Cruz García Lirios ENTS-UNAM ESTRUCTURA DE LOS DETERMINANTES SOCIODEMOGRÁFICOS DE LA ACTITUD HACIA LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA RESUMEN PALABRAS CLAVES: Se entrevistaron a 100 padres de familia derechohabientes del Hospital General de la Ciudad de Cuernavaca, Morelos, México para establecer un modelo estructural a partir de las relaciones hipotéticas causales entre las variables esgrimidas en las teorías y los estudios de la estimulación temprana. A partir de parámetros que miden la normalidad, confiabilidad, validez, covariación, estructura, ajuste y residuo estadístico, se estableció un modelo estructural de los determinantes sociodemográficos de las actitudes hacia la estimulación temprana en el que la variable sexo fue la determinante principal de la variable actitudinal. Los resultados del estudio cobran especial relevancia a la luz de la Teoría del Desarrollo Moral y los estudios psicológicos de la estimulación temprana. Sin embargo, la presente investigación sólo ha establecido la relación causal directa, negativa y significativa entre dos de seis variables que configurarían un modelo más verosímil, parsimonioso, robusto. Dicho modelo, explicaría los presupuestos de los fundamentos teóricos, las estrategias, técnicas y practicas en torno al desarrollo de niños menores de tres años. Ecología del Desarrollo, Estadios del Desarrollo, Desarrollo Moral, Estimulación Temprana, Actitud y Variables Sociodemográficas. ABSTRACT Interview themselves to 100 parents of family Rightful claimants of the General Hospital of the Cuernavaca City (Mexico) to settle down a structural model from the causal hypothetical relations between the variables used in the theories and the studies of the early stimulation. From parameters that measure normality, trustworthiness, validity, covariance, structure, fit and statistical remainder, settled down a structural model of the sociodemographic determinants of the attitudes towards the early stimulation in which variable sex was the main determinant of the actitudinal variable. The results of the study acquire special relevance in the light of the Theory of the Moral Development and the psychological studies of the early stimulation. Nevertheless, the present investigation has only established the direct, negative and significant relation causal between 53 Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana two of six variables that would form a more likely model, parsimonious, robust. This model, would explain the budgets of the theoretical foundations, the strategies, techniques and you practice around the development of smaller children of three years. KEY WORDS: Ecology of the Development, Stages of the Development, Moral Development, Early Stimulation, Sociodemographic Attitude and Variables. El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) en su informe correspondiente a 2010 advierte una tendencia de nacimientos a la alza si se consideran los datos del 2005 en comparación a los datos de 2008(ver gráfico 1). La tendencia de nacimientos estaría relacionada con la tendencia de defunciones la cual también a aumentado si se consideran los datos de 1985 en comparación a los datos de 2004 (ver gráfico 2). En el caso de los niños menores de 3 años, la diabetes mellitus es la 54 Cruz García Lirios Cruz García Lirios Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana principal causa de muerte seguida de las enfermedades isquémicas del corazón y cardiovasculares. En este sentido, la prevención y atención de enfermedades a partir de la estimulación temprana parece ser relevante si se considera que una sesión de ejercicios podría activar la propensión al cuidado de la salud en las familias. La estimulación temprana se refiere a un tratamiento secuencial, continuo, sistemático y regulado para mejorar las capacidades sensoriales sin comprometer el desarrollo del sistema nervioso y cognitivo en los primeros años de vida (García, Tacoronte, Sarduy, Abdo, Galvizu, Torres y Leal, 2000: colo, 2004: p. 3). Es decir, los principios morales no sólo guían el comportamiento sino también definen los cambios emocionales, cognitivos y conductuales a partir de juicios de dilemas consistentes en situaciones cotidianas (Linde, 2009: 9). Los principios morales, son el resultado de la interacción entre los grupos y sus integrantes. En el caso de las familias, los padres educan a sus hijos estimulando valores o principios éticos y morales aunque en apariencia, sólo se realiza una estimulación