BASE IMPONIBLE COMÚN CONSOLIDADA VS. NORMATIVA

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CRONICA TRIBUTARIA
NUM. 144/2012 (89-109)
BASE IMPONIBLE COMÚN CONSOLIDADA
VS. NORMATIVA FISCAL ESPAÑOLA: UNA
APROXIMACIÓN A SU IMPACTO FISCAL
Leonor Mora Agudo
Emilio Navarro Heras
Miguel Prado Román
Universidad Rey Juan Carlos
RESUMEN
El presente trabajo aborda la comparación de la normativa CCCTB (Common Consolidated Corporate Tax Base) propuesta por la Comisión Europea en 2011 con la normativa fiscal española reguladora del impuesto sobre sociedades: Ley 43/1995, de 27 de diciembre,
de Impuesto sobre Sociedades y Texto Refundido aprobado por Real Decreto Legislativo
4/2004 de 5 de marzo. El objetivo de la investigación descrita se circunscribe al análisis
comparativo del los articulados comparados, si bien, y tras su cotejo, se realiza una estimación sobre el impacto que la adopción de la normativa europea pudiera tener para la
hacienda pública española de adaptarse nuestra normativa a la directriz europea.
Palabras clave: Impuesto sobre Sociedades, CCCTB, consolidación fiscal europea.
SUMARIO
1. INTRODUCCIÓN. 2. LA NECESARIA ARMONIZACIÓN FISCAL. 3. EL PROCESO DE ARMONIZACIÓN
FISCAL EN LA UNIÓN EUROPEA: ACTUACIONES MÁS SIGNIFICATIVAS. 4. LA NORMATIVA FISCAL ESPAÑOLA: EL SENTIDO DE LAS MODIFICACIONES. 4.1. Etapa comprendida entre 1991 y
2004. 4.2. Etapa comprendida entre 2004 y la actualidad. 5. ESTUDIO COMPARADO: NORMATIVA ESPAÑOLA VS. PROPUESTA DE NORMATIVA EUROPEA. 5.1. Cálculo de la base imponi-
ble. 5.2. Imputación temporal de ingresos y gastos. 5.3. Principio de inscripción contable
para los gastos deducibles. 5.4. Ingresos exentos. 5.5. La exención por doble imposición
internacional. 5.6. Gastos deducibles. 5.7. Gastos no deducibles. 5.8. Valoración de las
operaciones. 5.9. Operaciones vinculadas. 5.10. Provisiones. 5.11. Provisiones por retribuciones a largo plazo al personal. 5.12. Deterioro de valor de créditos. 5.13. Deterioro de
valores negociables: acciones. 5.14. Deterioro de valores negociables: instrumentos de deuda. 5.15. Coberturas Contables. 5.16. Amortizaciones. 5.17. Activos intangibles no
amortizables. 5.18. Deducciones para evitar la doble imposición internacional. 5.19. Régimen de consolidación fiscal. 6. CONCLUSIONES Y CONSIDERACIONES FINALES. BIBLIOGRAFÍA.
1. INTRODUCCIÓN
El 16 de marzo de 2011 la Comisión Europea propuso un sistema común para calcular la base imponible del impuesto sobre el beneficio de las empresas que operan en la
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ESTUDIOS Y NOTAS / CRÓNICA TRIBUTARIA 144-2012
UE., el denominado proyecto de Base Imponible Consolidada Común del Impuesto sobre
Sociedades (CCCTB). Se trata de un modelo para la presentación de las declaraciones
del impuesto sobre beneficios para empresas europeas que pretende consolidar todos los
beneficios y las pérdidas en que éstas incurran en toda la Unión Europea. Si bien, los
Estados miembros mantienen su pleno derecho soberano de establecer su propia tasa
del impuesto de sociedades.
El proyecto CCCTB es el resultado de un largo y lento proceso de armonización que
durante los últimos años ha tratado de dar respuesta a quienes pedían una armonización en el ámbito fiscal europeo, si bien, y dado su carácter no vinculante para los Estados miembros, debe considerarse cómo un paso más conceptual que práctico. Las decisiones políticas futuras de los Estados de la Unión, adoptadas en el actual momento económico de incertidumbre, son las que pueden convertir este documento en un cambio
normativo real.
En este contexto, el presente trabajo tiene por objeto realizar un estudio comparado
de la propuesta de la Comisión, proyecto CCCTB, respecto de la normativa fiscal vigente en España en materia del Impuesto sobre Sociedades. Así, tras revisar el reciente
proceso de armonización fiscal desarrollado en la Unión Europea (en adelante, UE), pasaremos a detallar las diferencias de ambos modelos de forma exhaustiva
2. LA NECESARIA ARMONIZACIÓN FISCAL
BOKOBO y PASCUAL (2010, 2009) defienden la armonización de la tributación de las sociedades en la UE como un instrumento esencial para alcanzar el objetivo de una economía competitiva y dinámica, capaz de crecer de manera sostenible y con más y mejores
empleos. También aporta argumentos económicos MORENO VALERO (2002) cuando se refiere a la eliminación de los obstáculos fiscales internos como medida para lograr un
mercado interior (entiéndase en el perímetro de la UE) más eficaz, así como cuando se
refiere a las repercusiones sobre la localización de la actividad económica de inversión
derivadas de las diferencias en el nivel efectivo de los impuestos sobre sociedades. En la
misma línea se pronunciaba ZUBIRI (1997) cuando relaciona la falta de armonización del
Impuesto de Sociedades en el proceso de integración europea con las localizaciones de
empresas.
Estudios recientes (BARRIOS et al 2009) constatan de forma empírica el impacto negativo de los impuestos sobre las decisiones de localización de multinacionales europeas. A
través de la metodología de datos de panel sobre información de 33 países europeos para el período 1999-2003, el citado estudio concluye que la inversión extranjera directa,
así como las decisiones sobre la organización de empresas multinacionales, resultan claramente dependientes de los modelos de tributación nacional sobre los beneficios empresariales.
Al citado problema de localización de empresas, hemos sumar otras ventajas atribuibles a un modelo europeo consolidado para la tributación por los beneficios empresariales. ALBI (2010, pág. 28) destaca cómo la consolidación fiscal elimina problemas de doble
tributación y de compensación de pérdidas, ayuda a reducir costes de gestión y cumplimiento fiscal internacional. Adicionalmente, un régimen de consolidación fiscal europeo
ayudaría a eliminar, dentro de la UE, problemas de precios de transferencia, de asignación de costes (financieros, I+D…) entre los miembros de un grupo fiscal y, facilitaría las
reestructuraciones empresariales y la aplicación de las normas internacionales de contabilidad.
