Reforma energética: no hipotequemos la confianza en México

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Reforma energética: no hipotequemos la confianza en México
29 de julio del 2014
Hola amigos de COPARMEX, los saludo con gusto deseándoles a todos una
excelente semana.
La revisión a la baja que acaba de realizar el Fondo Monetario Internacional en las
proyecciones de crecimiento para México, por efecto de la debilidad de la economía
estadounidense, constituye un recordatorio de que debemos fortalecer los motores
internos de nuestra economía, para que los vaivenes de la economía de los Estados
Unidos dejen de afectarnos tan drásticamente.
Este desafío cobra especial relevancia ahora que estamos a unas semanas de que
sean promulgadas las nuevas reglas para el sector energético, que transformarán a
Pemex y la CFE en empresas productivas del Estado.
El sector patronal demanda al pleno de la Cámara de Diputados poner especial
cuidado en el proceso de saneamiento financiero de ambas empresas. Se requiere
diseñar un esquema que al consolidar a la deuda pública una parte de los pasivos
laborales de Pemex y CFE, utilice una fórmula ligada al valor agregado fiscal que
generará la propia reforma energética. Esto es necesario, para evitar que esa carga
recaiga sobre los contribuyentes actuales.
En cualquier país, la deuda pública de hoy son los impuestos del mañana. Tenemos
que asegurarnos de que el saneamiento de esos pasivos laborales sea evento de una
sola exhibición y que nunca se repita con otras empresas del Estado.
México no está en condiciones de generar rescates de empresas estatales, sin exigir
mecanismos que disciplinen a los rescatados. Debemos tener claridad de los
compromisos de la parte laboral para que Pemex y CFE sean realmente empresas
productivas y competitivas.
Los legisladores deben asegurarse de que la fuente de los recursos para sanear el
pasivo laboral provenga de la renta petrolera, además de la renegociación de los
contratos laborales. Los miembros delos sindicatos petrolero y de la industria eléctrica
deberán aportar parte de los recursos para sus planes de pensiones, como lo hacen
todos los trabajadores de México.
No podemos hipotecar la confianza en el país, ni entrar en una dinámica en la que
una deuda extraordinaria se convierta en un riesgo que puede desestabilizar las
finanzas nacionales, minando la estabilidad de nuestras variables macroeconómicas
que tanto esfuerzo y sacrificio nos ha costado construir.
Nadie debe dudarlo: las inversiones y el crecimiento no vendrán automáticamente con
ésta y las otras reformas que se han elaborado en México en los
Consideramos positiva la ampliación gradual del 25% del porcentaje mínimo promedio
de contenido nacional en la industria energética, que deberá observarse en 2015,
hasta alcanzar el 35% en 2025. Esta fue una demanda de COPARMEX y sin duda
abre perspectivas para nuevas inversiones en el sector, que permitirá crear
tecnología, talentos y empleos de mayor calidad, a través de las cadenas de valor.
Si realmente Pemex y la CFE logran transformarse en empresas globalmente
competitivas, pueden ser el tractor con capacidad para encadenar PYMES de todas
las regiones del país. El reto es encontrar modelos de negocios en los que podamos
complementar los recursos públicos y privados, generando valor.
Las inversiones no llegarán automáticamente. Debemos ponernos a trabajar, a
generar planes para crear nueva infraestructura; a generar política pública que forme
centros de investigación y transferencia de tecnología, a avanzar en materia de
desregulación; a crear una política fiscal que incentive las inversiones productivas
formales; a reformar los planes de estudio de las instituciones de educación media
superior y superior, que nos permitan preparar a los ingenieros y especialistas que
demandará el sector energético nacional.
Nuestra propuesta es alcanzar un acuerdo nacional para un nuevo modelo económico
enfocado a empresas globales mexicanas de todos tamaños, con base en tres ejes:
 Incentivos a la inversión productiva.- Canalizar recursos enfocados en las
PYMES y la innovación para generar empleos productivos, mejorando la calidad
de la educación y llevando el modelo mexicano de formación dual a los sectores
con alto potencial de desarrollo.
 Mayor equidad social.- Las inversiones productivas permitirán un incremento
de la eficiencia para fortalecer al mercado y a la clase media, fomentando el
crecimiento de las empresas, para que se incorporen, en la medida que crezcan,
a la formalidad, de manera natural
 Desarrollo regional.- México crecerá desde lo local para lo nacional. Desde
cada ciudad, desde cada región. Aprovechando el impulso de la reforma
energética para detonar inversiones donde participe la industria nacional, y que
promovamos cadenas de valor con base en las vocaciones productivas de cada
región.
Si trabajamos todos juntos, podremos hacer realidad las predicciones que nos colocan
entre los 10 países en los que se espera mayor crecimiento en el ingreso personal y
entre los 20 que más contribuirán al PIB mundial en 2020.
Estas son las perspectivas de mediano plazo. Aún sigue siendo un reto que la
inversión pública y privada detone, que la confianza en el consumidor se fortalezca,
que los ingresos reales de los trabajadores y de los consumidores retomen su
crecimiento para alcanzar los indicadores de crecimiento propuestos, para este 2014,
superiores al 2.5%. Es urgente un mayor dinamismo en este segundo semestre del
año en la inversión, la generación de empleos con mayor valor y el fortalecimiento del
consumo interno.
Esperando todos tengan oportunidad de reflexionar estas propuestas de COPARMEX,
y enriquecerlas, les envío mis mejores deseos para que tengan una semana
productiva y de trabajo pleno, de ustedes y sus colaboradores en las empresas.
Act. Juan Pablo Castañón Castañón
Presidente Nacional
@jpcastanon
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