La Base Imponible Común Consolidada: un proyecto de futuro en la Unión Europea* ANA CID-HARGUINDEY ROMERO BEGOÑA GARCÍA-ROZADO GONZÁLEZ Dirección General de Tributos SUMARIO 1. INTRODUCCIÓN.—2. HOME STATE TAXATION.—3. LA CCCTB: VENTAJAS E INCONVENIENTES.—4. LA CCCTB: REGLAS DE APLICACIÓN. 4.1 Antecedentes. 4.2 Procedimiento de actuación. Grupo y subgrupos de trabajo. 4.3 Avance de los trabajos. 4.4 Cuestiones generales de la CCCTB. 4.4.1. Mecanismo de cooperación reforzada. 4.4.2 Rela­ ción entre la contabilidad y la CCCTB. 4.4.3. Principios fiscales. 4.4.4 Base imponible amplia. 4.4.5 CCCTB opcional u obligatoria. 4.4.6. Base consolidada o no consolidada (una o dos etapas).—5. CUESTIONES CONCRETAS: REGLAS DE DETERMINACIÓN DE LA CCCTB. 5.1 Activos. 5.2 Reservas, provisiones y contingencias. 5.3 Ingresos y gastos. 5.3.1 Cálculo. 5.3.2 Ingresos. 5.3.3 Gastos. 5.3.4 Existencias. 5.4 Aspectos internacionales de la CCCTB. 5.4.1 Ámbito territorial. 5.4.2 Definiciones en el ámbito internacional. 5.5 Otras cuestiones. 5.5.1 Definición del grupo fiscal. 5.5.2 Aplicación de la CCCTB. Ámbito administrativo y jurídico. 5.5.3 Fórmula de reparto.— 6. CONCLUSIONES. Palabras clave: Fiscalidad Internacional, Impuesto sobre Sociedades, Derecho Comunitario, Base Imponible Común Consolidada, armonización fiscal, coordinación fiscal. 1. INTRODUCCIÓN Es el primero de estos proyectos el que ocupa en la actualidad uno de los principales objetivos a conseguir por parte de los servicios de la Comi­ sión. El Informe Bolkstein [SEC (2001) 1681], relati­ vo a la tributación de las sociedades en el Mercado Interior, recogen las principales conclusiones y las bases que ponen en marcha el ambicioso proyecto de la Unión Europea sobre el establecimiento de una Base Imponible Común Consolidada, que cons­ tituyen el objetivo del presente trabajo. Se preten­ de establecer aquí, por tanto, el avance de la Comisión sobre la CCCTB y las conclusiones hasta ahora obtenidas. Uno de los principales objetivos de la Unión Europea es, sin duda, convertirse en la zona eco­ nómica más competitiva del mundo, para lo cual resulta absolutamente necesaria la existencia de unas reglas comunes sobre la tributación empresa­ rial, algo que se echa de menos en el Mercado Inte­ rior, frente a nuestros principales competidores de EE UU y Japón. En el ámbito de la tributación han existido diversas alternativas en cuanto a cómo resulta más adecuada la consecución de este objetivo. Así, en la actualidad, las propuestas de la Comisión Europea respecto a la tributación empresarial están centra­ das en dos proyectos: — La Base Imponible Común Consolidada (CCCTB). — Home State Taxation para las pequeñas y medianas empresas. 2. HOME STATE TAXATION Merece la pena comentar brevemente en qué consiste este proyecto. Dentro del Mercado Inte­ rior, no existe una armonización de la tributación societaria, y, por supuesto, las pequeñas y media­ * Trabajo presentado al VI Curso de Alta Especialización en Fiscalidad Internacional celebrado en la Escuela de la Hacienda Pública del Instituto de Estudios Fiscales en el primer semestre de 2006. 47 Cuadernos de Formación. Colaboración 03/07. Volumen 3/2007 nas empresas se encuentran con unos costes desproporcionadamente superiores a la gran empresa, para el cumplimiento de sus obligaciones fiscales, cuando operan en varios países de la UE. Por tanto, la Comisión Europea, conocedora de esta situación, ha elaborado un proyecto piloto aplicable a estas pequeñas y medianas empresas. Esta propuesta tenía la pretensión inicial de adop­ tar la forma de Recomendación de un Proyecto Piloto de participación voluntaria de las empresas y de ámbito reducido, por cuanto sólo afectaría a las PYMES de aquellos Estados miembros que se unie­ sen al proyecto, por las operaciones realizadas en los mismos, y por un plazo temporal. El objetivo perseguido es el de favorecer la internacionalización de las actividades de las PYMES mediante la simplificación formal y reduc­ ción de costes administrativos, como consecuencia de tener que utilizar una única norma legal (la del Estado de residencia de la matriz) para calcular la base imponible. El Home State Taxation se basa en que los gru­ pos empresariales que tengan la consideración de PYMES y realicen actividades transfronterizas, ya sea a través de sociedades o de establecimientos permanentes, puedan calcular su base imponible total utilizando la legislación nacional del Estado de residencia, bien de la sociedad matriz o de la Casa Central. Una vez determinada la base total, se aplicarían unas reglas de reparto de la misma entre los distin­ tos Estados en que opera el grupo y se aplicarían los tipos impositivos correspondientes de cada Estado, realizando la declaración correspondiente. Este objetivo fue muy criticado por los Estados miembros en 2004, ya que no suponía una pro­ puesta de armonización propiamente dicha, pues­ to que estaba basado en la utilización de la legislación del Estado de residencia de la sociedad matriz o Casa Central, y no en la creación de una legislación uniforme para todos los Estados. Las principales críticas de los Estados a esta propuesta se centraban en la existencia de problemas legales (constitucionales, incompatibilidad de la propuesta con los Convenios de Doble Imposición, su carác­ ter discriminatorio e, incluso, la posible considera­ ción de la misma como Ayuda de Estado). A esto se unían argumentos técnicos (problemas de con­ trol, posibilidad de abusos, deslocalización o defini­ ción de PYME, entre otros), así como la oposición total de algunos Estados por cuestiones de sobera­ nía fiscal. Por otra parte, se cuestionó la falta de estudios sobre el número de empresas afectadas, y su impacto sobre la internacionalización de las acti­ vidades de las PYMES. Además, tampoco resultaba clara la consecución de la simplificación y reduc­ ción de costes administrativos, ya que se manten­ drían las obligaciones formales de los restantes impuestos (IVA, tributos locales), así como las obli­ gaciones contables propias de los distintos Estados. Todo esto supuso una cierta paralización de los tra­ bajos al respecto. Consciente de todos estos problemas, la Comi­ sión Europea se ha centrado fundamentalmente en el estudio y desarrollo de una Base Imponible Común Consolidada, que pasamos a analizar. 3. LA CCCTB: VENTAJAS E INCONVENIENTES El Informe Bolkstein centra su atención en los lla­ mados sistemas globales para superar los obstácu­ los fiscales relativos a la tributación societaria en el ámbito del Mercado Interior. Ya el propio Informe abandona una política de armonización entorno a los tipos de gravamen, aún cuando reconoce que las mayores distorsiones en el ámbito de la Unión Europea se derivan de los diferentes tipos efectivos de gravamen que existen, teniendo en cuenta, sobre todo, los bajos tipos impositivos existentes en los Estados recién incor­ porados en la Unión Europea. Los argumentos del Informe se basan en aspec­ tos relativos a: — El tratamiento de los dividendos de fuente extranjera. — El tratamiento de las bases imponibles negativas. — Los precios de transferencia. — Los Convenios para evitar la doble imposi­ ción. Como regla general, los dividendos de fuente extranjera son tratados de manera discriminatoria respecto a los dividendos de fuente interna. En caso de participaciones poseídas por las personas físicas éstas no pueden aplicar los sistemas de imputación establecidos para los dividendos de fuente interna. Si se trata de participaciones poseí­ das por personas jurídicas, los métodos estableci­ dos para eliminar la doble imposición suelen operar a partir de ciertos límites y su aplicación está sometida a ciertas condiciones. Por tanto, en ambos casos, no se produce una eliminación total de la doble imposición. En el ámbito de la doble imposición, la existen­ cia de la CCCTB determinaría que los dividendos intragrupo fueran objeto de eliminación, lo que automáticamente resolvería el problema de la doble 48 La Base Imponible Común Consolidada: un proyecto de futuro en la Unión Europea A NA C ID -H ARGUINDEY R OMERO y B EGOÑA G ARCÍA-R OZADO G ONZÁLEZ imposición de dividendos en el ámbito de la Unión Europea para las personas jurídicas. No ocurriría lo mismo, sin embargo, respecto a los dividendos per­ cibidos por las personas físicas que residan en un Estado diferente al de la sociedad participada, que seguirían estando discriminados. Por otra parte, una de las principales conse­ cuencias de la CCCTB sería la compensación auto­ mática de bases imponibles negativas entre las sociedades del grupo. A esto habría que añadir una simplificación de las operaciones de reestructura­ ción en el ámbito comunitario. Asimismo, un diseño adecuado eliminaría el complejo problema en la tributación de las multi­ nacionales, como es el de los precios de transfe­ rencia, que derivan de la consideración de las sociedades como entes separados. Esto incremen­ taría notablemente la seguridad jurídica, si bien es cierto que, sobre este problema, ya se está traba­ jando en la Unión Europea a través de un Foro sobre Precios de Transferencia. En materia de Convenios para evitar la doble imposición, existen múltiples problemas derivados de las diferentes regulaciones recogidas en los actuales Convenios bilaterales. Gran parte de estos problemas serían resueltos en la medida en que se adoptase una CCCTB, puesto que aquéllos no deberían ser objeto de aplicación, a juicio del Infor­ me Bolkstein. Por último, no debemos olvidar que uno de los objetivos de esta propuesta es introducir un cierto grado de competencia fiscal, por lo que la homoge­ neización en el cálculo de la base imponible permi­ tiría a las empresas una mayor comparativa fiscal a la hora de tomar sus decisiones de inversión y per­ manencia en un Estado. No obstante, no podemos olvidar los inconve­ nientes que presenta este proyecto. Por una parte, el crecimiento de la Unión Euro­ pea a 25 Estados ha propiciado la aparición de regí­ menes fiscales societarios con tipos excesivamente reducidos, lo que favorece enormemente la deslo­ calización empresarial. En este punto, debe tener­ se en cuenta que la Base Imponible Común Consolidad no supone una armonización fiscal efectiva, de tal manera que el riesgo de deslocaliza­ ción no sólo sigue existiendo sino que incluso