TRAUMATISMOS A PROPOSITO DE 6 DEL RIÑON OBSERVACIONES Por el Doctor JUAN IRAZU Los traumatismos renales han sido motivo de numerosas e interesantes comunicaciones en esta sociedad y de su lectura se deduce, la uniformidad de cri-; Lerio para su diagnóstico y tratamiento. Del estudio de los datos estadísticos de los casos tratados por distinguidos colegas y de los nuestros (25 publicacione y 8 citados) podemos deducir que la edad media de los traumatizados oscilaba en los 24 años; que el más joven fué de 7 años y el mayor de 40 años. El sexo masculino fué el más atacado ( 1 9 ) veces y ( 9 ) en el femenino. El tipo de traumatismo más frecuente fué la contusión directa ( 1 8 ) veces, por caída ( 9 ) , por golpes ( 7 ) , por puntapié o coz ( 2 ) . Las contusiones indirectas por caída de píe o por aplastamiento fueron ( 3 ) , no habiendo observado ningún caso de rotura renal por contracción muscular. Las heridas por arma blanca ( 3 ) , complicadas con herida del hígado (obs. 1 6 ) , de p u l m ó n (obs. 2 1 ) , de p u l m ó n y mediastino (obs. 2 3 ) . Las regiones más accesibles a los traumatismos fueron el flanco y la región lumbar ( 2 2 ) veces; de éstas ( 1 0 ) fueron derechas y ( 9 ) izquierdas. Las contusiones anteriores por aplastamiento fueron observadas ( 2 ) veces. Las heridas del lado izquierdo del abdomen parecen más frecuentes, pues la proximidad del corazón ofrecería mejor blanco. De las ( 3 ) heridas por arma blanca, ( 2 ) fueron del lado izquierdo. Las heridas por arma de fuego fueron ( 2 ) del lado derecho. La síntonatología de los traumatismos renales varía de acuerdo al grado de lesión anatómica; éstas son: l 9 rotura subcapsulares; 2<? intersticiales; 3 9 renocaliciales; 4 9 roturas totales; 5Q estallidos; 6 9 roturas de pelvis o uréter; 7" desgarradura total o parcial del pedículo. De acuerdo a la sintomatología podemos establecer la variedad anátomopatológica de lesión. Las dos primeras variedades n o figuran en nuestra esta- 276 REVISTA ARGENTINA DE UROLOGÍA dística, pues se trata de lesiones leves. A la tercera variedad pertenecen las observaciones ( 5 ) , ( 1 2 ) y ( 1 9 ) que presentaban como consecuencia del trauma, hematuria total y dolor que cedieron al tratamiento médico. A la cuarta variedad pertenecen las observaciones (3) al ( 2 6 ) , (8) al ( 1 2 ) , ( 1 4 ) , ( 1 5 ) , ( 1 8 ) , ( 1 9 ) y ( 2 2 ) ; con roturas completas, incompletas y sección. A la variedad quinta pertenecen las observaciones ( 7 ) , ( 1 3 ) , ( 1 7 ) y ( 2 4 ) . Estas dos variedades presentan una sintomatología análoga y son considerados traumatismos graves por flexión del órgano. Se manifiestan por hematuria intensa, retención, hematoma perirrenal, shock y anemia aguda. Finalmente, las variedades sexta y séptima son lesiones raras, gravísimas, generalmente mortales. En ellas suele faltar la hematuria como en la observación ( 2 0 ) y pueden complicarse de hemorragia interna. Las heridas del riñon por armas, son clasificadas como lesiones graves, a éstas pertenecen las observaciones ( l ) , (2) y ( 2 5 ) . Si se complican de lesiones de otros órganos, (hígado, bazo, pulmón e intestino) son muy graves o mortales, a éstas pertenecen las observaciones ( 1 6 ) , ( 2 1 ) y ( 2 3 ) . Repetimos que la sintomatología es capaz de establecer la variedad de lesión renal y si suponemos que hallamos diagnosticado un estallido, éste requerirá probablemente una nefrectomía. Antes de realizarla debemos investigar si no se trata de un riñon único, por medio de la pielografía descendente. Este útil elemento de dignóstico y pronóstico no siempre disponible en la guardia de hospital, lo creemos indispensable en estos casos. El estado de estos pacientes generalmente shockados, dificulta la investigación de la existencia del n n o n opuesto por cistoscopia. Por otra parte, esta exploración no basta para saber el estado funcional de ese riñon, debiéndose en ese caso completar con una cromo