1~ ~ Capítulo IV Daniel Cóceres - Felicitas Silvetti Gustavo Soto - Walter Robledo Horacio Crespo 1 1 1 1 La adopción tecnológica en sistemas agropecuarios de pequeños productores" 1 '1, 11 11I 1 1' W' Se presenta un análisis de las particularidades que asumen los procesos de cambio tecnológico en unidades de pequeños productores agropecuarios durante la implementación de proyectos de Desarrollo Rural. Con la finalidad de colocar al problema de la adopción tecnológica en el contexto de procesos socioeconómicos más globales, se incluyen aquí algunas de las reflexiones formuladas por Cáceres (1993, 1995). Este autor critica la postura de autores como Lemer (1964), Foster (1967) y Hagen (1970), que consideran a los pequeños productores como conservadores y con escasa predisposición al camhio. Desde esa perspectiva, se entiende a la conducta campesina como la resultante de factores psicológicos individuales que determinan un estado mental p.uticular caracterizado por escasas "expectativas de progreso, propensión al /'n-cimiento y predisposición para adaptarse al cambio". Esta postura teórica ha sido criticada en numerosos trabajos que señalan que constituye una excesiva simplificación de la realidad y que omite los procesos históricos que generaron a los sectores campesinos y no campesinos de la SI }~'icdadrural (Frank 1967, Cardoso y Faletto 1979). El cambio tecnológico es r 1 '1 1 1111 11, , ' ~! 11 11 "1 :{ 1 111 ; il ~I IIII~1' 1 11 , 11, 11 ~' 11,' ~~ I1111 1' 1 ~~ ~i W! ~, 111, ~ M, , 1';',1,· ":11'111110I'IIt' v 11 ('It'~'I")' 1'''., 1\.':1".\'111, 1()(I'!. puhiicadu originalrncnte como "Cáceres, D.; Soto, 0.; Silvetri, F.; Robledo, W. 1,;( /\dolll'iún Tecnológica cn Sistemas Agropccuarios de Pequeños Producto- ,l,II',)) 1.''\ IYi", ~. 1 1' l'1 J I()I _.~ ~ _________________________________ -!:L.::.A~:I\I)I)III ,11"'1'1 11 t lit 11' ti ,11 1\ Y .. , VIVIMOS DE LAS CABRAS un componente normal de la conducta campesina, y constituye la base del dise- ño de sus estrategi as de producción. Si esta capacidad de cambio no existiera, difícilmente podrían ajustar su actividad productiva a las permanentes variacio39 Sin embargo, ésto no signi- fica que la persistencia campesina se deba exclusivamente a la capacidad que tienen los pequeños productores para incorporar nuevas respuestas tecnológicas a sus problemáticas productivas, La reproducción campesina no sólo depende del desarrollo de conductas tecnológico-productivas apropiadas, sino también de la elaboración de una compleja red de estrategias de reproducción que trascienden la esfera meramente productiva, nes ecológicas, sociales texto y, en consecuencia, y económicas de su conlos sistemas campesinos no hubieran persistido por tanto tiempo". En vez de considerar a los campesinos como actores sociales sujetos a la tradición cambio tecnológico, y refractarios a todo tipo de esta perspectiva conceptual (Ferguson, rial genético: nante (Dillon y Scandizzo a la capitalista domi- J 978; Schejtman 1980; Binswangery Silles 1983; Chambers 1991). Por lo tanto, los pequeños productores supeditan el cambio tecnológico a criterios distintos los productores capitalistas. a los seguidos por social, constatables en la sociedad: • el hecho de que la tecnología señalan que el aislamiento constituye la base ptincipal iza a la tecnología en su sentido (hardware} sino tam- y fundamentos (software) que per·, (Dorfman 1993; Custer 1995). Al humanas. relacionadas. sobre la que se l, l' asienta el desarrollo económico; a producir \:' el "progreso" 11 social; ~,' en el bienestar de ,1' 11,' la sociedad. ,1,' A diferencia temática, de lo que OCUlTe con otros trabajos los térrni nos: innovación msiderados y cnglobador ('1 tecnológica que estudian y adopción ,1,' la misma tecnológica, ,\1 no son 111' 1 sinónimos. El concepto de innovación tecnológica es más amplio que el de adopción tecnológica ya que incluye no sólo a aquéllas ,1\1 1111 sino tamcomo con- 1111 Ili 1 I Esto implica que tecno h;ICCreferencia a aquellas tecnologías 111L'OrpOrana sus sistemas productivos. de origen exógeno En otras palabras, 1;1< las por los productores corresponden r: \ tcrior de sus unidades de producción 1 11 1 l! que los productores las tecnologías adop- a aquellas tecnologías provenientes del constituyen sólo un y en consecuencia, .ubconjunto de la totalidad de innovaciones tecnológicas introducidas por los 1111 «luctores en sus explotaciones. I 11JI lfil 2, Innovación tecnológica tecnologías exógenas, como un mero producto "neutro" sobre las sociedades a Reddy (1979) la tecnologia de la sociedad :;ccuencia de procesos de experimentación y adaptación tecnológica kndotecnologías) (Fig. 2). El concepto de adopción tecnológica. en cambio, El hombre crea a la tecnolo no debería ser considerada lleva el código principales 11 y las relaciones 1994). De acuerdo de la cuestión tiene que ver con tres ideas I('.cnologías que los productores toman del contexto (exotecnologías), 1 uén a aquéllas que han sido generadas por los mismos productores =' incorporación de tecnologías + incorporación INNOVACiÓN TECNOLÓGICA es como cl m.ur en la que fue creada Exotecnologías Endotecnologías y cU;IIHlo actuando sobre lu sociedad", desecha udo de est a Iorma e int as v is iOllcs I P11' (Adopcion tecnológica) (1 xpnl unontnción campesina) 11.11,,11.1111-11111111111,1 111'1 11l/\ -_.~-~~~ ~~-~--'~' endógenas que las ulili,all existen condiciones favorables, tiende a replicar la sociedad de oriucu. 1':.<;10 lleva a considerar a la tecnología como un "conjunto de cond urt as social c:» •..•...... _'~~ de su matriz que, de una forma u otra va a incidir favorablemente están íntimamente con un impacto tecnológica • gía y la tecnología impregna la sociedad toda, recreando a ésta en un pnKl' SI) continuo y dialéctico, Contrariamente a lo que afirman algunos autores (por cj., científico son claros sobre este punto cuando y Sábato (L983) 1985). Trigo, Piñeiro socio-econó- respecto, Cáceres (1995) señala que la tecnología debería ser entendida como un medio que permite actuar sobre la naturaleza, pero también, como una for- PPCA 1980), la tecnología y Wajcman, como sujetos que basan su operación bién a las distintas técnicas, conocimientos mitcn al hombre transformar la naturaleza logía y sociedad sobre otra" (MacKenzie que está orientada no sólo a los artefactos tecnológicos la: sociedad Por lo tanto, cuando se considera la transferencia de tecnología de una sociodad a otra, en realidad se está hablando "del impacto de un tipo de conducta • mica en una lógica diferente 19XX:2,\.I), (Pfaffenberger, ser entendidos En el marco de este trabajo se conceptual ma de construir una variable no social e independiente deberían postula que los campesinos El proceso de adopción tecnológica amplio incluyendo la consideran de 1 Y .. VIVIMOS __________________________________ DE LAS CABRAS Recientemente, Ruttan (1996) ha publicado una excelente revisión acerca Ile la evolución de los estudios de adopción y difusión tecnológica desde que se n'alizaron las primeras investigaciones en la década del '40, hasta la actualiliad. Este autor identifica dos grandes escuelas de pensamiento que abordan el problema de la adopción tecnológica desde perspectivas muy diferentes: modeII)sde equilibrio y modelos evolutivos. Los "modelos de equilibrio" consideran a la adopción/difusión de nuevas lt'cnologías como la transición entre distintos niveles de equi librio definidos por ;11ributos económicos cambiantes (por ej., precios, costos) y los cambios observados en el contexto económico en el que operará cada unidad de producción (1)01 cj., diferencias en la estructura de mercado). La difusión tecnológica no es 111lerpretada como un proceso socioeconómico con un fuerte componente educ;llivo, sino más bien como la interacción económica entre quienes proveen la innovación y quienes son sus potenciales demandantes. La línea más radical .Ic.ntro de este enfoque señala que los problemas de adopción no se deben a iuconvenientes en la comunicación entre los agentes involucrados, ni tampoco 1I'COllocen la importancia de las particularidades de la población destinataria, I'I! iponen en cambio que la no adopción se debe a dos motivos: que la nueva In'uologia no supera a las actualmente usadas por los productores y que la no .nlopción no se debe a que los productores no estén convenientemente infor111;1t!