puede aumentar precisamente por una mayor faci­ lidad comparativa entre los distintos Estados, por cuanto fácilmente España saldría desfavorecida. Adicionalmente, la CCCTB supone una renun­ cia importante en competencias tributarias, por parte de los Estados afectados, lo que podría supo­ ner una pérdida de instrumentos de política fiscal. Así, la cesión de soberanía fiscal en el ámbito de la base imponible determinaría que las actuaciones fiscales se concentrarían en el ámbito del tipo de gravamen y de las deducciones en la cuota, lo que reduce el margen de maniobra de los Estados en los instrumentos de política económica. Este régimen abandona la idea de que cada sociedad es un sujeto pasivo independiente, aún cuando pertenezca a un grupo de sociedades, lo que hoy en día está alejado de la realidad. Por otra parte, el establecimiento de una Base Imponible Común Consolidada no garantiza la neu­ tralidad en la libertad de establecimiento dentro del Mercado Interior, pues siempre estará condiciona­ da por la tributación efectiva de las sociedades que integran el grupo, lo que estará directamente rela­ cionada con el tipo de gravamen y las posibles deducciones en la cuota. Además, la situación se complicaría aún más en el caso de localización de alguna sociedad del grupo en algún Estado que no se encuentre adherido a la CCCTB. A esto habría que añadir los problemas de apli­ cación práctica que iremos viendo más adelante. En definitiva, el Informe Bolkstein mantiene que el principal factor de distorsión se genera como con­ secuencia del tipo efectivo de gravamen y no de las bases imponibles. Si bien, no podemos olvidar que es el proyecto más ambicioso que se ha planteado la Comisión Europea en el ámbito de la fiscalidad empresarial directa, y que, de conseguir llevarse a cabo, supon­ dría un importante escalón hacia la consecución de la armonización fiscal. 4. 4.1. LA CCCTB: REGLAS DE APLICACIÓN Antecedentes El origen de esta política dirigida a lograr una armonización de la Base Imponible Común Conso­ lidada del Impuesto sobre Sociedades (en adelante CCCTB) en la Unión Europea hay que buscarlo en el año 2001, cuando la Comisión Europea emitió la Comunicación “Hacia un mercado interior sin obs­ táculos fiscales: Una estrategia destinada a dotar a las empresas de una base imponible consolidada del impuesto sobre sociedades para sus actividades a escala comunitaria” [COM (2001) 582]1, que fue seguida, en el año 2003, de la Comunicación “Un mercado interior sin obstáculos vinculados al 1 Los documentos pueden ser consultados en la página web de la Comisión Europea: http://europa.eu.int/comm/dgs/taxation_ customs/index_en.htm#. 49 Cuadernos de Formación. Colaboración 03/07. Volumen 3/2007 4.2. Procedimiento de actuación. Grupo y subgrupos de trabajo impuesto de sociedades: logros, iniciativas actuales y retos pendientes” [COM (2003) 726]. El contenido de dichas comunicaciones recoge el punto de vista de la Comisión sobre las acciones que deberían tomarse en el futuro, en el ámbito de la tributación empresarial en la UE, para adaptar dicha tributación al nuevo panorama económico y para lograr un mercado interior más eficiente sin obstáculos fiscales. Entre dichos obstáculos al correcto funcionamiento del mercado único se destaca la existencia de diversas normativas no armonizadas reguladoras del Impuesto sobre Sociedades en los Estados miembros. En definitiva, se incide en la necesidad de adaptar las estructuras fiscales al nuevo y cambiante entorno y en la exis­ tencia de obstáculos fiscales en la actividad econó­ mica transfronteriza en el Mercado Único y los posibles remedios. La Base Imponible Común Consolidada se propone como la mejor solución para el Mercado Único. Se destaca que únicamen­ te una base imponible consolidada para las activida­ des transfronterizas de las multinacionales lograría eliminar la mayoría de los obstáculos detectados. En septiembre del 2004, en un ECOFIN infor­ mal bajo presidencia holandesa, la Comisión presen­ tó dos non-paper que se refieren a dos proyectos para la armonización de la base imponible del Impuesto sobre Sociedades: El sistema Home State Taxation (en adelante HST) para las PYMES y la Base Consolidada Común para las grandes empresas. Se decidió constituir un grupo de trabajo en la Comi­ sión encargado del estudio de la armonización de la base imponible consolidada del impuesto de socie­ dades (CCCTB WG). El non-paper que elaboró la Comisión para dicho ECOFIN introduce la discu­ sión de algunos de los aspectos básicos de la CCCTB, tales como: — Si la aplicación de las reglas de la CCCTB debe ser obligatorio u opcional. — Si el objetivo debe ser exclusivamente establecer las reglas para una base imponi­ ble común o si debe ser objeto de conso­ lidación, y, en este último caso, si la consolidación debe realizarse desde el pri­ mer momento de implantación de la base imponible común o bien dicha implanta­ ción debe hacerse en dos fases. — Cuál sería su ámbito de aplicación: todas o ciertas categorías de entidades. — La posibilidad de que la CCCTB se mate­ rialice en un sistema de cooperación refor­ zada. El resultado final consistirá en una propuesta legislativa de la Comisión. Para la realización del trabajo, la Comisión deci­ de crear un grupo de expertos de las Administra­ ciones fiscales de cada Estado miembro presidido por la propia Comisión, que pasa a denominarse CCCTB WG, y al que ocasionalmente pueden asis­ tir representantes del sector privado y de las uni­ versidades. Se trata de un grupo puramente técnico, por lo que la asistencia de un Estado no implica su compromiso a aceptar e implementar la Base Imponible Consolidada Común. Tampoco las opiniones manifestadas por los distintos expertos determinan la vinculación de su correspondiente Estado con respecto a las mismas, pero ofrecen la ventaja fundamental de proporcionar a la Comisión distintas posiciones o puntos de vistas respecto a un mismo problema, aspectos prácticos respecto a cómo cada Estado miembro calcula su base impo­ nible en el ámbito de la imposición societaria, pro­ blemas de aplicación de la normativa interna, y, en conclusión, su experiencia práctica. Por otra parte, no podemos olvidar que el resultado de este Grupo de Trabajo será una pro­ puesta presentada por la Comisión al Consejo para que nuevamente sea objeto de discusión, ya en sede de este último. El trabajo del grupo se centra en la base impo­ nible, sin extenderse a los tipos de gravamen, por lo tanto, el nivel de tributación no forma parte de la discusiones del grupo, ya que la fijación del tipo de gravamen seguirá siendo competencia de los Estados miembros. Entre los objetivos del grupo cabe mencionar: — Examinar, desde un punto de vista técnico la definición de una Base Imponible Común Consolidada para las empresas que operan en la UE. — Discusión sobre los principios fiscales bási­ cos. — Elementos estructurales de la base impo­ nible consolidada. — Otras cuestiones técnicas como puede ser el “reparto” de la base entre los Estados miembros. Se pretende que el CCCTB WG se reúna tri­ mestralmente en Bruselas bajo presidencia de la Comisión. Así, la primera reunión del grupo tuvo lugar el 23 de noviembre de 2004. No obstante, ante la necesidad de que determi­ nados aspectos fuesen estudiados con mayor pro­ fundidad, se hizo necesaria la creación de varios subgrupos de trabajo, abierto a todos los expertos 50 La Base Imponible Común Consolidada: un proyecto de futuro en la Unión Europea A NA C ID -H ARGUINDEY R OMERO y B EGOÑA G ARCÍA-R OZADO G ONZÁLEZ 4.4. pertenecientes al CCCTB WG que quisieran asis­ tir. Esto ha supuesto que, hasta el momento, se hayan constituido cinco subgrupos de trabajo encargados del estudio de algunos de los elemen­ tos estructurales de la CCCTB y presididos por un Estado miembro: — Subgrupo 1, presidido por Alemania, encar­ gado del estudio de activos y amortización (en adelante SG1). — Subgrupo 2, presidido por Italia, encarga­ do del estudio de las provisiones y reser­ vas (en adelante SG2). — Subgrupo 3, presidido por Francia, encar­ gado del estudio de la renta imponible (en adelante SG3). — Subgrupo 4, presidido por España, encar­ gado del estudio de los aspectos interna­ cionales (en adelante SG4). — Subgrupo 5, presidido por Dinamarca, encargada del estudio de la delimitación del grupo fiscal (en adelante SG5). Todas las conclusiones, cuestiones debatidas o problemas que hayan surgido en los distintos sub­ grupos son remitidos al CCCTB WG. 4.3. Cuestiones generales de la CCCTB Analizaremos a continuación una serie de cues­ tiones generales y básicas que se plantean respec­ to a la CCCTB. Algunas de ellas, ya han sido objeto de tratamiento en el CCCTB WG y en alguno de los Subgrupos, mientras otras todavía no se han discutido. Pero todas ellas tienen un común deno­ minador, en la medida en que constituyen los cimientos estructurales de la CCCTB. La decisión que finalmente se adopte sobre cualquiera de estas cuestiones será determinante para la fijación defini­ tiva de las posturas de cada Estado miembro res­ pecto a la adopción o no de la CCCTB, de tal manera que la Comisión es conocedora que la defi­ nición del ámbito de aplicación, o la postura que adopte su propuesta definitiva respecto a estos aspectos, será determinante del éxito o fracaso de su ambicioso proyecto. 