auditiva, visual, kinestésica, emocional o sensorial (Palma, 1989: p. 80). En este sentido p. 717). El estado del arte enfoca la estimulación temprana en dimensiones emocionales, cognitivas, conductuales, morales y sociales. En este sentido, los estudios en torno a la estimulación temprana, a pesar de sus teorías y métodos interdisciplinares, tienen un enfoque eminentemente psicológico. Kohlberg propuso la Teoría del Desarrollo Moral (TDM), una de las teorías en la que se sustenta la estimulación temprana en tres etapas; preconvencional, convencional y posconvencional (Narváez, 2003: p. 39). Se trata de una estructura cultural –cognitiva en la que los principios morales interactúan al interior de un grupo de referencia o pertenencia (Lûdecke, 2007: p. 117). El conflicto de principios endo-grupales versus exo-grupales genera cambios en torno a la socialización e identidad de los individuos (Borobia y Pic- la TDM es una ampliación de la Teoría de los Estadios del Desarrollo (TED) planteada por Jean Piaget. Precisamente, en torno al juicio moral infantil que en Piaget es eminentemente cognitivo y en Kohlberg es social (Torres, Ramírez, Zerpa, Zapata, García, Papale, Puertas, Franco y Palencia, 2010: p. 37). Mientras que Piaget considera al desarrollo moral cognitivo como el último estadio, Kohlberg plantea que se trata de la primera fase del desarrollo evolutivo social infantil (Barra, 1987: 9). Incluso, la TDM incorpora los niveles de interacción propuestos por Urie Brofenbrenner en 55 Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana Cruz García Lirios su Teoría de la Ecología del Desarrollo Humano; microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema en los que grupos e individuos interactúan con entornos situacionales (Aierbe, Cortéz y medrano, 2001: p. 150). En efecto, la TDM plantea un crecimiento evolutivo a partir de la interacción con el entorno del grupo al que pertenecen los niños. Dicho entorno se presente como situaciones que deben ser juzgadas. En tanto dilemas de elección, las situaciones están directamente relacionadas con evaluaciones y valoraciones negativas o positivas del comportamiento de personas de interacción entre los grupos a los que pertenecen los niños y las situaciones ambientales y contextuales a las que se exponen eligiendo, enjuiciando y valorando dichas convenciones. Los estudios psicológicos de la estimulación temprana han establecido etapas, fases, áreas, factores y dimensiones de intervención para demostrar el efecto directo, positivo y significativo de las estrategias y técnicas de estimulación parentales –tutoriales sobre el desarrollo evolutivo de niños y adolescentes. Manzano, Perera, Ortiz y Arena (1990: p. 139) semejantes en situaciones homogéneas (Cortés, 2002: p. 115). En síntesis, la estimulación temprana tiene su origen en la Teoría de los Estadios del Desarrollo de Jean Piaget al haberse planteado como un proceso sistemático de influencia parental sobre las habilidades, capacidades y competencias de sus hijos. Sin embargo, la TED sólo explicaba la evolución cognitiva conductual. En este sentido, Lawrence Kohlberg propuso que el desarrollo moral fuese el inicio del desarrollo sociocognitivo cultural y elaboró la Teoría del Desarrollo Moral (TDM) para explicar los procesos sistemáticos diseñaron un programa de estimulación temprana centrado en la familia. Advierten sobre la importancia de incluir en la dinámica familiar el desempeño escolar como un efecto del cuidado de la salud física, emocional, cognitiva y motora. El programa fue evaluado por jueces que le otorgaron validez de contenido. Castellanos, García y Mendieta (1999: p. 7) establecieron una asociación entre las necesidades detectadas del niño y su edad cronológica de desarrollo sensoriomotor. En dicha relación, la intervención del tutor–terapeuta fue determinante. Dado que el diagnóstico de las necesidades infantiles corresponde con la edad cronológica de desarrollo sensorial y motriz, la función del especialista es fundamental para incidir en el desarrollo infantil. García, Tacoronte, Sarduy, Abdo, Galvizu, Torres y Leal (2000: p. 717) demostraron la disminución de la parálisis cerebral a partir de la estimulación temprana. Durante el tratamiento, intervinieron tres áreas de desarrollo intelectual de suma importancia: audiovisual, rehabilitación física y defectología congé- 56 Cruz García Lirios Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana nita. Al termino de la intervención, encontraron un incremento en el