Mmoz S orgos - Biblioteca Virtual de la Provincia de Málaga

Anuncio
DÍR. 5,EL SOL DE ANTEQUERA'
(1898 - 1975)
Historia de la Mitología
G r i e g a y Romana
POR-
***Mmoz
S o r g o s
ILUSTRADA POR-
M . ANGEL Y N . MÉNDI
CON 51 LAMINAS
casa eDiTomflL
SATURNINO
CALLE-JA FERNANDEZ
F U N D f l P f l EN E L A Ñ O 1876,
¡ALLE
DE V A L E N C I A , NÚM. 2Í
MADRID
- 1975)
ES PROPIEDAD
Imprenta
L, A
E D I T O R A
S a n B e r n a r d o , 19.—Madrid
!
/
INTRODUCCIÓN
E l conocimiento de la Mitología es, no solamente
útil y agradable, sino t a m b i é n necesario para todas las
personas cultas y estudiosas. Grecia y Roma han ejercido una influencia demasiado grande en los destinos
humanos para que podamos mirar con indiferencia ó
d e s d é n sus concepciones religiosas, que necesariamente
hubieron de reflejarse en las leyes y costumbres de esos
dos grandes pueblos, y encarnarse, por decirlo así, en su
literatura y en todos sus monumentos. A d e m á s , en e l
fondo de la Mitología se hallan vestigios de las primitivas
tradiciones del g é n e r o humano, y aunque desfiguradas
con fábulas repugnantes y groseros errores, encontramos
las ideas de Dios, de la creación, del pecado del hombre,
del diluvio, del castigo y de la recompensa en la otra
vida, etc., etc.
U n a obra en que se expusiera el desarrollo y evolución de la M i t o l o g í a á t r a v é s de los siglos, y se examinase ccmo se fué bastardeando y obscureciendo la p r i mitiva r e v e l a c i ó n en los diferentes pueblos, r e s u l t a r í a
S
H I S T O R I A D E L A M I T O L O G I A G R I E G A Y ROMANA.
sobradamente extensa, por mucho que quisieran cotiípendiarse los datos de los diversos p e r í o d o s históricos y
de los distintos países. Nuestro objeto es mucho más
modesto y restringido: nos hemos propuesto únicamente dar idea sucinta de la religión griega, que, con
escasas alteraciones, p a s ó luego á los romanos, y que
fué el culto m á s extendido en Europa durante quince
siglos p r ó x i m a m e n t e ; hasta que la religión cristiana,
iniciada y fundada por las predicaciones y enseñanzas
del H i j o de Dios, sellada con su sacrificio en la Cruz,
propagada por todo el mundo por los A p ó s t o l e s y los
m á r t i r e s , d e s t e r r ó de la conciencia pública las alegorías
y mitos del gentilismo.
N o se entienda por esto que la Mitología griega y
romana era sólo un conjunto de fábulas y errores forjado caprichosamente por la imaginación de los poetas:
la mayor parte de los dioses que á c o n t i n u a c i ó n estudiaremos, ó hablan sido en tiempos remotos hombres m á s
ó menos ilustres que t u v i e r o n existencia real y positiva,
y á los que divinizó la s u p e r s t i c i ó n ó la ignorancia, exagerando sus grandes hechos y r e v i s t i é n d o l o s de atributos
que j a m á s t u v i e r o n ; ó no eran m á s que alegorías de
seres, f e n ó m e n o s , ó fuerzas naturales, como el sol, la
luna, las constelaciones, la tempestad, el fuego, el rayo,
el agua, el viento, la noche, etc.; ó abstracciones del
orden m o r a l , como la justicia, la ciencia, la belleza, la
alegría, el t e r r o r , la risa, la c ó l e r a , el amor, la guerra,
etcétera.
A d e m á s , la religión de los griegos y romanos no fué
sino d e r i v a c i ó n de otras mitologías m á s antiguas, sobre
todo de las religiones india, asiría, babilónica y egipcia:
t e n í a sus precedentes h i s t ó r i c o s y estaba í n t i m a m e n t e
éillázada con las leyendas y tradiciones de las razas
asiáticas, que en diversas emigraciones poblaron el
o r i e n t é de Europa. Podemos, pues, considerar la M i t o logía como la e x p r e s i ó n de todas las creencias, alegorías
y mitos religiosos que, á e x c e p c i ó n del judaismo, en que
se c o n s e r v ó la n o c i ó n y c ü l t o del verdadero Dios, esta-
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y KO.MANA
ban esparcidos en el mundo antiguo con anterioridad á
la religión.
D e aquí la importancia de su estudio, harto abandonado h o y , y que bien dirigido puede ser provechoso á
los j ó v e n e s . N o es loable el d e s d é n que algunos muestran hacia la a n t i g ü e d a d , y la tendencia que revelan á
e m p e q u e ñ e c e r las grandezas y glorias sepultadas bajo el
peso de los siglos. E l estudio de la Mitología nos dem o s t r a r á hasta q u é punto puede extraviarse el hombre,
cuando cierra los ojos á la luz de la revelación, y nos
hará a^ieciar m á s y m á s nuestra sacrosanta y divina
religión, que l i b r á n d o n o s de la vergonzosa a b y e c c i ó n del
politeísmo, eleva y ennoblece nuestras ideas y sentimientos, infundiendo en nuestra alma nobles y generosas aspiraciones, dignas de un ser inmortal.
mmm
*É*ÉIÍ##ÉlÉÉiÉÍ
Origen de los dioses según la Mitología.
Los dioses no crearon el m u n d o : según los griegos,
fueron creados de igual modo que los hombres, esto es,
por uniones de otros seres dfe distintos sexos, á excepción de algunos casos particulares en que un dios engendraba por sí sólo á otros.
Antes de que existieran los dioses existían ya el Caos
ó sea el espacio vacio; la T i e r r a , de que brotaron ó nacieron d e s p u é s todas las cosas; el T á r t a r o , lugar tenebroso que representaba la tendencia de todo lo creado
á volver al Caos, y el A m o r , ó sea el principio que mueve,
une y conserva á todos los seres.
D e l Caos brotaron el Erebo (aire) y la N o c h e , y la
unión de éstos produjo el Eter y el D í a . L a Noche eng e n d r ó por sí misma al Sueño, los E n s u e ñ o s , M o m o ó la
R i s a , X-d^ Aflicciones, las H e s p é r i d e s , las P a r c a s , las
Penas d i v i n a s , N é m e s i s , el E n g a ñ o , la A m i s t a d y la
D i s c o r d i a . D e la D i s c o r d i a nacieron luego la Fatiga^
el O l v i d o , el H a m b r e , los Dolores, los L i t i g i o s , los
Asesinatos, las B a t a l l a s , la D e s t r u c c i ó n , los Disgustos,
las Falsedades, las Delaciones, la I n j u s t i c i a , la I n i q u i ' d a d y el J u r a m e n t o .
12
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
De la T i e r r a nacieron el Cielo ó U r a n o , los Montes,
el Abismo y el Océano. U n i ó s e d e s p u é s la T i e r r a á éste,
y de tal enlace nacieron muchos dioses, entre ellos el
T i e m p o , llamado t a m b i é n Cronos ó Saturno, y los G i gantes. Saturno, personificación del tiempo, que destruye cuanto crea, devoraba á todos sus hijos, hasta que
uno de ellos, J ú p i t e r y no sólo pudo librarse de su voracidad, sino que le hizo devolver cuanto había devorado,
y l i b e r t ó á los Cíclopes encadenados que, en recompensa, le forjaron los rayos, con los que pudo vencer á
su padre y enviarle á la tierra. F u é esposa de Saturno
sn hermana Rhea, ó Cibeles, símbolo del cambio y del
Saturno.
progreso. Los Cíclopes eran hijos del Cielo y la T i e r r a ;
su numero era de seis, y representan f e n ó m e n o s atmosféricos, así como los H e c a t ó n q u i r o s ó Centurianos,
T e m í a Urano á tan terribles hijos, y á medida que nacían los iba arrojando á la T i e r r a que, airada como madre, p r o m o v i ó la sublevación de sus hijos, a r m ó con una
hoz ó g u a d a ñ a muy afilada á Cronos ó Saturno, y éste.
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
13
siguiendo sus consejos, castró á Urano, cuya sangre, cayendo en la T i e r r a produjo las Furias, símbolo de la
Venganza, los Gigantes y las ninfas Mellas. E n torno de
la carne de U r a n o , que c a y ó al mar, se f o r m ó una espuma de la que nació Afrodita ó Venus, á la que se
unieron pronto el A m o r y el Deseo. Esta primera historia simboliza el reinado del T i e m p o , sucediendo al del
espacio, el t r á n s i t o de la idea á la forma, y de lo infinito
á lo finito.
E m p e z ó entonces el imperio de Saturno y de los T i tanes, que t e r m i n ó , como ya hemos indicado, con la
victoria de J ú p i t e r entre su padre y la reclusión de éste
á la T i e r r a .
J ú p i t e r , vencedor de Saturno y de los Titanes, fué
proclamado Rey por los d e m á s dioses, y les confirió
cargos y honores. Su poder no fué absoluto, pues, aunque superior al de sus c o m p a ñ e r o s , estaba contrarrestado por el de é s t o s , y a d e m á s , cada uno de los dioses
y diosas tenía su especial esfera de a c c i ó n , como m á s
adelante veremos.
ri'x
i :V'vvv:
vv'r
•
II
E l Olimpo.—Clasificación de los dioses.
tíl Olimpo era la Asamblea de los dioses y el lugar
del cielo en que se verificaba. T a m b i é n se llamaba y se
llama Olimpo una alta m o n t a ñ a de la Tesalia en que,
s e g ú n afirma la leyenda, hubo escuela de canto y m ú s i c a
en tiempos anteriores á H o m e r o , é l sublime narrador
de la I l í a d a y la Odisea.
N o todos los dioses t e n í a n asiento en el Consejo en
que se resolvían las cuestiones de i n t e r é s general. H a b í a dioses mayores y menores: estos ú l t i m o s no t e n í a n
voz n i voto en las deliberaciones olímpicas, y de los mayores, que eran veinte, sólo doce t e n í a n asiento en el
Consejo- Estos doce dioses privilegiados se llamabais
consentes, y eran J ú p i t e r , Neptuno, Marte, A p o l o , Mercurio y Vulcano, entre los masculinos, y Juno, Minerva,
Venus, Ceres, Diana y Vesta, entre los femeninos. Los
otros ocho dioses mayores no consentes (ó sea sin
asiento en el Consejo), fueron llamados t a m b i é n electos, auxiliares ó patricios, y eran P i n t ó n , Baco, Cupido
ó el A m o r , J ano. Genio, Latona y Aurora.
H a b í a , a d e m á s , varios dioses subalternos del cielo y
16
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I K G A Y ROMANA.
otros de la tierra, del infierno y del mar, á m á s de otras
muchas divinidades de orden inferior, de que iremos
o c u p á n d o n o s sucesivamente.
Los dioses conservaban la inmortalidad bebiendo un
licor delicioso llamado ambrosia, que restauraba sus
fuerzas. N o sólo se unían entre sí, podían unirse á simples mortales, y de estos últimos consorcios resultaban
los h é r o e s ó semidioses, que no gozaban del don de la
inmortalidad, pero que t e n í a n singulares distinciones y
preeminencias sobre los hijos de los mortales.
<4
III
Dioses mayores y consentes
JÚPITER.—Fué J ú p i t e r hijo de Saturno y Rhea ó C i beles; tuvo por hermanos á N e p t u n o , P i n t ó n , Vesta;
Ceres y Juno, y se salvó de ser comido por su padre, merced á haberlo sustituido su madre por una piedra envuelta
en mantillas, postre que vino como de m o l d e a sus hermanos, pues, d e s p u é s de haberlo tragado Saturno, sintió
unos grandes dolores de vientre, que le c u r ó la diosa
Metis, de origen y filiación desconocida, h a c i é n d o l e
arrojar la piedra y los cuatro hijos que h a b í a devorado.
Rhea ó Gíbeles,, que sentía singular p r e d i l e c c i ó n por
J ú p i t e r , c o l o c ó l e en la isla de Creta, bajo la custodia de
ciertos sacerdotes guerreros llamados C ú r e t e o s y C o r i bantes, los cuales, para evitar que Saturno oyera los
llantos del n i ñ o , danzaban continuamente en t o r n o de
él, dando grandes alaridos y chocando unos con otros
V)s escudos de bronce de que iban armados.
A m a m a n t ó al que, andando el tiempo, h a b í a de ser
Rey de los dioses, la cabra A m a l t e a , convertida m á s
tarde por él en c o n s t e l a c i ó n , y colocada en los cielos,
d e s p u é s de hacer don de una de sus astas, llamada cuerno
de la Abundancia por brotar de continuo flores y f r u -
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
tos, á las ninfas Meliseas que cuidaron de su infancia y
de cubrir con su piel la famosa egida ó escudo impenetrable.
Siendo ya mozo J ú p i t e r , supo T i t á n que, contra lo
pactado, t e n í a Saturno hijos varones, y, al frente de los
Titanes a t a c ó , v e n c i ó y e n c a d e n ó á su hermano y Rey.
Noticioso J ú p i t e r de esta derrota de su padre, se propuso salvarlo, l i b e r t á n d o l o de la prisión en que yacía.
C o m e n z ó su empresa dando muerte á Campea, monst r u o femenino en forma de colosal oruga, encargada
desde los tiempos de U r a n o de custodiar á los C í c l o p e s
y C e n t í m a n o s , con los que a u m e n t ó el n ú m e r o de los
partidarios de S a t u r n o : indecisa estaba la victoria, y
quizá hubiera sido J ú p i t e r el vencido sin la prodigiosa
i n v e n c i ó n de V u l c a n o , que forjó el rayo de J ú p i t e r , el
tridente de Neptuno y el casco de P i n t ó n . Con el rayo,
J ú p i t e r mataba i n s t a n t á n e a m e n t e á quienes y cu.antos
se p r o p o n í a ; el tridente t e n í a la v i r t u d de alborotar ó
pacificar las olas de los mares, y aquel á quien ceñía la
frente ei casco de P l u t ó n se h a c í a invisible. Merced á
tales armas fueron vencidos los Titanes y para siempre
sepultados en el T á r t a r o ó infierno de los gentiles.
J ú p i t e r d e v o l v i ó el cetro á su padre Saturno, que, en
pago de tal servicio, p r o c u r ó reducirlo á prisión : la i n gratitud del padre obligó al hijo á usurparle la supremacía del Universo, d e s p o j á n d o l e del imperio y dester r á n d o l e á la tierra.
S e n t ó s e J ú p i t e r en el t r o n o de su padre, a p o y á n d o s e
en D i c e a que representa la justicia, y en A i d o s (el pudor) ; r e s e r v ó s e el mando supremo en t o d o , y particularmente el del O l i m p o ; dió á Cibeles el de la tierra, á
Neptuno el del m a r , y á P l u t ó n la obscura y s u b t e r r á nea r e g i ó n de los tormentos, d e s p u é s de lo cual contrajo
matrimonio con su hermana Juno, y de esta u n i ó n nacieron Vulcano y Hebe, diosa de la juventud.
• S e g ú n algunos m i t ó l o g o s , antes de Juno tuvo J ú p i t e r
seis esposas: fué la primera Metis, diosa que simboliza
xa prudencia y la s a b i d u r í a ; t e n i é n d o l a en cinta supo
iiibilOKIA D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
19
del Destino que el hijo que aguardaba había de ser soberano del Universo, y para evitar el riesgo de ser deshonrado, t r a g ó s e á la madre y al hijo: p r e n d ó s e d e s p u é s
de Temis, personificación del principio de justicia, y de
ella t u v o á Astrea, ó la equidad, la ley y la paz : de este
matrimonio nacieron t a m b i é n las Horas y las Parcas.
A este m a t r i m o n i o , disuelto no se sabe por q u é , siguió
el de Eurimedusa, hija de O c é a n o y T e t i s , y de ella, á
pesar de ser hermosa ninfa en el busto y parte del
cuerpo y pez el resto, t u v o J ú p i t e r á las tres Gracias.
D i v o r c i a d o d e s p u é s de Eurimedusa, se u n i ó por poco
tiempo á su hermana Ceres, de la que nació Proserpina.
Disfrazado de pastor, cautivó á Mnemosine, á la que
hizo madre de las nueve Musas.
Arreglado ya el matrimonio con Juno, se e n a m o r ó
J ú p i t e r de Latona, hija del T i t á n Ceo y de su hermana
Febea, y descubierto su enlace con la última, furiosa la
primera, llevó su saña hasta el extremo de arrancar á la
T i e r r a la promesa de no dar asilo en parte alguna á la
desdichada Latona. N e p t u n o , compadecido de la desventura de la hermosa Titanida, la acogió en la isla de
D é l o s , e n c i m a r Egeo, al S E . de la E u b e a , h o y N e gropanto, donde, á la sombra de un olivo, de una palmera ó de un laurel, dió á luz Latona á A p o l o y Diana.
Juno fué la ú l t i m a y reconocida esposa de J ú p i t e r , á la
cual, sin embargo, el tenante dios, de suyo inclinado á
las hermosas, hizo innumerables infidelidades.
