de si iestro a izquierdo: consecuencias de una interdicción

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DE SIIESTRO A IZQUIERDO:
CONSECUENCIAS DE UNA
INTERDICCIÓN UNIVERSAL EN
ESPAÑOL
DAVID ISAAC DEL RÍO ENTONADO
DIRECTOR: DR. ANTONIO FREIRE LLAMAS
DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA ESPAÑOLA Y LATINA
2010
RESUMEN
El propósito de esta tesis consiste en analizar con profundidad las repercusiones lingüísticas que tiene
en el español la interdicción que recae sobre todo lo relacionado con la izquierda.
Tras dibujar un panorama del fenómeno de la interdicción en general y de la visión negativa de la
izquierda en particular, se mostrará cómo el proceso eufemístico desencadenado por la percepción
negativa de lo izquierdo en gran parte del mundo tiene importantes consecuencias en diversas lenguas.
Como objetivo principal, este estudio se propone llevar a cabo un análisis diacrónico exhaustivo de
los dos principales significantes utilizados a lo largo de la historia del español para hacer referencia al
significado ʻizquierdaʼ: siniestro e izquierdo. Se comprobará cómo la evolución semántica del primero
está condicionada por la interdicción, que provoca que el término sea utilizado con diversos sentidos
peyorativos. En cambio, su sustituto, el préstamo vasco izquierdo, cumpliendo su función eufemística,
pasa a ocupar el hueco dejado por el viejo término y se convierte en la palabra natural para hacer
referencia al significado interdicto.
RESUMO
O propósito desta tese consiste en analizar con profundidade as repercusións lingüísticas que ten en
español a interdicción que recae sobre todo o relacionado coa esquerda.
Tras debuxar un panorama do fenómeno da interdicción en xeral e da visión negativa da esquerda en
particular, amosarase como o proceso eufemístico desencadeado pola percepción negativa do esquerdo en
gran parte do mundo ten importantes consecuencias en diversas linguas.
Como obxectivo principal, este estudo proponse levar a cabo unha análise diacrónica exhaustiva dos
dous principais significantes utilizados ó longo da historia do español para facer referencia ó significado
ʻesquerdaʼ: siniestro e izquierdo. Comprobarase como a evolución semántica do primeiro está
condicionada pola interdicción, que provoca que o termo sexa utilizado con diversos sentidos pexorativos.
En cambio, o seu substituto, o préstamo vasco izquierdo, cumprindo a súa función eufemística, pasa a
ocupar o oco deixado polo vello termo e convértese na palabra natural para facer referencia ó significado
interdicto.
ABSTRACT
The purpose of this thesis consists in analising thoroughly the linguistic repercussions that
interdiction, which affects everything that has to do with the word left, has in the Spanish language.
After outlining a view of the interdiction phenomenon sparked by the negative idea of the word left in
particular I will show how the euphemistic process sparked by the negative idea of the word left
throughout most of the world has important consequences in several languages.
As the main goal, this study aims at carrying out a thorough diacronic analysis of the two main
significants used throughout the history of the Spanish language to make reference to the meaning of the
word left: siniestro and izquierdo. I will prove how the semantic evolution of the former is conditioned by
the interdiction which causes the term to be used in several derogatory ways. On the other hand, its
substitute, the Basque loan word which fulfills the euphemistic function actually fills the gap left by the
ancient term and becomes the natural term to make reference to the interdictive meaning.
PRESETACIÓ
Este trabajo ha sido concebido como una tesis doctoral que tiene como objetivo el
estudio de la influencia que la interdicción lingüística sobre la izquierda ha tenido a lo
largo de la historia del español. De todos es sabido que la oposición que se establece
entre derecha e izquierda va mucho más allá del mero valor espacial, ya que, mientras la
derecha goza de una visión asociada a lo positivo y afortunado, la izquierda siempre va
acompañada de unas connotaciones negativas que se muestran de forma explícita en la
lengua. Pues bien, este tema será objeto de un profundo análisis a lo largo de este
estudio, en el que nos centraremos, en concreto, en la evolución semántica de los
términos siniestro e izquierdo, tomando como base de nuestra investigación el hecho de
que el segundo de estos vocablos es un préstamo tomado del vasco que sustituyó a
siniestro cuando su nivel de interdicción alcanzó unos límites considerables.
El estudio de todo lo relacionado con la interdicción lingüística es un tema muy
atrayente no solo para el lingüista, sino para cualquier persona interesada en investigar
sobre el pensamiento del ser humano, ya sea individual o colectivamente. El análisis de
los contenidos que son objeto de interdicción, es decir, las realidades a las que
intentamos no aludir directamente cuando hablamos, nos muestran una información
realmente interesante acerca de las preocupaciones y obsesiones que dominan en cada
cultura.
El caso que nos ocupa, la interdicción sobre la izquierda, es bastante peculiar.
Obviamente, cualquier hablante puede responder claramente a la pregunta de por qué se
buscan sustitutos eufemísticos para referirse a la muerte o a ciertas enfermedades: la
contestación no es otra que el temor que suscitan. Sin embargo, ¿a qué se debe la visión
negativa que rodea todo lo relacionado con la izquierda? ¿Por qué los significantes
asociados a ella han sido objeto de interdicción constante en diferentes lenguas a lo
largo de la historia? Como analizaremos detenidamente en el trabajo, se trata de
preguntas muy difíciles de contestar. En nuestra cultura occidental, los valores que toma
la oposición derecha-izquierda pueden achacarse a la influencia del cristianismo, que
7
utiliza constantemente esta simbología para separar el bien del mal1. Pero la exposición
que vamos a ver más adelante nos mostrará que ni mucho menos puede acotarse esta
oposición simbólica a esta religión, ya que encontramos muchísimos ejemplos análogos
en diversas culturas.
A pesar, pues, del desconocimiento acerca del porqué de esta interdicción, cualquier
hablante del español es perfectamente consciente de los valores connotativos que
adoptan, por ejemplo, los términos diestro y siniestro, y los utiliza normalmente, así
como otras expresiones análogas que relacionan directamente la izquierda con lo
negativo. Puede decirse que en la actualidad los efectos de la interdicción no se aprecian
directamente, es decir, el hablante no evita ―en condiciones normales― pronunciar,
por ejemplo, la palabra izquierda, pero sí aparecen las consecuencias de una visión
forjada durante siglos.
Veamos cuál va a ser la estructura de este trabajo. El análisis comenzará con una
breve exposición teórica sobre los conceptos de interdicción lingüística, tabú, tabú
lingüístico y eufemismo, conceptos todos ellos importantes para el desarrollo posterior
del estudio. Analizaremos algunas exposiciones teóricas recientes sobre el tema para
dejar clara desde un principio la terminología que vamos a utilizar.
En la segunda parte dejaremos de un lado lo estrictamente lingüístico para
adentrarnos en materias más vinculadas a disciplinas como la Sociología o la
Antropología. El objetivo no es otro que el de estudiar en profundidad la simbología de
la izquierda y la derecha en los diferentes pueblos del mundo. Podremos comprobar
cómo la concepción que vincula la derecha con cualidades positivas y la izquierda con
las negativas es una constante ―como hemos dicho― en la mayoría de las
civilizaciones del mundo desde hace muchos siglos. Lógicamente, prestaremos especial
atención a nuestra cultura occidental y a la ya señalada importancia que ejerce el
cristianismo.
Entrando ya en aspectos lingüísticos, el tercer bloque intentará mostrar una visión
general de los efectos de la interdición sobre la izquierda en diferentes lenguas del
mundo, desde las raíces indoeuropeas hasta las lenguas europeas que nos resultan más
cercanas, pasando por algunos idiomas africanos o asiáticos, por ejemplo, más alejados
1
Podemos citar, como ejemplo, las palabras de Miguel Delibes en su novela Madera de héroe. En ellas se
refiere a la relación que el protagonista, un niño, establece entre la palabra izquierda y lo que de ella
conoce a través de la Biblia: «Era, pues, la palabra izquierda la que le conturbaba ahora, puesto que, bajo
su estandarte, tan solo podían agruparse, de acuerdo con las palabras del evangelio, aquellos a los que
Cristo había reprobado. El día del Juicio Final, los buenos estarían a la derecha y los malos a la izquierda
del Señor, no cabían medias tintas» ([Madera]: 149).
8
de nuestra cultura. Veremos la diferencia palpable que se establece entre los
significantes utilizados para el significado ʻderechaʼ y los empleados para la ʻizquierdaʼ,
así como el constante juego eufemístico que entra en vigor entre los términos asociados
a este último significado. Lógicamente, dentro de este apartado se estudiará con detalle
la evolución lingüística concerniente a este significado ʻizquierdaʼ en español,
atendiendo a la importación del préstamo vasco ezker, origen de nuestro actual
izquierdo.
Ya centrados plenamente en el español, la parte central de la investigación consistirá
en el estudio de la evolución semántica que presentan los ya señalados siniestro e
izquierdo, los dos términos principales que se han utilizado en nuestra lengua para hacer
referencia al significado en el que se centra nuestro trabajo. Por medio del análisis
exhaustivo de los sentidos con los que han sido empleados a lo largo de su historia
ambos términos, intentaremos demostrar, entre otras cosas, por qué y cuándo se produce
la entrada de izquierdo en el español y la frecuencia de uso de uno y otro vocablo en las
diferentes etapas del idioma.
En cuanto a los aspectos metodológicos en los que se va a basar este análisis,
podemos destacar tres puntos importantes. Por un lado, para la búsqueda de ejemplos se
van a utilizar los dos corpus que ofrece la Real Academia Española (RAE) en su página
electrónica: el Corpus diacrónico del español (CORDE) para el análisis diacrónico y el
Corpus de referencia del español actual (CREA) para el sincrónico. Aunque nuestro
objetivo principal es la investigación de la evolución histórica de los significados de los
dos términos señalados, también realizaremos un pequeño estudio sincrónico para
reflejar la situación que encontramos en la actualidad.
Por otro lado, un punto de partida importante y una fuente constante de referencia en
esta investigación serán, sin duda, los diccionarios que, a lo largo de la historia de
nuestra lengua, han recogido los términos objeto de nuestro estudio. Partiremos de la
visión aportada por las más importantes obras lexicográficas del español para
comprobar si los resultados que nos ofrece el corpus coinciden con estos
planteamientos, que serán analizados siempre, en la medida de lo posible, desde una
posición crítica. Como instrumento principal para la consulta de estos diccionarios se
utilizará el uevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española (TLLE), una
recopilación publicada por la RAE que contiene, además de todos los diccionarios
publicados por esta institución, muchas otras obras de referencia. Además, la lista de
diccionarios a consultar se completará con otras importantes obras más recientes como
9
son las últimas ediciones académicas ―que ya no aparecen en esta recopilación―, el
Diccionario de uso del español (DUE) de María Moliner y el Diccionario del español
actual (DEA) de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos.
El tercer aspecto importante a comentar en cuanto a la metodología es el del
fundamento teórico en el que se va a sostener todo este análisis. Es un hecho evidente
que el terreno sobre el que se mueve el investigador al intentar delimitar los significados
de un término es bastante delicado. Más, si cabe, si nos referimos al panorama
diacrónico. Los criterios adoptados por los expertos sobre el tema a la hora de dividir el
contenido semántico de un término en acepciones y subacepciones no son ni mucho
menos homogéneos; de hecho, ni siquiera encontramos en todos los autores la misma
noción de los conceptos de acepción y subacepción. Por eso nos detendremos en este
punto para delimitar el marco teórico que vamos a seguir.
Pues bien, para llevar a cabo nuestro estudio histórico seguiremos principalmente la
valiosa información aportada por José Antonio Pascual y Rafael García (2007), dos
autores vinculados a la elaboración del uevo diccionario histórico de la lengua
española. Ya fuera de las singularidades propias que supone el análisis diacrónico, otra
referencia muy importante en toda esta labor será la teoría de José-Álvaro Porto (2002 y
2009), autor de importantes estudios sobre cuestiones lexicográficas.
Una vez realizado este análisis pormenorizado de siniestro e izquierdo y establecidas
las pertinentes conclusiones, la parte final de esta tesis se completará con otras muestras
de la influencia de la interdicción sobre la izquierda en nuestra lengua que no hayan
aparecido en nuestro análisis anterior. Es decir: se enumerarán las numerosas
expresiones que existen en nuestra lengua que reflejan una visión negativa de la
izquierda, en oposición a aquellas en las que la derecha adquiere valores claramente
positivos. Asimismo, analizaremos otros términos relacionados, en mayor o menor
medida, con ʻderechaʼ e ʻizquierdaʼ en español para comprobar el verdadero alcance de
esta simbología.
Por último, ya con la importante información obtenida a lo largo de nuestro trabajo y
con la pretensión de abrir nuevas vías para investigaciones futuras, plantearemos la
cuestión de si hay algún indicio de que el término izquierdo pueda seguir, a corto,
medio o largo plazo, el mismo camino que su antecesor siniestro. Para ello
analizaremos su situación peculiar en lo que concierne a uno de sus empleos más
comunes en la actualidad: el referido a la ideología política.
10
1. LA ITERDICCIÓ LIGÜÍSTICA
Dado que el objetivo de este trabajo es analizar las consecuencias que la interdicción
lingüística sobre la izquierda ha tenido en el español, debemos empezar con una
pequeña visión sobre conceptos como el de tabú, tabú lingüístico, eufemismo o
interdicción lingüística. No es el objetivo de este estudio profundizar en estos aspectos
ni presentar ningún nuevo planteamiento teórico, sino que nos limitaremos a aludir a la
abundante bibliografía1 que encontramos sobre el tema para fundamentar el análisis
posterior que se va a llevar a cabo en este estudio.
1.1. El tabú
Es una opinión generalizada la idea de que el término tabú procede de las lenguas
malayo-polinesias2 (Montero 1981: 11; Casas 1986: 15-16; Uría 1997: 1). La palabra en
cuestión se introdujo en las lenguas románicas a través del inglés taboo. Su presencia en
la cultura occidental parece deberse al capitán James Cook, que escuchó el término en la
isla de Tonga en un viaje en 1777 y explicó su significado diciendo que era una palabra
utilizada generalmente para expresar que una cosa estaba prohibida (DECH: s. v. tabú;
Webster 1952: 13)
Precisamente, explicar el significado exacto de este concepto es algo muy
complicado. Entre otras cosas, porque lo expresado originalmente por este término en
1
Como bibliografía fundamental de lo que va a ser expuesto en este apartado, podemos destacar la de
algunos autores que estudian el fenómeno de la interdicción de un modo exhaustivo, como son Montero
(1981; puede consultarse una versión resumida en 2000: 547-555), Casas (1986) y Uría (1997). Otros
estudios que analizan el fenómeno de una manera más o menos extensa son los de Da Silva (Silva 1927),
Mansur (1956) y Grimes (1978).
2
Montero (1981: 11) y Casas (1986: 15-16), por ejemplo, ofrecen una amplia bibliografía sobre los
autores que apoyan esta afirmación. Suele explicarse el origen del término (Webster 1952: 13) como un
compuesto de ta, ʻmarcarʼ y de pu, adverbio de valor ponderativo; otra interpretación es la que lo
relaciona con el nombre de la caracola, pu, y con ta, que podía tener el significado de ʻmarcarʼ o ser
empleado como un prefijo causativo. Esta última hipótesis proviene de la costumbre de utilizar la
caracola para anunciar restricciones ceremoniales, práctica denominada mediante la palabra compuesta
ta-pu.
11
las lenguas malayo-polinesias carece de un significante hoy en día en nuestras lenguas
occidentales3.
Quizá una de las explicaciones más claras sobre el tabú sea la expuesta por Freud,
que en su obra Tótem y tabú analiza con profundidad este fenómeno: «Para nosotros
presenta el tabú dos significaciones opuestas: la de lo sagrado o consagrado y la de lo
inquietante, peligroso, prohibido o impuro» (2003: 27). Se refiere en esta cita a la
ambivalencia que según él presenta este término: su significación contiene dos valores
en oposición, el deseo y el temor, valores que actúan en el inconsciente del hombre a la
hora de transgredir una prohibición tabú. Una expresión equivalente a este significado
es, para Freud, la de «temor sagrado» (2003: 27).
Las prohibiciones tabú serían «limitaciones a las que se someten los pueblos
primitivos, ignorando sus razones, y sin preocuparse siquiera de investigarlas, pero
considerándolas como cosa natural, y perfectamente convencidos de que su violación
les atraería los peores castigos» (2003: 31). Para intentar esclarecer los enigmas que
encierra el tabú, Freud lo compara con la neurosis obsesiva, por las similitudes que
presenta con esta enfermedad, llegando a la siguiente conclusión: «Los tabúes serían
prohibiciones antiquísimas impuestas desde el exterior a una generación de hombres
primitivos, a los que fueron, quizá, inculcadas por una generación anterior. Estas
prohibiciones recayeron sobre actividades a cuya realización tendía intensamente el
individuo y se mantuvieron luego, de generación en generación, quizá únicamente por
medio de la tradición transmitida por la autoridad paternal y social» (2003: 42).
Serían objeto de tabú aquellos lugares, personas o cosas portadores de una fuerza
peligrosa. En todas estas prohibiciones estaría presente la ambivalencia afectiva a la que
hace referencia Freud, es decir, esa oposición entre el deseo y el temor del hombre a la
hora de enfrentarse a una de estas imposiciones4: «Siempre que existe una prohibición
ha debido de ser motivada por un deseo», afirma el creador del psicoanálisis (2003:
87)5.
3
Mientras algunos autores (Mansur 1956: 17-19; Montero 1981: 12; Casas 1986: 16; Freud 2003: 27)
afirman que el término latino sacer (o incluso infandum), el griego άγιος o el hebreo kodausch ―por citar
algunos pueblos representativos― tuvieron un significado aproximado al expresado en su día por tabú,
Uría (1997: 1) opina que, por lo menos en cuanto a los términos griego y latino, no podemos establecer
una equivalencia con el significado del concepto que estamos estudiando.
4
«En la vida psíquica del primitivo desempeña la ambivalencia un papel infinitamente mayor que en la
del hombre civilizado de nuestros días. La disminución de esta ambivalencia ha tenido por corolario la
desaparición progresiva del tabú, que no es sino un síntoma de transacción entre las dos tendencias en
conflicto» (Freud 2003: 83).
5
Para una información más detallada de la visión de Freud sobre el tabú, cfr. 2003: 27-91.
12
Otro estudioso de la naturaleza del tabú es Webster (1952)6, que estudia más
detenidamente el origen de este tipo de prohibiciones. Comenta que el hombre primitivo
vivía rodeado de temores, los cuales le hacían incurrir en continuas prohibiciones; estas,
por más absurdas que nos puedan parecer hoy en día, tenían siempre para ellos una
razón de ser (1952: 20-21). Webster dice que algunos factores importantes en el
establecimiento de prohibiciones tabú serían: los sueños, las visiones, las coincidencias,
las malas experiencias vividas en una actividad determinada… o incluso la intención de
una autoridad de crear una prohibición entre una comunidad. El tabú nace en el interior
de un grupo y se hereda de una generación a otra, se multiplica, y, debido a la
deformación que sufre, el origen de la mayor parte de los tabúes resulta una incógnita
(1952: 25-26).
Está de acuerdo Webster con Freud en la ambivalencia que presenta el concepto de
tabú, aunque para él, al menos en los pueblos primitivos, entre la atracción y la
aversión, esta segunda actitud es la que tenía más fuerza (1952: 27).
Haciendo un repaso por otras propuestas más rebatidas sobre el origen del tabú
encontramos la de Josué de Castro7, que explica el tabú como una consecuencia de un
reflejo condicionado: se asocian alguna persona, cosa o palabra con algo negativo si en
algún momento, aunque fuera por casualidad, cualquiera de estas se vio implicada en
una situación dramática8. Montero (1981: 13-14) se opone a esta teoría principamente
porque implica no darse cuenta de que el motivo del tabú puede desaparecer con el
tiempo y es demasiado complicado llegar a su verdadero origen como para poder
afirmar que se debe a un reflejo condicionado.
Otra teoría es la de Wilhelm Wundt9, quien expuso que las fuentes verdaderas del
tabú «nacen en el lugar de origen de los instintos más primitivos y, a la vez, más
6
Todo el primer capítulo de la obra de Webster (1952: 11-57) analiza el concepto de tabú y muestra
diversos ejemplos de prohibiciones de este tipo en diferentes lugares. En el resto de su estudio analiza por
separado los diferentes campos sobre los que recae el tabú.
Es interesante esta afirmación sobre los tabúes que aparece recogida en su obra para dar sentido a
trabajos como el que estamos llevando a cabo: «Les étudier, c'est acquérir quelque compréhension de
l'évolution sociale à travers d'innombrables siècles; c'est ouvrir un jour sur les ténèbres du lointain passé»
(1952: 6).
7
Citamos la teoría de este autor (Josué de Castro: Fisiologia dos Tabus) a partir de Mansur (1956: 9-11).
8
Expone el siguiente ejemplo: «O primitivo executa un gesto, uma ação que por si só não lhe pode causar
nenhum mêdo (o gesto de comer determinado alimento, por exemplo) mas, se durante esta ação e
repetidas vêzes êle sofre uma excitação que o atemoriza (uma descarga elétrica de um raio que caia, ou o
ruído do trovão que êle já condicionou à queda do raio, ou o urro duma fera, também já condicionado à
presença temerosa dessa fera), basta posteriormente a presença daquele alimento para que êle se encha de
mêdo e evite tocá-lo. O alimento constitui-se tabu». Cfr. Josué de Castro, op. cit., pp. 25-26; citado a
partir de Mansur (1956: 9).
9
Citamos la teoría de este autor (Wilhelm Wundt: Voelkerpsychologie, tomo II, "Mythus und Religion",
II) a partir de Freud (2003: 32-36). Cfr. tambien Mansur 1956: 8.
13
duraderos del hombre, esto es, en el temor a la acción de las fuerzas demoníacas»10.
Freud se opone a esta interpretación: «Ni el miedo ni los demonios pueden ser
considerados en psicología como causas primeras, más allá de las cuales sea imposible
remontarse» (2003: 35). Además, fundamenta su ataque a esta teoría de Wundt en el
hecho de que este no consideraba que la palabra tabú tuviera en un principio la doble
significación de sagrado-impuro, sino únicamente el valor de lo demoníaco, mientras
que para Freud es fundamental, como hemos visto, la explicación del concepto de tabú
teniendo en cuenta esa ambivalencia afectiva11.
1.2. La magia de la palabra: el tabú lingüístico
Sin dejar de hablar del tabú, entremos ya en el terreno lingüístico. La asociación de
estos dos temas nos conduce al interesante asunto del poder mágico de la palabra.
Partamos una vez más de Freud. Comenta en Totem y tabú (2003: 69-72) que una de
las consecuencias del tabú de los muertos en las civilizaciones primitivas es la
prohibición de pronunciar su nombre. Se trata de una costumbre extendida a numerosos
pueblos y con importantes consecuencias: la prohibición provoca importantes cambios
en el vocabulario. Así, no solo se modifica el nombre del difunto, sino en algunos casos
también el de personas que tengan el mismo nombre, el de los parientes del muerto, el
de los miembros de su tribu, o incluso el de objetos y animales que compartan también
ese nombre.
Todo ello se explica atendiendo a que «los salvajes ven en el nombre una parte
esencial y una propiedad importantísima de la personalidad y que atribuyen un pleno
valor objetivo a las palabras». Y añade Freud a continuación: «El mismo adulto
civilizado, si analiza ciertas singularidades de su actitud con respecto a los nombres
propios, comprobará sin dificultad, que no se halla tan lejos, como se cree, de enlazar a
10
Cfr. Wundt, op. cit., p. 307; citado a partir de Freud (2003: 34).
«En oposición a esta teoría de Wundt, nos autorizan a deducir nuestras anteriores consideraciones que
la palabra tabú presentó desde un principio la doble significación antes citada, sirviendo para designar una
cierta ambivalencia y todo aquello que de tal ambivalencia se deducía o a ella se enlazaba. La misma
palabra tabú es una palabra ambivalente y creemos que si su sentido hubiera sido acertadamente
establecido se habría podido deducir de él sin dificultad aquello que sólo después de largas
investigaciones hemos llegado a obtener, esto es, que la prohibición tabú debe ser concebida como el
resultado de una ambivalencia afectiva» (Freud 2003: 83-84).
Otra oposición a la teoría de Wundt de las fuerzas demoníacas la encontramos en S. Bueno, que ofrece
la siguiente explicación: «O próprio nome de Deus, de seus atributos, foi sempre tabu e Deus nunca
mereceu a qualificação de demoníaco» ("Tabus, eufemismos e disfemismos", en Tratado de Semântica
Brasileira, 1960, p. 199; citado a partir de Casas 1986: 18).
11
14
ellos un valor esencial, y hallará que el suyo se encuentra íntimamente fundido con su
persona» (2003: 71).
Freud alude a las consecuencias lingüísticas del tabú de un modo circunstancial.
Vamos a centrarnos, pues, en este aspecto. Fijémonos en estas palabras de Ortega y
Gasset:
Ha habido una época en que fue el miedo la máxima inspiración humana, una
edad dominada por el terror cósmico. Durante ella se siente la necesidad de evitar
ciertas realidades que, por otra parte, son ineludibles [...]. Y como la palabra es
para el hombre primitivo un poco la cosa misma nombrada, sobreviene el menester
de no nombrar el objeto tremendo sobre que ha recaído «tabú» (1983: 373)12.
En efecto, se conoce como tabú lingüístico la extensión del fenómeno que hemos
estado explicando hasta el momento al terreno del lenguaje13, lo que produce la
prohibición de pronunciar ciertas palabras a las que se les atribuye un poder
sobrenatural14.
Esta creencia en un poder especial de las palabras se remonta al hombre primitivo,
para el que entre la palabra y la realidad por ella designada había mucho más que una
simple convención arbitraria: la palabra podía evocar la propia cosa15. Cassirer (1973:
especialmente 53-70), que estudia la conexión entre el mundo mítico y el lingüístico,
afirma que en todas las cosmogonías míticas siempre se encuentra el poder de la palabra
en una posición destacada. Ogden y Richards (1984: 49-71) muestran mediante
numerosos ejemplos que la atribución de poderes ocultos a las palabras es propia de
todas las civilizaciones16. Esta concepción que reduce la frontera entre la palabra y la
cosa puede verse también en los niños en su primer contacto con el lenguaje17.
12
Ortega y Gasset, en su breve alusión al tabú, relaciona estrechamente este fenómeno lingüístico con la
metáfora, que «escamotea el objeto enmascarándolo con otro, y no tendría sentido si no viéramos bajo
ella un instinto que induce al hombre a evitar realidades» (1983: 373). Para más información acerca de la
relación del tabú y la metáfora, cfr. Coseriu 1991: 90-95 o Alonso Moya 1978.
13
«O tabu lingüístico [...] é um prolongamento dos demais tabus. Se uma pessoa, coisa ou ato é
interditado, o nome ou a palavra que se lhes refere, é-o igualmente» (Mansur: 1956: 13).
14
Coseriu, por ejemplo, define el tabú lingüístico como «fenómeno por el cual ciertas palabras
relacionadas con supersticiones y creencias se evitan y se sutituyen por préstamos, eufemismos,
circunlocuciones, metáforas, antífrasis, etc.» (1991: 90).
15
«Al establecer un acuerdo entre el nombre y la cosa, nos conformamos con un hábito psíquico tan viejo
como el mundo. El nombre, durante mucho tiempo, ha sido no sólo un signo convencional, sino una parte
integrante de las cosas: participaba de sus propiedades. El signo no se distinguía del objeto» (Vendryes
1967: 219).
16
Entre los numerosos autores que estudian este tema podemos citar: Jespersen 1947: 210-234; Mansur
1956: 12-13; Pei 1965: 142-144; Rosenblat 1977; Grimes 1978: 6-9; Montero 1981: 15-19; Kröll 1984:
15-16; Malinowski 1984: 337-341; Casas 1986: 20-28; Wartburg 1991: 291-294.
17
Expone Jerpersen: «Jamás entenderemos por completo la naturaleza del lenguaje si tomamos como
punto de partida la severa actitud de los hombres del día, educados científicamente, que consideran las
15
Nos movemos, por tanto, en un terreno en el que, a pesar de la arbitrariedad del signo
lingüístico ―tomada como uno de los fundamentos de la lingüística actual desde
Saussure (1980: 99-108)18―, se establece una clara relación entre significado y
significante. Porzig (1986: 52-57 y 228-229) lo explica de este modo:
No existe, desde luego, una conexión evidente y naturalmente dada entre las
cosas y los sonidos con que se nombran. Pero tampoco se establece esta conexión
por acuerdo puramente arbitrario. Más bien los nombres indican la posición de una
comunidad respecto de las cosas del mundo circundante [...]. La relación de los
nombres a las cosas no está dada naturalmente ni arbitrariamente establecida; está
condicionada por la historia del espítiru (1986: 57).
Para Vendryes (1967: 218-221 y 247-256), todas las palabras despiertan en nosotros
una serie de connotaciones determinadas, positivas o negativas, independientemente del
significado que denoten19. García de Diego (1973: 45-51) destaca, precisamente, las
consecuencias que conlleva el sentimiento negativo hacia una palabra: «La afectividad
tiende a desplazar del uso común las voces significativas de una idea o una realidad que
le desagrada» (1973: 45).
Partiendo de la evidencia de que la creencia en la asociación entre palabra y cosa es
propia del pensamiento primitivo, lo normal sería pensar que este tipo de tabú ya no se
da en la actualidad. Es lo que apunta, por ejemplo, Vendryes:
Entre los salvajes, ocurre con frecuencia que las palabras tienen un sentido
místico que las preserva de ser empleadas por ciertos individuos. En nuestras
lenguas europeas no tenemos casos semejantes de interdicción. La civilización
ahogó estos residuos de barbarie. Pero remontándonos hacia los orígenes de la
palabras que usan como medios de comunciar y acaso desarrollar más el pensamiento. Para los niños y
los salvajes una palabra es cosa muy diferente. Para ellos existe algo mágico o místico en un nombre. Es
algo que tiene poder sobre las cosas y está ligado a ellas de una manera mucho más íntima que lo que
solemos imaginarnos. Esta idea aparece muy pronto en la vida del niño» (1947: 214-215).
Donaldson insiste en esta idea: «Existen motivos para sospechar que, para un niño pequeño, el nombre
de un objeto puede ser algo similar, digamos, al peso o al color del mismo: tan sólo un atributo más entre
otros y, por tanto, más bien parte del objeto que de un determinado sistema formal distinto denominado
"lenguaje"» (1979: 110).
También Porzig señala: «Lo que el niño hace y quiere hacer con sus primeras palabras es conseguir
dominio sobre las cosas del mundo por medio de los gestos moldeados de la palabra. La vivencia de la
significación brota, en resumen, del terreno de la magia, del encanto, que es una vivencia primitiva del
hombre» (1986: 228).
18
Cfr. Montero 1981:15-16; Casas 1986: 21-22.
19
Explica: «En torno al sentido lógico de cada palabra flota una atmósfera sentimental que la envuelve, la
penetra y le da, según los empleos, coloraciones momentáneas. Hasta en los menos imaginativos y los
menos impresionables de los hombres, se mezclan con la noción abstracta y general que expresa la
palabra matices particulares que constituyen su valor expresivo» (1967: 218). Y continúa más adelante:
«Una palabra cualquiera despierta siempre en nuestro espíritu una representación determinada, alegre o
triste, agradable o molesta, grande o pequeña, admirable o ridícula, independientemente del sentido que
expresa, con frecuencia antes de conocer el sentido» (1967: 219).
16
historia de las lenguas más civilizadas, se encuentran hechos de interdicción tan
claros como en las lenguas salvajes (1967: 248).
Sin embargo, no todos los expertos lo creen así. Para Porzig esta superstición basada
en el poder de la palabra no es propia solamente del hombre primitivo: «Ni la más alta
formación, ni la ilustración intelectual pueden quitarnos el recelo de la fuerza
conjuradora de la palabra [...]. No son restos de una espitirualidad primitiva y
condenada a desaparecer, sino hechos originarios de la vida psíquica humana, que
tendrán vigencia en tanto que haya hombres y habla humana» (1986: 228-229).
Montero (1981: 17-19) también afirma que el sentimiento mágico de la palabra
todavía sigue vigente y lo podemos comprobar, por ejemplo, en supersticiones
asociadas a la religión ―recordemos que no debemos usar el nombre de Dios en
vano―, a las maldiciones o al mundo animal. Casas (1986: 27-28) afirma con respecto
a esto que aunque la conciencia tabú ha perdido fuerza en nuestra época, pueden
señalarse como excepciones, dentro de las sociedades civilizadas, algunos temas frente
a los que los hablantes siguen teniendo un especial "respeto", como son las
enfermedades20 y la muerte21.
1.3. La interdicción en la actualidad
De todos modos, aun admitiendo la vigencia de este tipo de tabú en la actualidad, la
creencia en el supuesto poder mágico de la palabra no es la principal causa de
interdicción que encontramos hoy en día. Lo frecuente es que los hablantes evitemos
ciertos términos no ya por razones relacionadas con la superstición, sino por otros
motivos.
Señala Mansur (1956: 12) dos tipos de tabú lingüístico: el del hombre primitivo,
provocado por esta superstición basada en el poder de la palabra, y otro que prohíbe las
expresiones por ser inmorales o groseras. Dice: «O primeiro é mágico-religioso ou de
crença, e o segundo é moral ou de sentimento» (1956: 12).
Coseriu (1991: 89-95) engloba el tabú lingüístico dentro de un fenómeno más amplio
motivado no solamente por supersticiones, sino también por «otras razones de índole
emotiva o social: razones de educación, cortesía, buenas maneras, decencia, amabilidad,
20
Pensemos, por ejemplo, en la sustitución tan habitual en la actualidad de la palabra cáncer por otras
expresiones como, por ejemplo, larga enfermedad.
21
Podemos encontrar más discusiones sobre este tema en Orr (1953: 168) y Grimes (1978: 9-11).
17
etc. Se evitan expresiones y palabras que se consideran demasiado crudas, o
descorteses, o indecentes» (1991: 93).
En resumen, como explica Montero, «ya no se teme la palabra, sino las asociaciones
y las connotaciones que despierta» (1981: 21). Evitamos herir, en menor o en mayor
medida, la sensibilidad del receptor con palabras cuya simple pronunciación se asocia a
un contenido desgradable y, dependiendo del grado de relación que tengamos con
nuestro interlocutor, el nivel de interdicción puede ser más o menos alto.
El caso de la izquierda constituye un ejemplo claro de lo que supone el tabú
lingüístico en la actualidad. Como ya he señalado, es difícil encontrar algún contexto en
el que se evite pronunciar el significado ʻizquierdaʼ por motivos meramente
supersticiosos; sin embargo, el propio desgaste que han sufrido los términos
emparentados con este significado hacen palpables las huellas de la interdicción, que
sigue vigente en nuestro tiempo aunque sea, la mayor parte de las veces, de una forma
no intencionada. Podemos afirmar, por tanto, que el tabú lingüístico sigue presente de
una forma, sobre todo, indirecta, la lengua nos muestra las consecuencias de una
interdicción que estuvo vigente durante siglos; en cambio, las expresiones que
realmente evitamos pronunciar en la actualidad son de otro tipo, ya no supersticioso,
sino social.
Lo importante es que, sea cual sea la causa a la que se deba la interdicción, en todas
las lenguas encontramos una serie de términos que han sido objeto de continuas
prohibiciones22. Lógicamente, una de las consecuencias más importantes de este
proceso es que estos términos sometidos a interdicción son objeto de constantes
cambios, por lo que se producen importantes alteraciones en el vocabulario de las
lenguas.
Como afirman Ogden y Richards: «A menos que comprendamos plenamente la
profunda influencia ejercida por las supersticiones respecto de las palabras, no
entenderemos la fijeza de ciertos hábitos lingüísticos ampliamanete difundidos, que aún
vician hasta el más cuidadoso pensamiento» (1984: 49). Dicho de otra manera, en
palabras de Rohlfs: «Hay multitud de problemas lingüísticos que solo pueden recibir su
definitiva explicación mediante una investigación del alma popular» (1966: 101).
22
Un ejemplo interesante que demuestra lingüísticamente la ambivalencia entre deseo y temor recalcada
por Freud es el de la blasfemia. Benveniste (1977: 256-259) analiza el tema y afirma: «La interdicción del
nombre de Dios refrena uno de los deseos más intensos del hombre: el de profanar lo sagrado» (1977:
257).
18
1.4. El eufemismo
La noción de eufemismo entraña una serie de características que han sido estudiadas
ampliamente y en las que no vamos a extendernos demasiado en este trabajo, en el que
nos limitaremos a señalar algunos datos básicos. Del Teso lo explica de una forma breve
y concreta: «La expresión eufemística nace de la tensión en que se encuentra el hablante
cuando debe actualizar una referencia que, por otra parte, desea evitar» (Teso 1988:
198).
Algo que es necesario hacer antes de continuar es hablar de la terminología que
vamos a emplear. El tema que estamos abordando nos obliga al uso de conceptos como
interdicción, tabú, tabú lingüístico y eufemismo, términos a los que vamos a aludir de
manera frecuente a lo largo de todo este trabajo, por lo que conviene dejar claro desde el
principio el sentido con el que se van a utilizar.
Pues bien, no tengo inconveniente en seguir la misma terminología empleada por los
autores que estamos tomando como referencia (Senabre 1971: 175-176; Montero 1981:
23; Casas 1986: 36-39; Uría 1997: 6-7), terminología que a su vez parte de Galli (1973:
25-27), que explica todos los conceptos que acabamos de señalar como momentos
diferentes de un mismo fenómeno. Así, utilizaremos interdicción como ʻpresión externa
o psicológica que desaconseja el empleo de ciertas formas lingüísticas, dando origen al
juego eufemísticoʼ. Con tabú o tabú lingüístico me referiré a ʻun determinado tipo de
interdicción, la que responde a la creencia en la magia de la palabraʼ, la que para
muchos autores pertenece a la esfera de lo mágico-religioso. Eufemismo se utilizará para
el ʻfenómeno lingüístico por el que algunas palabras son evitadas y reemplazadas por
otrasʼ; el término utilizado para denominar en concreto a la palabra que reemplaza al
término interdicto será el de sustituto eufemístico.
Una vez aclarada esta terminología, centrémonos ya en el eufemismo. El término
procede del griego εὐφηµισµός, derivado a su vez de εὐφηµός, ʻque habla bien, que evita
las palabras de mal agüeroʼ (DECH: s. v. hablar)23. Son muchas las definiciones que se
han dado de este concepto, partiendo tanto desde un punto de vista lingüístico como
desde una perspectiva no lingüística. Montero (1981: 24-26), Casas (1986: 31-36) y
Uría (1997: 5-6) repasan, precisamente, muchas de ellas.
Podemos destacar la de Senabre: «Sincretismo léxico resoluble, producido en el
plano del contenido y al nivel del emisor y del que sólo se manifiesta el término
23
Para más información sobre el origen del término, cfr. Benveniste 1993: 308-310 y Uría 1997: 73-80.
19
extensivo o no marcado» (1971: 185). En efecto, para este autor (1971: 181-185) el
eufemismo es un caso especial de sinonimia en el que se produce una neutralización
―sincretismo léxico― a nivel del emisor, neutralización que el receptor debe
interpretar correctamente, de ahí lo de resoluble.
Montero (1981: 25-26) considera válida esta definición, con la matización de que
debe insistirse siempre, al hablar del eufemismo, en su «rasgo más sobresaliente»: su
relatividad. Así, aporta él mismo esta otra definición: «Conjunto de mecanismos
lingüísticos que, actuando sobre el aspecto fónico-gráfico de la palabra o sobre su
contenido semántico, permiten la creación o la actualización de formas lingüísticas ya
existentes que, en ese contexto, en esa distribución y en esa situación, denotan pero no
connotan lo mismo» (1981: 26).
Casas sigue también a Senabre y, especialmente, a Montero, destacando la
relatividad inherente al eufemismo. La definición propuesta finalmente por este autor
es: «Actualización discursiva por parte del hablante de unos sustitutos léxicos
―habituales o lexicalizados u ocasionales o creativos― que, a través de un conjunto de
recursos lingüísticos y paralingüísticos, permiten, en un contexto y situación pragmática
determinada, neutralizar léxicamente el término interdicto» (1986: 36-37).
Uría, por su parte, expone algunas objeciones a las propuestas de Senabre, Montero y
Casas. Principalmente, indica que el eufemismo no debe verse únicamente como una
sustitución léxica, pues no todos los sustitutos eufemísticos son léxicos (pensemos, por
ejemplo, en los gestos), además de que no todos los procesos eufemísticos se basan en
una sustitución. En definitiva, la definición propuesta por Uría es: «Conjunto de
mecanismos lingüísticos que, basándose en una alteración, modulación o sustitución de
formas o contenidos lingüísticos interdictos, proporcionan al hablante la posibilidad de
comunicación atenuada de un sector de la experiencia» (1997: 6).
Dejando ya las definiciones, una idea recurrente en los estudiosos del eufemismo es
la de señalar su marcado carácter social, que conlleva también a la relatividad antes
mencionada (Orr 1953: 167; Senabre 1971: 176-176; Montero 1981: 30-36; Casas 1986:
40-48; Uría 1997: 7-10). Como indica Montero, «la interdicción, los objetos sobre los
que recae y el propio sustituto eufemístico presentan notables diferencias en relación
con la época, con el lugar en que son analizados, e incluso en relación con la edad, el
sexo y la formación de la persona encuestada» (1981: 31).
Esta relatividad está ligada a otra característica fundamental del eufemismo: su
inestabilidad. Un término funciona como sustituto eufemístico solamente durante un
20
tiempo determinado, el mismo que tarda en contraer las connotaciones negativas que
habían motivado su empleo (Orr 1953: 184; Senabre 1971: 181; Darmesteter 1979: 143144; Montero 1981: 262-266; Casas 1986: 64-70; Uría 1997: 30-32)24. Esto produce lo
que Casas denomina «una verdadera cascada de sustitutos eufemísticos» (1986: 65),
pues la interdicción que recae sobre un determinado significado provoca una serie de
cambios en el léxico de una lengua, los significantes utilizados para referirse a ese
significado van cambiando a lo largo de la historia. De ahí que el eufemismo haya sido
visto como un fenómeno destructor del léxico; incluso de aquel que, sin tener relación
en cuanto al significado con el término sometido a interdicción, sí mantiene cierto
parecido en la forma.
Para Montero este poder destructor es relativo. El eufemismo provocaba el destierro
―más que la desaparición― en los pueblos en los que estaba vigente la creencia en la
magia de la palabra; en cambio, en la actualidad, las palabras sobre las que recae la
interdicción suelen descender en la escala social y lingüística25.
Pero también puede verse el fenómeno desde el ángulo contrario, es decir, el
eufemismo también enriquece el léxico. A pesar de la cautela que hay que tener a la
hora de afirmar tajantemente que el nacimiento de un término se debe exclusivamente a
la acción del eufemismo26, este enriquecimiento del léxico aparece, en palabras de Uría,
principalmente por medio de dos vías: «por creación dentro de la propia lengua, en
virtud de procesos de derivación o de modificación fonética, y por préstamo» (1997:
31).
Además de cambios en el léxico, el eufemismo provoca cambios en el significado
(Montero 1981: 266-269; Casas 1986: 70-76; Uría 1997: 32-33). Por citar tan solo
24
Explica Uría: «Cuanto más se emplee un sustituto en lugar de una forma interdicta, más fácil será la
identificación de ambos, de manera que el vocablo sustituyente se "contagia" de los valores peyorativos
del sustituido. Tal identificación se produce cuando los rasgos (formales o semánticos) del sustituto que
evocan la referencia tabuizada, dejan de ser un mero rasgo contextual ―que necesita de un esfuerzo
interpretativo o selectivo por parte del receptor― para pasar a ser auténticos valores de contenido, es
decir, en el momento en el que se produce el cambio semántico» (1997: 9).
25
Afirma Montero: «Ya no suelen ser aptas para su utilización en el discurso fino y distinguido, por
llamarlo de alguna manera. Se asientan en el habla familiar, en la vulgar o, en el peor de los casos, en
cualquier lengua especial, las jergas» (1981: 263).
Algo parecido expresa Orr: «Il s'agit en effet d'un phénomène fréquent: discrédité par son emploi
euphémique, le mot disparaît du langage courant, mais survit soit dans quelque coin du lexique où les
forces sociales qui agissent sur la langue centrale se font moins sentir, dans les locutions toutes faites, les
formules plus abstraites de la langue littéraire, soit dans les patois éloignés du centre et dont les usagers
sont moins sensibles à ces forces ou hors de leur atteinte» (1953: 169).
26
«El problema [...] radica en la imposibilidad de llegar a saber con exactitud si tal o cual vocablo de
nueva acuñación ha entrado o ha surgido entre nosotros por necesidades eufemísticas o si, por el
contrario, las tendencias eufemísticas se han servido de esas importaciones, de esas acuñaciones o
derivaciones para lograr sus objetivos» (Montero 1981: 265-266).
21
algunos autores, Meillet ya menciona el tabú como una de las causas del cambio
semántico (1948a: 242-243), también lo hace Guiraud (1971: 57-58), y Ullmann
(1986b: 230-236) profundiza un poco más en el tema27. En efecto, es evidente que el
proceso por el cual un término es desterrado de su empleo natural para ser sustituido por
otro produce un reajuste en el sistema de significados de una lengua28.
Tengamos en cuenta que durante el período en el que un término interdicto y su
sustituto eufemístico coexisten en la lengua se produce entre ellos la sinonimia, que
desaparece o bien cuando el primero es desplazado definitivamente de su empleo
habitual o bien cuando el éxito del segundo no cuaja entre los hablantes (Senabre 1971:
181). Y la sinonimia, como afirma Ariza, «es una etapa casi necesaria en el proceso del
cambio lingüístico, especialmente el léxico» (2003: 932)29.
En lo que se refiere al cambio semántico, debemos llamar la atención sobre algo que
será importante a la hora de analizar la evolución semántica de los términos siniestro e
izquierdo. Nos referimos a estas palabras de Ullmann:
Cualesquiera que sean las causas que produzcan el cambio, debe haber siempre
alguna conexión, alguna asociación entre el significado viejo y el nuevo. En unos
casos la asociación puede ser lo bastante poderosa para alterar el significado por sí
misma; en otros proporcionará meramente un vehículo para un cambio
determinado por otras causas; pero de una forma o de otra, algún género de
asociación subyacerá siempre al proceso. En este sentido, la asociación puede
considerarse como una condición necesaria, un sine qua non del cambio
semántico» (1986b: 238).
Teniendo en cuenta esto, los significados negativos que adopta una palabra interdicta
deben estar relacionados siempre de algún modo con el motivo de esa interdicción.
Por otra parte, a la hora de clasificar el eufemismo se ha recurrido históricamente
tanto a divisiones puramente lingüísticas como a otras que simplemente buscan una
óptica extralingüística (Montero 1981: 26-30; Casas 1986: 49-64; Uría 1997: 10-15).
Estoy de acuerdo con Montero en que estas dos visiones no son antagónicas, sino que
hay que buscar «una división que tenga en cuenta las causas y, al tiempo, los resortes
27
Lo incluye como una de las causas psicológicas que provocan el cambio de significado. Cfr. también
1986a: 348-356; Penny 2001: 272-281.