()S () a que se comporten irracionalmente, sino que están simplemente espr-r.mdo el momento óptimo para la adopción, I,()s "modelos evolutivos" describen a la adopción/difusión tecnológica como 1111 proceso de cambio permanente que se desenvuelve bajo condiciones de IllCl'Ilidumbre, diversidad de agentes socio-económicos y desequilibrios dinámuux. El tipo de modelos explicativos que se elaboran desde este abordaje nucnt.ru reflejar los complejos mecanismos de retroalimentación que se obser\,;111a nivel micro entre los distintos agentes involucrados en el proceso, En 1':.;1« ISmodelos, los cambios estructurales inducidos por la difusión de una innov;wi«')1lson regulados por una serie de conductas productivas particulares, pro'I':;!)S de aprendizaje y mecanismos de selección. La presente investigación se l'IIClI;ldra teóricamente dentro de esta última vertiente y parte del supuesto de IJlIl' la adopción de una nueva tecnología no es sólo el resultado de decisiones 'JlII' St'lolllan en el campo económico, 1,;ISunidades de producción agropecuarias están continuamente inmcrsas ('11PIlIl'l'SOSde cambio tecnológico. Esta es la consecuencia de la pcn 11a nc 111l' 11'11I1111111;lción que realizan los productores de las estrategias producti vas, ;1[in 110 :::L:::A.:.A~D:( )I'<.¡¡'if'j I t (.111 11111.11 1\ de adecuarlas de una manera más ajustada a los permanentes cambios ;1111 bientales, económicos, sociales y políticos que se producen tanto hacia el iutcrior de sus sistemas, como en el entorno en el cual desarrollan su actividad productiva. Si los productores no incorporaran innovaciones tecnológicas en sus explotaciones, difíci lmente podrían hacer frente a los cambios y nuevas demandas que imponen los escenarios socioeconómicos emergentes. Sin embargo, es necesario destacar que en no todos los casos el cambio tecnológico permite a los pequeños productores adecuar sus sistemas producti vos a los cambios contextuales. Esto se debe a que no todas las innovaciones realizadas por los productores son exitosas desde el punto de vista productivo; y a que en muchas oportunidades la velocidad de cambio de las condiciones con textuales, superan ampliamente la capacidad de generación de nuevas respuestas tecnológicas por parte de los productores. Por lo tanto, la innovación tecnológica es una variable de importancia (aunque no la única, ni tampoco la más relevante), que deben tener en cuenta los productores a fin de readecuar sus estrategias productivas ante los profundos cambios que se observan en las sociedades contemporáneas. I 1 1 11 1 1 1 1 1 1 1 1 ll'l ,11 ·11' ,,1 l. . j¡ i 1111" La adopción tecnológica como proceso dinámico 1 Una típica conducta campesina en relación a las propuestas tecnológicas formuladas desde los equipos técnicos que implementan proyectos de desarrollo rural es la selección y transformación de las tecnologías ofrecidas (Olivier de Sardan, 1988; Domínguez y Albaladejo, 1995). En vez de aceptar e incorporar una propuesta técnica tal como la presentan los extensionistas, los produclores usualmente rescatan e incorporan sólo algunos de los elementos ofrecidos, transforman algunos otros y, finalmente, ignoran los restantes componentes de la propuesta inicial. Al respecto Berdegué y Larraín (1987) señalan en relación al campesinado chileno que cuando se observa cuál es la tecnología que efectivamente están utilizando los productores se comprueba que éstos no se comprometen con ninguna propuesta sino que mezclan diversos elementos olÍgellos y endógenos constituyendo verdaderas situaciones tecnológicas 11~1 11 ' 1 1 11 IIII!, ' ¡1111, 1 111: 1 1 1, ' Ili[' 1 I1,1 1 1 I1I 1 111'11, 1111 1 1 1 1 11 11 :, 1111'11 ' 1 1 11íhridas. 1~slaconducta selectiva y transformadora coincide con el análisis realizado 1H 11 ( '1uuuhcrs ( 1991), quien señala que los pequeños productores difícilmente ;uklpt;¡11", /I/fI('/es /cC!IOZógicos". En cambio, este autor sugiere que los agentes l'xIl'llIOSdc!>níall ofrecer "C{/1/0s/{Is de opciones tecnológicas", que les perJ( 111 1I1 11 1,1 11 1(1 I, r \' .•.41 \ y "1\lIM.I'. 111 11\', "I'lu'I'1 1'·111 11I II"IIU¡I. 1\ I,\IIIL/\", ¡. '11':,1111: 1111W 1': 11'11'1\l1l'~;I; 111','11((':1, :;1110 qlll' 1;111 ti iicu dclll' l'l 11 1vrrl í rsc CII 1111 c;1(;1,· 11/.1,!tll dd pllll·('S(I. I.CloS dt' Sl'r 1111 proceso unidircccional, la incorporación de 1111;1 IIII!'V:Ik'l·lIolo).','"por parte de los productores implica un flujo activo de inter, .111 ¡\ HO dc inlonuacióu entre dos sujetos sociales esencialmente distintos. Para , l' 1'sIL' IlI< iccso se desarrol le de una manera favorable, tanto productores como t, ',llin lSdcbcrian acordar con los siguientes presupuestos básicos: l'roductorcs y extensionistas deberían discutir y confrontar las represen(aciones di agnósticas que cada uno posee sobre la realidad que se propone transformar, Esta confrontación es necesaria a fin de lograr significados compartidos entre percepciones que con frecuencia presentan diferencias. De no existir una base diagnóstica compartida, será necesario que se genere primero un proceso de reflexión que posibilite a los sujetos sociales involucrados un análisis crítico de la realidad sobre la mi tan a los productores elegir lo que a su cri rcrio se ;llil'ClI;IIII('JO(;1Siln ,;11 1(1:111 socio-productiva. En otras palabras, las propuestas rígidas y muy l'sl n 11'1111 ;1I1:i~,¡ difícilmente se adoptan debido a la elevada heterogeneidad de sil Ilal'j()IIl':.Sil cio-productivas que se observan en las comunidades de pequeños prodlll'l( 1((';" Sin embargo, la alternativa de la canasta de opciones tecnológicas puede presl'" tar algunos inconvenientes si no es manejada en forma adecuada por el cqui¡» I técnico. Las propuestas más laxas tienen el inconveniente de ser más fúcilllK'IIIl' desmembrables e inevitablemente se COlTeel riesgo que se manifiesten algulll lS efectos adversos si se alteran aspectos esenciales que afectan la cohercuciu global de la propuesta. Esto es particularmente importante si los productores desconocen (o no comprenden) algunos de los aspectos fundamentales de 1;1 nueva tecnología, de los cuales depende en gran medida el éxito o fracaso de \;¡ propuesta técnica. Por ejemplo, un productor puede tomar la decisión de adoptar antiparasitarios para mejorar la sanidad de su majada de cabras. Este productor puede atender en forma ajustada a una serie de elementos técnicos tales COIllO tipo de antiparasitario, época en la que debe realizar el tratamiento, categorías caprinas a las que debe desparasitar, dosificación del antiparasitario y modalidad de aplicación del producto. Puede incluso comprender la importancia de desparasitar a sus animales y las diferencias productivas observadas entre majadas con o sin parásitos. Sin embargo, si no prestan atención a factores que desde su perspectiva pueden tener importancia secundaria, tales como la eliminación de las fuentes de inóculo que causan las parasitosis para de esta forma evitar la reinfección de la majada (por ej., retirar diariamente el guano del corral), el impacto de la nueva tecnología no será el esperado. En este sentido, Zutter (1990) después de muchos años de apoyo a proyectos de Desarrollo Rural en Perú, Bolivia y Ecuador advierte sobre las prácticas de los agentes del desarrollo quienes actúan como si existiese una "jerreteria del desarrollo" donde escoger "paquetes" de técnicas y procedimientos, olvidando que los resultados dependen más de los contextos que de las herramicntas elegidas. Berdegué y Larraín (1987) señalan en este sentido que una de las equivocaciones más frecuentes por parte de los técnicos es la creencia de que la tecnología sólo consiste en artefactos Oinsumos. Esta concepción no tiene en cuenta que la tecnología además de los artefactos involucra una forma de utilización, una relación entre el artefacto y el trabajo humano que incluye un conocimiento y un objetivo. El rol de los agentes externos es de vital importancia en este proceso, ya que no sólo deben funcionar como un mediador que pone a disposición de los produc- i(' , í", {II, 11 11 ~II 11 1 1• 1 [1 '1, ¡ III 1. 