Las m á s notables son las cometidas con Alcmena, hija
de E l e c t r i ó n , rey de Tebas, y nieta de Perseo, casada
con el argivo A n f i t r i ó n , rey de T y r i n t o en la Argolida,
hijo de A l c e o . H a b i e n d o matado Anfitrión á su suegro,
e s c a p ó á Tebas, en donde m a n d ó los e j é r c i t o s tebanos
en diversas expediciones militares que le hicieron c é l e bre, si bien favorecieron los proyectos amorosos de J ú piter, pues éste, tomando su forma, visitó varias veces á
su esposa. A l c m e n a dió á luz dos hijos, uno H é r c u l e s el
Tebano, que lo era de J ú p i t e r , é Ifícrates, de Anfitrión;
á H é r c u l e s persiguió eternamente el odio de Juno.
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
Enamorado de Asteria, se t r a n s f o r m ó J ú p i t e r en
á g u i l a , n a c i e n d o de ésta H é r c u l e s el Egipcio;perseguida
m á s tarde Asteria por el mismo dios que la h a b í a hecho
madre, t r a n s f o r m ó s e en codorniz, y se refugió en una de
las islas de la costa de Sicilia que t o m ó el nombre de
Ortigia de (ortux, codorniz).
U n a de las ninfas favoritas de la casta Diana, Calixto,
llamada t a m b i é n H é l i c e , fué seducida por J ú p i t e r , que
la hizo madre de Arcas, poblador de la A r c a d i a , célebre agricultor y discípulo de T r i p t o l e m o . Diana, i n dignada de la debilidad de la ninfa, la d e s t e r r ó de su
c o m p a ñ í a , pero Juno llevó á mayor extremo su venganza, pues la convirtió en Osa. Compadecido J ú p i t e r
de su desgracia, a r r e b a t ó de la tierra á su amada y á su
Leda y Júpiter.
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
21
hijo, y c o n v i r t i é n d o l o s en las constelaciones que llamamos Osa mayor y menor, los c o l o c ó en el cielo; pero n i
;.uri allí estuvieron á cubierto de la c ó l e r a de la reina
d j I O l i m p o que r o g ó á Neptuno no les permitiese reposar nunca en el seno de las aguas, y he a q u í por q u é en
nuestro hemisferio no se las ve nunca transponer el
horizonte. T a m b i é n sedujo J ú p i t e r á la hermosa Leda,
hija de Glauco, á cuyo efecto se c o n v i r t i ó en cisne, y
fingiéndose perseguido, se refugió en el seno de la j o ven, cuando ésta acababa de salir del b a ñ o .
A c r i s i o , rey de Argos, t e n í a una hija llamada Danae,
de quien estaba prendado J ú p i t e r ; advertido el rey de
que p e r d e r í a cetro y corona de un hombre que h a b í a de
nacer de Danae, e n c e r r ó á ésta en una torre inexpugnable, pero J ú p i t e r , convertido en lluvia de o r o , p e n e t r ó
en ella y la sedujo, dando el ser al famoso Perseo. Sabedor Acrisio de la'deshonra de su hija Danae, la a r r o j ó
á las olas con su hijo, y fueron llevados por ellas á Serifo,
en donde su rey Polydectes los s o c o r r i ó . Y a hombre
Perseo, libró á su madre de la brutal p e r s e c u c i ó n de su
protector, v e n c i ó á las G ó r g o n a s y c o r t ó la cabeza de
Medusa, de cuya sangre nació el caballo Pegaso; montado en él libró á A n d r ó m e d a de un monstruo marino y se
casó con ella; m a t ó involuntariamente con el disco á su
abuelo Acrisio, le s u c e d i ó en el trono de Argos y fué
padre de Esthenelo y E l e c t r i ó n .
Elara, princesa Orcomenia, c o n c e d i ó sus favores á
J ú p i t e r , y no bien hubo conocido Juno la nueva falta de
su real esposo, que, convertido en seductor de doncellas y princesas, pasaba la vida rondando toda la Grecia,
cuando se a p r e s t ó la ofendida diosa á vengar el ultraje;
para libertarse Elara del furor de Juno, hubo de v i v i r
oculta en las e n t r a ñ a s de la T i e r r a , en donde expiró al
dar á luz al gigante T i t i o , á quien la madre c o m ú n se enc a r g ó de alimentar en su infancia. Por eso pasa en concepto de algunos como hijo de la Tierra. L a í n d o l e perversa de este gigante sugerióle el pensamiento de deshonrar á Latona, siendo esta la causa por que A p o l o y
22
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
Diana lo mataran con sus flechas en los deliciosos campos de P á n o p e .
E n a m o r ó s e m á s tarde de Europa, hija de Agenor, rey
de Fenicia, y para lograr su intento t r a n s f o r m ó s e en
rozagante manso t o r o . U n a tarde esta hermosa mujer,
que decían había robado su blancura á Juno, le dió de
comer á la orilla del mar, por su mano, fresca hierba y
cabalgó en su l o m o ; entonces lanzóse J ú p i t e r con su
El rapto de Europa.
carga al mar, pasó á Creta y á la sombra de unos plátanos cumplió su deseo. Europa tuvo del dios Tenante
ocho hijos, cinco varones y tres hembras.
Y de este modo tuvo J ú p i t e r infinidad de hijos, de
los que á su tiempo se h a r á la historia.
Poco tiempo después de su advenimiento al trono del
empíreo, subleváronse contra él los Gigantes, hijos de
la T i e r r a y de la sangre de U r a n o ; eran en n ú m e r o de 50,
y su robustez y valentía era t a l que puso en consterna-
HISTORIA DE LA MITOLOGÍA GRIEGA Y ROMANA.
ción á todo el Olimpo. Por consejos de la S a b i d u r í a
llamó al cielo J ú p i t e r á su hijo H é r c u l e s Tebano, cuya
pujanza alcanzó lo que no pudieron los inmortales, vencer á los Gigantes.
A esta guerra siguió otra m á s terrible; el monstruo
T i f o e , nacido de Erebo y de la T i e r r a , merced á ciertos
huevos que Saturno dió á Juno para vengarse de la i n fidelidad de su esposo, apenas nacido era ya formidable;
escaló el cielo y puso en dispersión á los dioses, que
abandonaron á J ú p i t e r . Tifoe r e u n í a en sí todas las mal dades, deformidades,venenos y horrores imaginables. Su
cuerpo e x c e d í a de la altura de las m á s altas m o n t a ñ a s .
Sus cabezas eran ciento y éstas de serpiente, en las extremidades de cada dedo de sus manos tenía otros tantos reptiles. Sus brazos, continuamente en movimiento,
alcanzaban de polo á polo.
Prendado de Venus la siguió en su huida, dejando
por u n momento á J ú p i t e r , pero perseguido por éste
h u y ó hasta el mcmte Casio, en Siria. Como los rayos de
J ú p i t e r eran inútiles contra Tifoe, se a r m ó con la guad a ñ a de su padre, pero desesperado el monstruo por
la p e r s e c u c i ó n , hizo cara repentinamente al numen y
lo v e n c i ó , c o r t á n d o l o en pedazos con la misma segur
con que le amenazaba el dios, pedazos que dió á guardar á otro monstruo llamado D e l ñ n o , que t e n í a de m u jer el busto y de d r a g ó n el resto del cuerpo. M e r c u r i o y
Cadmo, hijos de J ú p i t e r , inquietos por la ausencia de su
padre, p u s i é r o n s e en su busca; halláron los destrozados
miembros en la caverna, y e n g a ñ a n d o á Delfino, le reorganizaron y animaron con un destello de fuego divino,
con lo que r e c o b r ó el ser primero, y con éste la sed de
venganza, placer de los dioses.
L a segunda parte de la c a m p a ñ a fué fatal para el
monstruo; debilitadas ya sus fuerzas hubo de batirse en
retirada hasta el monte Nisa, donde e n g a ñ á n d o l e las
Parcas c o m i ó ciertas frutas llamadas e f e m é r i d e s , que
acabaron de privarle de sus fuerzas. T ú v o l a s , sin em-«
: bargo,para llegar atravesando el mar hasta Sicilia, donde
24
HISTORIA D E LA MITOI.OGIA GRIEGA Y ROMANA.
J ú p i t e r c o m p l e t ó su victoria aplastando al monstmo
bajo el peso del monte Etna.
Los dioses sostuvieron otra guerra llamada de los A l vidas, de que se h a b l a r á m á s adelante.
D e regreso al O l i m p o pudo observar el divino cónclave que la tierra estaba poblada de monstruos y de
hombres de peor especie que é s t o s , y J ú p i t e r resolvió
castigar de una vez tantos c r í m e n e s , á cuyo efecto ord e n ó un diluvio en que perecieron todos los habitantes
del globo, á e x c e p c i ó n de Cadmo y su esposa H a r m o n í a .
Poblada de nuevo la t i e r r a , y como el castigo pasado
hubiere causado poco escarmiento en los hombres nuevos, J ú p i t e r resolvió que á la falta ó al delito siguiera
inmediatamente el correctivo.
A s í Licaon, que hubo de servir al Tenante en un banquete la carne de uno de sus hijos, m u r i ó abrasado en
su palacio; los C ú r a t e o s fueron exterminados por haber
arrebatado de orden de Juno á Epafo de los brazos de
su madre l o ; fué enlazado I x i ó n á una rueda cubierta
de serpientes que gira sin cesar en el A v e r n o , por haberse atrevido á la beldad de Juno. T á n t a l o fué condenado á los tormentos de la sed eterna con el agua tocando en sus labios, por el robo de Ganimedes y olro-j
c r í m e n e s ; Sisifo, hijo de E o l o y esposo de Merope, fundador de Efira ( d e s p u é s Corinto), c e r r ó el Istmo, obligó
al Asopo á regar con sus aguas la acrópolis de Corinto,
y exigió á cuantos pasaban por allí cierta cantidad de
dinero. M u r i ó á manos de Teseo, y habiendo conseguido
de los dioses infernales que le permitiesen volver u n
día á la tierra para ser sepultado, no quiso regresar al i n fierno y fué arrastrado de nuevo á viva fuerza. E n castigo de sus maldades fué condenado por J ú p i t e r á llevar
un p e ñ a s c o á la cima de una alta m o n t a ñ a desde donde
en seguida se d e s p e ñ a b a . E n cambio p r e m i ó la v i r t u d ,
siendo de ello v i v o ejemplo F i l e m ó n y Baucis, Capricornio y otros muchos de que hablaremos á su tiempo.
JUNO.—Fué esta diosa hija de Saturno y Rhea, y, por
consiguiente, hermana de J ú p i t e r . Su hermosura y su
HISTORIA DE LA MITOLOGÍA GRIEGA Y ROMANA.
2$ -
persistente resistencia á acceder á las seducciones de
J ú p i t e r , cautivaron al Tonante, que fué vencido aun en
las mismas metamorfosis, pues en una de é s t a s , en que
l o g r ó su objeto á medias, hízole la diosa jurar por la laguna Estigia, juramento irrevocable, que la h a r í a su legítima esposa.
C e l e b r á r o n s e las bodas á presencia del Congreso de
los dioses, y de todos los hombres y de todos los animales congregados por orden de Mercurio. H u b o cierta
ninfa, llamada Quelonea, que, d e s d e ñ a n d o el convite,
r e h u s ó asistir al divino himeneo.
A d v i r t i ó M e r c u r i o su ausencia, y dejando por un momento el banquete, v o l ó á la orilla del río en que moraba la ninfa, y la p r e c i p i t ó Con su h a b i t a c i ó n en las
aguas, y allí Quelonea/convertida en tortuga y condenada á arrastrar eternamente su casa ó concha, fué en
adelante el símbolo del silencio.
L a vida de Juno puede decirse que está reducida á
espiar á su esposo y reconciliarse luego con él, á luchar
con sus rivales y á castigarlas cruelmente; y terminada
apenas con una, verse precisada á comenzar con otra;
Implacable en sus venganzas, transfería el odio que le
inspiraban las madres á los hijos de J ú p i t e r , que pocas
veces lograron paz hasta d e s p u é s de su muerte.
Es Juno el emblema de la v i r t u d acre de la mujer
casta y no amable.
A r g o s , el de los cien ojos, alegórica imagen de la exquisita vigilancia de los celos, fué su favorito; dióle
muerte Mercurio, y la diosa, agradecida, convirtiólo en
pavo real, colocando en su matizada cola los ojos, y cons e r v á n d o l e constantemente á su lado, como se ve en
cuantas pinturas, relieves ó estatuas la representan.
CERES. — Es mayor la importancia de esta diosa, con
respecto á la tierra, que en sus relaciones con el Olimpo,
aunque se cuenta en el n ú m e r o de los dioses m a y o r é s ó
consentes, A ella se debe la i n v e n c i ó n de la agricultura,
y particularmente del cultivo de los granos; c o n s i d é r a sela como diosa de la abundancia y de los dones que á
HISTORIA 1 2 LA MITOLOGÍA GRIEGA Y• ROMANA.
l a tierra arranca el cultivo. Se la representa coronada de
espigas, en la mano una hoz de que V u l c a n o le hizo presente, y,debajo del brazo izquierdo un haz de trigo. D e
su u n i ó n con J ú p i t e r n a c i ó Proserpina, y, una vez divorciada, dió en perseguirla Neptuno, prendado de su hermosura; para huirle, t r a n s f o r m ó s e ella en yegua; pero el
dios de las aguas, tomando la apariencia de un caballo,
satisfizo su deseo. D e este enlace nació el famoso caballo A r i ó n , que t e n í a pies de hombre y el don de la
palabra.
Avergonzada de la b r u t a l a c c i ó n de Neptuno, escondióse la diosa en una desconocida caverna de la A r c a dia, y faltó á los hombres el m á s preciso sustento. Desc u b r i ó el dios Pan el lugar en que se ocultaba, y díjoselo á J ú p i t e r , que envió á las Parcas para convencerla;
lograron éstas su objeto, y con la vuelta de Ceres renació la abundancia en la t i e r r a .
H a y quien afirma que la diosa se e n a m o r ó de Jasio,
hijo de J ú p i t e r y E l e c t r a , de cuyos devaneos n a c i ó
P l u t o , dios de la riqueza, alegoría que explica que la
agricultura es la fuente de la riqueza.
E l m á s importante acontecimiento de la vida de Ceres fué el robo de su hija Proserpina, llevado á efecto
por P i n t ó n .
Para encontrarla r e c o r r i ó la t i e r r a , encendiendo dos
luminarias sobre el Etna, partiendo d e s p u é s en un carro
tirado por dos dragones, y con una antorcha en la mano,
para que no escapase á sus pesquisas el m á s obscuro
r i n c ó n . T o c ó en Atenas, donde C é l e o s , rey de E l e u s ü
y padre de T r i p t o l e m o , la acogió hospitalariamente, en
recompensa de lo cual, la diosa i n s t r u y ó á su hijo en e l
arte de la agricultura. E n Sicilia supo por la ninfa A r e tusa, ingrata amada de Alfeo, y convertida m á s tarde en
l í e n t e , como su amante lo fué en r í o , que Proserpina
estaba en el infierno con P i n t ó n . Daremos cuenta de estos sucesos al hablar de Proserpina.
Ceres era severa y vengativa; d e m u é s t r a l o , entre otros
muchos ejemplos, el del tesalieríse Eresicton, padre de
La diosa Ceres buscando á su Mja Proserpina.
HISTORIA DE LA MITOLOGÍA GRIEGA Y ROMANA.
-¿y
Metra, bisabuelo materno de Ulises. E r a Eresicton un
impío que, entre otras profanaciones, c o m e t i ó la de mutilar á fuerza de hachazos un bosque consagrado á Ceres. Q u e j á r o n s e las D r í a d a s que en él habitaban del i n sulto, y la diosa o r d e n ó al H a m b r e que la vengase.
A p o d e r ó s e el monstruo de las e n t r a ñ a s del r é p r o b o , y
desde aquel instante no hubo alimento que bastase á satisfacerle. Su hija Metra, que había dispensado sus favores á Neptuno, alcanzó de él la gracia de cambiar de
formas; se hizo vender como esclava á varios hombres,
e s c a p á n d o s e luego por medio de las metamorfosis,
para comenzar de nuevo, y e m p l e ó cuanto ganaba en
el sustento de su padre; el hambre que éste sufría
era implacable, y el infeliz a c a b ó por devorarse á si
propio.
Eresicton es el emblema de la A v a r i c i a , á la cual, n i
todos los frutos de la t i e r r a , n i la actividad del comercio, son bastante á satisfacer su deseo inmoderado, deseos que concluyen por roer las e n t r a ñ a s del avaro.
LATONA Y LUCINA.— Latona es la p r i m i t i v a significación de la luna, y por eso la confunden con D i a n a , su
hija. Sus amores con J ú p i t e r fueron posteriores á los del
Tonante con Egina, puesto que ya ésta h a b í a sido transformada en isla, cuando Latona, en cinta, y errante, sin
hallar refugio en la tierra, fué salvada por Neptuno, que
fijó aquella isla, llamada d e s p u é s D é l o s , isla que fué m á s
tarde consagrada á A p o l o , en la cual estableció su principal o r á c u l o .
Su alumbramiento fué largo y doloroso; en vano T e mis y A n f i t r i t e , esposa de Neptuno, asistieron á la paciente durante nueve días; hubo, al fin, necesidad de
acudir á Lucina ó I l i t i a , diosa de incierto origen; y como
ésta no quisiera ejercer su ministerio, temerosa de las
iras de Juno, fué preciso ofrecerla una cinta recamada
de oro, de nueve varas de larga. Entonces, aunque t o mando m i l precauciones, hizo su oficio con éxito feliz,
recibiendo en sus brazos, p r i m e r o , á la casta Diana, v
luego, al amado Apolo.
30
HISTORIA DE LA MITOLOGIA GRIEGA Y ROMANA.