28
Del Teso relaciona cambio de significado y eufemismo en un artículo (Teso 1988: 198-204) en el que
repasa además las principales características de este último fenómeno. Como explicábamos anteriormente
con palabras de Uría, señala que, al emplear frecuentemente algunos sustitutos eufemísticos, «llega un
momento en el que esos valores referenciales tabuizados dejan de ser un mero valor contextual para pasar
a ser auténticos valores de contenido, momento en el cual se consuma el cambio semántico» (1988: 204).
29
Ariza analiza, precisamente, en su artículo (2003) algunos cambios de significado que se explican por
las relaciones sinonímicas contraídas entre algunos términos. Lo mismo hace Pérez Pascual en su artículo
"Sinonimia y diccionario histórico" (2008).
22
lingüísticos» (1981: 30). Es decir, que podemos clasificar el eufemismo teniendo en
cuenta, por un lado, los factores externos que motivan la interdicción y, por otro, cuáles
son los mecanismos lingüísticos de los que disponemos para manifestar este fenómeno
en la lengua, es decir, para crear sustitutos eufemísticos.
Casas afirma que, teniendo en cuenta las múltiples clasificaciones de uno y otro tipo
que existen, la elección de un tipo determinado de división depende «del propósito y
objetivo marcado por el investigador» (1986: 62). En nuestro caso concreto, no es
necesario profundizar en ninguna de las dos opciones, pues este estudio pretende
analizar la evolución del significado de unos términos concretos, siniestro e izquierdo,
para lo cual ni es necesario establecer una lista exhaustiva de los procedemientos de que
se sirve la lengua para crear sustitutos eufemísticos, ni es obligatorio concretar cuáles
son las causas que producen el fenómeno del eufemismo. En todo caso, nos
conformaremos con centrarnos tanto en la causa que provoca la interdicción sobre la
izquierda como en los mecanismos lingüísticos utilizados para crear sustitutos
eufemísticos en el caso concreto que vamos a analizar.
Así, por un lado, la interdicción que recae sobre todo lo relacionado con la izquierda
suele ser clasificada dentro de lo que hemos denominado propiamente como tabú
lingüístico, es decir, el motivado por la creencia en el poder mágico de la palabra.
Montero incluye esta interdicción dentro de los temas surgidos de la superstición, que a
su vez se encuentran dentro de lo que él denomina interdicción mágico-religiosa (1981:
138-140)30. Kröll también incluye la interdicción sobre la izquierda dentro de la
superstición (1984: 17-18)31; Da Silva, dentro del grupo de superstición y de piedad,
clasifica el asunto de la izquierda dentro de los misterios naturales (Silva 1927: 564567)32. Ullmann lo incluye dentro del tabú del miedo (1986b: 231-233)33. Mansur
clasifica la izquierda dentro del tabú referido a nombres de miembros del cuerpo
humano (1956: 175-177)34.
30
Además de esta interdicción mágico-religiosa, los otros tres campos en los que divide los motivos que
generan la interdicción son el sexual, el escatológico y el social (1981: 30 y 91-256).
31
Los otros seis grupos que, junto con el de la superstición, divide este autor son: delicadeza y respeto,
defectos morales y mentales, la situación financiera, ofensas y consecuencias, decencia (el cuerpo) y
decencia (amor) (1984: 12 y 15-118).
32
Distingue Da Silva tres grandes grupos además del de la superstición: el de la decencia y el pudor, el de
la delicadeza y el respeto, el de la prudencia y la megalomanía (Silva 1927: 541-667).
33
Distingue Ullmann, además del tabú del miedo, el de la delicadeza y el de la decencia (1986b: 230236).
34
En efecto, la clasificación ofrecida por esta autora (1956: 16 y 41-227) resulta menos ortodoxa, pues
diferencia, además del que acabamos de mencionar, otros diez tipos de interdicción dependiendo de si los
términos se refieren a: personas, parientes, autoridades, nombres religiosos, muertos, animales, lugares y
23
En cuanto a los mecanismos lingüísticos empleados en referencia a los significantes
relacionados con la izquierda, es una cuestión que, lógicamente, iremos analizando
detalladamente a lo largo de este trabajo. Tanto Montero como Casas tratan
ampliamente el tema de los recursos eufemísticos, diferenciándolos en tres niveles35. Lo
que es importante señalar es que siempre vamos a hallar una relación formal o
semántica entre el término interdicto y su sustituto eufemístico, es decir, este último se
escogerá siempre que contraiga alguna relación con dicho término interdicto, bien sea
en cuanto a su forma o por compartir con él uno o varios rasgos semánticos (Montero
1981: 37-44; Casas 1986: 97-111)36.
Veamos de forma muy resumida cuáles son estos principales recursos eufemísticos.
Como decimos, Montero (1981: 37-80) los divide en tres grupos: paralingüísticos,
formales y semánticos. En los paralingüísticos introduce la entonación y los gestos.
Dentro de los recursos formales, diferencia los fonéticos, los morfológicos y los
sintácticos; se trata de los sustitutos eufemísticos que se basan en el aspecto externo de
la palabra. Por último, los semánticos incluyen aquellos procedimientos por los que se
relacionan los significados de dos o más términos, lo que permite su conmutación37.
Casas (1986: 97-251) alude al nivel paralingüístico, al nivel formal y al nivel de
significado. Dentro del nivel paralingüístico habla también de la entonación y los
gestos. En el nivel formal, coincide también con Montero diferenciando los
procedimientos fonéticos, morfológicos y sintácticos. La diferencia fundamental con la
visión anterior se establece en los recursos situados a nivel del significado, que Casas
divide en dos: los que tienen repercusiones en el léxico, es decir, los que introducen
circunstancias, dolencias y defectos físicos, alimentos o a otros conceptos que incluye bajo el grupo
«nomes vários».
35
Pueden consultarse sus propuestas a modo de esquema en Montero (1981: 45) y Casas (1986: 111).
Además, Uría (1997: 12-15) comenta y critica ambas apreciaciones.
36
Ambos autores fundamentan su explicación con el campo morfo-semántico de Guiraud. En palabras de
Montero debemos, por tanto, «buscar sustitutos entre aquellos vocablos que, al contener uno o más semas
en común con el término que debe sustituirse, son conmutables por él en un punto de la cadena hablada,
o, si se quiere, entre aquellas palabras que se identifican parcial, pero suficientemente, con la voz a
sustituir. Lógicamente, no todos los términos conmutables por el vocablo interdicto pueden catalogarse de
eufemismos, solo los que no poseen la carga afectivo-negativa del sustituido» (1981: 41).
37
Dentro de estos recursos semánticos introduce: la metonimia y la sinécdoque, la antonomasia, la
metáfora, la antífrasis, la lítotes, la perífrasis, los extranjerismos, los cultismos, los términos del lenguaje
infantil y los términos genéricos.
24
nuevos elementos léxicos38, y los que provocan una cambio de significado entre
términos ya existentes39.
En resumen, hemos comprobado que la interdicción, ya sea por motivos
supersticiosos o sociales, es un fenómeno que provoca importantes consecuencias en la
lengua40. Las consecuencias concretas que ha tenido en los significantes asociados a la
ʻizquierdaʼ en español, siniestro e izquierdo, es precisamente lo que vamos a analizar
detenidamente en este trabajo. Ya hemos llamado la atención sobre la inestabilidad de
los sustitutos eufemísticos y la rapidez con la que pueden adquirir las connotaciones
negativas por las que fueron empleados. Por tanto, el mejor modo de demostrar este
fenómeno consiste en realizar un análisis diacrónico41.
38
Distingue, por un lado: los préstamos extranjeros, los calcos semánticos, los cultismos, los arcaísmos,
los jergalismos y los particularismos geográficos; por otro lado, destaca las designaciones expresivas.
39
Entre ellos encontramos: la metonimia y la sinécdoque, la metáfora, la hipérbole, la antonomasia, la
antífrasis, la lítotes, la perífrasis, las circunlocuciones alusivas y los términos genéricos.
Encontramos otras clasificaciones de recursos eufemísticos en Da Silva (Silva 1927: 463-541), Mansur
(1956: 20-38) y Grimes (1978: 19-26).
40
Expone Montero en referencia al origen del eufemismo y del tabú: «El primero se debe a una
asociación y el segundo a una identificación entre el nombre y el ser por él designado; ambos, con todo,
provocan el mismo resultado: la sustitución de un término por otro» (1981: 22).
41
Afirma Uría: «En el nivel sincrónico, la significación de un término nos dará la pauta de interpretación
de sus designaciones, y por lo tanto, de sus usos eufemísticos. En el nivel diacrónico, en cambio, el
proceso será inverso: habremos de determinar las designaciones de un término a lo largo de su historia
para poder seguir el proceso de su cambio de significación; el cambio de significación, a su vez, puede
suponer, desde el punto de vista del eufemismo, nuevas capacidades designativas (nueva potencialidad
eufemística), o, por el contrario, lo que es frecuente, la anulación de la funcionalidad eufemística de un
término, por confluir este en su significación con el vocablo interdicto» (1997: 36).
25
2. LA SIMBOLOGÍA DE LA
IZQUIERDA Y LA DERECHA
2.1. La oposición simbólica
El objetivo de este primer apartado es explicar la compleja oposición significativa
que se esconde tras los conceptos de derecha e izquierda, dos significados cuyas
connotaciones traspasan la frontera de la simple oposición espacial. Tratará de
demostrarse la importancia que tiene esta oposición de valores por su extensión tanto en
el tiempo como en el espacio: se trata de una simbología profundamente arraigada
durante muchos siglos en muy diversos ámbitos y culturas. Se estudiarán a lo largo de
este capítulo, por tanto, diversos aspectos que nada tienen que ver con lo filológico para
dejar clara la base teórica sobre la cual se va a fundamentar el posterior análisis
lingüístico propuesto para este trabajo.
Sin embargo, sí vamos a introducir el tema a partir de un hecho lingüístico: basta con
fijarse en algunas definiciones de la última edición del Diccionario de la lengua
española (DRAE 2001) referidas a los conceptos con los que vamos a trabajar para
empezar a tratar desde una base objetiva la cuestión que nos interesa:
Derecho: Recto, igual, seguido, sin torcerse a un lado ni a otro.║ Justo, legítimo.
║Fundado, cierto, razonable.
Diestro: Hábil, experto en un arte u oficio. ║ Sagaz, prevenido y avisado para
manejar los negocios, sin detenerse por las dificultades. ║ Favorable, benigno,
venturoso.
Izquierdo: Torcido (que no es recto).
Siniestro: Avieso y malintencionado. ║ Infeliz, funesto o aciago. ║ Daño de
cualquier importancia que puede ser indemnizado por una compañía aseguradora.
║ Propensión o inclinación a lo malo; resabio, vicio o dañada costumbre que tiene
el hombre o la bestia.
Sin adentrarnos de momento en otras definiciones más complejas de estos términos o
en algunas expresiones en las que aparecen ―que serán analizadas con posterioridad en
el apartado estrictamente lingüístico―, los ejemplos anteriores nos muestran claramente
que las connotaciones que expresan los términos izquierda y derecha encierran una rica
27
simbología. En general, se relaciona siempre con el lado derecho lo positivo, fuerte,
afortunado, correcto, etc., mientras que con el lado opuesto aparecen identificados los
valores contrarios: la izquierda tiene siempre unas claros valores negativos. Pero las
connotaciones de estos dos conceptos no se quedan ahí. Comenzaremos, pues, el
análisis pormenorizado de derecha e izquierda investigando uno de los ámbitos en los
que aparecen claramente todas estas ideas: la religión.
2.1.1. El cristianismo
Centrándonos, en primer lugar, en el cristianismo, encontramos muchos ejemplos
que reflejan la importancia de la creencia en la simbología a la que nos estamos
refiriendo: la religión cristiana constituye uno de los ejemplos más claros en cuanto a la
identificación del bien con el lado derecho y del mal con el lado izquierdo. Siendo
conscientes de la gran repercusión que el cristianismo tiene, sobre todo, en la cultura
occidental, no cabe duda de las importantes consecuencias que la percepción de esta
simbología tiene en el pensamiento de nuestra civilización y, por consiguiente, en las
lenguas de algún modo emparentadas con esta religión.
Ya en la Biblia aparecen numerosas alusiones a los términos a los que nos estamos
refiriendo. Empecemos por la célebre cita sobre el Juicio Final:
Cuando venga el hijo del hombre en su gloria con todos sus ángeles se sentará
sobre el trono de su gloria. Todos los pueblos serán llevados a su presencia; y él
separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las
ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces el rey dirá a los de su
derecha: Venid, benditos de mi Padre, tomad posesión del reino preparado para
vosotros desde el principio del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer,
tuve sed y me disteis de beber, fui emigrante y me acogisteis, estuve desnudo y me
vestisteis, enfermo y me visitasteis, preso y fuisteis a estar conmigo. Entonces los
justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos,
sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos emigrante y te acogimos, o
desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?
Y el rey les dirá: Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos
más pequeños, conmigo lo hicisteis. Luego dirá a los de la izquierda: Apartaos de
mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve
hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui emigrante
y no me acogisteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo en la cárcel y no
me visitasteis. Entonces responderán también ellos diciendo: Señor, ¿cuándo te
vimos hambriento o sediento o emigrante o enfermo o en prisión y no te asistimos?
Y él les contestará: Os aseguro que cuando no lo hicisteis con uno de esos
pequeñuelos, tampoco conmigo lo hicisteis. Y estos irán al castigo eterno, pero los
justos a la vida eterna (Mateo 25, 31-46)1.
1
Cfr. [Biblia]: 1437.
28
No cabe duda de que este es uno de los pasajes de mayor relevancia para el
cristianismo, pues habla de la salvación o la perdición de la humanidad una vez llegado
el Juicio Final. Y es, precisamente, la oposición derecha-izquierda la que sirve para
separar a los que lograrán la salvación de los que serán castigados: los justos, elegidos
para la vida eterna, son los colocados en el lado derecho, mientras que los pecadores,
condenados al infierno, están situados al lado izquierdo2.
Bastaría con que solo se mencionara la oposición derecha-izquierda en la Biblia en
este pasaje para que las repercusiones fueran importantes, pero ni mucho menos es así.
Encontramos muchos otros casos que reflejan las connotaciones que estos dos
conceptos tienen dentro de la perspectiva del cristianismo. Así, otra cita bíblica en la
que se hace referencia a esta oposición es:
Por tanto, cuando des limosna, no toques la trompeta delante de ti, como hacen
los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que los hombres los alaben. Os
aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, cuando des limosna, que no sepa tu
mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu
Padre, que ve lo secreto, te recompensará (Mateo 6, 2-4)3.
El mensaje que intenta transmitir esta cita es el de que una persona no debe hacer
alarde de sus buenas acciones. Y se utiliza para ello precisamente la simbología de las
manos: es la derecha, como no, la que en este caso realiza la buena acción. Comenta
Hertz con respecto a esto: «Es una necesidad vital que cada una de las manos "ignore lo
que hace la otra". El precepto evangélico no hace más que aplicar a una circunstancia
especial esta ley de incompatibilidad de los contrarios vigente en todo el mundo
religioso» (1990: 116). En efecto, este autor opina que en el pensamiento religioso
primitivo imperaba un dualismo que dividía el universo, todo lo que aparece en la
naturaleza, en dos lados opuestos. Todo tenía un lado sagrado, bueno y con todo tipo de
atribuciones positivas y un lado profano, malo, que aglutinaba todo lo negativo. En el
cuerpo humano, que también está dividido en dos partes contrarias, lo positivo se
asociaba, precisamente, con el lado derecho4. No cabe duda de que la religión cristiana
contribuye a reforzar esa polaridad entre el bien y el mal.
2
La oposición aparece reforzada también en este caso con la simbología de las ovejas y las cabras, que es
muy utilizada en la Biblia. La oveja, que en la cita anterior se encuentra a la derecha, es un animal que
aparece siempre con connotaciones positivas (Mateo 7, 15); no olvidemos que Jesucristo es el buen pastor
y las ovejas representan a sus seguidores (Juan 10, 1-16). Por el contrario, la cabra es un animal violento,
por eso en este caso simboliza a los que están del lado izquierdo (Daniel 8).
3
Cfr. [Biblia]: 1409.
4
Esta teoría de Hertz se analizará, con más detenimiento, posteriormente.
29
Entre los numerosos ejemplos que aporta el propio Hertz para defender su teoría hay
más referencias al cristianismo; en concreto, se refiere a otra importante fuente de datos:
la iconografía. Encontramos en este tipo de representaciones una importante simbología
que confirma los datos que estamos exponiendo5, pues el uso de la derecha y de la
izquierda en estos casos obedece a unas reglas que confirman el lado derecho como el
más importante (Didron 1843: 162-163; Flores 2000: s. v. derecha; Mâle 2001: 27). Así,
dice Hertz que en las representaciones pictóricas del Juicio Final que hacen alusión a la
primera cita del evangelio comentada, la mano derecha levantada del Señor indica a los
elegidos la sublime morada, y la mano izquierda, hacia abajo, enseña a los condenados
el camino del infierno (1990: 120). Por otro lado, Mâle comenta que en las
representaciones artísticas de la crucifixión se juega con el simbolismo de la victoria de
la Iglesia, situada siempre a la derecha de Cristo, y la derrota de la Sinagoga, que
aparece a la izquierda (2001: 223-227)6.
Habla Hertz también (1990: 124) de la importancia de la mano derecha en los ritos
de las bendiciones, refiriéndose de nuevo a un capítulo bíblico en el que Israel bendice a
Manasés y a Efraín, hijos de José:
Israel extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el
menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés, cruzando de intento las manos,
a pesar de que Manasés era el mayor. Y bendijo a José diciendo: «El Dios en cuya
presencia anduvieron mis padres Abrahán e Isaac, el Dios que me ha guiado desde
mi nacimiento hasta hoy, el ángel que me ha librado de todo mal, bendiga a estos
muchachos y por ellos se difunda mi nombre y el nombre de mis padres Abrahán e
Isaac; que crezcan y se multipliquen sobre la tierra». José, viendo que su padre
tenía su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, se disgustó y tomó la mano de su
padre para mudarla de la cabeza de Efraín a la de Manasés. Y le dijo: «Así no,
padre, porque el mayor es éste; pon tu mano derecha sobre su cabeza». Pero su
padre se opuso y dijo: «Lo sé, hijo mío, lo sé. También él llegará a ser un pueblo y
será también grande, pero su hermano menor será más grande que él y su
posteridad será una muchedumbre de pueblos» (Génesis 48, 14-19)7.
5
Mâle, refiriéndose concretamente a la iconografía cristiana de la Edad Media, afirma que es tal la
importancia de la simbología que aparece en estas representaciones que se puede hablar incluso de una
«escritura sagrada» (2001: 23).
6
Según Mâle, se representa en este caso el hecho de que Jesús, al morir, dio nacimiento a la Iglesia y
abolió los poderes de la Sinagoga, por lo que la situación de los símbolos que representan a cada una de
ellas tiene una especial significación. Comenta Mâle que, además, mientras la propia Virgen representa a
la Iglesia, San Juan hace lo propio con la Sinagoga, por eso encontramos también ambas figuras situadas,
respectivamente, a la derecha y a la izquierda de Jesús en las representaciones de su crucifixión.
7
Cfr. [Biblia]: 75.
30
La mano derecha, que el propio José reclama para su hijo mayor por considerarla la
más propicia para este, se reserva, pues, para bendecir al hijo pequeño, pues es el que
llegará a ser más importante8.
El lado derecho también es importante en los ritos de la consagración sacerdotal. En
este fragmento se describen los ritos para la consagración de Aarón y sus hijos:
Tomas el segundo carnero, y Aarón y sus hijos pondrán sus manos sobre su
cabeza. Luego lo inmolas, tomas de su sangre y untas con ella la ternilla de la oreja
derecha de Aarón y de sus hijos, y el dedo pulgar de sus manos derechas y el de sus
pies derechos, y rocías el altar todo alrededor. Tomas sangre de sobre el altar y
óleo de la unción y asperjas a Aarón y a sus hijos y sus respectivas vestiduras. Así
quedarán consagrados Aarón y sus hijos con sus vestiduras. Tomas después el sebo
del carnero, esto es, el rabo y el sebo que recubre las entrañas, la redecilla del
hígado y los dos riñones con el sebo que hay sobre ellos, junto con la pierna
derecha, porque es carnero de consagración (Éxodo 29, 19-22)9.
La derecha es también la mano de la que agarra el Señor a sus seguidores:
Yo estoy siempre contigo,
me has agarrado de mi mano derecha (Salmos, 73, 23)10.
Es la mano utilizada para los juramentos:
Extiende tu mano desde lo alto y sálvame,
líbrame de las aguas torrenciales,
de la mano de una raza extranjera,
cuya boca dice falsedades
y cuya diestra jura en falso (Salmos 144, 7-8)11.
Encontramos también varios ejemplos que demuestran la importancia que tiene el
estar situado a la derecha de alguien. Puede ser símbolo de honor, como cuando el rey
Salomón le cede un puesto a su derecha a su madre:
Betsabé entró en la del rey Salomón para hablarle en favor de Adonías. El
monarca se levantó para recibirla, le hizo una inclinación, se sentó en el trono y
8
La importancia de la derecha en las bendiciones es comentada también por Didron, que dice que esta
mano, la «poderosa», es la que se utiliza siempre para este tipo de actos (1843: 391). Este autor, que
también analiza en su libro la iconografía cristiana, menciona otro caso que demuestra la importancia de
la derecha en este tipo de acontecimientos: comentando las apariciones de la mano de Dios en diversas
láminas, señala una del siglo IX en la que, en el bautizo de Jesús, Dios apoya sobre su hijo la mano
derecha (1843: 186).
9
Cfr. [Biblia]: 111-112.
10
Cfr. [Biblia]: 789. De nuevo Didron (1843: 190) recurre a la iconografía para mostrar un caso análogo,
aunque esta vez la mano derecha es la de Dios: es frecuente la representación del momento en que la
mano derecha de Dios ayuda a Jesús en su ascensión al cielo.
11
Cfr. [Biblia]: 855.
31
mandó que pusieran un sillón a su madre, la cual se sentó a su derecha (1 Reyes 2,
19)12.
En este otro salmo, en el que se hace una alabanza de una pareja real, la mujer ocupa
el lugar de honor con respecto al rey:
Hijas de reyes hay entre tus elegidas;
a tu derecha, una reina adornada con el oro más fino (Salmos 45, 10)13.
Cristo está a la derecha del Padre, tal y como se dice en el Credo, una de las
oraciones cristianas: «Al tercero día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso»14. También aparece en
numerosas citas de la Biblia:
Jesús contestó: «Tú lo has dicho. Y os declaro que desde ahora veréis al hijo del
hombre sentado a la diestra del Padre y venir sobre las nubes del cielo» (Mateo 26,
64)15.
Jesús le dijo: «¡Yo soy!, y veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del
todopoderoso y venir entre las nubes del cielo» (Marcos 14, 62)16.
Jesús, el Señor, después de haber hablado con ellos, subió al cielo y se sentó a la
diestra de Dios (Marcos 16, 19)17.
... para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda
espíritu de sabiduría que os revele un conocimiento profundo de él; que ilumine los
ojos de vuestro corazón, para que conozcáis cuál es la esperanza de su llamada,
cuál la riqueza de la gloria de su herencia otorgada a su pueblo y cuál la excelsa
grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes, según la fuerza de su
poderosa virtud, la que ejerció en Cristo resucitándolo de entre los muertos,
sentándolo a su derecha en los cielos... (Carta a los Efesios 1, 17-20)18.
Por consiguiente, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba,
donde Cristo está sentado a la diestra de Dios (Carta a los Colosenses 3, 1)19.
Él, que es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser, sostiene todas las
cosas con su palabra poderosa, y, una vez que realizó la purificación de los
12
Cfr. [Biblia]: 386.
Cfr. [Biblia]: 765.
14
En el Catecismo de la Doctrina Cristiana del Padre Astete, en el que aparece está oración
([Catecismo]: 4), también encontramos el significado que se le da a estas palabras: «¿Qué es estar sentado
a la diestra de Dios Padre? Tener igual gloria con Él en cuanto Dios, y mayor que otro ninguno en cuanto
hombre» (([Catecismo]: 12).
15
Cfr. [Biblia]: 1439.
16
Cfr. [Biblia]: 1467-1468.
17
Cfr. [Biblia]: 1470.
18
Cfr. [Biblia]: 1655.
19
Cfr. [Biblia]: 1670.
13
32
pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en lo más alto del cielo (Carta a los
Hebreos 1, 3)20.
El punto capital de lo que estamos diciendo es que tenemos un sumo sacerdote
que está sentado a la derecha del trono de la majestad en los cielos (Carta a los
Hebreos, 8, 1)21.
Y mientras todo sacerdote se presenta diariamente, oficiando y ofreciendo
muchas veces los mismos sacrificios, que no tienen poder alguno para quitar los
pecados, él, por el contrario, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados,
se sentó para siempre a la derecha de Dios (Carta a los Hebreos 10, 11-12)22.
... el cual, una vez sometidos los ángeles, las potestades y las virtudes, subió al
cielo y está sentado a la diestra de Dios (Primera carta de San Pedro 3, 22)23.
Pon tu mano sobre el hombre de tu diestra,
sobre el hijo del hombre que tú has fortalecido (Salmos 80, 18)24.
Palabra del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
hasta que haga de tus enemigos
estrado de tus pies» (Salmos 110, 1)25.
Pero él, lleno del Espíritu Santo, con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de
Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios (Hechos de los apóstoles 7, 55)26.
Pero Dios también está a la derecha del Mesías:
El Señor está a tu derecha,
aplastará a los reyes el día de su cólera (Salmos 110, 5)27.
El Señor se pone a la derecha del pobre:
Yo con mi boca daré gracias al Señor,
lo alabaré ante las multidudes,
porque él se pone a la derecha del pobre
para salvarlo de los jueces (Salmos 109, 30-31)28.
Y el que cree en Él lo tiene a su derecha:
... tengo siempre al señor en mi presencia,
lo tengo a mi derecha y así nunca tropiezo (Salmos 16, 8)29.
20
Cfr. [Biblia]: 1698.
Cfr. [Biblia]: 1705.
22
Cfr. [Biblia]: 1707.
23
Cfr. [Biblia]: 1722.
24
Cfr. [Biblia]: 798.
25
Cfr. [Biblia]: 827-828.
26
Cfr. [Biblia]: 1561.
27
Cfr. [Biblia]: 828.
28
Cfr. [Biblia]: 827.
21
33
El Señor es tu guardián, el Señor es tu sombra,
él está a tu derecha (Salmos 121, 5)30.
Pues yo, el Señor, tu Dios,
te cojo de la diestra
y te digo: No temas,
que yo vengo a ayudarte (Isaías 41, 13)31.
También aparece la derecha simplemente como lugar de importancia, aunque no
necesariamente con un sentido positivo, como en las siguientes citas:
Se alza la canalla a mi derecha,
persiguiendo mis pasos,
preparan contra mí sus caminos siniestros (Job 30, 12)32.
Designa contra él un hombre sin entrañas,
un duro acusador a su derecha (Salmos 109, 6)33.
Luego el Señor me hizo ver a Josué, el sumo sacerdote, que estaba delante del
ángel del Señor, mientras que Satán estaba a la derecha para acusarle (Zacarías 3,
1)34.
No unas mi suerte a la de los criminales,
ni me hagas solidario con los asesinos,
que tienen las manos cargadas de delitos
y su derecha repleta de sobornos (Salmos 26, 9-10)35.
Y son muchas las citas que aluden, en general, a la derecha con un claro valor
positivo, sobre todo refiriéndose a la mano diestra de Dios como símbolo de fuerza y
protección:
Tu diestra, Señor, gloriosa
en la potencia;
tu diestra, Señor, abate al enemigo (Éxodo 15, 6)36.
29
Cfr. [Biblia]: 737.
Cfr. [Biblia]: 842.
31
Cfr. [Biblia]: 1090. Comenta Mâle (2001: 27) más datos con respecto al lugar honorífico de la diestra.
Por ejemplo, cuando se representa en una obra a Jesús con sus apóstoles, San Pedro, el primero en
dignidad, está situado en este lado. Señala también el caso del libro del Pastor de Hermas, perteneciente a
la primitiva literatura cristiana, donde encontramos las siguientes palabras: «El lugar de la derecha es de
otros, de los que ya han agradado a Dios y han sufrido a causa del Nombre. A ti te falta mucho para
sentarte con ellos. Pero persevera en la sencillez, como ya lo haces, y te sentarás con ellos, así como los
que practiquen las obras de aquellos y soporten lo que aquellos han soportado» (libro I, visión III;
[Pastor]: 85).
32
Cfr. [Biblia]: 704.
33
Cfr. [Biblia]: 826.
34
Cfr. [Biblia]: 1379.
35
Cfr. [Biblia]: 747.
36
Cfr. [Biblia]: 95.
30
34
Despliega tu bondad, tú que salvas de sus opresores
a los que buscan refugio en tu derecha (Salmos 17, 7)37.
Ahora ya lo sé:
el Señor da la victoria a su mesías,
lo escucha desde los santos cielos
por las proezas victoriosas de su diestra (Salmos 20, 7)38.
Tu mano alcanzará a tus enemigos,
tu derecha caerá sobre los que te odian (Salmos 21, 9)39.
... me abrazo a ti con toda el alma,
y tu diestra me sostiene (Salmos 63, 9)40.
Clamor de alegría y de victoria
en la tienda de los justos:
la diestra del Señor hace proezas,
la diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor hace proezas (Salmos 118, 15-16)41.
El Señor lo ha jurado por su diestra,
por su potente brazo:
No daré más tu grano
como alimento a tus enemigos,
ni extranjeros beberán más tu vino
por el que te afanaste (Isaías 62, 8)42.
Esta otra cita muestra claramente las connotaciones que encierran ambos lados:
El espíritu del sabio va a su derecha, el del tonto a su izquierda (Eclesiastés 10,
2)43.
Ha quedado patente que son numerosas las alusiones a la izquierda y la derecha en la
Biblia, y son evidentes también las connotaciones positivas que tiene el lado derecho en
detrimento del lado izquierdo44. Pero sabemos que la Biblia no es la única fuente de la
37
Cfr. [Biblia]: 737.
Cfr. [Biblia]: 741-742.
39
Cfr. [Biblia]: 742.
40
Cfr. [Biblia]: 779.
41
Cfr. [Biblia]: 833.
42
Cfr. [Biblia]: 1116. Otras citas similares que ensalzan la importancia de la diestra las encontramos en:
Salmos 18, 36; 44, 4; 45, 5; 48, 11; 80, 16; 89, 14; 98, 1; 138, 7; 139, 10; 1 Macabeos 11, 50; Isaías 41,
10; 48, 13; Jeremías 22, 24; Hechos 2, 33.
43
Cfr. [Biblia]: 915. McManus (2007: 390) opina que el verdadero sentido que tiene esta cita debe
buscarse en el paralelismo existente entre la derecha y lo correcto, por un lado, y entre la izquierda y lo
erróneo, por otro.
44
A pesar de ello, también se encuentran muchas citas en las que se utiliza la expresión no desviarse ni a
izquierda ni a derecha con el significado de ʻmantener la moralʼ; en este caso, ambos conceptos son
empleados en igualdad de condiciones (cfr. Deuteronomio 5, 32; 17,11; 28, 14; Josué 23, 6; 2 Reyes 22,2;
Proverbios 4, 27).
38
35
que se nutre el cristianismo, y así hallamos más claves relacionadas con nuestra
simbología en los evangelios apócrifos.
Un caso muy claro lo encontramos en el momento de la crucifixión de Cristo,
concretamente en lo referido a los dos ladrones ajusticiados con él. En los cuatro
evangelios bíblicos se nos dice que Jesús fue crucificado entre dos criminales. Incluso
en el de Lucas (23, 39-43) se menciona el hecho de que uno de ellos lo reconoce como
su Dios: es el tradicionalmente llamado buen ladrón. Pero ninguno de los cuatro
testimonios bíblicos nos dice si este ladrón arrepentido estaba situado a la derecha o a la
izquierda de Cristo. En cambio, en las representaciones artísticas que reflejan ese
momento, el buen ladrón aparece siempre a la derecha de Jesús (Mâle 2001: 226;
Biedermann 1993: s. v. derecha e izquierda).
Es esta situación, en efecto, la que encontramos en las narraciones de los evangelios
extracanónicos. Veamos como ejemplo el caso del Evangelio de Nicodemo:
Y Jesús salió del Pretorio y los dos ladrones con él. Cuando llegó al lugar que se
llama Gólgota, los soldados lo desnudaron de sus vestiduras y le ciñeron un lienzo,
luego pusieron sobre su cabeza una corona de espinas y colocaron una caña en sus
manos. Crucificaron igualmente a los dos ladrones a sus lados, Dimas a su derecha
y Gestas a su izquierda. Y Jesús dijo: «Padre, perdónalos, y déjalos libres de
castigo, porque no saben lo que hacen». Ellos repartieron entre sí sus vestiduras. El
pueblo estaba presente, y los príncipes, los ancianos y los jueces se burlaban de
Jesús, diciendo: «Puesto que a otros salvó, que se salve a sí mismo. Si es hijo de
Dios, que descienda de la cruz». Y los soldados se burlaban de él, y le ofrecían
vinagre mezclado con hiel, exclamando: «Si eres el rey de los judíos, sálvate a ti
mismo». El gobernador ordenó que, conforme a la acusación de los judíos, se
inscribiese sobre un rótulo, en letras hebraicas, griegas y latinas: «Este es el rey de
los judíos».
Gestas, uno de los ladrones, que estaba crucificado junto a Jesús, dijo: «Si eres
el Cristo, líbrate y líbranos a nosotros». Pero Dimas lo reprendió, diciéndole: «¿No
temes a Dios, tú que eres uno que ha merecido la condena? Nosotros recibimos el
castigo justo de lo que hemos cometido, pero él no ha hecho ningún mal». Y, una
vez que hubo censurado a su compañero, exclamó, dirigiéndose a Jesús:
«Acuérdate de mí, señor, en tu reino». Y Jesús le respondió: «Yo te aseguro que
hoy estarás conmigo en el paraíso» (X, 1-2)45.
Aparece el buen ladrón, Dimas, situado a la derecha ―no podía ser otro el lugar―
de Dios. Esta escena es narrada incluso más explícitamente en la Declaración de José de
Arimatea, donde tanto la crueldad de Gestas como el arrepentimiento de Dimas son
mucho más evidentes46.
45
Cfr. [Apócrifos2]: 153-154.
Dada la extensión del pasaje, tomemos como ejemplo estas palabras de Gestas, del que se dice que está
poseído por el diablo: «Y fueron crucificados juntamente con Jesús, a la izquierda Gestas y a la derecha
Dimas. Y empezó a gritar el de la izquierda, diciendo a Jesús: "Mira cuántas cosas malas he hecho sobre
46
36
Dejando ya a un lado el análisis de esta simbología en los textos, la relación del lado
izquierdo con el mal hace que este lado se asocie directamente con el demonio. Aunque
esta relación no aparece de forma tan explícita como otras creencias asociadas a la
izquierda47, es evidente que los pecadores, que serán situados a la izquierda cuando sean
juzgados, son los que pasarán el resto de sus días en el infierno, de ahí que sea fácil
relacionar al demonio con este lado. Para Montero (1981: 139) la simple relación de la
izquierda con la magia y la superstición ―asunto que será tratado posteriormente―
relaciona de un modo directo este lado con el diabolismo. Risco afirma que la relación
de la izquierda con el diablo hace que sea pecado persignarse con la mano izquierda,
«como hacen las brujas, por eso los zurdos han sido considerados como brujos y como
sospechosos de pacto con el diablo»48 (1948: 114)49. Para Uría la Iglesia considera la
mano izquierda como «la mano maligna, la mano del Demonio, como muestran las
noticias de algunos autores cristianos» (1997: 169)50.
Observemos todavía más pruebas de la importancia de esta simbología dentro de la
cultura cristiana. Didron (1843: 394-395) se para a analizar el acto del signo de la cruz.
Tras afirmar que el orden actual ―arriba, abajo, izquierda y derecha― no es el único
que se ha empleado (pues además de que los griegos lo hacían de derecha a izquierda,
en el siglo XIII el orden era indiferente), cita una explicación de Guillaume Durand que
explica los valores simbólicos de cada lado y con la que queda demostrado una vez más
lo que hemos estado afirmando hasta el momento:
la tierra, hasta el punto incluso de que, si yo hubiera sabido que tú eras rey, aun contigo hubiera acabado.
¿Por qué te llamas a ti mismo Hijo de Dios, si no puedes socorrerte en caso de necesidad? ¿Cómo, pues,
vas a prestar auxilio a otro que te lo pida? Si tú eres el Cristo, baja de la cruz para que pueda creer en ti.
Pero, por de pronto, no te considero como hombre, sino como bestia salvaje que está pereciendo
juntamente conmigo". Y comenzó a decir muchas otras cosas contra Jesús mientras blasfemaba y hacía
rechinar sus dientes contra Él, pues había caído preso el ladrón en el lazo del diablo» (Declaración de
José de Arimatea III, 1-2; [Apócrifos1]: 506).
47
De todos modos, hay autores que sí hablan de una relación explícita. Dice Gardner: «Al diablo se le
suponía zurdo» (1985: 68). Mozzani (1995: s. v. gauche) afirma que, antes de ser expulsado del paraíso,
el diablo estaba sentado a la izquierda de Dios.
48
También Chevalier y Gheerbrant (1996: s. v. droite) hacen referencia a este gesto, afirmando que se
realiza en las misas negras. Precisamente a propósito de este hecho, cita Da Silva (Silva 1927: 567) un
dicho popular: Vou benzer-me com a mão canha / Que não diga o diabo que é manha, donde canha,
como veremos más adelante, significa ʻizquierdaʼ.
49
Por otro lado, Risco habla también en su artículo de las creencias y supersticiones que rodean al lobo en
la tradición popular gallega y afirma que se considera este animal como demoníaco ya que come
solamente la parte izquierda de sus víctimas, es decir, la que pertenece al demonio, abandonando los
despojos de la parte derecha, que pertenece a Dios (1948: 95 y 114). De ahí que incluso, según Montero
(1981: 146), se utilice una expresión como o fillo do demo para referirse a este animal.
50
Posteriormente, en el análisis de ejemplos referidos a la izquierda, veremos casos en los que,
efectivamente, se refleja la creencia de la identificación entre la izquierda y el demonio. Incluso
encontramos un ejemplo en el que se relaciona el término latino laeuus con la denominación Leviatán
(cfr. cap. 4.2.3).
37
Quelques-uns se signent depuis le front jusqu’en bas, pour exprimer
mystérieusement que Dieu, ayant abaissé les cieux, descendit en terre. Il est
descendu en effet pour nous élever de la terre au ciel. Ensuite ils vont de la droite à
la gauche, premièrement, pour montrer qu’ils préfèrent les choses éternelles,
désignées par la droite, aux temporelles, signifiées par la gauche; secondement,
pour rappeler que le Christ a passé des Juifs aux Gentils; troisièmement, parce que
le Christ, venu de la droite, c’est-à-dire de son père, a vaincu sur la croix le diable,
qui est désigné par la gauche; d’où ces paroles: «Je suis sorti de mon père, et je suis
venu dans le monde». Mais d’autres, faisant le signe de la croix de gauche à droite,
s’autorisent de ce texte: «Il sort du Père, il descend jusqu’aux enfers et revient au
trône de Dieu». En effet ils commencent par se signer dans la parti supérieure, ce
qui désigne le Père; puis ils descendent en bas, ce qui désigne le monde; puis ils
vont à gauche, ce qui marque l’enfer, et s’étendent à droite, ce qui signifie le ciel:
car la Christ est descendu du ciel en terre, de la terre aux enfers, et il est remonté
ensuite des enfers au ciel, où il s’assied à la droite de Dieu le Père. Secondement,
ils font ainsi pour insinuer que nous devons passer de la misère à la gloire, et des
vices, qui sont désignés par la gauche, aux vertus, qui sont marquées par la droite,
ainsi qu’on le lit dans l’évangile de saint Matthieu: «Le Christ, en effet, a passé de
la mort à la vie». Troisièmement, parce que le Christ nous élève, par la foi dans la
croix, des choses qui passent aux choses qui durent éternellement51.
N.I. y S.M. Tolstoj, que dedican un artículo a estudiar diferentes aspectos de la
oposición derecha-izquierda centrándose en los pueblos eslavos, ofrecen también una
interesante interpretación del signo de la cruz. Así, indican que, según el protopope
Avvakum, mientras que el llevar los dedos al lado derecho al persignarse se hace «en
nombre de la ascensión de Cristo al cielo donde reina al lado del Padre y del Espíritu
Santo, y donde los justos están a su derecha», el llevarse la mano a la izquierda se hace
«en nombre de la condenación de los pecadores el día del Juicio Final y de su tormento
eterno». Afirman los autores que «el signo de la cruz es hasta tal punto sagrado que
llevarse la mano a la izquierda no puede significar nada malo en sí, y que se trata en
realidad de una cosa buena ―la condenación de los pecadores» (1979: 197). Es
precisamente tras ese hombro izquierdo ―continúan diciendo― tras el que se esconde
el diablo, y de ahí la expresión rusa equivalente a escupir por encima del hombro
izquierdo; detrás del hombro derecho se encuentra, en cambio, el ángel de la guarda.
Por otro lado, no hay que olvidar mencionar la orientación de las iglesias. Desde los
primeros siglos del cristianismo se tomó como regla que la cabecera de las iglesias
estuviera orientada hacia el Este52. Pues bien, en un templo orientado de esta manera,
51
Guillaume Durand: Rationale div. offic., lib. V, cap. II; citado a partir de Didron (1843: 394-395).
Ya las seis primeras basílicas cristianas siguieron esta orientación. Parece ser que la razón era el culto
al sol: los romanos celebraban la eucaristía el día dedicado al sol, al que se identificaba con Cristo, de ahí
que el altar estuviese siempre orientado hacia el Este (Delgado 2006: 347-356). Señala Mâle (2001: 26)
que entre los siglos XI y XVI había muy pocas iglesias que no respetaran este precepto, aunque poco a
52
38
mientras los fieles miran hacia el altar durante el transcurso de la misa, la izquierda se
corresponde con el Norte, definido por Mâle como la «región del frío y de la noche»
(2001: 26), es decir, la parte sombría tomando como referencia el sol (obviamente, esto
ocurre solamente desde la perspectiva de los habitantes del hemisferio norte).
Podemos afirmar que, en general, en todos los actos importantes de las ceremonias
cristianas, la derecha es la que prevalece: desde las bendiciones, como se muestra en los
pasajes bíblicos, hasta otros actos relacionados con la liturgia de los sacramentos53. No
olvidemos, además, que la rodilla que se utiliza en la genuflexión es, por supuesto, la
derecha54.
2.1.2. Otras religiones y creencias
Hasta ahora nos hemos centrado en las evidentes repercusiones que esta simbología
tiene en el cristianismo. Pero esta oposición significativa tan importante no se limita tan
solo a esta religión, sino que aparece en muchas otras religiones y creencias: se pueden
encontrar consecuencias del pensamiento ligado a esta simbología en muy diversas
civilizaciones.
Comencemos por algunos antiguos pueblos indoeuropeos, en los que ya hallamos
muestras de este pensamiento dual. Gamkrelidze-Ivanov (1995: 686-687) señalan, por
ejemplo, el caso de los hititas, para los que la izquierda estaba asociada con malos
presagios y cosas negativas en general, mientras el lado derecho era el valorado55.
Comentan también la costumbre de algunos pueblos de cortar la mano derecha de los
enemigos asesinados para simbolizar que ya son totalmente inofensivos56.
poco fue olvidándose. Delgado afirma, en cambio, que esta «norma inquebrantable» sigue en vigor hasta
nuestros días (2006: 356).
53
Dice Dubois: «Entre los católicos, el ritual está inmutablemente orientado a la derecha: bendición,
confirmación, consagración, elevación, comunión; todos esos gestos son efectuados con la mano diestra»
(1987: 60).
54
Puede confrontarse un breve análisis general de la importancia de esta simbología en el cristianismo en
el artículo de Forment-Efthimiou (1999: 85-88), en el que se exponen también algunas citas bíblicas que
demuestran los valores asignados a derecha e izquierda.
55
Exponen como ejemplo un caso en el que para demostrar respeto se utiliza el hecho de ceder el lado
derecho, la misma costumbre que acabamos de ver en las citas bíblicas.
56
Aparece reflejado este hábito también en este fragmento de la Historia de Heródoto en el que habla de
los escitas: «De todos los enemigos que capturan con vida, inmolan a un hombre de cada cien, pero no de
la misma manera con arreglo a la que sacrifican el ganado, sino de acuerdo con un ritual diferente. Tras
haber vertido vino sobre sus cabezas, degüellan a los prisioneros sobre un recipiente, que, acto seguido,
suben a la plataforma que está sobre el montón de fajina, derramando la sangre sobre el alfanje. Así pues,
llevan la sangre a lo alto de la plataforma, mientras que abajo, junto al santuario, hacen lo siguiente: a
todos los hombres degollados les cortan el hombro derecho, así como el brazo» (IV, 62, 3-4; [Historia]:
343). Carlos Schrader, encargado de la edición que estamos citando, comenta con respecto a esta cita que
se mutilaba a los muertos para dejarlos sin fuerza en el otro mundo y evitar una venganza póstuma
([Historia]: 343).
39
En la antigua Grecia el lado derecho era el favorable: representaba la fuerza, el éxito
y las cualidades positivas (Chevalier-Gheerbrant 1996: s. v. droite). Lloyd dedica un
artículo (1962) al análisis de esta simbología en el mundo griego y expone los valores
positivos de la derecha, que siempre se asociaba con lo bueno en diversos ámbitos de la
vida. Era la mano utilizada para saludar a la gente y la que tenía valor en los
juramentos57; además, supersticiosamente, el movimiento favorable siempre era el que
seguía la dirección de izquierda a derecha58. En cambio, la izquierda encarnaba todos los
valores contrarios. También se aplicaba esta simbología en los ritos de adivinación: los
presagios que provenían del lado derecho eran positivos y los que lo hacían del lado
izquierdo, funestos59 (1962: 58).
57
Ofrece Lloyd esta cita de la Ilíada de Homero: «¡Hermano querido! Tu muerte he sancionado con
juramentos, / al dejarte luchar solo con los troyanos delante de los aqueos. / Los troyanos te han herido y
pisoteado los leales juramentos. / Pero no son baldíos el juramento, la sangre de los corderos, / las
libaciones de vino puro y las diestras en que confiábamos» (IV, 155-159; [Ilíada]: 172).
58
Como en esta otra cita de la Ilíada: «Mas él a todos los demás dioses de izquierda a derecha / fue
escanciando dulce néctar, sacándolo de la cratera» (I, 597-598; [Ilíada]: 122). O en esta otra de El
banquete de Platón: «Al abrir los ojos vio que los demás, unos seguían durmiendo y otros se habían ido,
mientras que Agatón, Aristófanes y Sócrates eran los únicos que todavía seguían despiertos y bebían de
una gran copa de izquierda a derecha» (223c; [Diálogos3]: 286). Cita también Lloyd otros casos
análogos: cfr. Homero, Odisea 21, 141; Ilíada 7, 184. Cuillandre (1944: 234-236) menciona también los
ejemplos de la Ilíada y El banquete recién citados y dedica un capítulo entero de su libro al estudio de
este tipo de actos en los que la dirección hacia la derecha o hacia la izquierda se utiliza con un valor
simbólico (cfr. cap. IV: «Les tours à droite ou à gauche et leur valeur rituelle», 1944: 229-323; en
concreto, en las pp. 281-287 expone los valores positivos de los movimientos hacia la derecha y los
negativos de los que van hacia la izquierda).
