a indios del S u r por su superioridad en inglés
(fueron ellos los primeros en aprenderlo, y lo siguen empleando,
mientras que las universidades en el N o r t e h a n cambiado el
inglés por el h i n d i ) . E l h i n d i es p a r a ellos u n i d i o m a e x t r a n jero y cuando reemplace a l inglés como lengua oficial en los
exámenes de oposición p a r a conseguir empleos estarán en desv e n t a j a , p o r lo menos por lo pronto, frente a sus competidores
c u y a lengua m a t e r n a es el h i n d i : los indios del N o r t e . P o r lo
tanto, no es p a r a sorprenderse que cuando el 26 de enero de
1965 (Día de l a R e p ú b l i c a ) , el h i n d i se convirtió en el i d i o m a
n a c i o n a l oficial (según el A r t . 343 de l a Constitución), los estu-^
diantes de M a d r a s y otras áreas cercanas reaccionaran con extrem a violencia. Q u e m a r o n las efigies de l a " d e m o n i c i d a d " h i n d i
y g r i t a b a n : " A b a j o el h i n d i " , " T a m i l en peligro", " H i n d i n u n c a : inglés siempre". L o s separatistas D K y D M K declararon
que el Día de l a República debía observarse como el "Día del
Imperialismo h i n d i " . L o s tumultos anti-hindúes costaron l a v i d a
a por lo menos 60 personas (más de 300 en cálculos e x t r a oficiales) .
Es de notarse que en algunos estados — B e n g a l a ,
G u j a r a t , M a h a r a s t r a , etc.—, el inglés h a sido desplazado no
p o r amor a l h i n d i , sino p a r a promover el i d i o m a regional. P o r
lo tanto, l a perturbación causada por el problema de u n l e n guaje oficial es u n feo recordatorio de que el regionalismo es
u n a fuerza explosiva y que el i m p o n e r el i d i o m a de u n a región
sobre otra no logra l a unión, sino l a desunión.
17
L o anterior nos l l e v a a l a inevitable conclusión de que el
regionalismo y el patrioterismo lingüístico debilitan el desarrollo
de u n sentido de ciudadanía por parte de l a población, porque
alientan y fortalecen las tendencias divísivas. E l regionalismo,
18
Robert L . Hardgrave, " T h e Riots i n T a m i l n a d : Problems and Prospects
India's Language C r i s i s " , Asian Survey (Agosto, 1965), v o l . N o . 8.
1 7
of
Para mayores detalles, ver Joan V . Bondurant, Regionalism
vs. Provincialism: A Study of the Problems of Indian National Unity, Indian Press
Digest Series, M o n o g r a p h N o . 4 (Berkeley, 1958).
•
1 8
246
FI V I I - 3
L . S. S l N G H
debemos repetir, inyecta u n sentido de superioridad sobre los
otros grupos regionales, a p r o p i a p a r a su región l a herencia d e l p a sado de todo el país, y mantiene vivo el orgullo por ciertas c u a l i dades del grupo regional. E n 1962, el finado K . M . P a n i k k a r ,
bien conocido i n d i o del S u r , llamó a esto "vanidades i n o f e n sivas". Incluso llegó a decir, como disculpando a los regionalistas, que el clamor contra el regionalismo era el de algunos i n tereses que deseaban proteger el predominio que habían l o grado. Él creía que cuando u n Estado industrialmente a t r a sado — A s s a m , O r i s a y K e r a l a (su Estado n a t a l ) — pide mejor trato y condiciones superiores, esto es " d e n u n c i a d o " c o m o
alentador del regionalismo. A su m o d o de ver, consideraciones
similares se pueden aplicar a los i d i o m a s . ¿Pero, son estas tendencias divisorias de que hemos estado hablando, meramente
vanidades "inofensivas"? ¿Es "inofensivo" que gujaratis y m a rathas se asesinen mutuamente por l a posesión de l a c i u d a d de
Bombay? ¿ O que los assameses y bengalíes se asesinen en C a c h a r por causa del lenguaje? ¿Es M a d r a s u n Estado atrasado
porque los que quieren l a secesión ocupan más o menos l a cuarta
parte de los asientos de l a A s a m b l e a Legislativa? E l atraso no
tiene nada que ver con las fuerzas regionalistas o centrífugas;
éstas surgen porque falta el sentirse componentes de u n a e n t i d a d nacional.