4.4.1. Mecanismo de cooperación reforzada Obviamente, el objetivo de la Comisión es con­ seguir una Base Imponible Común Consolidada, con todas las ventajas que conlleva y que hemos mencionado anteriormente, Por ello, se pretende que los resultados futuros sean aplicables en todos los Estados miembros. Sin embargo, es probable que esto no sea así. Es obvio que la participación de todos los Estados miembros en la CCCTB determinaría la aplicación más competitiva y útil de la misma, pero ya hay Estados miembros que se han manifestado en con­ tra de su incorporación al proyecto, por lo que resulta predecible que no habrá un acuerdo común. Teniendo en cuenta estas circunstancias, la Comisión Europea ya tiene previsto la posibilidad de aplicar el mecanismo de cooperación reforzada, lo que permitiría que incluso con un acuerdo míni­ mo de 8 Estados, el proyecto puede finalmente salir adelante en los términos establecidos en los artículos 43 a 45 del Tratado de la Unión. Dado que en el ámbito de la fiscalidad directa, la “aproximación de las legislaciones” que prevé el artículo 94 del Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea exige unanimidad, el mecanismo de la “cooperación reforzada” permite flexibilizar la toma de decisiones del Consejo. Esta cooperación reforzada permite a un número limitado de países miembros que continú­ en en la profundización de la construcción euro­ pea, respetando el marco institucional común. Los actos y decisiones que se deriven de la coopera­ ción reforzada no formarán parte del acervo comunitario. Tales actos y decisiones vincularán Avance de los trabajos Debe tenerse en cuenta que determinados Estados miembros han manifestado reiteradamen­ te su oposición al proyecto: El Reino Unido, Irlan­ da, Eslovaquia, Chipre, Lituania, Letonia y Estonia. El proyecto cuenta, no obstante, con un fuerte apoyo de otros Estados miembros como Alemania, Francia o Italia. Dado que la adopción de decisio­ nes en el ámbito de fiscalidad precisa unanimidad, desde el non-paper de septiembre de 2004 se plan­ teó la posibilidad de que no todos los Estados miembros se adhieran a la CCCTB, o al menos no todos desde el primer momento, por lo que se consideró que la “cooperación reforzada” podría ser adecuada, figura esta que se encuentra regula­ da en los artículos 43 al 45 del Tratado de la Unión Europea2 y que exige un mínimo de 8 Estados miembros para su implementación. Se prevé continuar con los trabajos durante 2006 y 2007, de tal manera que, como resultado final, la Comisión pueda presentar un proyecto de norma CCCTB al Consejo a finales de 2008, si bien dada la complejidad de los aspectos a tratar, es complicado que en la práctica se cumplan estos plazos. 2 http://europa.eu.int/eur-lex/lex//es/treaties/dat/12002M/ htm/C_2002325ES.000501.html. 51 Cuadernos de Formación. Colaboración 03/07. Volumen 3/2007 dad. En esta situación se encuentran en la actualidad países como España, Italia o Francia, entre otros. — La posibilidad de desvincular totalmente la fiscalidad de la contabilidad, situación que en la actualidad se produce en países como Alemania o Reino Unido. En España, la vinculación entre contabilidad y fiscalidad ha sido uno de los elementos fundamen­ tales en la reforma del Impuesto sobre Sociedades llevada a cabo en el año 1996 y sería deseable que dicha vinculación continuara. Sin embargo, desde el punto de vista de la Comisión existen dos argu­ mentos para que dicha vinculación no exista, al menos desde un ámbito formal. En primer lugar, cabe señalar que existen varios Estados miembros que no utilizan la contabilidad como punto de partida en el cálculo de la base imponible. Pero el principal argumento, que es además incuestionable, es que no existe una armo­ nización a nivel contable entre todos los Estados miembros. Es, por tanto, la existencia de 25 conta­ bilidades diferentes la razón fundamental para que la determinación de la CCCTB no tome como punto de partida el resultado contable, sino que establezca su propia normativa. En este ámbito, la posibilidad de que las Nor­ mas Internacionales de Contabilidad (NIC o IAS en terminología inglesa) se tomen como base para la CCCTB ha sido discutida en numerosas ocasiones. El documento de la Comisión de 2003 sobre “La aplicación de las IAS en 2005 y sus implicacio­ nes para la introducción de la base imponible con­ solidada”, puso de manifiesto la posibilidad de utilizar las IAS como punto de partida para la base imponible. Esto tendría la ventaja de poner un punto de partida sobre el que hacer los ajustes correspondientes. Muchos países continuarán utilizando su propia norma contable y no las IAS. Sin embargo, la Comi­ sión considera que la única referencia común exis­ tente que se aplica en todos los Estados miembros, aunque no a todas las empresas, son las NIC. Por lo tanto, las NIC son una herramienta útil para orientar las discusiones, pero ni se pueden tomar las NIC íntegramente para fines fiscales, ni puede depender la estabilidad de la CCCTB de los posi­ bles cambios en las NIC. De este modo, no existirá una vinculación directa (automática) entre las NIC y la CCCTB y la CCCTB será independiente de las NIC, no quedando por tanto afectada por los posi­ bles cambios de aquellas. No obstante, no debemos tomar todos estos aspectos como una posible ruptura en un futuro únicamente a los Estados miembros que participen en ella y en su caso, sólo serán directamente apli­ cables en dichos Estados. Por otra parte, los Esta­ dos miembros que no participen en la cooperación reforzada no impedirán su aplicación por parte de los Estados que sí lo hagan. La cooperación reforzada está sujeta a diversas limitaciones: pretende impulsar los objetivos de la Unión, y reforzar su proceso de integración; debe respetar los Tratados, el marco institucional de la Unión y el acervo comunitario; debe permanecer dentro de los límites de las competencias de la Unión o de la Comunidad y no afectar a un ámbito que no sea de competencia exclusiva de la Comu­ nidad; no debe afectar negativamente al mercado interior ni constituir un obstáculo ni discriminación a los intercambios entre Estados miembros, ni pro­ vocar distorsiones; debe reunir como mínimo a ocho Estados miembros; debe respetar las compe­ tencias, los derechos y las obligaciones de los Esta­ dos miembros que no participen en ella y debe estar abierta a todos los Estados miembros. Las cooperaciones reforzadas sólo podrán ini­ ciarse como último recurso, en caso de que haya quedado sentado en el seno del Consejo que los objetivos que se les haya asignado no puedan alcan­ zarse, en un plazo razonable, mediante la aplica­ ción de las disposiciones del Tratado, lo cual es de prever en este trabajo. No sólo la cooperación reforzada ha de estar abierta a todos los Estados en el momento inicial sino también en cualquier momento, siempre y cuando se respete la decisión inicial y las decisiones que se hayan ido tomando. Se ha de procurar fomentar la participación del mayor número posi­ ble de Estados miembros En definitiva, este mecanismo resulta válido para la Comisión, puesto que permitirá adoptar todos aquellos actos derivados de este trabajo que sí vinculen a los Estados que participen en esta cooperación reforzada y por otra parte, permitirá que los Estados que no quieran participar se adhie­ ran a los resultados en un momento posterior. 4.4.2. Relación entre la contabilidad y la CCCTB Una de las principales cuestiones que ya se ha planteado es cuál debe ser la vinculación entre la contabilidad y la fiscalidad, puesto que no todos los Estados miembros tienen la misma relación entre ambas. Básicamente, podemos destacar dos situaciones: — La posibilidad de establecer una relación muy estrecha entre contabilidad y fiscali­ 52 La Base Imponible Común Consolidada: un proyecto de futuro en la Unión Europea A NA C ID -H ARGUINDEY R OMERO y B EGOÑA G ARCÍA-R OZADO G ONZÁLEZ 4.4.4. próximo entre la contabilidad y la fiscalidad. Por una parte, todavía no está claro cuál será la fuente de Derecho que utilizará la Comisión para la implantación futura de la CCCTB, pero lo normal es que exija una transposición de la normativa en cada Estado miembro, o lo que es lo mismo, deter­ minará la intervención del legislador español para la aplicación de la CCCTB en el ámbito interno. Es en dicho momento cuando se puede establecer una cierta vinculación práctica entre contabilidad y fis­ calidad a nivel interno. Por otra parte, los trabajos que ha ido desarro­ llando el CCCTB WG toman como punto de par­ tida, en múltiples ocasiones, las IAS, lo que supone poner de manifiesto que en muchos aspectos exis­ tirá una cierta conexión entre la contabilidad y la fiscalidad. A pesar de todo, esa desvinculación formal entre contabilidad y fiscalidad supondrá que la norma fis­ cal deba partir de cero, estableciendo sus propias definiciones, principios, reglas de valoración y todas las reglas necesarias para la determinación de la base imponible del Impuesto sobre Sociedades, aún cuando resulten coincidentes con la contabilidad. 4.4.3. Base imponible amplia La Comisión parte de una concepción amplia de la base imponible, lo que supondrá un número reducido de incentivos fiscales y regímenes especia­ les, de tal manera que la CCCTB consiga la mayor neutralidad y simplicidad posible. Adicionalmente, si la base imponible es amplia, los Estados miembros podrán reducir los tipos imponibles manteniendo su recaudación, por lo que sería más fácil su “venta” por parte de los Estados miembros a sus empresas. Este concepto amplio de la base imponible es coincidente con el español y, en general, con el existente en la mayoría de los Estados miembros, por lo que esta cuestión no ha supuesto ningún conflicto en el desarrollo de los trabajos, como veremos más adelante. 4.4.5. CCCTB opcional u obligatoria La posibilidad de que la CCCTB sea opcional u obligatoria se planteó ya en el non-paper preparado por la Comisión para el ECOFIN informal de Sep­ tiembre 2004. Esta es una de las cuestiones más controvertidas en el ámbito de la CCCTB. La Comisión considera que un planteamiento basado en una CCCTB como régimen opcional para los grupos de empresas, probablemente con­ taría con mayor apoyo, de manera que no queden afectadas empresas que no realicen actividades transfronterizas, lo que podría llegar a considerarse como una extralimitación de competencias. Si se cuenta con mayor apoyo, mayor será la contribu­ ción al buen funcionamiento del mercado interior. El Parlamento también considera que la CCCTB debe ser opcional3. No obstante, algunos Estados ya han manifesta­ do su preferencia por una CCCTB obligatoria. Hay que tener en cuenta que un sistema opcional podría plantear importantes problemas: — Una CCCTB opcional permitirá una mayor planificación fiscal de los grupos empresa­ riales, por cuanto sólo sería utilizada por aquellos grupos a los que les resultara ven­ tajoso desde el punto de vista fiscal. — Adicionalmente, sería necesario establecer reglas para regular las entradas y salidas del régimen. Hay que tener en cuenta los objetivos persegui­ dos por la CCCTB que realmente sólo serían con­ Principios fiscales Como ya hemos mencionado, el hecho de que exista una desvinculación formal entre contabilidad y fiscalidad debe determinar que la fiscalidad esta­ blezca unos principios generales de aplicación en la determinación de la base imponible. En una primera reunión del Grupo se presentó un documento referido a los principios que debían regir la fiscalidad, principios que, en una buena parte, eran similares a los establecidos en una nor­ mativa contable. Sin embargo, existió un amplío consenso basa­ do en que no era necesario un acuerdo previo y formal sobre los mismos, puesto que dicho acuer­ do podría impedir un avance en aspectos concre­ tos. Esto no significa aparcar temporalmente estos aspectos e iniciar las discusiones sobre cuestiones más concretas, de forma que en un futuro, se vol­ verán a reconsiderar los principios cuando los tra­ bajos estén más avanzados. No obstante, el trabajo práctico, tanto del CCCTB WG como de los distintos Subgrupos, ha puesto de manifiesto la particular importancia de determinados principios, como pueden ser los de neutralidad, simplicidad, transparencia y certeza. De hecho, la Comisión ha enfatizado en sus distintos trabajos, la importancia del principio de simplicidad, que en muchas ocasiones resultará determinante en la aplicación de la CCCTB. 