Encontramos más supersticiones dentro del mundo griego relacionadas con la derecha. Las gradas de sus
templos tenían un número impar de escalones para poder iniciar y concluir la subida con el mismo pie:
obviamente, el derecho. Además, se abrochaban la capa en el hombro derecho y se calzaban primero el
pie de este mismo lado (Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana: s. v. derecha).
59
El de los ritos adivinatorios es un tema complejo que será analizado posteriormente. De momento,
comparemos estos dos ejemplos. En el primero aparece como signo favorable un águila volando a la
derecha: «Al punto envió un águila, el agüero de cumplimiento más seguro, / el sombrío cazador al que
también llaman negro. / Cuan alta es la puerta del tálamo, de elevada techumbre, / de un hombre
acaudalado, bien ajustada con cerrojos, / así eran sus alas extendidas a ambos lados. Se les mostró / a la
derecha, lanzándose a través de la ciudad. Y al verla, / se alegraron y a todos se les reconfortó el ánimo en
el pecho» (Homero, Ilíada, XXIV, 315-321; [Ilíada]: 593).
En cambio, se considera un signo aciago el vuelo del águila por la izquierda: «Mientras los despojaban
de sus chispeantes armas, / los muchachos que acompañaban a Polidamante y a Héctor, / que eran los más
numerosos y bravos, y además los más ávidos / de romper el muro y prender fuego en las naves, / aún
vacilaban, quietos al borde de la fosa. / Ansiaban atravesarla, cuando los sorprendió un agüero: / un águila
de alto vuelo, bordeando hacia la izquierda la hueste, / que llevaba entre sus garras una monstruosa
serpiente encarnada, / viva todavía y palpitante, y sin renunciar aún a su fiereza; / esta, según iba sujeta, la
picó en el pecho junto al cuello / combándose hacia atrás, y el águila la dejó caer al suelo / presa de
dolores, tirándola en medio de la multitud, / mientras gañía y seguía su vuelo con los soplos del viento. /
Los troyanos se estremecieron al ver la tornasolada culebra, / yaciendo en medio, prodigio de Zeus,
portador de la égida» (Homero, Ilíada, XII, 195-209; [Ilíada]: 340).
Para consultar más ejemplos de este tipo, cfr. Cuillandre 1944: 343-346.
40
Los pitagóricos situaban la derecha junto con lo limitado y lo bueno; la izquierda,
obviamente, compartía los valores de lo ilimitado y lo malo60 (Lloyd 1962: 65; Marco
1986: 84).
Encontramos en la República de Platón un pasaje que recuerda mucho a una de las
citas bíblicas antes comentadas. En un diálogo en el que se está tratando el tema del
destino de las almas tras la muerte, se alude al comentario de un personaje que, muerto
y resucitado, relata lo que le sucedió a su alma:
Dijo que, cuando su alma había dejado el cuerpo, se puso en camino junto con
muchas otras almas, y llegaron a un lugar maravilloso, donde había en la tierra dos
aberturas, una frente a la otra, y arriba, en el cielo, otras dos opuestas a las
primeras. Entre ellas había jueces sentados que, una vez pronunciada su sentencia,
ordenaban a los justos que caminaran a la derecha y hacia arriba, colgándoles por
delante letreros indicativos de cómo habían sido juzgados, y a los injustos los
hacían marchar a la izquierda y hacia abajo, portando por atrás letreros indicativos
de lo que habían hecho (República, X, 614)61.
Seguimos con Platón. Observemos esta otra cita:
En primer lugar, decimos, si, después de honrar a los dioses olímpicos que son
los dioses patronos de la ciudad, uno atribuyera a los dioses infernales los honores
pares, segundos e izquierdos, alcanzaría la diana de la piedad, mientras que lo que
está encima de esto, lo impar y lo opuesto a lo anterior, se lo diera a los que
acabamos de mencionar antes (Leyes, IV, 717)62.
Comenta el filósofo en este pasaje que a los dioses infernales se les ofrecen las partes
izquierdas de las víctimas y en número par, mientras que a los dioses olímpicos se les
ofrece lo superior: las partes derechas y en número impar.
En la misma obra, es digna de mención esta cita del filósofo griego:
Que es natural que nuestra mano derecha y nuestra izquierda se utilicen para
acciones distintas, aunque es manifiesto que en los pies y en los miembros
inferiores no existe diferencia en las tareas que realizan. Por necedad de nuestras
nodrizas y nuestras madres todos nos hemos convertido en una especie de mancos.
En efecto, a pesar de que de nacimiento ambos miembros tienen casi la misma
fuerza, los hacemos diferentes por hábito, por no usarlos correctamente. En las
tareas en las que da igual, no hay problema, sin duda, si uno toma, por ejemplo, la
lira con la izquierda y el plectro con la derecha [...]. Hay muchos otros ejemplos
semejantes en la conducción de carros y también en otras actividades, en las que es
60
Alude Hertz (1990: 126) al hecho de que los pitagóricos, al cruzar las piernas, no ponían nunca la
izquierda encima de la derecha, como comenta Plutarco: «Así los pitagóricos se cuidan de no poner nunca
la pierna izquierda sobre la derecha y de no coger el número par en lugar del impar, aún siendo cosas por
lo demás iguales» (Sobre la falsa vergüenza, 8; [Moralia8]: 55).
61
Cfr. [Diálogos4]: 487.
62
Cfr. [Diálogos8]: 376-377.
41
posible comprender que los que hacen a la mano izquierda más débil que la
derecha la preparan contra natura (Leyes, VII, 794-795)63.
Opinaba, por tanto, Platón que el ser humano no nacía mayoritariamente diestro por
naturaleza, sino que se trataba de una cuestión educativa. A pesar de que hoy en día,
obviamente, esta idea carece de credibilidad, esta opinión nos deja entrever que existía
una preocupación ―imaginada, al menos, por el filósofo― por que los niños utilizaran
solamente su mano derecha. Esto nos demuestra, por tanto, que a pesar de la gran
distancia temporal que separa nuestra época de la de Platón la superstición con respecto
a la izquierda apenas ha variado, pues como veremos más adelante la costumbre de
educar a los niños zurdos como diestros no nos resulta del todo desconocida.
Aristóteles analizó la oposición derecha-izquierda desde el punto de vista anatómico
(Lloyd 1962: 61-65). Afirmaba el filósofo que los órganos situados a la derecha en el
cuerpo son más fuertes y más activos que los del lado izquierdo, pues de la derecha
parte el movimiento, y que las especies en las que no se da esta superioridad sufren
algún tipo de deformación. La preeminencia del lado derecho frente al izquierdo en la
raza humana sería, pues, una muestra de la superioridad del hombre con respecto al
resto de los animales64. Se aprecia, por tanto, la divergencia con las palabras de Platón
recientemente citadas, en las que exponía su idea de que las dos manos son
prácticamente iguales en cuanto a su capacidad65.
Detengámonos ahora en el ámbito romano. Dado que los valores que la izquierda y la
derecha tenían para los romanos66 nos interesan especialmente por razones lingüísticas,
63
Cfr. [Diálogos9]: 21.
Dice refiriéndose a los animales: «La parte del cuerpo donde reside por naturaleza el principio del
desplazamiento es para cualquier animal la derecha, y la parte contraria y por naturaleza servidora de esta,
es la izquierda» (Marcha de los animales, 705b; [Animales]: 269). Y con respecto al hombre afirma: «De
entre los animales, los hombres tienen la parte izquierda más separada por el hecho de que son, de los
animales, los más conformes a la naturaleza; y por naturaleza es mejor la derecha que la izquierda y está
apartada de ella. Por eso en los hombres la parte derecha es la más diestra. Al estar la parte derecha
diferenciada, la izquierda lógicamente es más torpe, y en los hombres la más separada» (Marcha de los
animales, 706a; [Animales]: 271). En general, para Aristóteles «lo alto es más estimable que lo bajo, y lo
de delante más que lo de atrás, y lo diestro más que lo siniestro» (Marcha de los animales, 706b;
[Animales]: 272-273).
65
Para más información relacionada con esta simbología en el mundo griego, cfr. Forment-Efthimiou
(1999: 82-84).
66
Un artículo que analiza el caso romano en particular y que será citado a lo largo de este estudio es el de
Marco (1986): "Topografía cualitativa en la magia romana: izquierda y derecha como elementos de
determinación simbólica". Llama la atención este autor sobre «la importancia que tiene la bipartición
espacial en las operaciones mágico-religiosas por parte del homo romanus, que utilizó las nociones de
derecha e izquierda como proyecciones sociológicas, de raíz religiosa, con un papel de determinación
simbólica en actos que afectaban, a veces muy profundamente, su propia vida» (1986: 85).
64
42
vamos a detenernos a analizar, en primer lugar, un tema que genera diversas opiniones
entre los expertos: los valores que ambos conceptos tenían en los ritos de adivinación.
En efecto, los dos lados del cuerpo tenían unos valores especiales para determinar, en
un rito de adivinación, si un presagio era favorable o desfavorable. Estos ritos se
basaban en la observación de diferentes fenómenos en el cielo y la conclusión que se
sacaba dependía de si el fenómeno observado aparecía por la derecha o por la izquierda
del augur.
Pues bien, encontramos en el lenguaje de los augurios del mundo romano una
peculiaridad que llama mucho la atención, sobre todo después de todo lo que estamos
viendo acerca de los valores de la izquierda y la derecha. Y es que parece que en todos
estos ritos el lado favorable, el que se asociaba con los buenos presagios, era
generalmente el izquierdo.
De todas formas, el análisis de este tipo de ritos no resulta una tarea sencilla, puesto
que, como veremos, hay bastantes ejemplos discordantes con esta regla. Encontramos
diferentes opiniones ―no solo entre los estudiosos especialistas en el tema, sino incluso
también entre los mismos autores de la época― que originan algunas controversias.
En principio, encontramos un gran número de fragmentos67 de autores de la época
que demuestran que el lado izquierdo era el positivo para los romanos, empezando por
las palabras de Dionisio de Halicarnaso, que dice:
Tras la plegaria un relámpago cruzó de izquierda a derecha. Los romanos
consideran los relámpagos de izquierda a derecha como favorables, bien por
haberlo aprendido de los tirrenos, bien por habérselo enseñado sus antepasados
[...]. Y algunos cuentan que, antiguamente y antes de aprenderlo de los tirrenos,
para los antepasados de los romanos se consideraban favorables los relámpagos
desde la izquierda. Y en efecto, Ascanio, el hijo de Eneas, cuando era atacado por
los tirrenos, a los que mandaba el rey Mecencio, y estaba sitiado, e iba a hacer una
última salida desesperando ya de su empresa, entonces pidió con gran lamentación
a Júpiter y a los otros dioses que dieran señales favorables a la salida, y dicen que
estando el día claro el cielo relampagueó desde la izquierda. Y al obtener aquel
combate el mejor resultado se conserva entre sus descendientes la consideración de
esta señal como favorable (Dionisio de Halicarnaso, Historia Antigua de Roma, II,
5, 2-5)68.
67
Cfr. [Cuestiones]: 375-376 y el artículo de Guillaumont (1985: especialmente 168-170) para ver una
gran cantidad de pasajes sobre el tema de los propios autores de la época, de los cuales expondremos aquí
los más significativos.
68
Cfr. [Roma1]: 164-165.
43
El propio padre del cielo resonó por el lado izquierdo.
Así es como Júpiter refrendó el ilustre presagio del águila
(Cicerón, Sobre la adivinación, I 106)69.
Luego, una luz deslumbrante, henchida de rayos, se expandió por el exterior,
y al tiempo, en lo alto, un ave favorable, con mucho la más hermosa,
voló del lado izquierdo. Al tiempo que sale un sol dorado,
tres veces cuatro cuerpos de aves
bajan del cielo, y se posan sobre lugares favorables y hermosos
(Cicerón, Sobre la adivinación, I, 108)70.
Y Júpiter manifestó su presagio dejando oír un trueno a la izquierda y lanzando
un rayo por la misma parte izquierda del cielo. Alegres por este augurio, los
ciudadanos echan los cimientos, y en poco tiempo la nueva muralla estaba
levantada (Ovidio, Fastos, 4, 833-836)71.
Pero mi padre Anquises alzó alegre a la altura la mirada
y tendiendo a los cielos las manos y la voz: «Omnipotente Júpiter,
si te dejas mover de ruego alguno, míranos, esto solo te pedimos
y si nuestra bondad se lo merece, danos luego una prueba de tu agrado,
y confírmanos, padre, este presagio».
Apenas el anciano dijo esto, de repente sonó el fragor de un trueno
por la izquierda e irrumpió desde el cielo una estrella
y deslizándose a través de las sombras pasó veloz tendiendo
una antorcha de fuego, dejando en pos un reguero de luz
(Virgilio, Eneida, II, 686-694)72.
Y, si evitar nuevos pleitos, del modo que fuera, advertido
no me lo hubiera siniestra corneja en la cóncava encina,
no viviría tu Meris e, incluso ni el propio Menalcas
(Virgilio, Bucólicas, 9, 14-16)73.
Puede a su vez derivar de la costumbre de colgar del cuello de los niños ciertos
objetos de figura obscena para que no les suceda ninguna desgracia, y que se
llaman scaevola, para propiciar un buen augurio (scaeva). Se denominan así a
partir de scaeva, es decir, ʻla parte izquierdaʼ, porque se consideran propicios los
auspicios provenientes de la parte izquierda. Por eso se dice que los comicios o
cualquier otra empresa se llevan a cabo cuando «el ave está a la izquierda» (scaeva
avi), lo que hoy día se conoce como sinistra (Varrón, Sobre la lengua latina, VII,
97)74.
¡Chiss! Callad y estad tranquilos. Salgo a la calle con un auspicio favorable: un
ave vuela a mi izquierda (Plauto, Epídico, 180-184)75.
69
Cfr. [Adivinación]: 132. Este fragmento corresponde a una cita de un pasaje del propio Cicerón, cfr.
Marius, frag. 20 Bl.
70
Cfr. [Adivinación]: 136. Se trata en este caso de una cita que hace Cicerón de los Anales de Enio, frags.
81-91 Sk.
71
Cfr. [Fastos]: 323.
72
Cfr. [Eneida]: 197. .
73
Cfr. [Bucólicas]: 225.
74
Cfr. [Lingua]: 279.
75
Cfr. [Comedias1]: 581.
44
Pero existen algunas excepciones a esta regla. Por ejemplo, en lo referente al vuelo
de ciertas aves, como es el caso del cuervo, que trae buen presagio justamente por el
lado contrario, el derecho76:
Los augurios están tomados, los auspicios consultados. Las aves me permiten ir
en cualquier dirección. Un pico y una corneja a la izquierda, un cuervo y un
pigargo a la derecha están de acuerdo en animarme (Plauto, Asinaria, 259-261)77.
Algo malo va a pasar cuando un cuervo ha cantado hace un momento a mi
izquierda (Plauto, Aulularia, 624)78.
El primero de ellos recibió un auspicio favorable, pues de repente un águila se
acercó volando por su derecha y, tras haber recorrido los estandartes, precedió
lentamente a las tropas que emprendían la marcha (Suetonio, Vidas de los doce
césares, Vitelio, 9)79.
Que seas feliz donde prefieras, Galatea, y guardes toda tu vida mi recuerdo; y
que ni el picoverde volando de la izquierda ni la corneja errante impidan que te
vayas (Horacio, Odas, III, 27, 13-16)80.
Además, el rayo, que como se ha visto es signo de buen presagio cuando aparece por
el lado izquierdo, no lo es, en cambio, en el caso de tener que desarrollarse unos
comicios:
¿Por qué, en cambio, no celebraste aquellos comicios? ¿Acaso porque un
tribuno de la plebe anunciaba un rayo por la izquierda? (Cicerón, Filípicas, II, 9899)81.
Así lo tenemos escrito en nuestras crónicas: «No está permitido celebrar los
comicios del pueblo, cuando Júpiter truena o relampaguea».
Esto se instituyó, probablemente por causa del Estado, al desearse que hubiera
causas que permitieran impedir la celebración de los comicios. Y así, el rayo es un
inconveniente tan solo en el caso de los comicios..., ¡precisamente aquello que
consideramos como el mejor auspicio para todos los asuntos, si se produjo por la
izquierda! (Cicerón, Sobre la adivinación, II, 42-43)82.
76
Cicerón reconoce esta ambigüedad a la hora de examinar el significado del vuelo de las aves. Primero
afirma: «Porque, ¿qué puede aducir el arúspice para que un corte en el pulmón permita ―aun hallándose
en unas entrañas sin tacha― aplazar una ocasión o diferir de una fecha? ¿Qué el augur, para que un
cuervo sancione desde la derecha y una corneja desde la izquierda? (Sobre la adivinación, I, 85;
[Adivinación]: 115-116). Y más tarde, se pregunta: «Por otra parte, ¿por qué les es dado a unas aves el
que puedan suministrar un augurio favorable por la izquierda, y a otras el hacerlo por la derecha?» (Sobre
la adivinación, II, 80; [Adivinación]: 217).
77
Cfr. [Comedias1]: 189.
78
Cfr. [Comedias1]: 265.
79
Cfr. [Césares2]: 247.
80
Cfr. [Odas]: 426.
81
Cfr. [Discursos6]: 159.
82
Cfr. [Adivinación]: 187-188.
45
Ahora mandan al pollero; él es quien da cuenta del rayo procedente del lado
izquierdo, lo que consideramos el mejor auspicio para cualquier asunto, salvo en el
caso de los comicios (Cicerón, Sobre la adivinación, II, 74)83.
Observemos también esta cita de Séneca, donde, junto con otros augurios de carácter
funesto, aparece una estrella a la izquierda del cielo:
El bosque sagrado se estremece, el palacio entero, a una sacudida del suelo, se
tambaleó sin saber hacia dónde desplomarse y como si estuviese a merced de las
olas. De la parte izquierda del cielo corrió una estrella dejando tras de sí un
negruzco trazo... (Séneca, Tiestes, 696-699)84.
O esta otra, muy clara, de Festo:
Dextera auspicia prospera (Festo, De verborum significatu, 65, 6)85.
Esta aparente diversidad en los ritos ha provocado diferentes opiniones entre los
estudiosos del tema. Parece difícil de explicar el hecho de que la izquierda sea, aun con
las excepciones ya comentadas, el lado positivo. Veamos, pues, las explicaciones que se
han dado sobre el tema.
Para Hertz (1990: 120) las interpretaciones contradictorias de los presagios se deben
a si se toman la derecha o la izquierda del que realiza el presagio o del animal o
acontecimiento que participan en él. Así, dice que si un animal aparece a la izquierda de
la persona que lo está observando, en realidad ese animal está presentando su derecha, y
por eso ese presagio es tomado como favorable. Por tanto, para este autor los ritos
adivinatorios siguen probando la supremacía del lado derecho86.
Algo parecido enuncia Plutarco al hacerse esta pregunta:
¿O tal vez, considerando que las cosas terrestres y mortales son opuestas a las
celestes y divinas, suponían que cuanto se hallaba situado a nuestra izquierda había
sido desplazado por los dioses desde la parte derecha? (Cuestiones romanas, 78)87
Pero no es esta la única explicación que Plutarco expone para intentar explicar cuáles
pueden ser los motivos de esta inversión que se produce en el terreno augural. Además
83
Cfr. [Adivinación]: 212.
Cfr. [Tragedias2]: 241.
85
Cfr. [De verborum significatu]: 65.
86
Opina, además, que todas estas contradicciones no eran fruto de la casualidad: «Esas divergencias,
cuidadosamente mantenidas por los augures para la confusión del vulgo y el acrecentamiento de su
prestigio, no hacen más que poner en evidencia la afinidad que existe entre la derecha y la vida, entre la
izquierda y la muerte» (1990: 120).
87
Cfr. [Cuestiones]: 79.
84
46
de la cita que acabamos de mencionar, donde se pregunta si no se trata de una falsa
izquierda, es decir, una derecha vista desde el lado contrario, no descarta que el valor
positivo de la izquierda sea real (cfr. Cuestiones romanas, 78; [Cuestiones]: 79). Por un
lado, dice que esto podría deberse a que la izquierda se corresponde, debido a la
orientación del augur, con el Norte, «parte elevada y más favorable del universo». Por
otro lado, formula la hipótesis de que podría deberse a una posible etimología que
asociaría la palabra sinistrum con ʻpermitirʼ. Alude también a una posibilidad histórica:
el hecho de que en una batalla importante un rayo por la izquierda fuera un signo
favorable pudo hacer que se creara esa costumbre (cfr. la cita de Dionisio de
Halicarnaso expuesta anteriormente). Por último, se hace una pregunta más:
¿Y si los augures, al ser las cosas situadas a la izquierda débiles por naturaleza,
quisieron infundirles una cierta fuerza y paliar de este modo semejante defecto?
(Cuestiones romanas, 78)88
Para Markey (1982: 190 y ss.) lo que ocurre en estos casos es una inversión: los
valores simbólicos habituales de la derecha y la izquierda, positivo y negativo
respectivamente, se invierten en los casos excepcionales, en contextos rituales o
religiosos, resultando así positivo lo relacionado con la izquierda89. Así es como explica
este autor lo que sucede con el rito de adivinación romano90.
Ernout y Meillet (1985: s. v. sinister, laeuus, scaeuus) comentan que la ambigüedad
que demuestran las citas anteriores se debe a que podría haberse originado una
confusión entre el rito de adivinación romano y el rito griego. Para entender todo esto,
hay que explicar cómo eran los ritos en los que se realizaban los presagios.
La orientación del augur durante estas celebraciones era, según algunos especialistas,
la que marcaba si los lados izquierdo y derecho eran buenos o malos: todo dependía de
con qué punto cardinal coincidiese cada lado, pues eran el Norte, el Sur, el Este y el
Oeste los que determinaban si las connotaciones eran favorables o desfavorables.
Autores como Ernout y Meillet (1985: s. v. sinister) o Liou-Gille (1991: 194) afirman
que en el rito etrusco-romano el augur, al realizar el presagio, miraba hacia el Sur, con
lo cual tenía el Este a su izquierda y el Oeste a su derecha: esto quiere decir que los
88
Cfr. [Cuestiones]: 79.
Dice Markey: «In contrast to the everyday, ʻleftʼ and ʻleft-handedʼ denoted ʻthe favorableʼ in ritual
contexts [...]. What is highly marked in an unmarked (daily-life) environment becomes unmarked (or less
marked) in a marked (ritualistic) environment». En definitiva: «The unacceptable becomes acceptable as
marked becomes unmarked in the chain of reversals that circumscribe our lives» (1982: 191).
90
Lo mismo sucede, según él, con los ritos en otros culturas, como la germánica (1982: 191).
89
47
buenos presagios venían del lado izquierdo, el Este, pues es el lado de la vida, de la
salida del sol; de este modo, la izquierda tomaba unas connotaciones positivas.
Esta orientación91 se confirma en esta cita de Varrón en la que se refiere al templum,
que era la forma de denominar la zona que se delimitaba imaginariamente en el cielo
para observar el presagio:
Cuatro son las partes que se mencionan de este templo: la izquierda al este, la
derecha al oeste, la anterior al sur, y la posterior al norte (Sobre la lengua latina,
VII, 7)92.
El mismo Varrón aparece citado por Festo haciendo hincapié en esta misma
orientación:
A deorum sede cum in meridiem spectes, ad sinistram sunt parte(s) mundi
exorientes, ad dexteram occidentes; factum arbitror, ut sinistra meliora auspicia,
quam dextra esse existimentur (Festo, De verborum significatu, 454, 3-6)93.
También las palabras de Cicerón al hablar de la orientación escogida por Ato Navio a
la hora de delimitar unas parcelas hacen alusión a la orientación del augur hacia el Sur:
Y, efectivamente, una vez encontrada la cerda, se dice que, mirando al
mediodía, se situó en mitad de la viña, y que, tras dividirla en cuatro partes y haber
desechado las aves tres de ellas, distribuyó en parcelas la cuarta parte restante...
(Sobre la adivinación I, 31)94.
Y podemos citar también estas palabras de Plinio sobre los rayos en las que
corroboramos las connotaciones positivas asociadas con el Este:
Se consideran favorables los de la izquierda, ya que por esa parte del mundo
está el naciente (Plinio, Historia natural, II, 142)95.
Pero encontramos citas de otros autores que hablan de una orientación diferente del
augur en lo ritos de adivinación romanos. Así, podría ocurrir también que el presagio se
efectuase mirando hacia el Este96. Pero aun en este caso, la visión positiva de la
91
Para más información sobre este tema de la orientación, cfr. [Cuestiones]: 370-371 y 376-378.
Cfr. [Lingua]: 219.
93
Cfr. [De verborum significatu]: 454.
94
Cfr. [Adivinación]: 71-72.
95
Cfr. [Historia natural1]: 411.
96
Para Marcos Casquero, la idea de que el augur romano estuviera mirando al Este debía estar muy
extendida en el mundo griego, mientras que la explicación «considerada en vigor en el mundo romano»
sería la de la orientación hacia el Sur ([Cuestiones]: 377). También Ángel Escobar ([Adivinación]: 48)
confirma la tesis de que el augur romano podía mirar tanto al Sur como al Este. Comenta incluso este
92
48
izquierda no cambiaría, ya que este lado sería el asociado al Norte, parte considerada
también como favorable, como se explica en la primera de estas citas que aluden a esta
otra posible orientación:
¿O es preferible seguir la opinión de Juba, según la cual, para quienes miran
hacia el oriente, el norte se encuentra a la izquierda, y considerándose que el norte
es la parte favorable y más elevada del universo? (Plutarco, Cuestiones romanas,
78)97.
Pero también se denominaba templo al lugar dispuesto en dirección al oriente,
derivando entonces su nombre de la «contemplación». Sus partes eran cuatro: la
frontal, orientada al levante; la posterior, mirando al ocaso; la izquierda, con vista
al norte; y la derecha, dirigida al sur (San Isidoro, Etimologías, XV, 4, 7)98.
Siguen tal razonamiento, según yo creo, porque el mejor asiento y situación
para quienes requieren auspicios es el que mira a Oriente, por donde se produce la
salida del Sol, la Luna, los planetas y las estrellas, y la revolución del universo por
cuya causa unas veces todo lo que existe en él está sobre la Tierra, y otras bajo ella.
Y por allí empieza la Tierra a dar su movimiento circular. Para quienes miran a
Oriente la izquierda es la parte que mira al norte, la derecha la que lleva al Sur. Y
la primera es por naturaleza más honrosa que la última; pues desde el Norte se
eleva el polo del eje sobre el que gira el universo, y de los cinco círculos que
rodean la esfera, el llamado Ártico es visible siempre aquí. En cambio, el llamado
Círculo Antártico se hunde desde el Sur y es invisible en esta zona. Es natural que
los mejores signos celestes y aéreos sean los que se producen por la mejor parte. Y
puesto que la parte vuelta hacia el Oriente tiene preeminencia sobre la de
Occidente, y de la zona oriental es más alta la parte norte que la sur, la primera será
la mejor (Dionisio de Halicarnaso, Historia antigua de Roma, II, 5, 2-3)99.
Pues bien, dejando a un lado estas divergencias en cuanto a la orientación del augur
romano, parece que los ritos en el mundo griego se realizaban de una forma diferente: la
orientación del augur era hacia el Norte, con lo cual la izquierda y la derecha invertían
sus significados, pues con esta orientación el lado que coincide con el Este es el derecho
(Markey 1982: 191; Ernout-Meillet 1985: s. v. sinister; Courtney 1993: 77): para los
griegos, el Este es la derecha del mundo y la izquierda, el Oeste100 (Lloyd 1962: 59;
Hertz 1990: 121).
autor la posibilidad de que en una época más antigua el augur pudiera estar mirando al Norte (apunta esta
posibilidad siguiendo a S. Timpanaro: Marco Tullio Cicerone. Della divinazione, Milán, 1988; p.
XXXIX). Courtney, por su parte, diferenciaba la orientación hacia el Sur en los augurios celestes y hacia
el Este en los terrestres (1993: 77).
97
Cfr. [Cuestiones]: 79.
98
Cfr. [Etimologías2]: 239.
99
Cfr. [Roma1]: 164-165.
100
Lo cual queda demostrado, por ejemplo, con este fragmento de Homero: «Y a cambio de eso me
ordenas que a aves de desplegadas alas / haga caso. De ellas ni me preocupo ni me importa / que vayan
hacia la derecha, o a la aurora y al sol de levante, / o también a la izquierda, hacia el tenebroso poniente»
(Ilíada XII, 237-240; [Ilíada]: 341).
49
Por tanto, para algunos autores serían las confusiones ocasionadas por esta
divergencia entre los ritos romano y griego las que propiciaban que unas veces la
izquierda fuese considerada la parte positiva y otras la negativa.
También Guillaumont ve influencias del modo de adivinación griego en algunas
cuestiones de los auspicios romanos, como por ejemplo en el caso de las aves favorables
que aparecen por la derecha (1985: 161-162 y 168 y ss.; cfr. también [Adivinación]: 48).
El propio autor, tras repasar las diversas teorías expuestas para la explicación de la
visión de la izquierda como lado positivo en este mundo romano (1985: 173-177)
―teorías que estamos analizando―, afirma que la que más clara le parece es la de la
orientación. Admitiendo las dos opciones que se pueden extraer de las citas de los
autores de la época, la orientación hacia el Sur y la orientación hacia el Este, sostiene
que esta última era la más extendida en el mundo antiguo101. Por eso piensa que para
explicar el valor especial de la izquierda entre los romanos hay que atender
precisamente a la singularidad que presentan sus ritos, es decir, la posibilidad de una
orientación hacia el Sur, que hace coincidir la izquierda con el Este, punto que
concentra cualidades claramente positivas: «La valeur bénéfique de l’orient compense
largement ce que la gauche, en elle-même, pourrait avoir d’ingrat ou de rebutant»
(1985: 177).
Marco, por su parte, dice que las dos orientaciones se daban tanto entre los griegos
como entre los romanos, y que para estos últimos fue anterior la orientación hacia el Sur
(1986: 85)102.
Todavía se complica más todo este tema si atendemos a las afirmaciones de
Cuillandre (1944: 219-223 y 332-335), para quien la orientación válida en el mundo
latino, en el griego y en toda la tradición indoeuropea en general es hacia el Este103.
Para explicar los ejemplos latinos que parecen demostrar una orientación hacia el Sur,
dice que el que aparece en esos casos mirando hacia ese punto no es el augur, sino el
denominado auspiciant, como hace Numa en este ejemplo:
101
De hecho, dice que tanto en sánscrito como en hebreo se utilizaba el mismo término para referirse a la
derecha y al Sur (1985: 175).
102
Este autor, que expone también numerosos ejemplos de citas de autores clásicos que aluden a esta
problemática de la adivinación, concluye que «la derecha se valoró también en Roma desde tiempos muy
antiguos y poca duda cabe de la desvalorización global de la izquierda desde las postrimerías de la
República, a la que no serían ajenas las influencias griegas» (1986: 85); de hecho, afirma que «la
significación griega, peyorativa, acabó por prevalecer en latín [...], para pasar con tal contenido semántico
a las lenguas romances» (1986: 90).
103
Argumenta su propuesta con ejemplos como los del irlandés: dess significa, por un lado, ʻa la derechaʼ
y, por otro, ʻmeridionalʼ; tuath, por el contrario, comparte los significados de ʻa la izquierdaʼ y ʻal norteʼ.
Para más ejemplos de este tipo, cfr. 1944: 222-223.
50
A continuación, conducido a la cuidadela por un augur ―cargo este que, en
adelante, tuvo oficialmente de modo permanente esta función honorífica―, se
sentó en una piedra de cara al mediodía. Tomó asiento a su izquierda el augur con
la cabeza cubierta, sosteniendo con la mano derecha un bastón curvo sin nudos al
que llamaron lituus. Acto seguido, después de abarcar con la mirada la ciudad y el
campo y de invocar a los dioses, trazó mentalmente una línea que separaba el
espacio de Oriente a Occidente y declaró que la parte derecha correspondía al Sur y
la parte de la izquierda al Norte; enfrente, todo lo lejos que podía alcanzar la vista,
fijó mentalmente un punto de referencia (Tito Livio, Historia de Roma, I, 18, 68)104.
Por tanto, no hay que analizar estos casos como ejemplos de dos orientaciones
diferentes; se trataría de un mismo rito visto desde dos puntos de vista: la del augur y la
del auspiciant. Añade, además, que en los augurios de todos los pueblos arios es la
derecha el lado favorable y la izquierda el desfavorable (1944: 346). ¿Cómo explicar,
entonces, los pasajes de autores latinos anteriores en los que se tomaba la izquierda
como positiva? Para Cuillandre se trata, otra vez, de dos formas diferentes de entender
el mismo presagio. Partiendo de la base de que tanto los griegos como los latinos
consideraban favorable todo lo que siguiera un movimiento de izquierda a derecha,
explica el autor: mientras que los primeros hablaban de la derecha como buena porque
entendían el movimiento tomando como base su dirección, los latinos hablaban de la
izquierda como buena porque se referían al movimiento nombrándolo desde su
origen105. Niega, por tanto, una posible influencia o confusión entre los ritos griego y
latino (1944: 349-356)106.
Aunque alguno de los ejemplos que se han expuesto hasta ahora no contradicen lo
que expone Cuillandre, esta es una teoría que pierde su sentido si nos fijamos en otros
de los ejemplos ya propuestos (Guillaumont 1985: 177).
104
Cfr. [Fundación1]: 196. Aunque Liou-Gille también menciona este ejemplo (1991: 194), no saca las
mismas conclusiones que Cuillandre.
105
Citamos al propio Cuillandre: «Le désaccord à propos de la gauche ne peut donc provenir que d’une
simple différence de points de vue dans une interprétation identique de la realité. [...] Les termes en soi
contradictoires que sont la gauche et la droite peuvent se trouver appliqués, par un même observateur, à
un seul et même phénomène et comporter la même signification augurale. [...] Un vol de gauche, comme
disent les Latins, un vol à droite, comme disent les Grecs, ce n’est qu’un seul et même vol de gauche à
droite. En le disant de gauche, les Latins le considèrent dans son origine, eu égard au point d’où il vient;
en le disant à droite, les Grecs le considèrent dans son aboutissement, eu égard au point où il va» (1944:
350-352).
106
Comparten la misma teoría de Guillaumont otros autores como Costa-Roldán (1997: s. v. derecha) o
Marco, que restringe esta interpretación solamente a los augurios relacionados con los relámpagos y los
truenos: «Son favorables si se dirigen de izquierda a derecha y desfavorables en sentido contrario» (1986:
85).
51
Una solución válida podría ser la que aporta Liou-Gille (1991: 196 y ss.), que
también trata el problema de la superposición de sentidos ʻfavorableʼ y ʻdesfavorableʼ.
Aunque algunos especialistas ―afirma esta autora refiriéndose a los ya estudiados
Ernout y Meillet― han querido ver una posible influencia de otros ritos, como el
griego107, para explicar la divergencia de sentidos que encontramos en izquierda y
derecha, opina, como Cuillandre, que es imposible que los romanos se dejaran
influenciar por otros ritos adivinatorios, pues esta era una tradición con mucho prestigio
y muy importante para ellos. Por tanto, dice Liou-Gille que, a partir de los datos que
aportan los ritos de la adivinación en el ámbito romano, las únicas connotaciones que
podemos encontrar son las que relacionan la derecha con lo desfavorable y la izquierda
con lo favorable. La ambigüedad, el doble sentido que ha quedado patente en las citas
anteriores hay que buscarlo en otro lado. ¿Dónde? Para la autora, en la propia
experiencia del ser humano, que ve como, en la mayoría de los casos, su parte derecha
es más hábil que la izquierda, de ahí las confusiones reflejadas en los textos
anteriores108.
Parece que cualquier conclusión que se quiera sacar a partir de las costumbres
adivinatorias debe tomarse con precaución, debido a las contradicciones que se
encuentran109. Lo que sí parece evidente es que, aunque no fuera una opinión exclusiva,
107
Liou-Gille afirma (1991: 195) que en el rito griego el augur estaba orientado hacia el Este.
Reproduzco sus conclusiones: «Se sont donc superposés, dans ces adjectifs, deux sens: l’un, qui est le
sens propre, indique la place, dans l’espace ou dans un ensemble quelconque, de l’objet ainsi qualifié: il y
a ce qui est à droite ou à gauche par rapport à celui qui observe ou qui est concerné. L’autre sens est
figuré: il est une interprétation de cette place. L’objet, l’être qualifié de sinister ou de dexter porte avec lui
un présage de chance ou de malchance. S’il y a orientation dans l’espace, l’idée de chance s’associe à
l’est, c’est à dire à la gauche de l’observateur (sinister): c’est un emploi technique, qui appartient en
propre à la langue de l’auspicine, un emploi objectif, qui suppose l’activité d’un observateur différent de
l’objet qualifié. A défaut d’une orientation dans l’espace, d’une opération quasi scientifique, régie en tout
cas par des règles rigoureuses, dexter et sinister ne reflètent plus qu’une appréciation subjective, donnent
une valeur "heureuse" à la partie du corps que l’expérience quotidienne privilégie habituellement» (1991:
200-201).
109
Pero los ámbitos griego y romano no son los únicos que generan ambigüedad. En el artículo ya
mencionado de N.I. y S.M. Tolstoj se hace referencia a contradicciones en cuanto a la significación de
ciertos ritos a partir de textos de tradición antigua rusos, serbios y búlgaros: también en otras culturas
encontramos significaciones opuestas, tanto positivas como negativas, para cada uno de los lados. En este
caso, se parte de una significación normal que asocia lo positivo a la derecha frente a excepciones en las
que el lado propicio es el izquierdo. Se plantean, por tanto, estos autores la «hipótesis de una simbólica de
la izquierda y de la derecha de carácter más complejo, menos unívoco, y dependiente sin duda de una
interacción de significaciones simbólicas de elementos o niveles de todo tipo» (1979: 198). Por ejemplo,
dicen que puede ser la magia negra la que invierte el sentido de los términos.
108
52
la izquierda era tomada muchas veces como el lado favorable entre los romanos110.
Fijémonos en estas palabras de Cicerón, que terminan de confirmarlo:
Por otra parte, ¿acaso hay uniformidad alguna que avenga y una a los augures?
De acuerdo con nuestra costumbre augural, dijo Enio:
«Entonces retumbó por el lado izquierdo, bajo una atmósfera completamente
serena». Mas el Ayante de Homero, al quejarse ante Aquiles de la ferocidad de los
troyanos, no sé qué cosa anuncia del modo siguiente: «Júpiter les da a conocer su
favor, mediante relámpagos procedentes del lado derecho».
Así que a nosotros nos parecen mejores los que proceden de la izquierda,
mientras que a los griegos y a los bárbaros los de la derecha. Aun así, no ignoro
que nosotros decimos de izquierda a aquello que es bueno, aunque proceda del lado
derecho; pero lo cierto es que los nuestros lo denominaron de izquierda y los
extranjeros de derecha, ya que esto es lo que les parecía mejor la mayoría de las
veces. (Cicerón, Sobre la adivinación, II, 82)111
Por lo demás, encontramos muchas supersticiones que demuestran que la derecha
era, en los demás ámbitos, el lado favorable también para los romanos, por lo que
podríamos afirmar, siguiendo a Uría, que «parece lo más probable que la concepción de
la izquierda como favorable estuviera restringida al ámbito de la adivinación» (1997:
165).
Veamos algunos ejemplos (Cuillandre 1944: 346-347; Guillaumont 1985: 165-167;
Liou-Gille 1991: 200) en los que se relaciona lo bueno, la felicidad, con el lado derecho.
Varias supersticiones están referidas al pie derecho: es el que se debe utilizar para
empezar a subir y terminar unas escaleras112 ―como hemos visto que hacían ya los
griegos― o el que tiene que apoyarse en primer lugar en diferentes acciones113. La
mano derecha también era la mano importante, la utilizada para formalizar un trato114, la
110
Zytsar afirma que el hecho de tomar la izquierda como favorable en los agüeros es algo «exclusivo» de
los romanos, a la vez que se trata de algo «episódico» dentro de una larga tradición que asocia la
izquierda con lo malo (2000: 212).
111
Cfr. [Adivinación]: 219. Se aprecia en esta cita la falta de veracidad que durante toda la obra Cicerón
otorga a los augurios. Dice más tarde: «¿No habrá que reconocer, necesariamente, que parte de esto se
aceptó así por error, parte por superstición, y muchas cosas a consecuencia de engaño?» (II, 83;
[Adivinación]: 220).
112
Vemos en Vitrubio: «En la fachada principal, hay que disponer los peldaños de modo que su número
sea siempre impar, pues el primer peldaño se sube con el pie derecho, y luego este pie es el primero que
hay que poner en el área del templo» (Arquitectura, III, 4, 4; [Arquitectura]: 326).
113
Observemos, como ejemplo, esta cita de El asno de oro: «Pero, como suele ocurrir, por haberme
levantado con el pie izquierdo, se me frustró la esperanza de lucro...» (Apuleyo, El asno de oro, I, 5;
[Asno]: 33). O lo que se dice en este fragmento de El Satiricón: «Satisfechos de saborear esas delicias,
nos disponíamos a entrar ya en el comedor, cuando un jovencito esclavo, que tenía asignado ese oficio,
nos sorprendió con esta exclamación: "¡Con el pie derecho!" Realmente nos causó cierta sensación el
temor de que alguno de nosotros pudiera infringir la regla protocolaria al cruzar el umbral» (Petronio, El
Satiricón, XXX, 5-6; [Satiricón]: 53).
114
Dos ejemplos de Plauto lo demuestran. El primero pertenece a Los prisioneros: «Por tu mano derecha,
que estrecho con la mía, te suplico que no me seas menos fiel de lo que yo te soy a ti» (442-443;
53
que se ofrecía en sacrificios115. Lógicamente, es el lado derecho el que asociaban a los
dioses116. En cambio, encontramos otras citas en las que se aprecia una visión de la
mano izquierda como mano ladrona117 (Marco 1986: 84-85; Uría 1997: 169).
También estas otras supersticiones destacan lo favorable del lado derecho en general:
las mujeres que tienen un doble colmillo superior en este lado están favorecidas por la
suerte, un gran número de amuletos se fabrican con miembros de la parte derecha de
diferentes animales, los epilépticos se curan gracias al pulgar derecho de una virgen, en
las estatuas de bronce la devoción de los fieles se marca por el desgaste de la mano
derecha porque es la que manosean los fieles... En cambio, la pata izquierda de una
hiena situada encima de una parturienta estorba el nacimiento del bebé, mientras que la
pata derecha lo facilita118.
Sigamos repasando lo que sucede en otras culturas. En la cultura islámica también se
favorece la derecha, lo que da lugar a diferentes creencias y costumbres en las que se
muestra lo positivo del lado derecho frente a lo negativo del izquierdo (Chelhod 1973:
240 y ss.): por ejemplo, el peregrino que llega a la Meca debe entrar en la mezquita con
el pie derecho.
Es especialmente llamativa la división a la que se alude en el Corán entre los
elegidos, que estarán a la derecha, y los condenados, situados a la izquierda (Chelhod
1973: 240; Mozzani 1995: s. v. gauche); es obvio que se trata de una división análoga a
[Comedias1]: 378). El segundo, de su obra Anfitrión: «Por tu mano derecha, Alcmena, te lo pido y te lo
suplico: concédeme esta gracia, perdóname, no estés enfadada conmigo» (42-43; [Comedias1]: 156).
115
Encontramos un fragmento de Tito Livio que demuestra, por un lado, que la mano derecha era la que
se utilizaba en ceremonias y, por otro, que era la considerada más importante: «También instituyó una
fiesta solemne en honor exclusivamente de la Buena Fe; dispuso que los flamines acudiesen a su
santuario en un carro cubierto tirado por dos caballos y celebrasen el servicio religioso con la mano
envuelta hasta los dedos, como signo de que la buena fe debía ser respetada y de que su sede, incluso para
la mano derecha, era sagrada» (Historia de Roma, I, 21, 4; [Fundación1]: 200-201)
116
Cita Cuillandre (1944: 346), entre otras, esta cita de Gorgojo, de Plauto, en la que un personaje le
aconseja a otro hacia qué lado debe encaminarse: «Si es para saludar a los dioses, pienso que a la
derecha» (70; [Comedias1]: 521).
117
En otra obra de Plauto, El persa, un personaje le pide a otro que le enseñe la mano en estos términos:
«¿Y dónde tienes la otra, la izquierda, la ladrona?» (226; [Comedias2]: 251). Encontramos también
ejemplos análogos en dos poesías de Catulo. El primero: «La mano izquierda, Asinio Marrucino, / no la
usas bien en juergas y banquetes. / Robas la servilleta en un descuido». (Catulo, Poesías, 12, versos 1-3;
[Poesías]: 213). Y el segundo: «Vosotros, Porcio y Socratión, que sois / las dos manos izquierdas de
Pisón» (47, versos 1-2; [Poesías]: 279). En la nota a este último poema de la edición con la que estamos
trabajando, se explica: «A Porcio y Socratión se les llama “manos izquierdas” porque, según creencia
romana, la izquierda era la mano usada para los latrocinios» ([Poesías]: 578).
118
Cita Liou-Gille los fragmentos de los que extrae todas estas afirmaciones (1991: 200). Marco (1986:
84-85) analiza con detenimiento los valores que derecha e izquierda tienen en este tipo de supersticiones
relacionadas con remedios para enfermedades, llegando a la conclusión de que se trata de una práctica
«tan imprevista como impredecible» (1986: 84).
54
la que aparece en la Biblia y a la recientemente citada de Platón. Así, si leemos el
capítulo 56 del Corán, vemos qué es lo que les espera a los «compañeros de la derecha»:
Estarán entre lotos sin espinas y plataneros llenos de racimos, bajo una sombra
extensa y permanente y tendrán agua que manará eternamente y frutas abundantes
que no se agotarán ni estarán prohibidas y lechos elevados.
En verdad, a ellas las hemos creado de una manera especial y las hemos hecho
vírgenes amorosas, semejantes, para los compañeros de la derecha. (Versos 28-38)
En cambio, a los «compañeros de la izquierda» se refiere en estos términos:
Estarán entre un calor abrasador y agua hirviente y bajo una sombra de humo
negro ni fresca ni confortable.
En verdad, antes de esto, ellos estuvieron en la embriaguez de la opulencia y
persistieron en el gran pecado. (Versos 43-46)119
Es difícil, pues, no recordar con estos fragmentos la simbología utilizada en el
cristianismo para separar a los elegidos, los que recibirán una recompensa por sus actos,
de los malditos, los condenados.
Hay más referencias en el mundo religioso árabe que permiten establecer diferencias
entre la derecha y la izquierda. Señala Chelhod (1973: 246 y ss.) que la disposición de
la Kaaba, lugar sagrado al que los musulmanes se orientan para rezar, relaciona la
derecha con el sur, la región luminosa gracias al sol, y la izquierda con el norte, la parte
sombría, con las connotaciones que esto implica120.
También en la tradición judía encontramos huellas de esta simbología (McManus
2007: 51-52), por lo que existen numerosos actos y ceremonias que demuestran la
posición privilegiada de la derecha con respecto a la izquierda. El propio Talmud refleja
esta creencia.