••;
Respecto de este particular hay otra v e r s i ó n : s u p ó nese que primero n a c i ó Diana, y formada s ú b i t a m e n t e ,
como hija de padres inmortales, asistió á su madre en el
trance de dar á luz á A p o l o . Y por esta causa se supone
á Diana y Lucina una sola diosa.
P a s ó Latona la infancia de sus hijos en D é l o s , si bien
hicieron algunos viajes funestos para los que, encont r á n d o l e s en su camino, no les acataban como era debido.
E n uno de ellos, atravesando la L i s i a , pidió agua para
sus hijos á unos villanos, y como ellos se la negaran, los
c o n v i r t i ó en ranas.
L a cruel p e r s e c u c i ó n que sufrió por mandato de Juno,
la h a b í a exasperado y tornado en vengativa, no menos
que su soberbia r i v a l . N i o b e , hija de T á n t a l o , y esposa
del argonauta Anfión, rey deTebas, afrentó á esta diosa,
s u p o n i é n d o s e superior á ella y m e n o s p r e c i á n d o l a ; este
menosprecio p r o v o c ó la ira de la madre de A p o l o y
Diana, que d e s c a r g ó sobre ella y sobre los suyos su venganza. A p o l o m a t ó con sus poderosas flechas á ios hijos
de N i o b e ; acudieron las hermanas á sus lamentos, y dióles t a m b i é n muerte la hija de Latona, siendo Niobe testigo de aquella tragedia, que dió fin á su orgullo y á su
v i d a , puesto que el dolor la t r a n s f o r m ó en fría estatua
de m á r m o l .
Latona fué inmortalizada por J ú p i t e r , y fué adorada
como diosa terrible y s a ñ u d a con sus enemigos en D é los, Argos y las Gallas.
APOLO, LAS MUSAS, FAETÓN, LOS SIETE SABIOS DE
GRECIA.—Fué A p o l o heredero de la hermosura de su
madre Latona, y favorecido de brillantes y extraordinarias dotes por su inmortal padre J ú p i t e r . Es la fábula
m á s hermosa que forjó la poesía griega; el m á s entendido y el m á s popular de los dioses gentílicos.
A u n en la infancia, V u l c a n o le hizo el presente de sus
famosas flechas, y el primer uso que hizo de ellas fué
dar muerte á la serpiente P y t ó n , monstruo engendrado
^por los vapores de la tierra d e s p u é s del diluvio. Estaba
dedicada á perseguir á Latona, y se disponía á devorar
HISTORIA DE LA MITOLOGÍA GRIEGA Y ROMANA.
31
á Diana y A p o l o . Este se e m b o s c ó en un lugar del
monte Parnaso, cerca de la caverna que le servía de
abrigo, y s o r p r e n d i é n d o l o , arrojóle una flecha que a c a b ó
con su vida. L a piel del monstruo se conservaba en el
templo que en honor del hijo de J ú p i t e r se c o n s t r u y ó
en una de las cumbres del Parnaso, no lejos de la p r i mera h a z a ñ a del dios.
R e c o n o c i ó J ú p i t e r á A p o l o por hijo, movido de su
amor paternal, y en gracia al servicio que le prestara defendiendo á Latona y dando muerte á P y t ó n , lo elevó á
la c a t e g o r í a de los dioses mayores, y puso á su cargo el
imperio de la luz ó del sol, que es el prototipo de ella;
por cuya razón, á m á s de A p o l o , se le llama Febo; y no
sólo fué dios de la luz, sino que t a m b i é n de las ciencias,
especialmente de las ciencias médicas, de la música y de
la poesía. E s c o g i ó á D é l o s , lugar de su nacimiento, para
centro de su culto, hacienuo construir en esta isla un
templo que fué su principal o r á c u l o . Restablecidos los
dioses en el Olimpo, d e s p u é s de las guerras de que se ha
hecho m é r i t o al tratar de J ú p i t e r , A p o l o se señaló entre
todos por su ingenio y destreza, disputando á M e r c u r i o
eí premio de la agilidad en la carrera, y á Marte el de la
fuerza en la lucha.
H e r e d ó de su padre la g a l a n t e r í a , y pronto hubo de
enamorarse como un loco de Coronis, hija de Flegias,
rey en la Beocia, nieta de Marte y hermana de Ixión.
T r i u n f ó de eila, s e g ú n dicen unos mitólogos, é hízola
madre de Esculapio, á quien d i ó á luz en el monte T i tión, lugar á que la llevó su padre. L l e v ó éste su venganza al extremo de poner fuego al templo de A p o l o , en
D é l o s , por cuyo delito fué lanzado por J ú p i t e r al A v e r n o ,
d á n d o l e por castigo tener suspendida sobre su cabeza
incesantemente una enorme roca que amenazaba aplastarle. Esta historia refiérese de otra manera bien distinta. Se dice que un cuervo, pájaro entonces blanco,
a c u s ó á Coronis de infiel á su celestial amante, y que
éste, indignado y violento, dió muerte á la infeliz con
sus flechas, sacando de sus e n t r a ñ a s á Esculapio. Reco-
53
HISTORIA DE LA MITOLOGIA GRIEGA Y ROMANA.
nocida m á s tarde la inocencia de Coronis, el cuervo fué
convertido en ave carnicera y trocado su color blanco
en negro.
A p o l o t r a n s m i t i ó á su hijo Esculapio su ciencia m é dica, ciencia en la que le p e r f e c c i o n ó el sabio centauro
Chirón, que fué su preceptor. A c o m p a ñ ó en su expedición á los argonautas, y á su vuelta había hecho tales
progresos en el arte de curar, que r e s u c i t ó á muchos,
entre ellos á H i p ó l i t o , hijo de Tesio y de A n t i o p e , reina
de las amazonas. Q u e j ó s e P i n t ó n á J ú p i t e r , quien m a t ó
con un rayo á Esculapio, si bien l o t r a s l a d ó al cielo, en
donde forma una de las constelaciones del Zodiaco.
A d o r á b a s e l e principalmente en Epidauro, Atenas, F é r gamo y Esmirna, y le estaban consagrados el gallo y la
serpiente, símbolos de la vigilancia y la prudencia. E x citóse la ira de A p o l o de tal modo, que, ansioso de venganza, v o l ó á la isla de Leihos, donde los cícloples forjaban los rayos de J ú p i t e r , dando muerte á cuantos
e n c o n t r ó ai paso; por esta causa fué desterrado del
cielo, y en castigo forzado á servir á un mortal. Refugióse A p o l o en el palacio de A d m e t o , rey de Peres, en
Tesalia, uno de los argonautas y de los cazadores del
famoso jabalí de Calidonia. Siendo dios, se s e n t ó á la
mesa de los siervos de este Rey y a p a c e n t ó sus ovejas y
bueyes, y e n t r e t e n í a el tiempo cantando pastoriles epitalamios en las tendidas laderas, con deleites de sus ganados, y a t r a í d o s por sus cantos a c u d í a n cerca del dios
pastor pintados linces y e s c u a d r ó n de rojos leones, que
abandonaban los bosques Othryos, y junto al rey de las
selvas saltaba el manchado cervatillo, cruzando con pies
ligeros, alegre y bullicioso, entre los á s p e r o s abetos.
Agradecido A p o l o á los favores que recibiera de su
señor, le salvó una vez la vida, e n g a ñ a n d o á las Parcas,
y obtuvo d e s p u é s el consentimiento de J ú p i t e r para
librarlo de la muerte; fuéle concedido librar á A d m e t o
del duro trance que le amenazaba, si en su lugar llevaba
otro muerto á los infiernos. E x p l o r ó la voluntad de t o dos, i m p o r t u n ó á los amigos del desgraciado, á su padre.
Apolo y Dafne
HISTORIA DE LA MITOLOGIA GRIEGA Y ROMANA.
35
á la anciana madre que le dió á luz, y ninguno quiso mor i r por él y dejar de ver el sol, excepto su esposa, que se
sacrificó siendo joven, bella y reina, y dejando dos hijos
huérfanos. H é r c u l e s , en pago de la hospitalidad que le
p r e s t ó , aun en el duro trance de la muerte del ser querido, bajó al T á r t a r o y la a r r e b a t ó á las Parcas, devolv i é n d o l a á su esposo.
A p o l o introdujo en los Estados de su d u e ñ o la c i v i l i zación primera, y entre los pastores las blandas costumbres que son desde entonces p a t r ó n de la vida pastoril
descrita por todos los poetas clásicos como tipo de la
posible felicidad en este mundo.
A p o l o dió en la tierra no p e q u e ñ o s disgustos: enamorado de Dafne, hija del río Perseo, no hizo caso ésta
de las seducciones, de la elocuencia del dios y las de la
lira, presente de Mercurio á su hermano. A c u d i ó el desterrado á la fuerza y Dafne á la fuga, y p r ó x i m a á sucumbir en las orillas del río su padre, fué transformada
por éste en laurel para sustraerla á la p e r s e c u c i ó n de
su amante. T o m ó A p o l o un ramo de aquel árbol y form ó s e con él una corona, estableciendo que desde allí
en adelante fuese esta la recompensa de los inspirados
poetas.
E n a m o r ó s e d e s p u é s de Clicie, hija de Orcamo, séptimo rey de Persia, é inconstante de suyo, olvidóla por
la hermana que ésta tenía, mujer de singular hermosura,
llamada Leucotoe. T o m ó el dios la apariencia de L a tona, su madre, y así l o g r ó f á c i l m e n t e su p r o p ó s i t o . N o ticiosa Clicie de esta infidelidad, y celosa, r e v e l ó á Orcamo la flaqueza de su hermana; el padre m a n d ó enterrar
viva á la hija, y no pudiendo A p o l o devolverle la vida
por oponerse á ello el Destino, r e g ó con n é c t a r toda la
tierra que c u b r í a su c a d á v e r , y b r o t ó de ella el á r b o l que
produce el incienso. Clicie, d e s d e ñ a d a , dejóse morir de
hambre, y fué transformada en heliotropo ó girasol, que
gira sobre su vástago, exponiendo siempre de frente la
corola á los rayos que envía á la tierra su infiel amante.
Disgustado por los sinsabores del A m o r , que tantas
36
HISTORIA DE LA MITOLOGÍA GRIEGA Y ROM AMA.
penas le causaba, refugióse en brazos de la amistad, ordinariamente m á s segura que aquella pasión, aunque
t a m b i é n en este punto fué desgraciado.
T o m ó por amigos á Carnos, otro poeta hijo de J ú p i ter y de Europa, Céfiro y Jacinto, hijo de Diomedes y
Amidas.
Carnos m u r i ó de una manera violenta, y para vengarse
A p o l o e n v i ó crudísima peste á los Dorios, que, con el
fin de aplacar sus iras, instituyeron en su honor las fiestas Carneas, que duraban nueve días del mes Carneo
(Agosto), casi en la misma é p o c a que las Olímpicas y
poco d e s p u é s de las H y a c í n t i c a s : h a b í a en estas fiestas
carreras y luchas, y leíanse composiciones p o é t i c a s . Celoso Céfiro de la amistad de Jacinto y A p o l o , hizo que
cierto día que jugaban al disco hiriese el dios desterrado
en la frente al mancebo, de tal modo, que no fué menester cura, pues m u r i ó en el acto. D e la sangre de Jacinto
n a c i ó la flor que lleva su nombre.
;.
E n a m o r ó s e m á s tarde de Persei, y hubo de ella á
Ectes, que fué padre de Medea; á Perses, á P a s i f a e , que
fué esposa de Minos, y á Circe, la famosa encantadora
que transformaba los hombres en brutos.
Enamorado m á s tarde de Bolina, ésta, para resistir sus
súplicas y huir de A p o l o , se arrojó al mar, y éste, en
premio de su v i r t u d , la volvió á la vida, h a c i é n d o l a i n mortal y c o l o c á n d o l a entre las ninfas del servicio de
Anfitrite.
Deitobia, sibila de Cumas, c o m p a r t i ó los favores de
A p o l o , y en un momento de debilidad del dios le hizo
prometer que su vida d u r a r í a tantos a ñ o s como granos
de arena cupieran en su mano. A c u m u l á r o n s e los aflos
á los a ñ o s , vió pasar las generaciones, y ella sola, en medio de la multitud, e x t r a ñ a á todos y molesta á sí misma,
p e d í a á los dioses le retiraran aquel don imprudentemente solicitado.
Casandra, hija de Priamo, rey de T r o y a y de Hecuba,
p r o m e t i ó entregarse al dios si le c o n c e d í a el don de profetizar en premio de sus favores; pero n e g á n d o s e ella á
HISTORIA DE LA MITOLOGIA GRIEGA Y ROMANA.
37
complacerlo y no pudiendo A p o l o retractar su promesa, se v e n g ó d e s a c r e d i t á n d o l a y haciendo que nadie
creyese lo que decía. Ordinariamente t a l ha sido la
caerte de los falsos profetas.
D e los amores del dios con Climenes nacieron L a m peica, Lampelusay Febea, llamadas las Heliadas, y el
conocido F a e t ó n . Crióse este ú l t i m o con Epafo, hijo de
J ú p i t e r é l o . F a e t ó n , bello como su padre, y como él
ágil y diestro, era en todo superior al hijo del Tenante,
y éste, envidioso, sostenía que a q u é l no era hijo del Sol,
sino de algún villano amante de su madre, que con el
nombre de dios quería encubrir sus liviandades. A c u dió á su madre el insultado, que m a n d ó se lo dijeran á
su padre, y éste p r o m e t i ó hacer lo que él quisiera para
demostrar al mundo entero que él, y no otro, le h a b í a
dado el ser. F a e t ó n solicitó guiar un día el carro del
Sol, y á pesar de los ruegos
de A p o l o insistió el manee¿gg.
bo, y hubo de c o n c e d é r s e l e
por v i r t u d del juramento
prestado. Salió por Oriente,
a g i t a n d o imprudente las
riendas de los fogosos caballos, que le fué imposible
contener. Perdida la ruta, la
antorcha del universo convirtióse en fuego que evaporaba las aguas, agostaba los
vegetales, sofocaba los hombres y los animales y el planeta iba á fundirse, cuando
llegó la nueva á oídos de J ú piter, quien con un rayo ataFaetón.
j ó la carrera del orgulloso
F a e t ó n poniendo fin á su vida y p r e c i p i t á n d o l o en el
Eridano ó Po, á cuyas orillas le lloraron tanto sus hermanas las Heliadas, que fueron convertidas en alanos
blancos y sus lágrimas en á m b a r . Cigno, príncipe de L i -
HISTORIA DE LA MITOLOGIA GRIEGA Y ROMANA.
guria, amigo y primo del malogrado hijo de A p o l o , aband o n ó sus Estados y c o r r i ó á llorarle á orillas del E r i d a no, donde se t r a n s f o r m ó en cisne, que exhalaba su dolor
en dulcísimos cantos, ave que no osaba alzar el vuelo
por temor á J ú p i t e r , homicida de F a e t ó n , n i habitaba
otro elemento que el agua, ú n i c o inaccesible al fuego.
Persiguiendo á Castalia, que fué á refugiarse al Parnaso, que es la m á s alta r e g i ó n de la Focea, en cuyo l u gar se convirtió en la fuente que lleva su nombre, enc o n t r ó á las Musas, hijas
de J ú p i t e r y Mnemosine.
Estas Musas eran nueve, y entre sí t e n í a n repartidos los dominios del
e n t e n d i m i e n t o de esta
manera:
Caliope es la musa de
la elocuencia y la poesía
heroica.
Clío, la de la historia.
Erato preside á la poesía lírica y a n a c r ó n t i c a ó
erótica.
Euterpe tiene á su cargo la música.
M e l p o m e n e , grave y
airada, es la musa de la
tragedia.
Polimnia rige la oratoApolo en el monta Parnaso oyendo
ria
ó retórica.
el canto de las Mnsas.
T a l í a , satírica, sagaz,
burlona, loca en apariencia, cuerda en realidad, preside
á la comedia.
T e r p s í c o r e es la musa de la danza.
Y U r a n i a es la musa de la a s t r o n o m í a y de las ciencias exactas.
E s t a b l e c i ó s e inmediatamente íntima amistad entre
A p o l o y las Musas, y desde su encuentro fueron insepa-
HISTORIA DE LA MITOLOGIA GRIEGA Y ROMANA.
39
rabies. Pasaban el día endulce plática hasta que: el Pegaso, caballo con alas que nació de la sangre de Medusa,
y cuyos pies, hiriendo la roca, hicieron brotar la fuente
de Hipocrene, en la cual b e b í a n los buenos poetas, fué
á posarse en la cumbre del Parnaso.
Sobre él fueron A p o l o y las Musas á recorrer la tierra.
E n Frigia el sátiro Marsías se j a c t ó de competir con
A p o l o en tocar la flauta; vencido por el dios, fué en
castigo atado á un á r b o l y desollado vivo por la C r í t i c a ;
las l a g r i m a s y sangre de
aquel vanidoso infeliz formaron el r í o que lleva su
nombre.
E n el Pacloto tropezaron
con el rey Midas, favorito
de Baco y m u y amigo de
Pan. Su necedad fué tan
grande que solicitó del primero de estos dioses el don
de convertir en oro cuanto
tocase, gracia que hubo de
costarle la vida, pues hasta
los alimentos se le convert í a n en aquel metal. Para
verse libre de este d o n , por
consejo de Pan hubo de bañarse en el P a c t ó l o , y desde
entonces las arenas de aquel
río son de o r o . S u m a l
Marsías.
gusto, le llevó á preferir los
cantos de Pan á los de Apolo, llegando al extremo de
mofarse del hijo de Latona. E n castigo de esta irreverencia le crecieron orejas de pollino, orejas que el monarca ocultaba cuanto p o d í a bajo un gorro dispuesto al
efecto. Pero como no pudo ocultar éste á su barbero, le
a m e n a z ó con dejarle por lo menos sin orejas, ya que no
sm vida, si h a c í a p ú b l i c a su desgracia.
