GUIA DE TRABAJO N°9: “CASO SOCIAL INDIVIDUAL” MARCELA

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GUIA DE TRABAJO N°9:
“CASO SOCIAL INDIVIDUAL”
MARCELA RAMIREZ HENAO
CATALINA OSPINA MEJIA
DANIELA ZULUAGA MEJIA
MARIA NUBIA ARISTIZABAL
FUNDAMENTOS TEÓRICOS, METODOLÓGICOS Y DISCIPLINARES DEL
TRABAJO SOCIAL I
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIAL
2010
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIAL
FUNDAMENTOS TEÓRICOS METODOLOGICOS Y DISCIPLINARES DEL
TRABAJO SOCIAL I
GUIA DE TRABAJO N°9
Trabajo Grupal
Objetivo

Realizar un análisis crítico del texto de RICHMOND, Mary E. Caso
Social Individual. Editorial Hvmanitas. Buenos Aires. 1993
Preguntas orientadoras
Según la autora, ¿cuál es la naturaleza y objeto del Trabajo Social de casos
individuales?
¿Cómo entiende la democracia?
¿Cuáles son los principios filosóficos en los que se soporta la autora para
desarrollas y conceptualizar el Trabajo Social?
¿Qué elementos teóricos retoma de George Mead y de Dewey?
Hacer un análisis crítico de los desarrollos de la autora frente al Trabajo Social
y los aportes del Pragmatismo y del Interaccionismo.
INTRODUCCIÓN
No podemos avanzar realmente si desconocemos todo lo que consigo trae la
palabra trabajo social, es por ello que nos proponemos mostrar sólo una obra
de Mary Ellen Richmond –teniendo en cuenta que también es sólo una de las
clásicas- que se enteren y se interesen por todo lo que nos puede aportar,
tanto Mary Richmond como su trabajo y empecemos a formar nuestras propias
bases teóricas firmes y claras al momento ya sea de intervenir o de formarnos
nosotros mismos.
Caso social individual es sólo una pequeña parte del mundo de letras que nos
quedan por ver así que animémonos y disfrutemos esta maravillosa joya de la
literatura de trabajo social.
En este trabajo centraremos nuestra atención en trabajo social de caso
individual de familia, taller, hospital, pues es un fragmento del texto que lo
reúne en gran parte; terminando con nuestro análisis y sensaciones de este.
DESARROLLO
“CASO SOCIAL INDIVIDUAL”. Mary Ellen Richmond
Caso Social Individual es un aporte significativo; tanto para los estudiantes de
Trabajo Social, como para los profesionales y maestros, pues no se puede
desconocer el gran contenido de este material, ya que trae consigo el progreso
de toda una profesión que ha tenido varios traspiés para llegar a ser lo que es
ahora, además de estos aportes; la autora llega a través de una minuciosa
investigación a hacernos reflexiones como trabajadores sociales sobre
nuestras inquietudes y caminos a escoger para ellas. Para empezar tenemos
indudablemente que hablar de su autora Mary Richmond quien se puede
considerar la pionera más importante del Trabajo Social pues es ella quien
hace la primera sistematización de los casos trabajados en su obra Diagnostico
Social y posteriormente trae consigo Caso Social Individual que consta de una
introducción y 10 capítulos, donde en los primeros dos logra sistematizar una
seria de casos todos exitosos donde la asistente social fue de gran ayuda para
esta transformación, pues fueron constantes, pacientes y dedicadas con su
cliente, como ella misma lo dice, en los capítulos posteriores expone una
definición
de
Caso
Social
Individual
refiriéndose
a
los
lineamientos
metodológicos y las características del trabajador social nombrando hospitales,
escuelas, entre otros; como escenarios propicios para mostrar las relaciones de
reciprocidad necesarias para el ejercicio profesional y finalmente presenta unas
conclusiones.
“El servicio social de casos individuales es el conjunto de métodos que
desarrollan la personalidad, reajustando consciente e individualmente el
hombre a su medio social”1, la personalidad incluye todo lo que el sujeto
aprende en la experiencia, educación y relaciones sociales, a demás de las
cualidades innatas, por esto el trabajo social de caso individual se ocupa de la
independencia del sujeto en aspectos económicos, sociales, de higiene y
aprendizaje, todo esto apoyado en la comprensión de la individualidad,
características personales, recursos, influencias y medios sociales. Para Mary
Richmond un tratamiento intensivo y con resultados eficaces debe
ser
practicado por personas (asistentes sociales) competentes, ocuparse de casos
que necesiten una intervención prolongada e intensiva y esta debe ser
realizada sin restricciones arbitrarias; ya que son este tipo de casos los que
permiten evaluar de forma crítica y poner a prueba nuestros métodos.
En el libro se presentan seis casos con el respectivo tratamiento aplicado por
las asistentes sociales; una joven aunque inadaptada y de carácter difícil no
sufre discapacidad de ningún tipo, un niño necesitado de hogar, unos esposos
sin posibilidades de llegar a acuerdos, una familia monoparental de línea
materna en la que los hijos no reciben la atención necesaria, una viuda con
hijos poco eficaz ama de casa y una mujer mayor con dificultades que sus
parientes no llegan a comprender. La autora estudiando casos de este tipo
plantea metodologías necesarias a la hora de intervenir un caso, entrevista con
el sujeto, contacto con su familia y su entorno (en este paso se deben tener en
cuenta si los testimonios son de primera o segunda mano y a que tipo
pertenecen: real, son los hechos tal cual se presentan; testimonial, son las
informaciones que se reciben de todos los informantes y circunstancial,
evidencias indirectas, elementos que aclaran la situación) y proceso de acción
que
es
la
interacción
con
el
cliente
y
su
entorno.
Encontramos cuatro aspectos básicos que constituyen el núcleo del trabajo
social: cliente que es el individuo que tiene la necesidad en el área
socioemocional, el problema necesidad u obstáculo que amenaza la situación
de la vida del cliente, el lugar que es la agenda social donde está ubicado el
profesional de ayuda y el proceso es la transacción regresiva entre el
trabajador
y
su
cliente.
El método de intervención es el proceso de ayuda planificado que busca
modificar y solucionar problemas y necesidades en el área del funcionamiento
social, la interacción dinámica de actitudes y emociones entre el trabajador
social de caso y el cliente crean confianza entre estos facilitando una mejor
aplicación del método.
La autora muestra espacios donde el trabajo social de caso individual ha
logrado aplicar métodos eficaces para el desarrollo de los individuos, estos son:

La familia, en este caso la asistente social debe estar enterada de todas
las relaciones en el grupo y los sucesos característicos de la vida
familiar. Frecuentemente se encuentran problemas como personas sin
hogar (personas para las cuales la base de su existencia no ha sido el
círculo familiar), impedimentos en matrimonios (uniones precoces,
forzadas), autocracia dentro de la familia y familias ficticias (mas que un
acto, ceremonia o fiesta es necesario para conformar una verdadera
familia, a las familias ficticias les falta ese algo y es imposible de
conseguirse por más esfuerzos que se realicen)

La escuela, las maestras visitadoras deben encontrar las causas de
problemas como malas conductas, fracaso escolar, desmejoras en la
salud e influencias desfavorables dentro y fuera de la familia, y
remediarlos mediante una mejor adaptación

La industria, la asistente social debe encargarse de la salud mental de
los empleados y todo el proceso durante indemnizaciones por
accidentes en el trabajo

El hospital, se da gracias al interés de los médicos por obtener mejores
resultados, así se dan cuenta que la comprensión social daba más
fuerza al diagnostico y que las readaptaciones sociales hacían un
tratamiento más eficaz

El tribunal, aquí son consideradas las asistentes sociales como
consejeras neutrales, es decir, no se encuentran al servicio de ninguna
de las partes y que buscan un punto de conciliación que beneficie a los
individuos de los diferentes intereses
Todos los seres humanos somos diferentes de acuerdo a herencias,
condiciones sociales, medios de desarrollo y muchos otros factores, es por esto
que Mary Richmond cita a Platón al decir que “la escencia de la desigualdad
consiste en tratar las cosas desiguales en una manera desigual”. La
democracia debe entender esto, tenerlo en cuenta y jamás perderlo de vista
porque el tratamiento que se debe dar a las personas es diferente así vivan
situaciones similares, no es lo mismo un hombre profesional en situación de
desempleo a un obrero en esta misma situación. La democracia debe buscar
la transformación de las políticas que rigen el estado, “lo mismo para todos”;
políticas erróneas, esto se evidencia en la cantidad de conflictos existentes en
la sociedad y que solo se podrán solucionar cuando se
tenga en cuenta la
individualidad y diferencia de cada sujeto, ya que la democracia es la
encargada de generar el bien de aquellos que constituyen el estado.
El trabajo social como profesión que busca la intervención social para
transformar, se basa en teorías como el pragmatismo de Dewey y Mead y el
Interaccionismo simbólico de Mead, la primera resalta el respeto por las
libertades individuales, aceptación de diferentes pensamientos, defensa de la
democracia, valoración de las ciencias y las religiones en tanto que sean
favorables y útiles para la sociedad; piensa la educación como único método
seguro de reconstrucción social. El Interaccionismo simbólico consiste en
representar el mundo a través de símbolos, buscando así dar un significado a
las cosas de acuerdo a experiencias.
Los principios filosóficos en los que se soporta la autora para desarrollar y
conceptualizar el trabajo social de caso individual son: primero, los seres
humanos son independientes y busca descubrir las relaciones sociales que
más le convienen a un individuo y procurárselas; segundo, los seres humanos
son diferentes los unos de los otros se basa en la política administrativa que
trata diferentemente los casos diferentes y tercero, los seres humanos no son
animales domésticos dependientes, es decir, los individuos poseen una
finalidad que le es propia y no están hechos para desempeñar un papel pasivo
en
la
vida.
A demás se toman las teorías de la psicología moderna, en la cual aparece el
conocimiento del yo y se ponen en un segundo plano las acciones y relaciones
con los otros; se le enseña a los sujetos a ser conscientes de sí mismos por
medio del orden social.
La invitación que nosotras podemos hacer después de apreciar esta obra es
que la lean, la disfruten y reflexionen sobre el quehacer profesional que