Cambiando de nuevo de cultura, Hertz (1990: 119) cita algunos ejemplos de los
maoríes, para los que la derecha es el lado sagrado y el lado de la vida, mientras que la
izquierda representa lo profano, con poderes «turbios y sospechosos» y es, a su vez, el
lado de la muerte121. Entre los habitantes de Célebes Central, provincia indonesia, existe
una fuerte relación entre la derecha y la vida, por una parte, y la izquierda y la muerte,
119
Fragmentos extraídos de [Corán]: 554.
De hecho, este autor defiende que la preeminencia de la derecha en la mayoría de las culturas del
mundo se debe a la importancia de la luz del sol, como veremos posteriormente. Con respecto
concretamente al mundo árabe dice: «On the one hand, the sun divides it notably into north and south,
into an auspicious and an inauspicious region; and on the other hand, the Ka’ba apportions it into right
and left and confers the same values upon it» (1973: 250).
121
Para consultar más ejemplos de este tipo relacionados con esta y otras culturas, cfr. Hertz 1990: 123130.
120
55
por otra122. En otra isla indonesia, Roti, consideran superiores la derecha y el Sur a la
izquierda y el Norte; de ahí, la identificación entre estos conceptos, lo que les lleva a
utilizar los mismos términos para designar, por un lado, derecha y Sur y, por el otro,
izquierda y Norte (Fox 1973: 356)123.
También para los celtas la derecha representa lo favorable y es un valor opuesto a la
izquierda124. Igualmente, para los budistas o los hindúes el movimiento debe ser
siempre hacia la derecha (Cuillandre 1944: 292-294).
Bareau analiza en un artículo cómo afecta esta simbología en la civilización india.
Una vez más comprobamos la supremacía de la mano derecha y del lado derecho en
general. Es el lado que sirve para honrar, el que augura un buen presagio, el que
representa la pureza y el poder mágico, el que se utiliza para presentar respeto... (1971:
135 y ss.). En cambio, la izquierda «es la mano impura, vergonzosa, desfavorable»
(1971: 140). Representa este lado todos los valores contrarios que simboliza la
derecha125.
Además, Bareau habla de la existencia de una división entre castas de la mano
derecha y castas de la mano izquierda. Según el autor el origen de esta distinción es
oscuro, pero «hay que destacar que las castas de la mano derecha son consideradas más
honorables que las de la mano izquierda, y que gozan de privilegios menores, pero
celosamente protegidos» (1971: 145)126.
De todos modos, hay una excepción que llama la atención: a veces los valores de
derecha e izquierda se invierten cuando entra en juego la oposición sexual: la izquierda
puede convertirse en algunos casos en el lado derecho de la mujer, es decir, pasa a tener
los valores positivos. De todas maneras, este fenómeno se limita a pocos ritos y a la
adivinación y, para Bareau, su función sería simplemente la de establacer una diferencia
122
Cfr. Kruyt (1973), que expone en su artículo muchos ejemplos de supersticiones y ritos que
demuestran estas asociaciones.
123
A lo largo de su artículo, Fox (1973) expone ejemplos concretos de cómo afecta esta simbología en la
población.
124
Cfr. Cuillandre 1944: 287 y ss., 347; Mozzani 1995: s. v. gauche; Chevalier-Gheerbrant 1996: s. v.
droite. Mozzani señala también (1995: s. v. main) que para los celtas el rey Buada no era apto para reinar
porque se le había amputado el brazo derecho.
125
Resulta especialmente ilustrativo el hecho de que los barrenderos emplean para su labor solamente la
mano izquierda, llevando la derecha en la espalda, para no «contaminarla» con ese tipo de tareas (Bareau
1971: 136). Para ver otros ejemplos referidos a la derecha, cfr. 1971: 135-140; para ejemplos que aluden a
la izquierda, cfr. 1971: 140-141.
126
Comentan al respecto Gamkrelidze-Ivanov: «The Kauravas were regarded as "left", "lower", "lunar"
and hence as having negative symbolic value, while the Pandavas were "right", "upper", "solar", hence
positive» (1995: 687). Cfr. también Hocart 1970: 273-275. Para ver un estudio completo sobre estas
castas en el sur de la India, cfr. el artículo de Beck (1973), que analiza detenidamente las características
de estos grupos sociales a lo largo de los siglos.
56
entre la mujer y el hombre en algunos casos (1971: 150-151)127. Por tanto, la
supremacía del lado derecho en la civilización india, a pesar de algunos casos
excepcionales como este, es un hecho probado128.
Detengámonos ahora en la civilización china. Granet (1959: 249-258 y 1973) niega
que en esta cultura exista una oposición absoluta entre izquierda y derecha (cfr. también
Biedermann 1993: s. v. derecha e izquierda): no encontramos en China la misma
polaridad que hemos visto hasta ahora, no existe una división entre el bien y el mal. Se
trata, más bien, de dos lados complementarios que dependen de las circunstancias129.
Sin embargo, sí admite el autor cierta superioridad de la izquierda sobre la derecha130.
Para Demiéville, que sigue la opinión de Granet, el problema de esta oposición en
China es complejo, porque entran en juego muchos factores, interferencias,
superposiciones de la fisiología, cosmología, el yin y el yang, la oposición de sexos...
Esto queda demostrado en el hecho de que a lo largo de los siglos han ido alternándose
la supremacía de la derecha y la supremacía de la izquierda dependiendo de las
diferentes etapas históricas131.
Tanto en las obras ya citadas de Granet (1959 y 1973) como en el artículo de
Demiéville (1971) encontramos analizados muchos rituales donde aparecen los valores
de ambos lados, pero dichos valores cambian, se cruzan, dependiendo de diversas
127
Ya que esta relación entre la izquierda y la mujer se va a repetir en nuestro análisis, se exponen a
continuación las palabras de Bareau para clarificar más su posición: «¿Habrá que ver en ello los restos de
un sistema muy antiguo, en que la izquierda habría sido el costado femenino y la derecha el masculino, o
solo algunos elementos aislados, nacidos de circunstancias particulares en las cuales se habría creído
bueno oponer la mujer al hombre, y por consiguiente invertir la relación de dualidad derecha-izquierda?
Parece que esta última hipótesis es más digna de consideración que la otra, porque en el sur de Deccán, en
las dos castas de los chakkilyan y los palli, en que los dos sexos pertenecen a manos diferentes, las
mujeres son de la mano derecha y los hombres de la mano izquierda» (1971: 151).
128
Concluye diciendo Bareau: «La primacía de la derecha aparece con suma claridad en la India [...]. La
derecha se opone a la izquierda como la dexteridad se opone a la zurdería, lo puro a lo impuro, lo recto a
lo curvo, lo noble a lo vil, la rectitud a la bajeza, la dicha a la infelicidad, el bien al mal, la bondad a la
crueldad, lo normal a lo anormal, el orden al desorden, lo sagrado a lo profano. Esta oposición se extiende
a los símbolos, y ya vimos que se habla de sectas y de castas de mano derecha, a las cuales se debe
respeto, y de sectas y castas de mano izquierda, a las cuales se desprecia» (1971: 150).
129
Por ejemplo, afirma Granet (1973: 53) que ser zurdo no es visto como algo negativo, como sucede en
muchas culturas, sino que el hecho de que sea mejor ser zurdo o diestro depende de las circunstancias.
130
Dice Granet: «There is, as you see, an alternate pre-eminence of Left and Right, but this does not alter
the fact that the right hand is the more used. It is for this very reason, perhaps, that the left preponderates.
This is shown by a number of important rules of etiquette» (1973: 55). Y continúa más adelante: «There
is thus a certain preeminence of the left, [...] but this pre-eminence is only occasional [...]. There is a
cycling and alternation, or an alternating pre-eminence. There is no fixed predominance, no absolute
opposition» (1973: 57). También sostienen esta opinión Chevalier y Gheerbrant en su diccionario (1996:
s. v. droite).
Por otro lado, aunque no expone la causa exacta, Demiéville afirma algo curioso, y es que los términos
que designan la izquierda y la derecha, tso y yeu respectivamente, siempre se mencionan en este orden
(1971: 154).
131
Cfr. su artículo (Demiéville 1971), en el que expone ejemplos que lo llevan a esta conclusión.
57
circunstancias132. Demiéville insiste en que, en esos ejemplos, a la oposición izquierdaderecha se superponen muchas otras que complican mucho una posible conclusión: el
este y el oeste, la oposición sexual, incluso las estaciones. Dice: «Dichos rituales [...]
implican tantos obstáculos y casuística que se corre el riesgo de perderse en ellos, y la
teoría sobre la izquierda y la derecha no aparece con claridad» (1971: 162).
Nos encontramos, por tanto, al analizar la situación en China, con una pequeña
ruptura con respecto a todo lo que se había afirmado hasta el momento. Se observa que
la oposición derecha-izquierda tiene también un valor importante y que, a pesar de que
cada valor tiene un significado complementario con respecto al otro, puede afirmarse
que la izquierda es, al menos ocasionalmente, el lado favorable. También en Japón
encontramos, según Mozzani (1995: s. v. gauche), esta preferencia por la izquierda.
2.1.3. El dualismo religioso: la relación de la derecha con lo masculino y de la
izquierda con lo femenino
Se han analizado hasta ahora diversas visiones de la forma en que afecta esta
simbología en diferentes culturas. Es obvio que, salvo en contadas excepciones, es la
derecha la que cumple el papel positivo en esta oposición de valores. Pero es necesario
detenerse en una de las observaciones que se han hecho al hablar de la izquierda y la
derecha en la India: hemos visto que en algunos casos se produce una inversión
significativa entre los dos lados cuando entra en juego la oposición sexual, pues la
izquierda resulta a veces, para la mujer, el lado más propicio. Pues bien, la asociación
de la derecha con lo masculino y de la izquierda con lo femenino es una regla habitual
en muchas culturas: apunta Ivanov que esta identificación entre derecha-masculino e
izquierda-femenino es habitual y universal, afirmando que «la unión entre mano
izquierda y principio femenino no desciende de premisa biológica alguna y, por tanto,
tiene un interés particular para la antropología cultural» (1979: 155; cfr. también
Biedermann 1993: s. v. derecha e izquierda). Por ello, vamos a detenernos a analizar
esta identificación tan frecuente entre las dos oposiciones.
La organización del mundo en dos grupos opuestos parece ser una de las
características de las sociedades primitivas: se sitúa en un lado todo lo positivo y
sagrado y en el otro todos los conceptos que suponen los valores contrarios, como
132
Un ejemplo de la complejidad que presenta esta oposición en China lo encontramos en que, a pesar de
que se le concede a la izquierda cierta superioridad sobre la derecha, los niños chinos son obligados desde
pequeños a comer exclusivamente con la mano derecha (Granet 1959: 251).
58
hemos estado viendo hasta ahora133. Podemos afirmar que en el pensamiento de muchos
pueblos existe un afán por establecer una dicotomía que separa siempre lo bueno de lo
malo, oponiendo todo tipo de valores y asignándoles connotaciones claramente
diferenciadas134. En esta división, es normal encontrar en el lado positivo la derecha y lo
masculino, mientras que la izquierda y lo femenino suelen formar parte de lo profano,
impuro. Ya hemos mencionado anteriormente este dualismo partiendo de las ideas de
Hertz135, que dice con respecto a la oposición masculino-femenino: «en efecto, en
términos generales, el hombre es sagrado y la mujer profana» (1990: 114). El hombre,
asociado al cielo, es el que se sitúa en el polo religioso, mientras la mujer, asociada a la
tierra, es un ser «impotente» en cuestiones sagradas136.
Este dualismo no se limita únicamente a estas dos oposiciones: en esta división de
valores encontramos, enfrentados, muchos más conceptos de todo tipo. Veamos algunos
casos ilustrativos. Lloyd expone, por ejemplo, las oposiciones de un pueblo indonesio
en las que hallamos, en el lado positivo, toda una serie de valores entre los que se
encuentran la derecha, lo masculino, el cielo, el este... y en el negativo todos sus
contrarios (1962: 57).
Estudia también Lloyd las oposiciones que regían en el pensamiento griego y señala
más conceptos que acompañan a la derecha y a la izquierda en esta tabla de valores
enfrentados: por un lado son positivos la luz, el este, el color blanco o el cielo; por el
otro son negativos la oscuridad, el negro y la tierra (1962: 59). Puede consultarse
también la tabla donde Aristóteles, en su Metafísica, enumera las oposiciones válidas en
133
Confirma Lloyd «la existencia de una tendencia a clasificar fenómenos en grupos opuestos en buen
número de sociedades, antiguas y modernas» (1987: 41; cfr. también Markey 1982: 189-190).
134
Refiriéndose a esta polaridad, dice Caillois: «Il n’est rien qui, dans l’universe, ne soit susceptible de
former une opposition bipartite et qui ne puisse alors symboliser les différentes manifestations couplées et
antagonistes du pur et de l’impur. Énergies vivifiantes et forces de mort se rassemblent pour former les
pôles attractif et répulsif du monde religieux» (1980: 49).
135
Reproducimos sus propias palabras: «El universo entero se divide en dos mundos contrarios donde las
cosas, los seres y los poderes se atraen o repelen, se implican o excluyen, según graviten hacia uno u otro
lado de los dos polos. En el principio sagrado residen los poderes que conservan y acrecientan la vida,
dan la salud, la preeminencia social, el coraje en la guerra y la excelencia en el trabajo. Por el contrario, lo
profano (en tanto que invade el mundo sagrado) y lo impuro son esencialmente debilitadores y letales, y
de ambos provienen las influencias funestas que oprimen, aminoran y corrompen a los seres. Existe así,
de una parte, el polo de la fuerza, del bien y la vida, y, de otra, el polo de la debilidad, del mal y la
muerte, o, si se prefiere, en terminología más reciente, por un lado los dioses, y por otro, los demonios»
(1990: 113-114). Para una explicación exhaustiva de toda esta teoría de Hertz, cfr. 1990: 111-116.
Un autor citado ya en este trabajo y que analiza de forma detallada la teoría de Hertz es McManus.
Dentro del extenso ensayo que dedica a hablar de todo lo relacionado con los valores de la derecha y la
izquierda, en el capítulo II (2007: 35-63)―donde encontramos, entre otros, muchos de los aspectos
mencionados ya en este trabajo― se centra en examinar los valores que esta simbología adopta en las
diferentes culturas, aludiendo también a la identificación de la derecha con lo masculino y de la izquierda
con lo femenino.
136
Para comprobar mediante un ejemplo de una ceremonia maorí todas estas ideas, cfr. Hertz 1990: 115.
59
el pensamiento pitagórico: por una parte encontramos, entre otras cosas, la derecha, lo
bueno, la luz, lo recto y lo masculino; por otra, sus opuestos137.
Ivanov, por su parte, afirma que, en general, con la oposición derecha-izquierda se
identificarían también otras como grande-pequeño o anciano-joven (1979: 158-159).
También N.I. y S.M. Tolstoj (1979: 195-196) aluden en su artículo a este asunto: a la
asociación de la derecha con lo masculino habría que añadirle también, afirman, los
valores de bondad, espiritualidad, fuerza y vida; en cambio, junto a lo izquierdo y lo
femenino estarían la maldad, lo laico, la debilidad y la muerte138. Caillois (1980: 49)
opone la claridad a la oscuridad, el Este y el Sur ―relacionados con el sol― al Oeste y
al Norte, lo alto ―el cielo― a lo bajo. Marco señala que el sol, masculino, se relaciona
con la derecha y la luna, femenina, con la izquierda139 (1986: 83).
Se observa como, en definitiva, se produce siempre una clasificación en la que todo
tipo de valores positivos ―o que de alguna forma ejercen una función predominante
sobre otros― se agrupan en un mismo lado140. No cuesta esfuerzo darse cuenta del
porqué de la situación de la mayoría de estos conceptos en uno u otro lado de esta
división, pues la mayoría de ellos tienen unas connotaciones positivas o negativas que
resultan evidentes a cualquiera. Encontramos enfrentados en diferentes culturas
conceptos como el de la luz frente a la oscuridad, el Este ―el nacimiento del sol, de la
vida― frente al Oeste, el día frente a la noche... Muchos ―no todos― de los valores
que suelen ocupar el lado positivo están, por consiguiente, relacionados directamente
137
La relación completa, siempre citando a Aristóteles, sería la siguiente: son positivos el límite frente a
lo ilimitado, lo impar frente a lo par, la unidad frente a la pluralidad, lo derecho frente a lo izquierdo, lo
masculino frente a lo femenino, el reposo frente al movimiento, lo recto frente a lo curvo, la luz frente a la
oscuridad, lo bueno frente a lo malo y lo cuadrado frente a lo rectángulo (cfr. Metafísica, I, 5, 986a;
[Metafísica]: 90).
Para más información acerca de las oposiciones existentes en el mundo griego, cfr. Lloyd 1987:
especialmente pp. 47 y ss., donde insiste en la oposición derecha-izquierda y expone también ideas que
aparecen en su otro artículo (1962).
138
Justifican el caso de la asociación de derecha-izquierda con la de vivo-muerto con algunos ejemplos
(1979: 196), como la costumbre serbia de pasar los platos de derecha a izquierda en las comidas de duelo,
mientras que en las fiestas se hace justamente lo contrario.
139
Así, desde la antigüedad egipcia hasta la iconografía cristiana el sol se representa a la derecha y la
luna, a la izquierda (Marco 1986: 88). Por ejemplo, en el templo inca de Coricancha (Cuzco), la efigie de
la divinidad está flanqueada a la derecha por el sol y a la izquierda por la luna (Chevalier-Gheerbrant
1996: s. v. droite).
140
Se han expuesto algunos datos que ejemplifican el modo de clasificar esta polaridad que rige en
muchas culturas, pero pueden verse más ejemplos. Hocart alude también a este dualismo y enumera las
oposiciones entre este tipo de conceptos válidas para distintos pueblos (1970: 280-284 y ss.). Entre ellas
encontramos un caso curioso, una excepción a todo lo que estamos diciendo: para la tribu americana de
los Winnebago la izquierda se encuentra en el lado de los valores positivos. También Lloyd (1987: 37 y
ss.) ofrece más ejemplos de tablas que clasifican estos términos opuestos en diferentes culturas.
60
con el sol, sin duda uno de los elementos con un valor simbólico más importante en la
vida de los pueblos primitivos141.
Pero lo que más sigue llamando nuestra atención es la asociación constante entre los
conceptos derecha-masculino e izquierda-femenino, relación para la que no
encontramos una justificación evidente142. Podríamos pensar que se trata simplemente
de relaciones entre conceptos que se agrupan en el mismo lado en este tipo de
clasificaciones bipolares, pero la unión tan estrecha que encontramos en algunas
ocasiones entre la oposición sexual y la espacial nos lleva a pensar en que puede haber
un vínculo mayor entre estos conceptos. Veamos ejemplos concretos de cómo se refleja
esta relación en diferentes culturas.
A pesar de que Lloyd no encuentra justificación a las connotaciones que adquieren
los conceptos de masculino-femenino y que dice que no se puede afirmar que en las
prácticas religiosas de los antiguos griegos hubiera una clara relación entre los
conceptos masculino-sagrado y femenino-profano, expone que sí hay que tener en
cuenta el papel negativo y de «inferioridad» que se le atribuye a la mujer ya desde el
mito de Pandora (1962: 58).
La población indígena chilena mapuche identifica la derecha con lo masculino y con
los valores positivos; la izquierda, obviamente, se asocia con los valores inversos143.
Gamkrelidze e Ivanov (1995: 687) comentan que la asociación de la oposición espacial
y la sexual es tradicional en los pueblos del Índico. Cita Hertz ejemplos de los maoríes y
de otras tribus australianas en los que el lado fuerte, el derecho, se corresponde también
con el «sexo fuerte» (1990: 121-122). También se produce esta asociación entre la etnia
atoni (Cunningham 1973: 222-226)144.
Ivanov (1979:154) trata el tema de un modo más profundo y ofrece varios ejemplos.
Por un lado, en los antiguos ritos eslavos las mujeres eran enterradas a la izquierda de
los hombres ―lo mismo sucede con los kaguru en África (Beidelman 1973: 133)―; sin
141
Comenta al respecto Hertz que «el eje que divide al mundo en dos mitades, la una radiante y la otra
sombría, divide igualmente al organismo humano repartiéndolo entre el imperio de la luz y el de las
tinieblas» (1990: 121), es decir, la derecha y la izquierda.
142
Es lo que expone Lloyd en esta cita: «The association of day, light and east with the powers of life and
strength, and of night, darkness and west with the contrary powers of death and weakness, is very
common. Further, as perhaps the natural resultant of this tendency to identify certain pairs of opposites
with the sacred an the profane, we find that such pairs as day/night, right/left, and male/female are often
themselves correlated or identified, even where there is no manifest connexion between them» (1962: 57).
143
Es la idea que defiende Faron a lo largo de su artículo, donde también expone otros conceptos que se
asocian en este pensamiento bipolar (1973: especialmente las tablas de las páginas 192, 195 y 196).
144
Analiza este autor el pensamiento de este grupo étnico a partir de la simbología que encierran las casas
donde habitan.
61
cambiar de cultura, en las ceremonias nupciales de este pueblo las mujeres se situaban a
la izquierda y los hombres, a la derecha145.
N.I. y S.M. Tolstoj citan (1979: 196), por ejemplo, la costumbre occidental que tiene
que ver con la forma de abrocharse los abrigos: en los trajes de hombre se sobrepone la
izquierda sobre la derecha, con los botones en el lado derecho y los ojales en el
izquierdo; en los abrigos de las mujeres ocurre lo contrario (cfr. también Gardner 1985:
81).
Hocart enumera también varios casos en los que se asocian estos conceptos. Por
ejemplo, en la escultura hindú, en estatuas que representan divinidades, la derecha es
masculina y la izquierda, femenina (1970: 98). En algunas tribus de Nueva Guinea se
distingue a un jefe de la derecha, pacificador, frente a un jefe de la izquierda, asociado a
la guerra (1970: 165). En las moradas de la tribu norteamericana pawne el lugar derecho
debe ser el de los hombres, porque son los más fuertes; el izquierdo, en cambio, está
destinado a las mujeres (1970: 234-235)146.
Analizando lo que ocurre en el continente africano también comprobamos la
importancia que tiene la relación entre las dos oposiciones de las que estamos hablando.
Para la población nuer el lado derecho es el fuerte, el masculino, mientras que el
izquierdo es el débil, el malvado y el que se asocia con lo femenino (Evans-Pritchard
1973: 95147). En las comunidades ameru148, kaguru149, lugbara150, bororo151 o nyoro152,
también encontramos estas asociaciones que estamos analizando. Algo parecido sucede
entre el grupo gogo, aunque en este caso no podemos hablar tan claramente de una
oposición en términos de bueno-malo: la derecha y la izquierda son vistas como
145
Para más ejemplos, cfr. Ivanov 1979: 154-157.
Se pueden encontrar más referencias de este tipo en Hocart (1970: 268-273 y 276-279).
147
Expone el autor numerosos ejemplos que demuestran esta asociación. Se trata de supersticiones que
encontramos repetidas en numerosas culturas a lo largo de todo el mundo. Por ejemplo: se desechan las
partes izquierdas de una fruta o un animal cuando son cortados en dos, el hombre duerme siempre en el
lado derecho y la mujer lo hace en el izquierdo, los jóvenes inutilizan durante largos períodos de tiempo
su mano izquierda... (1973: 95-96).
148
Cfr. Needham 1973a: especialmente la tabla de la p. 116. Sin embargo, analiza Needham el caso
sorprendente de una divinidad religiosa para esta comunidad ameru, el mugwe, cuya mano poderosa es la
izquierda. Explica el autor esta aparente paradoja diciendo que esta particularidad se debe a que se trata
de un caso excepcional, es un personaje especial en el que no encontramos los valores normales que
imperan para el resto (1973a: 120-023). Recordemos la teoría de Markey, vista anteriormente, según la
cual los valores de izquierda y derecha pueden invertirse en casos especiales.
149
Cfr. Beidelman 1973: ver tabla pp. 151-152.
150
Cfr. Middleton 1973: ver tabla p. 387.
151
Cfr. Lévi-Strauss 1964: 211. A lo largo de su obra El pensamiento salvaje, el autor hace continuas
referencias al pensamiento dualista al que nos estamos refiriendo (cfr. especialmente 1964: 198-233).
152
Cfr. Needham 1973b: ver tabla p. 328. Comenta el autor a lo largo de su exposición que hallamos
también en este caso una inversión: la izquierda es la mano protagonista en la figura del adivino (cfr.
especialmente 1973b: 306 y ss.).
146
62
complementarias; de todas formas, realizan con la derecha las acciones que se
consideran buenas y con la izquierda, las malas (Rigby 1973: 265-266)153.
También Wieschhoff analiza en su artículo la situación en África y enlaza la derecha
con los conceptos de masculinidad, bondad y fortuna, mientras que la izquierda se
asocia con los contrarios; confirma, por tanto, la preeminencia de la derecha154. Cita una
gran cantidad de ejemplos de estas relaciones, nombrando casos de distintas partes del
continente. Señala, por ejemplo, el caso de una tribu en la que se agujerea la oreja
izquierda de las niñas recién nacidas y la derecha en el caso de los niños155; también
existe la superstición de usar el pie derecho en primer lugar al salir de una cabaña o al
levantarse de la cama156 (1938: 203)157. Para este autor, esta superioridad de la derecha
en gran parte del territorio africano puede ser debida a una influencia exterior, la árabe,
teniendo en cuenta que los territorios que presentan más claramente esta lateralidad tan
marcada son los que más contacto tuvieron con esta cultura (1938: 216).
Dieterlen, que en su artículo estudia detenidamente las repercusiones de la oposición
derecha-izquierda en los pueblos del occidente africano (en concreto, expone
mayoritariamente ejemplos de Sudán), confirma que también se produce la
identificación de la derecha con el sexo masculino y la izquierda con el femenino en
estos pueblos, pero, como sucede en el caso de la comunidad gogo, niega la supremacía
de la mano derecha: se trata simplemente de dos lados complementarios, ambos son
igual de importantes158. Eso sí: el derecho es el lado importante para lo masculino y el
153
Para ver la tabla de todas las oposiciones que rigen en la comunidad gogo, cfr. Rigby 1973: 279-280.
Llama la atención que los zurdos son vistos con una consideración especial, parecida a la que tiene el
mugwe entre la comunidad ameru y el adivino que acabamos de mencionar en la nyoro (1973: 274-276).
154
Sin embargo, cita algunos casos concretos en los que se invierten los valores y la izquierda pasa a ser
el lado que representa la buena suerte en algunas supersticiones; de cualquier forma, afirma el autor que
es algo que ocurre en un área geográfica «limitada» (1938: 211-212). Además, concluye al final del
artículo: «In a rather limited area of Northeast Africa and among the Ekoi of Cameroon we found a few
cases in which the left side was preferred, but the same tribes considered the right more favorable in other
relations, so that we do not have an area with exclusive left preference» (1938: 216).
155
Cita este caso de J.H. Weeks, Among Congo Cannibals, Filadelfia, 1913; p. 100.
156
Citado de E. P. Peschuel-Lösche, Volkskunde von Loango, Stuttgart, 1907; p. 325.
157
Son solo dos de la gran cantidad de casos que menciona este autor. Para consultar más ejemplos de la
relación que se establece entre la derecha y la izquierda y la oposición sexual, cfr. 1938: 203-205, donde
también reafirma la superioridad de la derecha con respecto a la izquierda. Más adelante (1938: 206-208)
habla de las connotaciones positivas y negativas que tienen ambos lados, resaltando, entre otras cosas, la
prohibición de comer con la mano izquierda, la importancia de no usar esta mano para saludar, la mala
reputación de los zurdos... Para más ejemplos que insisten en las connotaciones positivas y negativas de
uno y otro lado, cfr. 1938: 208-211 y 213-214.
158
Esto se aprecia en los términos utilizados para referirse a los significados ʻizquierdaʼ y ʻderechaʼ
(aunque todo lo relacionado con lo lingüístico será analizado en los siguientes capítulos, exponemos aquí
este ejemplo por resultar ilustrativo para explicar la opinión de este autor). Afirma Dieterlen que en
lengua dogon para ʻizquierdaʼ se utiliza nana, que es una reiteración de na (ʻmadreʼ), mientras que para
ʻderechaʼ se emplea i, que significa ʻhijoʼ o ʻniñoʼ. Y dice al respecto: «Parece haber ahí una especie de
63
izquierdo para lo femenino159. Esto no quiere decir que todos los actos del hombre
deban hacerse con su mano derecha, pues «los actos que se relacionan con su feminidad
espiritual los hará con su mano izquierda» (1971: 133)160. En resumen, concluye
Dieterlen que puede hablarse quizás de preeminencia de la derecha «en las sociedades
patriarcales en las cuales el jefe de familia es un hombre» (1971: 133), ya que en este
caso los actos del hombre son los que predominan, siendo prioritaria, por tanto, la
derecha. Pero en una sociedad de tipo matriarcal no sucede lo mismo. No está de
acuerdo, pues, con las teorías que afirman la total preeminencia de la mano derecha.
Parece que en el cristianismo también se produce una asociación entre las dos
oposiciones a las que se está haciendo referencia. Chevalier y Gheerbrant (1996: s. v.
droite) comentan que, por algunos comentarios rabínicos, Adán era andrógino: su mitad
derecha era masculina y su mitad izquierda femenina161. Hertz afirma que Dios, para
formar a Eva, tomó «una de las costillas izquierdas de Adán» (1990: 122)162. Hocart
afirma que en las iglesias cristianas del este los hombres se sentaban a la derecha y las
mujeres a la izquierda, costumbre que, según él, perdura en los funerales parisinos
(1970: 302). Más común nos resulta el hecho de que durante la ceremonia del
matrimonio cristiano, como sucedía en rituales análogos de otras culturas, el hombre
está situado a la derecha de la mujer.
Para terminar con esto, volvamos a un caso expuesto anteriormente. Es importante la
observación que hacen, por un lado, Granet y, por otro, los autores ChevalierGheerbrant o Mozzani acerca de la simbología de la izquierda y la derecha en Extremo
Oriente, en concreto en China y Japón. Ya se ha dicho que estos autores otorgan cierta
superioridad ―con todas las peculiaridades que ya hemos mencionado― al lado
izquierdo en estas culturas, lo que constituye una excepción con respecto a la mayoría
de los casos que se han analizado. Lo interesante es que en este caso hablan de una
primacía y de anterioridad expresadas por esos términos de la izquierda respecto de la derecha. La
izquierda, lado femenino, está vinculada a la madre, y la derecha, lado masculino, está relacionada con el
niño contenido en el seno materno. Se trata de una forma sumamente sutil, pero concorde con el modo de
expresión de los sudaneses, de testimoniar su absoluta equivalencia» (1971: 131).
159
Cfr. 1971: 129-130, donde expone ejemplos que demuestran esta relación.
160
El zurdo, por su parte, es un ser especial en estos pueblos, y por eso es considerado sagrado y a la vez
impuro. Se le supone más fuerte, aunque muchas veces esa fuerza implique descontrol (1971: 131-132).
161
Dice Hertz: «El hombre es un ser compuesto de las dos naturalezas, viril y femenina, siendo la primera
atribuida al lado derecho y la segunda al lado izquierdo» (1990: 121).
162
No nos interesa en este caso la veracidad de algunas afirmaciones, sino las conclusiones que se pueden
sacar de estas creencias. McManus, con respecto a esta versión del origen de Eva, afirma que «no hay
ningún texto bíblico que lo confirme, y probablemente represente una asociación simbólica secundaria de
lo masculino con la derecha y de lo femenino con la izquierda, o tal vez sea una asociación que procede
de tradiciones judías más antiguas» (2007: 51).
64
relación inversa con la oposición masculino-femenino: la izquierda, que para ellos es el
lado favorable, se asocia al hombre y la derecha, a la mujer (Demiéville 1971: 162;
Granet 1973: 45; Mozzani 1995: s. v. gauche; Chevalier-Gheerbrant 1996: s. v. droite).
Concluyen, por tanto, que en la tradición occidental la oposición derecha-izquierda es
idéntica a masculino-femenino, activo-pasivo, día-noche..., mientras que en las
civilizaciones de Extremo Oriente se invierten estas oposiciones, siendo la izquierda
yang, masculina y la derecha yin, femenina. Se da la casualidad de que, en ambos casos,
siempre resulta favorecido el hombre frente a la mujer, pues ahora es el izquierdo el
lado masculino y, como no, positivo.
Una demostración clara de la existencia de esta relación derecho-masculino e
izquierdo-femenino podemos verla en las curiosas supersticiones que encontramos en
diferentes culturas para adivinar si una mujer embarazada va a tener un niño o una niña.
En el mundo griego encontramos ya muchas de ellas (Lloyd 1962: 60; Lloyd 1987: 5455). Parménides pensaba que el sexo de la criatura dependía de su posición en el útero
materno: si estaba a la derecha, sería un niño y si estaba a la izquierda, una niña.
Anaxágoras varía un poco esta teoría: para él sería niño si el semen viene del lado
derecho y niña si lo hace desde el izquierdo. Incluso en un tratado hipocrático se dice
que el testículo derecho es el responsable de los niños, mientras el izquierdo lo es de las
niñas163.
Pero estas supersticiones no se reducen al mundo griego164. Los presagios indios
auguran que si una mujer, en el momento del parto, respira por la ventanilla derecha de
la nariz, tendrá un niño; si lo hace a través de la izquierda, tendrá una niña (Hocart
1970: 275; Ivanov 1979: 155). Una creencia gallega dice que si una embarazada
siempre empieza a andar con el pie derecho o sale de casa con este pie va a tener un
hijo; si ocurre lo contrario, tendrá una hija (Rodríguez 2001: 157)165. Mozzani (1995: s.
v. grossesse) añade más casos de este tipo, como la idea de que si una mujer se siente
pesada del lado derecho va a tener un hijo, mientras que si se siente pesada del lado
izquierdo tendrá una hija. También cita otra superstición localizada en Estados Unidos
163
Cita Lloyd en sus estudios pasajes que demuestran estas afirmaciones. Aristóteles, en cambio, estaba
en contra de todas estas teorías supersticiosas acerca del nacimiento de los niños (Lloyd 1962: 61).
164
Marco explica cómo escritores latinos recogen estas teorías a partir de los griegos (1986: 83).
165
Añade Rodríguez un curioso comentario junto a esta información: «¡Hasta las hembras no se libran de
llevar la parte siniestra en las supersticiones!» (2001: 157).
65
según la cual los hijos dan patadas en el útero del lado derecho y las hijas las dan en el
izquierdo166.
En cambio, si nos situamos en la cultura China, las creencias son justamente las
contrarias: «Un médico no puede equivocarse si quiere conocer, antes del nacimiento, el
sexo de una criatura. Será un niño si el embrión está situado a la izquierda y niña si se
mantiene a la derecha» (Granet 1959: 255).
Se han expuesto algunos casos representativos de diferentes culturas en los que
queda patente que no se puede ignorar la fuerte relación que une estas dos oposiciones,
por lo que estos datos serán interesantes a la hora de elaborar unas conclusiones acerca
de la simbología de la izquierda y la derecha.
2.1.4. Supersticiones actuales
Nos hemos adentrado un poco con estos últimos ejemplos en el tema de las
supersticiones: hemos visto hasta ahora algunas asociadas a la simbología de la
izquierda y la derecha en diferentes culturas. Lógicamente, el lado que generalmente se
asocia con los significados positivos en estas creencias es el derecho, mientras que la
izquierda, símbolo de lo desfavorable y lo funesto, se relaciona con los poderes ocultos
y el mal agüero: el lado izquierdo es el que representa, de algún modo, todo lo que gira
en torno a la magia167. Pues bien, en la actualidad seguimos encontrando supersticiones
de este tipo.
Da Silva (Silva 1927: 566) dice que la mano izquierda es la que se utiliza en ciertos
actos supersticiosos, por lo que es la propicia, por ejemplo, para realizar las higas168.
Para Hertz (1990: 119-120), todo esto fomenta el empleo de amuletos asociados a
ambos lados, como el hecho de llevar el anillo en el cuarto dedo de la mano derecha con
la función de alejar de nosotros la tentación y las cosas peligrosas, siendo esta una
166
Para ver más supersticiones parecidas, cfr. Mozzani 1995: s. v. conception.
Cfr. Silva 1927: 564, 566; Vendryes 1967: 248; Ivanov 1979: 157; Montero 1981: 139; Kröll 1984:
17-18; Marco 1986: 84; Hertz 1990: 119. Bierdermann también comenta esta asociación entre izquierda y
magia, afirmando que «hay magos africanos que realizan acciones sacrales con la derecha y preparan
venenos con la izquierda» (1993: s. v. derecha e izquierda). Hertz va más allá y relaciona a su vez la
magia con el sexo femenino, afirmando que, establecida la distinción entre el lado sagrado, derecho y
masculino y el lado profano, izquierdo y femenino, la mujer, que «es en el orden religioso un ser
impotente y pasivo, en el ámbito de la magia toma su revancha, estando particularmente dotada para las
obras de brujería» (1990: 114-115).
168
El propio autor menciona unos versos cuyo contenido hace referencia a esta creencia y a otras que
estamos comentando. En concreto, cita a "Canção da mão esquerda" de Eugénio de Castro, das Cançoes
desta negra vida, donde la propia mano izquierda se refiere a la derecha de este modo: Faz ela o sinal da
cruz / Do dia ao princípio e ao cabo: / E a mim manda-me fazer / Figas às bruxas e ao diabo (1927:
567).
167
66
costumbre que viene desde la antigüedad. Pero hay discrepancias con esta teoría, ya que
Dubois dice que los alemanes son los únicos europeos que llevan el anillo en la derecha;
sin embargo, coincide con Hertz en afirmar que el anillo sirve como amuleto protector,
eso sí, de la mano izquierda (1987: 86). Flores, por su parte, afirma en referencia a los
anillos que «desde la Antigüedad grecorromana se colocan en el cuarto dedo de la mano
izquierda, por creer que la sangre que corre por él está en comunicación directa con el
corazón» (2000: s. v. anillo). Costa y Roldán también coinciden en que «el anillo de
compromiso debe llevarse siempre en el tercer dedo de la mano izquierda» (1997: s. v.
anillo).
Cambiando de tema, en relación a la sal hay dos supersticiones que atañen al lado
izquierdo (Costa-Roldán 1997: s. v. sal). Por un lado, cuando a alguien se le derrama la
sal, la forma de evitar la mala suerte consiste en echarse un poco de ella por encima del
hombro izquierdo, para cegar al diablo y los malos espíritus. Otra forma de ahuyentar
esos malos espíritus es llevar algo de sal en el bolsillo izquierdo.
La tradición de que el anfitrión ceda durante una comida el lugar que queda a su
derecha como símbolo de honor ―costumbre reflejada en diferentes culturas― se ha
mantenido en Occidente (Biedermann 1993: s. v. derecha e izquierda). De hecho, hoy
en día podemos observar como en cualquier acto oficial el anfitrión cede siempre su
derecha al invitado.
Hay muchas más supersticiones de este tipo. Por ejemplo, la de utilizar el pie
derecho en primer lugar en diferentes actos para eludir la mala fortuna: al entrar o salir
de un lugar, cuando nos ponemos un zapato...; también debe utilizarse la mano derecha
para coger un billete de lotería si queremos tener suerte (Mozzani 1995: s. v. gauche,
gaucher; Costa-Roldán 1997: s. v. derecha; Flores 2000: s. v. derecha; Rodríguez 2001:
153). Debe evitarse, en cambio, utilizar la mano izquierda para jugar a las cartas169 o al
sostener una caña de pescar (Mozzani 1995: s. v. main)170.
Sorprendentemente, también existen algunas supersticiones que relacionan la buena
suerte con el lado izquierdo. Mozzani (1995: s. v. gauche/gaucher) dice que meterse
primero el calcetín izquierdo da buena suerte para todo el día, como también es un buen
augurio pisar excrementos con el pie izquierdo. Flores (2000: s. v. izquierdo) afirma que
169
Dubois hace referencia, en su ensayo sobre los zurdos, a una persona que identifica a los que dan las
cartas con la mano izquierda con el diablo (1987: 18-19).
170
Podemos añadir también otra superstición a la que hace referencia Emilia Pardo Bazán en su novela
Los pazos de Ulloa: «Despertó repentinamente, resintiéndose de una punzada dolorosa en la mano
derecha, sobre la cual había gravitado el peso del cuerpo todo al acostarse del lado izquierdo, posición
favorable a las pesadillas» ([Pazos]: 299).
67
un ligero parpadeo del ojo izquierdo predice buenas noticias; igualmente, los pitidos en
este mismo lado indican que se está hablando bien de uno, mientras que si se producen
en el lado derecho lo que se está diciendo no es nada bueno171.
2.1.4.1. Los zurdos
Sin salir del tema de las supersticiones, no podemos dejar de hablar en un estudio de
la simbología de la derecha y la izquierda de los zurdos: otra de las pruebas más
evidentes de la asociación del mal con el lado izquierdo es la visión negativa que
siempre han suscitado los zurdos172. Es algo que sucede en muchas culturas, sobre todo
en las sociedades menos desarrolladas, aunque no podemos negar que algunos aspectos
de esta visión negativa del zurdo todavía perviven en nuestra sociedad actual. Veamos
algunos casos llamativos173.
Hertz cita un ejemplo que documenta en las Indias holandesas, pero que podría
extrapolarse a muchas culturas: los hijos de los indígenas llevaban el brazo izquierdo
atado para no aprender a utilizarlo (1990: 109)174. Gardner comenta que en la cultura
oriental también existieron prejuicios contra los zurdos: «En las zonas rurales, era
frecuente que los escolares zurdos fueran apaleados por sus maestros; las chicas zurdas
tenían que fingir ser diestras para encontrar marido» (1985: 68). El mismo autor alude
también (1985: 76) a la teoría de un criminólogo del siglo XIX que pensaba que los
zurdos eran personas que tendían a la criminalidad (cfr. también Dubois 1987: 45-46).
Mozzani (1995: s. v. gauche) cita dos estudios relativamente recientes que demuestran
la visión peyorativa que siguen soportando los zurdos. Un estudio estadounidense de
1991 ―que lógicamente ha sido desmentido― aseguraba que los diestros viven una
media de nueve años más que los zurdos, debido a la cantidad de accidentes de los que
171
En los apartados propiamente lingüísticos de este trabajo veremos como todas estas supersticiones y
creencias han provocado, en diversas lenguas, la creación de muchas expresiones en las que aparecen los
términos izquierda y derecha con sus habituales connotaciones.
172
Comenta Hertz: «Una mano izquierda demasiado bien dotada y demasiado ágil es signo de una
naturaleza contraria al orden, de una disposición perversa y demoníaca. Todo zurdo es un brujo posible,
del cual se desconfía con razón. Por el contrario, la preponderancia exclusiva de la derecha, la
repugnancia a pedir algo a la izquierda, son la señal de un alma extraordinariamente inclinada hacia lo
divino, cerrada a todo lo que es profano o impuro, tal como esos santos cristianos que, desde la cuna,
llevaban la piedad al punto de rechazar el seno izquierdo de su madre. He aquí por qué la selección social
favorece a los "diestros" y la educación se empeña en paralizar la mano izquierda, mientras desarrolla la
derecha» (1990: 126).
173
Dubois dedica su obra Elogio del zurdo en un mundo manco, al que ya se ha aludido (Dubois 1987), a
tratar el tema de la zurdera, analizando todo tipo de aspectos relacionados con este asunto: el hecho de
que la mayoría de aparatos y utensilios son fabricados pensando en la mayoría diestra, los valores de la
simbología derecha-izquierda y distintos prejuicios y supersticiones relacionados con los zurdos son
algunos de los temas tratados en este ensayo.
174
Ejemplo citado de Jacob Jacobs, Onze rechthandigheid, Amsterdam, 1892; p. 33.
68
estos últimos serían víctimas debido a su falta de adaptación a un mundo de diestros. Un
estudio chino de 1988 sostenía, en la misma línea del que se ha citado anteriormente,
que los zurdos son más proclives a la delincuencia y al crimen.
Incluso hoy en día no resulta extraño encontrar personas que reniegan del uso de la
mano izquierda, ya sea por motivos religiosos o supersticiosos. Por estas mismas
causas, hasta hace bien poco en nuestra sociedad occidental trataba de educarse a los
niños únicamente como diestros, tanto a nivel doméstico como en las escuelas,
impidiendo desde la infancia que desarrollaran su posible capacidad de ser zurdos
(Martinet 1971: 94; Zuckrigl 1983: 11-14; Wernicke 1990: 23, 49; Mozzani 1995: s. v.
gauche; Costa-Roldán 1997: s. v. derecha). Este tema es tratado en profundidad por
McManus (2007: 321-342), que tras analizar los estigmas sufridos por los zurdos a lo
largo de la historia asegura que «a principios del siglo XXI se trata de un estigma suave
y que tiene muy pocas consecuencias para la mayoría» (2007: 330).
Se trata de un prejuicio que, debido a la influencia del cristianismo, tiene una
especial relevancia en las culturas emparentadas con esta religión. Sólo hay que
observar la cantidad de ejemplos antes citados que se refieren a la diestra de Dios como
mano benéfica, protectora y misericordiosa para entenderlo; en cambio, hemos aludido
también a la asociación que se produce en el cristianismo entre la mano izquierda y el
demonio.
Así, la identificación de los zurdos con seres demoníacos y asociados a la brujería es
una creencia bastante extendida. También lo es el asociarlos con todo tipo de maldades
y defectos. Si esto es algo que todavía perdura en nuestra sociedad, es fácil suponer que
en tiempos pasados esta visión negativa tenía incluso mayor repercusión175. Para
demostrarlo, basta con que observemos algunos ejemplos tomados de nuestra propia
literatura, un campo que aporta una gran cantidad de casos que corroboran estas
afirmaciones.
Dicen Corominas y Pascual (DECH: s. v. zurdo) que «la literatura clásica está
rebosante de alusiones al concepto desfavorable que el pueblo tiene de los zurdos como
gente inútil y, aún peor, gente mala y de mal agüero»; de hecho, la gran cantidad de
ejemplos hace pensar que esta visión de los zurdos era una creencia bastante arraigada,
175
Llama la atención que en la Biblia, en cambio, encontramos pasajes en los que los zurdos son tratados
como personas con una habilidad especial: cfr. Jueces 3, 15-23; 20, 16 (es curioso que, en algunas
ediciones de la Biblia, en este último pasaje el término zurdos se cambia por el de ambidiestros).
69
siendo estos considerados como gente «vil y grosera». Veamos a continuación algunos
ejemplos representativos176.
Herrero (1972) recoge en un artículo numerosos ejemplos que demuestran una visión
negativa de los zurdos. Cejador, en su Tesoro de la Lengua Castellana (1912: s. v.
zurdo), muestra otros tantos. Pueden encontrarse muchos más ejemplos utilizando el
CORDE, el corpus histórico que ofrece la RAE177. Sin ánimo de ser exhaustivos,
pueden exponerse algunas muestras de los pasajes que demuestran claramente el poco
afecto con que son tratados los zurdos178.
Veamos para comenzar algunos fragmentos que hablan del zurdo como una persona
caracterizada por tener grandes defectos; empecemos, en primer lugar, con los que
asocian la zurdera con un defecto físico. Herrero alude, por ejemplo, a una descripción
aparecida en la obra La mayor corona, de Lope de Vega, donde se nombra la zurdera
como un defecto más dentro de la descripción negativa de uno de los personajes:
Luego, señor, que a Arrio vi
tan gordo, calvo y bermejo,
dije: Para ser muy malo
sólo os faltaba ser tuerto.
Talle de grande bellaco
tenía, zurdo en efecto,
con barbas de rejalgar
y cabeza de mochuelo179.