cistoscopia por índigo o sulfofenoftaleína, que requieren generalmente la colaboración del especializado. •Se ha probado muy bien que la pielografía descendente es un medio innocuo en los casos de traumatismos renales, aun en los niños. Su aplicación es en realidad reciente e irá tomando incremento a medida que se disponga de equipos de Rayos X, en las guardias de hospitales. Sólo se la practicó 7 veces en las observaciones mencionadas. Si ahora observamos los tratamientos realizados en los casos de nuestra estadística, ya médico o quirúrgico, deducimos que existe muy amenudo una absoluta falta de criterio. Sobre 25 casos, la operación fué practicada de inmediato al restablecimiento del shock; sólo en 9 de los casos restantes se prolongó la intervención con riesgos para el paciente, que debió someterse a la nefrectomía hasta un mes después de transcurrido el accidente. Este criterio abstencio- 277 REVISTA ARGENTINA DE UROLOGÍA fs. a <j Cj 1 I 1 1 1§•s» 1 1 1 1y 1 • ^S 6 1 0 1 Ü I u 1 1 o 1 1 I 1 1 w i ¡o 0 31 1 J ^N 1 si 1 1 |3 1 V -s II i? NI 1° <J 5 § § § 1 1 § I § * 1 5 § 1$ 1 1 I§ -J l ¡S § 1 N 1 1 85 1 sis í í i i 1 s 1 i 1 § <\ <N 1 ! P «1 t? 1 1 H m ¡ • (S.. 0 0 -b 4- 1 1 1 1 I l' S»1 1 l 1 « 1 1 I 1 1 1 1 r (J < 0 ii N J 1 1 1 1 1n g 1 1 1 r s s §- i I N 1 1 N§ l s § 1 ! 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La nefropexia por hidronefrosis a los dos años de un traumatismo grave no intervenido, se la practicó en la (obs. 9 ) . L a nefrectomía inmediata o alejada al traumatismo fué practicada en ( 2 2 ) casos. El may t tiempo de abstención quirúrgic fué de 4 semanas. La nefrectomía combinada con esplenectomía se practicó en la (obs. 4) . Las complicaciones más frecuentes son la infección ( 3 ) casos; el hemoneumotorax ( 1 ) caso; el enfisema generalizado ( 1 ) caso, la hematuria a repetición en ( 6 ) casos. Los resultados alejados en pacientes no intervenidos comprenden las nefritis traumáticas, la atrofia renal por reparación conjuntiva, la hidronefrosis y la nefralgia. De los operados sólo fallecieron 3, porcentaje exiguo si tenemos en cuenta los diversos traumatismos tratados. (Ver cuadro de los traumatismos renales, casuística general). Porcentajes sobre el estudio de los traumatismos renales. Hematuria 99 % Hematoma perirrenal 88 % Shock 88 % Pielografía Tratamiento Resultado descendente. 32 % Médico . . 12 % Quirúrgico 88 % Curaciones 88 % Fallecidos 12 % El porcentaje de las hematurias fué de 96 por ciento, siendo éste el síntoma más constante. El hematoma perirrenal y el shock 88 por ciento, le si- REVISTA ARGENTINA DE UROLOGÍA 279 guen en orden de frecuencia. La pielografía descendente se llevó a cabo en un 32 por ciento de casos a pesar de su gran valor. El tratamiento médico se puso en práctica en un 12 por ciento de casos, cifra reducida, si se la compara con la de Lardennois, quien afirma haber obtenido curaciones por tratamiento médico en un 50 por ciento. El tratamiento quirúrgico 88 por ciento es el más indicado, pues permite visualizar y reparar las lesiones. Su aplicación oportuna Figura 1 Obs. 1. — H e r i d a d e riilón p o r a r m a b l a n c a ; (a), c a r a a n t e r i o r . evita las complicaciones ya mencionadas. Los éxitos ocurrieron en u n 88 por ciento y los decesos en un 12 por ciento, cifra muy baja si tenemos en cuenta que en ella hay varios casos de heridas del riñon de pronóstico siempre más grave. Relatamos a contonuación las ( 6 ) observaciones en enfermos atendidos en la guardia del Hospital Argerich y en el Servicio del P r o f . A. F. Landívar, a quien agradecemos su gentil y desinteresada colaboración. REVISTA 280 Observación ARGENTINA 1. — A. M . 3 7 años, F. DE UROLOGÍA 280 1 2 1 , L i b r o 2 ' . Ingresó el 2 de agosto de 1935. Es t r a í d o de urgencia a la guardia del H o s p i t a l Argerich con una herida penetrante de arma blanca a nivel del flanco izquierdo. Su semblante está pálido, piel fría y sudorosa, pulso 130'. temperatura respi- ración. 