coeficiente de desarrollo cognitivo conductual. Pando, Aranda, Amezcua, Salazar y Torres (2004: p. 275) establecieron 13 factores de riesgo en torno al nacimiento de un grupo experimental antes y después de la estimulación. Posteriormente, demostraron una disminución en los factores de riesgo del grupo experimental en comparación al grupo control. Durante el lapso de la estimulación temprana de 40 semanas, el grupo experimental alcanzo un mayor porcentaje de personal, cognitiva y motriz a partir de las cuales definieron un sistema educativo estructurado orientado al desarrollo de los niños. Posteriormente, demostró cinco efectos conductuales de la estimulación temprana: socialización, identidad, responsabilidad, expresividad y responsabilidad. Sin embargo, algunos comportamientos de autocontrol e higiene no pudieron ser instauradas. En este sentido, la estimulación temprana estuvo relacionada con el pensamiento divergente en contraposición al pensamiento lógico –matemático. Cabe señalar que la estimulación temprana incentivó desarrollo cognitivo conductual en referencia al grupo control. Campos, Cordero, Rojas y Vargas (2005: p. 6) establecieron tres etapas del estudio; diagnóstico, planificación e intervención para describir el efecto de la ludoterapia en niños por parte de personal de enfermería y pediatría del Hospital General de San Rafael Holojuela, Costa Rica. En la primera etapa, demostraron que los profesionales de la salud cuentan con conocimientos básicos que por su grado de especialización han incidido en los niveles de ansiedad de los niños hospitalizados y sus familiares. Cerezo, Trenado y Pons (2006: págs. 546-548) establecieron dos conductas antecedentes infantiles; positiva y neutra, sensible y atenta en relación directa con cuatro conductas consecuentes maternas; sensible atenta, sensible afectuosa, afectuosa intrusiva e instrucción para observar las diferencias que fueron significativas entre dos grupos; bajo en coordinación y alto en acoplamiento. En casi todas las combinaciones se demostraron diferencias significativas, sólo en el grupo de alto acoplamiento la respuesta intrusiva fue espuria en relación a la conducta antecedente infantil. González (2007: págs. 22-25) estableció cinco áreas de la estimulación temprana; matemática, social, la lecto–escritura a pesar de las limitaciones de los tutores–terapeutas en cuanto a conocimientos de actualización de programas y estrategias de intervención. Molina y Banguero (2008: p����������������������� ágs�������������������� . 43 y 44) consideraron seis áreas, dimensiones o factores de estimulación temprana; visual, auditiva, táctil, olfativa, vestibular y sensorial correspondientes a las capacidades especiales de niños para diseñar un espacio de estimulación. El diseño contempló la analogía de un espacio recreativo en el que los materiales serían los principales estimuladores del desarrollo infantil. La propuesta también incluye la interrelación entre los espacios tomando en cuenta la creatividad de los niños quienes podrían interactuar con otros niños de capacidades especiales. Moreno (2009: p. 4) demostró la asociación significativa de cuatro áreas de estimulación; motora, cognitiva, lecto–escritora y social. La primera dimensión se refiere a la estimulación y sus efectos sistemáticos kinestésicos en los que el niño adquiere habilidades y sobre todo, competencias o respuestas efectivas ante problemas determinados. El segundo factor se refiere al desarrollo de procesos psicológicos básicos tales como el lenguaje, la memoria y la percepción. En el tercer constructo, la inteligencia o coeficiente de intelectualidad fueron evidencia de las capacidades de 57 Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana Cruz García Lirios comprensión de textos. Finalmente, en la última área, la estimulación es determinante de las habilidades sociales, comunicativas, discursivas e interpretativas. Jara y Roda (2010: págs. 145-155) establecieron la asociación significativa entre cinco fases de estimulación temprana. En la primera fase diagnóstica, llevaron a cabo entrevistas a los padres en torno a las capacidades de sus hijos. En la segunda fase planificaron una estructura curricular en la que la estimulación temprana sería incluida para incidir en el desarrollo integral del niño. En la tercera fase implementaron las etapa de los cero a los tres meses, la estimulación fue más auditiva que visual en la que las gesticulaciones son importantes pero lo son más las charlas, masajes, canciones, juegos