Subido por Jaime S. Nauthiz

Medicina espagírica

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LA MEDICINA ESPAGÍRICA.
Dr. Mariano José Bueno Cortés.
BIOSALUD
INTRODUCCION.
Realmente es difícil definir en pocas palabras el
concepto real de lo que es la Medicina Espagírica sin caer
en el error de sintetizar demasiado. En mi experiencia
personal y profesional ha significado tanto que, ahora
puedo decir que se ha hecho imprescindible para mí.
Estamos refiriéndonos a una Medicina tan antigua casi
como el propio Hombre, quizás más. Nos referimos a la
tatarabuela de todas las técnicas que hoy en día se
utilizan para aliviar o curar nuestras enfermedades. No
obstante, partamos de la base de que Medicina sólo hay
una y, esta está dirigida a conservar y dirigir al estado de
Salud al Hombre, desde el punto de vista físico, psíquico,
espiritual y energético. Pues bien, ahí es donde trabaja la
Medicina Espagírica, en todos los niveles del hombre.
HISTORIA.
Entendamos que la Medicina Espagírica proviene de los árabes, sabio pueblo
que tanto legado nos ha dejado y, del que nuevamente hoy vamos a aprender.
Primeramente démonos cuenta de que en aquella época no existían los medios
diagnósticos de que ahora disponemos, y todo lo basaban en el pensamiento
analógico. Es decir, trataban de establecer comparaciones entre el hombre en todas
sus dimensiones y, la naturaleza, los ritmos circadianos, los astros y los reinos
animal, vegetal y mineral. Ya Paracelso, gran maestro, nos decía que somos un
microcosmos, que funciona como el macrocosmos. “Así arriba como abajo”. Incluso
en la religión católica nos han enseñado que Dios nos hizo a su imagen y
semejanza.
De este modo, las enfermedades se explicaban según el Cosmos,
tratándolas por tanto con remedios que lo asemejaran , respetando en los mismos
la armonía de la Naturaleza. Así, combinaban las plantas con los minerales,
guardando determinadas reglas. Con ello, los remedios formulados con estas
premisas y fabricados según el método espagírico, no tratan solamente a
determinados órganos, sino a otras partes del organismo, e incluso a otros niveles
del Hombre. Por ejemplo, veremos cómo relacionamos al cáncer con Saturno.
Saturno representa al bazo, motor de todo el sistema inmunológico. Corresponde
con los estadios finales de la Enfermedad. De hecho, Saturno se representa con un
cráneo ( signo de la muerte) con un agujero, dándonos a entender que hay algo al
otro lado, que aquí no acaba nuestra existencia.
Con este método podemos traducir las enfermedades a un nivel superior,
relacionándolas con el Cosmos. Por ello, no sólo es importante que conozcamos los
síntomas que padece el paciente, sino otros muchos aspectos que nos ayudarán a
saber con precisión qué es lo que realmente le ocurre y, por tanto encontrar una
solución verdaderamente eficaz. Veremos cómo de esta manera el paciente se
transforma a mejor, al igual que nosotros mismos iremos entrando en una dinámica
de crecimiento personal y profesional realmente difícil de explicar.
Estamos hablando de Alquimia, aplicada a la Medicina. Todos sabemos
como concepto general que los alquimistas buscaban la “Piedra Filosofal”, el
“Elixir de la Vida”, la transformación de los metales en oro, que es el metal más
puro. Pero esto es sólo lo que hasta ahora habíamos alcanzado entender. La
Alquimia es mucho más, no sólo busca la purificación de los metales, de la
Naturaleza, busca el perfeccionamiento del Hombre, su acercamiento a la Luz.
Entendamos, tal y como expreso en mi libro
“ ¿Existen las Enfermedades
Reumáticas?. La respuesta de la Medicina Biológica.”, de la Editorial Pirámide, que
el proceso de enfermedad en el ser humano muchas veces, por no decir siempre,
es un medio para purificarnos, debemos aprender de nuestra propia enfermedad y,
debemos encontrarnos en un nivel superior cuando salgamos de ella. Pues bien,
esta transformación que sufrimos, al igual que sufre el profesional que trabaja con
esta disciplina, es también Alquimia, es parte de la purificación del Hombre.
