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Poder Judicial de la Nación
RESOLUCION CRIM Nº 740/2011
///RIOJA, 24 de noviembre de dos mil once.AUTOS Y VISTOS:
Los presentes obrados EXPTE. Nº 5144/06, caratulado:
“ANGELELLI, ENRIQUE ÁNGEL S/ HOMICIDIO”, venidos a despacho a fin de
resolver la situación procesal de los imputados, JORGE RAFAEL VIDELA, L.E.
4.765.426, Argentino, nacido el 02 de agosto de 1925, en Mercedes (Provincia de Buenos
Aires), domiciliado en Av. Cabildo Nº 639, 5º Piso, dpto “A”, Capital Federal; LUCIANO
BENJAMÍN MENÉNDEZ, L.E. 4.777.189, Argentino, nacido el 19 de Junio de 1927 en
la Ciudad de San Martín (Provincia de Buenos Aires), domiciliado en Ilolay Nº 3269,
Barrio Bajo Palermo, Córdoba; ALBANO EDUARDO HARGUINDEGUY, L.E.
4.775.182, Argentino, de estado civil casado, nacido el 11/02/1927, en Villa Valeria
(Provincia de Córdoba) domiciliado en calle Eva Perón 1331 – ex. Wilson – Los
Polvorines, Provincia de Buenos Aires; LUÍS FERNANDO ESTRELLA, C.I. 7.094.751,
USO OFICIAL
nacido en la Ciudad de Mendoza el 11 de Noviembre de 1932 , domiciliado en Cerro La
Cruz, Loc. de Ascochinga, Pcia. de Córdoba; EDILIO CRISTÓBAL DI CESARE, DNI
6.855.730, Av. Coronel Díaz 1875, Piso 9, Dpto. 28, Ciudad Autónoma de Bs. As; JUAN
CARLOS ROMERO, DNI Nº 6.710.515, nacionalidad argentino, (a) “La Bruja”,
domiciliado en calle Buenos Aires 438, Provincia de la Rioja, los cuales se encuentran
imputados p.s.a. del delito de homicidio agravado por el concurso de dos o mas persona
y tentativa de homicidio agravado por el concurso de dos o mas personas en concurso
real con lesiones (arts. 80, inc. 6 y 89, CP) , como autores mediatos, y del delito de
asociación ilícita (art. 210, CP); hechos cometidos en esta provincia de La Rioja, por lo
que resulta competente para entender y resolver en las presentes este Juzgado Federal de
Primera Instancia de la provincia de La Rioja;
Y CONSIDERANDO:
I) DE LA ACUSACION FISCAL:
Que las presentes actuaciones tienen por objeto procesal los
hechos y los imputados que se describen, a fs. 4778/4797, en el Requerimiento Fiscal de
Instrucción formulado por el Ministerio Público Fiscal en los siguientes términos: “…. E)DESCRIPCIÓN DE LOS HECHOS A IMPUTAR 1) Homicidio de Monseñor Enrique
Ángel Angelelli y tentativa de homicidio a Arturo Pinto. El día 4 de agosto de 1976,
Monseñor Enrique Angelelli y el sacerdote Arturo Pinto partieron rumbo a la ciudad de La
Rioja, desde la ciudad de Chamical, en una camioneta Fiat 125 Multicarga. , el Obispo
llevaba consigo una carpeta con información que había recopilado sobre los asesinatos de
los sacerdotes Murías y Longueville, acaecidos el 18 de julio de 1976. Angelelli era
perseguido por la policía provincial y los miembros de CELPA, y -en el marco de la
persecución de la que eran objeto los sacerdotes de La Rioja- temía por su vida. Previo a la
partida, Pinto había hecho efectuar un control de presión de los neumáticos, combustible y
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aceite a un empleado de una estación de servicio ubicada sobre la Ruta 38. Mientras el
empleado hacía los controles, Pinto lo observó atentamente. La camioneta estaba en
perfectas condiciones para viajar. Monseñor Angelelli y Pinto emprendieron viaje a las
14:30 hs de ese día, saliendo de Chamical por la ruta nacional 38, en dirección sur-norte.
Angelelli conducía a una velocidad de 90 a 100 km/h. Había tomado el camino viejo de la
ruta para evitar evidenciar su viaje ante los miembros del CELPA, que solían hostigarlo. La
ruta N° 38 la ruta estaba bastante libre; no había concentración de vehículos. En
proximidades del mojón que indica el Km. N° 1.056, luego de trasponer "el bordo" elevación del terreno-, a unos 6 Km. después de pasar la localidad de Punta de los Llanos,
se acercó a gran velocidad un vehículo que circulaba en la misma dirección que ellos -en la
recta larga-, de color claro que parecía un Peugeot 404, de los antiguos, con alitas en las
puntas traseras. Este automóvil encerró a la camioneta con una maniobra intencionalmente
brusca por el lado izquierdo, provocando que volcara. -Conforme surge de las declaraciones
de Arturo Pinto- El resultado del atentado fue la muerte de Monseñor Angelelli y lesiones
en Arturo Pinto…. ATRIBUCIÓN DE RESPONSABILIDAD Y CALIFICACIÓN
LEGAL PROPUESTA A) La Autoría Mediata: Las imputados mencionados en el punto
II) eran individuos que, sin haber tenido intervención propia en la ejecución de los hechos
ilícitos analizados, serían penalmente responsables por ellos -también como autores— en
virtud de su poder sobre los efectivos ejecutores. Ellos son quienes habrían tenido el
dominio de la voluntad de los ejecutores en virtud de una maquinaria o aparato de poder
organizados. Estos individuos organizaron conjuntamente, desde la estructura estatal, un
plan sistemático criminal que tenía como fin la eliminación física o neutralización de la
actividad de los opositores políticos. Ocupaban importantes cargos dentro de la estructura
represiva -ya fuera en el ejército o en alguna otra fuerza de seguridad- y desde allí
comandaron, organizaron o ejecutaron las gravísimas violaciones a los derechos humanos
que se les imputan en este acto. Estos individuos, sin intervención propia en la ejecución de
tales hechos ilícitos, serían penalmente responsables como autores en virtud de su poder de
voluntad sobre los efectivos ejecutores, sin perjuicio de que en otros casos concurran con su
autoría directa. Se trata de las autoridades superiores militares o de las fuerzas de seguridad
que habrían, por un lado, emitido las órdenes en virtud de las cuales se cometieron los
delitos investigados y, por otro, habrían puesto a disposición de este aparato ilegal todos los
recursos materiales y humanos necesarios para el cumplimiento del objetivo criminal. Ellos
serían, en consecuencia, quienes habrían dominado la voluntad de los ejecutores en virtud
de un aparato de poder organizado. Una mínima referencia al origen de este concepto
facilita la comprensión de su aplicación al caso. En la sentencia dictada por la Corte de
Distrito de Jerusalén1 en el caso Eichmann se advirtió por primera vez con claridad que
cuando los agentes estatales se valen del aparato estatal para la comisión de delitos su grado
de responsabilidad aumenta a medida que estos se alejan del ejecutor - contrariamente a lo
que ocurre con normalidad. Esta constatación -y, en general, la realidad criminológica
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puesta de manifiesto por el nazismo- es el punto de partida del profesor de Munich, Claus
Roxin, para elaborar su teoría de la autoría mediata en virtud del dominio de la voluntad a
través del dominio de un aparato organizado de poder, teoría desarrollada, primero, en su
trabajo Delitos en el marco de un aparato organizado de poderu publicado 1963 y luego en
su escrito de habilitación como profesor de derecho penal Autoría y dominio del hecho,
también de 1963. Con base en el dominio del hecho como criterio decisivo para la autoría,
Roxin desarrolló una nueva forma de autoría en la cual el autor domina el hecho sin realizar
por sí mismo la acción típica, ni tener que estar presente en el momento de su ejecución y
sin necesidad siquiera de ejercer coacción o engaño sobre el autor directo. Junto a las
tradicionales formas de autoría mediata a través del dominio de la voluntad en virtud de
coacción y en virtud de error, Roxin fundamentó que una persona también puede dominar
el suceso a través del control de un aparato organizado de poder que le asegure la ejecución
de sus órdenes por alguno (cualquiera) de los subordinados. Según Roxin, el dominio del
hecho del "hombre de atrás" se fundamenta en el propio mecanismo de funcionamiento del
aparato de poder. Por sus especiales características, el aparato de poder -esto es, el sistemaUSO OFICIAL
cuenta con la posibilidad ilimitada de reemplazar automáticamente al ejecutor en caso de
que éste se resista a cumplir con la orden. Lo decisivo para fundamentar el dominio del
hecho del superior es, por ello, la automaticidad del aparato de poder y la fungibilidad o
intercambiabilidad del ejecutor, que hace que el sistema tenga siempre a disposición un
ejecutor listo para intervenir y cumplir con la orden. De este modo, el sistema asegura que,
independientemente de quien sea en definitiva el ejecutor concreto, el plan total no se vea
perjudicado. Este tipo de autoría mediata no exige la falta de libertad del ejecutor. Este
conserva su libertad y por ello es plenamente responsable del hecho como autor directo.
Pero esta circunstancia no impide fundamentar el dominio del hecho del hombre de atrás,
porque, a su respecto, el ejecutor no se presenta como persona individual libre, sino cómo
figura anónima y sustituible, como un eslabón más del aparato de poder. Roxin dice: "El
ejecutor, si bien no puede ser deshancado de su dominio de la acción, sin embargo es al
mismo tiempo un engranaje -sustituible en cualquier momento- en la maquinaria del poder,
y esta doble perspectiva impulsa al sujeto de detrás, junto con él, al centro del acontecer".2
De este modo, el resultado causado por el hombre de adelante también puede serle
imputado al hombre de atrás como autor (mediato). El autor mediato no necesariamente
debe ser, por otra parte, el líder máximo de una organización criminal, sino también puede
serlo quien reviste una jerarquía media, mientras que dirija y controle una parte de la
organización. En este sentido señala Roxin: "Cabe afirmar, pues, en general, que quien es
empleado en una maquinaria organizativa en cualquier lugar, de una manera tal que puede
impartir órdenes a subordinados, es autor mediato en virtud del dominio de la voluntad que
le corresponde si utiliza sus competencias para que se cometan acciones punibles. Que lo
haga por propia iniciativa o en interés de instancias superiores y a órdenes suyas es
irrelevante, pues para la autoría lo único decisivo es la circunstancia de que puede dirigir la
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parte de la organización que le está subordinada sin tener que dejar a criterio de otros la
realización del delito". La teoría de Roxin de la autoría mediata en virtud del dominio de la
voluntad a través del dominio de un aparato organizado de poder ha pasado a ser doctrina
dominante en Alemania3 y ha sido adoptada por algunas decisiones del Tribunal Supremo
Federal alemán (BGH), principalmente en los famosos casos de los disparos del Muro de
Berlín.4 Ella también ha sido aceptada por varios tribunales de otros países5 y recientemente
también por la Corte Penal Internacional permanente.6 En nuestro país, esa teoría fue
aplicada, primeramente, en la sentencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Criminal y Correccional Federal de Buenos Aires -en pleno- en la causa 13/84 ("juicio a los
ex-comandantes")12, que, por otra parte, fue la primera decisión de un tribunal judicial en
absoluto que siguió la teoría de Roxin. También la Corte Suprema de Justicia de la Nación
en la decisión que confirmó la sentencia de la Cámara Federal en la causa 13/84 recurrió a
esta teoría. Hoy en día, la teoría de la autoría mediata en virtud del dominio de un aparato
organizado de poder es seguida casi sin excepción en la jurisprudencia. En la doctrina
nacional esta teoría también cuenta con varios defensores. B) Imputaciones por el Delito de
Homicidio agravado por el concurso de dos o mas persona y Tentativa de Homicidio
agravado por el concurso de dos o mas personas en concurso real con lesiones. El art. 79
establece una pena para el que matare a otro. Se trata de la muerte de un ser humano
causada dolosamente. "La acción típica es matar, es decir, extinguir la vida de una
persona." Nos encontramos frente a un delito de resultado material -la muerte-, es
indiferente por ello la modalidad de la acción, es decir que la conducta de matar puede ser
llevada a cabo por acción o por omisión. El hecho descripto en el punto III. E) concurre la
agravante del inc. 6o del art. 80: la realización del homicidio con el concurso de dos o más
personas. En estos casos es necesario que el autor actúe con el concurso de por lo menos
dos personas más" . Subjetivamente es necesario que los agentes se hayan puesto de
acuerdo para matar en concurso. El fundamento de la agravante reside en las menores
posibilidades de defensa de la víctima, ahora fundada en la actividad de varios agentes. El
homicidio de Angelelli y la tentativa de homicidio de Arturo Pinto fueron llevados a cabo
con el concurso de dos o más personas. Basta, para corroborarlo, con contar a los
imputados que se encuentran implicados en estos casos -además de las especificaciones
que, sobre su actuar conjunto, realizamos en el punto IV. C)- para corroborar que los
homicidios fueron ejecutados con el concurso de dos o más personas. Por otro lado, se
encuentra probado que, en el esquema represivo, la decisión sobre el destino final de las
víctimas era tomada desde los altos mandos y transmitida y retransmitida sucesivamente
hacia abajo hasta llegar al ejecutor directo de la orden. Como hemos explicado en el punto
IV.A), la responsabilidad del autor directo no disminuye la de quienes dieron la orden o la
recibieron y la transmitieron. Del mismo modo que la lejanía con el hecho concreto no
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disminuye la responsabilidad del autor mediato, por el contrario, es sabido que en estos
aparatos de poder cuanto más lejos se estaba del hecho concreto más responsable se era.
Esto debido a que en este esquema de poder el autor directo era completamente fungible.
En el mismo acto que constituyó el homicidio de Angelelli, se tentó el homicidio de Pinto,
que viajaba con él en la camioneta. No se produjo el resultado muerte buscado por razones
ajenas a los autores, produciéndose como consecuencia de la tentativa, lesiones a la persona
de Pinto. De acuerdo con las consideraciones previas, corresponde efectuar las siguientes
imputaciones: VIDELA, Jorge Rafael: A la época de los hechos por los cuales se lo acusa
en autos era Comandante General del Ejército Argentino y Presidente de la Junta Militar.
Con el cargo de Teniente General, era la máxima responsabilidad militar en el país de
acuerdo al rol asignado a su fuerza (Ejército) en la conducción de la "lucha contra la
subversión". Además, al momento de los hechos, era titular espurio del Poder Ejecutivo,
por presidir la Junta Militar que de facto usurpó el poder el 24/03/1976. Como Comandante
General del Ejército, en atención al estricto régimen de subordinación que caracteriza la
institución militar, no caben dudas de que los hechos atribuidos se cometieron como
USO OFICIAL
consecuencia de la planificación estratégica y táctica que emanaba de la cúpula de su arma,
a la cual se le confió la responsabilidad primaria en la denominada lucha contra la
subversión. El Ejército Argentino debía fijar los "objetivos" a seguir y además proveer de la
infraestructura necesaria para la consiguiente actuación de toda la cadena de mandos en su
consecución. La autoridad de Videla hace insoslayable su responsabilidad en lo actuado por
quienes estaban bajo su mando, siendo factible así sostener que, durante la época de los
hechos, el acusado tenía el dominio sobre los acontecimientos investigados, habida cuenta
que, desde su posición institucional, controlaba la organización que los llevó a cabo.
Conforme quedó probado en la sentencia de la Causa N° 13/84, "Causa originariamente
instruida por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en cumplimiento del decreto
158/83 del Poder Ejecutivo Nacional". Esta orden genérica se materializó en la región de
La Rioja mediante la actuación del imputado Menéndez, a cargo de la Zona de Defensa III,
y del Teniente Coronel Osvaldo Pérez Bataglia, a cargo del Área 314. En el caso particular
de Angelelli, no se puede descartar que se trataba de un sacerdote con alta jerarquía dentro
de la iglesia católica -Obispo de provincia de La Rioja- y que estaba investigando y
denunciando los delitos cometidos por la represión en la Rioja. En este sentido, cabe
destacar que en el mes de Abril de 1976 Monseñor Angelelli viajó para entrevistarse
personalmente con el Gral Albano Hargunideguy -Ministro del Interior de Videla- para
gestionar la libertad del párroco de Olta, Eduardo Ruiz. Y regresó a La Rioja en micro, tras
un confuso episodio en el que perdió su vuelo y su valija. Dicha valija llegó a la provincia
varios días después con signos de haber sido violada. Estas investigaciones y denuncias no
quedaban en su diócesis sino que trascendían la misma, ya que, por su rol dentro de la
Iglesia, participaba de constantes reuniones con las más altas esferas eclesiásticas y
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aprovechaba estas reuniones para formular denuncias de los actos de represión que se
sucedían en su provincia. Así mantenía constante correspondencias con Monseñor Zaspe
(Obispo de Santa Fe y Vicepresidente de la Comisión Ejecutiva del Episcopado, en
representación directa del Papa), quien mantuvo una reunión con Videla donde le
transmitió las denuncias formuladas por Angelelli. Era clara la amenaza de que la represión
que se estaba llevando a cabo en la Argentina alcanzara trascendencia internacional. Sobre
la base de esas consideraciones corresponde como autor mediato del homicidio de Enrique
Angelelli .y de la considerarlo p r i m a f a c i e tentativa de homicidio de Arturo Pinto, en
concurso ideal con las lesiones sufridas por éste (arts. 80, inc. 6 y 89, CP). Albano
Harguindeguy: El reproche que se le efectúa se funda en su condición de Ministro del
Interior del presidente de facto Jorge Rafael Videla, durante el período comprendido entre
el día 29 de marzo de 1976 hasta el día 29 de marzo de 1981. En ese carácter controlaba las
diversas fuerzas de seguridad nacional. En pos del éxito de la finalidad ilícita de la cual se
hallara munida la organización criminal que conformaba con el resto de los imputados (ver
punto V.B), poseía la disposición del instrumento del Estado, no sólo en cuanto a su
funcionalidad, sino también en lo inherente a su integración. En el marco de la "lucha
contra la subversión", Harguindeguy emitió directivas precisas para el combate de los
grupos vinculados con los sacerdotes del Tercer Mundo, a partir de directivas más
generales como aquellas a las que se ha hecho referencia en el punto III. D) En este sentido,
surge de la declaración ante la CIDH de Rodolfo Peregrino Fernandez, policía federal y
asistente personal de Harguindeguy, que “el general Harguindeguy manejaba en forma
personal todos los hechos referentes a la Iglesia”. También relata que los efectos personales
de Angelelli, luego de fallecido, fueron enviados por el Capitán Vaca, del Ejército, a la casa
de Gobierno, dirigidos a Harguindeguy como información confidencial (fs.584/651;
1506/1562; 1498-1571). Por lo antes expuesto, este Ministerio Público considera que en la
causa hay prueba suficiente para considerar
PRIMA FACIE
a Harguindeguy como autor
mediato de los homicidios de Enrique Angelelli , y tentativa de homicidio de Arturo Pinto
en concurso ideal con lesiones sufridas por este (arts. 80, inc. 6 y 89, CP). Luciano
Benjamín Menéndez se desempeñaba, al tiempo de los hechos, como Jefe del Tercer
Cuerpo de Ejército, a cargo de la Zona de Defensa III que tenía a su cargo la Subzona 31 y
-dentro de ella- el Área 314 (a cargo del Teniente Coronel Daniel Mario Márquez,
fallecido), que abarcaba toda la provincia de La Rioja. Esto es, tenía el rol de la máxima
autoridad bajo cuyas órdenes actuaron el Batallón de Ingenieros 141 (al mando del
Teniente Coronel Osvaldo Pérez Bataglia, fallecido), la policía federal, la policía de la
provincia de La Rioja, el destacamento Gendarmería Nacional de Chilecito (a cargo del
mayor Antonio Arnaldo Garay, fallecido) y la Base Aérea CELPA (a cargo del Mayor
Lázaro Aguirre, fallecido, y del Vicecomodoro Luís Fernando Estrella). Esto, puesto que a
partir de del dictado los decretos 2070/75, 2071/75, 2772/75, la Directiva del Consejo de
Defensa 1/75 y la Directiva del Ejército 404/75, todas las fuerzas de seguridad del país
estaban subordinadas al Ejército en la tarea de la lucha contra la subversión. Menéndez, por
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su cargo, era el máximo responsable de las acciones llevadas a cabo por el Ejército y las
fuerzas de seguridad provinciales con el alegado motivo de reprimir la subversión que,
entre otras formas, en La Rioja se expresó en la modalidad de persecución a individuos
pertenecientes a, o vinculados con el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, entre
quienes se encontraban Angelelli y Pedernera.Se le atribuye haber emitido al personal bajo
su mando, dentro del marco de operaciones destinadas a combatir la subversión, las órdenes
ilícitas respecto de la ejecución de los hechos investigados, proveer los medios necesarios
para perpetrarlos y asegurar la impunidad de sus actos. Sobre la base de esas
consideraciones corresponde considerarlo prima facie como autor mediato del homicidio de
Enrique Angelelli y de la tentativa de homicidio de Arturo Pinto, en concurso ideal con las
lesiones sufridas por éste (arts. 80, inc. 6 y 89, CP). El imputado ya se encuentra procesado
por el homicidio de Wenceslao Pedernera. Luís Fernando Estrella era el 2° Jefe de la
Base Aérea CELPA, en Chamical (Causa "Estrella, Luis Fernando y otros pp.ss homicidio
calificado reiterado, privación ilegítima de la libertad seguida de muerte y tormentos (expte.
257/2008, Informe de fs. fs. 2184/85, 2220 y 2475). Surge de las constancias de la causa
USO OFICIAL
que Angelelli y varios de los sacerdotes riojanos eran perseguidos por miembros de
CELPA, quienes consideraban subversivas sus ideas y planteamientos. Varios sacerdotes
estuvieron detenidos en CELPA por este motivo, y cabe recordar que en marzo de 1976, el
jefe de la base aérea CELPA de Chamical, vicecomodoro Lázaro Aguirre, interrumpió la
homilía del obispo Angelelli durante la misa en la capilla de la unidad. Sostuvo que éste
hacía política al señalar la responsabilidad social de los cristianos. También es significativa
la decisión de Angelelli de decidir un recorrido que no lo acercara a la base aérea
(testimonio de Arturo Pinto). Por otro lado, está clara la amenaza que Angelelli suponía
para las autoridades de CELPA, en cuanto había estado investigando los asesinatos de los
curas Longueville y Murías, por los que Estrella se encuentra actualmente con
procesamiento confirmado. No deja de llamar la atención que, luego del atentado, el testigo
Luís Eduardo Maidana vio pasar a alta velocidad un automóvil Falcon rojo, en el que se
trasladaba el mayor Garnica, de la base aérea CELPA. Como segundo jefe de la base aérea
CELPA se le atribuye, entonces, haber emitido al personal bajo su mando, dentro del marco
de operaciones destinadas a combatir la subversión, las órdenes ilícitas respecto de la
ejecución del atentado contra la vida de Angelelli, proveer los medios necesarios para
perpetrarlo y asegurar la impunidad de sus actos. Sobre la base de esas consideraciones
corresponde considerarlo prima facie como autor mediato del homicidio de Enrique
Angelelli y tentatativa de homicidio de Arturo Pinto en concurso ideal con lesiones sufridas
por éste (arts. 80, inc. 6 y 89, CP). Edilio Cristóbal Di Césare era Jefe de Logística del
Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 (Libro Histórico del Batallón de Ingenieros
141. Año 1976) y Jefe de la Policía de la Provincia (fs. 99 de la causa "Pedraza, Fernando
José", acumulada al expte. 4-M-2000, "Menéndez, Luciano Benjamín), con intervención en
el Instituto de Rehabilitación Social desde marzo de 1976. Conforme el reglamento RV
200-10 "Servicio Interno" del Ejército Argentino (del 27 de octubre de 1967), como
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miembro de la Plana Mayor, Di Césare coadyuvaba en las responsabilidades del
Comandante de la Brigada (el Jefe de Área Teniente Coronel Osvaldo Pérez Batagliafallecido) y, así, se ocupaba de asesorarlo, preparar el detalle de sus planes y transformar
sus resoluciones en órdenes, haciendo que ellas se transmitieran a los demás integrantes de
la fuerza y fueran ejecutadas tanto por militares como por personal de la fuerzas de
seguridad de la provincia de La Rioja -éstas últimas actuaban bajo control operacional del
Ejército. La interpretación de las funciones de asesoramiento de los integrantes de la Plana
Mayor debe hacerse a la luz del contexto imperante tal como queda en evidencia a través de
la Directiva 404/75 que establece que la misión principal era la "lucha contra la
subversión". En lo específico, como Jefe de Logística, conforme al RV200-10, entre sus
funciones estaba la asesorar al Jefe del Batallón y, específicamente: a) abastecer las
necesidades de los operativos; b) planear y dirigir el transporte de las subunidades de
personal y de establecimiento por todos los medios; c) ejecutar el control de carreteras y del
tránsito. También, la de coordinar, con el Jefe de Operaciones, la selección de los caminos.
Como Jefe de Policía, era responsable de todas las actuaciones en los operativos
antisubversivos en los que participara la policía de la provincia, que incluyen la ejecución
de los dos hechos investigados. Se le atribuye haber emitido al personal bajo su mando,
dentro del marco de operaciones destinadas a combatir la subversión, las órdenes ilícitas
respecto de la ejecución de los hechos investigados, proveer los medios necesarios para
perpetrarlos y asegurar la impunidad de sus actos. Sobre la base de esas consideraciones
corresponde considerarlo prima facie como autor mediato de los homicidios de Enrique
Angelelli y Wenceslao Pedernera, y de la tentativa de homicidio de Arturo Pinto en
concurso ideal con lesiones sufridas por este (arts. 80, inc. 6 y 89, CP). Juan Carlos
Romero (alias "Bruja") Tenía cargo de Comisario y se desempeñaba como Jefe del
Servicio de Informaciones de la Policía de la Provincia. Este sector de la Policía de la
Provincia actuaba bajo la dirigencia del Jefe de Inteligencia y Operaciones del Batallón de
Ingenieros 141 -el Teniente Coronel Rama- y con la asistencia y anuencia del Mayor Edilio
Cristóbal Di Césare -a la sazón, Jefe de la Policía de la Provincia- quienes le proveían las
órdenes que suponían el accionar materia de este requerimiento, así como la infraestructura
y los recursos necesarios a los fines de llevarlos a cabo.La mecánica para 'aniquilar la
subversión' consistió en obtener la información, utilizarla para localizar, por medio de
operativos armados e ilegales, a personas y materiales para luego extraer de estas -en el
menor tiempo posible- nuevos datos que dieran pie a nuevos operativos; desarrollándose así
una actividad compleja cuyo elemento dinamizador fue la tortura sobre quienes estaban en
condición 'prisioneros subversivos' [...] para el personal represivo el prisionero era un
objeto, una cosa, un número, pero con un elemento valiosísimo en su interior, es decir
'información operativa"'. Esta información provenía de la "inteligencia operativa", que
consistía en el secuestro de la víctima ya en la calle, en su trabajo, en su domicilio. La
ubicación de la víctima era generalmente obtenida por los agentes de inteligencia a través
de los interrogatorios a personas detenidas, (conforme el apunte RC 16-1, "Inteligencia
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Táctica" ).Así, en su caso particular -como Comisario y Jefe del Servicio de Informaciones
de la Policía de la Provincia, inmediatamente subordinada operacionalmente a la Jefatura
de Policía de la Provincia de la Rioja- tuvo dominio sobre una parte del aparato de poder y
en consecuencia sobre los hechos, a partir de las órdenes que retransmitía y cuyo
cumplimiento era de su incumbencia vigilar; al posibilitar de esta forma que el sistema
ordenado por el entonces Comandante en Jefe del Ejército siguiese funcionando de un
modo ilegal. Es significativa, en este sentido, su inmediata presencia en el lugar donde se
produjo el atentado a Angelelli, junto con el coronel Maggi y el médico Herrera Paez, así
como el hecho de que haya apuntado con una escopeta Itaka a los presentes para que se
alejaran del lugar, como recuentan los testigos y Ramón Nicolás De La Fuente y Luís
Maidana, respectivamente. También, casi con los primeros testigos, ya se encontraba en el
lugar policía de la localidad de Chamical, que tenía jurisdicción en el lugar donde ocurrió el
atentado. Sobre la base de esas consideraciones corresponde considerarlo prima facie como
autor mediato de los homicidios de Enrique Angelelli, y de tentativa de homicidio de
Arturo Pinto en concurso ideal con lesiones sufridas por este (arts. 80, inc. 6 y 89, CP). C)
USO OFICIAL
Imputaciones por el delito de Asociación Ilícita: La prueba que obra en la presente
investigación es suficiente para considerar que en el ámbito de la jurisdicción de La Rioja,
bajo el control operacional del Ejército, se orquestó una sistemática y violenta persecución
del grupo de la Iglesia perteneciente a, o identificado con, el Movimiento de Sacerdotes del
Tercer Mundo. Ante la necesidad de evitar conflictos con el episcopado y lograr la
colaboración de las altas autoridades eclesiásticas con el plan represivo, para eliminar a los
blancos relacionados con la Iglesia (en especial, sacerdotes y el obispo Angelelli), no
siempre se ejecutó la modalidad de exterminio utilizada para la generalidad de los
opositores políticos. Esto lejos está de significar que los perseguidos políticos vinculados
con la Iglesia no hayan sido exterminados clandestinamente, sino, más bien, que, en los
casos de más alto perfil, lo fueron sin pasar por centros clandestinos de detención, por
personas que utilizaban medios para ocultar su identidad (como capuchas o autos sin
patente). En el caso de Monseñor Angelelli dado su alto cargo dentro de la estructura
eclesiástica, se utilizó el atentado. Para la realización de esta práctica ilegal de exterminio
de sacerdotes y personas vinculadas con el MSTM, se requería la articulación del trabajo de
varias personas, quienes cumplían actividades complementarias. El funcionamiento de esta
empresa criminal no pudo haberse concretado sino como expresión de decisiones asumidas
en niveles superiores de la administración de la que este aparato dependía. La cantidad, la
gravedad y la identidad en el modo de comisión de estos hechos obligan a aceptar que la
dirección general de esta empresa criminal estuvo a cargo de los estamentos superiores. En
rigor, sólo la existencia de órdenes precisas (aunque, probablemente, abstractas) puede
explicar la ejecución de esta práctica de represión ilegal llevada a cabo en la provincia de
La Rioja. Debe concluirse, entonces, que desde la máxima autoridad operativa del Ejército
se determinó de manera general el grupo de personas a perseguir y se emitió la orden de
operar siguiendo el circuito aprehensión, en algunos casos cautiverio y tormento, y en
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varios casos eliminación física de estas personas. Desde el Comando en Jefe del Ejército
esa orden fue irradiada hacia, entre otros, el Comando del Cuerpo de Ejército III o Zona 3
de Seguridad. Desde este polo la orden se retransmitió a las dependencias bajo su mando,
entre ellas a la Subzona de Seguridad 31 y, desde allí se hizo lo propio hacia las áreas bajo
su dependencia. A medida que esa orden emitida en abstracto descendía por la cadena de
mandos se iba, si no concretándose, focalizándose geográficamente. En efecto, el primer
nivel correspondió al territorio nacional, el segundo a una región, el tercero a un conjunto
de provincias del noroeste, el cuarto a una provincia determinada; en el presente caso, La
Rioja. Para que la orden se concretara debía llegar a una terminal de organización con
capacidad para ello; esto es, con información específica sobre el grupo de personas a
perseguir en el lugar y con un aparato de poder con una eficiente división del trabajo que le
permitiera ejecutar el circuito ilegal de aprehensión, tormento, cautiverio y eliminación. Lo
que primeramente aparece como incontrovertible es que el funcionamiento del mecanismo
represivo llevado a cabo en la provincia de La Rioja fue el producto de un acuerdo de
voluntades realizado entre los principales agentes estatales, quienes se asociaron
ilícitamente con el propósito de llevar adelante un objetivo criminal constituido por la
persecución, aprehensión, cautiverio, tortura y eliminación física de personas vinculadas
con cierto sector de la Iglesia. Esta empresa criminal, inmersa en el aparato estatal, se
organizó y distribuyó entre sus miembros las funciones represivas antes señaladas. Los
elementos obrantes en autos son más que suficientes para tener por cierta la existencia de
una asociación ilícita destinada a cometer los delito llevados adelante en La Rioja. Esta
asociación estaba insertada en la estructura estatal y respondía a una jerarquización de tipo
militar. La posibilidad de que la asociación se inserte en el estado es reconocida por la
doctrina. "Una asociación ilícita no sólo puede estar disimulada dentro de una sociedad
lícita, sino que incluso puede insertarse dentro del propio Estado, en tanto la formación de
la asociación ilícita se independiza de la estructura sobre la que se apoya y puede ser
claramente diferenciada y separada de ésta." Y también la jurisprudencia. En consecuencia,
la primera imputación penal que postula contra los acusados esta Fiscalía en el marco de la
presente investigación consiste en haber formado parte de la asociación ilícita destinada a
llevar adelante los crímenes cometidos en la provincia de La Rioja. La imputación alcanza
desde las más altas autoridades nacionales del momento de los hechos (Comando en Jefe
del Ejército), los responsables del Área y la policía de la provincia de La Rioja. De manera
independiente al hecho de la asociación ilícita, también corresponde imputar cada uno de
los hechos que se han detallado previamente a todos aquellas personas que de algún modo
participaron en su comisión. En concreto, las pruebas obrantes en autos permiten considerar
prima facie responsables del delito de asociación ilícita (art. 210, CP) a los individuos
cuyos datos se detallan en el punto II).II) DE LA PRUEBA
Fs. 1-2: Acta de instrucción.
Fs. 3 Croquis Ilustrativo del lugar de los Hechos,
10
Poder Judicial de la Nación
Fs. 4-12 Fotografías tomadas en el lugar de los hechos.
Fs. 34/35 Autopsia del cadáver del que en vida fuera
Monseñor Enrique Ángel Angelleli.
Fs 50/51 informe de autopsia realizada a Mons. Angelelli por
los doctores: Enzo Herrera Páez, Aldo Luís Neffen, Carlos Alberto Guchea ,… Cabeza –
Herida cortante en la región parital izquierda, de trazo lineal de 3 centímetros de longitud.
Otorragia izquierda. Solicitud de continuidad en hueso occipital, con múltiples trazos de
fracturas que evidencias una conminuta del mismo….Cráneo:…se observa un hematoma
de iguales dimensiones, lo que pone de manifiesto la existencia de un traumatismo de gran
violencia. En región parieto-occipital derecha se aprecia un trazo de fractura de la tabla
ósea en forma de V, con su ángulo abierto hacia el lado derecho y vértice dirigido hacia
protuberancia occipital externa, continuando desde aquí otro trazo fracturario hacia regio
occipital posterior, de aproximadamente cinco centímetros de longitud…Cavidad
Craneana:...en la cara interna de la calota craneana, se pueden constatar los trozos de
fractura: Uno que se extiende desde el occipital lado derecho, hacia delante, interesando el
USO OFICIAL
parietal del mismo lado hasta llegar al frontal, en una longitud aproximada de quince
centímetros. En hueso occipital se constata una fractura transversal de ocho centímetros de
longitud. En la parte media del mismo hueso, se ve una línea de fractura de forma angular,
cuya abertura mira hacia abajo, con ramas de cinco centímetros de longitud.
Fs. 63 y vta. Acta de Defunción de Monseñor Enrique Angel
Angelelli.
Fs. 120/121 informe del Obispado de Neuquén.
A Fs. 179 obra testimonial de Severino Miazzi: sacerdote
que en el día del hecho se encontraba en la parroquia de Olta, quien declara que “Me
hallaba en compañía del padre Sebastián Glassman, adonde habían sido enviados el día
anterior por el Obispo ANGELELLI. Que en horas de la tarde del día mencionado, nos
avisaron por teléfono desde la parroquia de Chamical de lo que acababa de ocurrir
pidiéndonos que nos trasladáramos inmediatamente a Chamical para ver que hacíamos
(…) desde que llego a la Rioja el Obispo Angelelli (1968), la iglesia riojana comenzó a ser
perseguida…la persecución en los últimos meses de vida del Monseñor Angelelli, y
especialmente a partir del golpe militar ocurrido en el mes de marzo de 1976, se hizo
cruenta y Monseñor Angelelli tenia datos y papeles con nombres de sacerdotes y mojas que
debían ser muertos. Que en una reunión que tuvimos en la parroquia de
Chamical…Monseñor manifestó con una frase “La manos viene muy dura”, el que tenga
miedo que se marche sin preocupaciones…También en la reunión mencionada el Obispo
dijo que los próximos que
les tocaba morir seria en un accidente. Por todo esto que
vivíamos es que cuando ocurrió el accidente en seguida temimos por la vida de Arturo
Pinto quien acompañaba al Obispo al momento del Accidente, a la pretensión de un grupo
de militares, venidos de la ciudad de La Rioja, momentos después de lo ocurrido quienes se
hicieron presentes en el hospital de Chamical, en donde se encontraba internado el cura
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Arturo Pinto y a quien el dicente y el padre José Brans. Los militares pretendían llevárselo
en avión o en ambulancia militar hasta Córdoba, argumentando que allá tendría una mejor
atención, cosa a la que nosotros nos opusimos y solicitamos al Director del Hospital, y
parece que era el Dr. Juan, que el se hiciera o tomatada la determinación que no se
moviera el enfermo, para asegurarnos asi, que no le hicieran ningún daño. Que el padre
Brans, el Director del Hospital y el grupito de militares mencionados al que no
conocíamos se encerraron, en una habitación del Hospital para tomar alguna
determinación, mientras yo cuidada al enfermo padre Arturo Pinto, que estaba totalmente
inconciente. Que uno de los médicos que atendía al padre Pinto, dio orden de que nadie
entrara al cuarto del enfermo pero un policía, vecino de Chamical, no se el nombre, pero si
que vive camino al Santuario de la Virgen, se metió en el cuarto, se instalo al lado de la
cama del padre y no se movió de ahí en toda la noche. Cada vez que el padre pinto volvió
el si, el nombrado se le acercaba presuroso preguntándole ¿Qué auto venia detrás de
ustedes, era un Peugeot, no era de color blanco, era uno o dos autos que los seguían?, esta
pregunta se la hacia cada vez que el padre Pinto volvia en si. Que PINTO entre el lamento
por el dolor que tenia, manifestaba “apúrese monseñor, ya nos alcanzan”, después decía
que le parecía que era una Peugeot blanco, que los venia siguiendo desde Chamical” (…)
También refiere el testigo que en la reunión en la que se
encontraba el Obispo, realizada en Chamical, luego del homicidio de los Sacerdotes
Longueville y Murias, manifestó: “Varios de ustedes que están aquí presentes, tienen que
morir, y entre ellos estoy yo”, “…el Obispo dibujó un espiral un espiral aludiendo que el
se encontraba en el centro y hasta señalo con una crucecita la supuesta ubicación en ese
espiral de los dos Sacerdotes ametrallados…En cuanto a la información, supone que se
hallaba en una carpeta que llevaba consigo y que había puesto durante el viaje debajo del
asiento del vehiculo, y según supo posteriormente había aparecido dos días después en el
escritorio del General Harguindeguy”.
A fs. 207 se incorpora testimonial Aníbal Balbino Luna:
Manifiesta el testigo que, atendiendo su negocio ubicado en la Localidad de Chamical, y
que el día del accidente “provocado” del Monseñor Angelelli, llego al lugar del suceso
como a los 30 o 40 minutos de sucedido el mismo y manifestó “..que luego de estar el
dicente vio llegar militares en un numero de quince…”.Fs. 208 testimonial de Ramón Nicolás de la Fuente: Ex.
policía de la Provincia de la Rioja, quien ratifica las diligencias practicadas en el sumario
policial quien manifiesta que, “…conforme a las ordenes impartidas por el entonces Juez,
Dr. Vigo…”, y asimismo señala, que fue trasladado hasta el lugar del hecho, desde su
domicilio, “…en un móvil policial acompañado en el asiento trasero por el Capitán Maggi,
del ejercito, el comisario Juan Carlos Romero de Inteligencia de la Policía y el medico de
la policía, Dr. Enzo Herrera Páez…, llegado al lugar procedió a realizar las medidas
previas e intructorias como también, inventario de los bienes que se trasladaba en el
vehiculo…que cuando llega al lugar del hecho estaba oscuro…”.12
Poder Judicial de la Nación
Fs. 209 testimonial de Jorge Nicolás Luna Moreyra: Ex.
policía de la Provincia de la Rioja, quien ratifica las diligencias practicadas en el sumario
policial, señalando que “…el comisario Juan Carlos Romero y el Capital Maggi, se
remitían a mirar en el lugar del hecho y observar lo que se hacia …que las fotografías
fueron sacadas en flash porque estaba oscureciendo…”.Fs. 230 testimonial Armando Amirati, Sacerdote, manifiesta
que a la fecha del hecho estaba en Chamical, que ese día almorzó con el Obispo Angelelli,
“…que recuerda que antes de partir, Monseñor había tomado unos mates con el
declarante. Que el señor Obispo se sentó al volante del rodado que conducía en el
hecho….que se entero como a las dos o dos y media de la tarde del suceso….que
inmediatamente se traslada al lugar donde ya se encontraba personal policial y militar, a
estos últimos los distinguió por el uniforme, que en principio al diciente no lo dejaron
acercarse, pero luego se lo permitieron dando el auxilio religioso a Monseñor que ya
estaba muerto…que sabe que Monseñor traía consigo una carpeta con anotaciones, como
ser conclusiones de la reuniones parroquiales y otros hechos supuestos del suceso de los
USO OFICIAL
sacerdotes de Chamical, que Monseñor había expresado en forma circunstancial, que el
circulo se estaba cerrando y que temía por su vida, que cree que era personal militar del
ejercito el que estaba uniformado, que eran cinco o seis y que cuidaban que no se acercara
gente al lugar del hecho…”.A fs. 459, Armando Amirati, Sacerdote, expuso: “…Que
recuerda que la hermana Apellidada Panizzia Maria Luisa,…habría revisado las alcancías
encontrando en una de ellas un mensaje adosado a aun billete del cual cree recordar decía
que se cuidara por cuanto había otros sacerdotes en la lista. Que este mensaje fue
encontrado en el lismonero de la Virgen del Valle…que en el lugar del accidente al
concurrir el declarante le llamo la atención lo prolongado del derrape…que también le
llamo la atención la posición del cuerpo de Monseñor el que estaba de cubito dorsal con
los brazos en cruz, habiendo observado que tenia un golpe en la nuca…también llamo la
atención al declarante la prolijidad de la vestimenta de Monseñor, no observando ninguna
rotura en la ropa”.Fs. 237 testimonial de Mario Rubén Gorosito: De profesión
- en la época de los hechos-, enfermero. El mismo refiriere: “…que estuvo de guardia el
día del accidente en que perdió la vida Monseñor Angelelli, día 4 de agosto de 1976…que
trabajo en horas de la noche. Que el padre Pinto estaba internado en la sala Nº 1 del
Hospital, que cuenta con tres camas, ocupando el Sacerdote la ultima….En sus ingresos
para atención de dicho Sacerdote, a la sala, escucho que este balbuceaba palabras como
“un auto blanco”.A fs. 1456 amplía su declaración testimonial Mario Rubén
Gorosito, quien ratifica las declaración prestadas en autos con anterioridad, expresando lo
siguiente: “…que la cama en la que se ubicaba el sacerdote PINTO no era la más próxima
a la ventana sino las mas próxima a la puerta de entrada a la sala. Respecto a las
13
expresiones del padre PINTO, lo único que se entendía es lo manifestado en la declaración
ratificada, es decir “monseñor”, “como está monseñor”,”el auto blanco”, “los papeles”,
“nos sigue un auto blanco”….Que permanentemente ingresaban a la sala policías y
personal de la Base Celpa, no pudiendo afirmar el declarante si alguno de esos ingresos se
dispuso para tomarle declaración al padre PINTO…”.Fs. 313/314 testimonial de Arturo Aído Pinto: “…desea
dejar constancia que había un clima creado por hechos anteriores que tanto al diciente
como a otros religiosos hacia temer por la vida del obispo Angelelli. Que había recibido
amenazas anónimas contra su actividad antes del día 03 de agosto de 1976. Que ello
motivo la reunión del día 3 de agosto. Que además el hecho que costara la vida de
Monseñor Angelelli esta relacionado con la muerte del cura párroco de Chamical Gabriel
Longeville y su ayudante Carlos de Dios Murias ocurrida el día 18 de julio del mismo
año….A fs. 542 amplía declaración testimonial Arturo Aído Pinto,
acompañante de Monseñor Angelelli, y victima de las lesiones sufridas a su persona,
manifestó: “…que a propósito de la muerte de los Sacerdotes Gabriel y Carlos fue
nombrado provisoriamente para cubrir el cargo en Chamical, mientras durara el
novenario que fue acompañado con Monseñor Angelelli. Que durante ese novenario
Monseñor Angelelli en Chamical se dedico a reunir material a cerca de la muerte de los
Sacerdotes, circunstancias por la cual entrevisto a numerosas personas y adjuntando en
una carpeta todo el material. Que el día tres de agosto de mil novecientos setenta y seis
tuvieron una reunión con ANGELELLI, los colaboradores mas inmediato entre otro el
declarante y en esa reunión le manifestaron el temor por su vida, contestando Monseñor
Angelelli, que lo que querían era su persona y sacarlo del medio, aconsejándolos a
Monseñor de que saliera a Perú a un Congreso al que habían sido invitados, contestando
que nó, porque un Pastor no abandona sus ovejas y en esa ocasión les dibujo un circulo en
el cual su centro era el, o sea Monseñor Angelelli, en forma de espiral y que se iba
cerrando hasta que su ultima vuelta era el, haciendo notar que en ese circulo se
encontraba los dos sacerdotes de Chamical, el Laico de Sañogasta y el se ubicaba en el
centro del circulo como el ultimo que buscaban…Que el día cuatro de agosto de mil
novecientos setenta y seis, lo llamo al declarante al cual le dijo que lo debía acompañar a
esta Ciudad desde Chamical, encargándole que el declarante se ocupara de controlarle el
vehiculo….”. Quiere hacer notar, que llevaban una carpeta con material de su actividad de
Vicario y había otra carpeta de Monseñor ANGELELLI, con material de lo recogido en
Chamical, habiéndose puesto las carpetas detrás del asiento de la camioneta, en un
momento dado un vehiculo se acercaba a gran velocidad y se apareo a la camioneta. Que
cuando se aparea el otro rodado, en maniobra brusca le cierra el paso y ahí recuerda una
explosión. Que el vehiculo al lado les hizo una maniobra como una encerrona que se
trataba de un automóvil del tipo peugeot color claro …y que no recuerda mas nada…que
de cualquier manera piensa que la maniobra de quien conducía ese automóvil peugeot, fue
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Poder Judicial de la Nación
intencionada y ello lo dice en razón de las características del lugar donde ocurrió, en La
Rioja, todavía tenemos la suerte de tener rutas libres…”.Fs. 1009, testimonial de Arturo Aído Pinto, quien ratificó la
declaración testimonial de fs. 313 y fs. 542. Pinto, quien fuera víctima del accidente y que
le costara la vida a Monseñor Angelelli, expuso: “…que en un momento de su viaje, el
vehiculo descripto los alcanzó conduciéndose a más velocidad de la que llevaba el vehiculo
en que iba con Monseñor Angelelli, llegando aquel sorpresivamente, y los adelantó
cruzándoseles y obstaculizándoles seguir la marcha con una maniobra brusca, no
pudiendo precisar si Monseñor Angelelli efectuó alguna maniobra hacia la derecha, o si le
vehiculo en que se conducían se desvió hacia la banquina, porque desde el momento de la
maniobra referida ya no recuerda nada. Que la explosión a que hizo referente en sus
declaraciones anteriores escuchada al momento del hecho, lo asoció mucho tiempo como
un golpe seco, un reventón, identificándolo con un estampido, expresando que
auditivamente no lo asocia con un reventón de goma…”.
A fs. 3802, con fecha 03/08/2006, en nuevo testimonio,
USO OFICIAL
Arturo A. Pinto expresa que “en esa época estaba cumpliendo funciones en la ciudad de
Aimogasta, aparte de ello era Vicario de la Zona. Norte, con asiento en Aimogasta. Como
era frecuente, con la aplicación de directivas del Concilio Vaticano II la diócesis estaba
organizada con cuatro vicarios (Aimogasta, Chilecito, Chepes y La Rioja). El lunes
siguiente al 18 de julio de 1976 tenían que encontrarse con el obispo y religiosos en la
Casa de la Cultura. Más tarde llegaron las monjas de Chamical y todos se preguntaban
porqué no llegaban los sacerdotes Longeville y Murias. En determinados momentos llegó a
la reunión Monseñor Angelelli manifestando traer muy malas noticias diciendo que los
habían encontrado muertos a Carlos y Gabriel. Los habían encontrado, muertos atrás de
las vías los empleados del Ferrocarril. Pasado el momento comenzaron a pensar qué
hacer, quién iría a Chamical y entre todos se decidió que fuera el padre Amirati y el
declarante se ofreció para acompañarlo a identificar los cuerpos y luego acompañar a la
comunidad. Se ofreció, además, por conocer a la comunidad de Chamical y se sintió con
las ganas de ir, lo que fue aceptado por los participantes. Se fue entonces adelante con el
padre Amirati y luego los siguió el Obispo. Fueron adelantados, habían identificado los
cuerpos, prepararon el velatorio y celebraciones póstumas que se iban a hacer. Cuando el
Obispo llegó comenzó a encabezar personalmente las celebraciones diarias en la localidad
de Chamical. Estaban todos viviendo en 1a casa parroquial. El obispo había tomado una
habitación para él y les dijo que era su voluntad documentar todo acerca de la muerte de
los curas. El iba a hacer una investigación personal, recabando testimonios, averiguando
la verdad, para él presentarlo personalmente al Vaticano. Durante esos días, aparte de las
celebraciones, él se tomaba tiempo para ir documentando lo que la gente le podía contar.
Así pasó el novenario de las personas fallecidas. Era una reunión de Angelelli con las
personas en forma reservada. El día 3 de agosto se reunieron en la casa parroquial,
resolviendo cuestiones parroquiales, y estaban todos preocupados acerca de la vida del
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Obispo, ya que constaban amenazas telefónicas, había seguimiento de las escuchas de los
sermones de los padres, publicaciones en contra de ellos y del Obispo. También el padre
Cacho Gervasio Meca ya había sido detenido. También recordaban que el 13 de junio de
1973 el Obispo había sido expulsado de la fiesta patronal de San Antonio en la localidad
de Anillaco.(…) Según relatos ese día cuando el obispo llega con el padre Enri Praolini a
la fiesta, ya estaban instalados unos parlantes donde los que se autodenominaban Cruzada
de la Fe, estaban propalando consignas contrarias del Obispo y la pastoral diocesana, los
sacerdotes y las monjas azules de Aimogasta. Como no había motivo para que no, el
Obispo llega a la casa parroquial con sus acompañantes donde estaba el padre Virgilio
Ferreyra, párroco de Anillaco. Una vez adentro escuchaban lo que afuera pasaba,
habiendo más gente en el lugar que estaba ya preparada para la patronal. Cuando el
Obispo pretende participar, ellos le dicen que él era persona no grata y que debía retirarse
de la ciudad. Entre los Cruzados de la Fe se encontraban Amado y César Menem, un señor
de apellido De La Fuente, probablemente un señor de apellido Contreras y un señor de
apellido Ibáñez. Ese día, por relatos, sabe que cuando se vio que no se podía hacer la
celebración, la gente logró que el padre Virgilio hiciera un pequeño acto celebratorio. El
padre Praolini le dijo al Obispo que se fueran y en el trayecto a la camioneta le tiraron
arena por la espalda, insultándolo de que eran comunistas y que eran personas no gratas.
