Procesos Objetivos y Subjetivos 1 Procesos objetivos y subjetivos en las evaluaciones de los consumidores del sabor de los alimentos y las bebidas Michael W. Allen, Arnaud Monnier, y Richa Gupta Universidad de Sydney, Australia, Escuela Nacional de Ingeniería para Industrias de Alimentos y Administración, Francia, Universidad de Newcastle, Australia Correspondencia: Dr. Michael W. Allen, Universidad de Sydney, Departamento de Mercadeo, Escuela de Negocios, Sydney NSW 2006, Australia, Teléfono: +61 2 9351 6003, Fax: +61 2 9351 6732, Email: [email protected] Resumen 166 participantes probaron el sabor de dos marcas de bebidas suaves. A la mitad de ellos se le informó acerca de la verdadera marca que probaban, mientras que a la otra mitad no se le dijo nada. Los resultados mostraron que los participantes que aprobaron los valores simbolizados por el producto (pensaron que eran catadores de sabores) reportaron que el producto sabía y olía mejor, y tenían una actitud e intención de compra más favorable. Estos hallazgos implican que la evaluación de los consumidores del sabor de un producto es un proceso subjetivo en el cual impregnan al producto con significados culturales y luego evalúan el grado en el cual ese significado es consistente con sus valores humanos. Además, la imagen del producto puede contribuir al éxito del mercadeo más que el sabor objetivo porque la imagen afecta cómo los consumidores experimentan el sabor. Introducción Una encuesta de cerca 3.000 adultos Norteamericanos encontró que los participantes puntuaron el sabor como el criterio más importante en sus elecciones de comida (Glanz et al, 1998). Los consumidores sostienen que compran un producto porque sabe bien. Una interpretación de dichos resultados es que el éxito del mercadeo requiere un producto que tenga buen sabor, de tal forma que Procesos Objetivos y Subjetivos 2 los mercaderistas y los fabricantes deberían centrar sus esfuerzos en el desarrollo del producto. Por ejemplo, pueden llevar a cabo pruebas ciegas de diferentes combinaciones de ingredientes y procesos de manufactura para descubrir la mezcla que sabe mejor. Sin embargo, sugerimos que las evaluaciones de los consumidores del sabor de una comida o bebida no sólo nacen de las propiedades objetivas del producto, sino de un proceso subjetivo (ver Figura 1). En este proceso subjetivo, los consumidores llenan el producto con significados culturales y luego evalúan el grado al que el significado es consistente con sus valores humanos y auto-conceptos. Una congruencia lleva al individuo a experimentar un sabor y un aroma favorable. Si es preciso, este proceso subjetivo implica que el posicionamiento de una marca (en términos de su imagen) puede influenciar el éxito del mercadeo más que el sabor objetivo del producto; ya que la imagen afecta cómo los consumidores experimentan el sabor. Además, parafraseando las palabras influyentes de Levi-Strauss (1970), la comida es buena para comer porque es buena para pensar. Además de los mercaderistas de comidas y bebidas, establecer el grado al cual los valores humanos guían las evaluaciones de sabor, podría tener implicaciones importantes para campañas de salud y modelos teóricos de elecciones de comida y bebida. Matlin (1983) define el “sabor” como las percepciones que resultan de la estimulación de los receptores del gusto en la boca. Las respuestas del gusto son generadas por las células receptoras que responden al estímulo gustativo, sustancias químicas solubles en saliva, utilizando un complejo acuerdo de moléculas receptoras, cascadas de señales y canales de iones (por ejemplo, Matlin, 1983; Sekuler & Blake, 1990). Cuando se estimulan, las células del gusto producen potenciales de acción que resultan en la liberación de neurotransmisores en diversas fibras nerviosas aferentes. En consecuencia, los impulsos neurales llevan al cerebro la identidad e intensidad del estímulo gustativo. En alguna forma, las percepciones y evaluaciones son innatas y reguladas automáticamente por mecanismos psicológicos (por ejemplo, Sherwood, 1997). Investigaciones de las expresiones faciales de neonatos sugieren una preferencia Procesos Objetivos y Subjetivos 3 innata hacia las sensaciones dulces y aversiones reflexivas o rechazos hacia sabores ácidos y amargos (por ejemplo, Lipsitt & Behl, 1990). La evitación de sabores amargos puede ser ventajosa evolutivamente, ya que a menudo las toxinas y los venenos son amargos (por ejemplo, Pliner, Herman & Polviy, 1990). Estas preferencias innatas por los sabores son flexibles hasta cierto punto, ajustándose a las necesidades nutricionales y fisiológicas del cuerpo (ver Scott, 1990). Por ejemplo, el consumo de sustancias dulces disminuye temporalmente la preferencia del individuo hacia sustancias dulces. Similarmente, la privación de la sal puede aumentar la preferencia para las sustancias saladas. Algunos investigadores le atribuyen cambios en las preferencias de gusto a la sensibilidad de los receptores del gusto específicos) ver Bartoshuk, 1990). Además, una perspectiva sugiere que la evaluación del gusto parte de un “proceso objetivo” completo (ver Figura 1). Las propiedades inherentes hacia una bebida o comida estimulan los receptores del gusto, que resulta en la percepción del sabor. Entonces, la persona evalúa esa percepción de sabor (¿sabe bien?). Si la evaluación de sabor es favorable, entonces la persona forma una actitud positiva hacia el producto y la intención de compra. Sin embargo, hay razones para sospechar que esta explicación objetiva de la evaluación del sabor es insuficiente. Primero, aunque algunas elecciones de comida (por ejemplo, sensibilidad para los amargos, intolerancia a la lactosa) aparentemente son de causas genéticas, la evidencia sugiere que la genética no afecta la preferencia de comida en general. Estudios de gemelos revelan que las preferencias de comida de gemelos idénticos no están más cerca en similitud que aquellas de los gemelos fraternales (ver Rozin & Millman, 1987) o individuos no relacionados (ver Greene, Desor, & Maller, 1975). Si las evaluaciones de sabor objetivas fueran la fuerza directriz detrás de la escogencia de comida, entonces pocas personas repetirían la compra de productos con sabores iniciales poco agradables, como el café, la cerveza o el chile (Germov & Williams, 1999; Matlin, 1983). Además, las culturas varían en su elección de comidas (Bryant, DeWalt, Procesos Objetivos y Subjetivos 4 Courtney & Schwartz, 2003; Fieldhouse, 1995), y esas diferencias parecen ir más allá de las señaladas por las discrepancias genéticas entre grupos culturales. La cultura define (algunas veces arbitrariamente) lo que debe ser utilizado como comida y lo que no, y la cultura ayuda a los individuos a interpretar sus experiencias, incluyendo el sabor. Por ejemplo, las personas que viven en la provincia de Karnataka, en la India, comen muchas comidas ácidas y experimentan sabores ácidos cítricos y amargos como sabores placenteros, mientras que la mayoría del mundo experimenta lo contrario (ver Mosokowitz, Kumraich, Sharma, Jacobs, & Sharma, 1975). Esta diferencia particular en la percepción y evaluación del sabor es inexplicable en términos de una predisposición genética; ya que las personas de esa misma región criados en un país occidental encuentran desagradables los sabores ácidos cítricos y amargos. Un estudio fMRI reciente reveló que cuando los participantes cataban sabores ciegamente, y probaban una marca de bebida suave, sólo una parte del cerebro se activaba (aquella que procesa la información sensorial) (McClure, Li, Tomlin, Cypert, Montague, & Montague, 2004). Sin embargo, cuando el experimentador le informaba a los participantes el nombre de la marca de la bebida suave (Coca Cola) justo antes que la probaran, la información influenciaba la preferencia y activaba regiones cerebrales relacionadas con la memoria, que traían a colación el conocimiento cultural. Estos investigadores concluyeron que dos sistemas cerebrales separados influencian independientemente las preferencias, uno involucrando la sensación de gusto y el otro el conocimiento cultural. Además, la evaluación del sabor no es sólo un proceso objetivo que se origina en el producto, sino un proceso subjetivo en donde los individuos llenan el producto con las evaluaciones de sabor. ¿Qué puede implicar este proceso subjetivo? El estudio fMRI de McClure et al (2004) implica que el conocimiento cultural sobre una marca influencia las evaluaciones de sabor, pero el estudio no delineaba el proceso cognitivo preciso por el cual puede ocurrir. Un modelo que puede ofrecer un marco de referencia estructurado para entender cómo el conocimiento cultural influencia las evaluaciones de sabor y las elecciones de Procesos Objetivos y Subjetivos 5 comida de un individuo es el modelo de toma de decisiones del consumidor de Allen y colaboradores (ver Allen, 2000; Allen, 2001; Allen & Ng, 1999). Este modelo combina