Conclusiones - Dr. Pablo Caputi- 1- Introducción Para comprender los desafíos que enfrenta la industria de carnes del Uruguay es importante entender el contexto mundial y las perspectivas de mediano y largo plazo. En las próximas cuatro décadas se espera un incremento de la población mundial desde los 7 mil millones de personas actuales a los 9 mil millones de personas a mediados de siglo. La mayor parte de este crecimiento ocurrirá en los denominados países emergentes (fundamentalmente en Asia y África) que son además los que vienen sosteniendo el crecimiento del consumo en carnes. En la medida que la oferta mundial no está acompañando el ritmo de crecimiento de la demanda, se observan presiones al alza sobre los precios de los alimentos en general y sobre las carnes en particular. En el mediano plazo (una década) no se prevé que esta tendencia se revierta dado que no se avizoran innovaciones tecnológicas significativas que transformen totalmente el panorama. Más aun, las crecientes preocupaciones ambientales (buen uso del agua, emisión de gases de efecto invernadero, pérdida de biodiversidad, etc.) hacen aún más complejo del desafío de aumentar la producción de carne en forma significativa sin afectar de algún modo el ambiente. Este panorama general debería ser estimulante para un país productor de alimentos como Uruguay: los términos comerciales de intercambio están modificándose en una forma favorable. Las dificultades objetivas que se observan en algunos sub-sectores o empresas, deben analizarse con este contexto de fondo: las oportunidades de buenas soluciones para las empresas existen porque estos productos (proteína animal) tendrán una demanda sostenida en las próximas décadas. 2- Recorriendo trabajo la agenda de El Foro de las Carnes se estructuró con una ambiciosa agenda técnica que recorrió los aspectos más relevantes: producción, industrialización, comercio en el mercado interno, exportaciones, marketing del producto en el exterior. A continuación se presentan las conclusiones para cada uno de los puntos. Producción Existe en el mundo una preponderancia de la producción de carnes provenientes de monogástricos (aves, suinos) en relación a la producción de rumiantes (bovinos, ovinos). Para el 2020 la proporción será de 3:1, aproximándose a 240 millones de toneladas peso canal (ton pc) de carne de aves y cerdos y aproximadamente 80 millones de ton pc de carnes de bovinos y ovinos. La justificación de esta trayectoria reconoce los siguientes factores explicativos: una mayor eficiencia de los monogástricos en la utilización de granos cada día más caros (que también son utilizados para biocombustibles), una fuerte competencia por el uso de tierras pastoriles (agricultura, forestación) y crecimiento de la demanda de carnes en países emergentes. En términos generales existe un ranking u orden de precios de las proteínas. De menor a mayor este es aves, cerdos, bovinos, ovinos. El crecimiento masivo de la demanda de proteínas un poco más baratas (aves y cerdos) explica su rápida expansión en la última década y posiblemente en la década siguiente. Nuestro país tiene una especialización histórica en la producción de proteínas de rumiantes, que son las más cotizadas en los mercados internacionales. Las dificultades encontradas a partir de 2005 para expandir la producción en volumen no hacen más que reproducir lo que sucede a nivel internacional: la producción de bovinos no está creciendo significativamente en el Página 1 de 6 mundo y la de ovinos está prácticamente estancada. En la última década la ganadería de bovinos y ovinos ha enfrentado una fuerte competencia de otros rubros por el uso de la tierra. En la medida en que se ha mantenido el nivel de producción (extracción) en menor superficie, se puede inferir que se ha incrementado la productividad por unidad de superficie. Este camino es posiblemente el camino que seguirán recorriendo ambos rubros en el futuro. No se profundizó en las razones que explican la menor dinámica de inversión en estos rubros en comparación con rubros alternativos (agricultura de secano, forestación, lechería). Dos aspectos adicionales tratados fueron los de la sustentabilidad social y ambiental del desarrollo ganadero. Como es notorio, la producción de bovinos y ovinos es sustento material de un número importante de familias rurales. Un debilitamiento