Contenido Contents Recomendaciones específicas para mejorar la práctica médica en urgencias pediátricas. 5 Recomendaciones específicas para enfermería relacionadas con la prevención de caída de pacientes durante la hospitalización. 18 Recomendaciones específicas para mejorar la atención médica en pacientes con dolor torácico. 27 Noticias CONAMED 41 Specific Recommendations to improve the medical practice in Pediatric Emergencies 5 Specific Recommendations for nursing related to the prevention of patients falls during the hospitalization 18 Specific Recommendations to improve medical attention in patients with thoracic pain 27 CONAMED News 41 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 1 Editor Dr. Carlos Tena Tamayo Editor adjunto Dr. Jorge Manuel Sánchez González Consejo editorial Dr. Gabriel Manuell Lee Lic. Agustín Ramírez Ramírez Mtra. Celina Alvear Sevilla Lic. Octavio Casa Madrid Mata Dr. Renaldo Guzmán García Dr. Salvador Casares Queralt Lic. José Luis Ibarra Gil Comité editorial Ministro José Ramón Cossío Díaz, Dr. Alejandro Cravioto Quintana, Dr. Ángel Porfirio Cervantes Pérez, Dra. Juliana González Valenzuela, Dr. Humberto Hurtado Andrade, Sr. Alberto Langoni Cirese, Dra. Luz Elena Gutiérrez de Velasco, Dr. Jaime Lozano Alcazar, Dr. Osvaldo Romo Pizarro, Dr. Carlos Sánchez Basurto, Dr. Julio Sotelo Morales, Dr. Ruy Pérez Tamayo, Mgdo. Jorge Rodríguez y Rodríguez, Dr. Norberto Treviño García Manzo, Dr. Armando Vargas Domínguez. Procedimiento editorial Dr. Luis Ernesto Hernández Gamboa Dra. Esther Mahuina Campos C. L. E. O. Rebeca Victoria Ochoa Diseño y producción L. D. G. Mónica Sánchez Blanco Consejo de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico Antrop. Raquel Bialik de Shkurovich Dr. Fernando Cano Valle Dr. Fernando Bernal Sahagún Dra. María de la Luz García Alonso Mtro. Gonzalo Moctezuma Barragán Dra. Helvia Graciela Rodríguez Ortega Dr. Misael Uribe Esquivel Dr. Diego Valadés Ríos Dr. Rodolfo Darío Vázquez Cardozo Atención y asesoría CONAMED 5420-7000 Lada sin costo: 01 800 711 0658 Correo electrónico: [email protected] Registrada en: Periódica. Indice de Revistas Latinoamericanas en Ciencias (http://dgb.unam.mx/periodica.html) Latindex. Sistema Regional de Información en Línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (www.latindex.org) Indice Mexicano de Revistas Biomédicas Latinoamericanas (www.imbiomed. com.mx) Revista CONAMED es el órgano de difusión de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud, con domicilio en Mitla 250, Esq. Eugenia, Col. Narvarte, C. P. 03020, Delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Tels: 5420-7103 y 5420-7032. Fax: 5420-7109. Correo electrónico: [email protected] Página web: www.conamed.gob.mx Publicación trimestral, Vol. 11, núm. 5, enero-marzo de 2006. Distribución gratuita. Proceso Editorial por la Dirección General de Difusión e Investigación de CONAMED. Editor responsable: Dr. Carlos Tena Tamayo. Impresión: Impresora y Encuadernadora Progreso, Canal del Norte 80, Col. Felipe Pescador, C. P. 06280. Tiraje: 8,000 ejemplares. Distribución autorizada por SEPOMEX PP-DF-025 1098. Certificado de Licitud de Título número: 9969. Certificado de Licitud de Contenido número: 6970. Distribución a suscriptores: Dirección General de Administración. Reserva de derechos al uso exclusivo del título, número: 04-2004-090909324900-102. Los artículos firmados son responsabilidad del autor, las opiniones expresadas en dichos artículos son responsabilidad de sus autores y no necesariamente son endosados por la CONAMED. Se permite la reproducción parcial o total del material publicado citando la fuente e informando a [email protected] Editorial Dr. Jorge M. Sánchez González Los médicos tienen obligaciones ante la sociedad que en muchas formas van en paralelo con sus obligaciones hacia los pacientes individuales. La conducta de los médicos como profesionales y como ciudadanos individuales debe ameritar el respeto de la comunidad. Sin embargo, en el entorno del ejercicio de la medicina actual, muchos individuos, grupos e instituciones juegan un papel en la toma de decisiones médicas y se ven afectados por dichas decisiones. La tensión y competencia entre los intereses de los médicos, pacientes, terceros pagadores, compañías de seguros, industria del litigio, medicina defensiva e instituciones por los recursos sociales y de la atención médica, inevitablemente influencian la relación médico-paciente. En este sentido, y al analizarlo bajo una óptica bioética, la sociedad ha concedido prerrogativas profesionales a los médicos con la expectativa de que usarán su posición para beneficiar a los pacientes. A cambio, los médicos tienen responsabilidad y deben rendir cuentas ante la sociedad por sus acciones profesionales. La sociedad otorga a cada médico los derechos, privilegios y deberes pertinentes a la relación médico-paciente y tiene el derecho de exigir que los médicos sean competentes, que tengan conocimientos y que ejerzan con consideración del paciente como persona. La relación médico-paciente y los principios que la rigen debiera ser lo central en el suministro de atención. Estos principios incluyen la beneficencia, honestidad, confidencialidad, intimidad y defensa cuando los intereses de los pacientes pudieran verse amenazados por procedimientos contrarios. Sin embargo, la atención médica se da en un contexto más amplio que va más allá de la relación médico-paciente. Las preferencias o los intereses de un paciente podrían estar en oposición a los intereses o valores del médico, la institución o el que paga, pero el deber del médico es para con el paciente, y ello implica también evitar que resulte afectado o perciba que algo estuvo mal en su atención, especialmente por una mala comunicación. Es por ello que la CONAMED desde el 2001 conceptualizó, para promover que dicha relación entre médicos y sus pacientes se de en las mejores condiciones, las Recomendaciones para mejorar la práctica profesional, emitiendo ese mismo año las Recomendaciones Generales y a partir de entonces, año tras año se han dado a conocer nuevas propuestas, conformadas por acciones sencillas dirigidas a mejorar la calidad de la atención, mejorar la seguridad del paciente, y la prevención del error y el conflicto o la demanda. Como se ha mencionado en algunos de los números anteriores de esta Revista, uno de los objetivos de la Institución ha sido elaborar y difundir estas Recomendaciones para mejorar la práctica de los profesionales de la salud, dirigidas, como ya se comentó, a promover una mejor calidad de los servicios de salud y la prevención del conflicto derivado del acto médico. En el caso de las Recomendaciones, siempre se ha buscado que dichas acciones estén basadas en el conocimiento generado de los resultados de la investigación y la evaluación de las causas de inconformidad. La calidad de tales Recomendaciones es acreditada por el rigor del método utilizado en la producción de las mismas y avaladas por un Grupo de Validación Externa, conformado por especialistas, líderes de opinión en el tema y representantes de las principales instituciones públicas y privadas del país, así como, de las Academias Nacional de Medicina y Mexicana de Cirugía, y de los Consejos y Asociaciones Nacionales de la especialidad aludida. Lo anterior con la finalidad de que cada uno de los conceptos y el conjunto de Recomendaciones resulten de utilidad para el apoyo de los procesos de consulta, comunicación médico paciente, toma de decisiones y disminución de las inconformidades por parte del paciente, con base en las revisiones sistemáticas de la evidencia científica contenida en las quejas atendidas en la Institución. El objetivo de estas revisiones ha sido analizar de forma exhaustiva y estructurada toda la información y evidencia disponible respecto a las quejas derivadas del acto médico, para que propicien que no se vuelvan a presentar, cuando son tomadas en cuenta. Aunque las Recomendaciones se centran específicamente en las obligaciones de los médicos, en este contexto tan cambiante, es esencial hacer notar que todos los actores tienen la responsabilidad de garantizar que el compromiso ético fundamental entre médicos y pacientes no se socave. Los médicos deben promover el bienestar de sus pacientes en un sistema de atención médica cada vez más complejo. Esto implica ayudar abiertamente a que los pacientes entiendan las recomendaciones clínicas y a que hagan elecciones informadas para seleccionar de entre todas las opciones de atención adecuadas, es decir, la relación médico-paciente se debe concretar ahora, bajo un modelo deliberativo, donde se promuevan las preferencias del paciente con respecto a su atención. Esto incluye el manejo de los conflictos de intereses y compromisos múltiples que surgen en cualquier entorno de ejercicio profesional. La autoridad y discreción clínica vienen acompañadas de responsabilidad. En las Recomendaciones a los médicos, los contenidos son dirigidos a mejorar la información a los pacientes, ya que se trata de propuestas para mejorar la comunicación y las decisiones médicas, permiten a los profesionales aludidos monitorizar su propia práctica clínica. En este número se publican las Recomendaciones de Urgencias Pediátricas, Prevención de caída de paciente y Dolor Torácico, con nuestro profundo agradecimiento a todos los integrantes de los Grupos de Validación Externa, quienes contribuyeron de manera fundamental a la revisión, corrección y ajuste de la propuesta de esta Institución y vertieron toda su experiencia clínica para trasformar este documento en un producto útil para los profesionales de la salud. Esperamos que las presentes Recomendaciones tengan la favorable acogida recibida por las anteriores, invitando a nuestros amables lectores a revisar estos documentos y reflexionar en relación a sus contenidos, sancionarlos bajo estricto escrutinio y por último atraerlos a compartir sus reflexiones en el correo: [email protected], que se encuentra a su disposición para tal efecto. Dr. Jorge Sánchez González Director General de Difusión e Investigación 4 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 RECOMENDACIONES ESPECÍFICAS PARA MEJORAR LA PRÁCTICA MÉDICA EN URGENCIAS PEDIÁTRICAS HECHOS RELEVANTES 1.- Una urgencia médica es una situación grave que se plantea súbitamente, y amenaza la vida o la salud de una persona, o de un grupo de individuos. 2.- El Reglamento de Atención Médica de la Ley General de Salud define como urgencia, todo problema médico-quirúrgico agudo, que ponga en peligro la vida, un órgano o una función y que requiera atención inmediata. 3.- El 50% de los pacientes fueron atendidos por pediatras, 39.3% por médicos familiares. 4.- La congruencia diagnóstica fue 11.6% de los casos evaluados. 5.- Las causas específicas de inconformidad más frecuentes fueron diagnóstico erróneo 50.9%, tratamiento o diagnóstico insatisfactorio 15.2% y diagnóstico inoportuno 10.7%. 6.- Se identificó mala práctica en 42.6% de los casos analizados, y 29.5% de los expedientes estuvieron incompletos y no fue posible pronunciarse sobre la calidad de la atención otorgada. 7.- Las principales causas de muerte en los casos analizados fueron: traumatismos 46.1%, choque séptico 23.1% y problemas hematológicos 15.4%. 8.- Las Normas Oficiales Mexicanas que regulan la atención de los pacientes pediátricos son: • NOM-168-SSA1-1998, Del expediente clínico, • NOM-007-SSA2-1993, Para la Atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio y del recién nacido, • NOM-031-SSA2-1999, Para la atención del niño, y • NOM-197-SSA1-2000, Que establece los requisitos mínimos de infraestructura y equipamiento de hospitales y consultorios de atención médica especializada. Nota: Las recomendaciones incluidas en la presente guía, son resultado de la valoración de evidencia médica y apoyos disponibles, las cuales deben aún ser revisadas y estar en actualización continua. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 5 Recomendaciones específicas para mejorar la práctica médica en urgencias pediátricas. Specific Recommendations to improve the medical practice in Pediatric Emergencies. Tena Tamayo Carlos1 , Hernández Gamboa Luis E.1 , Manuell Lee Gabriel R.1, SánchezGonzález Jorge M.1, Cortés Gallo Gabriel2 Rodríguez Soto Guillermo1, Campos Castolo E. Mahuina1, Victoria Ochoa Rebeca1 Loredo Abdalá Arturo3 ,Pezzotti y Rentería Miguel Angel3 , Veliz Pintos Remigio4 Álvarez Vázquez Eduardo4, Vega López Manuel5 , Jáuregui Pulido Salvador5 Reynés Manzur José Nicolás6 Rodríguez Weber Miguel Angel7 González Lara Carlos David8 Rodríguez Romeo S.9 Serrano Sierra Alejandro9 1 Comisión Nacional de Arbitraje Médico Consejo Mexicano de Certificación en Pediatría. 3 Academia Nacional de Pediatría 4 Consejo Mexicano de Certificación en Pediatría 5 Confederación Nacional de Pediatría 6 Asociación Mexicana de Pediatría, AC. 7 Instituto Nacional de Pediatría 8 Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS. 9 Hospital Infantil de México “Federico Gómez” 2 6 I. INTRODUCCIÓN Y ANTECEDENTES a) Definición e historia Pediatría, compuesta etimológicamente por los vocablos griegos paidos e iatros, significa literalmente medicina del niño. En la definición actual, es la rama de la medicina que estudia al ser humano durante sus etapas de crecimiento somático y de desarrollo funcional, psicológico y social, siempre correlacionados con el ambiente en el que se desenvuelve. Urgencia, desde la perspectiva clínica, se define como una situación grave que se plantea súbitamente y amenaza la vida o la salud de una persona o de un grupo de individuos. Desde el enfoque médico-legal, la Ley General de Salud, en su Reglamento en Materia de Prestación de Servicios de Atención Médica, plantea en su ARTICULO 72: “Se entiende por urgencia, todo problema médico-quirúrgico agudo, que ponga en peligro la vida, un órgano o una función y que requiera atención inmediata”. La medicina de urgencias surgió en la década de 1960, en los países desarrollados, y se orientaba al manejo de problemas cardiovasculares y reanimación del paciente politraumatizado grave. Poco a poco evolucionó al complejo sistema actual, donde se atiende gran diversidad de enfermedades, que sólo tienen en común que se presentan en forma aguda y necesitan atención inmediata. El servicio de urgencias, hoy es considerado como uno de los pilares de la atención hospitalaria, y representan además, la vía más común de acceso a los servicios de internamiento. Hacia 1978, se inició la reorganización de los servicios de urgencias pediátricas, aunque México aún está lejos de lograr la avanzada organización de los sistemas anglosajones. La diferencia estriba en dos factores trascendentes: 1) un sólido sistema de medicina prehospitalaria que permite el manejo lo más temprano posible de cada paciente, su traslado al nivel de resolución más apropiado, en las mejores condiciones, y en el menor tiempo; y 2) un sistema bidireccional de comunicación, que permite el contacto y cooperación regionalizada entre los servicios de atención prehospitalaria, así como entre los hospitales, con uso óptimo de tiempo y recursos. Los recursos obligados en cualquier departamento de urgencias pediátricas son: médicos calificados con conocimiento y habilidades para la valoración y estabilización de pacientes con enfermedades agudas que ponen en peligro la vida, así como insumos e infraestructura suficientes para brindar la asistencia durante 24 horas al día, a cualquier persona que lo solicite (independientemente de su capacidad de pago), y tener acceso a un sistema de referencia interhospitalaria. La Academia Americana de Pediatría y el Colegio Americano de Médicos de Urgencias clasificaron en 1989 los servicios de urgencias pediátricas en tres niveles, de acuerdo con su complejidad, de mayor a menor: • Nivel I: Cuenta con amplios recursos tecnológicos y subespecialistas en todas las áreas, así como un área de cuidados intensivos. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 • Nivel II: Posee equipo y personal pediátricos, pero carece de subespecialistas y de algunas áreas especializadas (cuidados intensivos, por ejemplo). • Nivel III: Cuenta con un mínimo de recursos pediátricos, pero tienen capacidad para estabilizar y trasladar pacientes con problemas menores. El personal de urgencias, tanto médico como de enfermería, deben ser especialistas con conocimientos y criterio sólidos y amplios, que le permitan jerarquizar eficazmente a los pacientes, así como las características psicológicas adecuadas para tolerar la alta demanda de atención que habrán de enfrentar. La capacidad para jerarquizar, es la habilidad más relevante, y se define como “ordenar las prioridades del tratamiento de un individuo en la sala de urgencias, independientemente del motivo de consulta”. Para ello, son de suma utilidad los protocolos de atención que han pasado la prueba del tiempo y comprobado ampliamente su eficacia. El protocolo más difundido es la Evaluación ATLS y su correspondiente APLS (Advanced Pediatric Life Support). México es un país joven, pues la tercera parte de la población es menor de 15 años. La tasa de natalidad es de 21,6 por 1000, es decir, tenemos aproximadamente 2’272,000 nuevos mexicanos por año, con 1.4% de crecimiento anual. Los egresos reportados de pacientes menores a 15 años en el Sistema Nacional de Salud en 2001 representaron el 17.3% del total (712,279 egresos de menores), esto es, cerca de uno de cada cinco atenciones hospitalarias en México se da a pacientes pediátricos; ello refleja la importancia de este segmento de población. (CUADRO I) Las tres causas más frecuentes de mortalidad en esta población fueron: ciertas afecciones originadas en el período perinatal (25.8%), enfermedades del sistema respiratorio (18.2%), traumatismos, envenenamientos y algunas otras consecuencias de causas externas (10.4%). En conjunto, representan más de la mitad de todas la muertes en menores de 15 años. (CUADRO II) b) Epidemiología Es relevante señalar, que nuestra legislación establece que “los establecimientos públicos, sociales y privados que brinden servicios de atención médica para el internamiento de enfermos, están obligados a prestar atención inmediata a todo usuario, en caso de urgencia que ocurra en la cercanía de los mismos” (Artículo 71 del Reglamento de Atención Médica de la Ley General de Salud). “El responsable del servicio de urgencias del establecimiento, está obligado a tomar las medidas necesarias, que aseguren la valoración médica del usuario y el tratamiento completo de la urgencia, o la estabilización de sus condiciones generales para que pueda ser transferido”. Los niños representan uno de los grupos más vulnerables en términos de morbilidad y mortalidad, lo cual es debido a las condiciones especiales en que se encuentran durante la etapa perinatal y la infancia, relacionados con los procesos biológicos de la reproducción, crecimiento y desarrollo. La calidad y eficacia de los cuidados perinatales y a la población infantil, son indicadores básicos internacionales de la eficiencia de los servicios de salud de cada país. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 c) Aspectos legales 7 CUADRO I: Diagnósticos de egreso reportados en 2001, por grupos de edad Causa < 1 año % 1 a 4 años % 5 a 14 años % Subtotal <15 años % Otras edades % Total Total 325.360 8 161.405 4 225.514 6 712,279 17,3 3.414.781 82.7 4.127.060 Ciertas afecciones originadas en el período perinatal 183.469 100 168 0,1 0 0 183.637 4,4 3 0,0 183.640 Enfermedades del sistema respiratorio 42.715 17 53.554 22 33.115 13 129.384 3,1 117.477 47.6 246.861 Traumatismos, envenenamientos y algunas otras consecuencias de causas externas 4.180 1,4 20.241 6,6 49.429 16 73.850 1,8 232853 75.9 306.703 Ciertas enfermedades infecciosas y parasitarias 21.044 18 25.165 22 13.285 12 59.494 1,4 56.445 48,7 115.939 Enfermedades del sistema digestivo 6.467 2 11.711 3 35.522 8 53.700 1,3 371.496 87,4 425.196 Malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas 20.483 35 13.621 23 13.345 23 47.449 1,1 11684 19,8 59.133 Factores que influyen en el estado de salud y contacto con los servicios de salud 28.017 23 1.359 1,1 3.165 3 32.541 0,8 90404 73,5 122.945 Enfermedades del sistema genitourinario 2.082 1 6.845 2 17.023 5 25.950 0,6 293.462 91,9 319.412 Tumores (neoplasias) 1.328 0,6 5.574 2 13.601 6 20.503 0,5 210.384 91,1 230.887 Síntomas, signos y hallazgos anormales clínicos y de laboratorio, no clasificados en otra parte 3.756 6,2 5.573 9,2 7.271 12 16.600 0,4 44030 72,6 60.630 Otros diagnósticos de egreso 11829 0,6 17594 0,9 39758 1,9 69181 3,47 1986543 96,6 2055714 (Artículo 73).“ Cuando los recursos del establecimiento no permitan la resolución definitiva del problema, se deberá transferir al usuario a otra institución del sector, que asegure su tratamiento y que estará obligada a recibirlo” ( Artículo 74 ).“El traslado se llevará a cabo con recursos propios de la unidad que hace el envío, bajo la responsabilidad de su encargado y conforme a las normas respectivas. De no contarse con los medios de transporte adecuados, se utilizarán los de la institución receptora.” (Art. 75). 8 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 CUADRO II: Mortalidad hospitalaria por capítulo de causa según grupos de edad, 2001* Capítulo XVI Causa < 1 año** 1 a 5 años** 5-14 años** TOTAL** % Ciertas afecciones originadas en el período perinatal 183.469 168 0 183.637 25,8 Enfermedades del sistema respiratorio 42.715 53.554 33.115 129.384 18,2 Traumatismos, envenenamientos y algunas otras consecuencias de causas externas 4.180 20.241 49.429 73.850 10,4 Ciertas enfermedades infecciosas y parasitarias 21.044 25.165 13.285 59.494 8,4 Enfermedades del sistema digestivo 6.467 11.711 35.522 53.700 7,5 Malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas 20.483 13.621 13.345 47.449 6,7 Factores que influyen en el estado de salud y contacto con los servicios de salud 28.017 1.359 3.165 32.541 4,6 Enfermedades del sistema genitourinario 2.082 6.845 17.023 25.950 3,6 Tumores (neoplasias) 1.328 5.574 13.601 20.503 2,9 Síntomas, signos y hallazgos anormales clínicos y de laboratorio, no clasificados en otra parte 3.756 5.573 7.271 16.600 2,3 VI Enfermedades del sistema nervioso 3.164 3.452 5.421 12.037 1,7 IV Enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas 3.912 3.187 3.215 10.314 1,4 Enfermedades de la piel y del tejido subcutáneo 1.215 3.120 5.278 9.613 1,3 466 1.983 6.409 8.858 1,2 1.303 2.472 3.741 7.516 1,1 0 0 7.966 7.966 1,1 X XIX I XI XVII XXI XIV II XVIII XII XIII III Enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido conjuntivo Enfermedades de la sangre y de los órganos hematopoyéticos, y ciertos trastornos que afectan el mecanismo de la inmunidad XV Embarazo, parto y puerperio VII Enfermedades del ojo y sus anexos 469 1.627 2.954 5.050 0,7 IX Enfermedades del sistema circulatorio 988 931 2.370 4.289 0,6 Enfermedades de oído y de la apófisis mastoides 214 619 1.554 2.387 0,3 Trastornos mentales y del comportamiento 88 203 850 1.141 0,2 325.360 161.405 225.514 712.279 100 VIII V TOTAL * Modificado de: SINAIS, México, 2001. ** Número de defunciones reportadas por causa y por grupo de edad. Nota: El siguiente grupo de edad disponible es 15 a 44 años, el cual involucra parte de la población en edad pediátrica, pero no es posible desagregarla. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 9 El incumplimiento de esta obligación significa un delito, definido en el artículo 335 del Código Penal Federal, donde se establece que “a quien abandone a una persona enferma, teniendo obligación de cuidarlo, se le aplicará de un mes a cuatro años de prisión”. Las Normas Oficiales Mexicanas que regulan la atención de los pacientes pediátricos son: NOM-168-SSA1-1998, Del expediente clínico, NOM-007-SSA2-1993, Para la Atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio y del recién nacido y NOM-031-SSA2-1999, Para la atención del niño. Así mismo, nuestra legislación prevee las características mínimas que debe tener un servicio de urgencias pediátricas; la Norma Oficial Mexicana NOM-197-SSA1-2000, que establece los requisitos mínimos de infraestructura y equipamiento de hospitales y consultorios de atención médica especializada señala en su numeral 6.4.4: “Debe contar con módulo de control y recepción, cubículo de valoración, de observación, sala de curaciones, área de descontaminación, área de hidratación cuando se atiendan urgencias pediátricas, trabajo de enfermeras, sanitarios para el personal y sala de espera con sanitario público, como ya se estableció en otros numerales de esta norma, estas facilidades pueden ser compartidas”. Todo el personal de salud que labora en servicios de urgencias, debe conocer estas disposiciones normativas. urgencias, recibidas en la CONAMED en el periodo de julio de 1997 a diciembre de 2003. Los registros, se obtuvieron del Sistema de Atención de Quejas Médicas (SAQMED), que captura las inconformidades de los usuarios de los servicios de salud. Se conformó una base de datos con las siguientes variables: edad y género del paciente, entidad federativa de procedencia de la queja, institución de salud involucrada, motivo y submotivo de la queja. Se solicitó la información de la Valoración Médica Integral (VMI), al área de Calidad e Informática, con la finalidad de identificar los diagnósticos y los procedimientos quirúrgicos involucrados. Por medio del análisis de la VMI se obtuvo la información relacionada con el estatus del paciente. Finalmente, se codificaron las variables y se realizó análisis univariado, posteriormente se estratificaron por grupos de edad. Se elaboró un documento interno con recomendaciones, que fueron validadas en una segunda fase por un grupo de expertos de las siguientes instituciones: Academia Mexicana de Pediatría, Consejo Mexicano de Certificación en Pediatría, Confederación Nacional de Pediatría, Asociación Mexicana de Pediatría, Instituto Nacional de Pediatría, Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI y Hospital Infantil de México «Federico Gómez”. Como resultado, se emitieron las Recomendaciones Específicas para Mejorar la Práctica Médica en Urgencias Pediátricas. B) RESULTADOS DEL ANÁLISIS II. ANÁLISIS DE LAS QUEJAS PRESENTADAS ANTE LA CONAMED A) METODOLOGIA UTILIZADA PARA EL ANÁLISIS DE LAS QUEJAS DE LA CONAMED RELACIONADAS CON URGENCIAS EN PEDIATRÍA En el presente estudio se incluyeron todas las quejas de la especialidad de Pediatría referentes a la atención de 10 Total de casos De las 112 quejas, el mayor número se presentó en los años 1997 y 2000 con el 18% en cada caso y el menor en el año 2001 con el 3.5% de la muestra. Gráfica 1 En la gráfica 2, se describe esta distribución y destaca que el mayor porcentaje se presentó en el conjunto de 1 a 5 años (51 casos), seguido por el grupo de 6 a 10 años (40 casos). Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 En la muestra estudiada, 6 de cada 10 casos correspondieron al género masculino. Las TABLAS I y II describen los diagnósticos agrupados por entidades clínicas al inicio y al final de la atención. La concordancia diagnóstica fue 11.6%. Tabla I DIAGNÓSTICO INICIAL AGRUPADO POR ENTIDADES Frecuencia % Infecciones de las vías respiratorias altas 29 25.9 Traumatismos 25 22.3 Parasitosis y diarreas 15 13.4 Padecimientos no infecciosos de las vías digestivas 13 11.6 Infecciones de las vías respiratorias bajas 6 5.4 Padecimientos de las vías urinarias 5 4.5 Registro omitido 2 1.8 Otras infecciones 8 7.1 Otros padecimientos de aparatos o sistemas no mencionados 9 8.0 112 100 Frecuencia % Padecimientos de las vías digestivas 28 25 Traumatismos 17 15.2 Infecciones de las vías respiratorias bajas 16 14.3 Mismo diagnóstico 13 11.6 Procesos infecciosos 8 7.2 Padecimientos de vías urinarias 4 3.6 Problemas hematológicos 3 2.6 Problemas oftalmológicos 3 2.6 Infecciones vías respiratorias altas 2 1.8 Registro omitido 1 0.9 Otros padecimientos 17 15.2 112 100 TOTAL Tabla II DIAGNÓSTICO FINAL AGRUPADO POR ENTIDADES TOTAL Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 11 Es relevante hacer notar que la problemática detectada, tiene que ver con diagnósticos importantes para la vida o la función de los menores, ya que sólo en 4 de 19 casos se sospecho apendicitis como diagnóstico inicial, 7 de ellas perforadas, las cuales fueron resueltas en una unidad distinta a la que realizó la primera valoración; lo mismo ocurrió con las torsiones testiculares, pues sólo en un caso, de los tres menores con este problema, se estableció como sospecha primaria. Con relación a la institución involucrada, el mayor porcentaje se presentó en las instituciones de la seguridad social (90.2%), seguidas por los atendidos en la Secretaría de Salud (6.3%), instituciones privadas (2.7%) y, por último, en un caso no se especificó quién lo atendió (0.8%). Así mismo, es de hacer notar que el mayor número de quejas provino del Distrito Federal (41.1%) y Estado de México (20.5%), ambas sumaron 61% del total. El 39% restante se generó en otros 19 Estados de la República. Motivos generales y específicos de las Quejas Pediátricas. El 44.6%, se produjo por inconformidades con el diagnóstico, seguido del tratamiento médico con el 37.5%. En el resto se englobaron diversas causas, entre ellas: relación médico-paciente inadecuada, tratamiento quirúrgico, hospitalización, atención inicial y desinformación. Las causas específicas, derivadas del motivo de la queja, se distribuyeron de la siguiente forma: diagnóstico erróneo, 50.9%; tratamiento o diagnóstico insatisfactorio, 15.2%; diagnóstico inoportuno, 10.7%; el resto engloba alta prematura, atención inoportuna, complicaciones secundarias, diferimiento de la atención, negación de la misma, tratamiento no aplicado, o atención por personal no calificado. Del total de casos, 50% fueron atendidos por pediatras, 39.3% por médicos familiares y el resto por diversos campos del conocimiento médico, como cirujanos pediatras, traumatólogos, otorrinolaringólogos, entre otros. La primera atención, en el 55.4% de los pacientes, fue brindada por pediatras, y 36.6% por médicos familiares; las subsecuentes, 30.4% por pediatras; 11.6 en instituciones, por cirugía general o pediátrica y 28.6% por médicos privados, sin poder determinar el nivel académico de los mismos. En opinión de la Comisión Nacional, en 42.6% de los casos se identificaron elementos de mala práctica, en 27.9% no, y en los restantes no se dispuso de elementos para pronunciarse sobre la calidad de la atención otorgada. Defunciones Por último es de resaltar el hecho de que de los 112 casos atendidos, 13 (11.6%) fallecieron. Las causas de muerte se detallan en la TABLA III. Tabla III MORTALIDAD Frecuencia % Traumatismos 6 46.1 Choque séptico 3 23.1 Problemas hematológicos 2 15.4 Choque hipovolémico 1 7.7 Broncoaspiración de contenido gástrico 1 7.7 13 100 TOTAL Con relación al tipo de conclusión, 91.1% fueron quejas presentadas ante esta Institución, mientras que el resto fueron dictámenes emitidos para ilustrar a las autoridades peticionarias acerca de la atención médica proporcionada, generadora de una denuncia. Ciento dos casos se atendieron en conciliación, de ellos, 40.2% se solucionaron mediante convenio, en 50.9% no hubo acuerdo y 3.6% se estimaron improcedentes. De los 57 casos no conciliados, 45.6% concluyó su diferencia en arbitraje tras la emisión de un laudo, en el resto no fue posible para la institución entrar al estudio a fondo del caso, en esa oportunidad. III. DISCUSIÓN Uno de los problemas que representa un alto porcentaje de la morbilidad infantil, es el retraso en la atención médica de las urgencias pediátricas; y se refieren a errores en la medicación, falta de conocimientos y destrezas, infraestructura no idónea para la atención de pacientes pediátricos, y comunicación inadecuada entre médicos, equipo de salud y familiares. Es importante influir en el personal de salud que atiende los servicios de urgencias, para que aplique los diferentes protocolos de manejo del paciente pediátrico que demanda una atención, haciendo uso de las técnicas y procedimientos que tienen mayor probabilidad de producir un desenlace favorable. Cursos como ATLS, APLS, RAP, Reanimación Neonatal 12 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 Avanzada, Toxicología, y los que de ellos se derivan, son de importancia vital, porque proporcionan al médico de urgencias la metodología necesaria, la seguridad indispensable, aminora el estrés y llega a establecer la diferencia entre la vida y la muerte cuando las condiciones del paciente son de extrema gravedad. Llama la atención que la congruencia diagnóstica fue 11.6% (n=13), es decir, en cerca de 9 de cada 10 casos el diagnóstico establecido en la evaluación inicial fue distinto del diagnóstico final. Esto es especialmente grave si observamos que no se sospechó el diagnóstico en 15 de 19 casos (78.9%) con apendicitis aguda y 2 de 3 casos (66.7%) con torsión testicular y por tanto, no se completó el protocolo de estudio conducente. Esta situación amerita la atención inmediata y actualización de habilidades, destrezas y apego a protocolo de manejo de dolor abdominal agudo en menores, para disminuir el riesgo y mejorar la seguridad del paciente al momento de recibir atención médica. Cierto es que en algunos casos, los padres de los pacientes decidieron el egreso voluntario del menor antes de completar el estudio, lo cual hace suponer deficiencias en la comunicación, pues se puede inferir que no se informó suficientemente a los padres acerca del tiempo de observación y estudios paraclínicos requeridos para integrar adecuadamente el diagnóstico. Esta apreciación es avalada por la observación de que tres de cada cinco quejas fueron causadas específicamente por la percepción de diagnóstico erróneo (50.9%) o inoportuno (10.7%), y 40.2% pudieron solucionarse mediante conciliación. En consonancia con la estadística nacional presentada en los cuadros I y II, la mayoría de las muertes ocurrieron por traumatismos (46.1%), como parte de los problemas de salud emergentes en la población infantil de los países en desarrollo, que tienen que afrontar, además de las enfermedades asociadas a la pobreza, la incidencia creciente de traumatismos y enfermedades no transmisibles en niños, para los cuales sus sistemas de salud no están aún lo suficientemente preparados1 . Otro punto relevante es que el médico pediatra conozca los criterios legales y jurídicos vinculados con su actividad, de manera que esté en posibilidad y disposición de apegarse al marco regulatorio en su actuar profesional, y solicitar a las instituciones, al resto del equipo de salud y a los mismos pacientes, que cumplan con dichas ordenanzas. En la revisión se observaron desviaciones importantes a la lex artis médica en pediatría, pues en 42.6% de los casos analizados se identificó mala práctica, y en cerca de un tercio (29.5%) los expedientes estuvieron incompletos y no fue posible determinar si la atención médica que recibieron los pacientes fue adecuada. Es importante reconocer las limitaciones humanas y estructurales para ofrecer al paciente las mejores condiciones para su tratamiento integral. El manejo de las urgencias pediátricas representa una gran responsabilidad, pues el personal de salud se enfrenta con situaciones difíciles, que ponen en peligro la vida de sus pacientes, en las que la prontitud del diagnóstico y la toma de decisiones sobre el tratamiento, influirá sobre el futuro de los mismos. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 IV. RECOMENDACIONES ESPECIFICAS PARA MEJORAR LA PRÁCTICA MÉDICA EN URGENCIAS PEDIÁTRICAS Se realizó el análisis de las inconformidades relacionadas con la especialidad de Pediatría, y se identificó que la atención de las urgencias pediatricas tenía dificultades particulares, meritorias de elaboración de recomendaciones específicas. Se revisó la literatura médica y se analizaron las inconformidades que fueron presentadas ante CONAMED. Con dicha información, se elaboró una monografía básica, que fue validada internamente por un grupo de médicos especialistas de la Institución, y en una fase posterior, se sometió a la consideración de expertos en pediatría, líderes de opinión en el país, para su validación externa. Los grupos sostuvieron varias reuniones de trabajo, para consensuar criterios y plasmar sus observaciones en un documento final. Con la colaboración de la Academia Mexicana de Pediatría, el Consejo Mexicano de Certificación en Pediatría, la Confederación Nacional de Pediatría, la Asociación Mexicana de Pediatría A.C; el Instituto Nacional de Pediatría, el Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, el Hospital Infantil «Federico Gómez» y la CONAMED, se establecieron seis recomendaciones, que se describen a continuación: 1. REALIZAR UNA EVALUACIÓN PEDIÁTRICA CON DESTREZA. • • • • • Tomar decisiones con base a una historia clínica corta. Evaluar inicialmente y tratar de inmediato, para estabilizar signos vitales. Realizar una rápida exploración física, con el niño desnudo. Efectuar una evaluación secundaria, con paciente desnudo y posterior a la estabilización de signos vitales. Prescribir analgésicos y antibióticos cuando sean indispensables, con un posible diagnóstico fundamentado. 2. ASEGURAR UN BUEN SEGUIMIENTO DEL PACIENTE, APLICANDO LA VALORACIÓN DE YALE EN CASOS CON: • • • • • • Dolor abdominal agudo. Síndrome febril. Intoxicaciones. Faringoamigdalitis y otitis. Sospecha de apendicitis. Descompensación o complicación de enfermedades crónico-degenerativas. 3. CONOCER CON EXACTITUD DENTRO DEL SERVICIO DE URGENCIAS: • Los medicamentos y sus dosis, aplicables a cada grupo de edad. 13 • • El equipo disponible y manejarlo adecuadamente. Realizar un mantenimiento constante del equipo. • 4. DESARROLLAR Y APLICAR PROTOCOLOS ESPECÍFICOS EN PACIENTES CON: • • • • • • • • • • • Signos vitales anormales. Insuficiencia respiratoria. Paro cardiopulmonar (ABC). Choque y coma. Estado epiléptico. Traumatismo mayor o múltiple. Quemaduras extensas. Sangrado agudo y abundante. Crisis asmática. Anafilaxis. Cuerpos extraños en vías aéreas. 5. RECONOCER COMO ACCIÓN PRIORITARIA DE SALUD AL NIÑO ACCIDENTADO, INTOXICADO O QUEMADO. • Realizar una valoración rápida en pacientes traumatizados conservando: Adecuada permeabilidad aérea e inmovilización de columna cervical con atención especial a una posible lesión medular. B Ventilación adecuada. Circulación óptima (acceso intravascular, cateterización y restauración de líquidos). Discapacidad mínima o nula (examen neurológico rápido). Exploración clínica completa (con paciente desnudo y evitando la hipotermia), sin limitarla con el hallazgo de una lesión aparente. 14 • • • • Contar con guías de manejo debidamente avaladas de los padecimientos, accidentes e intoxicaciones más frecuentes en pediatría: traumatismos craneoencefálicos, politraumatismos, quemaduras, intoxicaciones, crisis convulsivas, insuficiencias cardiaca y respiratoria, etc. Brindar un manejo multidisciplinario e integral, aprovechando al máximo los recursos materiales y humanos, o de ser necesario, tramitar de inmediato su traslado. Implementar acciones preventivas para reducir su prevalencia y posibles complicaciones. Actualizar los conocimientos y destrezas para el manejo de las urgencias y accidentes más frecuentes en el campo de la pediatría. Informar y educar a los padres sobre los riesgos más comunes de accidentes en el niño y de las unidades médicas y servicios de urgencias de los que podrán hacer uso de primera instancia en caso de requerirlo. 6. EL PERSONAL DEL SERVICIO DE URGENCIAS DEBE: • • • • • • Asegurar que el paciente sea trasladado al nivel de atención más apropiado, en las mejores condiciones y el menor tiempo posible. Mantener intercomunicación y colaboración entre los diferentes Servicios y Departamentos de Urgencias. Tener entrenamiento en la misma área de urgencias para manejo específico de pacientes y equipo. Cerciorarse de contar con el equipo médico, instrumental quirúrgico, medicamentos y personal de apoyo indispensables para la adecuada atención de la urgencia verdadera. Tener entrenamiento y certificación en reanimación pediátrica avanzada. Asegurar la supervisión de los servicios de urgencias pediátricas las 24 horas. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 ANEXO HECHOS RELEVANTES RECOMENDACIONES RECOMENDACIONES ESPECÍFICAS PREVIENE 50% fueron atendidos por pediatras, 39.3% por médicos familiares. La congruencia diagnóstica fue 11.6% de los casos evaluados. 1. REALIZAR UNA EVALUACIÓN PEDIÁTRICA CON DESTREZA. •Tomar decisiones con base a una historia clínica corta. • Evaluar inicialmente y tratar de inmediato para estabilizar signos vitales. • Realizar una rápida exploración física, con el niño desnudo. • Efectuar una evaluación secundaria, con paciente desnudo y posterior a la estabilización de signos vitales. • Prescribir analgésicos y antibióticos cuando sean indispensables, con un posible diagnóstico fundamentado. • Errores diagnósticos • Diagnóstico inoportuno • Tratamiento erróneo • Complicaciones y secuelas • Errores diagnósticos • Diagnóstico inoportuno • Tratamiento erróneo • Complicaciones y secuelas Las causas específicas de inconformidad más frecuentes fueron diagnóstico erróneo 50.9%, tratamiento o diagnóstico insatisfactorio 15.2% y diagnóstico inoportuno 10.7%. 2. ASEGURAR UN BUEN SEGUIMIENTO DEL PACIENTE, APLICANDO LA VALORACIÓN DE YALE EN CASOS CON: • Dolor abdominal agudo. • Síndrome febril. • Intoxicaciones. • Faringoamigdalitis y otitis. • Sospecha de apendicitis. • Descompensación o complicación de enfermedades crónico-degenerativas. • Errores diagnósticos • Diagnóstico inoportuno • Tratamiento erróneo • Complicaciones y secuelas • Inconformidades por atención deficiente. Los motivos de las quejas se relacionaron con el diagnóstico en 44.6% y con el tratamiento en 37.5%. 3. CONOCER CON EXACTITUD DENTRO DEL SERVICIO DE URGENCIAS: • Los medicamentos y sus dosis aplicables a cada grupo de edad. • El equipo disponible y manejarlo adecuadamente. • Realizar un mantenimiento constante del equipo. • Tratamiento tardío o erróneo • Accidentes • Complicaciones y secuelas Se identificó mala práctica en 42.6% de los casos analizados, y 29.5% de los expedientes estuvieron incompletos y no fue posible pronunciarse sobre la calidad de la atención otorgada. 4. DESARROLLAR Y APLICAR PROTOCOLOS ESPECÍFICOS EN PACIENTES CON: • Signos vitales anormales. • Insuficiencia respiratoria. • Paro cardiopulmonar (ABC). • Choque y coma. • Estado epiléptico. • Traumatismo mayor o múltiple. • Quemaduras extensas. • Sangrado agudo y abundante. • Crisis asmática. • Desequilibrio hidroelectrolítico. • Anafilaxis. • Cuerpos extraños en vías aéreas. • Errores diagnósticos • Diagnóstico inoportuno • Tratamiento erróneo • Complicaciones y secuelas • Negligencia • Impericia Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 15 HECHOS RELEVANTES RECOMENDACIONES RECOMENDACIONES ESPECÍFICAS PREVIENE Las principales causas de muerte en los casos analizados fueron: traumatismos 46.1%, choque séptico 23.1% y problemas hematológicos 15.4%. • Realizar una valoración rápida en pacientes 5. RECONOCER COMO traumatizados conservando: ACCIÓN PRIORITARIA DE Adecuada permeabilidad aérea e SALUD AL NIÑO inmovilización de columna cervical con ACCIDENTADO, atención especial a una posible lesión INTOXICADO O medular. QUEMADO. B Ventilación adecuada. Circulación óptima (acceso intravascular, cateterización y restauración de líquidos). Discapacidad mínima o nula (examen neurológico rápido). Exploración clínica completa (con paciente desnudo y evitando la hipotermia), sin limitarla con el hallazgo de una lesión aparente. • Contar con guías de manejo debidamente avaladas de los padecimientos, accidentes e intoxicaciones más frecuentes en pediatría: traumatismos craneoencefálicos, politraumatismos, quemaduras, intoxicaciones, crisis convulsivas, insuficiencias cardiaca y respiratoria, etc. • Brindar un manejo multidisciplinario e integral, aprovechando al máximo los recursos materiales y humanos, o de ser necesario, tramitar de inmediato su traslado. • Implementar acciones preventivas para reducir su prevalencia y posibles complicaciones. • Actualizar los conocimientos y destrezas para el manejo de las urgencias y accidentes más frecuentes en el campo de la pediatría. • Informar y educar a los padres sobre los riesgos más comunes de accidentes en el niño y de las unidades médicas y servicios de Urgencias de los que podrán hacer uso de primera instancia en caso de requerirlo. • Errores diagnósticos • Diagnósticos tardíos • Tratamiento inoportuno • Complicaciones • Secuelas • Discapacidad • Muerte • Negligencia • Expectativas irreales de los familiares • Desinformación • Inconformidades Las Normas Oficiales Mexicanas que regulan la atención de los pacientes pediátricos son: • NOM-168-SSA1-1998, Del expediente clínico, • NOM-007-SSA2-1993, Para la Atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio y del recién nacido, • NOM-031-SSA2-1999, Para la atención del niño, y • NOM-197-SSA1-2000, Que establece los requisitos mínimos de infraestructura y equipamiento de hospitales y consultorios de atención médica especializada. 6. EL PERSONAL DEL SERVICIO DE URGENCIAS DEBE: • Errores diagnósticos • Diagnósticos tardíos • Tratamiento inoportuno • Complicaciones • Secuelas • Discapacidad • Muerte • Negligencia • Expectativas irreales de los familiares • Desinformación • Inconformidades 16 Asegurar que el paciente sea trasladado al nivel de atención más apropiado, en las mejores condiciones y el menor tiempo posible. • Mantener intercomunicación y colaboración entre los diferentes Servicios y Departamentos de Urgencias. • Tener entrenamiento en la misma área de urgencias para manejo específico de pacientes y equipo. • Cerciorarse de contar con el equipo médico, instrumental quirúrgico, medicamentos y personal de apoyo indispensables para la adecuada atención de la urgencia verdadera. • Tener un entrenamiento y certificación en reanimación pediátrica avanzada. • Asegurar la supervisión de los servicios de urgencias pediátricas las 24 horas. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 V. BIBLIOGRAFIA 1. Behrman R, Kliegman R, Arvin A, Nelson W. Tratado de pediatría de Nelson. 15ª Edición. McGraw-Hill Interamericana. México,1998; pp:1-6. 2. Diccionario de Medicina Mosby. Edit. Océano. Barcelona (España):1995. pp:1268. 3. REGLAMENTO de la Ley General de Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención Médica. Capítulo IV, Disposiciones para la Prestación de Servicios de Hospitales. Disponible en: (acceso 9-12-04): URL: http:// www.salud.gob.mx/unidades/cdi/nom/compi/rlgsmpsam.html 4. Gómez-Barreto D, Martínez-Pantaleón OB, Bustos Córdova E. Evaluación del paciente. En: Rodríguez-Suárez RS, Velasquez-Jones L, Valencia-Mayoral P, Nieto-Zermeño J, Serrano Sierra A. Urgencias en Pediatría. Edit. Interamericana/Mc Graw-Hill. 4ª ed. México:1996. pp:1-3. 5. Porras Ramírez G. Jerarquización del paciente en un servicio de urgencias. En: Rodríguez-Suárez RS, VelasquezJones L, Valencia-Mayoral P, Nieto-Zermeño J, Serrano Sierra A. Urgencias en Pediatría. Edit. Interamericana/Mc Graw-Hill. 4ª ed. México:1996. pp:6-9. 6. Vega-Vega G. Evaluación de la atención materno infantil en cinco unidades de medicina familiar. Salud Pública Mex 1993; 35: pp:283-287. 7. De Miguel JR, Fabre E. Etiología de la mortalidad perinatal. En: Gynécologie 5200-A-05. Encycl Med Chir. París (Francia): Elsevier; 1998. pp: 1-4. 8. Organización Panamericana de la Salud, Área de Análisis de Salud y Sistemas de Información Sanitaria. Iniciativa Regional de Datos Básicos en Salud; Sistema de Información Técnica en Salud. Washington DC, 2004. 9. Sistema Nacional de Información en Salud, SINAIS (México). Daños a la salud: Egresos hospitalarios. Disponible en: (acceso 9-01-05) URL: http://sinais.salud.gob.mx/egresoshosp/danossalud.htm. 10. Sistema Nacional de Información en Salud, SINAIS (México). Anuario Estadístico: Mortalidad. Disponible en: (acceso 9-01-05) URL: http://sinais.salud.gob.mx/publicaciones/publicaciones.htm. 11. Código Penal Federal (México). Artículo 335. 2ª ed. Edit. Porrúa. México:2001. P:112. 12. Norma Oficial Mexicana NOM-197-SSA1-2000, Que establece los requisitos mínimos de infraestructura y equipamiento de hospitales y consultorios de atención médica especializada. Diario Oficial de la Federación (México), 24 de octubre de 2001. 13. Deen JL, Vos T, Huttly SRA, Tulloch J. Traumatismos y enfermedades no transmisibles: problemas de salud emergentes en la población infantil de los países en desarrollo. Boletín de la Organización Mundial de la Salud, 1999, Recopilación de artículos No. 1. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 17 Recomendaciones específicas para enfermería relacionadas con la prevención de caída de pacientes durante la hospitalización. Specific Recommendations for Nursing related to the prevention of patient falls during the hospitalization. Tena-Tamayo, Carlos1, Arroyo de Cordero, Graciela † 2, Victoria-Ochoa Rebeca3, ManuellLee, Gabriel R.3, Sánchez-González Jorge M.3, Hernández-Gamboa Luis E.3, Campos-Castolo E. Mahuina3, Muñoz-Gutiérrez Jorge3, OrtegaVargas Carolina4, Medina-Ortíz Sofía4, IbarraCastañeda Guadalupe4, Hernández-García Gloria4. 2 1 Comisionado Nacional de Arbitraje Médico. Coordinadora de Enlace del Grupo de Validación Externa, Coordinadora de la Comisión Interinstitucional de Enfermería. 3 Grupo Coordinador para la Emisión deRecomendaciones. 4 Grupo de Asesores Internos. 18 I. INTRODUCCIÓN La seguridad de los pacientes se ha convertido en un tema importante para los sistemas de salud a nivel mundial. En octubre del 2004 la OMS conjuntamente con líderes mundiales de salud, presentaron una alianza para reducir el número de enfermedades, lesiones y muertes derivadas de errores en la atención de la salud. Un estudio de la Universidad de Harvard indica que el 70% de los efectos adversos, producto de errores en la atención médica deriva en discapacidades temporarias y un 14% de ellos en la muerte del paciente, teniendo un impacto económico importante. Pero también puede sufrir otro tipo de afectaciones como las de carácter social, familiar y emocional. En otros estudios se menciona como consecuencia la prolongación de días de estancia hospitalaria, las demandas judiciales, las infecciones intrahospitalarias, la discapacidad y el costo de gastos médicos que de acuerdo al país oscila entre los 6 y 29 mil millones de dólares al año. 1 El Comité de Calidad en el Cuidado de la Salud del Instituto de Medicina (IOM) en América postuló 6 metas cualitativas para el sistema de salud: debe ser seguro, efectivo, centrado en el paciente, oportuno, eficiente y equitativo. Estas metas van mas allá de un propósito de reducir errores, cada una de ellas está asociada a una serie de recomendaciones para poder lograrlas; por ejemplo, la efectividad requiere transformar el conocimiento y las mejores prácticas en guías y sistemas basados en la evidencia del cuidado. 