desarrollos teóricos recientes de cuáles productos significan algo para los consumidores (Dittmar, 1992; Richins, 1994), cómo se juzgan los objetos (Fiske & Pavelchak, 1986), y las funciones psicológicas o motivaciones que sirven para los objetos (Csikszentimihalyi & Rochberg-Halton, 1981; Katz, 1960; Sirgy, 1980; Prentice, 1987). El modelo de Allen y colaboradores deja ver dos rutas a través de las cuales los valores humanos que apoyan a un consumidor influencian su elección del producto. Primeramente, cuando los consumidores están evaluando los significados utilitarios de un producto y haciendo un juicio parcial/ atributo-por-atributo, los valores humanos pueden influenciar la importancia de los atributos tangibles del producto, que a su vez influencian la preferencia del producto. Son embargo, la llamada ruta “directa” de Allen y colaboradores es relevante para los estudios actuales. Cuando los consumidores examinan la imagen de un producto, los valores humanos que ellos poseen tienen una influencia directa sobre su elección de producto. La imagen de un producto consiste en las asociaciones culturales o símbolos adjuntos al producto. Estas asociaciones y símbolos se refieren a categorías sociales (por ejemplo, nacionalidad, etnia, género, grupos de edad, etc.) y principios y valores culturales (por ejemplo, prestigio, valores políticos, creencias religiosas, etc.) (Dittmar, 1992; McCracken, 1988; Richins, 1994). En particular, Allen (2002) encontró que los consumidores atienden a los valores humanos contenidos en la imagen del producto; un producto que simboliza un valor humano que posee la persona resulta en una actitud más positiva hacia el producto y una mayor intención de compra, mientras un producto que simboliza un valor humano que la persona rechaza resulta en una actitud desfavorable y una menor intención de compra. Los investigadores de otros tipos de simbolismos también sugieren que las personas evalúan los símbolos basados en su contenido de valor humano (Cobb & Elder, 1972; Firth, 1973; Gusfield & Michalowicz, 1984; Sears, Huddy & Schaffer, 1986). Además, los investigadores están de acuerdo en que los consumidores prefieren productos con significados culturales que son congruentes con sus Procesos Objetivos y Subjetivos 6 valores humanos y su auto-concepto (Dittmar, 1992; Sirgy, 1980; Wicklund & Gollwitzer, 1982). En suma, sugerimos que hay dos procesos que afectan las impresiones de los consumidores sobre el sabor de una comida o bebida: uno nace del producto mismo (proceso objetivo), y el otro por la cultura externa y los valores humanos de los consumidores (proceso subjetivo) (ver Figura 1). El propósito del presente estudio es mirar si la evaluación de sabor nace de un proceso completamente objetivo, o si el proceso subjetivo sugerido lo influencia. H1: Si la evaluación de gusto es un proceso exclusivamente objetivo que nace de la estimulación de los receptores del gusto, entonces los participantes que prueban verdaderamente diferentes productos deberían reportar diferentes evaluaciones de sabor (a pesar de cuál fuera el producto que el investigador les haya dicho que están probando) H2: Si la evaluación de sabor es un proceso subjetivo donde las personas comparan los significados del producto construidos culturalmente con sus autoconceptos, entonces los individuos que poseen los valores simbolizados por el producto (que el experimentador dijo que estaban probando) deberían reportar que el producto sabe mejor (a pesar de si el producto que el participante probó era uno de los que dijo el experimentador) Además, deberían encontrarse efectos equivalentes para las actitudes del consumidor y la intención de comportamiento. Método Diseño El diseño fue de 2 (Producto informado A vs. Producto informado B) x 2 (el producto realmente era Producto A vs. Producto B). La categoría de bebida de nuestro interés eran las bebidas suaves de cola, dada su penetración en la cultura. Procesos Objetivos y Subjetivos 7 Se realizó un estudio piloto para encontrar dos marcas de bebidas suaves de cola que tenían diferentes imágenes aunque tienen sabores similares (19 hombres y 15 mujeres estudiantes de administración de empresas en pre-grado). En la primera sección del estudio piloto, los participantes probaron ciegamente cuatro marcas de bebidas suaves de cola (Coca Cola, Pepsi, LA Ice y Woolworth homebrand cola, una marca local). Woolworth Homebrand Cola es una marca “genérica”, de bajo costo, y