3 El Parlamento ha tenido ocasión de pronunciarse sobre la CCCTB en el denominado Informe Bersani : http://www.europarl. eu.int/omk/sipade3?TYPE-DOC=TA&REF=P6-TA-2005­ 0511&MODE=SIP&L=EN&LSTDOC=N. 53 Cuadernos de Formación. Colaboración 03/07. Volumen 3/2007 zas. Además, la consolidación puede resultar más complicada a posteriori si se alcanza inicialmente un menor nivel en el tratamiento común de determi­ nados elementos o metodologías. Pero resulta importante destacar, en este punto, dos importantes aspectos. La primera con­ siste en valorar si la Unión Europea está preparada para afrontar un proyecto tan ambicioso en una sola fase o si en la práctica es más sencilla una implantación en dos fases, puesto que va a suponer la existencia de nuevas normas de determinación en la base imponible, y de consolidación. A esto hay que unir otras cuestiones, no menor importan­ tes, ni mucho menos, relacionadas con el desarro­ llo procedimental, que son las que pueden generar mayores problemas en la implantación práctica. Hay que tener en cuenta que la CCCTB ha de ir acompañada de un elenco de medidas que permi­ tan proporcionar gran seguridad jurídica tanto a los grupos empresariales que lo apliquen, como a las distintas Administraciones afectadas, lo que reque­ rirá la existencia de unos mecanismos de control y de coordinación que hoy en día no existen. Habrá que valorar, por tanto, cuestiones sobre la forma de presentar la documentación por parte de los grupos empresariales, qué Administración resulta competente para realizar las correspondientes ins­ pecciones, cómo y qué organismos se encargarán de su interpretación o qué tribunales resolverán las cuestiones controvertidas, entre otras cosas. La segunda cuestión a tener en cuenta son las consecuencias que tendrá en la normativa interna de cada Estado miembro la CCCTB. Y esto entra en conexión directa con la cuestión comentada en el punto anterior, sobre hasta qué punto existen razones que justifiquen la existencia de distintas normas de determinación de la base imponible para los grandes grupos empresariales y para las empre­ sas individuales en el ámbito interno de cada Estado miembro, puesto que las reglas CCCTB deberían terminar siendo reglas de determinación de la base imponible para todos los sujetos pasivos del Impuesto sobre Sociedades, si realmente queremos tener un sistema neutral y simple. De lo contrario, resultaría necesario establecer ciertas reglas para los supuestos de empresas que pasen a formar parte de un grupo empresarial, y por ende, apliquen reglas CCCTB en el cálculo de su base imponible, así como reglas de salida de este régimen. seguidos si la CCCTB fuera aplicable con carácter obligatorio. Un sistema opcional podría determinar la aplicación de determinadas reglas de cautela que pusieran en duda la tan pretendida simplicidad del régimen. En cualquier caso, los Estados miembros que así lo desean podrían hacer la CCCTB obligatoria en su ámbito interno, eliminando el sistema de cálculo de base que tienen vigente, de tal manera que el régimen de consolidación que un Estado tuviera en su régimen interno, fuera coincidente con la CCCTB. Aún inclu­ so podría llegarse más lejos, en cuanto las reglas de determinación de la CCCTB podrían resultar aplica­ bles incluso a las empresas individuales, consiguiendo así, una auténtica armonización en la base imponible. Este obviamente no es el objetivo perseguido por la Comisión pero, en un futuro no muy lejano, debería plantearse si la existencia de distintas for­ mas de cálculo de la base imponible, aplicables a diferentes sujetos pasivos (individuales de acuerdo con la norma interna de un Estado, o grupos empresariales que calcularía su base imponible de según reglas CCCTB) tiene un sentido tanto lógico como práctico, por cuanto no parece que existan razones que justifiquen estas diferencias. 4.4.6. Base consolidada o no consolidada (una o dos etapas) Esta cuestión es fundamental en el ámbito de la Unión Europea. La cuestión que se plantea es si la CCCTB debe ser consolidada desde el principio (una etapa) o si en primer lugar debe elaborarse la base imponible común y posteriormente trabajar para su consoli­ dación (dos etapas). Desde el punto de vista de la Comisión, la con­ solidación fiscal es una parte fundamental de la base imponible común y debería implementarse desde el principio, dado que entiende que los beneficios para el mercado interior son mayores. Hay que tener en cuenta los objetivos de la CCCTB, fundamental­ mente en cuanto a la compensación de pérdidas transfronterizas y la eliminación de complejidad sobre precios de transferencia. Obviamente, estos problemas sólo serían resueltos con una CCCTB consolidada. En otras palabras, sólo una Base Impo­ nible Común Consolidada constituye una herra­ mienta realmente atractiva, y potente para mejorar la competitividad de la Unión Europea frente a sus directos competidores. La alternativa de dos fases, primero una base imponible común y más adelante la consolidación no soluciona, de principio, los problemas de pre­ cios de transferencia o de pérdidas transfronteri­ 5. CUESTIONES CONCRETAS: REGLAS DE DETERMINACIÓN DE LA CCCTB A continuación analizaremos las cuestiones que, hasta ahora, han sido objeto de tratamiento en el 54 La Base Imponible Común Consolidada: un proyecto de futuro en la Unión Europea A NA C ID -H ARGUINDEY R OMERO y B EGOÑA G ARCÍA-R OZADO G ONZÁLEZ CCCTB WG y en los distintos Subgrupos. Básica­ mente, los principales aspectos desarrollados se refieren a los siguientes elementos: — Activos — Reservas y provisiones. — Ingresos y gastos. — Cuestiones internacionales. Cada una de estas cuestiones, como ya se ha comentado, han dado lugar a la creación de un Subgrupo de trabajo. Conjuntamente con ellas, se ha iniciado dentro del Grupo la discusión sobre cuestiones de procedimiento y el análisis de la fis­ calidad relativa a determinadas instituciones, en concreto, a las financieras. Este trabajo no preten­ de analizar cada una de las cuestiones planteadas, pero sí esbozar aquellas que resultan más impor­ tantes o más controvertidas 5.1. amortiza, por lo que no resulta necesario conocer el valor contable del bien, ya que no se generan rentas como consecuencia de las transmisiones de los bienes. En este punto, la Comisión se muestra par­ tidaria del segundo, sobre todo por cuestiones de simplicidad, si bien, no existe ningún consenso entre los expertos participantes, por cuanto son muchos los Estados que aplican en la práctica el método individual y son reticentes a la no determinación y, por ende, tributación de las rentas generadas en las transmisiones. Por otra parte, es cierto que el método individual obligaría al desarrollo de unas tablas de amortización específicas a nivel comunita­ rio, lo que sería un trabajo que demandaría dema­ siado tiempo, y resulta difícil pensar en un consenso sobre los porcentajes que resultarían aplicables en cada sector de actividad y en cada Estado miembro. Otra cuestión que se ha discutido en profundi­ dad es la referente a quién tiene derecho a practi­ car la amortización de los bienes, en concreto, si la amortización debe vincularse a la propiedad jurídi­ ca o legal de los bienes, o por el contrario a la pro­ piedad económica. Esta cuestión obviamente no se plantea en una gran mayoría de los casos, por cuanto ambas, pro­ piedad económica y jurídica, suelen coincidir en la misma entidad. Sin embargo, existen diversos supuestos en que esto no ocurre. El más trascen­ dente de estos supuestos es el arrendamiento financiero o leasing, pero no es el único. Existen otros como los contratos de venta con pacto de reserva de dominio, o con pacto de recompra. Aunque el análisis del leasing ha quedado pospues­ to, en el resto de supuestos, parece primar la pro­ piedad económica sobre la jurídica, lo que será tenido en cuenta en la solución final. En el caso de los activos intangibles, se han tra­ tado fundamentalmente aquellos que han sido adquiridos a terceros o que suponen un esfuerzo financiero para la empresa, por cuanto no parece que deban ser objeto de reconocimiento fiscal los intangibles desarrollados internamente en la empresa que no hayan determinado una disminu­ ción de activos. Como norma general, no deberían existir grandes diferencias entre las normas de valoración de los activos tangibles y los intangibles, lo que ya se ha puesto de manifiesto en el Subgru­ po correspondiente. No obstante, el más impor­ tante de los intangibles, el fondo de comercio, todavía no ha sido tratado en profundidad, si bien, llegado el momento, la cuestión más controvertida vendrá establecida por la posibilidad de amortiza­ ción fiscal del mismo, teniendo en cuenta que en el ámbito contable el fondo de comercio no resulta amortizable, según las reglas IAS. Activos El SG1 ha tratado aspectos relacionados con acti­ vos, depreciación, ganancias de capital y pérdidas. En primer lugar, la falta de conexión con la fis­ calidad pone de manifiesto la necesidad de una definición, al menos de activo, con la consiguiente diferenciación de este concepto respecto al con­ cepto de gasto, para lo cual, obviamente las IAS han