2 1. Caída de paciente En México se ha establecido un reto para que la atención en salud responda de manera adecuada a las expectativas de los pacientes, para lograr este reto, los servicios de salud deben tomar las medidas necesarias para elevar la calidad de los servicios que brindan a la población.3 Las actividades de garantía de calidad en la instituciones, entendiendo ésta como el proceso de establecer un grado indicativo de excelencia en relación con las actividades de enfermería y la puesta en práctica de estrategias que garanticen que los pacientes reciben el nivel de cuidados convenido, deben estar centradas en la identificación de los problemas asistenciales de los pacientes, con el fin de analizarlos en forma sistemática, para su corrección, seguimiento y asegurar un control continuo.4 Los daños asociados a la hospitalización son más comunes en personas mayores de 65 años, pudiendo ser más severos y en la mayoría de las veces prevenibles. En un estudio realizado con la finalidad de hacer un análisis de estos daños, se clasificaron los errores en seis categorías: caídas, eventos adversos por medicamentos, infecciones nosocomiales, úlcera de decúbito, delirio, complicaciones perioperatorias y quirúrgicas. Para cada una de estas categorías los pacientes Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 de edad avanzada tuvieron riesgo elevado, estando 2.2 veces con mayor riesgo en complicaciones perioperatorias y 10 veces más con riesgo de caídas.5 En algunas instituciones se establece la prevención de caídas como un indicador de calidad, realizando medidas para proteger al paciente hospitalizado de caídas que pueden poner en riesgo su vida.6 La Organización Mundial de la Salud define el término CAIDA, “como la consecuencia de cualquier acontecimiento que precipita al individuo al suelo en contra de su voluntad”. La etiología de las caídas es multifactorial y por su frecuencia y múltiples complicaciones constituyen un problema importante en la atención del paciente hospitalizado. 2. Factores de riesgo La NANDA en su Definición y Clasificación 2003-2004 plantea y clasifica los factores de riesgo en la etiqueta diagnóstica “Riesgos de Caídas”, la define como el aumento de la susceptibilidad a las caídas que pueden causar daño físico. La NANDA divide los factores de riesgo en 5 categorías a saber: Adultos, Fisiológicos, Medicamentos, Ambientales y Niños. A continuación se enlistan los factores de riesgo tanto intrínsecos como extrínsecos, con los que están relacionadas las caídas de pacientes. CUADRO 1. Factores intrínsecos.- Son aquellos relacionados con el estado del paciente.7 Cuadro 1 Factor Descripción Edad Supone riesgos en las distintas etapas de la vida, el lactante puede caer de la cama o perder el equilibrio al empezar a caminar; el niño preescolar no mide el riesgo, al intentar subir o bajar cualquier superficie; el adulto relacionado con su estilo de vida; en el anciano por los cambios fisiológicos en la visión, audición, movilidad, reflejos y circulación. Limitación en la movilidad Restricción de actividades, puede ser inactividad absoluta (requiere atención para la alimentación, aseo y eliminación) o inactividad parcial. Esta limitación esta en función de las órdenes médicas debido al diagnóstico del paciente. La inmovilización puede predisponer a un paciente a otros accidentes y estas caídas pueden restringir aún más la movilidad y la independencia. Estado neurológico y emocional Alteraciones debido a hemiparesia parcial o total, ansiedad, excitación, desvalorización, tendencias suicidas, depresión, presencia de somnolencia, sopor, estupor, inconciencia, alteraciones de la memoria, incapacidad para comprender o cumplir indicaciones y pacientes renuentes a solicitar ayuda. Estado físico y limitaciones sensoriales Limitaciones visuales o dificultad para la comunicación, discapacidad mental por retraso o enfermedad mental, agitación psicomotriz, discapacidad física por amputación o malformaciones, sedación preanestésica o posquirúrgica, desnutrición, cardiopatías que producen incapacidad para mantener perfusión adecuada durante la actividad, hipoxia cerebral, encefalopatías por alteraciones metabólicas, arritmias que comprometen el gasto cardiaco, paresias, antecedentes de crisis convulsivas, deterioro auditivo, poliuria, nicturia, osteoporosis y osteomielitis. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 19 Factores extrínsecos.- Son aquellos relacionados con el entorno del paciente y los factores derivados del tratamiento farmacológico.7 CUADRO 2 Cuadro 2 Factor Descripción Iluminación Luz deficiente en el cuarto del paciente o en los pasillos. Mobiliario Ausencia de barandales en las camas, altura inapropiada de la cama, bancos de altura en malas condiciones. Limpieza Piso mojados por derramamiento de líquidos o episodios de incontinencia urinaria. Dispositivos para deambular Condiciones deficientes en las gomas de los bastones, muletas, andaderas y sillas de ruedas que no permiten su fácil deslizamiento y eficaz frenado. Factores por tratamiento farmacológico.- Son aquellos relacionados con los medicamentos que consume el paciente que tiene efectos colaterales y producen alteraciones mentales, de la estabilidad o la marcha.7 CUADRO 3 Cuadro 3 Medicamento Efectos Diuréticos Aumentan la frecuencia para orinar. Hipoglucemiantes Disminuye los niveles de glucosa, lo que produce mareo y la posible pérdida del equilibrio. Antihipertensivos, ansiolíticos, hipnóticos y sedantes Pueden causar confusión, somnolencia, adinamia y cambios en la conducta. Betabloqueadores Causan alteraciones en el sistema de conducción y posible hipotensión arterial. Antiarrítmicos Actúan sobre el sistema de conducción con la consecuente alteración del gasto cardiaco. Inotrópicos Pueden causar alteraciones en el gasto cardiaco las cuales producen hipotensión, hipertensión, taquicardia y bradicardia. 20 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 3. Responsabilidad del profesional de Enfermería La atención médica es el conjunto de servicios que se proporcionan al individuo, con el fin de proteger, promover y restaurar la salud 8. El personal de enfermería forma parte de los recursos humanos del sistema de salud y por lo tanto, son sujetos que tienen el compromiso de la observancia de los principios éticos y legales aplicables en el ejercicio de la enfermería, así como en la aplicación de conocimientos, destrezas y la adecuada utilización de los recursos tecnológicos para dar cuidados de calidad a las personas que están bajo su responsabilidad. Es importante señalar que la contravención del conjunto de deberes y obligaciones, por los actos y omisiones del personal de salud, tendrá como obligación la reparación del daño causado en la salud e integridad corporal del paciente. La responsabilidad del personal de enfermería, debe establecerse a partir de las intervenciones independientes que son aquellas actividades que se encuentran en el campo de acción específico de enfermería como: la identificación, prevención y tratamiento de las respuestas humanas (forma en que el paciente responde a un estado de salud o enfermedad). Cada intervención responde a un diagnóstico con determinados objetivos o resultados a lograr a través de una serie de intervenciones. La responsabilidad de enfermería está en determinar las mejores intervenciones (científicamente probadas) para lograr los objetivos establecidos a partir del diagnóstico de enfermería. En el IMSS, recursos como: iluminación, mobiliario, limpieza, dispositivos para deambular, entre otros, son responsabilidad de las áreas administrativas y de conservación. La responsabilidad del personal de enfermería se limita a hacer “uso correcto de los recursos disponibles y a reportar el inadecuado funcionamiento”. Las obligaciones del personal de salud se dividen en obligaciones de medios, de seguridad y de resultados; éstas últimas hacen referencia al compromiso de obtener un fin determinado (ejemplo cirugía estética), prometiendo resultados, lo cual no es aplicable a la enfermería, ya que no se puede exigir al personal de salud a obtener un resultado cierto en su atención, en el cual influyen múltiples factores, entre otros, la respuesta idiosincrática de cada individuo. Las obligaciones de medios, se definen como el compromiso de poner todos los recursos y la diligencia necesarios en el ejercicio profesional, aplicando el saber y el proceder, a través de una conducta prudente y diligente. Estas acciones y actitudes son siempre exigibles a los profesionales de salud. Las obligaciones de seguridad, son dirigidas al deber de evitar accidentes, y se refieren a que el personal de salud debe hacer uso correcto de los aparatos y equipo, así como colaborar para mantenerlos en buenas condiciones a manera que se pueda ofrecer la mayor seguridad a los usuarios de los servicios de salud 9. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 Luego entonces, la prevención de caídas es una obligación de seguridad compartida por el equipo multidisciplinario de salud que debe cumplir cada quien en su ámbito de responsabilidad. Dentro de los factores intrínsecos señalados en el documento, en el apartado “Estado neurológico y emocional”la ansiedad, la excitación, desvalorización, tendencias suicidas, depresión, presencia de somnolencia, sopor, estupor, etc, requieren para su control y para la prevención de caídas, del saber y proceder del médico responsable del paciente a través de intervenciones invasivas (terapia medicamentosa, etc). Las intervenciones de enfermería son exclusivamente no invasivas. Para prevenir las caídas en hospitalización, se han desarrollado protocolos e indicadores para ofrecer seguridad a los pacientes evitando las caídas. El personal de enfermería debe contar con las habilidades técnicas y sociales que le permitan evaluar las condiciones de un paciente a su ingreso y clasificar el riesgo de caída. Estas medidas incluyen la coordinación efectiva con el resto del personal involucrado en la atención del paciente y especialmente, la comunicación y la educación al paciente si su condición física-emocional lo permite, así como, a los familiares o visitantes, quienes muchas veces están directamente al cuidado de los pacientes en los hospitales. 4. Experiencias Institucionales Institución Privada Hasta 2004, en el Hospital San José Tecnológico de Monterrey no existía formalmente el análisis de los incidentes, de los cuales uno de los más frecuentes son las caídas de pacientes. Por eso, la Dirección de Enfermería y la Unidad de Vigilancia Epidemiológica propusieron iniciar un programa de prevención y vigilancia de caídas como parte del “Plan Institucional de Seguridad Integral”. El objetivo del programa fue definir las acciones y responsabilidades de enfermería respecto a la prevención y vigilancia de caídas, a fin de reducir el riesgo de lesiones en el paciente durante la hospitalización. Para el apartado de prevención se estableció la responsabilidad del personal de enfermería de evaluar el riesgo de caídas al ingreso y durante la hospitalización del paciente a través de una “escala de evaluación del riesgo”. Con base en los resultados de esta evaluación, el personal de enfermería documenta y aplica un protocolo con acciones de prevención, así como, un programa de educación y orientación al paciente y la familia. Para el programa de vigilancia se instauró un Comité de análisis de caídas, el cual está incluido en el “Plan Institucional de Seguridad Integral” del Hospital. Dicho Comité tiene la función de analizar los informes de Incidencia de caídas, examinar el ambiente, equipo, elementos del programa de Prevención de caídas, analizar los recursos 21 incluyendo capacitación de personal, la vigilancia, comunicación y conocimiento de factores de riesgo que se presentaron en el evento, así como, establecer las recomendaciones inmediatas y a largo plazo para reducir riesgos de caída para el paciente. Esta experiencia es una estrategia institucional encaminada a la garantía de la calidad. Para ello fue necesario reconocer que en el proceso de cuidar al paciente existe un riesgo en la seguridad del mismo. Aspecto difícil cuando existe la cultura de buscar culpables en lugar de aprender de los errores. Una vez superada esta etapa y concientes de la responsabilidad, en la actualidad el Programa de prevención de caídas es un indicador de calidad en dicha Institución. Instituto Nacional de Salud En el Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, se diseñó e implementó un indicador de calidad dirigido a la prevención de caídas de pacientes hospitalizados, logrando disminuir la incidencia y estimulando al personal para realizar una valoración continua del riesgo de caída e implementar las medidas de mejora continua con relación a este procedimiento con excelentes resultados y un control de la situación, así como, de la práctica profesional al respecto. En un análisis descriptivo de los eventos adversos relacionados con la atención de enfermería del año 2000 al 2004 se identificó la presencia de caídas como errores o cuasierrores prevalentes. De este grupo de incidencias por caídas, 92% correspondió a personas adultas y 8% a pacientes pediátricos, encontrando como causas más frecuentes de las caídas: el manejo inadecuado de los barandales, ya sea por el equipo de salud o por el familiar, escasa información al paciente y a sus familiares con relación a las medidas de seguridad, retardo en la atención al llamado del paciente, imprudencia del familiar y paciente en la deambulación temprana. En un escaso porcentaje se observó que las caídas están relacionadas con alteraciones en el estado de conciencia o causas clínicas, por lo que se deduce que la mayoría eran prevenibles y en 85% responsabilidad de la atención del personal de enfermería. II. ANÁLISIS DE LAS INCONFORMIDADES PRESENTADAS ANTE CONAMED Metodología Para el análisis de las quejas relacionadas con caídas de pacientes, se conformó una base de datos a partir del Sistema de Atención de Quejas Médicas (SAQMED) de la CONAMED. Se recabó información sobre edad y sexo del paciente, institución donde recibió atención, servicio en donde ocurrió 22 el evento, entidad federativa, además de otras variables relacionadas con los pormenores de la caída y de la queja. Resultados Se analizaron 24 quejas correspondientes a caída de pacientes, en el periodo de 1996 a 2005. Por sexo, 12 quejas correspondieron al sexo masculino y 12 al sexo femenino. El grupo de edad que tuvo mayor frecuencia de caídas fue en mayores de 65 años, seguido por el grupo de 25-44 años y en tercer lugar de 45-64 años. Por entidad federativa: 15 quejas para el Distrito Federal, Guadalajara con 3, el Estado de México con 2 y una para cada uno de los estados de Irapuato, Veracruz, Baja California y Quinta Roo. De las 24 quejas, 19 corresponden a instituciones de Seguridad Social y 5 a Instituciones Privadas. Las caídas se registraron en los servicios de: urgencias con 10, hospitalización con 9, en ambulancia 4 y 1 en laboratorio. Se presentaron caídas en mayor proporción desde las camillas, seguidas por camas, sillas, mesas de exploración, incubadora, baño y dentro de ambulancias. De las 24 caídas solamente en 4 casos estuvo involucrado personal de enfermería, en 2 fue personal de ambulancia, en uno camillero y en otro personal médico. En el resto de los casos no se pudo identificar quien estuvo involucrado. Los pacientes que sufrieron caídas: en 14 casos requirieron tratamiento médico, 4 tratamiento quirúrgico y en 6 no se específica. El modo de conclusión de las inconformidades fue: 10 conciliadas, 8 no conciliadas y seis dictámenes. Los arreglos a los que se llegaron fueron: 4 casos con atención especializada, 3 atención médica, 1 reintegro de gastos, 1 indemnización y en 15 casos no se llegó a ningún arreglo. III. DISCUSIÓN Existen varios reportes en la literatura, que refieren que las caídas suelen ocurrir en los pacientes hospitalizados, en un frecuencia que oscila entre el 13% y el 32%. En las unidades de rehabilitación coronaria, las caídas se presentan hasta en 47% de los pacientes. Los pacientes que han sufrido caídas han padecido lesiones físicas en el 70% de los casos, correspondiendo a fracturas del 1% al 10%. Por tanto, el paciente hospitalizado que se cae, aumenta significativamente su morbilidad y los costos de los sistemas de salud, además de ser blanco de futuras intervenciones. 10 La enfermera cumple con establecer comunicación y coordinación con el equipo multidisciplinario para promover y garantizar que el medio ambiente del hospital promueva Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 comodidad y seguridad a los pacientes durante su estancia hospitalaria. 11 De las inconformidades recibidas en la CONAMED encontramos que 14 pacientes requirieron tratamiento médico y cuatro pacientes tratamiento quirúrgico después de haber sufrido una caída. También se refiere en la literatura que las medidas para reducir las caídas en los hospitales, han recibido poca atención, por ello es necesario implementar un programa interdisciplinario de prevención de caídas, a fin de reducir su incidencia en los hospitales, atendiendo a las particularidades propias tanto de los pacientes como de la unidad hospitalaria. 12 Es por ello importante emitir recomendaciones específicas para el personal de enfermería para prevenir las caídas en el medio hospitalario. Tanto el personal de enfermería como el resto de trabajadores de la salud, los familiares y visitantes deben conocer e identificar las medidas de seguridad adoptadas por la institución para prevenir la ocurrencia de incidentes o accidentes relacionados con la caída del paciente durante su estancia hospitalaria, por lo que es importante conocer la definición de las mismas. Se define como incidente al acontecimiento de mediana importancia que sobreviene en el curso de un asunto, mientras que la definición de accidente sería: suceso eventual inesperado y generalmente desagradable. 