1 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil EFECTOS DE REGLAS, MODELOS Y CONSECUENCIAS EN LA ALIMENTACIÓN DE NIÑOS CON FACTORES DE RIESGO DE TRASTORNOS DE CONDUCTA ALIMENTARIA ANDRES M. SANTACOLOMA - SUAREZ UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA FACULTAD DE PSICOLOGÍA MAESTRIA CON ENFASIS EN PSICOLOGIA CLINICA BOGOTA D.C. DICIEMBRE DE 2013 2 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil EFECTOS DE REGLAS, MODELOS Y CONSECUENCIAS EN LA ALIMENTACIÓN DE NIÑOS CON FACTORES DE RIESGO DE TRASTORNOS DE CONDUCTA ALIMENTARIA Ps. ANDRÉS M. SANTACOLOMA - SUÁREZ UNIVERSIDAD CATÓLICA DE COLOMBIA FACULTAD DE PSICOLOGÍA MAESTRIA CON ENFASIS EN PSICOLOGIA CLINICA BOGOTA D.C., DICIEMBRE DE 2013 3 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil 4 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil 5 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil “Las opiniones expresadas en este trabajo son responsabilidad de los autores; la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia ha verificado el cumplimiento de las condiciones mínimas de rigor científico y de manejo ético.” (Artículo 65 Reglamento Interno) 6 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil AGRADECIMIENTOS Agradezco a la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia por ser mi lugar de formación y crecimiento personal y profesional. De igual manera, agradezco a mis compañeros de trabajo que con su tiempo, colaboraron en el desarrollo de este proyecto de investigación. Finalmente, agradezco a mis estudiantes del semillero de investigación Balance, quienes me apoyaron con su tiempo, entusiasmo y compromiso. 7 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil DEDICATORIA A mi madre María Mercedes Suárez, por inculcarme desde muy pequeño el deseo de aprender y de estudiar. A Patty, por ser mi amor, mi familia, mi soporte, mi apoyo incondicional y mi motivación para crecer. A mi familia por ser mi tranquilidad y mi razón de ser. 8 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil TABLA DE CONTENIDO RESUMEN, 13 ABSTRACT, 14 JUSTIFICACIÓN, 15 Pregunta de investigación, 21 OBJETIVOS, 22 ANTECEDENTES TEORICOS Y EMPIRICOS, 24 Conducta Alimentaria, 25 Perspectiva Biológica y/o Fisiológica, 27 Perspectiva Psicológica – Social, 31 Hábitos de Alimentación o Patrones de Conducta Alimentaria, 38 Hábitos y Conducta Alimentaria en los Niños, 41 Reglas y Conducta Gobernada por Reglas, 44 Consecuencias, 50 Modelos Sociales, 55 Hipótesis, 60 Variables, 60 Variable Independiente 1 – Reglas, 60 Variable Independiente 2 - Modelos Sociales, 63 Variable Independiente 3 – Consecuencias de reforzamiento, 65 Variable Dependiente – Conducta Alimentaria, 67 9 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil METODO, 72 Diseño, 72 Participantes, 75 Instrumentos y Materiales, 78 Procedimiento, 82 Aspectos Éticos, 87 RESULTADOS, 90 DISCUSION DE RESULTADOS, 118 REFERENCIAS, 129 APENDICES, 141 10 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil LISTA DE TABLAS Tabla 1. Reglas Alimento Saludable, 61 Tabla 2. Reglas Alimento No saludable, 62 Tabla 3. Control de Variables, 68 Tabla 4. Diseño de Tratamientos Alternos – DTA, 74 Tabla 5. Descripción de los instrumentos y materiales, 78 Tabla 6. Pruebas de Normalidad para los Consumos de Alimentos, 91 Tabla 7. Diferencia de medias entre muestras relacionadas, 92 Tabla 8. Prueba Wilcoxon para muestras relacionadas, 94 Tabla 9. Prueba T de muestras relacionadas, 96 11 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil LISTA DE FIGURAS Figura 1. Diagrama de contingencia de reforzamiento en conducta operante, 66 Figura 2. Frecuencia del Factor de Riesgo, 77 Figura 3. Factores de Riesgo Por Participante, 77 Figura 4. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 1, 101 Figura 5. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 2, 103 Figura 6. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 3, 104 Figura 7. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 4, 107 Figura 8. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 5, 108 Figura 9. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 6, 109 Figura 10. Frecuencia de consumo de alimento del participante 7, 111 Figura 11. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 8, 112 Figura 12. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 9, 113 Figura 13. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 10, 114 12 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil LISTA DE APÉNDICES Apéndice A. Consentimiento Informado y Contrato Conductual, 142 Apéndice B. Formato de Chequeo de Signos de Evaluación Médica Relacionados con el Riesgo de presentar TCA en niños, 145 Apéndice C. Formato de Chequeo de Criterios de Riesgo ante los TCA, 146 Apéndice D. Formato de Evaluación Psicológica para la Investigación a través de Padres, Tutores o Responsables Legales de los Niños y Niñas, 148 Apéndice E. Formato de Evaluación Psicológica para Niños y Niñas, 156 Apéndice F. Diapositivas, 160 Apéndice G. Imágenes Diapositivas, 165 Apéndice H. Fotografías de los Instrumentos y Materiales Utilizados, 169 13 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil EFECTOS DE REGLAS, MODELOS Y CONSECUENCIAS EN LA ALIMENTACIÓN DE NIÑOS CON FACTORES DE RIESGO DE TRASTORNOS DE CONDUCTA ALIMENTARIA Andrés M. Santacoloma – Suárez Universidad Católica de Colombia Resumen El presente estudio identificó los efectos de las reglas, los modelos sociales y las consecuencias de reforzamiento sobre la conducta alimentaria de niños con factores de riesgo para presentar Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA). Se definieron sólo dos parámetros de la conducta alimentaria, el primero, la cantidad de alimento ingerido medido en gramos y dos, el tipo de alimento. Los participantes fueron seleccionados de entre un grupo de 108 niños(as) siendo una selección por conveniencia de 10 niños(as) con edades de 6 a 8 años en los que se encontraron más de cinco factores de riesgo para presentar TCA, de un colegio de Bogotá, D.C.; para la inclusión de la muestra, se realizó una evaluación médica y psicológica (clínica. Se utilizó un diseño de tratamientos alternos (DTA). Se ejecutaron tres condiciones experimentales. La Fase I, se denominó Fase Pre o de evaluación de la conducta alimentaria o de línea de base. La Fase II o de aplicación de las condiciones o tratamientos, y finalmente, se realizó la fase III o fase Post, la cual consistió en evaluar la conducta alimentaria tal como se hizo en la primera Fase. Se realizó un análisis de tendencias de los niveles de preferencia y consumo del alimento ante las alternativas de alimento saludable y artificial, en relación con la presencia y ausencia de los tratamientos o condiciones (consecuencias de reforzamiento, reglas y modelos de alimentación) a lo largo de las fases experimentales evidenciando efectos clínicos y experimentales que fueran significativos y visualmente observables. Los tratamientos se evaluaron bajo el criterio terapéutico y experimental, para ello, se comparó la conducta alimentaria antes y después de los tratamientos en relación con los parámetros establecidos de elección consumo en gramos. Los resultados indicaron que la conducta alimentaria saludable presentó diferencias significativas al nivel de 0.05 bajo el criterio experimental, pero no existe información suficiente para afirmar que existe criterio terapéutico sostenido en el tiempo. Se utilizó la prueba T para muestras pequeñas en lo que se refiere a alimento saludable. Para el caso del consumo de alimento artificial o no saludable, se tuvo en cuenta que las diferencias no presentan una distribución normal y se utilizó una prueba no paramétrica como Wilcoxon. Se observó mejoría en la elección y consumo de los niños(as) ante el alimento saludable pero al mismo tiempo no se registró variación de la conducta alimentaria ante el alimento no saludable. Palabras clave: Conducta Alimentaria (SC02740 - 67), Instrucciones Experimentales (SC18570), Aprendizaje Social (SC48280 - 73), Reforzamiento (SC43630). Proyecto de Investigación tesis de maestría. Profesor-investigador, contacto: [email protected], [email protected] - El proyecto hace parte del Grupo de Investigación ENLACE y tuvo la colaboración del Semillero de Investigación BALANCE, además, fue avalado por el Centro de Investigaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia. Dirección postal Av. Caracas No. 46 – 22 2do. Piso Casa de Psicología. 14 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil EFFECTS OF INSTRUCTIONS, MODELS AND CONSEQUENCES IN THE FEEDING OF CHILDREN WITH RISK FACTORS OF EATING DISORDERS Andrés M. Santacoloma – Suárez Universidad Católica de Colombia Abstract This study aimed to identify the effects of verbal instructions - experimental, social models and the consequences of reinforcement on children's feeding behavior. Two parameters were defined about feeding behavior, first the quantity of food measured in grams and second, the type of food. Participants were selected through a convenience sample of 10 children, in which was found more than five risk factors to present eating disorders (ED), children were selected between 6 and 8 years, from a school of Bogotá, D.C.; to determine the sample, it was conducted a medical and psychological evaluation (clinical) that determined the inclusion or exclusion of the sample. An alternating treatments design (ATD) was used. Three experimental conditions were executed. Phase I, was called Phase Pre or evaluation of feeding behavior or baseline. Phase II or application of the conditions or treatments, and finally phase III or phase Post, in which was evaluated the feeding behavior again as was done in the first phase. A trend analysis of preference and consumption levels to the healthy food and artificial alternatives was performed, regarding the presence and absence of the treatment or conditions (reinforcing effects, instructions and feeding behavior) along experimental phases, through these were showed clinical and experimental effects that were significant and visually observable. Treatments were evaluated under experimental and therapeutic judgment, thus was compared the feeding behavior before and after treatments in regard to the parameters of consumer choice in grams. The results indicated the pattern of healthy feeding showed significant differences at the 0.05 level under the experimental judgment, nevertheless there was insufficient information to affirm there was a sustained therapeutic approach in time. T test was used for small simple in regard to healthy food. In the case of unhealthy food consumption was taken into account that the differences are not normally distributed and was used a nonparametric test, such as the Wilcoxon. Improvement was observed in the choice and use of children to the healthy food however no change in eating behavior to the unhealthy food was recorded. Key words: Feeding Behavior (SC02740 - 67), Experimental Instructions (SC18570), Social Learning (SC48280 - 73), Reinforcement (SC43630). Proyecto de Investigación tesis de maestría. Profesor-investigador, contacto: [email protected], [email protected] - El proyecto hace parte del Grupo de Investigación ENLACE y tuvo la colaboración del Semillero de Investigación BALANCE, además, fue avalado por el Centro de Investigaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia. Dirección postal Av. Caracas No. 46 – 22 2do. Piso Casa de Psicología. 15 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Justificación El comportamiento de los organismos como objeto de estudio es tan complejo para la ciencia, que la psicología no lo ha podido unificar como tal en una sola definición, esto debido a diversas tradiciones de la ciencia (Mardones, 2001). De igual forma y como en la mayoría de comportamientos, la conducta alimentaria es muy compleja en relación con ella, convergen factores sociales, biológicos y psicológicos. Estos factores o dimensiones, se integran e interrelacionan para determinar patrones de comportamiento alimentario, lo que redunda en la salud física y psicológica de los individuos. Cuando estos patrones se convierten en trastornos de conducta alimentaria (TCA), la situación puede llegar a ser mortal (National Institute of Helth NIH, 2009; Seijas & Sepúlveda, 2005). Por ejemplo, en Estados Unidos de América, muere una (1) de cada diez (10) personas que se encuentran diagnosticadas con desórdenes de alimentación, generalmente por inanición, pero en otros casos, la causa aparente o relacionada es el suicidio, relacionado con el TCA y/o las complicaciones médicas resultantes de la alteración del patrón de alimentación, como por ejemplo, la insuficiencia renal; así mismo, se ha estimado que entre 5 y 15 % de las personas diagnosticadas con anorexia y bulimia son niños, mientras que el porcentaje aumenta a un 35% cuando se trata de binge eating disorder (NIH, 2009). Es de resaltar que en el caso de la anorexia nervosa, existe un alto riesgo de morir como producto de presentar este trastorno, y si no es así, se presenta una alta probabilidad de no recuperarse (Peláez, Labrador & Raich, 2005). En porcentajes más altos, se encuentran las tendencias de las niñas y jóvenes a presentar TCA. Según Phiper (2003), entre un 8 y un 20 % de las niñas y jóvenes en edad escolar son 16 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil bulímicas, tasa que tiende a incrementarse con la edad, hasta el punto en que se ha llegado a afirmar que una (1) de cada cuatro (4) mujeres jóvenes universitarias en Europa también son bulímicas y con tendencia a incrementarse (Buckroyd, 2002). En general, en los últimos años, la tasa porcentual de casos diagnosticados con anorexia es más alta entre los niños y niñas, presentándose como característica, que a menor edad se incrementa el porcentaje de niños varones. Se ha dicho, que la edad de inicio de las niñas se encuentra ahora entre los 5 y 6 años y el de los varones entre los 8 y los 9 años de edad (Ortega & Laverde, 2000), aunque la edad más común se da entre los 13 y 18 años y con una tendencia a bajar hacia los 10 (Gerro-Prado, Barjau & Chinchilla, 2001). En Colombia, los estudios arrojan cifras que se convierten, día tras día, en llamados de alerta con relación a los hábitos de alimentación y a los TCA en los jóvenes y niños del país. Un informe del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Antioquia, indicó que para el mes de septiembre de 2000, cerca del 2% de las colombianas presentaban anorexia y que, para ese entonces, el 12% podrían no estar diagnosticadas adecuadamente o ser confundidas con desnutrición, además, a partir de ese año, se encuentran datos que indican que el porcentaje de niñas que presentan un TCA (anorexia) en Colombia, tiene una equivalencia igual al porcentaje que existe a nivel mundial, de 1 a 4 por ciento (Ortega & Laverde, 2000). Por ejemplo, en el estudio realizado por Fandiño, Giraldo, Martínez, Aux y Espinosa (2007), se muestra que de 174 estudiantes, un 39.7% (casi 68 personas), tuvieron una alta probabilidad de padecer un TCA en edades que oscilaban entre 15 a 19 años de edad, mientras que en el estudio de la Universidad de Manizales (Páez & Castaño, 2010), se registró un 12.7% (casi 21 personas) de una muestra de 165 estudiantes con el mismo factor de riesgo a presentar un TCA. La situación no cambió para 17 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil la ciudad de Bogotá D.C. donde se encontró que, de una muestra de 2770 estudiantes de bachillerato, existía un 0.28% de prevalencia de anorexia nerviosa, un 3.25%de bulimia nerviosa y un 33.6% en trastornos no especificados de la conducta alimentaria, lo cual sumado, indica un 37.13 % (más de mil personas) que padecen algún TCA o problema de conducta alimentaria (Angel, Martínez & Gómez, 2008). Otro aspecto fundamental en este estudio realizado en la ciudad de Bogotá por parte de la Universidad Nacional de Colombia, es que no se encontró asociación entre el estrato socio – económico y la prevalencia de los trastornos de comportamiento alimentario, información que contradice la apreciación popular de que los TCA son un tipo de enfermedad asociado a clases altas. Los datos encontrados en Colombia no muestran diferencia con los referidos por países industrializados o de primer mundo. Al contrario, pareciera indicar que en Colombia se están disparando los índices de problemas de la conducta alimentaria, en un porcentaje superior que algunos países europeos. La información se puede contrastar con los mencionados por Peláez, Labrador y Raich (2005), en los que mencionan que en los países desarrollados como los de Europa y Norte América, la prevalencia de los TCA se ha incrementado de dos a cinco veces en las últimas tres décadas. Adicionalmente, Peláez, Labrador y Raich (2005), mencionan que la tasa en hombres empieza a registrarse, indicando que existe un hombre diagnosticado con TCA por cada nueve mujeres en dichos países del mundo. La presencia de los TCA en la población femenina juvenil en países desarrollados, ha hecho que se convierta en la tercera enfermedad crónica, especialmente en Norte América (Peláez, Labrador & Raich, 2005). Se sabe que la información acerca de los TCA y su prevalencia por fuera de Estados Unidos, Canadá, Europa, Australia, Japón, Nueva Zelanda y Sudáfrica es muy pobre y que se 18 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil requiere con urgencia abordar esta problemática a nivel mundial, saliéndose del precepto de que los TCA sólo ocurren en sociedades industrializadas o de primer mundo (DSM – IV, 2005). Los TCA son la primera causa de las muertes diferentes a las traumáticas o por causas accidentales relacionadas con trastornos psiquiátricos (Staudt, Del Milagro & Ojeda, 2006). Todos estos datos, muestran una clara tendencia a aumentar, es decir, que los TCA y en general, los problemas relacionados con la conducta alimentaria van en incremento dentro del contexto mundial. Se sabe que el nivel de actividad se encuentra relacionado con la restricción de alimento en situaciones de anorexia al igual que en casos de sed (Pierce & Epling, 1983) y que la insatisfacción de la imagen corporal es un factor de riesgo para padecer de TCA, especialmente si se es una mujer joven en un medio urbano que se desenvuelve en actividades donde la imagen es fundamental y tiene contacto continuo con los medios de comunicación como la televisión (Gerro-Prado, Barjau & Chinchilla, 2001). Además, se ha reconocido que la mayoría de los TCA, especialmente la anorexia, son trastornos de origen multifactorial y que ninguno de los factores causales o relacionales por si solos, los explican o controlan (Staudt, Del Milagro & Ojeda, 2006), sean biológicos como la leptina, la grelina y la melanocortina 4 (por ejemplo) en la regulación de la alimentación (Arboleda, 2008; Martí, & Martínez, 1999; Marti, Corbalán, Forga, Martínez, Hinney & Hebebrand, 2003; Pierce & Epling, 1994), o psicológicos como por ejemplo la distorsión de la imagen corporal (Moreno & Ortiz, 2009; Ramos, Pérez de Eulate, Liberal & Latorre, 2003; Saucedo-Molina & Unikel, 2010), o psicosociales como la familia (Álvarez-Rayón & Tena-Suck, 2010; Ruiz-Martínez, Vázquez-Arévalo, Mancilla-Díaz, López-Aguilar, 2010; Ruiz-Martínez, Vázquez-Arévalo, Mancilla-Díaz & Trujillo, 2010), entre muchos otros. 19 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Entender o simplemente conocer toda la gran cantidad de variables que pueden afectar a la conducta alimentaria, es en realidad complejo, sin embargo, existe un aspecto que no se ha trabajado con suficiencia y responde quizás a una de las preguntas fundamentales ante esta avalancha de dificultades relacionadas con la alimentación. Este vacío académico no corresponde a cuáles son los factores o aspectos relacionados con los TCA, (de hecho ya se mencionaron algunos), ni tampoco hace referencia a los problemas consecuentes y encadenados con la inadecuada conducta alimentaria, sino, cómo se aprenden estos patrones de alimentación, sean adecuados o inadecuados. Por todo lo anterior, se hace necesario y urgente, realizar estudios que identifiquen las variables que afectan, estructuran y modifican los patrones de alimentación en edades tempranas, hecho que puede aportar información valiosa para generar programas de prevención, intervención y educación, que propendan por la salud y calidad de vida de las personas, y de la misma forma, facilitar los procesos de interacción alimentaria con los niños en instituciones educativas, clínicas y en especial en contextos familiares, provocando mejores hábitos alimenticios y por lo tanto, patrones de alimentación más saludables. Adicionalmente, el hecho de desarrollar proyectos de investigación en un nivel básico, relacionados con la conducta alimentaria, tiene como propósito ahondar en las variables que se encuentran relacionadas con este tópico y aumentar el control de variables sobre los procedimientos de indagación en cuanto a dicha relación. Es fundamental que se establezca una serie de investigaciones en el nivel experimental, para aumentar el conocimiento acerca de cómo se aprenden (adquisición, modificación y mantenimiento) los patrones de alimentación, ya sean adecuados o inadecuados. Al lograr obtener respuestas verificables ante estos cuestionamientos, 20 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil se pueden diseñar e iniciar con los programas de prevención de hábitos alimenticios inadecuados y promocionar los adecuados, todo siempre con un trabajo interdisciplinar e integrando los niveles básicos y aplicados de la ciencia del comportamiento. La investigación de la conducta alimentaria en los niños y adolescentes, es pertinente, dado que los datos muestran que la edad de inicio promedio de presentar TCA para el presente momento se acerca a los 13 años como se había indicado antes, con un rango general que oscila entre los 10 y los 18 años de edad (Gerro-Prado, Barjau & Chinchilla, 2001), pero este indicador va bajando hacia edades pre púberes, en donde se ha llegado a mencionar que las edades de riesgo de presentar TCA pueden estar entre los 5 y los 11 años para ambos sexos, especialmente en relación con obesidad (Trujano, Blanco, Nava, Arbonés & Limón, 2010), por ello, se ha llegado a mencionar que es un problema de salud pública que aparece en la edad infanto-juvenil que puede poner en riesgo la vida de las personas, o en el menor de los males, causar o facilitar deterioros en ámbitos escolares, familiares, sociales, afectivos (Díaz, Torres & Hernández, 2004) y por qué no, en un futuro, afectar el ámbito laboral. Quizás el efecto sobre los pacientes con TCA más preocupante y que diferencia el trabajo con pacientes menores (niños-niñas y adolescentes) de pacientes adultas, es que el efecto en niños(as) se encuentra igualmente relacionado con el riesgo de muerte que en las adultas, pero adicionalmente, si no se llega a esta nefasta consecuencia, el daño puede terminar en no recuperar el deterioro de crecimiento y desarrollo (Lenoir & Silber, 2006). En el caso de Colombia, se han encontrado prácticamente los mismos factores de riesgo que en el resto de países del mundo con una tendencia a incrementarse. Estos factores coinciden con lo ya conocido en la literatura, como peso por debajo del nivel normal mínimo para la edad y la talla, índice de masa corporal inadecuado, miedo intenso a ganar 21 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil peso o a convertirse en obeso, la alteración de la imagen corporal, baja autoestima, obesidad premórbida de los padres, críticas recibidas por el aspecto físico, entre otros (Piñeros, Molano & López de Mesa, 2010). Todo lo anterior conlleva a que sea fundamental la realización de estudios con mayor detenimiento sobre las variables que pueden llevar a desarrollar un TCA en la población joven del país, tratando de controlar al máximo los procedimientos para ir sumando datos a las relaciones causales que permitan la construcción de programas de prevención y educación en ámbitos sociales de forma generalizada en pro de disminuir y controlar una situación enfermiza que viene haciendo mella en el desarrollo de la salud física y mental de nuestros colombianos. Ahora bien, entendiendo que los patrones de alimentación son, como todos los patrones de conducta, aprendidos, se requiere concentrar esfuerzos investigativos que respondan a identificar cómo las variables de aprendizaje, facilitan o no el desarrollo y establecimiento de conductas y patrones de alimentación adecuados e inadecuados. A partir de lo anterior, se plantea en consecuencia, la pregunta de investigación ¿son las reglas, los modelos sociales y las consecuencias de reforzamiento, variables ambientales que afectan y/o modifican la conducta alimentaria de los niños en edades pre púberes?, si es así, ¿se pueden utilizar como variables para mejorar los hábitos de alimentación infantil y llevar a los niños al desarrollo y establecimiento de adecuados patrones de alimentación?. Esta pregunta incluye la aplicación de variables que son consideradas como factores que facilitan o estructuran el aprendizaje de las personas, desde diversas teorías, aparentemente diferentes, pero para el trabajo de investigación se toma la línea Skinneriana de la causalidad por consecuencias, de allí 22 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil que cuando se aborda experimentalmente los modelos sociales, no se hace énfasis, ni medición alguna en los procesos mediacionales. Objetivos Objetivo General Identificar y comparar el efecto que tienen las reglas, los modelos sociales y las consecuencias de reforzamiento sobre la conducta alimentaria (elección y consumo en gramos) de niños que presentan factores de riesgo para presentar TCA. Objetivos Específicos 1. Identificar si las variables denominadas como reglas, modelos sociales y consecuencias de reforzamiento son factores de cambio significativo (con criterio terapéutico o con criterio experimental) en la conducta alimentaria infantil. 2. Evaluar si la aplicación de las variables afecta positiva o negativamente la conducta alimentaria infantil en niños con vulnerabilidad a presentar un TCA en el futuro. 23 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Se aclara que un criterio experimental corresponde a cambios en la conducta por la inclusión o intervención de una variable particular en un momento determinado, mientras que el criterio terapéutico, se refiere a si los efectos de la intervención son importantes o no. La apreciación de importancia de este último criterio, se encuentra relacionado con la mejoría del paciente gracias a la aplicación de los tratamientos y es verificado o evidenciado por el mismo intervenido y además, por personas allegadas al mismo. En últimas, corresponde a cambios en la conducta con funciones de adaptación y mejoría en ambientes de riesgo (Barlow & Hersen, 1988). 24 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil ANTECEDENTES TEÓRICOS Y EMPÍRICOS Introducción En la época actual, las personas establecen patrones de comportamiento que dependiendo de una gran cantidad de variables interrelacionadas pueden ser adaptativos mientras que otros no. Por ejemplo, se ha aumentado la cantidad de tiempo que se dedica a conductas o actividades que facilitan el consumo de alimentos, como ver la televisión, dormir, hablar por teléfono, etcétera. Al mismo tiempo, se ha incrementado la cantidad de consumo de alimentos ricos en calorías, lo que termina convirtiéndose en una situación de facilitación para desarrollar condiciones de sobrepeso y por consiguiente, problemas de salud. De otro lado, las personas han aumentado el tiempo de dedicación al ejercicio, al mismo tiempo que han disminuido la ingesta de alimento, por ejemplo, en el caso de las mujeres jóvenes y universitarias, se presenta continuamente la tendencia a no desayunar, a almorzar comidas muy ligeras y a cenar un jugo o en ocasiones optan por no tomar nada, y diariamente asisten al gimnasio para desarrollar una actividad física (Amat, Sánchez, Soto, Alonso, Villalmanzo & Lopera, 2006). De esta manera, impactan en su estado físico y por ende, en su propia salud. Estos tipos de comportamientos inducen a estados no saludables dado que, el hiperconsumo, el hipoconsumo, los hábitos inadecuados de alimentación y los niveles de actividad incoherentes con la dieta que se lleva, están asociados con la “malnutrición”, la cual, en todas sus formas incrementa el riesgo de enfermedades y muerte temprana (World Health Organization - WHO, 2000). 