y arrullos. En la segunda etapa de los tres a los seis meses, la estimulación mediante el cuidado, la compañía, la calma y la conversación fueron esenciales para la adquisición del lenguaje mediante el balbuceo. En la tercera etapa de los seis a los nueve meses, la estimulación auditiva tiende a ser desplazada por la estimulación kinestésica debido a que los ejercicios de torso y parietales desarrollaron sus destrezas habilidades adaptativas cuyos objetivos fueron aprender a conocer, hacer, vivir y ser. En la cuarta fase, diseñaron estrategias de mediación en la que las estimulación temprana de la institución sería complementada con estrategias de intervención familiares. En la quinta fase, llevaron a cabo estrategias de socialización e identificación familiar. Mariscal, Nieva y López (2010: p. 54) demostraron asociaciones directas y significativas entre los autorreportes parentales y las observaciones de habla de sus hijos. Establecieron dos tipos de habla: morfología irregular y morfología regular que correlacionaron positivamente con los intervalos de emisiones de palabras y protocolos de desarrollo gramatical. Ambas morfologías se incrementaban en la medida en que aumentaban las longitudes de habla. Es decir, el desarrollo del lenguaje esta asociado con la estimulación de los padres hacia sus hijos. Martínez, García, Poblano y Madlen (2010: p. 305) establecieron ocho etapas de la estimulación temprana para demostrar las diferencias significativas entre las técnicas de estimulación correspondientes a cada una de ellas. En la primera motrices. En la cuarta etapa de los nueve a los doce meses, la estimulación sigue siendo auditiva y visual pero en mayor medida es kinestésica ya que el balbuceo, el entrenamiento auditivo y visual así como los juegos son esenciales para el desarrollo. En la quinta etapa de los 12 a los 18 meses el lenguaje se empieza a desarrollar con el refuerzo de conceptos en los que las palabras y los números tienen un efecto significativo en el aprendizaje de actividades cotidianas a través de la imitación. En la sexta etapa de los 18 a los 24 meses, la estimulación consistió en incentivar la narración con palabras trifásicas. En la séptima etapa de los 24 a los 30 meses, la estimulación auditiva verbal es efectuada 58 Cruz García Lirios Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana con la lectura de libros, juegos infantiles y ejercicios nemotécnicos. Finalmente, en la octava etapa de los 30 a los 36 meses, la estimulación se llevó a cabo con la ayuda de películas y teléfonos en los que se ejercitaron los mensajes o contenidos auditivos, visuales y verbales. Escalona y López (2011: p. 54) demostraron una asociación significativa entre la estimulación temprana y el desarrollo psicomotor durante cuatro trimestres de intervención. Al principio, el 83 por ciento de las madres tenían un conocimiento insuficiente del proce- de estimulación temprana en el Hospital Infantil de la Ciudad de Cuernavaca, Morelos, México. Muestra. El 40 por ciento informó haber terminado la preparatoria, el 30 por ciento la secundaria, 13 por ciento tiene un título profesional, 10 por ciento ha concluido la primaria y 6 por ciento no tiene estudios. El 23 por ciento de las personas encuestadas declararon que su pareja no tiene estudios, con el mismo porcentaje están aquellas personas cuya pareja sólo ha terminado la primaria, el 20 por ciento tiene la preparatoria terminada y sólo el 7 por ciento alcanzó el nivel so estimulativo. Al terminar la intervención sólo el cuatro por ciento tenían el mismo nivel de conocimiento. En síntesis, los estudios psicológicos de la estimulación temprana han demostrado las relaciones asociativas causales entre los principios valorativos sociales e institucionales sobre los juicios valorativos de las familias a través de las actitudes, desfavorables o favorables, de los padres en torno al desarrollo cognitivo, conductual y social de sus hijos. En tanto juicios valorativos, las actitudes hacia los procesos de estimulación temprana son evidencia del impacto sociocultural ambiental sobre las emociones, cogniciones y comportamientos familiares y parentales. Es decir, el desarrollo de los niños depende de las situaciones y los contextos que rodean a sus familias. Dicha influencia, es mediada por las actitudes, decisiones, intenciones y estrategias educativas instructivas de sus padres. ¿Cuál es la estructura de actitudes de los padres hacia la estimulación temprana de sus hijos? profesional. El 56 por ciento