LA Ice es una marca media. Utilizando una escala tipo Likert de 7 puntos, los participantes clasificaron la bebida en cuanto a su dulzura, acidez, si era salada o amarga. No se encontraron diferencias significativas entre los sabores de las cuatro marcas. El experimentador luego les pidió a los participantes adivinar los nombres de las marcas de las cuatro bebidas suaves que probaron. El par de marcas que no fueron identificadas con más frecuencia fueron LA Ice y Woolworth (los participantes pensaron 11 veces que LA Ice era Woolworth, y 4 veces pensaron que Woolworth era LA Ice). Woolworth y Pepsi fueron el segundo par más confundido, que se confundió para cada uno un total de 15 veces. La segunda parte del estudio piloto medía las imágenes de las marcas. Una técnica común empleada en investigación de mercados para medir la imagen de un producto es pedirles a los participantes que describan los valores, amenazas y características del usuario típico del producto (Belk, Bahn, & Mayer, 1982; Grubb & Hupp, 1968; Levy, 1959; Rudmin, 1991). Por lo tanto, los participantes en el estudio piloto se presentaron con una lista de 17 valores humanos, y para cada valor, se les pidió que indicaran cuánto pensaban que la gente a la que le gustaba cada marca de bebida suave poseía ese valor humano (en una escala de Likert de 7 puntos). Los 17 valores humanos se tomaron de la Encuesta de Valores de Schwartz (1994), distribuidos uniformemente entre los dominios de valores. Los resultados mostraron que la Coca Cola y la Pepsi tenían percepciones de valor similares, que LA Ice estaba cerca del punto neutral de la escala, y que Woolworth cola a menudo estaba en el punto más bajo de la escala. Los valores para los que Coca Cola y Pepsi clasificaron más alto, y Woolworth lo más bajo, fueron Poder Social (media de 5.7 para Coca Cola, 5.6 para Pepsi y 2.4 para Woolworth), Reconocimiento Social Procesos Objetivos y Subjetivos 8 (5.9, 5.7, y 2.2), Vida Emocionante (5.8, 5.7, y 2.4), y Disfrutar de la Vida (6.1, 5.9, y 3.0). Además, la primera parte del estudio piloto mostró que dos pares de bebidas suaves tenían sabores similares: LA Ice y Woolworth, y Woolworth y Pepsi. De estos pares, sin embargo, Woolworth y Pepsi tienen imágenes que son muy diferentes, y así fueron seleccionadas para el estudio principal. Participantes Los participantes fueron 166 estudiantes y miembros académicos de una universidad en una ciudad mediana en Australia que quiso hacer parte de este estudio voluntariamente. Los participantes se reclutaron a través de avisos en tablones de noticias, y pedidos en las lecturas. Los participantes se excluían del estudio si tenían alguna alergia a comida o no querían probar bebidas suaves. La muestra comprendía un 57% de hombres y un 43% de mujeres, un rango de edad de 17 a 60 (mediana= 22), y una educación media del último año de secundaria. Cuestionario Además de las características demográficas y los ocho ítems de la Escala de Deseabilidad Social de Crowne y Marlow (1960) (calificada en una escala tipo Likert de 7 puntos), el cuestionario medía: Valores Humanos: La posesión de valores humanos de los participantes se midió con la Escala de Valor de Schwartz (1994), que consistía en 56 valores representando los 10 valores nucleares de universalismo, benevolencia, conformidad, tradición, seguridad, poder, logro, hedonismo, estimulación y autodirección. Todos los valores seguían una corta fase explicativa y se calificaban en una escala de importancia de 9 puntos que medía si era un principio guía de la vida (por ejemplo, -1 “opuesto a mis valores” a 7 “de suprema importancia”). Consumo Actual de Bebidas: Los participantes indicaron el número de porciones de Coca Cola, Pepsi, LA Ice Cola y Woolworth Cola que habían consumido en los tres días anteriores. Procesos Objetivos y Subjetivos 9 Evaluación del Gusto y el Aroma: Las evaluaciones de la persona sobre el gusto y el aroma de la bebida suave se medían en ocho ítems: Buen sabor, Sabor Placentero, Gran Sabor, Buen aroma, Aroma Placentero, Gran Aroma, Sabroso, Gran sabor (calificado en una Escala de Likert de 7 puntos, 1 “Fuertemente en Desacuerdo” a 7 “Fuertemente de Acuerdo”). Se calculó un puntaje de Evaluación de Gusto y Aroma de bebidas suaves para cada participante así como la media de los ocho ítems cuando los participantes evaluaban las bebidas suaves (Alfa de Cronbach = .95). Actitud e Intención de Compra: Se midieron las intenciones de compra y las actitudes