3 6 ' 5 ° axilar. Acusa dolor Inmediatamente por debajo del en el flanco izquierdo reborde costal en la que se acentúa línea axilar con la posterior presenta Figura 2 O b s . 1. — C o r t e l o n g i t u d i n a l (a) t r a y e c t o , (b) coágulo s a n g u í n e o . u n a herida sangrante que es p r o f u n d a p o r su exploración, El orificio de entrada tiene un u n . de l o n g i t u d , orientada hacia la r e g l o n siendo el trayecto que lo continua renal. oblicuo de a b a j o a arriba y de adelante hacia atrás. A la palpación de la región lesionada esta defendida y es dolorosa. siendo posible palpar u n a t u m o r a c i ó n mente Ante la sospecha de u n a herida no comprobando de 10 M m . una que ocupa la celda renal complicada del riñon franca h e m a t u r i a total con coágulos alargados. pardal- se hace orinar al paciente La presión sanguínea era N o es posible obtener radiografía. Operación. — Con eternarcosis, se practica la l u m b a t o m í a clásica c o m p r o b a n d o q u e la 281 REVISTA ARGENTINA DE UROLOGÍA celda renal ocupada p o r coágulos está herida, como también el riñon cuyo aspecto y son también polo normales. E n inferior, existe una de la cutánea. transfixión (Fig. (3) la cara anterior de la glándula, herida de bordes rectos m u y próxima sangrante tamaño al borde externo y de la misma y al extensión 1, 2 y 3 ) . Previo a f r o n t a m i e n t o del p a r é n q u i m a se colocan suturas p o r p u n t o s de catgut simple, consiguiendo perfecta hemostasia. Ingresa al Servicio de Cirugía General del P r o f . L a n d í v a r y 8 días después de u n p o s t - Figura 3 O b s . 1. — C o r t e l o n g i t u d i n a l del hemi-rifión a n t e r i o r , (a) t r a y e c t o . operatorio bueno, se repite la bematuría p o r caída del i n f a r t o , con igual intensidad, lo qué exige se le practique una nefrectomía sin incidencias, seguidas de completa curación. Anatomía Patológica. — Riñon de gran tamaño, color pálido anémico, que presenta una herida de bordes irregulares, situada cerca del borde externo de la glándula p r ó x i m a polo renal inferior Fig. al 1 ( a ) . E n u n corte longitudinal y mediano se observan los orificios del trayecto de la herida, Fig. 2 (b) y ( c ) . E n la Fig. 3 corte l o n g i t u d i n a l del hemiriñón anterior puede observarse el trayecto interesando el cáliz inferior. El cáliz superior está ocupado p o r un coágulo REVISTA 282 Observación 15-7-39 II. - I. L . 25 ARGENTINA años, ficha después de haber sido derribado p o r D E UROLOGÍA 282 1 2 9 5 1 del Servicio un automóvil directamente sobre el flanco derecho del a b d o m e n . Al querer de C i r u g í a . en la vía Ingreso pública, el golpeando incorporarse n o p u d o hacerlo, siendo a y u d a d o pero cayó desvanecido permaneciendo así p o r espacio de u n a h o r a y luego se retiró a su domicilio p o r sus p r o p i o s medios. Esa noche t u v o i n s o m n i o y en la deseos de orinar, madrugada observando que lo h i z o con sangre. C m o estas micciones se repiten y esta p o s t r a d o decide internarse. El estado general es bueno, sus mucosas y piel pal.das, sed intensa, Figura 4 O b s . 2. — E s t a l l i d o r e n a l por c o n t u s i ó n d i r e c t a (flexión); cara anterior. pulso 8 5 ' . disnea, sin fiebre. A b d o m e n : Defensa muscular del flanco, doloroso, no permite palpar la glándula en el h e m a t o m a . Existe retención de orinas p o r coágulos con globo vesical que se aspiran; ción 16-7-39 y existe en rojos y 1 3 . 2 5 0 pulso, 1 0 0 ' , temperatura el flanco e m p a c a m i e n t o . El 37'5 recuento a 38V globular blancos, la pielografia descendente N> 9 8 1 9 axilar, h a y da (extraviada), tencia del riñon opuesto suficiente. El riñon t r a u m a t i z a d o aparece excluido. Pevia t r a n s f u s i ó n sanguínea se interviene. mayor 3 168 0 0 0 postra glóbulos denota la exis- 9 REVISTA ARGENTINA DE UROLOGÍA Figura 5 Obs. 2. — C a r a posterior. Figura 6 O b s . 