vive en matrimonio, el 36 por ciento en unión libre y el 6 por ciento en soltería. El 46 por ciento gana entre 3000 y 6000 pesos mensuales, el 23 por ciento menos de 3000 pesos al mes, el 16 por ciento más de 9000 y el 13 por ciento obtiene ingresos entre 6000 y 9000 pesos al mes. El 56 por ciento tiene una hija, el 23 no tiene aún, el 10 por ciento tiene dos y con el mismo porcentaje más de tres hijas. El 50 por ciento no ha utilizado un CENDI en la ciudad de Cuernavaca y el 46 por ciento informó haber utilizado un CENDI. El 73 por ciento afirmó que sus hijos no tienen problemas de lenguaje y el 26 por ciento reconoció algún problema de lenguaje en sus hijos. El 73 por ciento ha observado que su bebe abraza y juega con sus juguetes, el 20 por ciento observó que su bebe “chupa” sus juguetes y el 6 por ciento señaló que su bebe patea sus juguetes. El 40 por ciento advirtió que su bebe juega con los objetos a su alrededor y el 33 por ciento señala que su bebe es indiferente a los objetos. El 83 por ciento de los encuestados afirmaron que su bebe ha recibido alguna vez estimulación temprana y el 16 por ciento reconoció que su bebe no ha recibido estimulación temprana. Variables. Actitud hacia la Estimulación temprana se refiere a las disposiciones desfavorables y/o favorables hacia MÉTODO Para responder a la interrogante se llevó a cabo un estudio transversal, cuasi experimental y correlacional con una muestra de 100 padres que acudieron a cursos 59 Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana Cruz García Lirios el proceso sistemático de estimulación sociocognitiva de las instituciones, a tra vés de los padres, sobre el desarrollo sociocognitiva de sus hijos. Hipótesis. La estructura predictiva de la actitud hacia la estimulación temprana es determinada por variables sociodemográficas tales como el sexo, la edad y el nivel de estudios. Instrumento. Escala de Actitudes hacia la Estimulación Temprana; incluye siete ítems con cuatro opciones de respuesta que van desde “muy en desacuerdo” hasta “muy de acuerdo” en un orden consecutivo de respuestas se concentra en un extremo de la campana de Gauss. La tabla 1 muestra valores de curtosis negativos dentro del umbral requerido que es de -3 a +3 los cuales se interpretan como muestra de distribución normal. Demostrada la normalidad de las respuestas al instrumento, se procedió a establecer su confiabilidad la cual es establecida por el parámetro alfa de Cronbach. Quero (2010: p. 248) define a la confiabilidad como la consistencia o estabilidad de una medida la cual reduce la varianza de error e incrementa la varianza sistemática reactivos positivos y negativos. Procedimiento. Se seleccionó intencionalmente a una muestra de derechohabientes del Hospital General de la Ciudad de Cuernavaca, Morelos, México. Se distribuyeron los cuestionarios en la sala de espera del área de trabajo social y pediatría. Durante 20 minutos los participantes contestaron el instrumento y una vez entregado se revisó las respuestas o su ausencia de ellas. En los casos en los que las respuestas eran sistemáticamente las mismas o en todo caso su ausencia, se les pidió que escribieran las razones por las que respondieron al cuestionario o su ausencia de respuesta en el reverso del cuestionario. Se capturaron las respuestas en los paquetes estadísticos Statistic Program Social Science (SPSS) y Linear Structural Relations (LISREL) en sus versiones para estudiantes. en torno a la distribución de las respuestas a un instrumento de medición. La tabla 1 muestra una confiabilidad superior al valor requerido que es de .60 el cual es evidencia de consistencia adecuada. Posterior a la confiabilidad, la validez de constructo es la siguiente etapa en el establecimiento del modelo estructural. Pérez, Chacón y Moreno (2000: págs. 442 y 443) definen la validez de constructo como una integración de la validez de contenido y la validez de criterio como evidencias de contrastación de hipótesis teóricas en torno a las relaciones entre los ítems y los factores comunes. La validez de constructo se estima con la técnica de análisis factorial. La técnica de análisis incluye dos fases: exploratoria o inductiva y confirmatoria o deductiva. En la primera se espera la correlación entre una diversidad de ítems con una heterogeneidad de factores. En la segunda se espera la demostración de un constructo, factor o dimensión inferido de las correlaciones con los ítems que pueden ser al menos cuatro y máximo siete. En este sentido, se procedió a estimar