25 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Es importante tener en cuenta que para abordar la conducta alimentaria, se debe recordar que la mayoría de las conductas humanas se pueden analizar como complejas debido a la gran cantidad de variables y factores que intervienen o influyen en ellas. Dentro de esta complejidad se pueden mencionar las variables propias de la biología, que afectan el desempeño del organismo como consecuencia de su estructura o capacidad. De igual forma, el aprendizaje, la motivación, el lenguaje, el pensamiento y en general, cada una de estas categorías analíticas conocidas como procesos psicológicos y del comportamiento, se convierte en un factor o aspecto que interviene en las conductas en general, incluyendo entonces, a la conducta alimentaria. No se puede olvidar que los factores sociales, como los medios de comunicación, la educación, la economía y la tecnología entre muchos otros, son también causa y consecuencia de la complejidad del comportamiento humano, particularmente en relación al comportamiento alimenticio (Santacoloma-Suárez & Quiroga, 2009). Por ello, cuando se pretende entrar en el ámbito de la conducta alimentaria, se requiere especificar qué es, cómo se entiende desde la psicología y cómo puede llegar a estudiarse en pro de dar cuenta de una innumerable cantidad de aspectos que pueden afectar los adecuados patrones de alimentación. Conducta Alimentaria El comportamiento alimentario está relacionado con factores biológicos, geográficos, psicológicos y socioculturales (Bourges-Rodríguez, 1990; Vargas & Aguilar, 2002). Esta perspectiva de complejidad ha hecho que se estudie la conducta alimentaria y sus anormalidades desde un enfoque multifactorial (Saucedo-Molina & Gómez, 2004). No todas las 26 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil conceptualizaciones de conducta alimentaria se sustentan de la misma forma, por ejemplo, se ha definido a la conducta alimentaria como todas aquellas acciones que el individuo emite para conseguir los elementos necesarios en pro de conservar la estructura biológica y mantener las necesidades energéticas de su organismo (Romero & Sobrado, 2008). La anterior conceptualización está más encaminada a mostrar la teleología o utilidad del comportamiento alimentario, mientras que se trabaja o investiga mucho menos en relación con las variables causales propias del establecimiento y adquisición de la misma. Es de entender que la conducta alimentaria cuenta con diversos factores que influyen sobre ella, y que están por fuera de la función reguladora del organismo. Por ejemplo, también existen variables sociales que hacen que la conducta alimentaria tenga otro tipo de análisis (antropológico, sociológico, etcétera). Para ello, se debe entender que también se ha definido como un “comportamiento normal y habitual relacionado con los hábitos de alimentación, la selección de alimentos que se ingieren, las preparaciones culinarias y las cantidades ingeridas que influyen directamente en el estado nutricional de los individuos pertenecientes a diversos grupos etarios” (Troncoso & Amaya, 2009). De igual manera y continuando con el análisis de la amplitud de conceptualizaciones y perspectivas de la conducta alimentaria, se puede encontrar que existe variabilidad en sus parámetros de medición como conducta. Por ejemplo, se han hecho mediciones teniendo en cuenta el consumo (es decir, si la persona ingiere o no el alimento–análisis discreto), frecuencia (cantidad de veces que se consume en un tiempo determinado, pueden ser días, horas, semanas, meses, etcétera), cantidad de alimento (porciones que el organismo o individuo ingiere), el peso de la comida ingerida, etcétera. Todo ello, permite establecer la preferencia alimentaria, la 27 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil elección, el patrón de alimentación o síntomas de algún TCA (López-Espinoza, 2007; Richter, 1927, 1947). Con base en esta variabilidad, a continuación se hace la descripción de la conducta alimentaria desde dos perspectivas, una biológica – fisiológica y otra psicológica – social. La descripción de la conducta alimentaria en estas dos perspectivas, incluye los diversos factores a través de los cuales se ha estudiado. La división en estas dos categorías es arbitraria y sólo tiene sentido en la medida que permite entender la relación de la conducta alimentaria con niveles de análisis de la ciencia y sus disciplinas. Perspectiva Biológica y/o Fisiológica La conducta alimentaria vista desde una perspectiva fisiológica o biológica, se asume como el conjunto de comportamientos que se emiten con el fin de mantener la homeostasis del organismo. El hambre es una señal de desequilibrio del organismo, iniciando el malestar que se siente a partir de las contracciones estomacales que indican que se debe consumir alimento (Cannon & Washburn, 1912; López-Espinoza, 2007). En función de responder a esta estimulación “desagradable” (hedónicamente negativa) del hambre, se emite una serie de comportamientos que van desde llevar la comida a la boca, pasando por la masticación hasta la deglución. Para poder regular y mantener la homeóstasis del organismo se requiere de una serie de procesos fisiológicos que incluyen diversas estructuras y sustancias de la biología del organismo; por ejemplo, se dice que el hipotálamo, específicamente, los núcleos ventromedial y lateral del 28 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil hipotálamo, son centros que controlan la ingesta de los individuos, por ello, se han llamado centro del hambre (HL) y centro de la saciedad (HVM) dadas sus funciones regulatorias a la hora de comer (Anand & Brobeck, 1951a, 1951b; Anand, Dua & Shoenberg, 1954). Esta fundamentación es evidente, gracias a experimentos sobre los núcleos en mención (Brobeck, Tepperman & Long, 1943; Hetherington, 1941; Hetherington & Ranson, 1940, 1942a, 1942b; Kennedy, 1950; Ranson, Fisher & Ingram, 1938), donde se ha encontrado que las lesiones en estas áreas afecta la regulación de la conducta alimentaria, ya sea para restringir alimento o para comer hasta niveles de sobrealimentación, por ejemplo, las lesiones en el hipotálamo ventromedial (HVM) provocan hiperfagia y obesidad, y las lesiones en el hipotálamo lateral (HL) provocan hipofagia y pérdida de peso, poniéndose así de manifiesto la influencia de estos núcleos o centros en la conducta alimentaria de los organismos (Anand & Brobeck, 1951a, 1951b; Fariñas, Meléndez, Martínez, Travieso, Posada & Dujarric, 2005). Así mismo, se ha encontrado que factores hormonales pueden constituirse en causas reguladoras de la conducta alimentaria, por ejemplo, el descubrimiento de la grelina en 1999, ha llevado a entender procesos de regulación metabólica en estos niveles de funcionamiento (Date, Kojima, Hosoda, Sawaguchi, Mondal, Suganuma, Matsukura, Kangawa, & Nakazato, 2000; Fariñas, Meléndez, Martínez, Travieso, Posada & Dujarric, 2005). La grelina, conocida como la hormona del apetito, es un neuropéptido con efecto anabólico (orexígeno) que se crea por fuera del sistema nervioso central, pero que genera su efecto sobre este particularmente. Funciona compitiendo con la leptina, estimulando la expresión de ARNm y la síntesis de NPY y AGRP, por lo que puede considerarse, por tanto, como un regulador positivo del NPY. Su acción principal parece realizarse en las mismas neuronas del 29 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil núcleo arcuato sobre las que actúa la leptina; adicionalmente, la grelina parece ser un estimulante de la hormona de crecimiento (Morgado & Caba, 2008). Este funcionamiento de la grelina ha sido verificado en estudios con ratas donde se demuestra que, por un lado, estimula la motilidad y la secreción del estómago, mecanismo reflejo tras ver comida; por otro lado, su administración exógena activa el apetito y la necesidad de comer. También se ha estudiado el efecto de retroalimentación de la grelina cuando el cerebro detecta que sus niveles están muy elevados en sangre (Date, Kojima, Hosoda, Sawaguchi, Mondal, Suganuma, Matsukura, Kangawa & Nakazato, 2000). De acuerdo con ello, se ha encontrado que la grelina aumenta cuando existe anorexia o cardiopatías, o cualquier proceso patológico que afecte la condición del organismo con el aparente propósito de crear la sensación de hambre y de la misma forma se disminuye cuando se presenta sobrepeso con la misión de regular positivamente los procesos metabólicos de la ingesta de alimento. La hipótesis actualmente aceptada, es que es un importante activador de los mecanismos fisiológicos de la ingesta, elevando sus niveles antes de las comidas y disminuyéndolos después de la misma. Los picos entre comidas deben ser lo suficientemente elevados para estimular el apetito (Fariñas, Meléndez, Martínez, Travieso, Posada & Dujarric, 2005; García, 2007). Igualmente, se encuentran los trabajos con la hormona leptina (aminoácido 167) la cual trabaja por la regulación del peso corporal. Esta hormona es conocida como la hormona de la saciedad y fue descubierta por Friedman en la década de los noventa (Martí & Martínez, 1999). Cuando no se encuentra leptina en un organismo o existe una falla acerca del funcionamiento de la misma, por ejemplo, por alteraciones en sus receptores, el cerebro no recibe la orden de “estoy lleno, para de comer”, lo que hace que no se produzca la sensación de llenura y se consuma más 30 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil alimento del requerido. La leptina es secretada en la sangre principalmente por el tejido adiposo blanco y en otras menores medidas, por el estómago, la placenta y las células estelares del hígado (Martí & Martínez, 1999). La leptina tiene una acción sobre la baja de peso, activando algunas neuronas del núcleo arqueado del hipotálamo que coexpresan hormonas anorexigénicas como la Hormona Estimulante Melanocítica Alpha ( - MSH), un producto de la escisión programada de propiomelanocortina (POMC), y el transcripto regulado por anfetamina y cocaína (CART) (Fariñas, Meléndez, Martínez, Travieso, Posada & Dujarric, 2005; García, 2007). En últimas, la conducta alimentaria se entiende desde esta perspectiva como la acción (ingesta de alimento) que permite como consecuencia mantener en el organismo sus funciones corporales tales como la temperatura corporal, el pH, concentraciones de iones en sangre, los niveles de glucosa en sangre y eliminación de residuos de forma adecuada. Esta acción no sólo refiere a la ingesta del alimento, sino a los procesos fisiológicos derivados de ello. La conducta alimentaria es entonces, un proceso que empieza desde que la comida llega a la boca, hasta que es asimilada por el organismo para su supervivencia. Derivado de estos procesos fisiológicos, se entiende que los seres humanos, cuando son bebés o niños, aumentan de peso rápidamente, particularmente durante el primer año de edad; luego, se hace un aumento un poco declinado hasta los 5 – 6 años de edad, donde empieza a aumentar nuevamente el índice de masa corporal (IMC) de forma gradual hasta la adultez, pasando por la adolescencia. El punto de máxima delgadez se conoce como rebote adiposo (Hirschler, González, Cemente, Talgham, Petticnchio & Jadzinsky, 2006). El hecho de que un niño presente un rebote adiposiario muy bajo y muy temprano en su vida, se encuentra asociado con una especie de compensación fisiológica y/o metabólica en la absorción de los alimentos la 31 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil cual ocurre especialmente en la adolescencia y en la adultez temprana, provocando una situación de fácil sobrepeso (Whitaker, Pepe, Wright, Sediel & Dietz, 1998). Lo anterior permite hacer un análisis de la conducta alimentaria desde un primer nivel, un poco reduccionista pero bastante sensato a la hora de entender que la misma evolución permitió que la movilización animal exigiera el reabastecimiento energético a través del alimento y a partir de allí, se dio paso a la estructuración de la conducta alimentaria como una conducta primaria (Santacoloma-Suárez, 2010), es decir, una conducta que requiere de variables biológicas y filogenéticas desde cualquier análisis causal que se quiera llegar a hacer; sin embargo, la sola regulación biológica del organismo no causa que se emita la conducta de ingerir alimentos per se. Se requiere de variables ambientales para que la conducta sea adquirida, estructurada y establecida, mas ahora en un mundo globalizado y lleno de información. Perspectiva Psicológica – Social Ampliando la perspectiva biologicista, se debe ver a la conducta alimentaria como una conducta compleja que implica e incluye variables organísmicas, comportamentales, cognoscitivas, ambientales y sociales en momentos y contextos específicos (Santacoloma-Suárez & Quiroga, 2009). A partir de lo anterior, se define la forma de conceptualizar, medir y definir lo que abarca la conducta alimentaria. Por ejemplo, se puede considerar como un comportamiento discreto o continuo dependiendo de la unidad de medida en relación con el interés investigativo. Si se toma como la ingesta de alimento bocado por bocado (discreto), o si se toma el seguimiento de acciones para comer, es decir, desde que el organismo inicia la búsqueda de alimento, lo 32 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil consigue, incorpora en la boca, luego lo mastica y luego lo traga (continuo). En cualquier caso, se emite bajo condiciones particulares y no se genera de forma reactiva. Mientras que desde la perspectiva biológica se asume que el propósito o fin de la conducta alimentaria es mantener el equilibrio interno del sujeto (homeóstasis), desde otras formas de abordarla existen otros propósitos como facilitar la interacción social, ser fuente de reforzamiento ante conductas particulares, etcétera. Para entender con claridad esta forma de ver a la conducta alimentaria, es necesario entender qué son las relaciones funcionales. Las relaciones funcionales como mencionó Skinner (1972), “son las relaciones entre las variables independientes (ambiente) y la variable dependiente (conducta) para entender y explicar “los aspectos mensurables de la conducta y las variadas condiciones y eventos en la vida del organismo”, y de esta manera “lograr el control y predicción de la conducta” (Skinner, 1947, p.20; 1972, pp. 257-259). Retomando el tema de analizar la posible extensión de la función de la conducta alimentaria más allá de la biología, se debe tomar a esta como parte de una relación funcional más, igual que el resto del repertorio comportamental. Por lo anterior, y derivado de la forma en que la ciencia psicológica mide el comportamiento, se sugiere asumir a la comida, o mejor, a la ingesta de comida para ser específicos, como la unidad de análisis para abordar el comportamiento alimentario. La comida o ingesta de comida, permite ser medida (parámetros) en términos de la frecuencia, duración, cantidad, tasa, intervalos entre comidas y elección alimentaria (Blundell & Latham, 1978; Kissileff, 1970). Además, proporciona un criterio fundamental para delimitar la acción del organismo, “la ingesta”. Ingerir alimentos implica una serie o cadena de conductas que pueden dificultar la delimitación y medición de la conducta 33 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil alimentaria, pero cuando se dice que un criterio operacional es la ingesta del alimento, se solucionan muchos problemas. Por ende, desde una perspectiva psicológica/social, se define como un acto consciente y propositivo (teleología de la conducta) que se emite en procura de restablecer los elementos nutricionales perdidos en el medio interno orgánico (perspectiva biológica), pero también, con la finalidad de lograr el ajuste y adaptación al ambiente físico y social. En consecuencia, la experiencia del organismo al comer incluye variables que terminan controlando su ingesta (control de estímulos). Se deben tener en cuenta variables como el sabor, el olor, la textura del alimento, el tamaño, el color, la ocasión, etcétera. Todas serán entonces variables constituyentes y facilitadoras del establecimiento y mantenimiento del comportamiento alimentario (Capaldi, 1996; López–Espinoza, 2007). Variables como las anteriores y estudios donde se evidenció su influencia sobre la conducta alimentaria, fueron dando forma a la actual manera de estudiar la conducta alimentaria. Esta visión (la actual), consiste en identificar, establecer y determinar variables que se encuentran relacionadas con las acciones de alimentación (ingesta) de los organismos, entendiendo que cada uno de ellos puede estructurar o establecer una conducta alimentaria diferente dependiendo de una gran cantidad de interrelaciones de las mismas variables. Por ejemplo, el “patrón nutricio” será diferente dependiendo de la especie a la que pertenezca, o dentro de la misma especie, podrá variar dependiendo del género, la edad, los recursos, los contextos, las dinámicas de interacción, etcétera, entendiendo por patrón nutricio, al patrón nutricional metabólico que describe la tendencia de consumo de alimentos y líquidos relativo a las necesidades metabólicas y la disponibilidad de los alimentos y su distribución diaria. 34 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil La visión psicológica implica analizar la conducta alimentaria desde varias propuestas. Por ejemplo, dentro de las teorías de aprendizaje, se describe la propuesta del Drive (Anderson, 1941a, 1941b, 1941c), la cual es entendida como una externalización de la pulsión fruto de la necesidad de ingerir alimento; una vez se externaliza, involucra factores contextuales en el control de la conducta alimentaria (Anderson, 1941a, 1941b y 1941c). Los factores contextuales parten de las consideraciones de los atributos (o propiedades físico-químicas) del alimento (tal como se había mencionado antes la textura, el olor, el color, el sabor, entre otros), fundamentando a su vez los mecanismos motivacionales que se activan en el momento de la selección del alimento, la preferencia, el autocontrol y el equilibrio biológico que desencadena la ingesta del alimento (Capaldi, 1996). En este orden de ideas, y en adición de la perspectiva biológica o fisiológica (no en sustitución de ella), se asume que el hambre o apetito, hace parte de las señales discriminativas del aprendizaje que condiciona las elecciones de la persona y que finalmente determina la complejidad del fenómeno comportamental alimentario (Turró, 1912). Pero no son sólo los atributos del alimento, los que causan mayor o menor consumo de alimentos en los organismos. Existen otros tipos de variables ambientales, que en el caso de los seres humanos, se encuentran relacionados con la cultura y los medios de comunicación. Por ejemplo, la American Academy of Pediatrics (2003), indicó que a través de sus registros, se podía correlacionar que si un niño se expone por cuatro horas diarias ante la televisión, podría presentar un índice de masa corporal (IMC) alto o sufrir de obesidad. En este mismo estudio, se indicó que tener televisor en el cuarto de dormir, era tener un factor de pronóstico muy fuerte, aún para el caso de los niños en edades pre escolares. De igual manera, el informe de la Kaiser Family Foundation (2005), mostró que el 48% de los niños norteamericanos que participaron de su 35 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil estudio menores de 6 años, ya han utilizado elementos electrónicos de comunicación como computadores o sistemas de video juegos. A partir de allí se encuentra que casi la mitad de los niños menores de 2 años (43%), ven la televisión todos los días y una tercera parte (26%) cuenta con el televisor dentro de sus cuarto. En relación con el uso de los video-juegos, se dice allí, que la mitad de los niños (50%) en edades entre 4 a 6 años ya han participado de esta actividad a través de los medios de comunicación, en donde un cuarto de ellos (25%) casi que juega con una frecuencia de “todos los días de la semana”. El informe muestra dos datos importantes que relacionan la conducta alimentaria con la televisión como medio de comunicación. El primero de estos datos dice que los niños (para ese año de 2005), pasan hasta 5 horas o más vinculados o haciendo uso de medios electrónicos de comunicación, interactuando con video juegos o en redes sociales. Esto es casi una jornada escolar normal para Colombia, y en algunos casos, corresponde a la mayor actividad que realizan en términos de tiempo luego del dormir. El segundo de estos datos indica que los anuncios comerciales, resultan ser efectivos para la venta de productos de alimentos, lo que obviamente lleva a un aumento en el consumo de los mismos. La televisión y los medios de comunicación en general, son variables sociales, pues logran un efecto sobre la interacción con el otro facilitando o dificultando el que aparezca o surja un comportamiento particular; lo anterior, teniendo en cuenta que es tan relevante el tiempo de exposición a la televisión, como los modos de comportamientos que son aprendidos a través de ella. Se ha encontrado que variables ambientales/sociales tales como “el otro” son altamente influenciables a la hora de elegir, preferir o simplemente ingerir comida. “El otro”, puede ser categorizado como el amigo, la familia o las instituciones educativas y laborales a través de sus 36 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil integrantes. La familia es una variable determinante al momento de aprender y establecer los patrones de alimentación. Su influencia tiende a ser positiva, es decir, que tiende a que se establezcan patrones de alimentación saludables, mientras que las amistades, en su línea general, tienden a ser un factor negativo o encaminado a establecer patrones de alimentación poco saludables (Troncoso & Amaya, 2009). Según Carrillo (2005), las personas afectan la alimentación de otras, y por ello, se asume que las exigencias sociales y profesionales, las relaciones de amistad, las relaciones sociales en general, el estilo de las personas respecto a la moda, la publicidad y la información son variables ambientales determinantes en el establecimiento y mantenimiento de los patrones de alimentación. En este estudio, se observa como la influencia social, está descrita en lo que desde el análisis del comportamiento, se llamaría, reglas, reforzamiento social, modelos, etcétera. La autora denomina toda esta influencia como “micro-contextos individuales”, en donde la persona se ve presionada por los cánones de belleza, éxito, interacción social y estilos de vida, que en últimas, son contingencias de reforzamiento social. Cabe aclarar que la interpretación de la última frase corresponde al autor de la presente investigación y no como una conclusión de Carrillo en su estudio. La información aportada por Carrillo (2005), se ve apoyada por otro estudio desarrollado por Ruiz-Martínez, Vásquez-Arévalo, Mancilla-Díaz y Trujillo (2010), en donde igualmente mencionan que variables tales como el modelo estético, las relaciones sociales y los modelos de delgadez son factores de riesgo para desarrollar un TCA. De la misma manera, DomínguezVásquez, Olivares y Santos (2008), mencionan que los comportamientos frente a la alimentación se adquieren a través de la experiencia directa con la comida, gracias a la imitación de modelos, 37 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil la disponibilidad de alimentos, el estatus social, los simbolismos afectivos y las tradiciones culturales. Además de las influencias sociales, se ha señalado que las influencias genéticas y de ambiente familiar compartido, tienen un impacto relevante sobre el patrón de ingesta, la conducta alimentaria y la obesidad infantil. Las personas establecen hábitos de consumo, de alimentación y en general, patrones de comportamiento alimentario “moldeados” por la sociedad y la cultura (Cisneros, 2001). En definitiva, la familia se ve involucrada en un alto nivel en la transmisión de valores socio-corporales y en la prevención de los TCA (Cisneros, 2001). Entender que la conducta alimentaria se ve afectada por variables (físicas, químicas, psicológicas y sociales), que pueden incluso sobreponerse a la estimulación biológica del organismo, permite identificar que los procesos de aprendizaje se ven involucrados en el establecimiento de los patrones de alimentación. Ahora bien, siguiendo con la identificación de variables más allá de lo biológico, se puede hacer también una revisión desde una perspectiva de variables psicológicas de tipo cognoscitivo. En este orden de ideas, se ha llegado a establecer desde otras posturas diferentes al análisis del comportamiento, que la conducta alimentaria se ve afectada por otras variables psicológicas no ambientales, sino de carácter mediacional como la imagen corporal, (Heatherton & Baumeister, 1991; Maganto & Cruz, 2000; Maganto, del Rio & Roiz, 2000; Polivy & Herman, 2002), la insatisfacción corporal, (Fernández, Lameiras, Rodríguez & Fernández, 2003), la identidad personal y sus respectivas amenazas (Wallis & Hetherington, 2004), las distorsiones cognoscitivas, (Garner & Bemis, 1982), el estrés o distres (Polivy & Herman, 1980), la baja autoestima (Thompson, 1997) y la evaluación de las emociones (Schotte, Cools & Mcnally, 1990; Sheppard-Sawyer, Mcnally, Fischer & Film, |2000), entre otras. 38 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Toda esta gran cantidad de variables de diversos tipos y enfoques repercuten en la alimentación de los organismos, es decir, que intervienen en la alimentación humana y permite el desarrollo y establecimiento de los patrones de alimentación, o mejor, de los hábitos de alimentación. Para entender mejor el vínculo que tienen estas variables con el establecimiento de los hábitos de alimentación, se realiza una descripción más profunda a continuación. Hábitos de Alimentación o Patrones de Conducta Alimentaria La psicología de la salud ha determinado que su principal objetivo es la promoción de la salud, centrándose en la adquisición y mantenimiento de los buenos hábitos de salud, entendiendo que un hábito o patrón de alimentación es una conducta que se mantiene a través del tiempo y que implica alta frecuencia de emisión, donde la persona elige preferiblemente un tipo de alimento sobre las demás alternativas para su consumo y finalmente lo ingiere; por lo tanto, un hábito o patrón de alimentación adecuado o saludable, incurre en elegir preferiblemente alimentos naturales o saludables por encima de alternativas de alimentos no saludables o artificiales, que redunden en el bienestar y salud de la persona por los beneficios físicos y psicológicos que representan. Para lograr estos resultados, es necesario trabajar desde la infancia y la adolescencia, debido a que en estas edades se forman y consolidan los comportamientos y/o hábitos adecuados e inadecuados, además de las actitudes positivas o negativas que harán parte del transcurso de la vida (Jessor, 1991; Luciano, Gómez & Valdivia, 2001). La preadolescencia y la adolescencia son las etapas de aprendizaje y formación más sobresalientes que hay en el desarrollo de un ser 39 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil humano, debido a que, el individuo se encuentra en crecimiento y tiene la capacidad para adquirir conocimientos, establecer comportamientos y construir creencias que pondrá en práctica en la edad adulta, consolidando patrones regulares de conducta, y en muchos casos, modificando los establecidos en la infancia, aprendidos e impartidos por sus padres y demás familiares (Garaigordobil, 2002). Estas posibles modificaciones de conducta y pensamiento, se facilitan, debido a que el individuo se encuentra expuesto ante situaciones novedosas y a la vez, riesgosas para la adquisición de patrones comportamentales en la medida que interactúa con los demás. Esto se ve por ejemplo, en los casos de consumo de sustancias psicoactivas, consumo de alcohol, en la participación de ambientes sociales y de diversión, entre otras, en donde los niños y adolescentes, van estructurando y enfrentando la responsabilidad, las normas y las leyes ante la exposición de tales estímulos y bajo la interacción social. Unos se acogerán, mientras que otros optarán por no seguir ni las leyes ni las normas sociales (Garaigordobil, 2002; Gil, Moreno, Vinaccia, Contreras, Fernández, Londoño, Salas & Medellín, 2004). De todos los hábitos relacionados con la salud, el más relevante respecto a la salud, es el alimenticio, dado que, está vinculado con el sistema cardiovascular, la nutrición, la longevidad y disminución o quizás, la evitación de enfermedades como el cáncer, la diabetes, el síndrome de colon irritable entre otras, además de relacionarse con la figura corporal, la estética y la belleza (Gil, Moreno, Vinaccia, Contreras, Fernández, Londoño, Salas & Medellín, 2004). Este patrón de comportamiento, se relaciona directamente con variables como clase social, sexo, recursos económicos, las costumbres y establecimiento de aprendizajes tales como el moldeamiento y el modelamiento (Abel & Kohlmann, 1989; Abel & McQueen, 1994; Anderson & Hunt, 1992; 40 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Blaxter, 1990; Gil et al., 2004; Rozin, 1984), aclarando que un patrón de conducta corresponde a una conducta que se emite de forma constante ante un contexto particular. Su probabilidad de emisión es más alta que una conducta novedosa. Se repite con tanta frecuencia que en ocasiones se confunde con una conducta automática. Los padres y en general los adultos son una variable fundamental en la adquisición de los hábitos de alimentación y/o patrones alimenticios, dado que refuerzan y castigan la conducta alimentaria desde que la persona es un niño, hasta que llega a ser muy similar cerca de los 16 o 17 años de edad (Rozin, 1984). Esta influencia familiar, particularmente de los padres sobre la conducta de los hijos, se logra a través de reforzamiento y castigo sobre el consumo diferencial de los alimentos (Klesges, Coates, Moldenhauer-Klesges, Holzer, Gustavson & Barnes, 1984). Datos epidemiológicos de diferentes estudios (Amat, Sánchez, Soto, Nicolás, Villalmanzo, & Lopera, 2006; Angel, Martínez, & Gómez, 2008) han demostrado el deterioro de salud que muestran los adolescentes y adultos jóvenes debido a los malos hábitos que han venido presentando, tales como el consumo de drogas, alcohol y cigarrillo, abandonando la actividad física, la alimentación saludable y en algunos casos, dejando de lado los hábitos de higiene y salud que se deben tener para una mínima condición de calidad de vida. De la misma forma, se puede evidenciar que las personas que se encuentran en competencia deportiva están en un mayor riesgo de padecer de un TCA (Picard, 1999). Estos patrones de alimentación van cambiando a medida que los niños y jóvenes van creciendo, dejando de lado los hábitos saludables como comer sano y realizar sesiones de actividad física adecuada, por consumir sustancias no nutritivas y drogas y fortalecer el sedentarismo. 