constituido un punto de partida. Para ello, se ha alcanzado un cierto consenso sobre una defini­ ción genérica de activo. Por otra parte, resulta necesario analizar las posibles diferencias entre activos tangibles, intangi­ bles y financieros. En caso de los activos tangibles, el principal aspecto a discutir es la amortización. Parece existir un cierto consenso en considerar que determina­ dos elementos de escaso valor o de vida útil corta tengan la consideración de gastos y no de activos. Sin embargo, la principal cuestión controvertida es el método de amortización que debe ser aplica­ ble. Son dos los métodos sobre los que se está dis­ cutiendo: el método individual y el método de pooling o grupo. El método individual, que es el uti­ lizado en el caso español, determina la amortización para cada elemento del activo, lo que permite cono­ cer en cada momento el valor neto de ese activo. El método de pooling se basa en la constitución de gru­ pos de elementos o pools a los que se aplicará el mismo método y porcentaje de amortización, de tal manera que se constituye una base común de amor­ tización. Cuando se adquiere un elemento nuevo, su precio de adquisición pasa a integrar la base o pool de amortización y cuando se vende un elemen­ to el precio de venta se resta de ese pool que se 55 Cuadernos de Formación. Colaboración 03/07. Volumen 3/2007 Ya refiriéndonos a los activos financieros, es lógico que los mismos no resulten amortizables. Pero, en este punto, surge la necesidad de plante­ ar la valoración de estos activos y la posibilidad de aplicar el principio de valor razonable, que figura recogido en las IAS, sobre todo en cuanto a las ganancias de capital de estos activos y el momento de su reconocimiento fiscal. Así, en ganancias de capital existe un consenso en la tributación de aquellas que se consideren rea­ lizadas, ganancias o pérdidas. Sin embargo, cues­ tión distinta se plantea en el caso de que estas ganancias no estén realizadas, lo que se pone de manifiesto principalmente en los activos financie­ ros, ya que, como consecuencia de la aplicación obligatoria de las NIC en el ámbito contable de los grupos consolidados que cotizan en Bolsa, habrá una parte de activos financieros en estos grupos cuya valoración contable se realice a valor razona­ ble. Cuando dicho valor razonable tenga un reflejo en la cuenta de pérdidas y ganancias, y el resultado pueda ser objeto de distribución a los accionistas, debe plantearse si dicho resultado debe estar sometido a tributación. En concreto, lo que la Comisión debe cuestionarse es qué sentido tiene que la contabilidad reconozca un ingreso y la fisca­ lidad, sin embargo, no, si no es por el hecho de que se conceda un incentivo fiscal, situación que no es la que tratamos aquí. Por tanto, en aquellos supuestos en que contablemente un elemento sea objeto de valoración por su valor razonable con cargo a la cuenta de pérdidas y ganancias, parece que dicho resultado debería incluirse en la base imponible. De hecho, el valor razonable hoy en día lo tenemos reconocido cuando existen pérdidas a través de la correspondiente provisión. Por otra parte, en algunos países se aplican reglas especiales para reducir la tributación de las ganancias de capital, en caso de reinversión. Sin embargo, debemos distinguir dos situaciones: aque­ llas en que la reinversión se produce en bienes de la misma naturaleza (sustitución de activos) y aquellas en las que se permiten varias categorías de activos a la hora de aplicar una tributación reducida. Esta cuestión todavía no ha sido discutida a fondo, pero, si echamos un vistazo a la normativa española, podemos observar que las rentas que generan derecho a la aplicación de reglas especiales en caso de reinversión permite una categoría de activos más amplia en nuestro país que la existente en los países de nuestro entorno a la hora de aplicar los supues­ tos de reinversión. De hecho es previsible, que la reforma del Impuesto sobre Sociedades que entre en vigor en 2007 recoja mayores restricciones en cuanto a los elementos cuya transmisión genera el derecho a la aplicación de la deducción por reinver­ sión de beneficios extraordinarios, así como en aquellos elementos que son aptos para reinvertir. 5.2. Reservas, provisiones y contingencias Garantizar la deducción fiscal de una provisión en vez de esperar al momento en que se genere un gasto es un mecanismo para adelantar el gasto deducible, puesto que el gasto en algún momento se integrará en la base imponible. No obstante, se hace necesario distinguir entre los conceptos de reservas, provisión y contingencias, puesto que en los países de la UE los conceptos se utilizan de manera diferente, de tal manera que lo que para un país es provisión para otro puede ser una reserva. Por tanto, en primer lugar, se plantea la necesi­ dad de establecer una definición común de provi­ sión, para lo cual se considera adecuada la definición de provisión de las IAS como aquellas responsabilidades inciertas en tiempo o cuantía. Una responsabilidad se define como una obligación presente que procede de sucesos pasados. El siguiente paso ha dado lugar a la cuestión más conflictiva que todavía está pendiente de resolver, respecto a cómo la CCCTB debería regular las provisiones deducibles y las no deducibles. Una opción será considerar como regla general que las provisiones deben ser deducibles fiscalmente, esta­ bleciendo una lista de supuestos en los que se deben considerar no deducibles (lista negativa) o al contrario , la regla general sería considerar las pro­ visiones como no deducibles, si bien estableciendo un listado de provisiones deducibles. Ambas posi­ ciones no son tan opuestas en la práctica como pudiera parecer, puesto que la práctica de las dis­ cusiones desarrolladas en el SG2 ha puesto de manifiesto que los Estados miembros tenemos un tratamiento similar de los distintos tipos de provi­ siones, a lo que hay que unir el hecho de que ambas técnicas llevan a los mismos resultados. Los Estados miembros se reparten entre las dos opcio­ nes, pero la Comisión, en aras del principio de efi­ ciencia, considera que se debe optar por la lista negativa, una vez que se establezca una definición de provisión que, por supuesto, excluya aquellas que corresponden a gastos futuros que no tendrán la consideración de gastos deducibles. 5.3. Ingresos y gastos En el SG3 presidido por Francia se han discuti­ do cuestiones relativas al cálculo de la base imponi­ ble o resultado fiscal, cuestiones de ingresos y de gastos, así como del momento de su reconoci­ miento y de la forma de determinar su cuantía. 56 La Base Imponible Común Consolidada: un proyecto de futuro en la Unión Europea A NA C ID -H ARGUINDEY R OMERO y B EGOÑA G ARCÍA-R OZADO G ONZÁLEZ 5.3.1. Cálculo útil para la CCCTB. En definitiva, esta cuestión está relacionada con la dependencia de la fiscalidad con la contabilidad, si bien todavía no se ha discutido a fondo al respecto, por cuanto se considera un aspecto secundario en el momento actual. Es común en los actuales sistemas fiscales esta­ blecer reglas para calcular el resultado sujeto a imposición. La mayoría de los Estados miembros parte de la contabilidad para establecer el resulta­ do fiscal. El grado de dependencia entre la fiscali­ dad y la contabilidad en los diferentes Estados miembros varía, así como las diferentes técnicas de calcular la base imponible. Existen dos posibilidades para calcular el resul­ tado fiscal. La primera sería calcular la base impo­ nible mediante la comparación de balances fiscales y la segunda partiendo de una cuenta de pérdidas y ganancias. Ambos sistemas parten de diversos ajus­ tes realizados a instrumentos contables. Aunque ambos métodos pueden obtener los mismos resultados, la cuestión es determinar cuál es más apropiado o eficiente de aplicar, o si realmente la CCCTB debe establecer reglas para dicho cálcu­ lo o debería dejarse a cada Estado miembro que determine la forma de cálculo que considere más adecuada. Hay que tener en cuenta que la CCCTB establece una serie de reglas comunes aplicables, pero lo que aquí se plantea es si resulta necesario establecer de manera obligatoria la forma en que un grupo empresarial debe llegar a conseguir su resul­ tado o por el contrario, la forma de su obtención debe ser regulada por cada Estado miembro siem­ pre que se llegue al mismo resultado. El método de ingresos y gastos se basa en determinar los ingresos de un período menos los gastos deducibles desde el punto de vista fiscal. El método del balance determina el resultado fiscal comparando el valor neto de los activos del balan­ ce al final de un período más los dividendos distri­ buidos por la entidad, con el valor neto de esos activos al final del año precedente. La diferencia determinará el resultado fiscal. Ambos modelos son en la práctica similares en muchos aspectos. El punto de partida para el método del balance es generalmente el balance contable, que a veces se transforma en balance fis­ cal. El método de ingresos y gastos parte de la cuenta de pérdidas y ganancias contable, pero tam­ bién puede partir directamente de los ingresos y gastos determinados fiscalmente. En este método se aplicarán los ajustes correspondientes entre contabilidad y fiscalidad. Desde un punto de vista práctico hay que tener en cuenta que no todos los contribuyentes están obligados al cumplimiento de las mismas normas contables, incluso algunos no tienen obligaciones contables. Por otra parte, una definición de balan­ ce fiscal y de sus principales elementos puede ser 5.3.2. Ingresos Como ya hemos mencionado, puesto que la CCCTB está desvinculada formalmente de la con­ tabilidad, se hace necesario definir los conceptos más importantes y, por supuesto, una definición general de ingreso resulta necesaria. Para establecer una definición de ingreso, nue­ vamente se han utilizado como punto de referen­ cia las IAS, de tal manera que el ingreso podría quedar definido como un incremento en el benefi­ cio económico durante un período de tiempo en forma de entradas o incrementos de activos o dis­ minuciones de pasivos que determinen un creci­ miento en los fondos propios para los accionistas. Una de las cuestiones planteadas es determinar si la CCCTB debe cubrir sólo los ingresos empre­ sariales o todos los ingresos de una entidad. En este último caso, no sería necesario definir qué son ingresos empresariales, si bien parece que se tien­ de a considerar que la CCCTB debería cubrir todos los ingresos obtenidos por el grupo empre­ sarial, y no sólo aquellos que procedan directamen­ te de la actividad económica. En cualquier caso, la distinción entre ingresos ordinarios e ingresos procedentes de inversiones podría resultar útil, puesto que se podría establecer un tratamiento diferenciado para aquellos ingresos procedentes de las inversiones empresariales. 