Otro fragmento expuesto en el artículo de Herrero es más explícito. Aparece en un
texto perteneciente a Baile de «Mares de Levante» y, además de hablar de la zurdera
como un defecto físico, la identifica como un rasgo diabólico:
MÚSICA:
No me mire nadie,
no me mire nadie.
Calvo y zurdo se vuelva
quien me mirare.
176
Se expondrán aquí ejemplos en los que se identifica la zurdera con un defecto físico y por eso se le
asocian todo tipo de maldades y desgracias. Todo lo relacionado con el concepto de zurdo referido a lo
estrictamente lingüístico será analizado en un apartado posterior (cfr. cap. 7.3), así como algunos
ejemplos en los que zurdo pierde su sentido originario para designar directamente a personas poco
hábiles.
177
El criterio de búsqueda en el corpus ha sido muy sencillo, puesto que el único objetivo es mostrar
algunos casos significativos. Se han escogido solamente unos cuantos ejemplos representativos que han
aparecido como resultado de la búsqueda de zurd- y çurd- en textos literarios a lo largo de la historia.
178
En los ejemplos citados a partir de Herrero se expondrá la información bibliográfica aportada por este
autor, excepto en algún caso que no la cita. Para los fragmentos tomados de Cejador se añadirá la edición
en la que he contrastado la información, debido a que este autor no aporta datos bibliográficos.
Finalmente, los ejemplos extraídos del CORDE serán señalados tal y como aparecen en el corpus.
179
Citado a partir de Herrero (1972: 158): Lope de Vega, La mayor corona, acto II, Real Acad., II, 345.
70
GRACIOSO: A espacio, hermana,
que el ser hoy zurdo y calvo
dicen que es gala.
MÚSICA:
¿Y qué lo funda?
GRACIOSO: En que están hoy las calvas
en grande altura.
GRACIOSA: ¿Y eso en qué estriba?
GRACIOSO: Váyase uced a un calvo
que se lo diga.
MÚSICA:
(Repite los dos últimos versos.)
GRACIOSA: De los zurdos, ¿qué dices?
GRACIOSO: Que el serlo es malo;
que el que es zurdo, está cerca
de ser diablo.
MÚSICA:
Pues, ¿por qué, hermano?
GRACIOSO: Porque tienen para ello
lo más andado180.
Alude también Herrero a un ejemplo de Calderón, concretamente de su Entremés de
la casa de los linajes:
ZURDO:
¿Y qué tienen, me decid,
los zurdos, para que no
deba el mismo Belianís
hablar muy cortés con ellos?
DON TRISTÁN: ¿Qué han de tener más, si vi
que aun menos derechos son
que un corcovado?181
Cejador cita este refrán de Correas:
Zurdos, y calvos, y rubios, no habían de estar en el mundo182.
Y añade la explicación: «el rubio por bermejo, el calvo y zurdo por contrahechos».
También alude Cejador a un fragmento de una silva de Salvador Jacinto Polo de
Medina:
Que ojos de envidioso,
De zurdo ó de mulato,
Que tienen los del gato,
Los de un tuerto ó bermejo
Con ira y sobrecejo...183
180
Citado a partir de Herrero (1972: 169-170), que dice que se trata de un texto inédito (ms. 4.123 de la
Nacional de Madrid).
181
Herrero alude a este fragmento sin citarlo (1972: 173), por lo que se ha tomado de [Entremés]: 662.
182
Citado de [Vocabulario]: 519.
183
Citado de [Biblioteca]: 191.
71
Añadamos otros dos casos de este tipo encontrados en el CORDE. El primero es de
Francisco de Quevedo:
Haced creer estas cosas
a los hombres barbilindos,
que, por parecer potentes,
prohijarán un pollino;
que yo soy un hombre zurdo,
cecijunto y medio bizco,
más negro que mi sotana,
más áspero que un erizo184.
El segundo es de Vélez de Guevara, que vuelve a incluir la zurdera como un defecto
más dentro de una extensa lista:
¿Qué escuadrón es este tan lucido, con joyas de diamantes y cadenas y vestidos
lloviendo oro y perlas –prosiguió el estudiante– que llevan tantos pajes en cuerpo
que los alumbran con tantas hachas blancas, y van sobre filósofos antiguos que les
sirven de caballos, de tan malos talles, que los más son corcovados, cojos, mancos,
calvos, narigones, tuertos, zurdos y balbucientes?185
Sigamos con defectos de los zurdos, pero ahora no referidos al físico, sino a sus
aptitudes en general. Para comenzar, son dignas de mención estas palabras de don
Quijote que recoge Herrero:
Porque has de saber, ¡oh Sancho!, que no saber un hombre leer o ser zurdo,
arguye una de dos cosas: o que fue hijo de padres demasiado humildes y bajos, o él
tan travieso y malo, que no pudo entrar en él el buen uso ni la buena doctrina186.
El mismo autor menciona también este fragmento de Lope de Vega:
Siguióle todo de verde
el valiente Pero Marcos;
Pero Marcos, hombre zurdo,
pero bien intencionado187.
Cejador vuelve a citar a Correas:
Enojo de rubio y lanzada de zurdo. Son crueles188.
184
CORDE: Francisco de Quevedo, Poesías; 1597-1645.
CORDE: Luis Vélez de Guevara, El diablo cojuelo; 1641.
186
Sustituyo la referencia que ofrece Herrero (1972: 172) por la de una edición actual: [Quijote]: 874.
187
Citado de Herrero (1972: 172): Lope de Vega, Lo que pasa en una tarde, acto I, Real Academia, II,
295.
188
Citado de [Vocabulario]: 197.
185
72
En el CORDE encontramos más casos. Fijémonos en estas palabras burlescas de
Quevedo:
El hombre zurdo sabe poco, porque aun no sabe cuál es su mano derecha, pues
la una lo es en el lugar y la otra en el oficio; es gente de mala manera, porque no
hace cosa a derechas189.
O en estas otras de Luis Martín de la Plaza, que se refiere así a los zurdos:
¿Quién creyera que en un pecho
que aún tres no ha cumplido lustros
se encerraban más cautelas
que malicias en un zurdo?190
Pasemos ahora a otros casos. Son numerosas también las alusiones a otro de los
lugares comunes referidos a los zurdos: el de transmitir mala suerte, mal agüero. Un
primer caso lo recoge Herrero: se trata de este fragmento de la comedia de Francisco de
Rojas Santa Isabel, reina de Portugal:
Va el capítulo segundo
que trata de los agüeros:
El que al salir de su casa
encontrare tabernero,
tendrá un día muy aguado;
y el que sin llevar dineros
fuere a buscar qué comer,
se volverá sin traerlo;
el que encontrare algún zurdo
por la mañana, protesto
que no hará cosa a derechas191.
En el CORDE encontramos otra cita que habla de la superstición que asocia la
zurdera con el mal fario. En concreto, es un ejemplo de Quevedo, que alude al tema de
una forma muy explícita:
No se hiciera con un calvo
lo que conmigo se ha hecho,
ni con un zurdo, que sirve
a todos de mal agüero.
Yo estoy bueno,
roto y enamorado, y sin dinero192.
189
CORDE: Francisco de Quevedo, Libro de todas las cosas y otras muchas más; 1629-1630.
CORDE: Luis Martín de la Plaza, Poesías; 1600-1625.
191
Citado de Herrero (1972: 171): Acto I, Rivad., LIV, 256ª.
192
CORDE: Francisco de Quevedo, Poesías; 1597-1645.
190
73
Para terminar, veamos dos casos más. Herrero cita un fragmento de Marcos de
Obregón, de Vicente Espinel, en el que se nos da a entender claramente que el deseo de
los zurdos de disimular su condición ante los demás era algo frecuente:
Tenía razonable cuerpo y talle, aunque era con un gran defecto, que era zurdo,
y quería parecer derecho. Que aunque la fealdad del zurdo es grande, tengo por
peor la del que disfraza o quiere disfrazar la falta natural, porque arguye doblez y
artificio en lo interior de la condición, y siendo este género de hombres tan
conocidos por este defecto como los eunucos por el de las barbas, así quieren
persuadir que no lo son como estotros a que no han llegado a edad de barbar, y los
unos y los otros, con querer negallo o disimulallo, dan a entender cuán grande falta
es, pues la niegan193.
Expondremos un último ejemplo extraído del artículo de Herrero que sirve
perfectamente para resumir todo lo que se ha expuesto hasta el momento con respecto al
tema de la zurdera y su visión en la literatura. Se trata, una vez más, de un fragmento de
Quevedo, perteneciente a Las Zahúrdas de Plutón:
Estaban tras de una puerta unos hombres, muchos de cantidad, quejándose de
que no hiciesen caso dellos, aun para atormentarlos; y estábales diciendo un diablo
que eran todos tan diablos como ellos; que atormentasen a otros.
¿Quién son? ―le pregunté―. Y dijo el diablo: Hablando con perdón, los
zurdos, gente que no puede hacer cosa a derechas, quejándose de que no están con
los otros condenados, y acá dudamos si son hombres o otra cosa; que en el mundo
no sirven sino de enfados y de mal agüero; pues si uno va en negocios y topa
zurdos, se vuelve como si topara un cuervo o oyera una lechuza. Y habéis de saber
que cuando Scévola se quemó el brazo derecho porque erró a Porsena, que fué, no
por quemarle y quedar manco, sino queriendo hacer en sí un gran castigo, dijo así:
¿Que erré el golpe? Pues en pena he de quedar zurdo. Y cuando la justicia manda
cortar a uno la mano derecha por una resistencia, es la pena hacerle zurdo, no el
golpe. Y no queráis más, que queriendo el otro echar una maldición muy grande,
fea y afrentosa, dijo:
Lanzada de moro izquierdo
le atraviese el corazón.
Y en el día del Juicio, todos los condenados, en señal de serlo, estarán a la mano
izquierda: al fin es gente hecha al revés y que se duda si son gente194.
Además de todos estos ejemplos, podemos señalar otras supersticiones relacionadas
con los zurdos (Mozzani 1995: s. v. gauche). Por ejemplo, mientras que encontrar un
zurdo un martes da mala suerte, cualquier otro día de la semana es un buen presagio. En
Inglaterra es un mal augurio ser bautizado por un sacerdorte zurdo. En Sicilia un traje
cosido por una mujer zurda es un talismán contra los sortilegios. Una creencia francesa
193
Citado de Herrero (1972: 170): ed. Gili Gaya, en Clásicos Castellanos, I, 262.
Citado de Herrero (1972: 171-172), que no ofrece información bibliográfica sobre este fragmento.
Para confrontar una edición actual: [Sueños]: 463-464.
194
74
del siglo XV decía que un niño no bautizado tenía que ser llevado en el brazo derecho,
pues si no se convertía en zurdo; para los anglosajones, un zurdo ha sido mecido por
primera vez por un brazo u hombro derecho.
2.1.5. Derecha e izquierda en términos políticos
Cambiando un poco de tema, otro aspecto que es necesario mencionar al hablar de la
izquierda y la derecha es el sentido habitual que ambos conceptos adoptan en un
contexto determinado: la política. Se trata, sin duda, de un uso muy frecuente hoy en
día, hasta el punto de que ambos conceptos están tomando unas connotaciones
especiales cada vez más palpables debido a su empleo constante en este contexto, en el
que, como vamos a ver, incluso podemos hablar de una interdicción particular.
La división ideológica de pensamiento de izquierdas y pensamiento de derechas
parece tener un origen sencillo y conocido que recogen incluso las definiciones del
DRAE. Simplificando mucho unos conceptos que son, obviamente, mucho más
complejos, podríamos decir que la izquierda representa el pensamiento más liberal y la
derecha, la ideología conservadora. Pues bien, esta identificación se debe a la posición
que ocupaban los diferentes espectros políticos en la Asamblea Nacional durante el
inicio de la Revolución francesa: a la derecha del presidente se sentaban los
representantes más moderados, mientras que a la izquierda se colocaban los candidatos
que optaban por el cambio radical en la sociedad195.
Cabría preguntarse si la posición en la asamblea de los partidarios de una y otra
ideología se debió a una circunstancia arbitraria o si, por el contrario, tuvo algo que ver
la simbología general que estamos tratando. No sería descabellado pensar que los
representantes situados a la derecha, los nobles, los mejor situados socialmente,
escogieran para sí el lugar situado a la derecha del presidente, es decir, el lugar
honorífico (Biedermann 1993: s. v. derecha e izquierda). Fijémonos en lo que afirma
195
Una de las acepciones de izquierdo en la vigésima segunda edición del DRAE (DRAE 2001) es: «(Por
la posición que ocupaban los componentes en las asambleas de la Revolución francesa). En las asambleas
parlamentarias, conjunto de los representantes de los partidos no conservadores ni centristas».
También aparece dentro de las acepciones de derecho: «(Por la posición que ocupaban los componentes
en las asambleas de la Revolución Francesa). En las asambleas parlamentarias, los representantes de los
partidos conservadores».
Buitrago y Torijano exponen en su diccionario una amplia explicación sobre el tema: «Los diputados del
lado derecho, básicamente pertenecientes a la nobleza, estaban a favor del mantenimiento de la ley que
permitía a Luis XVI decir la última palabra en materia legislativa, mientras que los representantes
sentados en la parte izquierda, que recibirían el nombre del Tercer Estado, mantenían que el veto real
debía tener el mismo fin que el de la soberanía "por la Gracia de Dios": la desaparición radical sin más
concesiones» (2007: s. v. derecha).
75
Dubois: «Visitad una Asamblea y observad la disposición de los diputados: se parece
bastante a la del tópico. A la derecha, la derecha, en el "lugar de honor", el de "los
señores y los cristianos". A la izquierda, "lugar de lo turbio y de las tentaciones", está,
evidentemente, la izquierda» (1987: 112).
El caso es que los valores que se asocian generalmente a la derecha como ideología
política son los de orden, riqueza y estabilidad, mientras que a la izquierda se le
suponen otras condiciones que generalmente están relacionadas con un deseo de
mejorar, lo cual implica una mala situación y, por tanto, la incertidumbre del cambio
(Chevalier-Gheerbrant 1996: s. v. droite; Flores 2000: s. v. derecha). Es decir: mientras
que la derecha se relaciona con valores que implican bienestar, la izquierda se asocia a
ideas que pretenden romper ese supuesto estado de tranquilidad. Y es más: la derecha es
la que normalmente defiende los valores religiosos frente al laicismo de la izquierda (no
es necesario recordar la superioridad de la derecha frente a la izquierda en la simbología
cristiana).
Por tanto, partiendo de toda la información de la que disponemos sobre la simbología
general de la izquierda y la derecha, parece que todos los factores apuntan a que la
disposición en la asamblea francesa no tuvo por qué ser fortuita196. En resumen, como
piensa Calvet (1997: 85), a pesar de las características concretas de este empleo tan
específico de ambos términos, es difícil pensar que derecha e izquierda no mantengan
además las connotaciones tan marcadas con las que han sido utilizados a lo largo de los
siglos.
Además, hay un aspecto lingüístico destacable en el empleo de la derecha y la
izquierda en este contexto político, y es que podríamos encontrar en la actualidad una
nueva interdicción sobre cada uno de estos dos términos. Ya apuntaba Guiraud en 1987:
«Combien d’hommes politiques osent-ils déclarer: "je suis de droite"?» (1987: 152). En
efecto, el afán por buscar siempre lo políticamente correcto ―no puede encontrarse un
196
Buitrago y Torijano aluden precisamente a esta cuestión. Así, a pesar del origen aparentemente casual
de la disposición en la asamblea, exponen: «No obstante, y aceptada esta explicación, no debe olvidarse
que ya en la Biblia, miles de años antes de la famosa reunión de París, se habla de que Dios sentará a su
derecha a "los justos", identificados durante siglos con los conservadores, mientras que serían condenados
"los inicuos" y malos, colocados a la izquierda divina. Lo que no sabemos en si en el mismo momento de
empezar a colocarse en la Asamblea parisina, no se mantenía en las mentes de aquellos franceses este
modelo de antigua segregación, y si lo que aquello trascendió fue una mera modernización de un esquema
demasiado antiguo como para cambiarlo sin más» (2007: s. v. derecha). Algo parecido opina Pei (1965:
119).
McManus también ofrece argumentos análogos y afirma que, teniendo en cuenta que la derecha
simboliza la norma, lo dominante, lo bueno, etc., «no tiene nada de extraño que los radicales se sentasen
en el lado izquierdo» (2007: 317).
76
mejor empleo para esta expresión― impide muchas veces a los políticos declarar
abiertamente que pertenecen a una ideología de izquierdas o de derechas, por lo que
todos tienden a decir que son de centro. Aunque Guiraud alude a que esto sucede
solamente con la derecha, en mi opinión este fenómeno puede ampliarse, en la
actualidad, también a la izquierda. Podríamos estar hablando, por tanto, de un caso
especial de interdicción lingüística en el uso de estos dos conceptos en el ámbito
político. Encontraríamos, entonces, dentro de la clara interdicción que genera la
oposición que estamos investigando, un nuevo caso concreto, diferente, pero
obviamente relacionado con el general. Pero esto será analizado posteriormente.
2.1.6. Conclusiones
Además de todo lo que se ha dicho hasta ahora, es evidente que en la mayoría de los
gestos y actos habituales de nuestras vidas la mano derecha es la que se utiliza para
realizar actos con cierta importancia. Por ejemplo, es la utilizada para saludos formales
o la que se levanta para prestar juramentos, como se mencionaba en un salmo
anteriormente citado. También se utiliza la diestra en los saludos militares197. En
cambio, la izquierda, relacionada con lo diabólico, la brujería, no aparece nunca
asociada a buenas intenciones198.
Es curioso también el hecho de que, cuando se representa el tiempo gráficamente, el
futuro siempre se encuentra a la derecha: la dirección propuesta, pues, es siempre de
izquierda a derecha; de hecho, recordemos que escribimos siguiendo esta dirección199.
Obviamente, para justificar el uso de la diestra en muchos actos de nuestra vida
puede aducirse una razón lógica: la mayoría de la población es diestra y por tanto
emplea la mano derecha en la mayoría de sus actos cotidianos. Pero este sería un
argumento lógico y válido solamente para ciertas costumbres sociales, como por
ejemplo la de dar la mano en un saludo. Una vez vistos todos los datos expuestos hasta
197
Recordemos, por ejemplo, el tristemente célebre saludo de los nazis. En cambio, estos desfilaban con
la mano izquierda detrás de la espalda (Dubois 1987: 60).
198
Si antes hablábamos de la importancia de la simbología de ambos lados en la iconografía cristiana,
también podemos hacer referencia a las representaciones artísticas en general. Pues bien, la mano
izquierda ha sido utilizada asociada a actos violentos y destructivos (Uhrbrock 1973: 29; comenta este
autor en un pequeño artículo algunos aspectos relacionados con la importancia de la lateralidad en el
arte).
199
Entrando en el terreno de la escritura, y más concretamente en el de la grafología, resulta curiosa la
teoría de Max Pulver, que sostenía que una escritura inclinada hacia la izquierda representa valores más
bien negativos, mientras que estos valores se invierten cuando esta se inclina hacia la derecha: en general,
Pulver asociaba la izquierda al pasado y la derecha al futuro. Pero esto no es todo: además, la inclinación
hacia la izquierda se relaciona, para este autor, con lo femenino, mientras que el lado masculino sería, una
vez más, el derecho (Dubois 1987: 115-117).
77
ahora, vemos que la preferencia por la derecha va más allá de la mayor capacidad que
muestran la mayoría de las personas para el uso de este lado del cuerpo.
No cabe duda, después de todo lo analizado, de la importancia que la oposición
simbólica de la izquierda y la derecha tiene en el pensamiento humano. Ivanov afirma
que todos los datos de los que disponemos sobre este tema «hacen verosímil la hipótesis
de que la contraposición derecha-izquierda sea una de las primeras que han distinguido
el modelo del mundo del Homo sapiens fossilis de los sistemas de comportamiento
sígnico que pueden ser reconstruidos por los homínidos de épocas precedentes teniendo
en cuenta los datos de la primatología» (1979: 161-162).
Por tanto, antes de entrar en el análisis de las repercusiones lingüísticas que conlleva
esta fuerte oposición de significados ―que es el objetivo primordial de este estudio―
parece necesario preguntarse si se pueden encontrar las causas que han motivado esta
oposición simbólica. Es decir: hasta ahora se ha tratado de mostrar con ejemplos
evidentes que, mayoritariamente, en muy diversas civilizaciones y culturas, la derecha
representa lo positivo y la izquierda, lo negativo. La pregunta, pues, sería: ¿pueden
explicarse las causas que han dado lugar a esta oposición de sentidos tan importante que
se ha mantenido a lo largo de los siglos?
2.2. Las causas
La primera opción que viene a la mente para explicar la supremacía del lado derecho
es la de proponer, simplemente, motivos físicos: la mayor parte de los humanos domina
mejor la parte derecha de su cuerpo que la izquierda. A partir de esta superioridad del
lado derecho en nuestro cuerpo, nacería ―según esta teoría― la preeminencia de este
lado en otros ámbitos de nuestra vida. ¿Basta, pues, una razón tan sencilla para explicar
toda esta rica y compleja simbología? ¿Se puede achacar todo lo que hemos expuesto
hasta ahora a una peculiaridad física del ser humano?
Centrémonos en primer lugar en analizar esta especial disposición de nuestro cuerpo.
Lhermitte afirma que los datos del cráneo del hombre primitivo nos dan a conocer que
este ya era diestro (1971: 16); Uhrbrock llega a la misma conclusión a partir de
manifestaciones artísticas (1973: 31-32; Merle 1949: 23). Biedermann dice que por la
silueta en negativo de la mano en grutas de culto de la época glacial sabemos también
que el hombre, entonces, era diestro (1993: s. v. derecha e izquierda). Gardner señala
casos que demuestran que «la tendencia innata de la mayoría de la gente a favorecer la
78
mano derecha es universal en toda la raza humana y, hasta donde podemos remontarnos,
la historia suministra pruebas fidedignas» (1985: 67). A través de indicios más o menos
indirectos, dice este autor que se puede afirmar que los esquimales, los indios
americanos, los maoríes, los africanos... o los antiguos egipcios, griegos y romanos eran
mayoritariamente diestros (1985: 69). La única opinión que difiere de estas visiones la
encontramos en Zuckrigl (1983: 14-15), que afirma que entre los hombres primitivos
había muchos más zurdos que en la actualidad.
La causa que determina la lateralidad de un indiviuo ―entendida esta como la
preferencia por el uso habitual del lado izquierdo o derecho del cuerpo― es una
cuestión difícil de resolver que ha dado lugar a muchas opiniones. En el siglo XIX nació
una importante teoría para explicar la habitual preferencia del ser humano por su lado
derecho del cuerpo: la causa estaría en el mayor desarrollo del hemisferio izquierdo de
nuestro cerebro; teniendo en cuenta que cada hemisferio controla especialmente el lado
contrapuesto del cuerpo, esto nos daría la solución de por qué nuestro lado derecho es
generalmente el preferente. A lo largo del siglo XX esta teoría ha sido objeto de
continuas revisiones200.
McManus (2007: especialmente 184-285 y 430-431) estudia con profundidad este
tema de la lateralidad asociada a los hemisferios cerebrales, centrándose, además, en
que el hemisferio izquierdo es también generalmente el encargado del lenguaje. Analiza
este autor con detenimiento todas las diferencias que, en lo referente a este aspecto,
podemos encontrar entre diestros y zurdos. Como explicación a todo ello, aduce
motivos genéticos201.
Pues bien, autores como Biedermann (1993: s. v. derecha e izquierda), Dubois202,
Gamkrelidze e Ivanov203 o McManus204 sí ven esta asimetría que provoca que la mayor
200
Para más información sobre este asunto pueden consultarse los artículos de Merle (1949), Lhermitte
(1971), Hécaen (1971), Serafetinides (1971), Grapin-Perpère (1971), o los estudios de Wernicke (1990) y
Zuckrigl (1983: especialmente 11-23).
201
Concluye: «La mayoría de personas son diestras porque tienen un gen llamado el gen D, y el mismo
gen significa que la mayoría de nosotros tenemos el lenguaje en el hemisferio izquierdo. El gen D fue el
principal factor de la separación de los humanos respecto de los demás simios, hace probablemente dos o
tres millones de años. El lenguaje y el control motor en los diestros los controla el hemisferio izquierdo
porque el gen D es probablemente una mutación del gen situs, que ha sido el responsable de que los
humanos y todos los demás vertebrados tengamos el corazón en el lado izquierdo» (2007: 430).
202
Tras hacer un rápido repaso por diferentes teorías que intentan explicar la superioridad de la derecha
(1987: 70-75), dice: «Imaginemos ahora que los diestros, la gran mayoría, han impuesto un "derecho", un
código y unas reglas en estricta relación con la preeminencia de su mano. Imaginemos que han venerado
su mano derecha justamente porque era ella la que los alimentaba, la que llevaba el alimento a su boca.
Imaginemos que han sacado de ello unas conclusiones, como "la derecha es la vida", "la derecha es Dios",
"la derecha es el placer". Imaginemos que, por la misma causa, han considerado a los zurdos como unos
79
parte de nosotros domine mejor su lado derecho como la causa fundamental de la
preeminencia de este lado en todos los ámbitos. También Liou-Gille, como hemos visto
anteriormente, está de acuerdo con esto.
Hertz no acepta una explicación tan sencilla. Ya se ha expuesto anteriormente que
para este autor en el pensamiento primitivo siempre había un «ley de polaridad» que
regía todas las cosas: «la sociedad, el universo entero tienen un lado sagrado, noble,
precioso, y otro profano y común, un lado macho, fuerte y activo, y otro hembra, débil,
pasivo o, en dos palabras, un lado derecho y un lado izquierdo» (1990: 115). Es decir: el
dualismo que dividía todas las cosas también lo haría, como hemos dicho, con el cuerpo
humano. Pero, ¿por qué es el lado derecho el que tiene las cualidades positivas y el
izquierdo el que acumula las negativas? Es entonces, según Hertz, cuando entra en
escena el factor anatómico: una pequeña asimetría en nuestro cuerpo, la que nos hace
manejar mejor la parte derecha que la izquierda, es la que provoca que esa ley de
polaridad se refleje de esta manera en nuestro cuerpo. De hecho, asegura que el
predominio de la diestra en el ser humano es en un gran porcentaje algo artificial que
hay que achacar a los efectos de la simbología que encierran los conceptos que se están
lisiados, como unos desviantes, como unos enfermos o únicamente como unos seres diferentes» (1987:
74).
203
Comentan estos autores a propósito de la supremacía del lado derecho: «It is of course based on the
typical differential physiological capacity of the human right and left hands. The right hand is perceived
as the more active and functionally more basic, hence naturally associated with the positive and favorable
in contrast to the more passive left hand, which with its lesser dexterity is associated with the unfavorable
and the less valued in the mind of early man» (1995: 687).
Ivanov, por su parte, en su artículo en solitario, dice: «En cierta medida, esta polaridad de actitud para
con las dos manos está ligada a condiciones genéticamente predeterminadas: el mayor dominio del
hemisferio cerebral izquierdo, donde se encuentran localizados los centros de mando del movimiento de
la mano derecha y de la palabra [...]. Esto no puede no tener un nexo con el hecho de que la sociedad
constantemente enseña a usar la mano derecha. En las sociedades arcaicas a esta orientación educativa,
que corrige de modo sustancial los resultados de la transmisión genética de la información, están ligadas
directamente las limitaciones rituales de las funciones de una de las dos manos. Por este motivo, el
estudio sobre el papel predominante y sobre el significado ritual de la mano derecha puede considerarse
como una base intermedia entre la antropología cultural y la física» (1979: 160-161).
204
Expone este autor: «La predominancia de la dexteridad entre los humanos significa que muchos
artefactos de la vida diaria en la Tierra y nuestro uso de términos simbólicos en el lenguaje y la cultura
también son altamente asimétricos, encontrándose la asociación de ʻderechaʼ con ʻbuenoʼ y de ʻizquierdaʼ
con ʻmaloʼ en casi todas las culturas humanas. Probablemente no es ninguna exageración sugerir que
cuando leemos en la Biblia que Dios separó a las ovejas de las cabras y puso a las primeras a su derecha y
a las segundas a su izquierda, o cuando describimos a los políticos radicales diciendo que están en la
izquierda y a los conservadores diciendo que están en la derecha, estas clasificaciones duales simbólicas
están directamente relacionadas con la organización del lenguaje en nuestros cerebros, que a su vez está
relacionada con nuestra dexteridad manual, que a su vez está relacionada con el hecho de que nuestros
corazones estén en el lado izquierdo» (2007: 431).
80
analizando: una pequeña peculiaridad del ser humano se vería, pues, enormemente
acentuada205.
Podríamos afirmar, entonces, que lo que se expone como causa termina siendo
también la consecuencia: el mayor dominio del lado derecho de nuestro cuerpo
generaría un valor positivo de este lado en otros ámbitos y este valor positivo de la
derecha provocaría que el uso de las extremidades diestras de nuestro cuerpo pasase a
ser, además de habitual, obligatorio en algunos casos (ya hemos aludido anteriormente a
las prohibiciones de las que han sido víctimas los zurdos)206. De hecho, ya Hertz aludía
a la dificultad de diferenciar la causa y la consecuencia para la resolución de este
problema (1990: 108)207.
Por otro lado, existe una teoría que niega la influencia de la anatomía para explicar
esta preferencia por la derecha. Se basa esta propuesta en la importancia del sol: sería la
luz solar la que dividiría el mundo en una parte sombría y una parte luminosa, una parte
negativa y una parte positiva, una parte izquierda y una parte derecha; el propio
movimiento del sol, siempre hacia la derecha desde el punto de vista del observador,
reforzaría la importancia de este lado. El Este y el Sur serían las regiones positivas; el
Oeste y el Norte, las negativas. De hecho, a lo largo de este trabajo hemos hecho
referencia a la importancia de la orientación solar en algunos ritos de diferentes
culturas, como por ejemplo los ritos adivinatorios griegos y romanos. Analizando,
además, los conceptos que entran en juego en la organización bipolar que rige en buena
parte de las culturas analizadas, hemos visto que se consideran elementos positivos
todos los que tienen que ver con la luz, con el día, con el sol.
Pero esta teoría basada en un fenómeno natural plantea algunos problemas (Dieterlen
1971: 133; Hertz 1990: 131-132; Chevalier-Gheerbrant 1996: s. v. droite). En primer
205
Dice Hertz: «Salvo en casos excepcionales, la vaga disposición a la destreza, que parece extendida en
la especie humana, no bastaría para determinar la preponderancia absoluta de la mano derecha, si
influencias extrañas al organismo no vinieran a fijarla y reforzarla» (1990: 109). Comenta también más
adelante que el interés por fomentar la habilidad de la diestra en perjuicio de la izquierda hace que se
pueda afirmar que «la destreza de la una y la torpeza de la otra son, en gran parte, obra de la voluntad de
los hombres» (1990: 134). Para más detalles, cfr. Hertz 1990: 131-134.
206
Afirma al respecto Wieschhoff: «Perhaps handedness is to a greater extent determined by custom and
belief» (1938: 216).
207
Siguiendo a Hertz, Merle, que enumera algunas causas físicas que se han expuesto para explicar la
preferencia del ser humano por su lado diestro, también se pregunta si no sería mejor explicar esta
peculiaridad física recurriendo a factores psicológicos, a motivos religiosos, en lugar de pensar lo
contrario, que toda esta simbología es consecuencia de nuestra anatomía: «Ne peut-on avoir affaire à des
conditions extérieures, à une cause ayant agi sur l'homme, alors qu'elle n'a pas agi sur ses proches voisins
dans la série animale, les singes anthropoïdes, qui sont demeurés ambidextres? Le côté droit est le côté
noble et prédominant dans presque toutes les races et à toutes les époques: c'est, dans le première théorie,
parce que la grande majorité des hommes est droitière, mais d'après la seconde théorie, il pourrait s'agir
d'un phénomène primitif, d'origine religieuse» (1949: 35).
81
lugar: ¿por qué se debe asociar siempre la derecha a la parte luminosa y no al contrario?
Hemos visto que, por ejemplo, para el caso de los árabes sí se puede aducir una razón:
la orientación concreta de su lugar sagrado. Lo mismo sucede con las iglesias cristianas.
En realidad, es un hecho probado que la región del nacimiento del sol es el lugar elegido
por los fieles de distintas creencias para dirigir sus oraciones208, por lo que la
orientación frecuente de un fiel es hacia el Este. Ya se ha dicho que para los griegos el
Este era la derecha del mundo; de hecho, la relación de la derecha con el Este y el Sur y
la de la izquierda con el Oeste y el Norte es una constante en muchas culturas209.
Pero, sin duda, la mayor objeción que se le debe poner a esta teoría es obvia: todo su
razonamiento sólo es lógico desde el punto de vista del hemisferio norte, pues en el
hemisferio sur, donde el sol atraviesa el cielo de Este a Oeste por el Norte, los valores
de la orientación solar deberían ser diferentes: tendría que ser el Norte la región
positiva; además, para un observador de este hemisferio el sol se movería hacia su
izquierda. Sin embargo, para diferentes pueblos del hemisferio austral ―el mapuche de
Chile, el kaguru y el gogo de Tanzania o en la misma isla de Roti210, por ejemplo― el
Este y el Sur siguen siendo las regiones con valores positivos, asociados, como no, a la
derecha. O al revés: en Sudán la región favorable es el Norte (Dieterlen 1971: 133) y, si
nos seguimos ateniendo a la orientación frecuente, la de un observador que mira al Este,
el lado favorable debería ser el izquierdo.
Uno de los defensores de esta teoría basada en la importancia del sol es Chelhod
(1973: 245-255). Asegura que no sólo debe buscarse una explicación pensando en el
culto solar en clave religiosa, la misma presencia del sol como fuente de vida y luz en la
vida diaria contribuiría a reafirmar su teoría211. Expone como ejemplo principal para
demostrar esta teoría el caso de los árabes, que ya hemos visto; pero nombra más casos,
como el de los hebreos, donde la palabra utilizada para designar la izquierda se aplica
208
Asegura Hertz que «la mayor parte de los edificios sagrados, en las diversas religiones, están vueltos
hacia el este» (1990: 131); cfr. también Cuillandre 1944: 476.
209
Cfr. Hertz 1990: 120-121. Así lo vemos reflejado también en la mayoría de las tablas de conceptos
opuestos que se han señalado cuando hablábamos de la bipolaridad en diversas culturas.
210
Cfr. las tablas indicadas anteriormente para ver los valores asociados a derecha e izquierda en cada uno
de estos pueblos.
211
Afirma Chelhod: «The deification of the sun has doubtlessly contributed greatly to reinforcing the
beliefs in an asymmetric space, charged with occult powers. In addressing his prayers to the rising sun,
the devotee automatically positions himself in accordance with the cardinal points. The south is to his
right, the north to his left, the west is behind him. We repeat, however, that this type of cult does not seem
absolutely indispensable to the polarization of space. A recognition of the inestimable benefits of solar
light would be sufficient. The north, deprived of it, is evil in contrast with the south, the seat of beneficial
powers» (1973: 246).
82
también al Norte y la utilizada para la derecha se utiliza para el Sur212 (1973: 247;
Dubois 1987: 71). En cuanto a los importantes inconvenientes objetados a esta teoría, se
defiende Chelhod afirmando que el hemisferio norte es la cuna de las civilizaciones del
mundo213.
Otro firme defensor de esta tesis es el ya citado Cuillandre (1944: 294-323 y 356481). No sólo otorga una gran relevancia al culto solar, sino que analiza la importancia
que para las teorías de los pitagóricos tienen los movimientos celestes: del análisis de
estos movimientos surgirían la explicación del modo de realizar los augurios y, en
general, el porqué de la preeminencia de la derecha sobre la izquierda214. No está de
acuerdo en asignarle a la diferencia anatómica que presenta el ser humano las causas de
una simbología tan importante (1944: 461 y ss.): todo se debe, simplemente, al sol, a su
continuo movimiento hacia la derecha, con lo cual ya no importaría la orientación del
observador215. En cuanto al problema de los hemisferios, argumenta que este
movimiento solar no puede entenderse más que como un movimiento de sentido único
para el que no importa la orientación opuesta que se tiene desde cada uno de los
hemisferios216 (1944: 480-481)217.
212
Recordemos que sucedía lo mismo en otras lenguas, como hemos explicado anteriormente.
«A glance at the map of the world shows that the major part of the habitable surface of our planet, the
different centers of the great classical civilizations and perhaps also the cradle of humanity, is found in
the northern hemisphere. It is from here that great waves of migration would have set out» (Chelhod
1973: 254).
214
También Cuillandre alude, por tanto, a la bipolaridad que hemos visto referida en diversos autores.
Afirma que en el mundo existe un alma buena, relacionada con el lado derecho, y un alma malvada,
relacionada, como no, con la izquierda (1944: especialmente 455 y ss.). Dice: «La droite jouit d’une
absolue prééminence: à elle sont dus tous les honneurs, à elle conviennent toutes les dignités, à elle
appartiennent toutes les prérogatives [...]. Comme elle procède de la source du Bien, elle ne peut qu’être
favorable et procurer le bonheur». En cambio, «la gauche est inférieure de nature, de dignité, de droits
[...]. Elle ne présente rien que de fâcheux et ne peut comporter que malheur». Y continúa más adelante:
«En attribuant à la droite et à la gauche, en tant que principes de détermination du mouvement de
l’Univers, le rôle de critères par lesquels se discernent infailliblement le Bien et el Mal, le pythagorisme a
donc vu dans la loi morale l’expression, intelligible à tous, de l’ordre rationnel qui règne dans la création
et qui s’impose en même temps et avec la même nécessité impérieuse, étant la loi fondamentale de la vie,
à toute existence de quelque nature qu’elle soit, matérielle ou immatérielle» (1944: 457-458).
215
Dice, por tanto, que tomando como referencia el hemiciclo que abarca el astro desde su salida hasta el
ocaso, «le soleil, en qualité d’envoyé divin, trace pour ses contemplateurs une voie sacrée idéale, dont le
sens ne varie jamais et qui s’impose à tous comme étant régulatrice de la vie sur terre: la voie qu’il suit est
celle qu’il faut suivre, le sens dans lequel il va est celui dans lequel il faut aller. Or, c’est de sa droite
divine qu’il fait procéder le mouvement et, avec le mouvement, la vie; c’est vers sa droite qu’il tend à
tous moments et continuellement dans sa marche circulaire; c’est constamment sa droite qu’il présente
aux regards de ses fidèles dans le temple où il les visite et donc par sa droite qu’il répand sur eux ses
faveurs. Quant aux fidèles, c’est vers leur droite qu’ils le voient venir et sur leur droit aussi qu’ils
reçoivent ses faveurs. Ainsi les lois du mouvement diurne, connues par l’observation rituelle, justifient la
prééminence de la droite et il est conforme à l’ordre établi par la nature que la tendance à droite soit la
norme du Bien» (1944: 479-480).
216
Así lo explica al final de su estudio: «Le plan de l’Equateur céleste, circonscrit par le soleil, est
comparable à une immense roue qui tourne autour de l’axe des pôles. Les uns ―dans l’hémisphère
213
83
Así pues, podemos entender la importancia del sol de dos formas diferentes: por un
lado, como causante de una división entre una parte luminosa y otra sombría que
coinciden, respectivamente, con derecha e izquierda teniendo en cuenta el punto de vista
de la orientación religiosa; por el otro, como instaurador de una dirección ideal teniendo
en cuenta su trayectoria siempre hacia la derecha.
El problema está en que la perspectiva de los habitantes del hemisferio austral queda
siempre excluida. Así, dado que la oposición izquierda-derecha tiene unos valores
simbólicos universales, esta teoría naturalista no puede darse por válida, al menos, como
única explicación para los valores de ambos conceptos. De cualquier forma, aunque esta
concepción ya fue calificada por Hertz como una teoría «superada» (1990: 132), resulta
ser, por lo menos, una razón más que sustenta la bipolarización del mundo en dos lados
opuestos: aunque no pueda exponerse como la causante de la preeminencia de la
derecha en el mundo, de alguna manera sí contribuye a fomentar la creencia en la
superiordad del lado diestro.
Evidentemente, no es el objetivo de este trabajo llegar a una conclusión taxativa
acerca de las causas de la preeminencia de la derecha en la mayor parte de las culturas,
pues para ello necesitaríamos tener unos conocimientos muy amplios sobre muy
diversas disciplinas como son la Sociología, la Antropología...
En general, observamos que el dualismo que mencionaba Hertz ―cuyo estudio sobre
este tema ha sido una importante referencia durante todo el siglo XX― es constante en
el pensamiento religioso de muchas culturas. También parece evidente, como ya hemos
anticipado, el porqué de la clasificación de muchos conceptos en el lado sagrado,
positivo, o en el lado negativo. De ahí podría surgir precisamente la relación establecida
entre la derecha con lo masculino y la izquierda con lo femenino: las personas son
mayoritariamente diestras y la sociedad es ―desgraciadamente― machista en un
porcentaje muy alto. La posición favorable de la derecha y del hombre frente a la
boréal― la voient tourner à droite; les autres ―dans l’hémisphère austral― la voient tourner à gauche.
La roue pourtant tourne dans un sens unique, et ce n’est, vue de droite ou vue de gauche, qu’une seule et
même réalité, animée, d’un seul et même mouvement» (1944: 480).
217
Hay más autores que defienden la teoría de la importancia del sol para explicar esta simbología. Entre
ellos podemos destacar a Forment y Efthimiou (1999: 82-88). Buitrago y Torijano (2007: s. v. siniestro),
por su parte, aluden indirectamente a esta influencia del sol, pues se refieren a los ritos adivinatorios
como causantes de esta simbología de la izquierda y la derecha en las «culturas mediterráneas».
Obviamente, se apoyan en la teoría según la cual el lado izquierdo sería el de mal augurio.
Independientemente de que sabemos que la simbología que estamos tratando no puede particularizarse en
una cultura concreta, hemos visto además las complicaciones que conlleva este asunto de los ritos
adivinatorios, en los que la asociación de la izquierda con lo negativo es, como mínimo, bastante
discutible, al menos en el mundo romano.
84
izquierda y la mujer, condición que perdura a lo largo de los siglos, hace que estos
conceptos se agrupen generalmente en ese lado positivo.
Solamente la situación en China y Japón provoca una alteración de todo este
entramado psicológico. En estas culturas el lado favorable es, aun con las salvedades
que se han expuesto, el izquierdo, con la particularidad de que este lado es el que se
relaciona con lo masculino218. Se puede pensar que son precisamente las
particularidades que afectan a la simbología de la derecha y la izquierda en estos países
―el cruce de diversos conceptos, como el yin y el yang― las que provocan esta
alteración con respecto a las demás culturas. Además, podríamos seguir manteniendo la
hipótesis de que la relación entre masculino e izquierdo vendría dada simplemente por
la coincidencia de ambos conceptos en el grupo de los valores positivos.
Pero también puede verse de otro modo. Hemos comentado casos en los que la
relación entre la oposición espacial y la sexual es demasiado fuerte, lo que nos lleva a
pensar que puede existir entre ellas una vinculación más importante. Podríamos
formular ―eso sí, con muchas reservas― una hipótesis: la impuesta superioridad del
sexo masculino en la mayor parte de los pueblos del mundo podría ser la causante de
que el lado derecho sea el privilegiado. Es decir: parece que el lado preferente es el que
aparece asociado al sexo más fuerte. En la mayoría de las culturas el sexo más fuerte es
el masculino y el lado que se le asocia es el derecho. En Extremo Oriente, donde el lado
que se asocia con el hombre es el izquierdo, es este el que se convierte en el lado
preeminente. Recordemos sobre todo lo que decía Dieterlen con respecto a algunos
pueblos africanos: dada la relación masculino-derecha y femenino-izquierda, solamente
puede hablarse de preeminencia de la derecha en las sociedades en las que el jefe de la
familia es un hombre. Esto quiere decir que la simple relación de la derecha con lo
masculino no implica la preferencia por estos valores, sino que es la «superioridad» de
uno de ellos en la vida real, el masculino, el que otorga la supremacía a la derecha219.
De todas formas, si admitimos como válida esta hipótesis, seguiría quedándonos el
enigma del porqué de la relación tan estrecha entre la oposición espacial y la oposición
218
Marco, que añade a esta excepción el caso de los zuñis, también llama la atención sobre el hecho de
que la izquierda es la que aparece en estos casos relacionada con los valores que en el resto de culturas se
asocian a la derecha (1986: 90).
219
Explica Dieterlen (1971: 133) que en los actos que se relacionan con lo masculino se utiliza la derecha
y en los relacionados con lo femenino se usa la izquierda, sin ningún tipo de preeminencia. Ahora bien, si
hablamos de sociedades en las que el jefe de familia es un hombre, «en ese caso los actos de los hombres
predominan en la vida social, y no cabe duda de que la derecha tiene, ontológica y cosmológicamente, la
prioridad» (1971: 133). En cambio, afirma que en una sociedad de estructura matriarcal nunca se
entendería el predominio de la diestra.
85
sexual, además de por qué los valores de estas oposiciones se cruzan en Extremo
Oriente. Lo que sí es obvio es que estas relaciones existen, pues los ejemplos que se han
expuesto durante este análisis dan prueba de ello.
Incluso hay que tener en cuenta opiniones como la de Lloyd (1987: especialmente
45-47), que, tras analizar el pensamiento dualista de algunos pueblos y comprobar qué
elementos aparecen confrontados en esas clasificaciones, opina que en muchos de los
casos no puede hallarse una explicación. Como ya se dijo antes, Lloyd no encuentra una
conexión clara, por ejemplo, entre la izquierda y la mujer por un lado y la derecha y el
hombre por otro. Incluso afirma que «el hecho de que la izquierda oficie alguna que otra
vez de parte noble, y la derecha de parte innoble, ilustra el componente arbitrario de las
asociaciones simbólicas que estas oposiciones adquieren. Al parecer, derecha e
izquierda tienden a utilizarse como símbolos de categorías espirituales opuestas no
importa a cuál de ellas se atribuya el ser la superior» (1987: 45).
En definitiva, es evidente que en toda sociedad es natural la propensión al
maniqueísmo, al establecimiento de este tipo de clasificaciones bipolares, con lo cual
encontramos en nuestra lengua más parejas cuyas connotaciones pueden compararse
con la que estamos analizando. Algunas de ellas han ido apareciendo a lo largo de este
trabajo, pero podemos señalar más, como la de los conceptos blanco-negro. Pocas
oposiciones reflejan una diferencia de sentidos tan clara como la que encierran los
significados connotativos de estos colores; eso sí, en este caso resulta mucho más
sencillo explicar el motivo de esas connotaciones. De todas formas, aun sin entrar en un
estudio detallado de algunas de estas otras oposiciones, es difícil, después de todo lo
que hemos visto, pensar que alguna de ellas tenga unas bases tan arraigadas en el
espacio y en el tiempo como la oposición izquierda-derecha.
86
3. LAS REPERCUSIOES LIGÜÍSTICAS
DE LA ITERDICCIÓ
Nos centraremos a partir de ahora en el objetivo primordial de este estudio: las
repercusiones lingüísticas que conlleva la simbología tan arraigada que acabamos de
analizar en el capítulo anterior. La visión negativa que rodea mayoritariamente todo lo
relacionado con el significado ʻizquierdaʼ hace que en un gran número de lenguas los
términos relacionados con él sean objeto de una fuerte interdicción lingüística, lo que
provoca que el significado ʻderechaʼ, por el contrario, tenga siempre unas claras
connotaciones positivas1. Esto origina un constante cambio en el léxico de las lenguas,
pues la interdicción sobre la izquierda genera una continua inestabilidad que tiene como
consecuencia la aparición de nuevos términos para referirse a este significado.