41 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil A continuación se abordará esta situación de los patrones de alimentación, específicamente en los niños y niñas. Hábitos y Conducta Alimentaria en los Niños En la actualidad se presentan de forma continua, muchos casos de TCA en personas cada vez más jóvenes. La situación es tal, que se han comenzado a realizar estudios relacionados con los TCA con participantes categorizados como adolescentes jóvenes y niños, (Chatoor, Ganiban, Surles & Doussard-Roosevelt, 2004; Hirschler, González, Cemente, Talgham, Petticnchio & Jadzinsky, 2006; Osorio, Weisstaub & Castillo, 2002; Rivas, 2005; Roales, Moreno, Vinaccia, Contreras, Fernández, Londoño, Salas & Medellín, 2004; Whitaker, Pepe, Wright, Sediel & Dietz, 1998), encontrando (como ya se ha mencionado con anterioridad) que existen signos y variables que diferencian a niños y jóvenes que presentan TCA o que se encuentran en riesgo de presentarlos, de los que no, tales como la frecuencia cardiaca, la arritmia sinusal respiratoria, el peso, la talla, la familia, el aprendizaje, la madre, la publicidad, la información, etcétera. La conducta alimentaria comienza su establecimiento y estructura desde el momento posterior al nacimiento, en particular, desde el primer semestre de vida, debido a que, la madre empieza a alimentar a su bebé de acuerdo a sus valores, costumbres y creencias enseñando hábitos alimenticios propios y particulares a la cultura en que se encuentre inmersa desde este mismo momento; el establecimiento de los patrones de alimentación de los seres humanos, sean de preferencia o rechazo, comienzan a establecerse desde los primeros 5 años de vida, como consecuencia del aprendizaje y en general de las experiencias de vida del niño (Osorio, 42 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Weisstaub & Castillo, 2002). La madre es un agente muy relevante a la hora de establecer los patrones de alimentación de los niños, particularmente, la percepción de ellas, sobre imagen corporal, peso y hábitos de alimentación son predictores de peso y patrones de alimentación en sus hijos (Hirschler, González, Cemente, Talgham, Petticnchio & Jadzinsky, 2006). Parece ser que la influencia materna es tan determinante, que cuando la madre ejerce un alto control sobre la ingesta de alimentos en edades muy tempranas de los niños, provocan en un futuro cercano que ellos (los niños y niñas), presenten una débil regulación de la conducta alimentaria en términos energéticos; una pregunta relacionada con lo anterior, conlleva a pensar por qué sucede lo anterior?, ante lo cual se ha dicho, que el control materno es tan decisivo en este aprendizaje, que lo que aprende el niño es a regular su ingesta de alimentos debido a estimulación externa, “olvidando” o “dejando de lado” las señales internas o propioceptivas (Johnson & Birch, 1994). Estos procesos de enseñanza – aprendizaje se ven fortalecidos y mantenidos también, por otras variables sociales como lo son los medios de comunicación y la publicidad entre otros. A través de estos dos canales de comunicación, se va desarrollando un ideal de cuerpo y belleza, que va facilitando que los TCA se presenten en edades más tempranas de lo que hasta ahora se ha considerado como habitual, es decir, que se inicia entre los 7 y los 12 años de edad, frecuentemente asociados con depresión y con comportamientos obsesivos (Tinahones, 2003). De igual forma, existen datos que indican que la publicidad no sólo afecta la percepción de la imagen corporal, sino también, fomenta nuevos hábitos de consumo poco saludables en los niños y adolescentes, aumentando los índices de obesidad en niños entre los 6 y los 12 años de edad (Menéndez & Franco, 2009). 43 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Igualmente, derivado de la publicidad, se ha encontrado que los niños entre 11 y 14 años han incrementado la insatisfacción con su propia imagen corporal, generando tristeza y angustia, debido a desajustes relacionados con los ideales de belleza homogeneizadas dentro de su entorno social, lo que ha llevado a que los niños y jóvenes incorporen a su repertorio conductual rutinas alimenticias que atentan a su salud física y psicológica como son las dietas, el consumo de laxantes y el ejercicio excesivo para quemar calorías y así poder adelgazar (Ballester & Guirado, 2003). A partir de estas percepciones culturales de “belleza y normalidad”, es que los padres les exigen y obligan a los hijos a comer grandes cantidades de alimento, castigando el hecho de retirarse de la mesa sin dejar comida en el plato (Ballester & Guirado, 2003). Igualmente, se ha encontrado que los padres y adultos influyen activamente en los patrones alimenticios de los niños, reforzando o castigando el consumo de alimentos específicos o emitiendo pautas de alimentación concretas en frente de ellos (Klesges, Coates, Moldenhauer-Klesges, Holser, Gustavson & Barnes, 1984; Rozin, 1984). Lo anterior, es tan sólo un ejemplo del uso de contingencias en el establecimiento de patrones de alimentación, hecho que influye en la adquisición de nuevas conductas alimentarias (Ballester & Guirado, 2003), generando aprendizajes consolidados respecto a la comida desde la infancia, que si bien, en la mayoría de los casos desembocará en el comportamiento de alimentación normal del niño o del adolescente, es probable que también facilite el desencadenamiento de un patrón de alimentación inadecuado, o quizás, llegar a desarrollar un TCA. Ahora bien, dado que ya se han enunciado una diversidad de variables ambientales que afectan o pueden afectar a la conducta alimentaria de los organismos, y en particular de los niños 44 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil y adolescentes, es necesario ahondar en las variables que hacen parte de este estudio para conocerlas a profundidad desde la psicología científica. Estas son, las reglas, las consecuencias de reforzamiento y los modelos sociales. Reglas y Conducta Gobernada por Reglas En la conducta gobernada por reglas, la regla ha sido entendida como un enunciado verbal que especifica las condiciones en las que debe ejecutarse una conducta y al mismo tiempo, enuncia de forma específica las consecuencias que esta (la emisión de la conducta) traerá a la conducta del sujeto; las reglas verbales, son estímulos discriminativos de tipo verbal en operantes verbales establecidas de forma convencional por la comunidad y que especifican una regularidad en las consecuencias que obtendrá un escucha si sigue la regla o no (Baum, 1994). Gracias a lo anterior, la regla se convierte en un estímulo discriminativo dado que es contingente, es decir, que indica la probabilidad de ocurrencia de las consecuencias una vez emitida la respuesta en un contexto particular de tipo verbal. Existe una relación entre la presencia del estímulo discriminativo, la respuesta del organismo y la aparición de la consecuencia. Ahora bien, para Hayes (1999) la regla es una descripción verbal de las consecuencias luego de emitir la acción o conducta, es informativa y por lo tanto, es eficiente al momento de emitir el comportamiento. En una regla, los enunciados verbales informan el contexto en el cual se debe emitir la conducta o no para obtener la consecuencia o no, lo anterior facilita la “comprensión” (coloquialmente hablando) de las condiciones y las consecuencias que determinan la conducta. Las reglas pueden aparecer de códigos éticos, legales o en general, del contexto cultural en el 45 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil cual se encuentre el sujeto, pero siempre aparece con la base del lenguaje. En sí, una utilidad que puede llegar a convertirse en el propósito de la conducta gobernada por reglas (CGR) es establecer y a partir de allí, modificar las condiciones antecedentes y consecuentes de la conducta, es decir, que “las reglas funcionan para el beneficio tanto de aquellos que mantienen las contingencias, como aquellos que se ven afectados por ella” (Skinner, 1992, citado en Gómez & Ballesteros, 2005). Una regla normal se refiere a lo que es, es una regularidad en la naturaleza, mientras que una regla normativa se refiere a lo que debería ser (Reese & Fremouw, 1984). Una regla normativa es funcional si afecta la conducta y no lo es, si no la afecta. La regla normal no es causal mientras que la normativa es causal si controla la conducta. El efecto que puede tener una regla sobre la conducta de un individuo, depende en parte de la historia de aprendizaje del sujeto con relación a dicha conducta operante luego de seguir las reglas. Una persona sigue reglas si la conducta previa ha sido reforzada, así, la selección de conducta por consecuencias es un aspecto fundamental en el establecimiento de la conducta gobernada por reglas (CGR). Como producto de ello, las conductas humanas son producto de contingencias directas con el ambiente y del establecimiento de reglas (Skinner, 1969). Según Skinner (1969), la conducta gobernada por reglas ocurre cuando un individuo actúa de acuerdo a condiciones o estímulos discriminativos verbales que “controlan”, o mejor, aumentan la probabilidad de que una acción ocurra en relación con las consecuencias. A estas condiciones se les llama reglas o instrucciones. De igual forma menciona que, de manera directa o mediante la experiencia previa, la regla especifica la consecuencia ambiental de las conductas, de esta forma, se afirma que las reglas si funcionan como estímulos discriminativos. Las reglas entonces, describen las contingencias a través de cinco (5) características, 1) el control de la 46 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil descripción verbal sobre la conducta, 2) la topografía de la conducta, 3) control de la regla, 4) historia de reforzamiento y 5) establecimiento de operaciones – motivación (Vaughan, 1992). Una diferencia entre la conducta gobernada por reglas y la conducta moldeada por las contingencias, es que la CGR es convencional, útil y rápida para el aprendizaje de conductas que buscan consecuencias positivas o de “bienestar”, así, por ejemplo, no es necesario que un niño reciba una descarga eléctrica al coger una toma eléctrica, pues basta con indicarle que es peligroso para que aprenda (Clavijo, 2004). Existen diferentes tipos de conducta gobernada por reglas, el primero de ellos es acatar; dicho tipo aparece durante el proceso de desarrollo; implica seguir una regla con base en la historia de consecuencias socialmente medidas por la relación entre la regla y la conducta realizada. El segundo tipo de conducta es el seguimiento. Se presenta mediante la correspondencia entre la aparición de la regla y las contingencias naturales sociales y no sociales relacionadas con dicha regla, en otras palabras, se presenta a partir de la relación entre el contexto y la conducta. Para que se construya esta relación, es necesario que la regla sea precisa, estable (es decir, que se mantenga la relación de contingencia y que por lo tanto no haya variabilidad en ella) y debe aplicarse a situaciones donde la conducta objetivo sea moldeada por las consecuencias (Hayes, Strosahl & Wilson, 1999). Finalmente el tercer tipo de conducta gobernada por reglas, es conocida como el “aumento”, la cual se da “bajo el control de cambios aparentes en la capacidad de los eventos para funcionar como refuerzos o castigos” aunque no sean estrictamente evidenciados, es una cuestión de posibilidades que se toman como altamente probables (Hayes, Zettle & Ronsefarb, 1989); por ejemplo la regla: “las personas buenas al morir van al cielo” puede aumentar los actos buenos en las personas para que al morir no se sufra, y 47 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil aunque queda claro que esta regla define “aparentemente” sus consecuencias y al mismo tiempo delimita el tipo de conducta que debe emitir la persona, no es posible evidenciar el cumplimiento de la regla. Se puede afirmar que las reglas son variables sociales (ambientales particulares) que afectan la conducta y que por lo tanto son fundamentales para definir cómo y cuándo actuar. Además, mediante ellas, se puede regir, modificar o incrementar una conducta. El seguimiento de reglas consiste entonces en actuar “particularmente” ante una estimulación verbal en un momento determinado y por lo tanto, un individuo responderá con un actuar de forma diferente ante situaciones y estimulaciones distintas a la regla. Así mismo, y en términos generales, una regla es una regularidad, esta regularidad es mantenida (comportamentalmente hablando) por una comunidad y puede ser descrita (Reese, 1989). Reese y Fremouw (1984) diferenciaron reglas normativas de reglas normales, las cuales corresponden a que las reglas que son generales, son reglas normales, mientras que las reglas normativas corresponden a prescripciones hechas en contextos particulares. Es de anotar que el concepto de regla puede tener diferentes conceptualizaciones, es decir, que dependiendo de los autores, las reglas se deben entender de forma diferente. Por ejemplo, en términos Skinnerianos (Skinner, 1957), las reglas pueden enunciarse como mandos, mientras que en términos de Hayes, (Zettle & Hayes, 1982), se enuncian como pliance o tracking. Una diferencia entre ellas es el nivel de análisis y de la conducta de quien la sigue o quien la emite. Si se está concentrado en un mando, entonces el análisis funcional se está realizando en el hablante, mientras que el seguimiento del mismo correspondería al oyente. 48 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Con la intención de vincularlos de alguna manera, pero no de igualarlos, los mandos y los ply son estímulos discriminativos de tipo verbal que especifican consecuencias y que son emitidos por una fuente social que a su vez determina la consecuencia específica de acuerdo a lo que emitió el hablante como estímulo discriminativo de tipo verbal para el escucha, se reitera que el locus de control y el análisis según quien se comporta, marca la diferencia entre ellos. Las reglas involucran dos tipos de contingencia, las contingencias distales o últimas y las próximas. Las contingencias distales, hacen referencia a la razón por la cual fue emitida la regla en primera instancia y las próximas, corresponden al evento inmediato que refuerza la aparición de la regla. Es necesaria la interacción de estas dos contingencias (próximas y distales) para que la regla se establezca y por lo tanto, un sujeto particular aprenda a comportarse ante ella; hacerlo, permite obtener consecuencias positivas con poco costo conductual. De otro lado, las reglas como variable de la modificación, ejecución o desempeño de una situación contingencial, ha contado con diversas aproximaciones desde diversos autores (ver por ejemplo, Barón & Galizio, 1983; Ortiz, González, Rosas, Alcaraz, 2006; Ribes, 2000; Skinner, 1957, 1966). Se debe aclarar que fácilmente se puede confundir a las instrucciones como reglas. En unos ámbitos pueden ser lo mismo (sinónimos), mientras que en otros, varían funcionalmente. Ribes (2000) hace una propuesta al respecto y enuncia que las reglas corresponden a descripciones verbales de contingencias previamente experimentadas, mientras que las instrucciones indicarán los casos en que la conducta es seguida por el mandato, pero no ha experimentado las contingencias que dieron origen a la regla. Sin embargo, tan pronto como trató de aclarar el “error” de las propuestas Skinneriana y Hayesiana, obtuvo una réplica por parte de 49 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil O´Hora y Barnes-Holmes (2001), en donde mencionaban que la distinción que hacía Ribes era sobre el carácter de abordar la regla como estímulo y como resultado. Además, O´Hora y BarnesHolmes le replican a Ribes que es necesario diferenciar los estímulos discriminativos verbales de los naturales y que para ello, es fundamental que la instrucción o regla gracias a la historia de reforzamiento tenga la posibilidad de controlar la conducta no verbal en el futuro. Ellos asumen, a diferencia de Ribes, que si el sujeto no conoce a lo que hace referencia la regla no puede seguirla. Por lo tanto para O´Hora y Barnes-Holmes, las reglas y las instrucciones deben usarse de forma disimilar y sólo se distinguen en la especificidad. Poco tiempo después, Ribes (2001), replica la réplica de O´Hora y Barnes-Holmes e indica que lo que mencionan, es una persistencia de error, catalogando la respuesta como una confusión conceptual. En el presente estudio, se asume el término de regla en lugar de instrucciones, entendiendo que ambas funcionan como un estímulo verbal que indica consecuencias en el futuro y que no han sido experimentadas por el niño (Baum, 1994), pero que además funcionan como sinónimos. Además, en la instrucción o regla, se ve implicado un seguimiento comportamental luego de emitirla en pro de una consecuencia futura. Ahora bien, para el caso de los TCA, se puede entender que las instrucciones o reglas son un factor de riesgo, dado que, según la literatura, se perciben como uno de los “núcleos conflictivos” de la anorexia junto con el peso, la figura y los pensamientos asociados a la alimentación (Turón Gil, 1997). La televisión aporta una gran cantidad de reglas directas que delinean las acciones que deben seguir las adolescentes para lograr como consecuencia, un cuerpo esbelto y delgado; de esta manera, triunfar y llegar al éxito en diversos ámbitos como el emocional, el laboral y el personal. 50 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Se ha llegado a concluir que las pacientes juveniles con diagnóstico de TCA, presentan una dependencia psicológica a la televisión, por lo que pasan una gran cantidad de tiempo ante ella (Gerro-Prado, Barjau & Chinchilla, 2001), disminuyendo por sustitución la realización de otras conductas más adaptativas. Lo anterior, es preocupante, pero lo es más, entender que son muchas más variables las que llegar a afectar los patrones de alimentación adecuados en los niños y jóvenes del país y del mundo. En relación con todos estos factores, se analizarán a continuación otras formas de adquirir y establecer la conducta alimentaria y para ello, se abordará a las consecuencias como elemento de la conducta operante y a los modelos de aprendizaje más adelante. Consecuencias Dentro del análisis del comportamiento se hace una diferencia entre la conducta gobernada por las reglas y la conducta moldeada por las contingencias (Baum, 1994). Esta diferencia no es estricta, dado que en términos generales, toda conducta es moldeada por las consecuencias, sea que se presente ante el discriminativo verbal de “regla” o que en la contingencia de comportamiento se establezca una consecuencia de forma directa al sólo emitir la respuesta del organismo sin la necesidad del estímulo verbal. A esto último, se le conoce como aprendizaje de la experiencia directa. Una conducta “gobernada” por las reglas, depende de la conducta verbal de otra persona llamada hablante, mientras que la conducta moldeada por las contingencias (que involucra a las 51 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil consecuencias) no requiere necesariamente de esa persona, sólo se necesita de la interacción con el ambiente (Baum, 1994). El reforzamiento y el castigo pueden ser ejemplos de consecuencias de la conducta, pero es de aclarar que la consecuencia en sí no es un evento particular del comportamiento, sino que requiere de estar en relación con la emisión de una acción por parte del organismo para que en realidad sea un factor de modificación o establecimiento de la conducta. En los niños, se puede aplicar esta clase de contingencia con el propósito de hacer más probable la aparición de la conducta esperada. Existen estímulos con los que se logra establecer una relación con una acción particular de un sujeto o individuo, haciendo que la conducta específica, sea más probable de aparecer y repetirse en el futuro. Estas consecuencias se denominan reforzamiento y podrían clasificarse o diferenciarse como positivos o negativos según el tipo de contingencia (Keller & Schoenfeld, 1950; Michael, 1975), aunque, se ha discutido tal diferencia (Chase, 2006). La aparente diferencia entre uno y otro, es la obtención o eliminación de eventos posteriores a la conducta a establecer, es decir, por ejemplo, que si un niño emite una conducta y como consecuencia de dicha emisión de respuesta, obtiene un estímulo apetitivo, se conoce como reforzamiento positivo, mientras que si el niño emite una conducta y como consecuencia de ello, elimina el contacto con la situación o estimulación aversiva, se conoce como reforzamiento negativo, sin embargo, se ha planteado que son diferencias conceptuales utilizadas en las aulas y en las formas de enseñanza de los “profesores” que imparten cursos como análisis del comportamiento, aprendizaje o conductismo, entre otros, con el propósito de ayudar a los estudiantes a detallar el análisis funcional de la conducta en cuanto a variables y el control de la conducta en sí. Se asume, que el analista del comportamiento debe en primera instancia 52 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil diferenciar conceptualmente entre ambiente y conducta y luego aprender - enseñar las relaciones entre lo que pasa antes y después de la emisión de la misma. Adicionalmente, Barón y Galizio (2005), indican que todos los ejemplos de reforzamiento positivo involucra de alguna manera el reforzamiento negativo. De la misma manera sucede con el castigo. Son eventos que se asocian con conductas emitidas por individuos pero que tienden a disminuir la probabilidad de respuesta una vez se asocia contingentemente con ella. Además, el castigo cuenta con cinco características como 1) es una relación funcional de la conducta con consecuencias displacenteras, 2) debe administrarse ante la emisión de conductas inadecuadas o delitos, 3) debe ser administrado por seres humanos ante personas que cometan delitos, 4) debe administrarse ante contingencias actuales y no pasadas y 5) debe ser administrado por figuras de autoridad (McPherson, 1967). Los castigos también pueden ser positivos o negativos. Los castigos positivos son aquellos que una vez se emite la conducta, se obtiene un estímulo aversivo, mientras que el castigo negativo hace referencia a que luego de emitir la conducta, el sujeto elimina el acceso a un estímulo apetitivo. Las conductas de otros individuos también pueden considerarse como un reforzador. Cuando una persona hace algo (abrir una puerta por ejemplo), puede recibir un “gracias” de otra persona que resulta ser al mismo tiempo un reforzador social para quien abrió la puerta, pero al mismo tiempo, es una respuesta operante del segundo individuo. Adicionalmente, si se condiciona al sujeto a que por emitir una conducta particular, puede acceder a un contexto específico para poder realizar otra conducta particular, se plantea la posibilidad de entender que la conducta misma puede ser un reforzador. El anterior ejemplo, muestra cómo la función del comportamiento como relación entre el accionar del organismo y la estimulación ambiental, 53 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil estructura una relación de contingencia donde los reforzadores pueden ser cualquier tipo de consecuencia que permita el mantenimiento de la conducta en el tiempo, y que también incremente su nivel de respuesta. En últimas, un reforzamiento es un procedimiento en el que la respuesta instrumental activa la presentación de un estímulo ambiental que aumentará la probabilidad de ocurrencia de dicha respuesta (Domjan, 2010). Se debe diferenciar entonces que el reforzamiento como proceso conductual corresponde al establecimiento de relaciones funcionales entre la acción instrumental del organismo y las consecuencias posteriores a su emisión, mientras que procedimentalmente corresponde a establecer bajo condición cuándo será entregado el reforzador bajo criterio experimental una vez el sujeto emita la acción esperada. Los reforzadores pueden variar por su fuente. Extrínsecos si son administrados por el ambiente (por ejemplo otro sujeto diferente a quien emite la acción). Ejemplo de ello, son los dulces, los elogios, los pagos, etcétera. De otro lado, los reforzadores intrínsecos, hacen referencia a sensaciones que elicita la persona cuando está emitiendo la conducta o posterior a ello. En algunos casos es conocido como reforzamiento sensorial (Roca, 2010). Otra forma de clasificar a los reforzadores, es respecto al vínculo con el aprendizaje. Se considera primario si es básico, biológico y útil para la supervivencia. Su efecto sobre la conducta no está relacionado por variables sociales o contextuales, sino, por propiedades de carácter biológico o filogenético, un ejemplo de ello es la comida. De otro lado, se considera secundario, si la función de mantener o incrementar la conducta está en relación con el historial de reforzamiento que se ha recibido anteriormente; en ocasiones, se ha llegado a establecer el término reforzador adventicio para definir el caso en el que hay una relación de “contingencia errada” entre una respuesta instrumental no objetivo, con un reforzador establecido (Domjan, 54 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil 2010). Para aclarar el término de “contingencia errada” que se plantea en este trabajo, se puede recordar un experimento que Skinner planteó (1948), en donde las palomas picoteaban un botón y aparentemente este acto activaba la entrega del reforzador, cuando en realidad la entrega del mismo estaba definido con anterioridad por una cuestión de tiempos de programación experimental. Si una contingencia es entendida como una relación funcional entre los elementos de la conducta, acá se podría hablar entonces de una relación que no existe o no es “cierta” pero que el organismo así lo asume, sería entonces “errada” la relación entre la acción del organismo y las condiciones ambientales, Skinner denominó a esto conducta supersticiosa. La explicación de Skinner de la conducta superticiosa descansa en la idea de reforzamiento accidental o adventicio. El reforzamiento adventicio se refiere al emparejamiento accidental de una respuesta con la entrega del reforzador. Los reforzadores secundarios pueden ser materiales (cosas en general, desde juguetes o dulces), sociales (elogios, respuestas de amabilidad, aprobación, etcétera), actividades (juegos en general o acciones que son reforzantes por las sensaciones para el individuo que se producen al hacerlas – reforzamiento sensorial), situacionales (circunstancias que son agradables para la persona gracias a su historia de aprendizaje), etcétera (Domjan, 2010). Para el caso de la conducta alimentaria, las funciones de refuerzo o castigo pueden llegar a afectar al patrón de alimentación de las personas, por ejemplo, las comunidades en general, refuerzan positivamente los patrones bajos de ingesta de alimentos en las mujeres jóvenes particularmente (León & Finn, 1984), al mismo tiempo que se presenta mayor atención al cuerpo y se presentan niveles más bajos de insatisfacción con el mismo. El anterior dato se puede reafirmar con el estudio de Lindeman (citado por Berry & Howe, 2000) donde se mencionan 55 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil algunos factores de riesgo o variables identificadas como predisponentes de patrones de alimentación desordenados en atletas, en donde se dice que la aparición de los TCA o problemas de alimentación en últimas, pueden llegar a ser afectados por la autoestima, la imagen corporal y la presión social. Este último factor puede llegar a interactuar con las personas a través de las aprobaciones sociales en forma de refuerzo o castigo social, de acuerdo a los estándares de vida de cada comunidad. Modelos Sociales Luego de advertir que el aprendizaje se asume como un cambio comportamental derivado de la interacción del organismo con el ambiente (Domjan, 2010), aparece una propuesta diferente, desde esta otra perspectiva se plantea que el aprendizaje se relaciona directamente con la adquisición de patrones comportamentales. La propuesta la realiza Bandura (1977), cuando enuncia que gran parte de la conducta social humana se aprende por observación ante modelos. La propuesta enfatiza que la interacción recíproca y constante entre el comportamiento y las variables que lo controlan, hacen que sea determinante el papel de los procesos simbólicos, auto – regulatorios y vicarios en la emisión de la conducta (Castillo, Correa & Salas, 1980). La teoría del aprendizaje social (teoría social cognoscitiva) de Bandura (1986) enuncia que se pueden llegar a “aprender” o establecer conductas sin la necesidad de que sean reforzadas directamente y sin que exista la emisión de la ejecución en ese instante, basta con seguirlas más adelante para que sean moldeadas por las consecuencias en el futuro. “Seguirlas” hace referencia a hacer la acción una vez se ha visto cómo se hace por otra persona. El denominado “aprendizaje social” o 56 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil “aprendizaje vicario” ocurre al “observar” a un modelo al ejecutar una conducta particular. Es requisito fundamental para aprender vicariamente, que se “preste atención al modelo”, lo que equivale a direccionar los canales sensoriales hacia la emisión de la conducta del modelo. Luego de ello, el aprendiz, debe “recordar” lo que ha hecho el modelo. Por último, el aprendiz debe convertir lo observado y “recordado” en acto. Existen dos conceptos fundamentales para lograr aprender por observación. Estos son, reforzamiento vicario y castigo vicario, los cuales consisten en identificar las consecuencias que tienen los modelos una vez han emitido la conducta que está siendo observada y por lo tanto, permite ser aprendida por otro. Este apartado del aprendizaje vicario es de suma importancia, dado que, en términos generales, se podría asumir que el “observador” aprende la conducta con sólo ver la conducta emitida por el modelo, y eso no es exactamente así. El observador si ve la emisión de la conducta del modelo, pero también debe observar las consecuencias ambientales que recibe el modelo al emitir dicha acción. Esta relación entre la acción y las consecuencias obtenidas, son la función que el aprendiz de aprendizaje vicario va a terminar copiando. No es una simple imitación, es un aprendizaje en pro de la obtención de las mismas consecuencias que obtuvo el modelo. Dentro de la teoría de aprendizaje social, se diferencia claramente, entre ejecución y aprendizaje, entendiendo que la primera, es la emisión de respuesta de un organismo una vez el ambiente así lo requiere, mientras que el aprendizaje consiste en que puede darse sin que ocurran cambios en la conducta visible, esto es pues, una perspectiva del aprendizaje en términos de proceso psicológico, no de logro. En la teoría social cognoscitiva, se explica que la observación de los demás termina consolidando o estableciendo información (posibles estímulos discriminativos sociales), donde es “codificada” y va a servir para ocasiones futuras como guía 57 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil para la realización de acciones aparentemente efectivas y eficaces. Sin embargo, dentro de un modelo