Entonces el Obispo le aplicó la sanción de “Entredicho” a los feligreses, 13 personas
cuyos datos obran en los registro del Obispado. En esa reunión de los sacerdotes le
insistieron al Obispo de que tomara distancia ya que se daban cuenta de que era muy
hostigado, entre otros, a través de la prensa Diario El Sol (dirigido por A1varez
Saavedra). (…) pensaban que las detenciones y amenazas eran operadas por la fuerza
conjunta. de las Fuerzas Armadas, Aeronáutica, y Policía de la provincia y otras personas
no identificadas. Además, ya había laicos detenidos y en los controles policiales en la ruta
los padres eran revisados minuciosamente por policía de la provincia. Recuerda que los
curas Longeville y Murias fueron retirados por personas vestidos de civil no identificados
que decían pertenecer a la Policía, así se presentaron, en un vehículo tampoco
identificado; … Para reafirmar su decisión de no retirarse ni tomar distancia ante los
problemas, el Obispo dijo que el “que se quiera ir que se vaya”; él para graficar eso dijo
“Realmente la cosa está fea”, pero ninguno se retiró, aunque después posibilitó Angelelli
que el padre Ruiz de Olta, los laicos del Movimiento Rural Carlos y Rafael se fueran. El
dibujó el día anterior a su muerte en un papel un circulo en forma de espiral, significando
en eso las ejecuciones de los sacerdotes, de Pedernera y “ahora me toca a mí”. Le
insistían entre todos que ya que sabe tal cosa, porqué no toma distancia. Angelelli les dijo
“El Pastor no abandona a sus ovejas”. También, entre las cosas que se habló, se
determinó, que a iba a regresar a La Rioja y que el declarante regresara a Aimogasta;
entonces lo lógico era que lo acompañe en la ruta. Ese día 4 de agosto a la mañana
Angelelli le encargó y el declarante se fue a preparar el vehículo, que estaba en buen
estado. Fue a una estación de servicio, cargó combustible, aire en las ruedas, control de
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Poder Judicial de la Nación
aceite y agua. Sabía que el vehículo estaba en buen estado ya que en esos días había
venido a La Rioja manejando el declarante (para ver que pasaba con el padre Gervasio
Meca) y volvió con normalidad a la ciudad Chamical. Una vez que preparó el vehículo,
almorzaron en la casa del fondo de las monjas, todos juntos. Así, tipo dos y algo de la
tarde salieron de viaje, manejando Monseñor Angelelli todo el tiempo hasta el momento
del accidente. No salieron por la calle asfaltada sino por la antigua ruta de tierra que
todavía está hoy en Chamical, hasta retomar la ruta. Viajaron sin mucho tránsito a una
velocidad normal, calcula que a 100 o ciento y algo kilómetros. Cuando llegaron a Punta
de los Llanos la ruta da una gran curva y luego de superar el pueblo hay unas ondonadas,
después viene la recta larga. Cuando tomaron la recta venían hablando de las cosas
pasadas esos días, entre ello la visita de unos religiosos de otros lados que habitualmente
venían, él venía comentando que era bueno para las monjas que salieran de la gran
ciudad. Cuando comenzaron a tomar la recta, el declarante que venía perfilado hacia el
obispo ve que un vehículo de color claro se les aparea y de pronto les obstruye el paso, los
encierra. El declarante lo identificó esos de tipo Peugeot con unas puntitas, que cuando los
USO OFICIAL
alcanza, les cierra el paso”; no recordando cuantas personas venían, pero si “recuerda el
declarante entonces un ruido seco; como un balazo o estampida, allí no recuerda nada
más. Es lo último que recuerda, hasta el momento en que sale del Hospital de Chamical,
momento en que lo llevan a Córdoba, identificando a personas como una enfermera” (…)
“lo llevaron al Sanatorio Allende donde fue atendido por fractura de cóndido de
mandíbula, por lo que le pusieron una prótesis dentaria. De allí se fue a una casona de
Jesús María, de propiedad de su hermano (empleado de Gendarmería Nacional), hasta que
le dieron de alta definitiva. Estando en esa casa recién se enteró, por boca del fraile
Antonio Pueijané, que el Obispo había fallecido …Volvió a Aimogasta para las patronales
y el año siguiente lo designaron párroco de San Blas de los Sauces. Al cumplirse el primer
aniversario del fallecimiento del Obispo pidió dispensa por un año, al cumplirse el año
pidió retirarse del Ministerio. Luego se fue al sur, después a Buenos Aires, y después a
Formosa”. Interrogado sobre si el siniestro se debió a un atentado o un accidente, dijo:
“por deducción y correlato de las cuestiones más fuertes (asesinato de los curas y
Wenceslao) el accidente fue provocado, por ello considera que el Obispo fue un mártir.
Martir como consecuencia de su fuerte prédica, su fidelidad a las resoluciones del Concilio
Vaticano II, su clara opción por los más pobres y desprotegidos, y que esto considera que
lo llevó a arriesgar su propia vida y que la donó, él sabía y lo dijo “Ahora me toca a mí”.
Estaba sabiendo que corría peligro su vida y ellos también la de las suyas propias. Por
ello, los sacerdotes delegaron a alguno que fuera a Santa Fe para advertirle a monseñor
Saspe en Santa Fe que el Obispo corría peligro y él les dijo que no podía hacer nada”.
Estima el testigo que el atentado está vinculado con las muertes de Wenceslao Pedemera y
Longeville y Murias, ya que “por dichos del mismo obispo al dibujar el espiral y según él
comento que era algo planificado y que se salvaron las monjas. La presión significaba
tocarlo en lo que más le duela: un laico: los sacerdotes y también las monjas, de modo
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particular las azules que vivían en Aimogasta. Durante ese tiempo los sacerdotes dormían
en lugares distintos. Recuerda como anécdota que un día las fuerzas conjuntas (Ejército,
Policía Riojana y Aeronáutica) allanaron el domicilio de una colaboradora la señora Yaya
-estado en el lugar la mamá de Sigampa, doña Rosa- cuando llegaron las fuerza esta
señora se escondió y le tiraron un montón de cosas encima. Cree que lo que pasó en la
diócesis, a raíz del trabajó del obispo, logró crear lazos de amistad, de cordialidad
humana entre sacerdotes y hermanas. El tenía la calidad humana de recibirlos en su casa
en La Rioja y atenderlos en su casa”. Respecto de los datos que recopiló Angelelli en
Chamical, señala que: “los llevaba en un portafolios negro, pesado. También llevaba el
declarante sus propias notas. Toda esta documentación desapareció. Después le
devolvieron al declarante sus pertenencias, pero no sus apuntes, y tampoco le consta que el
portafolios negro del Obispo haya aparecido”. Expresó que nunca recibió presiones o
amenazas, pero que “sí le consta que le hacían dar cuenta de que lo tenían controlado.
Una sola muestra de ello es que es propietario de un departamento en Bs. As., cuando
suena el teléfono alguien (una voz femenina) le dice “que suerte Ud está bien, porque
estábamos muy preocupados, nos habían dado la versión de que Ud. había fallecido en un
accidente en La Rioja”. Los vecinos le dijeron al declarante que personas de civil muy bien
vestidos lo buscaban. Así también; cuando trabajó en la fábrica siempre a través del
teléfono le hacían llamadas anónimas, ya que nunca estuvo en la clandestinidad”. A la
pregunta de si dentro de la misma Iglesia había Sacerdotes que por interés no querían que
Angelelli estuviera en la Diócesis, relató que: “que sí había un sector. Aparentemente no
había coincidencia entre Angelelli con el padre Goyochea, el padre De La Vega, el padre
Julio Ferreyra, con Pelanda López (Capellán del Ejército) y, aunque muy manejado por
los Cruzados de la Fe, el padre Virgilio Ferreyra, consideró el declarante que no debía
tener relación con quienes hablaban muy mal del Obispo (…)La muerte de Angelelli vino a
cerrar su diócesis pastoral, todo su accionar que termina con la donación de su propia
vida, una vida testimonial como la de Monseñor Angelelli, su palabra fuerte, clarísima y
dura contra los privilegiados de la época debía tener su consecuencia, para denunciar con
lo que no coincidía con la prédica de la Iglesia. Ya desde su formación en el Cristo Obrero
en Córdoba, era así”.
A fs. 4034, con fecha 22/03/2007, Arturo A. Pinto
declarando por ante el Ministerio Público Fiscal, y preguntado respecto de si recuerda si
quien manejaba, atento a que el Dr. (Enzo) Herrera Páez manifiesta que la puerta derecha
estaba abierta y también atento a lo manifestado por Nacuzzi, y se deduce que según la
posición de la camioneta habría manejado el señor Pinto, el testigo dijo: “Sostengo que
manejaba al obispo, y yo vi una foto en la que se ve mi zapato, con lo cual, o anduve por
fuera o mis zapatos se volaron, y hubo cosas desprolijas, yo quede inconsciente varias
horas después, no recuerdo eso, yo mantengo que manejaba el obispo y el zapato que se
ve e esa foto es mío”. En cuanto a sus recuerdos en relación con el auto blanco, manifestó
que: “Venía conversando de constado, mirando la ruta, veo alguien en forma normal y no
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Poder Judicial de la Nación
pensaba que nos podía perseguir, era claro, pequeño y mediano, nos empezaba a alcanzar,
mediano de color claro como un Peugeot, viejo, con aletas, nos sobre pasa y nos encerró,
tengo en la memoria que hubo una estampida como un golpe seco”, no pudiendo decir si
provenía de una cubierta, para señalar que conoce de marcas de autos “puedo decir el tipo
pero no puedo precisar bien es lo que mantengo yo y es lo que visualizo”; no pudiendo
precisar cuantas personas iban en el auto, no advirtiendo nada en el parabrisas antes de
desvanecerse “me parece que el impacto fue grande, si es que vi perdí la memoria por mi
fractura
sufrida en el impacto, eso refuerza mi teoría de que yo no manejaba por la
magnitud del golpe, y si yo me golpeo es por que me quedo suelto, me acuerdo todo lo
anterior a ese momento”; que lo último que recuerda es “el estallido, pero no se acuerda si
salió de la ruta y todo sucedió empezando la bajada larga antes de Patquia, hasta ahí me
acuerdo”.-Respecto de los elementos que llevaba el Obispo en un portafolio, Pinto dijo:
“que tenía las entrevistas personales hechas en Chamical en relación al los curitas de
Chamical, y (las entrevistas) consistían en tomar nota en apuntes, por que se publicó notas
personales de él, tenía como forma propia medio poeta, medio escritor y anotaba lo valioso
USO OFICIAL
que le sugería la gente para hacer un memoria detallada, y hacía un memorial de toda la
pastoral para que el Papa supiera todo lo que estaba pasando con los curas, laicos,
monjas y la pastoral, era un relato pormenorizado eclesial; “la pastoral diocesana tenía
trabajo de corresponsabilidad y los encuentros de pastoral tocaban los mismos puntos en
distintas zonas, por eso vale el trabajo de Chilecito, como el de Chamical, la pastoral
unifico el tema de tierras tanto norte y sur”, y no tiene conocimiento de que Longueville y
Murias crearon resistencia en el tema de las tierras, en cuanto a la gente de “de Guandacol
le dijeron que no salgan de la tierra por que los (Brizuela y) Doria los quieren sacar y
estaba dentro de la política del obispo”. Respecto de si sabía que se quería despojar a la
gente de las tierras de Chamical, dijo que “conocía que en Chamical querían sacar de las
tierras y era grave el conflicto”. En relación a los nombre de las personas entrevistadas
por el Obispo no los puede dar, porque “él era muy reservado, además por el momento
duro de la época debió haber sido guardado del secreto confesional, no declaraban sino
que daban confidencias reservadas. Además había temor de que al obispo le pasara algo”.
Que las amenazas que recibía Angelelli eran “telefónicas, publicas, por el Diario El Sol, y
Menéndez le dijo que se cuidara”, que quien amenazaba por diario El Sol era “Alvarez
Saavedra, por ser el director”, y que cree Menéndez se lo dijo en forma amenazante, y que
la reunión fue en Córdoba, creyendo que fue
solo, sin saber si estuvo el Cardenal
Primatesta.A fs. 4382, con fecha 02/07/2009, en declaración testimonial
receptada por el Ministerio Público Fiscal, el testigo Arturo Aído Pinto, preguntado
porque niega que la muerte de Monseñor Angelelli fue accidental (habiéndosele exhibido la
publicación efectuada por el diario Nueva Rioja de fecha 03 de Junio de este año, obrante a
pagina 22 del mismo periódico, titulada “Arturo Pinto reitero que Angelelli fue
Asesinado”), el testigo dijo: “Yo afirme siempre que por los indicios y entorno que el día 4
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de Agosto me hace presumir que fue provocado, que se dieron todas las condiciones pero
no me consta, yo acompañaba al obispo que estando de acompañante de él me dio la
impresión que un vehículo nos alcanza y nosotros no nos percatamos, no me consta que
hubo una persecución y en un momento este vehículo nos alcanzó y nos cerró el paso, a
partir de ese momento recuerdo como un gran golpe una gran estampida, como un
reventón y después de eso no recuerda más”, sostiene que Monseñor Angelelli esperaba su
muerte, “Porque el día que tuvimos una reunión de los que estuvimos en Chamical en
sepelio de los curas Gabriel y Carlos en donde nosotros le insistimos que su vida corría
peligro y nosotros le dijimos expresamente que considerara la posibilidad de tomar
distancia e irse de esta ciudad ante invitaciones que tenía expresamente a Perú, a ir de
visita, y el negó esa pasibilidad, el dibujo un circulo y lo fue cerrando marcando a en él a
las personas que habían muerto como Pedernera y él dijo ahora me toca a mi, todos
sabíamos que la situación era difícil por que teníamos amenazas y requisas parroquiales y
el Padre Gervasio Mecca estuvo detenido en la comisaría de Vargas”. Seguidamente,
reitera el relato de los hechos expresando: “Terminado el novenario, almorzamos todos
juntos en casa de las monjas, y después de un rato él me había pedido que me encargara
de la camioneta, y que lo acompañe porque yo debía ir a Aimogasta y aprovechamos el
viaje, después de almorzar pasando un rato salimos de Chamical y él manejaba, yo
presumo tipo dos de la tarde y salimos. Viajamos
tranquilos, normal sin apuro, la
camioneta estaba en buenas condiciones porque yo había ido a La Rioja a ver a Mecca y él
consistió que se presente el padre cacho y yo use la camioneta ida y vuelta por lo que sé
que estaba bien, a llegar a Punta de los Llanos al tomar la recta que va a Patquía, sin
percatarnos de que alguien nos persigue, hablando de temas de las diócesis a lo que él me
decía cosas al respecto, en eso vi un vehiculo que nos alcanzaba y yo intuyo
imprevistamente que nos encierra, como se nos cruza a delante, yo vi, acto seguido se
produce como una estampida impacto o reventón muy fuerte”; preguntado a qué velocidad
iban, respondió que: “Nunca lo vi (a Angelelli) andar fuerte, normalmente 90 o 100 km/h,
creo que era un hombre de campo y siempre decía cuál era el apuro y saludaba a medio
mundo”, no recordando si alguien los vio en el transcurso del viaje “tampoco encontramos
muchos vehículos, estaba muy despejada la ruta”. Preguntado el testigo Pinto si sabe de
enfrentamientos por el antagonismo con las autoridades de facto, relata que “con el
Comodoro Aguirre en un acto
público en colegio público en donde se produjo un
altercado, y el Comodoro se retiró de ese lugar”. Señal Pinto que se decide que debía
acompañara a Angelelli “el día anterior, en reunión y creo” y se decide salir por la ruta
vieja “en el momento del viaje”; señalando que “No me di cuenta que nos seguían, me doy
cuenta que nos alcanza y nos encierra”. Que el motivo para salir por otro camino, lo
supone que es “por la presencia del CELPA, lo sospechábamos mutuamente por la
enemistad manifiesta”. Interrogado por el tipo de ruido que sintió cuando el auto los
encierra, dijo que: “Descarto un reventón, pero no me consta, pero es un ruido que
provoca daño, como un impacto muy duro porque luego a mí me quedo como un susto,
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Poder Judicial de la Nación
como un golpe seco o duro”, no pudiendo precisar si lo sintió en el vehículo “y no puedo
recordar si eso fue la causante de la inestabilidad, no recuerdo más”. Preguntado por la
patrocinante del Obispado por si realizó algún tratamiento o algo así para intentar recordar
algo para esta causa; Pinto, respondió que “no, solo cuando estuve internado, no tuve
estudios neurológicos porque no tuve trastorno alguno pero los debo tener y solo consulte
pequeñas cosas y nunca hice tratamiento especifico, soy el único sobreviviente y sé que
soy un testigo importante pero no puedo decir lo que no me acuerdo por más que me
estrujen”.- A las preguntas del patrocinante de la ONG Tiempo Latinoamericano, sobre si
la muerte de los sacerdotes (Longueville y Murias) y Pedernera estarían relacionas, y esa
relación tiene es con la ideología o existían otros intereses en relación a tierras, manifestó
que “la pastoral de Angelelli dio una medidas como obispo, venía adoctrinado con
precisas instrucciones que una de las grandes diputas que hubo fue el tema de las tierras
como CODETRAL-Aminga, y los muchachos del trabajo rural, las monjas de Aminga que
le pusieron una bomba, fue una disputa la tenencia de las tierras, por eso fue atacado
Wenceslao Pedernera, todo lo que tiene que ver con tema tierra como latifundios, fueron
USO OFICIAL
ataques directos a tocar puntos muy secables en Chamical”; expone que los curas de
Chamical estaban trabajando en la temas de las tierras “en Olta, las mineras, los curas
tenían mala relación con el CELPA, y el CELPA a mí me impuso un modo de dar la
catequesis y como no acepte duré muy poquito por seguir los lineamientos de Angelelli, los
curas habían adoptado la línea para trabajar en ese sentido, y casualmente no eran
riojanos y (uno) no era argentino”
A fs. 4730, con fecha 19/08/2010, citado el testigo Arturo A.
Pinto a declaración testimonial, expresa que: “Ratifico las declaraciones anteriores, en
relación al 4 de agosto estábamos en la parroquia en chamical para hacernos cargo de la
parroquia por la muerte de Gabriel y Carlos, el 3 de agosto no reunimos las personas más
cercanas a el, donde le manifestamos la preocupación por su vida. El como repuesta, dijo
que sabía perfectamente del peligro que corría y más le preocupaba los curas y las monjas.
Para graficar lo que sentí en ese momento hizo un circulo donde grafico lo que se iba
sucediendo y nosotros le dijimos que salga del medio y dijo que no, un pastor no abandona
la ovejas. Eso fue un 3 de agosto de 1976. El día 4 de agosto, personalmente hice los
controles de la camioneta, y luego de almorzar tipo 14 hs. salimos con destino a La Rioja.
Salimos por la ruta vieja para no evidenciar nuestro viajé. Salimos tranquilos, no fuerte 90
o 100 km/h, no había mucho transito, conversando tranquilamente, de acompañante medio
de costado hacía Monseñor. Pasando Punta de los Llanos, no vi que venía alguien
siguiéndonos, pero apareció alguien al lado y haciendo una maniobra brusca, sentí un
golpe y no recuerdo. Puedo decir que el auto era mediano, color claro, como si fuera un
Peugeot con puntas atrás, viejo. Perdí la memoria, e incluso me enteré que Monseñor
había muerto luego de salir del Sanatorio. Luego de todo estuve en la casa de mi hermano
y tipo diciembre cerca de la fiesta, me sentí con ganas de volver y le pedí el juez que me
haga una entrevista para que me ampare por si me cita, entonces me dieron un certificado
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de tratamiento prolongado. Estando en Aimogasta vino un hombre a la casa y el me hizo
salir afuera y me dijo que el llego en el momento del hecho y dijo que lo le manifesté que al
Monseñor lo habían matado, eso fue en el mismo año, diciembre de 1976, el hombre
trabajaba en Chincota”. Que en relación a su declaración del 05 de agosto de 1976 (fs. 19)
manifestó que “no recuerdo nada, los médicos ni nada, si recuerdo cuando me trasladan a
Córdoba. No puedo, no la identifico, no recuerdo haberla dicho, si la hubo a mi no me
consta, no me acuerdo, yo no firmé”. En relación a la declaración testimonial efectuada en
la Fiscalía Federal (22 de marzo de 2007) fs. 4034, y al párrafo que dice “me hace presumir
que lo mataron pero no me consta”, al requerírsele más precisiones, dijo “si, lo que no hubo
persecución eso, es decir que no afirmo eso; si afirmo es que viajando puedo decir que en
forma provocativa, intención, nos cierra el paso. Por eso yo digo que presumo, deduzco. Es
una provocación, algo sorpresivo, creo yo que es provocado”. A la pregunta en cuanto a
quien cree que pudo haber mandado un vehículo, dice: “Yo supongo que todo tiene que ver
con lo que se vivía en la época, ya con la muerte de Gabriel y Carlos, W. Pedernera.
Entonces, decir quien mando, no lo se. Yo supongo que son todos aquellos que se había
propuesto ir en contra de la diocesana, habrán sido los del Tercer Cuerpo, suponga que
para arriba y para abajo en el mando”.
Fs. 337/386 Presentación de Monseñor Bernardo Witte
(obispo de la Rioja) presenta informe y entrega fotocopia de la carpeta que sería fotocopia
fiel de la que llevaba Angelelli el día del hecho crónica de hechos y recortes de diarios,
etc.A fs. 398 presta declaración testimonial Carlos Julio
Guzmán, sacerdote católico, el que refiere: “....que la noche anterior o sea tres de agosto
de mil novecientos setenta y seis, el declarante se encontraba reunido con los Vicarios
Zonales, Sacerdotes Amirati, Pinto y Canabel y el Vicario General Inestal juntamente con
el Obispo Angelelli, manifestando este ultimo que seria como centro de la persecución por
cuanto ya habían muerto dos sacerdotes en Chamical y un laico en Sañogasta y que estaba
amenazado….Fs. 399 testimonial de Gervasio Mecca; sacerdote católico, el
cual en las época de lo hechos el declarante se encontraba detenido, alojado en la cárcel de
esta Ciudad en el pabellón de presos políticos y delincuentes peligrosos a disposición del
Tercer Cuerpo del Ejercito, el cual declara: “…que en la parroquia de Chilecito se encontró
con el Padre Arturo Pinto, expresándole que Arturo sigue insistiendo que venían
conversando animadamente con Monseñor ANGELELLI, y que un auto blanco los seguía y
los acorralaba, no pudiendo precisar en la narración que comenta si se hacia referencia a
otro auto que iría adelante o detrás, pero si que los topaba el primero. Que después se
sintió un ruido fuerte o un estampido e inmediatamente ocurre el accidente…”.
A fs.417/419, 1394, 3273-74, en su declaración testimonial
Esteban José Inestal, expuso: “… puede manifestar de la constante amenazas de que era
victima Monseñor Agelelli. Que dado la situación de la Iglesia a esa época la persecución
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Poder Judicial de la Nación
en especial a la persona del señor Obispo se hizo en forma directa para lo cual y en
principio de confirmación de ello se remite a las publicaciones de la prensa local de
nuestra ciudad al Diario el Sol…., allí se demuestra palmariamente la injuria en forma
permanente en que era atacado Monseñor…. Otro hecho relevante es la circunstancia de
que al concurrir los feligreses a la Iglesia Catedral al velatorio de Monseñor, mas
precisamente a esperar el cadáver que todavía no había arribado a la iglesia,
encontrándose el declarante en su interior fue advertido de un oficial de la policía estaba
haciendo desalojar el atrio, por lo que de inmediato se apersono y le solicito a dicho
oficial que se retirar y desistiera de sus propósitos por cuanto el declarante y a cargo de la
diócesis por la fusión que revestía era el único dueño del atrio hacia adentro…, haciendo
notar este oficial de que cumplía ordenas de la superioridad. Que ese funcionario desitio
de sus propósitos lo que al día siguiente el testigo entrevisto al Coronel Pérez Bataglia
comentándole este episodio respondiéndole aquel de que la orden había sido impartida por
seguridad dado que habían llegado versiones de que se colocaría una bomba en la iglesia
o sus inmediaciones al arribo del cuerpo de Monseñor….-.USO OFICIAL
Fs. 420 testimonial de Francisco Solano Díaz, donde señala
que “…yo y el padre Guzmán fuimos designados por el Obispado en ese entonces a cargo
del Padre Inestal, a los efectos de trasladarse al lugar del hecho y posteriormente traer los
restos de Monseñor…Que entre la documentación que el declarante estaba instruido en
trasladar, era una carpeta que por lo general Monseñor trasladaba a un costado del
asiento o debajo del asiento, sin que conociera el dicente de que tuviera ese rodado un
compartimiento especial para trasportar esa documentación. De que en dicha carpeta
tendría que haber estado una correspondencia dirigida al Presidente de la Conferencia
Episcopal, Cardenal Primatesta en ese momento, otra al señor Nuncio Apostólico, otra al
General Menéndez y posiblemente una a su santidad Pablo VI….”.A fs.434 obra testimonial de Juan Aurelio Ortiz, quien a la
fecha de los hechos de encontraba trabajando como secretario del Obispado. Su testimonio,
expresa “…dada la función permaneció en esta Ciudad es decir no concurrió al lugar del
supuesto accidente, que su permanencia amen de ser Secretario del Obispado, se debió a
que diariamente se hacia una evaluación de la situación de la Iglesia mas precisamente de
la diócesis Riojana, por la persecución de que estaba siendo objeto y de esa evaluación se
determino la conducta a seguir por cada sacerdote….- …dada la frecuencia de trato con
Monseñor Angelelli, este había efectuado una evaluación de la situación de la Diócesis,
mas cuando días antes había sucedido el asesinato de los Sacerdotes de
Chamical..diagramo un tipo de espiral significando que el circulo de todos los hechos que
se venían sucediendo se estaba cerrando y gráficamente el colocado en el centro, seria la
victima. Que consecuencia de ello…faculto al declarante para que entrevistara a
Monseñor Primatesta Arzobispo de Córdoba en ese entonces, Presidente de la Conferencia
Episcopal Argentina, para lo cual le proveyó de documentación confidencial que ilustraba
la persecución narrada. Que constituido en Córdoba y acompañado entonces por el padre
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Praolini, no logran entrevistarse con Monseñor Primatesta por cuanto este se encontraba
en San Rabel, Provincia de Mendoza…”. “Recuerda que el padre Amirati en la noche del
velatorio de Monseñor había recibido una llamada telefónica donde se le pedía de que
ubicado en un confesionario, concurriría la persona que llamo y que le pasaría un dato del
fallecimiento de Monseñor. Que concurre este Sacerdote y no la persona del llamado
telefónico, para posteriormente volver al mismo procedimiento donde se le explicaba de
que no había concurrido por cuanto estaba controlado por la policía, pero que en una
alcancía del templo iba a dejar un papel con la información. Que recuperada el dinero de
la alcancía no encontraron nada, pero al efectuar el recuento del dinero en una billetera
(billete) observa un papel adherido con un alfiler y donde se decía de que Monseñor
Angelelli en Chamical es decir antes del suceso, había sido advertido de que iba a ser
asesinado, que ese papel lo encontró la hermana Maria Luisa Panizza, perteneciente a las
hermanas Antonianas que viven en Cochangasta. Que el Padre Juan Carlos Gorosito,
actualmente residente en la Ciudad de Córdoba, manifestó que habría tenido conocimiento
de una reunión celebrada entre altos jefes militares donde se habría decidido el asesinato
de Monseñor Angelelli…”. “…También puede agregar que de que en el Gobierno del Gral.
Lanuse se prohibió la irradiación de la misa dominical por la emisora local, aduciendo de
que era orden de la superioridad la que se pone nuevamente en movimiento es decir la
irradiación de la misa en el Gobierno de Carlos Menem, para posteriormente y ya en el
golpe militar del 76 fue suspendida definitivamente por orden de la superioridad, lo que no
pudo averiguarse no obstante las gestiones de Monseñor Angelelli cual era la superioridad
la que había ordenado la suspensión. Agrega también que cuando fue la misma de entierro
de Monseñor Angelelli el declarante solicito al “Gringo”, Vargas Molina, que le grabara
la ceremonia, lo que así hizo, pero cuando el dicente fue a pedírsela, este le manifestó que
había sido secuestrada por el Batallón…”.
A fs. 3806, amplía su testimonio Juan Aurelio Ortíz,
quien expresa que: “que el día 4 de agosto de 1976 no se encontró ni fue al lugar del
accidente. La razón es que en el reparto de roles del Obispado, cuando fallecen los
sacerdotes de Chamical, el declarante le tocaba permanecer en el Obispado cono
autoridad, por ser el Secretario del Obispado. Por ejemplo era el único autorizado para
responder determinadas llamadas telefónicas. Cuando se produce el accidente de Punta de
los Llanos ya tenían armado el esquema de cómo se iban a mover. Por eso le toco la
responsabilidad de cruzar a Casa de Gobierno y oficialmente informar al Ministro de
Gobierno Luis García el fallecimiento del Obispo, pidiéndole le facilite la red presidencial
para comunicar oficialmente desde el Obispado a Nunciatura y el Episcopado. Por esa
razón no fue el deponente al lugar del accidente. Mientras esperaban que la Justicia
entregara el cuerpo de Angelelli sucedieron varias cosas: una, el Juez Vigo manda dos
policías a hacer una inspección ocular de los aposentos de Angelelli, sabiendo en que
medios se estaban manejando el declarante y el Vicario General Esteban Inestal habían
tomado la decisión de clausurar el despacho privado y el dormitorio de Angelelli. Cuando
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Poder Judicial de la Nación
va la comisión le hicieron ver una faja de clausura que habían dispuesto y el declarante les
manifestó que debía clausurar las dependencias y entregar las llaves a quién la Nunciatura
le indicara. Al rato volvieron insistiendo que el Juez pide que los policías entraran: a la
habitación, sin exhibir una orden escrita, manifestándoles que ello no podía ser. Muchos
días después el Juez insistió en su propósito mandando nuevamente la policía de la
provincia sin orden. Uno de estos policías lo recuerda como “El Negro” Bazán de
Chamical. Habiéndole aclarado en su despacho el Juez, que si bien para ellos el fallecido
era el Obispo, para él como Juez era un ciudadano y el debía rendir cuenta a sus
familiares y herederos. Con la anuencia de Monseñor Rubiolo, el Obispo enviado para
atender la diócesis hasta el nombramiento del nuevo Obispo, él declarante juntó las
pertenencias de Angellelli y las entregó a estos dos policías quienes se presentaron con un
Escribiente quienes redactaron un acta de lo entregado. Nunca ingresaron a sus aposentos.
El hermano de Angelelli, Juan, intentó apropiarse de la camioneta pero se lo negaron ya
que la misma pertenecía al Obispado. Otra cosa que sucedió aquella noche del 4 de agosto
de 1976 es que como demoraban en entregar el cuerpo de Angelelli, que se produjo recién
USO OFICIAL
más o menos a las 5 de la mañana del día siguiente, decide el declarante salir en su auto
particular que lo tenía estacionado en el garage de la parroquia catedral, cuando va a
abrir la puerta del auto una voz me dice “Alto Identifíquese”. Pensando que se trataba de
un chiste se da vuelta y se encuentra con un policía quien repite lo mismo. Cuando le
respondo qué estaba en mi casa, insiste con la voz “Alto Identifíquese”. Le muestra el
declarante los documentos, los mira y lo autoriza a salir en el auto. Ello significó para el
declarante estar vigilado, aún dentro de su casa, y sin su conocimiento. Una tercera cosa
de esa noche, es que les avisan a Inestal y al declarante que la Policía había cerrado las
rejas de acceso a la Catedral; constatado el hecho, entrevistaron telefónicamente a don
Vicente Herrera, quién era Sub Jefe General de Policía, para que explicara la razón de
esta medida y le respondió que se trataba de un mal entendido por parte de sus
subordinados porque la orden impartida por él era de controlar que no se produjese
ningún tumulto, pero para ellos y la gente fue directamente hacerles sentir su presencia y
manejar ellos el ingreso o el egreso de la Catedral.- Además, esa noche, el declarante
subió al escritorio de Angelelli por que quería asegurarse de que las carpetas de sus
poemas quedasen a salvo, los encontró y los guardó. Posteriormente viajó a Buenos Aires
para publicarlos, trabajo que realizó con Guillermo Rodríguez Melgarejo, que en ese
tiempo era el encargado de la Iglesia de San Cayetano y .hacían publicaciones de pastoral
popular. Actualmente es Obispo en Buenos. Aires., Cuando Guillermo tenía en sus manos
la publicación de los poemas se apersonó personal militar con la intención de apoderarse
ellos y él les respondió que tanto el Episcopado como la Nunciatura ya estaban en
conocimiento de esa publicación y la habían autorizado, dato que los hizo desistir. Los
originales se encuentran actualmente en el Obispado de La Rioja.-Cuando el Juez Vigo, de
quién convendría preguntarse, quién fue, de donde vino y, cuando se fue. Vino de la Policía
Federal, casualmente el accidente estuvo dentro de su turno, y al tiempito se fue. Se
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aseguraron que en el accidente intervenga ese Juez. Cuando éste los llamó al declarante y
a Inestal para entregarles las pertenencias unos días después, hizo romper los precintos de
las cajitas jurando por Dios y María Santísima que nadie los había tocado, y labró acta.
Como en ese momento no convenía hablar el deponente se calló, manifestándole luego a
Monseñor Rubiolo sus apreciaciones que se encuentran en el informe a él entregado y que
deja copia en este acto. Entre las cosas de Angelelli, aparecen, cosas de Pinto. Días
posteriores les entregan el portafolio con los documentos de Angelelli. De acuerdo a los
trascendidos la demora se había producido porque el General Arguindeguy se demoró en
entregarlos. De la documentación que recuerda el deponente que venía en el portafolio, le
entregaron dos carpetas con documentación oficial de curia, de la cual tenía conocimiento
por su condición de Secretario, cuando las abre observa que venían muy sutilmente
subrayadas con lápiz algunas palabras y algunos nombres. Le comenta a Monseñor
Rubiolo que no eran subrayados suyos ni de Monseñor Angelelli, circunstancia que lo
informó por escrito. El otro motivo por el cual el declarante tenía conocimiento de la
documentación es que unos días antes, el 1° o 2 de agosto, habiéndose planteado un
problema en curia viaja a Chamical para entrevistarlo a Angelelli, arreglado el tema le
dice a Angelelli que seguía el viaje a Córdoba. Cuando Monseñor le preguntó qué te vas a
hacer, le contesta el declarante que a entrevistarse con el Cardenal Primatesta. Le
sorprendió su respuesta porque le dijo “Y qué le vas a decir?”, que esto ya es cuestión de
vida o muerte respondió el declarante. Su reacción fue invitarlo a reunirse en el comedor
de la parroquia para que le explicara con detalles lo que pretendía decirle a Primatesta.
Más le llamó la atención porque sin mediar ninguna otra reacción le dice “llevá por las
dudas estas dos carpetas, en una de esas te va a hacer falta esta documentación”. Con el
tiempo se dio cuenta el declarante que Angelelli aceptaba que era cuestión de vida o
muerte. En este viaje lo acompañó el padre Enri Praolini. Cuando llega a Córdoba
Monseñor Primatesta no estaba y lo entrevistaron al Obispo Auxiliar, Monseñor Cándido
Rubiolo Le explicaron el porque de la visita y les respondió que a el le parecía sumamente
grave y les aconsejó seguir a Santa Fe a entrevistarlo a Monseñor Vicente Zazpe que era
Vicepresidehde de la Conferencia Episcopal. Gracias a los oficios de Monseñor Rubiolo y
de presentarse ante el Arzobispado de Santa Fe como que llevaba la orden 4e monseñor
Angelelli de entrevistar a Zazpe, lo ubicaron en una casa quinta perdida donde él también
se había refugiado. La conversación con Monseñor Zazpe, con quién el declarante había
comenzado a tener una relación más fluida por el hecho de haber venido a La Rioja como
delegado personal del Papa en 1973, concluyó con un gesto que nunca olvidará: entré
sollozos Zazpe les respondió “Díganle a Angelelli que ya nada podemos hacer por él, pero
que cuente con la seguridad de nuestras oraciones”. Retomaron a Chamical, y le
devolvieron a Angelelli la correspondencia, que son las dos carpetas que entre otras cosas
le devolvió el Juez. No recuerda que hubiera faltado alguna nota. Lo que sí le extrañó es
que no hubiese ningún papel escrito referido a la muerte de los curas en Chamical, que
conociéndolo a Angelelli casi con seguridad los traía. Después se enteraron que sí venía en
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Poder Judicial de la Nación
el portafolios el resumen de la investigación que las hermanas habían pasado a máquina, y
también se enteraron que una copia de ese informe lo habían enviado directamente desde
Chamical a Monseñor Zazpe. Y otra copia al padre Ludovico Revillard, sacerdote francés
encargado de supervisar la actuación de los sacerdotes franceses que trabajaban en
América Latina. Como testimonio de este documento elaborado en Chamical bajo la
directiva de Angelelli deja copia de lo que Monseñor Zazpe les envió y que dice
textualmente “es copia fiel de la documentación recibida en Arzobispado”, donde
aparecen detalles de las últimas horas de Carlos y Gabriel y ciertos nombres de personas
comprometidas. Este sacerdote francés Ludovico Revillard fue enviado por el Episcopado
francés para interiorizarse de la muerte de Gabriel Longevi1le. Como venía en misión
oficial se presentó ante la Embajada de Francia y allí le respondieron “Ud. sólo a La
Rioja no vá” y tuvo que esperar a que vuelva de Rosario a Buenos Aires el Vicecónsul
francés en Rosario para que lo acompañe. Cuando se presentó en el Obispado, el
declarante los conduce en su automóvil a Chamical, allí lo entrevistan a Angelelli, toman
fotografías del lugar donde fueron encontrados los cadáveres de los dos sacerdotes;
USO OFICIAL
visitaron el mausoleo donde estaban depositados sus cuerpos. Al día siguiente los llevó a
Chilecito donde ejercían el apostolado los sacerdotes Francisco Dalteroche y Andrés
Seriege. Cuando regresaron a la Capital, en el control policial de entrada, le indican al
declarante que además de los documentos (DNI) debía descender del vehículo para ser
sometido a una requisa. Le advierte al policía que si bien el vehículo era particular, en ese
momento estaba afectado, al transporte de dos autoridades. extranjeras y que le permitiese
consultarles a ellos si aceptaban esta requisa. El vicecónsul le responde que efectivamente
esa tarea la tenía que realizar el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, pero como
eso iba a tardar unos tres días, y no tenían nada que ocultar, propició que hicieran la
requisa. Cuando el policía le hace abrir el baúl del citroen le dice en voz baja al
oído:“Perdóneme Padre pero a mí me han mandado que haga esto y el auto torino que ve
frente a la casa del gobernador me está controlando si hago o no la requisa. Cierre el baúl
y siga”.- Preguntado: por cual era la situación de los sacerdotes seguidores de Angelelli
con las fuerza armadas si se sentían presionados de alguna manera. Contesta: que el
declarante recuerde los uniformados, tanto de Ejército como de Aeronáutica como de
Gendarmería, no se hacían ver, pero todos sabían que tanto policía provincial, como
federal, respondían directamente a las órdenes de Ejército, entre los que recuerda a Pérez
Bataglia, Jefe del Regimiento La Rioja, y Malagamba. Un ejemplo de esto es que Pérez
Bataglia los llamó a Inestal y al declarante para comentarles que le había llegado el
informe de que en el Obispado estaría operando una radio clandestina. Le solicitó el
declarante 5 minutos para ir al Obispado y volver con la carpeta con todo el trámite que
exigía el organismo respectivo, añadiéndole que el que estaba colaborando con el proyecto
era la gente de Casa de Gobierno que operaba con la red presidencial. Observa en ese
momento un listado que tenía Pérez Bataglia y decía el nombre de “Perla Manfredín”, una
asistente social. Otro dato de este control que ejercían sobre ellos fue el de un policía
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provincial afectado al seguimiento del declarante. Le llamó la atención verlo muy
frecuentemente por donde andaba y como era su amigo de sus años de cura en Chamical,
su nombre es Julio Portugal, le preguntó a que se dedicaba y le respondió “no se dio
cuenta de que lo estoy siguiendo?. Se sentaron en un banco de la plaza, donde le relató que
su tarea era informar a la superioridad dónde iba, qué hacía y particularmente su
“predicación subversiva”. Después le comentó que ya lo habían relevado de funciones
porque él no les aportaba lo que ellos querían y mandaron a otro que no le dijo su nombre.
Estas circunstancias acaecieron aproximadamente en el año l974. Como ejemplo de que
todo dependía de Pérez Bataglia, quién daba las órdenes superiores, es que cuando una
persona resultaba detenida, primero era conducido al Regimiento y de allí transportada a
la cárcel. Preguntado: si alguna vez lo detuvieron. Contesta: que no. Preguntado: si le
entregaron la camioneta. Contesta: que sí. Fue al poco tiempo posterior a la entrega de las
valijas y el portafolio. La escondieron en dependencias de las religiosas de la parroquia de
Fátima en el B° Matadero y llevó el declarante al mecánico “Chichí” Baldo por ser
persona de su absoluta confianza para que hiciese una inspección de la camioneta. De lo
que recuerda la pericia de Baldo arrojó como resultado que la suspensión estaba bien, la
dirección estaba bien, no había señas de balazos en la chapa. Preguntado: si tenía las
cuatro gomas puestas. Contesta: que efectivamente tenía puestas las cuatro ruedas y la
rueda que la policía les entregó diciendo que es la que se había reventado, y cuyo ruido
escuchó Pinto. Pero Baldo observó que la mencionada rueda no era del juego de las
cuatro, era distinta, y que a la cubierta sana le faltaba la cámara. El informe policial dice
que la camioneta volcó por haber reventado es cubierta; pero la misma estaba sana.Preguntado: el declarante si ese informe de Baldo se escribió. Contesta: que nunca se
tomó esa precaución, nunca, fue presentado, aunque no recuerda si en la declaración del
año 1984 lo dijo. Nunca se le ocurrió esa circunstancia. Cree que en algún momento del
escrito que entrega está mencionado. Preguntado: si sabe algún detalle del accidente.
Contesta: que en reuniones posteriores de los sacerdotes y comentado detalles, el padre
Armando Amirati les dijo que había observado que los vidrios del parabrisas habían
quedado en la banquina de tierra antes de producirse el vuelco de la camioneta y esto
mismo se lo comentó y se lo hizo ver al Obispo francés de la diócesis de Gabriel cuando
vino a La Rioja. Lo cual les daba a entender que el vidrio se rompe antes de que vuelque la
camioneta, y de ese relato queda constancia en el escrito que adjunta. Preguntado: el
declarante que impresión tiene de quién mandó a matar a Angelelli, quién dio la orden,
quien ordenó el atentado. Contesta: el declarante que cuando comentaban estos
pormenores nunca surgió ningún nombre concreto, pero sí comentarios de que en la casa
del gobernador se habrían reunido Pérez Bataglia, Malagamba, el Vicecomodoro Aguirre
de la Base de Chamical y don Tomás Agustín Álvarez Saavedra (dueño del Diario El Sol,
opositor a Angelelli), quienes habrían brindado en forma inmediata a la muerte de
Angelelli. Cree que él gobernador era Nanziot, que era Vicecomodoro de Aeronáutica.
Preguntado: el deponente que habiendo entregado documentación manuscrita de
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Poder Judicial de la Nación
Monseñor Angelelli, como si se tratase de una ayuda memoria, podría aclarar alguna de
esas manifestaciones escritas, como ser cuando afirma “CELPA una venganza?”
Contesta: que efectivamente una observación que hacían era que la muerte de los dos
curas de Chamical no se produjo mientras el Vicecomodoro Lázaro Aguirre era jefe de la
Base de Chamical sino cuando el Mayor Estrella se encontraba momentáneamente a
cargo. Y el comentario que había en Chamical era que había una puja entre los dos y que
Estrella ejecutó a los curas, pero que apareciera Aguirre como el que tuviera que dar las
explicaciones del caso”.A fs. 3884 obra agregada copia de documentación aportada
por el testigo Juan Aurelio Ortíz.A fs. 4587 obra nueva ampliación de declaración
testimonial de Juan Aurelio Ortíz, ex sacerdote, quien expresa que: “lo que el juzgado nos
devolvió fueron dos carpetas con documentación del obispado, no con las pertenencias, si
no que fueron devueltas días después y días después de las pertenencias fueron devueltas
las carpetas, como secretario de la Curia conocía muy bien el contenido de ambas
USO OFICIAL
carpetas, por ej Angellelli me las proporciono para llevarlas a Córdoba, en una fallida
entrevista con Monseñor Primatesta que era presidente de la Conferencia Episcopal, y esto
fue días previos a la muerte de Monseñor Angelelli, me llamo la atención que en varias
partes había tildes y subrayados con lápiz que no eran hechos ni por mi, ni por Angelelli
analizando las tildes y los subrayados llegue a la conclusión de que se buscaba alguna
relación con la subversión, se lo puse en conocimiento a monseñor Rubiolo que estaba
como obispo de la rioja, y me hizo elaborar un testimonio para ser enviado a la Santa
Sede, sin embargo también se hablo en La Rioja de otra carpeta que no fue entregada, en
primer lugar no me consta que haya habido otra carpeta, en segundo lugar era costumbre
de Angelelli ir tomando notas por lo que intuyo que si tiene que haber habido una carpeta
o cuaderno o apuntes y que no fueron entregadas, recuerdo que en los pasillos de
tribunales se comentaba que la razón de esta tardanza para devolver las carpetas era que
el Ministro del Interior HARGUINDEGUY , no los había devuelto…que producido el
asesinato a los dos curas en chamical el cura Gervasio Mecca en una misa en Aimogasta
realiza comentarios que a los militares no le gusto estos ordenan la detención de Mecca
,que al tomar conocimiento en el obispado del procedimiento que se iba a realizar
decidimos viajar a Chamical donde estaba Mecca con Angelelli llegados allá Angelelli nos
informa que ya había sido citado el padre Mecca por la policía para declarar el día
siguiente, aquí en la ciudad capital en la policía donde posteriormente queda detenido,
ante esto yo le manifiesto a Angelelli que iba a seguir viaje a Córdoba cuando me pregunta
que es lo que iba a hacer le respondo a entrevistarme con Primatesta, reunidos a solas le
explique a Angelelli que es lo que le iba a decir, que lo sintetice con esta frase esto es
cuestión de vida o muerte, Angelelli autorizó mi entrevista con Primatesta y por las dudas
me hiciese falta me entrego las dos carpetas, Primatesta no estaba en Córdoba, nos
atendió Monseñor Rubiolo, enterado de nuestro propósito nos recomendó entrevistarlo a
29
Monseñor Zaspe Arzobispo de Santa Fe y vicepresidente de la Conferencia Episcopal le
relatamos a el todo lo que íbamos a manifestar a Primatesta y con lagrimas en los ojos nos
respondió díganle a Angelelli que ya no podemos hacer nada pero que cuente con nuestras
oraciones”. Que cuando se refiera a cuestión de de vida o muerte se refiere a “que lo único
que nos quedaba era la muerte nos iba encerrando de tal manera el aparato represivo que
ya no quedaba otra cosa, después nos enteramos de un periodista Saavedra de Bs. As. que
fue contratado por don Alvarez Saavedra, pura y exclusivamente para hablar contra
Angelelli que lo bautizo de “satanelli””. En cuanto a lo que tenía que conversar con
Primatesta era “que ya no se podía mover, andar, hacer nada, la persecución permanente y
que uno la sentía; por ej una idea con Angelelli era hacer una red radial parroquial …,
conseguimos el técnico se hicieron los aparatos, … días después nos llama Pérez Bataglia
a mi y al padre Inestal y nos manifiesta que tenía conocimiento que en el obispado
,operaba una radio clandestina luego, le muestro la carpeta de todo las diligencias para
demostrar que no era clandestina y le manifesté qué los que instalaban la antena eran, los
de casa de gobierno”. Preguntado si el testigo cree que hubo encubrimiento por parte del
Episcopado, expresó que: “no se si encubrimiento, si un silencio. Por ejemplo se produce
el 13 se julio un revuelo yo me hago una escapada me vengo a hablar con Carlos Menem
gobernador y en definitiva lo corren a pedrada a Angelelli y quedaron los nombres de los
trece entredichazos, día después hubo reunión del Episcopado y Angelelli comentó que
nadie le pregunto que te paso el único que le pregunto fue Zaspe eran cosas muy llamativa
de un silencio que obedece no se si complicidad por lo menos a hacerse los tontos o
cobardía”. Respecto del tiempo transcurrido entre la entrevista con Zaspe y la muerte de
Angelelli, dice “vuelvo y no se si al día siguiente se presenta un cura francés mandado por
el episcopado Francés, acompañado por el Vice Cónsul de Francia en Rosario, para tomar
conocimiento por que lo matan a Longeville arreglo un viaje nos vamos a Chamical donde
estaba Angelleli y al día siguiente a Chilecito, volvimos cuando salimos nos piden
documento como si yo era totalmente desconocido, cuando volvemos el control policial nos
indica que debíamos estacionar junto al camino, me manifiestan que tenemos orden de
registrar el auto, y manifiesto que trasladaba las autoridades les pregunto y el vice cónsul
permite, el policía me manifiesta que estaba obligado por que estaba vigilado por otro que
lo controlaba si hacia o no el control, se van y al día siguiente fue la muerte de Angelelli
una semana antes vi a Zaspe”. Preguntado sobre si cuando se produce el accidente que
investigación hace la iglesia, dijo: “producido
el accidente ya veníamos de una
experiencia de la muerte de los curas cada uno tenía una determinada tarea a cumplir, en
mi caso era la relación con el gobierno y el teléfono, si hay alguien a quien yo esperaba
era a monseñor Zaspe por la conversación que había tenido en Santa Fe y una
documentación que yo se la había mandado por correo que quería saber si la había
recibido y me dijo que si, en un momento Primatesta nos convoca a Inestal y a mi en
presencia de Zaspe y de padre Galán secretario del episcopado era para decirnos lo
siguiente, vamos a aceptar la teoría del accidente para que nos dejen investigar tranquilos,
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Poder Judicial de la Nación
no tengo conocimiento en que consistió la investigación”. Respecto de “si se acordaron a
hablar con el juez dr Roberto Catalán. Contesta: no por que la causa la tuvo el ex juez Dr.
Vigo que era auditor de Policía Federal y que por casualidad vino a la Rioja una o dos
meses antes de la muerte y se fue un mes o dos meses después de la muerte y por
casualidad le toco atender la muerte de Angelelli”. Preguntado por la querellante particular
(Dra. Mirta Sánchez) sobre que: “usted dio nombres de tres monseñores y considera que
eran cómplices o existió una connivencia con el poder. Contesta: Tortolo era arzobispo de
Entre Rios, Paraná, y había sido presidente de la conferencia episcopal, Bonamin era el
obispo de la vicaria castrense pero en ese tiempo todas las fuerzas armadas constituían
una especie de obispado y Bonamin era en ese momento el obispo y Plaza era el arzobispo
de La Plata, es de observar que de Bonamin dependían todos los capellanes militares.
Preguntado: Para que diga a que tipo de complicidad se refiere o a que grado de
complicidad colaboraron en el asesinato de monseñor Angelelli. Contesta: no creo que
hayan respaldado la muerte, pero si bendecían el accionar de las fuerzas armada en la
represión. Preguntado: Para que diga hace mención en el diario El Sol contrataron a un
USO OFICIAL
periodista de apellido Saavedra si sabe apodo nombre. Contesta: no recuerdo nombre,
tampoco sobrenombre si se que era de Buenos Aires y personalmente tuve un entredicho
con Saavedra cuando viene monseñor Zaspe como delegado del Papa, me toco organizar
una conferencia de prensa, mientras esperábamos Saavedra afirmo ante los periodista
presentes que Angelelli guardaba las armas en los tubos del órgano de la catedral”. Luego
preguntado por el Sr. Defensor oficial “Para que diga si tuvo conocimiento el
representante del estado vaticano de lo que sucedía en la rioja. Contesta: entiendo que si
sobre todo por que Angelelli se entrevista con Pablo Sexto en la visita que los obispos le
hacen al papa cada 5 años y en la homilía con la que Angelelli se despide nos explica que
le va a decir al Papa, ahí relató casi pormenorizadamente que le va a decir, la que tengo
grabada. (…); Sr. Defensor Oficial, Para que diga: implica eso un encubrimiento por
parte de la iglesia católica como estado. Contesta: si habría un encubrimiento o una falta
a los deberes de funcionario publico”.Fs. 464, obra contestación de Oficio por parte de Jaime F. de
Nevares, donde en su contestación al pliego de preguntas, en la Nro. 5, contestó: “…El
obispo tenia molida la nuca a golpes; testigo de ello: la enfermera religiosa Carmelita que
preparo el cuerpo y estuvo presente en la autopsia realizada por los médicos del Hospital
Plaza de la Rioja. Esto fue comprobado también por varias personas encargadas de
disponer el cuerpo en el velatorio…”.Fs. 515, 1764, testimonial de Plutarco Antonio Schaller,
expuso: “…Que en su permanencia de su internación en el hospital Presidente Plaza y al
Producirse la muerte de Monseñor Angelelli, el declarante percibe un movimiento poco
usual en el Hospital a la vez de los dichos de la custodia Policial que tenia es decir de la
Policía Provincial, quienes entre ellos un cabo vecino al cementerio de esta Ciudad, que a
este momento no puede individualizar, tenían expresiones como las siguientes: “Por fin
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este hijo de puta las pago”, “Cura Comunista”, significando con ello que la policía de la
Provincia o estos policías estaban concientizados para lo sucedido…”.Fs. 534, 1017, 3367:, testimonial de Juan Antonio Puigjane,
expresó: “…que conoce que el Padre Pinto, acompañaba a Monseñor Angelelli, el día del
accidente…recuerda que Pinto, le había manifestado de que los automóviles se le “habían
echado encima”, deduciendo el declarante después de un tiempo de que podrían haber sido
dos vehículos los que lo seguían dada la manifestación de Pinto…”. “…tiene la convicción
intima de que Monseñor fue asesinado, las expresiones a que se hace referencia distintos
temas aluden a las circunstancias de que no existe un testigo que pueda decir “yo lo vi
como lo mataron”, el mas próximo PINTO, estaba inconciente pero PINTO está seguro de
que fue un atentado…”.A fs. 565, se incorpora testimonial del Obispo de Viedma
Miguel Esteban Hesayne: “…que antes de la muerte de Monseñor Angelelli, el propio
Obispo me comentó, y comentaba, que estaba siendo perseguido. Manifestaba su intención
de renunciar porque veía como le estaban matando a su ovejas, ya que no podían, o no
habían logrado matarlo a él. A los pocos días de la muerte de Mons. Angelelli, recibí un
anónimo, en carta expresa, con matasellos de Córdoba, en la que me decían mas o menos
estas palabras : “No siga hablando, ya hemos callado a Angelelli”. “…Asimismo,
Monseñor Witte, en varias oportunidades, me dijo que tenia numerosas pruebas
confirmando el atentado del Obispo de La Rioja, a tal punto que un día me afirmo que
sabia hasta el numero de dólares que se habían entregado…”.Fs. 654 y 657 y vta., Secuestro “Libro de Novedades” del
Destacamento Policial “Punta de los Llanos”, de fecha 11/08/1976 al 01/08/1977.Fs. 658/659, testimonio de Norberto Ángel Luna, empleado
policial, domiciliado en aquel entonces en Punta de los Llanos, donde expuso: “…que se
encontraba el declarante en Destacamento Policial de esta Localidad, juntamente con el
Oficial Tanquia, el Operador Luna, hermano del declarante, Casiva, también Policía y
Albornoz, este ultimo se encontraba almorzando, cuando llego un vehiculo y su ocupante le
transmitió que como a cinco kilómetros de esta localidad, hacia la ciudad de La Rioja,
había ocurrido un accidente y al parecer eran dos las victimas y uno de ellos a su criterio
estaba muerto. Que hicieron llamar al Oficial Tanquia para comunicarle la novedad y en
vehiculo de este se trasladaron hasta el lugar. Que la persona que llego a dar la novedad,
se trasladaba de un muchacho mas bien joven, alto, pelo ondulado, delgado…Que el
vehiculo con que se conducía, era un Siam Di Tella o un auto Unión, no recuerda el color
del rodado. Que este Señor le manifestó que viajaba a la Rioja. Que la persona que dio
aviso, viajaba a la Ciudad de la Rioja, según su dicho y que como a aun Kilómetro del
lugar del accidente, había visto una polvareda y al llegar, vio que ya había gente
auxiliando en el lugar del accidente. Que inmediatamente regreso a dar cuenta del hecho.
