Consecuencias personales

Anuncio
Consecuencias personales
El cansancio emocional está comúnmente acompañado de cansancio
físico con pocas intenciones de enfrentarse a “un nuevo día”. Este cansancio
proviene de la tensión, siendo la persona incapaz de desconectar y dormir bien
durante la noche, lo cual suele constituir un serio problema (Freudenberg,
1980). Cansancio que puede aumentar la susceptibilidad a la enfermedad,
produciendo diversos trastornos gastrointestinales, así como problemas de
espalda y tensiones de cuello, junto con dolores de cabeza, náuseas,
frecuentes enfermedades virales (Pines y col., 1981), problemas respiratorios
(Golembiewski y col., 1986; Maslach y Jackson, 1981).
Como consecuencia de todos estos problemas, las personas que sufren
estrés y burnout suelen recurrir al abuso del alcohol y de las drogas, o de
tranquilizantes o de estimulantes como el café, y consumo de fármacos
(Jackson y Maslach, 1980). La alcoholemia está empezando a constituirse en
un serio problema, por no señalar el consumo de fármacos a los cuales suelen
tener un fácil acceso un cierto grupo de profesiones asistenciales (Maslach,
1982). La salud mental también se encuentra afectada, se producen ciertos
mecanismos cognitivo-actitudinales como una reducción de la autorrealización
y pérdida de la autoestima, comienzan a sentirse mal con ellos mismos, con la
gente que están obligados a trabajar y con su propio trabajo.
Son personas que tienen tendencia a auto culparse, aislándose de todos
en sus tareas cotidianas, a tener actitudes negativas hacia sí mismo, el trabajo
y la vida en general, incluyendo sentimientos de inferioridad, ineficacia e
incompetencia, que va acompañado de una pérdida de los ideales y de
confianza en la gente con la que trabaja, e incluso, tienden a culpar a sus
clientes de los problemas que tienen. Consiguientemente, tienden a perder el
control de sus resultados profesionales (Kevin y Vaughn, 1983; Pines y col.,
1981). También son personas fácilmente irritables, lo que suele llevar
aparejado respuestas agresivas como gritar excesivamente. Estas respuestas
incrementan los sentimientos negativos hacia los demás y una actitud de
sospecha continua y paranoia creciente, referida a que los demás pretenden
hacerles deliberadamente la vida imposible.
Todos estos graves síntomas sumergen al trabajador en sentimientos de
depresión que, en casos extremos, puede llegar a la enfermedad mental y
pensamientos de suicidio (Pines y col., 1981).
Cabe resaltar en este variopinto abanico de consecuencias, dos
sentimientos asociados al síndrome. Uno de ellos se da como una de las
primeras reacciones al burnout: el aislamiento. Esta conducta se manifiesta
fundamentalmente en el trabajo por permanecer poco tiempo en el mismo,
coger largos descansos, etc. Dicho aislamiento puede ser físico o psicológico,
(el profesional está presente pero mentalmente ausente).
Además, esta
conducta no se manifiesta únicamente en el trabajo, sino también en las
reacciones con sus familiares y amigos.
El segundo sentimiento que, en ocasiones, se puede reflejar como
asociado al burnout es la omnipotencia, con la sensación aparejada de que ha
superado todo y nada le puede asustar. Esta sensación representa una forma
de evitar los problemas como mecanismo de defensa para convencerse a sí
mismo y a los demás de ser invulnerables.
Los
estudios
realizados
en
el
profesorado
sugieren
que
estos
profesionales soportan problemas similares a los encontrados en otras
profesiones asistenciales, como por ejemplo, el cansancio, insomnio, migrañas,
fatiga, disturbios gastrointestinales, reducción de la esperanza de vida, vértigo,
mareos, pérdida del equilibrio, incremento de la presión arterial, sudores fríos,
visión borrosa y tiritera, junto con otro tipo de consecuencias asociadas al
Estrés y Burnout como abuso de drogas y alcohol, colitis, problemas de riñón,
desórdenes coronarios, enfermedad mental e infecciones respiratorias.
En la investigación de Belcastro (1982) realizada con 181 profesores, se
sugiere una relación entre burnout y el comienzo de ciertos desórdenes
específicos, entre los que destacan dos grupos de enfermedades: los
trastornos cardiovasculares y los de vesícula biliar. Tales problemas ocurren de
una forma significativa asociados a Burnout en los maestros, sin que se dieran
antes de comenzar las tareas docentes. Sin embargo, y pese a que la
autoevaluación del burnout del profesor correlaciona con índices de
enfermedad mental, así como una mayor incidencia de estos problemas a lo
largo del año escolar (French, 1991), no existe evidencia de una mayor relación
burnout y salud o enfermedad, tanto mental como física, en el profesorado, al
compararlo con otras profesiones (Kyriacou, 1980). Este hecho podría ser
explicado por los grandes períodos de vacaciones, los cuales pueden mitigar el
desarrollo de la enfermedad.
Todo parece mostrar al estrés y burnout como un riesgo en la salud de los
profesores. Quizás tal síndrome, en estos profesionales, no tenga una
especificidad a nivel somático muy alta, pero sí experimentan estos problemas
con mayor frecuencia e intensidad. (Belcastro, 1982).
Descargar