1 1':1 11' 111 "1 IIII! 111 1 • • que pretenden actuar. El diagnóstico debería permitir la identificación de algunos problemas productivos. En muchos casos los problemas priorizados por los pequeños productores se refieren a cuestiones que no tienen que ver en f0TI11a directa con la esfera productiva (por ejemplo, la infraestructura comunitaria de servicios). En otros casos, y aún cuando los problemas identificados se relacionen con cuestiones productivas, no es posible resolverlos con la simple incorporación de una innovación tecnológica (por ejemplo, concentrar los esfuerzos en aumentar la productividad de un rubro determinado cuando el problema real es el mercado). Debería existir una (o varias) alternativas técnicas viables capaces de solucionar el problema productivo identificado. Esta respuesta técnica deberá ser apropiada a las condiciones socio-productivas particulares, independientemente de que ésta se fundamente en conocimiento científico o local (o una combinación de ambos). En el caso de que no existan desarrollos tecnológicos capaces de dar respuesta al problema, será necesario realizar primero las tareas de investigación o experimentación adaptativa que correspondan. Dependiendo de la naturaleza del problema tecnológico, estas nuevas tecnologías podrían desarrollarse a partir de las investigaciones realizadas por el sistema científico formal, o en las mismas explotaciones de los productores utilizando algunas de las propuestas de desarrollo participativo de tecnologías existentes en la actualidad (por ejemplo Biggs, 1980; Rhoades y Booth, 1982; Chambers y 1 '1 '1 11,11 1 11,1 111 '1 11; I 1 I1 1 11 I!, 1 1I 1 1 I '1 1'1 I '1 113 112 ~, _____________________ ..__ .a-.i~ ') l'l"H ..l, r. 1'1 111', I/III/IJ\', I ,\ }q" ( ;iJiIdY¡lL I ()K\ ( '1l;lllIl>n.,-: y .1ig)l,i11,\, I ();-)(I; l,;IITi11)',1 ()IIY M ;111111, Ic¡~)~:: Chambcrs, 1991; CIJalJ)bcrs cl al., I C)l) 1; 11ilvnkorl L'I.il., It)t)I : 10";1,,v Witcombe, 1996;SthapitetaL, 1996; Witcomhc e¡ ;11., '()I)(¡). 1,1I lIcl0l'c'í(ill C'II d urnrco cito los ",ooyc,cotos l. '11 t t' 11"1' 11 ,11 1\ (le 1)e'salTollo Ullntl 1)(' ;/('1/('1 do ;¡ Olivicr de Sardan un proyecto de Desarrollo Rural puede .' III('lIdl'l~;L'l'OlllOl/II"catnpo de batalla" (1988) donde se enfrentan distintos !'llIl'tl:; :;oci"ks con intcrcscs diversos y donde la relación entre los contendienl.", l'~;Irgll/;¡d;¡ por un permanente proceso de negociación entre grupos dentro (l.' I:tcomunidud y entre individuos dentro de los grupos, Este enfoque también .", ( »upartido por Piñeiro y Trigo (1982), quienes señalan que los conflictos "lIln' distintos actores sociales se manifiestan entre los sujetos que participan ,'1/1'1proceso productivo y trasciende la escala microeconórnica. Esta concep• 1( 11\ contrasta con otros abordajes que conciben a los proyectos de Desarrollo 1~lIr;¡1 como procesos de cambio donde las distintas partes involucradas a\can1;111 mágica y armoniosamente el consenso acerca de las acciones a desarrollar v las metodologías a implementar a fin de lograr las metas propuestas, La «omplejidad de la realidad social y la naturaleza de las relaciones humanas I¡¡ICeque el consenso entre partes sea la excepción y no la regla en los proyecI(IS de Desarrollo Rural. En consecuencia, este tipo de proyectos se implementan en el marco de las relaciones de poder existentes entre agentes sociales que LIisputan la posibilidad de lograr un mejor posicionamiento en el campo socioeconómico en el que desarrollan sus actividades. En vez de consenso, otras situaciones que tienen que ver con el conflicto, lacrisis, las alianzas, el compromiso y las disputas por poder son realidades difíciles de ignorar durante su implementación. Si bien todos estos procesos son factibles de ser objetivados y analizados en cualquier proyecto de de sarrollo microregional (por ej., a escala comunitaria), situaciones macro más generales (por ej., políticas económicas) ejercen una influencia directa sobre todos los agentes involucrados en el proyecto. Sin embargo, es necesario aclarar que las restricciones externas actúan como condicionantes más que determinantes de los procesos sociales que se propone impulsar el proyecto. Esto no quiere decir que cada productor agropecuario o comunidad rural que participe en el proyecto puedan convertirse en los "artífices de su propio destino", Lo que aquí se cuestiona es el abordaje producid. 1 desde ciertas visiones deterministas que supeditan toda posibilidad de transformación a nivel local, a las posibilidades de cambio que ofrece la estructura global en la cual se irnplernenta el proyecto de desarrollo. El enfoque teórico que sigue la línea conceptual aquí propuesta, es e(umiu mente conocida como "perspectiva orientada al actor" (Long, 1977). Lslc Otra alternativa al problema de la inexistencia de soluciones kClliL';ISvi.: bles, es la no priorización de aquellos problemas productivos para los clI;des lit 1 existe una respuesta tecnológica fácilmente disponible (Herrera, I<)ti 1). I':IIL',\ tos casos se sugiere comenzar a trabajar con los productores en aquellos pro blemas para los cuales se encuentren disponibles respuestas técnicas COIICl'L' tasoLa propuesta de este autor se fundamenta en la idea de que generallllCIllt' [os desarrollos tecnológicos que responden a nuevas problemáticas producti V;IS son bastante lentos (sobre todo si involucran al sistema científico formal). Est;ls demoras (con frecuencia de años) pueden producir dos situaciones indesca. bles. Por un lado, puede disminuir el interés de los productores en el proceso de cambio en el que se hayan comprometido con el equipo técnico; y por otro, la prolongada demora puede hacer que la respuesta técnica esté disponi ble para ser considerada por los productores cuando los problemas producti vos se han modificado, o cuando el contexto socio-económico de aplicación ha variado sustancial mente. No obstante, es difícil fijar una regla general que permi ta orientar la acción de productores y técnicos en relación a la falta de soluciones técnicas inmediatas a problemas productivos. Es necesario considerar cada caso en particular, ya que en algunas oportunidades la gran importancia de un determinado problema puede justificar su abordaje aún cuando no existan tecnologías disponibles con capacidad de resol verja en el corto plazo. • (c'("lIolc;gic:I '1" Los sujetos involucrados no sólo deberían mostrar determinación para superar el problema productivo (productores), sino también solvencia técnica-metodológica (extensionistas), Si los productores no están conscientes de los desajustes que provocan estas limitantes productivas en sus explotaciones y no reconocen la necesidad de transformar algunos aspectos de su actividad productiva, difícilmente tomen la decisión de incorporar una nueva tecnología. En términos de Kaimowitz y Vartanian (1990), los productores no sólo deberían tener conciencia de sus problemas tecnológicos, sino también estar dispuestos a incorporar las recomendaciones tecnológicas formuladas por los extensionisras. Por otra parte, si los extensionistas no poseen la sol vencia técnica y metodológica indispensables para manejar en forma adecuada el proceso de transformación tecnológica, no podrán convertirse en dinamizadores del proceso de cambio. 114 115 ~ Y ... V'V'MOS DE LAS CAERAS _________________________________ herramientas conceptuales apropiadas a fin de no sola incidencia que sobre los proyectos de desarrollo ejercen los condicionantes estructurales y otorga a los grupos que actúan a ni ve! local, cierto margen de maniobra que les permite intentar la transforma, ("iú/Ide la realidad socio-productiva en la que tiene lugar su operación económi(";1. De acuerdo a Ferguson (1994) la perspectiva orientada al actor, permite real izar un estudio más ajustado de las relaciones sociales presentes en los I»ocesos de Desarrollo Rural, ya que considera la "interpenetracián dialágica" (Kloppenberg, 1991 :269) que se observa en los distintos planos de la realidad y entre los distintos agentes sociales que operan en el mismo campo, ya sean estos actores locales o externos. .ihordaje proporciona 1I [.i'J111 "",11 l\ se basan en los conocimientos científicos generados en las unidades C,X /leri mentales de los centros internacionales de investigación (Olivier de Sardau. 