Subido por Cesar Flores

ADORAR AL ESPÍRITU SANTO

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ADORAR AL ESPÍRITU SANTO (P.
Charly García CJM)
16.5.09 P. JOSÉ LUIS 3 COMENTARIOS
Un gran amigo de
Guadalajara, México, estando un día en oración sintió la necesidad de
ADORAR al ESPÍRITU SANTO con algún canto de alabanza, intentó recordar
alguno y no pudo, ¿¿¿Saben porqué????, simplemente, no encontró en su
cancionero carismático ninguna composición de "adoración" al Espíritu
Santo!!!!.
¡¡¡Había muchos cantos pidiendo su venida, iluminación, unción o dones!!!
Es triste reconocerlo, pero aún en la Renovación Carismática, que nos
jactamos de "conocer" y hasta "poseer" al Espíritu Santo, sólo lo invoquemos
para hacerlo emerger y conseguir "algo" de Él.
Detengámonos en algunas de estas canciones: "Ven, Espíritu de Dios, Ven
envuélveme en Tu amor, ven, Espíritu de Dios ven a mi, Úngeme, Cúbreme,
Sáname, lléname. Apodérate de mí....etc." ¡¡¡Ni siquiera le agradecemos lo que
nos da y hace por nosotros, mucho menos le adoramos con ese tipo de
canciones!!!
Visité recientemente una librería evangélica y escuché algunos cassetes, y
¿adivinen qué?, este descuido musical abarca también a nuestros hermanos
protestantes. ¿Cómo lo ven??.
Meditando sobre la importancia del Santo Espíritu de Dios y su lugar en la
definición dogmática de la Trinidad en nuestra Iglesia Católica, constaté con
sorpresa que al Padre y al Hijo se les adora como tales, dándoles el lugar
preponderante que les corresponde, pero no así al Espíritu Santo que "parece"
relegado y subordinado a los dos primeros.
En las Sagradas Escrituras el mismo Jesús dice con respecto al Espíritu Santo:
"Pero el Espíritu Santo, el Defensor que el padre va a enviar en mi nombre, les
enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que les he dicho" (Jn
14,26)"Cuando venga el Espíritu de la verdad, Él los guiará a toda verdad;
porque no hablará por Su propia cuenta, sino que dirá todo lo que oiga y le
hará saber las cosas que van a suceder. Él me honrará a mí, porque recibirá de
lo que es Mío y se lo dará a conocer a ustedes. Todo lo que el Padre tiene es
Mío también; por eso dije que el Espíritu recibirá de lo que es Mío y se los dará
a conocer a ustedes" (Jn 16,13-15)
La Pneumatología, o teología del Espíritu Santo, nos dice, con respecto a estos
textos, que el Espíritu es un don del Padre por petición del Hijo y enviado para
glorificar al Hijo. Es en este aspecto donde podemos decir que el Espíritu Santo
no ha venido para hablar de sí mismo, sino para guiarnos a la Verdad y
Glorificar al Hijo. Pero esta afirmación puede atentar contra el Credo NicenoConstantinopolitano que afirma:
"Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre
y el Hijo, que con el Padre y el Hijo RECIBE UNA MISMA ADORACIÓN Y
GLORIA y habló por los profetas..."
La presencia del Espíritu Santo es determinante para la vida de la Iglesia, hoy y
en toda su historia. fíjémonos en lo siguiente:
Se perdonará al que peque contra El Padre, lo mismo al que lo haga contra el
Hijo, pero no así al que peque contra el Espíritu Santo.
El Espíritu de Dios se movía al inicio en las aguas fecundándolas con toda
clase de vida.
El Espíritu Santo habló a través de los profetas para enseñar y prevenir a los
hombres de la ira del Señor.
Jamás ejecutó una sentencia de escarmiento contra alguien o alguna nación
(siempre el encargado de estos menesteres fue el Ángel Exterminador).
Ungió a Nuestro Rey Jesucristo cuando descendió en forma de paloma cuando
fue Bautizado por el Bautista.
Llenó con su poder a los Apóstoles en Pentecostés y gracias a su predicación y
testimonio hoy conocemos a Jesús.
Iluminó a los Evangelistas y autores sagrados.
En el Nombre de Jesús pero por su medio es que tenemos los Carismas que
nos mantienen fieles.
Habita en nosotros y nos guía hacia la salvación.
Inspiró a los padres de la iglesia y Concilios contra las herejías.
Inspiró e inspira la Magisterio de la Iglesia.
Es quien convierte el pan y vino en Cuerpo y Sangre de Cristo.
Entra a morar en el cristiano por el Bautismo.
Marca con su sello en la Confirmación.
Unge a los diáconos, presbíteros y obispos en el Orden.
Lleva nuestras oraciones al Padre.
Hoy la Iglesia vive y se mueve por el Espíritu Santo. Él, no corrige, aconseja,
no sentencia, intercede, no sabe sino hacer puros favores y regalos. Sabiendo
todo esto, creo que es justo que comencemos, los laicos de nuestra Iglesia
Católica a tomar la iniciativa y dejar de ir a la zaga de los evangélicos;
comenzar una etapa donde ADOREMOS a la Santísima Trinidad dentro de la
Renovación Carismática Católica.
Es hora que nuestros Ministerios de Música creen canciones y alabanzas de
ADORACIÓN al Espíritu.
¡¡¡Es el momento para que en nuestras asambleas y grupos de oración
equilibremos un poco nuestra Adoración!!!
Estoy convencido que así como al Padre no le molesta que "adoremos" a su
Hijo a Jesús; de hecho nadie va al Padre sino a través del Hijo, pero tampoco
nadie va al Hijo sino a través del Espíritu que convence de pecado (Jn 16,8-9);
así también debemos "adorar" al Espíritu Santo. Quiero dejar en claro que no
estoy restándole importancia a Jesús nuestro Señor, sino dándole al Espíritu
Santo la adoración y gloria que le corresponde, como lo dice el Credo, junto al
Padre y al Hijo.
Que los Católicos tomemos la iniciativa y la creatividad para darle al Espíritu
Santo el lugar que le corresponde!!!
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