19
L a partición no resolvió el problema hindú-musulmán, y
l a creación de estados lingüísticos no acabó con el regionalismo
lingüístico y c o m u n a l . L a agitación de D K - D M K p a r a u n D r a v i distán independiente, las aspiraciones separatistas de las tribus
naga, y el "suba p u n j a b i " de los sikhs (con potencial p a r a u n
Sikistán independiente) amenazan seriamente l a u n i d a d de
I n d i a . Es aquí que puede verse l a i m p o r t a n c i a de K a s h m i r p a r a
l a u n i d a d nacional. C o m o Selig H a r r i s o n observa correctamente, el conceder l a posibilidad de que K a s h m i r pudiera separarse,
concedería que otras partes p u d i e r a n hacer lo mismo, y en efecto,
sería u n a invitación a ello. U n a secesión puede causar u n a reacción en cadena. C u a n d o a K a s h m i r se le. dieron ciertas medidas
de autonomía en 1953, l a mayoría gradualmente retiradas, otras
regiones inmediatamente p i d i e r o n privilegios similares.
Una
1 9
lección inquietante sobre el impacto
Panikkar, Foundation
of
New
India,
pp.
226-227.
en l a política
Ene-Mar
67
247
P R O B L E M A S DE INTEGRACIÓN
de los años posteriores a l a independencia, de l a diversidad
y de las divisiones internas de I n d i a , es que los partidos n a c i o nales no son n i n g u n a garantía de existencia n a c i o n a l , c o m o
m u c h o s esperaban. T o d o s los partidos principales h a n demostrado ser fácilmente divisibles en facciones regionales, lingüísticas, y hasta comunales, a l a menor provocación. Ningún p a r t i d o ,
especialmente el que tiene el poder (que h a desarrollado su
organización i n t e r n a con bases lingüísticas desde 1920) h a p o d i d o evitar que sus unidades locales sean succionadas por los
torbellinos de pasiones regionales, lingüísticas y comunales. Este
hecho impulsó a l finado P r i m e r M i n i s t r o N e h r u a hacer algo
p a r a remediarlo en 1961.
V . Campaña
para la integración
nacional
desde 1961
N e h r u siempre tuvo serios presentimientos acerca de l a desintegración nacional. Repetidamente decía que su misión era
promover l a u n i d a d i n d i a . Se horrorizó y alarmó cuando a p r i n cipios de 1961 hubo serios choques entre hindúes y musulmanes
en J a b a r p u l y B h o p a l , y los assamitas comenzaron a asesinar
bengalíes en aquel Estado. L e perseguía tanto el espectro del
país entero cayendo presa del comunalismo, regionalismo y l i n güismo que nombró u n Comité N a c i o n a l de Integración, encabezado por l a S r a . I n d i r a G a n d h i (hoy P r i m e r M i n i s t r o ) , p a r a
que estudiara varios aspectos del problema.
E n su informe el Comité deploraba que "después de l a
independencia le hemos dado más i m p o r t a n c i a a las reformas
administrativas y económicas, sin ver en los problemas básicos
de l a u n i d a d i n d i a su verdadera i m p o r t a n c i a " . Insistiendo que
l a batalla c o n t r a el comunalismo n u n c a debe de aflojarse, el
Comité sugirió, ínter alia, mejores condiciones p a r a las m i n o rías, evitar instituciones educativas manejadas por organizaciones comunales, multas colectivas a las comunidades que t o m a r a n acciones agresivas que llevaran a tumultos y motines, u n a
fuerza federal de reserva policíaca p a r a poner u n alto a los
disturbios, l a extensión de l a L e y de Detención Preventiva a
los casos de ofensas comunales, y u n código de comportamiento
p a r a los partidos políticos que prohibiese el fomento de pasiones
regionales y comunales. E n cuanto a soluciones a largo plazo,
el Comité hizo hincapié en l a educación, especialmente en el
243
L.
S.