Es necesario, pues, realizar un recorrido por los distintos significantes que ʻderechaʼ
e ʻizquierdaʼ han tenido a lo largo de la historia, remontándonos hasta los datos
conocidos del indoeuropeo, pasando por las diferentes lenguas románicas y
centrándonos, obviamente, en el plano diacrónico del español. Con esta amplia
panorámica quedará demostrada, una vez más, la trascendencia del asunto que estamos
tratando.
3.1. Panorama general
3.1.1. El ámbito indoeuropeo
Las peculiaridades lingüísticas que rodean al significado ʻizquierdaʼ eran ya notables
en el contexto de las lenguas indoeuropeas. La mayoría de los autores que se refieren al
tema señalan a Meillet como el primero que llamó la atención sobre la diferencia que se
aprecia en los términos que distintas lenguas indoeuropeas utilizan para designar los
significados de ʻderechaʼ e ʻizquierdaʼ: «L’expression de l’idée de "droit" se fait dans
presque tous les dialectes indo-européens au moyen de diverses formations d’un même
1
«This association of right with the favorable, good, and positive, and left with the unfavorable, bad, and
negative, can be regarded as a semantic universal of language» (Gamkrelidze-Ivanov 1995: 687).
87
élément radical *deks- [...]. Au contraire, pour l’idée de "gauche", il y a plusieurs
expressions distinctes, dont chacune n’a qu’une faible extension» (Meillet 1948b: 290).
Desde que este autor atrajo la atención sobre este asunto, son muchos los autores que
han corroborado su hipótesis2. En efecto, muchas de estas lenguas comparten para los
significantes referidos a la derecha la misma raíz: *deks-, cuyo significado es
ʻaceptable, favorable, propicioʼ según Mansur (1956: 175) y Roberts-Pastor (1996: s. v.
dek-) o ʻlo que se considera una norma, lo que se ajustaʼ, según Markey (1982: 185; cfr.
también Guillaumont 1985: 164). Encontramos este elemento, por ejemplo, en términos
como daksina, significante compartido por sánscrito y avéstico, el celta dess, el lituano
dešinas, el eslavo eclesiástico desnŭ, en lenguas del grupo albanés, el germánico y en
lenguas más próximas como el griego δεξιός y el latino dexter; solamente difiere el
armenio aĵ (Meillet 1948b: 290; Mansur 1956: 175; Guitter 1984: 47; Buck 1988: s. v.
right; Hertz 1990: 117; Uría 1997: 166).
En cambio, los términos que se refieren al significado ʻizquierdaʼ son numerosos y
están poco extendidos3. Meillet (1948b: 290) los divide en tres grupos: en el primero
incluye el sánscrito savyáḥ, el avéstico haoya- y el eslavo antiguo šujǐ; en el segundo, el
eslavo antiguo lěvŭ, el griego λαιός y el latino laevus; en el tercero, el griego σϰαιός, el
latino scaevus y, quizás, el lituano kaire͒. Markey, que propone otra posible clasificación
(1982: 188)4, habla de una dialectología indoeuropea para la izquierda que califica
como muy enrevesada.
Consultando estos datos, que demuestran la gran inestabilidad de los términos que
hacen referencia a ʻizquierdaʼ frente a la uniformidad de los referidos a ʻderechaʼ, es
fácil concluir que sobre el significado ʻizquierdaʼ recaía ya una fuerte interdicción,
Meillet ya admitió este fenómeno para explicar la causa de la disparidad lingüística que
estamos viendo5.
2
Dice, por ejemplo, Uría: «Es un hecho que los nombres del lado derecho en general y de la mano
derecha en particular son, en la lengua reconstruida y en cada una de las lenguas históricas indoeuropeas,
mucho más estables que los correspondientes a "lo izquierdo"» (1997: 164). Este autor centra su análisis
del lado izquierdo concretamente en la mano, de la que dice que también era un significado que en
indoeuropeo tenía gran variedad de designaciones, por lo que es posible que fuera, como el propio
significado ʻizquierdaʼ, un concepto sometido a interdicción (para ver su explicación sobre este asunto
concreto, cfr. 1997: 161-164; cfr. también Mansur 1956: 177-178 y Guiraud 1987: 149).
3
McManus (2007: 87-88) ofrece en una tabla una gran cantidad de significantes indoeuropeos para
ʻderechaʼ e ʻizquierdaʼ.
4
Afirma: «In view of rampant replacement(s) of terms for ʻleftʼ, its primordial shape is far from clear»
(1982: 185).
5
En su artículo expone el significado ʻizquierdaʼ como uno de los muchos ejemplos existentes de
interdicción de vocabulario en las lenguas indoeuropeas. De todas formas, admite que este tipo de casos
han de tomarse con reservas. En concreto, dice: «D’une manière générale, l’absence d’un nom indo-
88
Sigamos analizando otros aspectos. Entre los numerosos significantes indoeuropeos
para la izquierda comentados por Markey (1982: 185-188), hay varios que merecen ser
señalados por las asociaciones negativas que contraen. Un caso es el del dialecto lituano
kríva, ʻdoblado, falsoʼ e ʻizquierdaʼ, relacionado con el lituano kaire͒ que acabamos de
ver (1982: 186). En el ámbito germánico (1982: 186-187) encontramos, por ejemplo, el
término winstirhalb, ʻen el lado maloʼ6. Otro vocablo germánico, lenka, ʻzurdoʼ, parece
estar relacionado con el sueco linka, ʻcojeraʼ, e incluso también podría estarlo, según
Markey, con el latín languere, ʻser débilʼ. Por su parte, el griego σκαιός significa
ʻaciagoʼ, ʻtorpeʼ (Lloyd 1962: 58).
Pero no era esta la única particularidad que afectaba al significado ʻizquierdaʼ: ya en
aquellas lenguas encontramos casos de sustitutos eufemísticos utilizados para referirse a
este significado prohibido. Meillet (1948b: 290) señaló la existencia de algunos, como
los del griego: εὐώνυµος, ʻque tiene buen nombre, honrado; de buen augurio, próspero,
afortunadoʼ, y ἀριστερός7, formado a partir de ᾰριστος, ʻnoble, óptimo, mejorʼ (cfr.
también Mansur 1956: 175; Ullmann 1986b: 233; Guiraud 1987: 151-152; Uría 1997:
166-167). Otro caso al que alude Meillet es el del avéstico vairyastāra-, cuyo origen
(Uría 1997: 166) es vaīrya, ʻdeseableʼ, adjetivo emparentado con antiguo indio vairyān,
ʻmejorʼ. A estos les podemos añadir el caso del sánscrito vāma, que procede de una raíz
van-, ʻdesearʼ (Uría 1997: 166)8, el árabe aisar, ʻfelizʼ (Hertz 1990: 117), o el término
latino sinister, del que hablaremos detenidamente a continuación9.
européen commun dans des conditions où a priori on s’attendrait à en trouver un appelle toujours une
explication, et ce n’est pas forcer l’importance du principe des interdictions linguistiques que d’attribuer à
des sortes de "tabous" l’inexistence d’un terme indo-européen pour une notion qui en devrait
normalement avoir un. Mais, comme ces interdictions ne sont pas directement attestées, on doit aussi se
garder d’exagérer le rôle de pareilles explications et même de rien affirmer à cet égard d’une manière
absolue» (1948b: 291).
Otros autores que atribuyen la desigualdad lingüística entre ambos significados a la acción del tabú son
Gamkrelidze e Ivanov: «The reason for this disparity must lie in the symbolic meaning of "left" in IndoEuropean and its tabooing and partial replacement in individual dialects and dialect groupings. The taboo
is due to the symbolic association of the right-left opposition with the oppositions of favorable and
unfavorable, just and unjust, good and bad» (1995: 686).
Markey dice: «If, as is normally the case, rampant replacement signals stigmatization, then ‘left’ was
certainly stigmatizated in early Indo-European and its daughter dialects well into recorded history» (1982:
188).
6
En cambio, en contextos augurales este término pasaba a designar ʻla mano más favorableʼ. Volvemos a
encontrarnos, pues, con las contradicciones típicas que se producen en el terreno de la adivinación.
7
Sustituto, según Markey (1982: 185-186), de λαιός.
8
Señala, además, Uría (1997: 166) que tanto en sánscrito como en avéstico ―lenguas que, como hemos
visto, comparten un mismo término para el significado ʻderechaʼ― se encuentran más designaciones
referidas a ʻizquierdaʼ que se basan en la idea de ʻdobladoʼ.
9
Señala Hertz que las connotaciones positivas que intentan transmitir algunos de estos sustitutos
eufemísticos confundieron a algunos autores haciéndoles pensar que para los indoeuropeos la izquierda
era realmente el lado favorable (1990: 117).
89
3.1.2. El latín
Centrándonos en el latín, hay que decir que en esta lengua se aprecia claramente la
desigualdad entre los significantes existentes para ʻderechaʼ e ʻizquierdaʼ, pues frente a
un único término para designar el primero de estos significados, dexter, existían tres con
el significado ʻizquierdaʼ: laeuus, scaeuus y sinister. Veamos cuáles son sus
características.
Hay que advertir que el estudio de la interdicción del significado ʻizquierdaʼ en esta
lengua es complejo, pues, como acabamos de ver en el capítulo precedente, la
simbología general que asocia la derecha a lo positivo y la izquierda a lo negativo se
mezcla con los valores que ambos lados tenían en la adivinación. Así, cada uno de los
tres términos podía ser utilizado con valores contrapuestos: como palabras que
designaban la izquierda, podían ser empleados con connotaciones negativas, pero
cuando aparecían en el contexto de los augurios los valores peyorativos podían
desaparecer, pues lo relacionado con la izquierda en esos casos era considerado, en
ocasiones, positivo.
3.1.2.1. Laeuus
Comentan Ernout y Meillet (1985: s. v. laeuus) que, utilizado con connotaciones
negativas, podía tomar sentidos como el de ʻdesafortunadoʼ10. Dicen también que su
utilización en el ámbito de los augurios con un contexto favorable era rara, arcaica y
propia de la poesía11. En cambio, Uría señala que laeuus se fue convirtiendo en un
«término técnico y poético», usado en el lenguaje de la adivinación (1997: 168)12.
La mayoría de los estudiosos relacionan laeuus con el griego λαιός y con el eslavo
antiguo lěvŭ, añadiendo también otros términos a esta lista como el ruso lyevi, el polaco
lewy, el serbo-croata l(ij)evi o el inglés left (Meillet 1948b: 290; Markey 1982: 185-186;
Ernout-Meillet 1985: s. v. laeuus; Zytsar 2000: 212; Segura 2006: s v. laeuus). Como
10
Señala Cuillandre (1944: 348), entre otros, un pasaje de Valerio Flaco en el que laeuum omen equivale
a un presagio desfavorable: «Acesinaque laevo / omine fatidicae Phrixus movet agmina vercae»
(Argonáuticas, 6, 69-70; [Valerius]: 304). Según Guillaumont (1985: 167-168), este valor peyorativo de
laeuus surge en la época imperial.
11
Citan el ejemplo del que hemos hablado en el capítulo anterior: «Laeva prospera existimantur quoniam
laeva parte mundi ortus est» (Plinio, Historia natural, II, 142; [Historia natural2]: 278-280).
12
Uría realiza un pequeño análisis de la frecuencia de uso de los tres términos latinos para ʻizquierdaʼ en
algunos autores para argumentar sus afirmaciones (1997: 168-169).
90
origen, Ernout y Meillet, basándose en un pasaje de Servio13, comentan una posible
relación con la raíz *lĕi, que significa ʻdoblarʼ. Lane (1935: 195), que también se hace
eco de esta asociación entre los significados ʻizquierdaʼ y ʻdoblado, torcidoʼ, compara
laeuus y todos los términos relacionados con el lituano iš- laivóti, ʻcurvar, doblarʼ.
Windekens (1976: 253-254) rechaza que debamos buscar en la raíz *lĕi un origen
común a estos términos. Propone como base de laeuus y los términos análogos del
griego y del eslavo antiguo la raíz indoeuropea *laiu̯o-. Además, relaciona el
significado ʻizquierdaʼ con el de ʻcansadoʼ a partir de la correspondencia de los
términos a los que nos estamos refiriendo con el del tocario B laiwo, ʻfatiga, cansancioʼ:
para este autor, la noción de ʻcansadoʼ se desarrolló a partir de la de ʻizquierdoʼ y, por
tanto, ʻtorpeʼ14.
En cualquier caso, a pesar de las opiniones divergentes, las dos visiones coinciden en
un origen peyorativo para el término.
3.1.2.2. Scaeuus
Afirman Ernout y Meillet (1985: s. v. scaeuus) que se utilizaba sobre todo en la
lengua de los augurios15 o como sustantivo (scaeua, -ae) con el significado de ʻpresagio
que viene de la izquierdaʼ, apareciendo en contextos con un claro significado positivo16.
De todos formas, también podía adoptar, raramente, sentidos negativos como ʻtorpeʼ o
ʻdesfavorable, siniestroʼ17. Incluso señalan que también se empleaba scaeua con el
13
Auct. Georg., 3, 55: «laeui [aplicado a boues], quorum cornua terram spectant» (Lane 1935: 195;
Ernout-Meillet 1985: s. v. laeuus; Uría 1997: 167).
14
Como prueba de la cercanía de las nociones de ʻizquierdaʼ y ʻcansadoʼ aporta ejemplos como el del
italiano antiguo mano stanca, ʻmano izquierdaʼ, pero literalmente ʻmano cansadaʼ, o el del término
rumano con la misma raíz stîng, ʻizquierdaʼ.
15
Coincide en esta opinión Uría (1997: 168).
16
Citan estos autores (cfr. también Cuillandre 1944: 349) varios ejemplos de este uso favorable, como
«bona scaeua strenaque obuiam occessit mihi» (Plauto, Stichus, 672; [Comoediae2]) o «noui, bona
scaeuast mihi» (Plauto, Pseudolus, 1138; [Comoediae2]). Mención aparte merece la cita de Varrón
comentada ya en el capítulo precedente (De lingua latina, VII, 97; cfr. cap. 2.1.2), donde, además de
aparecer este término de nuevo en un contexto augural favorable ―«bonae scaevae causa scaevola
appellata» ([Lingua]: 278)―, se menciona el término scaeuola: figura que se cuelga del cuello de los
niños para que no les suceda nada malo. Se llama así, dice Varrón, a partir de scaeua, porque los buenos
augurios vienen de la izquierda.
Finalmente, se puede comentar otra cita de Plauto en la que aparece el verbo obscaeuare con sentido
positivo: «quom strena opscaeuauit, spectatum hoc mihist» (Stichus, 461; [Comoediae2]). Dice José
Román Bravo, responsable de la edición en castellano de esta obra: «A pesar de que los diccionarios sólo
dan el sentido negativo de obscaevo, traduciéndolo como ʻanunciar un mal presagioʼ o ʻtraer desgracia a
algo o alguienʼ [...], no me cabe duda de que aquí ha de ser entendido en sentido positivo» ([Comedias2]:
570).
17
Señalan Ernout y Meillet un ejemplo de Festo: «Scaeua res dicitur mala, quasi sinistra: σϰαιòυ enim
Graece sinistrum dicitur» (De verborum significatu, 433, 8; [De verborum significatu]: 433).
91
significado de ʻpresagioʼ, sin más connotaciones18. Para Guillaumont (1985: 168), el
empleo de scaeuus era bastante raro en comparación con los otros adjetivos existentes
para el significado ʻizquierdaʼ.
En cuanto a su origen, Meillet lo relacionaba, como ya se ha indicado, con el griego
σϰαιός y, probablemente, con el lituano kaire͒. A estos términos, este mismo autor, junto
a Ernout (Ernout-Meillet 1985: s. v. scaeuus), les añade otros significantes para
ʻizquierdaʼ, como el sánscrito savyáḥ o el eslavo antiguo šujĭ. Markey (1982: 187-188),
por su parte, agranda esta lista con el avéstico haoya- y, probablemente, el galés aswy, y
propone como nexo de unión para toda esta serie de términos la raíz indoeuropea
*s(k)e/oi- / s(k)e/ou-, ʻdoblar, girarʼ (cfr. también Lane 1935: 195). Cuillandre (1944:
426) añade a esta lista de términos las formas irlandesas ciotach, ciotan y ciotog,
relacionadas a su vez con el significado ʻoblicuo, de travésʼ19.
3.1.2.3. Sinister:
Era el término corriente para ʻizquierdaʼ. Comentan Ernout y Meillet (1985: s. v.
sinister) que en el ámbito de los augurios podía tener connotaciones positivas o
negativas, según se tuviese en cuenta, respectivamente, el rito romano ―con el Este a la
izquierda― o el rito griego ―con el Este a la derecha―20.
18
Citan en este caso otro ejemplo de Festo: «Scaeuam uolgus quidem et in bona et in mala re uocat, cum
aiunt bonam et malam» (De verborum significatu, 432, 36-37; [De verborum significatu]: 432).
19
Sigue el autor para esta información a H. Pedersen, Vergleichende Grammatik der Keltischen
Sprachen, Göttingen, 1908-1913, vol. I, p. 77.
20
Recordemos que habíamos señalado a estos autores como defensores de que la ambigüedad entre las
connotaciones positivas o negativas de la izquierda se debía a la confusión entre los ritos griego y
romano. Pues bien, según los autores del Dictionnaire étymologique, el sentido más «frecuente» era el
negativo, pero esto no concuerda con las citas que proponen como ejemplos.
En el primero de ellos encontramos: «Fulmen sinistrum auspicium optimum habemus ad omnis res
praeterquam ad comitia» (Cicerón, Sobre la adivinación, II, 74; [De divinaione]: 454). En el segundo:
«Ita nobis sinistra videntur, Graiis et barbaris dextra meliora. Quamquam haud ignoro, quae bona sint,
‘sinistra’ nos dicere, etiamsi dextra sint» (Cicerón, Sobre la adivinación, II, 82; [De divinaione]: 464). En
el tercer caso: «A deorum sede cum in meridiem spectes, ad sinistram sunt parte(s) mundi exorientes, ad
dexteram occidentes; factum arbitror, ut sinistra meliora auspicia, quam dextra esse existimentur»
(Varrón, Epistolicae quaestiones, libro V, citado por Festo, 454, 3-6; [De verborum significatu]: 454). En
estas citas, ya comentadas anteriormente (cfr. cap. 2.1.2) a propósito de los valores de la izquierda y la
derecha en los ritos de adivinación, se muestra que sinister, como significante de la izquierda, connota un
significado positivo.
Sí señala Cuillandre (1944: 348-349) varios pasajes en los que encontramos el término con el sentido de
ʻdesfavorableʼ, como por ejemplo este pasaje de las Heroidas de Ovidio: «Et sacer admissas exigit
Hebrus aquas, / Cui mea uirginitas auibus libata sinistris / Castaque fallaci zona recincta manu» (II, 1416; [Heroidas]: 13). Cfr. también Guillaumont 1985: 168.
92
Es un término que entraña problemas en cuanto a su etimología, para la cual se
barajan distintas posibilidades21. Por un lado, puede estar relacionado con el latín
senior, sobre todo si lo comparamos con el caso paralelo del provenzal ma senega,
ʻmano viejaʼ. También se ha dicho que la raíz de sinister es la misma que la del latín
sine y la del irlandés sain, ʻdiferenteʼ; así, la mano izquierda sería ʻla que difiereʼ de la
derecha. Como hipótesis más probable, Uría apoya la que vincula este término al
antiguo indio sánīyān, ʻmás provechoso, más ventajosoʼ, que a su vez guarda relación
con el antiguo indio sanóti, ʻconseguirʼ, y el avéstico hanaiti, ʻlograrʼ22.
De todas formas, no se puede afirmar nada con certeza23. Pero sí parece probable que
sinister fue, en su origen, un sustituto eufemístico que sustituyó a los términos antiguos,
principalmente a laeuus24. Esta idea, que ya reflejan Ernout y Meillet en su diccionario,
aparece explicada con bastante detenimiento en Uría. En efecto, este autor (1997: 167169) sustenta la idea de que el término funcionó como sustituto eufemístico en el hecho
de que, frente al sentido originario peyorativo que se ha propuesto para laeuus25, sinister
parece tener ―a pesar de todas las dudas que suscita su etimología― una significación
positiva en su origen: la de ʻprovechosoʼ. La introducción de sinister provocó que este
término pasara a ser de uso común en la lengua hablada ―entre otras cosas, debido a su
semejanza con dexter, que se mantuvo como significante para la derecha―, mientras
que laeuus y scaeuus fueron desplazados hacia usos más técnicos, como el de la lengua
de los augurios o el lenguaje poético26. El hecho de que sinister se convirtiera en el
término popular para designar el significado ʻizquierdaʼ es la causa por la cual es el
único de los tres que ha sido heredado por las lenguas románicas, como veremos más
21
Para una información más detallada sobre la etimología del término, cfr. Ernout-Meillet (1985: s. v.
sinister) y, sobre todo, Uría (1997: 166-169), que resume las hipótesis propuestas por diferentes
estudiosos del tema.
22
Esta propuesta parte, según Ernout-Meillet (1985: s. v. sinister), de Brugmann. Hofmann (1958: 215) y
Corominas-Pascual (DECH: s. v. izquierdo) están de acuerdo también en un origen de sinister a partir de
ʻprovechosoʼ. Para más información, cfr. Uría 1997: 167.
23
Como curiosidad, puede consultarse la explicación ofrecida por Plutarco en sus Cuestiones romanas
(cfr. 78, fragmento al que ya se ha aludido en el capítulo 2.1.2) para la etimología de sinister: se creía
entonces que procedía de sinere, ʻpermitirʼ. Esta etimología también fue sugerida por Festo (cfr. 454, 1;
[De verborum significatu]: 454) o San Isidoro, que dice: «En cambio, la izquierda (sinixtra) se denomina
así como si dijéramos "sin diestra"; o tal vez porque permite hacer las cosas, en cuyo caso sinixtra
derivaría de sinere (permitir)» (Etimologías, XI, 1, 68; [Etimologías2]: 25). Para más información, cfr.
[Cuestiones]: 378-379 y Guillaumont 1985: 173.
24
También Markey señala la anterioridad de laeuus con respecto a sinister (1982: 184).
25
Uría no profundiza en la etimología del otro término, scaeuus.
26
Otra conclusión que extrae Uría del estudio del uso de los tres términos es que, aunque no puede
corroborar que en la fase más arcaica del latín existiera una diferencia de sentido entre sinister y laeuus, sí
se notaba ya una diferencia estilística: mientras que en la tragedia y la épica solamente se empleaba
laeuus, Plauto y Terencio utilizaban únicamente sinister. Esta diferenciación estilística, dice Uría, se haría
más acusada en autores posteriores (1997: 168-169).
93
adelante. Por tanto, como dice Uría, no se puede exagerar la importancia de la
interdicción lingüística: aunque sinister sí parece ser un sustituto eufemístico, la
desaparición de los antiguos términos laeuus y scaeuus de las lenguas románicas no
debe explicarse solamente por esta interdicción, sino por su desaparición del uso
corriente ya en el propio latín27.
Por lo que respecta a dexter, señalan Ernout y Meillet (1985: s. v. dexter) que se
utilizaba, lógicamente, con el significado ʻderechaʼ, por lo que en el contexto de los
augurios tomaba connotaciones favorables28 o menos favorables29. También se usaba
con el sentido de ʻque se sirve de la mano derecha, hábilʼ.
En cuanto a su origen, ya hemos señalado la presencia en el término de una raíz
indoeuropea, que unida al sufijo –tero daría como resultado: ʻdirección más propiciaʼ,
es decir, la derecha (Roberts-Pastor 1996: s. v. dek; Guitter 1984: 47). Por lo demás,
comentan Ernout y Meillet la posibilidad de que estuviera relacionado, a través de la
propia raíz deks-, con decet, ʻconvieneʼ (cfr. también Martinet 1971: 94; Guitter 1984:
47).
De todos modos, sin necesidad de tener en cuenta las diferencias estilísticas o de uso
de cada uno de estos términos, proponemos también una forma sencilla de apreciar los
sentidos negativos o positivos con los que podían ser utilizados. Así, si tenemos en
cuenta las acepciones propuestas en el diccionario de Segura (2006: s. v. dexter, laevus,
scaevus, sinister), obtenemos una información muy ilustrativa. Laeuus podía adoptar
significados como ʻestúpido, tonto, necioʼ; de la misma familia, el adverbio laeue
significaba ʻcon la izquierda, malʼ. Scaeuus, además de emplearse con el sentido de
ʻzurdoʼ, se utilizaba con el de ʻnecioʼ30. Sinister adoptaba los significados de ʻtorpe,
27
En palabras del propio autor: «En resumen, por lo que concierne a la interdicción lingüística que existía
sobre la noción de izquierda, parece evidente que provocó la introducción de sinister como sustituto de
laeuus en la lengua corriente, aunque no puede decirse lo mismo de la lengua literaria; en la progresiva
imposición de sinister como vocablo básico para la noción no parece que la interdicción lingüística haya
sido el único factor influyente, pues también lo fue el hecho de que laeuus se hubiera consagrado como
término técnico y literario y de que, habiéndose mantenido dexter como designación básica de la
ʻderechaʼ, sinister ofreciera una simetría morfológica mucho más "cómoda" para el hablante» (Uría 1997:
169).
28
Cfr. el ejemplo ya señalado (cfr. cap. 2.1.2) de Festo, 65, 6. Cfr. también Cuillandre 1944: 346 y
Guillaumont 1985: 167.
29
Cfr. el ejemplo ya señalado (cfr. cap. 2.1.2) de Festo, 454, 3-6. De todos modos, como señala Courtney
(1993: 77), las connotaciones desfavorables de dexter no aparecían de un modo muy marcado, sino
solamente en contraposición con los augurios favorables procedentes de la izquierda; señala este autor
que esto ocurre precisamente por la preferencia cultural hacia el dextrismo.
30
San Isidoro define así scaeuus en sus Etimologías: «siniestro y perverso, derivado de skaiós; es el
hombre de espíritu depravado y cruel» (X, 253; [Etimologías1]: 848).
94
malvado, perverso, maliciosoʼ, ʻhostil, enemigo, adverso, siniestro, funesto,
perjudicialʼ;
además,
el
adverbio
sinistre
quería
decir
ʻmal,
al
revés,
desfavorablementeʼ. En cambio, bajo la entrada dexter encontramos sentidos como
ʻdiestro, hábilʼ, ʻfavorable, propicioʼ o ʻconveniente, oportunoʼ31.
3.1.3. Las lenguas no románicas
Antes de adentrarnos en las lenguas románicas y, en concreto, en el castellano,
veamos de un modo general lo que sucede en otras lenguas de origen diverso para
demostrar que la interdicción lingüística no se reduce al ámbito romance32.
Comenzando por ejemplos de lenguas algo extrañas en las que también apreciamos
el origen peyorativo de los términos que designan el significado ʻizquierdaʼ, en tupí
(lengua indígena americana) la mano izquierda se designa como poaçú, ʻrespetada,
obedecida, atendidaʼ o ʻgrandeʼ33, o como poapara, ʻmano torcidaʼ, mientras que la
mano derecha es pocatú, ʻmano buenaʼ (Mansur 1956: 176). Parece ser que
encontramos, para la mano izquierda, dos tipos de denominaciones que, como estamos
viendo en este análisis, son muy frecuentes: por un lado, la que nos recuerda su sentido
peyorativo (ʻtorcidaʼ) y, por otro, la que nos hace pensar en una más que posible
denominación eufemística (ʻrespetada, obedecida, atendida, grandeʼ). Mansur (1956:
177) indica con respecto a estos términos que podría tratarse de neologismos de
influencia europea.
En algunas lenguas hallamos la unión entre los significados ʻpequeñoʼ e ʻizquierdaʼ,
como en el lenguaje de los indios chikito americanos o en las lenguas altaicas (Ivanov
1979: 157-158). En la lengua de la isla de Roti, la mano derecha es lima malelak, ʻla
mano que sabeʼ, mientras que la mano izquierda es lima nggoa, ʻla mano tonta o
ignoranteʼ; además, en esta zona a loz zurdos se les relaciona con los monos (Fox 1973:
356).
También hallamos reflejos en la lengua de la asociación de derecha e izquierda con
la oposición sexual. Para el pueblo africano de los bambaras, el cuatro, número de la
31
Antes de abandonar el latín, reseñemos un caso curioso señalado por Cuillandre (1944: 348 y 426-427).
En la expresión clivium auspicium, utilizada con el sentido de presagio desfavorable, el término clivius
estaría relacionado con términos como el irlandés clé, el galés cledd, el córnico cleth, o el bretón cleiz,
que significan ʻizquierdaʼ y que, a su vez, están relacionados con el significado ʻinclinado, oblicuoʼ
(Guitter 1984: 49; Markey 1982: 186).
32
Para ampliar la información sobre las lenguas no románicas que se expone en este apartado, cfr. el
artículo de Guitter (1984).
33
Esta información concreta es aportada por Mansur a partir de E. Stradelli, Vocabulários da Língua
Geral, Río, 1929.
95
feminidad, es equivalente a ʻizquierdaʼ; el tres, el de la masculinidad, es sinónimo de
ʻderechaʼ (Chevalier-Gheerbrant 1996: s. v. droite). En algunas lenguas bantúes se usan
términos relacionados directamente con la oposición sexual, como los propios ʻmaridoʼ
y ʻmujerʼ, para referirse a los significados ʻderechaʼ e ʻizquierdaʼ (Stapleton 1905: 431433)34. Por ejemplo, en gogo a la mano derecha se le llama muwoko wokulume, y la raíz
–lume significa ʻmasculinoʼ. En cambio, la mano izquierda es muwoko wokucekulu, y la
raíz –cekulu significa ʻfemeninoʼ (Rigby 1973: 265). En general, encontramos en las
lenguas bantúes significantes que aluden tanto a la oposición sexual como a todo tipo de
connotaciones positivas para la derecha y negativas para la izquierda (Werner 1973:
427-430). Recordemos también la asociación lingüística que se establecía entre
femenino-izquierda y masculino-derecha en la lengua dogon, como ya se ha
mencionado en el capítulo anterior (cfr. cap. 2.1.3).
El sánscrito daksina, además de aludir a la ʻderechaʼ, se utilizaba con los sentidos de
ʻcapazʼ, ʻhábilʼ; ʻfrancoʼ, ʻsinceroʼ, ʻlealʼ; ʻbenévoloʼ, ʻamableʼ; sus derivados
compartían, también, todo tipo de significados positivos. En cambio, el término que
utilizaban para ʻizquierdaʼ, vama, tomaba también los valores de ʻoblicuoʼ, ʻcurvadoʼ,
ʻcontrarioʼ, ʻhostilʼ, ʻopuestoʼ, ʻdesfavorableʼ, ʻcruelʼ, ʻmalvadoʼ, ʻvilʼ; también sus
derivados compartían sentidos análogos (Bareau 1971: 135 y ss. y 140 y ss.).
En persa, la expresión equivalente a dar la izquierda quiere decir ʻtraicionarʼ (Hertz
1990: 127). A pesar de que en China la izquierda era favorable, indica Granet que «la
palabra "izquierda" sirve para calificar los "caminos prohibidos", y en este caso, parece
equivaler a "siniestro"» (1959: 251). Según Dubois, en Tokio se le llama izquierda al
lado derecho y derecha al lado izquierdo para «engañar a los maleficios que no dejarían
de manifestarse si la izquierda fuese nombrada con su verdadero nombre» (1987: 86).
En escandinavo la mano derecha es la mano ʻque convieneʼ35; en eslavo es la mano
ʻrectaʼ (Martinet 1971: 94). El islandés antiguo hand in h gri, ʻmano derechaʼ, significa
literalmente ʻmano más cómodaʼ (Ivanov 1979: 158). Por otra parte, el noruego venstre
o el irlandés antiguo tūāth36 son sustitutos eufemísticos para referirse a la izquierda
(Cuillandre 1944: 347-348; Bonfante 1966: 146; Martinet 1971: 95; ChevalierGheerbrant 1996: s. v. droite).
34
Dice, además, Stapleton que en todas estas lenguas la mano derecha es vista como la superior, mientras
que la zurdera es tratada como un defecto.
35
ʻLa mano potenteʼ, según Guitter (1984: 48).
36
Este término adoptaba también, en ocasiones especiales, los sentidos de ʻsiniestro, desfavorable, maloʼ,
o se relacionaba con la magia (Cuillandre 1944: 347).
96
Hemos visto anteriormente que en el mundo árabe la orientación del lugar sagrado
establece una relación directa de la derecha con el Sur y de la izquierda con el Norte;
pues bien, esta identificación puede demostrarse también lingüísticamente. Así, el
nombre de Yemen, situado al sur de este lugar sagrado, está relacionado
etimológicamente con la raíz ymn, que implica ideas de éxito y felicidad, con derivados
como yumn, ʻfelicidadʼ, y yamîne, ʻderechaʼ. En cambio, la palabra árabe para Siria, el
país situado al norte, sería Sam, relacionada etimológicamente con šu’m, ʻtristezaʼ,
ʻdesgraciaʼ, y maš’amat, usada en el Corán para referirse a la izquierda. Por tanto,
parece que la relación del Norte y el Sur con la izquierda y la derecha, respectivamente,
es una creencia bastante arraigada en el mundo árabe (Chelhod 1973: 240-242 y 24624737; Buitrago-Torijano 2007: s. v. mono)38. Sin cambiar de cultura, llama la atención
que la costumbre de levantar la mano derecha en los juramentos tenga consecuencias
lingüísticas en árabe, pues el juramento recibe el nombre de jamîn, ʻla derechaʼ (Hertz
1990: 126).
Entrando ya en lenguas más familiares, en alemán39 ʻizquierdaʼ es link, que a su vez
significa ʻretorcidoʼ; linkisch, por su parte, significa ʻtorpe, desmañadoʼ40. En cambio,
recht es ʻderechaʼ y das Richtige puede traducirse como ʻlo buenoʼ (Wahrig 2005: s. v.
link, linkisch, recht). Significados positivos tiene también el inglés right, ʻderechaʼ y
ʻbueno, verdadero, correctoʼ (Soanes-Stevenson 2005: s. v. right), como advierten
Gardner (1985: 68) o Lloyd (1987: 43); en inglés antiguo la derecha era la ʻmano fuerteʼ
(Martinet 1971: 94). En cambio, el término utilizado para la izquierda, left, tenía el
sentido primario de ʻdébil, malignoʼ (Ullmann 1986b: 233). Gardner (1985: 68) sugiere
que left puede tener su origen en el hecho de que la mano izquierda ―left hand― se usa
tan poco que se la excluye ―left out― de la mayoría de las tareas. Señala además otro
caso que confirma toda esta visión negativa: cuando se hace un cumplido
malintencionado, se dice que es un left-handed compliment, un ʻfalso halagoʼ.
Podemos señalar además otras expresiones inglesas que contienen los términos que
estamos analizando. Por ejemplo, in one’s right mind significa ʻcuerdoʼ, mientras que la
ilustrativa have two left feet significa ʻser torpeʼ. También se utiliza la expresión
37
De entre los diferentes datos lingüísticos que ofrece Chelhod con respecto a las connotaciones
negativas y positivas de los significantes en árabe para ʻizquierdaʼ y ʻderechaʼ, se puede señalar la
relación de otra palabra para referirse a la izquierda, šimâl, con la mala suerte.
38
Añade, por ejemplo, Chelhod (1973: 247) que los antiguos árabes llegaban a confundir la izquierda con
el Norte; de hecho, la palabra šimâl sirve para designar ambos conceptos.
39
Para una visión de los términos utilizados para la izquierda en los dialectos germánicos, cfr. Markey
1982: 186-187.
40
Señala Windekens (1976: 253) la expresión linker Mensch, ʻgordo, pesado, torpeʼ.
97
peyorativa cack-handed, de cack, ʻexcrementoʼ, para referirse a los zurdos (SoanesStevenson 2005: s. v. right, left, cack-handed). McManus (2007: 330 y 334) señala más
expresiones de este tipo: por ejemplo, se utiliza left-handed wife para referirse a una
amante; left-handed dream hace alusión a una pesadilla; por otra parte, se emplea
también left-handed con el sentido de ʻhomosexualʼ.
En vasco la palabra para ʻderechaʼ, eskuin, está compuesta de esku, ʻmanoʼ, e in,
ʻbuenoʼ41 (Martinet 1971: 94). En cuanto al término vasco para izquierda, ezker, hay
muchas cosas que decir, como veremos posteriormente.
3.1.4. Las lenguas románicas
Hemos visto que sinister fue el único de los tres términos que se utilizaban en latín
para ʻizquierdaʼ que ha pervivido en la evolución a las lenguas románicas, pero es obvio
que hasta llegar al término izquierda se han producido más cambios. Antes de
centrarnos en el castellano, veamos en primer lugar lo más destacable que ha sucedido
en otras lenguas42.
Lo primero que hay que resaltar es que, como sucedía en el ámbito indoeuropeo, los
términos que hacen referencia al significado ʻderechaʼ forman un grupo homogéneo,
pues comparten la misma raíz. Provienen del latín vulgar derectus (clásico directus),
ʻrectoʼ, ʻdirectoʼ, participio de derigere (dirigere), ʻdirigirʼ, derivado a su vez de regere,
ʻdirigir, conducir, guiarʼ. Así, encontramos: el rumano drept, el francés droit, el
provenzal drech, el catalán dret, el portugués direito, el gallego dereito o el castellano
derecho (Silva 1927: 564; Segura 2006: s. v. directus; DECH: s. v. derecho). Pero el
término dexter también tiene continuadores en las lenguas románicas, como el
castellano diestro, italiano destro, provenzal dęstre, francés antiguo destre, portugués y
gallego destro, catalán destre... e incluso fuera del ámbito románico encontramos el
vasco dretxa o el inglés dexter (DECH: s. v. diestro; Segura 2006: s. v. dexter)43.
Guitter (1984: 47-49) afirma que este cambio que tuvo como consecuencia que los
significantes para la derecha se relacionen con el significado ʻrecto, directoʼ se remonta
41
Dice Mansur (1956: 176) que la mano derecha es, para los vascos, la mano por excelencia y ʻla mano
de comerʼ.
42
Para la información aportada en este apartado relativa a los diferentes términos utilizados en las lenguas
románicas, cfr.: Silva 1927: 564-565; Mansur 1956: 176-177; Montero 1981: 139; Entwistle 1982: 91;
Guitter 1984: 47-52; Gardner 1985: 68; Ullmann 1986b: 232-233; Mozzani 1995: s. v. gauche; Uría
1997: 166; Segura 2006: s. v. sinister; DECH: s. v. derecho, diestro, siniestro.
43
En italiano, además de los usuales destro/destra para referirse al lado derecho, existen también diritto y
diritta, aunque su uso es arcaico; se emplean sobre todo para referirse a partes del cuerpo (Zingarelli
2010: s. v. diritto).
98
a los tiempos del Alto Imperio, cuando «(di)recta extendió su campo semántico hasta la
noción de ʻ(mano) derechaʼ; por un largo camino, oscuro en sus principios, llegó a la
eliminación del indo-europeo *deks sobre áreas inmensas» (1984: 49). Pero se trata de
un cambio que va más allá de las lenguas románicas; así, existen muchas otras lenguas
con términos procedentes de la familia de rectu, ʻrectoʼ, que habrían adquirido el
sentido ʻderechaʼ44. Por su parte, Calvet (1997: 84) señala que la raíz indoeuropea *reg,
de la que proceden el inglés right, el alemán Recht, el danés ret, el holandés regt o el
propio regere, ya debía de tener los significados de ʻderechaʼ y de ʻrectitudʼ.
En cambio, la interdicción que recae sobre la izquierda provoca que los términos que
la designan tengan una evolución más accidentada. El italiano constituye un caso raro al
ser una lengua en la que el significado ʻizquierdaʼ sigue designándose de forma natural
con la evolución del término latino: sinistra (Silva 1927: 565; Ullmann 1686b: 232;
Uría 1997: 166); en este hecho coincide solamente con algunas lenguas retorrománicas,
que conservan (Markey 1982: 185) las formas seniester (dialecto surselvano) y sinistri
(friulano).
En otras lenguas los términos procedentes de sinister45 también permanecen, pero sus
significados desagradables y funestos han hecho que hayan sido relegados por otros
términos para designar la izquierda. Al margen del caso del español, en el que nos
detendremos posteriormente, encontramos ejemplos en el francés antiguo y provenzal
senestre, el también francés sinistre, el portugués sestro o sinistro, el catalán sinistre o
el gallego sinistro (Silva 1927: 565; Montero 1981: 139; Entwistle 1982: 91; Segura
2006: s. v. sinister; DECH: s. v. siniestro). Todos estos términos comparten significados
análogos de base claramente negativa: por un lado, como adjetivos se utilizan
frecuentemente para designar algo que implica una desgracia o atemoriza y, como
sustantivos, se refieren a un accidente o una desgracia46. En italiano, de hecho, además
44
Afirma Guitter: «Parecería muy improbable que el uso de sustitutos sacados de una misma raíz se
hubiese producido independientemente en las varias lenguas interesadas: todas ellas poseían vocablos de
esta raíz con el sentido propio de ʻen línea rectaʼ y el sentido figurado de ʻjusto, convenienteʼ; pero la
extensión de sentido a ʻ(mano) derechaʼ verosímilmente deriva de un punto de partida común, aunque los
testimonios escritos aparezcan en fechas diferentes» (1984: 47).
45
Propiamente, deberíamos hablar de herederos del latín vulgar *sinexter, alteración de sinister, por
influjo de dexter (DECH: s. v. siniestro; Segura 2006: s. v. sinister).
46
Sinistre se utiliza como adjetivo en francés con los sentidos de «qui fait craindre un malheur, une
catastrophe», «qui, par son aspect, semble menaçant ou accablant», «sombre et méchant, inquiétant»,
«malfaisant, dangereux par lui-même», «triste et ennuyeux»; como sustantivo, adopta los significados de
«évènement catastrophique naturel, qui occasionne des dommages, des pertes (incendie, inondation,
naufrage, séisme, etc.)» y «dommages ou pertes subis par des objets assurés» (Rey-Debove-Rey 2009: s.
v. sinistre).
99
del sentido espacial al que nos hemos referido, también encontramos este tipo de
empleos negativos47. Aunque en algunos casos, como de hecho sucede en español,
puedan seguir usándose estas palabras para referirse a la izquierda, estos usos se van
quedando arcaicos y son, por tanto, poco frecuentes.
Veamos, entonces, cuáles son los términos que han ido apareciendo en distintas
lenguas48. En rumano se usa stînga, término relacionado ―como ya se había
adelantado― con el italiano stanco, ʻcansadoʼ, e italiano antiguo mano stanca, ʻmano
cansada, izquierdaʼ (Markey 1982: 185; Guitter 1984: 50). En occitano encontramos ma
senega, ʻviejaʼ (DECH: s. v. izquierdo).
En francés49 se utiliza actualmente para ʻizquierdaʼ la palabra gauche, derivada de
gauchir,
verbo
de
origen
probablemente
germánico50
cuyo
significado
es
ʻdeformar(se)ʼ. Gauche, cuyo sentido era el de designar todo aquello que presenta una
desviación ―recordemos las etimologías expuestas anteriormente relacionadas con lo
doblado, torcido―, de ahí su utilización figurada como ʻtorpeʼ, sustituyó al heredero
latino senestre51 en el siglo XV mientras, a su vez, droit hizo lo propio con destre. De
todas formas, el término gauche es utilizado también actualmente con sus
connotaciones negativas originarias52. De hecho, encontramos en francés otros términos
En portugués, el adjetivo sinistro puede referirse a «que faz temer desgraças», «que é de mau presságio;
funesto», «que indica má indole», «mau»; como sustantivo, significa «desastre; grande prejuízo material;
ruína» (Figueiredo 1996: s. v. sinistro). En cuanto a sestro, Da Silva (Silva 1927: 565-566) dedica unas
líneas a hablar de esta palabra. Su uso como ʻizquierdoʼ era normal en la época de Luís de Camões, pero
ya a comienzos del siglo XX sólo pervivía con ese significado en algunas expresiones arcaicas, siendo su
sentido habitual equivalente a ʻmal vicioʼ.
El catalán sinistre, por su parte, puede significar «que anuncia, que evoca o que porta una desgràcia» o,
como sustantivo, «fet catastròfic, accident greu» (López 2000: s. v. sinistre).
En gallego, el adjetivo sinistro se emplea con los sentidos de «que agoira unha desgraza», «que mete
medo e atemoriza»; como sustantivo significa «accidente catastrófico de carácter natural» o «accidente
sufrido por unha persoa ou por un vehículo» (Carballeira 2007: s. v. sinistro).
Podemos señalar incluso empleos análogos en inglés y en alemán (Segura 2006: s. v. sinister). En inglés,
sinister se emplea con el sentido de «giving impression that something harmful or evil is happening or
will happen» (Soanes-Stevenson 2005: s. v. sinister). En alemán puede definirse como «böse, unheilvoll,
unselig» (Wahrig 2005: s. v. sinister).
47
Así, el adjetivo sinistro se emplea también con sentidos como «non favorevole, contrario, avverso;
minaccioso, bieco»; como sustantivo, lo encontramos con el significado de «evento fortuito dannoso,
disgrazia» (Zingarelli 2010: s. v. sinistro).
48
Obviamente, no comentamos de momento las lenguas que han tomado un término emparentado con el
español izquierdo.
49
Para esta información sobre el francés, cfr. especialmente Rey 2006: s. v. gauche, gauchir, senestre y
sinistre. Cfr. también Darmesteter 1979: 145.
50
Se propone este posible origen, aunque conlleva dificultades. Otras posibles etimologías serían las
señaladas por P. Guiraud, que plantea un origen galo-romance (Rey 2006: s. v. gauche), o Guitter (1984:
51-52), que relaciona el término con la denominación de Galia.
51
Este término ha quedado limitado hoy en día, en su sentido original, a algunos contextos concretos,
como la heráldica o la zoología (Picoche 1992: s. v. senestre).
52
Así, además de con el sentido de «qui est de travers, qui présente une déviation», se utiliza hoy en día
el significado de «dépourvu de grâce, d’adresse, d’assurance». En cuanto a la definición de su sentido
100
de la misma familia con significados claramente negativos, como gauchement o
gaucherie53.
Además de los usos de los herederos de sinister y del origen peyorativo que
encontramos en algunos términos que se utilizan para sustituirlos, encontramos en la
mayoría de las lenguas más muestras de la visión negativa de lo izquierdo en ciertas
expresiones. Por un lado, existen una serie de casos que se repiten en diferentes lenguas
y que sirven de claro ejemplo a la explicación sobre esta simbología: en portugués,
encontramos entrar com o pé direito, entrar com o pé esquerdo (Silva 1927: 565),
levantar-se (da cama) com o pé direito o com o pé esquerdo (Mansur 1956: 177); en
gallego, saír co pé cambiado/com mal pé frente a entrar/levantarse/saír co pé
dereito/con bo pé (Montero 1981: 139); en francés, se lever du pied gauche, ʻestar de
mal humor desde la mañanaʼ (Liou-Gille 1991: 199; Rey-Debove-Rey 2009: s. v.
gauche). En todas estas expresiones el pie derecho tiene cualidades positivas y el
izquierdo acapara las negativas54.