de los participantes en los siete ítems: Me gusta este producto, Tiendo a comprar este producto, Compraré este producto en el futuro, Prefiero este producto sobre otros que he tenido, Compraría este producto sobre otras marcas, Parece ser que compraré este producto la próxima vez que esté en el supermercado. Cada ítem se calificaba por una Escala de Likert de 7 puntos, 1 “Fuertemente en Desacuerdo” a 7 “Fuertemente de Acuerdo”, y se calculó un puntaje de Actitud e Intención de bebidas suaves para cada media de los participantes que calificaban las bebidas suaves (Alfa de Cronbach= .96). Comprobación de Manipulación: Al final del cuestionario, se les preguntaba a los participantes si creían que la bebida suave que habían probado era de la marca que el experimentador había dicho que era (Sí o No). Procedimiento Se les recordó a los participantes el criterio de exclusión antes del comienzo del estudio. Primero, los participantes completaron la encuesta de valores, la escala de deseabilidad social y los ítems de consumo. Luego, se les dijo a los participantes que estaban apunto de probar una bebida suave. A la mitad se le informó que iban a probar Pepsi, y a la otra mitad se le informó que iban a probar Woolworth, la marca local de cola de bajo costo. Luego, se les presentaba la bebida suave en un vaso de plástico sin etiquetas. La marca de bebida suave que Procesos Objetivos y Subjetivos 10 realmente probaron los participantes, y la marca de bebida suave que dijo el experimentador que iban a probar se escogieron al azar antes de comenzar el experimento. Luego, los participantes probaron la bebida suave y completaron sus evaluaciones de sabor y aroma, los ítems de actitud y de intención. Finalmente, los participantes completaron el ítem de chequeo de manipulación y los datos demográficos. Resultados Un 81% de los participantes creyó que la bebida que probaron era la marca que decía el experimentador (aunque las creencias de los participantes se incluyen como una co-variable en los análisis que sobrevienen). La evidencia publicada relacionada a las imágenes de Pepsi y la marca local de Cola Woolworth es escasa, excepto para nuestro estudio piloto. Así, el análisis de las hipótesis principales sólo examina aquellos valores específicos que el estudio piloto mostró que diferenciaban más la imagen de Pepsi de la imagen de la marca local de Cola Woolworth (por ejemplo, Poder Social, Reconocimiento, Vida Emocionante, y Disfrutar de la Vida). El Poder Social y el Reconocimiento son similares conceptualmente, así como Vida Emocionante y Disfrutar de la Vida. Así, se realizaron dos grupos de análisis, uno para cada par. Primero, los participantes se dividieron en grupos de alto o bajo Poder y Reconocimiento, al tomar la puntuación media de cada individuo para Poder Social y Reconocimiento, y dividiendo la muestra por la mediana. Se realizó un ANCOVA para la puntuación del Sabor de la Bebida y la Evaluación de Aroma intra-sujetos (con las creencias de los participantes si la bebida era de la marca que el experimentador había dicho, incluída como co-variable), con una Condición de Información (Informar Pepsi vs. Informar la marca local de Cola Woolworth) x Producto Actual (Pepsi vs. Woolworth) x Poder Social y Nivel de Reconocimiento (Bajo vs. Alto). Hubo un efecto principal significativo para Producto Actual (F (1,162)=8.7, p<.01), en donde los participantes que realmente probaron Pepsi calificaron la bebida más favorablemente que los participantes que realmente Procesos Objetivos y Subjetivos 11 probaron Woolworth (4.1 vs. 3.5). El ANCOVA también mostró una interacción bilateral entre Poder Social y el Nivel de Reconocimiento y la Condición de Información (F (1,162) = 6.2, p <.01). Como se muestra en la Figura 2, los participantes que tenían Poder Social y Reconocimiento (dos valores que simboliza Pepsi), reportaron que la bebida sabe mejor cuando creen que están tomando Pepsi que cuando creen que están tomando la marca local de Cola Woolworth (sin importar cuál bebida tomen realmente). De la misma manera, un ANCOVA entre-sujetos sobre las Actitudes hacia la Bebida de los participantes y la Intención (con la misma co-variable) hecha con la Condición de Información (Informar Pepsi vs. Informar la marca local de Cola Woolworth) x Producto Actual (Pepsi vs. Woolworth) x Poder Social y Nivel de Reconocimiento (Alto vs. Bajo), encontró un efecto principal significativo para Producto Actual, comparable al encontrado