Cruz García Lirios ESTRUCTURA DE LOS DETERMINANTES

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Cruz García Lirios
ENTS-UNAM
ESTRUCTURA DE LOS DETERMINANTES
SOCIODEMOGRÁFICOS DE LA ACTITUD
HACIA LA ESTIMULACIÓN TEMPRANA
RESUMEN
PALABRAS CLAVES:
Se entrevistaron a 100 padres de familia derechohabientes del Hospital General de la Ciudad de Cuernavaca,
Morelos, México para establecer un modelo estructural a partir de las relaciones hipotéticas causales entre
las variables esgrimidas en las teorías y los estudios de
la estimulación temprana. A partir de parámetros que
miden la normalidad, confiabilidad, validez, covariación,
estructura, ajuste y residuo estadístico, se estableció un
modelo estructural de los determinantes sociodemográficos de las actitudes hacia la estimulación temprana en
el que la variable sexo fue la determinante principal de
la variable actitudinal. Los resultados del estudio cobran
especial relevancia a la luz de la Teoría del Desarrollo
Moral y los estudios psicológicos de la estimulación
temprana. Sin embargo, la presente investigación sólo
ha establecido la relación causal directa, negativa y significativa entre dos de seis variables que configurarían un
modelo más verosímil, parsimonioso, robusto. Dicho
modelo, explicaría los presupuestos de los fundamentos
teóricos, las estrategias, técnicas y practicas en torno al
desarrollo de niños menores de tres años.
Ecología del Desarrollo, Estadios del Desarrollo, Desarrollo Moral, Estimulación Temprana, Actitud y Variables Sociodemográficas.
ABSTRACT
Interview themselves to 100 parents of family Rightful
claimants of the General Hospital of the Cuernavaca
City (Mexico) to settle down a structural model from
the causal hypothetical relations between the variables used in the theories and the studies of the early
stimulation. From parameters that measure normality,
trustworthiness, validity, covariance, structure, fit and
statistical remainder, settled down a structural model
of the sociodemographic determinants of the attitudes
towards the early stimulation in which variable sex was
the main determinant of the actitudinal variable. The
results of the study acquire special relevance in the light
of the Theory of the Moral Development and the psychological studies of the early stimulation. Nevertheless, the present investigation has only established the
direct, negative and significant relation causal between
53
Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana
two of six variables that
would form a more likely
model, parsimonious, robust. This model, would
explain the budgets of the
theoretical foundations,
the strategies, techniques
and you practice around
the development of smaller children of three years.
KEY WORDS:
Ecology of the Development, Stages of the Development, Moral Development, Early Stimulation, Sociodemographic Attitude and Variables.
El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (Inegi) en su informe correspondiente a
2010 advierte una tendencia de nacimientos a la alza si
se consideran los datos del 2005 en comparación a los
datos de 2008(ver gráfico 1).
La tendencia de
nacimientos estaría relacionada con la tendencia
de defunciones la cual
también a aumentado si
se consideran los datos
de 1985 en comparación
a los datos de 2004 (ver
gráfico 2).
En el caso de los niños menores de 3 años,
la diabetes mellitus es la
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Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana
principal causa de muerte seguida de las enfermedades isquémicas del corazón y cardiovasculares. En este
sentido, la prevención y atención de enfermedades a
partir de la estimulación temprana parece ser relevante
si se considera que una sesión de ejercicios podría activar la propensión al cuidado de la salud en las familias.