No obstante, la armonización de la normativa fiscal no puede considerarse aislada
respecto del proceso de homogeneización de la normativa contable. Contabilidad y fisca– 90 –
LEONOR MORA AGUDO, EMILIO NAVARRO HERAS Y MIGUEL PRADO ROMÁN / «Base imponible común consolidada ...»
lidad resultan áreas estrechamente interconectadas de tal forma, que el avance real en
materia de consolidación fiscal exige de una armonización contable previa. (FERNÁNDEZ
RODRÍGUEZ y ÁLVAREZ GARCÍA 2002; HÜSING 1999). Al respecto, la reciente reforma contable llevada a cabo en los estados miembros de la Unión, por la que se adaptan las normativas nacionales a las NIC, ha supuesto el logro de la condición necesaria previa para la deseada homogenización.
3. EL PROCESO DE ARMONIZACIÓN FISCAL EN LA UNIÓN EUROPEA:
ACTUACIONES MÁS SIGNIFICATIVAS
El término «armonización fiscal» está empleado en el propio Tratado de Roma constitutivo de la Unión. Así el artículo 99 (actualmente artículo 93) hace referencia expresa a
la armonización de las legislaciones nacionales de los impuestos sobre el volumen de negocios, impuestos especiales y otros impuestos indirectos. Según dicho artículo, el Consejo, por unanimidad, a propuesta de la Comisión y previa consulta al Parlamento Europeo y al Comité Económico y Social, adoptará las disposiciones referentes a la armonización de las legislaciones relativas a los impuestos anteriormente mencionados, en la
medida en que dicha armonización sea necesaria para garantizar el establecimiento y el
funcionamiento del Mercado Interior. El deseo de facilitar la libertad de comercio en el
interior de la Comunidad inspira sin duda el espíritu del tratado.
Asimismo, el actual artículo 94 del mismo Tratado, en el marco de la competencia anterior, permite concretar en directivas u otras disposiciones legales el contenido de lo
dispuesto en materia fiscal a fin de aproximar las legislaciones de los Estados miembros:
«El Consejo adoptará por unanimidad, a propuesta de la Comisión y previa consulta
al Parlamento Europeo y al Comité Económico y Social, directivas para la aproximación de las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas de los Estados
miembros que incidan directamente en el establecimiento o funcionamiento del mercado común».
El primer paso para la deseada armonización fiscal tuvo lugar hace más de cincuenta
años, cuando la autoridad europea encargó el estudio de la cuestión a expertos en la materia. El primero de ellos, de escasa repercusión, sería el Informe Tinbergen (FERNÁNDEZ
RODRÍGUEZ y ÁLVAREZ GARCÍA pág. 8) elaborado en 1953 sobre la incidencia de los distintos sistemas nacionales sobre el Mercado Común. No obstante, será el posterior Informe
Neumark (1963) el que pasará a la historia como primer intento por generar un debate
científico sobre la armonización fiscal. Considerado como un clásico (FERNÁNDEZ MÉNDEZ,
2003, pág. 9), sirvió para abrir un debate sobre la doble imposición de dividendos y la integración de la imposición personal y societaria, proponiendo el sistema de doble tipo.
Posteriormente, se sucedieron más informes con opiniones técnicas, en 1970 el Informe
Van der Temple que abordaba la estructura del impuesto sobre sociedades y, en 1980, el
Informe Burke sobre bases y tipos. Sin bien, no se tratará de forma explícita la armonización de la fiscalidad empresarial hasta el Informe Ruding en 1992. No obstante, la notable
actividad teórica reflejada en los informes citados no fue acompañada de avances significativos en materia legislativa. Quizá podamos aventurar que la armonización de la fiscalidad directa no era considerada prioritaria, puesto que no impide tanto la movilidad de
factores, ni pone en entredicho la eficacia de las libertades garantizadas en el Tratado de
la Unión (libre circulación de mercancías, personas, servicios y capitales), tal cual lo hace
la imposición indirecta, ámbito éste en el que sí se lograron avances relevantes.
Conviene destacar el citado Informe Ruding, tanto por plantear por vez primera, y de
forma integral, la comparación de las normativas de los estados miembros para la im– 91 –
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posición sobre beneficios, como por el alcance de su estudio. Dicho informe detalla las diferencias existentes susceptibles de ocasionar distorsiones relevantes en el funcionamiento del mercado interior, particularmente en lo referente a la inversión y la competencia, así como la posibilidad de que estas distorsiones fueran eliminadas por las propias fuerzas de mercado a través de la competencia fiscal, sin necesidad de medida alguna por parte de la Comunidad, o por el contrario, en su caso, qué medidas debería
adoptar la autoridad comunitaria ante unas distorsiones evidentes incapaces de solventarse de forma automática.
Finalmente, nuestra enumeración de informes técnicos no puede concluir sin referirnos al Informe Bolkestein que, según BOKOBO y PASCUAL (2009, pág. 7), supuso el espaldarazo definitivo para salir de una fase de estancamiento del proceso. Con él se dio soporte técnico a la estrategia actual de la Comisión en materia de imposición sobre beneficios y, permitió la Comunicación posterior de la Comisión dirigida al Consejo, al Parlamente Europeo y al Consejo Económico y Social. Se trata de un sólido estudio cualitativo y cuantitativo que constata las divergencias normativas y también las importantes
diferencias entre los tipos efectivos de gravamen. Diferencias éstas, que tienden a agravarse con la incorporación de los países del centro y este de Europa.
Los trabajos citados abordan la cuestión de la consolidación fiscal desde una perspectiva no solo política, sino también y sobre todo, técnica. La problemática de la fiscalidad
de las empresas europeas transfronterizas plantea la necesidad de elegir entre aplicar
las normas fiscales correspondientes al país donde tenga su sede la empresa matriz, o
bien optar por un nuevo modelo consolidado común para todo el ámbito comunitario. Al
respecto AGÚNDEZ-GARCÍA (2006) defiende el modelo consolidado europeo centrando el
debate técnico en dos cuestiones clave: la delimitación del grupo consolidado y el diseño
de los mecanismos de prorrateo más adecuados que permitan repartir el impuesto entre
los estados miembros. La primera de las cuestiones la resuelve optando por lo criterios
económicos frente a los estrictamente legales. Por su parte,y en relación a las fórmulas
de reparto, defiende el modelo de prorrateo canadiense y norteamericano (metodología
FA) basado en el enfoque microeconómico u obtención de la información a partir de los
datos contables proporcionados por las empresa. Con ello, deshecha por considerar menos eficaces y ecuánimes los modelos de enfoque macroeconómico donde la base fiscal se
construiría a partir de factores agregados que permitan una aproximación al valor añadido generado por el grupo empresarial sujeto del impuesto.