13 La adopción de estas medidas de seguridad incluyen el uso de aditamentos especiales, mismos que se describen a continuación, CUADRO 4 Cuadro 4 Equipo, aditamentos y accesorios Descripción Justificación Barandales de la cama* Barras seguras, situadas en ambos lados de la cama, firmes, que rebasen la altura del colchón de tal forma que proporcionen soporte al paciente. Apoyo para que el paciente pueda moverse de un lado a otro según su necesidad de movilización con apoyo o por sí mismo si tiene la fuerza para hacerlo. Timbre e intercomunicador Dispositivos instalados en la cabecera de la cama, con extensión al alcance del miembro superior dominante del paciente. Por medio de esos dispositivos el paciente solicita ayuda. Lámpara de cabecera Lámpara ubicada en la cabecera de la cama, con interruptor accesible y seguro. Proporciona iluminación tenue que cubre el área de la unidad para satisfacer la necesidad del paciente. Banco de altura Banco seguro y firme, con gomas antiderrapantes en las patas que permanece bajo la cama cuando no esta en uso. Sirve para dar apoyo y sostén, para subir y bajar de la cama. Camillas Cama estrecha y portátil, con barandales Funcional para trasladar enfermos o heridos. Sillas de ruedas, andaderas, bastones, tripies. Equipo móvil, las ruedas deben estar en buen estado para que no se atoren. Necesario para auxiliar al paciente en su deambulación o traslado *Sin embargo, en el paciente desorientado puede aumentar el grado de ansiedad y agitación, los pacientes con dolor, con necesidad de ir al baño o ansiedad, intentan saltar o salir por los pies de la cama, cualquiera de estas situaciones pueden terminar en caída. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 23 Medidas de seguridad relacionadas con el mobiliario Medidas de seguridad que deberán adoptar los pacientes, familiares o visitantes. a) Conocer las medidas de seguridad del hospital. b) Mantener el mobiliario en el lugar indicado. c) Estar alerta a cualquier eventualidad que observe al permanecer con el paciente y avisar inmediatamente al personal de enfermería. d) Mantenerse informado sobre la situación del paciente y las actividades en las que puede apoyar. Medidas de seguridad relacionadas con el personal de enfermería. a) Detectar los factores de riesgo para caída: físico, mental o farmacológico. Registrar el riesgo de caída en el reporte de enfermería. b) Explicar al paciente y a su familiar la razón del uso de barandales para evitar la renuencia a utilizarlos. c) Comprobar que el timbre funcione y esté al alcance del paciente. d) Orientar sobre el uso del banco de altura y el mobiliario de la unidad. e) Acudir rápidamente al llamado del paciente, especialmente en caso de pacientes que necesitan ayuda para ir al sanitario. f) Acompañar al paciente hasta el baño, no dejarlo solo. Y regresarlo a su cama. g) Mantener al alcance del paciente los objetos de uso personal, además tener disponible para su uso el cómodo y el orinal. h) Proporcionar educación al paciente y su familia sobre medidas de seguridad. i) Orientar al paciente para que se levante de la cama o de la silla lentamente para evitar el mareo relacionado con la hipotensión postural. j) Retroalimentar a los estudiantes de enfermeria sobre estas medidas de seguridad, darles a conocer el protocolo de prevención de caidas durante el curso de orientacion a la Institucion. 7 Si se llevan a cabo estas medidas se podrán prevenir consecuencias serias tanto físicas, psíquicas y sociales; en las primeras se pueden ubicar las fracturas, la incapacidad física y en algunas ocasiones la muerte. También puede haber daños a tejidos blandos, hipotermia, deshidratación, infecciones respiratorias, tromboembolismo pulmonar y úlceras de decúbito. Dentro de las consecuencias psíquicas tenemos el miedo a caer otra vez, ansiedad, pérdida de confianza en sí mismo, aislamiento social y restricción de actividades de la vida diaria. Finalmente, en lo social, en los pacientes ancianos la familia se vuelve sobreprotectora y limita la relativa autonomía del paciente. 14 IV. RECOMENDACIONES ESPECÍFICAS PARA ENFERMERÍA RELACIONADAS CON LA PREVENCIÓN DE CAÍDA DE PACIENTES DURANTE LA HOSPITALIZACIÓN 1. Contar con un protocolo para evaluar el riesgo de caída en todos los pacientes desde su ingreso y durante su hospitalización, que mínimamente incluya: • Método de clasificación del riesgo basado en la valoración de los factores intrínsecos y extrínsecos del paciente. • Medidas de seguridad que se deberán adoptar para prevenir caídas, de acuerdo al riesgo identificado. • Utilizar diferentes medios de comunicación (visual, verbal y escrito) para informar al personal de salud, familiares, pacientes y visitantes, el riesgo de caída identificado en el paciente y las medidas de seguridad que se aplican. • Formato(s) para documentar el riesgo, medidas adoptadas y evolución del paciente, relacionado con el riesgo. 2. Valorar y registrar los factores de riesgo potenciales de caídas en el paciente durante su estancia hospitalaria, lo que implica identificar las condiciones físicas, mentales y emocionales del paciente, tales como: 24 • Edad: menores de 6 años y mayores de 70. • Problemas de equilibrio. • Incapacidad física que afecte la movilidad y/o la deambulación. • Postoperatorio. • Ayuno prolongado. • Estado nutricional. • Hipotensión ortostática. • Problemas de visión. • Reposo prolongado. • Caídas previas. • Efectos o reacciones adversas a medicamentos (psicotrópicos, hipotensores, diuréticos, laxantes, relajantes musculares entre otros). • Estado de conciencia y problemas neurológicos o psiquiátricos (agitación, confusión, desorientación, crisis convulsivas, depresión, riesgo suicida, entre otros). • Uso de aparatos ortopédicos, prótesis, ortesis. 3. Establecer el plan de cuidados y las intervenciones de enfermería correspondientes con la valoración del riesgo real o potencial de caída del paciente que incluya, entre otras actividades: Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 • Uso de aditamentos de seguridad para pacientes hospitalizados. • Recorridos frecuentes para verificar las condiciones del paciente y atención oportuna a su llamado. • Movilización y deambulación asistida por la enfermera y/o el familiar u otro miembro del equipo de salud. • Higiene supervisada o asistida por la enfermera o familiar. • Sujeción en caso necesario informando suficientemente al paciente, familiar o visitante los motivos que determinaron esta sujeción y los cuidados y vigilancia que deben tener a fin de evitar complicaciones en las zonas comprometidas (se sugiere solicitar consentimiento informado del familiar). • Apoyo durante el inicio progresivo de la deambulación. • Informar a los paciente, familiares o visitantes sobre el sistema empleado en la identificación del paciente con riesgo . • Evaluación y orientación al paciente, familiares o visitantes sobre la importancia de acatar las medidas de seguridad adoptadas. • Colocación de objetos de uso personal o institucional al alcance del paciente, especialmente aquellos de uso necesario o frecuente (timbre, cómodo, orinal, lentes, bastón, etc). 4. Informar sistemáticamente al paciente y/o familiar, sobre el riesgo y las acciones para disminuirlo. • Explicarles las causas del riesgo y las medidas de seguridad que se adoptarán. • Involucrar a la familia y solicitarle su apoyo para proporcionar cuidados seguros. • Mantener comunicación estrecha con el paciente y/o familiar. 5. Utilizar los aditamentos de seguridad dispuestos para la prevención de caídas. • Levantar los barandales de protección de la cama por uno o ambos lados, si fuera necesario, y a la altura requerida para rebasar el borde del colchón. • Trasladar al paciente en camilla asegurándose que los barandales de protección estén levantados. En caso necesario, sujetar al paciente. • Colocar el timbre de llamado y el interruptor de luz en un sitio que evite su caída o desplazamiento y al alcance del paciente. • Colocar el banco de altura a una distancia que le permita al paciente su uso inmediato o mantenerlo debajo de la cama, en tanto no sea requerido. • Colocar una silla en el área de baños de pacientes para su uso durante el baño de regadera. • Acercar los aditamentos de ayuda para la movilización del paciente (caminadora, bastón, tripie, silla de ruedas, entre otros) y cerciorarse que: las llantas estén libres de cualquier elemento que impida su libre rodamiento, que el sistema de frenos funcione correctamente y que las piezas estén íntegras y firmes. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 6. Reportar las fallas, descomposturas o falta de equipo o material dispuesto para la seguridad del paciente, al jefe inmediato o a quien corresponda de acuerdo al protocolo establecido en la institución o unidad. • En los dispositivos de ayuda para la movilización (caminadora, silla de ruedas y tripie): gomas antiderrapantes, llantas desgastadas o sucias al grado de que impidan su libre rodamiento, frenos en mal estado o disfuncionales. • Lámparas de luz: focos fundidos o que la intensidad de la luz sea insuficiente para iluminar el área del paciente, interruptor infuncional. • Timbre de llamado roto o descompuesto, interruptor difunsional. • Barandales flojos o faltantes, sistema de fijación descompuesto. 7. Dar continuidad a las medidas de seguridad adoptadas o establecidas en el protocolo y hacer los ajustes necesarios a partir de: • Valorar el estado físico y emocional del paciente en cada cambio de turno o cuantas veces sea necesario. • Identificar cambios importantes en la evolución del paciente, en especial en caso de agravamiento en su estado de salud. • Comentar con el paciente y familiar las condiciones existentes al momento de la revaloración y las medidas de seguridad modificadas o que deban continuar. • Verificar las condiciones de los miembros torácicos, pélvicos o sitio que haya sido motivo de sujeción. 8. Documentar todos los hechos o acciones relacionados con la prevención o los incidentes o accidentes que se hubieran presentado durante la estancia hospitalaria del paciente. • Registrar en la hoja de enfermería el nivel de riesgo determinado, las acciones emprendidas y la respuesta obtenida con el plan establecido y ejecutado. • Reportar de acuerdo a los procedimientos normados por la institución o unidad los incidentes o accidentes que hayan propiciado la caída del paciente. • Revisar en comité los casos presentados, para detectar áreas de oportunidad de mejora, así como tomar acciones y decisiones en la prevención de caídas y seguridad del paciente. 9. Para dar cumplimiento cabal a estas recomendaciones dirigidas al personal de enfermería, la Institución deberá: • Atender las fallas, descomposturas o falta de equipo o material dispuesto para la seguridad del paciente. • Orientar a los camilleros para que apliquen los principios de mecánica corporal durante la movilización y traslado del paciente a fin de evitar lesiones, tanto de los pacientes como de los mismos camilleros. 25 V. BIBLIOGRAFÍA 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 Organización Panamericana de la salud. www.paho.org/noticias. Comunicado de prensa Quality and Safety in Health Care. Radiology 2004; 233:3-6 Secretaría de Salud. Programa Nacional de Salud, 2001-2006. Primera edición. México,2001. Guilles, DA. Gestión de Enfermería. Una aproximación a los sistemas. Ed. Masson. Salvat. Barcelona,1994. Rothschild, J, Bates, D. Leape, L. Preventable Medical Injuries in Older Patients. Arch Intern Med. 2000;160:27172728 Tapia V M, Salazar C MC, Tapia C L. Olivares R C. Prevención de caídas. Indicador de calidad del cuidado enfermero. Revista Mexicana de Enfermería Cardiológica. Vol 11, Núm 2. 2003. Programa de Evaluación de la Calidad de los Servicios de Enfermería. Indicador No. 5, Prevención de Caídas. Subdirección de Enfermería. Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez. México, 2001. LGS. Art. 32 Casa Madrid M, OR. La atención médica y el derecho sanitario. Editorial JHG editores. 1ª. Edición. México, 1999. Bueno Cavanillas A, Padilla Puig F, Reinaldo Alonso C. Factores de riesgo de caídas en una población anciana institucionalizada. Estudio de cohortes prospectivo. Rev Med Clin,1999;112(1):10-15. Juvé Udina ME, Carbonell Ribalta MD, Sánchez Jiménez P, Brossa Miguel P, Ortí Contel F, Villanova Solano ML, et. al. Riesgo de caída en adultos hospitalizados. Enferm Clínica 1999; 9 (6):257-263. Curso de enfermería moderna. 7ª. Edición. Ed. Harla. Pequeño Larousse Ilustrado, García Pelayo y Gross Ramón, 1993, 17ª. Edición González Sánchez R, Rodríguez Fernández M, Ferro Alonso M, García Milián J. Rev Cubana Med Gen Integr 1999;15(1):98-102 Participantes del Grupo de Validación Externa: Secretaría de Salud del Gobierno Federal: Lic. Enf. Juana Jiménez Sánchez, Lic. Enf. Amada Andrade Ruíz, Lic. Enf. Beatríz Camacho Villicaña, Lic. Enf. María Elena Galindo Becerra, Lic. Enf. Liliana Gutiérrez Meléndez, Lic. Enf. Abigail Mares Flores. Lic. Enf. Lilia Romero Chávez , Lic. Enf. Lucila Terrazas Sotelo, IMSS: Lic.Enf. Laura Licea Jiménez, Lic. Enf. Martha Olivia Soto Arreola, Lic. Reyna Matus Miranda, ISSSTE: Profa. Ma. Socorro Chena Domínguez, Lic. Enf. Ma. Cristina Juárez Vera, PEMEX: Lic. Enf. Juana Juárez Solís, DIF Nacional: Lic. Enf. Rosa Garnica Fonseca, Secretaría de Salud del D.F: Lic. Enf. Silvia Rosa Ma. Carvajal Terrón, Enf. María del Carmen Morales, SEDEMAR: Cap. de Corb. SSN.ET Atala Téliz Rodríguez, SEDENA: Cap. 1º Rebeca Cuamatzi Aburto, Mayor Enf. Rita Suárez Sandoval, Hospital Psiquiátrico “Dr. Samuel Ramírez Moreno”: Lic. Enf Ihosvany Basset Machado, IMSS Oportunidades: Lic. Enf. Claudia Olvera Peredo. Lic. Enf. Ma. de Jesús Almaraz Cavaría, GRUPO ÁNGELES:Lic. Luz Ma. López Dávalos, CIFRHS: Lic. Enf. Rosa María Campos Peñaloza, FEMAFFE: Dra. Lucila Cárdenas Becerril, Dra. Aurora Zamora Mendoza, Lic. Enf. Beatriz Carmona Mejía, Colegio Mexicano de Licenciados en Enfermería, A.C. y ENEO UNAM: Lic. Enf. Severino Rubio Domínguez, Lic. Enf. Zoila León Moreno, Facultad de Estudios Superiores-Plantel ZARAGOZA-UNAM: Lic. Enf. María Teresa Ortiz Ensástegui, Lic. Enf. Matilde Mora López, Facultad de Estudios Superiores Plantel IZTAC…ALA-UNAM: Mtra. Cristina Rodríguez Zamora, Facultad de Enfermería de la UANL: Mtra. Ma. Guadalupe Martínez Dávila. Universidad Panamericana: Lic. Enf. Ma. Antonieta Cavazos Siller, Lic. Enf. María Isabel Negrete Redondo, Escuela de Enfermería SSA: Lic. Enf. Pascuala Olguín Tavera, Confederación Nacional de Enfermeras Mexicanas, AC (CONEMAC): Enf. Ma. de la Luz Reyes García, Lic. Enf. Cecilia Martínez González, Enf. María de la Paz Herrera Bravo, Federación de Religiosas Enfermeras Mexicanas, AC (FREM): Lic. Enf. María Guadalupe Suárez Vázquez, Junta de Asistencia Privada: Lic. Enf. Marina Bello Pérez, Lic. Enf. Julio Gutiérrez Méndez, Independiente: Lic. Enf. Margarita Chávez Villanueva. 26 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 Recomendaciones Específicas para Mejorar la atención Médica en Pacientes con Dolor Toracico. Specific Recommendations to improve the medical attention in Patient with Thoracic Pain. Tena-Tamayo Carlos1, Silva Martínez Jorge Arturo1 Raphael Escogido Enrique Leonardo1, Manuell-Lee Gabriel R. 1 , Sánchez González Jorge M. 1 , Hernández Gamboa Luis E.1, Campos Castolo E Mahuina 1, Victoria Ochoa Rebeca1, Cervantes Pérez Angel Porfirio2, Alcocer Díaz-Barreiro Luis3, Martínez Sánchez Carlos4, Necoechea Alva Juan Carlos5, Cicero Sabido Raúl3 6, Boleaga Durán Bernardo 6, Santillán Doherty Patricio 7, Arias Mendoza María Alexandra 4, Bernal Sahagún Fernando3. 1 Comisión Nacional de Arbitraje Médico Academia Mexicana de Cirugía 3 Hospital General de México 4 Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez” 5 Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siblo XXI del IMSS 6 Facultad de Medicina, UNAM 7 Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” I. INTRODUCCIÓN Y ANTECEDENTES A) Definición El dolor torácico es un síntoma frecuente por el cual el paciente suele acudir a consulta, la forma de apreciación de las características del dolor va a depender de múltiples factores; entre ellos podemos citar el nivel sociocultural, el origen anatómico del dolor, la intensidad. Por ello la percepción del dolor es subjetiva y suele ser variable. Cuando el dolor es intenso, genera angustia en el paciente, dificultando aun más su diagnóstico correcto, pues un dolor intenso aunque no necesariamente sea así, suele relacionarse con un padecimiento grave. A pesar de los adelantos tecnológicos, los cuales no siempre están disponibles en todos los niveles de atención médica, el método más eficaz sigue siendo la elaboración de la historia clínica, con una adecuada semiología del dolor torácico para integrar síndromes clínicos y la exploración física orientada a la patología que queremos identificar. Se complementa con estudios de laboratorio y gabinete. B) Clasificación El dolor torácico se puede clasificar de diferentes maneras, atendiendo a diversos enfoques: por su orígen (CUADRO 1), topografía, tiempo de evolución, repercusión sistémica (CUADRO 2). El Ministerio de Salud de Chile establece un enfoque novedoso para la caracterización del dolor torácico: discrimina entre dolor de orígen traumático o no-traumático, subclasificando el dolor no-traumático a través de electrocardiograma (ECG), el cual puede ser ECG patológico o ECG no-patológico. Otro enfoque, del que hablaremos con mayor amplitud, se refiere al riesgo de muerte inminente, el cual se puede establecer mediante la identificación del síndrome isquémico coronario agudo. La clasificación más frecuente, difundida en Estados Unidos, Europa y Sudamérica es de acuerdo a su origen: a) dolor de origen cardiaco y b) dolor de origen no cardiaco. 