La estimulación temprana se refiere a un tratamiento secuencial, continuo, sistemático y regulado para mejorar las
capacidades sensoriales sin comprometer el desarrollo del sistema
nervioso y cognitivo en los primeros años de vida (García, Tacoronte, Sarduy, Abdo, Galvizu, Torres y Leal, 2000:
colo, 2004: p. 3). Es decir, los principios morales no
sólo guían el comportamiento sino también definen
los cambios emocionales, cognitivos y conductuales a
partir de juicios de dilemas consistentes en situaciones
cotidianas (Linde, 2009: 9). Los principios morales,
son el resultado de la interacción entre los grupos y
sus integrantes. En el caso de las familias, los padres
educan a sus hijos estimulando valores o principios
éticos y morales aunque en apariencia, sólo se realiza
una estimulación auditiva, visual, kinestésica, emocional o sensorial (Palma, 1989: p. 80). En este sentido
p. 717).
El estado del arte enfoca la estimulación temprana en dimensiones emocionales, cognitivas, conductuales, morales y sociales. En este sentido, los estudios
en torno a la estimulación temprana, a pesar de sus
teorías y métodos interdisciplinares, tienen un enfoque
eminentemente psicológico. Kohlberg propuso la
Teoría del Desarrollo Moral (TDM), una de las teorías
en la que se sustenta la estimulación temprana en tres
etapas; preconvencional, convencional y posconvencional (Narváez, 2003: p. 39). Se trata de una estructura
cultural –cognitiva en la que los principios morales interactúan al interior
de un grupo de referencia o pertenencia (Lûdecke, 2007:
p. 117). El conflicto de principios
endo-grupales versus exo-grupales
genera cambios en
torno a la socialización e identidad
de los individuos
(Borobia y Pic-
la TDM es una ampliación de la Teoría de los Estadios del Desarrollo (TED) planteada por Jean Piaget.
Precisamente, en torno al juicio moral infantil que en
Piaget es eminentemente cognitivo y en Kohlberg es
social (Torres, Ramírez, Zerpa, Zapata, García, Papale,
Puertas, Franco y Palencia, 2010: p. 37). Mientras que
Piaget considera al desarrollo moral cognitivo como
el último estadio, Kohlberg plantea que se trata de la
primera fase del desarrollo evolutivo social infantil
(Barra, 1987: 9). Incluso, la TDM incorpora los niveles
de interacción propuestos por Urie Brofenbrenner en
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Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana
Cruz García Lirios
su Teoría de la Ecología del Desarrollo Humano; microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema
en los que grupos e individuos interactúan con entornos situacionales (Aierbe, Cortéz y medrano, 2001:
p. 150). En efecto, la TDM plantea un crecimiento
evolutivo a partir de la interacción con el entorno del
grupo al que pertenecen los niños. Dicho entorno se
presente como situaciones que deben ser juzgadas. En
tanto dilemas de elección, las situaciones están directamente relacionadas con evaluaciones y valoraciones
negativas o positivas del comportamiento de personas
de interacción entre los grupos a los que pertenecen
los niños y las situaciones ambientales y contextuales a
las que se exponen eligiendo, enjuiciando y valorando
dichas convenciones.
Los estudios psicológicos de la estimulación temprana han establecido etapas, fases, áreas, factores y
dimensiones de intervención para demostrar el efecto
directo, positivo y significativo de las estrategias y
técnicas de estimulación parentales –tutoriales sobre el
desarrollo evolutivo de niños y adolescentes.
Manzano, Perera, Ortiz y Arena (1990: p. 139)
semejantes en situaciones homogéneas (Cortés, 2002:
p. 115).
En síntesis, la estimulación temprana tiene su
origen en la Teoría de los Estadios del Desarrollo de
Jean Piaget al haberse planteado como un proceso
sistemático de influencia parental sobre las habilidades,
capacidades y competencias de sus hijos. Sin embargo,
la TED sólo explicaba la evolución cognitiva conductual. En este sentido, Lawrence Kohlberg propuso que
el desarrollo moral fuese el inicio del desarrollo sociocognitivo cultural y elaboró la Teoría del Desarrollo
Moral (TDM) para explicar los procesos sistemáticos
diseñaron un programa de estimulación temprana centrado en la familia. Advierten sobre la importancia de
incluir en la dinámica familiar el desempeño escolar
como un efecto del cuidado de la salud física, emocional, cognitiva y motora. El programa fue evaluado por
jueces que le otorgaron validez de contenido.