SlNGIl
nivel de l a p r i m a r i a , p a r a crear u n a perspectiva,
de vista nacional entre los ciudadanos del f u t u r o .
FT
VII-3
un
punto
20
D u r a n t e más de u n año, a partir de mediados de 1961,
el P r i m e r M i n i s t r o encabezó u n a cruzada contra las fuerzas
centrífugas y casi diariamente subrayaba e n sus discursos l a integración emocional de las gentes. Llegó a decir que no t i t u bearía en hacer u n a guerra c i v i l para preservar l a u n i d a d del
país.
P a r a hacer efectivas algunas de las recomendaciones
del Comité de I n d i r a G a n d h i , N e h r u discutió el problema de l a
integración nacional con los veteranos de su partido y los p r i n cipales ministros de los Estados. T o d o s prometieron tomar m e d i das p a r a r e p r i m i r propagandas comunales, dar oportunidades a
las minorías en los servicios civiles y en el comercio, y promover u n punto de vista seglar, no c o m u n a l entre sus pueblos.
21
22
N o descansó N e h r u aquí. E n octubre de 1961 convocó u n a
Conferencia p a r a l a Integración N a c i o n a l de todos los partidos
no comunales (el del Congreso, los comunistas y socialistas).
A l terminar sus deliberaciones, l a Conferencia publicó u n a declaración que establecía u n código de comportamiento político,
prohibiendo las actividades dañinas a l a u n i d a d nacional, y
apremiando a los miembros de los partidos a conservar l a u n i d a d nacional por sobre cualquier deseo de ganancia mezquina.
P a r a asegurar el continuo v i g i l a r de este problema, l a C o n f e rencia estableció u n Consejo N a c i o n a l de Integración, de 39
miembros ( M i n i s t r o s de l a Unión, M i n i s t r o s en Jefe de los E s tados, jefes de los partidos Socialista P r a j a y C o m u n i s t a , y
algunos personajes prominentes). E l Consejo recibió l a tarea de
f o r m a r códigos de comportamiento p a r a el público en general,
los estudiantes, l a prensa, y uno p a r a las épocas de elecciones
generales.
E l Consejo se volvió a reunir varias veces, e hizo
recomendaciones específicas a l gobierno sobre algunos asuntos.
Es dudoso, sin embargo, que todo esto tuviera u n efecto real en
las flaquezas que son amenazas en potencia p a r a l a nación i n d i a .
E l ataque chino del 20 de octubre de 1962 sirvió como b e n d i ción disfrazada. E l fervor patriótico que creó i n d u j o a ios separatistas D K y D M K a cesar en su agitación. L o s sikhs también
23
2 0
2 1
2 2
2 3
Times
Ibid.,
Ibid.,
Ibid.,
of India ( D e l h i . M a y o 24,
Octubre 6,
1961.
J u n i o 17, 1961.
Octubre 2, 1961.
1961).
E n e - M a r 67
PROBLEMAS
DE INTEGRACIÓN
249
suspendieron sus disturbios p a r a demostrar su solidaridad con
e l gobierno. Éste no desperdició l a o p o r t u n i d a d de apretar los
lazos de u n i d a d , recordando constantemente a las gentes el pel i g r o exterior.
A u n q u e tales amenazas exteriores (además del ataque chino,
l a g u e r r a en 1965 con Pakistán) frenaron las fuerzas centrífugas, el comunalismo, el regionalismo, el castaísmo y el K n güismo continúan amenazando potencialmente a l a u n i d a d i n d i a . L a reciente perturbación contra l a matanza de vacas, que
c u l m i n ó en tumultos y tiroteos, es u n triste recordatorio. L a
pérdida del carisma de N e h r u c o m p l i c a más l a situación. E l indio
c o m ú n y corriente tiene que aprender que es indio primero, y
después será bengalí, o t a m i l i a n o , o m a r a t h a , etc. Esto se ve
claramente en los indios que están en el extranjero. U n embaj a d o r bengalí se emociona al ver estudiantes bengalí es de l a
I n d i a , pero n i siquiera se ocupa de responder al ñamaste (sal u d o ) de los no bengalíes. U n nayar (malayali) o u n s w a m i n a t h a n (tamiliano) prefiere l a compañía de otros malayalis
o tamilianos en las Embajadas de Geylán o de M a l a s i a , a l a de
u n i n d i o del N o r t e . H a declinado m u c h o el espíritu público
y el punto de vista nacional desde l a independencia, a u n entre
aquellos que se distinguían por estas cualidades durante los días
de l a l u c h a por l a independencia.
