El gran anhelo de la felicidad

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PARA DIALOGAR
El gran anhelo de la felicidad
¿Dónde está la felicidad? ¿Podemos ser felices? Nuestra vida y la historia del género humano pueden, en
cierto sentido, describirse como un viaje incesante en busca de la tan anhelada felicidad. Como budistas,
en última instancia, lo más importante es entonar Nam-myoho-renge-kyo. Es la práctica budista más
fácil y también la más difícil. El daimoku es la fuente de la cual obtenemos la vitalidad y la fortaleza, la
sabiduría y el valor, para ser felices.
Haga surgir una profunda fe y lustre su espejo día y noche, con ahínco
y esmero. ¿De qué manera lustrarlo? Tan solo entonando Nam-myohorenge-kyo.1
Considere el sufrimiento y la alegría como hechos de la vida, y siga
entonando Nam-myoho-renge-kyo, pase lo que pase. ¿No sería esto
experimentar la alegría ilimitada de la Ley? Fortalezca más que nunca
el poder de su fe.2
“
La felicidad es algo que nosotros mismos encarnamos. Nadie puede quitarnos la dicha. Nadie puede destruirla.
Con desbordante fuerza vital, uno puede vivir envuelto de buena fortuna y de tranquilidad, en un hermoso y
“magnífico palacio” de felicidad. Pero esta dicha no se trata de algo egocéntrico. Antes bien, es una satisfacción
inagotable, que se extiende a uno mismo y a los semejantes.
La Ley Mística es la gran enseñanza que nos permite transformar cualquier adversidad en una inmensa dicha,
como nos asegura el Daishonin cuando escribe: “Los infortunios […] se convertirán en buena fortuna”.3 El budismo Nichiren permite acopiar la felicidad más profunda a quienes han padecido los peores sufrimientos.
Al Daishonin no solo le importaba la dicha de las personas de manera individual, sino también el bienestar del
país y de toda la sociedad. Dicho en términos contemporáneos, todo depende de que el espíritu de la época
esté regido por el respeto a la dignidad de la vida y a los seres humanos, como expresa el Sutra del loto, o si la
sociedad se entrega a una época fría y vil, que devalúa la vida y no respeta a las personas.
Su mensaje también es que “los que creen en el Sutra del loto” nunca serán arrasados por el torbellino de los
infortunios, aun cuando la época o la sociedad sean desalentadoras. La red de bien que representan los practicantes del Sutra del loto puede romper el círculo vicioso de sufrimiento que sujeta a una nación.4
”
1) Los escritos de Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 4.
2) Ib., pág. 715.
3) Ib., pág. 433.
14 Civilización global n.º 116 · diciembre 2014
4) IKEDA, Daisaku: Disertación sobre el “Gosho de Año Nuevo”, en la edición de enero de 2014 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de
la Soka Gakkai (extracto).
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