Para que trabajar de modo efectivo con la Medicina Espagírica es muy
importante utilizar el “pensamiento analógico”. Debemos intentar establecer
siempre las comparaciones entre el hombre y su enfermedad y el universo. Así,
estableceremos las analogías entre el proceso que está evolucionando en el
paciente y el cosmos, prescribiendo remedios que se asemejan con este cosmos,
respetando en los mismos la armonía de la naturaleza. Así, en los remedios
espagíricos se combinan las plantas y los minerales guardando estas reglas. Estos
remedios formulados y fabricados según estas premisas, no solamente tratarán los
órganos sino que además tratan otras partes del organismo e incluso otros niveles
de la persona.
Con este método podemos traducir y entender
las enfermedades en una dimensión más alta. Por ello,
para hacer una prescripción, deberemos conocer
muchos más datos del paciente, no sólo sus dolencias
corporales.
Etimológicamente Espagiria proviene de:
- Spân/Spao = Extraer y,
- Ageirein = Reunir.
Es decir, se trata de separar los elementos constituyentes de las materias
primas, purificarlos para eliminar las impurezas y volverlos a reunir en un estado
libre de toxinas y potenciados para tratar al organismo.
“Salud y enfermedad provienen de la misma raíz. Si el astro nos
hace enfermar, el astro nos debe
curar. Pues el recurso sólo es
posible por el semejante, jamás por el contrario.”
Paracelso.
Con ello, Paracelso nos quiere indicar que si el planeta es el que te enferma,
el mismo planeta debe curarnos. Recordemos que la Espagiria es anterior a la
Homeopatía, y que muchos años después, Samuel Hanneman nos dice:
“ Similia similibus curantur”.
Por el contrario, Paracelso adelantándose a la Era Química de la Medicina,
también nos dice que los tratamientos “anti”, no van a curar al enfermo. Podrán
enmascararnos los síntomas, pero el paciente seguirá adelante con su proceso de
enfermedad, apareciendo posteriormente esos u otros síntomas. Así se irá
produciendo lo que Hans Heinrich Reckeweg definía como vicariación progresiva.
Paracelso distinguía en el hombre dos partes fundamentales que se
interaccionan mutuamente:
- Material: el cuerpo
- Inmaterial: la esencia.
Así, en el hombre podemos diferenciar:
- una estructura física: tejidos, órganos, aparatos, sistemas…
- una estructura energética: información celular de desarrollo vital, capacidad de
asimilación de nutrientes externos ( O2,…), y la catálisis de reacciones metabólicas.
- una estructura mental.
Estas tres estructuras se encuentran interaccionadas constantemente unas
con otras, de modo que una alteración en cualquiera de ellas, podrá provocar fallos
en el funcionamiento de las otra dos. Ello también significa que es muy importante
que a nivel terapeútico trabajemos en los tres niveles, para asegurarnos una
resolución del proceso del paciente. Los remedios espagíricos deben conservar el
equilibrio y la armonía de la Naturaleza.
Y
a que como hemos dicho antes la Espagiria es la Alquimia aplicada a la
Medicina, Paracelso nos indica:
La Alquimia tiene por cometido la obtención de medicamentos y no la
preparación de oro y plata.
Aprended pues la alquimia, también llamada espagiria, y ella os enseñará a
discernir lo falso de lo verdadero. Con ella poseeréis la Luz de la Naturaleza y, con
ella, por tanto, podréis probar todas las cosas claramente, discurriéndolas de
acuerdo a la lógica y no a la fantasía.
Para tener una idea de lo complejo del proceso de fabricación de un remedio
espagírico, podemos mencionar las palabras de Irenes Philatephe, en su libro “ La
entrada abierta al palacio cerrado del rey “:
Respetad el ciclo solar anual, comenzando las operaciones de la Gran Obra
en el equinoccio de primavera, y durante todo el desarrollo será necesario conocer
las configuraciones planetarias favorables.
Es imposible ser alquimista operativo sin conocer bien la astrología.
En todos los pasos del
proceso de fabricación del remedio
espagírico,
desde
el
mismo
momento de siembra de las plantas
medicinales,
y
hasta
en
la
destilación de las materias primas,
se tienen en cuenta todas estas
premisas.
