PARA DIALOGAR La práctica de alentar a otros Y como nuestra sabiduría es inadecuada, nos enseña [el Buda] a reemplazarla por la fe , de modo que la palabra “fe” constituye por sí sola los fundamentos.1 La fe: fuente de sabiduría Nuestra convicción en la capacidad de la persona que tenemos enfrente es el combustible indispensable para que, a través de nuestras palabras, encuentre en sí misma la fe y el coraje para realizar el máximo esfuerzo, hasta desplegar todo su potencial. El miedo al fracaso delata casi siempre nuestras propias inseguridades, aunque intentemos en ocasiones disfrazarlas de sensatez y buen juicio. Además, este miedo, basado en la falta de convicción en nuestra propia Budeidad, lo manifestamos también en nuestro comporta- miento con las personas a las que sinceramente deseamos apoyar. No se trata de confiar temerariamente en que todo saldrá bien solo porque lo digamos: depositar la confianza en el otro requiere determinación; en definitiva, asumir la responsabilidad de su triunfo apoyados en la fe que solo se obtiene con la oración. La fe será la que nos facilite el coraje y la sabiduría para decir la palabra precisa en el momento oportuno. A la búsqueda del valor humano En el glosario de Los escritos de Nichiren Daishonin, encontramos la definición de “Sabio Universal” quien, junto con Manjushri, fue uno de los dos bodhisattvas asistentes del buda Shakyamuni y guías de los demás bodhisattvas.2 Este practicante representa las virtudes de la verdad y la práctica, que en el capítulo “Sabio Universal” del Sutra del loto, jura proteger al sutra y sus devotos. Jurar y proteger, verdad y práctica: estas palabras tienen mucho que ver con la perseverancia. A pesar de los siglos que nos separan de la época de Shakyamuni y de Nichiren, el corazón que guía las acciones de los que protegen y alientan a los demás permanece inalterado. El deseo de alentar al otro se fundamenta en un gran juramento. Es la perseverancia en la oración que nos hace fuertes y sabios para depositar en el otro nuestra confianza, haciéndonos cargo de esta confianza, como acto intencionado. ¿Con qué claridad podemos ver la Budeidad en la vida del otro? Depende de cuán “grande” sea nuestro corazón y sólida nuestra fe. Daisaku Ikeda nos sigue mostrando cuál es el camino del aliento y el empoderamiento. Este es el movimiento Soka. 1) Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 825. 2) Ib., pág. 1304. 16 Civilización global nº 98 97 · junio 2013 L. Land i Relacionar valerosamente a los demás con el budismo «[Mi pensamiento constante es] cómo hacer para que los seres vivos accedan al Camino supremo y rápidamente adquieran el cuerpo de un buda».3 Estas palabras expresan el más hondo anhelo del Buda: hacer que todas las personas logren la Budeidad, tanto los que aceptan el Sutra del loto como aquellos que se oponen a él. Como este es su propósito supremo, quienes abrazan la fe en el Sutra del loto –aunque sea por poco tiempo– están actuando de acuerdo con su voluntad. Y si su conducta concuerda con el deseo del buda, estarán saldando la deuda de gratitud que tienen con él.4 El deseo del Buda es ayudar a todas las personas a lograr la Budeidad. A través de crear una relación con el budismo, todos los seres, con el tiempo, podrán establecer una felicidad genuina, no solo los que abracen la fe en el Sutra del loto, sino incluso los que se opongan a ella. Esto produce la suprema alegría del Buda. Superando prejuicios ¿A quién debemos alentar? ¿A quién se nos antoja, a quienes nos lo piden de forma directa o indirecta, a nuestro entorno siempre y en todo lugar? ¿Cuándo debemos hacerlo? ¿Solo cuando tenemos buen humor o cuando el buen humor lo tienen los otros; solo si tenemos las respuestas a las inquietudes o aun sin tener respuestas? Todas estas dudas, habituales en las relaciones cotidianas, se disuelven fácilmente en cuanto sabemos transcender los prejuicios y dirigirnos hacia la Budeidad inherente de la persona que tenemos enfrente. Por lo tanto, cuando hablamos valerosamente con los demás sobre nuestra práctica para ayudarlos a ser felices, y permitimos de ese modo que más y más personas entablen relación con el budismo, estaremos actuando de acuerdo con la verdadera intención del Buda y sobre la base de su inmenso amor compasivo.5 A través de la oración cultivamos y reforzamos la fe en el potencial iluminado de cada persona. Allí se encuentra la fuente de nuestra fuerza y la propulsión para emprender acciones adecuadas en el momento oportuno. 3) The Lotus Sutra and Its Opening and Closing Sutras (El Sutra del loto y sus sutras de apertura y de clausura), trad. por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2009, cap. 16, pág. 273. 4) Véase END, pág. 66. 5) Vivir el Gosho, palabras de aliento del presidente Ikeda, nº 7277. 17