Que el declarante juntamente con los Policías que se trasladaba al lugar del hecho, se
cruzaron en el camino con el Padre Pinto que era traído para ser auxiliado…en el lugar
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Poder Judicial de la Nación
del hecho encontramos un tractor, que después sus ocupantes le comentaron, que cuando
llegaron al lugar del accidente, las victimas ya estaban siendo auxiliadas….. Que por
comentarios, supo que también habían arribado fuerzas de seguridad de Batallón de la
Rioja. Que el declarante con la gestión de averiguar la identidad de la víctima, es que
entró la mano dentro de la vestimenta, sin encontrar documentos alguno de identidad y
luego, desde la camioneta vio, documentación, abrochada y por separado que hablaban de
la muerte de los curas de Chamical. Que también vio un montoncito de dinero, no
conociendo su valor a la fecha de ello. Que por la documentación que vio se dio cuenta de
que se trataba efectivamente de la victima, en cuanto a la persona, asegurando así que era
Monseñor Angelelli. Que en la carpeta correspondiente al Padre Longeville, vio un
billetito pegado. Que el declarante trajo hasta esta Comisaría, el portafolio que portaba la
camioneta y la documentación que también hizo referencia precedentemente. Que en el
trayecto que hicieron el declarante juntamente con los tres policías hasta el lugar del
hecho, encontraron únicamente un Chevy, color rojo, que posiblemente en ese vehiculo
podría haber sido trasladado el Padre Pinto. Que en la ropa de Monseñor no observo
USO OFICIAL
ninguna rasgadura y que si vio que el reloj de este Sacerdote, se había parado a las quince
o quince y quince no recuerda….- Afirma que vio bien referenciadas dos agrupamientos de
papeles, abrochados, una referida al Padre Longeville y otra al Padre Murias…”.A fs. 690, Roberto Enrique Juan Queirolo, sacerdote
católico, declara como testigo y expresó: “…que la muerte repentina y violenta de
Monseñor Angelelli, para mucha gente, no fue una sorpresa y que al conocer de ella y aun
sin detalles, estimaron que lo mataron, responsabilizando del hecho a las Fuerzas Armadas
y de Seguridad. Que Monseñor Angelelli había sido reiteradamente amenazado en forma
pública y privada y que los hechos que costaron la vida a dos Sacerdotes asesinados a
balazos y un laico en la Rioja, preanunciaba que a quien buscaban era a el, como el mismo
expreso ante muchas personas. Que gran cantidad de gente que fue detenida antes de la
muerte de Monseñor Angelelli, era interrogada sobre todo, respecto a la relación que
mantenían con el Obispo como si el núcleo de la responsabilidad criminal que se le
atribuía fuera esa relación, algunos de esos detenidos las mismas fuerzas de seguridad les
manifestaban que iban a matar al Obispo…Respecto al hecho mismo de la muerte del
Obispo, algunos datos relacionados con ello, la aparición sorpresivamente rápida de
fuerzas de ejercito, el secuestro del auto llevado a la Policía de Puntas de los Llanos, el
cambio de la rueda, que según pericias, ha sido la causa del accidente, la telefoneada
desde la cabina publica de Punta de los Llanos al Celpa donde se habría expresado algo
así “misión cumplida”….”Fs 3878/79, ampliando su testimonial en Fiscalía Federal
Enrique Juan Queirolo señala “…que lo único que puedo decir es que Monseñor estuvo
con Menéndez y volvió muy preocupado, también que el General le había manifestado a
Mñor. el deseo de ser armado Caballero Cristiano para luchar contra los enemigos de la
fe. (…)”, y preguntado respecto de “si la iglesia de ese momento se encontraba dividida,
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como así también si alguien podía resultar beneficiado con la muerte de Angelelli.
Contesta: no todos tenían la misma comprensión de los hechos, ni la misma actitud
decidida ante los mismos; respecto a lo segundo, el régimen instalado por el gobierno con
su metodología autoritaria e ideología liberal, afectando de esa forma los derechos de las
ciudadanos, especialmente de los los más pobres. (…) Preguntado: Para que diga si puede
identificar a personas que se manifestaban abiertamente en contra de la Pastoral de
Angelelli. Contesta: si, los 13 entredichados, con los directivos del diario El Sol
perteneciente a Álvarez Saavedra y no los conozco por que no vivía en la Capital y recién
hacia 3 años desde que llegue a la provincia”.Fs. 692 testimonial de Miguel Ángel la Civita, sacerdote
católico, declaró, que “...encontrándose el testigo en Buenos Aires, concurrió Monseñor
Angelelli, a entrevistarse con el entonces Ministro Harguindeguy para solucionar el
problema de la detención del Padre Ruiz, que en esa oportunidad y encontrándose el
testigo en Buenos Aires, le manifestó a él y a otras personas, que Harguindeguy le habría
prometido solución al problema del padre Ruiz a corto plazo y que no iba haber más
problemas en la Diócesis, manifestándoles también Monseñor Angelelli, que no creía en lo
que se le había dicho, por que pensaba que todo era un proceso que apuntaba a él para
que se alejara de la Diócesis. Que en esa oportunidad les manifestó, que todo es como un
espiral, que se va cerrando y de la cual estaba en el centro el propio Monseñor Angelelli.
Que al regresar Monseñor Angelelli a La Rioja, luego de esa visita a Buenos Aires, el
testigo y otros seminaristas, le recomendaron que se cuidara, a lo que Monseñor Angelelli
respondió, que se quedaran tranquilos, que el no iba a morir en la cama. Que también
decía, me siento como perro acorralado, sin el apoyo de mis hermanos Obispos, me siento
solo…”.Fs. 693, testimonial de Juan Carlos Di Marco, declaro que
luego de ser detenido por autoridades policiales en la Localidad de Santa Rosa, Pcia. de
Mendoza el 13 de febrero de 1976, a requerimiento de del Ejercito de La Rioja el “…día 15
de febrero de 1976, fue interrogado también por personal de civil, preguntándole su
afiliación política, si conocía los objetos fotografiados durante un allanamiento en la casa
de Sifre; si conocía cual era la afiliación política de Monseñor Angelelli, si sabia que
Monseñor no era un Obispo Católico, sino tercermundista y comunista y preguntándole, si
él lo sabia, que también los interrogadores afirmaban que Monseñor Angelelli, tenia armas
y que ellos lo sabían y preguntaban al testigo, donde estaban esas armas. Que a esto el
testigo responde no haber vito nada de lo que los interrogadores expresaban, negando lo
que ellos afirmaban y expresando que Monseñor Angelelli, era un hombre de la Iglesia y
que eso trabaja con él, por considerarlo un hombre de la Iglesia honesto. El testigo
interpreta que el motivo de la detención fue obtener información sobre Monseñor
Angelelli…”.A fs. 694, Rafael Sifre, en su declaración testimonial cuenta
que fue detenido en la Localidad de Santa Rosa junto a Juan Carlos Di Marco, el Padre
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Poder Judicial de la Nación
Inestal y dos señoritas que lo acompañaban, donde luego fueron trasladado a la Pcia. de
Mendoza, desviándose con destino a la Ciudad de Junín. Expresa que, “…a los tres días de
llegar, fue interrogado por tres personas de civil, las tres hacían pregunta a la vez, se le
preguntó desde que significa el vestido blanco de la primera comunión hasta decirle que si
era muy amigo de Monseñor Angelelli porque andaban en un vehiculo del Obispado y por
lo tanto debía saber donde tenia las armas. Afirmando los interrogadores que Monseñor
Angelelli tenia armas por que era subversivo, respondiéndole que la única arma que le
conocía, era el Evangelio. Se lo interrogo sobre la Cooperativa Codetral, …y que le
avisara a Angelelli, que también lo iban a barrer. Que el testigo mientras permanecía en la
celda, recibía insultos, golpes en la puerta, amenazas y no puede precisar si fue en una de
esas oportunidades o durante el interrogatorio que uno de los guardianes les manifestó,
que el que había echado a perder la Iglesia había sido Juan XXIII, que lo siguió Pablo VI y
que los secuaces en el Argentina, era Angelelli y ellos, el testigo y sus compareños…”.Fs. 818/865, el Obispo, Monseñor Bernardo Witte,
acompaña fotocopia de la carpeta que correspondería a la que oportunamente llevara
USO OFICIAL
Monseñor Angelelli el día 04 de agosto de 1976.A fs. 969 obra testimonial de María Luisa Panizza, quien lo
hizo en la Ciudad de Buenos Aires, en virtud del interrogatorio formulado por el Sr. Juez de
Instrucción Dr. Morales Aldo Fermín. En relación a la tercera pregunta. ¿ Para que diga,
dando razón de sus dichos, si conoce cualquier otro dato, documento, publicación, nombre
de testigo u otro elemento probatorio que contribuya a esclarecer las circunstancias de la
muerte de Monseñor Angelelli…?, Contesto: “…Que fue de conocimiento público que
Monseñor Angelelli fue amenazado en varias oportunidades, en varios diarios, en listas
que no recuerda si eran de la Triple “A” y la dicente encontró papeles o volantes
manuscritos en la Catedral con el dibujo de la calavera o símbolo de la muerte con una
frase que decía; “Estén preparados”, “CUIDENSE”, que eran todos anónimos, dos o tres
veces aparecieron dichos panfletos que había como una campaña y continuamente salía en
los diarios algún comentario o frase en contra de Monseñor acusándolo de
izquierdista…Que también recibía llamados telefónicos el mismo día del velatorio en horas
de la mañana y que era siempre la misma voz masculina aparentemente de una persona
joven que requería la presencia de un sacerdote para decirle algo importante que tenía que
anunciar y citaba el ultimo confesionario de la izquierda de la Catedral para encontrarse y
dar el mensaje, como el sacerdote se presentó dijo que iba a dejar el mensaje en la
alcancía y fue la dicente lo encontró y el cual decía: “Monseñor sabía la que le iba a
pasar, se lo avisamos 24 hs. antes que saliera de Chamical, pero no nos hizo caso”, ese
papel está en el Archivo del Obispado en la Rioja y la dicente se lo entrego a Monseñor
Esteban Inestal…”.Fs. 584-651; 1506-1562; 1498-1571: Declaración de Rodolfo
Peregrino Fernández ante la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU).-
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Fs. 756-757: Documento secreto (Cdo. J. E (EMGE) - Jef. Ill
Op.) Buenos Aires, 2D 1200 abril 1977. CRA - 127. Anexo 5 (Ámbito Religioso) a la
Directiva del CJE Nro. 504/77.
Fs. 882 y sgtes. fotocopias de Legajos N° 425 y N° 1650
correspondientes a la Ex Dirección de Coordinación y Enlace – Casa de Gobierno.
Fs. 1002 en el testimonio de Luís Eduardo Javier Ruiz,
quien declaró en la Ciudad de Córdoba, conforme el pliego de preguntas que fuera remitido
por el Juez que en aquel entonces entendía en la causa. El testigo refirió que: “… El día 4
de agosto de 1976 el deponente se encontraba en la Ciudad de Córdoba, más precisamente
en el domicilio de sus padres. Y vio por televisión la noticia donde comunicaban que en un
accidente se habría producido la muerte de Monseñor Angelelli. Que quiere hacer
referencia a las dos ocasiones en que estuvo detenido por personal Militar. Por personal
de Ejercito la primera vez, que fue en el mes de Febrero de 1976. Y por personal de las
Fuerzas Aéreas la segunda vez, que fue el 24 de Marzo de 1976, hasta Julio de 1976.
…Que recuerda haber hablado con el Coronel Pedro Malagamba, pero nunca lo interrogo
a cerca de Angelelli. Que si fue interrogado en la Cárcel de La Rioja, con los ojos
vendados a cerca de la persona y actividades de Monseñor Angelelli . Recuerda una frase
textual de ese interrogatorio que dice: “…Ya vamos a allanar el Obispado…”. …En varias
reuniones públicas entre curas, se lo oyó decir varias veces, “Estoy solo ante mis
hermanos obispos de la Argentina…”.Fs. 1078, testimonial Américo Armando Torralba, quien a
partir del 24 de marzo de 1976 se hizo cargo de la dirección del diario El Independiente…
“Al poco tiempo que se produce la muerte de Monseñor Angelelli, día en que hacia las
17:00 hs. el testigo estaba en el diario, cuando recibió un llamado del asistente del Cnel.
Pérez Battaglia, del Regimiento, diciéndole que el Jefe se quería comunicar con el testigo,
lo que así hace, diciéndole Pérez Battaglia que le iba a dar una noticia, relatándole el
accidente que había sufrido el Obispo en la Ruta 38, a raíz de un reventón en la rueda
trasera, advirtiéndole al testigo al terminar que así tenía que salir la noticia. Que
alrededor de una o dos horas después habló desde Chamical, Armando Torralba, hijo del
declarante, quien le expreso que el había visto el vehículo y que no había advertido
reventón en ninguna rueda. No obstante esto, la publicación se hizo como la había
indicado el Jefe del Batallón…Que hacia las 21:00 hs. del día 4/8/76 un empleado cuyo
nombre no puede precisar del Diario El Independiente le entregó un sobre conteniendo
una fotografía de Monseñor Angelelli tirado en el asfalto, con los brazos abiertos en cruz,
diciéndole ese empleado que la fotografía había sido dejada en un sobre de parte del
Diario El Sol, sin precisar el nombre del portador. Que esa fotografía el testigo la llevó a
la Catedral, conversando allí con un Sacerdote, mientras estaba mucha gente a la espera
del cuerpo de Monseñor Angelelli según dijo este mismo Sacerdote. Que este Sacerdote le
pidió la foto al testigo, quien se la entregó. Que en la fotografía Monseñor Angelelli estaba
sin cubrir, habiendo tomado el testigo este envió como una especie de burla del Diario El
36
Poder Judicial de la Nación
Sol. Que recuerda que Todarelli siempre hablo mal de Monseñor Angelelli, atribuyéndole
vinculación con subversivos, con mujeres en el interior, hablaba “pestes” Todarelli de
Monseñor Angelelli. Que con el tiempo supo, por manifestación del ex gobernador Bilmezis
que Todarelli pertenecía a la S.I.D.E…”.Fs. 1109, testimonio de Eduardo Luis Duhalde, quien
expresa que intervino en la receptación de la declaración de Rodolfo Peregrino Fernández,
como miembro de la Comisión Argentina de Derechos Humanos, reconociendo las firmas
de fs. 499, 543, 547, 548 y 549, y que “…la declaración exhibida es copia textual de los
dichos del nombrado Rodolfo Peregrino Fernández”.
Fs. 1110, obra testimonio de Vicente Manuel Zito Lema
quien manifiesta en relación a la declaración de Rodolfo Peregrino Fernández que “la
versión completa de dicha declaración obra a fs. 499 a 555 y que intervino en su recepción
mientras estaba exiliado en Holanda, primero en Hamnesty (Amnisty) Internacional, a
pedido de esa institución, y luego junto a otros miembros de la Comisión Argentina por los
Derechos Humanos, escuchó y participó en la percepción y registro de las declaraciones
USO OFICIAL
del señor Peregrino Fernández…”.
A fs. 1211 en su declaración testimonial Luis Eduardo
Maidana, empleado policial, declara “que el día que se produjo el hecho andaba
hondeando con su amigo Roly Guzman, por la ruta 38 vieja, distante a unos 20 metros,
aproximadamente de la nueva Ruta 38 hacia las 15:00 hs. que lo hacia estimativamente a
mitad de camino, entre la curva de salida de punta de los llanos, y la elevación conocida
como El Bordo, que en esa circunstancias pasó Monseñor Angelelli, conduciendo una
camioneta FIAT 125 con Cúpula, hacia la ciudad de La Rioja, estimando su velocidad 100
km por hora, saludando el testigo al pasar Monseñor Angelelli, que no recuerda haber
visto pasar a otros vehículos detrás de Monseñor Angelelli. Que poco después escucho un
ruido muy fuerte, como una explosión, un reventón de rueda, que solo escucho ese ruido
como explosión, no el de arrastre de vehiculo, no imaginándose que se habría producido
un accidente y no prestando mas atención al hecho. Que ya de regreso en punta de los
Llanos en el destacamento policial, ayudo a bajar de un automóvil blanco, cree que marca
Di Tella, a una persona herida que le era desconocida y estaba inconciente. Que también
le es desconocida la persona que traslado el herido (…) Que el declarante se retiro se
retiro del lugar y fue caminando junto con un grupo de personas (…) Arribaron al lugar
del hecho aproximadamente a las 16:30 o 17:30 hs. Que en el lugar no recuerda haber
visto personal policial al llegar, pero si había varias personas y varios camiones.
Retomando la parte inicial de su declaración, menciona que pocos minutos después de
escuchar la explosión que menciono vio pasar en dirección opuesta a la que llevaba el
Obispo a una velocidad de 100 o mas km. (muy fuerte, expresa además el testigo) a un
Ford Falcón color rojo, conociendo el testigo que su propietario era el Sub Oficial Mayor
Garnica, a quien el declarante conocía al igual que el mencionado vehiculo por haber
cumplido su servicio Militar en la base de CELPA de Chamical, en donde se encontraba
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destacado el mencionado Suboficial. Retomando la declaración el testigo, expresa que
cuando ya se encontraba en el lugar del hecho, llego personal policial uniformado y
personal de civil que conoce como de Inteligencia de Ejercito, habiendo identificado a
quien después supo que se llamaba Juan Carlos Romero, del numerario de la Policía de la
Provincia. Que el nombrado Romero arribo desde La Rioja, en un grupo estimativo de 3
móviles, hacia las 19:00 hs. apuntando el nombrado a los presentes con una escopeta
Itaka, para que se alejaran del lugar”.
A fs. 1227, obra testimonial de Salomón Jatuff, donde
expresa que, “…realmente Monseñor Angelelli fue amenazado de muerte en numerosas
ocasiones. Que en otras ocasiones se recibió información de que se iba a atentar en contra
de el…”. También de su relato, expuso que, “…no hubo solamente amenazas, sino hechos
concretos que son de dominio público, como en el caso de los sucesos de Anillaco, donde
hay un sector socio-económico perfectamente identificado que corresponde a quienes
sancionó la Iglesia…”.A fs. 1576/1577 vta. se incorpora declaración testimonial
de Delia Ursula Braida, religiosa, que estuvo momentos antes del hecho, almorzando con
Monseñor Angelelli y el padre Pinto. En su testimonio, expresa: “…el obispo compartió
con la declarante y un grupo, los últimos días a partir del 18 de julio de ese año, fecha en
que fueron asesinados los sacerdotes CARLOS MURIAS y GABRIEL LONGEVILLE, hasta
el día 04 de agosto, en que se retiro de la comunidad a las hs. 14:00 aproximadamente, en
que partió desde Chamical en una camioneta Fiat Multicarga 125, color gris, … en
compañía de un amigo Arturo Pinto, conduciendo en la eventualidad Monseñor
(Angelelli)…Que el Obispo almorzó en la casa de la declarante (Religiosas Josefinas)
recordando que en la comida no se bebió vino, por un involuntario olvido de comprar ese
día. Que por los comentarios del propio Monseñor, llevaba a la Ciudad de La Rioja,
documentación y datos recopilados en relación a la muerte de los sacerdotes precitados y
también documentos relacionados a estos. Recuerda que Monseñor colocó debajo del
asiento del conductor, contra el piso esta documentación, que era la mas delicada
prescindiendo del maletín y demás equipaje, que llevaba también pero con elementos
comunes…Asimismo siendo las hs. 21:00 cuando ya el hecho había tomado estado público,
los fieles se reunieron en la Catedral de la Rioja, para esperar los restos de Monseñor,
agentes policiales uniformados llegaron al lugar y trataron de impedir la congregación de
gente, solicitando se retiraran del sitio, lo que no fue logrado...ARTURO PINTO fue
llevado al Hopistal LUIS AGOTE de CHAMICAL, para ser atendido. Ya en la sala de
Hospital, fue constantemente vigilado por un Policía de la Localidad. Su estado era de
inconciencia, pero delirando decía: “…QUE PASO CON EL OBISPO?..MURIO EL
OBISPO? NOS APORREARON…NOS SEGUIA UN PEUGEOT BLANCO…”…lo que
daba a entender que el accidente no habría sito tal, sino un hecho directamente
provocado…Que a Juicio de la declarante este hecho de la muerte de Monseñor, estaba
relacionado al clima de persecución que en ese tiempo vivía la Iglesia de parte del
38
Poder Judicial de la Nación
Gobierno de facto. El que no fue un hecho aislado ya que anterior a él, existieron
sacerdotes presos, caso EDUARDO RUIZ, …el caso de GERVASIO MECCA….Además del
asesinato de los dos sacerdotes de Chamical, ocurrido unos quince días antes de la muerte
del Obispo. El caso de WENCESLAO PEDERNERA, laico allegado a la Iglesia…que fue
asesinado…Además la Diócesis de la Rioja advertía una campaña de difamación y
desprestigio contra el Obispo ANGELELLI y sus colaboradores mas inmediatos,
utilizándose medio como el DIARIO EL SOL de la Capital de La Rioja…Que por
comentarios, la dicente se enteró en 1975, que existían listas en la que figuraba signado el
nombre de Mons. ANGELELLI…”.
A fs. 1639, obra testimonial de Oscar Nicolás Fernetti,
quien ratifica la declaración de fs. 20/20 vta. efectuada en cede policial, de la que surge
que: “en el día de ayer (4 de agosto de 1976) siendo aproximadamente las horas quince y
diez minutos, el declarante, viajaba por ruta nacional numero 38, desde la ciudad de
Chamical con destino a esta guiando sin compañía un automóvil marca Di Tella 1500, (…)
luego de pasar la localidad de Punta de los Llanos donde el terreno y la ruta forman un
USO OFICIAL
bordo, al bajar de este vio sobre el camino una aglomeración de gente y vehículos
detenidos, y en esos momentos cruzo en sentido contrario un automóvil Peugeot, con
cuatro ocupantes que penetraron en punta de los llanos. Cuando se detuvo comprobó que
se trataba un accidente, protagonizado por una camioneta fiat 125, multicarga, color gris,
con cúpula de color blanco, mientras que sobre el pavimento y sin vida encontraba el
obispo de La Rioja, Monseñor Enrique Angel Angelelli, el cual manaba sangre, por la
boca, oídos y orificios nasales, mientras tanto al lado de este se encontraba, depositado en
un camión, al parecer otro religioso, muy lesionado, de que se hacia necesario que fuera
asistido por un medico, ya que manaba sangre por la boca, fuertes quejidos, (…), ante todo
esto el que habla en forma expontánea acompaño el camión que portaba el herido, con su
rodado, hasta la localidad de Punta de los Llanos y en el camino reconoció un automóvil
marca Fíat 128 con una comisión policial que se dirigía al lugar del accidente”.En su declaración en sede judicial provincial (Fs. 1639),
Fernetti ratifica la declaración anterior aclarando y ampliando “Que el automóvil Peugeot
404 que expresa haber cruzado – declaración de fs. 20/20/vta. era de color blanco que
dicho automóvil se detuvo cuando el declarante iba hacia el lugar del hecho a investigar, y
el declarante converso de auto a auto con uno de los ocupantes el que iba sentado en el
asiento trasero. Que ambos vehículos iban circulando muy despacio, cada uno en su
sentido – el del testigo hacia la ciudad de La Rioja – y al cruzarse el aludido ocupante le
dijo que había habido un accidente muy grande. Que los cuatro ocupantes iban vestidos de
civil, con ropa deportiva, “mangas de camisas” (…) que no puede precisar que chapa
tendría el Peugeot 404. Que el testigo no vio entrar al automóvil Peugeot 404 en Punta de
los Llanos, sino que vio que dicho vehiculo circulaba en dirección a la localidad
Nombrada. Que la tierra o polvo que se levantaba entiende que se debía a los otros
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vehículos que llegaban al lugar del hecho, no al accidente en si, que además se levantaba
mucha tierra por un fuerte viento que había en ese momento”.A fs. 4065, por ante la Fiscalía Federal, Oscar Nicolás
Fernetti, ratifica sus declaraciones testimoniales prestadas con anterioridad.Fs. 1662, testimonial de Martín Osvaldo Benegas, quien
fue el medico de guardia del Hospital de Chamical, en le momento en que llevaron herido a
Pinto, en horas de la tarde, con posterioridad a producirse el hecho que se investiga
“exhibidas que le fueron por la instrucción, las constancias, la historia clínica del hospital
de Chamical, reconoce como confeccionada del declarante, reconociendo la firma que la
suscribe como de su puño y letra, la obrante a fs. 485 y 1431 – foliatura unificada -,
constancias que son copias de un mismo original, preguntado por la instrucción en base a
dicha constancias, donde se expresa que Pinto presentaba ligera obnibulación, perdidas
espontáneas de conciencia y en los momentos de recuperación pequeñas incoherencias en
sus ideas, si Pinto podría declarar en tales circunstancias, expresa el testigo, a parte de
declarar que por la temperatura que registraba el paciente se evidenciaba un pequeño
compromiso neurológico por la conmoción, que desde un punto de vista medico legal
hubiera sido conveniente esperar algún determinado periodo para tomar declaración a
Pinto, entre 24 y 48 hs. Que este es un periodo conveniente en un traumatizado, como es el
caso de pinto, para poder evaluar su integridad intelectual”.A fs. 1677, Demetrio Cesar Abdala, médico forense de la
localidad de Chamical, expresó que cuando asistió al sepelio de los sacerdotes Longueville
y Murias el Obispo Enrique Angelelli, al momento de concluir el mismo, dirigiéndose al
dicente, le manifestó “Doctor el próximo soy yo”. Agrega que el día del hecho, concurrió al
lugar donde se encontraba el cuerpo de Monseñor Angelelli, permaneciendo en el lugar por
durante el lapso de casi cinco horas, y luego de haber examinado el cuerpo y observar el
vehículo, se expresa sobre aspectos que le llamaron la atención, como “el tamaño del
parabrisas del vehículo Multicarga en que se conducía el Obispo y el gran tamaño
corporal de Monseñor Angelelli -siendo pequeño el parabrisas-, por lo que le surge el
interrogante de cómo pudo salir por allí el Obispo. Que además conocía que el Obispo
manejaba muy bien, por lo que otro interrogante que se le presenta al testigo es como hizo
para volcar accidentalmente, siendo que la banquina era muy ancha, y no estaba
desinflada ninguna goma delantera, que es lo que podría haber hecho explicable
fácilmente un vuelco, no así tratándose de una trasera desinflada”. También señala el
testigo que posteriormente examinó al padre Arturo Pinto en el Hospital de la ciudad de
Chamical el día 24/08/1976, hacia las veinticuatro horas, “encontrándose allí el Juez del
Crimen de La Rioja”, que Pinto se quejaba por el dolor, y que no hablaba, y que “el Juez
del Crimen presente en el lugar le indicó que el sacerdote debía permanecer en la
provincia de La Rioja, y que debía ser trasladado a la ciudad de La Rioja”; “que una vez
en conocimiento de este Sacerdote presentaba fractura de maxilar, lesión que no podía ser
tratada ni en Chamical, ni en la ciudad de La Rioja, el declarante dispuso para su mejor
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Poder Judicial de la Nación
tratamiento su traslado a la ciudad de Córdoba. Que el declarante indicó que no se le
tomara declaración al Sacerdote, dado que estaba muy dolorido y no podía articular
palbra. Que el declarante estima que no se le tomó declaración hasta el momento en que
salió de Chamical hacia Córdoba, lo que cree que se hizo muy temprano por la mañana del
día 5 de agosto de 1975; estima que hacia las 6,00 hs se produjo el traslado”.A fs. 1680, testimonial de Francisco Roque Pinto, quien
expresa que es hermano de Arturo Aído Pinto, que enterado de lo sucedido a su hermano se
dirige a la ciudad de Chamical llegando al hospital en horas de la noche ingresando a la sala
donde estaba internado el mismo y que se encontraba inconciente, permaneciendo en la sala
donde estaba Arturo Aído hasta que fue trasladado a la ciudad de Córdoba al otro día, y
que: “en horas de la noche mientras el declarante permanecía con Arturo Aído en la sala
donde estaba internado, concurrió un grupo de 4 o 5 personas de civil, desconociendo el
testigo si se trataba de personal policial o judicial. Que estas personas intentaron
interrogar a Arturo Aído, pero este no dio ninguna respuesta a sus preguntas. Que esta fue
la única oportunidad en que concurrieron personas a interrogar al herido. Que en la
USO OFICIAL
mañana del día 5 de agosto de 1976, no concurrió persona alguna a interrogar a Arturo
Aído, (…) que el ingreso de las 4 o 5 personas de civil a la sala donde se encontraba
internado Arturo Aído, fue tarde a la noche, aproximadamente a la una o dos de la mañana
(…) Exhibida que le fue al testigo la declaración testimonial obrante a fs. 15 -refoliatura
unificada- de estos autos, y preguntado que le fue si se ratifica o rectifica de dicha
declaración y se reconoce como de su puño y letra la firma que la suscribe, responde: que
se rectifica de lo expresado en la declaración exhibida, ya que su hermano no hablaba lo
que allá se dice. Expresa de que por motivo de su estado nervioso en momentos en que se
toma esa declaración, firma la misma sin leer o sin saber precisamente que estaba
firmando. Pero destaca que su hermano no decía lo que allí se expresa.”.
A fs. 15, en la declaración en sede policial de Francisco
Roque Pinto -declaración que rectifica-, había declarado “Que en su carácter de Cabo
Primero de Gendarmería Nacional, en la actualidad, se encuentra en calidad de comisión
en el Instituto Penal de la Ciudad de La Rioja. Que en la fecha siendo aproximadamente
las hs. 17:00, mediante un llamado telefónico tuvo conocimiento de que su hermano Arturo
Aldo Pinto, había sufrido un accidente de transito antes de llegar a la localidad de punta
de los llanos, por lo que de inmediato y con la autorización de la superioridad se traslado
hasta la localidad ya nombrada para saber del estado de salud de su hermano y tomar
conocimiento de que había sido evacuado a esta ciudad, de inmediato hasta aquí se dirigió
una vez presente en el Hospital Luis Agote, fue conocido por su hermano que informó en
forma incoherente de que había rodado con la camioneta y le hablo también de una goma,
pero todo muy incoherente”.A fs. 1688, declara Roberto Juan Cappelletti, médico que
atendió el día del hecho a Arturo Aído Pinto, quien expresa: “que su estado no era de
coma, sino de “shock”, y su estado de conciencia era de una lucidez relativa, de a ratos
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caía en la inconciencia. Que pinto de a ratos se dormitaba, y de a ratos recuperaba una
parcial lucidez, y es en esos momentos en que balbuceaba. Que también presentaba
traumatismo de mandíbula lo que le dificultaba la articulación de palabras, que mientras
el declarante le practico la flebotomía, Pinto balbuceo, “monseñor, monseñor” y “como
esta monseñor”, según alcanzo a escuchar el testigo. Que el declarante estuvo 40 o 50
minutos con Pinto”.
Fs. 1713 copia de Historia Clínica de Arturo Pinto.
Fs. 1786 testimonial de Pío Oscar Tanquía, personal
policial, quien fue una de la primeras personas en llegar al lugar de los hechos, avisado por
un agente de apellido Luna, tras la noticia que fuera dada por el Sr. Fernetti, cuando llega a
Puntas de los Llanos. Tanquia, tomó su vehiculo particular y en compañía de dos agentes,
se trasladaron en un vehiculo Fiat 128. Relata el testigo, “…íbamos por la ruta numero
treinta y ocho, y un poquito antes, casi sobre el bordo, sobre la mano izquierda, fuera de la
ruta, un poco metido entre los árboles, vi un PEUGEOT 504 color blanco, aparentemente
abandonado…”. El testigo es conteste en afirmar que cuando llegan al lugar de los hechos,
vio una persona tirada en el asfalto aparentemente muerta quien en ese momento no sabia
de quien se trataba. Que cuando ve la camioneta, allí adentro se encontraba el sacerdote
Pinto. Que, “…dentro de la camioneta, encontraron un portafolio con un inventario de los
bienes que habían pertenecidos a los Sacerdotes Murias y otro Francés – Longeville- a
quienes habían matado el mes anterior…”. Manifestó también que, “…el vuelco del
vehiculo en que se conducía Monseñor Angelelli, no pudo producirse por un reventón por
exceso de velocidad, porque la cámara de una de las cubiertas del vehiculo tenia un rasgón
de aproximadamente diez centímetros, siendo conocido que el rasgón de las cámaras que
estallan en vehículos que se conducen a alta velocidad, se hace muy grande, además la
cubierta que tenia la cámara con ese pequeño rasgón al que hice referencia, presentaba un
pequeño orificio, como de un proyectil…. Ya en horas de la noche, llegara personal militar
y expulsa al personal policial interviniente, recuerdo la llegada de un Capitán de Ejercito
junto con el Juez del Crimen de La Rioja y un comisario apellidado ROMERO, conocido
como “Bruja”, que todo ese personal militar referido, llego fuertemente armado…Lo que
si quiero agregar es que el sumario policial no fue hecho en presencia mía en Punta de los
Llanos sino en la Ciudad de Chamical, a eso de las tres de la mañana, vino el Comisario
LUNA HERRERA, con un sumario que ya se había hecho fuera del destacamento y del cual
yo no tenía conocimiento y me ordenó que firmara las actuaciones, sin que yo supiera el
contenido de las mismas…el sumario tendría una diez fojas por lo menos, que yo firmé y
luego el Comisario se lo llevó. Quiero agregar también que junto con el sumario se llevo el
maletín del obispo, que estaba en el Destacamento. En el maletín de referencia había un
fajo se billetes nuevos…una carpeta con el inventario, fotografías…”.En su ampliación de declaración testimonial, a fs. 4128,
Pío Oscar Tanquía expresó: “Que si reconoce como suya la firma de la declaración de fs
1786. PREGUNTADO: Si que distancia abría entre el Peugeot y la camioneta.
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Poder Judicial de la Nación
CONTESTA: Que el Peugeot estaba a quinientos metros del accidente, y la camioneta
estaba detenida aun costado de la ruta. PREGUNTADO: Si vio gente en el Peugeot.
CONTESTA: No vi a nadie por que lo vi rápido. PREGUNTADO: Para que diga si en el
Bordo vio un Peugeot 404 o un 504. CONTESTA: Vi a la izquierda un 504 color blanco
metidito bajo un arbolito. PREGUNTADO: Si había personas en la camioneta color verde
que menciona en la declaración de marras. CONTESTA: Aclaro que me dirigí dos veces al
lugar del hecho y no puedo acordarme con precisión en cual de las dos oportunidades vi a
la camioneta ni tampoco sobre que lado de la ruta estaba, pero si que era color verde
oliva y recuerdo que estaba con dos o tres personas a la altura del bordo, el vehiculo era
tipo camioneta con caja abierta. Aclaro además que vi al Peugeot cuando me dirigía hacia
el lugar del accidente y no estaba la camioneta, y en el segundo viaje solo vi a la
camioneta y ya no al Peugeot. Aclaro que los dos vehículos estaban en un radio de 200 o
300 metros distancia en distintos momentos, nunca los vi en forma simultanea.
PREGUNTADO: Si recuerda la vestimenta de las personas que estaban con la camioneta
CONTESTA: Creo que eran de civil, no tenían ropa militar, yo estaba compenetrado en el
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accidente y no preste atención. PREGUNTADO: Si puede precisar forma del logo que
tenía la camioneta en la puerta CONTESTA: No preste atención, no puedo precisar.
PREGUNTADO: Si en el lugar del hecho, vio a una persona cruzada en la ruta y si Pinto
estaba a dentro de la camioneta. CONTESTA: Que Pinto estaba a dentro del vehiculo.
PREGUNTADO: Si se acuerda a que hora llego al accidente. CONTESTA: Tipo tres menos
cuarto y el accidente debe haber sido unos 15 minutos antes. PREGUNTADO: Como
estaba la camioneta. CONTESTA: Estaba de costado. PEGUNTADO: Si que posición tenía
Pinto cuando lo ve por primera vez. CONTESTA: Que estaba dentro de la camioneta
medio para el costado opuesto al volante, solo lo vi y no lo moví. PREGUNTADO: Si quien
sacó a Pinto del vehículo. CONTESTA: No puedo precisarlo, yo no vi cuando lo sacaron
del vehiculo. PREGUNTADO: Si escucha hablar a Pinto. CONTESTA: Que solo se
quejaba. PREGUNTADO: Para que diga que función desempeñaba en Punta de los Llanos
en el momento del hecho. CONTESTA: Yo era encargado del destacamento.
PREGUNTADO: Si en Punta de los Llanos existía una cabina telefónica pública.
CONTESTA: Había una que la atendía cada tanto una familia Romero en una piecita.
PREGUNTADO: Si las comunicaciones desde esa cabina tenían problemas. CONTESTA:
Era problemático hacer llamadas y no puedo precisar por que, cuando estaba abierto el
servicio era normal. PREGUNTADO: Si al momento del hecho donde se encontraba.
CONTESTA: Yo estaba en mi domicilio particular. (…) PREGUNTADO Si conocía al Vice
Comodoro Aguirre, Estrella y a “Bruja” Romero. RESPONDE: Si, pero solo de vista, los
ubicaba de vista. PREGUNTADO: Si conocía al policía Vera. RESPONDE: que si lo
conocí pero en fecha posterior al accidente, antes solo lo ubicaba de vista.
PREGUNTADO: Si en el hecho estuvieron las personas nombradas precedentemente,
controlando, acompañando al juez o alguna otra tarea por el estilo. CONTESTA: Que no
puede precisar. PREGUNTADO: Si cuando llegan al lugar, había otra persona aparte de
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los accidentados. RESPONDE: Me parece que había otras personas mirando el accidente.
PREGUNTADO: En relación al neumático de la camioneta que se detalla el la declaración
anterior. RESPONDE: Que por la orilla de la cubierta se dejaba ver la cámara con una
rasgadura tal como la describo en la otra declaración. PREGUNTADO: Si en al primera
vuelta, al regreso del lugar del hechos venia solo. RESPONDE: Si, yo venía solo.
PREGUNTADO: Si con posterioridad al hecho escucho algo o a alguien que aporte datos
para la causa. RESPONDE: Escuche las versiones de accidente y la de homicidio, y
también las versiones que se difundían por los medios. PREGUNTADO Si a que distancia
estaba el cuerpo de monseñor de la camioneta. RESPONDE: Dos o tres metros, tal vez un
poquito mas como cuatro o cinco metros. PREGUNTADO: Si firmo el informe del sumario.
RESPONDE: Seguro que si, PREGUNTADO: Si se trata de la misma que menciona en su
declaración de fs 1786. RESPONDE: Creo que si, que se trataba de esa, o sea, aclaro que
firme un sumario y además declare en la policía pero no recuerdo quien me tomo la
declaración. Seguidamente se deja constancia que la querella al examinar el expediente,
no
obra el sumario ni la declaración que el testigo asegura haber firmado.
PREGUNTADO: Quien le da la orden de la fuerza para que se aleje del lugar.
RESPONDE: Un militar que nos dijo que nos retiráramos por lo que me quede a un
costado. PREGUNTADO: Si vio a que hora llego el juez al lugar. RESPONDE: Llego
como a las diez pero no lo conocía, sino por versiones del lugar”.
A fs. 4575, en nueva ampliación de declaración
testimonial ante la Fiscalía Federal, el testigo Pío Oscar Tanquía, y las preguntas
formuladas, “Para que diga si después del hecho la muerte de monseñor se interiorizó del
tema. CONTESTA: Si pero no se podía hablar mucho hasta nos sacaron la radio, que nos
podíamos comunicar en esa época, y a cada rato caía un alto jefe y nos insultaban.
PREGUNTADO: Para que diga si respecto a este hecho tuvo amenazas. CONTESTA: No
nadie me dijo nada pero como se vivía esa situación se trataba de hablar poco de lo
sucedido. PREGUNTADO: Para que diga si vio el accidente. CONTESTA: No, llegamos a
los 15 o 20 minutos. PREGUNTADO: Para que diga si había un Peugeot 504.
CONTESTA: estaba parado estacionado ese vehiculo, yendo de aquí estaba metido y
cuando volví no estaba, ya estaba la camioneta no se si había llegado en ese momento.
PREGUNTADO: Para que diga si estacionado en el mismo sentido de monseñor.
CONTESTA: No sentido contrario o sea de norte sur yendo de aquí sobre mano derecha.
PREGUNTADO: Para que diga si el reventón de gomas es derecho o izquierdo.
CONTESTA: No sabe no puede precisar tampoco si es adelante o atrás le parece que era
trasera y que tenía como un agujero. PREGUNTADO: Para que diga si sabe si esa
cubierta tenia cámara. CONTESTA: tenía cámara. PREGUNTADO: Para que diga si la
camioneta queda volcada para el lado derecho .CONTESTA: viniendo de Chamical queda
en medio de la cinta asfáltica y el cuerpo de Monseñor a cuatro o cinco metros antes de la
camioneta, queda casi en el medio como la camioneta y el padre Pinto estaba adentro de la
camioneta. PREGUNTADO: Para que diga si los otros neumáticos estaban en condiciones.
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Poder Judicial de la Nación
CONTESTA: si vio que estaban en condiciones. PREGUNTADO: Para que diga si puede
ampliar la cuestión que manifiesta respecto la instrucción de un sumario y que no aparece.
CONTESTA: como a los dos o tres días vienen unos oficiales y me hacen firmar de la
policía provincial, en ese tiempo estaba el comisario de la regional primera a cargo, Luna
Herrera yo firmo varias hojas era un sumario. PREGUNTADO: Para que diga si cuando
se constituye al lugar lleva los elementos para hacer la descripción de lo que observa.
CONTESTA: no Fernetti avisa a la policía destacamental, de que había una persona
fallecida en la ruta treinta y ocho en la bajada del bordo, y me apersono al lugar del
hecho, al llegar me acerco y encuentro a Monseñor lo toco, estaba ensangrentado y
empieza a llegar gente y alguien dice era el obispo, el portafolio quedo en medio de la ruta
abierto y veo una fotito y veo que era él e inmediatamente voy a avisar al destacamento y
comunico la situación. PREGUNTADO: Para que diga si como autoridad no hizo por
recoger el maletín. CONTESTA: No, queda ahí y después ya se hizo cargo la regional de
aquí la comisaría de Tama. PREGUNTADO: Para que diga si la firma de ese sumario fue
posterior a la llevada del maletín. CONTESTA: Fue como a los tres o cuatro días.
USO OFICIAL
PREGUNTADO: Para que diga (…) si ud no hizo ningún acto instructor sumarial.
CONTESTA: no por que ya llegó el jefe de comisaría, y se hizo cargo el de aquí no se como
se habría manejado, se hizo algo primero en Punta de los Llanos y después aquí.
PREGUINTADO: Para que diga si no hubo ningún acto instructor sumarial por parte del
destacamento. CONTESTA: confirma que no. PREGUNTADO: Para que diga si toco el
pecho para ver si estaba con signo vital de vida lo levanto lo movió. CONTESTA: no me
acerco y únicamente toco el pecho no los brazos ni piernas. PREGUNTADO: Para que
diga si las fotos de fs 7/8 como esta ubicado el cuerpo es la misma posición como se
encontraba en el momento que llego. CONTESTA: si es la misma posición de las fotos de
las fotos de fs 7 y 8 y que solamente se limitó a poner su mano en el pecho del cuerpo.
PREGUNTADO: Para que diga si en Punta de los Llanos prestaban servicios varios
agentes u oficiales. CONTESTA: éramos un encargado y dos agentes por guardia.
PREGUNTADO: Para que diga si sucedían esos hechos hacían siempre los sumarios.
CONTESTA: si eran contravención si, ahora si eran hechos mas graves el comisario de
Tama se apersonaba al destacamento de Punta de Los Llanos”.Fs. 2485-2599: Copias Informe Final y Documentos de la
Comisión Provincial de Derechos Humanos.
Fs. 3265-68: Reconstrucción Técnico Criminalística
efectuada por el Sr. Médico Legista de los Tribunales Federales de Córdoba, Dr. Eduardo
A. Gasparrini.Fs. 3444 carta remitida por Monseñor Enrique Angelelli a
Héctor Bertaina.
A fs. 3520 se incorpora declaración testimonial de Mario
Angel Flores, quien expresa que: “en el año 1976 Monseñor Angelelli llegó a esta ciudad
(Córdoba) y se alojó en el Arzobispado y como debía concurrir al Tercer Cuerpo de
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Ejército es que el dicente lo acompañó. El esperó afuera de la reunión, que duró
aproximadamente de 20 a 30 minutos. Y cuando salió le preguntó a Monseñor: “Que tal
Monseñor, como le ha ido” y el Obispo le contestó “muy bien, muy bien, conversamos con
el Gral. Menéndez respecto de que debíamos revisar y examinar nuestra fe””.Fs. 3521 declaración testimonial de Héctor Benito
Bertaina, quien reconoce la carta obrante a fs. 3444, y que le fuera remitida por Monseñor
Angelelli después de Semana Santa de 1976. En la oportunidad declaró ante la pregunta
“para que diga si conoce a que refiere cuando dice “asunto de Sierra de los Quinteros”.
Dijo: que si sabe, que monseñor le contó que había descubierto que un grupo de militares
de aeronáutica que quería apoderarse de dichas tierras usurpándolas a sus propietarios,
gente de condición humilde, que vio una carpeta que tenía en su poder Angelelli con todos
los antecedentes de esta situación, en ella había mapas, no recordando cuantos, y
declaraciones o manifestaciones que se referían a dicho suceso, recuerda que había un
listado de personas pero no sus nombres ni a que se referían. Que recuerda que Angelelli
le comentó que puso en conocimiento de esta situación en una reunión del Consejo
Episcopal. Que también pro manifestaciones de Angelelli sabe que un tal Estrella estaba
dentro del grupo de militares de aeronáutica que estaba detrás de dicha maniobra, y que
dos sacerdotes de su diócesis estaban en antecedentes de esta maniobra. Para que diga
porque firmaba Enrique Canuto. Dijo: Que era el sobrenombre que le habían puesto en el
seminario a Angelelli. … Que “Cayo” es el Brigadier Alsina y “Ticio” el Coronel
Damasco, personas que entrevistó Angelelli en Buenos Aires a través del dicente, con el fin
de ponerse en contacto con algún otro militar de mayor jerarquía y explicar la situación de
persecución que estaba viviendo. De estas entrevistas recuerda que ambos militares se
comprometieron a realizar gestiones. Ambas entrevistas lo fueron por separado”.A fs. 3798 obra testimonio de Enzo Thelismar Herrera
Páez, médico Legista de Policía de la Provincia de La Rioja, y quien efectuara la autopsia
de Monseñor Enrique Angelelli junto a los Dres. Alberto Guchea y Eldo Luis Neffen, quien
relató que “Trasladó el declarante al cadáver desde el lugar del hecho junto con el chofer
de la ambulancia, y el Comisario Inspector Carrizo. Luego vino Pelanda López que estaba
esperando la decisión del Magistrado para efectuar la autopsia”; y que en la misma no
participó ni el Juez de la Justicia provincial, ni el Secretario. Añade que arribó al lugar del
hecho después de las 17 horas, “que primero vio el cuerpo de Monseñor en el piso,
constató que estaba muerto, le dijeron que venía con otro sacerdote que había sido llevado
al hospital y un médico forense de apellido Abdala le dijo que ya estaba bien. Tomó a fin
de hacer la inspección ocular una distancia circular de mas o menos 25 metros y buscó
elemento para la causa”. Que se había resguardo de la zona, más o menos a cincuenta
metros al oeste y únicamente la custodia policial estaba en el lugar del hecho. Señala que el
cuerpo de Monseñor Angelelli se encontraba, respecto de la camioneta que estaba volcada y
el cuerpo a mas de dos o tres metros del lugar, sin recordar si del lado del acompañante o
del volante, el cadáver estaba de cúbito dorsal y se veía en el asfalto la sangre que ya estaba
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Poder Judicial de la Nación
seca y coagulada, que observaron sus ropas y elementos y cuando llega el Magistrado con
un grupo de personas quién les ordenó el inmediato estudio e informe de Monseñor. Que
permaneció a la espera de la ambulancia y se trasladaron a la Capital llegando a las 22:30
horas o más. Que le comentaron que el otro padre (cura) que había quedado dentro de la
camioneta era quién venía manejando la camioneta. “No le consta”. Que la camioneta
estaba volcada “que viniendo de Córdoba de Sur a Norte la camioneta estaba volcada a la
izquierda del camino y Monseñor tirado en el asfalto. No recuerda si la camioneta estaba
en la banquina o un poco sobre la ruta. El cuerpo de cúbito dorsal en el asfalto con los
pies hacia el sur y su cabeza como mirando hacia La Rioja”. Que en el lugar “…siempre
efectuaba una recorrida en círculos de 15 o 20 metros, vieron únicamente el derrape del
vehícu1o de 50 a 70 metros antes y luego el reingreso al pavimento, donde aparentemente
volcó”. Preguntado por “si pudo advertir las huellas de otro vehículo. Contesta: que nunca
pensó en otro vehículo, ni las advirtió. No vio ni recuerda haber visto alguna otra
manifestación de esta naturaleza”.- Exhibido al testigo el croquis obrante, a fojas 3, el
declarante manifiesta “que coincide con su declaración; pero, en vez de decir Este debería
USO OFICIAL
decir Sur y donde dice Oeste debería decir Norte, están mal dibujados en el croquis los
puntos cardinales”. Respecto de la fotografía N° 10 declara “que ese era el espacio de la
camioneta al cuerpo, éste lo pasó a la camioneta pensando luego en el aplastamiento del
cuerpo por la camioneta con algún objeto de la misma, impactando tangencialmente sobre
el tórax y parte superior del abdomen”. Exhibida la foto de fojas 11 (fotos 1 2 y 3)
manifiesta que “nos dijeron que la puerta estaba abierta y que por allí había sido
expulsado, en la foto se ve deteriorada la puerta”. Exhibida las fotos de fojas 12 (fotos 4, 5
y 6) manifiesta “que no recuerda la posición del vehículo, la puerta derecha estaba
deteriorada pero ningún otro detalle, ya que le preocupaba el cuerpo. Lo otro eran
escuchas de los otros peritos que se ocupaban de ello”. Preguntado si los golpes que
presentaba el cuerpo eran compatibles con un accidente, expresó “que son compatibles con
este tipo de accidente las heridas”. El testigo da explicaciones sobre el desarrollo de la
autopsia, el examen externo del cadáver, describiendo las lesiones del cuerpo; interrogado
sobre “si es factible con el estado que presentaba el cráneo que haya recibido un impacto
de bala disimulada en la magnitud del traumatismo. Contesta que no es compatible con
una herida de bala porque las características de la lesión no tiene la similitud de una
herida de arma de fuego. La lesiones son consecuencia de un fuerte impacto del cuerpo
ante una superficie firme, resistente y que se hace con contundencia en el impacto”.