La culminación de los trabajos e informes realizados a propuesta de la autoridad comunitaria culmina con la Comunicación presentada por la Comisión «Un mercado interior sin obstáculos vinculados al Impuesto de Sociedades: logros, iniciativas actuales y
retos pendientes» (2003) que daría lugar, por encargo del ECOFIN de septiembre de
2004, a la creación de dos non-paper: El sistema Home State Taxation para PYMES y la
Base Consolidada Común para grandes empresas. Al respecto se decide la creación de
un grupo de trabajo. El 27 y 28 de septiembre de 2007, la reunión del aludido grupo de
trabajo dará sus frutos con la presentación de un borrador de la BTCC.
El cuarto apartado del presente trabajo analiza en profundidad el citado documento,
si bien, no queremos concluir el recorrido por el largo camino de la armonización fiscal
europea sin destacar los principales aspectos del entorno macroeconómico en el que surge y, sobre todo, en el que sería de aplicación de adoptarse de forma vinculante por los
países miembros.
La crisis económica y financiera derivó en medidas de estímulo fiscal durante el período 2008-2010, si bien, en la actualidad, el objetivo macroeconómico se focaliza en la
consolidación de las finanzas públicas. En este contexto parece adecuado que el objetivo
de la política fiscal sea el de reducir las distorsiones y el coste de la recaudación. Al respecto, hacemos nuestros los objetivos enunciados por la Comisión Europea en su Taxa– 92 –
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tion papers a propósito de las reformas fiscales en los Estados miembros de la Unión
(2011, pág. 13):
– Hacer frente a la consolidación fiscal y a los graves problemas detectados en el lado de los ingresos.
– Hacer que la estructura fiscal sea más favorable al crecimiento económico.
– Mejorar el diseño del sistema de impuestos para los distintos tipos de impuestos.
En cualquier caso, la determinación de una base consolidada común así como la homogeneización de tipos efectivos, deben ser considerados avances muy significativos en
la medida en que convierten la fiscalidad en una herramienta común de actuación sobre
la crisis y, evitan la competencia fiscal. En este sentido conviene destacar el efecto traslado de los ingresos gravados por el impuesto sobre beneficios a ingresos personales, como evidencia observable en situaciones de competencia fiscal donde se bajan los tipos
impositivos del impuesto sobre los beneficios empresariales. Se trata de una paradoja
cuya evidencia se aprecia ante la incapacidad del PIB para reflejar en idéntica proporción las reducciones experimentadas por la tasa del impuesto sobre sociedades. (PIOTROWSKA, J. y VANDORREN, W., 2008 y MOOIJ, R. y NICODÈME, G., 2007).
4. LA NORMATIVA FISCAL ESPAÑOLA: EL SENTIDO
DE LAS MODIFICACIONES
La evolución de la normativa española referida al impuesto sobre sociedades en los
últimos 25 años refleja la vocación armonizadora respecto de la norma europea, así como su estrecha vinculación con los cambios normativos acaecidos en el ámbito contable.
La redacción y aprobación de la Ley 43/1995 del Impuesto sobre Sociedades supuso, sin
lugar a dudas, el hecho normativo más relevante en cuanto que supuso la liberalización
de la norma fiscal de la necesidad de dictar disposiciones de registro contable y, el establecimiento de un nuevo lenguaje a utilizar en el ámbito tributario. No obstante, si nos
centramos en los cambios realizados a fin de lograr la normalización europea en la materia podemos diferenciar dos etapas: de 1991 a 2004 y de 2004 a la actualidad.
4.1. Etapa comprendida entre 1991 y 2004
Desde la perspectiva macroeconómica dicha etapa se caracterizó por la búsqueda de
la convergencia europea mediante la consolidación de las políticas presupuestarias y fiscales de los países miembros de la Unión aspirantes a entrar en el grupo Euro. Si bien,
la reforma en materia fiscal vino impuesta, no sólo por los objetivos citados, sino por la
reforma contable obligada ante la necesidad de armonizar nuestro modelo contable al
contenido en las Directivas comunitarias.
El Plan General Contable (en adelante, PGC) de 1990 dio lugar a un desarrollo de
la contabilidad autosuficiente no sólo en lo que al aspecto formal de la misma se refiere, sino también, y lo que es más importante, en cuanto a las valoraciones, calificaciones e imputaciones temporales, así como los mecanismos de control y publicidad separados de los correspondientes a la normativa fiscal. En definitiva, el Derecho Contable
emergente se situó, al menos formalmente, en un plano de igualdad respecto del Derecho Fiscal.
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ESTUDIOS Y NOTAS / CRÓNICA TRIBUTARIA 144-2012
CUADRO 1
Normativa fiscal española 1991 a 2004
Fuente: NAVARRO, E. (2010)
Las principales aportaciones de este período en relación con la armonización europea
pueden resumirse en dos cuestiones clave: de una parte la prevención de la evasión fiscal y, de otra, la eliminación de la doble imposición.
4.2. Etapa comprendida entre 2004 y la actualidad
El elemento jurídico más significativo de este período lo constituye el Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades (TRLIS) aprobado en 2004. Con la integración monetaria en el euro y la posterior crisis económica y financiera patente desde
2008, este período se presenta con objetivos diferentes al anterior. En el entorno contable, la reforma por la adaptación a las NICs de nuestro sistema contable culmina con el
PGC de 2007 que homogeniza la información contable respecto a sus homólogas europeas. La globalización y el avance tecnológico obligan a aunar los esfuerzos legislativos en
el desarrollo normativo, teniendo como principales objetivos transfronterizos los siguientes:
– Disminuir la doble imposición internacional.
– Mejora de la competencia y la productividad fuera de nuestras fronteras.
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– Lucha contra el fraude fiscal.
– Reforma y adaptación de la legislación mercantil en materia contable para su armonización internacional.
A su vez el empleo de la política fiscal como herramienta económico-social, ha dado
sus frutos en la elaboración de distintas leyes y disposiciones reglamentarias encaminadas al desarrollo sectorial y territorial, que resumimos a continuación.
CUADRO 2
Normativa fiscal española 2004 a la actualidad
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ESTUDIOS Y NOTAS / CRÓNICA TRIBUTARIA 144-2012
CUADRO 2
Normativa fiscal española 2004 a la actualidad
(continuación)
Fuente: A partir de NAVARRO, E. (2010)
5. ESTUDIO COMPARADO: NORMATIVA ESPAÑOLA VS. PROPUESTA
DE NORMATIVA EUROPEA
El estudio comparado entre la normativa española, RDL 4/2004, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades (en adelante TRLIS) y la
propuesta de Directiva de la Unión Europea «Proposal for a Council Directive on a Common Consolidated Corporate Tax Base» (en adelante CCCTB) nos permite concluir relevantes diferencias que pasamos a detallar:
5.1. Cálculo de la base imponible
Los métodos de cálculo difieren. En la normativa europea desparece el resultado contable como punto de partida expreso en el cálculo de la base, que llevaba en vigor en España desde 1995 (1).