Existen muchas más expresiones curiosas. En portugués señala Da Silva (Silva 1927:
565) tem ésse sestro o foi-lhe esquerda a sorte!, ambas con sentido negativo. Este
último caso, junto con expresiones del portugués de Brasil como isto é esquerdo, fica
meio esquerdo, y añadido al empleo de esquerdear, ʻdesviarse del deber, seguir mal
rumboʼ o esquerdecer, ʻproceder mal, hacer tonteríasʼ (Mansur 1956: 176)55, muestran
cómo esquerdo, sustituto eufemístico que se tomó para reemplazar al término ya
gastado sestro, no se ha librado de los usos con sentido peyorativo. También es propia
del portugués la expresión fazer-se esquerdo, ʻhacerse el desentendidoʼ; en cambio, às
direitas se emplea con el sentido de ʻcomo debe serʼ (Figueiredo 1996: s. v. esquerdo,
direita).
En gallego también se utiliza facerse esquerdo para ʻhacerse el desentendidoʼ, algo
parecido a hacerse el sordo (Castro 2006: s. v. esquerdo). Otras expresiones que se
emplean en gallego son las mismas que encontramos en español por el contacto
como ʻizquierdaʼ, encontramos: «qui est situé du côté du coeur, parce que cette main est ordinairement
malhabile, gauche» (Rey-Debove-Rey 2009: s. v. gauche).
53
Gauchement aparece definido como «d’une manière gauche, maladroite ou contrainte», mientras que en
gaucherie encontramos «manque d’adresse, d’aisance, de grâce» o «acte, geste gauche, faute qui dénote
de la maladresse» (Rey-Debove-Rey 2009: s. v. gauchement, gaucherie).
54
Las expresiones análogas que existen en castellano serán analizadas posteriormente (cfr. principalmente
cap. 7).
55
Extrae Mansur esta información del diccionario de De Figueiredo (Figueiredo 1996: s. v. esquerdear,
esquerdecer).
101
continuo en el que están ambas lenguas. Así, encontramos, por ejemplo, el caso de a
dereitas, ó dereito, ʻcorrectamenteʼ (Carballeira 2007: s. v. dereita, dereito).
En italiano tenemos porgere la destra con el sentido de ʻprestar auxilioʼ o
filare/rigare diritto con el de ʻcomportarse como es debidoʼ (Tam 2004: s. v. destra,
diritto). Se dice también fortuna destra con un evidente sentido positivo (Silva 1927:
565).
En francés existen también un buen número de expresiones de este tipo. Liou-Gille
(1991: 199) hace referencia a avoir deux mains gauches, ʻser particularmente torpeʼ. Es
notable el caso de la expresión mariage de la main gauche, con el significado de ʻunión
libreʼ (Bonfante 1966: 146)56, definición que no hace falta comentar una vez analizado
todo lo referido a la asociación entre la derecha y el catolicismo. También encontramos
otro caso similar como être né du côté gauche, ʻnacer fuera del matrimonioʼ57, y otras
expresiones como passer l’arme à gauche, ʻmorirʼ, o mettre de l’argent à gauche,
ʻmeter el dinero disimuladamenteʼ58 (también ʻahorrarʼ). Es curiosa la expresión
gaucher contrarié, que se utiliza para aludir a los zurdos que son obligados a utilizar la
mano derecha, fenómeno que ocurre, como hemos señalado, con gran frecuencia59. En
cambio, un coeur droit es ʻun corazón sinceroʼ (García-Testas 2001: s. v. droit).
Aparte de las expresiones, se pueden señalar más peculiaridades: encontramos más
datos que confirman la visión negativa de la izquierda. En italiano, además del ya
mencionado sinistra, se utilizan también relacionados con el significado ʻizquierdaʼ
varios términos que parten de manco, del latín mancus, ʻmanco, mutiladoʼ (Segura
2006: s. v. mancus). Así, el adjetivo manco significa ʻizquierdoʼ (por lo que mano
manca significaría literalmente ʻmano defectuosaʼ), como su diminutivo mancino, que a
su vez significa también ʻzurdoʼ. Pero estos términos tienen también otros sentidos
negativos: mancino significa ʻmalignoʼ, mientras que manco conserva algunos empleos
arcaicos como, por ejemplo, ʻmezquino, miserableʼ o ʻimperfecto, defectuosoʼ60. No
56
En Rey (2006: s. v. gauche) encontramos un comentario interesante referido a esta expresión:
antiguamente, un noble daba la mano izquierda en lugar de la derecha en el momento de la ceremonia
nupcial si la mujer con la que contraía matrimonio era de una clase social inferior a la suya.
57
Esta expresión no aparece recogida en la edición de Le fouveau Petit Robert de 2009 (Rey-DeboveRey 2009), pero sí en ediciones anteriores (Rey-Debove-Rey 1993: s. v. gauche).
58
La definición de esta expresión varía ligeramente en la edición de Le fouveau Petit Robert 2009:
mientras que en la de 1993 aparecía explicada como «de côté, en le dissimulant» (Rey-Debove-Rey 1993:
s. v. gauche), en la de 2009 se simplifica solamente en «de côté» (Rey-Debove-Rey 2009: s. v. gauche).
59
Para consultar todas estas expresiones citadas y más ejemplos que reflejan el sentido peyorativo de
gauche, cfr. Rey-Debove-Rey 2009: s. v. gauche, gaucher.
60
Cfr. Zingarelli 2010: s. v. manco, manca, mancino, mancina. También se refieren a estos términos
Mansur (1956: 176), Gardner (1985: 68) y Corominas-Pascual (DECH: s. v. izquierdo).
102
olvidemos tampoco la expresión antigua ya señalada de mano stanca (Gardner 1985:
68; Zingarelli 2010: s. v. stanco).
En portugués, a partir de canha, ʻmano izquierdaʼ61, hay que resaltar canhoto,
término que designa al diablo ―como canheta y canhim (Mansur 1956: 176)― y
también al que se sirve de la mano izquierda62, como lo hacen sus análogos canho,
canhenho y canhestro (Kröll 1984: 18)63. Da Silva (Silva 1927: 566) aporta un curioso
ejemplo en el que encanhar, de canha, significa ʻembarazarʼ.
Montero (1981: 139-140) recoge algunas formas de referirse a la izquierda en
Galicia. Además de esquerda y zurda, señala otras de carácter despectivo como
manecha, manicha o maneta. Y recoge incluso una posible expresión eufemística: a
outra mau64. Además, son abundantes los vocablos que posee el gallego para el
significado ʻizquierdoʼ: además de sinistro, zurdo, esquerdo o esquerdeiro,
encontramos otras formas más peculiares como cochaino, cocheno (de cocho, ʻcerdoʼ),
cordo, coxeno (de coxo, ʻcojoʼ)65, manicho o xergo (Castro 2006: s. v. esquerdo;
Carballeira 2007: s. v. cochaino, coxeno, manicho, xergo). Y esto no es todo, pues la
segunda definición de zurdo que recoge el diccionario Xerais es: «Dise do animal ó que
lle falta unha pata» (Carballeira 2007: s. v. zurdo).
En cambio, si nos fijamos en los términos relacionados con la derecha, veremos que
comparten todo tipo de significados positivos. En la mayoría de las lenguas románicas,
los análogos al español diestro, es decir, los derivados de dexter vistos anteriormente,
poseen el sentido de ʻhábilʼ (sentido que, como se ha indicado, ya se encontraba en el
propio dexter). Un ejemplo es el francés adroit66, término adoptado también por el
inglés (Gardner 1985: 68)67.
61
Mansur (1956: 176) dice que este término pudo haber sido primitivamente un vocablo noa, es decir, un
término con función eufemística.
62
Como es frecuente en los términos que designan al zurdo, comparte canhoto también el significado de
ʻtorpeʼ: «Que não é destro, que não é hábil» (Figueiredo 1996: s. v. canhoto).
63
Señala Da Silva (Silva 1927: 567; cita en este caso a Leite de Vasconcelos, Ensaios etnográficos, IV,
Lisboa, 1910, p. 357) la expresión cruzes canhoto!, equivalente a cruzes, diabo!, figas, diabo!. Se trata de
expresiones utilizadas al mismo tiempo que se representa con la mano una cruz o una higa, y tienen el
sentido de «hago cruces contra ti, diablo» (cfr. también Mansur 1956: 176).
64
De todas formas, afirma Montero que la función eufemística de esta expresión ha de tomarse con
reservas, pues aparece tan solo en una canción popular, donde «las necesidades métricas pueden
imponerse a la presión interdictiva» (1981: 140).
65
El sufijo –eno, que encontramos tanto en cocheno como en coxeno, indica «procedencia, pertenencia,
relación» (Pena 2004: s. v. -eno), por lo que las connotaciones de ambos términos, a partir de sus raíces
cocho y coxo, son evidentes.
66
Concretamente, aparece definido como «qui a de l’adresse dans ses activités physiques» (Rey-DeboveRey 2009: s. v. adroit).
67
Para consultar de forma más detallada los significantes asociados a ʻderechaʼ e ʻizquierdaʼ en una gran
cantidad de lenguas, cfr. el diccionario de Buck (1988: s. v. right, left), que realiza un análisis breve pero
103
3.1.4.1. La derecha y la justicia
Sin duda, un aspecto lingüístico importante concerniente a nuestros términos es la
utilización de derecho con acepciones relacionadas con la justicia. Indican Corominas y
Pascual que «la acepción sustantiva ʻjusticiaʼ, ʻfacultad natural del hombre para hacer
algo legítimamenteʼ es general en romance y ha de ser muy antigua»; en concreto,
hacen referencia a un ejemplo de directum con este valor del año 101068 (DECH: s. v.
derecho).
En efecto, en las lenguas romances derecho aparece relacionado con significados
relativos a la justicia principalmente en dos sentidos que se pueden definir, a grandes
rasgos, como: ʻconjunto de normas y leyes que regulan la sociedadʼ y ʻfacultad de llevar
a cabo lo que admite una leyʼ. Esta asociación se produce en el español derecho,
italiano diritto, francés droit, portugués direito, gallego dereito, catalán dret... e incluso
en otras lenguas como el inglés right (aunque este término no se extiende a tantos
sentidos como lo hacen los románicos anteriormente citados).
Etimológicamente, estos sentidos proceden de la sustantivación del adjetivo directus
en neutro, utilizado en expresiones como verbum directum (siglo VI) con el sentido de
ʻjustoʼ. Así, directus sustituyó a iustus en este sentido de ʻjustoʼ y directum hizo lo
propio con el sustantivo ius (Battisti-Alessio 1975: s. v. diritto 2; Bogarín 2001: 304;
Rey 2006: s. v. droit 3).
Bogarín (2001: 302-310) profundiza en esta asociación entre la derecha y la justicia y
señala la presencia de un adjetivo sustantivado en indoeuropeo con el sentido de ʻlo
rectoʼ que sería el origen de otros términos no románicos análogos con los sentidos de
ʻleyʼ o ʻderechoʼ69 (cfr. el anteriormente citado Guitter 1984: 47; Ernout-Meillet 1985:
s. v. rego; Calvet 1997: 84).
completo de muchos de los términos empleados ya desde las lenguas indoeuropeas y confirma, además,
algunos datos que estamos mencionando en este análisis.
68
Se apoya para esta información en un ejemplo tomado del Diccionario de construcción y régimen de la
lengua castellana de R. J. Cuervo.
69
Bogarín enfoca su artículo como un estudio etimológico de las palabras relacionadas con el fenómeno
jurídico, entre las que destaca, evidentemente, derecho. Como conclusión al análisis de este vocablo
afirma: «Encontramos presentes en él casi todos los sentidos que la indagación etimológica nos descubría:
lo que está de pie, levantado, recto, directo, enderezado, dirigido, trazado, correcto, exacto...» (2001:
310).
104
3.1.5. La oposicion lingüística
Antes de continuar, detengámonos a comprobar cómo la relación que establecen los
conceptos de ʻderechaʼ e ʻizquierdaʼ también tiene sus particularidades en la oposición
lingüística que conforman. Veamos en primer lugar uno de los elementos de formación
tanto de dexter como de sinister, así como de algunos términos análogos en otras
lenguas. Se trata del sufijo *–tero, analizado con detenimiento por Benveniste (1975:
115-125).
Este sufijo servía originariamente para oponer dos términos: su función sería la de
mostrar el término marcado de la oposición, el término diferente; cada uno de los dos
términos podía adoptarlo en un momento dado oponiéndose a la otra forma, que se
mantendría
sin
el
sufijo.
Precisamente
lo
encontramos
en
la
oposición
derecha/izquierda, como en griego δεξιός/άριστερός, avéstico dašina/vairyastāra y el
gótico taihswa/hleiduma70; en estos casos la izquierda sería el miembro marcado. En
cambio, señala Benveniste que en latín el miembro marcado era la derecha
―dexter/laevus era la pareja originaria― por una concepción propiamente itálica71. Por
el tipo de oposición que establece este sufijo Benveniste lo denomina sufijo
«separativo».
Martinet (1971: 97-100) analiza también este sufijo teniendo en cuenta precisamente
que la oposición establecida por -tero está estrechamente vinculada con la relación que
existe entre los conceptos de ʻderechaʼ e ʻizquierdaʼ. Este autor denomina al tipo de
oposiciones establecidas por este sufijo como relaciones de «alteridad». Siguiendo a
Benveniste, explica así su empleo: «La elección de la forma en –tero depende del punto
de vista del momento; siempre marca la “otra” forma, la que acude al espíritu en
segunda instancia que por lo demás puede ir a la cabeza en el discurso, pero que es
pensada en relación con el otro». Y continúa un poco más adelante diciendo que se trata
de un tipo de oposición en la que «la jerarquía de los dos miembros no está fijada de
una vez para siempre, sino que se deja a elección de quienes los usan» (1971: 98-99).
Asegura Martinet que, con el tiempo, por razones de expresividad y economía, se
prefirió únicamente el uso de las formas con –tero, por lo cual en latín encontramos el
par dexter-sinister.
70
Según Benveniste (1975: 118), en este último término la forma en –tero es sustituida por un
superlativo.
71
Markey (1982: 184), que como veremos a continuación también se ocupa de este asunto, explica el
hecho de que la derecha se convirtiera en latín en miembro marcado por su relación con el significado
ʻjusticiaʼ.
105
Lo que más nos interesa de su análisis es la relación que establece entre los pares
derecha/izquierda y padre/madre ―o lo que es lo mismo, masculino/femenino―,
teniendo en cuenta que en los términos pater/mater volvemos a encontrar este sufijo72.
Pues bien, para este autor entre estas dos parejas encontramos el mismo tipo de
oposición: no se puede decir que ninguno de los dos pares tenga un claro término
marcado, su preferencia depende de las circunstancias, aunque tanto la derecha como lo
masculino suelen gozar de mayores privilegios73. Habíamos visto anteriormente lo
fuertemente relacionadas que estaban estas dos parejas, tanto en términos sociológicos
como semánticos. Ahora, vemos que esta relación se extiende a más aspectos en el
terreno lingüístico74.
Markey (1982: 183-194) analiza otra partícula primitiva que servía para contrastar
dos elementos de la misma forma que lo hacía –tero: se refiere a *-we/o-, ʻbajo, lejosʼ,
que también se utilizaba para marcar a uno de los dos miembros, en contraposición al
miembro positivo y no marcado. Según este autor, esta partícula sería anterior a –tero75.
Indica además que *-we/o- aparece señalando el término marcado en oposiciones como
Este/Oeste, verano/invierno y, sobre todo, derecha/izquierda76 (a la la oposición
dexter/laevus le antecedería *deks-yo-/lai-wo), es decir, conceptos que forman parte del
pensamiento dualista de los pueblos primitivos al que nos hemos referido en este trabajo
(donde los términos marcados ―los negativos de cada par― serían, en estos casos, el
Oeste, el invierno y la izquierda). Este hecho le hace reivindicar precisamente la
importancia del análisis de las cuestiones culturales en los estudios etimológicos77.
72
Según Martinet (1971: 99), en ellos encontramos la forma adjetivada de –tero, es decir: -ter.
Explica Martinet: «Si la que está en discusión es la importancia del papel social, el que triunfa en la
sociedad indoeuropea es el padre. Si se trata, en cambio, del papel de cada uno en la procreación, la que
se impone, como resulta evidente, es la madre. El "otro", será, ora la madre, ora el padre, según las
circunstancias. En un mundo en que el sexo femenino es el "segundo sexo", hay posibilidades de que la
alteridad de la madre se imponga con mayor frecuencia, del mismo modo que se afirma con bastante
normalidad la alteridad de la mano izquierda. En todo caso, lo que hay de común a los dos pares es ese
tipo de oposición que no es equipolente, sin ser por ello privativo o marcado de manera inmutable»
(1971: 99).
74
Concluye Martinet su análisis diciendo: «No habría que extraer de todo esto la conclusión de que la
situación particular resultante de la diferencia fisiológica entre la derecha y la izquierda es la que
necesariamente proporcionó el modelo del complejo oposicional que acabamos de analizar. Pero no cabe
duda de que la oposición de la derecha y la izquierda figura en muy buen puesto en la historia del sufijo
indoeuropeo –tero» (1971: 100).
75
Dice Markey: «*we- was amplified by *-tero, but not conversely» (1982: 184).
76
Como Martinet, también Markey le otorga una especial relevancia a la función de esta partícula en la
relación izquierda/derecha: «Of the oppositional pairs in which these two suffixes figure, perhaps the
most interesting etymologically and culturally is that of left vs. right» (1982: 184).
77
Concluye su artículo de esta manera: «All too often in the conduct of comparative etymology we have
been exclusively concerned with presentation, with grammar, history, and detail, when we should also
have been, as I have attempted here, concerned with matters of representation, with gramatology,
73
106
En resumen, se observa como las concepciones culturales que hemos estado viendo
en este trabajo tienen una clara repercusión lingüística, tal y como apunta Markey.
Comprobamos, además, que los especialistas en el tema apuntan a la relación
establecida entre derecha/izquierda como el modelo ejemplar de este tipo de
oposiciones.
3.1.6. Conclusiones
Antes de centrarnos en el castellano, podemos concluir que ha quedado demostrada
la influencia de la oposición simbólica izquierda-derecha en la lengua. Vemos que no se
trata de un fenómeno ni mucho menos restringido, sino que se observa en numerosos
ejemplos que abarcan desde lenguas indígenas muy alejadas de la cultura occidental
hasta las propias lenguas románicas. Es evidente la interdicción lingüística existente en
el significado ʻizquierdaʼ, cuyos significantes, además de estar sometidos a constantes
cambios, se relacionan siempre con significados negativos.
Todo esto provoca efectos visibles en la lengua. En palabras de Hertz, la derecha
«sirve para expresar ideas de fuerza física y "destreza", de "rectitud" intelectual y de
buen sentido, de "equidad" y de integridad moral ―de felicidad y belleza―, de norma
jurídica, mientras que la palabra izquierda evoca la mayor parte de las ideas contrarias»
(1990: 118). Así, como afirma Martinet, la mano izquierda representa justo lo inverso
que la derecha: «por oposición a "recta", es la mano "torcida", "oblicua"; es la mano
"débil" por oposición a la mano "fuerte"; y es también la mano "mala", con todos los
matices del término "malo" opuestos uno a uno a los matices de "bueno"» (1971: 94)78.
En efecto, hemos visto en el análisis que acabamos de realizar que frente a los
significados positivos de la derecha ―fundamentalmente basados en los conceptos de
ʻhabilidadʼ, ʻjusticiaʼ, ʻcorrecciónʼ y ʻrectitudʼ―, la izquierda se relaciona con
conceptos como ʻdobladoʼ, ʻtorcidoʼ, ʻfalsoʼ, ʻmaloʼ, ʻcansadoʼ, ʻtorpeʼ, ʻdesfavorableʼ,
ʻcontrarioʼ, ʻviejoʼ, ʻpequeñoʼ, ʻfemeninoʼ, ʻtristeʼ, ʻdesgraciadoʼ, ʻdefectuosoʼ79...
Ante todos estos datos, parece lógico pensar que, independientemente de cuáles
puedan ser las causas últimas de esta gran simbología, los términos asociados a derecha
historicity, and iconicity» (1982: 194). Recordemos su teoría, referida con anterioridad, acerca de la
inversión que se produce en estos pares oposicionales, donde lo positivo se convierte en negativo y
viceversa en contextos excepcionales.
78
Concluye también Bonfante: «Los nombres para la mano izquierda son muchas veces palabras que
significan "viejo", "débil", "malo", "cansado", "torcido", "mutilado", "mustio", "desfallecido", "fláccido",
etc.» (1966: 146).
79
Cuillandre (1944: 424-427) hace un balance bastante completo sobre este hecho. Cfr. también Caillois
1980: 51.
107
e izquierda están muy relacionados con la distribución física del cuerpo humano. De
hecho, señala Buck: «The history of words for ‘right’ and ‘left’ shows that they were
used primarily with reference to the hands» (1988: s. v. right)80. Explica Lyons: «La
derecha puede distinguirse de la izquierda sobre la base de la predominancia del
dextrismo en toda población humana. Es evidente que por ello el fenómeno de la
destreza ha proporcionado la palabra para el lado de la mano derecha en muchas
lenguas» (1989: 625).
De todos modos, hay opiniones divergentes, como la de Hertz. Su idea es que las
evidencias que muestra la lengua no son más que una de las consecuencias de la
importancia de esta simbología, ya que «la fuerza (o la debilidad) física no es aquí más
que un aspecto particular y derivado de una cualidad mucho más vaga y profunda»
(1990: 118-119). Lo que propone Hertz, por tanto, es que los términos utilizados para
los significados ʻderechaʼ e ʻizquierdaʼ no adquirieron las connotaciones que hemos
visto por la influencia de los dos lados de nuestro cuerpo, sino que esas connotaciones
ya existían cuando esos términos se aplicaron a nuestra izquierda y nuestra derecha.
Recordando lo expuesto anteriormente, Hertz reitera una vez más su teoría de la
dualidad que afecta a todos los ámbitos y piensa que una diferencia física entre ambos
lados no da lugar, por sí misma, a todas estas diferencias lingüísticas81.
3.2. La situación del español: el préstamo vasco
Sin duda el caso que más nos interesa es el de las lenguas que han importado un
término del vasco como sustituto eufemístico para sustituir a las formas ya desgastadas
para designar la izquierda. Se trata de la palabra vasca ezker.
El castellano es sólo una de las lenguas que han adquirido este préstamo. Así,
siguiendo la información aportada por Corominas y Pascual en su Diccionario crítico
etimológico castellano e hispánico (DECH: s. v. izquierdo), donde se trata el tema de
forma detallada, además de izquierdo, encontramos el gallego y el portugués esquerdo,
el catalán esquerre, el gascón querr o esquerr o el languedociano esquer, -rra. Señalan
la primera documentación del término, como nombre propio, Exquerdo, en 1117 en una
80
En el diccionario italiano de Zingarelli (2010), bajo la entrada del término diritta, se explica que
proviene del latín directa porque es la mano adaptada a cumplir directamente su función.
81
«Nada nos autoriza a afirmar que el antiguo nombre indoeuropeo de la derecha haya tenido
primeramente un sentido exclusivamente físico, y en cuanto a los nombres de formación más reciente,
como nuestra palabra derecha o la armenia adj, antes de ser aplicados a uno de los lados del cuerpo,
expresaron la idea de una fuerza que va directa a su objetivo, a través de vías normales y seguras, por
oposición a lo tortuoso, oblicuo y fracasado» (Hertz 1990: 118).
108
escritura mozárabe toledana82. Además, se encuentran variantes atestiguadas con z, -rdo -rr- dependiendo de la zona geográfica83.
Es evidente que el camino que transcurre hasta la llegada de izquierdo al castellano
es, como vamos a ver, largo y complicado. Y lo es precisamente por la interdicción
lingüística a la que está sometido el significado que estamos analizando.
Actualmente no hay duda acerca del parentesco de izquierdo ―y las demás variantes
romances― con la forma vasca ezker84. Pero lo que sí es objeto de opiniones
divergentes es el origen del propio vocablo ezker: su etimología y su modo de
formación han suscitado diversas teorías, por lo que nos encontramos con bastantes
hipótesis con el objetivo de esclarecer este problema. Veamos cuáles son las más
importantes.
Se admite sin problemas que ezker se tomó del vasco cuando el término heredado del
latín, siniestro, tomó las suficientes connotaciones negativas como para que influyera
sobre él la interdicción85. Dicen Corominas y Pascual que «apenas puede haber duda de
que estamos ahí ante el resultado de una de tantas interdicciones o tabús que han
afectado la palabra para ‘izquierdo’, a causa del mal agüero que envuelve» (DECH: s. v.
izquierdo). Tovar expresa que «no es nada extraño que para designar el lado izquierdo
la superstición haya hecho preferir una voz popular y espontánea, en lugar del cultismo
latino» (1959: 26).
En cuanto a la época en la que tuvo lugar el préstamo, Corominas y Pascual hablan
del período visigodo86. Lapesa (1986: 51) comenta que en la Alta Edad Media el vasco
82
Para más información sobre este hecho concreto, cfr. Simonet 1888: s. v. exquérdo.
Para más información acerca de estas variantes, cfr. DECH: s. v. izquierdo. De todas formas, es un
aspecto al que volveremos en el momento del análisis detallado de la aparición de este término.
84
Dice Tovar acerca de la relación de ezker con sus variantes en romance: «Puede considerarse un hecho
evidente que se trata de la misma voz, y así lo aceptan puede decirse que todos los lingüistas» (1959: 26).
Se puede exponer como curiosidad la etimología propuesta por Covarrubias en su Tesoro de la lengua
castellana o española para el término izquierdo (extraído del fTLLE; cfr. bibliografía en cap. 4): «Deue
ſer nombre Arabigo, ſino es que eſte corrompido de iſceuo, del nombre Latino ſcæuus, que vale lo meſmo,
dicitur etiam læuus, & ſiniſter».
85
Indican Corominas y Pascual que Meyer-Lübke propuso en 1925 un origen romance para ezker, aunque
no parece una solución válida debido a que no se ha demostrado «que en vasco exista ningún sinónimo de
ezker, voz de uso absolutamente general, mientras que en iberorromance siniestro y sus formas afines
fueron usuales, según hemos visto, hasta fecha tardía» (DECH: s. v. izquierdo).
86
Justifican esta afirmación porque «ya estaba cerrado el proceso de palatalización de la Ce, pero todavía
no se había terminado la diptongación de la E abierta». Y añaden: «La discrepancia entre la vocal tónica
del castellano izquierdo y el aragonés esquerro sugiere que el préstamo tendría lugar en fecha ya próxima
al cierre de este proceso fonético» (DECH: s. v. izquierdo).
83
109
ocupaba un territorio mayor al actual87, hecho que, junto con el crecimiento del reino
navarro, facilitaba la adopción de vasquismos.
Entrando ya en los problemas sobre el origen de ezker, señalan los autores del DECH
que hay un acuerdo mayoritario a la hora de buscar para el término un origen
prerromano88. Así, Menéndez Pidal, en el capítulo correspondiente a los vocablos de
origen prerromano, afirma: «Otro vocablo, del que ya no contamos con testimonio
latino antiguo, pero que se incorporó, sin duda, al latín del dominio ibérico, es la base
del español izquierdo (y esquerro), portugués esquerdo, catalán, gascón y
languedociano esquerre, provenzal esquer, vasco ezker» (2005: 53).
Buitrago y Torijano lo explican en su pequeño diccionario de una forma sencilla.
Refiriéndose al origen de la palabra izquierda, afirman:
La palabra que nos ocupa no llegó en absoluto del latín, sino de una lengua
propia, de nuestra casa, dado que parece que se trata de una palabra prerromana de
gran extensión, y que entró en el viejo castellano por mero contacto en las
montañas del Norte procedente del vasco ezker, ezkerra que no dejó lugar al
asentamiento de la esperada opción latina sinistru(m), sólo inicialmente usada en
español, pero en franca derrota desde el siglo XV, o incluso antes (2007: s. v.
izquierda)89.
En cuanto a las hipótesis sobre su formación, la mayoría de las teorías asocian este
término con la palabra vasca esku, ʻmanoʼ. Así, una de las teorías que se recoge en el
87
Es lo que también se explica en el DECH: «¿Por qué no admitir que cuando a su vez sinister fue
tomando en romance la connotación de ʻsiniestro, fatídicoʼ, los pueblos de lengua romance tomaron para
reemplazarlo el vocablo de la lengua vasca, que entonces se dejaría oír aun en la Rioja y norte de Burgos,
en el Alto Aragón y el Pallars, y por la vertiente francesa hasta Luchon y el valle de Arán, y que desde allí
el vocablo se propagaría hasta el Atlántico y, Francia adentro, hasta el Cantal?» (s. v. izquierdo).
88
Advierten solamente Corominas y Pascual de la excepción de Schuchardt, que le atribuyó al término
vasco un posible origen germánico. Su teoría consistía en la relación que existiría entre ezker y ezkel,
ʻbizcoʼ (relación verosímil ya que la –l y la –r pueden alterar fácilmente en vasco). Pues bien, ezkel
guarda bastante parecido con varias palabras germanas cuyo significado es ʻtorcidoʼ, que como hemos
visto es un significado muy próximo a ʻizquierdoʼ.
Pero ha habido bastantes objeciones a la hipótesis de Schuchardt. Teniendo en cuenta que el vasco sólo
podría haber tomado el término del gótico (aproximadamente en el siglo V), y que antes de pasar a las
lenguas romances tuvieron que producirse varios cambios (el paso de ʻtorcidoʼ a ʻizquierdoʼ y el paso de
la l a r y, más tarde ―según Corominas y Pascual―, a rr, pues así lo atestiguan las formas romances), no
quedaría entonces tiempo suficiente para que la forma romance fuera prestada en la época en la que se
producía la diptongación de e en ie. Para más información, cfr. DECH: s. v. izquierdo.
89
Guitter expone al respecto: «Resultaría difícil admitir que un vocablo vasco se introdujese en las
lenguas romances de la baja Edad Media, en una época en que el vascuence había perdido toda
supremacía y se confinaba en su aislamiento. Parece más verosímil que la lengua hablada mantuvo el
término de sustrato en el curso de la romanización, es decir durante el Alto Imperio [...], aunque no haya
podido eliminar victoriosamente, sino muchos siglos más tarde, el heredero de la palabra latina» (1984:
50-51).
110
DECH es la de Mahn90, que propuso como base del término la formación esku oker,
siendo oker un adjetivo con el significado de ʻretorcido, contrahechoʼ. Como una de las
objeciones principales a Mahn, Corominas y Pascual afirman que el vasco suele
mantener distintas las dos sibilantes s y z91.
Tovar (1959: 26-31) propone otro híbrido para la formación de ezker: *esku erdi,
ʻmedia manoʼ92. Apoya este autor su hipótesis93 defendiéndola desde tres puntos de
vista (1959: 27-28):
1º: En primer lugar, afirma que la vacilación entre las sibilantes s y z puede producirse,
ya que la oposición entre ellas desaparece, sobre todo, ante oclusiva velar; aporta
además algunos ejemplos de casos que lo demuestran. Sostiene Tovar «que la distinción
entre las dos sibilantes sordas es en vascuence muchas veces poco segura y muchos
dialectos no la conocen» (1959: 28), y corrobora esta afirmación asegurando la
existencia de una forma ezku, ʻmanoʼ, en bajo navarro.
2º: La desaparición de la –u en el paso de *esku erdi a ezker es normal si se compara
con otros vocablos, pues la misma deslabialización se encuentra, por ejemplo, en
muchos derivados de esku.
3º: El tercer punto que trata es la desaparición de la sílaba final del híbrido propuesto.
En vasco sólo la encontramos en ezkerdo, ʻzurdoʼ, forma dudosa. Sí la encontramos en
castellano y portugués, con terminación en –do debido, según Tovar, a los géneros en el
artículo románico. Concluye que «en vasco pudo desaparecer –di al ser asimilado al
sufijo –di o –ti» (1959: 28).
A partir, por tanto, de la denominación ʻmedia manoʼ, descubre el autor que esta
forma de referirse a los órganos pares del cuerpo es común con otras lenguas tan
alejadas como el irlandés, el bantu o las del grupo fino-ugrio (1959: 29)94. Hay que
tener en cuenta, además, que para Tovar ezker es un término propiamente vasco: «Si
90
Corominas y Pascual (DECH: s. v. izquierdo) citan a este autor a partir de las siguientes obras: K.A.F.
Mahn, Die Werke der Troubadours, I, Berlín, 1855, p. XXVII; Etymologische Untersuchungen auf dem
Gebiete der romanischen Sprachen, Berlín, 1854, pp. 75-76.
91
De todos modos, en un primer momento los autores del DECH parecen dar por buena esta formación
basada en esku oker, sobre todo a partir de una variante romance para ʻizquierdaʼ semejante a oker: quèrr,
quèrra,. Sin embargo, en la última nota a su artículo, como veremos a continuación, rechazan esta
hipótesis.
92
Formaría, así, oposición con eskuin, ʻmano buenaʼ (Tovar 1959: 30-31; DECH: s. v. izquierdo).
93
Es la solución que también admiten Martinet (1971: 94) o Guitter (1984: 51).
94
Dice Tovar que «la conservación de la forma del tabú lingüístico de un fenómeno que vemos en
amplios territorios del viejo continente nos permite medir la primitiva extensión de un modo de designar
los órganos pares, y con ello una concepción cultural generalizada en épocas remotas» (1959: 29).
111
probamos, según creemos, que la voz es vasca y se explica por el vasco, quedaría
precisado el predicado de prelatino» (1959: 27)95.
Corominas y Pascual encuentran también problemas a la etimología propuesta por
Tovar96. El primero, que ya este autor confiesa que no hay ejemplos seguros de la
eliminación de –di. Además, para los autores del DECH las formas con –rd–
provendrían de sus análogas con –rr–, por lo que dicen que «izquierdo es diferenciación
de izquierro», que ya no concuerda con este posible origen97. También siguen sin
convencerse de la explicación del cambio de las sibilantes98. Concluyen entonces:
Creo, pues, que no se puede aceptar la etimología a base de erdi. Pero tampoco
la de oker es segura, pues cuesta verdaderamente creer que no haya relación entre
izquierdo-esquer(re)-querr y el tipo céltico sinónimo KERRO-: irlandés medio
cerr ʻizquierdo, torcidoʼ, irlandés moderno cearr "left-handed, wrong", gaélico
cearr "wrong, awkward", probablemente afín al latín cerritus ʻdementeʼ [...].
Fácilmente podríamos concebir que en hablas mezcladas de tipo celtibérico se
formara el híbrido ESKU KERRO- ˃ ESKERRO- y que pronunciándose este con s
céltica, de tipo predorsal, fuese reproducido como ezkerr (z vasca = s predorsal) al
tomarlo en préstamo los vascos. De todos modos la falta de palatización de la K
neolatina nos obligaría a admitir que los romances no lo heredarían de su substrato
ibero-celta y lo tomarían del vasco; aun el aranés querr ˂ céltico KERRO- habría
debido pasar por una habla local vascoide99.
Resumen así Corominas y Pascual un proceso que habría seguido todas estas etapas:
celta + ibero-vasco ˃ celtibérico ˃ vasco ˃ romance. Y afirman de que se trata, sin
duda, de un «proceso de trasmisión complicado [...] aunque no inconcebible en una
95
Y concluye: «Sería difícil hallar un ejemplo más claro de la pertenencia del vasco a una etapa primitiva
en el Occidente y de la existencia de relaciones entre la vieja lengua y otras en las más variadas
direcciones» (1959: 29).
96
El DECH se refiere a la teoría de Tovar a partir de su artículo aparecido en el Boletín de la Sociedad
Vascongada de Amigos del País VII (1951), 453-5 y 583. Nosotros nos referimos a la hipótesis de este
autor a partir de un capítulo de su libro El Euskera y sus parientes (Tovar 1959), en el que Tovar expone
la misma explicación a la que aluden Corominas y Pascual.
97
Aseguran Corominas y Pascual que la variante –rr– / –rd– que encontramos en las diferentes
variedades de izquierdo se debe a razones fonéticas, siendo este un fenómeno propio de palabras
prerromanas, donde se produciría la derivación de la –rr– originaria en –rd –.
Menéndez Pidal alude al sufijo –rr– como un sufijo extraño al latín que encontramos en «voces en que
originalmente no se hallaba presente», y pone como ejemplo el catalán esquerra frente al español
izquierda, «del vasco ezker (con artículo, ezkerra)» (2005: 63-64).
98
Sobre este asunto, cfr. Michelena (1955: 296-297), que se muestra contrario al argumento de la
confusión de z y s ante oclusiva.
99
Hay que llamar la atención sobre el hecho de que donde Corominas realmente explica su solución
definitiva es en una nota al desarrollo principal de su artículo, y esto sucede tanto en su primer
Diccionario crítico etimológico de la lengua castellana (DCEC: s. v. izquierdo) como en el DECH (s. v.
izquierdo); en cambio, en la versión breve de 1961, el Breve diccionario etimológico de la lengua
castellana (Corominas 2008: s. v. izquierdo), sí aporta su teoría basada en el céltico KERROS
directamente.
112
noción tan expuesta a interdicciones lingüísticas, que afectan más al material indígena
que al importado».
Por su parte, Tovar rechaza tanto la teoría de Mahn como la que finalmente adoptan
Corominas y Pascual, y explica que «de las tres dificultades que presenta mi propuesta,
*eskuoker o *eskukerra tiene las dos primeras, y en lugar de la tercera hallamos la
insoluble de la reducción de la velar intervocálica» (1959: 30).
Pero no acaban aquí las teorías con respecto al origen de ezker. La propuesta de
Zytsar introduce algunos cambios con respecto a lo que se ha mostrado hasta ahora. Por
un lado, establece una diferencia entre las formas izquierdo y exquerdo100, opinando que
la primera proviene «de un término de sustrato vasco de Castilla, prestado por el latín o
romance de Castilla, el futuro castellano, no más tarde que en el siglo III-IV», mientras
que exquerdo sería una herencia del «adstrato vasco de los tiempos de la reconquista»;
el argumento principal que utiliza para establecer esta diferencia es el diptongo en la
primera de estas dos formas (2000: 213-214).
Por otro lado, diferencia las formas que contienen el sufijo –do de las que no lo
tienen: las primeras formarían un grupo peninsular, procedente del sustrato vasco del
castellano, mientras que las segundas compondrían el grupo pirenaico, más cercano al
vasco actual. Difiere, por tanto, de la teoría de Corominas según la cual el grupo –rd–
estaría derivado del grupo –rr–101.
En cuanto al modo de formación de ezker, no admite la participación de esku por el
problema de las sibilantes, por lo que no acepta ni la propuesta basada en *esku erdi ni
la de esku kerros (2000: 215 y ss. y 221-222)102. En cambio, expone su propia tesis:
teniendo en cuenta la supuesta relación de lo femenino con lo débil103, concepto que
para el autor debemos relacionar con la izquierda, y la aparición del elemento iz en
algunos vocablos vascos relacionados con la mujer, plantea *iz-ker con asimilación ez-
100
Hay que indicar que Zytsar parte, sobre todo, de los datos aportados por el DECH en cuanto a las
documentaciones de las variantes de izquierdo.
101
Esta división entre formas con –do y formas que carecen de este sufijo también puede hacerse en el
grupo análogo compuesto por zurdo y sus variantes. Insiste Zytsar en que, aunque los términos sufijados
hubieran surgido más tarde que los que no lo están, los primeros fueron admitidos antes en las lenguas
peninsulares que los segundos en las pirenaicas (2000: 223-225).
102
En el segundo anexo a su artículo (2000: 231-235) vuelve a hacer hincapié en el asunto de las
sibilantes y en cada una de las propuestas de Tovar y de Corominas.
103
Para apoyar esta asociación Zytsar se basa en ideas de Ivanov, autor que ya hemos tratado en este
trabajo, también con relación a este tema.
113
ker, admitiendo, pues, el segundo elemento propuesto por Corominas y Pascual104
(2000: 222-223). Y concluye: «Si se admite esta hipótesis, sería algo como "pequeño +
torcido" o "débil + torcido", donde "torcido" podría tener la procedencia celta y "débil"
o "pequeño" sería algo muy genuino y antiguo opuesto a *in "fuerza, fuerte" que hemos
visto antes en relación, particularmente, con las designaciones de la mano derecha»
(2000: 223)105.
Sarkisian es otro autor que también está en contra de la relación entre ezker y esku106,
ya que piensa que el concepto de izquierdo va mucho más allá de la significación de
ʻmano izquierdaʼ, es decir, hay que tomar su significado desde un punto de vista
simplemente espacial. Así, la solución que aporta consiste en la unión de estos dos
componentes: ertz, ʻborde, extremo, esquina, orillaʼ y oker ʻtorcido, equivocado, mal,
contrahecho, desviadoʼ (2002: 440-441).
Dice el autor: «Con este análisis la protosemántica de la voz ezker "izquierdo" sería
"borde torcido" o "extremo desviado", lo que se dicta por la protoforma *ertz-oker.
Fonéticamente, la voz ezker habría pasado el siguiente camino de desarrollo: ertz oker ˃
*ertzoker ˃ *ertzker ˃ *ezker». Expone como única dificultad a su propuesta la caída de
la vocal –o, que podría haber ocurrido «a causa de la vocal –a, en la variante ezkerra,
que sugiere la protoforma *ertzokerra, donde la vocal –o se encuentra en una posición
no acentuada» (2002: 440).
Tras analizar todas estas hipótesis, no cabe duda de que el origen del término ezker
es difícil de esclarecer107; teniendo en cuenta que grandes especialistas como los que
acabamos de citar no han logrado llegar a un acuerdo irrefutable, no va a ser nuestro
objetivo hacerlo en este trabajo108. Seguiremos, pues, con nuestro asunto.
104
Cree Zytsar (2000: 222 y 235) que este elemento *ker/kel se encuentra también en otras formas vascas,
como ezkel ʻbizco, de ojos reviradosʼ, oker ʻtorcido, travieso, tuertoʼ y okel ʻbizco, tuertoʼ, por lo que
«puede ser genuino en el vasco» (2000: 222).
105
El autor relaciona el préstamo de estos términos de la lengua vasca con la importancia que el pueblo
vasco tenía en el tema de los agüeros en aquella época, teniendo en cuenta que este aspecto de los agüeros
está muy relacionado con el concepto de la izquierda (2000: especialmente 225-227). Dice: «Lo más fácil
y evidente sería partir de nuevo de los agüeros como dominio productor para los préstamos del tipo que
nos interesa, pensando en la presencia común en la Península de un elemento étnico vasco no muy
numeroso y relacionado de modo selectivo con los agüeros, preferido por/para eso por el resto de la
población. Tanto en Castilla, como en Galicia y Portugal de la época romana debía figurar frecuente y
normalmente la persona del agorero vasco» (2000: 226).
106
Repasa y analiza (2002: 438-439), entre otras, las teorías que ya hemos visto de Tovar, Mahn,
Corominas-Pascual o Zytsar.
107
El propio Corominas, en el artículo en el que estudia el término esquerra dentro de su Diccionari
Etimològic y complementari de la llengua catalana, comienza diciendo que «resten molts punts obscurs
sobre la procedència última, i fins la inmediata, del mot» (1980-1991: s. v. esquerra).
108
Agud y Tovar (1991: 817-818) reúnen las diferentes teorías expuestas sobre el origen de término, entre
las que encontramos varias de las aludidas en este estudio.
114
4. LA EVOLUCIÓ SEMÁTICA
DE SIIESTRO
Tras todo este planteamiento teórico, podemos centrarnos ya en el principal objeto de
estudio de esta investigación, el análisis detallado de los términos utilizados en español
para el significado ‘izquierda’: siniestro e izquierdo. El objetivo es estudiar su
evolución y explicarla teniendo siempre como referencia la interdicción que recae sobre
estos términos.
Como ya se ha indicado, como herramientas de trabajo para la obtención de ejemplos
se utilizarán los corpus que ofrece la RAE: el Corpus diacrónico del español (CORDE)
para el estudio diacrónico y el Corpus de referencia del español actual (CREA) para el
sincrónico.
Un punto de referencia constante en nuestro análisis será la información aportada por
los principales diccionarios del español que han estudiado, a lo largo de la historia, los
términos con los que estamos trabajando. Nuestros resultados serán comparados en todo
momento con los reflejados en estas obras. Para obtener esta información lexicográfica
se utilizará el mencionado uevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española
(TLLE), compilación en la que encontramos, además de todas las obras lexicográficas
publicadas por la RAE, distintos diccionarios de la lengua española desde el siglo XV1.
1
Expongo a continuación ―siguiendo siempre la clasificación y los datos bibliográficos aportados en el
propio TLLE― la lista completa de manuales que recoge esta recopilación.
Estos son los diccionarios bilingües de los siglos XV al XVIII: Antonio de Nebrija, Vocabulario
español-latino, 1495?; Antonio de Nebrija, Vocabulario de romance en latín hecho por el doctíssimo
maestro Antonio de ebrissa nuevamente corregido y augmentado más de diez mill vocablos de los que
antes solía tener, 1516; Fray Pedro de Alcalá, Vocabulista arávigo en letra castellana. En Arte para
ligeramente saber la lengua aráviga, 1505; Cristóbal de las Casas, Vocabulario de las dos lenguas
toscana y castellana, 1570; Richard Percival, Bibliothecae Hispanicae pars altera. Containing a
Dictionarie in Spanish, English and Latine, 1591; Juan Palet, Diccionario muy copioso de la lengua
castellana y francesa [...]. Dictionaire tres ample de la langue espagnole et françoise, 1604; César
Oudin, Tesoro de las dos lenguas francesa y española. Thresor des deux langues françoise et espagnolle,
1607; Girolamo Vittori, Tesoro de las tres lenguas francesa, italiana y española. Thresor des trois
langues françoise, italienne et espagnolle, 1609; John Minsheu, Vocabularium Hispanicum Latinum et
Anglicum copiossisimum, cum nonnullis vocum millibus locupletatum, ac cum Linguae Hispanica
Etymologijs [...], 1617; Lorenzo Franciosini Florentín, Vocabulario español-italiano, ahora nuevamente
sacado a luz [...]. Segunda parte, 1620; Nicolás Mez de Braidenbach, Diccionario muy copioso de la
lengua española y alemana hasta agora nunca visto, sacado de diferentes autores [...], 1670; Baltasar
115
Henríquez, Thesaurus utriusque linguae hispanae et latinae, 1679; Francisco Sobrino, Diccionario nuevo
de las lenguas española y francesa, 1705; John Stevens, A new Spanish and English Dictionary.
Collected from the Best Spanish Authors Both Ancient and Modern [...]. To which is added a Copious
English and Spanish Dictionary [...], 1706; Raphael Bluteau, Diccionario castellano y portuguez para
facilitar a los curiosos la noticia de la lengua latina, con el uso del vocabulario portuguez y latino [...]
(1716-1721), 1721.