para Sabor de la Bebida y Evaluación de Aroma (F (1,165) = 8.8, p <.01) y una interacción bilateral significativa entre el tener valor y la condición de información (F (1,165) = 12.4, p <.001). Los participantes de Poder Social y Reconocimiento Bajo calificaron igualmente a Pepsi y a Woolworth (3.9 vs. 3.8; 1 SE = .2), pero los participantes que tienen Poder Social y Reconocimiento tienen una actitud y una intención de compra más favorable cuando creen que han probado Pepsi que cuando creen que han probado Woolworth (4.1 vs. 3.1; 1 SE = .2). Luego, los participantes se dividieron en grupos de alta o baja vida Emocionante y Disfrutada (según la mediana de la muestra de cada calificación media por individuo para Vida Emocionante y Disfrutar de la Vida). Se realizó un ANCOVA entre-sujetos con el puntaje de los participantes para el Sabor de la Bebida y la Evaluación de Aroma (con la misma co-variable), con Condición de Información (Informar Pepsi vs. Informar la bebida de Cola Woolworth) x Producto Actual (Pepsi vs. Woolworth) x Nivel de Vida Emocionante y de Disfrute (Bajo vs. Alto). Además de un efecto principal significativo para Producto Actual (F (1,165) = 6.6, p <.01), el ANCOVA arrojó una interacción bilateral significativa entre el Procesos Objetivos y Subjetivos 12 tener valor y la condición de información (F (1,165) = 5.0, p <.05) (ver Figura 3). Consistente con las expectativas, los participantes que valoran la Vida Emocionante y de Disfrute reportaron que la bebida sabe mejor cuando creen que están tomando Pepsi que cuando creen que es Woolworth. Así mismo, un ANCOVA entre-sujetos acerca del puntaje de Sabor de la Bebida y Evaluación de Aroma de los participantes (con la misma co-variable) para Condición de Información (Informar Pepsi vs. Informar la marca local de Cola Woolworth) x Producto Actual (Pepsi vs. Woolworth) x el nivel de Vida Emocionante y de Disfrute (Alto vs. Bajo), encontró una interacción bilateral significativa entre el tener valor y la Condición de Información (F (1,165) = 5.2, p <.05). De nuevo, los participantes que valoran la Vida Emocionante y de Disfrute tenían una actitud y una intención de compra más favorable cuando creían que tomaban Pepsi que cuando creían que tomaban Woolworth (3.4 vs. 2.1; 1 SE = .2). En contraste, los individuos con baja Vida Emocionante y de Disfrute tenían actitudes e intenciones similares para Pepsi y para Woolworth (3.6 vs. 2.1; 1 SE = .2). Finalmente, el Sabor de la Bebida y la Evaluación de Aroma correlacionaron positivamente con la Actitud hacia la Bebida y la Intención de Compra (r =.72, df=165, p<.001). Al re-calcular los análisis anteriores, controlando el género, la edad, el consumo de la bebida y la Tendencia de Deseabilidad Social, no se alteraron los patrones de resultados. Discusión Los participantes que apoyaron los valores simbolizados por Pepsi (Poder Social, Reconocimiento, Vida Emocionante y Disfrutar la Vida) tenían una evaluación de sabor y una intención de compra más favorable cuando el experimentador les comentaba que estaban tomando Pepsi que cuando pensaban que estaban tomando la Cola de bajo costo Woolworth (sin importar cual fuera la bebida que se les había dado a los participantes realmente). El 80% de los Procesos Objetivos y Subjetivos 13 participantes creía que la marca de bebida suave que consumieron fue la que les dijeron. Así, los resultados del presente estudio apoyan un origen subjetivo para la evaluación de sabor, en el cual los individuos llenan el producto con significados culturales y luego evalúan el grado al que ese significado se acopla con sus valores humanos y el auto-concepto (ver Figura 1). El nivel de congruencia afecta qué tan bien huele y sabe el producto. Este proceso subjetivo se construye en base al modelo de toma de decisiones de ruta directa de Allen y colaboradores (por ejemplo, Allen, 2000; Allen, 2001; Allen & Ng, 1999), que sugiere que los valores humanos de los consumidores tienen una influencia directa en la escogencia del producto cuando evalúan los valores humanos contenidos en la imagen/ simbolismo del producto (ver también Dittmar, 1992; McCracken 1988; Sirgy, 1980; Wicklund & Gollwitzer, 1982). Se necesita un desarrollo teórico a futuro de por qué la congruencia afecta las evaluaciones de sabor. Una explicación puede ser el efecto Halo, que es la tendencia de un individuo de calificar un objeto favorablemente principalmente por muchos atributos, debido a que el individuo