5.3.3. Gastos La CCCTB debe tener en cuenta todos aque­ llos gastos que resulten necesarios para la obten­ ción de los ingresos. La definición de gasto debe ser consistente con la de ingreso, por lo que se ha elaborado una definición de gasto en términos similares a la definición establecida para el ingreso. El límite para determinar hasta qué punto un gasto es necesario para obtener un ingreso es quizá el punto más complicado a la hora de definir los gastos deducibles. Algunos sistemas fiscales exigen que el gasto se corresponda total y exclusivamente con la actividad económica, mientras otros permi­ ten algún elemento de aproximación. La definición de gasto deducible desde el punto de vista de la CCCTB es necesaria, puesto que va a ser utilizado por 25 Estados miembros y se trata de evitar diferentes interpretaciones. 57 Cuadernos de Formación. Colaboración 03/07. Volumen 3/2007 drán la consideración de ingreso fiscal para el tra­ bajador. Sin embargo, esto no ocurre en todos los países y, por otra parte, el objetivo de la CCCTB no es armonizar la imposición personal de nuestros trabajadores. Asimismo, la cuantía obligatoria de estos gastos, como ya hemos comentado, resulta muy distinta de unos Estados a otros. Para este tipo de problemas, sería práctica la utilización del principio de reconocimiento mutuo, según el cual, la CCCTB debería admitir como deducibles aquellos gastos que resulten obligato­ rios en un Estado miembro para las empresas implantadas en el mismo, aún cuando difiera de los gastos que, para el mismo concepto, vengan obli­ gados por ley en otro Estado miembro. Por tanto, la CCCTB sería respetuosa con la normativa nacio­ nal de cada Estado miembro. Igual ocurriría en el caso de los gastos en mate­ ria medioambiental, por cuanto la normativa aplica­ ble es igualmente distinta en la Unión Europea. Sin embargo, el problema no es tan sencillo ni parece que el principio de reconocimiento mutuo sea la solución que resuelve todos los problemas. Hay que pensar que este tipo de gastos, al final, merma­ rá el importe de la base imponible de la empresa en el Estado miembro correspondiente y, por tanto, la cuantía de la CCCTB que deberá ser objeto de reparto. Por tanto, el peligro que se observa es que la aplicación del principio de reconocimiento mutuo determine que los Estados miembros estén financiando los gastos impuestos por la legislación nacional de un determinado Estado. La solución a este problema está por llegar, aun­ que podrían plantearse dos posibilidades: — Un límite a la cuantía fiscalmente deduci­ ble de este tipo de gastos. — Que la fórmula de reparto recoja de algu­ na manera esta circunstancia. Obviamente resulta más sencilla la primera solución, aunque quizá la segunda sea más correc­ ta. Pero todavía no se ha discutido la cuestión en profundidad. Teóricamente, una posibilidad sería establecer un listado de gastos deducibles, lo cual resulta prác­ ticamente imposible, teniendo en cuenta las distin­ tas especialidades que pueden darse en los distintos Estados miembros y entre los diferentes sectores de actividad. Por tanto, parece más lógico establecer una lista de gastos no deducibles, o bien de unos límites cuantitativos a la deducción de determinados gastos. Obviamente, existen determinados gastos que tendrán la consideración de no deducibles, por cuanto existe un amplio consenso sobre los mis­ mos, como puede ser el propio Impuesto sobre Sociedades, las multas o los pagos ilegales, los donativos o las liberalidades. En un segundo lugar, existen aquellos gastos sobre los que podría establecerse alguna limitación a su deducción, como pueden ser los gastos de representación, así como aquellos que estén vincu­ lados con los administradores de la empresa, si bien, la cuestión se ha quedado en un mero plantea­ miento sin resolución en la actualidad. Y en un tercer grupo, podemos distinguir aque­ llos gastos que resultan necesarios para la activi­ dad, y que una empresa se ve obligada a satisfacer pero cuya cuantía puede resultar muy distinta, teniendo en cuenta la normativa aplicable en cada Estado miembro. Aquí podemos destacar dos tipos de gastos: los gastos correspondientes a Seguridad Social de los trabajadores y los gastos correspon­ dientes a obligaciones de tipo medioambiental. En general, podríamos incluir aquí cualquier tipo de gasto que debe satisfacer la empresa por obligacio­ nes no fiscales, y que proceden de la aplicación de la normativa del país de actuación. Si nos fijamos, por ejemplo, en el caso de las contribuciones sociales, la legislación de los Estados miembros es muy distinta. Hay Estados que esta­ blecen unas contribuciones sociales de las empre­ sas muy altas y hay otros Estados que no establecen ningún tipo de obligación. La cuestión que debe­ mos plantear es cuál si este tipo de gastos deben ser fiscalmente deducibles para las empresas, y si tal respuesta es afirmativa, si debe establecerse algún límite a la cuantía fiscalmente deducible. Parece lógico pensar que estos gastos deben tener la consideración de fiscalmente deducibles por cuanto resultan necesarios para la empresa para el ejercicio de su negocio. En el caso español, esta cuestión no nos plantea grandes problemas por cuanto cualquier gasto que sea satisfecho por la empresa de este tipo es fiscalmente deducible, teniendo en cuenta que aquellas contribuciones que realice la empresa de manera voluntaria ten­ 5.3.4. Existencias Las existencias no suelen estar definidas especí­ ficamente a efectos fiscales. La IAS 2 define las exis­ tencias como los activos destinados a la venta en la actividad ordinaria, incluidos en el proceso de pro­ ducción, o en forma de materiales consumidos en el proceso productivo o en la prestación de servicios. Esta definición podría ser aceptable para la CCCTB. Existen varios métodos reconocidos para valo­ rar las existencias, si bien la Comisión considera 58 La Base Imponible Común Consolidada: un proyecto de futuro en la Unión Europea A NA C ID -H ARGUINDEY R OMERO y B EGOÑA G ARCÍA-R OZADO G ONZÁLEZ aplicación de estos principios sino que cada Estado miembro podría aplicar el sistema de territoriali­ dad o el sistema de renta mundial. Así, la alternativa 1.1 se basaría en el principio de territorialidad, de tal manera que las rentas obteni­ das en el extranjero se quedarían exentas. Mientras, la alternativa 1.2 tomaría como base el principio de renta mundial, de tal manera que las rentas extran­ jeras se incluirían en la base imponible consolidada, y posteriormente sería necesario eliminar la doble imposición a través del crédito de impuesto. Por su parte, el segundo bloque de alternativas se basa en dejar fuera de la CCCTB las rentas obte­ nidas en el extranjero (lo que inicialmente se correspondería con un principio de territorialidad), pero se permitiría a los Estados miembros gravar dichas rentas, de tal manera que la base imponible quedara dividida en dos partes, la obtenida en el territorio CCCTB que formaría parte de la Base Imponible Común Consolidada, y la obtenida fuera, que podría incluirse en la base imponible de la empresa individual con posterioridad al reparto de la CCCTB. En este punto, se plantearían las dos alternativas, en el sentido de considerar que las rentas extranjeras deberían valorarse según las nor­ mas CCCTB (alternativa 2.1) o por el contrario, considerar que los Estados miembros pueden apli­ car su propia normativa nacional para determinar la base imponible correspondiente a dichas rentas. Parecen tener más adeptos estas últimas alter­ nativas por cuanto son las que menos restringen las opciones de los Estados miembros, pero la discu­ sión sigue abierta. Por su parte, en el caso de las entidades no resi­ dentes que obtienen rentas dentro del territorio CCCTB parece existir cierto consenso en que esta cuestión queda fuera del ámbito CCCTB, de tal manera que cada Estado miembro determine cómo gravar estas rentas. Lo que prevalece en el fondo es que estas entidades no tienen con quién consolidar sus bases imponibles, con lo que es cada Estado miembro el que debe determinar qué reglas quiere aplicar. que, en el ámbito de la CCCTB, los posibles méto­ dos a aplicar deberían reducirse al máximo, que­ dando uno sólo o, como mucho dos posibles métodos a aplicar. Obviamente, los más utilizados y que tienen posibilidades de prosperar son el coste medio ponderado y el método FIFO. 5.4. Aspectos internacionales de la CCCTB Todos los sistemas fiscales nacionales tienen reglas sobre el tratamiento de los ingresos obteni­ dos por sus residentes en el extranjero y por los obtenidos por no residentes en su territorio. Por tanto, la CCCTB debería tener reglas para el trata­ miento fiscal de estas situaciones. Como ya hemos comentado, es muy posible que no todos los Estados miembros adopten la CCCTB y existen serias posibilidades de que se adopte este sistema a través de la cooperación reforzada. Esto supondrá la aparición de cuestio­ nes relativas a cómo tratar las operaciones entre aquellos Estados que acepten la CCCTB y aquellos que no lo hagan y qué reglas regirán las interrela­ ciones entre estas dos categorías de Estados. Sin embargo, el análisis de los aspectos internacionales de la CCCTB se ha basado en la presunción de que todos los Estados miembros aceptarán los resulta­ dos de este trabajo, de tal manera que el Subgrupo 4 intenta analizar las cuestiones que afectan a ter­ ceros países no integrados en la UE. 5.4.1. Ámbito territorial de la CCCTB Se ha analizado el ámbito territorial de la CCCTB. Dado que la base imponible consolidada va a ser objeto de reparto entre los Estados miem­ bros, es especialmente importante fijar los límites territoriales de aplicación de la CCCTB. Por otra parte, esta delimitación debería, en la medida de lo posible, ser compatible