Recomendaciones para la prevención del riesgo de agresión en el

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INTRODUCCIÓN
TRATO GENERAL AL USUARIO O PACIENTE
El trato con pacientes y personas dependientes no
siempre es fácil, pudiendo ocasionar situaciones
potencialmente violentas o estresantes.
Emplea un tono suave, relajado y seguro. Evita
los tonos de voz que puedan tomarse por
intimidatorios o provocativos.
Con el fin de que puedas afrontarlas lo mejor
posible, te indicamos algunos consejos para evitar
que sucedan y, en su caso, saber cómo reaccionar si
se ocasionan.
Muestra una actitud que evidencie la escucha.
Huye de la confrontación de ideas o razones.
CONSEJOS PARA EVITAR AGRESIONES
Lo más importante para abordar un episodio
violento es tratar anticiparnos a él, para intentar
evitarlo y estar preparados antes de que se inicie.
Para ello, es fundamental que identifiques y valores
los posibles indicadores de una posible reacción
violenta:
Lenguaje corporal (puños apretados, expresión
facial tensa, postura rígida, tirantez indicativa
de un esfuerzo por controlarse).
Excitación, irritabilidad, agitación.
Verbalizaciones hostiles, amenazadoras.
Discusiones con otros residentes.
Destrucción de objetos del entorno.
Conductas autodestructivas, actos de agresión
suicida activa.
Inhabilidad para exteriorizar los sentimientos.
Repetición
de
verbalizaciones
demandas, solicitudes continuas)
(quejas,
Autoestima vulnerable, depresión.
Considera que conocer al residente (y sus
particularidades), ayuda a elegir la respuesta ante
esa situación.
Ten cuidado con adoptar miradas que puedan
considerarse como desafiantes. No se debe
rehuir el contacto visual, pero esto no debe ir
más allá de lo que sería normal en una
conversación cotidiana.
No golpees, ni fuerces las articulaciones del
paciente.
Procura alejarle la cabeza de esquinas o ángulos
para evitar golpes.
Evita poner al alcance del residente objetos que
puedan ser arrojados o utilizados para agredir.
En caso de ser necesaria la reducción del
residente, se recomienda que haya al menos
cuatro personas, uno por cada extremidad, y es
recomendable que haya una quinta para la
cabeza. Recuerda que siempre será el último
recurso.
EN CASO DE IDENTIFICAR DIFICULTADES
Si es posible, intenta llevar a la persona a un
despacho que dé cierta intimidad, pero siempre
dejando la puerta abierta o medio abierta.
Considera los posibles obstáculos que te
impidan salir fácilmente del despacho. Mantén
una distancia de seguridad suficiente, como por
ejemplo situando una mesa entre ambos.
EL ESTRÉS
El estrés representa el conjunto de reacciones
físicas, psíquicas y del comportamiento, que pueden
aparecer cuando se percibe una situación como una
amenaza.
Procura que nadie esté a un nivel visual más
alto que el otro, lo mejor es permanecer
sentados.
Adopta una actitud de empatía, mostrándole
respeto, hablando despacio, con tono de voz
firme pero no autoritario, sin provocaciones ni
juicios de conducta.
Practica la escucha activa, cuidando el lenguaje
no verbal de nuestro cuerpo. Busca soluciones
negociadas con el residente, teniendo en
cuenta los límites que nunca pueden ser
traspasados.
Intenta hacer que se reconozca el carácter
transitorio de la situación de conflicto.
SI SE PRODUCEN INCIDENTES
Actúa con profesionalidad, sin implicaciones
personales.
El ser humano soporta el estrés durante un tiempo,
pero si la situación se dilata, aparecen la fatiga y
otros síntomas.
NO ANTICIPAR EL ESTRÉS
No sirve de nada pensar que el hecho de trabajar
con personas con capacidades físicas o psíquicas
disminuidas puede ser arriesgado.
Si mantienes estos pensamientos, de forma
inconsciente estarás provocando los mismos
síntomas que suceden en las situaciones
estresantes.
ESTRÉS DE LA SITUACIÓN
Una situación de enfrentamiento o agresión es una
situación estresante y por ello, reaccionamos con
los síntomas típicos del estrés por la activación de
los mecanismos de lucha o huida, que hacen que
sintamos taquicardias, sudoración o respiración
entrecortada entre otros.
ESTRÉS POST-SITUACIONAL
Considera que se trata de respuestas normales,
y que una vez pasada la situación, puede ser que
al recordarla vivamos las sensaciones que
sentimos en aquel momento.

Identificar el pensamiento distorsionado:
“Cuando vaya a atenderle va a reaccionar
de forma violenta”.
Recomendaciones para la prevención del
riesgo de

Eliminar
dicho
pensamiento,
sustituyéndolo por otro alternativo:
“Seguro que podré tranquilizarle. Sé cómo
evitarlo”.
AGRESIÓN EN EL
S E C T O R S A N I TA R I O
TÉCNICAS DE RELAJACIÓN
Es imposible sentir dos emociones contrapuestas
como son la ansiedad y la relajación. Entrenarse en
técnicas de relajación evita la sensación de ansiedad
y de esta forma, se pueden afrontar mejor las
situaciones estresantes.
A continuación, a modo de ejemplo, presentamos la
técnica de la respiración controlada.
Se trata de inspirar lentamente por la nariz y llevar
el aire hacia la parte inferior de los pulmones,
(coloca una mano sobre el vientre y fija tu atención
en cómo se mueve).
Mantén el aire durante unos segundos y déjalo salir
lentamente. La repetición de este ejercicio y su
entrenamiento pueden ayudarte a relajarte cuando
estés bajo los efectos del estrés.
Algunas veces, las situaciones estresantes
ocasionan pensamientos negativos de forma
involuntaria y por lo general, de carácter
injustificado al distorsionar la realidad.
Es importante que sepas identificar estos casos y
adoptes medidas para su control, como por
ejemplo:
 FREMAP
Ctra. de Pozuelo nº 61
28222 Majadahonda (Madrid)
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