PONERSE DE PIE - Autores Catolicos

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PONERSE DE PIE...
Hay algo tan sencillo y tan necesario en muchos momentos de la vida, como lo es
PONERSE DE PIE… Muchos lo hacen por rutina, para desacomodarse… Otros porque
deben hacerlo, a la hora de esperar… Hay quienes se ponen de pie por respeto,
para la escucha, la oración y la honra… Para muchos, ponerse pie es un anhelo, un
milagro… y en todos esos momentos en los que nos ponemos de pie, necesitamos y
requerimos hacer mucho esfuerzo, consciente o inconscientemente, pero justo por
ese esfuerzo que impulsa, desgasta, contrae, es tan sublime y milagroso, ponerse
en pie… Hay quienes reniegan al hacerlo, más si implica desacomodarse… otros se
quejan del tiempo en que les toca estar de pie, pero hay quienes lo anhelan tanto
que celebran el lograrlo…
Es un desafío y a la vez testimonio de fortaleza, ponerse de pie cuando se ha caído,
aunque se toque fondo, aunque se pierda todo, aunque se falle de muchas
maneras, ponerse de pie, es no darse por rendido y prepararse para dar un paso
más hacia adelante, sin retroceder ni siquiera para tomar impulso…
Ponerse de pie es reconocer que se ha fallado, que hay cosas que no se han hecho
bien, otras que salen de modo equivocado, pero aunque tropecemos o caigamos
con ellas, hay que levantarnos… Ya estando de pie, podemos prepararnos para dar
nuestros primeros PASOS, CORTOS PERO FIRMES…
Hace un mes solo movía mis dedos de los pies… hoy llevo 4 días en que me he
puesto de pie… no camino, pero me pongo de pie por unos minutos… contraigo mis
muslos y cola para sostenerme… experimento el esfuerzo inmenso que eso implica
para no caerme… A mi lado siempre alguien pendiente de que no caiga ( mi
terapista)… Animo a mis piernas a que se despeguen un poco del piso y me
sostengan… Hasta les canto a ver si puedo bailar macarena o la Danza Kuduro pero
aún no tienen suficiente fuerza para lograr los pasos … No saben el gozo que siento
con solo ponerme de pie, cuando un mes atrás no podía ni acomodarme en la cama
y así como me ponían quedaba… Si todos nos diéramos cuenta de la magia y los
milagros que encierra nuestro cuerpo, nos amáramos más, no existiría baja
autoestima, no nos importaría el color, ni el tamaño, ni la forma, ni si somos gordos
o flacos, simplemente lo cuidaríamos como el mejor regalo y nos sentiríamos
agradecidos por las facultades que Dios nos ha dado… GRACIAS AMIGAZO…
KARY ROJAS
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