económico de estos rubros puede tener un impacto negativo en esta rica trama social y cultural, si no se encuentran actividades económicas sustitutas adecuadas para este segmento de agricultura familiar. Del mismo modo fue destacado en el Foro la necesidad de incluir en las propuestas de desarrollo futuro una visión integral de los impactos ambientales. Hoy en día la producción con rumiantes es analizada internacionalmente en forma crítica por la emisión de gases de efecto invernadero (metano, fundamentalmente). Se discutió en el Foro la necesidad de integrar este aspecto a los otros que también hacen a la gestión equilibrada de los recursos ambientales: balance de carbono (emisión, captura) por parte de un país, biodiversidad de especies vegetales y animales de cada ecosistema, uso y manejo de los recursos hídricos, amenidades paisajísticas, entre otros. Industrialización En Uruguay el liderazgo en industrialización se encuentra en empresas que procesan bovinos y ovinos (representan más del 80% del volumen total producido por el país). Estas empresas tienen un conjunto de características que las identifican en el mundo de las carnes. En primer lugar las empresas se encuentran distribuidas en todo el territorio nacional (con excepción apenas de 3 departamentos). Las empresas cuentan con habilitación nacional y un único sistema de inspección: no hay un doble estándar de calidad (mercado interno, mercado externo) sino distintos requisitos para ir recorriendo los niveles de habilitación. Esta es una diferencia importante con grandes países de la región (Argentina, Brasil) en donde el mercado doméstico tiene un gran peso (más del 80%) lo que explica que no desarrollen de la misma forma algunos aspectos muy sofisticados demandados por los mercados internacionales (ejm: trazabilidad total). El comprador internacional puede tener la garantía que en todo el Uruguay encontrará la calidad y seguridad que precisa. La industria ha invertido en los últimos años más de 200 millones de USD, excluidos en esta cifra los montos desembolsados para la instalación de nuevas empresas. Ambos fenómenos, ampliación y apertura de nuevas plantas, han aumentado la capacidad de faena y procesamiento en forma significativa. Dado que existen empresas que tienen líneas de faena tanto de bovinos como de ovinos, lo lógico es analizar en conjunto el potencial de faena y la capacidad instalada. La misma supera ampliamente las 3 millones de cabezas de bovinos. En función de las faenas de los últimos años se puede afirmar que la capacidad ociosa de faena y procesamiento de carnes (bovina, ovina) supera el 30%. Es decir que aquí no habría restricción alguna para incrementar la producción. El impacto económico de la capacidad ociosa en la rentabilidad, desempeño y sobrevivencia de las empresas industriales hay que analizarlo a la luz de algunos datos complementarios. Si se estudia la estructura de costos de los últimos ejercicios se observa que no hay efectos financieros significativos (las empresas están saneadas) y que además los costos fijos tienen un impacto Página 2 de 6 moderado en el total (menores al 10%). Esto quiere decir que las empresas tienen un margen de acción en el corto plazo un poco mayor al que existía en otros momentos de alto endeudamiento o con estructura de costos más rígidas. El impacto más notorio y directo de la capacidad ociosa y menor nivel de actividad es el incremento del uso del seguro de desempleo por parte de las empresas industriales. En términos promedios el mismo pasó de estar en niveles inferiores al 2% (promedio mensual en el seguro sobre el total de la plantilla) a niveles cercanos al 8% para el año 2010, según estimaciones preliminares. Esta situación es altamente preocupante porque la aparente mejora en el número total de personas empleadas en el sector no es acompañada por una mejora en las horas trabajadas en el año (hay más seguro de desempleo y menos horas semanales o mensuales trabajadas). El empleo se deteriora en calidad pudiendo ser un elemento negativo que debilite el futuro de este sector: otros sectores dinámicos en la demanda de empleo pueden captar estos recursos, con buena capacitación, en forma más permanente (fue citada la Construcción, como un ejemplo). Comercialización en el Mercado Interno El Uruguay ha alcanzado un nivel de consumo de todas las carnes que lo ubica en