con los Convenios de doble imposición vigentes. Podemos distinguir, no obstante, dos situaciones: — Entidad residente en el territorio CCCTB que obtiene rentas en el extranjero (en un tercer país fuera del territorio CCCTB). — Entidad no residente en el territorio CCCTB (residente en el extranjero) que obtiene rentas en un territorio CCCTB. En relación con la primera situación, para tratar las rentas obtenidas en el extranjero por parte de una entidad residente se plantean cuatro alternati­ vas. Las dos primeras (que llamaremos 1.1 y 1.2) se basan en la aplicación de un criterio común de los conceptos de territorialidad o de renta mundial. Mientras las dos segundas (2.1 y 2.2) no exigen la 5.4.2. Definiciones en el ámbito internacional Otra cuestión importante que ha surgido en este Subgrupo es la necesidad o no de establecer definiciones comunes para determinados concep­ tos, tales como establecimiento permanente o resi­ dencia fiscal y cómo deben convivir estas cuestiones con los diferentes Convenios sobre doble imposi­ ción firmados por los distintos Estados miembros. Nuevamente aquí, al hablar de los Convenios, nos referimos a aquellos que están firmados por los 59 Cuadernos de Formación. Colaboración 03/07. Volumen 3/2007 objeto de tratamiento en la OCDE por lo que parece lógico posponer las discusiones al respecto hasta un momento posterior. Estados miembros con terceros países, y no a los que están firmados por los Estados miembros entre sí, por cuanto esta cuestión ha quedado pospuesta. La reflexión que se debe hacer en este punto es que las normas CCCTB van a sustituir a nuestras respectivas normativas nacionales para determinar la base imponible, por lo que, como principio gene­ ral, la CCCTB debe tener las mismas definiciones que tiene la norma nacional. En relación con la residencia fiscal sería necesa­ ria una definición común de la misma, para evitar que dos entidades en las mismas circunstancias sean consideradas como residente la primera en función de las reglas de residencia de un Estado y no residente la segunda según la normativa aplica­ ble en el segundo Estado. Además hay que tener en cuenta que los Convenios sobre doble imposi­ ción no tienen una definición de residencia fiscal, sino reglas aplicables en los supuestos de doble residencia. Parece necesario, por tanto, un con­ cepto común de residencia fiscal basada en ele­ mentos como la sede de dirección efectiva. El concepto de establecimiento permanente resulta más complicado por cuanto, en este caso, sí que los Convenios para evitar la doble imposición contienen distintas definiciones al respecto. En primer lugar, existe una interacción entre la CCCTB y los Convenios para evitar la doble impo­ sición, y no parece que, al menos en un plazo corto o medio de tiempo sea posible la renegociación de los Convenios en relación con dicha definición, al margen de las muy posibles reticencias de los dis­ tintos Estados a llevar a cabo tal renegociación. Por tanto, y puesto que los Convenios para evitar la doble imposición tienen prioridad respecto a la normativa interna parece que la misma prioridad debería otorgarse a aquéllos respecto a la norma CCCTB. No obstante, debería establecerse una definición común de establecimiento permanente para aquellos supuestos en que no existe Conve­ nios para evitar la doble imposición, ya que en este caso sí que se hace necesaria la existencia de tal definición. Un buen punto de partida sería la defi­ nición contenida en el artículo 5 del Modelo de Convenio de la OCDE. No se acaban aquí los problemas, por cuanto una vez que se hubiera determinado la existencia de un establecimiento permanente en el extranje­ ro, cualquiera que sea el tratamiento que se dé al mismo, se grave o quede fuera del ámbito de la CCCTB, será necesario determinar qué rentas son imputables a dicho establecimiento permanente precisamente para poder determinar cuáles son las rentas de la casa central. Esta cuestión está siendo 5.5. Otras cuestiones Quizá las cuestiones que quedan por tratar son las más relevantes y las que más importancia pueden tener en el momento inicial. Resulta complicado tra­ tar cuestiones relacionadas con los activos, las provi­ siones, o la base imponible si no conocemos exactamente cómo se define el grupo fiscal y qué tipo de entidades caben dentro del mismo. No obstante, algunos de estos trabajos han empezado a desarro­ llarse y merece la pena comentar algo al respecto. Vamos a tratar aquí tres cuestiones: — La definición del grupo fiscal. — Aplicación de la CCCTB. Ámbito adminis­ trativo y jurídico. — Fórmula de reparto de la CCCTB entre los Estados miembros. 5.5.1. Definición del grupo fiscal La definición del grupo fiscal admite dos alter­ nativas. La primera de ellas se basaría en la IAS 27, determinando como grupo fiscal a todas aquellas empresas sobre las cuales la sociedad matriz ejer­ ce un control económico. Esto supondría un amplio número de grupos fiscales. Sin embargo, resulta hasta cierto punto problemático un con­ cepto tan indeterminado de grupo fiscal ya que la seguridad jurídica parece exigir una definición obje­ tiva para todos, de tal manera que no se diera entrada a la interpretación en este ámbito. La segunda alternativa, que parece tener más seguidores, es establecer el grupo fiscal en base al porcentaje de participación en el capital de las sociedades filiales, en términos similares a los esta­ blecidos por la norma fiscal española y a otras nor­ mativas comunitarias, ya que es un criterio que no da entrada a la interpretación y que proporciona un alto grado de seguridad jurídica. Son muchas las cuestiones a discutir sobre la definición del grupo, cómo se deben calcular las par­ ticipaciones indirectas, cómo se consolida una socie­ dad que se incorpora en el grupo fiscal, cuestiones que prácticamente se han mencionado en el Subgru­ po 5, pero merece la pena llamar la atención sobre dos cuestiones en el ámbito del grupo fiscal: cómo deben valorarse las operaciones intragrupo y qué método de consolidación debería resultar aplicable, es decir, si debería aplicarse una consolidación global o un sistema de consolidación proporcional en base al porcentaje de participación. 60 La Base Imponible Común Consolidada: un proyecto de futuro en la Unión Europea A NA C ID -H ARGUINDEY R OMERO y B EGOÑA G ARCÍA-R OZADO G ONZÁLEZ En relación con las operaciones intragrupo, se plantea la posibilidad de valorarlas a precio de coste, sin que se genere ningún resultado por tanto en la empresa vendedora, o a precio de venta. El precio de coste, en principio, resulta más sencillo, por cuanto sólo cuando el elemento en cuestión salga definitivamente del grupo debería lucir en la base imponible la renta correspondiente al mismo. Parecería intrascendente que dicha renta se incluya en la base imponible individual de una u otra socie­ dad del grupo, puesto que la CCCTB incluirá esa renta y será la fórmula de reparto la que atribuya la renta entre las distintas sociedades que componen el grupo. Sin embargo, el problema que se genera es qué ocurre cuando una sociedad se va del grupo, puesto que parece que deberían incorpo­ rarse en la base imponible del grupo todas aquellas rentas correspondientes a dicha sociedad que no fueron atribuidas en su momento por tratarse de rentas procedentes de operaciones intragrupo, lo que podría llevar a conservar la documentación relativa a esas operaciones y la posibilidad de valo­ ración de las mismas por su valor de mercado, manteniéndose, consecuentemente, las complica­ ciones de los precios de transferencia. La segunda cuestión que se plantea es cómo se debe llevar a cabo la consolidación. El método de consolidación global es más sencillo, pero plantea el problema de los socios minoritarios, y la pregun­ ta sobre si es necesario reflejar de alguna manera la participación que estos socios puedan tener en sociedades del grupo. Tampoco el método de con­ solidación proporcional carece de problemas, sino todo lo contrario. Este método supondría necesa­ riamente el reconocimiento parcial de las opera­ ciones intragrupo como operaciones realizadas con terceros, determinando una parte del resulta­ do correspondiente a las mismas, lo que nos trae­ ría de nuevo el problema de los precios de transferencia. de un sistema eficiente de cooperación mutua y de intercambio de información entre todas las Admi­ nistraciones participantes, que dé consistencia glo­ bal al sistema. Las primeras cuestiones que surgen son las relativas a la gestión del Impuesto, para lo cual sería realmente válido unas reglas comunes en cuanto a toda la documentación que debe presentar el grupo fiscal. Para ello, resultaría útil tomar como punto de partida el trabajo del Foro de la Unión Europea sobre precios de transferencia. Igualmen­ te, debe plantearse qué Administración será la receptora de la declaración del Impuesto, y si es posible establecer unas reglas armonizadas sobre la forma de hacerlo, plazos de presentación, reglas sobre las entradas y salidas de sociedades del grupo, sobre reestructuraciones o cualquier otro aspecto de gestión, teniendo en cuenta que son varias Administraciones de distintos Estados miem­ bros las que se verán afectadas. En el ámbito de las inspecciones, resultará fun­ damental determinar si la inspección de estos gru­ pos se llevará a cabo por un órgano especializado, formado por los miembros de la Administración de los distintos Estados afectados por un determinado grupo fiscal, que lleven a cabo una inspección coor­ dinada, o bien cada Estado miembro llevará a cabo las inspecciones correspondientes a las entidades residentes en su país, con independencia de lo que se haga en otros Estados miembros. Cualquiera de las dos posibilidades nos lleva de nuevo a la coope­ ración mutua. Deberá plantearse, por ejemplo, cómo se ve afectado el grupo fiscal si una Adminis­ tración modifica la base imponible de una sociedad que pertenece al mismo, modificando, por tanto, la CCCTB, o cuestiones procedimentales en cuanto a duración, limitación y alcance de las inspecciones, que todavía no se han planteado. Y ya por último, en el ámbito de la interpreta­ ción y la jurisprudencia, de nuevo se plantea la posibilidad de que tanto una como la otra se ejer­ za por órganos comunes o por los distintos órga­ nos competentes en cada Estado miembro, siempre teniendo en cuenta ese mecanismo de cooperación que resultará necesario. En este últi­ mo caso, será necesario determinar qué validez tiene en todo el ámbito comunitario a la interpre­ tación y a la jurisprudencia elaborada por los órga­ nos competentes de un Estado miembro. 