Tipos de memoria Los tipos de memoria se agrupan de forma dicotómica en función de sus características. Los tipos de memoria dependen de la variable utilizada para hacer la clasificación. Las clasificaciones más frecuentes son la agrupación de memoria en función de la temporalidad, el formato de codificación y la memoria en función del tipo de información almacenada. Los tipos de memoria en función de su temporalidad, hace referencia a la memoria a corto plazo (MCP) y a la memoria a largo plazo (MLP). Estas se diferencian en las fases de almacenamiento y recuperación, donde la memoria a corto plazo es almacenada y recuperada durante un lapso breve de tiempo, mientras que la memoria a largo plazo se sostiene en el tiempo. Memoria a Corto Plazo (MCP): Es la información que manejamos en un corto periodo de tiempo y es de capacidad muy limitada. Dentro de ella encontramos a la denominada memoria de trabajo, no es más que la capacidad de la memoria a corto plazo de trabajar con la información de la que dispone, desde realizar cálculos rápidos, a retener el nombre de una persona, etc. Memoria a Largo Plazo (MLP): Es una memoria más duradera y con capacidad supuestamente ilimitada. Dentro de ella existe varios subtipos, una de los más importantes son: Memoria Declarativa o Explicita: se caracteriza por poder ser evocada conscientemene. Dentro de ella existe otra clasificación entre: Episódica: es la memoria autobiográfica, es decir la que almacena los recuerdos de nuestra vida como el primer trabajo, la boda, el nacimiento de los hijos, la muerte de un familiar, etc. Semántica: en ella guardamos los conocimientos que tenemos sobre las cosas, como por ejemplo el descubrimiento de América en 1492, la composición del sistema solar, etc. Memoria Procedimental o implícita: Es la memoria de las habilidades que hemos ido adquiriendo en nuestra vida, y se caracteriza porque no podemos explicar como se ha aprendido y es automática e inconsciente. Por ejemplo andar, montar en bici, patinar, conducir, etc. Es una memoria muy útil porque nos permite, al no necesitar prestarle atención, realizar otras actividades como hablar, escuchar música, etc, mientras la realizamos. La memoria sensorial es el tipo de memoria que permite retener impresiones de información sensorial después de que el estímulo percibido haya desaparecido. Hace referencia a los objetos detectados mediante los receptores sensoriales del organismo (los sentidos), los cuales son retenidos temporalmente en los registros sensoriales. Los registros sensoriales contienen una elevada capacidad de almacenamiento de información pero sólo son capaces de mantener imágenes precisas de información sensorial durante un tiempo muy limitado. De forma general, se han establecido dos tipos principales de memoria sensorial: la memoria icónica y la memoria ecoica. El primero resulta un componente del sistema de memoria visual. El segundo tipo de memoria sensorial trata de un componente de la memoria a corto plazo que se encarga de retener información auditiva. Características de la memoria sensorial La memoria sensorial puede definirse como la persistencia de un estímulo en el tiempo, más allá de su presencia física. Es decir, es la memoria que permite que el efecto de un estímulo continúe aunque este haya desaparecido. Por ejemplo, si una persona visualiza una escena que le produce sensaciones de terror o miedo, la memoria sensorial permite que siga experimentando esas sensaciones cuando haya dejado de verla. En este sentido, la memoria sensorial es una capacidad mnésica que pone de manifiesto la estrecha relación que guardan los sistemas perceptivos y los procesos cognitivos. De hecho, no puede explicarse el funcionamiento del uno sin el otro. La percepción sin cognición conduciría a un modo pasivo de conectar con el mundo, ya que la mente no realizaría ninguna tarea con la información captada a través de los sentidos. Por otro lado, el aprendizaje y el funcionamiento cognitivo resultaría imposible sin la captación de información y conocimiento nuevo del mundo exterior mediante los sistemas perceptivos. Así pues, las sensaciones resultan el punto de partida de la percepción, y la percepción es el primer paso hacia el proceso cognitivo. Sin sensación no hay percepción y sin percepción no hay recuerdo. No obstante, la percepción