El Clan del oso de las Cavernas. Jean M. Auel.

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Iza estaba aturdida. Con el niño aún entre sus brazos asintió con la cabeza. Si el mogur así lo afirmaba, así debería ser. La mujer sabía que el tótem de Ayla era poderoso, pero ¿un León de
las Cavernas? El pensamiento la asustó. ¿Una hembra con el más terrible de los gatos como un tótem? Iza
ya estaba segura que la chica nunca se emparejaría.
Iza reafirmó su decisión de enseñar a Ayla los remedios
mágicos, a fin de que tuviese un estatus propio. Creb le había
dado un nombre, la había reconocido y había revelado su
tótem mientras ella la aguantaba. Si esto no la hacía su hija,
¿qué si no? El nacimiento materno no era suficiente garantía
de aceptación.
Iza de repente recordó que, si todo iba bien, se
encontraría en poco tiempo delante del brujo con un
pequeño otra vez en sus brazos. Ella, que había
estado tanto tiempo sin hijos, tendría dos muy pronto.
El clan estaba alterado y sorprendido, gesticulando y refunfuñando. Tímidamente Iza regresó a su
puesto, en medio de las miradas atónitas de los hombres y mujeres. Intentaban de no mirarlas, ni a ella ni
a la chica –era incorrecto-, pero había alguien que hacía algo más que mirar.
El Clan del oso8 de las Cavernas.
Jean M. Auel.
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