1988), y casi nunca tienen en cuenta ni las condiciones locales donde las IIUCvas tecnologías se aplicarán, ni tampoco los conocimientos disponibles por parle de los productores en relación al problema productivo que se pretende solucionar. En consecuencia, las propuestas tecnológicas típicas se relacionan gencralrnente con la incorporación de nuevas técnicas o insumos productivos, diseñadas para operar satisfactoriamente en condiciones promedio de clima y suelo (por ej., la utilización de nuevos cultivares con alto potencial productivo). I~sto,obviamente, contrasta fuertemente con la gran heterogeneidad ambiental observable entre las distintas unidades de producción de los pequeños produc(ores, La pregunta que pareciera orientar a gran parte de los proyectos de I >Csanollo Rural es ¿qué tecnologías sería necesario incorporar a fin de modcrnizar los sistemas productivos campesinos e incrementar sus rendimientos por unidad de superficie? La idea principal que orienta esta lógica de proyecros se esquematiza en la Figura 3. I\lesli mar (ni subvalorar) ,;{ ~' :(. Debido a que la tecnología no es una variable independiente sino el producto de una compleja red de interacciones sociales, los procesos de generación y/o tecnológica deberían ser estudiados desde perspectivas teóricomctodológicas como la aquí propuesta, que permitan contextual izar al problema .lc la adopción en un marco explicativo más englobador (Cáceres y Woodhouse, 1(98). Desde la perspectiva del actor, la mejor posición desde la cual analizar el Iiroccso de adopción tecnológica sería el estudio de aquellas "situaciones de iut crfase donde distintas visiones del mundo se tnterrelacionan e intcrpenetran" (Long y Long, 1992:6). Estas situaciones son claramente obxcrvables en los proyectos de Desarrollo Rural a escala local, especialmente si ~;l'presta atención al campo en el que interactúan productores y extensionistas. l':" estas situaciones de interfase es posible observar las diferentes lógicas que orientan el accionar de los distintos actores involucrados. Este es un aspecto lundurnental a considerar cuando se pretende estudiar el proceso de adopción I(,(,/lo/ógica. Al respecto, Olivier de Sardan (1988) señala que la lógica de los I \lnycctos de Desarrollo Rural por un lado y la de los productores por otro, SOIl LIsdos principales lógicas en conflicto identificables en los procesos de Desa 11 nl/() Rural. 1 r.rnsferencia 1,;) lógica -'L"'A-'-'-'Ae.-".IJ.,I'CI(IN liqura 3. Lógica que orienta el enfoque dominante en proyectos de Desarrollo 1 '1 ,1, 1 1 l' 1'1' 11":1, Ilil: Rural. 111 /'1 !I, 111". Invierta hoyen nueva tecnología r----. Esto aumentará su producción ---. 1111' Y podrá mejorar su ingreso mañana 11/(: I 111111' 11 1 1 1, n.oracíón propia. /, ,,1', '1If:1 1 1 1' 11 Este pensamiento lineal que.caracteriza la formulación e implementación de )'.Iallparte de los proyectos de desarrollo, rara vez logra cristalizar su promesa (Il' mayor ingreso para las familias rurales. Esto no sólo se debe a que el ingreso 1icrci hielo por los productores tiene una alta dependencia de factores extra pro(11IeIivos (por cj.: estructura de los mercados; políticas para el sector; escala pruclucti vu},sino también porque los paquetes tecnológicos propuestos en geIll'la 11)( l se adaptan, en la práctica, a los intereses de los pequeños productores v ;\ I:\,<.; condiciones socio-productivas en las que tiene lugar su proceso de pro- de los proyectos de Desarrollo Rural I~nla mayoría de los casos, la lógica de los proyectos de Des arro 1lo Rural ('sl;í regida por enfoques productivistas diseñados por técnicos especialisrn, ell ;\,';pl'cloSproductivos, que rara vez consideran el entorno socio-econ6Illico, I;¡ Iwll'rogcneidad social y la racionalidad específica de los pequeños prodllclorl's. I ,;ISpropuestas tecnológicas formuladas en el marco de este tipo de pnlylTllls 11 1 11 1 1 11;:[' IIIIII~ "/1', /1 ,1 1 11 11 1 11 1 1 111 1 di\( -ci()11. 1111 ' 111" 1 11 ( 116 .Jl, ,....t'~:'!", '., 1 i ., . j~" 1/\/\1"11'11'111 y \lIVIMI."¡ lu 1 )\'1 11111111111111/\ 11 I 1\1!j11\'~ 1\1 l.sil' 11 tiiSIH \l' st\IS;¡iI\COIpOI;ue II;¡1'1u icrt ipo tic tCClllllll¡!,I<IS, siendo \,;\1 t1l'lIlanllt'lltl'll'tin:lltl's ¡¡adoptar aquéllas que no se L~iustall satisraclorialllentl' ;¡ :;11 lo),.icaplOducliva. Este es el caso de muchas de las tecnologías externas 111 0l"l\'stas pOllos cxtensionistas en el marco de proyectos de desarrollo. ('.( (lI"OCl'SO por el cual los pequeños productores incorporan innovaciones tl.,'llolúgicas, parece basarse en una lógica "pre-reflexiva" entendida como : .\)',1 111 u: (kll! le Y ( ( ')K'):)2) allal iza para el caso de campcsi IlOShOlld1\1 l'IIOSCOIIIO éstos hall aprendido a dudar de los cxtensionistas: "vario .•. · (,Olll/I('sil/(I,I' rclauu¡ cómo han perdido cosechas por causa de los malos consejos que los ag n) n01110S los obligaron a aceptar", Sin embargo sostiene que esta situación constituye una paradoja en tanto "la falta de confianza en gente ajena no es balanceada por una confianza total en el propio conocimiento de los cantpesinos". A pesar que el conocimiento tradicional puede ser mejor que la agricul tura moderna para el manejo de plagas (Altieri 1984), demasiado contacto con extensionistas puede hacer que la gente pierda su confianza en el conocimiento tradicional (Farrington y Martin, 1988). \ '1\1(' I f ~! ~I "s¡'/I/ido ~i .~¡ !míctico"40 típi" . . " , más que en una elección • ,';lllIellte raCIOnal . Este proceso de ajuste de las nuevas tecnologías a las condiciones particulares en las que . tiene. lugar su existencia, no siempre es .'exit(¡SO,111 se ajusta en todos los casos a sus COndlCIOncs estructurales de existencia. En consecuencia, en. muchas oportunidades las. innovaciones tecnoló. La lógica de los productores glcaS IOcorporadas no SOlUCIOnanel problema productivo en la magnitud esperada, o incluso pueden producir efectos nezativos no previstos o no deseaO o os. Desde la lógica de los pequeños productores la principal pregunta que orienta su operación econó- La lógica de los pequeños productores parece basarse en un desarrollo diferente sustentado principalmente por la experiencia cotidiana. Debido a que su operación económica se desenvuelve en un marco de elevada incertidumbre ambiental y socioeconómica, los pequeños productores han desarrollado una lógica particular que apunta a priorizar aquellas estrategias de reproducción social que han demostrado ser comparativamente más efectivas y seguras a lo largo de la historia. Sin lugar a dudas, esta situación tiene mucho que ver con la forma particular en la que estos productores internalizan la idea de riesgo (Durand, 1994). Según Scott (1976) la lógica que orienta sus estrategias productivas se basa en un principio que prioriza la seguridad ("sqfety first principie"), independientemente de los beneficios potenciales que obtendrían si tomaran riesgos mayores. Sin embargo, ésto no significa que todos los pequeños productores toman bajos niveles de riesgo, Algunos, como consecuencia de una muy escasa dotación de recursos productivos, o de un muy desfavorable posicionamiento en el campo donde desarrollan sus actividades, se ven obl igados a desarrollar estrategias producti vas (o comerci ales) que demandan Ia toma de un mayor ni vel de riesgos. No obstante, se podría afirmar que los pequeños productores toman la menor cantidad posible de riesgo, que le permiIl' su posición relativa en el campo donde desarrollan su actividad económica. Esta aversión al riesgo no necesariamente implica que los pequeños produc!