D u e ñ o el barbero de semejante secreto, no sosegaba
4o
HISTORIA DE LA MITOLOGIA GRIEGA Y ROMANA.
ni vivía con el peso de él en su alma, y saliendo al campo
a b r i ó en la tierra un agujero al cual dijo en voz baja:
« E l rey Midas tiene orejas de Pollino.^ L o t a p ó luego
cuidadosamente ; pero al a ñ o , ciertas cañas nacidas del
indiscreto agujero r e p e t í a n al mundo: «Midas tiene orejas de pollino.» Y en tanto que el barbero se reía como
un loco, el rey tiraba de las orejas como un desesperado.
Á los dos a ñ o s de su destierro subió de nuevo al
Olimpo habitando u n palacio que encerraba todas las
riquezas del universo; eran sus eternos cortesanos los
siglos, los a ñ o s , los días, las horas, las estaciones, esto
es, el invierno, la primavera, el verano, el o t o ñ o ; la
A u r o r a , hija de la T i e r r a y de T i t á n , que enamorada de
T i t ó n , hermano de P r i a m o , hubo de él á Memnon,
muerto por Aquiles en el sitio de T r o y a , y las lágrimas
que desde entonces derrama
son lo que nosotros conocemos
con el nombre de r o c í o . P i d i ó
para su amante la inmortalidad
y la c o n s i g u i ó ; pero v i é n d o l o
viejo, feo, arrugado y desagrable, le c o n v i r t i ó en cigarra.
Los mortales elevaron en
honor de A p o l o m u l t i t u d de
templos; entre los m á s famosos fueron el de D é l o s , donde
se celebraban los fuegos Pillos;
el del monte Soracto, cuyos
sacerdotes andaban c o n los
pies descalzos sobre braseros
encendidos; el de Trofonio,
Cumas, Preneslos, y el de D e l fos, en donde la Sibila interpretaba l a v o z d e l O r á c u l o
desde el t r í p o d e sagrado.
Este t r í p o d e , que era de oro
macizo cubierto con la piel de
La Pitonisa de Mfos.
la serpiente P i t ó n , fué sacado
mmLm
Diana y Acteóii.
HISTORIA DE LA MITOLOGIA GRIEGA Y ROMANA.
43
del mar por unos pescadores, y previa consulta al O r á culo, se le ofrecieron al hombre m á s sabio de Grecia;
e n v i á r o n l e primero á Tales, que le r e h u s ó , e n v i á n d o s e l e
á B í a s , que le r e m i t i ó á Pitaco, y éste á C l e ó b u l o , de
cuyas manos p a s ó á las de Periandro, que le r e m i t i ó á
S o l ó n y éste á Q u i l ó n , y como estos ilustres varones llamados los siete sabios de Grecia no p o d í a n guardar para
sí un don destinado al m á s sabio de los griegos, Tales
se le ofreció á A p o l o .
Para terminar la historia de este dios diremos algo de
las Musas, cuya historia está ligada í n t i m a m e n t e con la
del hijo de Latona. Siempre fueron v í r g e n e s y castas;
las Musas sólo tienen hijos adoptivos. Sus m á s notables
aventuras son: el certamen á que las provocaron las hijas
de Piero, rey de Macedonia, certamen en el que fueron
estas s e ñ o r i t a s vencidas, como era natural, y convertidas en castigo de su loca audacia en urracas, pájaro
locuaz y tan sin acierto como esas mujeres que se denominaban vulgarmente marisabidillas; y la aventura
en el palacio de Pirineo, rey de la Focida, en donde se
refugiaron para guarecerse de una tempestad.
Este rey quiso hacer violencia en estas castas doncellas, y ellas, r e v i s t i é n d o s e repentinamente de alas, huyer o n desde la plataforma de una t o r r e . Su perseguidor
imaginó, loco, volar como ellas, y l a n z á n d o s e en pos de
las fugitivas estrellóse, cayendo al pie de su palacio.
- — y
Roma c o n s a g r ó á las Musas un templo y una fuente.
DIANA, Ó FEBEA, Ó HECATE.—Diana es hija de Latona
y hermana de A p o l o ; al ver lo que su madre p a d e c í a al
dar á luz á éste, j u r ó v i v i r casta, y por eso se la llama
blanca diosa. J ú p i t e r a c c e d i ó á sus deseos, la p e r m i t i ó
v i v i r libre y castamente, h a c i é n d o l a diosa de la caza y
sus dependencias, de bosques y florestas, montes y cañ a d a s ; dióle por séquito 8o ninfas, 70 de ellas o c e á n i d a s
y las restantes asias, á las cuales impuso la diosa la
obligación de ser puras y castas como ella.
Diana era diosa implacable y vengativa; Calisto, que
no supo defenderse, fué primero desterrada, y m á s tarde
44
HISTORIA DE LA MITOLOGIA GRIEGA Y ROMANA.
convertida en osa. J ú p i t e r la l i b e r t ó de perecer á manos
de su hijo Arcas, c é l e b r e cazador que, sin conocerla, iba
á lanzar contra ella una flecha. A c t e ó n , joven y ardiente
cazador, tuvo la desgracia de llegar en mal hora donde
Diana se b a ñ a b a con sus ninfas, y fijar en ella sus ojos.
Inmediatamente fué transformado en ciervo y despedazado por sus propios perros.
Eneo, rey de Caledonia, d e s a t e n d i ó el culto de Diana
en sus Estados, y ésta, en venganza, envió un jabalí tan
furioso y terrible, que c o n s t e r n ó al pueblo entero. A r m á r o n s e para perseguir la fiera los P r í n c i p e s y las P r i n cesas de la Grecia, siendo A t a l a n t a , hija de Jasio, Rey
de la Arcadia, la primera en herirle, con tal riesgo, que,
á no arrojarse el i n t r é p i d o hijo de Eneo, Meleagro, sobre el furioso jabalí, y matarlo con su dardo, fuera la
muerta la Princesa.
P o r la posesión de la cabeza del animal disputaron
Meleagro y sus hermanos; de las palabras pasaron á las
obras, y el P r í n c i p e a c a b ó con sus contrarios. Altea,
madre de los vencidos y del vencedor, arrojó indignada
al fuego un t i z ó n , del cual d e p e n d í a la vida de Meleagro, cuyas e n t r a ñ a s a b r a s ó inmediatamente un fuego devorador, que le hizo expirar en medio de los m á s grandes tormentos; la madre, desesperada, se dió muerte allí
mismo, y sus hijas, las Meleagridas, fueron convertidas
en gallinas.
Como castigo de t a m a ñ a crueldad, le fué impuesto por
J ú p i t e r el amor á E n d i m i ó n , hijo de E t l i o y de la ninfa
C á l i c e , y nieto de J ú p i t e r y Protogenie; llamado al
Olimpo como nieto del Tonante dios, dicen que se atrevió á Juno, por cuyo delito fué condenado á d o r m i r eternamente en una gruta situada en la cima del monte L a t inos. Allí le vió Diana, y p r e n d ó s e de su hermosura y su
desgracia, y J ú p i t e r , para conciliar la violencia de la
pasión de la diosa y el p ú b l i c o respeto á los v o t o s , y
sobre todo por conservarle la fama de casta, e n c a r g ó l a
de regir el curso de la luna, d á n d o l a el nombre de Febea.
li
La princesa Atalanta y el jabalí.
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
47
Merced á su nuevo deber, pudo Diana, sin-menoscabo
de su fama, separarse de noche de sus ninfas, y asida á
las riendas de la luna, d i r i gióse al monte L a t i n o , sobre cuya cima, y envuelta en
una nube que la ocultaba á
todas las miradas, descendía á la caverna donde yacía
su amante, de quien tuvo un
hijo y cincuenta hijas; desp u é s de lo cual fué llamado
de nuevo el feliz E n d i m i ó n
al Olimpo.
A d o r á b a l a el orbe pagano,
sus templos eran muchos y
suntuosos, pero entre todos,
se distinguía el de Efeso,
que se encuentra entre las
siete maravillas del mundo.
Diana y Endimión.
E r o s t r a t o , pastor obscuro,
b á r b a r o y ambicioso, le puso fuego para inmortalizar su
nombre.
VENUS. — N a c i ó Venus de la espuma del mar y de ía
carne mutilada á U r a n o por Saturno; y desde su nacimiento fué tan hermosa, que todos los moradores del
lugar de su nacimiento acudieron admirados á rodear su
concha, carro y cuna á un mismo tiempo. Apenas formada, a r r i b ó á la isla de Chipre, donde a p r e n d i ó el arte
de la compostura y del afeite. S u b i ó al Olimpo cuando
J ú p i t e r reinaba en él, y éste puso su e d u c a c i ó n á cargo
de las H o r a s , al cuidado de las cuales estaban las penas
y los placeres. Con sus lecciones fué Venus un dechado
de perfecciones, y la F a m a , pregonando sus dotes, excitó tanto la curiosidad del O l i m p o , que quiso admirarlas constituido en sacro colegio. P u s i é r o n l e á este efecto
las Horas el c e ñ i d o r , que unos dicen ser obra de la Naturaleza, y otros tejido por tres Gracias, talismán que
h a c í a irresistible la hermosura de Venus. Este c e ñ i d o r
Nacimiento de Yemis,
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
49
t e n í a bordado en su anverso al A m o r , guiado por la Esperanza y a c o m p a ñ a d o del Pudor; los t í m i d o s acentos,
los inocentes placeres, la débil resistencia, los encantos, suspiros, caprichos, j u ramentos, r i ñ a s amorosas y
tiernas reconciliaciones.
Casó J ú p i t e r á Venus con
Vulcano, d e f o r m e , feo y
cojo, aunque dios.
Venus se cuidó poco del
marido que, por razón de
Estado, le dieron, y escogió
amantes, p r i m e r o en e l
O l i m p o , luego en la tierra.
F u é el primer afortunado
el mismo J ú p i t e r , de cuyos
a m o r e s n a c i e r o n las tres
Gracias; siguió á éste Marte, dios de la Guerra, emprendedor y arriesgado, á
quien A p o l o , d e s d e ñ a d o por
la hermosa, d e n u n c i ó como
amante de su esposo al mar i d o ; y é s t e , en vez de huir
ocasión de e s c á n d a l o s , prom o v i ó l a , siendo el escarnio
Venus.
de todos los i n m o r t a l e s .
Apenas noticioso de su desdicha, forjó ciertas redes de
bronce, fuertísimas, y al propio tiempo tan sutiles, que
sus mallas eran invisibles. Burlada la vigilancia de Alect r i ó n ó Gallus, escudero del dios de la Guerra, aprisionó
á los amantes, que yacían en la isla de Lemos, y al rayar
la aurora llamó á todos los dioses, para que fueran testigos de su deshonra. Sonrieron unos, soltaron la carcajada otros, y Mercurio no se o c u l t ó para deoir que se
t e n d r í a por dichoso si le cazaran como á Marte.
Venus h u y ó á la isla de Chipre, donde dió á luz á Cu-,
pido, y Marte se refugió en la T r a c i a , no sin haber
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
tes convertido á A l e c t r i ó n en gallo, que desde entonces
no se descuida en anunciar la aurora. A p o l o h a b í a conseguido su objeto; h a b í a separado á los amantes á costa
del marido, y Venus necesitaba consuelo. Obtuvo A p o l o
fácilmente el p e r d ó n de su culpa, y la diosa, rendida, con
pretexto de regir personalmente el curso del astro que
lleva su nombre, así que veía frisando en el horizonte el
carro del Sol, p r e s e n t á b a s e á él envuelta en el velo del
c r e p ú s c u l o , y siguiendo su ordinario curso, bajaba á la
isla de Rodas, de la cual, d e s p u é s de largas horas de solaz, salían para regresar por distintos caminos al cielo en
los carros de sus astros. P r o n t o olvidó A p o l o sus amores, y la desgracia no pudo ocultarse á la diosa, pues vió
una tarde, al transponer el Occidente el carro del Sol,
que se precipitaba en las olas, desapareciendo en ellas;
A p o l o hacía la corte á A n f i t r i t e , esposa de Neptuno.
Venus olvidó pronto, e n t r e g á n d o s e por completo al
amor de A d o n i s , á quien c o n o c i ó en Chipre, sirviendo
de intermediaria la ninfa Epidamnia, abogada de fáciles
conquistas. L l e g ó la noticia de estos amores á Marte en
Tracia, y t r a n s f o r m á n d o s e en furioso jabalí, hirió al j o ven en el c o r a z ó n con sus afilados colmillos. Céfiro llevó
la nueva á Venus, que a c u d i ó presurosa y dolorida,
suelto el cabello, los pies desnudos, á pesar de que se los
destrozaban los abrojos del camino; pero llegó tarde:
Adonis h a b í a muerto. L a diosa c o n v i r t i ó la sangre que
d e r r a m ó su amado en la flor que lleva el nombre de
A n é m o n a , y las rosas, antes todas blancas, deben su color á la que d e r r a m ó la diosa de sus pies.
E n el lugar de la Catástrofe se e l e v ó un templo, en el
cual se a d o r ó al divino Adonis.
Venus, con el fin de olvidarle, se p r e c i p i t ó por el promontorio de L é u c a d e s , pues los que se arrojaban al mar
desde este sitio olvidaban sus pesares amorosos; pero no
l o consiguió, y entonces a c u d i ó á J ú p i t e r para que le v o l viese al muerto la vida, gracia que le fué concedida ; pero
¿ esto se opuso Proserpina, que, enamorada del galán, no
qv.ería dejarlo salir de sus dominios. J ú p i t e r puso fin á
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
51
estos disturbios d o m é s t i c o s , mandando que Adonis pasase la tercera parte del a ñ o en el A v e r n o con Proserpina, otra tercera parte con Venus, y la otra donde m á s
cuadrara á su voluntad. Parece que este espacio de
tiempo lo dedicaba á la diosa Hermosura.
M á s tarde, imitando
la conducta de Venus,
se arrojó desde el promontorio de L é u c a d e s
la hermosa Safo, para
olvidar los desdenes de
F a ó n , y halló el olvido,
pero sólo bajo la forma
de la muerte.
E n la é p o c a que le
quedaba l i b r e , Venus
fué amante de M e r c u r i o , de cuyos amores
nació H e r m a f r o d i t a ;
de N e p t u n o , que la
hizo madre de A u c h i ses; de Anquises, de
quien n a c i ó el troyano
Eneas, y de Baco, que
dió vida á Priapo é H i meneo.
Sus principales temp l o s f u e r o n l o s de
Amatonte, Pafos, G u i Safo.
do, Citeres é Idalia.
VULCANO.—Nació
este dios tan feo, que su madre, c r e y é n d o s e deshonrada, lo arrojó al mar, en cuyo seno lo acogieron
compasivos Tetis y Erinomea, e n c e r r á n d o l e en una
gruta profundísima, y cuidando con esmero de su i n fancia. I n v e n t ó Vulcano el arte de forjar los metales,
que llevó á un grado de perfección tan sublime como
era el linaje del artífice: forjó hebillas, broches, co-
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
liares, brazaletes, anillos y agujas para el adorno y
prendido de sus bienhechoras; y para vengarse de su
madre, c o n s t r u y ó una silla de oro, que envió al cielo
como regalo. Estaba esta silla dispuesta con t a l artificio,
que apenas se s e n t ó Juno, c a y ó en el lazo, dando tan r i dículo e s p e c t á c u l o , que rió
de la diosa el Olimpo entero. Baco hubo de emborrachar al artífice, con objeto de hacerle subir al cielo
para que libertara á su 'madre de la prisión de la silla;
habiendo querido, no sólo
librarla de su artificio, sino
de los lazos de diamante en
que J ú p i t e r la t e n í a aprisionada, el dios, enojado, le
lanzó á la isla de Lemnos.
quedando cojo para siempre
de resultas de la caída. E n
esta isla trabajó con los C í clopes, que desde entonces
fueron sus c o m p a ñ e r o s ; la
ú n i c a diversión de los monstruos herreros era tañir la
flauta de s i e t e tubos, en.
cuyo arte se hizo . famoso
Polifemo, el a n t r o p ó f a g o á
Yulcano.
quien Ulises cegó h i r i é n d o l e
en el ojo con un l e ñ o ardiendo, para libertarse de su v o racidad.
T e n í a V u l c a n o en el cielo un palacio de bronce tachonado de estrellas, que c o n s t r u y ó por su mano. Casói
con Venus, y fué poco feliz en su matrimonio.
Este dios tenía en R o m a muchos templos, como n u men del fuego, y en el mes de Agosto se celebraban en
su honor fiestas llamadas Vulcanales.
;
! i ou p
MINERVA.—Es Minerva diosa de ia sabiduria, hija ,ae
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
53
J ú p i t e r y M e t i s , y su nacimiento ofrece raras circunstancias. E l Tonante d e v o r ó á su esposa estando ésta en
cinta, porque el Destino le vaticinó que el hijo que de
ella tuviera sería r e y del U n i v e r s o ; y cuando hubo efectuado este acto de canibalismo, sintió tal peso y dolor
en la cabeza, que, no hallando otro medio para aliviarse,
o r d e n ó que V u l c a n o se la abriese; hízolo así el numen
del fuego, y al golpe del hacha, descargada por sus r o bustos brazos, salió del cerebro del dios, armada de
punta en blanco, hermosa, prudente, modesta, casta, severa, hábil y sabia. Minerva. C o n c e d i ó l e desde luego
J ú p i t e r á esta hija facultades extraordinarias, h a c i é n dola casi igual á su persona, en cuanto al poder, y ordenando que, n i mortal n i dios pudieran j a m á s profanar
su belleza. F u é numen de las letras y de la escritura, que
i n v e n t ó ; de muchas artes, de las labores femeninas, de
la castidad del hogar. Aunque enemiga de discordias,
no d e s d e ñ ó los trabajos de la guerra, cuando era justa.