2. — Seno renal y borde interno. REVISTA 284 Operación. — ARGENTINA Eternarcosis. l u m b o t o m í a Anatomía su cara anterior El paciente Patológica. — (Fig. 4 ) salvó de Riñon UROLOGÍA clásica, la celda renal está repleta de coágulos, que al vaciarla permite ver un estallido renal nefrectomía usual. DE alta (Figs. 4, 5. 6 ) , p o r lo que se practica u n a curado a los días. reducido de t a m a ñ o , 24 color r o j o obscuro, presenta en v a n o s t r a z o s de desgarros que interesan la glándula t o t a l m e n t e V están ocupados p o r coágulos. La cara posterior hiliar presenta el estallido del seno renal (Fig. (Fig. 5) presenta el m i s m o aspecto. E l borde 6). Figura 4 O b s . 3. — C o n t u s i ó n del r i u ó n con Bección del p a r é n q u i m a y lesión del p e d í c u l o ; c a r a p o s t e r i o r . Observación III. - F. C. 2 5 años. F . 66. L. Ingresó a la guardia del Hospital Argerich el 2 - 1 2 - 3 8. al sufrir u n a caída sobre la región l u m b a r izquierda, m.entras t r a b a j a b a . Es t r a í d o en grave estado con intenso shock. palidez sudoración. pulso 80', h i p o t e n s . o n M x . 7. En hipocondrio izquierdo hay lo incitan a o r i n a r . instituye medicación defensa y d o l o r e x p o n t á n e o y p r o v o c a d o irradiados al pene Se palpa en esa región una t u m o r a c i ó n que llega a nivel del ombligo^ usual para m e j o r a r el shock, consiguiéndolo después, en que se n o s l l a m ó para intetvcnrlo. N o h a y h e m a t u r i a . parcialmente Se cuatro horas 285 REVISTA Operación. — Raquianestesia hemático a gran tensión de la y ARGENTINA Iumbotomía DE UROLOGÍA amplia, pudiéndose apreciar un celda renal. Evacuados los coágulos que lo ocupan derrame se busca el riñon, c o m p r o b a n d o su sección total en su parte media on retracción de a m b o s segmentos hacia arrba y abajo, pero u n i d o s parcialemnte al pedículovascular y sección de vías excretoras. Se ligan los restos del pedículo de a m b o s segmentos glandulares; pero poco después sobre- viene un colapso cardíaco falleciendo el paciente. Anatomía irregular (Fig, Patológica. 7). Al — corte a p r o x i m a más al polo superior R i ñ o n seccionado en su parte media p o r longitudinal (Fig. mediano, Observación IV. — un t r a z o de que la línea rotura de secciBn se 8). Figura O b s . 3. — observamos 8 Corte longitudinal mediano. E. de T . 3 7 años. F . 1 1 4 , L . 4". Ingresó a la guardia del H o s p i t a l Argerích el 6 - 4 - 4 3 , p o r haber sido herida de arma blanca y de fuego, penetrándole u n o de los proyectiles en plena región toráxica posterior, a nivel de la II* vértebra D p o r fuera de la línea media espinal, sin orificio de salida, la exploración del y a 4 cms. trayecto orientada de arriba hacia a b a j o , de adentro hacia afuera, y de atrás hacia adelante: m o d o que p o r la dirección había interesado el p u l m ó n y sus envolturas así c o m o está de tal también el riñon. E n f e r m a pálida disncica, sudorosa, pulso 1 1 0 ' , sin fiebre, presenta a b u n d a n t e h e m o rragia sobre t o d o de las otras heridas que se t r a t a n . Presión sanguínea M x . 9, M n . 7. Acusa dolor en h i p o c o n d r i o y t ó r a x derecho. Auscultando hayrales y crepitación en la base p u l m o n a r O b s . 4. — Figura 9 P e r f o r a c i ó n del polo renal s u p e r i o r p o r a r m a d e f u e g o ; c a r a a n t e r i o r (a) p e r f o r a c i ó n . Figura 10 O b s . 4. — C a r a p o s t e r i o r (a) p e r f o r a c i ó n . 