(ircs sean tecnológicamente conservadores. Debido al continuo cambio de las l', indiciones contextuales en las que tiene lugar el proceso producti vo (internas ()externas a su unidad de producción), estos productores modifican permanenu-mente sus estrategias productivas, para lo cual deben incorporar regularmenIl' innovaciones tecnológicas. Su disposición a la innovación sin embargo, no . .' nuca no se relaCIOnaestnctamente con la faz tecnológica (ni tampoco en forma exclusiva con la faz productiva) y podría formularse de la siguiente ma'lib' ., d .' d d ( nera: ¿cua es acom inacion e acttvi a es productivas y extra-productivas) que mejor garantizan 1 lo siguiente: 111' " ... Para dar CII~nta de la lógica real ~e la pracuca propUSe L/nateona de la práctica como produclO de ~ Iv un sentido práctico, de un seno ~ tido del juego socialmente constituido. Se trata para mí. en un principio. de describir ~ las formas más humildes de la práctica" .. escapando tall' 10 del objetivis/1Io de la acción, entendida CO/110de acción ~ mecánica carente de agente, ~ como del subjetivi~'IIIO,el cual descnbe la aCC/01Icomo la realización deliberada de una intención conciellle. como u. b~·epropósito de una concienClQ que establece SIISpropIOS fines y maxuniza su utilidad mediante el cálculo racional". , ~ ~r la reproducción social (simple o ampliada) del grupo ~ familiar? Desde el punto de vista productivo, los pequeños productores no necesariamente seleccionan aquellas actividades que poseen un más alto ingreso potencial. Es el caso típico de la importancia que reviste la producción bovina en las explolaciones de pequeños productores del Noroeste de Córdoba. A pesar que los vacunos están menos adaptados que el ganado caprino a la región y aún cuando en términos comparativos es una actividad menos rentable, los bovinos ocupan un lugar destacado en la mayoría de sus sistemas productivos. Este comportamiento, aparentemente irracional desde el punto de vista económico, encuentra su explicación si se incluyen algunas variables con mayor contenido social, ya que en este tipo de explotaciones los productores le dan un lugar destacado a la producción ganadera por lo que ésta representa en términos ~ 119 118 Al respecto, (Bourdieu Y Wacquant, 1995: 83) señalan 40 ~ 1 \1:1 , h. y VI\lIMI 1', I r¡ 11\', 1,1\11111\:; . _ _ -.. _------------- .. Il'j;lIes. SL:run productor ganadero tiene mayor status social que ser un prodll{'lor caprino, ya que les permite acercarse al perfil productivo de los produclores medianos o grandes de la región y en consecuencia sentirse partícipes del cxito y reconocimiento social que estos estratos productivos poseen. En el ámbito estrictamente tecnológico se observan procesos similares. La innovación tecnológica no está ligada exclusivamente al posible rédito económico que estas tecnologías pudieran ofrecer. La conducta de los pequeños productores también está condicionada por la capitalización simbólica (Bourdieu y Wacquant, 1995) que puedan alcanzar como consecuencia de la incorporación de las innovaciones. La adopción de tecnologías tales como tractores, agroquímicos o semillas híbridas ilustran este tipo de situaciones. Independientemente de la adecuación que estas tecnologías puedan tener a las condiciones socio-producti vas de los pequeños productores de la región, su adopción les posibi lita compartir, aunque más no sea efímeramente, la idea de "progreso", "modernidad" y "camino al éxito" que han intemalizado a lo largo de su historia en el espacio social donde desarrollan su actividad. LA ADOPCIóN S( '~~ Figura 4. Lógica que orienta la conducta de los pequeños productores en relación a las flIIOVi tecnologías (NTs) propuestas por los agentes externos. Lógica práctica basada en su trayectoria histórica en el campo. 111.1\ I! I H Invierte en NTs legitimadas socialmente que le permitan mantener o mejorarsu posición en el campo en el que desarrolla su actividad. t I Elaboración propia. Esto no significa que se sostenga aquí que este tipo de tecnologías sean adecuadas a sus condiciones socio-productivas ya que ésto dependerá de los contextos particulares en los que cada tecnología deberá insertarse. Por el contrario, en la mayoría de los casos las tecnologías referidas son inapropiadas para su realidad productiva ya que fueron concebidas y desarrolladas para ser utilizadas en otro contexto de aplicación. Lo que aquí se sugiere, en cambio, es que los pequeños productores no se comportan exclusivamente como adoptantes de aquellas tecnologías que le ofrecen la posibilidad potencial de mejorar sus volúmenes productivos y su ingreso económico, sino que a veces lo que moviliza su conducta, es la posibilidad de incorporar tecnologías que le permitan mantener o mejorar su posición en el campo en el cual desarrollan su actividad socioproducti va. Para lograr este objetivo, los productores ponen en práctica una serie de conductas relacionadas con la incorporación de aquellas innovaciones que, desde su perspecti va, le permiten alcanzar un mejor posicionamiento relativo en el campo en el cual operan a través de una mayor capitalización en el plano económico, social o simbólico (Figura 4). Este comportamiento, construido cotidianamente, es permanentemente reconstruido en función del éxito o fracaso alcanzado en su lucha por lograr un mejor posicionamiento en el campo, lo que a su vez retroalimenta el marco lógico que orienta sus estrato- gias, 120 '11 CNllll'U Jl En síntesis, cuando se analiza el proceso de adopción tecnológica desde I;¡ perspectiva orientada al actor, se identifican situaciones de interfase que ponen en evidencia el conflicto existente entre las lógicas de los proyectos de 1)esa rrollo Rural y la de los productores a los que éstos van dirigidos. Mientras el mensaje de los agentes externos se caracteriza por la formulación de arillll;1 ciones categóricas del tipo "si adopta la NT aumentará su produccion \' consecuentemente su ingreso", la evaluación de la situación por parte de los pequeños productores está motivada por la expectativa de que estas IcCII(II( I gías le ayuden a mantener o mejorar su posición en el campo en el que des; 11'1 (I lIan su actividad socio-económica (en donde el ingreso es sólo un compoucun). Esta confrontación de lógicas diferentes pone en evidencia además, I(I (jll(' cada uno de estos actores pone en juego en el proceso. Mientras que I(I~; cxtensionistas ponen enjuego cuestiones tales como el éxito del proyecto, la posibilidad de conseguir futuros financiamientos, o su prestigio profesional. I(1,'; productores se juegan la posibilidad misma de alcanzar (o no) la reproducción social de su grupo familiar. Un segundo plano de divergencia entre estas dos lógicas se relaciona ("(1111;1 naturalidad con la que a menudo los agentes externos manejan la idea ck- "pnscntc" y "futuro" (Figura 3). La escasez de recursos económicos dixpon ihk :.; por parte de los pequeños productores para invertir en nuevas tecnologías, dill culta el proceso de adopción de gran parte de las tecnologías externas Orn,\'j d:ls por los proyectos. Por grande que sea la promesa de altos rcudimicuu»: () iIlgll':;O,los product ores a menudo se encuentran demasiado prcocu pados Il(I1 ;11\"<111/.:11' su rcproduccióu cu el tiempo presente, como para pCllsar en IlilllII('11 ("os I\('IICficios q IIl' ~;('I'n 'S( '111 ar;í11en el futuro. I~st()si 11conxider.u ;11 jI1lo ;1( h' 1:' 1 I ,ti 1\1)()I'(,II'I[,j III II1 I1I H,111\ y. .. VIVIMOS DE LAS CABRAS ría global que explique la estructura y el funcionamiento de esa comunidad. Si no se dispone de este marco explicativo global se desconocería el comporta ' miento de una serie de factores tales como tipos de acceso a los recursos naturales; estructura familiar; patrón de migraciones; principales estrategias de reproducción social; composición política de la comunidad; nivel de organización de los productores; etc., los cuales tienen una importancia central para comprender los procesos de adopción tecnológica. cuada (O no) que sea la propuesta tecnológica a las condiciones reales de producción de los pequeños productores. Los técnicos, en cambio, son más proclives a planificar procesos de cambio de las unidades productivas que abarcan períodos de más de un año. Desde su lógica, no sólo planifican el manejo ideal que deberían tener las explotaciones, sino que con frecuencia planifican también la forma en que los pequeños productores deberían reinvertir sus (supuestos) mayores beneficios económicos a fin de que se inserten en un proceso de progresiva capitalización. Finalmente, un tercer plano que manifiesta el conflicto entre la lógica de los proyectos y la de los pequeños productores, se relaciona con las metodologías de trabajo seleccionadas por los agentes externos y la naturaleza de la propuesta técnica. Usualmente, los extensionistas observan su trabajo de asistencia técnica como si estuvieran desarrollando sus acciones en un tenitorio virgen e inexplorado por otros actores sociales. El hecho de ignorar (o valorar inadecuadamente) que los productores reciben casi permanentemente un flujo variable de información técnica a través de los medios masi vos de comunicación, o de distintas organizaciones o instituciones, es una de las causas que explican por qué los técnicos no comprenden algunos comportamientos de los productores en relación a la innovación tecnológica. Debido a que la información técnica que llega a los productores es en muchos casos contradictoria, éstos se sienten confundidos por la falta de coherencia del mensaje técnico recibido y en consecuencia imposibilitados de tomar decisiones que impliquen la adopción de tecnologías externas. Estas situaciones, que ocurren con frecuencia en todas las comunidades de pequeños productores, no pueden ser ignoradas por los técnicos del desarrollo. Bibliografla Altieri, M. A. 1984. Desarrollo de estrategias para el manejo de plagas por campesinos basándose en el conocimiento tradicional. 