la validez de la actitud hacia la estimulación temprana con un análisis factorial confirmatorio de componentes principales y rotación varimax. Posteriormente, se calculó la adecuación con el parámetro Kayser–Meyer–Olkin (KMO) y la esfericidad con el estadístico chi cuadrada de Bart- RESULTADOS El proceso de establecimiento de los modelos estructura inicia con la distribución normal la cual se evidencia con el parámetro de curtosis. Núñez y López (2004: p. 318) define al estadístico de curtosis como una evidencia de distribución normal ya que la masa de 60 Cruz García Lirios let. La tabla 1 muestra valores superiores a los mínimos requeridos que es una correlación superior a .300 entre los ítems y el factor común. Los valores o pesos Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana Código Reactivo Media Desviación Curtosis Actitud A1 Mi hijo (a) requiere de estimulación temprana para triunfar en la vida 2.19 .825 -.230 .746 A2 La estimulación temprana es para niños con capacidades diferentes 2.27 .827 -.565 .875 A3 Mi hijo (a) requiere de estimulación audiovisual para un excelente coeficiente intelectual 2.24 1.036 -1.040 .050 A4 La estimulación audiovisual es un negocio de las escuelas y hospitales 2.92 1.161 -1.153 .829 A5 Mi hijo (a) requiere de ejercicios de estimulación para ser feliz 3.05 .903 -.718 .165 A6 Los ejercicios de estimulación son fraudes y chantajes de las escuelas y hospitales 1.48 .745 4.127 -.360 A7 Los niños que requieren de estimulación temprana tienen capacidades diferentes 2.47 .969 -.967 .049 factoriales son Varianza explicada considerados Alfa = .732; KMO = .454; X2 = 347.350; 21 grados de libertad; significomo evidencia cancia = .000 de la validez de la actitud hacia la estimulación temprana. Tabla 1. La distribución normal de las respuestas al instrumento Una vez establecida la validez de constructo, la matriz de covarianzas es la siguiente etapa en la demostración del modelo estructural. Oliver, Rosel y Murray (2000: p. 403) advierten que la matriz de covarianzas conlleva la máxima verosimilitud de un modelo estructural implicando su ajuste en referencia a las relaciones causales hipotéticas. Es decir, la matriz de covarianzas es evidencia de relaciones causales directas y significativas entre los ítems que correlación con un factor común. En el caso de la tabla 2 muestra co- varianzas entre las Sexo 34.561 Escolaridad Edad A1 A4 Sexo .091 Escolaridad .000 .020 Edad .006 .010 .251 Mi hijo (a) requiere de estimulación temprana para triunfar en la vida -.019 -.010 -.003 .681 La estimulación audiovisual es un negocio de las escuelas y hospitales .059 -.010 .054 .359 1.347 La estimulación temprana es para niños con capacidades diferentes -.027 .000 .014 .494 .507 A2 .684 61 Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana Cruz García Lirios variables sociodemográficas y los ítems de la actitud hacia la estimulación temprana. Es posible observar valores negativos y positivos cercanos al cero los cuales son evidencia de relaciones causales espurias no colineales. Tabla 2. La matriz de covarianzas de los factores de la estimulación temprana Sin embargo, las relaciones causales entre las variables incluidas en los modelos estructurales son estimadas por parámetros de regresión. Silva y Schiattino (2008: p. 108) define a los modelos estruc- las variables sociodemográficas son determinantes directos del factor actitudinal. turales como estructuras que integran ecuaciones lineales, análisis factoriales y análisis de trayectorias para explicar las relaciones hipotéticas; causales, parsimoniosas y robustas entre las variables exógenas y las variables endógenas incluidas en dicha estructura. En este sentido, se estimó un modelo estructural en que se observa a la variable sexo como la determinante principal de la actitud hacia la estimulación temprana. Dicho hallazgo se interpreta como evidencia de contraste de hipótesis en la que los basados en las puntuaciones totales de los sujetos y los basados en las probabilidades posteriores. En este sentido, el Índice de Bondad de Ajuste (GFI por sus siglas en ingles) con valor cercano a la unidad es considerado como evidencia de robustez, parsimonia y verosimilitud de las relaciones causales y correlacionales entre las variables incluidas en el modelo estructural. La tabla 3 muestra un valor cercano a la 62 Modelo 1. Estructura predictiva socioactitudinal Finalmente, los modelos estructurales son considerados verosímiles, parsimoniosos y robustos a partir de su ajuste