niveles similares a los países desarrollados (más de 90 kg/persona/año). Esto a pesar de ubicarse en un nivel de renta intermedio. La composición de consumo muestra la preponderancia ya señalada de la carne de bovinos y ovinos (más de 60 kg) por sobre la de aves y cerdos (más de 30 kg). Estas últimas han tenido un crecimiento interesante en los últimos años, tanto en cantidad como en variedad de presentaciones comerciales. Para la industria frigorífica el mercado interno es fundamental: casi 1/3 de lo producido se vuelca allí. Considerado individualmente con sus casi 200 mil ton pc demandadas, Uruguay es el principal cliente de Uruguay. Esto explica la razón del interés de las grandes empresas en este mercado: un 80% del abastecimiento del mercado doméstico proviene de empresas que también exportan, siendo el restante 20% de empresas que solo atienden el mercado interno. El tipo de colocaciones en este mercado también reconoce algunas particularidades, que lo hacen complementario con la exportación. Por ejemplo la posibilidad de colocar cuartos o cortes con hueso como el asado, a buenos valores. La sinergia con un sector minorista (carnicerías) especializado en el fraccionamiento y preparación ha sido muy positiva: es notorio el progreso y la innovación en los puntos de venta finales (por ejemplo, vitrinas para presentación de la carne o elaboración de productos convenientes). Este camino de complementación entre las actividades de procesamiento dentro de la industria y en los puntos finales de venta quizás pueda profundizarse en el futuro, cuando el consumo interno sea más sofisticado y demande nuevas presentaciones. Una tendencia alentadora ha sido observada respecto a la distribución del consumo por estrato socio-económico. Algunos estudios preliminares (en Montevideo) muestran que en los últimos años la brecha en el consumo de todas las carnes entre los sectores de mayores y menores ingresos ha disminuido. Además, los sectores de menores ingresos estarían aproximándose a los niveles de consumo de proteína recomendados por los organismos internacionales. Verificar si esta tendencia es la misma a nivel nacional e intentar continuar esta trayectoria parece ser el principal desafío para las políticas de inclusión social, en los próximos años. El principal factor explicativo del aumento del consumo en casi 20% en el último quinquenio es el incremento del salario real en una proporción similar. En la medida que el país siga creciendo y que dicho crecimiento se traslade al poder de compra de los consumidores se podrá sostener el consumo global de carnes, balanceando el mismo entre los diferentes tipos de proteínas. Difícilmente en el futuro Uruguay logre aumentar el consumo per cápita de carne Página 3 de 6 bovina, que ya supera los 60 kg/persona/año y lo ubica en los primeros niveles mundiales. Lo que quizás suceda sea el mantenimiento de un alto nivel de consumo de carnes rojas pero con mayor integración de otras proteínas animales consolidando el consumo global. Un aspecto que fue destacado es que algunas carnes han tenido exoneración de tributos en ciertos períodos y en otras se han propiciado acuerdos voluntarios de precios entre privados. El cuidado de la comercialización en el mercado interno en periodos más críticos (claramente en la postzafra ganadera) es un aspecto sensible, que requiere diálogo y soluciones creativas para administrar los conflictos. Comercialización en el Mercado Externo El sector cárnico logra colocaciones en el exterior por valores cercanos a los 1500 millones de USD. Esta es una cifra muy expresiva para el comercio del país. Adicionalmente algunos de los productos colocados, los de mayor valor, tienen una asociación fuerte con la imagen del país y con las marcas de las empresas por lo que no pueden ser plenamente categorizados como commodities: el origen importa. Dentro de la pauta de exportación naturalmente se destaca la carne bovina. Los volúmenes exportados han estado relativamente estables en niveles cercanos a 370 mil ton pc. La evolución más favorable se ha observado en los valores promedio para las exportaciones de carne bovina, que en la actualidad superan los 4200 USD/ton pc un nivel comparable a los altos valores registrados en los picos del año 2008. En los últimos meses se observa una alternancia en el liderazgo de valores promedio de exportación