experimental animal, no es posible abordar y/o hablar de la codificación de información, lo que conlleva a desarrollar propuestas de investigación acordes con las posibilidades de análisis del comportamiento animal. Lo anterior, llevó a desarrollar la teoría de la copia (Galef, 1988). Galef explica que los animales emiten conducta luego de dirigir la atención del animal a un objeto particular o una parte específica del ambiente o a una acción de un coespecífico (a primera vista sería considerada como imitación), conceptualización que se le da a la definición de señalamiento local propuesto por Thorpe (1956). El aprendizaje por observación es una situación de aprendizaje donde se establece una relación didáctica entre el modelo y el observador, en donde el modelo emite una conducta y a partir de allí, es aprendida por el observador sin la necesidad de ejecutar dicha conducta, es decir, de forma vicaria (Bandura & Walters, 1963). Esta explicación, ha permitido dar cuenta de diversas situaciones de aprendizaje social en múltiples campos de la vida cotidiana. A través de esta premisa, se entiende que los modelos sociales pueden llegar a constituirse de manera constante y eficiente en una variable de influencia sobre el comportamiento de las personas, ejemplo de ello, son los estudios que enuncian la influencia de los modelos sociales en la violencia con la inclusión del componente social de forma sólida (Calleja, 2001). De otro lado, también se han realizado estudios donde se pone a prueba el aprendizaje de animales no humanos ante “modelos” de la misma especie. Por ello, es de aclarar que el término de “modelo” no es preciso para esta situación, debido al componente social de la palabra, por ello, en el trabajo de aprendizaje a partir de otros, se le ha dado el nombre de conducta de copia (Galef, 1988) y al animal que modela o muestra la conducta que va a ser aprendida por el observador se le conoce 58 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil como demostrador. En algunos estudios se ha trabajado el aprendizaje a través de demostradores de especies como palomas y ratas. Se ha encontrado que la conducta de alimentación se modifica en presencia de los demostradores comportamentales, pero al parecer no es permanente en el tiempo, además, se ha encontrado que un aspecto fundamental es que se tenga identificado el demostrador dentro de un grupo para que se aumente la probabilidad de emisión de la conducta a seguir, eso quiere decir, que el número de integrantes del grupo tiene efectos tanto sobre el proceso de aprendizaje por observación como en las estrategias seguidas por los observadores, además, a mayor número de observadores por grupo es menor la adquisición por observación de la respuesta (Cabrera, Durán & Nieto, 2006; Santacoloma-Suárez, Páramo, Ramírez & Ariza, en prensa). Lo anterior indica que el aprendizaje basado en modelos (demostradores), si puede tener efectos al momento del establecimiento de los patrones de alimentación. Para el caso de la conducta alimentaria de los seres humanos los modos de alimentarse, preferencias y rechazos hacia determinados alimentos están condicionados gracias al aprendizaje y a las experiencias vividas durante los primeros 5 años de vida. En general el niño incorpora la mayoría de los hábitos y prácticas alimentarias de una comunidad antes de esa edad. La madre cumple un rol fundamental en la educación y transmisión de pautas alimentarías a su hijo (Osorio, Weissaub & Castillo, 2002). Parece que en los casos en que se presentan TCA en niños y niñas prepúberes, la influencia familiar como modelo de alimentación se encuentra mimetizada pues se piensa que los niños a tan temprana edad no disponen de la capacidad de discernimiento para tener como propósito o ideal de vida a la delgadez (Gerro-Prado, Barjau & Chinchilla, 2001). Del mismo modo, algunas investigaciones muestran la relación entre las conductas alimentarias de las madres y la aparición de desórdenes alimenticios en sus hijos (Lora–Cortez & 59 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Saucedo – Molina, 2006). Finalmente, se ha encontrado que en épocas de adolescencia, los TCA son muy comunes en el primer año de universidad (Calado, Goncalves, Lameiras, Machado, Machado, Martins & Rodríguez, 2004), quizás por la exigencia social frente a las personas (las cuales se convierten en modelos de comportamiento) que hacen parte de los imaginarios comunes de belleza y el tipo de contingencia a los que están expuestas estas mujeres jóvenes (en su mayoría mujeres). Finalmente, y a partir de este recorrido en donde se visualiza una gran cantidad de factores, variables, ambientes y personas que afectan a la conducta alimentaria se propone para el presente estudio la siguiente pregunta de investigación; ¿son las reglas, los modelos sociales y las consecuencias de reforzamiento, variables ambientales que establecen la conducta alimentaria infantil?, y a partir de allí, se podría entonces preguntar adicionalmente que si las “reglas”, los “modelos” sociales y las “consecuencias” de reforzamiento, modifican e intervienen en la conducta alimentaria infantil ¿pueden ser utilizadas como método de establecimiento y control del mismo?, si esto ocurre, ¿cuál de estas variables logra modificar, en mayor medida la conducta alimentaria de los niños?. Respondiendo a estas cuestiones, se podría llegar a delimitar la forma de variar patrones de alimentación poco saludables o incluso nada saludables en momentos tempranos de desarrollo, hacia el establecimiento de hábitos saludables y la prevención quizás (a través de estrategias de enseñanza) de aparición futura de TCA. 60 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Hipótesis De acuerdo con la revisión de las variables que pueden afectar desde diversas perspectivas a la conducta alimentaria, y más específicamente desde la propuesta Skinneriana (1938) son los estímulos (el ambiente) los causantes (determinismo – variable independiente) de los cambios comportamentales (variable dependiente), se asume para el presente estudio la hipótesis de trabajo que las variables ambientales denominadas como “reglas”, “modelos” sociales y “consecuencias” de reforzamiento, modifican e intervienen en la conducta alimentaria infantil y pueden ser utilizadas como método de establecimiento y control del mismo. Se espera que esta afectación redunde en que los niños(as) incrementen el consumo del alimento saludable, prefiriéndolo sobre el alimento no saludable. Variables Variables Independientes: Son tres, la primera son las reglas, la segunda los modelos sociales y la tercera corresponde a las consecuencias de reforzamiento disponibles en función con la emisión de la conducta alimentaria. A continuación se describen conceptual y operacionalmente: 1. Variable Independiente 1 – Reglas, Conceptualización: Son estímulos discriminativos de tipo verbal en operantes verbales establecidas de forma convencional y que 61 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil especifican una regularidad en las consecuencias que obtendrá la persona si la sigue y no la obtendrá si no la sigue (Baum, 1994). Las instrucciones o mejor, las reglas pueden ser descritas, conceptualizadas y organizadas según el momento, la fuente y la función (Ortiz, González & Rosas, 2008). El momento de la regla, hace referencia a que la verbalización para actuar como instrucción, debe ser dada al participante, de forma previa al enfrentamiento con la contingencia. La fuente corresponde al origen de la regla, la cual debe ser externa al participante y la función que se observa tan sólo en el momento en que el sujeto es expuesto a las contingencias directas o situación contingencial, lo que implica que la función solamente se hace evidente tiempo después de haber recibido la regla o instrucción. Es fundamental entender que la explicitud de la regla permite entender sus dimensiones, las cuales son estímulo discriminativo, acción – conducta y consecuencia. La explicitud permite que la regla sea completa y haga referencia a la descripción de la contingencia de conducta, y en relación con ella, el sujeto se comporta de forma más adecuada. Dentro del estudio, las reglas fueron: Tabla 1. Regla ante Alimento Saludable. Regla para incrementar el consumo de frutas como condición o tratamiento para los niños y niñas en relación con las dimensiones de explicitud (Estímulo discriminativo – Sd, respuesta - R, consecuencia - C). Estímulo discriminativo Respuesta Consecuencia Ed R C Sabías que las frutas ayudan a Por eso, debes comer más De esta manera, serás sano y que tu cuerpo funcione bien, frutas. fuerte, para ser un buen tengas el agua necesaria para (categoría evaluada en el futuro vivir y te cuidan la piel, para además las frutas son alimentos ejemplo, los niños) como deportista, por médico, 62 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil nutritivos y muy ricos. etcétera. Nota: Elementos de la regla que tiene como propósito mejorar el hábito de alimentación del niño(a) a partir del incremento del alimento saludable – frutas – natural. Tabla 2. Regla ante Alimento No saludable. Regla para decrementar el consumo de paquetes como condición o tratamiento para los niños y niñas en relación con las dimensiones de explicitud (Estímulo discriminativo – Sd, respuesta - R, consecuencia - C). Estímulo discriminativo Respuesta Consecuencia Ed R C Sabías que las papas fritas pueden Por eso, debes comer menos De esta manera serás sano, fuerte hacer que tu cuerpo funcione mal, papas fritas. y saludable para ser un buen que te duela el estómago y te de (categoría evaluada en el futuro caries en los dientes. Además para los niños) como por ejemplo, según los expertos, las papas fritas deportista, médico, etcétera. son alimentos poco nutritivos, no son saludables aparentemente y rico su es sabor en la mayoría de los casos artificial. Nota: Elementos de la regla que tiene como propósito mejorar el hábito de alimentación del niño(a) a partir del decremento del alimento no saludable – papas de paquete - artificial. Las reglas fueron presentadas a través de diapositivas (ver apéndices). La fuente fue el experimentador y la función estuvo en relación con la conducta alimentaria del niño y su patrón de alimentación ya fuera para incrementar el consumo de frutas o para decrementar el consumo de paquetes. Por razones éticas, se aclara que no se presentaron reglas que facilitaban o provocaban decremento de la conducta alimentaria “saludable”. Las reglas que se presentaron, se aplicaron en pro de mejorar la conducta alimentaria de los niños, por lo que van dirigidas hacia la salud y 63 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil bienestar. Lo anterior, significa que las reglas fueron dirigidas a que el consumo de frutas se incrementara y el consumo de papas fritas se decrementara. Operacionalización de las Reglas: Las reglas se controlaron y manipularon por medio de presencia – ausencia. Es decir, que se presentaron en el momento II (aplicación de tratamientos) durante las condiciones 1 o 2 según la aleatorización del orden y según cada sujeto, específicamente, antes de que el niño o niña fuera expuesto(a) ante los alimentos. No se presentaron en la condición 3 del momento II, debido a que se dejó estable la aplicación de las consecuencias para el final la aplicación de tratamientos. 2. Variable Independiente 2 - Modelos Sociales, Conceptualización: Los modelos sociales son sujetos que emiten una conducta particular y que son observados por otro para ser seguido comportamentalmente de acuerdo con las consecuencias obtenidas por el modelo (Bandura, 1986). Es necesario recordar que para que se hable de aprendizaje vicario o derivado de la presencia de modelos, se debe incluir, el contexto, la acción del modelo en dicho contexto y su consecuencia. Los modelos deben tener características o categorías similares al participante para favorecer la emisión de la conducta. Al igual que en las reglas, la función de los modelos sociales, se evidencia posterior a su presentación, es decir, cuando el participante se ve expuesto a contingencias directas con el ambiente. Es de gran relevancia recordar que las personas se convierten en modelos sólo cuando se convierten en discriminativos de consecuencias futuras para otras personas y que a partir de allí, se ajusta el comportamiento es estas últimas. Para la presente investigación es fundamental que se aclare que el manejo y control de los modelos 64 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil sociales como variable, no es de carácter mediacional, por lo que no se hace énfasis en la percepción, el recuerdo y mantenimiento de la acción por parte del sujeto que sigue la conducta de forma vicaria. Dentro del estudio, los modelos fueron presentados a través de videos cortos de la siguiente manera: a. El primer modelo abordó el comportamiento saludable. Se presentó a través de video a un niño y a una niña en edades de 6 a 8 años (pares) quienes estuvieron expuestos a los dos tipos de alimentos (saludables-frutas y no saludables–paquetes), allí, los niños del video eligieron y comieron los alimentos saludables (frutas). Luego, continuando con el video, apareció un letrero y una voz que indicaba que había pasado el tiempo y seguidamente, apareció un adulto quien mostraba la consecuencia, es decir, que indicaba que había comido el alimento saludable y por ello, ahora era sano y fuerte. El modelo adulto tuvo características deportivas para los niños y de estética para las niñas. Este criterio de adoptó dado que los hombres tienden a ser musculosos y las mujeres estéticas en relación con las tendencias comportamentales que pueden desencadenar un TCA (Muñoz & Martínez, 2007). b. El segundo modelo abordó el comportamiento no saludable. Se presentó a través de video a un niño y a una niña en edades de 6 a 8 años (pares) quienes estuvieron expuestos a los dos tipos de alimentos (saludables-frutas y no saludables–paquetes), allí, los niños del video eligieron y comieron los alimentos no saludables (paquetes de papas fritas). Luego, continuando con el video, apareció un letrero y una voz que indicaba que había pasado el tiempo y seguidamente, apareció un adulto quien mostrará la consecuencia, es decir, que indicaba que 65 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil había comido el alimento no saludable y por ello, ahora no era sano y fuerte o estético. El modelo adulto presentará características poco saludables. En conclusión los videos que sirvieron para la aplicación del “modelo” tuvieron tres partes, 1) Mostrando a los niños (modelo-par), emitiendo la conducta alimentaria (o sea, consumiendo alimentos adecuados y no adecuados), 2) Indicador de paso del tiempo, 3) Modelos adultos que hicieron las veces de los niños pero luego de su desarrollo en relación con las consecuencias positivas y negativas que obtuvieron luego de consumir alimentos adecuados y no adecuados respectivamente. Es de recordar que una exposición a una contingencia de aprendizaje vicario no consiste solamente en mostrar la conducta emitida por el modelo, sino que se requiere evidenciar las consecuencias y el contexto propicio para emitirla. 3. Variable Independiente 3 – Consecuencias de reforzamiento: Son eventos que se relacionan contingente y directamente en términos espaciales y temporales con una acción que emite un sujeto o individuo. Esta relación se establece por contingencia, o en otras palabras, por asociación (contigüidad temporo - espacial), es decir que, una vez emitida la acción, el evento inmediatamente posterior a ella, terminará relacionándose con ella. La conducta moldeada por las consecuencias requiere sólo de la interacción con las contingencias (Baum, 1994). El efecto que provoca un estímulo consecuente sobre la conducta, luego de haberla emitido, indicará si es reforzante o aversivo. Los reforzadores son consecuencias dentro de una contingencia que tienen como relación de la conducta, mantener o incrementar la probabilidad de ocurrencia de ese comportamiento en el futuro. Una forma de identificar posibles reforzadores para los niños y 66 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil niñas en el presente estudio, consistió en conocer la historia de aprendizaje de los niños y elegir estímulos que cumplieran con la función de controlar la conducta e incrementarla. Dentro del estudio, las consecuencias de reforzamiento fueron determinadas por la evaluación previa de la historia de aprendizaje, sin embargo, nunca se utilizaron alimentos o dulces por cuestiones de control de variables y la posible confusión con la variable dependiente. Las consecuencias entonces, se organizaron de la siguiente manera: a. Reforzadores positivos. Se entregaron “láminas coleccionables”. La determinación de entregarlas fue el resultado de hacer un registro de elementos coleccionables o de juego en la mayoría de los niños durante la entrevista o evaluación psicológica. Además, esta información fue confirmada en la entrevista – evaluación con los padres. Dado que más del 85% de los niños jugaba con estas láminas o las coleccionaba se definieron como reforzadores para los niños(as). El programa de reforzamiento utilizado fue razón fija 1 (RF1) o reforzamiento continuo; este programa fue elegido para disminuir el costo conductual en la contingencia de reforzamiento. Las láminas eran entregadas una vez el niño interactuaba con el alimento saludable (específicamente) lo elegía y lo comía. La contingencia de reforzamiento se describe a continuación: Ed R Disponibilidad de Comer la fruta alimentos (frutas y Cr Acceso a láminas coleccionables paquetes) en el laboratorio móvil. “alimento servido”. Figura 1. Diagrama de contingencia de conducta operante, que describe el reforzamiento. 67 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Los reforzadores fueron definidos a partir de la evaluación-entrevista en el momento preliminar y de acuerdo con la historia de aprendizaje del niño(a). No se utilizaron reforzadores negativos dado que el proyecto de investigación no pretende establecer contingencias de evitación ante situaciones aversivas. Tampoco se utilizaron castigos de ninguna índole por motivos éticos. Las láminas correspondieron a figuras infantiles con dibujos de colores de diversas formas. Las láminas fueron autoadhesivas con un tamaño entre los 2 y 4 centímetros cuadrados de área aproximadamente. En el mercado son conocidos como “stickers” o láminas coleccionables. La totalidad de los niños que participaron en el estudio reportaron que estas láminas eran de su agrado, hecho por el cual fueron escogidas como estímulos reforzadores. Variable Dependiente Conceptualización: La variable dependiente correspondió a la conducta alimentaria. Una conducta alimentaria preferente es una conducta que se mantiene a través del tiempo y que implica alta frecuencia de emisión, donde la persona elige preferiblemente un tipo de alimento sobre las demás alternativas para su consumo y finalmente lo ingiere. Su probabilidad de emisión es más alta que una conducta novedosa. Se repite con tanta frecuencia que en ocasiones se confunde con una conducta automática. Para la presente investigación no se toman medidas mediacionales como recuerdo, percepción, apreciación, etcétera al presentarse la variable llamada “modelos sociales”. 68 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Operacionalización: Dentro del estudio, la conducta alimentaria infantil fue medida de la siguiente manera: a. Cantidad de comida consumida medida en gramos. La medición de la cantidad de comida consumida resultaba de la resta en gramos de la cantidad de comida servida versus la dejada en el plato. Para este dato, se pesó la comida en una gramera antes y después de ser presentada al niño o niña. Para esta medición se pesaba previamente el alimento saludable o frutas hasta dejar 20 gramos en el plato. Lo mismo ocurría con las papas fritas. Es decir que el niño(a) encontraba en cada plato 20 gramos de alimento para consumir por ensayo. Si se tenía dos platos se tenía un máximo de 40 gramos de alimento, 20 de frutas y 20 de papas fritas. Al finalizar el ensayo se pesaba el alimento dejado en el plato para conocer la cantidad de alimento consumido por el niño(a). Cada ensayo ocurría diariamente (tiempo entre ensayos de 24 horas). Tabla 3. Control de Variables. Se muestra el control de variables, tanto de las que hacen parte del estudio, como de las que indirectamente pueden afectar el proyecto de investigación (Zinser, 1987). Control de Variables De Variables Independientes Qué Reglas Cómo Tipo de control utilizado: Presencia ausencia. Mantenimiento constante de sus propiedades y eliminación de variaciones. Categorías Utilizadas: Por qué La diversidad de los conceptos acerca de las reglas (Baum, 1994; Ribes, 2000; 2001) requiere de especificar sobre cuál propuesta 69 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Precisión en las mediciones y en las definiciones de las variables de acuerdo con el soporte teórico. Se aplicaron en el momento de inclusión de tratamientos. Las reglas se estructuran de acuerdo con el propósito de la investigación, es decir, se espera que si ocurre la modificación del patrón de alimentación ocurra en función del aumento del consumo del alimento saludable y no necesariamente, con el decremento del alimento no saludable. Si esto ocurre, es interesante, pero no se encuentra en relación con el objetivo principal del presente estudio. La aplicación de estas variables (reglas) se describe a profundidad en la sección de las variables. teórica se estará abordando la variable para tener una claridad operacional y por ende en su precisión. Modelos Sociales Tipo de control utilizado: Mantenimiento constante de sus propiedades y eliminación de variaciones. Categorías Utilizadas: Precisión en las mediciones y en las definiciones de las variables de acuerdo con el soporte teórico. Se utilizan modelos sociales de dos tipos a) masculinos y b) femeninos. En ambos casos se muestran e video la elección, preferencia y consumo de los alimentos (saludables y no saludables) de los niños, y luego se muestran (igualmente en video) las consecuencias de dichas elecciones con los modelos masculinos y femeninos ya crecidos en el tiempo. La aplicación de estas variables (modelos sociales) se describe a profundidad en la sección de las variables. La conceptualización de los modelos sociales dentro de la teoría de aprendizaje vicario desde Bandura (1977) indica que los modelos deben tener una especificidad entre la acción, la topografía en que se emite y la consecuencia al hacerlo. Consecuencias de reforzamiento Tipo de control utilizado: Mantenimiento constante de sus propiedades y eliminación de variaciones. Categorías Utilizadas: Precisión en las mediciones y en las definiciones de las variables de acuerdo con el soporte teórico. Definición del criterio de entrega del reforzador en programa de razón fija Las consecuencias se hacen reforzantes en la medida que son contingentes con la acción y por lo tanto favorecen la probabilidad de ocurrencia de la conducta en el futuro (Domjan, 2010). 70 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil 1 – RF1. Las consecuencias de reforzamiento son definidas de acuerdo con las entrevistas realizadas con los niños(as) y padres de familia, en donde se precisan cuáles pueden ser los estímulos que, por causalidad por consecuencias, modifiquen el comportamiento alimentario para que su tasa se incremente. La aplicación de estas variables (consecuencias de reforzamiento) se describe a profundidad en la sección de las variables. De Variable Dependiente Conducta Alimentaria Tipo de control utilizado: Mantenimiento constante de sus propiedades y eliminación de variaciones. Categorías Utilizadas: Precisión en las mediciones y en las definiciones de las variables de acuerdo con el soporte teórico. Definición de la conducta de ingesta de alimento que se repetirá para ser medida en términos específicos. La ingesta fue medida como la cantidad de alimento ingerido en gramos y la recurrencia de consumo indicará el patrón de alimentación. El repertorio de comportamiento ante tantas alternativas de conducta o de economía abierta, en este caso de conducta alimentaria, hace necesario que la medición de la conducta como variable dependiente sea lo más estricta posible, y para ello, se requiere precisar el criterio del patrón de conducta alimentaria. De Variables del Investigador Características del investigador Tipo de control utilizado: Mantenimiento constante. Categorías utilizadas: El mismo investigador llevó a cabo la aplicación de las mediciones de la conducta alimentaria y la exposición a las condiciones o tratamientos. De la misma forma, fue quien realizó el análisis de resultados. Evitar que las diferencias relacionadas con experiencia, expectativas y conocimiento de varios investigadores puedan influir en los procedimientos, afectando el comportamiento de los sujetos y el resultado del estudio. De Variables de la Situación Experimental Sitio Tipo de control utilizado: Mantenimiento constante de sus La novedad es una propiedad de los estímulos que facilita el incremento 71 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil propiedades. Categorías utilizadas: El sitio de evaluación y experimentación fue el mismo con las mismas características y propiedades ambientales, para ello, se adecuó un toldo exclusivo para la medición tanto de la conducta alimentaria como para las condiciones experimentales de tratamiento, en donde se utilizaron las mismos materiales distribuidos de la misma forma. La descripción a profundidad de los materiales se describe en la sección correspondiente para ello. del nivel de activación o acción de un organismo, por lo que se hace necesario que el sitio de evaluación sea el mismo todo el tiempo para disminuir la reactividad conductual o sensibilización al estímulo novedoso (Domjan, 2010). Del Procedimiento Reglas en el procedimiento Tipo de control utilizado: Mantenimiento constante de sus propiedades. Categorías utilizadas: Se han definido diferentes protocolos para que todo tipo de interacción sea mantenido constante y disminuya la probabilidad de comportamiento diferencial o discriminativo. Cada una de las variables se operacionalizó de acuerdo con el sustento teórico del que es parte en un contexto teórico. Nota: Tabla de control de variables por secciones. La homogeneidad de las reglas permite disminuir la discriminación conductual y aumentar la generalidad de la misma. 72 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Método Diseño El diseño que se trabajó es conocido como Diseño de Tratamientos Alternos, DTA (Barlow & Hersen, 1988). Este diseño permite evaluar la eficacia relativa de dos o más tratamientos, teniendo en cuenta la cantidad de variables y contextos a los que se ve expuesto un participante entre cada una de las sesiones experimentales. Se fundamenta en el análisis de caso único y se aleja de los análisis de comparación entre grupos debido a que los diseños de comparación grupal muestran tendencias y promedios de ejecución. En muchas ocasiones la aplicación de tratamientos puede ser eficiente para unos integrantes del grupo y deficiente para otros, sin embargo, el análisis se hace teniendo en cuenta la tendencia de dicho grupo y no las variaciones individuales de la variable dependiente como producto de la aplicación de la condición o tratamiento. Adicionalmente, el DTA, utiliza participantes que se encuentran en una situación particular y que por lo tanto, son óptimos para ser expuestos a las condiciones experimentales. Este tipo de diseño, proporciona uno de los controles más elegantes para la mayor parte de amenazas a la validez interna o la habilidad de un diseño experimental para dejar de lado hipótesis rivales al explicar la diferencia entre tratamientos (Cook & Campbell, 1979); las variables que se consideraron como amenazas para la validez interna en el presente estudio son “el error de medida”, “motivación”, “expectativas”, “características físicas de la situación experimental”, el “experimentador” y “pretesting”. La bondad del DTA, es que al aplicar los tratamientos de forma rápida, permite presumir que el participante se ha “dividido en dos” y que 73 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil cada una de sus partes ha recibido una condición y que bajo las mismas condiciones genéticas, culturales y de aprendizaje por ejemplo, se pueden evidenciar los efectos de los tratamientos a estudiar. Para superar la suposición de que el individuo se divida en dos, se hacen aplicaciones rápidas de cada una de las condiciones una detrás de la otra. Esta forma de ordenar el procedimiento de aplicación lleva a otra suposición que asume que una condición o tratamiento pueda afectar a la otra debido a que una se presenta primero y luego la otra, a esto se le conoce como “efectos de orden”. Este aspecto, se puede controlar y solucionar en este diseño con la variación del orden de fases de aplicación de los tratamientos, es decir, disponer de una secuencia aleatoria o semialeatoria, lo que implica que a unos sujetos se les presenta primero una condición y a otros otra para comenzar. Para el caso del presente estudio, se realizó un proceso semialeatorio; esto quiere decir que se variaron las condiciones de “modelos” y “reglas”, pero se dejó en última instancia la condición o tratamiento denominada “consecuencias”. Lo anterior, se debió a que en los pilotos con niños de las mismas edades pero que no presentaban factores de riesgo se identificó que existía una variación del comportamiento alimentario dirigido hacia la obtención de las láminas, las cuales eran utilizadas como reforzadores y una vez se presentaban alteraban el comportamiento ante las otras dos variables, además, la expectativa de los participantes aumentaba ante la probabilidad de obtenerlas, afectando quizás, como lo dice la literatura la validez interna. Adicionalmente, se debe tener en cuenta que las aplicaciones rápidas de los tratamientos permiten asumir la condición real de todo tipo de tratamientos, y es que siempre existe algún tipo de interferencia entre sesión y sesión experimental. En el caso de los procedimientos experimentales, la situación es diferente, porque por ejemplo, si se trabaja con roedores, estos se encuentran en sus jaulas individualizadas por todo el tiempo que no se 74 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil encuentran en procedimiento experimental y allí, el ambiente es homogéneo y controlado, pero en el caso de la investigación aplicada en humanos, las personas se exponen a diversos ambientes diferentes entre sí, una vez acaban las sesiones experimentales. El asumir la posibilidad de interferencia, realmente le da al DTA una riqueza, más que una fragilidad, puesto que de entrada, se está asumiendo la posibilidad de dicha interferencia y por lo tanto, se estaría midiendo la variación de la conducta de estudio dentro de situaciones reales. A lo largo del estudio, se habla de “tratamientos”, pero se debe aclarar que, es la palabra utilizada técnicamente por el diseño planteado para referirse a la aplicación de una condición experimental o situación particular y compararla con otra. Tabla 4. Diseño de Tratamientos Alternos – DTA. Las denominaciones para el presente estudio son, R = Regla, M = Modelos Sociales y C = Consecuencias de reforzamiento. Participante Momento Momento I Momento II preliminar Número Momento III Aplicación de tratamientos Condiciones Línea de base Condición 1 Condición 2 Condición 3 Seguimiento Necesarias Conducta Medición de alimentaria la Conducta Alimentaria P1 Si Si R M C Si P2 Si Si M R C Si P3 Si Si R M C Si Pn Si Si M R C Si Nota: Se muestran los momentos I, II y III de la investigación, a través del diseño de tratamientos alternos DTA, para todos los participantes. Se observa que todas las condiciones son iguales, excepto el orden de aplicación de los tratamientos, los cuales corresponden a las reglas, los modelos sociales y las consecuencias de reforzamiento. 