Primera Edición: Diciembre 2017 “Esta investigación, para ser publicada, fue arbitrada y avalada por el sistema de pares académicos de El Colegio de Tlaxcala A.C.”. D.R. © EL COLEGIO DE TLAXCALA A. C. Privada Melchor Ocampo 28, Col. Centro. C. P. 90600, Tlaxcala, Tlax. Tel. 01 246 464 5233 ISBN: 978-607-7673-62-0 Fotografía: Ángel Christian Luna Alfaro Diseño editorial y de portada: HDB Impreso y hecho en México Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier medio impreso, mecánico, fotoquímico, electrónico o de cualquier otro existente o por existir, sin el permiso previo del titular de los derechos correspondientes 1 Estimación Multidimensional de la Población Indígena en México Coordinador: Ignacio Ibarra López 2 Índice I. Los problemas del estado ante la pluriculturalida……………...………4 Ignacio Ibarra López y Jorge David Cortés Moreno II. Reconocer la otredad frente al estigma de ser indígena…………18 Laura Collin Harguindeguy III. La estimación multidimensional de la población indígena en México desde la visión cualitativa………………………………………34 Ángel Christian Luna Alfaro IV. El maíz ajo (Zea mays tunicata), especie endémica de Ixtenco, Tlaxcala. Identidad e importancia biológico-cultural……………….67 Andrés María Ramírez, Víctor Volke Haller y María Lourdes Guevara Romero V. ¿Quíén es indígena en México?. Identidad y estadísticas…………79 Ignacio Ibarra López y Hector Calleros-Rodriguez VI. Identidad cultural: El caso de los Hñähñús, un estudio de cuatro generaciones; por el orgullo de ser indígenas…………………….112 Lisbeth Trejo Escamilla 3 Velázquez Gutiérrez, M. E. (2011). Africanos y afrodescendientes en México: premisas que obstaculizan entender su pasado y presente. Cuicuilco, 18(51), 11-22. Recuperado en 18 de agosto de 2017, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S018516592011000200002&lng=es&tlng=es Velázquez Gutiérrez, M.E. e Iturralde Nieto, G. (2012). Afrodescendientes en México, una historia de silencio y discriminación. México: Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. Warman, A. (2002). Los indios mexicanos en el umbral del milenio. México: Fondo de cultura económica. IV. El maíz ajo (Zea mays tunicata), especie endémica de Ixtenco, Tlaxcala. Identidad e importancia biológico-cultural Andrés María Ramírez Víctor Volke Haller María Lourdes Guevara Romero 66 Antecedentes La intención de este ensayo es documentar la situación actual del Maíz Ajo, Zea mays tunicata, presente en el municipio de Ixtenco, Tlaxcala, considerándolo como un recurso de la biodiversidad que requiere estudiarse, comprenderse, resguardarse. Se hace una revisión de la literatura y una exposición empírica sobre su importancia considerando aspectos biológicos y socioculturales, como es el tema de su uso e identidad. De acuerdo con Conacyt-Sagarpa (2014), México es el centro del origen y diversidad del maíz (Zea mays L.), y se han identificado cerca de 56 razas bien definidas (morfológica y genéticamente distintas). Su cultivo en México es el más importante en cuanto a superficie sembrada (ocupó 68.5% del total sembrado en 2014, según SIAPSAGARPA; 80 millones de ha con maíz en 2013, reporta CONACYT-SAGARPA, 2014) y social y culturalmente. Según Ranum et al. (2014) México fue el cuarto país productor de maíz en el mundo en 2011, y según estos autores, en el mundo, nuestro país solo es superado por 67 Lesoto y Malawi, de África, en el consumo diario per cápita por día (328 y 293 g/persona/día, respectivamente, versus 267 en México). Para Beadle (1980), el maíz es el más eficiente de todos cereales para convertir la energía solar, bióxido de carbono, agua y nutrientes minerales, en alimento. CONACULTA (2004:9) reporta que “..existe un complejo sistema cultural de usos agrícolas, tradiciones y simbolismos, teñido de religiosidad y volcado en rituales que, a partir del maíz, remiten a la creación del hombre mesoamericano, al manejo armónico del medio ambiente, a seculares formas de arraigo y vínculo social —festividades, calendario de siembras y cosecha, usos funerarios y otras costumbres indias y mestizas— , al equilibrio nutricional y, por supuesto, a una larga nómina de platillos característicos”. Carrillo (2008:9) dice que “el maíz hhace su aparición … bajo la forma de una pequeña mazorca con minúsculos granos, comparados con los actuales que se piensa, deben su tamaño a una mutación súbita resultado de la estructura genética de esta planta — aunque hay polémica al respecto”. Sin embargo, junto a este maíz “convencional que casi todos los mexicanos comemos y conocemos, existe otro tipo de maíz conocido por los campesinos como “maíz