T O X O P L A S M O S I S La Toxoplasmosis es producida por un protozoario: Toxoplasma gondii. Es un parásito intracelular obligatorio. En el ser humano la infección puede adquirirse por ingestión, transmisión trasplacentaria, transfusión sanguínea y transplantes de órganos. Al parecer la toxoplamosis solo existe donde hay gatos, en sitios en donde el gato constituye una mascota común el índice de infección suele ser muy elevado. La mayoría de las infecciones por T. gondii son asintomáticas, su curso es muy variable y depende de la relación huésped-parásito; la susceptibilidad y la respuesta inmunológica del primero y la virulencia del segundo. LA TOXOPLASMOSIS ADQUIRIDA en adultos y niños que han pasado la etapa neonatal presenta un cuadro leve con calosfríos, fiebre, cefalea, mialgias, linfadenitis y estenia a veces eritema cutáneo fugaz. La fase inicial que corrresponde a la parasitemia puede continuar con diferentes manifestaciones clínicas, según el órgano afectado y el daño producido: forma ganglionar, forma ocular, forma meningoencefálica. LA TOXOPLASMOSIS CONGENITA. Las madres que adquirieron una toxoplasmosis crónica o latente antes del embarazo, no transmiten la infección al producto y no suelen presentar abortos recurrentes; pero presentan títulos altos de anticuerpos IgG. El promedio de infección fetal es más alto cuando la infección primaria ocurre en el 3er trimestre, pero la severidad de la infección fetal es mayor cuando la infección materna se presenta en el 1er trimestre y se asocia con aborto, prematurez y desarrollo retardado. De los casos clínicamente evidentes, la mitad presenta manifestaciones leves pero la otra sufre una enfermedad grave que incluye la triada clásica: calcificaciones intracerebrales; hidrocefalia; además hepatoesplenomegalia; fiebre y en ocasiones muerte fetal. EL DIAGNOSTICO: Las pruebas serológicas más utilizadas son: la inmunoenzimática (ELISA); la inmunofluorescencia indirecta; la hemaglutinación indirecta y la fijación del complemento. La respuesta inmunológica a la infección primaria es detectada por la aparición de inmunoglobulinas de la clase IgM; lo que ocurre en la primera semana, alcanza su máxima elevación de 2 a 4 semanas y declina posteriormente hasta desaparecer. Las inmunoglobulinas de la clase IgG se evidencian dos semanas después de iniciada la infección, alcanzan su nivel máximo de 2 a 6 meses después y permanecen detectables durante toda la vida. Un incremento del título de anticuerpos con una o dos semanas de diferencia tienen un gran valor diagnóstico. En la mujer embarazada el hallazgo de anticuerpos IgG puede representar una infección pasada; pero si el título es elevado, debe investigarse la presencia de anticuerpos IgM; si éstos están presentes hay que evaluar los datos clínicos y dar seguimiento a una posible elevación, ya que puede tratarse de una infección activa que puede afectar al feto. En el recién nacido se suele encontrar anticuerpos IgG provenientes de la madre al traspasar la barrera placentaria; y será necesario investigar la presencia de anticuerpos específicos IgM que corresponden a una respuesta del producto y en forma seriada para demostrar un aumento importante en el título, que tendrá un gran valor diagnóstico. REFERENCIA BIBLIOGRAFICA: 1. Murray PR, Drew WL, Kobayashi GS, Thompson J:H: Microbiología Médica, osby/Doyma Ed. Madrid España 1992. 2. Iglesias JG, “ Infecciones Congénitas y Neonatales por virus Herpes “ Infectología 1986-624-28. 3. Peter J:B: “ Used and Interpretation of Test in Medical Microbiology “. Specialty Lab. Inc. 3ª. Ed. 1992. 4. “ Infecciones Respiratorias Agudas y Crónicas “ INDRE. García M.L. y col. Ed. 1994. 5. Tay ZJ: Lara AR: Velazco C. Gutierrez Qm. “ Parasitología Médica “ Méndez O:F: De. 1990.