287 REVISTA de ese lado. El a b d o m e n vesical da orina ARGENTINA DE UROLOGÍA defendido permite palpar una celda renal ocupada. francamente h e m a t ú r i c a : previo tratamiento del shock El cateterismo y sin poder hacerle pielografia descendente, se interviene. Opración. — Eternarcosis. l u m b o t o m í a habitual. La celda renal está ocupada p o r coágu- los que se extraen. El riñon de t a m a ñ o normal sangra por presentar u n a perforación del p o l o superior con estallido parcial del órgano. Se practica nefrectomía usual, d r e n a n d o la celda con tubo. El poyectil n o se halló en la región. La enferma complicó su post operatorio con u n derrame hemático de la pleura, c u r a n d o al mes de su Anatomía Patológica. operación. — R i ñ o n que presenta en su polo superior una perforación, a c o m - Figura 1 1 Obs. 4. — C o r t e l o n g i t u d i n a l m e d i a n o (a) p e r f o r a c i ó n . pañado de varios desgarros pequeños p o r estallido (Figs. 9 y vistos por sus caras anterior y posterior 10). E n el corte longitudinal mediano p o d e m o s observar que la perforación interesa el cáliz superior. El resto de las vías excretoras están ocupadas p o r coágulos Observación V. — L. G. 18 años. F. 132, L" 5°. sanguíneos (Fig. Ingresó al Hospital 11). Argerich el 1 1 - 4 - 4 3 , p o r haber recibido un p u n t a p i é en la región l u m b a r , quejándose de dolores en la región renal derecha. E n f e r m o apirético con 7 6 pulsaciones, que n o orinaba desde la m a ñ a n a , invitado a hacerlo, emite 5 0 0 c.c. de orina francamente sanguinolenta sin dolores, con coágulos largos moldeados" tipo ureteral. Enfermo ligeramente shockado, pálido, pofo sudoroso, mi- REVISTA ARGENTINA DE UROLOGÍA 288 í (>bs. fi. — F i g u r a 12 D e s g a r r o de r i ñ ó n por c o n t u s i ó n d i r e c t a ; c a r a p o s t e r i o r ( a ) . f Figura 13 O b s . 5. — C o r t e l o n g i t u d i n a l m e d i a n o (a) i n f a r t o s del p a r é n q u i m a . 289 REVISTA ARGENTINA diiátíco. Es tenido en reposo en observación poca cantidad de sangre. C o n diagnóstico DE UROLOGÍA y a la hora se practica un sondaje de r o t u r a de riñon se interviene. extrayendo No es posible se llega a la celda renal totalmente hacer pielografía. Operación. — Raquianesteia; lumbotomía clásica, infiltrada de sangre, se busca el riñon y se aprecia u n a herida anfractuosa del p o l o superior que toma casi t o d o el espesor del mismo p o r lo que se practica u n a nefrectomía usual, de- j a n d o drenaje en la celda. P o s t - o p e r a t o r i o : Hipocloremia, curación a los 12 días y alta. Anatomía ríñón, Fig. Patológica. 12 (a). — integridad del mismo, Fig. 13 Obs. 6. Observación — VI. R i ñ o n visto p o r su cara posterior que sólo interesa u n Corte longitudinal mediano y derrame hemático hemi- del p a r é n q u i m a con (b). Figura 1 4 S u r c o del riñón por h e r i d a de b a l a ; b o r d e e x t e r n o y c a r a s . — S. G. 3 6 años. F. 1 3 5 , L . 5V. Ingresó a la guardia del Hospital Argerich, presentando varias heridas de bala, una de las cuales presentaba orificio de entrada a nivel del X I 9 espacio intercostal izquerdo, línea axilar anterior sin orificio de salida. La dirección del trayecto se hacía de adelante hacia atrás y de afuera hacía adentro. P o c o después de ser herido, su estado es el siguiente: palidez, sudoración, disnea, pulso 95', con buena tensión M x . 12. M n . 10, sin fiebre. A nivel del flanco y t ó r a x izquierdo hay d o l o r e x p o n t á n e o y provocado con defensa muscular a nivel de la celda renal. A las 3 horas de ingreso el pulso es de 1 1 0 ' y la presión m á x i m a 10, agravándose el estado general, y c o m o se s u p o n e la herida del peritoneo se prepara para ser intervenido. U n sondaje previo de vejiga recoge 2 0 0 c.c. de orinas francamente sanguinolentas. C o n diagnóstico de r o t u r a de riñón se le opera. REVISTA 290 Operación. — Eternarcosis, ARGENTINA incisión DE UROLOGÍA 290 trasversa de Bazy que permite e x p l o r a r la. celda renal y la cavidad peritoneal. Abierta la celda se evacúan a b u n d a n t e s coágulos que la ocupan totalmente, se observa el riñon que presenta entre ambas caras renales y sangra a b u n d a n t e . nando la celda con tubo. Después se