ajo”, dado que esa es su apariencia cuando está en mazorca. Posiblemente también tuvo un origen similar al maíz comúnmente conocido, y fue domesticado hace 5 a 10 mil años, quizá el mismo tiempo en que experimentó alguna o algunas mutaciones que le dan la apariencia de “ajo”, que hace que los campesinos de Ixtenco, Tlaxcala, lo llamen maíz ajo. Maíz Ajo. Origen Galinat (1977) señala dos hipótesis sobre el origen del maíz: la primera es que el teosinte actual es el antecesor silvestre del maíz, y/o un tipo primitivo de teosinte es el antecesor silvestre común del maíz y del teosinte; la segunda es que una forma desaparecida de maíz tunicado fue el antecesor del maíz, y el teosinte fue, en cambio, una forma mutante de dicho grano tunicado. González (1955) reporta que en 1935, el profesor Guillermo Gándara, sembrando semillas "tunicadas" de teocintle hibridado naturalmente, obtuvo maíz perfecto por polinización en los terrenos del Instituto de Genética Vegetal, en San Jacinto, México; también refiere este autor que en 1939, Mangelsdorf y Reeves estudiando el problema del origen del maíz llegan a la conclusión de que el género Zea actual tuvo formas primitivas, el Zea mays tunicata, de granos cubiertos, que se localizaron en Paraguay y regiones aledañas. Estaba a punto de extinguirse cuando el 68 hombre inventó sembrarlo, quitándole lo tunicado, lo que determinó que el carácter tunicado mutase en carácter benéfico (planta doméstica) y se conservase el género, que posteriormente fue diseminándose y multiplicando sus formas conforme al medio y los progresos de la técnica agrícola. Hoy día está confirmado que el progenitor del maíz actual es el teocintle (Abel Muñoz Orozco, Feria del Maíz en Ixtenco, 2015). Brieger et al (1958) reportaron al maíz tunicado en Brasil. A nivel nacional se reporta su existencia en el estado de Durango; no está reportado en ningún país de Centro o Sudamérica; (Serratos, 2009); la Universidad de Kentucky, USA, (Bitzer M. y Herbek J. 2001), lo reporta como una curiosidad que no se siembra comercialmente; Rosero (2015) lo reporta en Ecuador, en su investigación denominada “estudio investigativo del Mote, análisis de sus propiedades y elaboración de alternativas para la cocina ecuatoriana”; Mangelsdorf y Reeves (1945), mencionan que el maíz tunicado en Bolivia los nativos le llaman “paca sara” o maíz cubierto, oculto. Han et al. (2012) mencionan que Tunicata 1 (Tu1) es una mutación dominante en Zea mays tunicata, en el cual, los granos están encerrados completamente por glumas, a diferencia del maíz convencional, que no posee estas glumas; según estos autores, la característica Tu1 no se encuentra en el teocintle, ancestro del maíz, y apareció después de la domesticación de éste. Para Gwirtz y Garcia-Casal (2014), las variaciones en maíz se pueden definir de acuerdo con el tipo de grano, por ejemplo, dentado, dulce, reventador, harinoso, etc. y maíz tunicado (pod corn) y mencionan que, excepto para el tunicado, esa definición se basa en la cantidad, calidad y patrón de composición del endospermo, que determinan el tamaño del grano. En México, la Comisión Nacional para el conocimiento y uso de la Biodiversidad (CONABIO, 2015 69 1) reconoce siete grupos de razas de maíces mexicanos: Cónico, Sierra de Chihuahua, Ocho Hileras, Chapalote, Tropicales precoces, Dentados tropicales, y de Maduración tardía. En Estados Unidos se reconocen, usualmente, seis tipos de maíces: maíz dulce, que es el más común; pop corn o reventador, con el que se hacen las palomitas; maíz harinoso, que para productos horneados; maíz dentado, que representa 99% del total producido en ese país, y con el que se produce, por ejemplo, el etanol; maíz duro (Flint corn) que se siembra mayormente en Centro y Sudamérica; y maíz tunicado, que no se cultiva comercialmente sino solo con fines ornamentales, debido a sus granos alargados y patrón variado de colores (Michael, 20152). A principios del siglo pasado, Shoesmith (1906) reportaba que en Estados Unidos el maíz tunicado no se sembraba comercialmente sino como una curiosidad, pero que sí se cultivaba en México y otros países de Centroamérica. Poco después, Blaydes (1953) reportó que existían evidencias de que este tipo de maíz se cultivaba por los indios Cochise en Arizona hace tres mil años; decía este autor que el carácter tunicado de este maíz es controlado por un gen dominante simple, y que se transmite rápidamente a otros maíces mediante polinización cruzada, que resulta en una nueva combinación o recombinación de caracteres. Con respecto a esto último, Brown y Darrah (1985) mencionan que el maíz