220-63699, 07 de diciembre de 2004 Ref.: La tasa de interés en materia de prestamos a socios, corresponde a las partes determinarla. Me refiero a su escrito radicado con el número 2004-01-149622, mediante el cual previa referencia al artículo publicado en el informativo Ámbito Jurídico No. 161, edición del 13 al 26 de septiembre de 2004, relacionado con los prestamos a socios, indaga la taza de interés aplicable a los mismos, es decir, si sería aplicable la que cobra el sector financiero; la que se estipule entre la compañía y el asociado, o sí puede convenirse una taza inferior a la que cobran las entidades de crédito con las que usualmente la compañía celebra contratos de mutuo. Para responder la consulta formulada basta con indicarle que con relación a los intereses remuneratorios y moratorios, el artículo 884 del Código de Comercio, modificado por el artículo 111 de la Ley 510 de 1999, claramente dispone: "Cuando en los negocios mercantiles haya de pagarse réditos de un capital, sin que se especifique por convenio el interés, éste será el bancario corriente; si las partes no han estipulado el interés moratorio, será equivalente a una y media veces del bancario corriente y en cuanto sobrepase cualquiera de estos montos el acreedor perderá todos los intereses, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 72 de la Ley 45 de 1990 ...." (resaltado no es del texto). Así las cosas, serán las partes de común acuerdo quienes fijen las condiciones del negocio, circunstancia que excluye de plano la opinión de la Superintendencia de Sociedades, encargada de velar porque las sociedades comerciales en su constitución y funcionamiento se ajusten al ordenamiento positivo vigente y a los estatutos sociales, por lo que resulta oportuno recordar al representante legal que la capacidad de la sociedad se encuentra circunscrita a las actividades señaladas en el objeto social como principales, y los préstamos a favor de los socios se entenderán como desarrollo del objeto principal siempre que tengan relación directa con éste, so pena de la responsabilidad solidaria e ilimitada asignada a los administradores de los perjuicios que por dolo o culpa ocasionen a la sociedad, a los socios o terceros en general (art. 24 de la Ley 222 de 1995), entre otras condiciones. No obstante lo anterior, para mayor información e ilustración, se precisa traer a colación algunos apartes de la sentencia proferida el 15 de julio del 2002, por la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, M. P. Carlos Ignacio Jaramillo J., que en materia de intereses ha expresado: "(....) .... en la legislación colombiana, por "intereses legales", no se entienden sola y privativamente, los calificados como tales por el Código Civil en sus artículos 1617 y 2232, sino cualesquiera otro que, en línea de principio, establezca la Ley con análogo propósito. Así, en el caso del Código de Comercio, son varias las disposiciones que expressis verbis se refieren al concepto de intereses legales mercantiles, como ocurre con el artículo 1163, norma según la cual, "salvo pacto expreso en contrario, el mutuario deberá pagar al mutuante los intereses legales comerciales"; o con el artículo 885 ibídem, en cuya virtud todo comerciante podrá exigir intereses legales comerciales de los suministros o ventas que haga al fiado .... En estos términos, resulta por entero entendible que un sector de la doctrina nacional -desde la perspectiva indicada- haya sostenido sin más, que los intereses legales "son aquellos cuya tasa aparece determinada por la ley"; y que, en asuntos civiles "se fija la tasa en un 6% anual", mientras que, "en materia mercantil se equipara el interés legal con el interés bancario corriente, según lo dispone el artículo 884", criterio que también corre parejo con el acogido recientemente por esta Corporación, cuando se precisó que, con relación a los intereses "legales comerciales queda excluida la posibilidad de acudir a un tipo de interés distinto al bancario corriente, pues ese es el tipo de interés que para los negocios mercantiles establece el artículo 884 del Código de Comercio" (sent. sept. 24 de 2001, exp. 5876 (....)". En los anteriores términos se ha dado respuesta a su consulta, no sin antes manifestarle que los efectos del presente pronunciamiento son los contemplados en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.