una herida como un surco que se extiende Se practica una nefrectomía sin dificultad, dre- explora la cavidad peritoneal observándose h e m a t o m a parietal pequeño y n o siendo posible identificar el sitio de la bala. E l solo torio se complica con un enfisema total al 4" d í a que no cedió a la desestr*ngulacion mediastino y a las punciones, falleciendo el paciente al 15 9 un post-operadel día. Figura 15 Obs. 6. — C o r t e l o n g i t u d i n a l m e d i a n o (a), z o n a de m o r t i f i c a c i ó n del p a r é n q u i m a , Anatomía Patológica. — R i ñ o n visto p o r su borde externo m o s t r a n d o fractuoso a nivel de la parte media de la glándula. Fig. : con -la-muesca del proyectil (b) 14 ( a ) y la zona de mortificación un surco Corte longitudinal ( c ) . Fig. an- mediano 15. COMENTARIOS considerado los traumatismos de la estadística general, lo haremos ahora en nuestros casos en particular. E n las ( 6 ) observaciones, cabe destacar la preferencia de las lesiones graves por contusión al segmento medio de la Hemos 291 REVISTA ARGENTINA DE UROLOGÍA glándula. Allí existen causas favorecedoras; 1' el sistema vascular; 2 ' el sistema canalicular, y 3Q el seno renal. Es en esa zona donde el parénquima renal es menos resistente. Ahora bien, los líquidos que contienen estos sistemas sometidos a una mayor tensión hidráulica- de Kuster que por la compresión se expanden y rompen el parénquima. A estas fuerzas antagónicas, se suman las que ejercen los elementos de sostén de la glándula produciendo su flexión. T a m b i é n es importante recalcar nuestra conducta en el tratamiento. La abtención quirúrgica nos fracasó en la (obs. 2 ) , El tratamiento quirúrgico conservador parecería haber sido factible en las (obs. 1, 4. 5 y 6) de nuestros pacientes. Sin embargo, existían los siguientes motivos para no haberlo hecho: El haber fracasado la nefrorrafia, an un caso; el estado general deficiente de los enfermos que requieren una interveción rápida; y la fafcilidad con que el parénquima va al esfacelo en las heridas de bala. Bajo el p u n t o de vista médico legal debe primar la cirugía reparadora, pues un riñón estirpado, se indemniza con el 50 por ciento, mientras que la reparación sólo con un 30 por ciento. SINTESIS Se comentan los resultados de 25 observaciones publicadas y 8 citadas, de diversos traumatismos renales, de las cuales (6) son casos personales. La sintomatología fué uniformemente observada y sólo la hematuria preocupó en los casos leves. El hematoma perírrenal de los casos graves fué el índice para la intervención quirúrgica que debe realizarse, aun a título de exploración reparadora mutiladora. El empleo de la pielografía descendente es de suma utilidad para conocer la existencia del riñón opuesto y su valor funcional servirá además de guía y pronóstico en la intervención a realizarse. Las heridas y roturas del segmento medio del riñón, son más graves e irreparables que las de los polos renales. La orientación intervencionista conservadora, debe primar sobre la abstención quirúrgica sistemática, sobre todo por la faz médica legal del trauma. BIBLIOGRAFIA Allende Juan M. y Minuzzi Pedro G. — NACIONAL La pielografía endovenosa en los t r a u m a - tismos del riñón. Sociedad de Cirugía de Buenos Aires. Boletines y T r a b a j o s . 1 9 3 4 . pág. 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DISCUSION: Dr. Astraldi. — Como se trata de un trabajo de conjunto magnífico, es que hago moción en el sentido de que en la próxima sesión contribuyamos con REVISTA ARGENTINA DE UROLOGÍA el aporte personal que, podamos tener para poseer así en este tema un cualitativo de conjunto en lo¿ servicios de urología, 293 trabajo Sr. Presidente Dr. Surra Canard. — Me parece muy bien la indicación que ha formulado el Dr, 'Astraldi, sobre todo, si tenemos en cuenta que uno de los temas fijados para el Congreso de Cirugía del año próximo, se refiere a traumatismos renales.