tunicado homocigoto es altamente auto estéril, y que el tipo usual de este maíz, es heterocigoto, y puede tener los tipos de grano de endospermo como los descritos antes (dentado, dulce, ceroso, duro, reventador); en este sentido, es importante lo que afirman Gwirtz and Garcia-Casal (2014), quienes afirman que la composición del endosperma se puede cambiar por la diferencia de un solo gen, como es el caso de harinoso(fl) versus duro (Fl), azucarado (su) versus almidón (Su), ceroso (wx) versus no ceroso (Wx) y otros modificadores del gen recesivo que se han usado e mejoramiento genético para producir tipos de maíces especiales. Rao y Pandey (2007), mencionan que este maíz tunicado data de hace 5 600 años según evidencias arqueológicas encontradas en el Valle de Tehuacán, Puebla, México Eyster (1921), menciona que Jones y Gallastegui en 1919, observaron que cuando se sembraban separadamente semillas con endospermo azucarado y endospermo almidonado procedentes de plantas heterocigótas autofecundadas para endospermo tunicado y endospermo azucarado, la semilla de endospermo almidonoso 1 Veáse: http://www.biodiversidad.gob.mx/genes/maicesInfGest.html 2 Veáse: http://thinkbioenergy.com/did-you-know-there-were-6-different-types-of-corn/ produjo gran cantidad de plantas tunicadas, mientras que las plantas de semilla azucarada, por otra parte, produjeron grandes cantidades de plantas no tunicadas. De acuerdo con Nahban (2013), el Chapalote es una de las razas de maíz más distintivas de México; es una raza antigua no solo por su carácter de grano cristalino de tipo reventador, sino también por tener una ligera manifestación de grano tunicado, y se caracteriza por el grano de color café. Wellhausen et al. (1952) mencionan que no hay razón para dudar de que el Chapalote es una raza antigua y uno de los descendientes directos del antiguo maíz tunicado-reventador; ello sugiere que algunos estudios deben orientarse en este sentido. Al respecto, cabe mencionar que el grano de las mazorcas de Zea maíz tunicata cultivado en Ixtenco, tienen un grano blando susceptible al daño de plagas de almacén, particularmente la llamada “palomilla”, que hacen que el grano se dañe en su totalidad, antes del siguiente ciclo de producción, como puede verse en la foto 1; en ocasiones es dañada la mazorca por hongos, como se ve en la Foto 2. Foto 1(archivo del primer autor) Foto 2 (archivo del primer autor) Usos del Maíz Ajo Bennetzen (2009) menciona que el maíz tunicado se sembraba a inicios del siglo pasado, como una curiosidad botánica; Romero et al. (2009:4) refieren que el Zea mays 1 tunicata “se usa como ornamento o como fuente de germoplasma en los programas de fito mejoramiento”; esta última afirmación no se ha podido corroborar en la información disponible. Jugenheimer (1981) citado por Castellanos (2010) dice que el maíz tunicado no se está cultivando comercialmente, pero es de considerable interés en estudios sobre el origen del maíz. Falta investigar que usos y estudios se realizan a este maíz tanto en México como en otras partes del mundo; la información más reciente publicada en México está en la Revista Claridades, de Aserca Edición especial Septiembre de 2015 (SAGARPA, 2015), 3y en la Revista Ciencia, de la UNAM, número 118-119, 2016, 4que trae el artículo “Transmisión generacional de variedades de maíz tunicado” y este maíz en la portada principal. Trueba y Turrent (2016), en la publicación mencionada dicen que “Según crónicas transmitidas de manera oral de generación en generación y otras documentadas en publicaciones más bien de enfoque antropológico, se reconoce que el maíz (y particularmente el maíz ajo) se cultivaba adicionalmente para usos medicinales y ceremoniales”. Localmente, es poco lo que se ha indagado acerca de sus usos; en una entrevista en televisión, en 2012, Don Vicente Hernández (quien junto con su familia ha cuidado a esta especie de maíz) lo uso para “sobar” el brazo adolorido de un joven, en las instalaciones de El Colegio de Tlaxcala, pasándolo repetidamente, a manera de masaje, sobre el brazo, y preguntando si disminuía la molestia; en pregunta expresa, Irma Hernández (hija de Don Vicente) confesaba que este maíz su mamá lo va apartando cuando desgranan el maíz, y luego con él hace el nixtamal (Nixcómil, olla en que se hace la nixtamalización, “nischcomil”), y luego, las tortillas, las cuales, dice, tienen más fibra 3 Veáse: http://www.infoaserca.gob.mx/claridades/especial-201509.asp 4 Veáse:http://www.revistaciencias.unam.mx/es/busqueda/titulo/34-revistas/indices-revistasciencias.html?start=10 2 que las del maíz normal; esto