(1) La Ley 43/1995 del Impuesto sobre Sociedades establece «En el método de estimación directa, la base imponible se calculará, corrigiendo, mediante la aplicación de los preceptos establecidos
en esta Ley, el resultado contable determinado de acuerdo con las normas previstas en el Código
de Comercio.
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LEONOR MORA AGUDO, EMILIO NAVARRO HERAS Y MIGUEL PRADO ROMÁN / «Base imponible común consolidada ...»
CUADRO 3
Fuente: Elaboración propia
5.2. Imputación temporal de ingresos y gastos
De acuerdo con el art. 9 de la CCCTB los gastos e ingresos deben reconocerse cuando
estén realizados, lo que supone la adopción del principio de devengo (art. 18 y 19 de la
CCCTB). En general, no existen diferencias en la imputación con el método de cálculo
de la base imponible española, si bien, existe un matiz digno de mencionar; la base imponible europea no da la opción de no seguir este precepto, en tanto en cuanto la base
imponible española establece en el art. 19.2 TRLIS la posibilidad de que la empresa, de
manera excepcional, y para conseguir la imagen fiel, no siga el principio de devengo, supeditando su autorización a la Administración tributaria.
5.3. Principio de inscripción contable para los gastos deducibles
Conforme a la norma europea, al no partir de la contabilidad, quedaría sin efecto el
art. 19.3 TRLSA sobre el requisito de contabilización para que un gasto sea deducible. Esta circunstancia ofrece, de una parte, una mayor flexibilidad a las empresas
para el uso de partidas a deducir de los ingresos generados y de esta manera, reducir
su base imponible, si bien, de otra parte, dificulta el control por parte de la Agencia
Tributaria.
5.4. Ingresos exentos
De conformidad con el art. 11 de la CCCTB, los ingresos derivados de subvenciones
directamente atribuibles a la adquisición, construcción o mejora de activos fijos, así como los derivados de las donaciones no monetarias estarían exentos de computar en la
base imponible. Los primeros, resultan ingresos computables para el cálculo de la base
imponible en el modelo español, a excepción de las recibidas por sujetos pasivos que exploten fincas forestales (art. 17.6 TRLIS). Esta diferencia de tratamiento supone una
ventaja fiscal en claro apoyo a la inversión de las empresas en bienes de equipo. Por lo
que respecta a las donaciones no monetarias recibidas, se trata de ingresos expresamente computables en la norma española en virtud del art. 15.2 TRLIS.
Asimismo, y en relación con la posible exención de ingresos, conviene destacar un
grupo de éstos que, conforme a la normativa española (artículo 21 del TRLIS), lo son
siempre que cumplan determinados requisitos, si bien, para la CCCTB serían ingresos
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exentos. Se trata de los dividendos recibidos, los ingresos por venta de acciones y, los
beneficios de establecimientos permanentes residentes en un tercer país. Al respecto,
la normativa española los considera deducibles cuando se cumplan los siguientes requisitos:
• Participación igual o superior al cinco por ciento del capital social. La CCCTB no
tiene en cuenta este requisito, siendo por lo tanto, una exención más amplia.
• Que la entidad participada haya estado gravada por un impuesto extranjero de
naturaleza idéntica o análoga a este impuesto en el ejercicio en que se hayan obtenido los beneficios que se reparten o en los que se participa, y siempre que no se
trate de una empresa residente en un paraíso fiscal. Esta condición sí esta prevista en el art. 73 de la CCCTB al establecer que estos ingresos serán computables si
el tipo impositivo del impuesto sobre beneficios del país de origen es menor al 40
por 100 de la media impositiva de la UE, o bien que exista un régimen especial
que permita un nivel de tributación menor al régimen general europeo.
• Que los beneficios que se reparten o en los que se participa procedan de la realización de actividades empresariales en el extranjero. La CCCTB no tiene en cuenta
este requisito, siendo por lo tanto, una exención más amplia.
En el marco de la norma europea, estas deducciones no serán de aplicación cuando los
dividendos o la plusvalía por la venta de acciones provengan de una empresa (o establecimiento permanente) cuyo país de residencia tenga una imposición sobre el beneficio
empresarial por debajo del 40 por 100 de la media europea y, cuando posea un régimen
especial que resulte ser sustancialmente más bajo que el régimen general. Además,
cuando a resultas de la venta de acciones un sujeto pasivo salga del grupo, si este hubiese adquirido un inmovilizado, en el ejercicio en curso o anterior, se excluirá de la deducción la diferencia entre el valor de mercado y el coste de dicho inmovilizado.
5.5. La exención por doble imposición internacional
El TRLIS contiene una serie de limitaciones a la exención por doble imposición internacional en su art. 21.2 no previstas en la CCCTB. Cuando la entidad no residente posea, directa o indirectamente, participaciones en entidades residentes en territorio español o activos situados en dicho territorio y la suma del valor de mercado de unas y
otros supere el 15 por 100 del valor de mercado de sus activos totales. En este supuesto,
la exención se limitará a aquella parte de la renta obtenida que se corresponda con el incremento neto de los beneficios no distribuidos generados por la entidad participada durante el tiempo de tenencia de la participación.
Asimismo, cuando el sujeto pasivo hubiera efectuado alguna corrección de valor sobre
la participación transmitida que hubiera resultado fiscalmente deducible la exención se
limitará al exceso de la renta obtenida en la transmisión sobre el importe de dicha corrección. Cuando la participación en la entidad no residente hubiera sido previamente
transmitida por otra entidad que reúna las circunstancias a que se refiere el artículo 42
del Código de Comercio para formar parte de un mismo grupo de sociedades con el sujeto pasivo, habiendo obtenido una renta negativa que se hubiese integrado en la base imponible de este impuesto, la renta positiva obtenida en la transmisión de la participación será gravada hasta el importe de la renta negativa obtenida por la otra entidad del
grupo.
Finalmente, el supuesto en el que la participación en la entidad no residente hubiera
sido valorada conforme a las reglas del régimen especial del capítulo VIII del título VII
de esta Ley y la aplicación de dichas reglas, incluso en una transmisión anterior, hubie– 98 –
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ra determinado la no integración de rentas en la base imponible de este impuesto, del
Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas o del Impuesto sobre la Renta de no Residentes, derivadas de: a) la transmisión de la participación en una entidad residente en
territorio español; b) la transmisión de la participación en una entidad no residente que
no cumpla los requisitos a que se refieren los párrafos b y c del apartado 1 anterior y, c)
la aportación no dineraria de otros elementos patrimoniales. En este supuesto, la exención sólo se aplicará a la renta que corresponda a la diferencia positiva entre el valor de
transmisión de la participación en la entidad no residente y el valor normal de mercado
de aquélla en el momento de su adquisición por la entidad transmitente. El resto de la
renta obtenida en la transmisión se integrará en la base imponible del período.
