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PARA DIALOGAR
Sin parar en la ruta
La verdadera entidad de todos los fenómenos es un principio referido a la transformación del
presente. Es la sabiduría que permite a una persona extraer y hacer surgir el estado de Budeidad desde el interior de su vida, para concretar un mundo donde prevalezca la paz y tranquilidad dentro de la realidad de todos los días.1
Reconocer un buen camino
Desconcertados: así podemos sentirnos cuando después de haber puesto toda la confianza en nuestra práctica budista, resulta que en vez de ver los resultados por
los que nos estamos empeñando, nos tropezamos con
inconvenientes y problemas inesperados.
En realidad, nos sorprendemos porque hemos pasado
por alto el hecho más importante que se produce cuando recitamos el daimoku con convicción y nos dedicamos a la felicidad de los demás. A veces estamos tan
obsesionados con la concreción de nuestros objetivos
más inmediatos que no percibimos el cambio que en
nosotros se está realizando. Estamos más alegres,
menos quejicosos, más compasivos, más vitales, en
definitiva, se está produciendo una verdadera revolución
humana en nuestro yo. Sin embargo, estos cambios no
pasan desapercibidos para nuestras tendencias
negativas que pugnan por volver a recobrar su
espacio en nuestra vida, manifestándose a través
de nuevos obstáculos y desafíos.
Cuando nos encontramos en este punto es natural
que nos desconcertemos, pero también es la prueba de que estamos en el buen camino y con esta
confianza debemos renovar de nuevo nuestra
determinación. No siempre es fácil, pero sabemos
por el principio de ichinen-sanzen que en cada instante se concentra toda nuestra vida y por tanto,
lo realmente determinante no es que surja la
duda, sino la actitud de búsqueda con que reaccionamos en ese concreto instante.
La esencia del avance
A veces, cuando nos hemos marcado un objetivo para
dar un paso adelante en nuestra revolución humana,
se nos olvida que emprendimos un recorrido buscando algo importante para nosotros mismos y los que
nos rodean. En plena marcha empiezan a surgir las
“dificultades” (sinsabores con compañeros, diferencias de carácteres con los seres más queridos, etc.)
Entonces aparece la decepción porque en realidad
nos esperábamos algo diferente, más idílico que la
propia cotidianeidad.
No sería sabio caer en el desánimo a mitad del viaje,
más bien hay que considerar estas “dificultades”
como un obstáculo que hay que resolver, con la determinación de que Nam-myoho-rengue-kyo es la herramienta que nos da el coraje y sabiduría para actuar. Y
recordar más que nunca que teníamos una búsqueda
y un objetivo hacia donde ir.
Cuando sacamos de todo esto un proyecto y una actitud para poder seguir avanzando, ya tenemos un
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resultado
vida.
excelente
de
Tener claro en todo
momento que avanzar
puede asemejarse a una
rosa incluídos todos sus
componentes: sus hojas, ya
sean perennes o caducas; su
tallo algunas veces rugoso y
espinoso. Pero siempre en lo
más alto la flor.
1) Sabiduría del Sutra del loto,
volumen 1, página 259.
Sin parar en la ruta
Un paso atrás, en ocasiones
también se permite
Y es que a veces viene bien deshacer lo
andado, volver a empezar y replantear
mejor la ruta hacia las metas y destinos. No
siempre la trayectoria hacia la cima tiene
por qué ser un avance lineal y constante.
Bien sabemos que el león retrocede unos pasos
antes de saltar finalmente sobre su presa con
toda su furia, o el ajedrecista que atrasa sus
piezas y gana la partida. Una fe enérgica y
desbordante, pero que no es capaz de
reflexionar sobre lo que se está haciendo
no llega a buen puerto. La acción ganadora también requiere de su tiempo, de
paciencia, y de construirla
sobre la base de su mayor comprensión.
Incluso quién arranca de nuevo, ya
no lo hace desde cero, sino que tiene
ganada la plaza de la experiencia. Y es esa
misma experiencia la que luego trasmitimos a los demás cargada de sabiduría y
orgullo de conocer bien la dificultad que en algún
momento nos desanimó. Inspira y da fuerza el
ejemplo del que por ahí ya ha pasado y finalmente
lo ha logrado.
En qué momento
Comprender que las circunstancias de la vida son pasajeras implica fortaleza espiritual, y esta viene de la fe. Nichiren afirma que “no existen, en si mismas, una tierra
pura y otra impura; la diferencia solo reside en el bien y el mal que hay en nuestro interior.”1 “La convicción entraña una revolución en nuestro esquema mental; y este cambio es la fuerza motriz que nos permite transformar tanto nuestra vida como el entorno.”2 No se trata entonces de esperar ‘el tiempo adecuado’ para trasformar, sino de alimentar una actitud, una postura de fe ante la vida, algo que el budismo describe con
el principio de ichinen sanzen .3
Gosho
También ocurre algo inusitado cuando una persona común logra
la Budeidad. En ese momento, invariablemente aparecen los tres
obstáculos y los cuatro demonios; pero cuando ello sucede, los
sabios se regocijan, mientras que los necios se echan atrás.
(Los tres obstáculos y los cuatro demonios, Los Escritos de Nichiren Daishonin, página 668))
1) El logro de la Budeidad en esta existencia, Los Escritos de Nichiren Daishonin, página 4.
2) Disertación sobre los capítulos Hoben y Juryo del Sutra del loto, vol. III página 130, Edición Soka Gakkai Internacional.
3) Ichinen sanzen: tres mil mundos en un instante de vida. El número tres mil se presenta a los 10 estados del ser, su mutua posesión, los
10 factores de la vida y los 3 principios de individualidad, los que nos abren tres mil diversas posibilidades en cada instante de vida.
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