Castellanos, García y Mendieta (1999: p. 7) establecieron una asociación entre las necesidades detectadas del niño y su edad cronológica de desarrollo
sensoriomotor. En dicha relación, la intervención del
tutor–terapeuta fue determinante. Dado que el diagnóstico de las necesidades infantiles corresponde con
la edad cronológica de desarrollo
sensorial y motriz, la función del
especialista es fundamental para incidir en el desarrollo infantil.
García, Tacoronte, Sarduy,
Abdo, Galvizu, Torres y Leal (2000:
p. 717) demostraron la disminución
de la parálisis cerebral a partir de la
estimulación temprana. Durante el
tratamiento, intervinieron tres áreas
de desarrollo intelectual de suma
importancia: audiovisual, rehabilitación física y defectología congé-
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Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana
nita. Al termino de la intervención, encontraron un
incremento en el coeficiente de desarrollo cognitivo
conductual.
Pando, Aranda, Amezcua, Salazar y Torres (2004:
p. 275) establecieron 13 factores de riesgo en torno al
nacimiento de un grupo experimental antes y después
de la estimulación. Posteriormente, demostraron una
disminución en los factores de riesgo del grupo experimental en comparación al grupo control. Durante
el lapso de la estimulación temprana de 40 semanas, el
grupo experimental alcanzo un mayor porcentaje de
personal, cognitiva y motriz a partir de las cuales definieron un sistema educativo estructurado orientado al
desarrollo de los niños. Posteriormente, demostró cinco efectos conductuales de la estimulación temprana:
socialización, identidad, responsabilidad, expresividad
y responsabilidad. Sin embargo, algunos comportamientos de autocontrol e higiene no pudieron ser instauradas. En este sentido, la estimulación temprana
estuvo relacionada con el pensamiento divergente en
contraposición al pensamiento lógico –matemático.
Cabe señalar que la estimulación temprana incentivó
desarrollo cognitivo conductual en referencia al grupo
control.
Campos, Cordero, Rojas y Vargas (2005: p. 6)
establecieron tres etapas del estudio; diagnóstico, planificación e intervención para describir el efecto de
la ludoterapia en niños por parte de personal de enfermería y pediatría del Hospital General de San Rafael Holojuela, Costa Rica. En la primera etapa, demostraron que los profesionales de la salud cuentan con
conocimientos básicos que por su grado de especialización han incidido en los niveles de ansiedad de los
niños hospitalizados y sus familiares.
Cerezo, Trenado y Pons (2006: págs. 546-548)
establecieron dos conductas antecedentes infantiles;
positiva y neutra, sensible y atenta en relación directa
con cuatro conductas consecuentes maternas; sensible atenta, sensible afectuosa, afectuosa intrusiva e
instrucción para observar las diferencias que fueron
significativas entre dos grupos; bajo en coordinación
y alto en acoplamiento. En casi todas las combinaciones se demostraron diferencias significativas, sólo en el
grupo de alto acoplamiento la respuesta intrusiva fue
espuria en relación a la conducta antecedente infantil.
González (2007: págs. 22-25) estableció cinco
áreas de la estimulación temprana; matemática, social,
la lecto–escritura a pesar de las limitaciones de los tutores–terapeutas en cuanto a conocimientos de actualización de programas y estrategias de intervención.
Molina y Banguero (2008: p�����������������������
ágs��������������������
. 43 y 44) consideraron seis áreas, dimensiones o factores de estimulación
temprana; visual, auditiva, táctil, olfativa, vestibular y
sensorial correspondientes a las capacidades especiales
de niños para diseñar un espacio de estimulación. El
diseño contempló la analogía de un espacio recreativo
en el que los materiales serían los principales estimuladores del desarrollo infantil. La propuesta también
incluye la interrelación entre los espacios tomando en
cuenta la creatividad de los niños quienes podrían interactuar con otros niños de capacidades especiales.