75 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Participantes Los participantes fueron diez (10) niños y niñas con edades entre los 6 a 8 años (el criterio de determinó en edades de 6 años y cero días hasta 8 años y 11 meses cumplidos), quienes presentaron por lo menos (5) cinco factores de riesgo de presentar TCA. Los factores fueron identificados luego de la evaluación médico-psicológica. El procedimiento de evaluación médica lo realizó un equipo profesional certificado en medicina pediátrica de la Fundación Universitaria de ciencias de la Salud – FUCS, dirigido por el Pediatra Jorge Castillejo y la evaluación psicológica por el psicólogo autor de la presente investigación. Los niños y niñas estaban escolarizados en cursos regulares para su edad (primero o segundo grado de primaria) y no presentaron o reportaron ningún otro problema médico o psicológico. La cantidad de participantes correspondió al resultado de las evaluaciones. Se inició con una población de 108 niños(as) y luego de las evaluaciones, sólo 10 quedaron incluidos en la muestra por cumplir los criterios de inclusión. Todos participantes, fueron elegidos del colegio “Liceo Rodrigo Arenas Betancourt” de estrato 2 y 3 de la ciudad de Bogotá D.C. Como se dijo anteriormente, la delimitación de la muestra se hizo a través de la evaluación médica y psicológica (la cual incluía entrevista con los niños y sus familias). Se definió el criterio de los 6 a 8 años por diversas razones. La primera, porque en esta edad de los 6 años se inicia nuevamente el ascenso brusco del IMC, luego de una “aparente” detención, aunque no quiere decir que los niños(as) no se encuentren en crecimiento constante obviamente. Esta “aparente detención” comienza entre los 2 o 3 años de edad aproximadamente (Hirschler, González, Cemente, Talgham, Petticnchio & Jadzinsky, 2006) y por otro lado (segunda razón), 76 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil porque existen datos preliminares que informan que desde los 5 hasta a los 11 años de edad, “aparecen” los primeros factores de riesgo de padecer un TCA (Trujano, Blanco, Nava, Arbonés & Limón, 2010). Se definió que el rango de edad fuera hasta los 8 años para cerrar la muestra y facilitar el control de variables, tanto en el grado escolar como en relación con las edades. Mantener un rango de edades amplio, dificultaba hacer un análisis comparativo derivado de entender que a mayor edad, se incluyen más variables causales dentro del establecimiento del patrón de alimentación. Se podría pensar que por esta razón se debía dejar a los participantes delimitados con un menor rango o incluso, con una sola edad, pero hacer una delimitación tan cerrada, decrementa la posibilidad de encontrar participantes que cumplan con los criterios de inclusión dentro del estudio. Adicionalmente, los participantes pertenecen a familias de estrato 2 y 3 de la ciudad de Bogotá D.C., en donde cuentan con cuidadores, sean estos padres-madres de familia, abuelos(as), o familiares, quienes se encargan de la atención y cuidado de los niños en los momentos posteriores a la jornada escolar. La participación de los niños(as) seleccionados en el presente estudio, cuenta a su vez con la colaboración de sus familias, especialmente de sus cuidadores, tanto para las entrevistas médicas y psicológicas, como para el registro alimentario diario. Finalmente, se cuenta con el apoyo del colegio “Liceo Arenas Betancourt”, para la realización del presente estudio y gracias a ello, se pudo controlar variables, como las edades en relación con el curso o grado educativo, las jornadas escolares, los horarios de clase y descansos, el seguimiento académico y psicológico, entre otros. En la siguiente figura se muestra la frecuencia de los factores de riesgo que presentan los participantes (niños y niñas) en la presente investigación. Frecuencia de factores presentados Frecuencia de Niños(as) que lo presentan 0 Trast. Psiquia Flia. Enlentecimiento de… Signos deshidratación Leucopenia Anemia Labilidad emocional Prob. Control impulsos Abuso de SPA Fmlia. Familiar con Dx TCA TOC Depresión Baja autoestima Reglas inadecuadas Obesidad premorbida… Preocup. Comer público Discrepancia imagen corp. Altera. Estado animo Alteración peso figura Sobrepeso o mas Dietas por parte de padres Bajo peso Miedo a ganar peso Esquemas mal adaptativos IMC Inadecuado Criticas por el aspecto… Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil 77 Frecuenca de los Factores de Riesgo 12 10 8 6 4 2 Figura 2. Frecuencia de los Factores de riesgo que presentan los participantes en la presente investigación. Factores de Riesgo por Participante 9 8 7 6 5 4 3 2 1 0 Caso 1 Caso 2 Caso 3 Caso 4 Caso 5 Caso 6 Caso 7 Caso 8 Caso 9 Caso 10 Figura 3. Factores de riesgo que presentan los participantes incluidos como muestra por conveniencia. 78 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Instrumentos y Materiales Se instaló un toldo de polipropileno de 2X2 metros. Como característica principal, se menciona que las paredes del toldo, fueron cosidas para que la estructura quedara cerrada y tan sólo se encontrara una entrada. El toldo fue de techo azul con paredes blancas para unificar la estimulación visual. Se utilizó al interior del toldo y como materiales, un espejo de 60X140 centímetros, 1 mesita y 3 sillas infantiles, cinta métrica, báscula, estetoscopio, baja lenguas, camilla, platos y vasos desechables, cubiertos, servilletas, televisor LCD de 40´, 3 computadores portátiles, hojas de registro, marcadores, resmas de papel blanco, láminas coleccionables, botiquín de primeros auxilios, frutas y paquetes. Como instrumentos se trabajó con a) un consentimiento informado, b) con un formato de evaluación psicológica infantil para padres y c) para niños. También d) con un formato de definición de criterios de riesgo ante los TCA, y e) un formato de registro de alimentación diaria. Tabla 5. Descripción de los instrumentos y materiales. Se indica el momento de aplicación, el propósito, dato paramétrico y las características de cada uno de ellos. Se pueden visualizar en los apéndices. Instrumento Consentimiento informado Características del instrumento En este documento se informa a los padres de familia, acudientes o representantes legales el nombre de la investigación, quienes son los encargados o responsables del estudio, los objetivos del estudio, el propósito científico del estudio, la descripción breve del procedimiento, las consideraciones éticas del estudio, los riesgos asumiendo el peor de los escenarios. Además, se incluye el espacio para que el padre de familia, Momento de aplicación Antes de iniciar la ejecución del proyecto de investigación en el colegio “Liceo Rodrigo Arenas Betancourt” de Bogotá. Propósito y parámetro Obtener la autorización legal de la participación del niño frente a su representante legal y según la Ley. 79 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil acudiente o representante legal del niño indique su nombre y firme en consecuencia, si acepta la participación de su hijo o hija. Contrato conductual En este documento el padre de familia, acudiente o representante legal del niño o niña participante, una vez autoriza su vinculación al estudio, define sus compromisos de acompañamiento para con su hijo o hija, tales como, registrar el patrón de alimentación del niño(a), acompañar y/o autorizar al niño(a) ante las evaluaciones médicas y psicológicas y ante las evaluaciones procedimentales pre y pos. Adicionalmente, en este documento se mencionan las contraprestaciones capacitaciones) a las que tiene derecho tanto el niño(a) como su familia. Finalmente, como parte del contrato, se deja en registrada la posibilidad de retirarse del estudio en cualquier momento y de retirar a su hijo(a) si así lo quiere. Se firma con identificación. Antes de iniciar la ejecución del proyecto de investigación en el colegio “Liceo Rodrigo Arenas Betancourt” de Bogotá. Definir y registrar los acuerdos de participación y delimitar las acciones con las que los padres y niños le aportarán al estudio. Formato de evaluación psicológica infantil a través de padres, acudientes o representantes legales. En este documento se registran los datos de información básica del padre, acudiente o representante legal del niño(a) y del niño(a). Se evalúan los antecedentes médicos y psicológicos de la familia, se indaga sobre la historia de desarrollo desde la etapa prenatal hasta postnatal. Se evalúan las características del sueño de los niños(as), la salud, las características de alimentación del niño(a), se hace una descripción del comportamiento de control del padremadre, acudiente o representante legal del niños acerca de la conducta alimentaria del niños(a), y por último, se evalúa el desarrollo emocional del niño(a). Se trabajó el protocolo de evaluación infantil de la Unidad de Servicios Psicológicos de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia. Se tuvo en cuenta la evaluación de criterios de presentar TCA según DSM IV R y CIE 10, además de varios protocolos de evaluación de los Antes de iniciar la ejecución del proyecto de investigación en el colegio “Liceo Rodrigo Arenas Betancourt” de Bogotá. Registrar información valiosa que permita identificar o delimitar sospechas de factores de riesgo que puedan afectar el patrón de alimentación infantil. Aporta a la definición de criterios de inclusión y exclusión de la muestra. 80 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil trastornos relacionados con la conducta alimentaria utilizados en USA y Europa. Formato de evaluación psicológica infantil para niños en relación con los patrones de alimentación En este documento, se evalúa en el niño(a) la autoimagen, los alimentos de preferencia y disgusto, el lugar de consumo habitual, posibilidades de consecuencias conductuales durante la emisión de consumo, discriminación de imagen corporal en niños, identidad y relación de la figura. Se trabajó el protocolo de evaluación infantil de la Unidad de Servicios Psicológicos de la Facultad de psicología de la Universidad católica de Colombia. En relación con constructos como autoestima e imagen corporal se incluyeron preguntas contenidas en la Guía Práctica Sobre los Trastornos de Conducta Alimentaria del Gobierno de España - Ministerio de Sanidad y Consumo – Plan de calidad para el Sistema Nacional de Salud – Departamento de Salud de Cataluña, 2012. Antes de iniciar la ejecución del proyecto de investigación en el colegio “Liceo Rodrigo Arenas Betancourt” de Bogotá. Se registran respuestas propias del niño(a) en relación con factores de riesgo de presentar un TCA. Aporta a la definición de criterios de inclusión y exclusión de la muestra. Momento I, II y III del procedimiento. Llevar un control estricto del consumo de alimentación del niño(a) durante la etapa o momento de aplicación de los tratamientos. Toldo Techo azul Just Home Collection Poliéster 3 X 3 metros de base SKU: 91890 de Home Center con 4 paredes Just Home Collection color blanco de 1,9 X 2,9 metros SKU: 91892. Momento I, II y III del procedimiento. Control de variables. Lugar de aplicación de los procedimientos bajo condiciones estables y regulares. Computador portátil Marca ACER Aspire One D255E 2 GB DDR3 memory. CPU Intel Atom TM N550 1.5GHz, 1MB L2 caché. Windows 7 Starter. Momento I, II y III del procedimiento. Formato de registro de alimentación Es un formato sencillo en el que se registra el niño(a), el día, la cantidad de alimento dejado, la cantidad de alimento dejado y por ende (luego de la operación de sustracción), la cantidad de alimento consumido. Materiales Presentación de las imágenes, videos y para 81 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil registros consumo alimentos. de de Momento de evaluación de los participantes Obtener y registrar datos de peso para calcular el IMC como uno de los criterios de riesgo de presentar un TCA. Momento de evaluación de los participantes Obtener y registrar datos de talla para calcular el IMC como uno de los criterios de riesgo de presentar un TCA. Momento de evaluación de los participantes Obtener datos de percepción de la imagen corporal y percepción de peso y figura de los niños dentro de la entrevista. Mesa Presentación de los alimentos en los tres momentos experimentales Lugar de ubicación de los alimentos para registro de su consumo. Sillas portátiles Sillas portables azules de lona marca Maytag Durante todo el trabajo de investigación. Para las evaluaciones y para los momentos experimentales. Proveer comodidad a los niños(as) durante los momentos de trabajo con el equipo de investigación. Cámara Cámara de video y fotografía marca Canon Power Shot SX120 IS PC1431 DC3.15V con imagen estabilizada de 10 Para la elaboración de los videos de los modelos sociales y Balanza Cintas métricas Espejo Balanza estándar marca CE 1X3v CR 2032 4 cintas métricas plásticas estándar con un máximo de longitud de 150 centímetros. Espejo con marco de madera dimensiones 50X110 centímetros de Tener registro fotográfico y de 82 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil mega pixeles. durante todo el trabajo de investigación. Para las evaluaciones y para los momentos experimentales. video durante toda la investigación. Además, se elaboraron los videos que fueron utilizados como variable independiente como modelos sociales. Gramera Gramera electrónica SF – 400 marca CE 1.5VX2 AA battery con capacidad 5000X1g/177ozX0.1oz Momento I, II y III del procedimiento. Obtener registro del consumo de los alimentos. Se dejaban 25 gramos y se pesaba lo dejado en el plato para restarlo y obtener el dato de consumo real. Platos y cubiertos Platos y cubiertos desechables pandos estándar. Momento I, II y III del procedimiento. Proveer los alimentos y manipularlos de forma adecuada. Nota: Se instaló un laboratorio móvil dentro de las instalaciones del colegio para asegurar el control de variable dentro del procedimiento experimental Esta instalación contó con el permiso y apoyo de las directivas del colegio “Liceo Rodrigo Arenas Betancourt”. Procedimiento El estudio se desarrolló de la siguiente manera. Primero existió un momento de evaluación previa para identificar la muestra y asegurar condiciones necesarias para el desarrollo de la investigación, a este momento se le denominó como preliminar. Posteriormente, se desarrolló la Fase I, denominado de evaluación de la conducta alimentaria o de línea de base. Luego siguió la Fase II que correspondió a la aplicación de las condiciones experimentales(o 83 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil tratamientos como se menciona en el diseño) y finalmente, se realizó la Fase III, la cual consistió en evaluar nuevamente la conducta alimentaria y realizar el seguimiento del mismo. Todos los momentos de este procedimiento ocurrieron durante las mañanas (8:30 a.m. a 9:30 a.m.) de lunes a viernes en el horario del primer descanso de los niños(as), dentro de la jornada escolar normal de los participantes. Momento Preliminar: La definición de la muestra correspondió a 10 niños de 6 a 8 años de edad (desde 6 años y cero días, hasta 8 años y 11 meses). Los niños debían estar escolarizados en sus cursos regulares al momento de la aplicación. Lo anterior, debido a la suposición de que si presentan tiempos, ocupaciones y ambientes similares, la probabilidad de tener patrones de alimentación similares es más alta, que en niños con situaciones de vida diferentes. En relación con ello, se les realizó una evaluación médica estándar que consistió en evaluarles la condición de salud general, situación de convivencia, peso y talla. Este procedimiento lo realizó un equipo profesional certificado en medicina pediátrica de la Fundación Universitaria de ciencias de la Salud – FUCS, dirigido por el Pediatra Jorge Castillejo. Adicionalmente, los niños fueron evaluados psicológicamente por un profesional acreditado como psicólogo, a través de una valoración clínica que incluyó entrevista semiestructurada con ellos mismos y otra con los padres de familia, tutores o acudientes responsables de la custodia de los niños(as) siempre y cuando convivan con ellos. La entrevista con los padres/tutores o representantes legales fue semiestructurada e incluyó la aplicación del formato de evaluación psicológica infantil en relación con los patrones de alimentación, formato de evaluación psicológica infantil para padres y el consentimiento informado con contrato conductual (ver anexos 1, 2 y 3), los anteriores formatos son simplemente una forma de organizar 84 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil la información propia de una evaluación clínica con miras a la investigación, se aclara, que no son pruebas psicométricas, sin embargo, se debe aclarar, que la entrevista se construyó sobre la base de los estándares de evaluación clínica infantil ante los TCA en el mundo, particularmente sobre la Guía Práctica Sobre los Trastornos de Conducta Alimentaria del Gobierno de España Ministerio de Sanidad y Consumo – Plan de calidad para el Sistema Nacional de Salud – Departamento de Salud de Cataluña, 2012). Se revisaron para ello, las pruebas estandarizadas más comunes como el Eating Attitudes Test (EAT 40, EAT 26), Eating Disorders Inventory (EDI), EDI – 2, Eating Disorders Examination - Questionnaire EDE – Q, Body Image Assesment (BIA) y Body Attitude Test (BAT). La evaluación médica – psicológica, determinó la inclusión o exclusión de los niños a la investigación, dado que se analizó la información con base en los factores de riesgo de presentar TCA desde el DSM – IV, CIE – 10 y factores asociados encontrados o propuestos en otras investigaciones (Lenoir & Silber, 2006b; Peláez, Labrador & Raich, 2005; Piñeros, Molano & López de Mesa, 2010), además de la medicina pediátrica. A partir de estas evaluaciones, se incluyó dentro de la investigación a los niños o niñas que presentaran 5 o más factores de riesgo de presentar un trastorno de conducta alimentaria. Fase I – Evaluación de la conducta alimentaria infantil: En este momento se realizó un registro del consumo de alimentos del niño(a) específicamente en relación con el consumo de frutas y con el consumo de papas fritas. La alimentación de los niños respecto a frutas y paquetes en este momento, fue ad libitum o libre, es decir que, podían comer ambos tipos de alimentos en las cantidades que desearan. La duración de este momento, fue de una semana escolar (cinco 85 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil días). Se registró el consumo en términos de gramos, es decir, se pesó la comida antes de ser expuesta al niño(a) y luego de la exposición, se pesó lo que quedó y de esta manera se hacía una resta entre el peso inicial y el peso final de los alimentos, dando como resultado el peso de consumo o ingesta. El registro fue a la hora del primer descanso y este horario se utilizó para todos los participantes, dado que en dicho horario se realizó la introducción de los tratamientos o condiciones experimentales. Se utilizaron como frutas, mango, manzana, papaya, melón y durazno, siempre mezclados en porciones mínimas; como alimentos de paquete se utilizaron papas fritas con sabores a pollo, limón y mayonesa). Los ensayos fueron discretos. El registro sucedió así: Registro 1: Cantidad en gramos de la comida dejada inicialmente __ Cantidad en gramos de la comida encontrada = Consumo día Fase II: Una vez medida la conducta alimentaria (definida por el consumo en gramos de cada alimento), se expusieron a los niños(as) participantes a las condiciones o tratamientos. Para mantener el control de los efectos de las condiciones experimentales, se planteó dentro del diseño de tratamientos alternos (DTA), asignar a los niños a uno de dos arreglos experimentales posibles para comenzar la aplicación según el orden de presentación de los tratamientos. Estas dos situaciones o arreglos de presentación de las condiciones experimentales fueron Reglas – Modelos – Consecuencias (R – M – C); y Modelos – Reglas – Consecuencias (M – I – C). Es de aclarar, que la exposición a consecuencias de reforzamiento se deja en ambos casos como última condición o tratamiento, debido a que históricamente, se ha demostrado con los trabajos de 86 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil programas de reforzamiento que facilita un ajuste de la contingencia y por ende del comportamiento, no siendo tan claro en los casos de los modelos sociales y las reglas; además, en las pruebas piloto, previas a la ejecución del presente estudio, las variables sociales relacionadas con la obtención de la consecuencia sesgó la expectativa de los participantes (niños(as) del mismo curso), pues luego de comunicarse entre sí qué era lo que “habían hecho” para obtener las láminas, funcionaban como reforzadores, hecho por el cual se optó por dejar esta opción de tratamiento como último momento de la exposición a las condiciones o tratamientos. Estas presentaciones se hicieron de la siguiente manera: 1) se le presentaron al niño(a) las dos reglas (una encaminada al consumo de frutas y otra dirigida a la disminución del consumo de paquetes) en modalidad visual y vocal a través de una pantalla de televisión (las reglas fueron descritas anteriormente), 2) se le presentaron a los niños(as) los videos de modelos sociales y 3) se otorgaron reforzadores preestablecidos de acuerdo con la evaluación médico-psicológica realizada a los niños(as) una vez emitieron la conducta de comer frutas en lugar de comer paquetes. Cada condición experimental, se aplicó continuamente durante 5 días seguidos, para contar con un registro de varias medidas por tratamiento o condición. Fase III - Evaluación de la conducta alimentaria: Se hizo nuevamente un registro del consumo de alimentos del niño en relación con el consumo de frutas y en el consumo de paquetes, tal como se había descrito en el momento I. Este registro se realizó durante las dos semanas siguientes a la aplicación de tratamientos. 87 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Aspectos Éticos De acuerdo con el Capítulo VII, artículos 49, 50 y 52 de la Ley 1090 de 2006, se trabajó con los niños en mención de acuerdo a la autorización escrita de sus padres. Se firmó un consentimiento informado (ver anexos) en donde se encontraba toda la información del procedimiento experimental. En ningún caso se permitió, ni se aplicó que las reglas, modelos sociales o consecuencias fueran dirigidas a variar la conducta alimentaria para establecer patrones de alimentación inadecuados. Las reglas, los modelos sociales y las consecuencias se presentaron en procura de mejorar dichos comportamientos, es decir, de dirigir el patrón de alimentación hacia el consumo de alimentos saludables y decrementar los no saludables a largo plazo. Dentro de este consentimiento informado se especificaron completamente las características de la investigación, sin generar, ningún tipo de expectativas que no estuvieran acordes con el propósito y objetivo de la investigación. Se indicó abiertamente, los posibles riesgos o dificultades propias de participar en el estudio, como lo pide la corte constitucional. El procedimiento experimental no presentó riesgos de daño físico o psicológico. Finalmente se tomaron todas las medidas necesarias para garantizar el bienestar de niños e indirectamente de los padres mientras que se encuentren en sesión experimental. Por ejemplo, la comida fue cuidada de acuerdo con criterios de la certificación de manipulación de alimentos desde la secretaria de salud de Bogotá. Los datos de cada uno de los participantes se tomaron y guardaron de forma confidencial y se utilizaron con fines estrictamente relacionados con el proyecto de investigación (hecho que se aclaró con los representantes legales de los niños y niñas). Las consideraciones éticas que se 88 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil toman en el presente estudio, están basadas en el numeral 9 del artículo 2 del título II de la ley 1090 de 2006, el cual reglamenta que al realizar investigación con participantes humanos se debe contribuir al desarrollo de la psicología y al bienestar humano. Se abordó la investigación respetando la dignidad y el bienestar de las personas que participaron en el estudio, además se tuvieron en cuenta las normas legales y los estándares profesionales que regulan la conducta de la investigación con participantes humanos. Adicionalmente, se cita el numeral 5 y 6 del artículo 2 del título II de la ley 1090 de septiembre 06 de 2006, el cual, hace referencia a la confidencialidad que se debe guardar con respecto a la información obtenida y el respeto por los principios y valores que sustentan las normas de ética vigentes para el ejercicio de la profesión y el respeto por los derechos humanos. Así mismo, y siguiendo la ley 1090 de 2006, en el artículo 25 numeral d, se especifica que en el momento en que se trabaje con niños, la información obtenida y/o encontrada solamente le será suministrada a los padres o tutores únicamente, por lo que les será informado y solicitado a los responsables legales de las y los participantes del estudio, que aprueben divulgar la información producto de la investigación con fines académicos y científicos tanto para la comunidad científica general, como para la institución escolar que se beneficiará de los anteriores datos para sus indicadores de salud y formación en general. Para cumplir con este requisito de ley, se estableció ejecutar con el colegio “Liceo Rodrigo Arenas Betancourt”, una serie de tres talleres en los que se informa el resultado de la investigación y al mismo tiempo, se le da a los docentes y padres de familia, pautas para lograr desarrollar un adecuado patrón de alimentación en niños y niñas. 89 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Finalmente, tanto los niños(as) seleccionados para el estudio, como los no elegidos, los profesores, padres de familia y administrativos del colegio “Liceo Rodrigo arenas Betancourt”, se verán beneficiados del presente estudio, gracias a talleres educativos e informativos sobre la conducta alimentaria, la salud y la calidad de vida. Estos talleres se han revisado y aprobado por parte de la Directora del Área de Psicología. Se aplicaron en el segundo semestre de 2012 en las instalaciones del colegio y bajo programación segmentada. 90 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Resultados A continuación se presentan los datos obtenidos luego de la aplicación de los “tratamientos” (reglas, modelos sociales y consecuencias de reforzamiento). La presentación se hace en primera instancia en relación con los objetivos planteados, luego se hacen comparaciones entre la conducta alimentaria de los participantes. En este mismo orden, se hace la presentación de la discusión de los resultados en un apartado siguiente. En primer lugar, se aplicaron las pruebas Kolmogorov-Smirnov y Shapiro-Wilk para evaluar la normalidad en las diferencias y determinar el mejor estadístico con el cual analizar los datos. Esta evaluación mostró que los datos de las diferencias entre la pre prueba y la post prueba presentan una distribución normal para el caso del consumo de frutas, sin embargo, no sucedió lo mismo para el caso del consumo de papas de paquete. Como se describe en la tabla 6, las diferencias del consumo de frutas en las diversas fases experimentales son superiores a 0,5 en todos los casos, lo que llevó a hacer un análisis de los datos, utilizando la prueba T para muestras pequeñas en lo que se refiere a frutas. Para el caso del consumo de papas, se tuvo en cuenta que las diferencias no presentan una distribución normal y se utilizó una prueba no paramétrica como lo es la prueba de Wilcoxon (tabla 6). De acuerdo con el análisis anterior, se decidió aplicar la prueba T para hacer el análisis de los consumos de fruta, mientras que para realizar el correspondiente análisis de consumo de papas de paquete, se decidió utilizar la prueba Wilcoxon por ser una prueba estadística no paramétrica. 