Ficha de actividades de “Batllismo” La visión del obrero para el reformismo “Había habido un tiempo en que los obreros ganaban lo que producían y el empresario retiraba también de aquella empresa el valor de sus afanes, de su trabajo de dirección, de coordinación, de previsión, etc., sin olvidar el seguro de los riesgos corridos por el capital (…)Todo iba hasta aquí en justicia…”pero aconteció que “(…)otros obreros sin trabajo, acosados por la miseria y por hambre, vinieron un día a ofrecerse: no pedían que se les diese lo indispensable para vivir (…). Los obreros a quienes se pagaba su trabajo fueron despedidos o fueron recibidos en la empresa aquellos a quienes no era necesario pagar más que lo indispensable para que al terminar cada jornada pudiesen restaurar sus fuerzas y volver, al día siguiente, a su tarea. Desde ese momento, el empresario percibió como ganancia lo que importaba su trabajo de tal y lo que importaba la parte de trabajo que sus obreros, obligados por el hambre, se habían comprometido a no cobrar. Desde ese momento el empresario se apropió una parte del trabajo de sus obreros, ni más ni menos que como se apodera el amo del trabajo de sus esclavos” Extractos de artículos del diario “El Día” de 1/1896 y 6/1905. Citado por Barrán y Nahum: “Batlle, los estancieros y el Imperio Británico” tomo 2. E.B.O. 1981:140 Actividades: a) Según la lectura de los artículos, ¿en qué aspectos el reformismo se acerca y en cuáles se aleja del pensamiento socialista? b) Confecciona una lista con las leyes sociales y sus años de aprobación respectivamente para el período batllista. (Material de la página). Opiniones sobre el “batllismo” “Batlle se vio a si mismo como un hombre de progreso, los obreros lo consideraban “un amigo”, el patronato industrial y británico lo creyó “un socialista”, los socialistas “un burgués de buena voluntad”, los blancos “un autócrata demagogo”, y el historiador lo juzga “un reformador”. Cada una de esas miradas es falsa y verdadera al mismo tiempo, por parcial, y son todas juntas las que dan idea cabal del personaje, el movimiento que protagonizó y su época”. Barrán J. y Nahum B., (1979): Batlle, los estancieros y el Imperio Británico, E.B.O. Que la mujer no estudie. Es sabido que los avances femeninos en la conquista de sus libertades, no se lograron jamás sino a costa de arduas batallas contra la incomprensión, el prejuicio o la ignorancia. Un derecho que hoy nos parece tan elemental como el de recibir educación más allá del nivel primario, dio lugar en Montevideo a interminables polémicas, y encontró la más cerrada oposición por parte de legisladores y hombres públicos de fuste, con algunas "ilustres" opiniones que quedaron para la historia. Así los doctores Carlos María de Pena, José Arechavaleta y Manuel Muñoz, afirmaron tajantemente que la enseñanza engendraba en la mujer "la vanidad, el descoco, la desvergüenza y el impudor". Otras opiniones no menos ilustres, vertidas en la prensa o el Parlamento, pretendían que, estudiando, "esas niñas descuidaban ocupaciones que son propias de su sexo." O bien "La mujer, ¿ no tiene suficiente con la educación que recibe ahora?" (la primaria, claro está). O si no: "Aunque sea muy útil tener ciudadanas ilustradas, lo que necesitamos son ciudadanos". Sin embargo, quien llegó más lejos en este torneo fue don Luis Melián Lafinur, antifeminista recalcitrante, quien clamaba a voz en cuello en la Cámara, que la inferioridad de la mujer no necesitaba ser demostrada científicamente, porque era más que palmaria... Contesta: 1) ¿Qué opinión te merecen estos argumentos sobre el acceso a la educación secundaria y universitaria de las mujeres? 2) ¿Cuáles fueron las obras en materia educativa del batllismo? 3) ¿Qué cambios en las costumbres y en la urbanización se relacionan con este período? “Su carácter intermedio, que rechaza los extremos, tiende a ocultar las contradicciones sociales y políticas fundamentales de la sociedad uruguaya”. Claps M y Lamas M.D. (1979): Algunos aspectos de la estructura batllista; Montevideo. “Un inverosímil optimismo, una sistemática ceguera a la dureza acechante de la historia, al rigor de la competencia entre sociedades y naciones, fue trasfundido a grandes oleadas a toda una colectividad a la que se acostumbró al constante reclamo””. Real de Azúa C. (1964): El impulso y su freno; Montevideo i) ¿Por qué sostienen Barrán yNahum que “cada una de esas miradas es falsa y verdadera al mismo tiempo”? ii) ¿Somos los uruguayos “una colectividad a la que se acostumbró al constante reclamo”? Fundamenta tu respuesta. El Día le dio renombre Y si el pueblo le confía La más alta jerarquía Podrá decirse de este hombre Que aprovecha bien el día Describe esta caricatura de José Batlle y Ordóñez e interpreta su mensaje.