Moreno (2009: p. 4) demostró la asociación significativa de cuatro áreas de estimulación; motora, cognitiva, lecto–escritora y social. La primera dimensión
se refiere a la estimulación y sus efectos sistemáticos
kinestésicos en los que el niño adquiere habilidades y
sobre todo, competencias o respuestas efectivas ante
problemas determinados. El segundo factor se refiere
al desarrollo de procesos psicológicos básicos tales
como el lenguaje, la memoria y la percepción. En el
tercer constructo, la inteligencia o coeficiente de intelectualidad fueron evidencia de las capacidades de
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Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana
Cruz García Lirios
comprensión de textos. Finalmente, en la última área,
la estimulación es determinante de las habilidades
sociales, comunicativas, discursivas e interpretativas.
Jara y Roda (2010: págs. 145-155) establecieron
la asociación significativa entre cinco fases de estimulación temprana. En la primera fase diagnóstica, llevaron a cabo entrevistas a los padres en torno a las
capacidades de sus hijos. En la segunda fase planificaron una estructura curricular en la que la estimulación
temprana sería incluida para incidir en el desarrollo integral del niño. En la tercera fase implementaron las
etapa de los cero a los tres meses, la estimulación fue
más auditiva que visual en la que las gesticulaciones
son importantes pero lo son más las charlas, masajes,
canciones, juegos y arrullos. En la segunda etapa de los
tres a los seis meses, la estimulación mediante el cuidado, la compañía, la calma y la conversación fueron
esenciales para la adquisición del lenguaje mediante el
balbuceo. En la tercera etapa de los seis a los nueve
meses, la estimulación auditiva tiende a ser desplazada
por la estimulación kinestésica debido a que los ejercicios de torso y parietales desarrollaron sus destrezas
habilidades adaptativas cuyos objetivos fueron aprender a conocer, hacer, vivir y ser. En la cuarta fase, diseñaron estrategias de mediación en la que las estimulación temprana de la institución sería complementada
con estrategias de intervención familiares. En la quinta
fase, llevaron a cabo estrategias de socialización e identificación familiar.
Mariscal, Nieva y López (2010: p. 54) demostraron asociaciones directas y significativas entre los
autorreportes parentales y las observaciones de habla
de sus hijos. Establecieron dos tipos de habla: morfología irregular y morfología regular que correlacionaron positivamente con los intervalos de emisiones de
palabras y protocolos de desarrollo gramatical. Ambas morfologías se incrementaban en la medida en que aumentaban las
longitudes de habla. Es decir, el desarrollo
del lenguaje esta asociado con la estimulación de los padres hacia sus hijos.
Martínez, García, Poblano y Madlen
(2010: p. 305) establecieron ocho etapas
de la estimulación temprana para demostrar las diferencias significativas entre
las técnicas de estimulación correspondientes a cada una de ellas. En la primera
motrices. En la cuarta etapa de los nueve a los doce
meses, la estimulación sigue siendo auditiva y visual
pero en mayor medida es kinestésica ya que el balbuceo, el entrenamiento auditivo y visual así como los
juegos son esenciales para el desarrollo. En la quinta
etapa de los 12 a los 18 meses el lenguaje se empieza a
desarrollar con el refuerzo de conceptos en los que las
palabras y los números tienen un efecto significativo
en el aprendizaje de actividades cotidianas a través de
la imitación. En la sexta etapa de los 18 a los 24 meses,
la estimulación consistió en incentivar la narración con
palabras trifásicas. En la séptima etapa de los 24 a los
30 meses, la estimulación auditiva verbal es efectuada
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Cruz García Lirios
Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana
con la lectura de libros, juegos infantiles y ejercicios
nemotécnicos. Finalmente, en la octava etapa de los
30 a los 36 meses, la estimulación se llevó a cabo con
la ayuda de películas y teléfonos en los que se ejercitaron los mensajes o contenidos auditivos, visuales
y verbales.