en referencia a las relaciones hipotéticas establecidas en el estado del arte. Sueiro y Abad (2009: p. 640) advierten dos tipos de índices: Cruz García Lirios Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana unidad para el índice de Bondad de Ajuste y un valor cercano al cero para el índice Residual (RMR por sus siglas en ingles). Tabla 3. Índices de ajuste de la estructura predictiva socioactitudinal Modelo RMR GFI Estructura predictiva socioactitudinal .021 .968 Ambos valores son considerados evidencia de ajuste entre el modelo estructural y las relaciones hipotéticas causales. Es decir, para la muestra estudiada, la actitud hacia la estimulación temprana esta determinada por variables sociodemográficas en las que la variable sexo es su principal predictor. Las implicaciones teóricas de los hallazgos se discuten a continuación. CONCLUSIÓN del Desarrollo Moral propuesto por Lawrence Kohlberg quien a su vez basó sus hipótesis en la Teoría de los Estadios del Desarrollo planteado por Jean Piaget. En dicho modelo, la variable sexo fue el determinante principal del constructo o factor actitudinal. A la luz de las teorías y los estudios psicológicos en torno a la estimulación temprana, el modelo estructural actitudinal estimulativo es relevante. Si el desarrollo infantil depende de la interacción individuo–entorno mediada por la relación padres–hijos, entonces las actitudes en tanto evaluaciones disposicionales son evidencia de dicha interacción. Es decir, los individuos interactúan con situaciones, contextos, normas, valores y creencias que son filtradas por las actitudes de los grupos a los que pertenecen. En este sentido, la familia es un regulador esencial del desarrollo evolutivo infantil al seleccionar los estí- El presente estudio ha demostrado la parsimonia y robustez de un modelo estructural de la actitud hacia la estimulación temprana inferida por las relaciones causales esgrimidas en el estado del arte y la Teoría 63 Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana Cruz García Lirios mulos que facilitaran el desarrollo de habilidades, capacidades y competencias sociales, educativas, familiares e individuales de los niños. Sin embargo, la presente investigación sólo puede demostrar que las actitudes son mediadoras del impacto de factores sociodemográficos sobre el desarrollo evolutivo infantil. Por ello se recomienda extender el presente estudio incluyendo variables normativas, valorativas y conductuales para establecer un modelo más integral en el que se demuestre el efecto indirecto y directo entre las situaciones y los parece determinar el rechazo o la aceptación de la estimulación temprana. Si los padres se rehúsan al proceso estimulativo debido a sus actitudes negativas, es posible que durante los tres primeros años de la infancia eviten las fases estimulativas acordes a los meses de desarrollo en función de las situaciones y los contextos que les rodean. En tal sentido, la percepción de riesgo y la percepción de utilidad parecen ser variables de suma importancia para establecer la mediación actitudinal entre la ecología del desarrollo y el crecimiento personal. contextos sobre el desarrollo infantil. No obstante, el presente estudio ha contribuido con el establecimiento de relaciones causales entre el tipo de sexo y las actitudes de padres hacia el proceso estimulativo de sus hijos. Esto es, el tipo de sexo Finalmente, es evidente la escasez de estudios en los que se demuestren las relaciones causales entre las variables expuestas. Por ello, los estudios psicológicos de la estimulación temprana tienen ante sí un gran desafío: sustentar con evidencia empírica los 64 Cruz García Lirios Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana presupuestos de la teoría de la Ecología del Desarrollo Humano de Urie Brofenbrenner, la Teoría de los Estadios del Desarrollo de jean Piaget y la Teoría del Desarrollo Moral de Lawrence Kohlberg. Una vez demostrados estos presupuestos se encontraran con el gran problema que implica relacionar las situaciones y contextos ambientales de desarrollo, las estrategias, técnicas y practicas estimulativas con sus fundamentos teóricos. REFERENCIAS Barra, E. (1987). El desarrollo moral: una introducción a la teoría de Kohlberg. Revista Latinoamericana de Psicología. 19, 7-18 Borobia, R. y Piccolo, F. (2004). La formación ética. Una propuesta ante la crisis. Revista Pilquen 6, 1-8 Campos, C., Cordero, S., Rojas, G. y Vargas, M. (2005). 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