escogimos, pues como han dicho tantas veces “los pañitos de agua caliente”
no nos van a ser útiles al momento de intervenir de manera efectiva, solo
propiciando la personalidad y potencialidades del otro y con el otro se llega a
una verdadera transformación de la situación inicial.
ANÁLISIS CRÍTICO
Ver la manera tan rigurosa como nos plantea los casos en cuanto a la
sistematización es muy provechosa para nuestro quehacer profesional, pues el
fin último al que tenemos que llegar es plasmar en papel toda una experiencia;
en cuanto a la manera de manejar los casos también impacta mucho que se
den a la tarea de buscar y encontrar recursos que puedan ayudar al núcleo del
problema, ya que esto requiere de una gran paciencia –simpatía- como lo
señala la autora que sólo aprendemos a tener y fomentar con la continua
relación que sostengamos con los demás.
Es asombroso que aun después de tanto tiempo estos casos cobren valor y
sean parte en el siglo XXI de nuestra realidad social y es esto lo que nos lleva
a pensar, ¿de qué ha servido el trabajo social si aun hoy existen los mismo
problemas? encontramos como respuesta a esto simplemente lo humano, el
proceso cíclico en el que vivimos y más que eso la gran diversidad de
personas, tanto como de personalidades que nos llevan una y otra vez a ver los
mismos problemas sociales, no podemos hablar de un mismo contexto ni de
mismos recursos, simplemente de igual problema con diferentes posibilidades
de tratamiento.
Para poder ver porque no han tenido tanta eficacia las intervenciones tenemos
que hablar de los ideales, del pragmatismo y el Interaccionismo simbólico,
empezando con dos exponentes de estos y que Mary Richmond menciona en
su obra Dewey y Mead, el primero pensaba que la democracia debía ser
libertas, igualdad y fraternidad y era el nombre del proceso permanente de
liberación de la inteligencia, concepto que actualmente a nuestro parecer no
tiene vigencia, pues aunque en apariencia somos libres esto no es totalmente
cierto, porque vemos relaciones de desigualdad e inequidad. También nos
habla de la educación como instrumento de cambio social, debido a que la
consideraba una forma de acción política y por ende de progreso social,
concepto también degradado pues las políticas públicas hablan de la educación
como un derecho y entonces, ¿qué pasa con los niños que no acceden a este
servicio? En este punto es donde nos cuestionamos la utilidad de estas
palabras.
Ahora pasamos a Mead, quien planteo considerablemente la influencia de la
socialización dentro de los procesos a partir de los cuales se va formando la
persona y esto incluye presuponer la existencia de la sociedad como requisito
necesario para el nacimiento de elementos como la mente (mind) y el sí-mismo
(self), entendiendo la socialización como el contexto en el que nos
desenvolvemos viéndolo actualmente podemos decir que la sociedad si ayuda
al desarrollo de la persona y su personalidad, encontrando en ella el primer
medio al que accedemos; ahora hablando de sus aportes al trabajo social
plantea que es obligatorio comenzar con el concepto de acto social
entendiéndolo por sociedad y asegurando que ésta no es solamente el medio
por el cual se desarrolla la personalidad sino también la fuente y el origen de
esta (“teoría del yo amplificador”), relacionándolo con Dewey podemos ver que
si es así y que la sociedad y el entorno en el que vivimos proporciona la base
de nuestro desarrollo.
Concluimos pues que el trabajo social si ayuda, si transforma y a eso es a lo
que apostamos todos los días, pero es casi imposible cambiar el mundo y/o
personas
de
una
misma
vez
para
siempre.
Si todos como trabajadores sociales nos concientizamos de la importancia que
genera desarrollar todos los aportes dados tendremos unas bases significativas
y útiles para un que hacer efectivo, pero si por el contrario sólo lo dejamos en el
papel no tiene sentido nuestra profesión.
.
BIBLIOGRAFÍA
1. RICHMOND, Mary Ellen. Caso social individual. Buenos Aires. Editorial
Hvmanitas, 1962. Tercera edición. P 67
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