¿Qué implica que un gasto esté debidamente documentado? Recientemente fue publicada una sentencia del TCA, en la que se analiza, entre otros temas, la deducibilidad de gastos en función de las formalidades de la documentación. Cra. Lorena Fajardo Abbate [email protected] A los efectos de evaluar la deducibilidad de un gasto en el IRAE se deben verificar las siguientes condiciones: ser necesario para obtener y conservar la renta gravada, haberse devengado en el ejercicio, estar debidamente documentado y, a partir de la reforma tributaria la condición de que dicho gasto sea una renta gravada para la contraparte. Particularmente, en relación a la condición de estar debidamente documentado, la Administración y la doctrina han manejado opiniones opuestas que se manifestaron en la sentencia del TCA que nos ocupa. Cabe señalar que si bien el cuestionamiento fue en tiempos del IRIC corresponden los mismos comentarios para el IRAE, aspecto que se aclara en la propia sentencia. Posición de la Administración En la inspección llevada a cabo por la DGI se consideraron una serie de gastos, cuya necesidad, cuantía y devengamiento no fueron puestos en tela de juicio, sino que se consideraron no deducibles por no estar debidamente documentados. Al respecto, la Administración ha mantenido un criterio rígidamente formalista, exigiendo que para que un gasto sea deducible debe contar con un documento que recoja todos los requisitos establecidos en la normativa reglamentaria correspondiente. Es decir, aplica las condiciones aplicables en el IVA al impuesto a la renta. Posición de la doctrina Contrariamente a lo posición de la DGI, los autores más prestigiosos de la doctrina sostienen que alcanza con que la documentación permita probar fehacientemente que el gasto existió y su cuantía para que resulte deducible en el IRAE. Fundan este argumento teniendo en cuenta que el legislador pretendió como manifestación de riqueza del impuesto a la renta empresaria la renta neta, por lo que cuánto menos gastos se permitan deducir más “bruta” y menos “neta” será la renta gravada. Lo importante es demostrar la existencia y cuantía de la erogación, por lo que si no se cuentan con documentos que recogen todos los requisitos formales pero sí con otro tipo de medios de prueba aceptables que permitan demostrar la existencia y cuantía de la erogación, ésta debe deducirse. No obstante, la situación en el IVA es distinta, puesto que existen normas en el impuesto que establecen que para deducir el IVA compras la documentación emitida por el proveedor debe contar con requisitos específicos, lo cual hace sentido si se considera que en este caso la factura es el centro de la liquidación. Posición del tribunal y casos puntuales analizados El tribunal compartió el enfoque sostenido por la doctrina, afirmando que “no hay razón que tenga amparo legal para negar la deducción de gastos que fueron necesarios, devengados en el ejercicio y están documentados”, aún cuando dichos comprobante no reúnan todas los requisitos formales impuestos por el Decreto N° 597/988 y la Resolución N° 688/992. Puntualmente se consideraron que los gastos de servicios de transporte contratados para cumplir funciones de la empresa dentro del horario laboral, por cuenta y orden de la empresa, sean con boletos de ómnibus o comprobantes de taxi, son deducibles dado que dichos comprobantes son suficientes para demostrar su existencia y cuantía. Por otra parte, se analizaron los gastos de timbres profesionales, que en principio fueron cuestionados por la Administración. El Tribunal entendió que la objeción de la DGI resultó desarreglada a derecho, dado que la función de la adhesión del timbre al documento es análoga a la de un boleto de pago, por lo que aún cuando se cuente con comprobantes, antes de utilizarlos no resulta un gasto deducible. Lo relevante para la deducibilidad es comprobar que el timbre se adhirió al documento correspondiente. En relación a los reintegros de gastos a terceros, aún cuando la factura original que se está reintegrando no venga a nombre de la empresa, en la medida que se evidencie que el servicio es aprovechado por ésta, se entiende que el gasto se encuentra debidamente documentado. Finalmente, se planteó la deducibilidad de gastos documentados en facturas vencidas. Al respecto, el Tribunal entendió que aún estando vencidas prueban la erogación, por lo que igual se consideran deducibles a efectos del IRAE, aunque no así para el IVA. Claves Deducibilidad: para que un gasto sea deducible en el IRAE debe ser devengado en el ejercicio, necesario para obtener y conservar la renta gravada, debidamente documentado y que constituya renta gravada para la contraparte. Debidamente documentado: el TCA compartió la posición defendida por la doctrina. Para que un gasto se encuentre debidamente documentado a efectos del IRAE alcanza que permita probar fehacientemente su existencia y cuantía, no exigiendo para este impuesto los requisitos formales aplicables en el IVA. Casos planteados: de la sentencia surgen que los siguientes gastos son deducibles aún cuando no se cuente con un documento formal o el mismo tenga errores formales: traslados en ómnibus y taxi, timbres profesionales, gastos reintegrados a terceros que no vienen a nombre de la empresa o gastos documentados en facturas vencidas. Encastre No es necesario tener un documento que verifique los requisitos formales para ser deducible en el IRAE.