de carne bovina entre distintos países: USA, Australia, Argentina. Nuestro país ha colocado consistentemente a valores superiores a Brasil y ha alternado su posición respecto a los otros países mencionados (en ocasiones por encima, en ocasiones ligeramente por debajo). Más allá de lo coyuntural lo realmente significativo es que Uruguay siempre está entre los 5 países con mejores valores para la colocación de carne bovina y ovina. Es realmente un logro que esto ya no sea una novedad y habla del alto estándar de calidad logrado por las empresas y por la plataforma que el país les da para desarrollarse (sanitaria, regulatoria, reputación, etc.). Desde el punto de vista de acceso a mercados se destacaron fortalezas y debilidades. Entre las fortalezas se destaca el alto estatus sanitario del Uruguay: libre de aftosa con vacunación, riesgos mínimos de vaca loca. Esto permite ingresar prácticamente a todos los mercados relevantes (más de 100 países) con la excepción de Corea del Sur y Japón. Continuar las gestiones para abrir dichos mercados es la prioridad estratégica inmediata. Entre las debilidades se destacó la condición desventajosa de competencia de Uruguay respecto a algunos competidores significativos (Australia, Nueva Zelanda, USA, Argentina) en mercados importantes para nuestro país como son los de la Unión Europea, la Federación Rusa y el NAFTA. El acceso a un mercado debería contemplar ambos aspectos (sanitario, condiciones de competencia) y esto es algo a analizar con cuidado respecto a nuestros intereses en el Mercosur: Brasil y Argentina también compiten por el acceso a algunos mercados de interés de Uruguay. Marketing de las carnes En la última década ha existido una evolución de los conceptos de marketing de la carne uruguaya, siguiendo los principales eventos productivos y comerciales. La década pasada comenzó con un suceso muy negativo: la aparición de focos de aftosa. En los primeros años la atención se orientó a controlar la emergencia e intentar recuperar los mercados en base a argumentos de seguridad. Como en paralelo se daba una caída del poder adquisitivo de la población, la prioridad fue conseguir colocar altos Página 4 de 6 volúmenes en el exterior. Esta trayectoria fue dominante hasta mediados de la década (2004/5) donde se revirtió el panorama interno y externo. El país como un todo tomó el camino de apostar a una imagen (Uruguay Natural) en base a la cual edificar las distintas marcas por producto. En el caso de la carne se ha ido construyendo una marca que combina lo específico (pastos-código de barras) con lo genérico (país natural). Esta integración reconoce diversos hitos o momentos que van dando más contenido a las propuestas. En forma muy general se puede decir que el esfuerzo público de marketing de las carnes, complementario del privado en el desarrollo de sus propias marcas, ha cambiado desde un enfoque desde la oferta (push) a un enfoque desde la demanda (pull). En un primer momento este empuje tiene como principal destinatario el comprador internacional de carne (mayorista) y por eso los atributos objetivos del país y el producto son los enfatizados. Esta estrategia se comienza a agotar para 2007/2008, en la medida que la colocación de volúmenes está garantizada (más de 100 mercados abiertos, reputación reconocida) y lo que se insinúa es una agenda de mayor agregado de valor por unidad de producto. El intento del sector público (Inac, Ministerios de Turismo y Relaciones Exteriores, Uruguay XXI, etc.) es apoyar una estrategia enfocada a la demanda final (pull, del consumidor) de modo que este sea quien dinamice la cadena de valor. Este es un desafío muy grande: Uruguay es un país pequeño comercialmente y no es sencillo hacer conocer los productos nacionales en los grandes mercados consumidores. En términos generales existió en el Foro un respaldo a los esfuerzos de consolidar una Marca País que identifique a las carnes uruguayas en el mundo. Acciones relativamente simples como el etiquetado obligatorio de cajas y cortes con el logo identificatorio (pastos-códigos de barras) fueron señaladas como positivas, en la medida en que en el diálogo con las empresas exportadoras se han ajustado los procedimientos. La pregunta referente a la necesidad de hacer esfuerzos económicos mayores (inversión) para consolidar esta marca país en las carnes, utilizando una