B03A1A. SUPLEMENTOS DE HIERRO PREPARADOS DE HIERRO FERROSOS FÉRRICOS (Hierro II) Ascorbato ferroso (Hierro III) Ferroglicina Sulfato ferroso Hierro (II) gluconato Hierro (II) glutamato Ferritina Hierro (III) sorbitex Hierro (III) succinil−proteína Ferrocolinato La terapia sustitutiva de hierro tiene muchas diferencias con el resto de los elementos minerales por sus peculiaridades farmacocinéticas y por la influencia de la tolerancia intestinal. ABSORCIÓN DEL HIERRO La asimilación del hierro no es proporcional a la dosis administrada. Existe un mecanismo regulador que limita la absorción digestiva, y un mecanismo cerrado de aprovechamiento de las reservas que apenas permite la eliminación del ión. Por tanto, en la administración de suplementos de hierro deben de tenerse presente las normas siguientes: • El hierro administrado por vía oral sólo se asimila parcialmente. La absorción se produce sobre todo en el duodeno. Como norma general las sales ferrosas se absorben mejor que las férricas. Existe una relación inversa entre la cantidad de medicamento administrado y la proporción absorbida. Por esta razón la dosis que hay que administrar para conseguir que se absorba una cantidad dada aumenta rápidamente en términos relativos. Salvo en los casos benignos de deficiencia, la dosis diaria suele ser un compromiso entre las necesidades del paciente y la tolerancia gástrica. • La absorción de hierro es tanto mayor cuanto mayor es el déficit. Los individuos normales suelen aprovechar el 5−10% del hierro de la dieta. Los pacientes con cuadros de deficiencia absorben el 10−30% del ión de la dieta y hasta el 60% del administrado terapéuticamente. Hay que contar por tanto con una disminución progresiva de la absorción de una dosis fija a medida que mejora el cuadro de anemia. • La comida interfiere en la absorción, en proporción variable según sea su contenido. Es preferible administrar el medicamento en ayunas para obtener el máximo aprovechamiento. • La administración de vitamina C (200 mg o más) aumenta significativamente la proporción de hierro absorbido. Sin embargo, la incidencia de efectos gastrointestinales aumenta proporcionalmente, de forma que no hay gran ventaja en usar la asociación frente a la cantidad bioequivalente de compuesto de hierro solo. EFECTOS GASTROINTESTINALES 1 Los efectos secundarios gastrointestinales dependen de la dosis del medicamento, pero su mecanismo no está totalmente claro. Una opinión es que son una función de la cantidad total de hierro elemental administrado. Otra teoría es que depende de la concentración de hierro ionizado que entra en contacto con la mucosa gástrica y duodenal. En esta segunda teoría se fundamentan una serie de medicamentos (ej. complejo polisacárido de hierro, hierro−succinil proteína) que evitan la liberación de hierro en el estómago y lo llevan directamente al duodeno. La liberación selectiva se suele basar en la diferencia de pH. Existe la posibilidad teórica de que estos medicamentos no liberen suficiente cantidad de ión hierro hasta pasar a la porción distal del intestino, donde la absorción es mucho menor. La biodisponibilidad es un factor importante y (vista la complejidad en los mecanismos de absorción) no está establecido que la mejor tolerancia no sea simplemente reflejo de una menor capacidad de cesión del hierro. En cualquier caso hay un componente psicológico importante en la intolerancia gastrointestinal a las sales de hierro, de tal forma que un medicamento que declare que es mejor tolerado que el resto puede muy bien serlo por ese simple hecho. CONTROL DEL TRATAMIENTO Debido a todas las variables citadas, no es fácil dar criterios de selección de preparado ni de ajuste de dosis. El sulfato ferroso es el compuesto más económico y mejor experimentado. En casos leves puede ser conveniente para el paciente elegir un preparado que reclame "mejor tolerancia", independientemente de si está o no demostrado. Pero en casos severos de carencia, el tratamiento se hará preferiblemente controlando la hemoglobina en sangre total. En una verdadera anemia ferropénica la respuesta aparece a los tres días. Con dosis normales de hierro (el equivalente a 200 mg de Fe/día en adultos) se suele conseguir un aumento diario de 0,2 g/dl de hemoglobina. Si no se ha obtenido respuesta satisfactoria a las 3 semanas (aumento total de 2 g/dl o superior) no merece la pena continuar el tratamiento. RECUERDE En casos muy raros se han producido cuadros graves de tipo anafiláctico con los preparados de hierro inyectable, sobre todo con la inyección de hierro−dextrano. Puesto que la vía inyectable tiene pocas ventajas en cuanto a rapidez de acción, debe reservarse estrictamente a casos donde la vía oral no puede ser usada por deficiente absorción o intolerancia gástrica a las dosis terapéuticas. En la aplicación inyectable debe tomarse la precaución inicial de inyectar una mínima cantidad del medicamento, y esperar un tiempo vigilando si se produce reacción antes de utilizar el resto. 2