5.5.2. Aplicación de la CCCTB. Ámbito administrativo y jurídico Si las cuestiones hasta ahora planteadas pueden resultar complicadas de armonizar, la aplicación práctica de la CCCTB resulta desbordante. En primer lugar, debe señalarse que la CCCTB no parece que deba exigir una armonización global de las distintas Administraciones y de las normas procedimentales, lo cual resulta tranquilizador por­ que esa armonización haría la CCCTB inviable. Por ello, puesto que, al menos una buena parte de estas cuestiones permanecerá en el ámbito nacio­ nal, resulta absolutamente necesario el desarrollo Un elenco de cuestiones prácticas que resulta­ rán fundamentales en la aplicación de la CCCTB, puesto que requerirá una organización consistente, que permita la correcta aplicación y control de la misma. 61 Cuadernos de Formación. Colaboración 03/07. Volumen 3/2007 5.5.3. Fórmula de reparto — Factores que deben tenerse en cuenta en la fórmula de reparto. — Ponderación o peso relativo de los facto­ res en la fórmula de reparto. En relación con los factores que deben incidir en la fórmula de reparto, básicamente son tres: — Localización de activos. Dentro de éstos, los activos tangibles se incluirían siempre, mientras que en el caso de los intangibles, pueden o no ser objeto de integración. Los activos se valorarían por su precio de adqui­ sición, y se aplicarían reglas especiales para los activos arrendados, y para los móviles, en tránsito, en construcción y aquellos situados en un espacio internacional. — Salarios. Otro factor a tener en cuenta es la localización de los empleados, en base a los salarios que reciben, incluyendo todo tipo de remuneraciones. Se requiere para ello, una definición de empleado, y unas reglas de localización, sobre todo cuando éstos prestan sus servicios en más de un Estado. — Ingresos brutos. En el caso de los ingresos, éstos incluirán tanto los correspondientes a venta de productos como a prestación de servicios, intereses, dividendos, arren­ damientos, cánones, ganancias de capital y otros ingresos empresariales. En el caso de los intangibles, se incluirían como ingre­ sos la venta o cesión de intangibles, pero no la mera propiedad de los mismos. Si bien, en este caso, la labor fundamental será el establecimiento de reglas de locali­ zación de estos ingresos. Estos tres factores serían aplicables en el caso de actividades de construcción y fabricación, si bien, será necesario analizar la existencia de facto­ res especiales en otros sectores de actividad (finan­ cieros, de prestación de servicios...) En segundo lugar, se debe establecer el peso relativo de cada factor en la fórmula final. Esta pon­ deración es una cuestión subjetiva, si bien dos son las posibilidades que se producen en la experiencia estadounidense: — Trato igualitario de todos los factores: lo que nos llevaría a ponderar cada factor de los anteriores como 1/3. — Trato igualitario de los factores de produc­ ción y de comercialización, o dicho de otro modo, los que afectan a la oferta del grupo y los que afectan a la demanda. Dentro de los primeros, estarían los acti­ vos y los salarios, lo que determinaría un Quizá la cuestión más controvertida de la CCCTB sea su reparto entre los Estados miem­ bros participantes, una vez que ha sido calculada. Como ya se ha comentado, la Comisión Europea es partidaria de aplicar la consolidación y, por tanto, el reparto, desde el primer momento en vez de establecer dos fases en su implantación (prime­ ro una base común y, posteriormente, una consoli­ dación), por lo que, en un plazo corto de tiempo, se empezará a discutir la forma de repartir la base consolidada entre los Estados. El reparto de la CCCTB resultará ser una cues­ tión eminentemente política, ya que afectará direc­ tamente a la recaudación de cada Estado miembro. Pero, con independencia de cuestiones políticas, pretendemos esbozar aquí algunas de las conclu­ siones técnicas extraídas por JOANN MARTENS WEI­ NER en su trabajo Formulary apportionment and group taxation in the European Unión: insights from the United Status and Canada, y que van a servir de base a la Comisión para establecer la fórmula de reparto. En el caso de empresas multinacionales, existen dos posibilidades para determinar el resultado del grupo en cada jurisdicción en la que realiza activi­ dad: la fórmula de reparto y la consideración de empresas separadas. La fórmula de reparto permite distribuir el resultado total en base a la localización del negocio en distintas jurisdicciones. Por su parte, la conside­ ración de empresas separadas determina la aplica­ ción del principio de libre concurrencia y de los ya conocidos precios de transferencia. Así, la fórmula de reparto se puede utilizar para distribuir la base imponible de una empresa, como ocurre en Canadá, o para distribuir la base imponi­ ble de un grupo fiscal, como ocurre en los Estados Unidos. Tanto Estados Unidos como Canadá apli­ can un sistema de reparto, con amplia experiencia en el tiempo. La experiencia de estos países nos sirve de punto de partida para establecer las posi­ bles reglas para el reparto. La fórmula de reparto debe basarse en los prin­ cipios de consistencia interna y de consistencia externa. La consistencia interna significa que no debe ser objeto de reparto más del 100 por 100 del total de la base imponible. La consistencia externa significa que los factores a considerar deben reflejar de manera razonable cómo se ha generado la base imponible y la relación racional que las actividades tienen en cada Estado. A la hora de establecer el reparto de la base imponible, debemos distinguir: 62 La Base Imponible Común Consolidada: un proyecto de futuro en la Unión Europea A NA C ID -H ARGUINDEY R OMERO y B EGOÑA G ARCÍA-R OZADO G ONZÁLEZ peso relativo de cada uno de ellos de 1/4. Mientras, por el lado de la demanda se presentan los ingresos brutos que se pon­ derarían en 1/2. Dentro de los Estados Unidos hay algunos que utilizan el primer método y otros el segundo. Si analizamos el caso de Canadá, la ponderación se basa en el segundo sistema. En cualquier caso, ambas cuestiones, especial­ mente las correspondientes al peso relativo de los factores, serán decisivas en el ámbito político para determinar el éxito final de este proyecto. se prevé que el resultado de estos trabajos no sea unánimemente aceptado por todos los Estados miembros. Por ello, la Comisión Europea pretende acudir al mecanismo de la cooperación reforzada previsto en el Tratado de la Unión Europea, de forma que la CCCTB sea vinculante para los Estados que así lo decidan, reforzando su integración, sin perjuicio de que el resto de los Estados puedan adherirse a esta cooperación en cualquier momento. Los trabajos han ido avanzando, a pesar de su complejidad, de los problemas técnicos y de la diversidad de realidades y experiencias existentes en cada Estado miembro. Sin perjuicio de los avan­ ces alcanzados en áreas concretas como las refe­ rentes a los activos, provisiones, ingresos y gastos, ámbito internacional , etcétera, existen importan­ tes cuestiones pendientes de discusión y acuerdo como la consolidación de la base imponible y el reparto posterior de esa base imponible consolida­ da entre los estados afectados. Cuestiones funda­ mentales que determinarán el mayor o menor éxito final del proyecto. Entre las cuestiones ya discutidas, cabe destacar las siguientes “ideas”, que sin embargo, no tienen por qué ser definitivas: — Las NIC han de servir de útil herramienta para orientar las discusiones y como fuen­ te de definiciones y principios pero no existirá una vinculación directa entre la CCCTB y las NIC. — La base imponible, de partida debe ser lo más amplia posible, de otra forma el esfuerzo carecería de sentido. — La CCCTB debería ser en principio opcio­ nal, aún cuando los Estados miembros podrían optar por una CCCTB obligatoria. — Para la Comisión, la consolidación de la base imponible es fundamental para que la CCCTB suponga una herramienta de inte­ gración válida. En definitiva, existe un importante trabajo pen­ diente de realizar. Es previsible que éste se vea impulsado a lo largo de 2006 y 2007 si se quiere alcanzar algún resultado de forma que la Comisión presente un proyecto CCCTB a finales de 2008. Dado que el Grupo CCCTB es eminentemente técnico, un apoyo político será fundamental para impulsar el acuerdo del mayor número de Estados posible. 6. CONCLUSIONES El fenómeno de la globalización ha multiplicado exponencialmente la competitividad empresarial, haciendo necesaria la existencia de una mayor armonización en el ámbito fiscal. La CCCTB se presenta como el proyecto más ambicioso realiza­ do en la Comisión Europea en aras a la consecución de reglas comunes en la determinación de la base imponible de los grupos empresariales europeos. Obviamente, este proyecto requiere un alto grado de discusión técnica y política, que concluya en normas comunes, tanto desde el punto de vista de la gestión como de la interpretación y control, para una correcta aplicación de esta base imponi­ ble, que elimine los complejos problemas de los precios de transferencia y de la compensación de bases imponibles negativas. El objetivo es realmen­ te ambicioso, pero quizá constituya uno de los más importantes avances en aras a la armonización en la imposición directa, en la medida en que permita eli­ minar los obstáculos fiscales y favorecer la eficien­ cia del mercado interno, identificar los elementos comunes que permitan aumentar la competitividad de la empresa española, reducir las obligaciones de las empresas y de las administraciones, todo ello sin menoscabar los intereses legítimos de los Estados miembros. Sin embargo, no se puede ignorar que, dado que la CCCTB no afecta a la determinación de los tipos impositivos, los riesgos de deslocalización por motivos fiscales seguirán presentes en el ámbito de la Unión Europea. Por otra parte, para alcanzar los objetivos perse­ guidos, sería deseable que la CCCTB se aplicara en todo el territorio de la Unión Europea, sin embargo 63