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Hacia mediados del siglo XX, casi I:t totalidad de la vegetación original había sido talada y los campesinos conccn traron sus actividades productivas en la ganadería vacuna y caprina y, en Illt' 110rmedida, en la agricultura de subsistencia (principalmente maíz y zapallo). Aproximadamente sesenta familias viven en la actualidad en Copacabana. A Igunos estudios realizados en la región (Cáceres et al. 1995), han idenri ficack 1 dos subtipos campesinos: ganaderos y artesanos. Los productores ganaderos poseen una mayor disponibilidad de tierra y otros activos producti vos y, gClll.' ralmente, poseen un pequeño rodeo de cabras y unas pocas vacas. Sus act ivi dudes agropecuarias incluyen una mayor diversificación productiva, las cuales están en gran medida destinadas al autoconsumo. Las familias que pertenecen :11 suhtipo de campesinos artesanos, poseen una escasa superficie de tierra y muy pocos activos productivos. Esta nueva actividad, muy distinta a todas aqlll' , 1':•.1(' C;lpillllo lúe publicado originalmente como "Cáceres, D. y P. Woodhouxc. la innovación tccnolónk-u: I ·""lIlli.!".! ( '''IIII'I'.l'il/lI. ')(2.\).2 ..7." I;I<'I()I(,~; '111<' limir.m 176 ttn 1/1 A"""" . ,,- . "'. . 1111estudio de caso. 1()I)I>. A 11'1111"" f){'.\'{/rro"/lI\xn~/il/r.\I," l' •••. 1IiIoo....- y. .. VIVIMOS DE LAS (,()I'JII CABRAS décadas los campesinos han observado una disminución sostenidas CIII(lS11'11 dimientos (3 0-6(VVcJ) , causadas por el ataque de loras (Miopsita 1//(11/(/( -111/\ monachus). Si bien el ataque al cultivo comienza a producirse a fillales dI' febrero, el daño más importante se produce desde fines de marzo, época C:;(;I en la que disminuye sensiblemente la oferta de frutos silvestre en el montv. La única práctica desarrollada por los campesinos a fin de disminuir la inci dencia de esta plaga, consiste en recorrer la chacra (a pie o a caballo) dcsck: 1'1 amanecer hasta el anochecer a fin de espantar los pájaros y evitar qlll' SI' alimenten del cultivo. Esta práctica tecnológica tradicional adolece de dos 1m) blemas principales: demanda una gran cantidad de tiempo y esfuerzo por P;1I1l' de los productores; y su efectividad es muy baja ya que a medida que se acen ';1 el invierno y el alimento escasea en el monte, las loras se animan a bajar a Lis chacras aún cuando los campesinos están en ellas. Durante las reuniones organizadas en la comunidad, el problema del 111;1 í/ fue identificado como el más importante y sentido por parte de los campcsi IIIl~; de Copacabana. En consecuencia, la comunidad con el apoyo del equipo tccu i co, tomó la decisión de emprender acciones a fin de disminuir el nivel de dauo en sus cultivos. Después de discutir diversas alternativas acerca de la mciock l logía más apropiada para controlar a las loras, la comunidad decidió rcscat.u una práctica que había sido exitosa en la década del '40 cuando estas avcx lucran declaradas plaga nacional. En aquella oportunidad, alcanzó notable ex i1«) una campaña organizada por el gobierno que fomentaba la caza directa de la~. 1oras por parte de los productores. A cambio, el gobierno se compromct ía ;1 1lagar a los campesinos una pequeña suma de dinero por cada lora cazada. Debido a que en la actualidad no existe este tipo de apoyo estatal p:lla «ombutir Ia plaga, los productores decidieron organizarse para constituir 1111 londo propio que les permitiera pagar por las loras cazadas. Para reunir vi londo, la comunidad se organizó en tres subcomisiones regionales las que des; 1 In illaron distintas actividades a fin de juntar el dinero necesario para pag:lIl)( H LISloras cazadas. La Facultad de Agronomía decidió apoyar esta inicial ivn y IIIOPUSO sumar al pago en efectivo un incentivo adicional: cada productor lilW lO:I/,;\raun número determinado de loras recibiría una cantidad proporcional d(' :.('1uilla« de maíz de una nueva variedad especialmente desarrollada p:lla Il') ',1« 1 I\('~;ccológicamente marginales. 1':11aquel momento, el equipo técnico evaluó que la estrategia dis('II:ld;1("11 (0111111110 con los productores era altamente apropiado ya que PIl'S('II(;I!l;11;1." ',I."III\'IIIl'Svl'IlI;ljas: llas tradicionalmente realizadas por los campesinos de la región, consiste en la producción de distintos tipos de cestos a partir de las fibras que obtienen de las hojas de una palmera autóctona (Thritrinax campestris}. El problema Desde 1988 un grupo de profesionales del Departamento de Desarrollo Rural de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNe), ha estado realizando trabajos de investigación y extensión rural en distintas comunidades del Departamento lschilín. El objetivo de estas acciones es mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región a partir de la promoción de actividades tendientes al fortalecimiento de su capacidad productiva, como así también el mejoramiento de su capacidad de negociación con los distintos agentes económicos que operan en su entorno producti vo. El presente capítulo describe cómo los productores de Copacabana identificaron dos diferentes problemas productivos y analiza la forma en que estos campesinos se comportaron ante la posibilidad de incorporar algunas innovaciones tecnológicas en sus unidades productivas. Problema 1: pérdidas en la cosecha de maíz A lo largo de sucesivas reuniones entre los miembros de la comunidad y el equipo técnico, se elaboró en conjunto una caracterización diagnóstica de la comunidad de Copacabana, Este diagnóstico participativo incluía la enumera ción cuidadosa de las principales limitantes socioproductivas observables en sus unidades de producción. Luego de un prolongado análisis y discusión se priorizaron dos problemas principales. El primero, se refería a las pérdidas que ciertas aves causaban en el cultivo de maíz en los momentos previos a la COSl.' chao El segundo problema priorizado fue la elevada tasa de mortalidad de el bras y cabritos durante el invierno. Si bien Copacabana no es una zona donde la agricultura tenga una iIllpOI tan te gravitación económica, el maíz es el principal cultivo producido por Ill:o; campesinos. El maíz no sólo les provee alimento para sus familias, sino tambicu granos para suplementar a las aves de corral y otros animales. Además. \,1 rastrojo es un recurso forrajero importante durante el invierno cuando, dcbido » la ausencia de precipitaciones, no hay forrajes naturales disponibles par;1 \,1 ganado. El cultivo se siembra hacia finales de diciembre y se cosecha cn juui« después que han ocurrido las primeras heladas. A lo largo de las ['lil illl;Le;dI ):; ......1... 17A ~ -~~-~..... ~_._. 111/\11 I !!) --~~--~--'"~-"~'-'.~ '. .~~-~'-"------'- ~'.