Preguntado el testigo sobre “si se planteó al intervenir en la inspección ocular en el lugar
del siniestro que el accidente que produjo la muerte fue provocado por el impacto o por la
encerrona de otro vehículo. Contesta: que nunca pensó un acontecimiento de esa
naturaleza, avocándose con estrictez científica al estudio del cadáver”. Respecto de si el
cuerpo de Monseñor Angelelli presentaba raspados los talones, expresó que “sí en uno más
que en otro de trazo contuso e irregular, no el talón en sí sino la piel y el tejido celular de
la planta del pie sobre el talón, que puede haberse hecho al impactar”; y si “la lesión
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puede ser compatible con que el cuerpo de Monseñor haya sido arrastrado. Contesta: que
absolutamente no, ya que como cae el cuerpo así se encuentra con las manchas de sangre
que emanaban de su rostro nariz oído y nuca y que deja su rastro en el pavimento. En
ningún momento hay signos de haber sido arrastrado. No hay signos que demuestren ese
hecho. De acuerdo a la destrucción del tórax, de un lado más que del otro, junto con la
lesión en el hígado, presumió que se trató de un golpe producido por el vehículo al pasar
por encima del cuerpo y va hacia adelante. Se trató de un golpe anterior en el tórax que
interesa más el hemitórax derecho que el izquierdo lo que refleja en la autopsia las
fracturas múltiples de un lado 7 y del otro lado tres costillas, como así también la lesión
del hígado que está para el lado derecho”.Fs. 3815/3838 obra documentación acompañada por el
Obispado de La Rioja en relación a “las personas que fueron declaradas incursas en
entredicho personal”.A fs. 3864 obra testimonial de Enrri Hardi Praolini quien
expresa que no tiene conocimiento directo del hecho investigado, tomando conocimiento
por Radio Nacional. Respecto de la ropa que usaba Monseñor en el momento del accidente,
expresó que: “la retuve quince o veinte días y la entregue al obispado. PREGUNTADO:
para que diga si la iglesia de ese momento se encontraba dividida o si existían en ella
personas con intereses opuestos a Monseñor como así también si alguien podía resultar
beneficiado con la muerte de Angelelli. CONTESTA: que había diferencias de criterios en
la practica pastoral que también se compartían con grupos de laicos, pero los sacerdotes
seguramente no podían tener interés en la muerte de Monseñor, pero no puede asegurar lo
mismo de los grupos de laicos y tanto laicos como sacerdotes deseaban que Monseñor
dejara el obispado de la Rioja y que no puede precisar nombres de los sacerdotes por que
tenía poco tiempo de residencia en la Provincia PREGUNTADO: para que diga si existían
personas dentro de la iglesia que daban información interna a las fuerzas de seguridad.
CONTESTA: era voz popular que había gente de la iglesia en cuanto se llamaban
cristianos pero con una militancia muy restringida y de oposición a la línea pastoral de
Angelelli y no puede asegurar si había o no personas que daban información interna a las
Fuerzas de Seguridad. PREGUNTADO. Para que diga si puede identificar a personas que
se manifestaban abiertamente en contra de la Pastoral de Angelelli. CONTESTA: que el
padre Virgilio Ferreira, Juan de la Vega, Julio Goyochea y no recuerdo a otros.
PREGUNTADO: para que diga si Monseñor estaba amenazado. CONTESTA: que por
boca de él supe que estaba amenazado de muerte en forma anónima y desconozco la forma
en la que fue amenazado”.Fs. 3979 obra manifestación formulada por Raúl Antonio
Nacuzzi, presentada por la Esc. Ilda T. Rearte de Mercado.Fs. 4252-4271: Informe del Cuerpo Médico Forense sobre
la exhumación del cadáver de Monseñor Angelelli.
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Poder Judicial de la Nación
Fs 4309/4311 testimonial Mario Nelson Ibáñez, quien
reparó la camioneta Fiat Multicarga 125 en la que se conducía Monseñor Enrique A.
Angelelli, expresando que: “yo examine la camioneta, que me llega a través de una
persona de apellido Barrera sino me equivoco, que era el concesionario de la Citroen”; y
que “estaba donde actualmente es “La Positana” había un garaje con un portoncito
marrón, creo que en la calle el Chacho”, y que dicho vehículo le fue entregado por unas
monjas, no recordando, y lo llevó a su domicilio remolcándolo con otro vehículo, no
recordando en que fecha, pero “era la época de los militares, quienes hacían parar mi
actividad por minutos para preguntarme cosas” no pudiendo precisar cuanto tiempo pasó
desde la muerte de Monseñor Angelelli. Que sabe que era la camioneta de Angelelli,
porque cree que “Barrera me dijo, por que él la había comprado y yo tenía que repararla,
y después por comentarios, pero yo la conocía a la camioneta desde el obispado, yo la
reconocía por que la manejaba en ese entonces un señor Cortéz, quien era hijo de
Colacho Cortéz que era chofer del Obispo”, no recordando el numero de patente;
agregando que “yo cambié los laterales traseros, el techo, uno o dos guarda barros
USO OFICIAL
delanteros y un panel de la puerta derecha, vidrios, parabrisas y luneta” presentando
daños normales de un vuelco en las partes que menciona. Preguntado por el Ministerio
Público Fiscal “para que diga que daño característico presentaba la camioneta para
usted afirmara que fue chocada y su vuelco provocado. Contesta: Para mi la camioneta fue
tocada en la parte trasera para que se provoque el desequilibrio de la camioneta, tenia un
golpe característico en la parte trasera, y que la camioneta era de color blanco hielo y
tenía una mancha como si lo hubiese sido rozada por un auto blanco tiza.- Preguntado:
Para que diga en que parte concretamente.- Contesta: Donde termina el paragolpe en la
parte derecha de atrás, a unos treinta centímetros sobre el guarda barro izquierdo trasero
y no toca el paragolpe.-Preguntado: Para que diga que daño tenía el guarda barro trasero
izquierdo.-Contesta: Tenía rayaduras, hundimientos largos por que la banquina era
blanda.- Preguntado: Para que diga si el paragolpe presentaba daños.- Contesta: el
paragolpe trasero presentaba torceduras, pero al delantero lo cambiamos, Preguntado:
por el guardabarros trasero izquierdo lo cambió.- Contesta: Si cambié los dos
guardabarros traseros.- Preguntado: Para que diga si la camioneta se la entrego a
Barrera ya reparada.- Contesta: Si, el la retira reparada y en funcionamiento y que la
vendieron acá y después a Mendoza. (…) Preguntado: Para que diga si en la puerta
izquierda presentaba daños.- Contesta: Estaba trabada, y la derecha estaba abierta.Preguntado: Para que diga si que daños tenía el techo.- Contesta: Abolladuras normales
de un vuelco con deformaciones en parantes por lo que rompió el parabrisas y la luneta”,
haciendo un relato de los daños que presentaba el vehículo; para agregar que “yo aprecie
una mancha grande de sangre frente al volante de 15 cm. de diámetro en el tablero.Preguntado: Para que diga como sabe que era sangre.- Contesta: Porque tenía las
características, yo había visto manchas de sangre antes y por eso puedo afirmar.Preguntado: Para que diga como fue el impacto.- Contesta: Yo estimo que lo hizo un
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profesional al golpe que le dan a la camioneta, yo sostengo eso por mi experiencia
reparando vehículos.(…) Preguntado: Para que diga si fue objeto de molestias.- Contesta:
fue el Ejército y policías a preguntar y a mirar, me preguntaron sobre impactos de bala y
de escopetas, yo no observe nada de eso y yo siempre recalque, ellos venían uniformados
con armas largas creo que eran FAL, vinieron unas cuatro o cinco veces cuando tenía la
camioneta en el taller.- Preguntado: Para que diga si observo restos de sangre en otra
parte.- Contesta: no, no había salpicadura en el techo ni en ninguna otra parte, pero
aclaro que la mancha del tablero era como si fuese de una cosa que se hubiese apoyado,
como una mano por ejemplo, pero que no tenía salpicaduras ni nada como estallado (…)
Preguntado: para que diga de que material era el tablero.- Contesta: Como plastificado
poroso con un paño aislante como lana de vidrio o algo así, similar a goma espuma, el
tablero era negro.-Preguntado: Para que diga por que no declaro antes.- Contesta: por
que no me llevaron el apunte y nunca me citaron. (…) Seguidamente se le exhiben las
fotografías de fs 11 y manifiesta que en relación a la fotografía numero 3, manifiesta que la
cúpula no estaba cuando la camioneta fue a su taller, también expresa que las ruedas que
se observan no estaban. Seguidamente a fs. 12 manifiesta respecto a la fotografía nro. 5 de
que el volante tiene un protector que en su taller no observo; de la fotografía nro 4
manifiesta que el capot estaba muy destruido y que no se condice con el que llevaron a su
taller; respecto a la fotografía nro 6 manifiesta que la cubierta no coinciden con la que
llevaron su taller, como así también no observo el amortiguador que aparece cortado. A
fs 22 foto nro 1 manifiesta que la mancha que observo y que describió estaba en el torpedo
arriba del velocímetro y que reitera de que el protector del volante no estaba. A fs. 23 foto
nro 3 observa que el capot se encuentra muy destruido y que no coincide con el capot de
la camioneta que fue llevada a su taller. A fs 26 foto de rueda manifiesta que las llantas
no estaban torcidas como aparecen en la fotografías.- A fs 28 Manifiesta sobre la foto nro
14 no se trata de la llanta del vehículo que llevaron a su taller. Con respecto a las
fotografías de fs. 11 manifiesta el testigo que difiere la posición del paragolpe en la
fotografía 1 y 3, observando el detalle que en la fotografía nro. 1 no se encuentra colocada
la chapa patente. También expresa que a su criterio la fotografías de fs. 12 nro 6 es
diferente a la fotografía nro 8 de fs 25 en lo que respecta el amortiguador y cubiertas del
vehículo”.
A fs. 4402/4412 se incorpora informe del Dr. Mario Germán
Vignolo, médico forense, perito de parte.A fs. 4423 la querella particular acompaña en original un
Expediente caratulado: Causa “Mons. Enrique Angel Angelelli – Obispo de La Rioja
– Caso CAI N° 2891”, que se reserva en Secretaría, agregándose copia certificada a fs.
4636/4682.
A fs. 4614 se incorpora Legajo Personal de Rodolfo Nicolás
Vigo, remitido por Policía Federal Argentina.
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Poder Judicial de la Nación
A fs. 5101/5102 obra copia de los Decretos Provinciales N°
3/76 y N° 26/76.A fs. 5190 el Ministerio Público Fiscal acompaña Prontuarios
Policiales entregados por la Dirección de Planeamiento Estratégico de la Policía de la
provincia de La Rioja, correspondientes -entre otros- a Enrique Angel Angelelli.A fs. 5413/5414 obra Informe Psicológico Forense del
ciudadano Edilio Cristóbal Gabriel Di Cesare, elaborado por el perito oficial, Lic. Norma
Griselda Miitto, del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.A fs. 5460/5465 obra Acta de Inspección Ocular, croquis
ilustrativo y fotografía.A fs. 5475 se incorpora declaración testimonial de Luis
Avelino García, quien expresa que: en el gobierno provincial durante el denominado
proceso de reorganización nacional “…desempeñe el cargo de Subsecretario de Gobierno y
Justicia desde el 25 de mayo de 1976 hasta el 02 o 03 de abril de 1981. En un primero
momento el Gobernador fue el Comodoro retirado Roberto Luís Nanziot y como Ministro
USO OFICIAL
de Gobierno el Comodoro Jorge Alberto Mones Ruiz”; preguntado respecto de si ha
conocido el Comodoro Luís Estrella con motivo de su función, expresó que “No lo conocí,
si sabia de su actuación como, creo que el Sub jefe de la Base, que creo que era el Celpa, y
se que cuando se produce le destitución de la Presidente y el Gobernador, el fue designado
como Ministro de Hacienda. Luego se lo designa, a un Comodoro Castro Creo. Pero de
vista si lo he conocido pero nunca un dialogo ni nada por el estilo”. En relación a la
muerte de Monseñor Angelelli, “Yo ese día, en forma particular, el 04/ de agosto de 1976,
en horas temprana de la tarde, calculo que eran las 16:30 o 17:00 suena el teléfono de mi
casa y atiendo yo, hablaba el Sub. Jefe Herrera, Vicente que lo subrogaba a Di Cesare, y
me transmitió la noticia que había muerto Angelelli en una accidente de transito entes de
llegar a Punta de los Llanos. En ese entonces, Angelelli había estado en Chamical con
motivo de una misa por la muerte de los Sacerdotes. Yo le digo que se comunique con el
Juez de Instrucción que era Vigo, y en segundo lugar hable con el Secretario que era el Sr.
de la Fuente, para que adopte la medidas judiciales pertinentes desde el punto de vista
judicial resulte necesario, en cuanto al lugar del hecho, el traslado del cuerpo y autopsia.
La autopsia se realizo en el Hospital Presidente Plaza, la hizo el Dr. Enzo Herrera Páez y
creo que el Dr. Guchea. En segundo lugar, el fotógrafo de la policía, hizo toma
secuenciales del acto, eso lo se porque las vi después, recuerdo hasta el numero de fotos,
que eran 53 placas fotográficas. Posteriormente Nanziot me llamo a su despacho y me
pidió que le redactara a los Sacerdotes de la Rioja una nota de pésame y me pido que me
trasladara a la Catedral y entregársela al Vicario, creo que se la entregue al Aurelio Ortiz
o Guzmán y me acerque al ataúd, le vi el rostro a Angelelli, no advertí, rastros de golpes, si
pude advertirle en su cuello, en el lado izquierdo como una mancha amoratada. Bueno,
luego me fui a la casa de Gobierno y luego me fui a mi casa, siendo las horas 21:00 a
21:15 aproximadamente. Ese día, para mi, había asumido en la mañana 11:15 el Director
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Gral. de Municipalidad un Sr. que era Sub Oficial Mayor de la Fuerza Aérea, Garnica
Nelson, y por ese motivo vinieron a la Rioja un grupo de Sub Oficiales a acompañarlo al
acto. Vinieron en un militar y después del acto, participaron de un almuerzo y luego de eso
se fueron de regreso hacia Chamical. Ellos fueron, creo, lo que llegaran al lugar del
accidente y creo que fueron los que colaboraron con la Policía. Creo no estar confundido,
pero en los diarios de esa época deberá estar asentado lo que estoy diciendo”. En cuanto a
la percepción que tuvo la feligresía a cerca del hecho, relató: “Algunos decían que había
sido un accidente y otro decían que había sido un asesinato responsabilizando a los
militares. No nos olvidemos que el ambiente de aquella época era un ambiente tenso, la
muerte de los Sacerdotes, la feligresía estaba media problematizada, había desacuerdos
etc.”. Sobre la actuación del Juez de Instrucción Dr. Vigo, señaló que “Hizo lo que tenia
que haber hecho, no fue en forma inmediata pero creo que ordeno el secuestro de un
portafolio que traía Monseñor Angelelli. Se que había secuestrado una escasa cantidad de
dinero, eran dólares. El día anterior, 3 de agosto, estando en mi despacho pidió hablar
conmigo el Sacerdote Esteban Inestal, lo hice pasar. Le digo si en que puedo serle útil. Me
dice que lo había hablado el Pelado (Angelelli) desde Chamical por teléfono y me pido que
venga a verlo para que le gestiona (yo) una audiencia con el Sr. Gobernador. Quiere
expresarle su sentimiento de inseguridad y temor porque se siente perseguido por la gente
del área y quiere conversar con el Gobernador porque lo reconoce como autoridad
legitima, y si no tiene repuesta sobre lo que va pedirle, me ha confiado que va abandonar
la diócesis y no volverá más. Como yo tenia línea directa con el Gobernador, le solicite si
le podía conceder una audiencia, el (Gobernador) me respondió que la audiencia esta
concedida para el día y la hora que el día. Luego la audiencia no se concreto por razones
obvia”. Agrega que actuó como funcionario desde 25/05/1976 al 02 o 3 de abril de 1981y
que había sido convocado por quien era en ese memento Ministro de Gobierno, el Sr.
Mones Ruiz. En cuanto a las relaciones del Gobierno con Angelelli, eran normales y
respetuosas, y que reuniones no hubo ninguna, “Creo que al decir eso, algunos tenían
desconfianza de Monseñor. Esto viene de antes, de la época de Lanusse que vino a la
Rioja. Lanusse expuso en esa época (1972) un plan que se habíamos elaborado entre el Dr.
Herrera Paez y ya a dar solución al tema Codetral, y Angelelli no acepto el tema de los
latifundios”. En cuanto a la relación del declarante con la Policía expresa que “le puedo
decir que tenia una relación un poco menos que mala, más respondía Di Cesare a su Jefe
Natural Pérez Bataglia”. En relación a la visión que el declarante tenía respecto del diario
el SOL de la época, dijo: “Lo veía como un opositor al Obispado. En mis funciones, nunca
vi. que lo invitaran al dueño del diario a alguna reunión, algún brindis etc. Quiero agregar
que el día del hecho, el 04 de agosto, entro a mi despacho y escucho voces en el despacho
contiguo que jamás cerraba la puerta con llave, abro la puerta y estaba Mones Ruiz con
Aurelio Ortiz que estaba lloroso, estaban hablando de la muerte de Angelelli”. Ante la
pregunta de la querellante particular Dra. Mirta Sánchez sobre si “Ud. dijo que fue una
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Poder Judicial de la Nación
accidente, explique? Contestó: Yo jamás dije que fue un accidente, me habían transmitido
la noticia que se mató Angelelli en un accidente de transito”.III) DE LA DEFENSA MATERIAL:
A fs. 5066 el imputado Luis Fernando Estrella, asistido por
el Sr. Defensor Público Oficial Subrogante, declara que: “Soy ajeno totalmente y rechazo la
imputación que se me formula. Nunca recibí ordenes de este tenor ni trasmití a mis
subordinados. Con respecto a esta ultima parte, mis subordinados eran empleado de la
Provincia de la Rioja porque yo me estaba desempeñando como Ministro de Economía. En
aquel entonces, ese Ministerio abarcaba las arreas hacienda y obras publicas, además se me
nombro interventor del Excmo. Tribunal de Cuentas, adjuntando en este acto fotocopia de
los decretos de esos nombramientos, pero además como dependencias, yo tenía 12
direcciones generales y el banco de la Pcia. de La Rioja. De esas 12 direcciones generales,
ratifique a todos los directores generales, y aceptaron y me acompañaron. Yo en la época de
los hechos que se me imputan he procedido a cristalizar proyectos del anterior gobierno.
Con respecto a la fs. 4784, donde se señala la actividad de Angelelli con la comunidad
USO OFICIAL
agrarias, no solamente apoyé esa gestión sino que también inauguré la cooperativas bajo mi
gestión. Siendo Ministerio, una de las Dirección General era del Dirección de Catastro, y
así me dedique a solucionar problemas, había escrituras viejas y otras sin escrituras, e
impulse eso. Yo sostengo la doctrina social de la iglesia y no creo que se subversivo. Ella
misma fs. 4784, se habla de detenciones y otras cosas, yo estaba cumpliendo esta funciones
y no estaba en Chamical. Yo soy Mendocino y utilice mucho el apoyo de la Universidad de
Cuyo e hice realizar un estudio de suelo de la Rioja, reinauguré la bodega estatal de Villa
Unión por los años 1976. En la fuerza aérea no existe el cargo de Segundo Jefe, pero de
todas formas yo estaba acá en la Rioja, pernoctaba en el Regimiento a veces. En el CELPA
está el Comodoro Agüirre (fallecido). En las fecha de los hechos, mi Sra. era hija única y la
mamá quedo viuda en Córdoba en cuyo Departamento se alojaba un hijo mío, pero yo creo
que era feriado el día del accidente de Angelelli y ese día yo estaba en Córdoba, es más me
entere por los medios. Toda la información que yo recibí es que el Monseñor había
fallecido en una accidente. Cuando volví de la Córdoba a la Pcia. de la Rioja. Nunca recibí
una orden de secuestro de nadie, ni el (Aguirre) no nadie. Aguirre si estaba a cargo de la
Unidad. En relación a la autoría mediata yo quisiera hacer una breve reseña de mi
profesión. Yo fui aviador militar pero primeramente hice una curso de navegador radarista
bombardeo. Por los años, no me acuerdo, yo era Teniente y todos teníamos que hacer un
curso, yo hice meteorología. No participe en ninguna unidad operativa ni de inteligencia,
habiendo tenido la opción de hacer el curso de inteligencia. Ese año se creo un curso que a
todos lo que se dedicaban, había que hacer ese curso, que era una especie de profesorado
(1965/1966). He estado 4 años de jefe de curso de aviadores, hasta mitad de 1976. Fui
integrante de la escuadrilla de acrobacias. A la pregunta de la Fiscal, la doctrina social de la
iglesia no era subversiva. Que entiende por Subversivo: la subversión del orden. Creo que
el Fiscal también señala Marxista la Movimiento Tercer Mundo y que sustentaba la
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doctrina social de la Iglesia, Es las a esa doctrina al he asumido yo y la sostengo. A
pregunta de la Sra. Agente Fiscal si que relación tenia con CELPA: Desde principio de año
hasta el 24 de 1976 me desempeñe como Jefe de Escuadrón Tropas. CUAL era su domicilio
familiar? El domicilio de la familia era una casa de Chamical dentro del CELPA. Las
vivienda están divididas dentro de las Jerarquías? Como estaban divididas? Si, estaban
divididas de acuerdo a las jerarquías. Cual era el motivo que Ud, tenia una vivienda dentro
del CELPA, no prestando servicio ahí? . Contesta: Es muy fácil, por costumbre dentro de la
fuerza, incluso hay civiles que ocupaba esas casa y he seguido ocupando porque era donde
se alojaba mi familia y el motivo es por mis tres hijos y mi esposa iban a la escuela Torres
Molina de Chamical. Con que frecuencia visita a su familia? Todas la veces que podía,
porque me gusta mi familia. Durante la semana yo estaba aquí y el fin de semana iba y
pernotaba en esa casa o en Córdoba donde tenia un hijo estudiando y mi suegra viuda y mi
sra única hija, y me volvía. Aquí, yo estaba en el regimiento. Yo he traído una copia de la
Cámara Federal de Córdoba, donde se cerro el caso porque no hay elementos de juicio. En
este acto hace entrega de un juego de copia de la resolución de fecha, Córdoba 20 de abril
de mil novecientos noventa de 23 fojas útiles. Paralelamente con esto, el cardenal
Bergoglio, ordenó una comisión especial en agosto del 2006, conformada por el Monseñor
Roberto Rodríguez, el profesor de derecho canónico, Nelson Dellia Ferrera, presidida por el
arzobispo de Resistencia Monseñor Carmelo Juan Giaquinta, con el siguiente cometido: 1º)
Realizar una investigación en el ámbito eclesial relativo a la muerte del Monseñor
Angelelli. 2º) Requerí y tomar los testimonios de ministro de la iglesia, religiosa y agentes
pastorales, 3º) Colaborar con la autoridad civil en su misión de establecer la verdad de los
hechos, evitando interferir las investigaciones en ese fuero, 4º) Emitir un informe escrito de
lo realizado. Del informe medico que en este acto acompaña el imputado, V.S. lo pone a la
vista del Sr. Agente fiscal, quien pide se remita la causa si es posible en el día de la fecha
pasa extraer copia. A la pregunta de la Defensa. ¿ Ud. conforme las copias de los decreto
que acompaña, desde que fecha ocupa el cargo de Ministro de Economía y presidente del
Tribunal de Cuenta y hasta que fecha?. Desde el 24 de marzo de 1976 hasta mitad de año
del mismo año y de ahí renuncie al Ministerio, cosa que la fuerza no me permitía, y como
presidente del Tribunal de cuenta hasta fin de año de 1976 habiendo permanecido además
como asesor del gobernador. Donde habita Ud. los días de semana? Contesta: En el
regimiento, cumpliendo funciones de 8:00 hs a 22:00 era un Ministerio sumamente
grande”.
A fs. 5145 el encartado Luciano Benjamín Menéndez,
asistido por la Defensa Pública Oficial, declara que: “En otras ocasiones me he negado de
declarar por hechos relativos a la guerra contra la subversión marxista, que sostuvo la
nación argentina contra el terrorismo. Esa negativa obedece a que considero que los hechos
de la guerra están dentro del marco de la ley vigente en ese momento, ley nacional (Código
de Justicia Militar) que señalaba que en los hechos cometidos en actos de servicio, los
jueces naturales de los militares eran el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y como
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Poder Judicial de la Nación
Tribunal de Apelación, la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Pero como este caso se
trata de un hecho totalmente ajeno a esa guerra contrarrevolucionaria y se investiga un
accidente lamentablemente fatal en una ruta nacional, me presto a informarle a V.S. lo que
he sabido de ese episodio. Cuando me entere de la muerte de Monseñor Angelelli, procedí a
informarme con el jefe del Batallón de Ingenieros Coronel Pérez Bataglia, el jefe del
CELPA, Comodoro Aguirre, y el Gobernador de la Pcia. de la Rioja, Nanziot, sobre lo
ocurrido. Ellos me informaron y me reiteraron después de la investigación que después
hicieron en sus jurisdicciones que Monseñor Angelelli había muerto en un lamentable
accidente al reventarse una de las gomas de la camioneta, lo que provoco el vuelvo del
vehiculo. Según recuerdo, el comodoro Nanziot, me informó que había un sumario policial,
me imagino que de la provincia y peritajes de expertos policiales que indicaban que eso
había sido un accidente. Asimismo, creo recordar, que el acompañante no pudo aportar
datos ni detalles del accidente por haber sufrido el un shock y creo que tuvo heridas de
consideración. En conclusión, informado por los Jefes Militares de Ejercito y Aeronáutica
con guarnición en la Provincia, Coronel Pérez Bataglia y Aguirre, que ellos no sabían nada
USO OFICIAL
del lamentable accidente e ilustrado por el Gobernador, que se habían tomados todos los
recaudos administrativos, y técnicos y se había concluido que esto había sido un accidente,
quedé conforme con dicha información”. Preguntado por si lo conoció a Angelelli, dijo que
“Nunca”. Interrogado sobre si alguna vez Angelelli le pidió o elevo alguna nota, dijo
“Nunca”. Señala que La Rioja respecto a la lucha contra la subversión “Era una de las
Zonas más tranquilas de mi jurisdicción…los hechos terroristas fueron escasos en La Rioja,
no me acuerdo cuanto fueron, pero si me acuerdo que La Rioja era un lugar donde no
sucedían hechos terroristas como en Córdoba, Tucumán o Mendoza, hechos como
enfrentamiento armados, entre las fuerzas armadas legales y la subversión terrorista o
asesinatos de civiles, policías o militares o artefactos explosivos, etc”. Expresa que
“Habíamos recibido la orden de aniquilar la subversión, la cual subversión pretendía
imponer ideas enemigas de nuestra constitución, me explico, mientras nuestra constitución
dice, que Dios es fuente de toda razón y justicia, la subversión marxista niega a Dios,
mientras nuestra constitución sostiene que la propiedad privada en inviolable, la subversión
marxista niega el derecho de propiedad, mientras nuestra constitución dice, que ella se dicta
para asegurar los beneficios de la libertad a todos los hombres del mundo que habiten el
suelo argentino, la subversión marxista suprime la libertad y pretende instaurar un sistema
de esclavitud. Mientras nuestra constitución dispone que el presidente de la Nación se
cambia cada cuatro años mediante elecciones libres, universales y secretas, la subversión
marxista promueve la permanencia en el poder de tiranos vitalicios”. Niega haber tenido
conocimiento del pensamiento que difundía Monseñor Angelelli y de a la actividad de la
iglesia católica, en la jurisdicción de la Rioja”.En su acto de defensa material, asistido por la Sra. Defensora
Pública Oficial Subrogante, obrante a fs. 5222., el imputado Jorge Rafael Videla expresa:
“…voy a prestar declaración indagatoria respecto a tres aspectos que paso a exponer: el
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primero, es un comentario casi anecdótico que a mi juicio guarda estrecha relación con el
hecho que se investiga en esta causa. Luego de ocurrido el accidente de Monseñor
Angelelli y acallados los comentarios de todo tipo a que dio lugar, en fecha que no puedo
precisar, recibí en audiencia -a su pedido- al Nuncio Apostólico Pio Laghi. La audiencia la
concedí en mi carácter de presiente de la nación y la misma se realizo sin testigos como era
natural. Terminado de exponer el tema que motivara la audiencia, antes que el Sr. Nuncio
se retirara, el manifesté fuera de la agenda, mi preocupación por el accidente que sufrió
Monseñor Angelelli y fundamentalmente por la posibilidad que el mismo pudiera afectar la
relación entre el Gobierno y la Iglesia. El Sr. Nuncio, sin hesitar me respondió: “Presidente,
la Iglesia tiene asumido que el fallecimiento del Monseñor Angelelli, fue producto por un
accidente; Ud. Puede dormir tranquilo respeto de este asunto”. Con esta respuesta y los
saludos de práctica se dio por terminada la audiencia. El segundo asunto que deseo tratar,
es hacer entrega de una documentación recibida de un Ex. Colaborador que conociendo la
citación para prestar declaración indagatoria, me la hizo llegar espontáneamente a mi lugar
de detención, a titulo de colaboración (en un total de 69 fojas en fotocopias), y cuatro
copias lo que seria el índice que la documentación acompañada, … Sobre la misma no voy
a formular comentarios porque no tengo elementos de juicio que me permitan hacerlo.
Solamente solicito que sea recibida y quede registrada su entrega y recepción. El tercer
punto, el ex colaborador que me entregara la citada documentación, es el Coronel retirado
Eduardo De Casas …, quien me manifestó que esta dispuesto a declarar como testigo en
esta causa, en caso de ser citado. Terminada esta formalidad no voy a agregar mas en estos
actuados”. A fs. 5233 y sgtes. obra documental acompañada por el imputado.A fs. 5306 obra declaración indagatoria de Albano Eduardo
Harguindeguy, quien asistido por la Defensor Pública Oficial Subrogante, declara que: “El
día 4 de agosto de 1976 recibí un llamado del Gobernador de la Rioja, donde me informaba
que en un accidente había muerto el Obispo Angelelli, esta seguro le conteste?, y le dije que
pongan todas las fuerzas para dejar esclarecido el hecho. Con respecto a la muerte del
Obispo, niego terminantemente haber impartido alguna orden. La policía federal actuaba
bajo el control de las tres armas, lo dice el decreto de Isabel Perón, el segundo no es de
Isabel Perón porque estaba en las Sierras de Córdoba, y entre los dos decretos, en el año 75
yo era segundo comandante del cuerpo de Ejercito 1, y me tocó el asalto a Monte Chingolo.
En esos decretos decían que la policía opera bajo el control de la Fuerzas Armadas.
Peregrino Fernández, era un oficial de Policía que tenía a su cargo una Brigada que me
daba la protección. Desertó de la policía y se fue a Europa, publicó un libro con la foto mía
en la tapa. Cuando se supo que había desaparecido de mi custodia, empezaron a llegar las
cuentas y la pagué de mi plata, todo lo que Fernández no había pagado. Todo lo que dice
Fernández en el libro es mentira, dice mil cosas, y hoy en día cuando me viene a ver algún
policía de Agente a comisario mayor, me dicen que todavía no lo encuentran a Peregrino
Fernández. Hay otro policía con el mismo cargo de Fernández y salió absuelto”. Ante la
pregunta sobre si lo conocía a Angelelli, contestó: “Yo creo que lo debo haber conocido el
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Poder Judicial de la Nación
día que lo puso en posesión al Gobernador”. En relación a si le llegó alguna información de
lo curas Longueville y Murias, dijo: “Esa es de la Policía Federal, de mi nada. Yo por todos
lo presos que me venían a pedir por el, pariente, partido políticos, amigo, habría una ficha y
una carpeta y se llevaba el registro de todas las personas que estaban desaparecidas. Si eran
desaparecidos de la Rioja, se le comunicaba al Gobernador de la Rioja, al Director de
Gendarmería de aquí, se mandaba un informe a las fuerzas, marina y aeronáutica”.
Respecto de si recibió alguna nota en relación al asesinato de los curas Longueville y
Murias, dijo: “No recuerdo nada. La documentación relacionada contra la lucha contra la
subversión fue quemada, recuerdo, por orden de Bignone, y yo ya no era funcionario, ya no
era Ministerio del Interior”. En cuanto a si existía algún plan de lucha contra la subversión
en la Provincia de la Rioja, expresó: “No, en absoluto, eso dependía de la junta de
comandantes que impartían órdenes al control operacional. … Debo decirle que desde el
Ministerio del Interior no se impartieron órdenes …Yo veía muy poco hechos subversivos
en la Rioja. La junta militar era la que manejaba la lucha contra la subversión”. Preguntado
que es lo que recuerda puntualmente de Angelelli, dijo: “Yo de Angelelli no recuerdo nada,
USO OFICIAL
solo lo que salió en los diarios”. Señala que con posterioridad a este hecho, “Vino a verme
gente de la iglesia y se preocuparon siempre por la muerte de los Palotinos, entre ellos
estaba Angelelli. Durante cinco años los distintos obispos venían a verme. Con el de San
Luís me llevaba muy buen, con el de Mendoza tenía alguna cuestiones. Venía el represente
del Papa en la Argentina a verme, Pérez de Salta y lo mismo me pasaba con los
embajadores”. Interrogado por si tuvo algún contacto con Pérez Bataglia, dijo “Ninguno,
solamente verlo en el acto de asunción del Gobernador. No lo recuerdo”; y con el
comodoro Estrella “Ante del derrote del gobierno de Isabel Perón, hubo un problemas en la
fuerza y exigían la renuncia de uno de ellos y entre uno de esos problemas hubo una
discusión en relación a los limites de jurisdicción, hasta donde la fuerza aérea podía actuar.
Fue ahí que hablé con el comodoro Estrella para que retirara las fuerzas”.
A fs. 5365 el imputado Juan Carlos Romero, asistido por el
Sr. Defensor Público Oficial, se abstiene de prestar declaración indagatoria.A fs. 5413 y en relación al encartado Edilio Cristóbal Di
Cesare, obra informe emanado del Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N. del que surge
que se encuentra imposibilitado de prestar declaración indagatoria en los presentes obrados,
“evidenciando trastornos congnitivos a nivel de atención, la concentración y la memoria.
Denotó un empobrecimiento de la vida psíquica, altamente condicionada por factores
anímicos a polo depresivo. La capacidad judicativa se mostró debilitada aún frente a lo
concreto y cotidiano”.IV) CONSIDERACIONES PREVIAS:
Previo a analizar la existencia histórica de los hechos ilícitos
atribuidos a los imputados, como la supuesta participación responsable en los mismos, se
estima necesario realizar algunas consideraciones previas de importancia para la presente
resolución.
57
A) DECLARACIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD
DE LAS LEYES 23.492 Y 23.521:
En los años 1986 y 1987 se sancionaron las leyes Nº 23.492 y
23.521, conocidas respectivamente como “Punto Final” y “Obediencia Debida”.En relación a la primera, establecía que “…se extinguirá la
acción penal respecto de todo persona por su presunta participación en cualquier grado, en
los delitos del art. 10 de la ley Nº 23.049, que no estuviere prófugo, o declarado en rebeldía,
o que no haya sido ordenada su citación a prestar declaración indagatoria, por el tribunal
competente antes de los sesenta días corridos a partir de la fecha de su promulgación. En
las mismas condiciones se extinguirá la acción penal contra toda persona que hubiere
cometido delitos vinculados a la instauración de formas violentas de acción política hasta el
10 de diciembre de 1983”.
En relación a la Ley 23.521, esta imponía que “…se presume
sin admitir prueba en contrario que quienes a la fecha de comisión del hecho revistaban
como oficiales jefes, oficiales subalternos, suboficiales y personal de tropa de las Fuerzas
Armadas, de Seguridad, policiales y penitenciarias, no son punibles por los delitos a que se
refiriere el art. 10, punto 1 de la ley 23.049 por haber obrado en virtud de obediencia
debida.
Tal presunción será aplicada a los oficiales superiores que no
hubieran revistado como comandante en jefe, jefe de zona, jefe de subzona o jefe de fuerzas
de seguridad, policial o penitenciaria si no se resuelve judicialmente, antes de los treinta
dias de promulgación de esta ley, que tuvieron capacidad decisoria o participación en la
elaboración de las ordenes.
Se considerará
de
pleno derecho que las
personas
mencionadas obraron en estado de coerción bajo subordinación a la autoridad superior y en
cumplimiento de órdenes, sin facultad o posibilidad de inspección, oposición o resistencia a
ellas en cuanto a su oportunidad y legitimidad”.
Cabe resaltar que el dictado de la ley de “obediencia debida”
fue consecuencia de la ineficacia que tuvo la ley de “punto final” para cumplir con los fines
para los que había sido dictada, ya que dentro del plazo de 60 días que ésta preveía para la
extinción de las acciones penales, los órganos jurisdiccionales libraron gran cantidad de
citaciones para prestar declaración indagatoria a los supuestos responsables de tales delitos,
impidiendo de esta manera la extinción de los procesos.
De tal manera, con la sanción de la segunda norma se
persiguió garantizar impunidad a todos aquellos que hubiesen participado en la comisión de
esos delitos sin tener un poder real de mando y/o decisión sobre su conducta.
Ello obligó a los jueces, en consecuencia, a analizar el rango
de cada uno de los sujetos que se encontraban sometidos a proceso, a fin de determinar si se
encontraban o no comprendidos por dicha circunstancia.
58
Poder Judicial de la Nación
Finalmente, y aún cuando las dos normas citadas ya limitaban
notoriamente el poder jurisdiccional sobre los actos ilícitos cometidos durante el régimen
del gobierno de facto, algunos de los procesados que no habían sido alcanzados por las
previsiones de las mismas fueron beneficiados posteriormente mediante los indultos
dispuestos por el Poder Ejecutivo Nacional por Decretos 1002/89 y 2746/90.
Sin embargo, todo este cuadro normativo al que hacemos
referencia, se ha visto notoriamente modificado en la actualidad.
En primer lugar, las leyes N° 23.492 y 23.521 han sido
declaradas inconstitucionales por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En autos
“Simón Julio Héctor y otros” (CSJN, 14/06/05 Fallos 328:2056) nuestro máximo Tribunal
declaró de ningún efecto la validez de esas leyes y cualquier acto fundado en ellas que
pudiera oponerse al avance de los procesos que se instruyan, o al juzgamiento y eventual
condena de los responsables, obstaculizar en forma alguna las investigaciones llevadas a
cabo por los canales procedentes y en el ámbito de sus respectivas competencias, por
crímenes de lesa humanidad cometidos en el territorio de la Nación Argentina, toda vez que
USO OFICIAL
el Tribunal entendió que ambas resultan violatorias del principio de igualdad ante la ley y
aparejan un tratamiento procesal de excepción para los sujetos amparados privando, de
manera simultánea, a las víctimas de los hechos, o a sus deudos, la posibilidad de acudir a
la justicia para reclamar el enjuiciamiento y punición de los actos ilícitos que los
damnifican.
La Corte añadió que estas leyes, en cuanto intentaron dejar
atrás los enfrentamientos entre “civiles y militares” orientadas, como toda amnistía, al
“olvido” de graves violaciones a los derechos humanos, se oponen a las disposiciones de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, y resultan, por lo tanto, constitucionalmente intolerables porque no sólo
desconocen las obligaciones internacionales asumidas en el ámbito regional americano sino
las de carácter mundial, por lo cual se impone restarles todo valor en cuanto a cualquier
obstáculo que de éstas pudiera surgir para la investigación y alcance regular de los procesos
por crímenes de lesa humanidad cometidos en el territorio de la Nación Argentina.
Agregó que la progresiva evolución del derecho internacional
de los derechos humanos con el rango establecido por el art. 75, inc. 22 de la Constitución
Nacional, ya no autoriza al Estado a tomar decisiones cuya consecuencia sea la renuncia a
la persecución penal de delitos de lesa humanidad, en pos de una convivencia social
pacífica apoyada en el olvido de hechos de esa naturaleza.
Específicamente destacó que la presunción exculpatoria "iure
et de iure" consagrada en la norma de “obediencia debida” importa la invasión por parte del
Poder Legislativo de funciones propias del Poder Judicial, en clara violación al art. 116 de
la Constitución Nacional, dejando en claro que el Congreso Nacional no se encontraba
habilitado para dictar esas leyes, y al hacerlo ha vulnerado no sólo principios
constitucionales sino también los tratados internacionales de derechos humanos, generando
59
un sistema de impunidad con relación a delitos considerados como crímenes de lesa
humanidad, del que se deriva la posibilidad cierta y concreta de generar responsabilidad
internacional para el Estado argentino.
Además el Tribunal advirtió que la declaración de
inconstitucionalidad de las leyes no constituye violación del principio “nulla poena sine
lege”, en la medida en que los crímenes de lesa humanidad siempre estuvieron en el
ordenamiento y fueron reconocibles para una persona que obrara honestamente conforme a
los principios del estado de derecho. Además los objetivos del Preámbulo de la
Constitución Nacional serían negados en la medida en que se interpretase cualquiera de sus
normas obligando a los jueces a admitir o legitimar una pretendida incapacidad de la
Nación Argentina para el ejercicio de su soberanía, con la consecuencia de que cualquier
otro país pueda ejercerla ante su omisión, en razón de violar el mandato internacional de
juzgar los crímenes de lesa humanidad cometidos en su territorio por sus habitantes y
ciudadanos.
En segundo lugar, e independientemente de esta categórica
resolución del máximo Tribunal, con posterioridad a ello, el Congreso de la Nación
sancionó la ley 25.779 que dispuso “declarar insanablemente nulas las leyes N° 23.492 y
23.521”.
Como toda declaración de nulidad, la misma tuvo efecto
directo sobre todos los actos anteriores y/o contemporáneos en conexión con dicha norma,
invalidando cualquier eficacia de los mismos. Esta decisión del Poder Legislativo, mas allá
de las criticas que suscitó por parte de un sector de la doctrina, también fue posteriormente
convalidada por el mas alto Tribunal de la Nación que declaró su validez afirmando que su
contenido coincide con lo que los jueces deben declarar con relación a las leyes referidas y,
en la medida en que las leyes deben ser efectivamente anuladas, declarar la
inconstitucionalidad de dicha norma para luego resolver en el caso tal como ella lo
establece constituiría un formalismo vacío.
Entendió además que este era el medio para intentar dar
cumplimiento a los tratados constitucionales en materia de derechos humanos por medio de
la eliminación de todo aquello que pudiera aparecer como un obstáculo para que la justicia
argentina investigue debidamente los hechos alcanzados por dichas leyes y, de este modo,
subsanar la infracción al derecho internacional que ellas continúan representando.
Resaltó que si bien el Poder Judicial es el órgano facultado
para declarar la eventual inconstitucionalidad de las leyes impugnadas, ello no obsta a que
el Poder Legislativo pueda dar cuenta del grado de adecuación constitucional de su
accionar, ya que el art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional obliga a todos los poderes del
Estado en su ámbito de competencias a hacer posible la plena vigencia de los derechos y
garantías constitucionales.
En ese entendimiento –agregó- el Congreso de la Nación no
ha excedido el marco de sus atribuciones legislativas al establecer la inexequibilidad de las
60
Poder Judicial de la Nación
leyes 23.492 y 23.521, pues se ha limitado a sancionar una ley cuyos efectos se imponen
por mandato internacional, la cual pone en juego la esencia misma de la Constitución
Nacional y la dignidad de la Nación Argentina, permitiendo además la unidad de criterio en
todo el territorio y en todas las competencias, resolviendo dificultades que podría generar
las diferencias de opiniones en el sistema de control difuso de constitucionalidad que nos
rige y brindando al Poder Judicial la seguridad de que un acto de tanta trascendencia resulte
del funcionamiento armónico de los tres poderes del Estado y no dependa únicamente de la
decisión judicial.
En tercer lugar, la Corte Suprema de Justicia de la Nación
también resolvió anular el indulto a favor del ex Comandante de Institutos Militares,
General Santiago Riveros –quien fuera oportunamente beneficiado por esta vía junto a otros
miembros de las fuerzas armadas- que, tal como se señaló, había sido dispuesto en su
momento por el Poder Ejecutivo Nacional mediante decreto 1002/89. El máximo Tribunal
afirmó que “con esa decisión se pretendía cumplir con el deber que tiene el Estado de
organizar las estructuras del aparato gubernamental a través de las cuales se manifiesta el
USO OFICIAL
ejercicio del poder público, de manera tal que sean capaces de asegurar jurídicamente el
libre y pleno ejercicio de los derechos humanos” (CSJN in re Mazzeo Julio Lilo y otros s/
rec. de casación e inconstitucionalidad, 13/07/07).
Como vemos, tal como se adelantara líneas arriba, todo el
esquema normativo que impedía en su momento el análisis y juzgamiento de los hechos
cometidos durante la vigencia del gobierno de facto, ha sufrido una categórica modificación
en la actualidad, obligando así al Poder Judicial a la persecución de los mismos y, en su
caso, a la punición de los responsables.
Mas aún, en este contexto actual, ya no es necesario entonces
que el suscripto se expida en esta causa en concreto acerca de la validez o invalidez
constitucional de aquellas leyes de “punto final” y “obediencia debida” -tal como lo
exigiría nuestro sistema vigente de control difuso de constitucionalidad- ya que la
normativa legal referenciada, que considero formal y sustancialmente válida, declara
expresamente la insanable nulidad de las mismas y tiene, como tal, pleno valor erga omnes,
tornando así innecesario e ineficaz un pronunciamiento judicial al respecto.
Así lo ha sostenido también la Corte Suprema de Justicia de la
Nación al afirmar que si ese Tribunal declaró la validez constitucional de la ley 25.779
(Adla, LXIII-E, 3843) por medio de la cual el Congreso de la Nación había declarado
insanablemente nula las leyes de obediencia debida y punto final, cualquier pretensión que
se funde en estas leyes, carece de todo sustento legal (CSJN in re Vargas Aignasse,
Guillermo, 03/05/07).
B) IMPRESCRIPTIBILIDAD DE LOS DELITOS DE
LESA HUMANIDAD:
Sabido es que la prescripción constituye una de las causales
extintivas de la acción penal establecidas en nuestra legislación de fondo. Se presenta así
61
como un límite al poder punitivo del Estado de iniciar o proseguir una persecución penal en
contra de una determinada persona (CP, arts. 59, 62 y cc).
El principal fundamento del instituto radica en que “el paso
del tiempo acalla la alarma social provocada por el delito y conlleva naturalmente al olvido
y al desinterés por su castigo” (Cfr. CSJN, Fallos 292:103; “Corradino”, 06/11/87 ED, 127500; entre muchos otros).
Sin embargo, en las últimas décadas el derecho internacional
ha ido consolidando la idea de vigencia de la acción penal a pesar del transcurso del tiempo
y así se ha evidenciado un notorio incremento en las adhesiones a los tratados en la materia,
en la voluntad de los Estados de hacerlos cumplir, en las adaptaciones internas legislativas
o jurisprudenciales o en la incumbencia al respecto de los órganos supranacionales.
Es decir que en la actualidad podemos afirmar que la regla es
la prescriptibilidad de la acción penal, pero excepcionalmente, por el interés que
involucran, determinado tipo de delitos no están sujetos al régimen establecido en el
Código Penal.
Las más importantes fuentes al respecto la constituyen los
tratados internacionales adoptados por ley (principalmente la Convención sobre la
Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad), que como tales son
jerárquicamente superiores al Código Penal y por ende su aplicación cede ante aquellos.
La citada convención sobre imprescriptibilidad establece los
delitos con tal carácter, cualquiera que sea la fecha en que se hayan cometido, enumerando
los crímenes de lesa humanidad cometidos tanto en tiempo de guerra como de paz, según la
definición del Estatuto del Tribunal Militar Internacional de Nüremberg (8/8/45), y
confirmada por las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (13/2/46 y
11/12/46); la expulsión por ataque armado u ocupación; los actos inhumanos debido a la
política de 'apartheid'; el delito de genocidio definido en la Convención de 1948 para la
Prevención y la Sanción del delito de Genocidio, aún cuando esos actos no constituyan una
violación del derecho interno del país donde fueron cometidos. Asimismo, el Estatuto de
Nüremberg citado, define como crimen de lesa humanidad a los asesinatos, exterminios,
sometimiento a esclavitud, deportación, y otros actos inhumanos cometidos contra
cualquier población civil antes o durante la guerra, o persecuciones por motivos políticos,
raciales o religiosos, en ejecución o conexión con cualquier crimen de jurisdicción del
Tribunal, sean o no una violación de la legislación interna del país donde hubieran sido
perpetrados.
Por su parte, el Estatuto de Roma establece que constituye un
“crimen de lesa humanidad” cualquiera de los actos cometidos como parte de un ataque
generalizado o sistemático contra una población civil, en sus modalidades de asesinato;
exterminio; esclavitud; deportación o traslado forzoso de población; encarcelación u otra
privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho
internacional; tortura; violación, esclavitud sexual, prostitución, esterilización o embarazos
62
Poder Judicial de la Nación
forzados, u otros abusos sexuales de gravedad comparable; persecución de un grupo o
colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales,
étnicos, culturales, religiosos, de género, u otros motivos universalmente reconocidos como
inaceptables con arreglo al derecho internacional, en conexión con cualquier acto
mencionado o con cualquier crimen de la competencia de la Corte; desaparición forzada de
personas; apartheid; y otros actos inhumanos de carácter similar que causen
intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la
salud mental o física.
Entre nosotros, la Corte Suprema de Justicia de la Nación
sostuvo en “Arancibia Clavel” (Fallos 327:3312) que “el agravio relativo a la
imprescriptibilidad... corresponde que sea tratado por la Corte toda vez que la prescripción
de la acción penal constituye una cuestión de orden público y la omisión de su
consideración puede comprometer la responsabilidad del Estado argentino frente al orden
jurídico interamericano” y agregó que “en materia de crímenes contra la humanidad, la
aplicación de las disposiciones de derecho interno sobre prescripción de la acción penal
USO OFICIAL
constituye una violación del deber a cargo del Estado argentino de asegurar la vigencia de
los derechos humanos en todas las estructuras del aparato gubernamental, lo que incluye
prevenir, investigar y sancionar todas violación de los derechos reconocidos en la
Convención
Americana
sobre
Derechos
Humanos.
Además,
el
principio
de
imprescriptibilidad no puede verse supeditado ni, por ende, enervado, por el principio de
legalidad -art. 18, Constitución Nacional-, pues los tratados internacionales sobre Derechos
Humanos deben interpretare conforme al derecho internacional, en tanto éste es su
ordenamiento jurídico, debiendo tenerse en cuenta que de nada serviría la referencia a los
tratados hecha en la Constitución si su aplicación se viera frustrada o modificada por
interpretaciones basadas en uno u otro derecho nacional.
Para avalar su posición, el máximo Tribunal agregó que “si el
fundamento de la prescripción es la inutilidad de la pena en el caso concreto, en los que el
transcurso del tiempo hace que la persona imputada no sea la misma, como así también que
el hecho sometido a la jurisdicción pierda vigencia conflictiva, para pasar a ser un mero
hecho histórico anecdótico” escapando de “la vivencia de sus protagonistas y afectados”, la
excepción a esta regla, está configurada para aquellos actos que “no han dejado de ser
vivenciados por la sociedad entera dada la magnitud y la significación que los atañe”.
Posteriormente, en el precedente “Simón” (Fallos 328:2056,
14/06/2005), la Corte sostuvo que “la progresiva evolución del derecho internacional de los
derechos humanos con el rango establecido por el art. 75 inc. 22 de la Constitución
Nacional ya no autoriza al Estado a tomar decisiones...cuya consecuencia sea la renuncia a
la persecución penal de delitos de lesa humanidad, en pos de una convivencia social
pacífica apoyada en el olvido de hechos de esa naturaleza”, aclarando que ”la
inaplicabilidad de las normas de derecho interno de prescripción de los delitos de lesa
humanidad tiene base en el derecho internacional ante el cual el derecho interno es sólo un
63
hecho” y ”los principios que en el ámbito nacional se utilizan para justificar el instituto de
la prescripción, no resultan aplicables a los delitos de lesa humanidad, pues la
imprescriptibilidad de estos delitos aberrantes opera como una cláusula de seguridad
tendiente a evitar que los restantes mecanismos adoptados por el derecho internacional se
vean burlados mediante el mero transcurso del tiempo”.
En este contexto, cabe agregar que la aplicación de la
Convención sobre Imprescriptibilidad, exceptuando a ciertos delitos del instituto de la
prescripción, evidentemente perjudica a los imputados de hechos que encuadren en esa
tipología, por cuanto impide que el tiempo extinga la acción penal. De esta manera, se
plantea el problema de la aplicación de esta normativa excepcional a hechos ocurridos con
anterioridad a su adopción expresa por el derecho interno.