Escalona y López (2011: p. 54) demostraron una
asociación significativa entre la estimulación temprana
y el desarrollo psicomotor durante cuatro trimestres
de intervención. Al principio, el 83 por ciento de las
madres tenían un conocimiento insuficiente del proce-
de estimulación temprana en el Hospital Infantil de la
Ciudad de Cuernavaca, Morelos, México.
Muestra. El 40 por ciento informó haber terminado la preparatoria, el 30 por ciento la secundaria, 13
por ciento tiene un título profesional, 10 por ciento ha
concluido la primaria y 6 por ciento no tiene estudios.
El 23 por ciento de las personas encuestadas declararon que su pareja no tiene estudios, con el mismo
porcentaje están aquellas personas cuya pareja sólo ha
terminado la primaria, el 20 por ciento tiene la preparatoria terminada y sólo el 7 por ciento alcanzó el nivel
so estimulativo. Al terminar la intervención sólo el cuatro por ciento tenían el mismo nivel de conocimiento.
En síntesis, los estudios psicológicos de la estimulación temprana han demostrado las relaciones
asociativas causales entre los principios valorativos sociales e institucionales sobre los juicios valorativos de
las familias a través de las actitudes, desfavorables o
favorables, de los padres en torno al desarrollo cognitivo, conductual y social de sus hijos. En tanto juicios
valorativos, las actitudes hacia los procesos de estimulación temprana son evidencia del impacto sociocultural ambiental sobre las emociones, cogniciones y
comportamientos familiares y parentales. Es decir, el
desarrollo de los niños depende de las situaciones y
los contextos que rodean a sus familias. Dicha influencia, es mediada por las actitudes, decisiones, intenciones y estrategias educativas instructivas de sus padres.
¿Cuál es la estructura de actitudes de los padres hacia
la estimulación temprana de sus hijos?
profesional. El 56 por ciento vive en matrimonio, el 36
por ciento en unión libre y el 6 por ciento en soltería. El
46 por ciento gana entre 3000 y 6000 pesos mensuales,
el 23 por ciento menos de 3000 pesos al mes, el 16 por
ciento más de 9000 y el 13 por ciento obtiene ingresos
entre 6000 y 9000 pesos al mes. El 56 por ciento tiene una hija, el 23 no tiene aún, el 10 por ciento tiene
dos y con el mismo porcentaje más de tres hijas. El 50
por ciento no ha utilizado un CENDI en la ciudad de
Cuernavaca y el 46 por ciento informó haber utilizado
un CENDI. El 73 por ciento afirmó que sus hijos no
tienen problemas de lenguaje y el 26 por ciento reconoció algún problema de lenguaje en sus hijos. El 73
por ciento ha observado que su bebe abraza y juega
con sus juguetes, el 20 por ciento observó que su bebe
“chupa” sus juguetes y el 6 por ciento señaló que su
bebe patea sus juguetes. El 40 por ciento advirtió que
su bebe juega con los objetos a su alrededor y el 33 por
ciento señala que su bebe es indiferente a los objetos.
El 83 por ciento de los encuestados afirmaron que su
bebe ha recibido alguna vez estimulación temprana y
el 16 por ciento reconoció que su bebe no ha recibido
estimulación temprana.
Variables. Actitud hacia la Estimulación temprana
se refiere a las disposiciones desfavorables y/o favorables hacia
MÉTODO
Para responder a la interrogante se llevó a cabo un
estudio transversal, cuasi experimental y correlacional
con una muestra de 100 padres que acudieron a cursos
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Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana
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el proceso sistemático de estimulación sociocognitiva de las instituciones, a tra vés de los padres, sobre el desarrollo sociocognitiva
de sus hijos.