Todos estos secretos de fabricación, en el caso que nos ocupa con los
Laboratorios Soluna, se han conservado intactos siguiendo las instrucciones del
fundador del laboratorio, el barón Alexander von Bernus, al que se le ha llamado “el
príncipe de la espagiria”. Más adelante comentaremos la historia de este personaje
que marcó un hito muy importante en el desarrollo de la espagiria de nuestro
tiempo.
Dado que ya hemos hablado del trasfondo filosófico y espiritual que requiere
la Espagiria, conviene recordar las palabras de Pierre Jean Fabre, médico alquimista
del siglo XVII en su obra “Secretos químicos”:
La alquimia no es tan sólo una ciencia para enseñar la transmutación de los
metales, sino una ciencia sólida y veraz que enseña a conocer el centro de todas las
cosas, que en lenguaje divino se llama el espíritu de la vida.
No vamos a ser repetitivos con la historia de la espagiria en las diferentes
culturas, ya que entendemos que es una información accesible en cualquiera de los
libros que se encuentran editados en este momento. Solamente recalcaremos que
dada la idiosincrasia de cada pueblo, podemos hablar de una Alquimia China, de la
que proviene la Medicina Tradicional China que ahora conocemos; una Alquimia
India, de la que procede la Medicina Ayurvédica, una Alquimia Egipcia, Griega y,
por fin una Alquimia Arabe, que es la que se practica en Europa como herencia de
este culto pueblo. Los árabes nos la legaron y desde España se fue extendiendo en
toda Europa. Nos estamos remontando al siglo VII d.c.
Puesto que el desarrollo de la Alquimia que hoy estamos practicando
proviene de Paracelso, nos adentraremos un poco en las peculiaridades de su vida,
para con un pensamiento analógico, propio de la espagiria, establecer las analogías
entre su tiempo y el nuestro. Nos daremos cuenta de que, a pesar de todos los
años transcurridos, la situación no ha cambiado tanto, desgraciadamente para la
Medicina.
PARACELSO, EL REFORMADOR DE LA CIENCIA MEDICA.
Su verdadero nombre era Philippus Aureolus Theophrastus Bombastus von
Hohenheim. Podríamos decir que fue el primer revolucionario de la Medicina, como
luego veremos. Nació en 1493 en María Ensiedeln, Suiza. Murió en 1541 en
Salzburgo, Austria. Es en 1529 cuando se hizo llamar Paracelsus.
Su padre ya era médico; trabajaba en las minas de los hermanos Fugger,
cerca de Villach. Sus jefes tenían tanto dinero que se permitían y conseguían
presionar a los dirigentes políticos según les convenía. Paracelso siguió la tradición
familiar, pero con algunas peculiaridades, dadas sus características personales.
Estudió en diversas Facultades de Medicina, comenzando en Basilea y terminando
en Ferrara.
Fue guiado en las ciencias ocultas por parte de dos celebridades alemanas en este
campo: Salomón Trismosín (autor de un celebre tratado de alquimia) y el abad
Jean Tritheim.
Dado su afán por conocer más y por aprender lo máximo posible, siguiendo
la costumbre en aquél tiempo, terminó la carrera de Medicina a los 22 años y,
decidió ampliar sus estudios. Incluso ya durante su carrera tenía grandes
discusiones con sus profesores porque se negaba a reconocer la infalibilidad de las
autoridades árabes y griegas en el campo de la Medicina de su época. Desde el
principio rechazaba la teoría médica contemporánea y sólo aceptaba las leyes
naturales. De esta manera, sacaba nuevamente a la luz la sabiduría de Hipócrates,
el primero en formular una ley básica que permitía realizar curaciones auténticas
y duraderas: “El médico debe fomentar la naturaleza en su tendencia a restablecer
la salud y esta tendencia se expresa precisamente en aquellas reacciones
patológicas que llamamos enfermedades”.
Siempre incidió en tener la mayor práctica posible, la aprendiera de quien la
aprendiera, tanto de los médicos cirujanos civiles o militares, como de cualquier
persona por humilde e iletrada que fuera. De hecho, en sus Defensas, en el libro IV
dice:
Las Universidades no enseñan todas las cosas; es necesario que el médico
ubique a las prostitutas, los bohemios, las tribus errantes, los malvados y gentes
por doquier para aprender de ellas. Debemos descubrir por nosotros mismos,
aquello que sirve a la ciencia, viajar, tener numerosas aventuras y retener todo
aquello que pueda ser de utilidad en el camino.