2 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 B) Semiología del dolor torácico El primer punto relevante ante un paciente con dolor torácico es conocer cuándo inició el dolor. Si es de inicio agudo, las decisiones deben tomarse a partir de esquemas como la evaluación SICA (síndrome isquémico coronario agudo) y presencia o ausencia de repercusiones hemodinámicas, para lograr establecer un diagnóstico y tratamiento adecuados dentro de lo que se ha llamado la hora dorada, durante la cual se producen la mitad de los decesos. La Sociedad Mexicana de Cardiología, en noviembre de 2001 estableció el Primer Consenso Mexicano sobre los Síndromes Isquémicos Coronarios Agudos (SICA), en el cual 27 Cuadro 1: Clasificación del dolor torácico de acuerdo a su origen Origen Cuadros nosológicos Cardiaco • • • • • • • • Síndrome Isquémico Coronario Agudo: Infarto agudo del miocardio Angina inestable Angina estable Disección aórtica aguda (aneurisma disecante) Pericarditis Miocarditis Cardiomiopatía hipertrófica (en atletas) No cardiaco • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Derrame pleural Empiema toráxico Tromboembolia pulmonar Cáncer pulmonar primario o metastático Esofágico (esofagitis, espasmo o úlcera) Reflujo gastro-esofágico Osteocondritis Contractura muscular (por esfuerzo o postural) Síndrome ansioso, emocional o psicótico Mediastinitis Herpes zoster (principalmente de tipo costal) Absceso hepático amibiano Colecistitis Pancreatitis Colon irritable Traumatismo de tórax. Periostitis en costillas, cartílagos o esternón. Neumotórax espontáneo (pacientes con bulas enfisematosas o cavernas tuberculosas) Neumotórax traumático Distensión por exceso de gases intestinales De columna dorso-lumbar (predominio dorsal) Criptogénico o idiopático Cuadro 2: Diversas clasificaciones del dolor torácico referidas en la literatura internacional ENFOQUE DE CLASIFICACIÓN Por su topografía Por su tiempo de evolución Por su repercusión sistémica Por su origen Por el órgano o sistema afectado 28 • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • TIPOS DE DOLOR TORÁCICO Mediastinal Epigástrico Hipocondrial izquierdo Hipocondrial derecho Acromial Dorsal Agudo Subagudo Crónico Crónico agudizado Con repercusión hemodinámica Sin repercusión hemodinámica Traumático No traumático Cardiaco, Cardiovascular No-cardíaco, Extra-cardiaco Cardiaco Pleura-pulmonar Esofágico Gastrointestinal Músculo-esquelético Psicológico Otros Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 se dispuso como una máxima que todo paciente con dolor precordial o equivalente, debe tener una integración diagnóstica completa que permita contestar las siguientes preguntas, basado en datos de rápida adquisición: 1. ¿Son las manifestaciones del paciente suficientes para considerar SICA? 2. ¿Cuál es el pronóstico? Para poder contestar estas preguntas, el paciente debe contar con historia clínica, examen físico y electrocardiograma ECG de 12 derivaciones. En todo paciente con probabilidades de SICA deben medirse Troponina T o I en el momento de la admisión y repetirse a las 6 a 12 horas después en caso de ser negativas. Si el paciente ingresa con menos de 6 horas de sintomatología, se debe medir CPK-MB o mioglobina para establecer el diagnóstico de necrosis, estas mediciones se recomiendan también en pacientes con recurrencias de isquemia que suceda después de un infarto del miocardio. Los datos obtenidos deberán permitir clasificar al paciente en una las siguientes cuatro posibilidades: a) Ausencia de síndrome isquémico b) Angina crónica estable c) SICA probable d) SICA definitivo La presencia de 2 de 3 de las siguientes manifestaciones mayores son datos de SICA definitivo: • Dolor precordial de tipo anginoso, intenso y duradero o equivalentes (cambios hemodinámicas, trastornos del ritmo, insuficiencia cardiaca). • Cambios electrocardiográficos del segmento ST o T característicos de SICA. • Marcadores plasmáticos positivos. Son indicadores de alta posibilidad de SICA, la presencia de 1 manifestación mayor más: • • • • Antecedentes de enfermedad coronaria previa Presencia de datos de aterosclerosis extra-coronaria Diabetes mellitus Calificación de alto riesgo global > de 20% a diez años, calculada acorde a la presencia de factores de riesgo mas relevantes. • Dolor torácico precordial acompañado de trastornos hemodinámicos o respiratorios. Todo paciente con diagnóstico de SICA definitivo o altamente probable, debe ser admitido de inmediato a una unidad de cuidados coronarios o de terapia intensiva con facilidades de atención coronaria y preferentemente que cuenten con posibilidades de reperfusión farmacológica o intervencionista. Son indicaciones de la necesidad de vigilancia estrecha en unidades de cuidados coronarios. • Dolor en reposo de más de 20 minutos de duración • Inestabilidad hemodinámica • Síncope o pre-síncope recientes. Pacientes con alta probabilidad clínica de SICA pero con electrocardiograma de doce derivaciones e indicadores plasmáticos negativos, deben ser observados en la unidad de urgencias o en áreas especiales de dolor precordial, que cuenten con monitores y facilidades para reanimación cardiovascular avanzada. Debe repetirse el ECG y los indicadores plasmáticos a las 6 y 12 hrs. después de la aparición de las molestias. En caso de que después de 12 hrs. persista negativo el electrocardiograma y los indicadores plasmáticos, se podrá considerar poco probable el SICA o de bajo riesgo y podrá el paciente ser enviado a atención domiciliaria después de 12 horas de observación y de que una prueba provocadora de isquemia resulte negativa. (CUADRO 3) El diagnóstico de SICA probable es una aproximación que puede desencadenar en las siguientes posibilidades diagnósticas. Cuadro 3. DESENLACES DIAGNOSTICOS DEL SICA DOLOR DESNIVEL ST CPK TROPONINA SI SI SI SI SI SI (+) NO SI ( - ) SI (-) SI (-) + + + NO NO + + + NO NO NO SI SI (+/-)1 SI (+) NO NO SI NO NO SI NO DIAGNOSTICO INFARTO Q INFARTO NO Q INFARTO NO Q ANGINA INESTABLE SI INFARTO CON TROMBOSIS DISTAL ISQUEMIA SILENCIOSA INFARTO SILENCIOSO NO ISQUEMICO2 1O cambios primarios de la onda T 25 % pueden tener isquemia (ver texto) Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 29 Una vez establecido un nivel de sospecha razonable, debe recabarse del paciente su consentimiento informado, para la práctica de las maniobras diagnósticas y terapéuticas indicadas en su caso. La sospecha de isquemia miocárdica aguda debe efectuarse cuando el enfermo presenta dolor torácico. El síndrome coronario agudo (SICA) se produce por la erosión o ruptura de una placa aterosclerótica, que determina la formación de un trombo intracoronario, provocando así la aparición de angina inestable (AI), infarto agudo de miocardio (IAM) o muerte súbita, entidades todas ellas englobadas en el SICA. Así pues, la angina inestable y el infarto agudo del miocardio tienen una relación fisiopatológica común, son manifestaciones clínicas que pueden ser difíciles de diferenciar en su inicio hasta la realización de un electrocardiograma. El ECG permite agrupar a los pacientes en dos grandes bloques: con y sin elevación del segmento ST. Los primeros desarrollarán habitualmente un IAM con onda Q, mientras que los segundos presentan, con alta probabilidad, AI o un IAM sin elevación del segmento ST (sin onda Q). El dolor de origen cardiaco, suele ser un dolor de origen visceral, que a diferencia del dolor parietal, suele ser difícil de localizar, persistente, y en ocasiones percibirse en forma difusa. Aunado a ésto, el dolor también puede ser de tipo referido, manifestándose en un lugar alejado al sitio de origen del dolor. La pericia del médico a menudo se mide por su capacidad para interpretar signos y síntomas del sujeto, en términos de patología orgánica y trastornos funcionales. Empleará esta pericia para elaborar un plan de investigación que confirme o descarte todas las posibilidades que él o su paciente puedan haber anticipado. C) Caracterización del dolor torácico de acuerdo a su origen • Dolor torácico de origen cardiaco: La valoración de un paciente con dolor torácico de origen cardiaco, puede ser un reto diagnóstico, pues ante un posible origen cardiaco, el poder determinar si es de origen isquémico o de otra índole, es crucial por las implicaciones que conlleva un diagnóstico erróneo. En los Estados Unidos de Norteamérica se estima que acuden por dolor torácico agudo a servicios de urgencia, un promedio de 6 millones de personas al año, de los cuales el 60% aproximadamente tiene un electrocardiograma sin alteraciones electrocardiográficas, pero 10-15% requirieren de observación en el servicio de urgencias, para corroborar el origen cardiaco isquémico requiriendo hospitalización. Entre 5% a 10% se egresan, pero reingresan en las siguientes horas con un infarto del miocardio, con una tasa de mortalidad anual que duplica a la de los pacientes con infarto del miocardio diagnosticados oportunamente. Finalmente 30 30% de los pacientes admitidos no se corrobora el diagnóstico de infarto del miocardio. En estos casos en un gran porcentaje de pacientes el dolor tiene un origen gastrointestinal. Existen tres problemas principales en el manejo del paciente con dolor torácico: 1.- Demora entre el inicio de los síntomas y la atención médica. 2.- Retardo en el diagnóstico del SICA y comienzo del tratamiento adecuado. 3.- Diagnóstico incorrecto, principalmente en pacientes con síntomas atípicos. Las características clínicas del dolor, el electrocardiograma tomado en reposo, los marcadores bioquímicos de daño miocárdico, pueden ser normales al ingreso, poniendo a prueba al médico. Los pacientes suelen acudir tardíamente a solicitar atención médica, o acudir a unidades médicas que no cuentan con recursos suficientes para atender a los pacientes con SICA. Los pacientes deben acudir a un servicio de urgencias donde se pueda realizar un electrocardiograma y exámenes de laboratorio. La duración del dolor de origen cardiaco es importante en el reconocimiento de su etiología. El dolor anginoso tiene una duración variable de minutos a horas, persistente o intermitente, cuando obedece a dolor producido por SICA suele ser prolongado y de mayor intensidad, de aparición en reposo con una duración variable que puede ser de 20 minutos o más. Los signos y síntomas acompañantes del dolor torácico agudo de origen cardiaco son importantes. El dolor cardiaco por isquemia es frecuente que se acompañe de manifestaciones producidas por la descarga adrenérgica, entre las más frecuentes se describe la diaforesis fría que puede estar acompañada de piloerección. Otras manifestaciones frecuentes de origen vagal son la náusea, vómito, sensación inminente de orinar o evacuar. El estudio de los síntomas equivalentes de dolor torácico agudo de origen cardiaco, requiere de un cuidado especial, para poder determinar su valor en el diagnóstico. El más común es la disnea, que se produce por hipertensión venocapilar pulmonar producido por la isquemia miocárdica que ocasiona rigidez de la pared ventricular izquierda y/o disminución de la fuerza de contracción del miocardio. La presencia de arritmia cardiaca (bradicardia o taquicardia) y la presencia de otros síntomas como: náusea, diaforesis, mareo, requieren de un alto índice de sospecha, para poder ser atribuidos a la presencia de isquemia cardiaca en ausencia de angina. La conducta en el área extra-hospitalaria ante un enfermo con dolor torácico sospechoso de isquemia miocárdica debe centrarse en el traslado rápido a un servicio de urgencias, o una unidad especializada en manejo de dolor torácico. En un paciente con dolor torácico agudo y prolongado, rara vez es difícil el diagnóstico, si no fue causado por un traumatismo; el diagnóstico diferencial debe incluir: infarto Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 agudo al miocardio, disección aórtica, tromboembolismo pulmonar, neumotórax u otras afecciones vasculares o pulmonares que requieren atención médica inmediata. Los datos actuales de morbimortalidad hacen obligado que el manejo del SICA se estratifique el riesgo del paciente, de ser posible desde el comienzo de los síntomas. Por ello, deben tomarse en cuenta los antecedentes de angina o infarto del miocardio previo, angioplastia o revascularización miocárdica previa, las características del dolor torácico. Los factores de riesgo coronario: Hipertensión arterial sistémica, diabetes mellitus, obesidad, tabaquismo, antecedentes familiares de cardiopatía isquémica, uso de drogas como cocaína. Hay poblaciones especiales en las que es más importante sospechar isquemia miocárdica en ausencia de dolor torácico, como los pacientes afectados de diabetes mellitus, mujeres, o ancianos. La valoración inicial en el Servicio de Urgencias para los pacientes de alto riesgo debe incluir las siguientes medidas: Valoración inmediata idealmente en menos de 10 minutos, con determinación de los signos vitales, saturación de oxígeno, electrocardiograma de doce derivaciones, historia clínica dirigida, toma de muestras de laboratorio para determinación de marcadores séricos de daño miocárdico, electrolitos séricos, factores de coagulación. El análisis de los antecedentes heredo-familiares y personales patológicos, los –síntomas principalmente la semiología del dolor torácico–, los hallazgos de la exploración física y el electrocardiograma nos permitirán identificar la causa del dolor torácico. La presencia de opresión retroesternal intensa o su equivalente anginoso, la presencia de tercer o cuarto ruido, estertores en la auscultación de los campos pulmonares, y la presencia de cambios electrocardiográficos: aparición de un bloqueo de la rama izquierda del haz de His, elevación o depresión del segmento S-T o cambios primarios en la onda T refuerzan la posibilidad de isquemia, por ello debemos pensar en un paciente con SICA de alto riesgo. En ausencia de datos clínicos o electrocardiográficos de SICA o que representen un riesgo inminente serán estratificados como de riesgo intermedio o bajo, deberá en ese caso identificar si se trata de un dolor torácico de origen visceral cardiaco o no cardiaco. Cuando el origen del dolor sea isquémico se deberá considerar como un SICA, y en caso contrario, pericarditis. La pericarditis se manifiesta por dolor pungitivo, que presenta incrementa con la inspiración, mejora al sentarse y empeora con el decúbito, se puede auscultar frote y acompañarse de manifestaciones electrocardiográficas con elevación generalizada del segmento S-T. • Dolor torácico de orígen no cardíaco Otro grupo de pacientes con dolor torácico que requieren de valoración inmediata y que los datos clínicos y el electrocardiograma nos permitirá clasificar, son aquellos con Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 dolor torácico pleurítico u opresivo, acompañado de cianosis, taquipnea, disminución de la presión arterial de oxígeno, y de bióxido de carbono, con un segundo ruido pulmonar acentuado, será sugestivo de embolismo pulmonar. La presencia de dolor intenso localizado en la región dorsal, diferencia de pulsos y de la presión arterial en ambos brazos, soplo aórtico, ensanchamiento del mediastino en la radiografía de tórax sugiere disección aórtica. En los casos de dolor torácico visceral no cardíaco, su origen puede obedecer a patología pulmonar como pleuritis, neumotórax, fracturas costales o claviculares. Dolor pleurítico localizado a un hemitórax, taquipnea, disnea, ausencia de ruidos respiratorios en un hemitórax, limitación de los movimientos respiratorios, sugiere neumotórax. La inflamación pleural (pleuritis) produce dolor pungitivo que se presenta durante la inspiración, se acompaña de tos, y se documenta en la radiografía de tórax. La inflamación de los cartílagos de la pared torácica, puede localizarse en la unión entre la costilla y el cartílago costal (costocondritis), o en la unión entre el cartílago costal y el esternón (esternocondritis o síndrome de Tietze). El enfermo lo refiere señalando con la punta del dedo el sitio del dolor. Se acentúa con los cambios de posición, respiratorios, y con la presión sobre la zona dolorosa (digito-presión). Los métodos diagnósticos más usados en los padecimientos pleuropulmonares que producen dolor torácico son la telerradiografía de tórax, la gammagrafía pulmonar y las pruebas de función pulmonar. El dolor torácico de origen gastrointestinal por causas esofágicas, es probablemente