¿Qué
debe hacerse?
L o dicho anteriormente no es el resultado de "creencias políticas perfeccionistas" de alguien que le ve muchas fallas a l a
democracia en I n d i a (como M o r r i s - J o n e s y otros observadores
simpatizadores quisieran que creyéramos), sino que está m o t i v a d o por u n a genuina preocupación por el futuro de l a democ r a c i a en aquella parte del m u n d o . L a estabilidad política de l a
I n d i a , en u n a región que a b u n d a en regímenes militares y comunistas, y l a h a b i l i d a d del sistema político indio p a r a haber
contenido hasta ahora las tendencias de desintegración no son
causa de satisfacción, m u c h o menos de júbilo. L a democracia
e n I n d i a , aunque no poco p r o f u n d a , descansa sobre cimientos
m u y endebles. L a u n i d a d de I n d i a , aunque no es frágil, no se
puede dar por supuesta; necesita u n a constante v i g i l a n c i a y
cuidados m u y pacientes. L a preservación de esta unidad depén-
L.
250
FI
S. S I N G H
VII-3
de de que el espíritu nacionalista reine por sobre toda adhesión
lingüística, castaísta, regional y c o m u n a l .
,.. U n a cosa m u y o b v i a que viene a l a mente es l a educación
p a r a l a integración nacional. C o m o subrayó justamente el C o mité p a r a l a Integración N a c i o n a l , l a educación es de enorme
i m p o r t a n c i a en l a creación de u n p u n t o de vista nacional. E l
presidente D r . S. R a d h a k r i s h n a n h a señalado a d m i r a b l e m e n te que " l a integración nacional no puede ser construida c o n
ladrillos y argamasa; tuvo que crecer silenciosamente en las m e n tes y en los corazones de los hombres. E l mejor proceso, e n tonces, es el proceso de l a educación. Podrá ser u n proceso
lento, pero sería u n a cosa p e r m a n e n t e . " L a edad más i m p r e sionable es l a de l a niñez, pero no estamos en condiciones
de desatender ningún grupo de edades. Sólo l a educación, en su
más a m p l i o sentido y aplicación, ligada con cambios sociales
y económicos, puede lograr u n verdadero secularismo y nacionalismo. Esto nos lleva a la i m p o r t a n c i a de las comunicaciones
p a r a fines educativos e informativos en I n d i a . E n ninguna parte
se necesita más l a expansión de las comunicaciones para p r o mover el p u n t o de vista nacional.
24
L a educación y los medios de comunicación p a r a las masas,
aunque valiosos p a r a l a integración n a c i o n a l , no v a n a producir
el resultado deseado si las masas no están conformes económica
y socialmente. L a experiencia pasada sugiere u n a m u y c l a r a
conexión (si no u n a relación de causa y efecto) entre descontento económico y violencia en las calles por asuntos comunales,
regionales, y de i d i o m a s . L a agitación anti-hindú de 1965 en
M a d r a s , y l a del otoño de 1966 contra l a matanza de vacas
(que resultó en violencia desmedida y produjo l a renuncia del
ministro de Gobernación) asumieron proporciones alarmantes a
causa de las condiciones de hambre y carestía en que l a mayoría
de las gentes h a n v i v i d o , o aún vive. E s casi imposible contener
las fuerzas desintegradoras en l a política interior de I n d i a si l a
base socio-económica de l a democracia continúa estando movediza, poco firme. L a actuación de I n d i a en este sentido deja
m u c h o que desear, y todavía hay u n gran signo de interrogación
sobre el futuro de l a democracia en este país.
25
2 4
Ibid.,
2 5
Para un reporte reciente y admirable ver M i c h a e l Brecher,
Septiembre 29,
in India, O x f o r d ,
1966.
1961.
Succession
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