y la memoria tienen más elementos comunes: la percepción va más allá de las sensaciones, habitualmente se define como el mecanismo mediante el cual el cerebro dota de significado a las sensaciones. De este modo, la memoria sensorial procesa y almacena la información significativa. Así mismo, la memoria sensorial también interviene en el funcionamiento de procesos básicos de percepción como la detección, la discriminación, el reconocimiento o la identificación. Funciones La función principal de la memoria sensorial consiste en conservar la estimulación a pesar de que esta haya desaparecido. De este manera, incrementan las posibilidad de poder procesar la información, especialmente en el caso de los estímulos de poca duración. En este sentido, la memoria sensorial actúa como un puente de información que permite incrementar la duración de la presentación de los estímulos. Si el cerebro sólo pudiera procesar la información mientras el estímulo está presente y puede ser registrado por los sentidos, mucho conocimiento se perdería por el camino. El funcionamiento de la memoria sensorial puede ejemplificarse durante la conducción de un automóvil. Mientras una persona conduce un coche, puede percibir en la carretera múltiples señales que le indican las normas de circulación, indicaciones de cómo llegar al destino, etc. Normalmente, la visualización de estos elementos resulta muy breve debido a la velocidad del automóvil, el cual permite captar los estímulos durante periodos cortos de tiempo. No obstante, la estimulación que producen dichos elementos se prolonga a nivel cerebral durante un periodo de tiempo más elevado que la propia presentación del estímulo. Esta habilidad la realiza el cerebro a través de la actuación de la memoria sensorial, la cual permite conservar la estimulación a pesar de que el estímulo ya no se esté visualizando. Tipos La memoria sensorial ha recibido su división en la memoria icónica, háptica y ecoica. Memoria icónica: este tipo de memoria sensorial registra la información que proviene del sentido de la vista, reteniendo las imágenes que se asocian a un objeto determinado durante un breve periodo de tiempo. Memoria háptica: así como la memoria icónica hace referencia a los inputs visuales, la memoria háptica procesa los estímulos que provienen del sentido del tacto, registrando inputs que hacen referencia al dolor, al picor o calor, entre otros. Es conocido que su retención es más duradera que la de la memoria icónica. Memoria ecoica: este tipo de memoria es muy potente y hace referencia a la información percibida por el oído. Su almacenamiento es de corta duración, como en la memoria icónica y es muy importante debido a que nos permite comprender el lenguaje y poder mantener una conversación. En la memoria sensorial acogemos estímulos externos percibidos a partir de nuestros sentidos. Sin embargo, la información codificada de estos inputs externos mantiene una corta duración de almacenamiento. A continuación, es eliminada, olvidada o es transmitida a otros tipos de memoria que permitan que su almacenamiento perdure más en el tiempo. Así pues, su funcionamiento es transitorio, para ser almacenada posteriormente en el sistema de memoria a corto o largo plazo. La memoria sensorial es aquella que nos permite poder seguir el hilo de una película, leer un libro o mantener una conversación, un conjunto de acciones automáticas relacionadas con este tipo de memoria. La memoria sensorial ha recibido su división en la memoria icónica, háptica y ecoica. Memoria icónica: este tipo de memoria sensorial registra la información que proviene del sentido de la vista, reteniendo las imágenes que se asocian a un objeto determinado durante un breve periodo de tiempo. Memoria háptica: así como la memoria icónica hace referencia a los inputs visuales, la memoria háptica procesa los estímulos que provienen del sentido del tacto, registrando inputs que hacen referencia al dolor, al picor o calor, entre otros. Es conocido que su retención es más duradera que la de la memoria icónica. Memoria ecoica: este tipo de memoria es muy potente y hace referencia a la información percibida por el oído. Su almacenamiento es de corta duración, como en la memoria icónica y es muy importante debido a que nos permite comprender el lenguaje y poder mantener una conversación.