previamente calificó favorablemente el objeto por un sólo atributo (por ejemplo, Thorndike, 1920). El efecto Halo presumiblemente proviene de una evitación disonante. Para el presente estudio, el efecto Halo puede haber llevado a los participantes que evaluaron favorablemente la imagen del producto a evaluar favorablemente otros aspectos del mismo, como el sabor y el aroma, y características perceptuales. Hay una segunda explicación posible a por qué la congruencia valor-imagen moldea las evaluaciones de sabor de los individuos. Allen y Ng (1999) sugieren que una afectividad fuerte (en el nivel de estados emocionales) acompaña la ruta directa de influencia de valor, porque los consumidores examinan el simbolismo de un producto al imaginar cómo se verían y se sentirían mientras lo utilizan. Los estudios han mostrado que la imaginería subjetiva y auto-referenciada incrementa la afectividad (además del comportamiento de intención y recordación) (por ejemplo, Anderson, 1983; Bone & Ellen, 1992; Goossens, 1994; Gregory, Cialdini, Procesos Objetivos y Subjetivos 14 & Carpender, 1982), y otros investigadores han encontrado que el simbolismo del producto tiende a ser juzgado afectivamente (por ejemplo, Chaudhuri & Buck, 1995; Mittal, 1994). Zajonc (1980) sugiere reacciones afectivas involucradas en la interacción de los estímulos con algún estado o condición interna del individuo, y al compararlos con los juicios cognitivos (por ejemplo, fragmentados), los juicios afectivos relacionan más directa y subjetivamente el self con el objeto. Consecuentemente, una congruencia entre los valores humanos propios y una imagen del producto parecida a esto, provoca un estado emocional positivo, que persiste durante la utilización del producto y colorea las evaluaciones y percepciones de los consumidores. Adicionalmente, es necesario para desarrollos teóricos más profundos el cómo los individuos interactúan con los significados culturales de las comidas y bebidas. El proceso subjetivo en la Figura 1 es como una práctica de consumo, en donde los consumidores transfieren los significados culturales de un producto hacia ellos mismos (por ejemplo, Holt, 1995; McCracken, 1988). La publicidad, el sistema de moda, las celebridades y el gusto, transfieren significados desde un mundo culturalmente constituido hacia un producto, y luego los consumidores transfieren los significados culturales desde el producto hacia ellos mismos a través de modelos o rituales de consumo. Para las comidas y las bebidas, el transferir significados culturales desde el producto hacia el consumidor es particularmente potente, porque las comidas y bebidas son introducidas en el cuerpo. Rozin (1996) propone que comer “es el principal modo de transacción material entre el mundo y la persona” (p. 20). Varios modos ordinarios de consumo son capaces de transferir los significados culturales de comidas y bebidas hacia el individuo. De hecho, la tipología de prácticas de consumo de Holt (1995), describe un modo “apreciativo”, en donde los marcos estéticos y emocionales se aplican a los objetos y las acciones. En un estudio del parque de baseball, Holt (1995) sugirió: “El apreciar el perro caliente es impulsado principalmente por el consumo de sus significados, basados en el marco local del baseball. El perro caliente sudoroso y poco adornado sirve como un símbolo concreto del baseball profesional y las Procesos Objetivos y Subjetivos 15 expectativas del baseball, y estos significados valorados se han engullido y naturalizado al grado que el perro caliente realmente sabe mejor” (página 6). Así, cuando un producto simboliza valores humanos que sostiene un consumidor, éste experimenta el producto a través de un modo de apreciación que le lleva a evaluaciones de sabor, actitudes y comportamientos de intención positivos. El diseño del presente estudio midió la actitud de los participantes hacia el producto (y la intención de compra) después que probaron el producto. Hemos sugerido que el proceso subjetivo afecta las evaluaciones de sabor y aroma de los individuos, lo que a su vez afecta sus actitudes y su comportamiento. De hecho, el estudio mostró que la evaluación de sabor se correlaciona positivamente con la actitud hacia el producto. Sin embargo, investigaciones futuras que midan las actitudes de los participantes hacia el producto justo antes que lo prueben, podrían encontrar una congruencia (entre los valores que los individuos poseen y los valores que el