No obstante, no se aplicará la exención prevista en el artículo 21.2 del TRLIS a las
rentas de fuente extranjera obtenidas por agrupaciones de interés económico, españolas
y europeas, y por uniones temporales de empresas, así como a las rentas de fuente extranjera procedentes de entidades que desarrollen su actividad en el extranjero con la finalidad principal de disfrutar del régimen fiscal previsto en este artículo. Se presumirá
que concurre dicha circunstancia cuando la misma actividad que desarrolla la filial en el
extranjero, en relación con el mismo mercado, se hubiera desarrollado con anterioridad
en España por otra entidad, que haya cesado en la referida actividad y que guarde con
aquélla alguna de las relaciones a que se refiere el artículo 42 del Código de Comercio,
salvo que se pruebe la existencia de otro motivo económico válido.
De acuerdo a los artículos 31 y 32 TRLIS, cuando en la base imponible se incluyan
rentas obtenidas y gravadas en el extranjero o se computen dividendos o participaciones
en beneficios de entidades no residentes, podrán realizarse deducciones en la cuota íntegra para evitar la doble imposición internacional.
Por su parte, el artículo 75 CCCTB establece que serán excluidas en la excepción los
siguientes importes: si por venta de participaciones una empresa abandona el grupo
consolidable, y el sujeto pasivo hubiese vendido en el ejercicio fiscal o anterior, en una
operación intragrupo, uno o más bienes del inmovilizado, la renta obtenida por la venta
de dichos bienes serán excluidos de la exención a menos que se demuestre que la operación intragrupo fue llevada a cabo por razones comerciales. Esta medida evita la evasión
fiscal por operaciones de un mismo grupo acogiéndose a la exención por participaciones
en empresas.
5.6. Gastos deducibles
En virtud de la normativa europea (artículo 12 de la CCCTB) son deducibles los costes de investigación y desarrollo. Entendemos que la norma se refiere a aquellos gastos
no activados como intangible, ya que en este caso serían deducibles vía amortización. De
otra manera existiría una diferencia considerable al poder deducir todo el coste en el
ejercicio fiscal de la activación, tratándose en definitiva, de una libertad de amortización no reflejada en el actual TRLIS. Otra novedad importante es la inclusión como partida deducible los donativos a establecimientos de caridad, con el máximo del 0,5 por
100 del total de los ingresos imputables del ejercicio fiscal.
5.7. Gastos no deducibles
También en relación a los gastos no deducibles hallamos diferencias significativas entre las normativas comparadas. Así, de acuerdo con la norma española, son deducibles
el 100 por 100 de los gastos de viaje y representación, siendo tan sólo del 50 por 100 según la CCCTB. Por su parte, la normativa europea indica expresamente que no son de– 99 –
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ducibles los gastos por soborno (bribes). Aunque en el TRLIS no se indica expresamente,
entendemos que no hay diferencias ya que aceptar sobornos es delito penado por la ley,
y en consecuencia, no pueden ser registrados en la cuenta de pérdidas y ganancias.
Tampoco son deducibles, en virtud de la CCCTB, los gastos incurridos en desviar ingresos hacia partidas no imputables, aspecto este no recogido en el TRLIS. Finalmente, según recoge en la CCCTB, no serán deducibles los gastos por Impuesto sobre Bienes Inmuebles ni el gasto por Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos
Documentados. Si bien, la comisión puede delegar en los correspondientes países la posibilidad optar por su deducción.
5.8. Valoración de las operaciones
El art. 15 del TRLIS establece que los elementos patrimoniales se valorarán de
acuerdo con los criterios establecidos en el Código de Comercio, y en consecuencia en
el Plan General de Contabilidad. La CCCTB no tiene ningún nexo de unión con la
contabilidad, si bien, los criterios de valoración de su art. 22 no difieren de la misma,
aunque no se recoge (como sí lo hace el TRLIS en su art. 15.2) que deban valorarse a
mercado los elementos patrimoniales transmitidos a los socios por causa de disolución, separación de éstos, por reducción del capital con devolución de aportaciones,
reparto de la prima de emisión y distribución de beneficios o los transmitidos en virtud de fusión, absorción y escisión total o parcial. Los adquiridos por canje o conversión. No obstante entendemos que la divergencia quedaría sin efectos ya que la
CCCTB indica que deben valorarse a mercado las transacciones que sean, en parte o
en su totalidad, no monetarias.
De acuerdo con el art. 28 TRLIS cuando un elemento patrimonial o un servicio hubieran sido valorados a efectos fiscales por el valor de mercado, la entidad adquiriente integrará en su base imponible la diferencia entre dicho valor y el valor de adquisición .En
la CCCTB, al no partir del resultado contable, el ingreso habrá que reflejarlo de acuerdo al principio de devengo.
5.9. Operaciones vinculadas
Según el art. 16 del TRLIS las operaciones efectuadas entre personas o entidades vinculadas se valorarán por su valor normal de mercado. Se entenderá por valor normal de
mercado aquel que se habría acordado por personas o entidades independientes en condiciones de libre competencia. La norma establece una amplia relación de personas o entidades vinculadas. Además, se indica los métodos a seguir para la determinación del
valor normal de mercado, a saber, el precio libre comparado, método del coste incrementado, método del precio de reventa. Por último se detallan las obligaciones documentales
en estas operaciones.
Por lo que respecta a la CCCTB, su capítulo XIII detalla las transacciones entre empresas asociadas. En el caso de no reflejarse un beneficio por estas operaciones deberá
ser incluido en la Base Imponible Consolidada. La relación de vinculación se limita exclusivamente al ámbito de empresas asociadas, siendo mucho menos restrictivo que el
del TRLIS. Además, la CCCTB en el capítulo XIV de reglas anti-abuso, establece que
cualquier transacción adicional llevada a cabo con el solo propósito de evitar impuestos
será ignorada para el cálculo de la Base Imponible Consolidada. Esta norma no detalla
el modo de cálculo del valor de mercado.
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LEONOR MORA AGUDO, EMILIO NAVARRO HERAS Y MIGUEL PRADO ROMÁN / «Base imponible común consolidada ...»
5.10. Provisiones
El art.13 del TRLIS establece que no serán deducibles las provisiones implícitas o tácitas. Esta regulación está de acuerdo con el tratamiento contable español de las provisiones (norma 17ª PGC), en la se establece que para contabilizar una provisión ha de
cumplirse la definición de pasivo, esto es, existir una obligación presente derivada de un
suceso pasado, en la qué para liquidarla exista una probabilidad de salida de recursos
económicos futuros.