estrategia desde la demanda (pull) tuvo respuestas matizadas. Desde el sector privado exportador se expusieron algunas dudas o limitantes respecto a conseguir una buena relación costo-beneficio en esta estrategia. Finalmente un desafío interesante es la forma de integración de los valores generados por la imagen o marca país (en carnes) y los valores generados por las marcas privadas de las empresas. Debe analizarse cómo se realiza la integración en el caso de marcas nacionales y en el caso de marcas internacionales: diferentes realidades seguramente requieran diferentes soluciones. La pregunta aquí es cuál es la combinación que garantiza la mayor apropiación de valor para el país en su conjunto (empresas, trabajadores, ciudadanos) y cómo se relaciona esto con la inversión realizada por unos y otros. No debe olvidarse que así como las carnes se benefician con un buen posicionamiento del país en el mundo (por ejemplo, por su alto nivel educativo), el Uruguay y sus actividades económicas se benefician con un buen desarrollo de su sector cárnico (por ejemplo, el turismo y todas las actividades conexas). 3- Comentarios finales Los alimentos en general y las carnes en particular están teniendo y tendrán una importante valorización en el mundo. Esto debe ser visto como una oportunidad para Uruguay, país históricamente productor de este tipo de bienes. Lo sucedido en la última década a partir de la recuperación de la crisis del 2001/2 puede catalogarse como positivo. Tanto las empresas ganaderas como la industria frigorífica han superado un crónico endeudamiento y se encuentran en mejor Página 5 de 6 posición comercial para tensiones en los mercados. enfrentar las El consumo doméstico de todas las carnes recuperó niveles históricos y se encuentra en uno de los niveles más altos del mundo, particularmente en carne bovina. Este alto promedio también ha sido acompañado con una buena distribución, lo que resulta alentador en términos de la necesaria equidad. Sin embargo el crecimiento no está exento de dudas y alertas. La ganadería ha perdido competitividad respecto a otras actividades agropecuarias. El incremento de productividad apenas ha sido suficiente para compensar la pérdida de superficie, estabilizando la producción global. Un elemento adicional, consecuencia del éxito en sanidad animal y de la calidad del ganado, es que diversos países se han interesado por llevar ganado en pie desde nuestro país. En el corto plazo esto representa una menor oferta de ganado para la faena con las consecuencias obvias sobre el nivel de actividad industrial y el empleo. Cómo hacer para que las buenas señales de precios actuales, tanto para el engorde como para la cría, perduren en el tiempo es quizás la clave para garantizar que el circuito nacional de procesamiento absorba toda la oferta disponible. fundamentalmente los intereses de la producción de bovinos y ovinos. Algunas propuestas han sido realizadas a efectos de incorporar representaciones empresariales de otras especies (aves, cerdos) y nuevas voces que expresen visiones de otros actores económicos relevantes. Lograr esta integración sin perder eficacia es el desafío futuro para esta institución. El Inac es asesor del Poder Ejecutivo y puede ser también asesor del Poder Legislativo cada vez que este lo demande. La agenda de temas que involucran al desarrollo del sector cárnico es cada vez más amplia e involucra aspectos de sustentabilidad económica, social y ambiental. Lograr un conocimiento técnico profundo de estos temas parece un requisito indispensable para generar legislación específica de calidad en el Uruguay. En relación al soporte institucional, el sector cárnico cuenta con una herramienta con casi 45 años de existencia: el Instituto Nacional de Carnes (Inac). Este instituto tiene una doble misión: por un lado es asesor del Poder Ejecutivo y funciona como una mesa de diálogo público-privada para tratar todos los temas de interés mutuo; por otro es un órgano ejecutivo que implementa las políticas que le son encomendadas por las autoridades nacionales. Este doble rol, asesor-ejecutor, es algo que demanda un balance de modo de lograr la más amplia representatividad sin perder la agilidad en la implementación de soluciones novedosas y con alto nivel de profesionalismo. Siguiendo el representación desarrollo del privada país, la expresa Página 6 de 6