Hipótesis. La estructura predictiva de la actitud hacia la estimulación temprana es determinada por variables sociodemográficas tales como el sexo, la edad y el
nivel de estudios.
Instrumento. Escala de Actitudes hacia la Estimulación Temprana; incluye siete ítems con cuatro opciones de respuesta que van desde “muy en desacuerdo”
hasta “muy de acuerdo” en un orden consecutivo de
respuestas se concentra en un extremo de la campana
de Gauss. La tabla 1 muestra valores de curtosis negativos dentro del umbral requerido que es de -3 a +3
los cuales se interpretan como muestra de distribución
normal.
Demostrada la normalidad de las respuestas
al instrumento, se procedió a establecer su confiabilidad la cual es establecida por el parámetro alfa de
Cronbach. Quero (2010: p. 248) define a la confiabilidad como la consistencia o estabilidad de una medida la cual
reduce la varianza de error e incrementa la varianza sistemática
reactivos positivos y negativos.
Procedimiento. Se seleccionó intencionalmente a
una muestra de derechohabientes del Hospital General de la Ciudad de Cuernavaca, Morelos, México. Se
distribuyeron los cuestionarios en la sala de espera del
área de trabajo social y pediatría. Durante 20 minutos los participantes contestaron el instrumento y una
vez entregado se revisó las respuestas o su ausencia de
ellas. En los casos en los que las respuestas eran sistemáticamente las mismas o en todo caso su ausencia,
se les pidió que escribieran las razones por las que respondieron al cuestionario o su ausencia de respuesta
en el reverso del cuestionario. Se capturaron las respuestas en los paquetes estadísticos Statistic Program
Social Science (SPSS) y Linear Structural Relations
(LISREL) en sus versiones para estudiantes.
en torno a la distribución de las respuestas a un instrumento de
medición. La tabla 1 muestra una confiabilidad superior
al valor requerido que es de .60 el cual es evidencia de
consistencia adecuada.
Posterior a la confiabilidad, la validez de constructo es la siguiente etapa en el establecimiento del
modelo estructural. Pérez, Chacón y Moreno (2000:
págs. 442 y 443) definen la validez de constructo como
una integración de la validez de contenido y la validez de criterio
como evidencias de contrastación de hipótesis teóricas en torno a
las relaciones entre los ítems y los factores comunes. La validez
de constructo se estima con la técnica de análisis factorial. La técnica de análisis incluye dos fases: exploratoria o inductiva y confirmatoria o deductiva. En la
primera se espera la correlación entre una diversidad
de ítems con una heterogeneidad de factores. En la segunda se espera la demostración de un constructo, factor o dimensión inferido de las correlaciones con los
ítems que pueden ser al menos cuatro y máximo siete.
En este sentido, se procedió a estimar la validez de la
actitud hacia la estimulación temprana con un análisis
factorial confirmatorio de componentes principales y
rotación varimax. Posteriormente, se calculó la adecuación con el parámetro Kayser–Meyer–Olkin (KMO) y
la esfericidad con el estadístico chi cuadrada de Bart-
RESULTADOS
El proceso de establecimiento de los modelos estructura inicia con la distribución normal la cual se evidencia con el parámetro de curtosis. Núñez y López
(2004: p. 318) define al estadístico de curtosis como
una evidencia de distribución normal ya que la masa de
60
Cruz García Lirios
let. La tabla 1
muestra valores superiores
a los mínimos
requeridos que
es una correlación superior a
.300 entre los
ítems y el factor común. Los
valores o pesos
Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana
Código
Reactivo
Media
Desviación
Curtosis
Actitud
A1
Mi hijo (a) requiere de estimulación temprana para triunfar en la
vida
2.19
.825
-.230
.746
A2
La estimulación temprana es para niños con capacidades diferentes
2.27
.827
-.565
.875
A3
Mi hijo (a) requiere de estimulación audiovisual para un excelente
coeficiente intelectual
2.24
1.036
-1.040
.050
A4
La estimulación audiovisual es un negocio de las escuelas y hospitales
2.92
1.161
-1.153
.829
A5
Mi hijo (a) requiere de ejercicios de estimulación para ser feliz
3.05
.903
-.718
.165
A6
Los ejercicios de estimulación son fraudes y chantajes de las escuelas y hospitales
1.48
.745
4.127
-.360
A7
Los niños que requieren de estimulación temprana tienen capacidades diferentes
2.47
.969
-.967
.049
factoriales son
Varianza explicada
considerados
Alfa = .732; KMO = .454; X2 = 347.350; 21 grados de libertad; significomo evidencia
cancia = .000
de la validez de
la actitud hacia
la estimulación temprana.