Así lo hizo. Viajó y se relacionó con todo tipo de gente, intentando recoger
el mayor número de conocimientos. En suma, que comenzó a realizar curaciones
espectaculares. Tan espectaculares que cuando se afincaba en una ciudad, su
consulta se llenaba cada día más y más y, sus célebres “compañeros” se iban
quedando progresivamente sin clientela.
Precisamente, debido a una de estas espectaculares curaciones, la de
Oecolampade, amigo personal de Lutero, fue nombrado profesor de la Facultad de
Medicina de Basilea, en 1526. Recordemos que en aquella época era costumbre que
en la lección inaugural el profesor diera la clase en latín, cosa que no hizo
Paracelso. Es más, no sólo dio la clase en alemán, sino que además una de las
cosas que hizo fue quemar los libros de Galeno en esa primera clase, dando a
entender que todo eso no servía para nada. Imaginemos el revuelo que se
organizó, teniendo en cuenta que además sus compañeros profesores ya estaban
bastante sensibilizados contra él por la repercusión en sus consultas de las
espectaculares curaciones que realizaba Paracelso cada día.
Como anécdota final, en otro momento posterior de su vida, en la
Universidad de Basilea dijo dirigiéndose a todo el claustro de profesores que, había
más sabiduría en sus zapatos de viajar que en los viejos textos de Medicina. La
protesta de todos los profesores fue tan grande que Paracelso tuvo que marcharse
de allí y cambiar de ciudad de residencia.
Por último, Paracelso tenía un concepto del ser humano que coincide
plenamente con todo lo que en estos momentos entendemos en Medicina Natural.
Diferenciaba cinco aspectos o entes (ens) en el ser humano:
- Ens astrale: el hombre tiene sus raíces en el cosmos,
- Ens venini: realiza sus funciones en el metabolismo,
- Ens naturale: se individualiza en su constitución personal,
- Ens spirituale: coopera en la psicosomática mediante sentimientos e
intelecto,
- Ens Dei: y todo es creado y mantenido por una suprema inteligencia, que
marca mediante destino y karma el camino.
Así, Paracelso reconoce las diversas energías que obran en el Universo y la
en parte invisible estructura vibracional del hombre que le permite recibir estas
energías dentro de sí.
En el momento actual cuando de nuevo la Medicina corre peligro de entrar
en un estancamiento material, es de desear que Paracelso sea redescubierto. Su
obra, demasiado desconocida en general y en particular en Medicina, será siempre
la base de toda terapia que pretende obrar en sincronía con los fundamentos de la
creación.
Una ciencia curativa que quiere garantizar curación auténtica y duradera
únicamente podrá tener como base unos principios que correspondan a las leyes
naturales.
Otro personaje que no podemos olvidar, aparte de los grandes espagiristas
como Alberto El Grande, Santo Tomás de Aquino, Roger Bacón, Arnauld de
Villenueve, Raimond Llull, Fulcanelli, Nicolás Flamel, Jacques Coeur, Basile Valentin,
Bernard Le Trevisan, el Conde de Saint-Germain y un grandísimo etcétera, es el
barón Alexander von Bernus.
ALEXANDER VON BERNUS.
Lo cierto es que ningún autor contemporáneo e incluso desde el siglo XVIII,
ha creado una luz semejante sobre las primeras claves de la Alquimia como
Alexander von Bernus. Si queremos encontrar un equivalente es este caso, nos
tendremos que remontar a Raimond Llull, Alberto El Grande , etc…
El gran mérito que se le ha reconocido al barón von Bernus es el de remontarse a
esta fuente sin maestro ni precursor. El renovó una cadena que hacía muchos años
se había roto, que es la tradición de la alquimia alemana. Veamos un poco su
interesante historia.
Alexander von Bernus nació el 6 de febrero de 1880 en Lindau, a orillas del
lago de Constanza. Durante su infancia vivió cerca de Heidelberg en un antiguo
claustro benedictino, donde su familia había instalado una residencia y centro
artístico. En este clima, Alexander cultiva un gran interés por la literatura,
produciendo entre los ventidós y los veinticuatro años, tres colecciones de poesía.