la causa más frecuente de dolor torácico extra-cardíaco. El origen esofágico lo podemos encontrar en 60 % de los casos en que se produce un dolor presuntamente anginoso, típico o atípico, en ausencia de enfermedad coronaria. Este tipo de dolor se localiza en cualquier sitio desde la faringe al epigastrio. A veces se puede localizar sólo en el epigastrio o región subxifoidea y en ocasiones se extiende por toda la región retro-esternal. Puede irradiarse hacia la región dorsal. Se observa principalmente en dos situaciones: esofagitis crónica por reflujo, espasmo esofágico. La esofagitis por reflujo: es el dolor esofágico más frecuente (más del 50 % de casos). No suele tener un carácter constrictivo, como la angina, se refiere sensación de ardor o quemadura (pirosis), que asciende hasta la laringe y se acompaña de salivación o regurgitación ácida. Se presenta después de las comidas o la ingesta de café o de bebidas muy calientes o muy frías. Suele aumentar con el decúbito supino (que acentúa el reflujo). El espasmo esofágico ocasiona un dolor más intenso, pudiendo tener carácter constrictivo e irradiarse a los hombros. A diferencia de la angina, la duración es muy breve (de segundos a unos pocos minutos) y no se relaciona con el esfuerzo. En ambos casos el diagnóstico se basa en una historia clínica correcta y detallada, debiéndose sospechar dolor esofágico cuando se desencadena por la comida, deglución y cambios de posición, especialmente al acostarse. La enfermedad ácido 31 péptica también es causa de dolor torácico de origen extracardiaco. El dolor es de localización predominantemente epigástrica y de larga duración (horas o días). Tiene una clara relación con la ingesta de comida, en especial si es de tipo ácido, así como con las bebidas de contenido alcohólico o muy caliente. El método diagnóstico más confiable es la endoscopía, con toma de biopsia para descartar la presencia de Helicobacter pylori. El dolor producido por neuritis intercostal, especialmente por herpes zoster, puede semejar al dolor pleurítico. En ocasiones es lancinante, con sensación de choque eléctrico; los accesos dolorosos pueden ser independientes de los movimientos respiratorios, el dolor puede tener una distribución segmentaria, sugiriendo afección del nervio intercostal. Los trastornos de ansiedad son causa de dolor torácico, el cual puede ser el síntoma principal de un estado de ansiedad o la manifestación de un proceso depresivo. Clínicamente se describe como un dolor de baja intensidad, persistente, con períodos de exacerbación intensa que duran segundos. Se localiza en el área cardiaca, aunque en ocasiones es lateral o infra-diafragmático, el paciente lo suele señalar de forma localizada, al igual que en los dolores musculoesqueléticos. La duración puede ser variable, desde segundos a horas o días, puede aliviarse con medidas que contribuyan a disminuir la ansiedad y el estrés. II. ANÁLISIS DE LAS QUEJAS DE LA CONAMED A) Metodología utilizada en el análisis de la quejas de la CONAMED relacionadas con dolor torácico. En el presente estudio se incluyeron todas las quejas atendidas en servicios de urgencias con diagnóstico inicial de “dolor torácico”, recibidas en la CONAMED en el periodo comprendido entre junio de 1996 a diciembre de 2004. Los registros, se obtuvieron a través del Sistema de Atención de Quejas Médicas (SAQMED), que captura las inconformidades de los usuarios de los servicios de salud. Se solicitó la información al área de Calidad e Informática, con la finalidad de identificar los diagnósticos y los procedimientos quirúrgicos involucrados. Por medio de la revisión directa de los expedientes y del subsecuente análisis, se obtuvo la información relacionada con el estatus del paciente. Finalmente se recodificaron las variables correspondientes, y se realizó análisis univariado; posteriormente se estratificó por grupos de edad. Para el referido análisis, se utilizó el paquete estadístico SPSS versión 10.0. B) Resultados del análisis Se identificaron 29 casos de pacientes atendidos en servicios de urgencias con diagnóstico inicial de dolor torácico. De ellos, 18 (62.1%) eran hombres y 11 (37.9%) 32 eran mujeres. La edad promedio fue 49.1 años, con una desviación estándar de 17.1 años, siendo el grupo más frecuente el de 31 a 40 años (27.6%). Los intervalos de edad se describen en la TABLA I. Tabla I: Edad de los pacientes por intervalos EDAD FRECUENCIA % 31 a 40 años 8 27,6 61 a 70 años 6 20,7 41 a 50 años 4 13,8 51 a 60 años 4 13,8 71 a 80 años 4 13,8 menos de 30 años 3 10,3 TOTAL 29 100 DEL PACIENTE Diagnósticos más frecuentes. Todos los casos ingresaron a los servicios de urgencias con el diagnóstico de dolor torácico. Los diagnósticos clínicos al egreso del paciente se establecen en la TABLA II: 14 pacientes (48.3%) tuvieron diagnósticos cardiológicos, predominantemente de origen isquémico. En 6 casos (20,7%) se encontraron padecimientos con afectación pleuropulmonar, 4 (13.8%) de origen osteomuscular y 5 (17.2%) a diagnósticos diversos. El mayor porcentaje se presentó en las instituciones de la seguridad social, con 20 casos (69%), seguidas por 7 casos (24.1%) atendidos en medicina privada y 2 casos (6.9%) en instituciones públicas. Dieciséis inconformidades (55.2%) ocurrieron por la percepción de tratamiento inadecuado y 11 (37.9%) a la percepción de atención médica inadecuada. La causa específica (submotivo) derivada del motivo de la queja más frecuente fue la percepción de una omisión en el diagnóstico en 10 casos (34.5%), seguido de la percepción de un error diagnóstico, 4 casos (13.8%). El resto de submotivos se muestran en la TABLA III. Los propios pacientes promovieron la inconformidad en 41.4% de los casos (n=12), por sus hijos en 7 casos (24.1%) y por sus cónyuges en 5 casos (17.2%). Cinco casos más (17.2%) fueron promovidos por otras personas o instituciones autorizadas legalmente. Las pretensiones establecidas en las inconformidades fueron: reintegro de gastos 15 casos (51.7%) e indemnización 6 casos (20.7%). Se solicitó atención médica e informes, información médica, resultado de necropsia y sanción al médico e indemnización en un caso (3.4%) cada Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 Tabla II: Diagnósticos de egreso en los casos analizados DIAGNOSTICOS Cardiógeno Pleuropulmonar Osteomuscular Oncológicos Otros FRECUENCIA % SICA (infarto agudo del miocardio, angina) 13 44,8 Síndrome del seno enfermo 1 3,4 Neumonía 2 6,9 Derrame pleural 2 6,9 Tromboembolia pulmonar 1 3,4 Empiema torácico 1 3,4 Osteocondritis + síndrome ansioso 2 6,9 Contractura muscular post-esguince cervical 1 3,4 Poliomiositis 1 3,4 Cáncer de pulmón 1 3,4 Metástasis pulmonares de cáncer de cadera 1 3,4 Absceso hepático amibiano 1 3,4 Mediastinitis secundaria a absceso periodontal 1 3,4 Herpes zoster + hernia discal 1 3,4 29 100 TOTAL TABLA III: Causas específicas (submotivos) de inconformidad SUBMOTIVO DE QUEJA FRECUENCIA % Omisión de diagnóstico 10 34,5 Error diagnóstico 4 13,8 Diferimiento injustificado de estudios 3 10,3 Tratamiento insatisfactorio 3 10,3 Alta prematura 2 6,9 Mala comunicación 2 6,9 Negligencia medica 2 6,9 Deficiencias administrativas 1 3,4 Diagnóstico inoportuno 1 3,4 No otorgamiento de órtesis 1 3,4 29 100 TOTAL Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 33 uno. En 4 expedientes (13.8%) no se establecieron las pretensiones, de los cuales 3 eran dictámenes médicos periciales solicitados por los Tribunales de Justicia. Del análisis de los expedientes se encontró que la desviación más frecuente fue la realización de un protocolo incompleto para el estudio del dolor torácico 16 casos (55.2%), seguido de 3 casos de mala comunicación (10.3%). En 6 expedientes (20.7%) no se identificó ninguna desviación. GRÁFICO 2 En los expedientes revisados se observaron 10 defunciones, de las cuales 60% eran posiblemente evitables. La evaluación realizada por CONAMED en los expedientes analizados dio las siguientes calificaciones: mala práctica con relación causal 17 casos (58.6%), sin evidencia de mala práctica 9 casos (31%). GRÁFICO 3. Los asuntos se resolvieron de la siguiente manera: mediante un convenio de conciliación en 12 casos (41.4%), por gestión inmediata 4 casos (13.8%), 3 casos por dictamen médico pericial (10.3%) y 3 casos más por laudo arbitral (10.3%). En siete casos (24.1%) no hubo conciliación. Siete de los 12 casos conciliados y 3 laudos (24.1%) se resolvieron mediante una aclaración, 6 (20.7%) con reembolso de los gastos médicos erogados y 2 casos con el compromiso de otorgar atención médica (6.9%). TABLA IV III. DISCUSIÓN Los Síndromes Coronarios Agudos (SICA), son una causa importante de morbilidad y mortalidad mundial, un tercio de la población mundial muere como consecuencia de enfermedad cardiovascular, se considera por información proporcionada 34 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 TABLA IV: Compromisos asumidos en la resolución de los asuntos COMPROMISO FRECUENCIA % Aclaración aceptada 7 24,1 Reembolso 6 20,7 Atención médica 2 6,9 Otros 4 13,8 Ninguno 10 34,5 TOTAL 29 100 por la Organización Mundial de la Salud en el año 2000, que aproximadamente fallecen 7.3 millones de personas en el mundo cada año por cardiopatía isquémica. En nuestro país también constituye un problema grave de salud, en 1998 la tasa de mortalidad fue de 63.4 por cada 100,000 habitantes, afectando a personas en edad reproductiva, produce invalidez y deterioro de la clase funcional en los pacientes que sobreviven, causando un impacto económico negativo. Por otro lado el incremento en la esperanza de vida aumentará el número de casos de SICA, convirtiendo a este padecimiento en un problema de salud pública. La estratificación clínica del riesgo del paciente con dolor torácico, producido por un síndrome isquémico coronario agudo es el mejor camino para otorgar el máximo beneficio en el marco de las opciones terapéuticas disponibles para ello. En México se considera que aproximadamente 66% de pacientes que acuden por dolor torácico de origen cardiaco a servicio médico, se debe a un SICA. Sin embargo a pesar de los avances médicos y los esfuerzos de varios grupos médicos, el diagnóstico del origen del dolor torácico, así como su tratamiento correcto permanecen con un margen elevado de error. En un análisis de las quejas interpuestas ante la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, por pacientes que recibieron atención médica en servicios de urgencias por dolor torácico, se encontró que el grupo de edad promedio era de 49.1 años, predominando el sexo masculino, el grupo más frecuente correspondió a la edad de 31 a 40 años. La causa más común de dolor torácico fue de origen isquémico cardiaco en 44.8%, por patología pleuropulmonar en 20,7% de los casos. El mayor porcentaje de los casos analizados correspondió a las instituciones de seguridad social en 69%, las instituciones privadas con 24.1 % y 6.9% a instituciones públicas. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 El mayor número de inconformidades (55.2%), se derivó de la percepción de un tratamiento inadecuado, 37.9% por la percepción de atención médica inadecuada. El análisis de las causas específicas de las quejas mostró que 34.5% de los casos se debió a una omisión del diagnóstico, ocasionado por una deficiente semiología de los síntomas del paciente, así como la falta de ponderación de los factores de riesgo vascular universalmente aceptados. Otra de las causas observadas que llevaron a un diagnóstico erróneo correspondió al 13.8% de los casos estudiados, aunado a la deficiente semiología del dolor torácico, así como un error en la interpretación de los estudios de laboratorio y gabinete. El diferimiento injustificado de los estudios, así como una errónea estratificación del riesgo en pacientes con Síndrome Isquémico Coronario Agudo, correspondió 10.3% de las quejas, se observó principalmente en las Instituciones de seguridad social y se debió a la carencia de equipo adecuado y personal calificado en las unidades de primer nivel principalmente. El tratamiento insatisfactorio se observó en 10.3% de las quejas analizadas y se debió a una combinación de los hechos ya referidos; principalmente omisión del diagnóstico, error en la interpretación de los estudios de laboratorio y gabinete, carencia de insumos. El alta prematura que fue también motivo de queja en 6.9% de los casos, se debió a diferimiento de procedimientos diagnósticos o terapéuticos debidos a deficiencias administrativas y / o falta de seguimiento de un protocolo de estudio completo. La percepción de negligencia médica representó el submotivo de inconformidad en 6.9%; en estos casos pese a contar con todos los recursos, no se estableció el diagnóstico o el tratamiento en forma adecuada, ocasionando morbimortalidad en el grupo estudiado. 35 La mala comunicación médico paciente se observó en 6.9% de los casos, hecho criticable, pues una buena comunicación médico paciente es la piedra angular de toda la atención médica. La mala práctica médica con relación causal se observó en 58.6% de los casos. El 31% de los casos se consideró sin evidencia de mala práctica. Se reportaron 10 defunciones en los casos analizados, de las cuales 60% era potencialmente evitable. De lo anterior podemos deducir que pese a los avances que ha registrado la medicina, nada sustituye a la base de toda la atención médica que es una buena comunicación médico-paciente, la realización de una historia clínica completa, principalmente orientada al síntoma principal que en este caso es el dolor torácico, realizando una semiología adecuada. El ponderar los factores de riesgo cardiovascular, nos permitirán en los casos de dolor precordial atípico, en los grupos de paciente de mayor riesgo (ancianos, diabéticos, hipertensos) llegar al diagnóstico, con un alto índice de sospecha. Con respecto a las instituciones de seguridad social, es deseable que todas las unidades cuenten con personal capacitado en la detección temprana de los casos que requieren atención médica urgente así como los recursos de laboratorio y gabinete básicos. Todas estas evidencias sugieren la necesidad de modificar la práctica clínica, pues constituyen indicadores de una deficiente atención médica, susceptible de ser modificada mediante la emisión de Recomendaciones Para Mejorar la Atención Médica en Pacientes con Dolor Torácico. Otro aspecto importante que señalar es atribuible al paciente, y se debe a la falta de información adecuada sobre los signos de alarma que requieren atención médica inmediata y a donde acudir, este problema es mundial y se considera que es responsable de 50% de muertes en la etapa pre-hospitalaria, el tiempo promedio de retraso es de 2 a 3 horas después del inicio de los síntomas, perdiéndose tiempo valioso para llevar a cabo un tratamiento adecuado. En México se llevó a cabo el Registro Nacional de Síndromes Coronarios Agudos (RENASICA), que aportó información valiosa sobre la realidad nacional; señalando la falta de 36 recursos en los hospitales que atienden a estos pacientes, así como la carencia en el uso de aspirina en los días previos a la hospitalización en 50% de los pacientes que tuvieron dolor precordial previo a la hospitalización, este hallazgo sugirió la falta de conocimiento público en nuestro medio de la utilidad de este medicamento en el tratamiento del Síndrome Coronario Agudo. Otras conclusiones importantes a las que se llegó en este estudio es la falta de uniformidad para el diagnóstico y el orden en el manejo terapéutico de los SICA en México, esta situación divergente se considera vinculada a la carencia o disponibilidad de los recursos materiales, a la falta de módulos de atención pre-hospitalaria y a la deficiente educación de la población en materia de salud. Abundando al respecto de las conclusiones , el RENASICA señala “La aplicación de los principios clínicos con juicio cuidadosamente razonado, ayuda a mejorar el pronóstico de los enfermos portadores de un SICA, por lo tanto, se requiere de sólidas recomendaciones provenientes de los consensos médicos que den y soporten la práctica clínica diaria basada en la evidencia médica y no exclusivamente o preferentemente en la experiencia personal”. En el RENASICA II se hacen observaciones interesantes, pues pese a llevarse a cabo excelentes estudios, algunos resultados están abiertos a interpretación, pero no pueden aplicarse a todos los ámbitos clínicos y las opciones de tratamiento se ven limitadas por falta de recursos. Señalando que todas estas deficiencias sugieren la necesidad de identificar indicadores de buena práctica clínica que reflejen “nuestra práctica real”. Registros de alta calidad pueden ayudar a entender si los conocimientos médicos que derivan de los estudios clínicos se aplican apropiadamente y si los resultados se reproducen en la práctica clínica diaria. El análisis de las quejas médicas presentadas ante la CONAMED por deficiencia en la atención de pacientes con dolor torácico, nos muestra la “otra cara de la moneda” donde factores como la comunicación humana, la relación médicopaciente y la aplicación de los conceptos básicos como la elaboración de una historia clínica adecuada y el seguimiento de protocolos de estudio y tratamiento adecuados, juegan un papel preponderante en los resultados obtenidos. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 IV. RECOMENDACIONES ESPECÍFICAS PARA MEJORAR LA ATENCIÓN MÉDICA EN PACIENTES CON DOLOR TORÁCICO DE ALTO RIESGO. 1. Advertir a la población que el dolor torácico puede representar una situación grave. a) Fomentar el uso de campañas de información. b) Involucrar al paciente en la detección temprana. c) Orientar al paciente sobre los signos de alarma, en caso de dolor torácico de origen cardiovascular o respiratorio, permitirá que el paciente acuda en forma temprana a recibir atención médica. 2. Promover una respuesta oportuna y adecuada al problema, a) Asegurar que todos los médicos que reciben pacientes en urgencias conozcan la capacidad resolutiva propia y de su unidad médica. b) Incluir personal médico capacitado y experimentado en la detección de las causas de dolor torácico más comunes (cardiovasculares y respiratorias) que representen un riesgo para la vida del paciente. c) Contar con los recursos necesarios para resolver la urgencia o para derivar oportunamente a los pacientes de alto riesgo a unidades que cuenten con ellos. 3. Asegurar el inicio inmediato del soporte vital. a) Controlar el dolor. b) Mantener vigilancia estrecha. c) Asegurar vía aérea permeable. d) Instalar vía venosa permeable. e) Valorar el estado hemodinámico del paciente 4. Clasificar e identificar el tipo de riesgo que presenta el paciente (alto o bajo1 riesgo) a) Elaborar una historia clínica orientada. b) Realizar la semiología adecuada del dolor torácico. c) Establecer de inmediato, el riesgo de muerte inminente y de síndrome isquémico coronario agudo. d) Valorar el estado hemodinámico del paciente; identificar datos clínicos sugestivos de inestabilidad hemodinámica como: disnea, síncope, hipotensión o hipertensión arterial, palidez, sudoración, frialdad de la piel y trastornos graves del ritmo cardiaco. 1 e) Ponderar los factores de riesgo para las principales causas de dolor: cardiovascular, esofágica, respiratoria y otras. 5. Determinar si en el sitio se cuenta con la capacidad para el adecuado manejo de estos pacientes, en caso contrario, estabilizar y trasladar al sitio adecuado. 6. Evaluar el estado del paciente y completar la valoración clínica con apoyos diagnósticos de laboratorio y gabinete. a) Identificar a los grupos de pacientes de mayor riesgo para presentar cuadros clínicos atípicos. b) Realizar electrocardiograma de 12 derivaciones c) Realizar enzimas cardíacas: CK, CKMB, troponinas T o I, mioglobina ante la sospecha de un Síndrome Iquémico Coronario Agudo (SICA), cuando el dolor no es característico y el electrocardiograma es normal. Los resultados deben estar disponibles de 30 a 60 min. posteriores al primer contacto con el paciente. d) Realizar endoscopia, imagenología y pruebas de función respiratoria de acuerdo a las necesidades del caso. 7. Aplicar los protocolos de estudio establecidos en los casos de dolor torácico que correspondan. a) Apegarse a los lineamientos marcados por el protocolo. b) Sensibilizar al paciente de la importancia de su colaboración en el manejo y rehabilitación del cuadro. c) Mantener estrecha comunicación con los familiares para la colaboración en el control del cuadro. 8. Evitar altas prematuras. a) Vigilancia mínima de 12 horas en urgencias o área preparada para este fin. b) Evitar retraso en la interpretación o diferimiento en la realización de estudios de laboratorio o gabinete, cuya omisión puede ocasionar mayor morbi-mortalidad. c) Reevaluar integralmente al paciente al momento de su egreso. d) Explicar al paciente y familiar los datos de alarma que sugieran es necesario regresar al hospital para una nueva valoración. Considerar la sección de recomendaciones para el caso de clasificación de bajo riesgo Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 37 IV. RECOMENDACIONES ESPECÍFICAS PARA MEJORAR LA ATENCIÓN MÉDICA EN PACIENTES CON DOLOR TORÁCICO DE RIESGO MODERADO Y BAJO. 1. Descartar que se trate de un paciente con dolor torácico de alto riesgo. • Realizar una evaluación inmediata para determinar el riesgo de muerte inminente ante un paciente con dolor torácico. • Nunca minimizar ni prejuzgar con ligereza un paciente que solicita atención médica por dolor torácico. • Tomar en cuenta que algunos padecimientos graves pueden iniciar con manifestaciones inciertas y discretas, y que los paraclínicos iniciales pueden no ser claros. • Realizar siempre una semiología completa del dolor torácico que permita realizar un diagnóstico de mayor certeza. 2. Aplicar el protocolo diagnóstico terapéutico apropiado para cada caso. • Descartar inicialmente patología potencialmente grave, como cardiopatía isquémica y tromboembolismo pulmonar. • Realizar la semiología completa del dolor torácico, evaluando los factores de riesgo asociados a las principales causas de dolor: cardiovascular, esofágica, respiratoria, músculo-esquelética, etc. • Identificar pacientes con riesgo de desarrollar cuadros atípicos. • Mantener al paciente en observación durante el tiempo necesario. 3. Establecer una adecuada relación médico paciente. • Comunicar con lenguaje claro y sencillo al paciente cuál es su diagnóstico y si éste es definitivo o presuncional. • Involucrar en el diagnóstico y en el tratamiento a los familiares cuando el paciente lo solicite o cuando se perciba necesario, dadas las características del padecimiento o del paciente en particular. • Cuando el diagnóstico requiera un protocolo de estudio prolongado, explicar al paciente cuales son las fases del mismo, especificando tiempos probables para evitar malos entendidos y ansiedad. 38 • Favorecer la participación del paciente durante su atención para fortalecer la corresponsabilidad. • Pactar acuerdos de colaboración con el paciente y sus familiares para lograr una mejor adherencia terapéutica. 4.- Realizar un diagnóstico integral, basado en la historia clínica y en los apoyos diagnósticos pertinentes. • Solicitar los estudios paraclínicos que sean necesarios y justificados para realizar diagnósticos diferenciales. • Incluir en el expediente clínico los resultados y la interpretación de los estudios de laboratorio y gabinete que se hayan solicitado. • En el caso de que la unidad médica donde se labora no cuente con los recursos paraclínicos necesarios, valorar la pertinencia de solicitar una interconsulta o en su caso, gestionar el traslado del paciente a otra unidad de mayor capacidad resolutiva, asegurándose de la aceptación y recepción apropiada a cada caso. 5.- Revalorar a todos los pacientes inmediatamente antes del alta médica. • Comunicar al paciente cuál es el diagnóstico final, así como el tratamiento a seguir. • Explicar al paciente la importancia de realizar estudios complementarios, cuando sean necesarios. • Evitar el egreso de pacientes con diagnósticos inespecíficos. • Establecer con claridad los datos de alarma que hagan necesario que el paciente se presente a revaloración médica. 6.- Asegurar la mejor atención disponible para los pacientes. • Asignar personal médico y paramédico con experiencia en urgencias para atender los servicios de primer contacto. • Disponer los recursos necesarios para realizar el diagnóstico y el tratamiento adecuados. • Interpretar oportunamente los estudios de laboratorio o gabinete, para prevenir complicaciones mayores o secuelas. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 V. BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. Aldrete J. Antonio, Algias del Torax, Tratado de Angiología JGH editores, México: 1999. Pp 383-389. Bonica JJ. Chest Pain Related to Cancer. In JJ Bonica (Ed), The Management Of Pain. Philadelphia: Lea &Febiger, 1990. Pp:10831113. Bonica JJ. General Considerations of Pain in de Chest. In JJ Bonica (Ed), The Management Of Pain. Philadelphia:Lea & Febiger, 1990. Pp: 1114-1145. Donat WE. Chest Pain: Cardiac and noncardiac causes. Clin Chest Med 1987; 8:241 George RB. Sintoma in Respiratory Disease. In: Chest medicine. 3d edition. William & Walkins, USA:1995. Pp: 82-87. Katz PO, et al. Esophageal testing in patients with non-cardiac chest pain: Results of 3 years experience in 1161 patients. Ann Intern Med 1987; 106:593, Langevin S, Castell DO. Esophageal motility disorders and chest pain. 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SEMINARIO SOBRE PREVENCIÓN DEL CONFLICTO DERIVADO DEL ACTO MÉDICO 2006 OBJETIVO GENERAL Analizar la vinculación de los principios éticos y legales en la regulación de la práctica de la medicina, y su influencia sobre la Lex Artis como fundamento para comprender la génesis de los conflictos derivados del acto médico, los mecanismos para solucionarlos y los mecanismos para prevenirlos. TEMARIO 1. Acto médico y génesis del conflicto 2. Comunicación y la relación médico paciente (resultados de CONAMED). 3. Ética y Derecho Sanitario 4. Normatividad aplicable a la medicina 5. Expediente clínico y consentimiento informado 6. Recomendaciones de enfermería 7. Recomendaciones de odontología 8. Modelos de comunicación en la relación médico paciente 9. Métodos alternos de solución de controversias 10. Modelo CONAMED DIRIGIDO A Médicos, abogados, odontólogos y personal de salud a nivel licenciatura titulados. TITULAR Dr. Jorge Manuel Sánchez González INFORMES COMISIÓN NACIONAL DE ARBITRAJE MÉDICO (CONAMED), http://www.conamed.gob.mx Dirección General de Difusión e Investigación. Mitla 250 esquina eje 5 sur Eugenia, 8º piso. Col. Vertíz - Narvarte. Teléfonos: 5420 7147, 5420-7148, 5420 7003, 5420 7103 y 5420 7093. Correo electrónico: [email protected] , [email protected] 40 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 Noticias CONAMED Presentación de las Guías Clínicas para manejo y prevención de las complicaciones tardías de la Diabetes. El pasado 22 de noviembre se llevó a cabo en el auditorio de la Academia Mexicana de Cirugía, la presentación de las Guías Clínicas para manejo y prevención de las complicaciones tardías de la Diabetes Mellitus. Desde el año 2004, la Academia Mexicana de Cirugía, la Academia Nacional de Medicina, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, líderes de opinión especialistas en Diabetes, así como directivos de Consejos, Sociedades y Asociaciones de Especialidades Médicas relacionadas con las complicaciones de la diabetes, se constituyeron en un equipo de trabajo colegiado cuyo objetivo era la elaboración de guías clínicas dirigidas a prevenir, disminuir y dar tratamiento a las complicaciones que se presentan en pacientes que padecen Diabetes, toda vez que la enfermedad es una de las principales causas de muerte, incapacidad y daño permanente a la salud en nuestro país. La Diabetes Mellitus es una enfermedad pandémica que representa la primera causa de muerte en nuestro país, cuya prevalencia de ha duplicado en los últimos diez años y genera gastos hospitalarios que superan los 120 mil millones de pesos, lo cual hace incosteable para el sistema de salud la atención curativa de este padecimiento. Su presencia en la población general es cercana al 10% de la población. Es una enfermedad que requiere atención y compromiso, no sólo de los profesionales de la salud, sino también de las instituciones educativas, el gobierno en sus tres niveles y la sociedad para poder abordar el problema de manera frontal y abatir el problema de salud que representa, que como se ha repetido innumerables veces, con educación se evitan disminuyen o retardan las complicaciones, mejorando por consecuencia la calidad de vida de aquellas personas que padecen la enfermedad. Se ha estimado que en México existen más de diez millones de enfermos y lo más grave es que el 35% de ellos desconocen que padecen la enfermedad, por lo que, el conocimiento sobre la enfermedad debe ser permeado, a todos los sectores sociales. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006 Por los datos expuestos, las Academias decidieron que el tema de las Guías Clínicas de 2005 sería la identificación y prevención temprana de las complicaciones tardías de la Diabetes Mellitus. Los capítulos de los que constan estas Guías Clínicas son: - Generalidades - Ojo diabético - Neuropatía diabética - Nefropatía diabética - Pie diabético. En los trabajos destacados profesionales representaron a las instituciones siguientes: Academia Mexicana de Cirugía, Academia Nacional de Medicina, Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología, Federación Mexicana de Diabetes, Colegio de Médicos Postgraduados del IMSS, Hospital Español, Sociedad Mexicana de Angiología, Centro de Rehabilitación Integral de Minusválidos del Aparato locomotor, Hospital Luis Sánchez Bulnes de la Asociación para Evitar la Ceguera en México, investigadores del Instituto Mexicano del Seguro Social y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, el Consejo Mexicano de Oftalmología, Asociación Mexicana de Glaucoma, Sociedad Internacional en Pro de la Plasticidad Cerebral y la Academia Mexicana de Neurología. En la presentación de los citados documentos en el Auditorio de la Academia, el Comisionado Nacional de Arbitraje Médico comentó que: “dichas Guías en su formato de políptico permiten el acceso directo a la toma de decisiones en la práctica clínica cotidiana, pero especial reconocimiento tiene saber que los documentos in extenso, las monografías, las pondrán al acceso de toda la comunidad a través de la página Web, para que complementen la consulta en estos documentos, producto del esfuerzo de los expertos en cada uno de los temas tratados. Más aún dijo “estos documentos son muestra palpable del trabajo en equipo y la unión de esfuerzos, ya que la iniciativa privada se suma al proyecto, financiando su impresión y distribución. Por ello no me queda más, que felicitarles por tan loable esfuerzo en beneficio de la salud de los pacientes y la calidad de la atención que brindan los profesionales de la salud”. 41 7ª SESIÓN ORDINARIA DEL CONSEJO MEXICANO DE ARBITRAJE MÉDICO Con fecha 11 de noviembre, en la ciudad de Guanajuato, tuvo lugar la Séptima Sesión Ordinaria del Consejo Mexicano de Arbitraje Médico. La Sesión fue inaugurada por el C. Gobernador de la entidad, Lic. Juan Carlos Romero Hicks, contando con la presencia de 19 Comisionados Estatales y el Comisionado Nacional, quien además preside el Consejo. Esta instancia, por sus siglas CMAM, está integrada por todos los titulares de las Comisiones de Arbitraje Médico del país, se conformó en abril de 2002 con el principal objeto de unificar criterios y desarrollar acciones conjuntas que refuercen un modelo único de arbitraje médico en México, para lograr con ello hacer más eficientes los servicios que se prestan a la población. El CMAM realiza dos sesiones anuales, durante las cuales permite el intercambio y reflexión de experiencias, para detectar necesidades y programar talleres operativos a fin de proporcionar mejor preparación técnica que contribuya al otorgamiento de una atención ciudadana con mayor calidad. De igual forma, el Consejo Mexicano de Arbitraje Médico, por conducto de sus miembros, tiene las tareas de: dar a conocer esta alternativa extrajudicial para resolución de conflictos derivados del acto médico, difundir el quehacer institucional entre los habitantes de las entidades federativas representadas, a través de la elaboración de materiales comunicativos y promover el respeto de los derechos de los pacientes. Durante el desarrollo de esta séptima Sesión, se abordaron temas relacionados con las experiencias de las Comisiones Estatales (Guanajuato, Guerrero y Veracruz); encuestas 42 relacionadas con el conocimiento de la sociedad acerca de la CONAMED, así como el conocimiento de la comunicación humana en médicos aspirantes a la especialidad; el Modelo Mexicano de Arbitraje Médico y los avances en el proceso de homologación; el proceso operativo y los criterios de análisis y conclusión de los dictámenes periciales. Después de comentar ampliamente los temas expuestos y de un intercambio de opiniones sobre los mismos, se adoptaron los siguientes compromisos: - Las Comisiones Estatales, reforzarán las actividades de difusión independientemente de los recursos presupuestales con los que se cuente y efectuarán acciones coordinadas de difusión con organismos sociales y gremiales, informática y estadística, autoanálisis y programación de Talleres de trabajo. Se acordó que la sede de la próxima Sesión Ordinaria del CMAM tendrá lugar en la ciudad de México, como parte de los eventos que se efectuarán el año entrante con motivo del décimo aniversario de la creación de la CONAMED. “El operar con un proceso arbitral único y homologado, como producto del consenso de las políticas en esta materia en el seno del Consejo Mexicano de Arbitraje Médico, permitirá su perfeccionamiento continuo, la creación de referentes, fortalecer esquemas que nos identifiquen en el proceder, a efecto de disponer en el nivel nacional de procedimientos estandarizados y servicios homogéneos que respondan con eficacia a los requerimientos de la sociedad”. Lic. Alonso Migoya Vázquez Director de Coordinación, CONAMED Secretario Técnico del CMAM Noviembre 2005 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 5, enero - marzo, 2006