Porque estaba asociada á Marte en la d i r e c c i ó n de las
artes marciales, l l á m a n l a Belona; y Palas, porque en la
guerra de la Gigantomaquia, dió muerte al gigante de
este nombre.
Neptuno y Minerva se disputaron el honor de dar
nombre á Atenas, ciudad fundada por Cecrope, egipcio
de nacimiento, que instituyó el A r e ó p a g o , e n s e ñ ó la
agricultura, o r d e n ó los casamientos y las sepulturas, é
i n s t i t u y ó el culto de J ú p i t e r y Minerva. Convinieron
ambos campeones en que fuesen el lauro y la victoria
del que produjese la cosa m á s útil á los hombres. T o c ó
Neptuno con su tridente una piedra, y produjo el caballo Escyfio. H i r i ó la tierra con la punta de su lanza M i nerva, y b r o t ó de ella un o l i v o , símbolo de la paz, sin la
cual no son posibles los adelantos en las artes y en las
ciencias. L a victoria se adjudicó á Minerva, que tamb i é n se llama A t e n a ó Atenea.
E r a la nija de J ú p i t e r y Metis en extremo severa con
los vicios y con la petulancia. Medusa, reina de las Gorgonas, p r o f a n ó con Neptuno un templo dedicado á la
54
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
diosa, y en castigo ésta c o n v i r t i ó sus cabellos en serpientes y dio á sus ojos la funesta propiedad de petrificar á cuantos miraban. D e la sangre de Medusa n a c i ó
Crysaor, padre de E q u i d m o , monstruo mitad mujer,
mitad serpiente, que se u n i ó á Tifón, de quien ya hemos
hablado en la guerra sostenida por J ú p i t e r . D e estos
dos monstruos fueron hijos la H i d r a de Lerna, el Cancerbero, la Quimera, la Esfinge, el L e ó n de Nemea y
otros muchos monstruos.
A r á c n e a , doncella natural de Celofóh, hábil en el bordado y tapicería, osó competir con la diosa en estos trabajos. U n golpe de lanzadera que le dió Minerva la convirtió en araña, animal trabajador sin discernimiento.
Tiresias, adivino de la ciudad de Tebas, p e r d i ó la
vista por haberla fijado de un modo deshonesto en esta
deidad, cierto día que se b a ñ a b a en la fuente H i p o crene.
Una de las m á s c é l e b r e s invenciones de Minerva fué
la del t i m ó n , artefacto que c o l o c ó en la nave construida
bajo su dirección para que llevase la expedición de los
Argonautas á la conquista del vellocino de oro; componía este t i m ó n un trozo de madera colocado en uno de
los extremos de la nave y cortado ex profeso de los bosques de Dodona, el cual hablaba para indicar á los navegantes los escollos que d e b í a n evitar y el rumbo que
habían de seguir.
Minerva disputó á Venus y Juno la palma de la hermosura en las bodas de Tetis y Peleo. F u é juez en la
contienda Paris, hijo de Priamo, rey de Troya, ciudad
situada en la falda del monte I d a (hoy Kas-dagh), del
cual nacían los ríos Escaurancho, Rheno y Granico. Cedió Paris á las h a l a g ü e ñ a s promesas de Venus, y ésta
triunfó de sus rivales; pero este juicio fué fatal para la
ciudad de Priamo.
T r i b u t á b a s e culto á esta diosa en casi todas las partes
del mundo, distinguiéndose sobre todas Atenas y la
misma T r o y a . Se celebraban todos los años unas fiestas
magníficas en honra suya, llamadas p e q u e ñ a s Panate-
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA,
55
neas para diferenciarlas de las que sólo t e n í a n lugar una
vez cada cinco años.
MARTE.—Fué dios de la guerra, nació del contacto, de
una flor y de Juno; de b o t ó n se t r a n s f o r m ó en numen
robusto, iracundo, implacable, feroz, para quien los ú n i cos placeres y la única o c u p a c i ó n digna eran los h o r r o res de la guerra y los goces del amor.
N o se concibe fábula ó historia de horrores y de matanzas en que no figure a c o m p a ñ a d o del M i e d o y el T e r r o r ó con Belona, desnudo el cuerpo y espalda, el casco
en la cabeza, desencajados los ojos, erizado el cabello,
ferviente el pecho, que cubre una coraza cargada de efigies de monstruos, y abierta la boca como sedienta fiera;
van en su c o m p a ñ í a , á m á s de los dichos anteriormente,
el Furor, la Ira, la Crueldad, la Violencia. L a Devastación y la Ruina le siguen donde quiera que va.
Los ú n i c o s amores que tuvo fueron los de Venus; eng a ñ a d o por é s t a , p o s e y ó dos mujeres sin que amase á
ninguna. L e aprisionaron los Gigantes, e n c e r r á n d o l e
dos de ellos, Otos y Efialto, en un calabozo de bronce
del que le sacó Mercurio. E n T r o y a , queriendo vengar
la muerte de su hijo Ascalafo, le hirió la pica de D i o medes, dirigida por Minerva. H a l l i r r o c i o , hijo de Neptuno, d e s h o n r ó á Alcipea, hija de Marte, y dióle muerte
el dios por tan inicuo atentado. Acusado por el padre
del muerto ante el Olimpo, hizo su defensa de un modo
tan brillante, que le absolvió el C ó n c l a v e .
E l culto de M a r t e estaba muy extendido en los pueblos b á r b a r o s . E n Roma, pueblo conquistador, se le veneraba, t e n i é n d o s e l e por padre de R ó m u l o y Remo,
bajo el nombre de Quirino. E n el origen se le representaba por una lanza, un dardo ó una espada.
VESTA.—Es esta deidad hija de Saturno y Rhea; simboliza el fuego, que era uno de los elementos m á s indispensables para la vida en la a n t i g ü e d a d ; el que anima
cuanto existe; es, entre los dioses de que nos ocupamos,
la que menos tiene de material y humano. L o s griegos
la representaban por el fuego sagrado, que ora en los
56
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
templos, ora en los altares de los consagrados á otros
númenes, se conservaba cuidadosamente.
Aparece su culto en Troya; Eneas lo importó al Lacio, en donde regularizó el rito Numa Pompilio, segundo
rey de Roma, hacia el año 40 de su fundación, instituyendo cuatro sacerdotisas llamadas Vestales, cuyo único
aparente ministerio era velar al lado del ara para que
no se extinguiese la llama. Si se apagaba, bien por descuido de la Vestal, bien por otra causa cualquiera, el
sumo sacerdote, después de castigar al causante ó á la
causante, pues la extinción de aquel fuego se reputaba
como presagio de grandes males, volvía á encenderse la
preciada llama, colocando en un gran vaso cóncavo de
bronce, agujereado por el fondo, ciertas materias combustibles, concentrando sobre ellas, por medio de un
espejo ustorio, los rayos del Sol, y tan pronto como la
combustión se declaraba, recogían las Vestales la llama
y la llevaban al ara para conservarla de nuevo con exquisito cuidado y diligencia.
En Atenas, las Vestales eran ancianas y viudas; en
Roma, jóvenes, bellas, nobles y vírgenes, durante los
treinta años que duraba su sacerdocio. Los castigos por
las dos únicas faltas que podían cometer, el descuido en
mantener la llama del ara y el de conservar su virtud,
eran tremendos; para la primera falta consistía en la
fustigación por mano del Sumo Sacerdote, en un lugar
obscuro y cubierta con su velo; el castigo para la segunda, era la más cruel de las muertes.
Roma se estremecía cuando una Vestal era condenada por sus jueces; las calles estaban desiertas, las
puertas y ventanas de sus casas permanecían cerradas;
los solitarios actores de esta tragedia eran la víctima y
los jueces, los amigos y la familia de la primera. El Sumo
Sacerdote despojaba la frente de la desdichada del místico tocado; vestida de negro y cubierta con un velo de
igual color, suelto el cabello, la arrojaban, amarrada de
pies y manos, á una litera herméticamente cerrada, con
el fin de que no se oyesen sus lamentos. Así era condu-
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
57
cida al campo denominado Sceleratus, en donde desatados los lazos que la ligaban, era conducida al borde
del sepulcro. Abríase ante la infeliz una sima negra,
profunda, horrible, y en ella un nicho rectangular y abovedado, con un duro lecho, poco pan, agua y aceite;
una piedra cerraba aquella tumba y la tierra cubría
aquella piedra.
No se le atribuye á esta diosa amores ni aventuras de
ninguna especie.
NEPTUNO.—Una vez dueño Júpiter de los destinos
del Universo, repartió el imperio de su padre entre sus
auxiliares; á Neptuno cupo en suerte el imperio de los
mares y de las aguas.
Hubo un día en que Juno, cansada de los desdenes
de su esposo, se dedicó á conspirar contra él: entraron
en la conspiración, entre otros, Apolo y Neptuno, razón
por la cual fueron desterrados del cielo por el agraviado
Júpiter y trabajaron ambos en las murallas de Troya, de
las cuales las obras de fortificación eran de Apolo y las
de hidráulica de Neptuno.
Creó el caballo, como se ha dicho al hablar de Minerva; por eso tiran de su carro ó concha cuatro caballos. Cuando el dios agita los mares con su tridente
hierven las aguas, y si hiere con él al propio tiempo la
tierra, tiemblan los valles, se estremecen las montañas, y
los volcanes comienzan sus erupciones de lavas.
Enamorado de Anfitrite, hija de Nereo y Doris, envió como emisario á la hermosa cierto delfín que, aunque pescado, era elocuente orador y hábil diplomático,
que dió á sus negociaciones feliz término. Anfitrite hizo
al dios dueño de su mano, y el delfín, en premio de sus
buenos oficios, fué constelación celeste.
No parece que era virtud de los dioses la fidelidad
conyugal, así este dios, después de casado, tuvo numerosos devaneos, de resultas de los cuales vinieron al
mundo infinitos hijos. Entre ellos son los más notables
Pellas, tirano de Joleos, perseguidor de Jason, que pereció víctima de Medea; Arión, el caballo nacido de
Neptuno.
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
59
Ceres; Foco, el Corintio, que c u r ó á Anchope del delirio que le afligía y casó con ella; Polifemo, el famoso
cíclope inutilizado por Ulises; Mesapo, c é l e b r e en e l
arte de la e q u i t a c i ó n y c a m p e ó n de T u r n o contra Eneas
y sus troyanos; Taro, fundador de la ciudad de Tarento;
O r i ó n , gigante de extraordinaria altura y extremada belleza, á quien Diana dió muerte con sus flechas, ignorante de quién fuese; Othos y Efialto, gigantes t a m b i é n
y llamados los Alvidas, porque su madre Ifimedia, seducida por Neptuno bajo Ta forma de río Enipeo, era esposa del p r í n c i p e A l v o s ; la fuerza y la belleza de estos
j ó v e n e s les envanecieron tanto, que osaron, acumulando
los montes Osa y P e l l ó n sobre el Olimpo, llegar al
cielo y pidieron por esposas á Juno y Diana. Les fué
negada la p e t i c i ó n y acudieron á las armas. Marte, vencido por ellos, d e b i ó su libertad á la astucia de Mercur i o ; los rayos eran inútiles contra ellos, y ya vacilaba el
poder de los dioses, cuando Diana, transformada en
corza, se arrojó á la carrera entre los dos hermanos; á un
tiempo quisieron ambos hermanos herirla, y c r u z á n d o s e
sus flechas encaminadas por la mano de la diosa, expiraron Othos y Efialto, muerto el uno por la mano del otro.
T r i t ó n es otro de los hijos de Neptuno, tronco de la
raza que lleva su nombre, su forma es mitad hombre en
su parte superior del cuerpo, y mitad pescado en la i n ferior. Ejerce esta familia el cargo de heraldo y t r o m peta en la corte del dios, y al resonar su caracol calman
las alborotadas ondas su furia y vuelven las aguas que
inundan la tierra á su cauce.
MERCURIO.—Era M e r c u r i o hijo de J ú p i t e r y Maya.
C o m e n z ó su i n m o r t a l carrera arrojándose sobre Cupido
y a r r e b a t á n d o l e el carcax de sus flechas; a p r o p i á n d o s e
t a m b i é n , contra la voluntad de susjdueños, el c e ñ i d o r de
Venus, la espada de Marte y el tridente de Neptuno,
razón por la cual q u e d ó consagrado como dios y protector de los ladrones; llevó tan lejos el amor á los bienes ajenos y la audacia emprendedora, que aspiró á ser
d u e ñ o del cetro que e m p u ñ a b a su padre. J ú p i t e r al ver
6o
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
que su hijo no respetaba n i los bienes que á él pertenecían, l o d e s t e r r ó á la tierra.
P o r esta é p o c a servía A p o l o
como pastor á A d m e t o , y Mercurio se entretuvo en robarle
los ganados puestos á cargo de
aquél, haciendo que las reses anduvieran paso a t r á s t p a r a que no
fueran descubiertas.por las huellas; viole un pastor llamado
B e t o , á quien c o m p r ó el dios,
h a c i é n d o l e presente de una vaca, pero A p o l o le dió dos de
estos animales y d e s c u b r i ó al
divino l a d r ó n ; por su indiscreción fué convertido en piedra
de toque, cuya v i r t u d consiste
en dar á conocer los quilates
del oro. M e r c u r i o aplacó la c ó lera de su hermano r e g a l á n d o l e
una concha de tortuga con cuat r o cuerdas tirantes, que fué el
origen de l a lira, á la cual el hijo
de Latona a ñ a d i ó otras tres, que
son las que hoy se le conocen.
Como prenda de la reconciliaMercurio.
ción dió A p o l o á M e r c u r i o una
vara de avellano que t e n í a la propiedad de reconciliar
los á n i m o s enconados por las discordias. A r r o j ó el Dios
el presente entre dos serpientes que peleaban enfurecidas, y en el acto los reptiles se adhieren de t a l modo,
que fué imposible separarlos, formando con ella el caduceo, que tiene la v i r t u d de adormecer, enviar s u e ñ o s y
poner t é r m i n o á la vida de los mortales. H a y quien dice
que su vista petrifica como la cabeza de Medusa.
Los dos hermanos d i é r o n s e á correr ciudades ejercitando el uno sus cualidades de poeta y el otro las útiles
de la oratoria. N o d e b í a ser por aquella é p o c a el oficio
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
6l
de orador tan lucrativo como para algunos lo es en nuestros tiempos, pues lo a b a n d o n ó la deidad al poco tiempo
de ejercerlo, d e d i c á n d o s e al comercio, en el cual hizo
tales progresos, que los mercaderes, cambiadores y traficantes lo reconocieron por su nuevo tutelar.
Necesitando J ú p i t e r de su habilísimo, dócil y complaciente mensajero, llamóle al Olimpo de nuevo, nomb r á n d o l e proveedor de los dioses, orador de oficio,
guarda de Juno, correo de gabinete en los galanteos del
Tenante.
Mercurio r e c i b í a diversos nombres, según el cargo que
ejercía: considerado como mensajero, se llamaba H e r mes; como numen de la elocuencia, N o m i o ; como dios
de los mercados, A g o r a u s ; como protector de los caminos, V i a l i s , y T r í c e p s , porque ejercía su ministerio
en el cielo, en la tierra y en los infiernos. E r a el conductor de las almas de los muertos hasta los confines del
imperio de P i n t ó n .
Grecia y Roma celebraban fiestas en honor de este
dios el mes de Mayo.
EL DESTINO.—Es una deidad superior á todas, de naturaleza inerte é impasible. S e g ú n los antiguos todo suc e d í a irrevocablemente; su ley era invariable y superior
á la de los mismos n ú m e n e s . T e n í a la Eternidad por comp a ñ e r a , por ministros las Parcas, llevaba los ojos vendados y sobre un altar de piedra, t e n í a un libro de hojas
de bronce en el cual estaban escritas las buenas y malas
acciones, los sucesos del pasado, del presente y del porvenir, libro en que sólo p o d í a n leer los dioses sin que
pudieran oponerse á sus decretos.
IV.
Dioses auxiliares ó patricios.