Además de las provisiones implícitas o tácitas, tampoco son deducibles las relativas a retribuciones a largo plazo al personal (analizadas en el siguiente apartado), ni los concernientes a costes de cumplimiento de contratos que excedan los beneficios económicos que se
esperan recibir de los mismos, ni los derivados de reestructuraciones, ni los riegos de devolución de ventas, ni las provisiones de pagos basados en instrumentos de patrimonio.
El art. 25 de la CCCTB establece como provisión una obligación legal, pero abre el
abanico a una «probable futura obligación legal». Estas no son objeto de contabilización
en el Plan General Contable español, y al no estar reflejadas en contabilidad, no son deducibles para el cálculo de la base imponible del impuesto sobre sociedades. La propuesta de Directiva es por tanto, más flexible en el tratamiento fiscal de las provisiones. Encontramos diferencia ventajosa para la empresa, en detrimento de la hacienda pública.
5.11. Provisiones por retribuciones a largo plazo al personal
En España no son deducibles las provisiones por retribuciones a largo plazo al personal (art. 13 TRLIS), salvo las excepciones previstas en la propia norma. Por su parte, la
CCCTB establece su deducción con la sola indicación de calcular su valor vía cálculos de
técnicas actuariales. Otra ventaja empresarial en el uso de la CCCTB.
5.12. Deterioro de valor de créditos
La deducción del deterioro de créditos por insolvencia de tráfico también se flexibiliza en la CCCTB y supone una clara ventaja empresarial con respecto a la actual normativa del impuesto sobre beneficios. Según el art. 12 TRLIS las pérdidas por deterioro
de créditos serán deducibles siempre que concurran alguna de las siguientes condiciones: a) que haya transcurrido el plazo de seis meses desde el vencimiento de la obligación; b) que el deudor esté declarado en situación de concurso y; c) que el deudor esté
procesado por el delito de alzamiento de bienes.
Además, no serán deducibles las pérdidas de los siguientes créditos, salvo que medie
un procedimiento arbitral: los adeudados o afianzados por entidades de derecho público;
los afianzados por entidades de crédito o sociedades de garantía recíproca; los garantizados mediante derechos reales, pacto de reserva de dominio y derecho de retención, excepto en los casos de pérdida o envilecimiento de la garantía; los garantizados mediante
un contrato de seguro de crédito o caución y; los que hayan sido objeto de renovación o
prórroga expresa.
Por lo que respecta a la CCCTB, basta con que el sujeto pasivo haya realizado todos
los pasos razonables para su cobro y razonablemente tenga el conocimiento que el crédito no puede ser cobrado parcialmente o en su totalidad. Incluso es deducible la pérdida
calculada en función de un porcentaje, cuando la empresa tenga un elevado número de
derechos de cobro homogéneos, con la sola condición de no tratarse de un derecho de cobro con otra empresa del grupo.
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ESTUDIOS Y NOTAS / CRÓNICA TRIBUTARIA 144-2012
5.13. Deterioro de valores negociables: acciones
El TRLIS (art.12) permite la deducción del deterioro de instrumentos de patrimonio
que se negocien en mercados cotizados. Para las acciones que no coticen impone un límite a su deducción, este es, la diferencia entre los fondos propios al inicio y al final de
la empresa invertida. La CCCTB no establece ningún límite a la deducción del deterioro de estos activos, lo que supone otra clara ventaja para las empresas al dotar al cálculo de la base imponible de una mayor flexibilidad.
5.14. Deterioro de valores negociables: instrumentos de deuda
El art. 12 del TRLIS permite la deducción de las inversiones en bonos y obligaciones
que coticen en algún mercado oficial con el límite de la pérdida global, computando también las carteras con beneficio. No serán deducibles las pérdidas de los valores representativos de deuda que no coticen en algún mercado organizado o bien procedan de algún paraíso fiscal. La CCCTB no establece ningún límite a la deducción del deterioro de
estos activos, de nuevo otra ventaja para las inversiones empresariales y una medida
que dota de mayor flexibilidad al cálculo de la base.
5.15. Coberturas Contables
El PGC de 2007 define las coberturas como «uno o varios instrumentos financieros,
denominados instrumentos de cobertura, que son designados para cubrir un riesgo específicamente identificado que puede tener impacto en la cuenta de pérdidas y ganancias, como consecuencia de variaciones en el valor razonable o en los flujos de efectivo de
una o varias partidas cubiertas» e indica que «con carácter general, los instrumentos
que se pueden designar como instrumentos de cobertura son los derivados cuyo valor razonable o flujos de efectivo futuros compensen las variaciones en el valor razonable o en
los flujos de efectivo futuros de partidas que cumplan los requisitos para ser calificadas
como partidas cubiertas» (PGC, 2007, N.V.9ª).
Todas las coberturas contables requerirán su designación formal en el momento
inicial, la existencia y llevanza de documentación de la relación de cobertura y, su calificación como «eficaz». Al respecto, una cobertura se considerará altamente eficaz si
al inicio y, durante su vida, la empresa puede esperar, prospectivamente, que los
cambios en el valor razonable o en los flujos de efectivo de la partida cubierta que sean atribuibles al riesgo cubierto sean compensados casi completamente por los cambios en el valor razonable o en los flujos de efectivo del instrumento de cobertura, y
que, retrospectivamente, los resultados de la cobertura hayan oscilado dentro de un
rango de variación del ochenta al ciento veinticinco por ciento respecto del resultado
de la partida cubierta.
Las coberturas (hedging instrument en la literatura anglosajona) no se definen expresamente en el art. 28 de la CCCTB, aunque sí establece que se tienen que cumplir
los mismos requisitos ya citados en la norma de valoración 9ª del PGC 2007. Bien es
cierto que la directiva no entra a describir que entiende por cobertura altamente eficaz ni establece que requisitos deben cumplirse para la designación formal y la documentación relacionada. En cuanto al tratamiento fiscal, el art. 28 CCCTB establece
que las ganancias y las pérdidas de los instrumentos de cobertura deberán ser tratadas de la misma manera que corresponde fiscalizar beneficios y pérdidas de la partida cubierta.
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5.16. Amortizaciones
El aspecto más destacable respecto al tratamiento fiscal de las amortizaciones en la
normativa europea respecto de la española es la simplificación de los coeficientes máximos de amortización fiscal. Actualmente, el Reglamento del impuesto sobre sociedades
clasifica los bienes del inmovilizado en 10 divisiones de actividades, 47 grupos de subactividades y cada una con un determinado número de activos materiales con su coeficiente lineal máximo y su periodo máximo en años. La propuesta de la CCCTB resume los
grupos en dos grandes grupos, construcciones con un período máximo de 40 años y, resto de inmovilizado material a 15 años. Para los activos intangibles la referencia será el
número de años que tengan el derecho de uso y, en caso de no poder determinarse dicho
periodo, el máximo es de 15 años. En el caso de edificios, se pasa de 68 años a 40 años,
con lo que se anticiparía la deducción por gasto de amortización, siendo ventajoso para
las empresas, en detrimento del fisco. No obstante, el art.42 CCCTB establece que la
Comisión puede delegar la función de definir de manera más precisa las categorías de
activos fijos, por lo que es de esperar que el actual anexo al Reglamento del Impuesto sobre sociedades no deje de estar en vigor.