En el año 1902 se instala en Munich para estudiar filosofía y literatura,
entrando en relación con otros jóvenes autores tales como Stephan Georg, Rilke,
Thomas Mann, creando juntos un “teatro de sombras”, escribiendo sus propias
obras.
Pasado un tiempo, el inquieto Alexander, busca otras materias que le
satisfazcan más y, se adentra en lo más profundo de los arcanos del pensamiento.
De este modo, conoce en 1913 a Rudolf Steiner, que acababa de fundar su
Antroposofía. Las circunstancias personales y quizá el destino hacen que von
Bernus muestre y desarrolle una gran vocación esoterista, volviendo a la
Universidad para, durante tres años estudiar química y medicina, de las que
conserva el bagaje, pero rechaza el racionalismo, demasiado estrecho para su
forma de ver las cosas.
En 1921 funda en aquél antiguo claustro benedictino en el que pasó su
infancia un laboratorio de preparaciones médicas espagíricas, hasta que en 1926
dicho claustro vuelve a sus antiguos propietarios, los benedictinos.
Entonces von Bernus traslada su laboratorio a Stuttgart, y coloca su
empresa bajo la doble invocación alquímica del sol y de la luna, al llamar al
laboratorio SOLUNA.
Desde este momento, dedica su vida por completo a tres propósitos:
- continuar su obra literaria, hasta escribir una cincuentena de libros,
- hace rotar su laboratorio de donde saldrán veintinueve preparaciones
médicas espagíricas reconstituídas en línea recta con los formularios de
Paracelso (que hoy en día se siguen fabricando del mismo modo y,
podemos encontrar en España desde Junio de 1996, gracias al empeño
de los Laboratorios Phyto-Esp de Zaragoza),
- descifra por centenas las obras antiguas de la literatura alquímica y
espagírica alemana, que son con mucho las más numerosas del mundo.
Llega la inquisición nazi y, por sus adhesiones esotéricas se le prohibe la
publicación de sus obras. Su laboratorio, que el furor político ha salvado por su
utilidad a través de la penuria, es destruído en 1943 durante un bombardeo de
Stuttgart.
Curiosamente, Alexander von Bernus ya lo tenía previsto. Su intuición hizo
que ya al comienzo de la guerra trasladara gran parte del laboratorio a
Donaumünster, una pequeña ciudad al borde del Danubio, en el corazón de la
Baviera.
En 1945, es recompensado de todos sus tormentos siendo elegido miembro
de la Academia Literaria Alemana de Darmstadt.
Su obra continúa…. hasta una cierta noche de marzo de 1965, en la que a la
edad de ochenta y cinco años, tal y como nos expresa Alexis Maleg en el prefacio
del Libro Alquimia y Medicina, de la editorial Luis Cárcamo, siendo el autor el propio
barón, “abandona el plano terrestre para acceder a las esferas del espítitu al que
no ha cesado de solicitar toda su vida por la poesía y la reflexión esotérica”.
El laboratorio fue comprado a la viuda del barón en 1984 por Marino
Lazzeroni, quien dedicó su vida por completo manteniendo todo tal y como el barón
lo creó. Esta entrañable persona a la cual he tenido el gran honor de conocer y
conversar, no todo lo que hubiera querido, dejó este mundo, el dieciséis de
Septiembre de 1996, apenas iniciada la actividad de Soluna en España.
Actualmente, el laboratorio sigue su cometido en todos los sentidos y, bajo
la tutela de Karin Pröeller, comienza una nueva etapa de divulgación científica y
espiritual en varios países conservando las directrices tanto de Alexander von
Bernus como de Marino Lazzeroni.
FABRICACION DEL REMEDIO ESPAGIRICO.
Antes de adentrarnos más a fondo en la fisiología
y fisiopatología en la que basamos la prescripción de los
remedios espagíricos en el ser humano, establezcamos
algunas nociones básicas para entender con claridad con
qué estamos trabajando.
En primer lugar es muy importante saber las
diferencias que existen entre una tintura simple y una
tintura espagírica.
La tintura simple explota la potencia medicinal de la planta sólo en parte. Es
una maceración en frío de plantas o partes de ellas en alcohol de 70º.
Posteriormente se realiza una filtración, tras el tiempo de maceración estipulado,
con papel de filtro. Posteriormente se envasa el remedio en cristal topacio, para no
ser atacado por la luz.