PLUTÓN.—Plutón, hermano de Júpiter, á la subida de
éste al trono comenzó á regir el negro Averno, cuyo
estado se subdividia en tres provincias: i.0 El Erebo,
donde tenían sus palacios la Noche, el Sueño, los Ensueños, la Muerte, las Furias y las almas de los muertos
insepultos que vagaban errantes durante un siglo antes
de ser admitidos; 2.0 el Báratro, región de los tormentos
ó infierno, y 3.0, el Tártaro, separado del Averno por
triple muro de bronce. Báñale el río Flegetón, envolviéndole nueve veces en la tortuosa corriente de sus
aguas de fuego. Es el lugar destinado al castigo de los
inmortales y de los descendientes de éstos. En él, pues,
hemos de detenernos, porque es el verdadero infierno
mitológico. A este lugar fué arrojado Ixión, rey de los
Lapithas, que asesinó traidoramente á su suegro Dolioneo, por cuyo crimen fué desterrado, no encontrando
quien le diese hospitalidad. Júpiter, compadecido de él,
lo admitió en su corte, y en pago de semejante beneficio
intentó seducir á Juno. Para no errar, dió el Tonante á
04
H I S T O K l A DR L A M1T01.QGÍA G R I E G A Y ROMAXA.
una nube la forma de su esposa, en cuya nube e n g e n d r ó
á P i r i t h o o y á los Centauros. Y a sin escrúpulos, J ú p i t e r
le c o n d e n ó á dar vueltas á una rueda cubierta de serpientes. N o lejos de él se encuentra Sísifo condenado á
rodar eternamente un p e ñ a s c o por blasfemo, libertino y
sacrilego; allí se encuentra hambriento y errante Licaon
el antropófago, allí T á n t a l o , siempre sediento y siempre
con el agua en los labios, los Titanes y los
Gigantes, todos cuantos mancharon con el
crimen su inmortal l i naje. N o lejos de ellos
se encuentran las D a naidas, cuyo suplicio
consiste en acarrear i n cesantemente agua á
un inmenso tonel que
no puede llenarse por
tener el fondo horadado. Semejante castigo
les fué impuesto por el
crimen de haber asesinado á sus esposos la
noche m i s m a de sus
bodas. E r a n las Danaidas en n ú m e r o de cincuenta é hijas de Danao, hermano de Egipto, que á su vez era
padre de o t r o s c i n Sísifo.
cuenta hijos: había destronado el segundo al primero, y é s t e , desterrado, se
refugió en Argos, donde fué hospitalariamente acogido
por Pelasgos. A poco pagó su hospitalidad d e s t r o n á n dole y c i ñ e n d o su frente la corona de aquel reino. E n tonces Egipto envió á sus hijos con un poderoso ej-ército
á que pidieran las manos de sus primas, y temeroso
Las Danaidas.
66
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
Danao, consintió, pero hizo jurar á sus bijas que matarían á sus esposos, juramento que cumplieron todas menos Hipermnestra, que prendada de su esposo Linceo,
le salvó la vida. Danao, muerto á manos de su yerno
que le sucedió en el t r o n o , fué precipitado con sus cuarenta y nueve hijas en el T á r t a r o .
Alcestes, Teseo, H é r c u l e s , Eneas, Sísifo y T e l é m a c o
fueron los únicos que en vida penetraron en aquel recinto y volvieron d e s p u é s á la tierra.
Los Campos Elíseos se dividían en las siguientes regiones: 1.a, el lugar destinado á las almas de los n i ñ o s ;
2.a, el destinado á las almas de los inocentes que m o r í a n
en el suplicio; 3.a, la m a n s i ó n de los suicidas; 4.a, campo
de lágrimas donde penaban los amantes perjuros, y desdichados y criminales; 5.a, el destinado á los h é r o e s
crueles, y 6.a, el T á r t a r o .
. P i n t ó n tiene su palacio en medio de los Campos Elíseos, y en él se sienta en u n trono de é b a n o , llevando en
sb cabeza una corona t a m b i é n de é b a n o , y en su mano
un cetro en forma de tridente; á sus pies están las tres
inexorables Parcas, sordas á los ruegos y á las alabanzas, hilando la vida de los mortales. Cloto, que tiene
la rueca; Laquesis, que da vuelta al huso, torciendo el
hilo de la vida, blanco si es p r ó s p e r a , negro si desgraciada ^ y A t r o p o s que la corta en el momento s e ñ a l a d o
por el Destino. Las tres son mujeres, las tres viejas, las
tres feas, de arrugado y adusto semblante. E n el mismo
palacio tienen su tribunal Minos, Eaco y Radamanto,
que son los encargados de juzgar las almas y de imponerles castigos ó señalarles recompensas.
Deseando el s o m b r í o dios de los imperios tener una
esposa, r o b ó á Proserpina, hija de Ceres. Sabedora
ésta del lugar en que se encontraba su hija, acudió á
J ú p i t e r en demanda de justicia. Por decreto del Tonante
se le devolvía á Proserpina, siempre que ésta no hubiera
tomado alimento alguno en el A v e r n o . P i n t ó n , compelido
por las ó r d e n e s de su hermano, hubo de resignarse, mal
de su grado, á devolver á Ceres su hija. Cuando ya salían
Pintón.
68
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
del negro reino, Escalafb, hijo de Aqueronte y de la
ninfa Orfue ó Tinieblas, uno de los ministros del numen
de las T i n i e b l a s , com e n z ó á exclamar que
él había visto comer á
Proserpina seis granos
de una granada copóla
en los jardines del i n fernal palacio. Y siendo
e s t o verdad, h u b o de
r e s i g n a r s e l a h i j a de
J ú p i t e r á habitar cada
a ñ o seis meses en el i n fierno. E n castigo de
su c h a r l a t a n e r í a Ceres
convirtió á Escálafo en
m o c h u e l o , acto que
demuestra c u a n p e l i g r o s o es á l o s pequeñ o s y humildes tomar
parte en las desavenencias de l o s poderosos.
E l culto de este dios
lo presidía el M i e d o ; á
él se l e c o n s a g r a b a n
l o s grandes criminales
antes de llevarlos al suplicio, y en las grandes
calamidades ó peligrosos trances se h a c í a n en
su honor sacrificios humanos.
•
fe
Sileno educando á Baco.
BACO.—Hijo de J ú piter y Seleme,fué
salvado p o r su p a d r e
c u a n d o f u é destruida
s u ' m a d r e , víctima de
los celos de Juno, en-
isa
E l triunfo de Baco.
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
7i
c e r r á n d o l o en uno de sus muslos durante el p e r í o d o de
la gestación, y á su t é r m i n o ordinario lo e n t r e g ó , d á n dole el nombre de Baco, á ciertas ninfas del monte
Niso, hijas de Atlas y de E t r a . Las H í a d a s pusieron su
e d u c a c i ó n á cargo de Sileno, hijo de Pan y de madre
desconocida, filósofo p r á c t i c o , indolente, bebedor, satírico sin ser mordaz; conciliador por naturaleza, eneraigo de la tristeza, voluptuoso sin ser enamorado, y en
extremo decidor, y el hombre menos á p r o p ó s i t o para
preceptor del hijo de J ú p i t e r . N o obstante esto, inculcó
en el c o r a z ó n del j o v e n dios blandura de c a r á c t e r y
c o m p a s i ó n á las miserias de los hombres; en cambio,
hizo de su discípulo un gran borracho. H e r e d ó Baco el
odio que Juno sintió por su madre Seleme, y aquella
diosa lo persiguió de
una m a n e r a implacable. E n v i ó una serpien,
te de dos cabezas para
I
que lo devorase mien-\ x
" \
<
'
tras d o r m í a ; pero despertando á tiempo, dió
muerte a l v e n e n o s o
reptil con una vara de
sarmiento. Fracasadp
este intento, Juno trast o r n ó el juicio del desdichado Baco, que corrió d e s a t i n a d o u n a
gran parte del mundo,
hasta q u e , en Frigia,
Cibeles puso t é r m i n o á
su locura. E n la isla de
Naxoshubo de ser víctima de unos piratas,
que, sublevados contra
su piloto A c e t e s , se
p r o p o n í a n darle muerte, movidos t a m b i é n
Ariadna.
72
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
por la esposa de J ú p i t e r . D e s p e r t ó Baco á t i e m p o , los
presuntos asesinos fueron convertidos en delfines^ y
Acetes obtuvo la dignidad de gran sacerdote de este
dios.
Convertido en león, l u c h ó en ayuda de su padre en la
guerra contra los Gigantes; pasó, una vez acabada ésta,
á conquistar la India con un ejército de hombres, m u jeres, sátiros y silenos, armados de tirsos y panderetas.
V e n c i ó fácilmente, y e n s e ñ ó á los vencidos á labrar la
tierra y á cultivar las v i ñ a s .
D e v u e l t a de esta e x p e d i c i ó n , r e c o g i ó d é l a isla de
Naxos á la infeliz A r i a d n a , la hija de Minos, á quien
abandonara Teseo. Enamorado de esta infeliz mujer,
unióse á ella con los indisolubles lazos de H i m e n e o ; siendo
ella noble, generosa, sensible,
fiel y modelo de esposas, y
Baco el m á s dichoso de los maridos. Llegada la hora de que
rindiera esta mujer su t r i b u t o á
la muerte, los dioses la arrebataron al cielo, en donde brilla
e n t r e l o s a s t r o s , d a n d o su
nombre á una c o n s t e l a c i ó n entera. Muerta Ariadna, se d i ó
Baco á viajar por Grecia, conquistando su corazón, cerca de
Atenas, la doncella Erigona, á
la que persiguió hasta conseguir su objeto, que logró transf o r m á n d o s e en un hermoso racimo de uvas, que c o m i ó E r i gona. E n pago e n s e ñ ó á su
h u é s p e d el arte de hacer vinor
cuyo don le fué funesto, pues
habiendo bebido sus vendimiadores el fermentado licor, al
Erigoní
notar sus efectos se creyeron
H I S T O R I A D E L A M I T O L O G I A G R I E G A Y ROMANA.
73
envenenados y arrojaron á su d u e ñ o á un pozo. Erigona
d e s c u b r i ó el lugar en que se encontraba el c a d á v e r de
Icario, su padre, guiada por una perra que aquél tenía,
llamada M e r a , y fué tal su desesperación que se suicidó
ahorcándose.
Á instancias de Baco fué esta familia transformada en
astros; de modo que Icario es ahora Bootes ó el Boyero,
Erigona una de las estrellas de la Virgen, y M e r a figura
entre las de la C a n í c u l a , con el nombre de P r o c i ó n ó
Sirio.
E n memoria de aquella catástrofe se instituyeron en
Atenas los juegos Icarienses, que consisten en mecerse
los hombres sentados en una cuerda floja, que hoy llamamos columpio.
D e s p u é s de la muerte de Erigona bajó Baco al
Averno, y prendado de Proserpina, así como ella de él,
pasó con ella tres años en aquella infernal mansión. Á
su vuelta á la tierra, fueron innumerables sus aventuras
amorosas, y cansado de fáciles amores, c o n c l u y ó por
alzar el vuelo y asentarse en la celeste morada, donde
goza de m á s sólida ventura.
E n t r e griegos y romanos se hallaba muy extendido el
culto de este dios; en Grecia l l a m á b a n s e á las fiestas
T r i e t é r i c a s , porque se celebraban cada tres a ñ o s ; en
Roma recibían el nombre de Bacanales.
CUPIDO, Ó EL AMOR.—Es Cupido hijo de Venus y
Marte; nació en Chipre, y fué amamantado en un bosque por las fieras, con él sólo piadosas, pues su madre
no se a t r e v í a á llevarlo consigo por temor á las iras de
J ú p i t e r , que previendo el mal que al universo h a b í a de
hacer el alado dios, pensaba aniquilarlo. Cupido c r e c i ó
bello como su madre, audaz como su padre. N i ñ o aún,
se c o n s t r u y ó él mismo un arco de fresno y flechas de
c i p r é s , ensayando éstas en los mismos animales que le
amamantaron. Joven, t r o c ó el arco de fresno por otro
de o r o , y las flechas unas veces eran del mismo metal
con ardientes puntas que inflamaban los corazones que
hería, otras eran de plomo, con las que sembraba el
74
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA-
olvido y la ingratitud en a q u é l l o s : no estaban libres de
sus certeros disparos, n i dioses, n i hombres, n i su-misma
madre, n i su propio pecho. Tetis, el día de sus
bodas con Peleo, obtuvo
de J ú p i t e r que recibiese á
Cupido en el Olimpo entre los dioses patricios.
L a odisea de Psiquis y
el A m o r es hermosa. E r a
Psiquis cifra y compendio
de la humana belleza en
el cuerpo, tesoro de inocencia y de candor, y de
sensible alma; hermosa y
apacible p o r t a l modo,
que era inevitable cosa
verla y comenzar á amarla. Sus dos hermanas mayores no eran hermosas;
Cupido ensaya sus fleclias.
en cambio estaban consumidas por la envidia: casadas éstas, el pueblo dió en idolatrar á la p e q u e ñ a , erigiéndole templos y desatendiendo
el culto de la diosa Hermosura.
Airada Venus, hizo jurar á Cupido que castigaría á
Psiquis, inocente causa de su agravio, obligándola á desposarse con el mayor monstruo del universo.
P r o n u n c i ó el o r á c u l o la terrible sentencia, y á la voz
de los dioses enmudecieron el pueblo, el rey su padre
y sus adoradores, y con lágrimas en los ojos llevaron á
la doncella al pie de una roca, á cuya planta se estrellaban enfurecidas las olas del mar; y ya en este lugar la
dejaron sola, esperando al monstruo que había de ser su
esposo. Q u e d ó s e dormida, y al despertar se vió en un
palacio de primores tales que la pluma no puede describir. « ¿ D ó n d e estoy?», p r e g u n t ó la hermosa, y una voz
dulce, blanda y misteriosa, m u r m u r ó á su o í d o : « D o n d e
sois amada, y vuestros deseos, siendo leyes, serán cum-
TU
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMAXA
75
piídos.» Llegada la noche, esperaba al marido monstruo,
y en vez de tal, e n c o n t r ó l o dulce, enamorado, de formas
robustas. ¿ Q u i é n era? ¿Cuál sería su aspecto? ¿ P o r q u é
no se dejaba ver? Estas eran las eternas cavilaciones de
la hermosa. D e s e ó ver á sus hermanas, y aunque le anunció que la envidia de aquéllas le sería funesta, ella insistió, y Céfiro condujo en sus alas á las dos Reinas. Estas
dos envidiosas a c u d í a n creyendo devorada á su hermana
por el monstruo; pero e n c o n t r á n d o l a en estado tan floreciente, la p o n z o ñ a sutil de la envidia hizo su efecto,
aconsejando á la infeliz Psiquis usase un ardid que imaginaron eficaz para desdicha de todos.
L l e g ó la noche y con ella el feliz amante. Cuando éste
d o r m í a , l e v a n t ó s e Psiquis, fué á donde t e n í a oculta una
lamparilla y un puñal, aquélla para conocer al marido, y
éste para matarlo si era un
monstruo: ella vacila un instante, pero la curiosidad se
impone á los remordimientos de la conciencia, el orgullo apaga la voz del temor
Se acerca y ve
á Cupido,
que despertando despavorido, escapa veloz, en tanto
que d e c í a : « D e s v e n t u r a d a ,
m i madre me m a n d ó entregarte á un monstruo; al m i rarte, una de mis flechas h i r i ó m i c o r a z ó n : he sido t u
esclavo. T u curiosidad nos
ha perdido. A d i ó s , Psiquis...
Tus hermanas no q u e d a r á n
sin castigo.» D e s a p a r e c i ó el
Psipis es arrojada
amor, y con él el palacio y
por las ondas á la orilla.
los jardines. Psiquis quiso
poner fin á su vida, pero las aguas la recibieron blandamente y la pusieron en la orilla opuesta. Entonces, para
buscar venganza, c o r r i ó en busca de su hermana mayor
76
H I S T O R I A D E L A M I T O L O G I A G R I E G A Y ROMANA.
c o n t ó l e el suceso, a ñ a d i e n d o que al abandonarla h a b í a
anunciado el deseo de casarse con una de las tres, que
estaba ausente. L a que tal o y ó p a r t i ó sin m á s explicaciones, con á n i m o de conquistar al dios. P r a c t i c ó la misma
o p e r a c i ó n con la otra hermana: ambas acudieron presurosas al pie de la roca, donde Céfiro las h a b í a transportado otra vez sanas y salvas, y creyendo que éste las
esperaba para conducirlas al encantado palacio, se arrojaron al mar, donde sus cuerpos fueron pasto de h o r r i bles monstruos marinos.
Psiquis a c u d i ó á todos los extremos para aplacar á
Venus: o b e d e c i ó cuanto le ordenara esta diosa como
c o n d i c i ó n para devolverle á A m o r . S a c ó agua de un manantial custodiado por serpien\ tes; fué á buscar á un p e ñ a s c o
inaccesible un v e l l ó n de lana
dorada; s e p a r ó grandes m o n tones de grano de diferentes
especies, que estaban confundidos en uno, y fué á buscar
al A v e r n o con objeto de solicitar una caja de belleza para
su enemiga, que p r e t e n d í a haberla perdido con la enfermedad de su hijo.
D i ó l e Proserpina, compadecida, la t a l caja; p e r o c o n
orden expresa de que no la
abriera bajo pretexto alguno,
cosa imposible, dada su frágil
curiosidad. A b r i ó la caja y saPsiquis coge el vellón dorado J,ie™n de ella unos vapores tan
en k roca inaooesiUe.
hediondos que trastornaron los
sentidos de la infeliz, dando
con ella en tierra. Cupido a c u d i ó en su auxilio, perdiendo todo miramiento, r e c o g i ó los vapores en la caja, que
otra vez cerrada, la suplicó la entregara sin tardanza, y
fué á arrojarse alas plantas de J ú p i t e r , solicitando le
jllll
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
77
fuese concedida á Psiquis la inmortalidad. C o n c e d i ó l o
J ú p i t e r , con aplauso del Olimpo entero, y Venus hubo
de conformarse con la decisión de los d e m á s dioses.
Casados Psiquis y Cupido,
n a c i ó de este matrimonio
la Voluptuosidad.
JANO. — E n la biografía
de Saturno se habla de
este dios. Es hijo de Creusa, hija de E l e c t r o , rey de
Atenas, y de A p o l o . Supo
é s t a ocultar su falta al nacer su hijo. N o teniendo
éste hijos varones acudió al
O r á c u l o , q u e le o r d e n ó
adoptase al primer muchacho que encontrase al paso.