-'--'---'----'~~"'----_ .., :~. o' y. .. VIVIMOS DE LAS CABRAS • I N.II :~.:.' Se basaba en conocimiento ¡I: local ya que tomaba como punto de partida el rescate de una experiencia Entre las ventajas comunitaria. • Promovía la organización • Permitiría a algunas familias campesinas disponibles obtener algo de dinero en efec- tivo. e • Perrnitiría • Permitiría probar una nueva variedad de maíz especialmente para zonas con esas características socio-producti vas. de mano de obra marginal diseñada el estudio de la dinámica poblacional que la estrategia elaborada • sólo tenía posibilidades • de éxito si se El prototipo solar objetivo una estrategia alternativa fuera el de tratar de escapar del ataque de la plaga. la po- a la propuesta disponibi lidad de materiales la propuesta original, original, adaptando el exceso de humedad se tomó la decisión tipo en el campo de uno de los productores él exitoso ya que el maíz fue por los productores de Copacabana, y el problema del aún sin solución. tI ¡Sveterinarios identificado al alto impacto estaciones y priorizado por los campesinos observada convencionales. la que algunas parasitosis en en 1 ¡',llit'IIICS: I.os campesinos \iL' Aunque esta tecnología exitosamente de Copacabana .'. . ~ es relati vamente sirn- por productores I medianos y acerca de su éxito con pequeños que se observaron fueron los si- no tenían experiencia cuprinos. 111 ,'~ ~ tuuipnrasitario» de forraje es el equipo técnico sugirió el uso de produc- !oralldes, los técnicos tenían ciertas dudas productores. Los principales inconvenientes I tienen sobre las del año en las que la disponibilidad I ¡k de usar y ha estado utilizándose .~ .•... problema con el equipo técnico fue la alta tasa de mortalidad (,;dlfilS en aquellas Desde la pcrspccti V;Id('1 ,~ .._ ~ __~__ fue adoptado (khía principalmente lElO ""~._~ de maíz, ya que hojas de palma, etc. y secado satisfactoriamente a pesar de haber sido cosechado aproxidos meses antes de la fecha tradicional. Sin embargo, el secadero SIISreuniones equipo técnico, la nueva estrategia presentaba una serie de caractcrixt icas (11 H' seguramente la transformarían en una solución exitosa al problema p(;¡lIlcado ••••••d' a la producción probó ser técnicamente 1IIIIy baja. Pura atacar este problema rcformul arot de construir y poner a prueba el prou presentes. 110 se limitaba al secado de frutas, vegetales, el rodeo caprino, en especial la muerte de cabritos durante el invierno. Esto se existen su diseño y construcción locales. Una vez que los campesinos sub-sistemas. construido Otro importante te en el grano debido a la cosecha temprana. Los miembros de la comunidad discutieron la idea a lo largo de varias reuniones e introdujeron importantes modificaciones particular. Problema 2: muerte de cabras Para ello los por el Sol ascendía por entre las espigas de maíl', en una troj a de adobe, extrayendo tantas veces como lo cuyo principal tiempo de exposición del cultivo a la plaga durante el período crítico. Con el fin de poner a prueba la idea se propuso construir un secadero experimental en el almacenadas 1 izado de cada productor ataque de las loras a los cultivos de maíz permanece técnicos propusieron construir un secadero solar de granos que permitiera adclantar la cosecha del maíz en por lo menos 45 días y, de esta forma, disminuir el cual un flujo de aire calentado las sigllil'111\',>;: .16 escala y replicarlo la escala productiva Su uso no necesariamente acciones emprendidas Como era evidente y buscar una nueva alternativa. que no existían posibilidades reales de disminuir en pequeña podría extenderse almacenado madamente elaborar . El uso de esta tecnología no competía con ninguna de las otras actividades de la unidad de producción, ni tenía efecto negativo sobre ninguno de mente reemplazadas por otras que migraban desde áreas vecinas. Cuando campesinos y técnicos se dieron cuenta de esta situación decidieron suspender las de loras, se decidió 111/\11 cuyo costo era menor a $1. Se puede construir los restantes de estas aves, implementaba a una gran escala. Como ésto no sucedió ya que ésta era una experiencia micro regional, las aves cazadas en Copacabana eran inmediata- blación • El único insumo C"lCI'II(l1l11 fue un pcdnz.o d •.' polietileno de más o mCIHlS llll metro cuadrado de superficie. bajo" y su construcción Su costo era muy demandara el nivel de daño causado por la plaga. A pesar que se trató de adaptar la experiencia exitosa de la comunidad a las nuevas condiciones, se cometió un error se comprendió I1IIII en la comunidad. c10 productivo. • Al profundizar se señalaron demanda sólo la quinta parte del tiempo requerido para espantar las aves en un sólo ci- (por ej. niños). Sin embargo, la estrategia fracasó. Aunque muchas loras fueron cazadas, el dinero pagado y las semillas entregadas, no se observó ninguna disminución en fundamental. del secadero f •• Puede ser construido utilizando materiales locales y no genera IkllL'11 denciade insumos externos, ni demanda habilidades o conocimientos 110 campesina. la participación más importantes IIU~, previa en el uso L '1 VIVIM. 1', 111 11\'; (-/\11111\:; FACTORES CON 1I XI "Al I " Los campesinos necesitarían productos antiparasitatios. dinero para comprar en el mercado los Aunque esta tecnología no es muy compleja, su correcto uso requiere seguir procedimientos totalmente nuevos para el los y atender a una serie de cálculos y dosificaciones especificas. • La utilización de antiparasitalÍos comerciales terna por nuevos insumos producti vos. genermia dependencia en 1989 (Cáceres et al., 1989) y, entre 1989 y 1993, la siendo cultivada ~:. :"f;; ción de campesinos para este calculo que cultivan no se hubieran aquellos Existencia de actividades agrícolas grar su reproducción Efectuar un análisis de la respuesta campesina ante el secadero solar y los productos antiparasitwios ofrece un buen marco empírico para discutir qué son lente alternativa alcanzar alternativas. • demanda • se puede producir tiempo, compartieron de artesanías de las actividades agrícolas a muy distintas • es independiente bas propuestas demostraron su suficiencia técnica y su capacidad para solucionar eficientemente un problema productivo especifico. Paradójicamente, en • el producto • puede incorporar de las condiciones c1imáticas; mano de obra marginal al proceso productivo (11(.1 ej. niños y ancianos). Desventajas económicas. nación de la producción cambio, aquella propuesta rinarios comerciales) por los productores. es una cxcc ya quc: final no es perecedero; Copacabana. La tecnología considerada más apropiada a sus condiciones socioproductivas (el secadero solar) no fue adoptada por los campesinos. En fue adoptada para h) escalas productivas; permite un rápido retorno del trabajo invertido; (productos vete- punto se propone Esta disonancia entre para cultivar como poco apropiada IlUl'V()'; muy poco capital; • considerada de I:J~; emergido el ingreso mínimo necesario piloto. Am- ambos casos el equipo técnico se equivocó al pronosticar qué propuesta técnica iba a contar con mayor tasa de aceptación por parte de los campesinos de El abandono si no hubieran social. La producción de reemplazo las tecnologías apropiadas. Ambas experiencias involucraron a los mismos agentes sociales (campesinos y técnicos), ocurrieron en el mismo período de de trabajo, e incluso la misma uni- productivas no sería posible rubros que les permitiera para realizar las dos experiencias de algunos de los miembros de la familia, ha disminuido sensiblemente b disponibilidad de mano de obra disponible en la unidad de produccioi 1. Qué es apropiado? fue seleccionada qlll' les explican el proceso de "desagriculturizacion" en Copacabana: - Escasez de mano de obra. La migración ternporaria o permanente ex- actividades dad productiva campesinos sembraban sólo una pequeña parcela dedicada exclusivamente al consu 1110d(' la familia, la tendencia declinante sería aún más evidente. Tres causas pri nci 1);1 Al igual que en el caso del secadero solar, la experiencia piloto fue positi va, pero, a diferencia del secadero, los productos veterinarios tuvieron una alta demanda y fueron adoptados (comprados y usados) por los campesinos. la misma metodología tenido en cuenta PI"OI1()I de 66(i(J a 3<)I.;!,. Si maíz cayó drásticamente realizar Este punto es clave para comprender 1:1del" 1i de maíz en Copacabana. Para explicar l'~;I\' una comparación maíz y el demandado para elaborar rcqucri: It I las artcsanias. 