Otra novedad que conviene mencionar es la posibilidad de amortizar un ejercicio entero el año de la adquisición o entrada en funcionamiento y la no deducción por amortización el último año de vida. De nuevo se trata de una anticipación de la amortización
ventajosa para las empresas.
Finalmente, conviene señalar cómo la CCCTB no indica nada al respecto de la libertad de amortización o amortización acelerada. En TRLIS está permitida en determinados casos, resultando una ayuda fiscal en beneficio de la inversión en bienes de equipo.
En este sentido, debemos destacar el perjuicio a las sociedades anónimas y limitadas laborales, las empresas mineras, los negocios que lleven a cabo investigación y desarrollo,
las explotaciones asociativas prioritarias, las empresas con flota mercante. Además se
podrían ver afectados todos los negocios que adquieren inmovilizados materiales o inversiones inmobiliarias en los años 2011, 2012, 2013 y 2014, ya que quedaría sin efecto
la Disposición Adicional Undécima sobre libertad de amortización en elementos del activo material fijo. No obstante, el estado español podría convertirlas en deducciones en
base imponible, si no quisiera eliminar esta ayuda fiscal a la inversión.
5.17. Activos intangibles no amortizables
La CCCTB no permite la deducción fiscal del coste de los activos intangibles no amortizables hasta la fecha en que el activo sea dado de baja (Art. 20). Este tratamiento supone un diferimiento de la deducción con respecto a la norma española, que establece en
su art. 11.4 la deducción del límite máximo anual del 10 por 100, cuando se hayan puesto de acuerdo a una adquisición onerosa.
5.18. Deducciones para evitar la doble imposición internacional
En relación a las deducciones previstas en la normativa española para evitar la doble
imposición internacional, contemplaremos cuatro situaciones posibles cuyo tratamiento
en la norma CCCTB resulta claramente diferente a la norma española. En primer lugar, de acuerdo con el art. 23 del TRLIS «Los ingresos procedentes de la cesión del derecho de uso o de explotación de patentes, dibujos o modelos, planos, fórmulas o procedimientos secretos, de derechos sobre informaciones relativas a experiencias industriales,
comerciales o científicas, se integrarán en la base imponible en un 50 por 100 de su im– 103 –
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porte,», lo que supone una reducción de ingresos procedentes de activos intangibles no
contemplada en modo alguno en la norma europea. Un segundo caso lo encontramos en
las cantidades que las cajas de ahorro destinan a la financiación de obras benéfico-sociales, de conformidad con la normativa vigente al respecto. Estas cantidades, de conformidad con el artículo 22 del TRLIS español, serán deducibles fiscalmente. La CCCTB
no establece nada al respecto, en lógica con la casuística específicamente española de este tipo de entidades que no tienen homólogas en el entorno europeo.
Una tercera diferencia vendría dada por las bases imponibles negativas. Al respecto,
el artículo 43 de la CCCTB estable que podrán ser deducidas las pérdidas en los años
consecutivos, sin límite de tiempo y que esta deducción no puede dar como resultado bases imponibles negativas. El TRLIS, por su parte, establece un límite temporal de 18
años para su deducción. Finalmente, y en relación con la reinversión de beneficios extraordinarios por venta de inmovilizado, el artículo 38 de la CCCTB resulta mucho más
generoso que la actual normativa española (artículo 42 TRLIS). La norma europea permite deducir de la base imponible todo el beneficio fiscal (2), mientras que la actual normativa española permite deducir solamente un porcentaje del mismo (3).
5.19. Régimen de consolidación fiscal
En relación al régimen de consolidación fiscal nuestro análisis nos ha permitido obtener diferencias relevantes entre ambas normativas. Bajo nuestro punto de vista, el régimen de consolidación fiscal es la verdadera novedad de la CCCTB debido a que traspasa el umbral nacional para hablar de un verdadero grupo fiscal a nivel europeo. En virtud del artículo 67 del TRLIS «Se entenderá por grupo fiscal el conjunto de sociedades
anónimas, limitadas y comanditarias por acciones, así como las entidades de crédito a
que se refiere el apartado 3 de este artículo, residentes en territorio español formado por
una sociedad dominante y todas las sociedades dependientes de ésta». Mientras que el
artículo 55 de la CCCTB establece que «un sujeto pasivo residente deberá formar grupo
con: a) todas sus establecimientos permanentes residentes en un Estado miembro. b)
Los establecimientos permanentes residentes en un Estado miembro de las sociedades
dependientes residentes en un tercer país. c) Las sociedades dependientes residentes en
algún Estado miembro. d) Otros sujetos pasivos residentes que son dependientes de la
misma compañía residente en un tercer país de los establecidos en el anexo I.» Este artículo crea el grupo fiscal consolidable a nivel europeo, dejando a un lado los grupos empresariales por países para pasar a hablar de grupos fiscales europeos.
En la introducción de la CCCTB se destaca la consolidación como un elemento esencial,
debido a que los mayores obstáculos fiscales a los que se enfrentan las empresas en la
Unión Europea pueden ser abordados en este sentido. Los grupos de sociedades seguirán
un único cuerpo normativo a lo largo de la Unión Europea y la gestión se llevará a cabo por
una sola administración tributaria, concepto denominado como one-stop-shop. Se pretende
(2) Siempre que se reinvierta antes del final del segundo año fiscal después del año fiscal en el
cual se produjo la venta y haber estado en funcionamiento por un periodo mínimo de 3 años antes
de la venta (art. 38 Rolover relief for replacement assets).
(3) Según el artículo 42 del TRLIS «Se deducirá de la cuota íntegra el 12 por 100 de las rentas
positivas obtenidas en la transmisión onerosa de los elementos patrimoniales establecidos en el
apartado siguiente integradas en la base imponible sometida al tipo general de gravamen o a la escala prevista en el artículo 114 de esta Ley, a condición de reinversión, en los términos y requisitos de este artículo. Esta deducción será del 7 por 100, del 2 por 100 o del 17 por 100 cuando la base imponible tribute a los tipos del 25 por 100, del 20 por 100 o del 35 por 100 respectivamente.
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eliminar la burocracia existente en materia de precios de transferencia, así como doble imposición intragrupo. Las principales ventajas inmediatas que prevé la Directiva son compensación de pérdidas transnacionales y reducción de costes, así como crear una vía para
eliminar la doble imposición en el marco europeo. También aborda otra de las principales
novedades que, a nuestro parecer, trae la CCCTB, esta es, el reparto de la Base Imponible
entre los estados miembros donde las empresas del grupo residen.