último se debe a que el pedicelo del grano, que lo une a la mazorca, es más largo que en el maíz normal. Se desconoce cuanta superficie sea sembrada con este maíz; durante la llamada “Fiesta del Maíz” que se realiza anualmente en el municipio, las familias suelen traer mazorcas de este tipo de maíz, junto con otras que no tienen que ver con esta especie, como son los maíces de colores (azules, y rojos, mayormente), sangre de cristo, cacahuacintle, etc., y que ofrecen a los visitantes a un costo muy bajo y sin tomar ninguna precaución, como el preguntar el nombre, domicilio, etc., de las personas o instituciones que se llevan esas muestras. En una ocasión el primer autor preguntó a la esposa de don Vicente sobre cuánta superficie sembraba su esposo con este maíz, y casi suelta la carcajada al decirle que solo sembraba unas seis a diez plantas, cada ciclo. En otra ocasión, visitó la parcela del antropólogo Cornelio Hernández, y lo había sembrado en no menos de 2,500 metros cuadrados. Debido a que su fenotipo o apariencia puede llegar a ser bastante similar al maíz convencional, es muy difícil ubicarlo a simple vista entre los sembradíos de la región, particularmente antes de la aparición de la espiga. Cuando ya formó y exhibe la espiga, en ocasiones puede distinguirse porque es más “gruesa” que la espiga normal, y posteriormente, si forma granos en la misma espiga, la panoja se verá muy abultada y con los granos, ya sea totalmente cubiertos, semidescubiertos, o casi desnudos, pero siempre tunicados. También es de interés mencionar que cuando la planta está en etapa vegetativa y reproductiva, el tallo suele ser de sabor más dulce que el maíz convencional, debido posiblemente a una mayor concentración de azúcares en el tallo. En alguna entrevista que el primer autor tuvo con Don Vicente, le contó que cuando le dejó su Papá este maíz, todo era de color blanco, incluyendo el totomoxtle (la envoltura de la mazorca); ahora, es posible ver mazorcas y totomoxtles, del color del resto de los maíces (cremas, azules, rojos, principalmente); ello indica que voluntariamente ha cruzado este tipo de maíz con el maíz convencional, haciendo que entre ellos compartan información genética, que se requiere investigar. En campo es posible ver, también, que su fenología es similar entre el maíz ajo y el resto de los maíces convencionales, mayormente, de ciclo intermedio de crecimiento, que es el ciclo dominante en esta parte de los llamados Valles Altos de México. De acuerdo con un mapa que aparece en el libro “Un gobierno de indios: Tlaxcala, 1519-1750” de la Dra. Martínez Baracs, en la región oriente del estado se 3 ubicó un cinturón formado por pueblos otomíes, de los cuales el último que se reconoce como tal es el pueblo de Ixtenco; este cinturón abarcaba desde la Venta, y Nopalucan, de Puebla, Zitlaltepec, Ixtenco, Huamantla, Cuapiaxtla, Altzayanca, Terrenate, Atlangatepec, principalmente. Esta información es corroborada en parte, por comentarios de la Dra. Laura Collin, de El Colegio de Tlaxcala, quien indica que posiblemente los primeros pobladores de esa región fueron otomíes, y que esa forma de establecerse, formando cinturones, era característico de estos indígenas, que, habiendo sido conquistados por otras tribus o culturas, dado su carácter guerrero, eran utilizados para salvaguardar las fronteras. De acuerdo con esto, es posible que en partes del Valle de Huamantla, se encuentre este tipo de maíz tunicado, aunque de manera bastante marginal, ya que los campesinos a los que se ha mostrado imágenes del maíz ajo, no le reconocieron. De acuerdo con la información analizada, con respecto al Zea mays tunicata endémico de Ixtenco, se requiere una serie de acciones investigativas con referencia a: • • • • • • • Estudios moleculares para confirmar las mutaciones por Tu,tu y confirmar las leyes de Mendel sobre su reproducción Estudios sobre sustancias como antioxidantes en las glumas de las plantas genéticamente recesivas Estudios antropológicos para explicar por qué ha llegado hasta nuestros tiempos el maíz tunicado, Estudios agronómicos para identificar la fenología del cultivo y posibles usos que le den valor agregado y fomenten su conservación Estudios bromatológicos para determinar su calidad del forraje como un posible valor agregado, dado la presencia del sabor dulce en su caña y grano Estudios de laboratorio para posibles usos gastronómicos del grano tunicado (mezclas en la tortilla, atoles, etc.). Registro de variedades nativas de maíz, priorizando Zea mays tunicata 4 Referencias Beadle, G.W. 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