91 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Tabla 6. Pruebas de normalidad para los consumos de alimentos (frutas y papas de paquete) durante las diversas fases. Pruebas de normalidad Kolmogorov-Smirnova Shapiro-Wilk Estadístico gl Sig. Estadístico Gl Sig. ,192 10 ,200* ,873 10 ,108 ,259 10 ,056 ,827 10 ,031 Fruta Reglas ,182 10 ,200* ,947 10 ,632 Papas Reglas ,340 10 ,002 ,646 10 ,000 Fruta Modelos ,116 10 ,200* ,976 10 ,939 Papas Modelos ,220 10 ,185 ,808 10 ,018 Fruta Reforzamiento ,243 10 ,096 ,904 10 ,243 Papas Reforzamiento ,332 10 ,003 ,691 10 ,001 Fruta Post ,263 10 ,048 ,861 10 ,079 Papas Post ,293 10 ,015 ,791 10 ,011 Fruta Pre Papas Pre *. Este es un límite inferior de la significación verdadera. a. Corrección de la significación de Lilliefors Nota: En la tabla se muestra como el consumo de frutas en las diversas Fases presenta una distribución normal, mientras que sucede lo contrario en el consumo de papas, es decir, en ninguna de las fases presenta una distribución normal. En primera instancia y teniendo en cuenta la diferencia de medias en las diversas Fases y tratamientos, se puede observar que la aplicación de los tratamientos tiene un efecto significativo 92 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil para mejorar la conducta alimentaria saludable (consumo de frutas), pero no afectan la no saludable (papas de paquete). Lo anterior se puede evidenciar con la diferencia de medias del consumo de frutas entre la Fase pre (media = 31) y pos (media = 53,5). Allí, se observa como el consumo del alimento saludable, pasó de una media de 31 gramos por porción a 53 gramos, esto durante las fases de consumo libre (Pre y Pos), tendiendo a aumentar la ingesta de dicho alimento, mientras que, en el mismo análisis, el consumo del alimento poco saludable o artificial, se mantuvo estable, puesto que en la fase pre, el consumo de papas de paquete fue de 10,6 gramos y en la fase pos, correspondió a 10,0 gramos por semana (tabla 7). Tabla 7. Diferencia de medias entre muestras relacionadas. Estadísticos de Muestras Relacionadas Media N Desviación típ. Error típ. de la media Par Fruta Pre 31,0000* 10 13,95230 4,41210 1 Fruta Post 53,5000* 10 27,25293 8,61813 Par Fruta Pre 31,0000 10 13,95230 4,41210 Fruta Reglas 53,8000 10 31,00466 9,80453 Fruta Pre 31,0000 10 13,95230 4,41210 Fruta Modelos 49,0000 10 26,70830 8,44591 Fruta Pre 31,0000 10 13,95230 4,41210 Fruta Reforzamiento 60,7000 10 23,68333 7,48933 Fruta Post 53,5000 10 27,25293 8,61813 Fruta Reglas 53,8000 10 31,00466 9,80453 Fruta Post 53,5000 10 27,25293 8,61813 Frutas Modelos 49,0000 10 26,70830 8,44591 2 Par 3 Par 4 Par 5 Par 6 93 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Par Fruta Post 53,5000 10 27,25293 8,61813 Fruta Reforzamiento 60,7000 10 23,68333 7,48933 Par Papas Pre 10,6000 10 9,40685 2,97471 8 Papas Post 10,0000 10 11,88837 3,75943 Par Papas Pre 10,6000 10 9,40685 2,97471 6,1000 10 10,96915 3,46875 10,6000 10 9,40685 2,97471 6,3000 10 8,16565 2,58220 10,6000 10 9,40685 2,97471 4,8000 10 7,74310 2,44858 10,0000 10 11,88837 3,75943 6,1000 10 10,96915 3,46875 10,0000 10 11,88837 3,75943 6,3000 10 8,16565 2,58220 10,0000 10 11,88837 3,75943 4,8000 10 7,74310 2,44858 7 9 Papas Reglas Par Papas Pre 10 Papas Modelos Par Papas Pre 11 Papas Reforzamiento Par Papas Post 12 Papas Reglas Par Papas Post 13 Papas Modelos Par Papas Post 14 Papas Reforzamiento Nota: Se muestran las diferencias de medias. Se observa una diferencia del consumo de alimento entre la Fase I (Fase Pre) y Fase III (Fase Post) para el consumo de frutas, pero, en las mismas Fases, se mantiene estable en el consumo de paquetes. Las diferencias de medias son más evidentes para el alimento saludable que para el artificial. Al comparar las medias de consumo de los alimentos, se observa un incremento en el consumo de las frutas, pero es casi imperceptible la variación del consumo de papas. En relación a las frutas, el consumo aumenta (36 a 53 gramos), mientras que el consumo de papas de paquete es estable (de 10,6 a 10,0 gramos). El dato es consumo de alimento en gramos por semana. Esta estabilidad ocurrió bajo el análisis de las pruebas de normalidad, pero, al utilizar la prueba Wilcoxon, se confirma la hipótesis nula, es decir, que los tratamientos no afectan el consumo del alimento artificial o no saludable. Solamente al comparar las medias del consumo 94 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil de alimento artificial en el momento de las Papas Pre y las reglas se presenta una diferencia significativa, pero no es consistente al probar con la prueba Wilcoxon (ver tabla 8). Tabla 8. Prueba Wilcoxon para muestras relacionadas. Consumos de alimentos (frutas y papas de paquete) durante las diversas fases. Par Hipótesis nula 1 2 3 4 La mediana de las diferencias entre Papas Pre y Papas Post es igual a cero. La mediana de las diferencias entre Papas Pre y Papas Reglas es igual a cero 5 6 La mediana de las diferencias entre Papas Pre y Papas Modelos es igual a cero 7 8 La mediana de las diferencias entre Papas Pre y Papas Reforzamiento es igual a cero 9 10 La mediana de las diferencias entre Papas Reglas y Papas Post es igual a cero 11 12 13 14 La mediana de las diferencias entre Papas Modelos y Papas Post es igual a cero La mediana de las diferencias entre Papas Modelos y Papas Post es igual a cero Test Sig Prueba de signos de muestras relacionadas. ,754 Rechazar la hipótesis nula. ,799 Rechazar nula. la hipótesis Rechazar nula. la hipótesis Prueba de Wilcoxon los rangos con signo de muestra relacionadas. Prueba de signos de muestras relacionadas. Prueba de Wilcoxon los rangos con signo de muestra relacionadas. Prueba de signos de muestras relacionadas. Prueba de Wilcoxon los rangos con signo de muestra relacionadas. Prueba de signos de muestras relacionadas. Prueba de Wilcoxon los rangos con signo de muestra relacionadas. Prueba de signos de muestras relacionadas. Prueba de Wilcoxon los rangos con signo de muestra relacionadas. Prueba de signos de muestras relacionadas. Prueba de Wilcoxon los rangos con signo de muestra relacionadas. ,039* Decisión Retener la hipótesis nula. ,085 Retener la hipótesis nula. ,727 Retener la hipótesis nula. ,262 Retener la hipótesis nula. ,070 Retener la hipótesis nula. ,092 Retener la hipótesis nula. ,754 Retener la hipótesis nula. ,475 Retener la hipótesis nula. 1,000 Retener la hipótesis nula. ,553 Prueba de signos de muestras relacionadas. ,727 Retener la hipótesis nula. Prueba de Wilcoxon los ,401 Retener la hipótesis nula. 95 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil rangos con signo de muestra relacionadas. Nota: se muestran las significancias asintóticas. El nivel de significancia es de 0,05. Se muestra la significancia exacta para la prueba de muestras relacionadas. Prueba de signos de muestras relacionadas y Wilcoxon. En todos los casos, excepto en el par No. 3 se retiene la hipótesis nula, lo que indica que no hay variación significativa del comportamiento alimentario de comida artificial durante todas las Fases del experimento. Los tratamientos (reglas, modelos sociales y consecuencias de reforzamiento), afectaron la conducta alimentaria no saludable de alimentación. Con el análisis estadístico luego de la aplicación de la prueba T, se puede evidenciar, que las diferencias para las fases de pre y pos prueba en el consumo de frutas, son significativas en un criterio bilateral, por lo que se hace más significativo si lo que se espera es que sea unilateral (sig bilateral 0,020 en la tabla 9), es decir, que exista una dirección de comportamiento como lo es que el patrón de alimentación se incremente y no que se decremente. Esto es importante, porque lo que se espera es que gracias a los tratamientos, los niños(as) mejoren su hábito o patrón de conducta alimentaria saludable, es decir, que coman más frutas (y no menos) de lo que vienen consumiendo, pero a su vez, no se espera (y no se pretende) que hagan una restricción total del consumo de alimentos artificiales. Lo anterior es debido a que, una restricción total de alimentos como las papas fritas, hace que las personas entren en una dieta de exclusividad “saludable”, y por lo mismo, se puede convertir en “poco saludable”. Un ejemplo de este tipo de comportamiento “extremo” es el trastorno de conducta alimentaria, llamado ortorexia, el cual corresponde a una obsesión – compulsión por la alimentación “sana”, provocando exactamente, el efecto contrario, es decir, que la persona presente problemas nutricionales, especialmente de desnutrición (Muñoz & Martínez, 2007). Ahora bien, volviendo al análisis de los resultados del presente estudio, la diferencia no fue significativa para el consumo de alimentos artificiales (papas de paquete) entre la pre prueba y la posprueba (sig bilateral 0,918) de la prueba T. Respecto al consumo de papas fritas de paquete, la información indica que no existe variación 96 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil estadísticamente significativa entre la Fase I o antes de la aplicación de los tratamientos, durante la aplicación de los mismos y el momento de la fase III o posterior a la inclusión de los tratamientos, sin embargo, se debe decir que el consumo de este alimento se mantuvo estable a lo largo del estudio, no decrementó, pero tampoco aumento significativamente como se había descrito anteriormente. Tabla 9. Prueba T de muestras relacionadas para los consumos de alimento natural – saludable y alimento artificial - no saludable, durante las diversas Fases y condiciones experimentales. Prueba de Muestras Relacionadas t Diferencias relacionadas Pares Media Desv. Error típ. 95% Intervalo de confianza típ. de la media para la diferencia Inferior Gl Sig. (bilateral) Superior P1 Fruta Pre – Fruta post -22,5 25,26 7,98 -40,57 -4,42 -2,816 9 ,020* P2 Fruta Pre – Fruta Reglas -22,8 26,97 8,53 -42,09 -3,50 -2,673 9 ,026* P3 Fruta Pre – Frutas Modelos -18,0 25,17 7,96 -36,00 ,00 -2,261 9 ,050* -29,7 23,28 7,36 -46,35 -13,04 -4,033 9 ,003* -,3 33,96 10,73 -24,59 23,99 -,028 9 ,978 4,5 28,53 9,02 -15,91 24,91 ,499 9 ,630 -7,2 20,75 6,56 -22,04 7,64 -1,097 9 ,301 P4 Fruta Pre – Fruta Reforzamiento P5 Fruta Post – Fruta Reglas P6 Fruta Post – Frutas Modelos P7 Fruta Post – Fruta Reforzamiento P8 Papas Pre – Papas post ,6 17,87 5,65 -12,18 13,38 ,106 9 ,918 P9 Papas Pre – Papas Reglas 4,5 6,72 2,12 -,30 9,30 2,117 9 ,063 P10 Papas Pre – 4,3 9,73 3,07 -2,66 11,26 1,397 9 ,196 97 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Papas Modelos P11 Papas Pre – Papas Reforzamiento 5,8 9,39 2,96 -,91 12,51 1,953 9 ,083 P12 Papas Post – Papas Reglas 3,9 15,87 5,01 -7,45 15,25 ,777 9 ,457 P13 Papas Post – Papas Modelos 3,7 16,44 5,20 -8,06 15,46 ,711 9 ,495 P14 Papas Post – Papas Reforzamiento 5,2 15,71 4,96 -6,03 16,43 1,047 9 ,323 Nota: Con la aplicación de la prueba T, se observan diferencias significativas al 0,05 en los pares 1, 2, 3 y 4 que corresponden a momentos de consumo de fruta, específicamente entre la Fase de línea de base o momento de alimentación libre para el consumo de fruta y los tres tratamientos. Igualmente se observan diferencias significativas entre la Fase pre y post en el consumo del alimento saludable. No ocurre lo mismo para el consumo de alimento artificial o no saludable. En ninguno de los casos las diferencias son significativas para el consumo de papas fritas de paquete. Existen diferencias significativas entre los tres tratamientos individualmente, para afectar el comportamiento alimentario infantil. De hecho, y gracias al análisis estadístico, se puede decir que estas diferencias significativas se encuentran entre la elección-consumo de alimentos en condición libre de la Fase Pre y la aplicación de los tratamientos individualizados. En los mismos términos, las diferencias entre la aplicación de estos tratamientos y la Fase Post no son significativas. Sin embargo, parece ser que la aplicación de los tres en momentos transversales facilita la aparición de preferencias alimentarias saludables, dado que al comparar el consumo de fruta en la Fase Pre con la Post y hacer lo mismo con sus medias, las diferencias vuelven a ser significativas; pero al mismo tiempo, no tienen efecto sobre el consumo de alimentos artificiales o no saludables. Esto se puede ver en las tablas 7 y 9, con la diferencia de medias y diferencias entre muestras relacionadas entre las fases pre y pos prueba del consumo de fruta una vez aplicados los tres (3) tratamientos. 98 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Adicionalmente, cuando se hace un análisis estadístico de cada uno de los tratamientos respecto al consumo inicial de los alimentos se observa lo que se mencionaba anteriormente, es decir, que existen diferencias significativas entre la fase Pre de consumo de frutas con los momentos de aplicación de los tratamientos de reglas y reforzamiento (sig bilateral ,026 y ,003 respectivamente), mientras que no sucede con el momento en el que el niño(a) es expuesto(a) a los modelos sociales (sig bilateral ,05) (Tabla 9). Al hacer este mismo análisis con el consumo de papas de paquete, se encuentra con datos casi que contrarios al consumo de fruta. Lo anterior quiere decir, que no existen diferencias significativas entre el consumo de papas (sea en la Fase Pre o Post) con ninguno de los tratamientos (tabla 9), además, cuando se visualiza la tabla 7, que muestra la diferencia de medias, lo que se observa es que el comportamiento alimentario de papas de paquete no presenta mayor cambio. Estos resultados llevan a hacer inferencias interesantes en lo que respecta a los tratamientos. Por ejemplo, y como ya se había mencionado antes, se observa una diferencia significativa entre el consumo inicial y final de frutas, pero no se cuenta con un dato en el que un participante, cualquiera que sea, solamente haya pasado por uno o dos de los tratamientos, por lo que no se puede hacer referencia a si es la sumatoria de los tratamientos, o si es uno de ellos en particular, el que facilita al cambio comportamental. Identificando esta inquietud, se podría asumir que al aplicar las consecuencias de reforzamiento, se logra un mayor efecto de cambio positivo en el consumo de frutas. En párrafos anteriores, se había dicho que, uno de los propósitos de esta investigación, era evaluar el cambio de la conducta alimentaria saludable en términos de incremento y, por supuesto, no de decremento, y esto es precisamente lo que indican 99 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil los resultados bajo los análisis estadísticos. De igual forma, se esperaba que la aplicación de los tratamientos afectara la conducta alimentaria no saludable de los niños(as), y aunque aparentemente no la afectó, dado que los datos muestran que prácticamente el consumo se mantuvo igual bajo un análisis de “cantidad”, este si fue afectado en la medida que la “preferencia” y el consumo de fruta aumentó. Se asume que una conducta alimentaria no saludable bien definida en términos de preferencia y consumo correspondería a 75 gramos o más por semana aun cuando las frutas estén disponibles. Se debe recordar que las alternativas de consumo de alimentos fueron presentados en todas las condiciones y Fases experimentales de forma simultánea, por lo que, al aumentar el consumo de fruta se pierde la oportunidad de “aumentar” el consumo de paquetes. Se puede llegar a inferir a priori, que es la totalidad de los tratamientos lo que causa una variación en la conducta alimentaria saludable. Sin embargo, es necesario hacer variaciones paramétricas al presente estudio para abordar este tipo de preguntas experimentales, pues con lo obtenido en la presente investigación, resulta ser insuficiente y apenas raya con inferencias probabilísticas para poder afirmar que los tratamientos se deben aplicar en bloque para lograr un cambio significativo. Por el momento, se puede decir que sí, dado que al aplicarlos de esta manera el cambio en la conducta alimentaria saludable, se ha presentado. Los datos muestran que los tratamientos como tal, afectan bajo el criterio experimental la conducta alimentaria saludable de los niños(as). En su orden, las consecuencias de reforzamiento afectan más la conducta alimentaria infantil, luego, las reglas y por último, los modelos sociales. Estos cambios comportamentales también son evidenciados en las figuras de conducta 100 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil alimentaria que se presentan más adelante cuando se hace el análisis de los datos, participante por participante. Aunque los datos anteriores son estadísticos, no describen significativamente el cambio comportamental de cada uno de los niños(as), es decir, caso por caso (Barlow & Hersen, 1988), debido a que las variaciones comportamentales de cada uno de los niños(as), no refleja una tendencia comportamental y por ello, es recomendable hacer un análisis caso a caso. Además, y teniendo en cuenta que cada uno de los repertorios comportamentales de los niños(as) del actual estudio presenta una historia de aprendizaje particular, y que es esta, en gran medida, la que lleva a que una persona (cualquiera que sea), defina sus patrones de comportamiento, es necesario hacer un análisis individual para poder ver con criterio experimental y terapéutico la variación del comportamiento alimentario en los niños(as). Finalmente, el estudio, fue planeado y desarrollado bajo la lógica de la investigación inductiva con un diseño intrasujeto, por lo que se hace obligatorio el análisis de la variación comportamental en relación con ello, y por ende, evaluar la variación conductual a lo largo de los momentos experimentales. A continuación se presenta caso por caso y se describe brevemente la conducta alimentaria antes, durante y posterior a la aplicación de los tratamientos. Participante 1 Se presenta entonces, la variación de la conducta alimentaria del participante 1 a lo largo de las diversas etapas de aplicación o no de los tratamientos (figura 3). Este participante durante la fase de línea de base ya traía una tendencia a consumir frutas por encima de las papas de 101 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil paquete. Sin embargo, su tendencia se mantuvo luego de los tres tratamientos, manteniendo su patrón de alimentación. Participante 1 Consumo de alimento en gramos 120 100 80 60 40 20 0 Pre Instrucción Modelos Consecuencia s Post Fruta 40 100 100 100 75 Papas 9 0 0 0 25 Figura 4. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 1. Variación del consumo de alimentos del niño(a) durante las diversas etapas del experimento. Se observa la restricción total del alimento artificial (papas fritas de paquete) durante la exposición a los tres tratamientos y al mismo tiempo el aumento del consumo del alimento saludable (frutas). Consumo en gramos por semana. El porcentaje de consumo previo (antes de ser expuesto a los tratamientos), indicaba que el niño(a) comía una quinta parte de papas fritas en relación con lo que consumía de frutas, pero luego de los tratamientos, la diferencia pasó a ser una tercera parte. Este dato es interesante, dado que aumentó un 25% de su consumo inicial en relación con el alimento natural mientras que respecto al consumo del alimento artificial aumentó más del 100% inicial. Aunque a primera vista este dato mostraría que el efecto de los tratamientos lleva a que el niño incremente su consumo de alimentos no saludables como el consumo de las papas fritas o alimentos de paquete, 102 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil se debe aclarar que este aumento se debe a que en el registro de línea de base el consumo de estos alimentos (paquetes), fue muy bajo (9 gramos en una semana), lo que indica que consumió tan sólo el equivalente a una o dos galletas estándar del comercio colombiano. En cambio en la fase de regresión de línea de base consumió 25 gramos en la misma semana, lo que equivale a todo el paquete de galletas personal. A primera vista, este dato lleva a pensar que el procedimiento experimental llevó a empeorar el comportamiento alimentario del participante, pero no es así, lo que realmente importa, es que durante la presencia de los tres (3) tratamientos, el participante 1, decrementó a cero gramos el consumo de alimentos de paquete, mientras que incrementó a 100% el consumo de alimentos saludables (fruta). Se observa entonces una clara diferencia entre la presencia de las variables “tratamiento” y su ausencia respecto a la referencia y consumo de alimentos saludables, versus no saludables. Para ser incluido en el estudio, el participante presentó ocho (8) factores de riesgo, tales como bajo peso con IMC de 1,17 puntos, preocupación por comer en público, críticas por su peso, dietas por parte de familiares, esquemas mal adaptativos, alteración del estado del ánimo y rasgos de depresión. Participante 2 Este participante presentó cinco (5) criterios de riesgo para su inclusión en el estudio. Presentó entonces, peso bajo, IMC inadecuado (14,6 – riesgo de bajo peso), críticas por su peso, discrepancia entre la imagen corporal percibida y la real, y alteración de la percepción del peso y/o de la silueta corporal. 103 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Como un aspecto interesante es que este participante no consumió alimento artificial durante la primera fase o de línea de base y tampoco lo hizo durante la exposición a los tres (3) tratamientos, sin embargo, aunque no era de esperarse, presentó el consumo de alimentos no saludables durante la última fase con un consumo por semana de 23 gramos, lo que equivale a un poco más de una porción personal por día. En relación con el consumo saludable o consumo de frutas, y al igual que el participante 1, este participante, venía con una preferencia de consumo de frutas sobre el consumo de paquetes, pues en la semana de registro alimentario libre, consumió 57% frutas y cero paquetes. Participante 2 Consumo de alimento en gramos 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Pre Instrucción Modelos Consecuencia s Post Fruta 44 78 60 49 38 Papas 0 0 0 0 23 Figura 5. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 2. Variación del consumo de alimentos del niño(a) durante las diversas etapas del experimento. Se observa la restricción total del alimento artificial (papas fritas de paquete) durante las cuatro primeras fases del experimento. Sólo aparece el consumo en la última fase o fase de regresión a línea de base. Consumo en gramos por semana. 104 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil El promedio de consumo durante las dos primeras fases del estudio fue de 61 gramos por semana, mientras que (como se dijo anteriormente), el consumo de papas fritas se mantuvo en cero gramos o restricción completa del alimento. Es interesante registrar que a medida que pasaron todas las situaciones experimentales o tres tratamientos, este participante fue decrementando el consumo de frutas en un promedio de 14,5 gramos por procedimiento, lo que puede llegar a indicar que pudo hacer un proceso de habituación a la estimulación experimental. Otro dato importante, consiste en registrar que durante las fases experimentales no se presentó el consumo del alimento artificial, pero el dato no es concluyente debido a que el mismo patrón de alimentación se da en la fase de registro de alimentación en condición libre. Participante 3 Participante 3 Consumo de alimento en gramos 60 50 40 30 20 10 0 Pre Instrucción Modelos Consecuencias Post Fruta 45 34 50 46 35 Papas 13 4 16 24 0 Figura 6. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 3. Variación del consumo de alimentos del niño(a) durante las diversas etapas del experimento. Se observa un comportamiento de consumo preferente por el consumo de alimento saludable (frutas) durante todas las fases del experimento. En la última fase el participante hace restricción total del alimento artificial. Consumo en gramos por semana. 105 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil El participante número 3, fue incluido en el estudio luego de presentar 5 factores de riesgo tales como críticas por su peso, establecimiento de reglas inadecuadas (creencias intermedias) sobre imagen corporal de ideal de extrema delgadez, esquemas mal adaptativos, el IMC inadecuado y bajo peso. Este participante, que también presenta en la primera parte del procedimiento una preferencia marcada por el consumo de frutas sobre los alimentos artificiales o de paquete, muestra un interesante cambio comportamental, y es que, en el registro de la fase final o de registro de alimentación libre, ejecutó una restricción total sobre el alimento artificial. Mientras que mantiene un consumo promedio de 43,2 gramos de frutas durante todos los momentos del experimento, llega a presentar un consumo promedio de 11,4 gramos de papas fritas, comenzando con 13 gramos y finalizando en 0,0 gramos. Igualmente, es interesante notar, que el consumo de alimento artificial se mantiene relativamente constante en 14,25 gramos antes de presentar restricción total en la fase final. A diferencia de los anteriores participantes, el consumo de alimento de paquete se mantiene, y de hecho se incrementa un poco en cada fase. Participante 4 Con nueve (9) criterios es uno de los participantes con más factores de riesgo para presentar TCA. Este participante presenta bajo evaluación psicológica clínica y médica, IMC inadecuado con obesidad premorbida (IMC en 20,1 en categoría de sobrepeso y en la frontera con obesidad), críticas por su peso, presencia de dietas al interior de la familia (la hermana hace dieta restrictiva para controlar el peso), miedo intenso a ganar peso, esquemas mal adaptativos, baja autoestima, rasgos de depresión y alteración del estado de ánimo, además obesidad en padres. 106 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Respecto a las fases del experimento, este participante, presenta el comportamiento esperado en la presente investigación. Lo anterior debido a que inicia con una preferencia de consumo por el alimento natural, pero a medida que pasan los días dentro del procedimiento, va decrementando el consumo de alimento artificial, hasta que hace restricción total y va incrementando el consumo de alimento natural. En cada fase del procedimiento experimental, se observa un incremento paulatino del consumo de alimento natural (frutas). Respecto de la primera fase o fase de registro de alimentación libre, pasó de consumir 18 gramos de fruta, a 53 gramos, triplicando el registro de consumo de una a otra fase. Luego, aumentó 17 gramos a la siguiente parte del procedimiento, es decir, que frente a las reglas de comportamiento alimentario saludable consumió 70 gramos, mientras que en el momento de ser expuesto a los modelos sociales llegó a un límite de consumo de frutas de 53 gramos. Luego, en presencia de la variable de consecuencias de reforzamiento, el participante aumentó el consumo en tres (3) gramos respecto al procedimiento anterior. Lo anterior quiere decir que el participante consumió 73 gramos frente a la contingencia de consecuencias de reforzamiento. Finalmente, en la fase de registro de consumo libre sin la exposición de ninguna contingencia el participante continuó con el aumento de consumo de frutas sobre paquetes. En esta ocasión, el consumo de la semana fue de 82 gramos, aumentando en casi 10 gramos más que en el tratamiento de consecuencias de reforzamiento. Es de mencionar que el consumo de los alimentos artificiales fue de restricción total durante la aplicación de los modelos sociales, las consecuencias de reforzamiento y en el registro de consumo libre, mientras que en la primera fase o fase de línea de base, el consumo fue tan sólo de 5 gramos y de 1 ante la exposición a las reglas de comportamiento saludable, lo que equipara 107 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil el comportamiento de restricción de alimentación artificial en el resto de los momentos de Consumo de alimento en gramos procedimiento. Participante 4 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Pre Instrucción Modelos Consecuencia s Post Fruta 15 53 70 73 82 Papas 5 1 0 0 0 Figura 7. Frecuencia de consumo de alimento del participante 4. Variación del consumo de alimentos del niño(a) durante las diversas etapas del experimento. Se observa un comportamiento de consumo preferente por el consumo de alimento saludable (frutas) durante todas las fases del experimento. El participante 4, presenta el comportamiento esperado por la investigación, dado que mientras decrementa el consumo de alimento artificial en su totalidad, incrementa el consumo de alimento saludable paulatinamente. Consumo en gramos por semana. Participante 5 Los 5 criterios de inclusión para este participante en el estudio, correspondieron a la alteración de la percepción del peso, la preocupación por comer en público, las críticas por su peso, la presencia de dietas en miembros de la familia y la presencia de rasgos de Trastornos Obsesivo Compulsivo (TOC). El comportamiento alimentario de este participante es muy similar al anterior, dado que presenta una preferencia alimentaria marcada y diferenciada por el alimento saludable o alimento natural, sobre el artificial. Adicionalmente, también hace restricción del consumo de paquetes 108 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil durante la exposición a los momentos de tratamiento (reglas, modelos sociales y consecuencias de reforzamiento). Existe una diferencia con el anterior participante, pero semejanza con el participante 1. Esta semejanza comportamental, sucede al visualizar la conducta alimentaria relacionada con el consumo de papas fritas. Consumo de alimento en gramos Participante 5 100 80 60 40 20 0 Pre Instrucciones Modelos Consecuencia s Post Natural 15 47 42 49 17 Artificial 9 0 0 0 2 Figura 8. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 5. Variación del consumo de alimentos del niño(a) durante las diversas etapas del experimento. Se observa un comportamiento de consumo preferente por el consumo de alimento saludable (frutas) durante todas las fases del experimento. El participante 5, presenta un comportamiento muy similar al participante 4, donde hace decremento de consumo de alimentos artificiales o no saludables. Consumo en gramos por semana. Este participante, consumió alimento artificial durante la primera y tercera fase, es decir en los dos momentos de registro de consumo en condición libre, pero no lo hace ante la exposición a los tratamientos. Participante 6 El participante número 6, correspondió a un infante que presentó 5 criterios tomados como factor de riesgo para presentar un TCA. Estos factores fueron IMC inadecuado (IMC 18,7 109 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil en categoría de sobrepeso), sobrepeso (28,3 klgs), miedo intenso a subir de peso, alteración del estado del ánimo, críticas por su aspecto físico (“gordita”). El comportamiento alimentario de este participante, fue muy distinto al del resto de niños(as) que fueron incluidos en el estudio. En este caso, el nivel máximo de consumo de alimentos, no superó los 30 gramos por semana. Este registro de alimentación fue muy bajo, teniendo en cuenta que a cada niño se le dejaban 25 gramos de alimentación por ensayo. El bajo consumo sucedió indiscriminadamente para los dos tipos de alimentos. Las diferencias de Consumo de alimento en gramos consumo entre uno u otro alimento no fueron significativas, como para indicar una preferencia. Participante 6 35 30 25 20 15 10 5 0 Pre Instrucción Modelos Consecuencia s Fruta 8 22 10 28 6 Papas 8 18 9 8 29 Post Figura 9. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 6. Variación del consumo de alimentos del niño(a) durante las diversas etapas del experimento. Se observa un comportamiento de consumo bajo ante ambas alternativas y en términos generales es muy equilibrado. No se evidencia una preferencia mayoritaria frente a alguna de las opciones de consumo de alimentos. Pareciera ser que en este caso las variables “tratamiento” no fueron controladoras para afectar la conducta alimentaria, excepto cuando se interviene con consecuencias de reforzamiento. Se observa como en la fase post, el consumo de alimento no saludable se incrementa ampliamente, evidenciando que las variables tienen un efecto controlador sobre este tipo de conducta alimentaria. Consumo en gramos por semana. 110 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil De hecho, se puede establecer que se emitió un consumo equilibrado en términos técnicos. Sólo hubo diferencia entre la fase de aplicación del tratamiento de consecuencia de reforzamiento y la fase post o de regresión a la situación de consumo libre. En esta última fase, el consumo de alimentos no naturales, correspondió a 29 gramos, mientras que el saludable fue de tan sólo 6 gramos. La situación fue al contrario en la fase de la consecuencia de reforzamiento, por cuanto consumió 28 gramos de alimento natural o saludable mientras que en relación con el alimento artificial fue de 8 gramos. Esta diferencia muestra una tendencia del participante a cambiar el consumo y elección del mismo respecto a su comportamiento en la fase anterior, se puede ver levemente que en una fase, el participante consume un alimento y en la siguiente lo decrementa, haciendo prácticamente, el comportamiento inverso respecto al otro alimento. Esta es una de las variables que se sugieren controlar para futuros estudios. En ocasiones, y por reporte mismo de algunos niños, la elección del alimento era debido a la posibilidad de alternar el alimento durante las fases. Participante 7 El participante 7 fue incluido en el estudio por presentar (luego de las evaluaciones médicas y psicológicas) discrepancia entre la imagen corporal real y la auto percibida. Además, se registraron como factores de riesgo, el miedo intenso a ganar peso, alteración perceptual de figura, esquemas mal adaptativos, creencias intermedias tipo regla (debo comer cosas que me adelgacen), obesidad premorbida y críticas por el aspecto físico. Este participante (7) y el 111 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil participante 8 (más adelante), hacen una curva ascendente de consumo de alimento saludable mientras que decrementa el alimento no saludable. Consumo de alimento en gramos Participante 7 70 60 50 40 30 20 10 0 Pre Instrucción Modelos Consecuenci as Post Fruta 27 29 23 43 65 Papas 12 5 4 0 0 Figura 10. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 7. Variación del consumo de alimentos del participante 7 durante las diversas etapas del experimento. Se observa un comportamiento de preferencia saludable – natural. Se observa, al igual que los participantes 4 y 6, una tendencia de incremento en el consumo de alimento natural – saludable y decremento en el artificial – no saludable. Consumo en gramos por semana. Esta preferencia alimentaria ya se había visto en los participantes 4 y 6. Se puede visualizar que a medida de la aplicación de los tratamientos, aumenta la diferencia de consumo entre los alimentos. Esta elección está siendo evidente a lo largo de las tres semanas de ejecución del experimento. Participante 8 El participante 8, fue incluido bajo la presencia de los siguientes factores de riesgo para presentar un TCA; miedo intenso a ganar peso, críticas por su aspecto físico (gordo y pesado), 112 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil esquemas mal adaptativos, discrepancia entre la imagen corporal percibida y la real, además de IMC inadecuado. Consumo de alimento en gramos Participante 8 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Pre Instrucción Modelos Consecuenci as Post Fruta 33 8 36 70 75 Papas 34 33 8 9 4 Figura 11. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 8. Variación del consumo de alimentos del participante 7 durante las diversas etapas del experimento. Se observa un comportamiento de preferencia saludable – natural. Se observa, al igual que los participantes 4 y 6, una tendencia de incremento en el consumo de alimento natural – saludable y decremento en el artificial – no saludable. Consumo en gramos por semana. En el caso de este participante, nuevamente se presenta un patrón de comportamiento similar a los anteriores participantes 4, 6 y 7, en donde se presenta un ascenso de la conducta alimentaria de tipo saludable. Durante el caso del participante 7, se mencionó que el anterior ascenso se viene presentando, al parecer, a medida que el participante se ve expuesto a las contingencias de aprendizaje, lo que conlleva a que vaya estructurando la conducta esperada o conducta alimentaria saludable. En estos cuatro casos (4), se hacen inversamente proporcionales, los consumos entre los alimentos saludables vs los no saludables, causando una tendencia a establecer una conducta alimentaria saludable y eliminar o decrementar los hábitos de consumo de comida. 113 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Participante 9 Los factores que definieron la inclusión de este participante correspondieron al bajo peso, IMC inadecuado, miedo intenso a subir de peso, obesidad premorbida por parte de sus padres (familia materna), dietas restrictivas en la familia y críticas por su peso (“estas flaquito(a)”). El comportamiento alimentario de este participante, es similar al participante 3 y 10 (más adelante), en donde se observa preferencia alimentaria por el alimento saludable, aunque no elimina o restringe el consumo del alimento artificial en su totalidad. Sin embargo, se puede observar cómo la presencia de los tratamientos afecta de forma diferencial el consumo de los alimentos. Participante 9 Consumo de alimento en gramos 120 100 80 60 40 20 0 Pre Instrucción Modelos Consecuencia s Post Fruta 38 85 79 97 67 Papas 2 0 2 0 16 Figura 12. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 9. Variación del consumo de alimentos del participante 9 durante las diversas etapas del experimento. Se observa un comportamiento de preferencia saludable – natural. En términos de los tratamientos, se ve un nivel de restricción más intenso que en las fases de no tratamiento donde alcanza a existir consumo de alimento artificial o no saludable. Consumo en gramos por semana. 114 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Participante 10 Finalmente, el participante 10, fue tomado en cuenta para el estudio debido a su bajo peso, IMC inadecuado, abuso de sustancias por parte de familiares con los que convive (familia paterna), obesidad premorbida en sus padres, familiar con presencia de TCA (prima hermana con problemas de anorexia, esquemas mal adaptativos y críticas por su aspecto físico. El comportamiento alimentario de este participante, presenta al igual que varios de los niños(as) que hacen parte de este estudio, una preferencia por el consumo del alimento saludable – natural, pero, aun así, se puede hacer un registro de la presencia de las variables de aprendizaje, indicando que estos tratamientos pueden afectar la conducta alimentaria de los niños. Consumo de alimento en gramos Participante 10 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Pre Instrucción Modelos Consecuencia s Post Fruta 45 82 29 52 75 Papas 14 0 24 7 1 Figura 13. Frecuencia de consumo de alimentos del participante 10. Variación del consumo de alimentos del participante 10 durante las diversas etapas del experimento. Se observa un comportamiento de preferencia saludable – natural. En términos de los tratamientos, se observa un nivel de restricción más intenso (tratamientos reglas y consecuencia de reforzamiento) sobre el alimento artificial que en las fases de no tratamiento donde alcanza a existir consumo de dicho alimento. Consumo en gramos por semana. 115 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Por ejemplo, cuando se presenta la variable “reglas”, se registra una restricción total del alimento artificial, mientras que ante los modelos de aprendizaje, el consumo de este alimento aumenta a consumos similares al alimento saludable, pero vuelve a decrementarse en el momento que se aplica la condición de consecuencias de reforzamiento. Ahora bien, luego de hacer una descripción bajo inspección visual del comportamiento alimentario de los 10 casos intervenidos, se puede decir, que los niños(as) presentaron conductas alimentarias adecuadas desde el comienzo o lo que es igual a preferir consumir frutas por encima de las papas fritas, pero, adicionalmente, mostraron una tendencia ante los tratamientos de consecuencias de reforzamiento y reglas. No sucedió lo mismo ante los modelos de alimentación. Lo anterior, permitiría indicar que las contingencias más claras o más precisas del comportamiento (consecuencias directas luego del comportamiento alimentario y reglas que describen claramente el panorama contingente de la conducta alimentaria) facilitan el establecimiento de conductas saludables de alimentación, mientras que la presencia de modelos de alimentación puede ser determinante, pero en un menor grado de frecuencia para el consumo de alimentos saludables. Ahora bien, es de aclarar que el análisis estadístico no es la mejor herramienta para hacer un análisis del comportamiento alimentario de estos niños y niñas. Se debe hablar en términos del criterio experimental y del criterio terapéutico una vez presentados los tratamientos dentro del experimento. Es de recordar que el criterio experimental hace referencia al efecto de la variable sobre la conducta, mientras que el criterio terapéutico se refiere a si los efectos de la intervención son importantes o no. La apreciación de importancia de este último, se encuentra relacionado con la 116 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil mejoría del paciente gracias a la aplicación de los tratamientos y es verificado o evidenciado por el mismo intervenido y además por personas allegadas al mismo. En el caso del presente estudio, el criterio experimental, se presenta o evalúa si el comportamiento alimentario del niño(a) se encuentra afectado por la aplicación de las variables de tratamiento (consecuencias de reforzamiento, reglas y modelos de consumo), mientras que el criterio terapéutico se encuentra delimitado por la fase post y por los comentarios de los padres acerca de la conducta alimentaria de sus niños durante la misma fase o incluso posterior a ella. Luego de entender que la inspección visual es el método más común para evaluar el criterio experimental, en la presente investigación, se hace evidente a través de la inspección gráfica del comportamiento alimentario de los niños(as), que existe el criterio experimental, gracias al registro sistemático de la conducta alimentaria infantil, puesto que se denota cambios en la preferencia y consumo de los alimentos durante la aplicación de los tratamientos (Barlow, 1988), pero no se puede definir con certeza, si existe criterio terapéutico. Es posible que exista pero por insuficiencia de reportes parentales no se puede dar un concepto claro y definido al respecto. También, es de suponer que existe la posibilidad de que los niños no presenten o desarrollen un TCA en el futuro, dado que el mismo estudio, no sólo intervino por lógica a los niños(as), sino a sus familias. El criterio clínico depende del mantenimiento en el cambio comportamental, en la inclusión del paciente bajo contextos normales, adaptación a la sociedad, se logra evaluando el mantenimiento de la conducta esperada a través del tiempo y haciéndole preguntas de adaptación a familiares respecto al problema. Por ello, el trabajo del presente estudio, se encuentra relacionado aún con la capacitación para padres y educadores sobre conducta alimentaria y el riesgo que tienen los niños a presentar un TCA. Se ha programado 117 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil hacer evaluaciones semestrales y anuales a los 10 casos para continuar evaluando la conducta alimentaria de los niños. Por esta condición de seguimiento, aún no se puede generalizar que exista un criterio terapéutico, pero tampoco se descarta la posibilidad del mismo. Se podría aceptar parcialmente la existencia de un criterio clínico, teniendo en cuenta la tendencia de modificación de la conducta saludable en cuanto a que se registró una tendencia a consumir más fruta de la que se venía consumiendo en la primera semana, pero al mismo tiempo, se debe tener en cuenta que no sería suficiente, dado que no modifica las conductas inadecuadas de alimentación. Parece ser que facilita el comportamiento adecuado pero no afecta las conductas aprendidas con funcionalidad desadaptativa. 118 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Discusión de Resultados El encontrar que son las reglas y especialmente las consecuencias de reforzamiento las que, al aplicarlas como tratamiento, llevan a que el niño(a) mejore con mayor significancia la conducta alimentaria infantil, hace necesariamente que se hagan cuestionamientos en relación a las teorías de aprendizaje. Por un lado, está la propuesta Skinneriana y por otra, la propuesta de aprendizaje social de Bandura. La primera plantea que una conducta operante sucede en función de o con respecto del ambiente y que a su vez, puede provocar un cambio en el ambiente. Esta conducta, está determinada por la relación que existe entre la conducta del organismo y el ambiente en el que se comporta. De entender este concepto, se desprende que también existen estímulos o señales ambientales que permiten que el organismo se comporte eficientemente y por ello, se constituye la relación entre los signos o señales ambientales con las respuestas del organismo. Una vez que estos estímulos quedan “anclados” o mejor, relacionados a la emisión de una respuesta en particular, y esta a su vez, no ocurre sino en presencia de dicha señal, se puede decir que una conducta ha quedado discriminada y por lo tanto, la señal se convierte en un estímulo que permite informar o indicar la probabilidad de ocurrencia de la consecuencia sea de relaciones de reforzamiento o de castigo. Adicionalmente, las consecuencias como parte de la contingencia de tres (3) términos es también un concepto Skinneriano. Se sabe que las consecuencias de reforzamiento tienden a que la conducta se incremente o se mantenga, mientras que las consecuencias de castigo, provocan el efecto contrario. El anterior enunciado, ha sido demostrado ampliamente a mitad del siglo pasado a través de los trabajos de investigación denominados programas de reforzamiento. Ahora bien, si estos dos conceptos que tienen origen en la propuesta de B.F. Skinner del condicionamiento operante, y además, se evidencia en la 119 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil presente investigación, que son estos factores, los que facilitan el cambio positivo de la conducta alimentaria saludable de los niños, mientras que el tercer factor que corresponde a la propuesta de aprendizaje social de Bandura, no muestra efectos significativos (aunque se encuentra cercano a ellos), se puede inferir que son las contingencias directas de la conducta con el ambiente las que facilitan la modificación adecuada de la conducta alimentaria y/o patrón de alimentación. Es de aclarar, que no se cuenta con datos suficientes para afirmar que la propuesta de Bandura, no es efectiva para este tipo de aprendizajes alimentarios, es decir, que bajo la presencia de modelos sociales no afecte la conducta alimentaria infantil. Lo que si puede comenzar a ser interesante corresponde a identificar el papel de las funciones en la contingencia que parece surgir en el establecimiento del comportamiento alimentario de los niños. Por ejemplo, el establecimiento de operaciones fungió como factor fundamental para controlar el arreglo experimental, esto es, que cuando se realizaron los pilotos que definieron que las consecuencias de reforzamiento serían las láminas coleccionables dado el alto consumo de las mismas y de la preferencia de estos estímulos por encima de otros como dulces o palabras, ya se veía que la expectativa por conseguir una lámina de forma inmediata llevaba al niño(a) a emitir la operante “comer saludable” tanto como para “obligar” a dejar este tratamiento como última opción. Los resultados muestran que aunque se dejó como último tratamiento, aun así fue el más eficiente para afectar la conducta alimentaria infantil. Esto teniendo en cuenta que la presentación de los tratamientos puede afectar a los siguientes. En relación con esta evidencia, se debe tener en cuenta la propuesta teórica de Rachlin (2000), acerca del autocontrol en donde se plantea que las consecuencias inmediatas (SS), son elegidas por encima de consecuencias de otras a largo plazo (LL) en situaciones de impulsividad y sucede lo contrario en situaciones de autocontrol. Lo obtenido en el presente estudio pareciera 120 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil mostrar que la variación comportamental de los participantes en una situación de impulsividad. Se debería hacer más estudios que puedan diferenciar si el comportamiento alimentario de los niños es impulsivo al no tener claras las consecuencias a largo plazo. De otra manera, se debe decir, que el seguimiento o comportamiento emitido a partir de la observación y emisión de conductas por parte de otros, requiere de un tiempo para volverse evidente y quizás, las tres semanas de trabajo experimental no fueron suficientes para evaluar eficiencia del aprendizaje vicario. Se debe recordar que en relación con las variables independientes (reglas, modelos sociales y consecuencias de reforzamiento), no se planteó su presentación para decrementar el patrón de alimentación “no saludable”, sino para incrementar el saludable. Por ejemplo, las reglas estuvieron planteadas para que el niño consumiera más fruta y no para castigar el consumo de papas de paquete. Lo mismo ocurrió con las consecuencias, pues sólo se trabajó con reforzamiento al comer fruta y no con castigo frente a la emisión de comer papas. Estos factores que se definieron así por condiciones éticas, definitivamente influyeron en que la conducta alimentaria que resultó modificada significativamente fuera la relacionada con el patrón saludable y no el consumo de alimento artificial. Para el caso de la presente investigación, se pudo evidenciar que las reglas juegan un papel muy importante en lo que respecta a la obtención de consecuencias adecuadas para el organismo o mejor, para los niños(as) y niñas en relación con el bienestar y salud. Del mismo modo, los participantes mejoraron la conducta alimentaria de alimentación (elección y consumo) en cuanto a que prefirieron comer más alimento saludable sobre el alimento no saludable, aun cuando este estaba presente. Esta situación es fundamental, porque permite evidenciar que no es 121 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil la restricción de alimento, la que establece hábitos de alimentación saludables, sino el establecimiento de contingencias adecuadas en relación con acciones de alimentación. Se debe aclarar que los participantes nunca estuvieron en situaciones de privación de alimento al momento de realizar el presente estudio. De hecho, las mediciones, evaluaciones y presentación de variables se realizaron en el descanso que tenían los niños(as) en las mañanas, “utilizando” el momento “normal” de consumo de alimentos. Tampoco se solicitó que los participantes estuvieran en control estricto de alimentación, pues en primer lugar, este trabajo no es de tipo nutricional sino del comportamiento, y en segundo lugar, se pretendió que la situación de consumo y disponibilidad de alimento de los niños(as) fuera lo más cercano a su realidad. Como se puede dar cuenta con los resultados, hubo un niño(a) que mejoró la conducta alimentaria de alimentación aparentemente de forma “ideal” (participante 4), pero en realidad, este comportamiento no es lo que se debe esperar de una situación de alimentación saludable. Se sabe que las restricciones totales o la dirección del comportamiento solamente a alimentos saludables, no necesariamente llevan a condiciones de alimentación o nutrición adecuadas, pues se puede terminar con un trastorno de conducta alimentaria como anorexia o vigorexia. Además, se conoce que la eliminación de alimentos sobre una dieta diaria, facilita que, al consumir el alimento que ha sido restringido puede provocar malestar fisiológico, enfermando a la persona. Al comparar la efectividad de los tratamientos entre sí, las consecuencias de reforzamiento fueron más efectivas, quizás, porque la conducta tiene una contingencia de reforzamiento evidente cercana en el tiempo y mucho más clara que el seguimiento en el caso de los modelos sociales o que las reglas, las cuales plantean consecuencias a más largo plazo. Lo anterior lleva a inferir que las contingencias proximales son más efectivas en niños que las 122 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil distales. Sería necesario evaluar la misma condición en jóvenes y adultos, pues es posible que esta situación no sea la misma. Gran parte del comportamiento de restricción de alimento en jovenes/niñas adolescentes está más en función de consecuencias más distales que proximales. Ello, llevaría a pensar que sería un factor de control en la consistente restricción alimentaria. En conclusión, los tratamientos si afectaron la conducta alimentaria de alimentación de los niños(as) en cuanto al consumo, frecuencia y elección para el caso del alimento saludable y de sustitución para el caso del alimento no saludable o artificial. Si este estudio quiere ser tomado para plantear estrategias de modificación de conducta alimentaria “preventiva”, se debe tener en cuenta que respecto a objetivos de decremento de prácticas o conductas inadecuadas de alimentación, se requieren alternativas más efectivas que las planteadas acá. Inferencialmente, se puede asumir que lo que se debería hacer es ajustar las variables para que exista disminución en el consumo de alimento no saludable, pero ello tiene implicaciones éticas frente al trabajo de los niños(as). Estas acciones implicaría establecer contingencias de castigo o de adquisición llevando posiblemente a patrones de alimentación que pueden relacionarse con comportamientos exigentes en salud, lo cual no es la mejor condición, por cuanto se pueden presentar casos de ortorexia por ejemplo, además, el establecimiento de contingencias de castigo, facilitaría la emisión de conductas compensatorias, de evitación o de escape, reforzando en últimas por contingencia negativa el patrón no saludable de alimentación. En términos metodológicos, el presente estudio muestra una forma inicial de cómo realizar trabajos de investigación en conducta alimentaria con humanos sin llegar a situaciones de poca o nula ética o direccionadas a sacrificar la salud de los participantes. En la mayoría de trabajos que se encuentran en esta temática, se puede observar que los datos obtenidos son 123 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil resultado de aplicación de pruebas y registros bajo reporte, pero no evalúa el comportamiento con un seguimiento en términos de ocurrencia. En presente estudio muestra un diseño y procedimiento sencillo pero con claridad en las variables a controlar y con mediciones que pueden llegar a ser concretas y reales, entendiéndose lo anterior como un dato lo más cercano a la realidad. Además, permite trabajar sobre el criterio experimental y posibilita a futuro el trabajo sobre criterios terapéuticos en la medida que se desarrollen estrategias de evaluación del comportamiento a largo plazo. Este trabajo exige de los experimentadores una planeación del trabajo a realizar no sólo en el ámbito teórico, sino logístico, dado que se requiere de crear la condición de laboratorio en un ambiente escolar real. El estudio muestra que es posible hacer mediciones de la conducta alimentaria de acuerdo con las unidades de análisis de forma cuantitativa una vez ocurre la conducta y no luego de varias semanas a través de un reporte que en la mayoría de ocasiones no provienen de la persona que emite la acción de comer, sino de sus cuidadores. Se recomienda continuar con este tipo de trabajos, incluyendo registros de alimentación más largos en el tiempo para evaluar la estabilidad y efectividad de los tratamientos. De acuerdo con la hipótesis planteada se encuentra que las variables denominadas como “reglas”, “modelos” sociales y “consecuencias” si afectan a la conducta alimentaria y pueden ser utilizadas como método de establecimiento y control de la misma. Se esperaba que esta afectación redundara en que los niños(as) incrementaran el consumo del alimento saludable, prefiriéndolo sobre el alimento no saludable. En nueve de ellos sucedió lo esperado, excepto en el participante 6. Parece ser que instruccionar a los niños o mostrarle modelos de comportamiento facilita el ajuste comportamental, pero existe más evidencia de control conductual al establecer 124 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil contingencias más claras y precisas para obtener consecuencias de reforzamiento. En el participante número 6 la situación de riesgo para presentar un TCA estaba en relación con la condición de obesidad, en donde las situaciones de “reglas” y modelos comportamentales ya están siendo presentados continuamente hasta el punto de sospechar que el niño se encuentre habituado ante esta estimulación. Si se evalúan los criterios de inclusión en la muestra experimental, se puede observar que el participante 6 presenta instrucciones acerca de su estado de sobre peso, y revisando la evaluación psicológica infantil a través de padres o acudientes, se observa que existe un reporte de que a la niña se le indica continuamente que “no coma eso o no coma tanto” dado que está muy “gordita”. Es interesante ver que en términos generales, el consumo de alimentos naturales versus no naturales tanto en la preprueba como en la presentación de tratamientos experimentales es relativamente similar, pero cambia drásticamente en el momento de la posprueba donde se evidencia que la niña consumió de forma preferente y diferencial las papas de paquete. ¿Qué sucedió allí?, bueno, pues es posible que al momento de iniciar el procedimiento experimental en donde se le indica al niño(a) que elija y consuma los alimentos como quiera, esta participante se haya sentido “evaluada”, dado que ya había sido vista por médicos generales y nutricionistas debido a su condición de obesidad, hecho por el cual el consumo de los alimentos pareció ser prácticamente equitativo. Luego, con cada una de las condiciones o tratamientos, el control de lo que se le dice en casa y en el médico vuelve a aparecer, pero cuando se pasa a la posprueba y se le dice, que puede comer los alimentos como quiera y la participante ya ha evaluado a través de los días que no se trata de una situación médica y que su comportamiento no va a ser informado a sus padres, la niña opta por consumir las papas fritas en mayor cantidad. Este hecho, da un grado de información acerca de los tratamientos acá 125 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil utilizados. Se deberían manejar con precaución tanto en casa como en los ambientes escolares para que no “pierdan” su función. Quizás, estas aplicaciones requieran de factores o propiedades de novedad para ser efectivos y eficientes. Otro aspecto que lleva a reflexionar a partir del comportamiento del participante 6 es que enfrentado a la situación o condición experimental de “consecuencias de reforzamiento”, su consumo de frutas versus el de papas de paquete, fue diferencial y preferente sobre las frutas, aun cuando parece ser que su elección en condición libres sería por el alimento artificial. Acá lo que se puede inferir es el control de la estimulación novedosa como lo fueron las láminas coleccionables. Además, y como ya se mencionó anteriormente, existió un factor de control social sobre la obtención de las láminas. Los niños a medida que las conseguían, las mostraban como un indicador de éxito en su colegio, por lo que los demás comenzaron a solicitarlas, así no fueran parte del estudio o de los cursos en los que se estaba realizando la investigación. Este es otro dato que fortalece el análisis de las consecuencias de reforzamiento como un factor principal en el cambio comportamental de alimentación de los niños. Dados los arreglos experimentales, las consecuencias inmediatas de reforzamiento en niños escolares de 6 a 8 años fueron más eficientes para llevarlos a consumir más frutas, aunque se encontraba en disponibilidad el alimento artificial, pero los estudios muestran que esto no sucede aparentemente en adolescentes o adultos jóvenes, donde el control de las consecuencias no es proximal sino distal. De hecho, se ha mostrado que gran parte de los problemas de continuidad de los comportamientos de restricción alimentaria en adolescentes anoréxicas es que no ven los cambios inmediatos esperados en su cuerpo “esbelto” y de allí que continúen con el patrón inadecuado de alimentación. Parece ser que esto no sucede en estas edades, pero para ello, se deben realizar estudios direccionados a evaluar esta condición. 