La tintura espagírica “abre” la planta e integra varios componentes de la misma
después de un proceso de separación y purificación. El residuo de la planta se
incinera y calcina y este calcinado se añade a la tintura, que así absorbe las sales
solubles de la planta.
Por supuesto que las plantas de partida se cultivan mediante técnicas de
cultivo biológico, regadas con agua de manantial, canalizada mediante tuberías de
madera para que no sufra ninguna interferencia energética. Además, todo el
proceso se hace sin utilizar ningún tipo de maquinaria, desde la siembra hasta la
recogida. Todo se realiza manualmente y con todo el cariño, para que la planta se
sienta cómoda y nos dé todo su potencial químico y energético.
El momento de la recolección de la planta, se elige también según unos
criterios establecidos desde los tiempos más remotos. Por ejemplo, la caléndula,
que es una planta solar, se recoge en la hora de máxima plenitud solar, es decir, a
las 12 de la mañana hora solar. La manzanilla, se recoge a las 5 de la mañana. El
hipérico (hierba de San Juan), a las 12 de la noche, de la noche de San Juan.
Además, sólo se recolectan las partes de la planta que se van a utilizar. En ningún
caso se extrae la planta completa.
Es muy importante realizar todo el proceso con amor, sin agredir a las
plantas. Hasta tal punto que la recolección de las partes de la planta que vamos a
necesitar, se hace con las manos, sin la agresión del metal. Esto es muy importante
porque es la manera de que la planta nos permita extraer también su potencial
energético, su esencia. Paracelso explicaba que si agredimos a la planta, ésta como
mecanismo instintivo de protección, llevará todo su potencial energético a las
raíces. Por eso se hace con las manos. Es como si le pidiéramos permiso a la planta
para que nos ayude a curar las enfermedades del Hombre.
Posteriormente, las partes recolectadas, se tienden al sol para su secado
natural en unas telas de seda blancas, para su posterior utilización para la
fabricación de las distintas fórmulas espagíricas.
Una vez fabricado el remedio espagírico, se le somete a un período de
adaptación para trabajar con gran eficacia en el ser humano. Para ello, en un lugar
seleccionado según criterios energéticos, buscando una zona con los
procedimientos que se utilizaban antiguamente para elegir el lugar de construcción
de una catedral, basílica o monasterio, se construye una estructura octogonal de
madera y cristal, sin utilizar ningún material metálico que pueda producir
interferencias. Esta estructura se dispone de tal manera que la temperatura interna
de la misma sea de 37 grados centígrados, similar a la temperatura de nuestro
cuerpo. En su interior se colocan las tinturas espagíricas antes de su envasado,
durante unos 50 días. El recipiente en el que se colocarán las tinturas espagíricas
una vez fabricadas es de un cristal muy puro, fabricado por un vidriero según las
técnicas más antiguas. Este recipiente está diseñado de manera que desde el
exterior y sin abrir el recipiente, podamos dar vueltas al producto mediante unas
palas también construidas en cristal.
Cada mañana, al salir el sol, el Maestro Espagirista, vertirá unas gotas de
tintura espagírica de oro (que representa al sol) y dará 33 vueltas a cada remedio
(número de ciclos del sol) en el sentido de las agujas del reloj. Cada atardecer, al
salir la luna, añadirá unas gotas de tintura espagírica de plata (que representa la
luna) y dará 28 vueltas a cada remedio (número de ciclos de la luna) en el sentido
contrario al de las agujas del reloj. Así, durante los 50 días.
De esta manera, el remedio espagírico se prepara en armonía con el
universo y se dispone de forma que esté en las mejores condiciones de ejercer el
máximo efecto en el organismo humano. Puedo asegurar que se consigue.
CONCLUSIONES.
La Medicina Espagírica es una de las grandes armas terapéuticas de la
Medicina Biológica. Sus efectos son muy potentes, de modo que con ella, se pueden
afrontar enfermedades complejas y en las que los demás tratamientos no aportan
los resultados esperados.
Muy pocos son los médicos en España que la practican, aunque cada vez hay
más interés por la misma. No obstante, no olvide que es una técnica médica y que
sólo el médico estará en disposición de recomendarle los remedios más idóneos
para su caso. Las indicaciones aquí descritas, son a título orientativo. Evite la
automedicación.
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