Tabla 1. La distribución normal de las respuestas
al instrumento
Una vez establecida la validez de constructo, la
matriz de covarianzas es la siguiente etapa en la demostración
del modelo estructural. Oliver, Rosel y Murray (2000: p. 403)
advierten que la matriz de covarianzas conlleva la máxima
verosimilitud de un modelo estructural implicando su ajuste
en referencia a las relaciones causales hipotéticas. Es decir,
la matriz de covarianzas es evidencia de relaciones
causales directas y significativas entre los ítems que
correlación con un factor común. En el caso de la
tabla 2 muestra co- varianzas entre las
Sexo
34.561
Escolaridad
Edad
A1
A4
Sexo
.091
Escolaridad
.000
.020
Edad
.006
.010
.251
Mi hijo (a) requiere de estimulación temprana para triunfar en la vida
-.019
-.010
-.003
.681
La estimulación audiovisual es un negocio de las escuelas y hospitales
.059
-.010
.054
.359
1.347
La estimulación temprana es para niños con capacidades diferentes
-.027
.000
.014
.494
.507
A2
.684
61
Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana
Cruz García Lirios
variables sociodemográficas y los ítems de la actitud
hacia la estimulación temprana. Es posible observar
valores negativos y positivos cercanos al cero los
cuales son evidencia de relaciones causales espurias
no colineales.
Tabla 2. La matriz de covarianzas de los factores de la estimulación temprana
Sin embargo, las relaciones causales entre las
variables incluidas en los modelos estructurales
son estimadas por parámetros de regresión. Silva y
Schiattino (2008: p. 108) define a los modelos estruc-
las variables sociodemográficas son determinantes
directos del factor actitudinal.
turales como estructuras que integran ecuaciones lineales,
análisis factoriales y análisis de trayectorias para explicar las
relaciones hipotéticas; causales, parsimoniosas y robustas entre
las variables exógenas y las variables endógenas incluidas en
dicha estructura. En este sentido, se estimó un modelo estructural en que se observa a la variable sexo
como la determinante principal de la actitud hacia la
estimulación temprana. Dicho hallazgo se interpreta
como evidencia de contraste de hipótesis en la que
los basados en las puntuaciones totales de los sujetos
y los basados en las probabilidades posteriores. En
este sentido, el Índice de Bondad de Ajuste (GFI por
sus siglas en ingles) con valor cercano a la unidad es
considerado como evidencia de robustez, parsimonia y verosimilitud de las relaciones causales y correlacionales entre las variables incluidas en el modelo
estructural. La tabla 3 muestra un valor cercano a la
62
Modelo 1. Estructura predictiva socioactitudinal
Finalmente, los modelos estructurales son considerados verosímiles, parsimoniosos y robustos a
partir de su ajuste en referencia a las relaciones hipotéticas establecidas en el estado del arte. Sueiro y
Abad (2009: p. 640) advierten dos tipos de índices:
Cruz García Lirios
Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana
unidad para el índice de Bondad de Ajuste y un valor
cercano al cero para el índice Residual (RMR por sus
siglas en ingles).