126 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Finalmente, en relación con la disciplina, es presente estudio aporta condiciones favorables para identificar que es posible hacer modificaciones conductuales alimentarias a partir de la inclusión de variables sin repercutir en el daño de la salud del participante. Estructurar este tipo de “tratamientos” o condiciones a presentar para modificar o establecer comportamientos particulares, permitirían que se desarrollen estrategias, no sólo de evaluación sino de intervención más adelante cuando se hagan trabajos en esta dirección pero con una perspectiva de investigación aplicada. Condiciones como la valoración completa con la intervención de unidades de salud y en conjunto con otras disciplinas, permitirían tener mejores resultados a la hora de encontrar en edades tempranas precurrentes para terminar desarrollando un trastorno de conducta alimentaria. Para terminar, se puede decir, que la conducta alimentaria infantil si está en relación con las situaciones que facilitan su aprendizaje y por ende, es necesario que se le preste atención a esta problemática de salud, no sólo en edades posteriores a la pubertad, sino en edades más tempranas donde ya se podría evaluar y establecer conductas alimentaria más adecuadas. Entender que presentar un TCA es una situación que exige tener un patrón de alimentación inadecuado el cual ha sido aprendido y establecido durante un tiempo, lleva a considerar que es necesario atender las condiciones de aprendizaje de las conductas alimentarias en edades tempranas y trabajar como disciplina en la prevención más que en la intervención. A modo de conclusión se pueden listar algunos aspectos concretos al finalizar este proyecto de investigación: 1. Las reglas y especialmente las consecuencias de reforzamiento son (dentro de las variables utilizadas en el presente estudio) las que al aplicarlas como tratamiento, llevan a que el niño(a) mejore con mayor significancia la conducta alimentaria infantil. 127 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil 2. Las conductas alimentarias se modifican con mayor facilidad a través de la contingencia directa. 3. Parece ser que instruccionar a los niños o mostrarle modelos de comportamiento facilita el ajuste comportamental, pero existe más evidencia de control conductual al establecer contingencias más claras y precisas para obtener consecuencias de reforzamiento. 4. No se cuenta con datos suficientes para afirmar que la propuesta de Bandura, a través de modelos sociales, no es efectiva para este tipo de aprendizajes alimentarios. Puede llegar a serlo. 5. El establecimiento de operaciones funge como factor fundamental para controlar el arreglo experimental. 6. El reforzamiento fue el tratamiento más eficiente para afectar la conducta alimentaria infantil. 7. Evaluar el efecto de los modelos sociales requiere de mayor tiempo de seguimiento a tres semanas continuas. 8. La metodología utilizada no muestra efectividad para decrementar la conducta alimentaria inadecuada. 9. No es la restricción de alimento, la que establece hábitos de alimentación saludables, sino el establecimiento de contingencias adecuadas en relación con acciones de alimentación. 10. El presente trabajo muestra como la conducta alimentaria moldeada por la contingencia es más efectiva que las otras dos variables para controlar la conducta alimentaria infantil, pero es de recordar que estas son contingencias proximales y, dado que gran parte del comportamiento de restricción de alimento en jóvenes/niñas adolescentes está más en función de consecuencias más distales que proximales, se recomienda continuar con investigaciones en dicha dirección y no necesariamente se deben utilizar las variables acá trabajadas como tratamientos definitivos en el trabajo terapéutico o investigativo con jóvenes o adultos. 128 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil 11. El presente trabajo muestra que se pueden hacer trabajos de investigación experimental en conducta alimentaria con humanos sin llegar a situaciones anti éticos o direccionadas a sacrificar la salud de los participantes. Lo anterior, dado que la mayoría de los trabajos de investigación en conducta alimentaria se hace a partir de reportes y no de registros de comportamiento. 12. El presente trabajo permite trabajar sobre el criterio experimental y posibilita a futuro el trabajo sobre criterios terapéuticos en la medida que se desarrollen estrategias de evaluación del comportamiento a largo plazo. 13. Las críticas de los padres hacia los hijos son el primer factor de riesgo para presentar un TCA. Si se quiere, estas críticas terminan siendo consecuencias verbales en unos casos y en otros, estímulos discriminativos de consecuencias aversivas. 14. Los modelos sociales propuestos en la teoría del aprendizaje social de Bandura, parecieran ser más efectivos a partir de la adolescencia y no en la niñez, donde se ha evidenciado que la imagen corporal y los estándares de belleza controlan más eficientemente los patrones de alimentación. 15. Las contingencias proximales parecen ser efectivas en el primer momento del establecimiento del patrón de alimentación. 16. El castigo y el reforzamiento vicario parecen ser menos efectivos en el primer momento del establecimiento del patrón de alimentación. 17. El orden de los tratamientos no parece ser determinante para la modulación del comportamiento alimentario infantil. 18. Es más efectivo modular el comportamiento alimentario infantil con la inclusión compuesta de variables que facilitan el establecimiento de conductas adecuadas o saludables de alimentación. 129 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Referencias Abel, T., & Kohlmann, T. (1989). 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Kendall (Ed.), Advances in cognitive-behavioral research and therapy, 1, 73 – 117, New York: Academic Press. 141 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Apéndices 142 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Apéndice A. Consentimiento Informado y Contrato Conductual El presente es un documento público legal que en adelante se llamará “Consentimiento Informado”, entre el participante externo al equipo de investigación y que en adelante, se denominará “Participante” y el director del Proyecto de Investigación Andrés Mauricio Santacoloma Suárez junto con los integrantes del Semillero de Investigación Balance de la Facultad de Psicología de la Universidad católica de Colombia, que en adelante se llamarán “Equipo de Investigación”. La investigación en la cual se enmarca este consentimiento informado se denomina “Efectos de Reglas, Modelos y Consecuencias en la Alimentación de Niños con Factores de Riesgo de TCA”, bajo la dirección del psicólogo Andrés M. Santacoloma-Suárez de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia. Descripción La participación del padre/madre y del hijo(a) en esta investigación, tiene como objetivo identificar las variables de aprendizaje que afectan la conducta alimentaria de niños de 6 a 8 años de edad, lo cual permitirá aportar evidencia científica para apoyar las condiciones de educación que favorezcan los adecuados hábitos de alimentación de los niños. Para tal propósito, serán seleccionados niños y niñas de acuerdo la evaluación psicológica y médica. Posteriormente se llevarán a cabo dos fases llamadas pre - prueba y pos - prueba. En la pre prueba los niños y niñas ingresarán de forma individual a un ambiente experimental (cámara de observación unilateral) donde tendrán la opción de comer alimentos naturales o artificiales. En la pos prueba los niños y niñas leerán y escucharán las reglas de sus padres con respecto a la conducta de comer y posteriormente tendrán la misma opción de comer que en la pre - prueba. 143 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Es importante aclarar, que en coherencia con estándares éticos, el procedimiento experimental no presenta riesgos de daño físico o psicológico alguno, además, se tomarán todas las medidas necesarias para garantizar el bienestar de niños y padres mientras que se encuentren en sesión experimental, los datos de cada uno de los participantes serán confidenciales y se utilizarán con fines estrictamente relacionados con el proyecto de investigación. Riesgos El presente estudio no pone en riesgo la vida de los niños y niñas, ni tampoco de los padres. El procedimiento experimental ha sido pensado para que todos los aspectos éticos sean cubiertos en pro de la vida y la salud de todos sus participantes. Sin embargo, durante la aplicación de las variables en las instalaciones de la institución escolar, los niños, pueden llegar a sentirse evaluados, solos y/o tristes, o que alguno de los alimentos otorgados a los niños y niñas pueda causarle malestar estomacal como situación extrema y como ejemplo del peor escenario al que se verán enfrentados los niños y niñas participantes del estudio. Todo lo anteriormente descrito, no hace parte del objetivo del estudio y se emitirán acciones propias para evitar al máximo estas situaciones. Autorización Yo ________________________________________________ identificado con C.C No________________ de ______________ por medio del presente consentimiento informado, autorizo y consiento mi participación y la de mi hijo(a) _______________________________________ en la investigación denominada “Efectos de Reglas, Modelos y Consecuencias en la Alimentación de Niños con Factores de Riesgo de TCA”. Adicionalmente certifico que la participación en este estudio es voluntaria y reconozco que obtuve información completa y copia escrita sobre el objetivo, procedimiento, riesgos y estándares éticos de la investigación en mención antes de firmar la presente autorización. 144 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Derechos A partir de mi participación y la de mi hijo, tendré derecho a conocer los resultados del estudio. Se me informó que esto, se realizará a través de un taller educativo. Allí, serán expuestos los resultados de la investigación sobre la evidencia científica que existe de las variables de aprendizaje sobre la conducta alimentaria de los niños. Adicionalmente, tendré derecho a preguntarle al equipo de investigación en cualquier momento de la investigación, acerca de cualquier tipo de inquietud que me inquiete. Reconozco que se me ha informado que también tendré derecho a retirarme y a retirar a mi hijo(a) de la investigación si así lo considero conveniente. Contrato Conductual – Deberes Adicionalmente y en coherencia con mí participación me comprometo a autorizar la valoración médica y psicológica de mi hijo(a), siempre y cuando esté presente un adulto representante del colegio y si me es posible, me comprometo a acompañar a mi hijo(a) durante la realización de estas valoraciones por parte de los profesionales de la salud. También, me comprometo con la investigación a responder honesta y completamente ante los requerimientos de la misma. Estos requerimientos corresponden a la entrevista psicológica con el formato de evaluación de alimentación infantil, el formato de evaluación psicológica a través de padres, el formato de evaluación psicológica infantil para padres, acompañar la elaboración de las reglas a las que será expuesto mi hijo, diligenciar el registro de alimentación de mi hijo durante el tiempo estipulado y responder a las comunicaciones del equipo de investigación cuando se requiera. En consecuencia se firma a los ___ días del mes de ____________ de 2012, Firma del Padre/Madre/Tutor/Responsable Legal del niño(a), Nombre Padre/Madre/Tutor/Responsable Legal del niño(a) y Cédula de Ciudadanía o DI legible del 145 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Apéndice B. Formato de Chequeo de Signos de Evaluación Médica Relacionados con el Riesgo de presentar TCA en Niños La siguiente tabla es una guía que se debería tener en cuenta como una lista de chequeo mínima, dentro de la evaluación médica pediátrica, desarrollada y realizada por un profesional en medicina y con especialización en pediatría, para listar, abordar, y/o evaluar factores de riesgo de TCA en niños y niñas. Los datos obtenidos en este formato facilitan identificar cuántos factores de riesgo de presentar TCA puede registrar un niño(a). Se utilizaría esta información para la determinación de la muestra. Signo Inanición Bajo peso Baja talla Estreñimiento Dolor abdominal Intolerancia al frio Letargia Emaciación Hipotensión Hipotermia Sequedad de la piel Lanugo Bradicardia Edemas periféricos Petequias en extremidades Color amarillento de la piel Obesidad Lo presenta No lo presenta Fuente Según DSM – IV Trujano, P., Blanco, M., Nava, C., Arbonés, M. & Limón, G. (2010) Nota: Se estableció contacto y acuerdo con el Doctor Jorge Castillejo, quien es médico pediatra del hospital San José de Bogotá, D.C., y quien se ofreció a realizar las evaluaciones médicas infantiles correspondientes a la presente investigación. Se acordó que el doctor Castillejo tuviera en cuenta los anteriores criterios como factor de riesgo de TCA e incluyó los que en su experticia consideró pertinentes, relevantes y necesarios para la investigación. 146 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Apéndice C. Formato de Chequeo de Criterios de Riesgo ante los TCA La siguiente tabla es una guía que se debe tener en cuenta como una lista de chequeo mínima, dentro de la evaluación psicológica, desarrollada y realizada por un profesional en psicología, para listar, abordar, y/o evaluar factores de riesgo de TCA en niños y niñas. Los datos obtenidos en este formato facilitan identificar cuántos factores de riesgo de presentar TCA puede registrar un niño(a). Se utilizaría esta información para la determinación de la muestra. La casilla “número”, brinda un código que le puede servir al evaluador para organizar la información más adelante. La casilla “criterio” nómina y delimita el posible factor de riesgo de presentar TCA en los niños(as). Las casillas “lo presenta” y “no lo presenta” son espacios de control para registrar con una X la existencia o no del factor de riesgo de presentar TCA en los niños(as). La casilla “observación”, sirve para realizar alguna anotación importante respecto a alguno de los criterios evaluados, y finalmente, la casilla “fuente de criterio”, indica el origen y el respaldo científico que tiene el criterio para ser tenido en cuenta. Número del Criterio 1 2 3 4 5 6 7 8 Criterio Lo presenta No lo presenta Observación Peso por debajo del nivel normal mínimo para la edad y la talla: IMC Inadecuado Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso Según DSM – IV Según DSM – IV Según DSM – IV Según DSM – IV y Trujano, Blanco, Nava, Arbonés & Limón, 2010 Alteración de la percepción del peso y/o de la silueta corporal Alteración del estado del ánimo Presencia de Obsesiones – compulsiones relacionadas con la comida Preocupación por comer en público Esquemas mal adaptativos de Fuente de Criterio Animo deprimido ___ Retraimiento social ___ Irritabilidad ___ Insomnio ___ Según DSM – IV Según DSM – IV y Piñeros, Molano & López de Mesa, 2010. Según DSM – IV Según DSM – IV 147 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil 9 10 11 12 13 14 inflexibilidad Problemas del control de impulsos Labilidad emocional Presencia de anemia Presencia de leucopenia Signos de deshidratación Presencia de Trastorno psiquiátrico en los padres Presencia de abuso de sustancias o drogas por parte de los padres 15 16 Obesidad Pre mórbida de los padres 17 Críticas recibidas por el aspecto físico 18 Enlentecimiento de los reflejos 19 Baja autoestima 20 21 22 23 Discrepancia entre la imagen percibida y la ideal. Hacer dietas por parte de padres o familiares cercanos o que convivan con el niño. Rasgos de depresión o depresión Rasgos de TOC o TOC Según DSM – IV Según DSM – IV Según DSM – IV Según DSM – IV Según DSM – IV Peláez, M.A., Labrador, F.J. & Raich, R.M. (2005) Peláez, M.A., Labrador, F.J. & Raich, R. M. (2005) Peláez, M.A., Labrador, F.J. & Raich, R.M. (2005) y Piñeros, Molano & López de Mesa, 2010. Peláez, M.A., Labrador, F.J. & Raich, R.M. (2005) (Lenoir & Silber, 2006b). Trujano, Blanco, Nava, Arbonés & Limón, 2010 Trujano, Blanco, Nava, Arbonés & Limón, 2010 Piñeros, Molano & López de Mesa, 2010. Piñeros, Molano & López de Mesa, 2010. Piñeros, Molano & López de Mesa, 2010. Nota: La evaluación psicológica infantil la realizó el psicólogo Andrés M. Santacoloma – Suárez, quien presenta registro profesional T.P. Registro 115295 COLPSIC 148 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Apéndice D. FORMATO DE EVALUACION PSICOLOGICA PARA LA INVESTIGACIÓN A TRAVES DE PADRES, TUTORES O RESPONSABLES LEGALES DE LOS NIÑOS Y NIÑAS Los datos obtenidos en este formato facilitan identificar cuántos factores de riesgo de presentar TCA puede registrar un niño(a). Se utilizaría esta información para la determinación de la muestra. INFORMACION DEL ACUDIENTE Nombres y apellidos completos: Parentesco o vinculo: Edad: Dirección de Residencia Números telefónico: casa Celular Correo electrónico: INFORMACION DEL NIÑO(A) Nombres y apellidos Completos: Fecha de nacimiento : DD MM AAAA Edad Año Escolar: Estatura: I. Sexo: Peso: ANTECEDENTES MEDICOS Y PSICOLOGICOS DE LA FAMILIA Algún familiar (padres o hermanos) han tenido Enfermedades físicas: Enfermedades mentales : Problemas o dificultades relacionadas con la comida: Notas: 149 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil II. HISTORIA DE DESARROLLO EDAD PRENATAL ( durante el embarazo) Edad de la madre durante el embarazo : Características de la salud de la madre durante la gestación: Cómo era el estado nutricional de la madre durante la gestación: Se presentó un suceso accidental (caerse, golpes, traumas en abdomen …) durante el embarazo: Cómo fue el estado de ánimo de la madre durante el embarazo: Se presentó alguna enfermedad en la madre durante la gestación: Hubo consumo de alcohol, cigarrillo o SPA durante el embarazo: ¿Frecuencia? Hubo consumo de medicamentos durante el embarazo: ¿Cuáles? ¿Quién los recetó? Notas: 150 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil EDAD PERINATAL Número de semanas del periodo gestacional: Tipo de parto (normal, inducido, cesárea): Anoxia: Reporte del (APGAR?): Meconio: médico al nacer Notas: EDAD POSNATAL (después del embarazo) Alimentación materna (pecho) desde : Tetero desde : Alimentación complementaria desde : Problemas con la comida: ¿Cuáles? Dificultades de succión, masticación o deglución: hasta: hasta: hasta: Edad de control de esfínteres: Peso al nacer: Talla al nacer: CARACTERISTICAS DEL SUEÑO El sueño del niño(a) es : Inquieto: El niño (a) duerme solo o en compañía de alguien: Duerme a horas establecidas: Se le facilita dormirse o es difícil la conciliación del sueño: Presenta pesadillas frecuentemente: Se despierta abruptamente y llorando: Cantidad de horas promedio en que suele dormir Notas: Tranquilo: 151 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil SALUD EL niño(a) actualmente posee alguna enfermedad: SI ___ NO ___ ¿Cuál? El niño(a) tiene dificultades o problemas Visuales Auditivos Motores El niño consume medicamentos: Cuáles? Quién los recetó? Le han realizado optometrías / audiometrías: Si __ No __ Fecha: ¿Cuáles fueron los resultados? CARACTERISTICAS DE ALIMENTACION DEL NIÑO Cómo se comporta el niño(a) en el momento de comer Cuántas comidas ingiere al día: El niño inventa excusas para no comer: Si __ No __ Qué tipo de alimentos consume: Cuáles: El niño(a) tiene horarios establecidos para comer: Qué tipo de alimentos prefiere comer el niño (a): 152 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Qué tipo de alimentos rechaza el niño(a) Cuáles frutas comen más los niños: Cada cuánto los comen: Una vez al día __ Un día intermedio __ Una vez a la semana __ Una vez cada quince días __ Una vez al mes __ Cuáles frutas comen menos los niños: Cada cuánto los comen: Una vez al día __ Un día intermedio __ Una vez a la semana __ Una vez cada quince días __ Una vez al mes __ Cuáles paquetes comen más los niños: Cada cuánto los comen: Una vez al día __ Un día intermedio __ Una vez a la semana __ Una vez cada quince días __ Una vez al mes __ Cuáles paquetes comen menos los niños: Cada cuánto los comen: Una vez al día __ Un día intermedio __ Una vez a la semana __ Una vez cada quince días __ Una vez al mes __ Qué hace el niño después de comer: Sucede algo inusual en los momentos de alimentación de su hijo(a) El niño(a) se muestra nervioso a la hora de comer Es común que al momento de alimentarse, usted le sugiera a su hijo que debe ingerir mas o memos comida? Más __ Menos __ ¿Con qué frecuencia? Siempre __ Alguna veces __ Rara vez __ Nunca __ El niño(a) reporta que no le gustaría subir de peso: El niño(a) que no le gustaría bajar de peso: El niño tiene o ha tenido problemas de reflujo : 153 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil El niño ingiere sustancias no adecuadas (tierra, pintura, colbón, etcétera). El niño necesita ayuda para: Vestirse: Si ___ No ___ Comer: Si ___ No ___ Bañarse: Si ___ No ___ Ir al baño: Si ___ No ___ Higiene personal: Si ___ No ___ Otros: Si ___ No ___ Qué tipo de actividades hace más el niño(a) por gusto: (especificar) Qué tipo de actividades evita el niño(a) dentro de lo posible: (especificar) Qué quiere ser el niño(a) cuando sea grande: El niño(a) colecciona algún tipo de lámina, caramelo o muñequito?, si no lo hace, cuáles le gustan mucho? Notas PADRE/MADRE/TUTOR/ACUDIENTE USTED Obliga a su hijo a comerse todo lo servido en el plato: Con relación a la alimentación de su hijo(a). ¿Ante qué situaciones lo castiga? ¿Cómo lo castiga? Con relación a la alimentación de su hijo(a). ¿Ante qué situaciones lo premia? ¿Cómo lo premia? Con relación a las de un adulto, usted le sirve porciones de comida Menores ___ Promedio ___ Mayores ___ 154 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil ¿Usted qué tipo de alimentos le da a su hijo en: El desayuno: El almuerzo: La comida: Medias nueves (en la mañana): Onces (en la tarde): Para usted un niño(a) sano con relación al peso y apariencia física. ¿Cómo debe lucir? Usted le hace comentarios a su hijo(a) referente a su peso: ¿Qué le dice? Cuando usted le habla a su hijo(a) ¿usa palabras tales como gordo, flaco u otra? Cuando usted habla con otras personas acerca de su hijo ¿utiliza palabras como gordo, flaco u otra? Notas DESARROLLO EMOCIONAL El niño(a) le tiene miedo a algo : Dice que no se siente bien : Hay llantos frecuentes por causas no físicas: Ante qué situaciones: Ante qué situaciones: El niño(a) piensa que en la vida o su alrededor hay mucha gente Mala. ¿Por qué? El niño(a) es solitario o aislado de los demás niños : Tiene cambios bruscos de temperamento : Si ___ No ___ 155 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Cómo son? El en algún momento el niño(a) ha reportado que tiene algún problema o característica física que le incomode: cuál? El niño(a) se queja frecuentemente de que sus compañeros no lo quieren o aceptan: El niño(a) da a entender que le gustaría ser diferente en algún aspecto: Cuál? Cuáles son las actividades que su hijo más realiza en casa o colegio: El niño(a) verbaliza que no se siente capaz de hacer Ante qué situaciones: algo? 156 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Apéndice E. FORMATO DE EVALUACION PSICOLÓGICA PARA NIÑOS Y NIÑAS Los datos obtenidos en este formato facilitan identificar cuántos factores de riesgo de presentar TCA puede registrar un niño(a). Se utilizaría esta información para la determinación de la muestra y para la preparación del arreglo experimental en relación con los reforzadores y demás logística. Qué es lo que más te gusta hacer? Qué es lo que más te gusta comer? Qué quieres ser cuando grande? Coleccionas o guardas algún muñeco? UBICAR AL NIÑO FRENTE A UN ESPEJO - Orientación: mira tus pies, tus piernas etcétera. Dime cómo eres? ( indagar Y registrar autoimagen) CONCEPTO 157 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Dime qué te gusta de ti? Dime qué no te gusta de ti? Concepto 158 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Dime 3 cosas que te guste comer 1) ___________________________ Dónde las comes? Casa Colegio Calle ¿Por qué te gusta? 2) ___________________________ Dónde la comes: Casa Colegio Calle ¿Por qué te gusta? 3) ___________________________ Dónde la comes: Casa Colegio Calle ¿Por qué te gusta? ¿Qué te dice tu mamá/papá/ hermanos cuándo las comes? Dime 3 cosas que no te guste comer 1) ___________________________ Dónde la comes: Casa Colegio Calle ¿Por qué te gusta? 2) ___________________________ Dónde la comes: Casa Colegio Calle ¿Por qué te gusta? 3) ___________________________ Dónde la comes: Casa Colegio Calle ¿Por qué te gusta? ¿Qué te dice tu mamá/papá/ hermanos cuándo las comes? ¿Sabes cuáles son los alimentos que te engordan? ¿Cómo lo sabes? 159 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil ¿Sabes cuáles son los alimentos que te adelgazan? (esta pregunta no hace referencia a identificar si conoce y existen los alimentos que “adelgacen”, sino hace referencia a evaluar las creencias y posibles comentarios que le hacen los padres o cuidadores a los niños(as). ¿Cómo lo sabes? Concepto 160 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Apéndice F. Diapositivas 1 y 2 (niñas/niños de frente) Se aplica de acuerdo al género ¿Cuál es la diferencia entre estos niños(as)? ¿Cuál se ve mejor? ¿Por qué? ¿Cuál se parece más a ti? ¿Por qué? Diapositiva 3 y 4 (niñas/niños de Perfil) ¿Cuál es la diferencia entre estos niños(as)? ¿Cuál se ve mejor? ¿Por qué? ¿Cuál se parece más a ti? ¿Por qué? Diapositiva 5 (comida verduras) ¿Dime cuáles son estas verduras? ¿Cuéntame cuál de estas verduras te gusta más? 1 Alverjas 2 Tomate 3 Lechuga 4 Zanahoria 5 Pepino 6 Maíz 2 3 1. 161 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Alverjas Tomate Lechuga 4 Zanahoria 5 Pepino 6 Maíz 1 Alverjas 2 Tomate 3 Lechuga 4 Zanahoria 5 Pepino 6 Maíz 1 Alverjas 2 Tomate 3 Lechuga 4 Zanahoria 5 Pepino 6 Maíz ¿Por qué te gusta más? ¿Cuéntame cuáles de estas verduras no te gustan? ¿Por qué no te gustan? ¿Dónde las comes? ¿Cuáles te da tu mamá para almorzar? ¿Sabes qué pasa en tu cuerpo cuando comes estas frutas? ¿Sabes para qué son buenos estos alimentos? 162 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil ¿Sabes para qué son malos estos alimentos? Diapositiva 6 (comida frutas) ¿Dime cuáles son estas frutas? ¿Cuéntame cuál de estas frutas te gusta más? 1 Manzana 2 Naranja 3 Pera 4 Banano 5 Fresa 6 Uvas 1 Manzana 2 Naranja 3 Pera 4 Banano 5 Fresa 6 Uvas 1 Manzana 2 Naranja 3 Pera 4 Banano 5 Fresa 6 uvas ¿Porque te gustan? ¿Cuéntame cuáles de estas frutas no te gustan? ¿Por qué no te gustan? 163 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil ¿Dime dónde las comes? ¿Cuáles de da tu mamá para almorzar? 1 Manzana 2 Naranja 3 Pera 4 Banano 5 Fresa 6 Uvas ¿Sabes qué pasa en tu cuerpo cuando comes estas frutas? ¿Sabes para qué son buenos estos alimentos? ¿Sabes para qué son malos estos alimentos? Diapositiva 7 (comida “chatarra”) ¿Dime cuáles son estas comidas? ¿Cuéntame cuál de estas comidas te gusta más? 1 Galletas 2 Hamburguesa 3 Gaseosa 4 Pizza 5 Papas 6 Chocolate 1 Galletas 2 Hamburguesa 3 Gaseosa 4 Pizza 5 Papas 6 Chocolate 164 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil ¿Por qué te gustan? ¿Cuéntame cuáles de estas comidas no te gustan? 1 Galletas 2 Hamburguesa 3 Gaseosa 4 Pizza 5 Papas 6 Chocolate 1 Galletas 2 Hamburguesa 3 Gaseosa 4 Pizza 5 Papas 6 Chocolate ¿Dónde las comes? ¿Cuáles de da tu mama para almorzar? ¿Sabes qué pasa en tu cuerpo cuando comes estas frutas? ¿Sabes para qué son buenos estos alimentos? ¿Sabes para qué son malos estos alimentos? Concepto General 165 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Apéndice G. Imágenes Diapositivas Diapositivas 1 niñas/niños de frente Diapositiva 2 niñas/niños de frente 166 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Diapositiva 3 niñas/niños de perfil Diapositiva 4 niñas/niños de perfil Diapositiva 5 Comida Verduras 167 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Alverjas: Tomado de https://www.cocinerosdeverdad.com Tomate: Tomado de www.frealfin.blogspot.com Lechuga: Tomado de www.exito.com Zanahoria: Tomado de www.hogarutil.com Pepino: Tomado de www.complejob.net Maíz: Tomado de www.valledelcauca.gov.co Diapositiva 6 Comida Frutas Manzana: Tomado de https://www.dietas.elembarazo.net Naranja: Tomado de cocteles-julia.blogspot.com Pera: Tomado de www.delagranja.co Banano: Tomado de www.adelgaceenlinea.com Fresas: Tomado de dietas.elembarazo.net Uvas: Tomado de www.saborysalud.com Diapositiva 7 Comida Chatarra 168 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Galletas: Tomado de tuspostresespeciales.blogspot.com Hamburguesa: Tomado de www. recetasdelujo.com Gaseosa: Tomado de elrincondelacienciaytecnologia.blogspot.com Pizza: Tomado de www. onvenia.com.co Papas fritas: Tomado de www.es.123rf.com Chocolate: Tomado de www.fundacionunam.org.mx 169 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil Apéndice H. Fotografías de los Instrumentos y Materiales Utilizados 1. Toldo Sin paredes. El toldo del laboratorio móvil se le pusieron paredes blancas para cerrar el espacio de trabajo. Paredes del Toldo. Estas fueron las primeras en utilizarse, pero al coser el toldo se rompieron y se tuvo que comprar nuevamente y las que finalmente quedaron fueron totalmente blancas. Se muestra la gramera, al lado del toldo, y en la parte de abajo, se visualiza la balanza, la cámara y las cintas métricas. 170 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil 2. Laboratorio móvil instalado en el Liceo Rodrigo Arenas Betancourt. Consta de un toldo cerrado con paredes blancas, mesa, escritorio, lámpara, computador, y platos para ubicar los alimentos. 3. Niño escuchando las reglas. Fase II condición experimental “reglas”. 4. Niñas en la Fase I. Línea de base, consumo de alimento libre. Integrante del semillero de investigación Balance en colaboración durante la aplicación. 171 Reglas, modelos y reforzamiento en la alimentación infantil 5. Niña en la Fase III. Evaluación post tratamientos de la conducta alimentaria. 6. Grupo de niños en evaluación médica por parte de FUCS.