E l primero que a c e r t ó á
pasar fué Jano, y una vez
adoptado se crió en el paCupido acude á Psipis
lacio de su abuelo como
en el infierno.
p r í n c i p e . H o m b r e ya aband o n ó la Grecia con una escuadra y muchos i n t r é p i d o s
c o m p a ñ e r o s , desembarcando en el L a c i o , donde fundó
la primer ciudad. I n s t i t u y ó el matrimonio, p r o m u l g ó
diversas leyes y e c h ó los cimientos de la obra que comp l e t ó m á s tarde Saturno.
GENIO.—Hijo de J ú p i t e r y Electra, se ignora por q u é
fué elevado á la c a t e g o r í a de dios auxiliar. Tiene á su
cargo el movimiento productor que renueva las especies
o r g á n i c a s y las i n o r g á n i c a s , y dar la inspiración al hombre. S e g ú n algunos mitólogos, cada hombre t e n í a su genio, que le inspiraba pensamientos grandes ó perversos,
le libraba de peligros ó le precipitaba en el abismo.
Su culto estaba extendido por todo el orbe; cada
reino, cada provincia, cada ciudad t e n í a su genio, en
cuyo templo se h a c í a n por todo sacrificio ofrendas de
78
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
flores, oblaciones de incienso y libaciones del licor de
Baco en su honor.
Esta fábula da origen á que se llamen genios á los
hombres de talento superior y extraordinario.
V
Dioses subalternos del cielo, la tiesta y el mar.
TEMIS V ASTREA.—Era Temis hija de Urano y de T i lea, hermana de Saturno, y la personificación de la justicia; desposada con J ú p i t e r hubo de él á su hija Astrea,
símbolo de la justicia humana; de este matrimonio nacieron t a m b i é n la Paz y la L e y , según ya antes se ha
dicho; durante los siglos de oro r e i n ó en Tesalia, y su
gobierno fué benigno y sabio. Cuando su reinado se hizo
imposible por los c r í m e n e s de los hombres subió al cielo,
enviando á la tierra á su hija Astrea, a r m á n d o l a antes
con su propia espada, y d á n d o l e una balanza semejante
á la que ella usaba para pesar los decretos de los dioses.
H a y quien confunde á una y otra, aunque en este
punto no caben confusiones. Temis es el principio de la
justicia eterna. Astrea la consecuencia de esa justicia.
Ambas fueron muy veneradas en Grecia y Roma; los
principales templos consagrados á estas deidades fueron
el del monte Parnaso y el de Atenas, en cuyo ingreso
estaba enterrado H i p ó l i t o , hijo de Teseo.
HEBE.—Fué esta diosa hija de J ú p i t e r y de Juno, era
el numen de la j u v e n t u d ; durante algún tiempo ejerció
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
el cargo de copero de los dioses, pero en un descuido dejó
caer el n é c t a r que servía á J ú p i t e r , y fué sustituida en
este cargo por Ganimedes, pasando ella á regir el carro
de Juno hasta que H é r c u l e s pasó á la c a t e g o r í a de dios;
se casó con ella y tuvo de él á Mexiara y Aniceto.
GANIMEDES.—Ganimedes
era hijo de T r o s , rey de
T r o y a ; siendo extremadamente hermoso, J ú p i t e r quiso tenerlo como paje, y
a r r e b a t á n d o l o á la tierra lo
llevó al O l i m p o , d á n d o l e á
regir el signo del Zodiaco
que se llama A c u a r i o ; m á s
tarde sustituyó á Hebe en
su oficio de copero. T á n t a l o ,
rey de L i d i a , c o m e n z ó la
carrera de sus c r í m e n e s robando á este mancebo, de
donde nació el odio entre
griegos y troyanos.
Hebe.
LAS TRES GRACIAS.—Llámanse estas diosas Aglae,
Eufrosina y Talía, bellas las
tres, lastres seductoras; son
hijas de J ú p i t e r y de E u r i n o mea, según unos mitólogos,
y de Venus, s e g ú n otros;
presidían los gbces de la i n -
E l rapto de Ganimedes.
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
8í
t e ü g e n c i a y del alma, y vivían en castidad incorruptible.
E l culto de estas diosas nació en Samotracia, de donde
pasó á la Grecia y de allí a Roma.
HIMENEO.—Nació de Venus y Baco, y es protector
de los castos afectos. D e r í v a s e la fábula de este dios de
un hecho cierto.
Himeneo, joven ateniense, hermoso has^a el extremo
de confundirse fácilmente con una mujer, estaba enamorado de una doncella de la aristocracia ateniense, y no
a t r e v i é n d o s e á declararla su afecto por la desigualdad de
la fortuna, quiso al menos gozar de su compañía, y disfrazándose de mujer se p r e s e n t ó en la orilla del mar, en
ocasión que con otras celebraban los misterios de Ceres.
Acogido entre las doncellas fué sorprendido por unos
piratas, y con ellas llevado
á una isla desierta, en la que
el loven Himeneo dió muer- i3.
r'-jfl
té a ios que le apresaron, y
'
;
.'
J4|Í
vueno á ia ciudad en la misma nave que los llevó declaró su artificio y la hazaña
que había llevado á cabo. P i dió la mano de su amada, y
como recompensa del servicio prestado le fué concedida, siendo el tipo del amor
conyugal.
£ n su honra se instituyeron las fiestas himeneas.
LA FORTUNA,—Es ésta
de padres desconocidos, i m placable como el Destino,
varia y caprichosa como la
Locura. Preside á esta diosa
la Necesidad, deidad que
tiene el m á s desagradable de
los rostros; va por un lado
cargada de abrazaderas y
Monxo.
82
HISTORIA D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
soldaduras de p l o m o , ligando los seres y las cosas con
indisolubles lazos, y por otro rompiendo lo que par e c í a estar para siempre atado. Las funciones de la Fortuna se reducen á repartir bienes y males, con arreglo
á lo que dispone el Destino.
COMO Y MOMO.—Como presidía los banquetes, era
g a s t r ó n o m o y bebedor, era el dios de los glotones y l i bertinos; r e p r e s é n t a n l e j o v e n , coronado de rosas, entre alegre y ebrio.
M o m o era el dios de la alegría, de los chistes y de
la critica, de la que no estaban exentos n i los dioses.
Minerva, V u l c a n o y Neptuno p r e s e n t á r o n l e una casa,
un toro y un hombre por ellos formados para que dijera
cuál obra estaba mejor hecha, negóse, á intervenir en
la contienda porque las tres eran imperfectas; pues según él la casa era m u y pesada y no p o d í a huirse con ella
de vecinos importunos, el toro debía tener los cuernos
delante de los ojos para que pudiera herir con acierto, y
al hombre le faltaba una ventana en el corazón para conocer sus veidaderos sentimientos.
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
SÍ
Dioses subalternos de la tierra.
PAN.—Hijo de J ú p i t e r y de T i m b r i s , según unos, y
de M e r c u r i o y de P e n é l o p e , según otros. T e n í a el cuerpo de hombre, de
desagradable aspecto, teniendo las piernas de macho cabrío.
Vivía en los bosques, sus gustos eran
r ú s t i c o s , sus deseos
violentos, tomando
por la fuerza lo que
le negaba la voluntad.
Enamorado de Sirina, una de las ninfas que s e r v í a n á
Diana, n e g ó s e ésta á
satisfacer sus deseos,
y huyendo de él fué
á dar en las orillas
del r í o L a d ó n , padre de esta desdichada, el cual, para
librarla de los apetitos brutales del dios,
la c o n v i r t i ó en verde
caña.
Pan, ya que otra
cosa no pudo, c o r t ó E l dios Pan llorando la pérdida de la ninfa
en trozos desiguales
Sirina, convertida en caña.
esta caña, y u n i ó los
unos á los otros paralelamente, formando el primer
instrumento m ú s i c o de viento que se c o n o c i ó en el
mundo, al que d i ó el nombre de la ninfa.
84
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
L o g r ó hacerse amar de la ninfa Pitis, de la que estaba
enamorado B ó r e a s , y á la que éste p e r s e g u í a sin resultado, i r r i t á n d o s e á t a l extremo con sus desdenes y la
preferencia que dió á Pan, que a r r e b a t á n d o l a en uno de
sus torbellinos d e s p e ñ ó l a , dando fin á su vida. Los dioses la transformaron en pino, y de este á r b o l tejía la selv á t i c a corona con que ceñía su frente el dios. Las adoradoras de éste colocaban las estatuas elevadas en su
honor debajo de uno de estos árboles.
E n a m o r ó s e m á s tarde de la ninfa E c o , arrojada del
Olimpo por Juno, sabedora de que era la que e n c u b r í a
con sus a r t i m a ñ a s los deslices é infidelidades de J ú p i t e r ;
pero como é s t a se hubiera enamorado de Narciso, hijo
de la ü c e á n i d a Liriope y del numen del río Cefiso, que,
Muerte de Narciso.
enamorado de sí mismo, p e r e c i ó de hambre por no dejar de mirarse en el cristal de las aguas del río en que se
reflejaba; este Narciso fué transformado pur los dioses
en la flor blanca y amarilla que lleva su nombre.
Pan consiguió, á fuerza de terquedad y obstinación
hacer al fin á Eco madre de I r i u x y Siringa y se casó,
por ú l t i m o , con la ninfa A l e x i r o e , viviendo con ella
en santa paz y concordia. A c o m p a ñ ó á Baco en su
e x p e d i c i ó n á la I n d i a y fué el autor del orden de batalla, d i v i d i é n d o l a en tres cuerpos, que en aquella
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMAXA.
é p o c a se llamaban Cuernos. E n la guerra de los dioses
contra Tifoe, fué el que aconsejó á éstos la extratagema
de convertirse en diversos animales, dando él ejemplo t r a n s f o r m á n d o s e en un monstruo medio pescado
y medio cabra. U n día que se vió perseguido de cerca
por uno de sus m á s mortales enemigos, superior á él en
fuerza, llegó hasta la orilla del mar, en donde hubo á
manos un caracol que hizo sonar con tan h ó r r i d o ruido,
que todos huyeron espantados, incluso el perseguidor,
produciendo de este modo lo que desde entonces se
ha llamado t e r r o r p á n i c o . Este fué el que s o b r e c o g i ó á
los Galos, cuando, capitaneados por B r e n o , quisieron
incendiar el templo de A p o l o . E r a dios de los pastores,
valles, aguas, manantiales, de los ganados, y como cont r a d i c c i ó n manifiesta, lo era t a m b i é n especialmente de
los lobos.
Sus sacrificios r e d u c í a n s e á ofrendas de leche y miel.
Sus ritos eran verdaderamente pastoriles.
PALAS.—Diosa de desconocido origen; dividía con
Pan su imperio y carece de historia.
FAUNOS, SÁTIROS, SILENOS, PRIAPOS, SILVANO Y TER-
MINO.—Fauno fué tercer rey de Italia, hijo de Pico,
convertido en el pájaro denominado Picamadero; por
esta causa e m p u ñ ó muy joven el cetro, era gran cazador y hombre tan gentil, que no sólo estaban prendados
de él los mortales, sino que t a m b i é n las diosas. F u é rey
piadoso y gran agricultor. Su esposa, llamada Fauna,
t e n í a el don p r o f é t i c o ; de este matrimonio nació Esterencio. T e n í a Fauno cuerpo de hombre, pero con cuernos, orejas y piernas de macho cabrío.
Los S á t i r o s eran de p e q u e ñ a estatura y de peor cond i c i ó n que los Faunos; eran audaces, feos y astutos; con
el encantador son de sus panderos inspiraban á las m u jeres un delirio cuyo t é r m i n o les era fatal.
Priapo era hijo de Baco y Venus, nació tan deforme
de cuerpo como de perversas inclinaciones; es el digno
jefe de las alimañas l amadas Sátiros.
Los Silenos eran unos seres de forma humana, con
86
HISTORIA D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
orejas, astas y cola de macho c a b r í o ; eran de c a r á c t e r
suave y muelles inclinaciones.
Silvano era una entidad compleja, confundida con Pan
y Fauno; era el numen de las selvas, y los filósofos le
consideraban como emblema de la materia.
FLORA.—Enamoróse Céfiro de la ninfa Cloris, una de
las que los gentiles llamaban A f o r t u n a d a s , y dióle en
dote, al casarse con ella, eterna j u v e n t u d , el imperio de
las flores y el nombre de F l o r a ; se la representa j o v e n y
hermosa, coronada de flores y acariciada por su joven
esposo.
F u é reverenciada como diosa por los Sabinos, y Tacio, su rey, instituyó en Roma su culto.
VERTUMNIO Y POMONA.—Pomona personifica la naturaleza productora de los frutos vegetales. De ella se enam o r ó V e r t u m n i o , emblema del a ñ o , de origen etrusco,
el cual para reducirla tuvo necesidad de pasar por las
cuatro estaciones, tomando las formas de un gentil adolescente p r i m e r o , d e s p u é s la de un apuesto mancebo,
m á s tarde la de un robusto segador, y, por último, la de
una mujer anciana, logrando por estos medios hacerla
su esposa.
QUIRÓN Y LOS CENTAUROS.—Quirón fué hijo de Saturno y F i l i r a . Sorprendido Saturno en plena infidelidad
por Rhea, para no escuchar recriminaciones, se convirtió en caba l o ; de aquí que Q u i r ó n naciera caballo en
parte, en parte h o m b r e , y su especie se d e n o m i n ó en
adelante Centauro. H í z o l e su padre el m á s sabio de los
hombres de su tiempo, i n s p i r á n d o l e la ciencia infusa en
medicina, a s t r o n o m í a y m ú s i c a , y dióle don profético.
Retirado á una gruta para ocultar al mundo su deformidad, vino con el tiempo á convertirse aquélla en una
especie de universidad en la que se formaron muchos de
los h é r o e s de la antigua Grecia.
Sólo en la forma se p a r e c í a Q u i r ó n á los d e m á s Centauros hijos de I x i o n y de la nube á que J ú p i t e r diera la apariencia de J u n o ; pero esta semejanza fué bastante para
hacerlo desdichado. Acosados los Centauros por H é r c u -
H I S T O R I A D E L A M I T O L O G I A G R I E G A Y ROMANA.
87
les, fueron á refugiarse en el país de Malea, á donde los
siguió Alcides para exterminarlos. U n a d é l a s flechas del
h é r o e , empapada en la sangre de la H i d r a de Lerna, fué
á clavarse en la rodilla de Q u i r ó n , p r o d u c i é n d o l e una
herida incurable, c a u s á n d o l e ésta dolores tan terribles
que á veces p e d í a á los dioses acabasen su vida ; éstos,
compadecidos, lo arrebataron al cielo, c o l o c á n d o l o entre
los signos del Zodiaco con el nombre de Sagitario,
Los d e m á s Centauros murieron á manos de H é r c u l e s ,
los m á s de hambre, en las islas Sirenas algunos, y á manos de Atalante, hija del rey Jario, los restantes.
Q u i r ó n casó con la ninfa Caridea, hija de A p o l o , de
cuyo matrimonio n a c i ó Orciroe, transformada por los
dioses en yegua por haber revelado á su padre y á Esculapio su respectivo porvenir.
H I S T O R I A D E L A MITÓLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
Dioses marinos subalternos.
OCÉANO, TETIS LA ANTIGUA.—Á la caída de Saturno,
que fué reemplazado en el Olimpo por J ú p i t e r , siguió
la de O c é a n o , en el reino de los mares, en que le sucedió Neptuno. Casado con T e t i s , fué padre de los ríos y
de las tres m i l O c e á n i d a s , de las cuales, Doris, se u n i ó á
N e r e o , de cuya u n i ó n nació T e t i s , la joven esposa de
Peleo y madre de Aquiles.
NEREO, DORIS, LAS NEREIDAS.—Fué Nereo hijo de
Ponto y de T i t e a , estaba casado con Doris, con la cual
mora en el fondo del mar Egeo, a c o m p a ñ á n d o l e s la mayor parte de las hijas, sus cincuenta Nereidas, graciosas
ninfas cuyos cabellos enlazan ricas perlas.
Nereo era gran profeta, pero sólo una vez se t o m ó la
molestia de revelar á los mortales el porvenir, y esta sin
fruto, cuando el rapto de Elena por P a r í s . T a m b i é n
á H é r c u l e s r e v e l ó el lugar en que se hallaban ocultas las
manzanas de oro que le p e d í a Euristeo, pero esto á la
fuerza, y sólo porque se le dejara libre.
ü o r i s fué esposa fiel y madre amante. Su o c u p a c i ó n
ú n i c a era el cuidado ae su manao-v sus hijos.
TETIS Y PELEO.—Solicitaban á un tiempo la mano de
Tetis, J ú p i t e r , A p o l o y N e p t u n o , pero habiendo sabido
por el Destino que el hijo que naciera de este matrimonio sería m á s grande que su padre, desistieron de su
p r o p ó s i t o . Entonces a p a r e c i ó Peleo, hijo de Caro y de
la ninfa Endeida, como candidato á la mano de la hermosa, y á vuelta de desdenes y á cambio de suspiros,
hubo de contraerse el matrimonio deseado. Á esta boda
asistió todo el O l i m p o , e x c e p c i ó n hecha de la Discordia, que v i é n d o s e olvidada arrojó la famosa manzana de
oro origen del certamen de hermosura entre Juno, V e nus y M i n e r v a , y causa t a m b i é n de la ruina de T r o y a .