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación
también ya ha sentado su posición al respecto, considerando igualmente aplicable los
efectos de la Convención a hechos ocurridos con anterioridad, argumentando que ello “no
lesiona el principio “nulla poena sine lege”, pues tales delitos usualmente son practicados
por agencias estatales operando fuera del control del derecho penal, por lo que no es
razonable la pretensión de legitimar el poder genocida en virtud del paso del tiempo,
máxime si se considera que aún antes de que comenzara a regir dicho tratado existía una
costumbre internacional respecto de su imprescriptibilidad”. Así, entre el principio de no
retroactividad que favorecería al autor de un delito contra el “ius Pentium” y el principio de
retroactividad aparente de los tratados internacionales sobre imprescriptibilidad de los
crímenes contra la humanidad, debe prevalecer este último, que tutela normas imperativas
del “ius Mogens”, siendo el conflicto entre ambos preceptos sólo aparente, pues las normas
de “ius mogens” que castigan los citados delitos han estado vigentes desde tiempo
inmemorial. (Arancibia Clavel, Fallos 327:3312).
El Tribunal agregó que “de esta manera no se fuerza la
prohibición de irrectroactividad de la ley penal, sino que se reafirma un principio instalado
por la costumbre internacional, que ya tenía vigencia al tiempo de comisión de los hechos”,
porque “la Convención ha representado únicamente la cristalización de principios ya
vigentes para nuestro Estado Nacional como parte de la Comunidad Internacional”.
En base a ello, señaló que cabe apartarse del principio según
el cual la ley penal “ex post facto” no rige cuando empeora las condiciones de los acusados
-en el caso, normas de rango constitucional sobre imprescriptibilidad de ciertos delitos-, si
se está ante crímenes contra la humanidad, ya que se trata de supuestos que no han dejados
de ser vivenciados por la sociedad entera, dada la magnitud y la significación que los atañe,
por lo que no sólo permanecen vigentes para ésta, sino también para la comunidad
internacional.
De esta manera queda claro que para la última instancia
judicial nacional las reglas del derecho interno sobre prescripción quedan desplazadas por
el derecho internacional consuetudinario y por la convención aludida.
64
Poder Judicial de la Nación
Así, para la Corte, esta aplicación retroactiva perjudicial al
imputado “ha sumado al deber de punición que corresponde a los tribunales, la presencia de
una norma positiva de derecho internacional que consagra la imposibilidad de considerar
extinguida la acción penal por prescripción respecto de los delitos de lesa humanidad”.
Acorde a esta afirmación es el efecto que el mismo tribunal le otorga sobre la
reglamentación procesal que establece el régimen de las excepciones relacionadas a la
acción penal, al decir que en los procesos por esta clase de delitos” los imputados no
pueden oponerse a la investigación de la verdad y al juzgamiento de los responsables a
través de excepciones perentorias...pues los instrumentos internacionales que establecen
esta categoría de delitos no admiten que la obligación de los Estados de enjuiciar a los
imputados cese por el transcurso del tiempo, amnistía, o cualquier otro tipo de medidas que
disuelvan la posibilidad de reproche”.
El criterio del tribunal también analiza el cambio de régimen
de la prescripción en el principio de culpabilidad, al que considera no vulnerado porque “no
implica cambio alguno en el marco de ilicitud que el autor pudo tener en cuenta al
USO OFICIAL
momento de realizar las conductas que se investigan” ya que“ aquellas personas a las cuales
se les atribuye la comisión de un delito no poseen un derecho a liberarse de la persecución
penal por el transcurso del tiempo, porque la prescripción de la acción penal no es una
expectativa con la que pueda contar, al momento del hecho, el autor de un delito” toda vez
que “en el caso de crímenes contra la humanidad, el Estado argentino ha declinado la
exclusividad del interés en la persecución penal para constituirse en el representante del
interés de la comunidad mundial, el cual ésta misma ha declarado inextinguible”.
De este modo, por la naturaleza jurídica de los delitos que se
investigan en autos –tal como se analizará detalladamente a continuación- todas las
disposiciones legales citadas de orden interno en relación al instituto de la prescripción
como el propio fundamento del mismo sostenido incluso por el Máximo Tribunal Nacional,
resultan desplazadas por el derecho internacional consuetudinario y la Convención sobre la
Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad.
C) CONTEXTO HISTÓRICO:
Previo a la valoración de la prueba reunida en autos durante
la instrucción-, se considera necesario realizar una breve reseña acerca del contexto
histórico en que se desarrollaron los hechos objeto de investigación, entendiéndose que con
ellos se permitirá comprender lo sucedido en su verdadera dimensión.
El día 24 de marzo de 1976, las Fuerzas Armadas derrocaron
al Gobierno de Isabel Martínez de Perón. Los comandantes en Jefe del Ejercito Teniente
General Jorge Rafael Videla, la Armada Amirante Emilio Eduardo Massera y la
Aeronáutica Brigadier Orlando Ramón Agosti constituido en Junta Militar asumieron el
poder constituyente y se asignaron el poder supremo. Dictaron el Acta, el Estatuto y el
Reglamento del Proceso de Reorganización Nacional que se completaron con precisiones al
ámbito funcional de la Junta y el Presidente y relegaron la Constitución de 1853/60 a la
65
categoría de texto supletorio. El poder constituyente dejo de residir en el pueblo y de hecho
el país tuvo una constitución dispersa, a la usanza inglesa. El acta contiene el “Propósito y
los objetivos básicos del Proceso de Reorganización Nacional”. Ese propósito se anuncia en
un solo punto centrado de modo
explicito en erradicar la subversión y promover el
desarrollo “enfatizando el sentido de moralidad, idoneidad y eficiencia” para reconstruir la
imagen de la Nación y oportunamente instaurar una democracia republicana, representativa
y federal. Los objetivos básicos se enuncian en nueve puntos que se refieren a fines, entre
los que se destaca la existencia de la seguridad nacional, del orden jurídico y social,
erradicando la subversión y sus causas.
Además de esos documentos normativos que modificaron la
estructura jurídica del país se dicto el reglamento para el funcionamiento de la Junta
Militar, el Poder Ejecutivo Nacional y la Comisión de Asesoramiento Legislativo, estos
últimos como agencias ejecutivas y legislativa, respectivamente, del poder militar. La Junta
Militar suspendió la actividad gremial de las entidades de trabajadores, empresarios y
profesionales; el derecho de huelga; la actividad política y de los partidos políticos;
proscribió las actividades de los partidos Comunistas Revolucionario, Socialista de los
Trabajadores, Político Obrero, Obrero Trotskista, Comunista Marxista-Leninista; disolvió
entidades para-partidarias; y la organización declaradas ilegales e intervino la C.G.E y la
C.G.T, entre otras medidas de excepción (leyes de facto 21.256, 21.261, decreto 4/76,
21.269, decreto 10/76; 21.375; 21.322, 21.270, 21.271 etc).
La estructura gubernamental significo el establecimiento en el
país de una régimen militar tecnoautoritario, a cuyo servicio estuvo no solo la burocracia
tradicional sino grupos de tecnócratas que coadyuvaron con el estamento militar en la
realización de las distintas políticas.
El Proceso de Reorganización Nacional contó en su orígenes,
con el consenso pasivo de parte de la población. La sociedad creyó tener como única
opción métodos empleados.
Relacionados con las organización Subversivas encontramos
como primer antecedente al grupo denominado “los Uturucos”, allá en los años 1959, grupo
que opero en la Provincia de Tucumán por un periodo de dos meses aproximadamente. Lo
suceden, el Ejercito Guerrillero del Pueblo en Salta
y la FAP (Fuerzas Armadas
Peronistas), donde la policía copa en Taco Ralo (1968)y luego aparece la FAR (Fuerzas
Armadas Revolucionarias) y la FAL (Fuerzas Armadas de Liberación), los Montonero y el
ERP (Ejercito Revolucionario del Pueblo).
De los movimiento antes mencionados, el mas importante lo
fue, los “Montoneros”, donde mezclaron la lucha armada con un movimiento callejero,
cumpliendo un papel articulador de lo social con lo político, donde las fuerzas políticas no
habían podido cumplir.
La intervención de las fuerzas militares en el gobierno y
especialmente en lo político, se vuelve sobre ellas mismas, afectando su disciplina y
66
Poder Judicial de la Nación
eficacia. En relación con el terrorismo, caracterizado por el desprecio por el discernimiento
del hombre medio, ausencia del valor de la tolerancia, asesinato, mutilación o amenaza de
inocentes sistemática y deliberadamente practicado con miras de captar el poder político o a
acceder a sus ventajas.
Así, el terrorismo se agudiza en los años 70, donde en 1975 el
gobierno constitucional dicta medidas destinadas a combatirlo, primero en el área de
Tucumán (decreto 261/75) y luego en todo el territorio nacional mediante los decretos
2770/75, 2771/75, 2772/75.
El consejo de defensa creado en dicha ocasión, presidido por
el Ministro de Defensa e integrado por los comandantes en jefe, dicta la directiva 1/75, para
instrumentar el empleo de las Fuerzas Armadas, de Seguridad y policiales a los fines de
detectar y aniquilar las organizaciones subversivas.
Con la Asunción del Gobierno Nacional por parte de las
Fuerzas Armadas en la lucha contra la subversión se concibe una estrategia Nacional
contrasubversiva que abarca todos los ambitos del que hacer nacional.
USO OFICIAL
En el año 1977, el Ejercito dicta la directiva 504/77, donde
reconoce que la delincuencia subversiva en el país había sufrido un fuerte desgaste a partir
de los sectores industriales, religioso y educacional, fijándose como operación primordial la
depuración ideológica de dichos sectores sin perjuicio de otras acciones de índole militar.
En síntesis, la lucha contrasubversiva tuvo dos etapas en la
que predominan estrategias distintas; la primera dirigida a luchar para neutralizar y/o
aniquilar el accionar subversivo; la segunda a luchar para neutralizar y/o aniquilar las
causas del accionar subversivo.
Los objetivos estratégicos de esa lucha fueron concebidos y
conducidos desde el mas alto nivel de gobierno, en tanto la táctica operativa estuvo a cargo
de los comandantes de cada fuerza.
La Junta Militar, integrada por los Comandantes en Jefe de
cada fuerza, erigida en órgano supremo, se reservo una amplia gama de funciones y
atribuciones de gobierno, junto al ejercito del Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas,
según se desprende del art. 1º y 2º del Estatuto para el Proceso de Reorganización Nacional.
Sin perjuicio de ello, y a pesar de que entre los objetivos
básicos del Proceso constaba expresamente la erradicación de la subversión, no se
desprende de las actas de la Junta Militar agregadas a la causa que la conducción de las
operaciones fuera ejercitada por ella. De ellas surge que el tema de la subversión fue tratado
ocasionalmente, cuando su trascendencia y publicidad lo requerían, como por ejemplo en
los casos Graiver y Timmerman (Actas Nº 5, 19, 21, 23, 31 y 56, 98, 100 y 111
respectivamente); el estudio de una declaración sobre los desaparecidos (72); la política a
seguir en materia de derechos humanos (100/103); la implicancia política de la visita al país
de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (86) y la producción de un
documento que incluyera la no revisión de los métodos empleados en la lucha contra la
67
subversión. Por el contrario, los comandantes en Jefe de las F.F.A.A, mantuvieron el marco
normativo vigente y en base al mismo dictaron sus Directivas.
El Ejercito emitió las números 404/75, 504/75 y 604/75 cuyos
anexos –Bases Legales- enumeran el conjunto de leyes y decretos que dan sustento al
accionar contrasubversivo y específicamente el Plan de Operaciones Normales (PON/75)
que establece que cuando se detenga a alguna persona con motivo de las operaciones, ella
será alojada en algún instituto carcelario de su jurisdicción hasta tanto tome intervención el
Poder Ejecutivo Nacional o el magistrado correspondiente, según sea puesto a disposición
de uno u otro.
La Armada Argentina, fija en los Anexos “E” y “F” de
Placintara/75, el marco jurídico y el procedimiento con respecto a personas detenidas con
motivo de la lucha contrasubversiva, expresando que se labrara un acta en el momento de la
detención y que ella no puede prolongarse por mas de 48 horas a los efectos de permitir el
interrogatorio para cumplir con las necesidades de operaciones e inteligencias y
posteriormente deberá ponerse a disposición de la justicia militar correspondiente.
Por su parte, la Fuerza Aérea también enumera un conjunto de
leyes al igual que las otras Fuerzas, que dan las bases legales del accionar en el Anexo
“Foxtrot” de la orden de Operaciones Provincia/76.
De lo expuesto, se evidencia que en lo que se refiere a la
táctica empleada en la lucha contra la subversión, los comandantes en Jefe no se sometieron
a la autoridad de la Junta Militar sino que aquella fue conducida desde el nivel de Comando
por la cadena natural de mandos.
Cada Comandante planifico su táctica y la instrumento en
cada unas de las directivas, dentro del marco legal vigente, en orden a la detención de
personas y puesta a disposición ya sea de la Justicia del Crimen o militar o del Poder
Ejecutivo Nacional.
El objeto procesal de la causa Nº 13/84, menciona Carlos S.
Fayt en su voto, “….radica en los delitos comunes que se cometieron con motivo de la
lucha por parte de los subordinados, según induce el a quo, en cumplimiento de ordenes
secretas, emitidas paralelamente…”.Continua diciendo, “…que la existencia de dichas ordenes
secretas, que avalaban la comisión de delitos por parte de los subordinados, se evidencia
en la metodología empleada y la reiteración de los delitos por parte de los autores
materiales…”
Así, expresa que “…la metodología consistía básicamente en:
a) Capturar a los sospechosos en tener vínculos con la subversión, de acuerdo con los
informes de inteligencia; b) conducirlos a lugares situados en unidades militares o bajo su
dependencia; c) interrogarlos bajo tormentos, para obtener los mayores datos posibles
acerca de otras personas involucradas; d) someterlos a condiciones de vida inhumanas
para quebrar su residencia moral; e) realizar todas esas acciones en la mas absoluta
68
Poder Judicial de la Nación
clandestinidad, para lo cual los secuestradores ocultaban su identidad, obraban
preferentemente de noche, mantenían incomunicadas a las victimas negando a cualquier
autoridad, familiar o allegado el secuestro y el lugar del alojamiento y f) dar amplia
libertad a los cuadros inferiores para determinar la suerte del aprehendido, que podía ser
Luego liberado, puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, sometido a proceso
militar o civil o eliminado físicamente. Esos hechos debían ser realizados en el marco de
las disposiciones legales existentes sobre la lucha contra la subversión, pero dejando sin
cumplir las reglas que se opusieron a los expuesto. Asimismo, se garantizaba la impunidad
de los ejecutores mediante la no interferencia en sus procedimientos, el ocultamiento de la
realidad ante los pedido de informes y la utilización del poder estatal para persuadir a la
opinión publica local y extranjera de que las denuncias realizadas eran falsas y respondían
a una campaña orquestada tendiente a desprestigiar al gobierno. Para permitir su
cumplimiento, los comandantes dispusieron que los ejecutores directos fueran provistos de
los medios necesarios: Ropa, vehículos, combustibles, armas, municiones, lugares de
alojamiento de los cautivos, víveres y todo otro elemento que se requiriera. Finalmente, se
USO OFICIAL
dio por probado que las ordenes impartidas dieron lugar a la comisión de una gran
numero de delitos de privación ilegal de la libertad, tormentos y homicidios, fuera de otros
cometidos por los subordinados, que pueden considerarse – como los robos producidosconsecuencia del sistema adoptado desde el momento en que los objetos se depositaban en
los centros militares que utilizaban como base de operaciones los grupos encargados de
capturar a los sospechosos….”.
“…Por no existir prueba fehaciente de que los Comandantes
en Jefe, dictaron tales ordenes como integrantes de la Junta Militar, cabe concluir que lo
hicieron cada uno como responsable máximo de su fuerza…”.D) ANTECEDENTES VINCULADOS A LA IGLESIA:
1) DÍA 18 DE JULIO DE 1976: EL ASESINATO DE
CARLOS DE DIOS MURIAS Y GABRIEL LONGUEVILLE.
El día 18 de Julio de 1976, en la Ciudad de la Rioja, los
sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, quienes desempeñaban su
Ministerio en la Iglesia de la localidad de Chamical de ésta Provincia, se encontraban
cenando en casa de las Hermanas de San José, religiosas que colaboran con la tarea pastoral
de la Parroquia “El Salvador” de aquella misma localidad, vivienda sita en calle Belgrano
nº 265 de la localidad de Chamical, y durante un lapso comprendido aproximadamente
entre las 21 hs. y las 21:30 hs., llegaron a dicho domicilio dos personas N.N. bien vestidas,
de tonada aparentemente porteña, quienes manifestaron al ser atendidos por la Hermana
Luisa Sosa Soriano -quien se encontraba en la sobremesa junto a las Hermanas Lidia Delia
Cabas y Rosa Eldina Funes, entre otras-, que se encontraban allí en busca del Padre Carlos.
Por tal motivo, en la oportunidad, las víctimas Carlos de Dios Murias y Gabriel
Longueville, atendieron a los visitantes, quienes habrían exhibido en la emergencia
credenciales que los acreditaba como personal de la Policía Federal Argentina, mediante las
69
cuales, lograron engañar a sus objetivos, de modo tal que lograron que salieran
voluntariamente de la vivienda, manifestando a las Hermanas que debían acompañar a las
visitas a ésta ciudad de La Rioja, con el fin de deponer en actuaciones seguidas en contra de
“presos”, posiblemente, tratándose del Intendente de Chamical “Chacho” Corzo, quien se
encontraba efectivamente detenido por aquella época, y que de sus respectivos
interrogatorios pendería la liberación del nombrado”.Afirman
que:
“Mediante
el
engaño
argumentado
precedentemente, los causantes N.N. perfeccionaron el secuestro de los sacerdotes, para
trasladarlos ya privados de su libertad a bordo de un automóvil marca Ford Falcon color
azul noche, el cual carecía por aquel entonces de chapa patente colocada. La marcha, fue
emprendida a gran velocidad saliendo del domicilio ya descripto, es decir desde calle
Belgrano nº 265 de la localidad de Chamical, de ésta Provincia, haciéndolo por ésta en
dirección a calle Castro Barros, tomando por ésta última, la cual conduce a la Ruta
Provincial nº 79, y traspasando el cruce de rutas habrían girado hacia la izquierda para
culminar éste primer viaje en la Base Aérea que hacía las veces de sede de Guarnición
Aérea de Chamical y CELPA I, lugar al cual no habrían ingresado finalmente, pero si se
habrían reunido allí con el resto de la comitiva criminal y procederían junto al resto de los
imputados, a conducir a sus víctimas hasta un descampado colindante a las vías férreas, a
unos siete kilómetros en dirección sur desde la ciudad de Chamical, sobre el costado
derecho de la ruta nº 38 y trasponiendo el terraplén de unos cinco metros de altura por el
cual se erigen las vías del ferrocarril”.El hecho tal como se describió supra, habría respondido a
aquellos que formaban parte del accionar de las fuerzas armadas durante la pasada
dictadura militar, en el marco de los conocidos excesos cometidos en la represión dirigida a
grupos subversivos a aquel régimen de facto, y en particular, para casos como el presente,
de las actividades doctrinarias que se le atribuían a los sectores más progresistas de la
Iglesia…”. Donde “…los presuntos autores habrían concretado un hecho más de aquellos
mentados por las fuerzas armadas y de seguridad.
Las labores persecutorias que habrían tenido a su cargo éstas
personas sindicadas como pertenecientes a los departamentos de inteligencia de distintas
fuerzas, habría surgido desde mucho tiempo antes que las víctimas se encontrarían
íntimamente ligadas a los lineamientos del Obispo de La Rioja, Monseñor Enrique
Angelelli, tildando a ese núcleo de sacerdotes y Ministros Católicos de la zona sur de ésta
Provincia, y en reiteradas manifestaciones, como de ideas izquierdistas, con expresiones
tales como “marxistas”, a más de tercermundistas, cuando no “guerrilleros”.
Que según se desprende de los autos Expte. 5145/06,
caratulados: “Estrella, Luís Fernando y otros – Homicidio Calificado Reiterado, Privación
Ilegítima de la Libertad seguida de Muerte y Tormentos”, durante la noche del día
dieciocho de julio del año 1976, en el lapso comprendido aproximadamente entre luego de
las 21 hs. a las 22 hs., los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville fueron
70
Poder Judicial de la Nación
llevados, por personal de las distintas fuerzas de seguridad que operaban en la ciudad de
Chamical de ésta Provincia, a la altura del kilómetro 660/650 de las vías férreas, a unos
siete kilómetros en dirección sur desde la ciudad de Chamical, sobre el costado derecho de
la ruta nº 38 saliendo desde la mencionada Ciudad y trasponiendo el terraplén de unos cinco
metros de altura por el cual se erigen las vías del ferrocarril. En el lugar, ni bien
descendidos del vehículo en el cual fueran presuntamente trasladados los sacerdotes una
vez secuestrados, a bordo de un automóvil marca Ford Falcon color azul noche, sin chapa
patente colocada o visible al menos por aquel entonces, Carlos de Dios Murias habría sido
sometido a tormentos por sus sicarios de magnitud desconocida atento al horrendo
resultado posterior de su muerte, pero que si dejaron sus huellas en el alambrado colindante
con la ruta nº 38, al cual aún habiéndole sustraído una hebra de alambre, habría dejado
sobre sus púas restos de cabellos de la víctima, a más de sangre en el recorrido, según nos
enseñan los testigos presenciales de la inspección ocular”.Asi las cosas, ambos sacerdotes fueron llevados posiblemente
con sus ojos vendados y maniatados, hasta la ladera opuesta del terraplén, en donde fueron
USO OFICIAL
sometidos a disparos con armas de distintos calibres, que habrían provocado conforme la
opinión médica y al solo empleo del sentido común, la muerte instantánea de ambos
religiosos, dejando muestras de ensañados disparos realizados a quemarropa que
provocaron hasta la expulsión del lóbulo ocular de uno de los ojos de CARLOS DE DIOS
MURIAS”. Alegándose que: “… aquellas personas sindicadas como autores materiales del
presente hecho, habrían actuado en cumplimiento de los designios trazados por el Vice
Comodoro Lazaro Antonio Sebastian Aguirre, quien al momento del hecho se desempeñaba
a cargo de la Guarnición Aérea de Chamical y CELPA I - Chamical, Provincia de La Rioja,
como así también del 2º Jefe de dichas unidades, el Vice Comodoro Luís Fernando Estrella.
A su vez, conforme tal calidad castrense, habría obrado éste bajo las directivas de su cadena
de mando vertical, el imputado Coronel Osvaldo Héctor Pérez Bataglia, al mando del
mencionado Batallón de Ingenieros de Construcciones 141. Estos a su vez, respondiendo a
los lineamientos trazados por el Comando del Tercer Cuerpo de Ejército, a cargo del Gral.
de Div. Luciano Benjamín Menéndez.2) DÍA 25 DE JULIO DE 1976: EL ASESINATO DEL
LAICO WENCESLAO PEDERNERA.
Que el día 25/07/1976, aproximadamente a los 02:45 hs. de la
madrugada se produce el homicidio del laico católico Wenceslao Pedernera, en el la
localidad de Sañogasta, Departamento Chilecito, de esta provincia, cuando fue acribillado
con disparos de armas de fuego en el interior de su domicilio, donde se encontraban su
esposa e hijas de corta edad; hecho este ejecutado por un grupo armado compuesto por tres
personas encapuchadas de sexo masculino, que de inmediato se dieron a la fuga en un
automóvil y una camioneta, no identificados al día de la fecha. Este hecho debe ser
contextualizado junto a los dichos de la esposa de la víctima, la ciudadana Marta Ramona
Cornejo, quien prestó declaración ante la Comisión Provincial de Derechos Humanos, que
71
manifestó que días antes del homicidio de su esposo Wenceslao Pedernera, este había sido
amenazado de muerte, pero no le relata quien le profirió tal amenaza, y que cree que lo
hechos que relata guardan relación con los hechos sucedidos en la ciudad de Chamical, una
semana antes, cuando matan a dos sacerdotes, puesto que su marido guardaba estrecha
relación con la Iglesia. Continúa expresando que la noche del día 24 de julio esperaban al
Padre Andrés Seriege, párroco de Sañogasta, que regresaba de Francia, pero no llega hasta
el lugar de residencia porque desde La Rioja lo hacen volver por temor a que le sucediera
algo, ya que se lo daba por muerto en la nómina de sacerdotes muertos unos pocos días
antes en Buenos Aires.
3) DÍA 04 DE AGOSTO DE 1976: LA MUERTE DE
MONSEÑOR ANGELELLI.
Que días antes de su muerte, en la Localidad de Chamical,
Monseñor Angelelli recibió una invitación para hacer un curso en Perú, siendo aconsejados
por sus vicarios que aceptara ir y así procurar resguardar su integridad, expresando el
Obispo que ante tal sugerencia, el “pastor no debía dejar a sus ovejas”. Que también en la
Localidad de Chamical – un día antes de su muerte-, el día 3 de agosto, se realizó una
reunión donde participaron el Obispo Angelelli, Sacerdotes y Monjas, donde estos le
habrían manifestado a Monseñor que temían por su vida, a lo que el contestó como lo había
hecho en otras oportunidades, dibujando un espiral para hacer más grafica su expresión, en
donde fue ubicando figuradamente los asesinatos de los Sacerdotes Murias y Longeville y
del Liaco, Wenceslao Pedernera, ubicándose a si mismo en el centro del espiral,
manifestando que a quien buscaban era a el.Que el día 4 de agosto de 1976, el monseñor Enrique Ángel
Angelelli le solicita al sacerdote Arturo Aldo Pinto que lo acompañe a la Ciudad de la
Rioja.
Luego de un almuerzo con las Monjas, Angelelli y Pinto
emprendieron el viaje en una camioneta Fiat 125 Multicarga, modelo 1973, motor
identificación 125BTO38-688807, haciéndolo en forma normal y tranquila. Tomaron la
ruta 39 por el trazado viejo d la Ruta, para no evidenciar el viaje. Que luego, y ya
circulando sobre la ruta nacional Nº 38, próximo al mojón que indica el Kilómetro 1.056,
luego de trasponer el bordo – elevación del terreno-, a unos seis (6) kilómetros después de
pasar la Localidad de Punta de los Llanos en dirección a la Ciudad de La Rioja, otra
vehiculo que circulaba en la misma dirección, de color claro, presumiblemente un Peugeot
404, alcanzo a la camioneta por la izquierda de esta, encerrándola bruscamente, momento
en que se produce una explosión, donde la camioneta se sale del asfalto para tomar la
banquina formando un semicírculo y al ingresar nuevamente a la ruta y aproximadamente a
unos ocho (8) metros se produce el vuelco.
De la ubicación del vehiculo y a cuatro (4) pasos antes de
llegar a este, se logra ver en el pavimento una huella de raspadura, ancha de unas treinta
centímetros y de unos setenta (70) centímetros de largo. Desde este lugar y contando once
72
Poder Judicial de la Nación
(11) pasos normales, se encontraba el cuerpo ya sin vida de Monseñor Angelelli; estaba de
cubito – dorsal, piernas entre abiertas, brazos abiertos, su cabeza indicaba el oeste, vestía
sotana de color negro, y se encontraba sin calzados con medias de color marrón, en la
muñeca de la mano izquierda, tenia colocado un reloj marca Imperio, cuyas agujas
indicaban las horas las horas tres, por lo que se presume que a horas 15:00 se produjo el
accidente; su cabeza se encontraba con un gran charco de sangre que se expandía en
dirección Norte, su rostro estaba cubierto caso en su totalidad por sangre que emanaba de
las fosas nasales y boca.
Desde el cuerpo del extinto Obispo, en dirección sud-oeste, a
veintiocho (28) pasos, se encontraba la camioneta Fiat 125, volcada sobre el costado
derecho, con su frente al sud-este, el cual tocaba la banquina de tierra firme, no así la
trasera que lo hacia sobre el asfalto, lo mismo que su cúpula de color blanco. En el trayecto
que ocupaba la camioneta y el cuerpo del Obispo, se encontraban diseminados, partes del
rodado, como así también los zapatos del extinto, que son de cuero color negro, con planta
de goma, también en ese sitio se observaba dos correas y la brida del parabrisa.
USO OFICIAL
En relación a la camioneta, a pesar de los daños que le
ocasiono el accidente, presentaba también la rueda derecha trasera desinflada sin huellas de
reventón, con muy poco dibujo el neumático. En ese mismo costado estaba cortado el
amortiguador. En su interior no se observaban mancha de sangre.
Que según obra a fs. 13 (Cpo. I), las pertenencias que llevaba
consigo el Monseñor Angelelli y Pinto en el momento de producirse el accidente fueron la
siguientes: Un (1) portafolio de cuerina color negro, conteniendo una series de cartas,
escritos, libros y papeles en blanco, un bolso color blanco y marrón de cuerina, conteniendo
libros, religiosos, herramientas pequeñas, un reloj despertador marca Gentleman, una toalla,
un porta elementos religiosos para oficial misas y objetos varios, una (1) maleta
conteniendo ropa y una maquina de afeitar marca Bauw eléctrica, un (1) maletín de cuerina
blanca, conteniendo ropa y otros elementos, una valija de color negro, de material (cuerina)
la que contenía una gran cantidad de manuscritos y documentos varios, como así también
ocho (8) casette, tres (3) cajas conteniendo películas de 16mm, nueve (9) cajas de
diapositivas y gran cantidad sueltas, veinte (20) fotografías en blanco y negro, un (1)
cuaderno conteniendo cartas y papeles manuscritos, una (1) libreta universitaria de la
Universidad del Salvador a nombre de Carlos Murias (fallecido), una maquina fotográfica
marca Ricoh, una (1) mini maquina calculadora marca Philco, cinco (5) libretas de
anotaciones, un (1) porta documento de cuerina marrón claro, una (1) caja conteniendo
sellos y medallas, una (1) agenda de cuerina verde año 1973, una (1) agenda cristiana
cuerina roja, un (1) pasacasette marca “Otake”, un (1) cuaderno tapa blandas con
anotaciones varias, un (1) reloj marca imperio de pulsera, quince (15) billetes de mil pesos
Ley 18.188, un mil quinientos (1.500) Francos descompuestos en un (1) billete de
quinientos y diez (10) de cien, noventa (90) pesos Ley 18.188, un crucifijo de metal blanco
tamaño mediano con cadena del mismo material, tres (3) llaveros conteniendo llaves varias,
73
un sobre negro conteniendo documentación de automóvil y carnet de conductor a nombre
del extinto Angelelli, un carnet del automóvil Club Argentino, C.I Policía Federal Nº
5.095.147, tres (3) sobres negros, carnet del centro de estudiantes de Ingeniería Universidad
Nacional de Córdoba a nombre de Carlos Murias. En relación con lo elementos
pertenecientes a Pinto, se encontraron: Carnet de conducir expedido por el Departamento
Arauco Nº 5876, L.E. Nº 6.387.456 a nombre de Arturo Aldo Pinto, una autorización para
conducir otorgada por el Obispo Angelelli a nombre de Monseñor Arturo Pinto, una libreta
de enrolamiento de Enrique Ángel Angelelli, una tarjeta de Identificación de automotor
vehiculo, marca Fiat 1500, trasporte carga, identificación F-006224, un porta sello de
cuerina color verde, conteniendo sello del obispado y una sello aclaratorio del Monseñor
Angelelli, la suma de tres mil ciento ochenta y cinco pesos Ley 18.188 (3.185,00) y un
crucifijo de metal blanco con cadena del mismo material.
El Obispo llevaba consigo una carpeta con información que
había recopilado tras participar de los oficios religiosos del novenario sobre los asesinatos
de los sacerdotes Murías y Longueville, acaecidos el 18 de julio de 1976. Que por ese
motivo se había trasladado a la Localidad de Chamical, donde el Obispo de dedico a reunir
material acerca de tal hechos, entrevistando a numerosas personas, formando así la carpeta
antes descripta, procurando investigar quien o quienes habían cometido esos homicidios
V) DE LA CONCLUSION:
Los hechos que se investigan en autos, deben ser considerados
a las luz del derecho de gentes, como crímenes de “Lesa Humanidad”. Ello implica aceptar
la extrema gravedad de los hechos que ocurrieron en nuestro país en el periodo señalado
son violatorios a las normas jurídicas que reflejan los valores mas fundamentales que la
humanidad toda reconoce como inherentes a todas las personas humanas.En ese sentido, se ha dicho que “la naturaleza de lesa
humanidad produce un efecto sustancial en el proceso de conocimiento de los hechos, por
lo que no puede comprenderse el delito que se trate de manera aislada o fragmentada individualmente-, sin tener presente su consideración como fenómeno colectivo inserto en
un plan o sistema”.
Por ello, es de total relevancia el contexto histórico de los
sucesos acontecidos en aquel periodo oscuro que le toco atravesar a nuestra Nación.
Con el sistema de desapariciones y extermino implementado
en nuestro país, han tenido como consecuencia directa, incidencia en materia probatoria en
el desarrollo de cada uno de los procesos judiciales llevados adelante.Corresponde advertir que estos tipos de procesos, la
instrucción se suele caracterizar principalmente por la escasez de prueba directa,
relacionado directamente con la lógica del plan sistemático de desapariciones ideado en ese
entonces.-
74
Poder Judicial de la Nación
Los hechos acontecidos en aquel periodo, han sido
perpetuados mediante un sistema de ocultamiento de prueba, de encubrimiento de esos
hechos, con miras a no dejar ningún rastro probatorio en el escenario de los hechos.
Es de tener en cuenta, que en primer lugar, los delitos fueron
realizados en la clandestinidad; tanto los secuestradores, torturadores y
homicidas,
ocultaban su identidad, ya sea realizando operativos en horas nocturna, incomunicando a
las victimas dejándolas con lo ojos vendados, negando su existencia a cualquiera que
reclamase la existencia del secuestrado, negando también la existencia de los lugares de
alojamiento.
Así las cosas, fueron elementos claves para borrar, oscurecer,
hacer desaparecer la verdad de los hechos, “el secreto” y “la clandestinidad”.
Por todo ello, es que las investigaciones judiciales sobre los
hechos delictivos de la época, encuentran limites y dificultades innegables. Así, las
declaraciones testimoniales y los indicios reunidos durante toda la instrucción -y habiendo
trascurrido mas de treinta y cuatro años-, adquieren mucho mayor valor probatorio que en
USO OFICIAL
un proceso penal con las características que lo distingue.
Otro elemento a tener en cuenta, es el paso del tiempo, lo que
se traduce en una verdad inquebrantable que atenta contra cualquier investigación de todo
hecho delictivo y ello hace que se patentice aun más en procesos como el presente que no
obstante el transcurrir de los años no es óbice para que en un Estado de derecho fortalecido
avance en busca de la verdad, razón de paz, para una sociedad superadora.En la causa, “Velásquez Rodríguez” de fecha 29 de julio de
1988, parrs. 130 y 131, la Corte Interamericana de Derecho Humanos, sentó un criterio de
valoración de los hechos en procesos se similares características a de autos, afirmando que,
“…la practica de los tribunales internacionales e internos demuestra que la prueba directa ,
ya sea testimonial o documental, no es la única que puede legítimamente considerarse para
fundar la sentencia. La prueba circunstancia, los indicios y las presunciones, pueden
utilizarse, siempre que se ellos pueda inferirse conclusiones consistentes sobre los
hechos…la prueba indiciaria o presuntiva resulta de especial importancia cuando se trata de
denuncias sobre la desaparición, ya que esta forma de represión se caracteriza por procurar
la supresión de todo elemento que permita comprobar el secuestro, el paradero y la suerte
de las víctimas”.Debe analizarse, frente al hecho traído a conocimiento, el
contexto histórico en que se produjo el mismo, y que se remonta a circunstancias
precedentes al golpe de estado ocurrido el 24 de marzo de 1976.Ahora bien, antes de pronunciarme sobre la instrucción de la
presente causa, se hace necesario destacar algunos de los hechos relevantes de quien en
vida fue Enrique Angel Angelelli como una cabal comprensión de lo que constituyó su
misión pastoral como Obispo, y como se contrapuso al régimen militar tecno-autoritario.-
75
Semblanza de quien en vida fuera Enrique Angelelli. Enrique
Ángel Angelelli (ordenado sacerdote en Roma en 1949, Consagrado Obispo de Lista en
1961, luego Obispo Auxiliar del Arzobispado de Córdoba y desde 1968 obispo Diocesano
de La Rioja) nació el 17 de julio de 1923, en Córdoba hijo de Juan Angelelli y Celina
Carletti, inmigrantes italianos. A los quince años en 1938 ingreso al seminario
metropolitano de Córdoba, en la calle Vélez Sarsfield 554 con destino a ser sacerdote. De
su paso por allí recuerda Héctor Bertaina, condiscípulo y amigo hasta el ultimo díaEnrique era un gran compañero, de un carácter magnifico, servicial….Un muchacho
piadoso, serio en las cosas serias. En lo jovial nadie le ganaba. Era un tipo fuera de serie…”
En el Seminario Mayor recuerda el P. Martín Gómez: “ Un seminarista piadoso… con tal
cúmulo de cualidades tan simples, tan sencillas, que hacían de el una persona equilibrada,
bondadosa, capaz, que se distinguía naturalmente entre los demás, sin ninguna especie de
remarque forzado. Era sumamente apreciado por todos. A los 26 años recibió la ordenación
sacerdotal el nueve de octubre del 1949, en 1950 continuo sus estudios en la Pontificia
Universidad Gregoriana de Roma hasta obtener la licenciatura en derecho canónico al año
siguiente. De regreso al país comenzó su labor pastoral como vicario cooperador en la
parroquia San José del barrio Alto Alberdi en la ciudad de Córdoba y capellán del hospital
de clínicas. En 1952 fue designado asesor de la JOC Juventud Obrera católica. En esa
época como asesor de la JOC decía: “El hombre no puede ser un descarnado, lo religioso
no puede hacer perder de vista las necesidades mas elementales de los seres humanos,
menos de los pobres, sino que por el contrario, la religión debe servir para que el hombre se
dignifique totalmente, humana y espiritualmente…Los pueblos de América latina sufren
hambre, muchos no tienen ocupación, vivienda, educación, etc., por lo tanto la Iglesia debe
asumir un papel protagónico en América latina, y la juventud trabajadora y la clase
trabajadora en su conjunto debe ser el motor que mueva para construir una nueva sociedad
en América latina, que sea mas humana, mas solidaria y mas cristiana” (crf. “Vida y
Martirio de Mons. Angelelli”, Luís Miguel Baronetto Ed. Tiempo Latinoamericano, pag
27”).La Costa. El Complejo Caso económico-religioso que relata
Moisés Alvares Lijo: Una casa de religiosas asuncionistas en el norte de la Rioja fue
apedreada e invadida por un núcleo de lugareños que en numero de trescientos procedieron
a destrozar muebles y efectos. Se trasladaron a la residencia de los promotores de la
Cooperativa de Trabajadores Rurales Amingueños (CODETRAL) señores De Marco y
Siffre que también había sido abandonada por seis moradores se incautaron de
documentación, maquinas de escribir, un proyector, un mimeógrafo. Lo insólito es que se
presentaron luego a la sede de la policía local, reconociéndose autores del asalto
constituyéndose detenidos.El Entredicho: el atentado contra la sede religiosa del que se
dio intervención al Juez Dr. Segundo Pelliza resulta menos sorprendente si se lo ubica
dentro del clima de agitación que de tiempo atrás perturba el animo de los católicos
76
Poder Judicial de la Nación
riojanos y que tubo expresión dramática el 13 de junio al celebrarse en una población
vecina la festividad se San Antonio.En esa oportunidad el obispo no pudo presidir la ceremonia
religiosa por que los feligreses presionaron su retiro. El diocesano dispuso luego que
“ningún sacerdote o religioso, ni quien perteneciera a otra jurisdicción eclesiástica hallara
de paso por el lugar podrá celebrar los oficios divinos y ritos consagrados, fuera de los
casos expresamente consignados en el derecho. Declaro incursos en entredicho personal, a
tenor de los cánones 2268 2269, párrafo segundo, con todas las consecuencias establecidas
en el canon a las personas involucradas. La decisión episcopal afecta la zona norte de la
diócesis, en el departamento de Castro Barros, en la región denominada” la Costa”, a una
docena de poblaciones que rodea la costa de la montaña del Velasco. Aunque Mons.
Angelelli dispuso: que lo templos permanecieran abiertos para que el pueblo haga oración,
pida perdón a Dios y ruegue de una manera particular por la conversión de sus hermanos
cristianos, que tan gravemente han ofendido al seño” las capillas de esos pueblos
permanecen cerradas y algunas con custodia policial sin dudad para defender su efectos. El
USO OFICIAL
sacerdote que las atendía desde hace medio siglo el P. Virgilio Ferreira con sede anillaco
esta enfermo y es atendido en la casa de una familia de la localidad. Colocado en medio de
la facciones en pugnas por las dos respetado pero infructuosas han sido por ahora sus
esfuerzos por avenirlas.
La prensa en pugna. En el plano socioeconómico, el asunto en
litigio es una cooperativa de trabajo en formación que el obispo auspicia para rescatar las
tierras de la sucesión de Azalini, unas cien hectáreas que desde hace mucho permanecen
solo parcialmente cultivadas. El sector opuesto no se opone a su expropiación. Un sector
más radicalizado sustenta la adjudicación a los campesinos en parcelas otros se inclina por
la tesis del obispo y quieren esta adjudicación para CODETRAL; dos concepciones una que
propicia la propiedad individual y la otra la propiedad social. La prensa también se divide
“El Independiente” dirigido por Alipio Paoletti defiende las actitudes del obispo, en tanto el
diario el “El Sol”, asume una actitud abiertamente opuesta Monseñor Angelelli.Lo señalado fue plasmado por diversos medios de
comunicación, y entre otros, se señala:
““El Director de “El Independiente” (*)
Alipio E. Paoletti, director del diario “El Independiente”, de La Rioja, nos
dice: -Aquí no hay ningún problema religioso. Es político y, sobre todo,
económico. Combaten al Obispo los que tienen intereses que defender,
los que pagan ochocientos pesos en vez de los cuatro mil que exige la
Ley. Con la CODETRAL desaparecen todos los problemas. Mire: este
diario mismo es una cooperativa. Es un buen sistema de trabajo. El
Director de “El Sol” El director de “El Sol”, Tomás N. Alvarez Saavedra
es un hombre joven, apasionado, como su contrincante Paoletti, en la
polémica que rueda de las redacciones a las aulas y de las sacristías a los
hogares. -Es muy seria la infiltración marxista en La Rioja. Y lo que es
77
más grave, ha penetrado en el clero. Mejor dicho, en el que últimamente
se incardinó en nuestra diócesis. Se refleja en las homilías y hasta en la
liturgia. So pretexto de promoción social -en la que, después de todo,
como cristianos estamos todos- se busca la lucha de clases en la
denigración
de
los
esfuerzos
constructivos.
Si
los
sacerdotes
tercermundistas no cesan en su labor disociadora, las tradiciones riojanas
y la paz social han de sufrir grave daño. ((*) Los textos que se transcriben
a continuación aparecieron como recuadro del artículo de la revista
Esquiú Color, Bs. As., 12 de agosto de 1973, página 17)” [“Reportajes a
Mons. Angelleli” - 2° edición 2010 Córdoba, Argentina. Ediciones
Tiempo Latinoamericano. Revisión y corrección: Carlos Asselborn, Luis
Baronetto, y Emilio Ana, pags. 91].-
Pero esta opiniones disímiles entre dos líneas editoriales, no
se agotaba en el mero intercambio dialéctico. En los hechos se intentaba el “silenciamiento”
de la iglesia, tal como da cuenta el reportaje realizado a Monseñor Angelelli, que se
transcribe:
““Vayan, construyan y sean felices” Para muchos riojanos, la figura del
monseñor Enrique Angelelli representó algo más que la máxima
investidura de la Iglesia provincial. Acusado sucesivamente de marxista,
guerrillero, propagandista del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer
Mundo y uno de sus inspiradores, monseñor Angelelli sufrió no pocas
proscripciones. La más reciente consistió en prohibirle transmitir, por
LV14 (radiodifusora de la ciudad de La Rioja), sus sermones
domingueros. La medida no explicó los motivos del silenciamiento
pastoral. De nada sirvió que los feligreses de la provincia reunieran
alrededor de 9 mil firmas en un extenso petitorio a los poderes públicos:
durante casi un año, la medida se mantuvo firme, sin modificaciones. La
semana pasada, un redactor de Siete Días estuvo presente cuando se le
comunicó que podía disponer nuevamente de los micrófonos de la radio
oficial para transmitir sus sermones. Los considerandos de la resolución
provocaron, en el activo pastor, lágrimas de emoción “Se trata -decía- de
devolverle al pueblo el derecho a escuchar la voz de su sacerdote, un
derecho que jamás tendría que haber perdido”. Poco después de leer esa
clara reivindicación, la máxima autoridad de la Iglesia riojana se avino a
dialogar con el enviado de Siete Días. Esta es la síntesis del reportaje: ¿Cómo ve usted el proceso que se abre a partir del día 25 de mayo? -Lo
veo con mucha esperanza, más allá de los criterios partidistas. Es que
ahora el pueblo ha hecho una opción clara: ser protagonista, actor de su
propio destino. Ha rechazado categóricamente a quienes no lo han sabido
interpretar y acompañó con su voto a un movimiento que lo tiene como
integrante activo dentro de él. Nadie puede decir que nuestro pueblo no
ha participado de las opciones anteriores por no comprenderlas, al
contrario. Yo pienso que aquí, en el Norte, no se necesitan hacer
78
Poder Judicial de la Nación
discursos. Pero hay algo que no ofrece dudas: nuestro pueblo está
dispuesto a participar dentro de este proceso con una actitud crítica,
vigilante, para que nadie se atreva a manosear su propio proceso de
liberación. Y dentro de esa actitud hay dos sectores de la población
riojana que están dispuestos a erigirse en testigos activos: la juventud y
los marginados. -¿Y cómo se inserta dentro de este proceso los jóvenes y
los marginados? Yo creo que la juventud sabe muy bien lo que no quiere.
Y sabe que necesita cambios. Claro que también hay muchos jóvenes que
acostumbran hacer revoluciones en los cafés, que hablan constantemente
de liberación. Sólo de la boca para afuera. Hay muchos, diría una
multitud de jóvenes, que hacen de la revolución un puro bla-bla. Y usan
al pueblo y lo traicionan. Por eso mismo hay que acercarse a los
marginados, a los que yo denomino los sin voz. Este es el momento de
vehiculizar la participación de los jóvenes y los marginados en el
gobierno. -¿Cuál es su opinión, como obispo, de la actitud que debe
asumir la Iglesia ante este proceso político? - Pienso que la Iglesia debe
USO OFICIAL
estar comprometida dentro del proceso de liberación. Pero eso es tan
difícil como la liberación misma. Yo pienso que es a través de sus
sectores progresistas donde debe ir insuflando -como simple participanteun contenido liberador. Pienso también que el rol de la Iglesia es
fundamental; no tiene que marginarse sino estar junto al pueblo. En este
aspecto hay que ser realista: a nosotros, como cristianos, nos debe doler
cuando vemos que la Iglesia no es lo suficientemente lúcida en los
procesos históricos y no asume ante ellos el rol de servidora del
Evangelio. Y eso depende de nosotros, los hombres que integramos la
Iglesia, porque a esta altura de la vida nadie puede poner en duda la
veracidad de la doctrina. Pienso que no somos lo suficientemente lúcidos
para descubrir, en profundidad, el rol que debemos tener como Iglesia. ¿Cuál sería ese rol? -No es cuestión de dar una receta. Por de pronto tiene
que partir de sentirnos pueblo y caminar junto al pueblo. Tenemos que
liberarnos, decimos. ¿Pero cuál es la liberación? ¿Cuáles son las
exigencias de la liberación? Yo estoy convencido de que nuestro rol es
contribuir a liberar, ayudar a descubrir todas las exigencias y la
profundidad que tiene que tener la verdadera liberación. -¿Qué es
liberarse? ¿Y liberarse de qué? -Liberarse es dejar de añadir parches
externos a la realidad opresora. En esa liberación hay que buscar al
Hombre Nuevo, a la Sociedad Nueva. También crear un Pueblo Nuevo.
Tenemos que parir al Hombre Nuevo. Y lo tenemos que hacer nacer a
partir de un profundo respeto al ser nacional. -Usted está marcando líneas
filosóficas. Pero lo cierto es que, a partir del 25 de mayo, los problemas
riojanos no desaparecerán mágicamente. Concretamente, ¿cómo se
solucionan? -Es una pregunta concreta y difícil de contestar. Yo diría, en
principio, que los hombres que han asumido la responsabilidad de la
79
conducción del gobierno provincial tienen buenas intenciones. Pero creo
que tienen que estar verdaderamente convencidos de que el cambio y la
liberación no deben ser aspirinas. Se deben buscar soluciones profundas.
Creo también que muchos de los problemas de La Rioja no podrán ser
solucionados a escala y en esferas de la provincia. Porque no hay dudas
que esos problemas escapan al marco de lo regional. Creo que las
soluciones tampoco se deben esperar desde afuera y desde arriba. La
verdad es que tiene que tener presente que estamos ante un clima
nacional, que trasciende lo puramente regional. -¿Necesita La Rioja una
reforma agraria? -Por supuesto. Hay que romper las injusticias que se
asientan en la posesión de la tierra”. (Revista Siete Días 1973, primera
semana de junio)” [“Reportajes a Mons. Angelleli” - 2° edición 2010
Córdoba, Argentina. Ediciones Tiempo Latinoamericano - Revisión y
corrección: Carlos Asselborn, Luis Baronetto, y Emilio Ana, pags. 91 –
125/129]).-
Como se observa, la vida y actitud de Monseñor Angelelli no
se agotaba en lo meramente discursivo, se extendía a lo práctico, al hacer, al llevar a la
práctica su actitud de servidor, en particular para con los más humildes, los pobres, los
marginados de la sociedad, los avasallados en sus derechos, y como lo expresara Ricardo
Mercado Luna:
“Cabe aclarar, por si fuera necesario, que ningún sacerdote podía ignorar
que los Obispos de Argentina, en mayo de 1976, habían fijado para todo el
país como un principio irrefutable, que en La Rioja bajo la situación
padecida fue constantemente avasallado: “…el bien común y los derechos
humanos son permanentes y valen en todo tiempo-espacio concreto, sin
ninguna emergencia, por aguda que sea, autorice a ignorarlos…”. Lástima
grande que ese ímpetu de mayo del 76 no haya perdurado. Una posición
firme de la Iglesia hubiera evitado muchas desapariciones, muchas torturas,
mucho dolor. Le excesiva cautela de las altas autoridades eclesiásticas las
llevó repetidamente al terreno del pecado de omisión. No hizo lo
suficiente”. (“ENRIQUE ANGELELLI Obispo de La Rioja Aportes para
un Historia de Fe, Compromiso y Martirio”, pag. 76, 2° edición, Laser
impresiones, La Rioja, 2006).-
Luis O. Liberti (svd) en su tesis doctoral “MONS. ENRIQUE
ANGELELLI, Pastor que evangeliza promoviendo integralmente al hombre” nos lleva a un
conocimiento profundo de la vida y obra de Monseñor Enrique Angelelli, describe el
contexto socio-económico de la época en que este desarrolló su actividad pastoral. De la
obra señalada -y a modo ejemplificativo- de las vivencias de Monseñor Angelelli, me
permito transcribir los siguientes párrafos:
“Algunos
servicios
de
Mons.
Enrique
Angelelli, Obispo Auxiliar de Córdoba, entre 1960 y 1968. En torno a estos
años conciliares, en la Iglesia toda y también en el Seminario Mayor de
80
Poder Judicial de la Nación
Córdoba resonaban los ecos de la nueva reflexión teológica y pastoral iniciada
unos años atrás.”112 Allí había llegado, entre 1961 y 1962, un grupo de
sacerdotes estudiantes en Europa, imbuidos de los primeros cambios que
luego serían asumidos por el Concilio Vaticano II. Del viejo continente
regresaron, “con sus licenciaturas en teología o filosofía, los sacerdotes José
Gaido, de la Universidad de Insbruck, Nelson Della Ferrera, José Nasser, Erio
Vaudagna y el padre Rivarola, de Roma y José Viscovich, de Lovaina. Todos
coincidieron en el plantel docente del Seminario Mayor, donde ejercía como
rector el padre Cándido Rubiolo”.113 Particularmente en 1962, los
seminaristas comenzaron a solicitar algunos cambios, tanto en lo disciplinar
como en los programas de estudios, a fin de adecuarse a la apertura que la
misma Iglesia manifestaba hacia la sociedad. La situación no dejó de provocar
conflictos internos con los superiores del Seminario, reticentes para aceptar las
modificaciones, que culminaron, a fines del año indicado, con la renuncia del
rector. El Arzobispo lo reemplazó con una persona de su cercana confianza,
nombrando como rector del Seminario a su Obispo Auxiliar.114 La medida
USO OFICIAL
era inusual, al respecto escribió Angelelli: “Consulté al Sr. Nuncio, quien me
dijo: 'no veo la necesidad de que lo saque de la Curia para mandarlo al
Seminario; si insiste, acepte, pero por poco tiempo, porque su lugar es hacer
de Auxiliar y no de Rector'“.”115 Con el nuevo rector fueron designados otros
superiores y profesores; algunos pertenecían a los que habían realizado sus
estudios en Europa y eran portadores de las reflexiones que se debatían
entonces. Acerca de los cambios y transformaciones habidas en el Seminario y
de sus propios sentimientos, escribe nuestro obispo: 112 Cf. (entre otros)
GARCÍA ANDRADE C., “El contexto de la 'Nouvelle theologie'. El espíritu
del Concilio”, Anatellei 10 (2003)5-19. 113 KOVACIC F., Así en la Tierra,
29. 114 Boletín Oficial del Arzobispado de Córdoba s/n (Marzo-Abril 1963)
79. En el mismo acto se designa Vicerrector del Seminario Mayor al Pbro.
Nelson Carlos Dellaferrera, propuesto para ejercer dicho cargo por el flamante
rector. Cf. IBIDEM. 115 ANGELELLI E., Pro-Memoria de la situación
imperante en la Arquidiócesis de Córdoba, para Mons. Angelo Dell'Acqua de
la Secretaria de Estado del Vaticano, Roma, 30 de octubre de 1964,3. Según
se consigna en el escrito, éste fue solicitado por el destinatario en la entrevista
que ambos mantuvieron el Roma el 22 de octubre de 1964. Cf. Introducción.