Tabla 3. Índices de ajuste de la estructura predictiva socioactitudinal
Modelo
RMR
GFI
Estructura predictiva socioactitudinal
.021
.968
Ambos valores son considerados evidencia de
ajuste entre el modelo estructural y las relaciones
hipotéticas causales. Es decir, para la muestra estudiada, la actitud hacia la estimulación temprana esta
determinada por variables sociodemográficas en las
que la variable sexo es su principal predictor. Las
implicaciones teóricas de los hallazgos se discuten a
continuación.
CONCLUSIÓN
del Desarrollo Moral propuesto por Lawrence Kohlberg quien a su vez basó sus hipótesis en la Teoría
de los Estadios del Desarrollo planteado por Jean
Piaget. En dicho modelo, la variable sexo fue el determinante principal del constructo o factor actitudinal.
A la luz de las teorías y los estudios psicológicos en torno a la estimulación temprana, el modelo
estructural actitudinal estimulativo es relevante. Si el
desarrollo infantil depende de la interacción individuo–entorno mediada por la relación padres–hijos,
entonces las actitudes en tanto evaluaciones disposicionales son evidencia de dicha interacción. Es decir,
los individuos interactúan con situaciones, contextos, normas, valores y creencias que son filtradas por
las actitudes de los grupos a los que pertenecen. En
este sentido, la familia es un regulador esencial del
desarrollo evolutivo infantil al seleccionar los estí-
El
presente
estudio ha demostrado
la
parsimonia y
robustez
de
un modelo estructural de la
actitud hacia
la estimulación
temprana inferida por las relaciones causales esgrimidas
en el estado del
arte y la Teoría
63
Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana
Cruz García Lirios
mulos que facilitaran el desarrollo de habilidades,
capacidades y competencias sociales, educativas, familiares e individuales de los niños.
Sin embargo, la presente investigación sólo
puede demostrar que las actitudes son mediadoras
del impacto de factores sociodemográficos sobre el
desarrollo evolutivo infantil. Por ello se recomienda extender el presente estudio incluyendo variables
normativas, valorativas y conductuales para establecer un modelo más integral en el que se demuestre el
efecto indirecto y directo entre las situaciones y los
parece determinar el rechazo o la aceptación de la
estimulación temprana. Si los padres se rehúsan al
proceso estimulativo debido a sus actitudes negativas, es posible que durante los tres primeros años de
la infancia eviten las fases estimulativas acordes a los
meses de desarrollo en función de las situaciones y
los contextos que les rodean. En tal sentido, la percepción de riesgo y la percepción de utilidad parecen
ser variables de suma importancia para establecer la
mediación actitudinal entre la ecología del desarrollo
y el crecimiento personal.
contextos sobre el desarrollo infantil.
No obstante, el presente estudio ha contribuido
con el establecimiento de relaciones causales entre el
tipo de sexo y las actitudes de padres hacia el proceso estimulativo de sus hijos. Esto es, el tipo de sexo
Finalmente, es evidente la escasez de estudios
en los que se demuestren las relaciones causales entre las variables expuestas. Por ello, los estudios psicológicos de la estimulación temprana tienen ante sí
un gran desafío: sustentar con evidencia empírica los
64
Cruz García Lirios
Estructura de los determinantes sociodemográficos de la actitud hacia la estimulación temprana
presupuestos de la teoría de la Ecología del Desarrollo Humano de Urie Brofenbrenner, la Teoría de los
Estadios del Desarrollo de jean Piaget y la Teoría del
Desarrollo Moral de Lawrence Kohlberg.
Una vez demostrados estos presupuestos se
encontraran con el gran problema que implica relacionar las situaciones y contextos ambientales de
desarrollo, las estrategias, técnicas y practicas estimulativas con sus fundamentos teóricos.
REFERENCIAS
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Cruz García Lirios
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