producto simboliza) que lleva a los individuos a tener una actitud favorable hacia un producto antes que lo prueben, y esta actitud favorable afecta sus percepciones y evaluaciones de gustos. Por lo tanto, establecer la dirección causal es un área importante para investigaciones futuras. Así mismo, para evaluar el rol de la imagen del producto en las impresiones de sabor de los individuos, el presente estudio manipuló experimentalmente el producto que los participantes pensaban que estaban probando. Allen (2002), mostró que la imagen del producto puede manipularse directamente experimentalmente, al informar a los participantes de investigaciones de mercado (ficticias) mostrando que la gente a la que le gustan ciertos tipos de productos posee ciertos valores. Además, mejores medidas pre-test y de más amplio rango, pueden permitir un tratamiento de las posibles explicaciones del efecto de la congruencia del valor-imagen en las evaluaciones y percepciones de sabor (por ejemplo, el efecto Halo, o una respuesta emocional profunda a la imaginería y simbolismo auto-referido) Para los profesionales del mercadeo, los resultados del presente estudio reafirman la importancia de la imagen de marca y el posicionamiento basado en la Procesos Objetivos y Subjetivos 16 imagen. El estudio mostró que, sin importar la marca que el experimentador les dijo a los participantes que estaban probando, los participantes que realmente probaron Pepsi reportaron que la bebida sabía mejor que los participantes que probaron la Cola de bajo costo. Evidentemente, el sabor objetivo de la bebida es vital para el éxito del mercadeo. Sin embargo, no hubo diferencias significativas en las evaluaciones de sabor entre los dos productos de comida, y ambos estudios mostraron que los participantes que poseen los valores simbolizados por el producto que pensaron que estaban probando, reportaron que el producto sabía mejor. Por lo tanto, la imagen de un producto puede ser más esencial para el éxito del mercadeo que su sabor objetivo, porque la imagen impacta en qué tan bien sabe, la actitud y la intención de compra (un mapeo perceptual puede revelar las imágenes de los productos, o ver Allen (2001) para un procedimiento basado en la regresión). Antes de introducir la “Nueva Cola” en los 80’s, Coca- Cola llevó a cabo 200.000 pruebas ciegas de sabor, que revelaron que la nueva mezcla objetivamente sabía mejor que la Cola que ya existía. Aunque la falla de la Nueva Cola se atribuyó al estado icónico de la Cola existente, los resultados del presente estudio muestran el proceso de toma de decisión que afecta las percepciones y evaluaciones de los consumidores. Referencias Allen, M.W. (2000). The Attribute-mediation and Product Meaning approaches to the influences of human values on consumer choices. In F. Columbus (Ed.), Advances in Psychology Research (Vol. 1) (pp. 31-76). Huntington, NY: Nova Science Publishers. Allen, M.W. (2001). A practical method for uncovering the direct and indirect relationships between human values and consumer purchases. Journal of Consumer Marketing, 18(2), 102-120. Procesos Objetivos y Subjetivos 17 Allen, M.W. (2002). Human values and product symbolism: Do consumers form product preference by comparing the human values symbolised by a product to the human values that they endorse? Journal of Applied Social Psychology, 32(12), 2475-2501. Allen, M.W., & Ng, S.H. (1999). 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PROCESO OBJETIVO Propiedades de la Comida o Bebida Receptores de estímulos Congruencia de La imagen del producto con los valores humanos del individuo PROCESO SUBJETIVO Percepción del Sabor y el Aroma Evaluación del Sabor y el Aroma Actitud e intención del producto Procesos Objetivos y Subjetivos 22 Media +- 1 SE Evaluación de Sabor y Aroma de la bebida Figura 2. Evaluación del sabor y el aroma de la bebida suave por Poder y los Valores de Reconocimiento Social y la Condición de Información (Cuando informaron Pepsi vs. Cuando informaron la marca local de Cola Woolworth). 4.6 4.4 4.2 4.0 3.8 3.6 3.4 Pepsi 3.2 3.0 Woolworth Bajo Alto Poder y Reconocimiento Social Media +- 1 SE Evaluación de Sabor y Aroma de la Bebida Figura 3. Evaluación de sabor y aroma de la bebida suave por Valores de Emoción y Disfrute y la Condición de Información (Cuando dijeron Pepsi vs. Cuando dijeron que era la marca local de cola Woolworth). 4.6 4.4 4.2 4.0 3.8 3.6 3.4 3.2 Pepsi 3.0 2.8 Woolworth Bajo Emoción y Disfrute Alto