“Con la colaboración de los superiores, quienes me acompañaron con
verdadero espíritu sacerdotal, debo afirmarlo claramente, con dedicación y
fidelidad a la Iglesia, y con la ayuda del Señor y de María, se pudo crear en el
Seminario un clima de familia, crear en los seminaristas conciencia de su
responsabilidad; encauzar las inquietudes sanas y legítimas de los
seminaristas; tomar conciencia de la vocación sacerdotal y las exigencias de
la vida pastoral. Indudablemente, debí introducir algunas modificaciones
tanto en lo disciplinar como en lo intelectual, pastoral y espiritual. Se logró
un verdadero equipo de superiores que, en la búsqueda de criterios,
81
conformes a las directivas de la Sede Apostólica, a las Normas del Sr.
Arzobispo y a la realidad de las exigencias pastorales, pudiésemos dar a la
Arquidiócesis verdaderos sacerdotes, pastores del Pueblo de Dios. (...) Pero
debo también manifestar que interiormente me sentí tironeado por distintas
responsabilidades: Auxiliar-Vicario General y Rector del Seminario. Además,
en la medida de mis posibilidades, sin desatender al seminario, seguir
dialogando con el clero, tratando de ser el puente y lazo de unión con el Sr.
Arzobispo; a la vez, solucionar algunos problemas de la diócesis, evitándole
mayores preocupaciones”.116. Al hacerse cargo del Seminario, nuestro
obispo, el 16 de marzo de 1963, presentó su renuncia al cargo de Arcedeano
del Venerable Cabildo Metropolitano; no sin lamentar tal decisión, el
Arzobispo la aceptó el 21 de junio del mismo año.117 También entre fines de
septiembre y principios diciembre de 1963, Mons. Enrique Angelelli quedó a
cargo del gobierno de la Arquidiócesis, ya que Mons. Ramón Castellano
asistía en este período a la segunda sesión del Concilio Vaticano II. En esos
meses, nuestro obispo divulga, entre otros actos,118 una Exhortación Pastoral
denominada “Frente a la Actual Situación”,”119 la que era concurrente al
cambio de autoridades constitucionales efectuado en ese año. 116 IBIDEM. 117 Cf.
CASTELLANO R., Carta a Mons. Enrique Angelelli, Córdoba, 21 de julio de 1963. 118 Cf. ANGELELLI
E., Homilía en la Celebración de la Virgen del Rosario, Patrona de Córdoba, sin más datos.119 Cf.
ANGELELLI E., “Exhortación Pastoral: Frente a la Actual Situación”, en Boletín Oficial del Arzobispado
de Córdoba s/n (Noviembre-Diciembre 1963) 124-126.”
.-
Recupera Liberti para el conocimiento cabal del perfil
profundamente humanista de Monseñor Angelelli la Carta Pastoral de Cuaresma del año
1976, y en ella expresa el Obispo:
“[…] HERMANOS: Los invito a que hagamos un alto en nuestra
vida diaria; a modo de reflexión y evaluación personal y comunitaria
escuchemos
la
Palabra
del
Señor,
para
poder
“discernir”
evangélicamente esta hora grave que vivimos. Pensemos: Cómo se
mata la VIDA... CUANDO el ‘guerrillero’ nos sorprende con su cuota
de muerte.. Cuando las fuerzas ‘custodias del orden’ nos sorprenden
también con su cuota de muertes... Cuando ‘otras fuerzas ocultas’
también nos sorprenden a diario con su cuota de muertes... Cuando se
mata al niño antes de nacer... Cuando mueren los niños por falta de
pan y de medicamentos... Cuando se ‘roba’ el ‘pan’ de los hogares y se
‘ vacía’ de ‘bienes’, al país... Cuando no hacemos crecer la vida en
nuestro pueblo por falta de una adecuada educación... Cuando
dividirnos y sembramos la cizaña de la discordia y del odio entre los
conciudadanos... Cuando por la ‘infidelidad’ destruirnos los hogares...
Cuando ‘vaciamos’ de vida a nuestra Patria... Cuando matamos la
alegría, la esperanza y el coraje por vivir... Cuando nos enriquecemos
con ‘la sangre’ del pobre, del débil, del ‘sin voz’... Cuando mentimos,
82
Poder Judicial de la Nación
delatamos y ‘abusamos’ de diversas formas del prójimo...Cuando
profanamos el ‘templo de Dios’ que es el hombre con torturas físicas,
morales y sicológicas... Cuando somos ‘infieles’ a nuestros
compromisos asumidos; irresponsables en nuestro trabajo y hacemos
de la ‘coima’ un estilo de vida... Cuando le negamos a Dios el lugar
que tiene en la vida de cada persona y en la comunidad de los
hombres... Cuando obstaculizamos la misión evangelizadora de la
Iglesia, de ayudarle al hombre a ser más hombre, injertándolo en la
misma vida de Dios... Cuando ‘usamos’ hasta la misma ‘defensa de la
fe católica’ para lograr ‘otros fines’... Cuando buscamos la 'felicidad'
sólo y principalmente en el 'tener más'... Cuando hacemos 'pingües'
negociados con la pornografía, la droga, la 'trata de blanca'... etc.,
matando la inocencia de nuestros niños, frustrando los ideales sanos y
generosos de nuestra juventud y destruyendo los hogares... Cuando no
administramos bien la 'justicia' y la 'cosa pública'... Cuando no somos
USO OFICIAL
justos; solidarios; 'limpios de corazón'; celosos en la defensa del recto
uso de la libertad...; Cuando nos corrompemos como 'dirigentes' con la
secuela de sufrimientos para nuestro pueblo... Cuando buscamos en el
'secuestro' y en la 'violencia sangrienta', la solución a los grandes
problemas que tenemos... Cuando buscamos construir la paz y el
'orden' con el solo hecho de 'no matar físicamente'... Dios es el Dueño
de la Vida. Nosotros somos administradores de ella. Al final de
nuestros días seremos juzgados como la hemos administrado. Es bueno
pensarlo ahora”.207. También la “vida” de la Iglesia riojana y en particular
la de Mons. Angelelli y la de sus colaboradores más inmediatos (presbíteros,
religiosas y laicos) transcurría entre las zozobras y los agravios, las
confusiones y las intimidaciones, las amenazas y la muerte, la cárcel y las
torturas..., que se iban posesionando en el país, y por ende en las diversas
Iglesias locales. En La Rioja, hubo un persistente amedrentamiento, fruto
entre otros motivos de las calumnias malintencionadas y de los silencios
indiferentes y culposos, o de la irresolución de ciertas situaciones que se
dejaron a merced del fluir de las circunstancias.208. La voz de nuestro pastor
nuevamente se levanta ante las calumnias y los obstáculos que se difunden,
entorpeciendo la acción evangelizadora de la Iglesia.
207 ANGELELLI E., Carta
Pastoral de Cuaresma 1976, La Rioja, 3 de marzo de 1976, 1-2. Los destacados pertenecen al texto. Con
respecto a la situación del país, Cf. (entre otras): ANGELELLI E., Mensaje de Año Nuevo a la Diócesis, La
Rioja, 1 de enero de 1975,2-3; IDEM, Mensaje en torno a la Cuaresma (1975). 2, sin más datos; IDEM,
Mensaje de Pascua, La Rioja, 30 de marzo de 1975,1; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 22 de junio de 1975,2;
IDEM, Misa Radial, La Rioja, 20 de julio de 1975,1; IDEM, Misa Radial, Las Padercitas, del 17deagostode
1975,2; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 24 de agosto de 1975,2; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 30 de agosto
de 1975,2; IDEM, Misa Radial, Adviento, La Rioja, 30 de noviembre de 1975,1-2; IDEM, Mensaje del Año
Nuevo, La Rioja, enero de 1976,3; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 8 de febrero de 1976,2; IDEM, Misa
Radial, La Rioja, 22 de febrero de 1976, 1; IDEM, Orientaciones Pastorales para toda la Diócesis, La Rioja,
3 de marzo de 1976,1; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 4 de abril de 1976,1; IDEM Mensaje en la Fiesta de
83
San Nicolás, La Rioja, 4 de julio de 1976, 3; IDEM, Carta a las Comunidades Parroquiales, La Rioja,
18dejuliode 1976,2-3. 208 Por ejemplo: la actitud de hostilidad y difamación persistente practicada por
algunas publicaciones de La Rioja y de otras ciudades, que no merecieron alguna contestación o respuesta
“oficial” u “oficiosamente” por la CEA; la irresolución ante la situación del párroco de Anillaco, sólo
“cambiado” debido a su fallecimiento; el incumplimiento de los requerimientos que prometiera el Santo
Padre, hacia los opositores de nuestro obispo, (Cf. ANGELELLI E., Carta al Arzobispo de Santa Fe, Mons.
Vicente Zazpe, La Rioja, 27 de abril de 1976, 1); etcétera.
En una de las homilías explica las
consecuencias que se pretenden alcanzar con este accionar, señalando que se
busca la división, la fragmentación de la Iglesia y del pueblo; además, la
presentación de diversos y divergentes modelos eclesiales provoca la
desconfianza y el distanciamiento entre una y otro: “Hermanos: Escuchen: en
esta confusión y desorientación que vivimos, se busca abierta o
solapadamente dividirnos, esta división se la intenta especialmente en la
Iglesia, entre cristianos. Con distintos nombres y procedimientos aun
valiéndose de buscar defender la fe católica. Se busca separar a la Iglesia de
su pueblo confundiéndolo y haciéndole perder la confianza en la Madre
Iglesia; se busca dividir y separar a los pastores, llámense obispos o
sacerdotes de sus comunidades; se busca dividir a los sacerdotes entre sí con
la amenaza, el desprestigio o el halago, haciéndolos aparecer a unos fieles y
a otros infieles; se busca dividir a las diócesis argentinas; se busca
contraponer a la Iglesia de Pío XII con la de Juan XXIII y Pablo VI; se busca
hacer aparecer a la diócesis de La Rioja separada de las otras diócesis
argentinas; se busca desconocer su condición de católicas a las Diócesis
argentinas; se busca desconocer su condición de católica a la Diócesis de La
Rioja; se busca obstaculizar la misión divina de la Iglesia junto a su pueblo
en la catequesis y en la Evangelización; se busca controlarla para que el
Evangelio no llegue a su pueblo, se busca suprimir toda militancia cristiana y
apostólica en su laicado; se busca contraponer a los hijos de esta noble tierra
riojana con los que no han nacido en ella. Hermanos: no busco dramatizar ni
crear desorientación, simplemente les debo alertar para que la fe de ustedes
no sufra detrimento. No se alarmen, el Señor cuida de su pueblo, El es celoso
de su pueblo”.209
209 ANGELELLI E., Misa Radial, La Rioja, 1 de marzo de 1976, 2. En otros
momentos vuelve sobre las calumnias y obstáculos, Cf. (entre otras): IDEM, Misa Radial, La Rioja, 25 de
enero de 1975,2; IDEM, Misa Radial, Adviento, La Rioja, 30 de noviembre de 1975,2; IDEM, Misa Radial,
La Rioja, 15 de febrero de 1976,2; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 22 de febrero de 1976,2; IDEM, Carta
Pastoral de Cuaresma 1976, La Rioja, 3 de marzo de 1976,2; IDEM, Carta al Arzobispo de Santa Fe, Mons.
Vicente Zazpe, La Rioja, 27 de abril de 1976, 1; IDEM, Carta al Cardenal Eduardo Pironio, La Rioja, 30 de
abril de 1976, 1; IDEM, Intervención en la Asamblea del Episcopado, del 10 de mayo de 1976, sin más
datos; IDEM, Carta a las Comunidades Parroquiales, La Rioja, 18 de julio de 1976,1-2..Algunas
de las
situaciones más conflictivas de esta fragmentación las reseña el mismo obispo
ante sus pares en la Asamblea Episcopal de la CEA en mayo de 1976; es una
reseña de 37 “estaciones” del “calvario riojano”, a partir de la instalación del
gobierno de facto de marzo de 1976.210 Sin ánimo de ser exhaustivos de ésta
relevamos: la intromisión del Jefe de la Base Aérea de Chamical durante una
Misa presidida por el obispo en esa localidad; las detenciones de varios
sacerdotes;211 el allanamiento y la clausura de una casa parroquial;212 la
84
Poder Judicial de la Nación
detención del Vicario General de la diócesis y de dos seminaristas;213 las
demoras y las detenciones de religiosas214 y de sacerdotes; la prohibición
para celebrar la Misa en la cárcel al obispo y todo el presbiterio riojano (el
único “autorizado” era el Capellán Militar, P. Mario Pelanda López);215 la
prohibición de irradiar la Misa desde la Catedral, pero sí la celebrada por el
Capellán Militar desde el Regimiento 141 de La Rioja; la requisa de equipajes
y documentos a los participantes de los ejercicios espirituales, la requisa al
obispo en el Señor de la Peña, las suspensiones (debido al miedo que se ha
infundido) de la segunda etapa de la Visita Misionera de San Nicolás, del
encuentro diocesano de Catequesis, de los jóvenes, de los cursos del C.E.R.C.;
la detención de laicos y los interrogatorios coercitivos e intimidatorios por el
contacto con la Iglesia, 216 las cesantías y despidos de personas vinculadas a
la Iglesia; 217 las humillaciones inflingidas para visitar a los presos; etcétera.
Anteriormente a la Asamblea de la CEA, el Vicario General se dirige a
nuestro obispo,218 sugiriendo que luego de las actuaciones solicitadas y a la
luz del informe pertinente: “... que viaje a Buenos Aires para entrevistar al
USO OFICIAL
Señor Nuncio Apostólico, al Señor Presidente de la C.E.A., y a toda aquella
otra autoridad que fuere necesario, a los efectos de clarificar la actual situación
por la que atraviesa nuestra Diócesis. Motivan esta sugerencia, entre otros, los
elementos de juicio que detallo a continuación: Conversaciones mantenidas
con los Vicarios Episcopales y con sacerdotes de distintos Decanatos,
concluyeron en que estos episodios presentes son la resultante de una
orquestada y larga campaña de desprestigio y calumnia hacia su persona de
Obispo en particular y de la Diócesis en general. Esta apreciación ha venido
clarificándose en cada uno de los acontecimientos que hemos vivido desde
1970 y que en su oportunidad fuimos puntualizando. Conversaciones
mantenidas con Gobiernos anteriores y con el actual, denotan una falta de
fundamentación en el juicio que se tiene sobre la Iglesia en La Rioja, y una
información malintencionada y a veces diabólica, proveniente de ciertos
sectores... los de siempre y que son del dominio público. La reciente visita a
Chamical dio la pauta de un clima de tensión y de persecución, principalmente
a raíz de los sucesos ocurridos en estos días, que frena la labor pastoral, la
coarta y la condiciona.
210 Cf. ANGELELLI E., Intervención en la Asamblea del Episcopado, del
10 de mayo de 1976, sin más datos. 211 Cf. ANGELELLI E., Carta al Arzobispo de Santa Fe, Mons.
Vicente Zazpe, La Rioja, 27 de abril de 1976, 1;INESTALE., Carta e Informe a Mons. Enrique Angelelli,
La Rioja, 3 de abril de 1976. Protocolo 005/76. 212 CF. IBIDEM. 213 Cf. ANGELELLI E., Misa Radial,
La Rioja, 15 de febrero de 1976,2; IDEM, Misa Radial, La Rioja, 22 de febrero de 1976,2; IDEM, Misa
Radial, La Rioja, 1 de marzo de 1976,2. 214 Cf. HERMANAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA
INMACULADA CONCEPCIÓN DE CASTRES -AZULES-, PROVINCIA CRUZ DEL SUR, Carta de la
Hna. Provincial Carmen Caride a Mons. Enrique Angelelli, La Rioja, 18 de junio de 1976. 215 Cf.
ANGELELLI E., Carta al Jefe del Batallón de Ing. Const. 141 Coronel Don Héctor Osvaldo Pérez
Battaglia, La Rioja, 12 de febrero de 1976. 216 Cf. MERCADO LUNA R., Enrique Angelelli, Obispo de La
Rioja, 81-95. El cual transcribe “Los Derechos Humanos en el marco de la Diócesis Riojana”, del Informe
de la Comisión Provincial de Derechos Humanos. 217 “Algunas de las personas cesanteadas, cuando
recurrieron a pedir explicaciones por las medidas tomadas, o a solicitar ser reincorporadas, no faltaban las
preguntas: '¿A qué Iglesia va Ud.? ... ¿Con qué curas se relaciona? ... ¿Participa usted de las reuniones de la
Parroquia X'?'“. PRESBITERIO RIOJANO, Carta a los Sres. Obispos, La Rioja, 17 de junio de 1976, 2. Cf.
85
ANGELELLI E., Carta al Arzobispo de Santa Fe, Mons. Vicente Zazpe, La Rioja, 27 de abril de 1976,1.
218 Informando de algunas situaciones (detenciones de religiosas y sacerdotes, interrogatorios a sacerdotes
en la sede de la Base Aérea de Chamical, clausura de la casa parroquial de Olta, etc.), en el Decanato de Los
Llanos, a principios de abril de 1976.
Por esas razones estimo necesario su viaje a
Buenos Aires, a fin de poder continuar trabajando pastoralmente en esta
Iglesia, y colaborar desde nuestra misión religiosa en el actual proceso
de la Patria”.219 También el Consejo Presbiterial Riojano envía una
carta a Mons. Zazpe, posesionándolo de la situación diocesana,220 y
otra similar (aunque más detallada) es remitida por el Presbiterio
Riojano a todos los obispos de la CEA.221 Los sacerdotes manifiestan,
al final de su pormenorizada misiva: “... porque nos sentimos Iglesia,
porque nuestro Obispo es miembro del Colegio Episcopal, porque una
es la fe y una la misión, apelamos a los sucesores de los Apóstoles con
el amor que Cristo nos dejó para que fuéramos signo de su presencia y
así, los demás crean que somos una sola Iglesia”.222 Nuestro obispo,
asimismo (anteriormente a la Asamblea de la CEA, de mayo de 1976),
se comunica epistolarmente con Mons. Zazpe.223 En un tono coloquial
y de sinceramiento, luego de subrayar algunas de las situaciones que
padecen los sacerdotes, las religiosas, los laicos y él mismo en el
ejercicio del ministerio episcopal en la diócesis, expresa: “Esta vez no
se nos podrá decir que no informamos ni que no nos entrevistamos
con
personas
eclesiásticas
y
militares
que
tienen
mucha
responsabilidad. Por cierto que no somos los únicos; que por todas
partes sucede lo mismo y que debemos tener paciencia. Pero es hora
que la Iglesia de Cristo en la Argentina debemos discernir a nivel
nacional nuestra misión y no guardar silencio ante hechos graves que
se vienen sucediendo. De todo lo informado se me ha dicho que es
exagerado. Dios quiera que sea así. Los hechos me dicen lo
contrario”.224 Luego de estas consideraciones, y ante la ausencia (en
general) de corresponsabilidad en el episcopado argentino, una vez más
pone a disposición la renuncia a la diócesis riojana: “si esto es la
solución para que no siga La Rioja dando dolores de cabeza, ni a la
Santa Sede, ni al Nuncio ni a mis hermanos obispos. O nos
respaldamos en serio o búsquense otro pastor para esta diócesis.
Creeme que siento mucha paz interior y certeza en la fidelidad a la
FE CATOLICA que profeso y PROCLAMO como OBISPO de esta
diócesis. Parece ridículo tener que afirmar esto, pero a veces se hace
necesario”.225 “Desde la misma noche de ese fatídico 24 de marzo,
cuando las detenciones se trasforman en una marea gigantesca y las
desapariciones y las cesantías multiplican el llanto y la desesperación de
toda la provincia, Angelelli se multiplica, procurando restañar las
86
Poder Judicial de la Nación
heridas abiertas con su palabra, con su gesto, con su vida. Desde este
momento no tiene descanso físico, ni anímico. De su angustia, de su
propio dolor, de sus flaquezas humanas saca fuerza, empeño y
constancia para gestionar, interceder, averiguar... Los demonios del
'Proceso' fueron desatados en La Rioja por los coroneles Osvaldo Pérez
Bataglia y Jorge Pedro Malagamba. La larga lista de los mismos fue
pacientemente conformada por la Comisión Provincial de Derechos
Humanos, en el Tomo I de su informe. Allí figuran no sólo policías
federales y provinciales, militares de diversas armas, guardiacárceles,
personal de gendarmería, personal de la SIDE y 'Coordinación y
Enlace', sino también civiles vocacionales y otros interesados en la
'salvación' de la Iglesia 'verdadera' y en actitud de servicio al auténtico
Dios”. 226
219 INESTAL E., Carta e Informe a Mons. Enrique Angelelli, La Rioja, 3 de abril de
1976. Protocolo 005/76,1. Cf. Adjunto informe solicitado.220 Cf. INESTAL E. Y ORTIZ J., Carta al
Arzobispo de Santa Fe, Mons. Vicente Zazpe, La Rioja, 26 de abril de 1976. 221 Cf. PRESBITERADO
RIOJANO, Carta a los Sres. Obispos, La Rioja, 17 de junio de 1976. Es un pormenorizado detalle de
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diversas situaciones “persecutorias”, afrontadas por la Iglesia local riojana a partir de 1973 a la fecha. Entre
otros temas, pone de relieve las burdas tergiversaciones realizadas por los “Cruzados de la Fe” y el Jefe del
Batallón 141 de La Rioja, en los festejos del 13 de junio de 1976, en honor a San Antonio, de la Parroquia
de Anillaco. Recordemos que el P. Virgilio Ferreyra estaba internado de gravedad en Córdoba. La carta se
fundamenta en el espíritu de la Carta Pastoral de la CEA de mayo de 1976, Cf. CONFERENCIA
EPISCOPAL ARGENTINA, Documentos del Episcopado Argentino 1965-1981,185- 289. 222 IDEM, 4.
223 Cf. ANGELELLI E„ Carta al Arzobispo de Santa Fe, Mons. Vicente Zazpe, La Rioja, 27 de abril de
1976. 224 IDEM, 1. 225 IBIDEM. Los destacados pertenecen al texto. Al finalizar la carta, agrega algunas
sugerencias para ser tratadas en la próxima Asamblea de la CEA, entre otras, señala: “Profundizar la
'colegialidad episcopal' y la unidad sacramental entre nosotros. Debemos dar este testimonio. Lo necesitan
TODAS nuestras comunidades diocesanas”. IDEM, 2. Los destacados pertenecen al texto. 226 MERCADO
LUNA R., Enrique Angelelli, Obispo de La Rioja, 61-62. En una carta dirigida a un Capellán Militar, a
quien presenta su inquietud por un laico riojano encarcelado; además requiere su intercesión ante el Vicario
Castrense (Mons. Tortolo) y el Pro Vicario Castrense (Mons. Bonamín), para que éstos “abran los ojos,
mañana los señalarán como traidores, cómplices o cobardes; que pudieron ayudar a resolver graves
problemas de dolor a hermanos nuestros; a diócesis; a sacerdotes y laicos etc. y... no lo hicieron; por lo
menos como lo deberían haber hecho; más aún, no VIERON qué se está viviendo”. Angelelli E., Carta al P.
Alfonso Roldán, La Rioja, 4 de junio de 1976. Los destacados pertenecen al texto.
A todas las
situaciones relevadas,227 hemos de agregar, en una sucesión de pocos
días, el secuestro y el asesinato de los PP: Gabriel Longeville y Carlos
de Dios Murias ofm conv., secuestrados el 18 de julio y hallados el 20
de julio a unos kilómetros de Chamical, acribillados a balazos, y con
evidentes signos de haber sido torturados con alevosía.228 Como lo
indicamos oportunamente, Mons. Angelelli presidió la misa de entierro
de ambos sacerdotes.22l Por disposición de las autoridades militares, el
comunicado del Obispado informando del suceso no pudo ser difundido
en los diversos medios de comunicación, ni siquiera como aviso
fúnebre.230 A los pocos días, el 25 de julio, asesinan a un laico del
movimiento rural, Wenceslao Pedernera, casado y afincado en
Sañogasta.231 La justicia hasta el momento nunca pudo reconocer a los
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autores de estos alevosos crímenes. Así se iba cerrando la espiral.
Mons. Angelelli luego de participar en Chamical del novenario por los
curas asesinados, de haber relevado diversos informes acerca de este
hecho y de mantener una reunión con el Vicario General y los cuatro
Vicarios Episcopales de la diócesis, emprende el regreso a La Rioja el 4
de agosto de 1976, (…)
227 El 4 de julio habían sido asesinados cuatro miembros de la
Comunidad Palotina, en la Iglesia de San Patricio, en Buenos Aires. 228 Cf. La Civitta M., “Mártires de
tierra adentro, Padre Gabriel Longueville y Padre Carlos de Dios Murias”, Caminos de CAR y CONFER 6
(1996) 29-30; Kovacic E, Así en la Tierra, 131. 229 Cf. utsupra, páginas 309-310. 230 Cf. Ortiz J.,
Secretario General de la Curia Riojana, Comunicado del Secretario General del Obispado de La Rioja por
el fallecimiento de los PP. Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias, La Rioja, 20 de julio de 1976.
Protocolo N° 056/76. 231 Cf. Inestal E., ¿Por qué lo mataron?, en Diario El Independiente, del 23 de julio
de 1988,10; Mecca G, Wenceslao Pedernera, un mártir de tierra adentro, en Diario El Independiente, del 26
de julio de 1987,10; Mecca G., “Wenceslao Pedernera, laico campesino, hombre de pala y pico”, Camino de
CAR y CONFER 6 (1996) 30-31.-”.-
(Resaltado agregado) (LUIS O. LIBERTI svd,
“MONS. ENRIQUE ANGELELLI, Pastor que evangeliza promoviendo
integralmente al hombre” - pag. 408-418 Editorial Guadalupe Año
2005, Buenos Aires).Dentro de este contexto histórico, y ya en el proceso penal,
resulta suficiente remitirse a las declaraciones testimoniales de Severino Miazzi (fs. 179),
Arturo Aído Pinto (fs. 313/314 y ampliatorias), Carlos Julio Guzmán (fs. 398), Esteban
José Inestal (fs.417/419, 1394, 3273-74), Juan Aurelio Ortiz (fs.434 y ampliatorias), Miguel
Esteban Hesayne (fs. 565), Roberto Enrique Juan Queirolo (fs. 690 y ampliatoria), Miguel
Ángel la Civita (fs. 692), Juan Carlos Di Marco (fs. 693), Rafael Sifre (fs. 694), María
Luisa Panizza (fs. 969), Luís Eduardo Javier Ruiz (fs. 1002), Salomón Jatuff (fs. 1227),
Delia Ursula Braida (fs. 1576/1577), Enrri Hardi Praolini (fs. 3864) y Luis Avelino García
(fs. 5475), quienes -entre otros- relatan situaciones, en forma coincidente, sobre la pugna
existente entre diversos sectores de la sociedad riojana; y que se puso de manifiesto en
hechos que fueron públicos, como el sucedido en la “costa riojana” el 13 de junio de 1973,
cuando el Obispo Angelelli fue expulsado de las fiestas patronales de San Antonio en la
localidad de Anillaco por un grupo denominado “Cruzados de la Fe”, quienes habrían
tildado a aquel de “comunista” y que eran “personas no gratas”.La situación antes descripta culminó en la sanción de los
“Entredichados” que da cuenta la documental acompañada a fs. 3816/3838 por el
Obispado de La Rioja. De dicha documental, también se advierten la existencia de grupos
de laicos como “Cruzada Renovadora de Cristiandad”, “Tradición Familia y Propiedad”,
etc., que actuaban en abierta oposición a la actividad pastoral desarrollada por Monseñor
Angelelli.También, ya en aquellos años se desarrollaba una campaña de
publicación de artículos y editoriales claramente dirigidos en contra de Angelelli, tal como
lo señala, entre otros el testigo Luis Avelino García (fs. 5475); sumándose las amenazas, en
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Poder Judicial de la Nación
ocasiones no tan anónimas, como las que señala la testigo María Luisa Panizza (fs. 969)
dirigidas en contra de Angelelli y miembros de la iglesia.Todo ello resultaría parte del prolegómeno del golpe de estado
ocurrido en marzo de 1976, y de la abierta persecución de que fue objeto la Iglesia riojana,
que como un rosario de hechos concatenados, concluiría en el homicidio de Enrique
Angelelli.
Había sucedido el día 18 de julio del año 1976 el atroz
homicidio de los sacerdotes de la localidad de Chamical Carlos De Dios Murias y Gabriel
Longueville; luego, el día 25 de julio de 1976, se produce el homicidio del laico Wenceslao
Pedernera en la localidad de Sañogasta, y como corolario de estos sucesos se produjo el
homicidio del Obispo Enrique Angelelli el día 04 de agosto de 1976.Podría sostenerse que la motivación, como hipótesis común,
de los hechos antes descriptos lo constituía la pugna de intereses entre sectores
terratenientes con los poseedores ancestrales de la tierra, “gente de campo”, trabajadores,
humildes, “dóciles”, asistidos por la actividad pastoral de la Iglesia en la defensa de sus
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derechos.Es en este contexto -que también incluyó el encubrimiento del
homicidio por parte de las autoridades de facto, como se verá más adelante- que deviene en
una tarea dificultosa la reconstrucción del hecho bajo análisis, dado el transcurso del
tiempo; no obstante ello considero que existen elementos suficientes para tener por
acreditada la materialidad del hecho investigado, y que constituye el delito de homicidio
doloso, provocado por accidente automovilístico, de Monseñor Enrique Angelelli, y la
tentativa de homicidio que sufriera el entonces sacerdote Arturo Aído Pinto.El relato que efectúa Arturo Aído Pinto (fs. 313/314 y
ampliatorias) a lo largo de la instrucción de la presente causa -y en distintos años- resulta
relevante en cuanto pone de manifiesto la existencia e intervención de un vehículo de color
Peugeot 404, color blanco, y cuyo conductor provocó intencionalmente el accidente que
concluyera en la muerte del Obispo Enrique Angelelli, al haberse interpuesto en la línea de
marcha, como hipótesis mínima, y que concluyo en el resultado señalado.Puede afirmarse tal circunstancia dada la particularidad del
lugar en que se produjo el hecho, caracterizado como un lugar solitario, poco transitado,
más si se tiene en cuenta que en aquellos años la fluidez del trafico automotor no es la
existente en la actualidad, en una larga recta, sin obstáculos que pudieran actuar como
entorpecedores de la circulación vehicular, y la hora en que se produjo el hecho, que puede
circunscribirse entre las quince horas y quince horas y treinta minutos del día 04 de agosto
de 1976.Indudablemente, sobre Arturo Aído Pinto como único testigo
directo del hecho, podría alguien plantear dudas en cuanto a lo por él manifestado, en
particular cuando sobre el presente hecho circularon y circulan “versiones” que carecen de
sustento alguno -como que quien conducía el vehículo siniestrado no era Angelelli, que
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Angelelli fue ultimado con golpes en la nuca o con disparo de arma de fuego, etc.-, pero
dichas “dudas” se disipan cuando examinadas sus reiteradas declaraciones testimoniales se
observa coherencia y unidad en el relato, no advirtiéndose contradicciones, ni elementos
que hagan presumir que se trata de un testimonio interesado o mendaz.Pero en la presente causa no existe únicamente el testimonio
de Pinto, ya que integrado este con la declaración de diversos testigos, dan credibilidad a
sus afirmaciones.Así, Armando Amirati (fs. 230) indica que Monseñor
Angelelli había tomado unos mates con el dicente y que se sentó al volante del rodado que
conducía. También la testigo Delia Ursula Braida (fs. 1567) señala que el día del hecho
Angelelli había almorzado en Chamical, retirándose de la comunidad aproximadamente a
las 14:00 horas, en la camioneta siniestrada, “conduciendo en la eventualidad Monseñor”
(Angelelli), señalando que el vehículo había sido revisado momentos previos al viaje y que
se encontraba en buenas condiciones de transitabilidad. A fs. 1211 el testigo Luis Eduardo
Maidana, empleado de la Policía de la provincia de La Rioja, quien se encontraba en las
proximidades de la Ruta 38, aproximadamente hacia las 15:00 horas, entre la curva de
salida de Punta de los Llanos y la elevación conocida como “El Bordo”, cuando “pasó
Monseñor Angelelli conduciendo una camioneta Fiat 125 con cúpula” en dirección a La
Rioja. De ello se puede concluir que al salir de la localidad de Chamical, y a muy escasa
distancia de donde se produjera el hecho criminoso, quien conducía el vehículo era
Monseñor Enrique Angelelli. Asimismo, resulta relevante lo que el testigo Maidana señala
en su declaración, cuando manifiesta que cuando concurre al lugar del hecho “llegó
personal policial uniformado y personal de civil que conoce como de Inteligencia del
Ejército, habiendo identificado a quien después supo que se llamaba Juan Carlos Romero,
del numerario de la Policía de la Provincia. Que el nombrado Romero arribo desde La
Rioja, en un grupo estimativo de 3 móviles, hacia las 19:00 hs. apuntando el nombrado a
los presentes con una escopeta Itaka, para que se alejaran del lugar”.Esta presencia de personal de Inteligencia de la policía de la
provincia de La Rioja, en particular del encartado Juan Carlos Romero, a la sazón Jefe de D
2 de dicha fuerza, junto a personas de Inteligencia del Ejército -las que no identifica-, será
gravitante al momento de analizar el encubrimiento policial del hecho, dada la dependencia
directa de la Policía de la provincia de La Rioja de la Jefatura del Area 314 del Ejército.Del Libro de Guardia del “Destacamento Policial Punta de los
Llanos” de Policía de la provincia de La Rioja (secuestrado conforme constancias de fs.
654 y 657 y vta.), se observa a fs. 317, la siguiente novedad: “A horas: 5/00 entró Circular
General. Texto: S.J.P. N° 96.- agole saber que a hs 3/40 del día de la fecha se a hecho
cargo de la Jefatura de Policía, el Mayor Emilio de Césare, asi comunicole que a partir de
esa hs toda la policia de la provincia queda bajo las ordenes del Batallón de Ingeniero
141. Atte. Vicente Herrera. Sub. Jefe de Policía”. Dicha transcripción corresponde al día
24/03/1976.90
Poder Judicial de la Nación
Respecto del personal de inteligencia del Ejercito presente en
el lugar, este surge identificado por los policías de la provincia de La Rioja, Ramón Nicolás
de la Fuente (fs. 208) quien da cuenta de la presencia del “Capitán Maggi”, de ejército y el
comisario Juan Carlos Romero de Inteligencia de la Policía; en tanto Jorge Nicolás Luna
Moreyra (fs. 209), relata que en el lugar se encontraba el encartado Romero y el “Capitán
Maggi”.En el Informe “Destacamento de Inteligencia (ICIA) 141
(Pcia. de Córdoba) y Sección de Inteligencia La Rioja”, elaborado por el Programa Verdad
y Justicia del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos -el que tengo a la
vista- se describe en el acápite “DOCTRINA GENERAL DEL ACCIONAR
REPRESIVO”, que “las acciones llevadas adelante por las FFAA (Fuerzas Armadas), FFSS
(Fuerzas de Seguridad) y PCI (Personal Civil de Inteligencia) fueron el resultado de la
aplicación de las orientaciones estratégicas y operacionales de carácter general que se
detallan en la Directiva del Consejo de Defensa N° 1/75 de la que se destaca los siguientes
puntos: ... “3. Finalidad. La presente Directiva tiene por finalidad instrumentar el empleo de
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las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales y otros organismos puestos
a disposición del Consejo de Defensa para la lucha contra la subversión, de acuerdo con lo
dispuesto por los Decretos 2770, 2771, 2772. ... “6. Ideas Rectoras a. Concepción
Estratégica. 3. Dado que la subversión ha desarrollado su mayor potencial en los grandes
centros urbanos y en algunas áreas colindantes, el esfuerzo principal de la ofensiva será
llevado sobre el eje TUCUMAN, CORDOBA, SANTA FE, ROSARIO, CAPITAL
FEDERAL, LA PLATA”. A su vez en el ítem 4.c la Directiva N°1/75 Consejo de Defensa
manifiesta: “...dar libertad de acción para el empleo de los medios en “zonas calientes”.
Para complementar el accionar represivo, la directiva contempla: “Aniquilar los elementos
constitutivos de las organizaciones subversivas a través de una presión constante
sobre ellas” y “Eliminar y desalentar el apoyo que personas u organizaciones de distintos
tipos puedan brindar a la subversión” (Ítem 6.b.3 y 4). Sólo a manera de ilustrar las
circunstancias que forman parte de este análisis, mencionaremos que también es parte de la
Directiva un anexo “PLAN FUNCIONAL DE ACCIÓN SICOLÓGICA A LA
DIRECTIVA DEL CONSEJO DE DEFENSA N° 1/75 (Lucha contra la Subversión).”. Más
adelante, en el capítulo referido a “LA INTELIGENCIA MILITAR EN EL ACCIONAR
REPRESIVO”, se indica que “El plan de represión tenía un enfoque social, político y
militar e incluía acciones de carácter psicológico dirigidas a amedrentar a la población en
general y a los opositores en particular.” (subrayado agregado).Se puede inferir, sin demasiado esfuerzo, que la actividad de
“inteligencia” desplegadas por la fuerzas armadas y las fuerzas de seguridad constituían una
piedra angular en el sistema represivo montado para la persecución de la población civil,
extendiéndose, en forma sistematizada, a infundir el terror en la generalidad de la
población; estructurada dicha actividad sobre la base de personal “especializado” en tales
tareas, y que actuaban con plena impunidad.91
Surge, asimismo, del informe señalado, que estructuralmente
en el “. . .Área 311, operaba el Destacamento de Inteligencia 141 cuya sede se encontraba
en la Av. Richieri 745 de la Ciudad de Córdoba y a su cargo estaba la Sección de
Inteligencia de La Rioja.”. Si bien esta Sección Inteligencia fue creada normativamente
mediante Resolución de fecha 03/11/1977, en los hechos ya funcionaba una Sección de
Inteligencia, que si bien no dependía directamente del Destacamento de Inteligencia 141, si
respondía a la Jefatura del Batallón de Ingenieros en Construcciones 141, con asiento en
esta ciudad de La Rioja.Merece ser destacado del presente informe la siguiente
declaración descriptiva sobre la funcionalidad de los “servicios de inteligencia”, y
“Relacionado específicamente a las funciones que cumplió el Destacamento de Icia 141, se
cita al General de Brigada (r) Luciano Benjamín Menéndez en su declaración del 11 de
marzo de 1986 -Declaración Testimonial ante CONSUFA (Consejo Supremo de las
Fuerzas Armadas) 11/03/86, Buenos Aires- “PRESIDENTE: ¿Con qué Servicio de
Informaciones contaba el Cdo Iller Cpo Ej para la lucha antisubversiva? GRAL
MENÉNDEZ: Con la Comunidad Informativa de toda la Zona que era integrada por los
Destacamentos de Inteligencia del Ejército, que eran el 141 en Córdoba, 142 en Mendoza
me parece, el 143 en Tucumán, creo que había otro Destacamento en Salta o una sección
adelantada y después todos los servicios de Inteligencia de las Delegaciones de la Policía
Federal, de las Policías Provinciales, de las Gobernaciones que tenían a veces su
Servicio de Inteligencia y de la SIDE que tenía sus delegaciones en cada Capital de
Provincia, todo eso formaba la comunidad informativa que tenía reuniones regulares y
que intercambiaba sus informaciones, hacía sus apreciaciones de inteligencia para ir
formando un cuadro en general de la actividad enemiga”.La denominada “Comunidad Informativa”, integrada por
todos los organismos de inteligencia de las fuerzas armadas y de seguridad, “... mantenían
su funcionamiento mediante reuniones periódicas y en muchos casos semanales. A su vez,
el personal de las fuerzas mencionadas actuaba mediante enlace. El “enlace” conformaba
en esta estructura una función sistemática que cumplía personal designado por las
jerarquías tanto del Ejército, la Fuerza Aérea, Policías (Provincial o Federal), Gendarmería
Nacional u otros organismos según se requiriera- por ejemplo la SIDE, Prefectura, Marina,
etc. (...) El Destacamento de Inteligencia 141, conjuntamente con su sección La Rioja,
desplegó su accionar en la Subzona 31, como ya se mencionó, este despliegue operacional
lo realizó en y con apoyo de las Unidades Militares emplazadas geográficamente en las
Áreas correspondientes a la subzona mencionada. Estas unidades participaron y/o
abastecieron de recursos para que se realizaran los operativos represivos en el ámbito de las
localidades que tenían bajo su control”. (Informe “Destacamento de Inteligencia (ICIA) 141
(Pcia. de Córdoba) y Sección de Inteligencia La Rioja”).De lo expuesto se puede derivar que quienes cumplían
funciones en el área de inteligencia del Batallón de Ingenieros en Construcciones 141, con
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Poder Judicial de la Nación
asiento en esta ciudad de La Rioja, como sus dependencias jerárquicas inferiores, incluidas
las fuerzas de seguridad provinciales que se encontraban bajo “dependencia operacional”
tuvieron, en distintos grados, responsabilidad directa o mediata sobre los hechos ilícitos
aquí investigados.La descripción del funcionamiento de los servicios de
inteligencia, su composición y la dependencia de la “inteligencia” de las fuerzas de
seguridad subordinadas al control operativo de las fuerzas armadas (policía provincial,
policía federal, gendarmería, etc.) ha resultado demostrada en cuanto a su interactuación.Repárese que, como ya fuera señalado, el encartado Juan
Carlos Romero ocupaba, la jefatura del servicio de inteligencia provincial (Departamento
de Inteligencia (D2) de Policía de la Provincia de La Rioja (legajo policial) al tiempo de la
comisión de este homicidio; a ello falta sumar el personal de las fuerzas armadas de
inteligencia, aspecto sobre el que deberá expedirse el Ministerio Público Fiscal.La declaración sobre el aparato represivo ilegítimo durante la
última dictadura militar efectuada por Rodolfo Peregrino Fernández -ex integrante de la
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Policía Federal Argentina- ante la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU)
(fs. 585 y sgtes.) -y ratificada por quienes eran integrantes de dicha Comisión: Eduardo
Luis Duhalde a fs. 1109 y Vicente Manuel Zito Lema a fs. 1110- , quien integraba la
Ayudantía del Ministerio del Interior, a partir del mes de mayo de 1976, donde se
desempeñaba Albano Eduardo Harguindeguy, y en relación a la muerte del Obispo Enrique
Angelelli, expresa “…este hecho fue denunciado desde distintos sectores como una muerte
deliberadamente provocada. El dicente, en este sentido, quiere agregar que uno o dos días
después de de ocurrido el suceso, los papeles que portaba el Obispo Angelelli en el
momento de su fallecimiento llegaron a la Casa de Gobierno, dirigidos al Ministro
Harguindeguy, en una carpeta remitida desde la Guarnición Militar Salta, con la expresa
indicación de que se trataba de documentación “confidencial”. (…) Todas estas
circunstancias motivaron que el dicente se decidiera a fotocopiar parte de esa
documentación, que estaba integrada por correspondencia original intercambiada entre el
Obispo de la Rioja y el Arzobispo de Santa Fe, Monseñor Vicente Zazpe, referida a la
persecución que sufrían sectores de la Iglesia Católica por su actividad social, un
cuaderno de notas y otros papeles. … documentación fue entregada al General
Harguindeguy, quien se la entregó a Icely para que elaborara la información contenida en
ella. Quiere aclarar el dicente que prestó especial atención al hecho por la forma
estrictamente “secreta” que se dio a la existencia de esta carpeta. … que no tiene
conocimiento del destino posterior de la misma, puesto que el General Harguindeguy
manejaba en forma personal todos los hechos referentes a la Iglesia”.
Lo señalado, y en particular a la referencia de la existencia de
intercambio epistolar entre Monseñor Enrique Angelelli y Monseñor Vicente Zazpe, no
constituye un detalle menor, ya que solo quien tuviera acceso a dicha documentación podría
haber conocido de su existencia, y que se ve corroborada por la copia de la documentación
93
acompañada por Monseñor Bernardo Witte (fs. 818 y sgtes.), de ello se puede inferir la
directa intervención del entonces Ministro del Interior Albano Eduardo Harguindeguy.Pero como muestra del funcionamiento del “aparato de
inteligencia” que se dirigía sobre el Obispo Angelelli, basta remitirse a las fotocopias de
Legajos N° 425 y N° 1650 correspondientes a la Ex Dirección de Coordinación y Enlace –
Casa de Gobierno (fs. 882 y sgtes.) remitidas por la Directora de Archivo de la provincia de
La Rioja, y de las que de su simple lectura se observa la existencia de “informes de
inteligencia” sobre los sacerdotes católicos y las actividades desarrolladas por la Iglesia.
Dichos informes se prolongaron, cuanto menos, desde el año 1972 hasta 1984, y que por
supuesto carecen de firma de los “agentes encubiertos” que actuaban en dichas tareas,
observándose en algunas copias el sello “Secreto”.
A ello, cabe sumar que previo a la muerte de Monseñor
Enrique Anelelli existía un cuadro de persecución a ciertos sectores de la Iglesia Católica, y
que se exteriorizaban desde años anteriores al golpe de estado del 24 de marzo de 1976, lo
que es corroborado por distintos testimonios y, como se señalara anteriormente,
concluyeron en los homicidios de Longueville, Murias, Pedernera y de Monseñor
Angelelli.De lo descripto precedentemente resulta evidente el accionar
del aparato represivo del Estado, y que en estas particulares circunstancias descansaba en
los “servicios de inteligencia” convirtiéndose así en la columna vertebral de donde se
desprendían los “operativos de zona”.Como fuera expuesto, sucedido el hecho bajo análisis, las
maniobras tendientes al “encubrimiento” del mismo no se hicieron esperar.Respecto de las primeras actuaciones del sumario policial de
la causa que nos ocupa, no pueden dejar de advertirse ciertas particularidades del acta
inicial, de inspección ocular o constatación del lugar del hecho.El Código Procesal Penal de la provincia de La Rioja
establece en los arts. 143 y sgtes. las formalidades que deberán contener las actas; entre
ellas se señala (art. 144) que cuando fueren labradas por los oficiales auxiliares de la Policía
Judicial (personal policial), deberá contarse con la asistencia de dos testigos, dejándose
constancia (pormenorizada) de todo lo actuado, firmando dicha acta (que debe
confeccionarse -se supone- en el lugar del hecho) los intervinientes, y en su caso, si alguno
no quisiere o no pudiere firmar, dejándose constancia de ello.También la norma procesal provincial (art. 144) prevé que
cuando el acto fuere realizado por el juez este contará con la asistencia del secretario,
instrumentándose mediante la correspondiente acta.Examinada el acta de fs. 01/02vta., resalta la inobservancia de
las formas procesales arriba descriptas, esto es ausencia de testigos, que si bien se podría
decir que dado el lugar donde sucedió el hecho no se podía contar con los mismos, pero
repárese que conforme los diversos testigos (Norberto Ángel Luna (fs. 658/659), Anibal
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Poder Judicial de la Nación
Balbino Luna (fs. 207), etc.) que declararon en el presente sumario, en el lugar hubo
concurrencia de personas que transitaban por la ruta en viaje, o bien concurrieron por el
anoticiamiento de la muerte del Obispo Enrique Angelelli, que podrían haber actuado en
calidad de tales.Es más, a los particulares -incluido personal policial- se los
hizo retirar a unos cien metros a la redonda del lugar del suceso a punta de escopeta (testigo
Luis Eduardo Maidana fs. 1211), donde los testigos Ramón Nicolás de la Fuente y Jorge
Nicolás Luna Moreyra (fs. 208 y 209), como ya fuera señalado, indicaron la presencia en el
lugar hecho de quienes tenían a su cargo los “organismos de inteligencia” policial y militar,
el policía Juan Carlos Romero (a) “Bruja” y el “Capitán Maggi”.A esto se añade que del acta, luego de la descripción del
estado de cosas, surge expresamente: “En estos instantes se hace presente al lugar V.S., el
Señor Juez de Instrucción en lo Criminal y Correccional en Turno, Dr. Rodolfo Nicolás
VIGO, con el Secretario del Juzgado N° 2, Elmer DÍAZ DE LA FUENTE, quien luego de
inspeccionar el lugar (…) Luego siempre en compañía del Señor Juez del Crimen y el
USO OFICIAL
Secretario del Juzgado N° 1, nos trasladamos a la ciudad de Chamical, por una mejor
comodidad, para realizar …”.El acto bajo análisis no hace mención cuando es el instante en
que se hace presente el Juez de Instrucción, esto es la hora; ni tampoco cuando se trasladan
los funcionarios a la ciudad de Chamical. Pero más allá de lo señalado, lo grave lo
constituye el hecho de que dicha acta carece, como fuera señalado, de la intervención y
firma de testigos -que podría haber sido obviada por la presencia de los funcionarios
judiciales-, y más grave aún la carencia de la firma del Juez y Secretario intervinientes, lo
que permite dudar de la veracidad del contenido, o cuanto menos de exactitud, del acta de
inspección ocular. Más cuando el testimonio de Pío Oscar Tanquía (fs. 1786), personal
policial de la localidad de Punta de los Llanos es conteste en afirmar que “el sumario
policial no fue hecho en presencia mía en Punta de los Llanos sino en la Ciudad de
Chamical, a eso de las tres de la mañana, vino el Comisario Luna Herrera, con un sumario
que ya se había hecho fuera del destacamento y del cual yo no tenía conocimiento y me
ordenó que firmara las actuaciones, sin que yo supiera el contenido de las mismas…el
sumario tendría una diez fojas por lo menos, que yo firmé y luego el Comisario se lo llevó.
Quiero agregar también que junto con el sumario se llevo el maletín del obispo, que estaba
en el Destacamento” (subrayado agregado); luego el testigo a fs. 4128 agrega que “además
declaré en la policía pero no recuerdo quien me tomó la declaración”; declaración que no
obra agregada en el sumario policial.En la “declaración” policial de Pinto a fs. 19 se le “hace”
manifestar “…que en el día de ayer encontrandose en esta localidad (Chamical) el señor
Obispo de La Rioja, Moneseñor Angelelli, luego de almorzar, dispuso viajar con éste a La
Rioja en una camioneta Marca Fiat 125 Multicarga, color gris, con cupula, la que era
conducida por Agelelli. Que siendo aproximadamente las horas catorce emprendieron el
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viaje al destino ya fijado, marchando a una velocidad que estima en cien kilómetros por
hora, circulando por Ruta Nacional N° 38 de Sud a Norte, Que recuerda casi sin precisión
que pasaron la Localidad de Punta de los Llanos y recien se recuperó cuando se
encontraba hospitalizado en éste nosocomio, por lo que no recuerda de la forma ni motivos
en que se produjo el accidente, con la camioneta que guiaba Monseñor Angelelli.”.Ahora bien, el propio testigo Pinto -en sus diversos
testimonios- niega haber efectuado tal declaración, al punto de haber afirmado que la firma
inserta no le pertenecía, habiéndose efectuado pericia caligráfica que determinó la
autenticidad de la misma. Pero conforme la prueba colectada en autos puede afirmarse, sin
margen de dudas, que el testigo no efectuó tal declaración, siendo lo único cierto que si la
firmó.Se deriva de ello que el contenido de la declaración es falso, y
ello en razón de que los diversos testimonios colectados en autos, como el de los médicos
Martín Osvaldo Benegas (fs. 1662), médico de guardia del Hospital de Chamical, en le
momento en que llevaron herido a Pinto, en horas de la tarde, con posterioridad a
producirse el hecho que se investiga “exhibidas que le fueron por la instrucción, las
constancias, la historia clínica del hospital de Chamical, reconoce como confeccionada del
declarante, reconociendo la firma que la suscribe como de su puño y letra, la obrante a fs.
485 y 1431 – foliatura unificada -, constancias que son copias de un mismo original,
preguntado por la instrucción en base a dicha constancias, donde se expresa que Pinto
presentaba ligera obnibulación, perdidas espontáneas de conciencia y en los momentos de
recuperación pequeñas incoherencias en sus ideas, si Pinto podría declarar en tales
circunstancias, expresa el testigo, a parte de declarar que por la temperatura que
registraba el paciente se evidenciaba un pequeño compromiso neurológico por la
conmoción, que desde un punto de vista medico legal hubiera sido conveniente esperar
algún determinado periodo para tomar declaración a Pinto, entre 24 y 48 hs. Que este es
un periodo conveniente en un traumatizado, como es el caso de Pinto, para poder evaluar
su integridad intelectual”(subrayado agregado); también de Demetrio Cesar Abdala (fs.