P e r s i g u i ó la fortuna desde los primeros a ñ o s á Peleo,
que involuntariamente dió muerte á Foro, su hermano
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
89
por parte de padre, siendo desterrados su madre, su hermano T e l a m ó n y él, de la isla Egina.
Peleo fué á Tesalia, donde casó con Auligona, hija del
rey E u r i l i ó n , y al que tuvo la desgracia de herir mort a l m é n t e en la caza del jabalí Calidón. Desterrado de
nuevo. Solicitó de Acastes, rey de Coicos, que le purificase de aquel delito; hízolo, en efecto, aquel buen rey,
pero H i p ó l i t a , su mujer, enamorada de Peleo y en venganza de que éste, d e s d e ñ á n d o l a , se n e g ó á satisfacer sus
deseos, le acusó ante su marido de haber intentado violarla; c r e í d a la acusación, fué el acusado conducido á la
espesura de un monte, y allí encadenado, se le dejó expuesto á ser pasto de las bestias feroces. J ú p i t e r , que velaba sobre su nieto, m a n d ó á Q u i r ó n , que le h a b í a servido de ayo, que acudiese en su auxilio para libertarle, y
unido á Castor, Polux, Jason y los Argonautas, volvió á
Coicos vengando su agravio, donde m o r í a n cocidos.
D e l matrimonio de Tetis y Peleo nacieron seis hijos,
que la Nereida, para probar si eran inmortales, los iba
arrojando á una caldera de agua hirviendo, en que morían.
N a c i ó el s é p t i m o , y gracias á la i n t e r v e n c i ó n de Peleo,
pudo librarse de la muerte Aquiles, el vencedor del t r o yano H é c t o r ; b a ñ ó l o su madre en la laguna Estigia, cuyas aguas t e n í a n la propiedad de hacer invulnerable al
hombre, quedando por recibir el contacto de ésta el tal ó n por donde le t e n í a cogido. Á este joven lo e d u c ó
Q u i r ó n , que no le daba otro alimento que los sesos de
tigres y leones que le h a c í a n cazar á él mismo, h a b i t u á n dole á los peligros y e n d u r e c i é n d o l e las e n t r a ñ a s .
Tetis obtuvo de Vulcano las famosas armas que H o mero inmortalizó, y mientras el Destino le plugo que su
hijo viviera visible ó invisible, estuvo á su lado.
Conseguida por Tetis la inmortalidad de Peleo, fué
llevado por ésta, en c o m p a ñ í a de sus hermanas, al palacio de su padre.
L o s R í o s YLAS NINFAS.—El n ú m e r o de los R í o s como
el de las O c e á n i d a s asciende á tres m i l , y repartidos
9©
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
por la tierra, rigen el curso de las aguas y habitan en el
fondo de sus lechos con cierto n ú m e r o de Ninfas que
componen su corte y familia.
Las Ninfas se dividen en celestes ó uranias, y en terrestres ó epigeas; á la primera c a t e g o r í a pertenecen las
O c e á n i d a s , las Nereidas, las N á y a d e s , Mehadas, Creneas, Pegeas, Polamides y Lumiades; pertenecen a l a
segunda, las D r í a d a s , Hamadriadas, Napeas y Oreadas.
EOLO Y LOS VIENTOS.—Eolo era hijo de J ú p i t e r y de
la ninfa Melalipa, hija del centauro Q u i r ó n . Reinaba en
las islas Eolidas, y fué admitido entre el n ú m e r o de los
inmortales como rey de los Vientos, aunque dependiendo
siempre del imperio de Neptuno. Casó con Cianea, hija
de Lepuro y nieta de A u s o n ; de este matrimonio nacier o n Alcionea, A l a m a , C r é t e o , S a l m ó n e o y Melalipa, y
otros doce hijos m á s . Melalipa fué seducida por N e p tuno, y hubo de ella dos hijos, á los que E o l o , en venganza de la fragilidad de su hija, m a n d ó dar muerte,
privando al mismo tiempo á la madre de la vista.
Los vientos principales, s e g ú n la mitología, son: Africo,
ó Sudoeste; A q u i l ó n , ó cierzo tramontano, ó N o r t e ;
Austro, ó Noto, ó viento Sud; B ó r e a s , ó viento N o r t e , ó
S e p t e n t r i ó n ; Csecias, ó Nordeste; Euro, que es el Este;
L e v a n t e , ó Solano; E u r o n o t o , o Sudoeste; Cauro, ó
Noroeste, Solano; Este y Céfiro, ú Oeste.
Los ú n i c o s que tienen historia son Céfiro y B ó r e a s ; el
primero fué ministro y cortesano de la Primavera, y
amante de Clorio ó F l o r a ; el segundo, violento rey de
Tracia, que no encontrando quien le diese una hija en
matrimonio, a r r e b a t ó á Cloris, hija del río Jaris, uno de
los que desaguan en el P o n t o E u n o y en el C á u c a s o ;
la hizo madre de un mozo llamado H i r p a c o . Clóris fué
pronto abandonada por O r i t i a , arrebatada t a m b i é n por
fuerza á Erecteo, rey de Atenas, de cuyos amores nacieron Calais y Jetes, y cuatro hijos, entre los que se encontraban Cleobula ó Cleopatra.
PROTEO.—Fué éste hijo de Neptuno y de la ninfa F é nica ; nació en la Macedonia, y fué padre de numerosa
Las Sirenas.
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMANA.
93
prole, entre la cual se cuentan á T e l é g o l o y Tinolo, dos
monstruos de crueldad. N o pudiendo corregir á estos
endemoniados chicos, r e t i r ó s e Proteo á E g i p t o , y desp u é s de haber reinado sabia y profundamente en M e n fis, dejó la t i e r r a , e n c a r g á n d o s e en el imperio de Neptuno de los r e b a ñ o s de focas.
LEUCOTEA Ó INO Y PALEMÓN Ó PORTUMNIO.—Leucotea, hija de H a r m o n í a y de Cadmo, casó con Atamas,
hijo de E o l o y rey de Tebas. F u é madre de Learco y
Melicertes. Abandonada poco tiempo d e s p u é s por su
esposo, vivió cuidando de sus hijos, en tanto que ocupaba su lugar Nefelea, madre d e s p u é s de P r i x o y de
Helea. Habiendo perdido el juicio esta mujer, volvió al
lado del infiel. I n o y sus hijos, en venganza, persiguieron
á los hijos de su rival, hasta el punto de haber intentado
matarlos su propio padre, salvándose de esta segura
muerte, por haberlos ocultado su madre, c o n v i r t i é n d o s e
en monte. A d v e r t i d o Atamas por Jano de esta infamia,
arrojó, en presencia de Leucotea, á su hijo Learco contra un muro, d e j á n d o l o muerto en el acto, salvándose el
o t r o , y aun ella misma, a r r o j á n d o s e en el seno de las
aguas, donde perecieran, sin la p r o t e c c i ó n que les o t o r g ó
Neptuno.
GLAUCO. — F u é hijo de Neptuno y de la ninfa Nais;
residió en A n t é d o n a , ciudad de la Beocia.' Sus ocupaciones constantes fueron la caza y la pesca. Notando i m
día que los pescados que él arrojaba en la orilla, d e s p u é s
de comer cierta hierba que en ella brotaba, recobrando
la vida, se arrojaban de nuevo al mar; y presumiendo
que el prodigio consistía en la v i r t u d del pasto, c o m i ó
de él y se arrojó al agua, en donde O c é a n o y Tetis la
antiguale despojaron de su corteza de m o r t a l , siendo
desde entonces una deidad con busto humano y extremidad de pez.
LAS SIRENAS.—Eran éstas Licaria, Ligea y P a r t é n o p e ,
hijas del río Toas y de la ninfa Caliope; fueron amigas
de Proserpina, y cuando ésta fué robada por P i n t ó n , obtuvieron de los dioses que les concediera alas para bus-
^
H I S T O R I A D E L A M I T O L O G I A G R I E G A Y ROMANA.
caria por el mundo entero, al que dieron la vuelta con
tan poco fruto como enojo. Descontentas de su expedic i ó n , e s t a b l e c i é r o n s e en Sicilia, en un promontorio, entre las islas de Capria y las de Italia, y allí, con el encanto
de sus voces, la m e l o d í a de sus acentos y el encanto de
su m ú s i c a , obligaban á cuantos navegantes cruzaban
aquellas aguas á detenerse, olvidando el viaje y la vida.
Ulises r o m p i ó el encanto, y desde entonces viven al
lado de P i n t ó n .
CARIBDIS Y ESCILA. — Caribdis, hija de Orco y Ceto,
h e r e d ó las perversas intenciones de sus antecesores los
Titanes; r o b ó á H é r c u l e s algunos bueyes, y el hijo de
A l m e n a la dió muerte en el acto de descubrir el hurto*
Orco t o m ó el c a d á v e r , d á n d o l e nueva vida en el remolino que llevaba su nombre en lo antiguo, y hoy el de
Calofaro, que tanto aterraba á los navegantes que se
veían precisados á cruzar las aguas de Sicilia.
Escila, hermana de la anterior, fué reducida á ia condición de escollo, por efecto de la perfidia de Circe, que^
celosa y cruel, e n v e n e n ó las aguas donde ésta tenia costumbre de beber, y una vez probadas éstas, c o n v i r t i ó s e
en un monstruo- con seis cabezas, doce garras, y en la
cintura m u l t i t u d de perros que, con feroces aullidos,
esparcían el t e r r o r en torno de ella. Desesperada, arrojóse al mar, donde fué convertida en piedra. Su espíritu
mora al lado de Neptuno.
LAS HARPÍAS.—Las H a r p í a s son el emblema de los v i cios, hijas de la o c e á n i d a E l e c t r a , y, por su naturaleza,
participan de la mujer y de la del ave de r a p i ñ a ; son
monstruos de peores hechos que catadura, y ésta era
horrible. E l cuerpo lo t e n í a n de b u i t r e , garras de tigre
y cara de gorgona vieja y horripilante. Su aliento infeccionaba cuanto alcanzaba á tocar, y estaban dedicadas á
perseguir á los mortales que i n c u r r í a n en el enojo de
los dioses.
CIRCE. — Fue hija de A p o l o y de la o c e á n i d a Persei,
y era tan hermosa como t e n í a perversas inclinaciones.
E n v e n e n ó á su marido, rey de los S á r m a t a s , y h u y ó , pro-
H I S T O R I A D E L A MITOLOGIA G R I E G A Y ROMAXA.
95
tegida por su padre, á la isla de Ea, que desde entonces
se llama Circe. Transformaba en bruto á sus amantes,
convirtió en pájaro á Pico, en monstruo á Escila. Convirtió en cerdos á los c o m p a ñ e r o s de Ulises, rey de
Itaca, y hubiera convertido t a m b i é n á é s t e , si no hubiera sido advertido por Mercurio para que rechazara
la fatal copa, y al i r Circe á tocarle con su m á g i c a vara,
no tirase de la espada y la hiciera jurar, por la laguna
Estigia, que r e s p e t a r í a las leyes de la hospitalidad. Enamorada de su h u é s p e d , tuvo de él dos hijos, A g r i o y L a tino, y supo retenerle entre sus redes un a ñ o , sin que
para nada se acordase de Itaca y P e n é l o p e .
CALIPSO.— Era esta o c e á n i d a reina de la isla Origia, á
la cual llegó Ulises d e s p u é s de haber naufragado en
Escila. Siete años retuvo á éste la infeliz Calipso enamorada, p r o m e t i é n d o l e la inmortalidad, hasta que, por
orden expresa de J ú p i t e r , lo dejó marchar, siendo fruto
de estos amores A u s o n , que fundó en Italia la Ausonia.
H.ü4uimmimümumui^
TfrrrrnTtmwiTfíiTtTíTrmwiTm
Dioses infernales subalternos.
RECATE.—Es hija esta diosa del titán Perseo y de A s t e r i a , que luego fué dama de J ú p i t e r . Era reina del
E r e b o , y r e t e n í a en sus dominios, durante cien a ñ o s , á
las almas de los muertos insepultos.
M a t ó á su padre, que expió de este modo el delito de
haber despojado de sus tesoros el templo de A p o l o ea
Delfos; casó con Eates, rey de Coicos, y d e s p u é s de dar
á luz á Medea, digna heredera de sus maldades, bajó al
A v e r n o , en donde representa la expiación y los rigores,
y aterra con su presencia á los que se preparan á compadecer ante sus ú l t i m o s jueces.
NEMESIS.—Es la m á s terrible personificación de la
justicia implacable. Castiga sin odio n i cólera, pero tamb i é n sin misericordia. R i n d i ó s e l e fervoroso culto en
Roma y Grecia, en donde se establecieron las fiestas
Neme sis.
MINOS, EACO Y RADAMANTO.—Son los tres jueces que
imponen penas ó determinan premios para las almas de
ios que mueran.
98
HISTORIA
D E L A MITOLOGIA
G R I E G A Y ROMANA.
Minos r e i n ó en C r e t a , fundó en su reinado diversas
ciudades, civilizó á sus subditos, hizo cultivar su suelo,
y a d m i n i s t r ó justicia tan recta y sabiamente, que J ú p i ter le hizo presidente del T r i b u n a l que decide del destino de las almas, depositando en sus manos la urna que
encierra los nombres de todos los mortales.
E a c o , hijo de J ú p i t e r y E g i n a , g o b e r n ó la isla de su
nombre con equidad y entereza inflexible.
Su amor á la justicia y la p r á c t i c a de ella le granjearon
la honra de sentarse en el tribunal del A v e r n o , encargado de juzgar á los pueblos de la Europa.
Radamanto, hermano de Minos, fundó una colonia
que, á poco de su c o n s t i t u c i ó n , t e n í a vida p r ó s p e r a , mer
ced á la s a b i d u r í a , equidad y tino con que la r e g í a su
fundador. E n premio de su v i d a , llena de virtudes, fué
destinado á ocupar un asiento en el tribunal de las almas, conjuntamente con su hermano y Eaco, e s t á n d o i e
especialmente encomendados los pueblos del Asia y
las funciones fiscales, pues
él es el que hace confesar á
los r é p r o b o s sus faltas, les
indica su sentencia, y vele,
por que ésta se cumpla. Estas divinidades son de origen egipcio.
CARÓN.—Era éste hijo de
E r e b o y de la Noche. Sus
funciones eran las de dirigir
la barca que transportaba
el alma de los muertos sobre
las negras aguas de Aqueronte á los confines del i n fierno , exigiendo como ret r i b u c i ó n por cada transporte, por lo menos un óbolo?
tres cuando m á s . P o r esta
Carón.
causa, al enterrar los genti"
m
fpil
illlili
H I S T O R I A D E L A M I T O L O G I A G R I E G A Y ROMANA.
99
les á sus muertos, c u i d á b a n s e de ponerles en la boca
el precio del pasaje.
Los vivos que t e n í a n la
fortuna y el valor de trasp a s a r las f r o n t e r a s del
A v e r n o , salvando la v i g i lancia del trifauce Cerbero,
antes de entrar en la barca
h a b í a n menester cierto ramo de oro consagrado á
Proserpina, como el que
dió la Sibila á Eneas en su
viaje por la m a n s i ó n de los
muertos. U n a sola vez faltó
á su consigna C a r ó n , cuando H é r c u l e s Tebano bajó
á los infiernos, y esta falta
costóle estar un a ñ o en el
lugar m á s l ó b r e g o del T á r taro.
LA MUERTE.—Según los
m i t ó l o g o s , tiene esta diosa
el c o r a z ó n de h i e r r o , las
e n t r a ñ a s de bronce, la mano tan pesada como certera, y apetito insaciable. Se
la pinta en forma de esqueleto, con una g u a d a ñ a
en la mano; algunos le ponen alas, y otros una r e d ,
con la que nos envuelve.
L a r i n d i ó culto Esparta,
Fenicia y E s p a ñ a .
EL SUEÑO Y MORFEO.—
E l S u e ñ o es hermano de
la M u e r t e , habita en el
Esebo un palacio misterioLa
3o y s o m b r í o cerca de las orillas del río Olvido, en cuyas
roo
H I S T O R I A D E L A MITOLOGÍA G R I E G A Y ROMANA.
m á r g e n e s crecen la adormidera y la hierba, que ai ser
pisada por la planta del hombre no crujía al romperse,
á fin de no i n t e r r u m p i r el silencio de aquella r e g i ó n .
I
i
D u e r m e este dios en lecho
i i
I
de é b a n o abrillantado, tenienfi
| =
do entre sus lacias y entreabiertas manos un alto emble'i
ma de los falsos sueños y u n
pedazo de marfil, presagio de
los verdaderos. E n t r e todos
'^utt
sus ministros se distingue M o r jj|,:T:/
^
;¡ .
feo, de esbeltas formas, leves
alas y verde corona de adormideras sobre su frente.
Este dios es el de los ensueñ o s proféticos.
T a n t o Morfeo como Fobelor
(fantasma ó sombra) son fruto
de los amores del S u e ñ o y la
Noche.
LA NOCHE. — N a c i ó d e l
Caos, y fué d e s p o s a d a con
Esebo, es madre del S u e ñ o y
de la M u e r t e ; habita durante
el día en el A v e r n o , y cuando
el sol declina sale de allí á recorrer la tierra.
HARPOCRATO. — Es n u m e n
La Fortuna.
y s í m b o l o del Silencio é inseparable c o m p a ñ e r o de la N o che, es deidad infernal por
esta causa; pero por ser su m i sión t a m b i é n el Misterio y el
Secreto, p u e d e considerarse
clasificado entre los dioses subalternos del cielo.
PLUTO.—Es numen de las
riquezas, se le cuenta entre los
Descargar