No obstante, la definición de grupo no entraña grandes diferencias. En la norma europea se define empresa dominante a aquella sociedad que cumpla los siguientes derechos: a) derecho de voto mayor al 50 por 100 y; b) una participación mayor al 75 por 100
del capital de la compañía. El TRLIS impone el segundo requisito, no así el tener la mayoría de los derechos de voto. Entendemos que con la norma europea se amplía el abanico de consolidación. Además, los requisitos deben mantenerse durante un ejercicio fiscal, siendo de 9 meses de acuerdo a la CCCTB.
En lo referente al cálculo de la base imponible consolidada no encontramos diferencias entre ambas normativas. El modo de cálculo es el mismo: la suma de las bases imponibles de las empresas del grupo, ajustado por las eliminaciones de beneficios y pérdidas surgidas por operaciones intragrupo, y reducida por las bases imponibles negativas
que pudiera haber.
Por lo que respecta al reparto de la base imponible consolidada, conviene destacar como novedad relevante el sistema establecido en la CCCTB para repartir las Base Imponible entre los estados miembros donde residen las empresas del grupo. De manera que
al ampliar la definición de grupo al nivel europeo, todos los estados miembros se aseguren su parte del pastel. La fórmula de reparto depende de las ventas netas, los gastos de
personal, y el número de trabajadores, tal y como exponemos a continuación:
Empleados: se incluirán en el estado miembro del que reciban la remuneración. No
obstante, si estos realizan sus servicios a empresas de estados miembros diferentes de
aquella de quien recibe su salario, éstos y los gastos de personal se incluirán en la empresa a la que presta los servicios, siempre que el servicio dure al menos tres meses y los
empleados representen al menos, el 5 por 100 del total. Se incluirán incluso aquellos
empleados que no estando directamente contratados por la empresa, realicen actividades similares a otros empleados que si lo están.
Payroll: término que debe incluir los salarios, ya sean fijos o variables, así como todas
las compensaciones a los empleados, incluyendo pensiones y la seguridad social a cargo
del empleador.
Activos: ponderarán por el valor medio de los inmovilizados materiales propiedad de la
empresa, alquilados o adquiridos mediante leasing. Además durante los primeros cinco
años siguientes a formar parte del grupo, las compañías deberán incluir el importa total de
los costes de investigación y desarrollo, los gastos de marketing incurridos durante los seis
años anteriores a la entrada de la empresa en el grupo. Deben registrarse en la empresa de
su propietario económico, si no fuera posible determinar éste, se aplicaría la propiedad legal. Las tierras y otros activos no depreciables deben ser valorados a coste. Los activos depreciables computan al valor medio fiscal entre el inicio y final del ejercicio fiscal.
Ventas: se tendrán en cuenta todos los ingresos por ventas o prestación de servicios
netos de la empresa residente del estado miembro donde se han transportado los productos a la empresa adquiriente. Los ingresos por servicios se incluirán en la empresa
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residente en el estado miembro donde son físicamente suministrados. Si las mercancías
o los servicios no tienen como destino final un estado miembro, los ingresos por ventas
se incluirán proporcionalmente entre todos los socios del grupo en relación a sus factores de empleo y activos. Por último, si hay más de un socio comunitario en el estado
miembro donde hay que computar los ingresos por ventas o prestación de servicios, se
computará proporcionalmente en función de sus factores de empleo y activos.
Tras el análisis exhaustivo de ambas normativas, y a modo de síntesis, hemos recogido las principales diferencias, junto con la valoración de su efecto sobre la hacienda pública en el siguiente cuadro adjunto.
CUADRO 4:
Resumen de las diferencias normativa española vs. CCCTB
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CUADRO 4:
Resumen de las diferencias normativa española vs. CCCTB
(continuación)
Fuente: Elaboración propia
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6. CONCLUSIONES Y CONSIDERACIONES FINALES
La comparación de la normativa CCCTB respecto de la española actualmente vigente nos permite identificar elementos que, de aplicarse, tendrían un impacto positivo para la hacienda pública, particularmente la libertad de amortización, no contemplada en
la norma europea y sí en nuestro TRLIS. Si bien, simultáneamente, conviene destacar
aquel articulado CCCTB que propone una regulación diferente a la española y que de
adoptarse afectaría de forma negativa a la hacienda pública reduciendo el ingreso por el
impuesto. En concreto nos referimos a las provisiones, deterioros de créditos, deterioros
de inversiones financieras y, deducibilidad de los gastos de I+D que, tal y como se ha expuesto en el apartado anterior, reciben un tratamiento más ventajoso para la empresa
en la norma europea. El efecto derivado de la aplicación de la CCCTB, considerando
conjuntamente las modificaciones que aumentan y disminuyen la cuota fiscal resulta difícil de precisar, pues requeriría una cuantificación de los impactos a priori compleja. No
obstante, el perfil de las empresas sujetas al impuesto puede orientar el impacto final de
la norma para la hacienda pública. Empresas grandes que requieran una importante
inversión en capital no corriente pueden verse afectadas negativamente por la supresión de la libertad de amortización, lo que desde la perspectiva de la hacienda pública
supondría un incremento de la recaudación por el impuesto de sociedades. Si bien, perfiles más cercanos a las PYMES o a empresas de servicios, donde la inversión en bienes
de equipo resulte menor, pueden verse globalmente favorecidas por un tratamiento más
ventajoso en las dotaciones a sus costes cíclicos (deterioros y provisiones), reduciendo el
ingreso por el impuesto desde la perspectiva de la administración tributaria.
Por otra parte, más allá de las diferencias en el tratamiento de elementos específicos,
conviene destacar el cambio radical que supone plantear un método de cálculo de la base imponible ajeno al resultado contable, sistema éste que está plenamente asentado en
la tradición fiscal española. Por el contrario, la CCCTB obvia el dato contable para formar la base imponible a través de los ingresos generados, a los que se restarán tanto los
ingresos exentos como los gastos deducibles.
Finalmente, queremos destacar la relevancia de definir el grupo fiscal europeo, así
como la adopción de un modelo de consolidación fiscal con un sistema de reparto de la
cuota resultante entre aquellos países miembros en los que el grupo realice su actividad
empresarial. Sin duda alguna, se trata de una de las principales aportaciones de la
CCCTB que supera los modelos preexistentes planteando una efectiva consolidación
desde la perspectiva fiscal. En este sentido, nuestras investigaciones futuras pretenderán, a partir del régimen de consolidación fiscal contenido en la CCCTB, así como de datos cuantitativos referidos a grandes empresas españolas con operaciones en el territorio UE, determinar el impacto del modelo sobre el impuesto sobre sociedades efectivamente satisfecho para la hacienda pública española por las mismas.
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