1677) médico forense de la localidad de Chamical, quien examinó al entonces sacerdote
Arturo Pinto en el Hospital de la ciudad de Chamical el día 24/08/1976, hacia las
veinticuatro horas, “encontrándose allí el Juez del Crimen de La Rioja”, que Pinto se
quejaba por el dolor, y que no hablaba, y que “el Juez del Crimen presente en el lugar le
indicó que el sacerdote debía permanecer en la provincia de La Rioja, y que debía ser
trasladado a la ciudad de La Rioja”; “que una vez en conocimiento de que este Sacerdote
presentaba fractura de maxilar, lesión que no podía ser tratada ni en Chamical, ni en la
ciudad de La Rioja, el declarante dispuso para su mejor tratamiento su traslado a la
ciudad de Córdoba. Que el declarante indicó que no se le tomara declaración al Sacerdote,
dado que estaba muy dolorido y no podía articular palabra”.(subrayado agregado); o el de
Roberto Juan Cappelletti (fs. 1688) médico que atendió el día del hecho a Arturo Aído
Pinto, quien expresa: “que su estado no era de coma, sino de “shock”, y su estado de
96
Poder Judicial de la Nación
conciencia era de una lucidez relativa, de a ratos caía en la inconciencia. Que pinto de a
ratos se dormitaba, y de a ratos recuperaba una parcial lucidez, y es en esos momentos en
que balbuceaba. Que también presentaba traumatismo de mandíbula lo que le dificultaba
la articulación de palabras” (subrayado agregado).De los testimonios transcriptos, y de la historia clínica de
Arturo Aído Pinto (constancias de fs. 1713), surge que la lesión (fractura de maxilar)
provocada impedían que aquel prestara declaración de ningún tipo; concluyéndose que la
misma carece de valor alguno, dada la falsedad de su contenido, erigiéndose en un
elemento más que demuestra las maniobras destinadas a encubrir el hecho, y que culminó
en el archivo de las actuaciones, atento que “no existen méritos para iniciar investigación
dentro del ámbito penal” (ver Resolución de fs. 101 y vta. del 31/08/1976).Pero si ello no fuera suficiente para tener por acreditada la
posible existencia de maniobras de encubrimiento adquiere particular relevancia la prueba
documental acompañada por los representes de la querella particular (Obispado de La
Rioja) del Expediente caratulado: Causa “Mons. Enrique Angel Angelelli – Obispo de
USO OFICIAL
La Rioja – Caso CAI N° 2891”, cuyo original se reserva en Secretaría, agregándose copia
certificada a fs. 4636/4682.Examinadas y cotejadas las actuaciones incorporadas en el
expediente judicial, con las acompañadas por el Obispado de La Rioja, se observa a fs.
4681 la remisión del “Caso CAI 2891” al “señor Jefe de Policía de la Provincia, Mayor
Edilio Gabriel DI CESARE”, lo que demuestra que el personal de sumarios actuante, como
policía judicial (art. 195 y conc. del CPP de La Rioja), no dependía “únicamente” del Juez
de Instrucción interviniente, sino también de la Jefatura de Policía, que era controlada por
el imputado Di Cesare, oficial del ejército, y que a su vez dependía del “Area 341”.Pero más allá de ello, resulta rescatable que la instrucción
policial señala a modo de conclusión, a fs. 47 del sumario judicial, y a fs. 4681 del “Caso
CAI 2891” que se desvirtúa la posibilidad de que el accidente se produjera por el neumático
que se encontró desinflado, que las supuestas causas pudieron ser 1° por haberse dormido el
conductor; 2° por el cruce imprevisto de un animal en la ruta; 3° por haber sufrido el
conductor alguna insuficiencia en la salud; habiéndose omitido en estas conclusiones la
posibilidad de la intervención de otro vehículo como provocador del accidente que
concluyera en el homicidio de Monseñor Enrique Angelelli.Pero esta tarea de encubrimiento no alcanzó o se dirigió solo
al ámbito de la investigación judicial, sino que también se dirigió a los medios de
comunicación, como cuando el testigo Américo A. Torralba señala que: “recibió un
llamado del asistente del Cnel. Pérez Battaglia, del Regimiento, diciéndole que el Jefe se
quería comunicar con el testigo, lo que así hace, diciéndole Pérez Battaglia que le iba a
dar una noticia, relatándole el accidente que había sufrido el Obispo en la Ruta 38, a raíz
de un reventón en la rueda trasera, advirtiéndole al testigo al terminar que así tenía que
salir la noticia”.97
Avanzada la instrucción, y volviendo sobre los testimonios
colectados hasta el presente, y nunca perdiendo de vista el contexto histórico en que se
desarrolló el presente homicidio, el testimonio de Arturo Aído Pinto señala que el vehículo
conducido por Monseñor Enrique Angelleli fue alcanzado sorpresivamente, por el vehículo
-cree que un Peugeot 404 de color blanco o claro- que “los adelantó cruzándoseles y
obstaculizándoles seguir la marcha con una maniobra brusca, no pudiendo precisar si
Monseñor Angelelli efectuó alguna maniobra hacia la derecha, o si le vehiculo en que se
conducían se desvió hacia la banquina, porque desde el momento de la maniobra referida
ya no recuerda nada. Que la explosión a que hizo referente en sus declaraciones anteriores
escuchada al momento del hecho, lo asoció mucho tiempo como un golpe seco, un
reventón, identificándolo con un estampido, expresando que auditivamente no lo asocia
con un reventón de goma…”.Dos cuestiones quedan claras del testimonio bajo examen, una
la intervención de otro vehículo en el delito investigado, sobre lo que se volverá luego, y
otra que el testigo Pinto expresa que desde la maniobra no recuerda nada y que en relación
a la explosión a que hace referencia lo identifica con un estampido.A la primera cuestión, resulta importante el testimonio de Pío
Oscar Tanquía (fs. 1786), personal policial de la localidad de Punta de los Llanos, que ante
el anoticiamiento del hecho se dirige al lugar, señalando que “…íbamos por la ruta numero
treinta y ocho, y un poquito antes, casi sobre el bordo, sobre la mano izquierda, fuera de la
ruta, un poco metido entre los árboles, vi un PEUGEOT 504 color blanco, aparentemente
abandonado…”, que resulta concordante en cuanto a la marca y al color del automóvil que
describe Pinto.En cuanto a la segunda cuestión, referida a la explosión que
refiere Arturo A. Pinto, cabe señalar, conforme las reglas de la experiencia, que en un
accidente de tránsito, con la intervención de otro vehículo que ha actuado como agente
provocador, o no, resulta difícil reclamarle al o los ocupantes de un vehículo, que describan
con detalle apodíctico los ruidos, movimientos, desplazamientos, etc., que describió el
vehículo en el que circulaban, más cuando dicha “explosión” pudo haber obedecido a
ruidos o estallidos propios del siniestro (golpes de partes de la carrocería contra el suelo,
rotura de vidrios o parabrisas, golpes de elementos sueltos en el habitáculo, etc.); y en
particular cuando el vehículo en el que se desplazaban las víctimas, según refiere Pinto, lo
hacía a aproximadamente cien kilómetros por hora, y que dada la rapidez del evento,
resultaría sumamente dificultoso establecer detalles como el señalado.La circunstancias así merituadas, de por sí se erigen en
elementos suficientes para instalar una duda más que razonable sobre las circunstancias de
la muerte de Monseñor Enrique Angelelli, que fuera planteada inicialmente como una
muerte en “accidente de tránsito”, y que con la valoración de la prueba incorporada en
autos, llevan a concluir en la probabilidad positiva de que el hecho sería un “homicidio
provocado por accidente de tránsito”.98
Poder Judicial de la Nación
Respecto de la prueba incorporada a fs. 3979 y sgtes.,
consistente en la manifestación efectuada por Raúl Antonio Nacuzzi, debe determinarse su
valor probatorio, y en su caso, de asignársele tal valor, corresponde que sea analizada en el
contexto probatorio existente en autos.Cabe tener presente que de la lectura del instrumento en
cuestión surge que ha sido suscripto el día 27/09/1988 -aparentemente por Raúl Antonio
Nacuzzi- existiendo una “certificación” de la firma ante el Obispo de la Provincia de La
Rioja, Monseñor Bernardo Witte, aspecto este sobre el que se volverá.
Dicho documento, conforme surge del acta de fs. 3977 y vta.
fue depositado ante la Escribana Ilda T. Rearte de Mercado, y conforme mandato del
depositante, debía ser presentado ante el “Juez de la Primera Circunscripción Judicial con
Asiento en Capital, Causa, Muerte del Obispo Angelelli” (en sobre con membrete del
Obispado de La Rioja), “en caso de muerte, incapacidad o desaparición del exponente”,
siendo la primera circunstancia la que se habría verificado, habiendo cumplido la
mandataria con su cometido (fs. 3972).USO OFICIAL
En cuanto al valor probatorio de la prueba documental, de esta
forma incorporada, debe tenerse presente que la misma solo constituye una declaración
unilateral de voluntad, y que podría adquirir valor indiciario si la misma coincidiera con el
restante plexo probatorio, o llevara o encaminara la investigación a confirmar o descartar la
hipótesis bajo análisis con la incorporación de nuevos elementos de probanza.Repárese que Nacuzzi expresa que el día del hecho se
encontraba encaramado a un poste de energía eléctrica siguiente del lugar en que se produjo
el hecho, y que desde ese lugar vio la aproximación de la camioneta Fiat 125 Multicarga en la que se dirigían Monseñor Angelelli y Arturo Pinto-, que “…se desvía lentamente
hacia la derecha sin disminuir la velocidad, recorriendo mas de 100 ms con las dos ruedas
derechas sobre la banquina, alejándose del centro de la ruta, oportunidad que escucha el
reventón de la cubierta, un giro hacia la izquierda, apertura de la puerta derecha, expulsión
de un cuerpo vestido de negro, y posterior vuelco en dirección a la banquina opuesta donde
queda de costado… Que la persona que acompaña al conductor es la que queda tirada en el
suelo. El que conducía, permanece en el vehículo hasta que el mismo termina su recorrido.
Que en el momento del accidente no se encontraba ningún otro vehículo en la ruta, ni
tampoco circulando por la misma”.Lo señalado por Nacuzzi debe ser desechado en razón de los
diversos testimonios incorporados en autos, como el de la testigo Delia Ursula Braida (fs.
1576) quien lo vio salir conduciendo la camioneta al Obispo Enrique Angelelli desde la
ciudad de Chamical; o el del testigo Luis Eduardo Maidana (fs. 1211) quien se encontraba
“hondeando” pajaritos -a mitad de camino entre la curva de salida de Punta de los Llanos y
“el bordo”- e instantes previos al accidente vio pasar la camioneta Fiat 125 Multicarga,
conducida por Monseñor Enrique Angelelli, a quien saludó. En consecuencia, mal puede
concluirse -y tal como lo afirma Nacuzzi- que quien iba conduciendo haya sido despedido
99
por la puerta derecha -puerta del acompañante- más cuando en el vehículo iba un
acompañante (Pinto).A ello, cabe agregar lo expresado por el testigo Pío Oscar
Tanquía (fs. 1786 y 4128) -personal del destacamento policial de Punta de los Llanosquien expresó y ratificó que anoticiado del hecho aquí investigado al dirigirse al lugar
observó un automóvil Peugeot 504 blanco, “…un poquito antes, casi sobre el bordo, sobre
la mano izquierda, fuera de la ruta, un poco metido entre los árboles…”; para luego ratificar
lo dicho manifestando que “…me dirigí dos veces al lugar del hecho y no puedo acordarme
con precisión en cual de las dos oportunidades vi a la camioneta ni tampoco sobre que lado
de la ruta estaba, pero si que era color verde oliva y recuerdo que estaba con dos o tres
personas a la altura del bordo, el vehículo era tipo camioneta con caja abierta. Aclaro
además que vi al Peugeot cuando me dirigía hacia el lugar del accidente y no estaba la
camioneta, y en el segundo viaje solo vi a la camioneta y ya no al Peugeot. Aclaro que los
dos vehículos estaban en un radio de 200 o 300 metros distancia en distintos momentos,
nunca los vi en forma simultanea”.Es decir, de los dichos del testigo Tanquía puede concluirse
que Nacuzzi se habría encontrado en el lugar que él indica en forma posterior al hecho, lo
que le restaría veracidad a lo “manifestado”; o que en su caso -de haber sido verídicos los
dichos de Nacuzzi- no puedan ser contrastadas las afirmaciones dicotómicas de uno y otro.
De igual forma sucede en relación a los dichos de los testigos Braida y Maidana.Más allá de lo señalado, no puede dejarse pasar por alto una
circunstancia de gravedad inusitada como lo es el hecho que llegara a conocimiento del
Obispo Witte el 27/09/1988 lo manifestado por Nacuzzi, y asumiendo una calidad de
fedatario, de la que carece, no comunicara tal circunstancia a la autoridad de judicial
competente.En conclusión, cabe restar valor probatorio al “acta
testimonial” de fs. 3979 y vta., en tanto ella únicamente podría haber servido como prueba
indiciaria -lo que fue descartado anteriormente-, más no como prueba eficaz dentro del
proceso. No existe un interrogatorio preliminar efectuado al declarante para establecer si
estaba incurso en las generales de la ley, o la advertencia de la figura del falso testimonio
con el fin de interiorizarlo sobre los alcances de su declaración. Inclusive, y más grave, la
imposibilidad de control por las partes del proceso (defensores, fiscal, querellantes).Del testimonio de Mario Nelson Ibáñez (fs. 4309), quien
efectuara tareas de reparación de la camioneta en que se conducía Monseñor Enrique
Angelelli, surge que: observó un golpe en la parte trasera de la camioneta que provocó su
desequilibrio, observando una mancha blanca de pintura en dicho lugar. Fuera de la
descripción pormenorizada que efectúa el testigo sobre los daños que tenía en vehículo que
le fuera entregado en reparación, se advierte su conocimiento de detalles muy precisos, que
solo los efectúa un buen observador, como por ejemplo la mancha de sangre que describe
en el “torpedo” del rodado, a la altura del volante, circunstancia que si se compara con la
100
Poder Judicial de la Nación
fotografía de fs. 12, número 5, puede corroborarse. Este último aspecto brinda veracidad a
los dichos del testigo, al haber visto este rodado y no otro. Pero más significativo es lo que
señala el testigo en relación a las fotografías de fs. 12, número 6 y que es diferente a la
fotografía número 8 de fs. 25, y que surge de su simple cotejo, ya que se observaría que se
tratan de dos cubiertas distintas del rodado.Del testimonio señalado surgen dos conclusiones, una
respecto del golpe que advierte en la camioneta que conducía Angelelli, y que resultaría
coincidente con lo expresado por Pinto en su testimonio; y la otra la grave irregularidad que
advierte el testigo y que lleva a dudar de la pericia mecánica efectuada por el personal
policial, restándole credibilidad a dichas actuaciones.Párrafo aparte merece el testimonio de Miguel Ángel la Civita
(fs. 692), sacerdote católico que declaró, que “...encontrándose el testigo en Buenos Aires,
concurrió Monseñor Angelelli, a entrevistarse con el entonces Ministro Harguindeguy para
solucionar el problema de la detención del Padre Ruiz, que en esa oportunidad y
encontrándose el testigo en Buenos Aires, le manifestó a él y a otras personas, que
USO OFICIAL
Harguindeguy le habría prometido solución al problema del padre Ruiz a corto plazo y que
no iba haber más problemas en la Diócesis, manifestándoles también Monseñor Angelelli,
que no creía en lo que se le había dicho, por que pensaba que todo era un proceso que
apuntaba a él para que se alejara de la Diócesis” (subrayado agregado).-
También resulta relevante lo declarado por Mario Angel
Flores (fs. 3520), quien expresa que acompaño en el año 1976 a Monseñor Angelelli a una
reunión en el III° Cuerpo de Ejercito, entre Monseñor Angelelli y el imputado Luciano
Benjamín Menéndez, habiendo esperado el dicente afuera del lugar de encuentro, y que
cuando sale Angelelli le pregunta como lo había ido, y este expresó que “muy bien, muy
bien, conversamos con el Gral. Menéndez respecto de que debíamos revisar y examinar
nuestra fe”. Ahora bien, cabe preguntarse si tal respuesta del imputado Menéndez a
Monseñor Angelelli sobre que debía revisar y examinar su fe no fue de carácter
premonitorio sobre los acontecimientos que se avecinaban.Pero a esto se suma lo señalado por el testigo Héctor Benito
Bertaina (fs. 3521), quien reconoce la carta obrante a fs. 3444, y que le fuera remitida por
Monseñor Angelelli después de Semana Santa de 1976. En dicha misiva Angelelli le hace
saber a Bertaina diversos inconvenientes en un viaje de regreso desde Buenos Aires a La
Rioja, y que su valija “Fue violada-guardada en Aerolíneas Argentinas-un acta levantada
por la Federal- todo por orden del Interventor Militar OSVALDO PEREZ BATAGLIA. Se
me humilló para poderla sacar. …Seguimos con la misma “persecución” Se nos sigue
dando la más grosera respuesta toda vez que tenemos que encontrarnos con las
autoridades. …No soy ni somos llorones -al decir del Coronel- (Pérez Bataglia) cuando le
contamos lo que pasa. …No quiero dramatizar. Pero es evidente que le están cayendo a la
diócesis. Mañana llega el Gobernador -(comodoro Massot)- Espero que el padre Ruiz
101
quede en libertad. Al ex jesuita Hueyo lo pusieron en la cárcel. Sigue el asunto sierra de
los Quinteros. Siguen cazando brujas. …La Semana Santa salió muy buena.
…Desentonaba la piedad de la gente con los carros de asalto policiales y las requizas en
un Viernes Santo. Esto no es tierra de “peligrosos”. Que pena que obren así. …Sería
bueno saber cómo cayó mis entrevistas. A lo mejor el Cayo y el Ticio (lugar de entrevista
con tierra) te digan algo/que se piensa de lo converzado/que directivas trae el nuevo
gobernante/es necesario clarificar más?. … Canuto el de la larga cabellera …”.En oportunidad de su declaración testimonial Bertaina declaró
ante la pregunta “para que diga si conoce a que refiere cuando dice “asunto de Sierra de
los Quinteros”. Dijo: que si sabe, que monseñor le contó que había descubierto que un
grupo de militares de aeronáutica que quería apoderarse de dichas tierras usurpándolas a
sus propietarios, gente de condición humilde, que vio una carpeta que tenía en su poder
Angelelli con todos los antecedentes de esta situación, en ella había mapas, no recordando
cuantos, y declaraciones o manifestaciones que se referían a dicho suceso, recuerda que
había un listado de personas pero no sus nombres ni a que se referían. Que recuerda que
Angelelli le comentó que puso en conocimiento de esta situación en una reunión del
Consejo Episcopal. Que también por manifestaciones de Angelelli sabe que un tal Estrella
estaba dentro del grupo de militares de aeronáutica que estaba detrás de dicha maniobra,
y que dos sacerdotes de su diócesis estaban en antecedentes de esta maniobra. Para que
diga porque firmaba Enrique Canuto. Dijo: Que era el sobrenombre que le habían puesto
en el seminario a Angelelli. … Que “Cayo” es el Brigadier Alsina y “Ticio” el Coronel
Damasco, personas que entrevistó Angelelli en Buenos Aires a través del dicente, con el fin
de ponerse en contacto con algún otro militar de mayor jerarquía y explicar la situación de
persecución que estaba viviendo. De estas entrevistas recuerda que ambos militares se
comprometieron a realizar gestiones. Ambas entrevistas lo fueron por separado”.La misiva antes transcripta y el testimonio de Bertaina
constituyen elementos esclarecedores sobre las circunstancias que se vivían en la provincia
de La Rioja, en particular las que atravesaba la iglesia riojana, la persecución con
sacerdotes y ex sacerdotes detenidos (Ruiz y Hueyo); la problemática de la tierra y los
intentos de desapoderamiento de sus poseedores por parte de un grupo de militares, entre
ellos el encartado Estrella, y el conocimiento que tenían dos sacerdotes de su diócesis sobre
estos antecedentes, y que se trataría de Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville,
quienes fueron asesinados a sangre fría el día 18 de julio de 1976 en proximidades de la
ciudad de Chamical, y por las que resultara procesado el imputado Luis Fernando Estrella
en los autos Expte. N° 5145/06, caratulado: “ESTRELLA, LUIS FERNANDO Y OTROS –
HOMICIDIO
CALIFICADO
REITERADO,
PRIVACIÓN
ILEGÍTIMA
DE
LA
LIBERTAD SEGUIDA DE MUERTE y TORMENTOS”, causa que a la fecha se encuentra
elevada a juicio ante el T.O.F. de esta provincia.También de los testimonios de La Civita, Flores y Bertaina, se
acredita que Monseñor Enrique Angelelli, lejos de amilanarse ante la persecución que
102
Poder Judicial de la Nación
sufría la iglesia, enfrentó al poder de facto entrevistándose con quienes a la postre serían
quienes dirigirían las acciones tendientes a su homicidio.A todo el plexo probatorio antes descripto cabe agregar las
actividades periciales desenvueltas en la presente investigación.
Así por un lado se cuenta con la autopsia realizada a
Monseñor Enrique Angelelli a fs. 32 y vta. de autos, realizada por el médico legista de la
Policía de la provincia de La Rioja, Dr. Enzo T. Herrera Páez, estableciendo como causa
del óbito el traumatismo cráneo encefálico con fractura continua del occipital y hemorragia
abundante y profusa, prediciéndose la muerte en forma instantánea. Dicho informe es
ratificado a fs. 3798 por el Dr. Enzo Thelismar Herrera Páez, agregando que “Tomó a fin de
hacer la inspección ocular una distancia circular de mas o menos 25 metros y buscó
elemento para la causa” y que se había resguardo la zona, más o menos a cincuenta metros
al oeste y únicamente la custodia policial estaba en el lugar del hecho, señalando que las
heridas en cráneo no son compatibles con heridas de armas de fuego, no objetivando signos
o lesiones de arrastre en el cuerpo.USO OFICIAL
A fs. 3265-68 obra Reconstrucción Técnico Criminalística
efectuada por el Sr. Médico Legista de los Tribunales Federales de Córdoba, Dr. Eduardo
A. Gasparrini, de la que se puede extraer como conclusión, entre otras, que las secuencias
fotográficas del lugar del hecho son “criminalísticamente malas”, “numéricamente
insuficientes”; que las secuencias fotográficas de la autopsia médico legal resultan de mala
calidad, sin dirección por parte del médico actuante; que como en dicho informe se indica
la causa del siniestro puede obedecer a culpa o imprudencia, causa mecánica o provocado
con intención criminal; expresando que: “lo cierto es que, provocado o casual, mantengo
la firme opinión que, ocurrido el siniestro, el mismo tuvo la suficiente jerarquía traumática
como para producir las lesiones que determinaron la muerte instantánea de Monseñor
Angelelli …”, para más adelante señalar en su conclusión: “… c) La causa del mismo puede
haber sido “accidental” o de fatlidad (estimada como menos probable dadas las
circunstancias) o bien provocado (estimo la más probable) por extraños que obtuvieron un
resultado mejor (para ellos) que el originalmente buscado”.A fs. 4252-4271 obra Informe del Cuerpo Médico Forense de
la CSJN, que entre sus consideraciones médico legales más relevantes concluye que: “…
3.La realización de placas radiográficas del esqueleto completo, permite descartar la
presencia de elementos metálicos compatibles con proyectiles de armas de fuego. (…)5. No
se ha evidenciado en cráneo pérdida de sustancia ósea compatible con las provocadas por
proyectiles de armas de fuego, asimismo los trazos fracturarios permiten reconstruir la
bóveda craneana y el macizo facial sin evidencias de biseles externos ni internos. 6. El
mecanismo productor de las áreas fracturarias involucradas (cráneo y tórax) sería el golpe
o choque, con o contra objeto y/o superficie dura. Teniendo en cuenta los informes
producidos del lugar del hecho, las peritaciones realizadas en el lugar, las vistas
fotográficas de la zona del siniestro y del estado del vehículo, la colisión tiene idoneidad
103
para producir las lesiones fracturarias en las zonas y distribución descriptas. 7. (…) la
causal de fallecimiento estaría en relación directa al compromiso cráneo encefálico
producido por las fracturas múltiples, que necesariamente generaron hemorragia
meníngea, … (…) 11. Teniendo en cuenta la cinemática del trauma (cronología de lesiones
al momento de la colisión), se trataría de una colisión de vehículo de motor mixta por
vuelco (colisión anterior, laterales y techo), no habiendo elementos en autos que permitan
suponer la intervención de otro vehículo de motor que contribuyera a la colisión. La
cinemática se compondría de: vuelco, expulsión y caída con proyección a distancia. Siendo
el elemento más probable de producción de las fracturas el impacto contra la cinta
asfáltica, de la cual han quedado vestigios en las ropas, que pudieron ser apreciadas
durante la peritación de las mismas. No pudiéndose descartar el golpe de la extremidad
cefálica contra elementos del vehículo; la lesión clavicular y costales podrían admitir una
génesis mixta. (…)” (subrayado agregado). En las conclusiones expresan los peritos que:
“1. La causa de fallecimiento de quien fuera en vida Monseñor Enrique Ángel Angelelli
está en relación directa a Fracturas múltiples de cráneo Hemorragia cerebromeningea. 2.
Las fracturas torácicas contribuyen en el mecanismo de muerte produciendo hemorragia
interna. 3. El mecanismo productor del trauma sería el golpe o choque con o contra objeto
y/o superficie dura. 4. La colisión vehicular mixta (choque con vuelco) es idónea para
provocar las lesiones observadas y la muerte. 5. No es posible con los elementos obrantes
en autos y el estado de esqueletización que presenta el cadáver, suponer otra etiología
distinta de producción de las lesiones. 6. No surge del análisis de autos ni de las
peritaciones realizadas elementos que permitan suponer la intervención de terceras
personas en la producción de las lesiones mortales. 7. Se trataría de una muerte
violenta”.A fs. 4402 obra informe ampliatorio del perito de parte Dr.
Mario Germán Vignolo, del surge que: “a) las lesiones descriptas en la exhumación en
relación a la parrilla costal, tienen plena coincidencia con las descriptas en la autopsia
realizada al momento de ocurridos los hechos por los doctores Enzo Herrera Páez, Carlos
Guchea y Eldo Luis Neffen, siendo estas coincidentes con su proximidad y posible impacto
contra el volante del vehículo ya que el mismo casi se dibuja en la disposición de dichas
lesiones, quedando en segundo lugar la posibilidad de compresión del tórax por parte del
vehiculo al volcar y despedirlo aplastándolo en uno de los tumbos. b) esta aseveración nos
induce a pensar de que sin lugar a dudas Monseñor Angelelli era quien conducía el
vehiculo al momento del accidente, (…). d) sin lugar a dudas las lesiones mas importantes
que sufrió Monseñor Angelelli y que lo llevaron a la muerte fueron las múltiples fracturas
que se observan en la calota craneana y en la base del cráneo como así también en las
orbitas, lo cual sin lugar a dudas se correlacionaba con severo daño vascular y encefálico
irreversible e incompatible con la vida. e) existe hundimiento de zona occipital con
desprendimiento de sustancia o sea que se encuentra desplazada hacia el interior del
cráneo lo cual se condice con testimonios obrantes en autos en cuanto a que al vestir al
104
Poder Judicial de la Nación
cadáver se apreciaba una zona de declive en dicha región como si se tratara de un hueco
en la zona de la nuca. (…) h) como lo menciona el informe oficial, ya sea por el examen y
reconstrucción del esqueleto en su totalidad como por la realización de un escaneado
radiológico completo, queda totalmente descartada la posibilidad. de que existieran
lesiones compatibles con disparos de armas de fuego o con la presencia de algún proyectil.
i) en cuanto a la génesis de las lesiones podemos inferir que las lesiones de la parrilla
costal anterior y posiblemente la de la clavícula fueron producidas por el impacto del
robusto cuerpo de Monseñor Angelelli contra el volante y el tablero de la Fiat Multicarga.
al volcar el vehiculo, lo cual induciría a pensar que dicho cuerpo fue aprisionado por el
mismo dentro del habitáculo lo que dificultaría la proyección del cuerpo hacia el exterior
mas aun a través del parabrisa ya que estos instrumentos se habrían interpuesto,
reforzando esta hipótesis de duda, la permanencia del padre Pinto dentro del habitáculo a
pesar de ser de contextura mas pequeña y no estar obstruido por el volante siendo más
amplia la posibilidad de movimientos dentro del mismo. j) en cuanto a la posibilidad de
que Monseñor Angelelli haya sido despedido del vehículo, sería más lógico que lo hubiera
USO OFICIAL
hecho a través de la puerta izquierda que se correspondía con su costado izquierdo,
aunque esto se contradice en parte con la realidad ya que la puerta de su lado se encuentra
cerrada y atascada aunque cabe la posibilidad de que mientras ocurriera el accidente la
misma se haya abierto y cerrado hasta finalmente quedar obstruida y en ese lapso haber
sido despedido el cuerpo del habitáculo. k) es llamativo el detalle que surge al análisis de
las ropas que llevaba puestas Monseñor Angelelli al momento de ocurridos los hechos, ya
que en las mismas se visualizan zonas de deshilachamiento múltiples y paralelas, tipo hoja
de afeitar especialmente en manga derecha de camisa, sotana en su manga derecha y en
poncho que llevaba puesto, todas coincidentes entre si y de aspecto múltiple, paralelas
entre si y al eje de las mangas, todas estas compatibles con arrastre o expulsión entre
vidrios o sobre vidrios. También se observa en la zona posterior de todas las prendas y
coincidentes con la lesión descripta en el cráneo restos de manchas compatibles con
sangre seca perfectamente localizadas y coincidentes entre si con la zona afectada. (…) m)
un dato que debemos tener en cuenta, es la no presencia de restos sanguíneos en el interior
del vehículo, llevando esto a deducir, más aún si lo sumamos a el hecho que la totalidad de
la sangre derramada por Monseñor Angelelli se encontraba circunscripta al entorno de su
cabeza ya en la posición en que fue encontrado. que no hubo lesiones importantes del
cráneo en relación al vehiculo. (…) o) en cuánto a la posibilidad de un golpe ocasionado
por una fuerza extrínseca con un objeto contundente en el cráneo, esa posibilidad es difícil
de acreditar a través de la autopsia actual ya que al no existir tejidos blandos difícilmente
quedarían rastros debiéndose mencionar también que en el informe de la autopsia
realizada el 5 de agosto de 1976 no se describen lesiones de este tipo, quedando como
hipótesis más factible de producción del traumatismo de cráneo el impacto enérgico del
mismo contra el suelo (asfalto). p) en cuanto al impacto del cráneo contra el suelo, no
existe lógica en la producción de lesiones en los accidentes de transito y cualquier
105
secuencia por ilógica que parezca puede ser real, aunque en el caso que nos ocupa existen
antecedentes y un contexto especial en el entorno y los conflictos con el poder que por esa
época mantenía Monseñor Angelelli que ameritan un estudio especial de hipótesis que en
otros casos serian descartadas, ya que por esos tiempos su muerte tenia un significado
especial, ya sea como signo de poder para algunos como impotencia y amedrentamiento
para otros. Por lo tanto si bien es lógico pensar que Monseñor Angelelli fue despedido del
vehiculo e impactado violentamente contra el suelo produciéndose el traumatismo
descripto y la consecuente muerte, no menos lógico es pensar que el mismo pudo ser
extraído del vehículo y en ese caso hubiera sido a través del parabrisas roto ya que la
puerta del conductor se encontraba atascada para luego ser trasladado y golpeado
violentamente contra el suelo por novelesco que parezca. q) alimenta esta ultima hipótesis,
el desgarro lineal y paralelo al eje del cuerpo de las prendas del cadáver, lo cual pudo
provocarse al ser extraído entre restos de vidrio que quedaban en el marco del parabrisa o
bien al ser arrastrado sobre el asfalto aunque esta ultima menos posible. resulta llamativo
además aunque repito que en la accidentología no existe lógica, (…) Conclusiones Finales:
1) la muerte de Monseñor Angelelli se debió a un mecanismo combinado entre el
traumatismo cerrado de tórax que si bien debió ser severo no fue concluyente en lo
inmediato y a el importante traumatismo de cráneo que seguramente produjo la muerte en
forma instantánea. 2) según fue explicado anteriormente en el desarrollo de este informe
existen dos posibilidades en este caso debido al contexto en que se encontraba la víctima al
momento de su muerte, la proyección del cuerpo fuera del habitáculo durante el vuelco con
un impacto violento y sin desplazamiento contra la cinta asfáltica o bien la movilización
del cuerpo desde adentro hacia fuera del vehiculo una vez finalizado el tumbo, con su
posterior impacto provocado contra el suelo, reforzado esto ultimo por la existencia de un
único charco de sangre en la zona de impacto. 3) si bien el análisis del vehículo en ese
momento es deficiente al igual que la documentación fotográfica, existe un impacto en el
ángulo anterior izquierdo del mismo que pudo corresponder al impacto al comienzo del
vuelco o bien a un impacto de un tercero lo cual es difícil de aseverar por no poder
descubrirse restos de pintura u otro indicio debido a que las fotografías son en blanco y
negro, habitual en esa época además se observa otro signo compatible con un impacto a
nivel del extremo izquierdo del paragolpe trasero, siendo ambos compatibles con el vuelco
o bien con el impacto de un vehiculo coincidiendo con el lado en que hubiera estado el
supuesto automóvil Peugeot 404, que mencionara en primera instancia el padre Pinto. (…)
de lo expuesto surge que la muerte de Monseñor Angelelli se produjo como consecuencia
de un accidente de transito en principio el cual pudo ser como consecuencia de una
maniobra desafortunada o bien provocado por la maniobra de un segundo automóvil lo
cual es imposible probar con el solo examen del cadáver, por lo qué se debe relacionar el
mismo con el resto de los indicios y testimonios. En cuanto al traumatismo de cráneo que
produjo la muerte, no caben en nuestro poder pruebas que puedan aseverar la presencia
de terceros en la producción del mismo por lo que también debe correlacionarse con el
106
Poder Judicial de la Nación
resto de los indicios y testimonios, pero tampoco tenemos elementos sustanciales que
puedan descartar la presencia de terceros o aseverar la ocurrencia de un accidente común
y corriente mas aun si tenemos en cuenta el contexto general del momento que vivía la
iglesia de la rioja y en especial monseñor angelelli en esa época. Por lo tanto resultaría
irresponsable aseverar que la muerte de Monseñor Angelelli fue provocada por terceros si
tenemos en cuenta no solo la autopsia si no también todos los elementos obrantes en la
causa, pero desde el punto de vista técnico no menos equivoco seria aseverar de que esto
no ocurrió”.De la transcripción de los párrafos relevantes de las pericias
arriba citadas pueden extraerse conclusiones que les son comunes y otras que difieren.
Las primeras, es decir las conclusiones comunes pueden
resumirse en que: 1) la muerte de Monseñor Enrique Angelelli es producto de un
traumatismo de cráneo con fracturas que produjo la muerte en forma instantánea,
coexistiendo otras lesiones (fracturas costales, por caso) que si bien no menores, no fueron
determinantes en el evento; 2) se descarta que la muerte sea producto de un disparo por
USO OFICIAL
arma de fuego, al no existir lesiones compatibles, ni rastros metálicos y/o de proyectil,
conforme los estudios practicados.
Ahora bien, respecto de las conclusiones que difieren, el
Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N. por un lado afirma que no existen “…elementos en
autos que permitan suponer la intervención de otro vehículo de motor que contribuyera a
la colisión”, circunscribiendo la hipótesis a un “accidente” automovilístico. En tanto las
conclusiones de los peritos Gasparrini y Vignolo resultan coincidentes entre sí, en cuanto a
la posibilidad de la existencia de un “accidente provocado” con la intervención de otro
vehículo. Entre la primera hipótesis y la segunda, aquella debe ser desechada dado el
cúmulo probatorio existente e incorporado en autos, no solo por el contexto histórico en
que se produjo el homicidio de Monseñor Enrique Angelelli, sino por los diversos
testimonios incorporados en autos, y que ya fueran analizados “supra”, donde del
testimonio de Mario Nelson Ibáñez (fs. 4309), quien efectuara tareas de reparación de la
camioneta en que se conducía Monseñor Enrique Angelelli, surge que: observó un golpe en
la parte trasera de la camioneta que provocó su desequilibrio, observando una mancha
blanca de pintura en dicho lugar, siendo coincidente con la hipótesis que plantea el perito
de parte Dr. Mario Germán Vignolo, en cuanto a las observaciones que efectúa en las
conclusiones de su dictamen al señalar que: “Conclusiones Finales: 3) si bien el análisis
del vehículo en ese momento es deficiente al igual que la documentación fotográfica, existe
un impacto en el ángulo anterior izquierdo del mismo que pudo corresponder al impacto al
comienzo del vuelco o bien a un impacto de un tercero lo cual es difícil de aseverar por no
poder descubrirse restos de pintura u otro indicio debido a que las fotografías son en
blanco y negro, habitual en esa época además se observa otro signo compatible con un
impacto a nivel del extremo izquierdo del paragolpe trasero, siendo ambos compatibles
con el vuelco o bien con el impacto de un vehiculo”.107
Ante el plexo probatorio indicado los encartados al momento
de ejercer su defensa material manifestaron, en el caso de Luis Fernando Estrella, que era
ajeno al hecho y que se desempeñaba como Ministro de Economía e interventor del
Tribunal de Cuentas, de la provincia de La Rioja, no encontrándose en Chamical en la
fecha del hecho y que ese día estaba en Córdoba, habiéndose desempeñado desde principios
del año 1976 hasta el 24 de marzo 1976 como Jefe de Escuadrón tropas, señalando que en
la fuerza aérea no existe el cargo de Segundo Jefe. Estas circunstancias, la de haber
cumplido funciones públicas en el gobierno provincial no lo colocan fuera de la cadena de
mandos ya que conservaba su situación de revista militar -en doble función-, y que si bien
puede no haber existido formalmente el cargo de “segundo jefe”, en los hechos fungía
como tal, siendo la segunda autoridad de la única repartición militar con asiento en
Chamical y como eslabón intermedio en la mencionada cadena de mandos conservaba la
capacidad para retrasmitir a sus inferiores y a quienes fueron los autores materiales de los
delitos investigados las órdenes necesarias para su comisión.Luciano Benjamín Menéndez, en su defensa, expresa que el
hecho es “…totalmente ajeno a esa guerra contrarrevolucionaria y se investiga un accidente
lamentablemente fatal en una ruta nacional…”, habiendo recibido informes del entonces
gobernador (Nanziot), Pérez Bataglia, del Jefe del CELPA Comodoro Aguirre, en este
sentido. Niega haber conocido a Monseñor Angelelli y expresa que “La Rioja era un lugar
donde no sucedían hechos terroristas como en Córdoba, Tucumán o Mendoza, hechos como
enfrentamiento armados, entre las fuerzas armadas legales y la subversión terrorista o
asesinatos de civiles, policías o militares o artefactos explosivos, etc”, y reconociendo
haber “recibido la orden de aniquilar la subversión”.
Analizada la declaración, y confrontada con la prueba
incorporada en autos, la negación de que el encartado Menéndez hubiera conocido a
Monseñor Angelelli cae por su propio peso, toda vez que el testimonio de Mario Angel
Flores (fs. 3520) surge lo contrario. Es más, de la documentación manuscrita acompañada
por el testigo Juan Aurelio Ortíz (fs. 3885) como perteneciente a Monseñor Angelelli se
lee: “19.VII. 76 … - Ministro/Presidente denuncia – contexto histórico nacional –
Vaticano… Chamical – Rioja. Viajar – Menéndez – viaje del Olimpo”; por ello, reitero, lo
expresado por Menéndez no resulta cierto. Si conocía a Angelelli, si se entrevistó con él.
También resulta “llamativo” en cuanto que el encartado se
refiere a la provincia de La Rioja como una provincia tranquila y que no sucedían
“asesinatos de civiles”; con esa visión entonces cabe preguntarse ¿qué sucedió con
Longueville y Murias?, ¿qué sucedió con Pedernera?, ¿qué sucedió con el propio
Angelelli?.En su declaración indagatoria Jorge Rafael Videla, considera
que la muerte de Monseñor Angelelli es producto de un “accidente de tránsito” y acompaña
documentación recibida de un ex colaborador, y sobre la que vale hacer una breve mención.
108
Poder Judicial de la Nación
De dicha documentación surgen acompañadas copias simples
de una supuesta publicación del “Centro Tiempo Latinoamericano”, del expediente judicial,
de un “peritaje extrajudicial” supuestamente realizado a pedido del “Sr. Obispo de La
Rioja” (?) y suscripto por un “Coronel D Héctor Maximiliano Payba – Dir Téc – EMGE”; y
aquí lo más llamativo, a fs. 5261 y sgtes., se agrega: “DECLARACIÓN TESTIMONIAL
DEL UNICO TESTIGO QUE PRESENCIO EL ACCIDENTE, ANTE EL Sr. OBISPO DE
LA RIOJA, Mons. BERNARDO WITTE (No le fue tomada declaración en el Juzgado de
instrucción de La Rioja) “El sobre conteniendo el acta testimonial del Sr Raúl Alberto
NACUZZI fue entregado con posterioridad a su fallecimiento al Fiscal del Juzgado de la
Ciudad de La Rioja (Federal o Provincial — no puedo determinarlo) por la Escribana
actuante, luego de ser asaltada y revisada su escribanía, y sufrir una serie una serie de
amenazas anónimas intimidantes. No pudo lograr que el Fiscal le entregara recibo de la
documentación. Se encuentra bajo resguardo el duplicado del documento con las firmas y
sello originales del testigo y del Obispo de La Rioja. En La Rioja reside el Padre Gustavo
sobrino del Sr Nacuzzi, quién en una charla mantenida en Bs As. me manifestó que antes de
USO OFICIAL
fallecer, su tio le refirió detalles del accidente presenciado, coincidentes con lo declarado
en el acta. Dicho sacerdote luego de terminar su Doctorado, es designado secretario del
Obispado en La Rioja. (fines año 2006)”. (resaltado agregado)
Llama la atención de que si se cotejan las copias que
acompaña el imputado Videla, con las incorporadas a fs. 3976 y sgtes. y entregadas por la
escribana actuante, estas últimas cuentan con el sello foliador del tribunal desde fs. 3976 al
3981, ambos inclusive, encontrándose certificadas dichas copias (ver las mismas) por la
Sra. Secretaria de Fiscalía Federal con fecha 22/09/2006, en tanto las copias acompañadas
por Videla carecen del sello foliador y de la certificación señalada.En consecuencia de ello surgen diversas preguntas, ¿Cómo
obtuvo el imputado Videla dichas copias si no son las que se encuentran agregadas al
expediente?, ¿Dichas copias son producto del delito que refiere el imputado Videla del que
habría sido víctima la Escribana Ilda T. Rearte de Mercado?, ¿El imputado Videla, su “ex
colaborador”, otra u otras personas tuvieron acceso a la documentación que se encontraba
en poder de la escribana en forma previa a su entrega en el Tribunal?, ¿La obtención de la
copia de dicha documentación fue producto de alguna operación de un grupo de “tareas” o
“inteligencia”?, ¿Qué se quiere expresar cuando se señala “Se encuentra bajo resguardo el
duplicado del documento con las firmas y sello originales del testigo y del Obispo de La
Rioja”?, y un largo etcétera de interrogantes. Pero más allá de estas cuestiones, la
documentación acompañada por el imputado Videla -en el caso de la “declaración” de
Nacuzzi fue analizada “supra”- no posee el carácter probatorio que pretende asignarle
puesto que de ella nada se infiere, salvo que la misma aparece como una “operación”
tendiente a desviar la investigación y de tal forma lograr evitar la responsabilidad que le
cabría en el presente hecho, no logrando desvirtuar la carga probatoria de su posible
participación.109
Al momento de su defensa Albano Eduardo Harguindeguy,
indica que el gobernador Nanziot de La Rioja, le informa que en un accidente había muerto
el Obispo Angelelli, negando haber impartido alguna orden en relación a la ejecución del
hecho; y sosteniendo que lo afirmado por el ex policía Peregrino Fernández es una falacia;
no recordando nada en relación a Angelelli, salvo lo publicado en los diarios. Señala que
cree haber conocido a Angelelli el día que lo puso en posesión al gobernador.Ahora bien, contrastada esta declaración del imputado con la
prestada por Peregrino Fernández ante Comisión Argentina de Derechos Humanos
(CADHU) (fs. 585 y sgtes.), surge una flagrante contradicción que me lleva a concluir que
los dichos de Harguindeguy son a los fines de ocultar la verdad de los acontecimientos; más
cuando -y como fuera señalado anteriormente en estas conclusiones- Peregrino Fernández
señala detalles puntuales de la documentación que portaba Angelelli y que vio en poder de
Harguindeguy después del homicidio, que solo puede haber conocido quien tuviera acceso
a la misma.Respecto de la afirmación del encartado Harguindeguy en
cuanto a que afirma que “cree” haber conocido a Monseñor Angelelli en el acto de
asunción del gobernador de facto, se contradice con lo manifestado por el testigo Miguel
Ángel la Civita (fs. 692), llevándome las conclusiones apuntadas, al igual que en el caso del
imputado Menéndez, a presumir que la actitud de ambos encartados solo conduce a
procurar ocultar o disimular la participación y responsabilidad que les cabe en el presente
hecho.Por las razones antes expuesta, tengo por acreditado que la
muerte de Monseñor Enrique Angel Angelelli y las lesiones que sufriera Arturo Aído Pinto
son producto de un homicidio por accidente de tránsito provocado por la intervención de
un automóvil marca Peugeot, color blanco, que habiendo embestido e interponiéndose en la
línea de marcha de la camioneta Fiat Multicarga que conducía el primero de los nombrados,
provocó su muerte, como las lesiones que sufriera su acompañante Pinto; hecho ocurrido el
día 04 de agosto de 1976, entre las quince y quince y treinta horas, en proximidades del
kilómetro 1056 de la Ruta Nacional N° 38, cuando las víctimas se conducían desde la
ciudad de Chamical hacia la ciudad de La Rioja, debiendo en consecuencia dictarse el
pertinente auto de procesamiento y prisión preventiva en contra de los encartados
indagados, de conformidad a lo previsto por el art. 312 inc. 1° del C.P.P.N., en orden al
delito de homicidio.Respecto de la situación particular del encartado Edilio
Cristóbal Di Cesare, y ante la incapacidad mental sobreviviente, acreditada mediante el
informe obrante a fs. 5413 efectuado por el Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N. del que
surge que se encuentra imposibilitado de prestar declaración indagatoria en los presentes
obrados, “evidenciando trastornos congnitivos a nivel de atención, la concentración y la
memoria. Denotó un empobrecimiento de la vida psíquica, altamente condicionada por
110
Poder Judicial de la Nación
factores anímicos a polo depresivo. La capacidad judicativa se mostró debilitada aún frente
a lo concreto y cotidiano”.Ante tal circunstancia, prevista por el art. 77 del C.P.P.N.,
cabe la suspensión del presente proceso, a su respecto, y que lo tiene como imputado,
toda vez que para el acto de defensa material del encartado es necesaria su aptitud mental, y
el mismo constituye un acto personalísimo; lo que no impide que se averigüe el hecho o se
prosiga aquél en contra de los demás imputados.No obstante lo señalado, deberá requerirse informe médico al
Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N., a fin de que informe si le enfermedad que padece el
encartado es incurable.DE LA CALIFICACIÓN LEGAL:
Del delito de homicidio y la tentativa de homicidio:
Debo expresar que comparto la calificación que propone el
Ministerio Público Fiscal, con la siguiente salvedad, en cuanto los hechos investigados
encuentran una calificación penal más grave y deben ser tipificados como homicidio
USO OFICIAL
calificado por el concurso premeditado de dos o más personas (art. 80 inc. 6° del
C.P.), y tentativa de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más
personas (arts. 42 y 80 inc. 6° del C.P.), concursados en forma real (art. 55 del C.P.) en
relación a la muerte de Monseñor Enrique Angel Angelelli y la tentativa de homicidio de la
que fuera víctima Arturo Aído Pinto, respectivamente, circunstancias que se acreditan Acta
de Defunción con (fs. 63 y vta.) de Monseñor Enrique Angel Angelelli y constancias de
Historia Clínica (fs. 1713) de Arturo Aído Pinto.En el delito de homicidio, en su figura básica (art. 79 del C.P.)
la acción penada es la muerte de una persona, causado por otra; tratándose de un delito de
resultado, admitiendo para su ejecución medios físicos, tanto directos como indirectos.Entre sus agravantes, la legislación ha previsto el concurso
premeditado de dos o más personas (art. 80 inc. 6° del C.P.), que se funda en la mayor
indefensión de la o las víctimas, y presupone, cuanto menos, la intervención del ejecutor
(homicida) y dos o más personas que como partícipes hubieran premeditado el hecho en un
acuerdo previo de la acción homicida; requisito este sobre el que se volverá más adelante al
tratar sobre la participación criminal.Respecto de la tentativa, prevista en el art. 42 del C.P., se
sanciona por vía de remisión al art. 44 del C.P., al que con el fin de cometer un delito
determinado comienza su ejecución, pero no lo consuma por circunstancias ajenas a su
voluntad.De las constancias de autos se desprende como conclusión
que los autores dirigieron las acciones y el modo de realización del hecho con una franca
resolución homicida, que en el caso de Pinto no resultó consumado.En relación a la participación criminal y conforme el criterio
sentado por la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba en autos “Bruno Laborda” L°
111
266 F° 124, “Alsina” L° 298 F° 93 y “ESTRELLA, Luis Fernando y otros p.ss.aa.
Homicidio calificado reiterado, Privación ilegítima de la libertad seguida de muerte y
Tormentos” (Expte. 257/2008), entre otros, y sobre la cuestión aquí tratada, resulta
aplicable la tesis del “dominio del hecho por dominio de la voluntad en aparatos de poder
organizados”, expuesta por Claus Roxin y que se constituye en una “…respuesta teórica a
la acción criminal sistemática aplicada por el poder nazi en Alemania y otros países de
Europa durante la Segunda Guerra Mundial, ha dado apertura a la mencionada
interpretación jurisprudencial en Argentina, como un nuevo supuesto de autoría mediata.
Hasta la formulación de esta tesis, la autoría mediata había sido aceptada como una forma
de atribución de responsabilidad a casos de coacción o error, por lo que la solución
propiciada por Roxin ha encontrado así -tras la nefasta experiencia política sufrida también
por nuestro país- un nuevo criterio que permite, más allá de la vertiente doctrinaria
tradicional, adjudicar autoría a los “hombres de detrás”, esto es, a aquellos que, en el marco
de una organización, ordenan acciones ilícitas “desde el escritorio” o a aquellos que
transmiten tales órdenes que, al cabo, van a ser materializadas por los ejecutores directos
(cfse. ROXIN, Claus, Autoría y dominio del hecho, Ed. Marcial Pons, Madrid, 1998, Trad.
Cuello Contreras y Serrano González de Murillo –versión en español de la sexta edición
alemana de su tesis doctoral de 1963, titulada Täterschaft und Tatherrschaft-). Lo singular y
novedoso de esta forma de concebir el dominio consiste en que el mentado “hombre de
atrás” puede contar con que la orden dictada por él ha de ser cumplida sin necesidad de
emplear coacción, o de prevalecerse de una situación de error en el ejecutor y, por lo
demás, sin tener que conocer a éste. Esta doctrina confiere una eficaz solución a aquellos
casos que se vinculan con la criminalidad organizada, a resultas de la cual la organización
funciona de manera “automática”, sin depender de la persona individual del ejecutor
(ROXIN, C., “Voluntad de dominio de la acción mediante aparatos de poder organizados”,
Doctrina Penal, Año 8, N° 31, Jul/Set., 1985, Ed. Depalma, Buenos Aires, 401 y ss.). Su
objeto concreto refiere a la constelación de casos en la que los delitos son llevados a cabo
por miembros de organizaciones en cuyo seno se ha pergeñado la ejecución de un plan de
acciones criminales que, por su entramado delictivo, escapan a la distinción clásica de
autores y partícipes, en su calidad de agentes con un grado distinto de responsabilidad
penal. En tales supuestos se plantea la cuestión de asignar responsabilidad penal a quienes
no intervienen en forma directa en la realización de los delitos sino que se ocupan de su
concepción, dirección y control (tema concerniente a la responsabilidad, esencialmente
diferente a la del castigo por su pertenencia a un grupo que constituya asociación ilícita). Al
objeto del presente análisis, los presupuestos indispensables de esta doctrina pueden
sintetizarse como sigue: a) dominio de la organización, presente en quien, dentro de una
maquinaria organizativa y desde cualquier lugar, imparte órdenes a sus subordinados, o
retransmite órdenes, constituyéndose en autor mediato en virtud del dominio de la voluntad
que le corresponde, al utilizar sus competencias para que se realicen acciones punibles. En
este marco, resulta irrelevante la circunstancia de que lo haga por propia iniciativa o en
112
Poder Judicial de la Nación
interés de instancias superiores que lo han comisionado, pero sí decisiva la circunstancia de
que pueda dirigir la parte de la organización que le está subordinada, sin tener que dejar a
criterio de otros la comisión del delito. Se configura así “un dominio de la cúpula
organizativa precisamente porque, en el camino que va desde el plan a la realización del
delito, cada instancia prolonga, eslabón por eslabón, la cadena a partir de sí misma.”