1111;/ la conducta de los campesinos y las expectativas del equipo técnico, requiere un análisis más estructural del proceso productivo del maíz a la luz del funcio- familia campesina namiento global de sus sistemas productivos y en el marco de la dinámica socioeconómica observada en la región durante las últimas décadas. autoabastecer sus demandas de carne de ave y huevos durante todo ('1 año. De acuerdo a los rendimientos obtenidos en la zona, se 1ll~l"L'sil:llla Si los sistemas productivos de Copacabana son analizados desde una pCI"S pectiva histórica, se observa que en la región se está produciendo un proceso una chacra de 0.75 has para obtener la cantidad al imcntar a estas aves. Para cultivar esta superficie de "desagriculturización" nalmente agrícolas progresiva (Cáceres, están siendo sustituidas si na destina 1993). Las tareas tradicio por la elaboración espantar de ar(csallí;ls y b proletarización parcial de la fuerza de trabajo. La producción de lllaíl', no t','; ajena a esta tendencia global. Sólo e138% de las chacras disponi hlcs eS!;I";1I1 182 (730 kg./año) 1 tipo requiere entre el trabajo para alimentar 250 horas anuales, aproximadamente 2 Kg. de Il1aÍI',pt)r a las 35 gallinas que ncccsitarra sin considerar de grano requerida 111; \ P:I/;I pal;1 1I11:1 Iami Iin can q )(' el tiempo tlIIC iL' lk- v:111;\ las loras (otras 250 horas, aproximadamcmc). Silll'III!l:II}',\). :;1 1:1IIliSIII:I !":I/llitia dcstinaru las 500 horas a producir arlesallías. pOlI! 1;\ t'I;I!lor:1I 1(.0 C:JII:IS(OSlos que podrían scr comcrciulizados a.'j; \(.s (\~.) \() 11\:\ Ii.. 1"-,11'111 III1111 )11"11 y. .. VIVIMOS DE LAS CABRAS situación puede ser la clave para entender, por ejemplo, por qUl~rl plOhlt-IILIdd ataque de las loras al maíz fue unánimemente planteado. pelO. cuando 1111:1 solución potencial fue identificada (el secadero solar), ningún call1pesillll St' mostró interesado en implementarla. Aunque el daño causado por las loras l'I;J una limitación importante a sus actividades agrícolas, existía otro problema mucl 1(1 más esencial: el costo de oportunidad de las actividades agrícolas. Sin embargo, ésto sólo no es suficiente para explicar por qué los campcsi IJ( IS decidieron invertir dinero en productos veterinarios, en vez de invertir tiempo para construir un secadero solar. Para comprender esta decisión, es necesario incorporar al análisis un nuevo elemento: el riesgo. Aunque no es posible evitar completamente el riesgo en ninguna actividad productiva, los campesinos h.m demostrado poseer una mayor aversión al riesgo que los productores capital is las (Lipton, 1968; Schejtman, 1980). Si las principales actividades productivas agropecuarias de los campesinos de Copacabana (cabras, maíz y vacas), SOIl evaluadas desde este punto de vista, se observa con claridad que el culti vo (k' maíz en condiciones de secano es mucho más riesgoso que la producción gana -dcra. Además, en los últimos años la producción de maíz ha sido particularmcn le riesgosa no sólo por la escasez de precipitaciones (ellos han cultivado el 111<lÍ" por décadas bajo las mismas condiciones climáticas), sino por el creciente ala que de las loras. Estos aspectos, sumados al hecho de que el maíz haya tcnick 1 1111 precio de mercado comparativamente bajo durante la ultima década y la cnu-i l',enciade una actividad productiva alternativa (artesanías) explican la conducta adoptada por los productores antes las distintas propuestas tecnológicas. c/u). Esta cantidad de dinero, permitiría a la familia comprar 2044 Kg. de maíz (precio local: $ 0.18/kg.), 10 que significa más del doble del que podrían obtener si ellos mismos lo cultivaran. Ahora bien, si usaran el secadero solar, las pérdidas se podrían reducir del 30 al 10%, y además los campesinos ahorrarían las 250 horas que destinaban a espantar las loras en el campo. Sin embargo, aún destinando sólo 250 horas a elaborar canastos, obtendrían un ingreso suficiente como para comprar más del 20% del maíz que ellos podrían lograr de sus chacras usando el secadero solar. Por lo tanto, invertir su tiempo en la producción de artesanías muestra claras ventajas comparativas e, incluso, generaría un excedente económico que podría ser utilizado para satisfacer otras necesidades o para aumentar el número de aves de corral. La escasa conveniencia de cultivar maíz es aún más evidente si se observa que en el cálculo anterior, no se tuvieron en cuenta los siguientes aspectos: • el tiempo requerido para mantener funcionales los cercos de ramas de las chacras; <las importantes pérdidas que se producen durante el almacenamiento del maíz durante el invierno; • el mayor capital requerido para su producción (por ej., animales de tiro, herramientas de labranza, etc.); s: Se excluye del presente aná- Iisis la consideración de los costos directos ya que, debido a la tecnología utilizada en ambos procesos productivos, estos costos son muy bajos. <los costos indirectos (por ej. la alimentación y cuidado de los animales de tiro )57. En consecuencia, aún para sus requerimientos .. ( 'omentarios finales . de subsistencia, los campesmos de Copacabana encuentran más barato comprar el maíz en el merca- . do, que cultivarlo en sus propias chacras. Este estudio de caso intenta llamar la atención acerca de la necesidad (k ('ol1siderar las tendencias históricas (socioeconómicas y productivas) cuando ~;l'analizan los procesos de innovación y/o adopción tecnológica. Las IllWV¡¡S \('cl\ologías propuestas por los agentes externos (o aquellas elaboradas conjuu I .uucntc con la comunidad) pueden parecer apropiadas pero, si se igno),;1I1los \lI(iccsos sociohistóricos en los cuales los problemas tecnológicos están Sil'11I I lIl' i1l11ll~rS()S. se puede arribar a desarrollos tecnológicos inapropi ados. La innovación tecnológica en contexto Los factores mencionados arriba están en la base del proceso de "desagriculturizacion", y en conjunto están produciendo una reorientación de sus estrategias productivas. Debido a que este proceso es muy reciente, l~S posible que los campesinos no estén suficientemente conscientes de los prolun dos cambios socioeconómicos en los que están inmersos. Incluso, puede q uc I H 1 hayan encontrado aún la mejor combinación entre actividades product ivas ¡1)·,!i colas y extra agrícolas (por ej., artesanías, serni-proletarización). ES]¡ICOIIIW;¡1 ..L.. ¡ 184 ....>-.......""~-'-----,---~ ~.~ .._--_.~~ "_._-' .• 1 H!) VII/lr.\, ", I q I .v. I J\I 111/\" , Bihliognlfía Cáceres, D. 1993. Peasant Strategies and Models of Technological Change: A Case Study j1"01/l Central Argentina. MPhil Thesis, Manchester University. Manchester. Cáceres, D.; S. Díaz; o. Ferrer; o. Saal; F. Silvetti y o. Soto. 1989. Diagnostico Socioecotiámico de Pequeños Productores de las Pedanías de Copacabana y Toyos. Manuscrito Inédito. Universidad Nacional de Córdoba. Córdoba. ¡"'r' Cáceres, D.; Silvetti, F; Soto, 0.; Ferrer, o. y o. Saal. 1995. Heterogeneidad interna y vulnerabilidad diferencial en comunidades campesinas del Noroeste de Córdoba. Revista de la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Plata. 71 (2), 245253. m r;, ERCERA rrA.RTE Lipton, M. 1968. The theory of the optimising peasant. Journal of Development Studies 4(3),327-35 l. Schejtman,A. 1980. The peasant economy: internallogic, CEPALReview 11,115-134. articulation and persistencc. ; ...•. ,.~'(. ~. ''''f\'~ :~i~;'" 186 ---------~_. .. __._-_ .. ...._ _ _._''''- J ~ . .... ·~l .•. ,·.\,.. ,l .,4:;;" .,¡ ".. "i. de os ,,~bl¡co La la ' l' lí, -vtven perros llenan q ~i, ,~, 'k••••, '~ .#[ "4IrI' etornan, Estafi'6v~~~'t,~{~~t;¡¡~~~j~~~1t~:?'r~~§te de la provincia" d!¡~'~~c:lo:q¡i.\J~tg~,,~stuSidSPp·· llevan su ~,', .•.•.•. la obeé '~L&',i""'" ~:!II'~'l 'J ·;·.~·¡t~ '~' ~'~¡:P.',"i:~ ~L. .', , , ',.,~" ·t: r~.: obs~Naeii.ón.: yi;ª',n,i.~.i. ·~':'¡i~i: .. r,J.p ...¿..•.... .tf. .• ... ;.wal .· act?res ."de '..~os I~gares, caminando, hablaFl~~i~~n"~,IO~ ·soclales y transformando en ~CO~6~GliTilentos,iclertos un hacer campesinocuya contribución a la' Economía, no es desdeñable. , ,¿~~~. p "".:S,,'.',i¿P.:,'.U~:':'.' .. . "~ " ( Con prólogo del Lic. Roberto Benencia, este libro IIOS narra las relaciones entre los pequeños productores y la Capricultura y de· los pequeños productores con el cambio tecnológico; para finalmente p\sar a las relaciones entre los nuevos capricultores y el desarrollo local. . '!:': i..if