(ROXIN, ibidem, p. 407); b) fungibilidad del ejecutor, esto es, cambiable a voluntad del
“hombre de atrás”, en lo que constituye propiamente el dominio de voluntad. Aunque es
evidente que continúa estando presente la libertad y la responsabilidad del ejecutor directo
(que ha de responder como autor culpable y de propia mano), tales circunstancias carecen
de interés para el sujeto de detrás, desde el momento en que el agente —dentro de la
estructura organizada— no se presenta como una persona individual, libre y responsable,
sino como una figura anónima y sustituible, en definitiva, como un engranaje más en la
maquinaria de poder (ROXIN, ibidem, p. 401); cfme., asimismo, GARCÍA VITOR,
Enrique, “La tesis del ´dominio del hecho a través de los aparatos organizados de poder´”,
DONNA, E. (Director), Revista de Derecho Penal, Autoría y Participación I, 2005-1, Ed.
USO OFICIAL
Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 2005, 171 y ss.).
Conforme a tales fundamentos
estructurales, resultan autores tanto quienes ejecutan materialmente las órdenes ilícitas
impartidas por el “autor de escritorio” -que son repetidas por los niveles intermedios-,
cuanto quienes están a cargo de la jefatura (dominan la cúpula organizativa) y en estadios
intermedios, con atribuciones para decidir sobre la comisión de acciones ilícitas, siendo así
los primeros autores directos o inmediatos y los últimos autores mediatos. Ciertamente que
esta plataforma teórica se aviene perfectamente a las hipótesis fácticas que se ventilan en
autos, siendo que, las conductas de los autores directos, habrían resultado consecuencias
necesarias de órdenes emanadas desde la superioridad y retransmitidas por la cadena de
mandos, en las respectivas áreas que componían la jurisdicción del Tercer Cuerpo de
Ejército dedicada a la llamada “lucha contra la subversión”. A propósito de ello, hay que
decir que la doctrina coincide en señalar que los criterios más frecuentes y convencionales
de la dogmática penal no resultan suficientes para explicar e interpretar casos extremos de
criminalidad organizada, cuando intervienen las propias instituciones del Estado (caso del
exterminio de judíos por parte del régimen nacionalsocialista o el de los crímenes
cometidos en nuestro país durante los años setenta) o incluso las estructuras mafiosas o
clandestinas de poder. Es que, en efecto, tal clase de hechos escapa a la noción de delitos de
carácter individual —en los que el autor puede o no arrepentirse, puede impedir la
continuación del hecho— y resulta por tanto inapropiada cualquier pretensión de abordaje y
comprensión con pautas conceptuales que —como los parámetros clásicos y habituales de
autoría y participación— rigen más bien para hechos de una persona individual (DONNA,
Edgardo A., “El concepto de autoría y la teoría de los aparatos de poder de Roxin” en
AA.VV., Nuevas formulaciones en las ciencias penales. Homenaje a Claus Roxin, Ed.
Lerner, Córdoba, pág. 309). Al fin y al cabo, los hechos involucrados en esta causa no son
otra cosa que crímenes de lesa humanidad, en un todo diferentes a los casos de criminalidad
113
individual sobre la cual se han elaborado y desarrollado las teorías clásicas referidas a las
nociones de autoría y participación criminal. Cabe remarcar, en el punto, que la amplitud de
la regla contenida en el art. 45 del C.P., al definir a los autores como “los que tomaren parte
en la ejecución del hecho”, admite perfectamente dicha interpretación en términos de
autoría mediata por la utilización de aparatos de poder organizados. En tal sentido se ha
expresado que “Las reglas sobre la autoría y participación en el Código Penal, en especial,
sus arts. 45 y 46, son reglas amplias dominadas por dos conceptos asaz vagos: ´tomar parte
en la ejecución del hecho´ (autoría) y ´prestar al autor auxilio o cooperación´
(participación). Por tanto, la interpretación del primero de acuerdo al cartabón de la
denominada teoría del dominio del hecho no presenta inconvenientes. De allí que pueda
concluirse que no existen trabas, en el derecho penal local, para una interpretación como la
postulada”(SANCINETTI, Marcelo A./FERRANTE, Marcelo, El derecho penal en la
protección de los derechos humanos, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 1999, p. 206,
coincidiendo en ello la jurisprudencia, v. por todos, C.N.C.P., Sala II, “Bambrilla, Juan”,
16.12.2005). De tal modo, siguiendo una interpretación ya no estrictamente gramatical, sino
afín a un sentido jurídico-penal, es factible sostener que el enunciado de aquel dispositivo
legal alcanza y engloba a los “hombres de atrás”, por entender que, con sus órdenes, están
tomando parte en la ejecución del hecho”. (Cfr. C.F.Cba., “ESTRELLA, Luis Fernando y
otros p.ss.aa. Homicidio calificado reiterado, Privación ilegítima de la libertad seguida de
muerte y Tormentos” (Expte. 257/2008).En cuanto al grado de participación criminal cabe atribuir a
los encartados:
Jorge Rafael Videla quien a la fecha del hecho aquí
investigado era Comandante General del Ejército Argentino y Presidente de la Junta
Militar, teniendo la máxima responsabilidad militar en el país de acuerdo al rol asignado a
su fuerza (Ejército) en la conducción de la "lucha contra la subversión". Además, al
momento de los hechos, era titular espurio del Poder Ejecutivo, por presidir la Junta Militar
que de facto usurpó el poder el 24/03/1976. Como Comandante General del Ejército, en
atención al estricto régimen de subordinación que caracteriza la institución militar, no
caben dudas de que los hechos atribuidos se cometieron como consecuencia de la
planificación estratégica y táctica que emanaba de la cúpula de su arma, a la cual se le
confió la responsabilidad primaria en la denominada lucha contra la subversión. El Ejército
Argentino debía fijar los "objetivos" a seguir y además proveer de la infraestructura
necesaria para la consiguiente actuación de toda la cadena de mandos en su consecución.
La autoridad de Videla hace insoslayable su responsabilidad en lo actuado por quienes
estaban bajo su mando, siendo factible así sostener que, durante la época de los hechos, el
acusado tenía el dominio sobre los acontecimientos investigados, habida cuenta que, desde
su posición institucional, controlaba la organización que los llevó a cabo. Conforme quedó
probado en la sentencia de la Causa N° 13/84, "Causa originariamente instruida por el
Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en cumplimiento del decreto 158/83 del Poder
114
Poder Judicial de la Nación
Ejecutivo Nacional". Esta orden genérica se materializó en la región de La Rioja mediante
la actuación del imputado Menéndez, a cargo de la Zona de Defensa III, y del Teniente
Coronel Osvaldo Pérez Bataglia, a cargo del Área 314. En el caso particular de Angelelli,
no se puede soslayar que se trataba de un sacerdote con alta jerarquía dentro de la iglesia
católica -Obispo de la provincia de La Rioja- y que estaba investigando y denunciando los
delitos cometidos por la represión en La Rioja, la opresión socio-económica de los
humildes y el desapoderamiento de la tierra por grupos de poder económico. Cabe destacar
que en el mes de Abril de 1976 Monseñor Angelelli viajó para entrevistarse personalmente
con el General Albano Eduardo Hargunideguy -Ministro del Interior de Videla- para
gestionar la libertad del párroco de Olta, Eduardo Ruiz -testimonio de la Civita-. Y regresó
a La Rioja en micro, tras un confuso episodio en el que perdió su vuelo y su valija. Dicha
valija llegó a la provincia varios días después con signos de haber sido violada. Asimismo,
se entrevistó con militares de menor rango -tal como lo relata el testigo Bertaina- y también
con el General Luciano Benjamín Menéndez, Jefe del III° Cuerpo de Ejercito -conforme
surge del testimonio de Flores-. Estas investigaciones y denuncias no quedaban en su
USO OFICIAL
diócesis sino que trascendían la misma, ya que, por su rol dentro de la Iglesia, participaba
de constantes reuniones con las más altas esferas eclesiásticas y aprovechaba estas
reuniones para formular denuncias de los actos de represión que se sucedían en su
provincia. Así mantenía constante correspondencias con Monseñor Zaspe (Obispo de Santa
Fe y Vicepresidente de la Comisión Ejecutiva del Episcopado, en representación directa del
Papa), quien mantuvo una reunión con Videla donde le transmitió las denuncias formuladas
por Angelelli. Era clara la amenaza de que la represión que se estaba llevando a cabo en la
Argentina alcanzara trascendencia internacional. Conforme lo expuesto corresponde
considerar a Jorge Rafael Videla como autor mediato del homicidio calificado por el
número de personas de Enrique Angelelli (art. 80 inc. 6° del C.P.), y de la tentativa de
homicidio (art. 42 y 80 inc. 6° del C.P.) de Arturo Aído Pinto, en concurso real (art. 55 del
CP).
Albano Eduardo Harguindeguy el reproche que se le
efectúa se funda en su condición de Ministro del Interior del presidente de facto Jorge
Rafael Videla, durante el período comprendido entre el día 29 de marzo de 1976 hasta el
día 29 de marzo de 1981. En ese carácter controlaba las diversas fuerzas de seguridad
nacional. En pos del éxito de la finalidad ilícita de la cual se hallara munida la organización
criminal que conformaba con el resto de los imputados, poseía la disposición del
instrumento del Estado, no sólo en cuanto a su funcionalidad, sino también en lo inherente
a su integración. En el marco de la “lucha contra la subversión”, Harguindeguy emitió
directivas precisas para el control y persecución de los sacerdotes que respondían a los
lineamientos trazados por el Concilio Vaticano II, tal como surge de la declaración ante la
Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU) (fs. 585
y sgtes.) de Rodolfo
Peregrino Fernández, policía federal, quien integraba la Ayudantía del Ministerio del
Interior, siendo asistente personal de Harguindeguy, quien manifestó que “el general
115
Harguindeguy manejaba en forma personal todos los hechos referentes a la Iglesia”; y que
en relación a la muerte del Obispo Enrique Angelelli, expresa “…este hecho fue
denunciado desde distintos sectores como una muerte deliberadamente provocada. El
dicente, en este sentido, quiere agregar que uno o dos días después de de ocurrido el
suceso, los papeles que portaba el Obispo Angelelli en el momento de su fallecimiento
llegaron a la Casa de Gobierno, dirigidos al Ministro Harguindeguy, en una carpeta
remitida desde la Guarnición Militar Salta, con la expresa indicación de que se trataba de
documentación “confidencial”. (…) Todas estas circunstancias motivaron que el dicente se
decidiera a fotocopiar parte de esa documentación, que estaba integrada por
correspondencia original intercambiada entre el Obispo de la Rioja y el Arzobispo de
Santa Fe, Monseñor Vicente Zazpe, referida a la persecución que sufrían sectores de la
Iglesia
Católica
por
su
actividad
social,
un
cuaderno
de
notas
y
otros
papeles.…documentación fue entregada al General Harguindeguy, quien se la entregó a
Icely para que elaborara la información contenida en ella. Quiere aclarar el dicente que
prestó especial atención al hecho por la forma estrictamente “secreta” que se dio a la
existencia de esta carpeta”. Asimismo, repárese en lo señalado precedentemente en cuanto
a la entrevista mantenida entre el imputado Harguindeguy y Monseñor Angelelli, quien no
se caracterizaba como un pastor silente o dócil, y que frente a los atropellos del poder de
facto supo enfrentar cara a cara a quienes fueron los autores de su muerte.Conforme lo expuesto corresponde considerar a Albano
Eduardo Harguindeguy como autor mediato del homicidio calificado por el número de
personas de Enrique Angelelli (art. 80 inc. 6° del C.P.), y de la tentativa de homicidio (art.
42 y 80 inc. 6° del C.P.) de Arturo Aído Pinto, en concurso real (art. 55 del CP).
Luciano Benjamín Menéndez se desempeñaba, al tiempo
de los hechos, como Jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, a cargo de la Zona de Defensa III
que tenía a su cargo la Subzona 31 y -dentro de ella- el Área 314, que abarcaba toda la
provincia de La Rioja. Esto es, tenía el rol de la máxima autoridad bajo cuyas órdenes
actuaron el Batallón de Ingenieros 141 (al mando del Teniente Coronel Osvaldo Pérez
Bataglia, fallecido), la Policía Federal, la Policía de la provincia de La Rioja (a cargo del
encartado Edilio cristóbal Di Cesare), el destacamento Gendarmería Nacional de Chilecito
(a cargo del Comandante Antonio Arnaldo Garay, ya fallecido) y la Base Aérea CELPA (a
cargo del Comodoro Lázaro Aguirre, ya fallecido, y del Vicecomodoro Luís Fernando
Estrella). Esto, puesto que a partir del dictado los decretos 2070/75, 2071/75, 2772/75, la
Directiva del Consejo de Defensa 1/75 y la Directiva del Ejército 404/75, todas las fuerzas
de seguridad del país estaban subordinadas al Ejército en la tarea de la lucha contra la
subversión. Menéndez, por su cargo, era el máximo responsable de las acciones llevadas a
cabo por el Ejército y las fuerzas de seguridad provinciales con el alegado motivo de
reprimir la subversión que, entre otras formas, en La Rioja se expresó en la modalidad de
persecución a individuos pertenecientes o vinculados con la iglesia católica -entre otros
sectores- entre quienes se encontraban Monseñor Angelelli, Gabriel Longueville, Carlos de
116
Poder Judicial de la Nación
Dios Murias y Wenceslao Pedernera, quienes fueran fríamente asesinados en el transcurso
del año 1976. Como ya fuera señalado, también resulta relevante la entrevista mantenida
entre el imputado Menéndez y Monseñor Angelelli, donde aquel le reclamaba al Obispo
Diocesano que “debía revisar y examinar su fe”. De tal forma se le atribuye al imputado
Luciano Benjamín Menéndez haber emitido al personal bajo su mando, dentro del marco de
operaciones destinadas a combatir la subversión, las órdenes ilícitas respecto de la
ejecución de los hechos investigados, proveer los medios necesarios para perpetrarlos y
asegurar la impunidad de sus actos.
Conforme lo expuesto corresponde considerar a Luciano
Benjamín Menéndez como autor mediato del homicidio calificado por el número de
personas de Enrique Angelelli (art. 80 inc. 6° del C.P.), y de la tentativa de homicidio (art.
42 y 80 inc. 6° del C.P.) de Arturo Aído Pinto, en concurso real (art. 55 del CP).
Luís Fernando Estrella quien era Jefe del Escuadrón
Tropas y del Depto. Aeródromo de la Base Aérea CELPA, en Chamical, al tiempo de los
hechos, y conforme la prueba reunida y luego de producido el mismo, Estrella habría
USO OFICIAL
ordenado el despliegue de personal dependiente del CELPA Chamical hasta Hospital Dr.
Luis Agote de la ciudad de Chamical (conforme el testimonio de Mario Rubén Gorosito, a
fs. 1456) quien afirma la presencia de personal del CELPA Chamical que entraba y salía
constantemente de la sala donde se encontraba internado Pinto, ello permite inferir que el
encartado Estrella, dispuso la concurrencia de personal bajo su mando a fin de asegurar el
encubrimiento del hecho mediante el favorecimiento personal de los autores de los delitos
investigados. Tal circunstancia permitió que habiéndose dispuesto la intervención del
personal de Fuerza Aérea (Base Aérea Chamical) se “asegurara” el “aislamiento” del
testigo Pinto, para la consecución del fin antes señalado, asegurando la impunidad de estos
tipos de delitos, constituyendo uno de los objetivos finales que se trazaran como
metodología para la eliminación física de las personas. Así, la posición que ocupaba
Estrella en la estructura del poder militar, si bien mando intermedio, le permitió haber
emitido al personal bajo su mando, dentro del marco de operaciones destinadas a combatir
la subversión, las órdenes ilícitas respecto para asegurar la impunidad de los actos que
llevaron a la ejecución del atentado contra la vida de Angelelli y Pinto.Conforme lo expuesto corresponde considerar a Luís
Fernando Estrella como autor mediato del homicidio calificado por el número de
personas de Enrique Angelelli (art. 80 inc. 6° del C.P.), y de la tentativa de homicidio (art.
42 y 80 inc. 6° del C.P.) de Arturo Aído Pinto, en concurso real (art. 55 del CP).
Edilio Cristóbal Di Césare era Jefe de Logística del
Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 y Jefe de la Policía de la provincia de La
Rioja. Conforme el reglamento RV 200-10 "Servicio Interno" del Ejército Argentino (del
27 de octubre de 1967), como miembro de la Plana Mayor, Di Césare coadyuvaba en las
responsabilidades del Comandante de la Brigada (el Jefe de Área Teniente Coronel Osvaldo
117
Pérez Bataglia- fallecido) ocupándose de su asesoramiento, preparar el detalle de los planes
de acción y transformar sus resoluciones en órdenes, haciendo que ellas se transmitieran a
los demás integrantes de la fuerza y fueran ejecutadas tanto por militares como por personal
de la fuerzas de seguridad de la provincia de La Rioja -éstas últimas actuaban bajo control
operacional del Ejército. La interpretación de las funciones de asesoramiento de los
integrantes de la Plana Mayor debe hacerse a la luz del contexto imperante tal como queda
en evidencia a través de la Directiva 404/75 que establece que la misión principal era la
"lucha contra la subversión". En lo específico, como Jefe de Logística, conforme al RV20010, entre sus funciones estaba la asesorar al Jefe del Batallón y, específicamente: a)
abastecer las necesidades de los operativos; b) planear y dirigir el transporte de las
subunidades de personal y de establecimiento por todos los medios; c) ejecutar el control de
carreteras y del tránsito. También, la de coordinar, con el Jefe de Operaciones, la selección
de los caminos. Como Jefe de Policía, era responsable de todas las actuaciones en los
operativos antisubversivos en los que participara la policía de la provincia, que incluyen la
ejecución de los hechos investigados. Se le atribuye haber emitido al personal bajo su
mando, dentro del marco de operaciones destinadas a combatir la subversión, las órdenes
ilícitas respecto de la ejecución de los hechos investigados, proveer los medios necesarios
para perpetrarlos y asegurar la impunidad de sus actos.Como ya fuera adelantado precedentemente, y debiendo
suspenderse el proceso en relación al encartado Di Cesare, y no habiéndosele receptado
declaración indagatoria en los presentes, por las razones expuestas, no corresponde
expedirme sobre el posible grado de participación que en los presentes hechos la cabría;
pero tampoco puede dejar de analizarse el rol que el mismo habría desempeñado en la
cadena de mandos de la estructura represiva del estado sin el grave riesgo de la
descontextualización de la misma.Juan Carlos Romero (alias "Bruja") ostentaba el cargo de
Comisario y se desempeñaba como Jefe del Servicio de Informaciones (D-2) de la Policía
de la Provincia. Este sector de la Policía de la Provincia actuaba bajo la dirigencia del Jefe
de Inteligencia y Operaciones del Batallón de Ingenieros 141 -el Teniente Coronel Rama- y
con la asistencia y anuencia del Mayor Edilio Cristóbal Di Césare -a la sazón, Jefe de la
Policía de la Provincia- quienes le proveían las órdenes que suponían el accionar materia de
este requerimiento, así como la infraestructura y los recursos necesarios a los fines de
llevarlos a cabo. La mecánica para 'aniquilar la subversión' consistió en obtener la
información, utilizarla para localizar, por medio de operativos armados e ilegales, a
personas y materiales para luego extraer de estas -en el menor tiempo posible- nuevos datos
que dieran pie a nuevos operativos; desarrollándose así una actividad compleja cuyo
elemento dinamizador fue la tortura sobre quienes estaban en condición 'prisioneros
subversivos'. En su caso particular -como Comisario y Jefe del Servicio de Informaciones
de la Policía de la Provincia, inmediatamente subordinada operacionalmente a la Jefatura
de Policía de la Provincia de la Rioja- tuvo dominio sobre una parte del aparato de poder y
118
Poder Judicial de la Nación
en consecuencia sobre los hechos, a partir de las órdenes que retransmitía y cuyo
cumplimiento era de su incumbencia vigilar; al posibilitar de esta forma que el sistema
ordenado por el entonces Comandante en Jefe del Ejército siguiese funcionando de un
modo ilegal. Es significativa, en este sentido, su inmediata presencia en el lugar donde se
produjo el atentado a Angelelli, junto con el coronel Maggi y el médico Herrera Paez, así
como el hecho de que haya apuntado con una escopeta Itaka a los presentes para que se
alejaran del lugar, como relatan los testigos Ramón Nicolás De La Fuente y Luis Maidana,
respectivamente, para de esta forma asegurar el encubrimiento del hecho y la impunidad
para sus autores.Conforme lo expuesto corresponde considerar a Juan Carlos
Romero como autor mediato del homicidio calificado por el número de personas de
Enrique Angelelli (art. 80 inc. 6° del C.P.), y de la tentativa de homicidio (art. 42 y 80 inc.
6° del C.P.) de Arturo Aído Pinto, en concurso real (art. 55 del CP).
De la asociación ilícita:
En relación a la calificación del hecho como Asociación
USO OFICIAL
Ilícita, efectuada por el Ministerio Público Fiscal, comparto la misma, con las salvedades
que seguidamente se exponen:
Al tiempo de la comisión de los hechos aquí investigados
éstos eran sancionados por el art. 210 bis Código Penal (conforme Ley N° 21.338).Conforme quedó acreditado, con el grado de probabilidad
requerido en esta etapa procesal tanto a Videla, Harguindeguy, Menéndez, Estrella y
Romero les corresponde el reproche penal como coautores del delito de asociación ilícita
calificada en el carácter de “jefe”, el primero, y como “organizadores”, los restantes.En la presente causa se investiga la actuación de los
encartados en relación a los hechos de los que resultaron víctimas Monseñor Enrique Angel
Angelelli y Arturo Aído Pinto que ocurrieron el 04 de agosto de 1976, lo que habilita el
análisis de su conducta también a la luz del art. 210 bis del C.P. (asociación ilícita
agravada), artículo que fue introducido en el Código Penal por la ley n° 21.338 del 16 de
julio de 1976.El art. 210 bis en su redacción al momento de los hechos
según ley 21.338 establece: “Se impondrá reclusión o prisión de 5 a 12 años, si la
asociación dispusiere de armas de fuego o utilizare uniformes o distintivos o tuviere una
organización de tipo militar. La pena será de reclusión o prisión de cinco (5) a quince (15)
años, si la asociación dispusiera de armas de guerra y tuviere una organización de tipo
militar. Los cabecillas, jefes, organizadores o instructores serán reprimidos de ocho (8) a
veinticinco (25) años de reclusión o prisión. La misma pena se impondrá si la asociación
estuviere organizada total o parcialmente con el sistema de células.”.La norma del art. 210 del C.P., sanciona al “que tomare parte
en una asociación o banda de tres o más personas destinada a cometer delitos por el solo
hecho de ser miembro de la asociación” agravando el mínimo de la pena “para los jefes u
119
organizadores de la asociación”. Por su parte, el art. 210 bis, 2° párrafo (según ley 21.338),
eleva el monto de la pena cuando “la asociación dispusiera de armas de guerra y tuviere una
organización de tipo militar”.La razón de ser de la prohibición de una y otra norma y, por
ende, de la tutela legal -respecto del orden público, desde el ángulo normativo- reside
esencialmente en la idea según la cual, el orden es a la sociedad como ésta es al Estado;
preexisten uno al otro para funcionar armónicamente, con el objeto de que el Estado logre
sus verdaderos fines, en este caso, el afianzamiento del vínculo jurídico en la sociedad,
asegurando la paz social. (cfr. Abel Cornejo, Asociación Ilícita y Delitos contra el Orden
Público, Rubinzal Culzoni Editores, p. 15).El delito previsto en los arts. 210 y 210 bis del Código Penal,
consiste en tomar parte en una asociación, lo que pone a la vista su carácter mediato,
secundario y complementario. No se trata de castigar la participación en un delito, sino la
participación en una asociación o banda destinada a cometerlos con independencia de la
ejecución o inejecución de los hechos planeados o propuestos. (Cfr. Sebastián Soler,
Derecho Penal Argentino, t. IV, Editorial t.e.a., 4° ed. Parte especial, 1987, p.711).En cuanto a los elementos integrantes de este injusto, en
primer término debe tratarse de un acuerdo entre tres o más personas en forma organizada y
permanente para cometer delitos.Se requiere así, un mínimo de organización o cohesión entre
los miembros del grupo, sin necesidad de que esa asociación se forme por el trato personal
y directo de los asociados. Basta que el sujeto sea conciente de formar parte de una
asociación cuya existencia y finalidades le son conocidas.En efecto, tratándose de un delito colectivo o de pluralidad de
personas, el número de integrantes reviste particular interés debido a que el propósito
asociativo -cometer delitos- se nutre en el número de integrantes de la asociación para
lograr una mayor eficacia delictiva, ya que la reunión de tres o más personas antecede a
cualquier delito que se proponga cometer per se, razón por la que a cada integrante de la
organización le tocará cumplir un rol determinado.Al respecto, enseña Soler que el número mínimo exigido por
la ley -tres asociados- debe cumplirse no sólo en sentido objetivo, sino también
subjetivamente; el partícipe debe saber que forma parte de una asociación de tres personas a
lo menos. (Soler, Sebastián, ob. cit, p. 712). Asimismo, destaca el citado maestro, que no es
necesaria la presencia simultánea de tres imputados en el proceso; pero es preciso que la
acción esté dirigida, al menos, contra tres o que lo haya estado. En similar dirección se
expresan también otros autores. (Fontán Balestra, Carlos, Tratado de Derecho Penal, Tomo
VI, Ed. Abeledo Perrot, 2da. Ed. p. 472).Entre los elementos subjetivos del tipo, uno de fundamental
importancia es el acuerdo previo que debe existir entre sus miembros. Dicho acuerdo debe
llevar a que los integrantes de la asociación actúen en forma organizada y permanente, debe
120
Poder Judicial de la Nación
existir un nexo funcional que denote en los actos que lleve a cabo la sociedad criminal una
estructura delictiva estable.Se es parte porque se conoce que la asociación va a cometer
delitos y además se integra con esa voluntad, o sea, se es parte para cometer delitos.La estabilidad se refiere a la estructura de la asociación,
mientras que la permanencia alude al grado de pertenencia o adhesión de sus miembros
para con la sociedad criminal.El autor alemán Urs Kindhauser, en su obra “Handlungs-und
normtheore-tische Gundfragen der Mittaterschaft” (cita de Miguel Polaina Orts en “Delitos
de Organización como Derecho Penal del enemigo” en Jakobs Gunter y Polaino-Orts
Miguel, “Delitos de organización: un desafío del Estado”, Editora Jurídica Grijley, 2009,
pág. 68) señala: “coautoría es la intercalación de acciones de diversos actores en un
(deseado) esquema de interpretación congruente de una esfera de organización unida”.De otra parte, Ernst-Joachim Lampe (citado por M. Polaino
Orts, en ob. cit. págs. 89-90), define los sistemas del injusto jurídico penal diciendo que son
USO OFICIAL
las relaciones entre individuos organizados hacia fines injustos. Para él, los sistemas del
injusto constituido, no sólo son más que la suma de las partes -como los sistemas simples
(coautoría)- sino que además, como instituciones, son independientes del cambio de sus
partes. Como ejemplo menciona las agrupaciones criminales, las empresas económicas con
tendencia criminal y los Estados y estructuras estatales criminalmente pervertidos. En esta
misma línea de pensamiento, Hans Joachim Rudolphi (citado en la obra referenciada, pág.
104) al hablar de los delitos de organización como injusto anticipado, apunta que estas
organizaciones desarrollan generalmente una dinámica propia que consiste en la comisión
de los hechos proyectados, disminuyendo, o incluso anulando, el sentimiento de
responsabilidad de los miembros individuales.Por su parte el español Jesús María Silva Sánchez (referido
por M. Polaino Orts en esa misma obra, pág. 105) sostiene que con el criterio del injusto
anticipado, a los miembros y colaboradores de la organización se los debe hacer
responsables por sus propias actuaciones y no por ser parte en un sistema asocial.Teniendo en cuenta estas referencias dogmáticas, cabe afirmar
que la organización criminal gestada en nuestro país y, específicamente, en nuestra
provincia, se sustentó en la cadena de mandos con jerarquías que la estructura de las fuerzas
armadas y de seguridad habilitaba, y que fue utilizada para la realización de procedimientos
al margen de la ley, con la finalidad expresa de aniquilar a los oponentes políticos o
ideológicos, los que fueron considerados a tales efectos subversivos o vinculados a la
subversión.En efecto, la sentencia del 2 de diciembre de 1986
pronunciada en la Causa 44 del registro de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, (denominada “Causa incoada en
virtud del decreto 280/1984 del Poder Ejecutivo Nacional”) estableció que para llevar a
121
cabo el plan clandestino de represión, el gobierno militar dividió al país en cinco zonas –
que a su vez se dividían en subzonas– que se correspondían cada una con un Cuerpo de
Ejército.Además de las nuevas funciones institucionales que se
arrogaron las Fuerzas Armadas a partir del 24 de marzo de 1976 -que se describían en las
Actas y Reglamentos del Proceso de Reorganización Nacional- se estableció en el país un
sistema de represión clandestino mediante el cual se llevaron a cabo procedimientos
paralelos e ilegales para reprimir a toda forma de oposición al régimen de facto.Ya en la sentencia pronunciada el 9 de diciembre de 1985, en
el denominado “Juicio a las Juntas”, la Cámara Federal en pleno sostuvo: “En suma, puede
afirmarse que los comandantes establecieron secretamente un modo criminal de lucha
contra el terrorismo. Se otorgó a los cuadros inferiores de las fuerzas armadas una gran
discrecionalidad para privar de libertad a quienes aparecieran, según la información de
inteligencia, como vinculados a la subversión; se dispuso que se los interrogara bajo
tormentos y que se los sometiera a regímenes inhumanos de vida, mientras se los mantenía
clandestinamente en cautiverio; se concedió; por fin, una gran libertad para apreciar el
destino final de cada víctima, el ingreso al sistema legal (Poder Ejecutivo Nacional o
Justicia), la libertad o, simplemente, la eliminación física”.En la ya mencionada “Causa 44” en la que se juzgaron delitos
ocurridos en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, cometidos por personal de las
fuerzas armadas y de seguridad, con relación a las órdenes dictadas para llevar adelante el
plan criminal, se estableció que éstas eran impartidas por el comandante de la Zona I, y
siguiendo la cadena de mandos, por el jefe de Policía de la Provincia y por el director
general de Investigaciones.En el marco de esta organización, es claro que existía una
cadena de mandos que nacía en la Junta Militar, con el Comandante en Jefe del Ejército, el
Ministerio del Interior, el Jefe del III Cuerpo, el Jefe de la guarnición militar local, que
actuaba coordinadamente con el personal de la Policía de la Provincia de La Rioja, que a la
sazón estaba a cargo de un oficial militar del Ejército, y en donde Juan Carlos Romero (a)
“Bruja” era el Jefe del D-2. De esta manera, el accionar policial se manejaba en
connivencia y coordinación con la estructura militar, donde, cada miembro contaba con la
actividad y participación de los otros. Así por ejemplo, los “operativos” o “procedimientos”
en los domicilios particulares y en la vía pública, efectuados sin conocimiento de juez, con
la intervención de varias personas, con despliegue de vehículos, contaban con el auxilio y la
logística de la Policía y del Ejército. Los jefes, los organizadores y los simples miembros,
sabían que contaban con el otro, que había una reunión subinstitucional -subterránea en
cuanto a la legalidad del Estado- para cometer los ilícitos que perpetraban; acuerdo que les
permitía efectivizar las acciones y al mismo tiempo garantizar su impunidad. Destáquese en
este sentido, que la documentación de la “Dirección de Coordinación y Enlace” y los
Prontuarios Policiales entregados por la Dirección de Planeamiento Estratégico de la
122
Poder Judicial de la Nación
Policía de la provincia de La Rioja, correspondientes a Enrique Angel Angelelli -entre
otros- aportadas en el transcurso de la investigación dan cuenta del funcionamiento del
“aparato de inteligencia” que incluía seguimiento, control ideológico y vigilancia de los
ciudadanos, todo ello en modo clandestino, oculto y subterráneo como parte del accionar
descripto.La circunstancia de que, Videla, Harguindeguy y Menéndez,
integraran ese acuerdo previo, hayan sabido y querido integrarlo, exhibe el dolo requerido
para el tipo subjetivo.
Por otra parte, el art. 210 bis del Código Penal prevé que la
sanción se agrave respecto a los jefes y/u organizadores, atento a que por su condición
dentro de la estructura de la organización, tienen una mayor responsabilidad en la faz
directriz.Explica Nuñez que son “jefes” los que comandan la
asociación, cualquiera sea la jerarquía y el modo de su participación en el ejercicio del
mando, y son “organizadores” los que han participado en las tareas del establecimiento u
USO OFICIAL
ordenamiento de la asociación. (Nuñez, R. C., Tratado de Derecho Penal, Lerner, Buenos
Aires, 1971, t. V, pág. 190, citado por Abel Cornejo, ob. cit., pág. 82).En concordancia con lo que razona el profesor alemán Kai
Ambos, es evidente que la organización criminal como un todo, sirve como punto de
referencia para la imputación de los aportes individuales al hecho, los que deben apreciarse
a la luz de sus efectos en relación con el plan criminal general o en función del fin
perseguido por la organización criminal; de tal manera, puede hablarse de un dominio
organizativo en escalones, de donde dominio del hecho presupone, por lo menos, alguna
forma de control sobre una parte de la organización. Y afirma el citado autor, que la
distinción tradicional entre autoría y participación es reemplazada por tres niveles de
participación: “el primer nivel, más elevado, está compuesto por los autores que planifican
y organizan los sucesos criminales, esto es, los que como autores por mando
(Führungstäter) pertenecen al estrecho círculo de conducción de la organización; en el
segundo nivel, encontramos a los autores de la jerarquía intermedia, que ejercitan una
forma de control sobre una parte de la organización y por esto puede designárselos como
autores por organización (Organisationstäter); finalmente en el más bajo nivel, el tercero,
están los meros autores ejecutivos (Ausführungstäter) que aparecen sólo como auxiliares de
la empresa criminal global” (Kai Ambos, ob. cit. pág. 233).Y en la misma línea, Creus expresa que “jefes son los que
mandan a otros miembros de la asociación, sea a la totalidad de ellos o a una parte. Debe
tratarse de un mando realmente ejercido, o sea, el autor debe recibir efectivamente
obediencia en lo que atañe a los objetivos de la asociación de parte de sus miembros…”
(Creus Carlos, Derecho Penal. Parte Especial, 2° ed. Actualizada, Astrea, Buenos Aires,
1988, p.101. Citado por Abel Cornejo, ob. cit., pág. 83).-
123
Conforme al plexo probatorio incorporado en autos Videla,
Harguindeguy y Menéndez se ubicaban en un “primer nivel” ya que eran los jefes, quienes
planificaban y organizaban los suceso criminales. En un “segundo nivel” o “jerarquía
intermedia” se puede ubicar a quien entonces ostentaba la Jefatura del Batallón de
Ingenieros 141 (Area 314) el ya fallecido Teniente Coronel Osvaldo Pérez Bataglia, al
encartado Di Cesare -recuérdese que era oficial del ejército- quien ejercía al momento de
los hechos la Jefatura de la Policía de la provincia de La Rioja; en este mismo nivel se
ubica el imputado Romero, quien era Jefe de Inteligencia (D-2) de la Policía de la
Provincia.En forma paralela, y dentro de este contexto, también cabe
ubicar al extinto Vicecomodoro Lázaro A. S. Aguirre, jefe del CELPA Chamical de la
Fuerza Aérea -quien se encontraba enfrentado al Obispo Angelelli por su actividad pastoral
y por las investigaciones que este desarrollaba en relación al homicidio de los sacerdotes
Longueville y Murias-, y también al encartado Luis Fernando Estrella, que en los hechos
respondía directamente al entonces Vicecomodoro Aguirre, y era el Jefe del Escuadrón
Tropas del CELPA Chamical. Así, y conforme lo describe Kai Ambos, todos ellos ejercían
el control y retransmitían las órdenes impartidas.Son
claras
las
prueba
(testimonios
y
documentos
incorporados) ante valoradas en el marco de esta investigación y que acreditan con el
grado de probabilidad requerido en la presente instancia en cuanto a la participación que en
el hecho se les enrostra a los encartados, quienes formaban parte de una de “tipo” militar y
portaban armas, dada su profesión o condición de miembros de una fuerza militar o de
seguridad.Todo esto conduce a concluir que a Jorge Rafael Videla,
Albano Eduardo Harguindeguy y Luciano Benjamín Menéndez les cabe el reproche penal
en calidad de “jefes” de de la asociación ilícita que se examina; en tanto a Luis Fernando
Estrella y Juan Carlos Romero -con la salvedad que se efectuara supra en cuanto a la
intervención de Edilio Cristóbal Di Cesare en el presente proceso- se les atribuye la calidad
de “organizadores” de la asociación ilícita, todo ello bajo los términos del art. 210 bis del
C.P. (conforme ley N° 21.338), respecto de quienes corresponde dictar auto de
procesamiento y prisión preventiva de los encartados indagados, de conformidad a lo
previsto por el art. 312 inc. 1° del C.P.P.N., en orden al delito de Asociación Ilícita
Calificada.DEL CONCURSO DE DELITOS:
En relación al concurso de delitos, como se expusiera al
momento de tratar la responsabilidad de los imputados, entiendo que media concurso real
entre el delito de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas,
la tentativa de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y la
asociación ilícita calificada.-
124
Poder Judicial de la Nación
Sobre este punto en particular calificada doctrina ha sostenido
que “[e]l presupuesto necesario del concurso de delitos es una pluralidad de conductas. En
el fondo no deja de ser la concurrencia de varios delitos en un único proceso, lo que si bien
hace que haya disposiciones al respecto en el Código Penal (arts. 55 y 56) en modo alguno
debe ser considerado como una cuestión exclusivamente penal, sino también de enorme
importancia procesal...” (Zaffaroni, E. Raúl, Alagia, Alejandro y Slokar, Alejandro:
Derecho Penal. Parte General, Ed. Ediar, Buenos Aires, 2000, p. 826).Se trata de tipos penales que apuntan a distintas esferas de
protección del bien jurídico, dado que la asociación ilícita apunta a atentar en contra del
orden público mediante la comisión de diversos delitos; en tanto el homicidio -como el
homicidio tentado- se cristaliza al tener en cuenta que el bien afectado por la acción típica
prevista en el artículo 79 del C.P. -en su figura básica-, es uno distinto de aquel subyacente
con la otra figura analizada, es más, y por tratarse de delitos contra bienes jurídicos
eminentemente personales, la pluralidad de víctimas torna múltiple cualquiera de estos
delitos. Al respecto, bien dice Jakobs que las lesiones a bienes personalísimos de distintas
USO OFICIAL
personas nunca constituyen una sola infracción, ya que no cabe definirlos sin su titular
(Jakobs, Günther: Tratado de Derecho Penal, trad. de Joaquín Cuello Contreras, Ed.
Marcial Pons, Madrid, España, 1995, pag. 1082).En definitiva, cabe concluir que el delito de homicidio
calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, la tentativa de homicidio
calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y la asociación ilícita
calificada y la asociación ilícita calificada, habrán de concursar materialmente, conforme lo
establece el art. 55 del Código Penal.DE LA PRISIÓN PREVENTIVA:
Dada la entidad y naturaleza del hecho imputado a los
encartados respecto de quien se dicta auto de procesamiento, y teniendo en cuanta que el
límite impuesto por el art. 316 del C.P.P., que en caso de corresponder pena privativa de la
libertad supera el tope punitivo previsto por la ley ritual, que es de ocho años; y ante una
eventual declaración de culpabilidad del imputado en los presentes no correspondería
condena de ejecución condicional por la naturaleza del ilícito que se les imputa; a lo que se
suma la gravedad de los hechos que se les enrostran -no sólo por las extraordinarias
condiciones de modo, tiempo y lugar en que se llevaron a cabo, sino además por
multiplicidad de víctimas- existe el riesgo de que trate de eludir la acción de la justicia o se
entorpezca la investigación.La jurisprudencia ha sostenido que: “... el derecho de gozar de
libertad hasta el momento en que se dicte sentencia de condena no constituye una
salvaguarda contra el arresto, detención o prisión preventiva, medidas cautelares que
cuentan con respaldo constitucional en la medida que tiendan a la efectiva realización del
proceso penal a través de presunciones basadas en la expectativa de pena aplicable al hecho
imputado evitando su entorpecimiento, pauta valorativa positiva que, de concurrir, lleva a
125
hacer una excepción al principio general que consagra el derecho de estar en libertad
durante el proceso ...” (CAMARA NAC. DE APELAC. EN LO CRIMINAL Y
CORRECCIONAL FEDERAL , CAPITAL FEDERAL, Sala 02 (Cattani - Luraschi Irurzun. J. 4. S. 8.) "GUERRIERI, Pascual s/ próroga pris. prev.". SENTENCIA del 4 de
Octubre de 2005).A ello, se añade lo sostenido por la Cámara Nacional de
Casación Penal, que señaló “...atento a la naturaleza y gravedad de los sucesos que se
investigan (…) se presenta como posible que el imputado, gozando de tal beneficio, intente
evadir la acción de la justicia ante el pronóstico de una futura pena grave y de efectivo
cumplimiento. Ello así, dado que el llamado “riesgo procesal” constituye una presunción
sobre lo que puede acaecer en el futuro, motivo por el cual ese “riesgo” no podría ser
examinado con un juicio de certeza sino de probabilidad pues se trata de una eventualidad
basada en que el imputado pueda obstruir el avance de la investigación o pueda fugarse.”
(CNCP in re Sosa, Felipe Ramón s/recurso de casación”, causa n° 12.025, rta. el 16/12/09,
reg. 15.127, del voto del Dr. Juan Carlos Rodríguez Basavilbaso).No debe perderse de vista que los delitos aquí investigados
han sido caracterizados como delitos de “lesa humanidad”, razón por la cual el Estado debe
garantizar el sometimiento a proceso de los imputados, adoptando las previsiones
indispensables para evitar todo intento de eludir el accionar de la Justicia que aquellos
pudieran procurar.Por último corresponde tener en cuenta el pronunciamiento de
la Excma. Cámara Nacional de Casación Penal del 30 de octubre del 2008, al dictar el
Plenario N° 13: “ DIAZ BESSONE, Ramón Genaro s/ recurso de casación” en el que
señala respecto a la posibilidad de conceder el beneficio de la excarcelación – materia
aplicable al análisis en este punto referido a la posibilidad de ordenar en el particular la
prisión preventiva de los causantes – que:“… y en lo que concierne puntualmente a la
naturaleza del crimen investigado como pauta indicativa de la viabilidad del beneficio, no
puedo dejar de mencionar que – en el caso que diera origen a la presente convocatoria
plenaria – los hechos que se le atribuyen al encausado se encuentran comprendidos en la
categoría de los denominados delitos de lesa humanidad, razón por la cual adquiere
vocación aplicativa la doctrina sentada por nuestro más Alto Tribunal in re “Nicolaides,
Cristino s/incidente de excarcelación” – CSJN N° XXXVIII, rta. El 16/06/04 (fallos
327:496)-, donde señaló que la desaparición forzada de personas –y los hechos colateraleseran considerados ya para la época de su comisión, tanto en el derecho interno como en el
internacional, delitos de lesa humanidad, no resultando pues arbitraria la presunción de los
tribunales inferiores de que quien está imputado de estos delitos gravísimos, en caso de ser
puesto en libertad atentará contra los fines del proceso, conjetura que encuadra su debido
fundamento – tal como lo exige el artículo 319 del C.P.P.N.-, en el indicio que si se buscó
al cometerse los hechos una modalidad que asegurara la impunidad futura, este mismo afán
de sustraerse al juzgamiento podría tener una posterior secuela al otorgarse la libertad al
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Poder Judicial de la Nación
procesado”. (Voto del Dr. Juan E. Fégoli). Es por ello que, en función de todo lo expuesto
se puede considerar que el probable riesgo de obstaculizar el esclarecimiento de los hechos
o evitar eventuales condenas es actual, concreto e inminente, por lo que procede en
consecuencia ordenar la prisión preventiva de los imputados Jorge Rafael Videla, Albano
Eduardo Harguindeguy, Luciano Benjamín Menéndez, Luis Fernando Estrella y Juan
Carlos Romero.En cuanto a la situación del encartado Jorge Rafael Videla, la
presente medida restrictiva de la libertad deberá cumplimentarse en el actual lugar de
detención del mismo -Instituto Penal Federal “Campo de Mayo” Unidad Penitenciaria 34-,
donde permanecerá alojado a disposición de este Juzgado Federal.Acerca de Albano Eduardo Harguindeguy, y por razones
humanitarias que este Juzgado no desconoce, por lo que deviene necesario morigerar su
restricción de libertad, y tal los antecedentes remitidos por el Cuerpo Médico Forense de la
C.S.J.N., obrantes a fs. 5196/5198, acorde los mismos surgen acreditados los extremos
requeridos por el art. 32 incs. a) y d) -edad avanzada y estado de salud- de la ley N° 24.660,
USO OFICIAL
a los fines pertinentes deberá el imputado designar un tutor o persona encargada de la
guarda y el cuidado, quien deberá ser notificada, en lo que respecta al cumplimiento de las
obligaciones inherentes al beneficio concedido, el que será cumplimentado en el domicilio
de calle Eva Perón N° 1331 -ex Wilson- Los Polvorines, Provincia de Buenos Aires, no
pudiendo ausentarse del mismo -el encartado Harguindeguy- siendo la única excepción
admisible para su egreso aquellas fundadas en motivos de salud personal, que deberán ser
comunicadas al Tribunal con suficiente antelación, debiendo hacerlo siempre acompañado
por quien resulta guardador. En caso de no resultar ello factible por razones de urgencia,
dicha circunstancia deberá ser comunicada dentro de las veinticuatro horas hábiles
siguientes.En relación a Luciano Benjamín Menéndez, y conforme los
antecedentes obrantes en este Juzgado Federal (Expte. N° 1828/00 “Z”, caratulados:
“MENEDEZ, LUCIANO BENJAMIN S/ DETENCIÓN DOMICILIARIA”) y por el cual
se le concediera oportunamente la detención domiciliaria al encartado, y no habiendo
variado la situación fáctica del mismo, conforme el informe médico de fs. 5623/5626,
remitido por el Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N., y surgiendo acreditados los
extremos requeridos por el art. 32 incs. a) y d) -edad avanzada y estado de salud- de la ley
N° 24.660, a los fines pertinentes deberá el imputado designar un tutor o persona encargada
de la guarda y el cuidado, quien deberá ser notificada, en lo que respecta al cumplimiento
de las obligaciones inherentes al beneficio concedido, el que será cumplimentado en el
domicilio de calle Illolay N° 3269, B° Bajo Palermo, de la ciudad de Córdoba, no pudiendo
ausentarse del mismo -el encartado- siendo la única excepción admisible para su egreso
aquellas fundadas en motivos de salud personal, que deberán ser comunicadas al Tribunal
con suficiente antelación, debiendo hacerlo siempre acompañado por quien resulta
127
guardador. En caso de no resultar ello factible por razones de urgencia, dicha circunstancia
deberá ser comunicada dentro de las veinticuatro horas hábiles siguientes.Respecto de Juan Carlos
Romero,
y conforme los
antecedentes obrantes en este Juzgado Federal (Expte. N° 1828/00 “S”, caratulados:
“ROMERO, JUAN CARLOS S/ DETENCIÓN DOMICILIARIA”) y por el cual se le
concediera oportunamente la detención domiciliaria al encartado, y no habiendo variado la
situación fáctica del mismo, acreditados los extremos requeridos por el art. 32 incs. a) y d) edad avanzada y estado de salud- de la ley N° 24.660, a los fines pertinentes deberá el
imputado designar un tutor o persona encargada de la guarda y el cuidado, quien deberá ser
notificada, en lo que respecta al cumplimiento de las obligaciones inherentes al beneficio
concedido, el que será cumplimentado en el domicilio de calle Buenos Aires N° 438, de
esta ciudad de La Rioja, no pudiendo ausentarse del mismo -el encartado- siendo la única
excepción admisible para su egreso aquellas fundadas en motivos de salud personal, que
deberán ser comunicadas al Tribunal con suficiente antelación, debiendo hacerlo siempre
acompañado por quien resulta guardador. En caso de no resultar ello factible por razones de
urgencia, dicha circunstancia deberá ser comunicada dentro de las veinticuatro horas
hábiles siguientes.En lo referente a Luis Fernando Estrella, (Expte. Nº
5144/06”F”,
caratulados:
“ESTRELLA,
LUÍS
FERNANDO
S/
DETENCIÓN
DOMICILIARIA”) a quien se concediera la detención domiciliaria, y dado que a la fecha
se mantienen las condiciones por las que fuera otorgado dicho beneficio, cabe mantener la
modalidad alternativa de encierro, a la que hasta el momento se encuentra sujeto el
nombrado, conforme ley N° 24.660.En aquellos casos en que el cumplimiento de la prisión
preventiva fue establecida bajo la modalidad de detención domiciliaria, y para un correcto
control, respecto a una adecuada observancia del régimen de detención domiciliaria, deberá
librarse Oficio al Patronato de Liberados con competencia jurisdiccional a los fines que
efectúe el contralor de cumplimiento de la misma, cada 30 días, elevando a este Juzgado
Federal las actas que se labren al respecto.Por ello;
RESUELVO:
1)
Dictar
el
PROCESAMIENTO,
CON
PRISION
PREVENTIVA, en contra de JORGE RAFAEL VIDELA, ALBANO EDUARDO
HARGUINDEGUY, LUCIANO BENJAMIN MENENDEZ, LUIS FERNANDO
ESTRELLA y JUAN CARLOS ROMERO, ya filiados en autos, p.s. autoría mediata de
los delitos de HOMICIDIO CALIFICADO POR EL CONCURSO PREMEDITADO
DE DOS O MÁS PERSONAS (ART. 80 INC.
TENTATIVA
DE
HOMICIDIO
6° DEL C.P.), un (01) hecho y
CALIFICADO
POR
EL
CONCURSO
PREMEDITADO DE DOS O MÁS PERSONAS (ARTS. 42 Y 80 INC. 6° DEL C.P.)
un (01) hecho, ASOCIACIÓN ILÍCITA AGRAVADA (ART. 210 BIS DEL C.P.),un
128
Poder Judicial de la Nación
(01) hecho - todo ello acorde ley n° 21.338- CONCURSADOS EN FORMA REAL
(ART. 55 DEL C.P.), de conformidad a lo establecido por el art. 312 del C.P.P.N., quienes
continuarán detenidos cumpliendo la detención conforme lo considerado.2) Establecer que la Prisión Preventiva sea cumplida bajo el
Régimen de Prisión Domiciliaria (art. 314 C.P.P.N.), respecto de los encartados Albano
Eduardo Harguindeguy, Luciano Benjamín Menéndez y Juan Carlos Romero, fijándosele
como domicilio, los inmuebles indicados en los considerando, bajo la responsabilidad de un
familiar y/o persona que asuma su cuidado, las que deberán ser individualizadas al
momento de labrarse la correspondiente acta y asumir en la ocasión el respectivo
compromiso; librándose oficio al Patronato de Liberados que por domicilio corresponda el
que deberá supervisar la detención domiciliaria dispuesta debiendo elevar en forma
mensual los informes correspondientes, conforme lo considerado.3) Trabar embargo sobre bienes de los procesados JORGE
RAFAEL
VIDELA,
ALBANO
EDUARDO
HARGUINDEGUY,
LUCIANO
BENJAMIN MENENDEZ, LUIS FERNANDO ESTRELLA y JUAN CARLOS
USO OFICIAL
ROMERO, hasta cubrir la suma de PESOS TRESCIENTOS MIL ($ 300.000,00), por cada
uno de los encartados, de conformidad a lo establecido por el art. 518 del C.P.P.N..4) SUSPENDER el presente proceso penal respecto de
EDILIO CRISTOBAL DI CESARE, de conformidad a lo previsto por el ART. 77 DEL
C.P.P.N., requiriéndose informe al Cuerpo Médico Forense de la C.S.J.N., a fin de que
establecer si la enfermedad que padece el encartado es incurable, conforme lo considerado.5) Regístrese, notifíquese, firme y consentida que fuera la
presente, dése cumplimiento a la ley n° 22.117.-
FDO.: DR. DENIEL HERRERA PIEDRABUENA – JUEZ FEDERAL – ANTE MI: DR.
VICTOR DARDO HERRERA (h) – SECRETARIO FEDERAL (c)
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