Los diccionarios monolingües de los siglos XVI al XVIII son: Francisco López Tamarid, Compendio de
algunos vocablos arábigos introduzidos en lengua castellana en alguna manera corruptos, de que
comúnmente usamos, 1585; Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, 1611;
Sebastián de Covarrubias, Suplemento al Thesoro de la lengua castellana, de D. Sebastián de
Covarrubias, compuesto por él mismo, 1611; Francisco del Rosal, Origen y etymología de todos los
vocablos originales de la Lengua Castellana. Obra inédita de el Dr. Francisco de el Rosal, médico
natural de Córdova, copiada y puesta en claro puntualmente del mismo manuscrito original, que está
casi ilegible, e ilustrada con alguna[s] notas y varias adiciones por el P. Fr. Miguel Zorita de Jesús
María, religioso augustino recoleto, 1601-1611; Juan Francisco Ayala Manrique, Tesoro de la Lengua
Castellana. En que se añaden muchos vocablos, etimologías y advertencias sobre el que escrivió el
doctíssimo Sebastián de Cobarruvias. Empeçóse esta obra a 8 de mayo, día de la aparición de S. Miguel,
del año de 1693, 1693-1729; Esteban de Terreros y Pando, Diccionario castellano con las voces de
ciencias y artes y sus correspondientes en las tres lenguas francesa, latina e italiana [...]. Tomos I-III
(1767), 1786-1788.
Expongo ahora los diccionarios generales de los siglos XIX y XX: M. Núñez de Taboada, Diccionario
de la lengua castellana, para cuya composición se han consultado los mejores vocabularios de esta
lengua y el de la Real Academia Española, últimamente publicado en 1822; aumentado con más de 5000
voces o artículos que no se hayan en ninguno de ellos, 1825; Ramón Joaquín Domínguez, Diccionario
acional o Gran Diccionario Clásico de la Lengua Española (1846-47), 1853; Ramón Joaquín
Domínguez, Suplemento al Diccionario acional o Gran Diccionario Clásico de la Lengua Española,
1853; Ramón Joaquín Domínguez, uevo suplemento al Diccionario acional o Gran Diccionario
Clásico de la Lengua Española, 1869; Vicente Salvá, uevo diccionario de la lengua castellana, que
comprende la última edición íntegra, muy rectificada y mejorada del publicado por la Academia
Española, y unas veinte y seis mil voces, acepciones, frases y locuciones, entre ellas muchas americanas
[...], 1846; Vicente Salvá, Suplemento. En Vicente Salvá, uevo diccionario de la lengua castellana por
la Real Academia Española, añadido con unas veinte y seis mil voces, acepciones, frases y locuciones,
entre ellas muchas americanas [...], 1879; Adolfo de Castro y Rossi, Biblioteca Universal. Gran
Diccionario de la Lengua Española [...]. Tomo I, 1852; Gaspar y Roig, Biblioteca Ilustrada de Gaspar y
Roig. Diccionario enciclopédico de la lengua española, con todas las vozes, frases, refranes y locuciones
usadas en España y las Américas Españolas [...]. Tomos I-II, 1853-1855; Gaspar y Roig, Suplemento al
tomo primero (post 1855). En Biblioteca Ilustrada de Gaspar y Roig. Diccionario enciclopédico de la
lengua española, con todas las vozes, frases, refranes y locuciones usadas en España y las Américas
Españolas [...]. Tomo I, 1853; Gaspar y Roig, Suplemento al tomo segundo (post 1855). En Biblioteca
Ilustrada de Gaspar y Roig. Diccionario enciclopédico de la lengua española, con todas las vozes, frases,
refranes y locuciones usadas en España y las Américas Españolas [...]. Tomo II, 1855; Gaspar y Roig,
Suplemento al tomo primero (post 1869). En Biblioteca Ilustrada de Gaspar y Roig. Diccionario
enciclopédico de la lengua española, con todas las vozes, frases, refranes y locuciones usadas en España
y las Américas Españolas [...]. Tomo I, 1853; Gaspar y Roig, Suplemento al tomo segundo (post 1869).
En Biblioteca Ilustrada de Gaspar y Roig. Diccionario enciclopédico de la lengua española, con todas
las vozes, frases, refranes y locuciones usadas en España y las Américas Españolas [...]. Tomo II, 1855;
Elías Zerolo, Diccionario enciclopédico de la lengua castellana, 1895; Miguel de Toro y Gómez, uevo
diccionario enciclopédico ilustrado de la lengua castellana, 1901; Aniceto de Pagés, Gran diccionario de
la lengua castellana, autorizado con ejemplos de buenos escritores antiguos y modernos [...]. Continuado
y completado por José Pérez Hervás. Tomos I-V, 1902-1931; José Alemany y Bolufer, Diccionario de la
Lengua Española, 1917; José Alemany y Bolufer, Suplemento, en Diccionario de la Lengua Española,
1917; Manuel Rodríguez Navas y Carrasco, Diccionario general y técnico hispano-americano, 1918.
De las obras de la RAE, separamos, por un lado, el Diccionario de Autoridades o Diccionario de la
lengua castellana, en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las
phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes, y otras cosas convenientes al uso de la lengua [...].
Compuesto por la Real Academia Española. Tomos I-VI, 1726-1739; por otro, el Diccionario de la
lengua castellana compuesto por la Real Academia Española. Segunda impresión corregida y
aumentada. Tomo primero. A-B, 1770. Dentro de la categoría «diccionario usual», es decir, el conocido
como DRAE, encontramos las ediciones de 1780, 1783, 1791, 1803, 1817, 1822, 1832, 1837, 1843, 1852,
116
Se consultarán también, obviamente, otros importantes diccionarios actuales de la
lengua española no contenidos en esta recopilación. Entre ellos se encuentra la 22.ª
edición del DRAE (DRAE 2001), que ya no aparece en esta recopilación. Además, se
tendrán en cuenta los avances de la 23.ª edición (DRAE ined.) que la Real Academia
ofrece en su página de Internet2. Otras importantes obras de referencia que se utilizarán
para el estudio son el Diccionario de uso del español (DUE) de María Moliner y el
Diccionario del español actual (DEA) de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino
Ramos.
Así pues, empezaremos nuestro estudio por el término siniestro.
4.1. La visión de siniestro en los diccionarios
Vamos a comenzar el análisis de siniestro observando las definiciones que se le han
dado en los diccionarios. De todos las obras que conforman el TLLE he desechado, en
un principio, los diccionarios no monolingües, a los que me referiré solamente en casos
puntuales. Así, cronológicamente, la primera obra que nos sirve como referencia es el
Tesoro de la lengua castellana o española de Sebastián de Covarrubias de 1611. De
todas formas, como punto de partida para comentar las visiones aportadas sobre nuestro
término, partiremos de las entradas reflejadas en el primero y el último de los
diccionarios de la Academia de los que disponemos, es decir, el Diccionario de
Autoridades y la edición de 2001:
Autoridades 1739
SINIESTRA. ſ. f. Se llama la mano contraria à la dieſtra, que tambien llamamos
izquierda. Dixoſe aſsi del verbo Sino, que ſignifica dexar; porque antiguamente en
la vana obſervancia de agüeros, por las aves, que venian de la parte ſinieſtra,
dexaban de hacer lo que habian intentado, ù determinado.
1869, 1884, 1899, 1914, 1925, 1936, 1939, 1947, 1956, 1970, 1984 y 1992. Finalmente, faltan por señalar
los pertenecientes a la categoría «diccionario manual», es decir, el Diccionario manual e ilustrado de la
lengua española, de los que aparecen sus cuatro ediciones: 1927, 1950, 1983-1985 y 1989.
Por último, hay que decir que el TLLE también incluye los dos primeros tomos del Diccionario
histórico de la Lengua Española de 1933-1936, pero debido a que solamente llegan a la letra C no podrán
ser aprovechados para este trabajo.
Una vez citadas todas estas obras y con la intención de no sobrecargar el trabajo con indicaciones
bibliográficas, advertimos que todas las citas lexicográficas que se recojan a partir de ahora que no
aparezcan acompañadas de su correspondiente información bibliográfica pertenecerán al TLLE.
2
En efecto, en el momento de la redacción de este trabajo, la RAE ofrece en su página www.rae.es el
adelanto de algunos artículos que verán la luz en la 23.ª edición del DRAE, todavía en proceso de
elaboración. En concreto, las entradas siniestro e izquierdo son algunas de las que presentan la posibilidad
de consultar el artículo enmendado, por lo que los cambios que se hayan efectuado para esta nueva
edición también serán comentados. De todos modos, siempre que nos refiramos a la «última edición» del
DRAE lo haremos pensando en la última edición impresa, la 22.ª.
117
SINIESTRO, TRA. adj. que ſe aplica à la parte, ò ſitio, que eſta à la mano
izquierda.
SINIESTRO. Se toma tambien por viciado, avieſſo, ò mal intencionado.
SINIESTRO. Vale tambien coſa infeliz, funeſta, ò aziaga.
SINIESTRO. Uſado como ſubſtantivo, vale reſabio, vicio, ò mala coſtumbre, que
tiene el hombre, ò la beſtia. Uſaſe regularmente en plural.
DRAE 2001
Siniestro, tra:
1. adj. Dicho de una parte o de un sitio: Que está a la mano izquierda.
2. adj. Avieso y malintencionado.
3. adj. Infeliz, funesto o aciago.
4. m. Daño de cualquier importancia que puede ser indemnizado por una compañía
aseguradora.
5. m. Propensión o inclinación a lo malo; resabio, vicio o dañada costumbre que
tiene el hombre o la bestia. U. m. en pl.
6. m. Derecho. En el contrato de seguro, concreción del riesgo cubierto en dicho
contrato y que determina el nacimiento de la prestación del asegurador.
7. f. mano izquierda (la opuesta a la derecha).
Veamos las semejanzas y diferencias, empezando por las acepciones en las que no
encontramos significados de carga negativa, sino meramente el sentido espacial original
de este término. Tanto como adjetivo que significa ʻizquierdaʼ como refiriéndose al
sustantivo que designa la mano izquierda aparece, de forma casi idéntica, en ambos
diccionarios3.
Hay que comentar que desde Autoridades hasta el DRAE de 1992, este empleo de
ʻmano izquierdaʼ aparece en todos los diccionarios académicos como una acepción bajo
la entrada siniestra4 (de todos modos, desde la edición de 1914, en siniestro también
encontramos como acepción una llamada a mano siniestra). Sin embargo, en la edición
de 2001 bajo esta entrada del término en femenino ya no encontramos acepciones, sino
simplemente una llamada a siniestro. En cambio, el planteamiento vuelve a cambiar en
la propuesta para la 23.ª edición, en la que la acepción ʻmano izquierdaʼ desaparece de
la entrada siniestro5 y se traslada nuevamente a la forma siniestra. Por tanto, en esta
nueva versión volvemos a encontrar la doble entrada, en la que queda diferenciado, bajo
3
Con respecto a las definiciones de estos empleos, llama la atención la explicación etimológica que
ofrece el diccionario de 1739 referida a la observación de agüeros, explicación análoga a otra que ya
comentamos al hablar precisamente de la etimología de sinister.
4
Como curiosidad, hay que señalar que en las ediciones del Diccionario manual de 1985 y 1989,
precisamente en la entrada siniestra, encontramos también esta otra acepción: «Blasón. Dícese de la parte
izquierda del escudo». En todos los demás casos, el único significado asociado a la entrada en femenino
es simplemente el de ʻmano izquierdaʼ.
5
Se sustituye por una simple llamada, que esta vez no se contabiliza como acepción, a la expresión mano
siniestra, que se encuentra bajo la entrada mano.
118
la forma siniestra, el empleo como sustantivo femenino de «mano izquierda (la opuesta
a la derecha)» (DRAE ined.: s. v. siniestra)6.
En los demás diccionarios consultados no encontramos nada llamativo con respecto
al significado espacial. Solamente hay que resaltar que este empleo del término con el
significado ʻizquierdaʼ es uno de los dos únicos que recoge ya el Tesoro de Covarrubias
de 1611: «SINIESTRA coſa, la contraria a la dieſtra, y aſsi dezimos mano ſinieſtra».
Pasemos entonces a los significados claramente negativos. Como adjetivo,
encontramos dos acepciones en ambos diccionarios: la de ʻavieso, malintencionadoʼ y la
de ʻinfeliz, funesto, aciagoʼ. Son dos sentidos que, con pequeñas variantes, se repiten
también en prácticamente todos los diccionarios consultados. Por lo demás, llama la
atención una definición que solamente recoge el diccionario de Terreros y Pando de
1788, donde el adjetivo siniestro aparece con el sentido de «lo mismo que falso,
engañoso».
El último empleo que encontramos reflejado en ambos diccionarios es el que se
refiere, como sustantivo, a ʻvicio, mala costumbreʼ. Este es el otro uso que recoge la
obra de Covarrubias, donde aparece definido, bajo la voz siniestro, como «el vicio y
mala coſtumbre que tiene, o el hombre, o la beſtia: y dixoſe ſinieſtro principalmẽte por el
çurdo, que las coſas que ha de hazer con la mano derecha las haze con la yzquierda».
Nos explica, por tanto, su opinión sobre el origen de la carga negativa de este sentido,
que también es recogido por todos los diccionarios posteriores con la aclaración de que
se utiliza regularmente en plural. La adición de «propensión o inclinación a lo malo»
aparece unida a esta definición desde la edición de la Academia de 18847.
Pero en la entrada del DRAE de 2001 sí aparecen más definiciones. Entre ellas, la de
«daño de cualquier importancia que puede ser indemnizado por una compañía
aseguradora». Pues bien, la primera vez que un diccionario recoge un sentido análogo a
este es en la edición académica de 1852, donde encontramos: «Comercio. Avería grave
ó pérdida de mercancías, especialmente en el mar, por naufragio ú otro contratiempo».
Esta definición se mantiene sin variaciones8 hasta la edición de 1925, donde aparece:
«Avería grave, destrucción fortuita o pérdida importante que sufren las personas o la
propiedad, especialmente por muerte, incendio o naufragio». En 1985 ―se trata de una
6
Lo mismo ocurre con la acepción «mano derecha»: mientras que en el DRAE 2001 aparecía como un
significado de derecho, en el adelanto de la nueva edición se encuentra bajo la entrada derecha.
7
En el diccionario de R. J. Domínguez de 1853 se aclara que esta acepción «suena poco».
8
Me refiero a las ediciones académicas. Por lo que respecta a otros diccionarios, las definiciones son muy
parecidas. Por ejemplo, el diccionario de Gaspar y Roig de 1855 propone: «Desastre, pérdida causada por
un naufrajio, iucendio, etc.».
119
edición del Diccionario Manual― se amplía: «Avería grave, o pérdida importante que
sufren las personas o la propiedad, especialmente por muerte, incendio o naufragio,
choque o circunstancia análoga. Corrientemente se da este nombre a los daños que
pueden ser indemnizados por una compañía aseguradora». Así aparece esta definición
hasta la edición de 1992, es decir, justo la anterior a la 22.ª edición. Se trata, por tanto,
de un sentido que, además de no aparecer reflejado hasta 18529, se presenta de un modo
variado: puede decirse que las definiciones se van adaptando a los tiempos. De hecho,
hay que tener en cuenta que otro de los cambios que aparece en el adelanto de la 23.ª
edición del DRAE lo encontramos precisamente en la definición de este significado, que
pasa a ser: «Suceso que produce un daño o pérdida material considerable» (DRAE ined.:
s. v. siniestro).
Además, encontramos en la edición de 2001 una nueva definición que no había
aparecido en ningún otro manual anterior: «Derecho. En el contrato de seguro,
concreción del riesgo cubierto en dicho contrato y que determina el nacimiento de la
prestación del asegurador». Estamos ante lo que puede ser un nuevo uso del término.
Como curiosidad, llaman la atención dos significados que nada tienen que ver con
los expuestos hasta ahora y que aparecen de forma aislada en dos obras diferentes. El
primero lo encontramos en 1788, en la obra de Terreros y Pando, donde bajo la entrada
siniestra encontramos la siguiente definición: «Seƈta de herejes antiguos, que miraban
con horror la mano siniestra, y nada tomaban con ella». El segundo caso aparece en el
diccionario de Pagés de 1931, también bajo la entrada siniestra: «Germ. Daga, puñal».
Antes de continuar, veamos cómo se reflejan definitivamente los cambios ya
comentados para 23.ª edición del DRAE:
9
Sin embargo, si recurrimos a las definiciones que aparecen en los diccionarios no monolingües que se
habían dejado aparte para este estudio, sí encontramos referencias a este sentido en fechas anteriores a
1852. Por ejemplo, en el Tesoro de las dos lenguas francesa y española. Thresor des deux langues
françoise et espagnolle de César Oudin (1607), encontramos bajo la entrada un siniestro, entre otras, la
siguiente traducción: «vn mal-heur, vne contrarieté».
En el Tesoro de las tres lenguas francesa, italiana y española. Thresor des trois langues françoise,
italienne et espagnolle de Girolamo Vittori (1609), se define un siniestro como «vn mal-heur, vne
contrarieté, vn ſinieſtro, vno accidente cattiuo, vna aduerſitate».
En el Vocabolario español-italiano, ahora nuevamente sacado a luz [...]. Segunda parte, de Lorenzo
Franciosini Florentín (1620), se traduce siniestro como «accidente, ſiniſtro, e contrario, auuerſità,
diſgrazia».
Por último, el Diccionario nuevo de las lenguas española y francesa de Francisco Sobrino (1705) define
siniestro como «quelque choſe de ſiniſtre, un malheur».
120
ADELATO DE LA 23.ª EDICIÓ DEL DRAE
Siniestra:
1. f. mano izquierda (la opuesta a la derecha).
Siniestro, tra:
1. adj. Dicho de una parte o de un sitio: Que está a la mano izquierda.
2. adj. Avieso y malintencionado.
3. adj. Infeliz, funesto o aciago.
4. m. Suceso que produce un daño o pérdida material considerable.
5. m. Propensión o inclinación a lo malo; resabio, vicio o dañada costumbre que
tiene el hombre o la bestia. U. m. en pl.
6. m. Derecho. En el contrato de seguro, concreción del riesgo cubierto en dicho
contrato y que determina el nacimiento de la prestación del asegurador.
Para terminar, veamos qué información aportan el DUE y el DEA:
DUE
Siniestra:
1. f. Mano izquierda
Siniestro:
1. adj. (culto o arcaizante) Izquierdo.
2. Malintencionado o maligno.
3. Causante o acompañado de desgracias.
4. m. Incendio, naufragio, hundimiento o desgracia semejante, particularmente
producida por una fuerza natural.
5. (generalmente plural) Usado con referencia a personas o animales, malos
instintos o resabios.
DEA
Siniestro:
1. adj. (literario) Izquierdo.
2. [Persona] que inspira temor por su apariencia maligna.
b) Propio de la persona siniestra.
3. [Cosa] que hace temer un daño o una desgracia.
4. m. Suceso, especialmente incendio, hundimiento o naufragio, que ocasiona
daños importantes o muertes.
b) (Seguros) Daño sufrido por alguien o algo asegurado.
Lo primero que llama la atención es que en el DUE aparece la entrada en femenino,
siniestra, que precisamente recoge la acepción ʻmano izquierdaʼ, como hemos visto que
hacen la mayoría de los diccionarios académicos a lo largo de su historia. Por su parte,
el DEA se limita a aclarar, junto a la acepción «izquierdo», que también puede hacer
referencia, como sustantivo femenino, a la mano.
De todos modos, el significado ʻizquierdaʼ aparece, obviamente, como primera
acepción en los dos diccionarios. En cuanto al resto de los significados como adjetivo,
121
hay cierta homogeneidad con los comentados anteriormente: exceptuando ciertos
matices que aparecen en las definiciones del DEA ―matices que serán analizados con
detenimiento posteriormente―, encontramos los dos sentidos más repetidos
históricamente en los diccionarios, el de ʻmalintencionadoʼ y el de ʻfunesto, aciagoʼ.
Por lo que se refiere a los usos como sustantivo, aparece en los dos, aunque con una
visión diferente a la de las últimas ediciones del DRAE, el de ʻaccidente, desgraciaʼ. El
significado ʻvicio, mala costumbreʼ sólo es recogido por el DUE, donde, por cierto, se
califica como una acepción no usual10. El empleo de siniestro contextualizado dentro
del mundo de las compañías aseguradoras aparece únicamente en el DEA, pero no como
una acepción diferenciada, sino como una subacepción dentro del sentido ʻaccidente,
desgraciaʼ.
Pues bien, teniendo en cuenta estos datos, podemos comenzar con los resultados del
análisis.
4.2. El estudio diacrónico
4.2.1. La metodología
Comencemos ya con el estudio histórico del término. La dificultad que entraña la
tarea que vamos a comenzar hace que sea imprescindible planificar una metodología de
trabajo propia del estudio diacrónico. Para ello seguiremos principalmente el trabajo de
José Antonio Pascual y Rafael García (2007), que se enmarca dentro de la labor que
ambos están realizando para la elaboración del uevo diccionario histórico de la lengua
española. Precisamente, afirman estos autores que «en el dominio de la lexicografía
histórica [...] no existen estudios que planteen los problemas de la delimitación del
significado léxico en el pasado de una lengua» (2007: 132), hecho que dificulta más, si
cabe, nuestro trabajo. Así, seguiremos algunos pasos recomendados por estos dos
autores para trabajar con cierta seguridad en este terreno.
Un primer aspecto a tener en cuenta es el de delimitar bien el significado del término
en un sentido concreto. La perspectiva actual de nuestra lengua puede llevarnos a
errores a la hora de enfrentarnos a la utilización de una palabra en el pasado;
obviamente, se tiende a establecer unas equivalencias entre nuestro uso actual y el
pasado que no tienen por qué ser reales. Para solucionar este problema, Pascual y García
10
En efecto, la definición de este significado aparece en el DUE en cursiva, marca utilizada en este
diccionario para indicar que se trata de «significados no usuales, por tratarse de acepciones muy
restringidas a un ámbito científico o profesional, raras o no documentadas» (DUE: vol. I, XXXI).
122
(2007: 132-136) proponen, en primer lugar, hacer una lista de los términos con los que
se relaciona la palabra que estamos analizando, pues la visión conjunta de estos nos
ayudará a poder delimitar el significado con el que se emplea nuestro término.
Asimismo, una vez avanzada la investigación, es bueno comparar esta selección léxica
del vocablo estudiado en las diferentes épocas, para analizar así la evolución de su
significado (2007: 151-161).
Una buena forma de confirmar que el significado que vamos intuyendo a través de
los ejemplos es verdaderamente el que tenía nuestra palabra es la de localizar ejemplos
concretos en los que nuestro término se combine con otros que tengan el mismo sentido
que hemos percibido. Dicho de otro modo: buscar si en nuestro corpus encontramos
ejemplos en los que nuestro término aparezca como sinónimo de otros que tengan el
mismo sentido que le hemos asignado (2007: 136-137).
También debemos atender a lo que estos dos autores denominan «criterio de las
acepciones prestadas» (2007: 137-141), por el cual para el estudio de los sentidos de
una unidad léxica debe tenerse en cuenta «la posible influencia semántica de otros
vocablos directamente vinculados con ella» (2007: 138). Así, con los resultados
obtenidos de la comparación entre los vocablos análogos, podrán sacarse diversas
conclusiones teniendo en cuenta las relaciones que encontremos entre ellos.
Precisamente, en relación con este último aspecto, debemos recordar que el estudio
de una palabra no debe hacerse nunca de una forma individual, sino que deben tenerse
muy en cuenta las relaciones que esta establece con otras unidades ―sinónimos,
antónimos o simplemente palabras de la misma familia―, como insisten a lo largo de su
libro Pascual y García11. Así, en nuestro caso será importante fijarse en la relación entre
la pérdida del significado ‘izquierda’ del término siniestro y la aparición del préstamo
vasco, comparando el uso de uno u otro vocablo en diferentes épocas.
Estos son algunos criterios que se tendrán en cuenta para dar una mayor coherencia a
nuestro análisis. De todos modos, como ya hemos indicado y como repiten
constantemente los autores a los que nos estamos refiriendo, no hay ningún método
exacto e infalible, por lo que es en realidad el propio corpus, la calidad de los ejemplos
11
Sobre esta idea y, concretamente, sobre el análisis conjunto de unidades sinónimas habla Pérez Pascual
(2008).
123
de los que disponemos, lo que realmente marca qué justificaciones podemos encontrar a
la hora de establecer una clasificación de los sentidos encontrados12.
Por último, señalo antes de comenzar otros aspectos metodológicos más concretos y
personales que seguiré para afrontar este trabajo:
1) Como he dicho, el CORDE será la fuente utilizada para la obtención de ejemplos.
Para que la búsqueda de casos que contienen el término siniestro sea lo más productiva
posible, este se introducirá hasta de 448 formas diferentes, teniendo en cuenta las
diferentes posibilidades combinatorias de sus variantes. Se buscará con ss- inicial, con
-nn- intervocálica, con x en lugar de s implosiva y con diferentes vacilaciones vocálicas
entre la e y la i, atendiendo especialmente a las diferentes grafías de la i: i-j-y. También
debe contarse dentro de estas variantes la posibilidad de encontrar una mayúscula
inicial. Hay que decir además que, lógicamente, para atender a las diferentes variaciones
de género y número, buscaré todos estos ejemplos con la terminación abierta a
diferentes posibilidades13.
Obviamente, el hecho de dejar abierta la terminación en nuestra búsqueda tendrá
como consecuencia el hallazgo de casos que no nos sirven para la investigación. Por
ejemplo, pasajes que estén en latín, el propio adverbio siniestramente, o cualquier otro
tipo de casos que no respondan a nuestra búsqueda concreta de los términos
siniestro/siniestra/siniestros/siniestras. Todos estos casos serán eliminados antes de
comenzar el análisis.
2) No se restringirá la búsqueda a una variedad concreta del español, puesto que no
lo considero necesario para nuestro estudio.
3) Por otra parte, para la clasificación temática de los documentos de los que se
extraen los ejemplos seguiré la propia clasificación que establece el CORDE. El corpus
divide los ejemplos en dos grupos: ficción y no ficción. Los de ficción, los literarios,
serán clasificados todos dentro de un mismo grupo, con independencia del subgénero al
que pertenezcan. Los correspondientes a la no ficción se dividirán en: prosa didáctica,
12
«Naturalmente, a nadie se le escapa, como hemos señalado repetidamente, que el problema del
lexicógrafo en un diccionario histórico es que no puede permitirse aplicar todas las pruebas que la
Semántica ha establecido para la fijación de los significados de las palabras, sino solo aquellas que se
hayan conservado en los ejemplos del corpus o se puedan rastrear» (Pascual-García 2007: 142).
13
Veámoslo con mayor detalle. Partiré de las siguientes 24 variantes: siniestr-, sinniestr-, siniextr-,
sinniextr-, sinistr-, sinixtr-, sinnistr-, sinnixtr-, sinestr-, sinextr-, sinnestr-, sinnextr-, seniestr-, seniextr-,
senniestr-, senniextr-, senistr-, sennistr-, senixtr-, sennixtr-, senestr-, sennestr-, senextr-, sennextr-. A
partir de ellas, buscaré todas las variantes combinatorias con la posible vacilación entre i-j-y. A las 112
posibilidades que salen de esta combinación hay que añadirles otras tantas si las buscamos con ss- inicial.
Finalmente, esas 224 combinaciones se vuelven a doblar al intentar buscar ejemplos con mayúscula
inicial.
124
prosa científica, prosa de sociedad, prosa religiosa, prosa de prensa y publicidad, prosa
histórico-documental y prosa jurídica.
4) En cuanto a la división cronológica, los ejemplos se separarán por siglos para
facilitar el análisis de la evolución de los sentidos14. En los ejemplos que abarcan varios
años y estos quedan divididos en dos siglos diferentes, he decidido adoptar como
criterio el introducirlos en el siglo al que pertenece la primera de esas fechas15.
5) Otra observación que hay que hacer es que cuando un pasaje aparezca repetido en
dos fuentes diferentes, aunque sea de forma idéntica en ambos casos, estas se
contabilizarán por separado. No obstante, estos casos se comentarán y se tendrán en
cuenta a la hora de analizar los datos extraídos.
6) Asimismo, cuando en un pasaje el término estudiado aparezca repetido dos o más
veces seguidas, cada una de ellas también será contabilizada por separado, pues de otro
modo habría que establecer unos criterios muy complejos para contabilizar las
apariciones del término.
7) Otro criterio que seguiré durante todo el trabajo es el de no dar demasiada
importancia a los ejemplos que, por sus características, presenten usos muy peculiares
del término; es lo que Pascual y García denominan «usos marcados» (2007: 147-151).
Nos referimos sobre todo a ejemplos de un marcado lenguaje literario, especialmente a
textos poéticos. Es evidente que durante el estudio de un número tan grande de ejemplos
nos encontraremos con casos en los que un autor hace un uso subjetivo del término,
como por ejemplo un empleo metafórico muy personal. Lógicamente, este tipo de casos
no ayudan a la investigación que nos proponemos. De cualquier manera, la aparición de
este tipo de ejemplos será comentada en todo momento.
8) Del mismo modo, solamente serán computados como verdaderamente
representativos los ejemplos en los que el aspecto semántico que se quiere resaltar se
aprecie de una forma muy clara. Pongamos un ejemplo: cuando analicemos los casos en
los que siniestro, con el significado ʻizquierdaʼ, adopta unas marcadas connotaciones
negativas, se tendrán en cuenta únicamente aquellos casos que ofrecen pocas dudas para
su interpretación; es decir, si esas connotaciones aparecen de un modo ambiguo y el
14
Los ejemplos pertenecientes a los años 1200, 1300, 1400... serán agrupados como pertenecientes al
último año de cada siglo; es decir, considero que cada siglo comienza en 1101, 1201,1301, etc.
15
Por otro lado, hay que tener en cuenta que en las fechas indicadas por el corpus encontramos
frecuentemente las abreviaturas a (ʻanteriorʼ), c (por circa, ʻen torno a la fecha que se indicaʼ) y p
(ʻposteriorʼ). De todos modos, son apreciaciones que tienen poca influencia para nuestra división en
siglos.
125
término puede interpretarse también de un modo neutro, ese ejemplo se clasificará como
un caso normal de ʻizquierdaʼ.
4.2.2. Siglo XII
Los primeros ejemplos de siniestro aprovechables16 teniendo en cuenta los criterios
anteriormente comentados los encontramos en el siglo XII, puesto que la búsqueda de
casos anteriores a este siglo sólo da como resultado textos escritos en latín. En concreto,
se han hallado 18 casos17. De ellos, en 17 encontramos únicamente el significado
‘izquierda’. Por ejemplo18:
Otro día mañana piensa de cavalgar,
ixiéndos' va de tierra el Canpeador leal;
de siniestro Sant Estevan, una buena cipdad,
de diestro Alilón las torres, que moros las han.
(Poema de Mio Cid, anónimo, c 1140, literario)19.
Et por que njnguno non caya en yerro de escatima, goteras son las paredes de
los uertos & delos corrales atenjentes alas casas que tomaren, si fueren de las casas
mismas, quier delante o detras, o de diestro o de siniestro, seyendo çerradas como
manda el fuero. (Fuero de Soria, anónimo, c 1196, p. jurídica).
A siniestro un poco, en medio el eglesia, es el ver sepulcro o Jhesu Christo fue
metido. (Almerich, La fazienda de Ultra Mar, c 1200, p. religiosa).
Pero dentro de estos 17 casos encontramos dos en los que se utiliza este significado
‘izquierda’ de un modo simbólico. En el primero de estos ejemplos no se puede afirmar
con certeza si la carga simbólica de siniestra es positiva o negativa. Nos referimos a este
fragmento perteneciente a los primeros versos del Cid:
16
De las 448 variantes diferentes con las que he introducido el término, tan solo 30 han aportado, a lo
largo de todos los siglos, algún ejemplo. Son estas: siniestr- (Siniestr-), sinjestr- (Sinjestr-), sinyestr-,
sjnjestr-, syniestr-, synjestr- (Synjestr-), synyestr-, sinistr- (Sinistr-), sinjstr-, synistr-, sinixtr-, sinniestr-,
sinestr-, synestr-, sinextr-, siniextr-, seniestr-, senjestr-, senistr-, senestr-, ssiniestr-, ssinjestr-, ssjnjestr-,
ssyniestr-, ssynjestr- y ssinistr-.
17
En realidad, según los parámetros de búsqueda anteriormente explicados, encontramos en este siglo 26
apariciones de nuestro término, pero ocho de ellas corresponden también a ejemplos en latín.
18
En la medida de lo posible, intentaré mantener cierta uniformidad a la hora de mostrar casos
representativos de cada uno de los sentidos que se van a ir analizando a lo largo del trabajo (no obstante,
hay que tener en cuenta que estamos sujetos en todo momento a las limitaciones del propio corpus). Así,
en principio expondré al menos tres ejemplos de cada uno de los significados que sean mencionados. Esta
norma variará si un sentido concreto necesita, en mi opinión, ser justificado con un número mayor de
casos. Por el contrario, cuando un significado ya haya sido suficientemente ejemplificado en un período
anterior, para que el estudio no sea demasiado repetitivo, optaré por reducir el número de ejemplos
expuestos.
19
Tras cada ejemplo se aportará la información más relevante que aporta el propio CORDE: el autor, el
título de la obra, el año al que pertenece y su clasificación temática, que consistirá en indicar si el texto es
literario o pertenece a uno de los tipos de prosa (p.) indicados anteriormente.
126
Allí piensan de aguijar, allí sueltan las riendas.
A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra
e entrando a Burgos oviéronla siniestra.
Meció mio Cid los ombros e engrameó la tiesta:
- ¡Albricia, Álbar Fáñez, ca echados somos de tierra!
(Poema de Mio Cid, anónimo, c 1140, literario).
Se trata de un tema del que ya se ha hablado detenidamente en este trabajo: la
interpretación de los vuelos de las aves. Como hemos visto, este tipo de pasajes suscita
muchas dudas y confusiones. En cualquier caso, en este ejemplo concreto, la mayoría de
los críticos le otorga un significado negativo a la aparición del ave por la izquierda.
Entre ellos, Menéndez Pidal, interpretando que la corneja que vuela de izquierda a
derecha es adversa20; lo mismo opinan otros críticos como Pedro Salinas21, Conde22,
Michael23. En cambio, para Marcos Marín se trata de un presagio favorable: en su
edición del Cantar, afirma que «el Cid interpreta el agüero como favorable, de acuerdo
con el sistema árabe, como un movimiento de derecha a izquierda». Y añade: «El
presagio es negativo para quienes se quedan, no para quienes se van, por lo cual puede
pedir albricias»24.
Por tanto, debido a que uno de los criterios que hemos expuesto consiste en clasificar
como ejemplos con connotaciones negativas solamente aquellos casos que las presenten
de un modo muy claro, contabilizamos este ejemplo como un caso normal con el
significado ‘izquierda’.
En cuanto al segundo ejemplo al que nos referíamos, sí se puede decir que el término
se utiliza con connotaciones negativas, pues se trata de un texto en el que se habla del
pasaje bíblico de la bendición de Manasés y Efraín, que hemos visto ya en este trabajo.
Es este ejemplo:
Vio Israel los fijos de Josep e dixo: "Quien son estos?" Dixo Josep a so padre:
"Mios fijos son, quem dio Dios aquí". Dixo Jacob: "Aplegalos a mi e bendezirlos
hé". Ojos de Israel se agravecieron de vegedat e non podia veer. Aplegolos a el e
dixo Jacob a Josep: * "Tus fazes no [quedé] * veer e aun me amostro Dios tos
fijos". Tyrolos Josep contra sos ynoios e adoro con sus fazes a tierra. Priso Josep
20
Cfr. [Cid1]: 105.
Citamos de sus Ensayos de literatura hispánica: «Primero vuela el ave a la derecha. ¡Buena señal,
presagio de ventura! Pero más allá se truecan los signos: ahora vuela a la siniestra. ¿Qué quiere decir eso?
Que esta vez los pájaron no revelan nada. Que delante del Cid no se abre ninguna claridad, en bien o en
mal» (1958: 31).
22
Cfr. [Cid2]: 98.
23
Cfr. [Cid3]: 76-77. A pesar de ser de la misma opinión que Menéndez Pidal, Michael no está de
acuerdo en la interpretación del vuelo de izquierda a derecha de la corneja.
24
Cfr. [Cid4]: 171.
21
127
estos amos, Effraym de so dyestro a synyestro de Israel e aplegolos a él. * Tendio
Israel su diestra e pusola sobre la cabeça de Effraym, y es era el menor. Bendixolo
Jacob e dixo: "Dios delant quien andieron myos parientes Abraam e Ysaach e quim
governo desque fuy troal dia d' oy, e el Sennor quem amparo de todo mal, bendiga
estos mancebos e sea clamado myo nombre con ellos, en nonbre de myos parientes,
de Abraam e de Ysaach, acresca e muchygue de la tierra". Vio Josep que puso so
padre la mano sobre la cabeça de Effraym. Priso la mano de su padre por redrarla
de la cabeça de Effraym a la cabeça de Manassen. Dixo [a] so padre: "Non assi, ca
este es el mayor. Pon tu diestra sobre su cabeça". Non quiso so padre e dixo: "Selo,
* mio fijo, selo". Que aun exira de [él] pueblos e acrecera de cierto so ermano el
menor. (Almerich, La fazienda de Ultra Mar, c 1200, p. religiosa).
Anteriormente habíamos visto el hecho, que también se relata en este fragmento, de
que José quiere que Israel ponga su mano derecha sobre Manasés, su hijo mayor, y no
sobre Efraín. En este pasaje vemos además cómo José le otorga menor importancia a su
hijo pequeño al colocarlo precisamente a la izquierda de Israel antes de que los vaya a
bendecir.
El ejemplo que nos queda por comentar de los 18 señalados al principio es un pasaje
que suscita dudas en cuanto a su interpretación:
L. Capitulo delos que echan lixo o agua enlas calles.
473. Todo aquel que de siniestra o de almoxaba lixo o agua alguna echare sobre
otro, peche .x. mrs. (Fuero de Soria, anónimo, c 1196, p. jurídica).
Al no poderle asignar un sentido concreto, se ha clasificado por separado.
En resumen, estos son los resultados que nos depara este siglo:
Textos
literarios
‘Izquierda’
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
4
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
9
‘Izquierda’
con
connotaciones
negativas
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
3
16
(88,8%)
1
(5,5%)
1
Dudosos
1
1
(5,5%)
No son muchos los datos que se pueden extraer de estos primeros ejemplos
encontrados, en los que solamente aparece con nitidez el significado ʻizquierdaʼ, que
además en una de las ocasiones toma connotaciones negativas.
128
4.2.3. Siglo XIII
En este siglo encontramos ya una buena muestra de ejemplos: 59325. Dejando a un
lado los empleos normales con el sentido espacial, en un buen número de casos
encontramos este significado ʻizquierdaʼ asociado claramente a connotaciones
negativas. Veamos en qué consisten26.
Empecemos por los pasajes de contenido religioso: encontramos muchos ejemplos en
los que la visión negativa de la izquierda está relacionada con el cristianismo:
La izquierda
es mala
para el
cristianismo
Textos
literarios
Prosa
didáctica
13
8
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
3
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
7
15
46
Bastantes casos aluden a algunos fragmentos de la Biblia ya comentados en este
trabajo. Por ejemplo, los que se refieren a la célebre cita «que no sepa tu mano izquierda
lo que hace tu derecha». Uno de los nueve casos hallados es:
Ssegunt Ihesu Cristo dixo a ssus diçiplos, que non ffiziessen commo los que
ffazíen oraçiones por las plaças por que los viessen los omnes orar, nin diessen ssus
limosnas descubiertamiente, mas tan en poridat que lo que ffiziesse la mano diestra
non lo ssopiese la ssiniestra. (Alfonso X, Setenario, c 1250-1270, p. jurídica).
25
El número total de ejemplos encontrados tras la búsqueda asciende a 598, pero a estos hay que restarles
cuatro casos que están en latín y un caso en el que se produce una confusión entre siniestra y finiestra,
ʻventanaʼ.
26
Antes que nada, hay que decir que volvemos a encontrar en este siglo un ejemplo que hace referencia al
pasaje del Cid que se acaba de comentar en el siglo XII, pero siguiendo el mismo criterio que entonces, lo
contamos como un caso en el que aparece el significado ‘izquierda’ sin connotaciones negativas.
Lo mismo sucede con varios ejemplos en los que se utilizan la izquierda y la derecha como símbolos
para establecer leyes adivinatorias. En ellos, no encontramos unanimidad a la hora de otorgar un presagio
desfavorable o favorable a ninguno de los dos lados. Por ejemplo, por un lado encontramos:
Quando allegaren a la caça, si ouieren cueruo que pose siniestro demuestra que avrán
caça, mas que será poca. (Abraham de Toledo, Moamín. Libro de los animales que cazan,
1250, p. científica).
Y por otro:
Si uieren can que pase de parte siniestra, demuestra que se apoderarán de la caça e que
avrán alegría con ella, e mayormient si fuere el can uermejo. (Abraham de Toledo,
Moamín. Libro de los animales que cazan, 1250, p. científica).
Así pues, estos casos han sido clasificados también dentro de los pertenecientes simplemente al
significado ʻizquierdaʼ.
129
Otra referencia bíblica es la de este pasaje también comentado: «El espíritu del sabio
está a su mano derecha; mas el corazón del necio a su mano izquierda». Encontramos un
solo fragmento que lo menciona:
El coraçón e la entención del sabio en la diestra mano d'él, e el coraçón del loco,
en la su siniestra del loco.
E aun el loco andando su carrera, seyendo él loco, cuida que todos los otros son
locos como él. (Alfonso X, General Estoria.Tercera Parte. Libros de Salomón:
Cantar de los cantares, Proverbios, Sabiduría y Eclesiastés, a 1280, p. históricodocumental).
También volvemos a encontrar referencias al momento de la bendición de Efraín y
Manasés. Contabilizamos tres casos en un mismo fragmento:
E segund cuenta maestre Pedro rogól mucho e pidiól merced que los
bendixiesse; e assentól de la diestra parte a Manasses, que era el mayor, e de la
siniestra a Efraím, que era menor, e llegógelos acerca. E Jacob al bendezirlos
camió las manos en cruz, e puso la siniestra sobre Manasses, que era mayor, e de
la diestra Efraím, que era menor, e bendíxolos, e dixo: - Dios, en cuyo servicio
andidieron mios padres Abraham e Isaac, e que dio a mí lo que ove mester desque
nací fasta oy, e ell ángel que me siempre guardó de todo mal bendiga estos niños e
faga al su linage crecer mucho sobre la tierra. Cuando vío Josep que su padre
pusiera la mano diestra sobre Efraím, que era el menor, e la siniestra sobre
Manasses, que naciera primero, pesól, e tomól a la diestra por ponérgela sobre
Manasses, e dixol que aquél era el primero fijo e que aquel bendixiesse con la
diestra. E dixol el padre estonces: - Sélo yo, fijo, e bien sé lo que fago. E la
generación de Manasses, que es mayor, será grand, mas muy mayor la de Efraím,
que es menor, e muchas yentes vernán d'él. (Alfonso X, General Estoria. Primera
parte, c 1275, p. religiosa).
Son varios los casos en los que se alude a la izquierda como el lado en el que estarán
los no elegidos por Cristo tras el Juicio Final. Se trata de ejemplos de este tipo:
Serán puestos los justos a la diestra partida,
los malos a siniestro, pueblo grand sin medida,
el Rey será en medio con su az revestida,
cerca d'Él la Gloriosa de caridat complida.
(Gonzalo de Berceo, Los signos del juicio final, p 1236-1246, literario)27.
27
Hay que mencionar que, a pesar de estos casos, encontramos otros ejemplos en los que estar sentado a
la izquierda de Jesús sí es positivo. Se trata de ejemplos que hacen referencia a otra cita bíblica: la de la
madre de los hijos de Zebedeo pidiéndole a Jesús que sitúe a sus dos hijos a su lado, uno a la derecha y
otro a la izquierda (Mateo 20, 20-23). Se trata de un pasaje peculiar y aislado que supone una excepción
con respecto a la mayoría de las referencias bíblicas en las que se alude a la simbología de la izquierda.
Pues bien, son cuatro los casos que se han hallado haciendo referencia a este fragmento. Se han
agrupado dentro de los ejemplos sin connotaciones del significado ‘izquierda’. Veamos un ejemplo:
130
Veamos ahora la relación de la izquierda con el diablo, que aparece explícita en este
pasaje del Libro de Alexandre:
El diablo, amigos, que nunca pued dormir,
siempre anda bullendo pora nos reçebir,
quantas trae de redes podísteslo oïr
si quisiestes en ello las orejas abrir.
Avisa a los unos cómo son cobdiçiosos
faz los otros irados, los otros enbidiosos,
los otros ventaneros, los otros luxuriosos,
enbébdalos e mátalos con tales azedosos.
Los buenos e los santos que non quieren fallir,
que oran, alimosnan e piensan de servir,
saben con sus sermones los otros convertir,
pesal tanto con estos que se quiere morir.
Sabe un letüario a estos bien guisar;
pégaseles quedillo al siniestro quexar,
faz' al que es buen omne del buen fecho membrar,
tanto que se deleita en ello glorïar.
(Libro de Alexandre, anónimo, 1240-1250, literario).
Y más aún en este otro ejemplo, donde uno de los nombres que se utilizan para
referirse a él aparece relacionado directamente con el término latino laeuus, ʻizquierdaʼ:
Agora sobresto assi cuemo nos dizen los escriptos santos que nuestro sennor
dios nos dio a sant Migael arcangel por rescibidor de las almas de los buennos. Que
assi puso en el Jnfierno a Leuiathan por rescibidor & recabdador de las almas de
los malos. Onde este nombre Migael tanto quiere dezir segunt la biblia. cuemo que
quien es assi cuemo dios; O que es assi deydad. Et Leuianthan otrossi tanto como
estant a la part sinniestra; fascas a la mala. Ca es este nonbre leuiathan compuesto
de Leuus /2/ que diz en el latin por siniestro & de stans que es por estant. (Alfonso
X, General Estoria. Segunda parte, c 1275, p. histórico-documental)28.
En otros dos casos se hace referencia al mal ladrón, el que estaba crucificado a la
izquierda de Cristo. Se trata de dos ejemplos muy parecidos. Observemos uno de ellos:
Allegaron se a el Yague e Iohan, fiios de Zebedeo, e dixieron le: Maestro, queremos que
nos fagas que quier que te pidamos.
El dixo les: ¿Que queredes que vos faga?
Ellos dixieron: Da nos que seamos en la tu gloria, el uno a tu diestra, el otro a tu siniestra.
(El uevo Testamento según el manuscrito escurialense I-j-6. Desde el Evangelio de San
Marcos hasta el Apocalipsis, anónimo, a 1260, p. religiosa).
28
Leviatán procede del latín bíblico Leviathan, y este del hebreo liwyātān (DRAE 2001: s. v. leviatán).
131
E por este pecado se perdio otrosi Caym quando mato a Abel, su hermano. E
por este pecado se perdio otrosi el ladron que estaua cruçificado a la mano
siniestra de Jesu Cristo. E por este pecado se perdieron e se pierden otros muchos
omnes e mugeres, matandose con sus manos por desesperança. (Castigos e
documentos para bien vivir ordenados por el rey Sancho IV, anónimo, 1293, p.
29
didáctica) .
Pasemos ahora a otro grupo de ejemplos en los que se simboliza con la izquierda
simplemente a los que no comparten la fe del cristianismo. Todos ellos pertenecen a la
literatura clerical y seis se encuentran en la misma obra.
En estos dos ejemplos se parte de la simbología que tiene la izquierda en dos
ceremonias para asociarla a pueblos no cristianos:
Los que lo non entienden bien deven preguntar
por qué cambia el clérico tan apriessa logar;
anda diestro, siniestro en el sancto altar,
en cabo do se sovo, alí á de tornar.
Los judíos signífica essa diestra partida,
a la que faz el clérigo la primera venida;
éssos tenién la leï d'ellos mal entendida,
por esso eran diestros, non por la buena vida.
A los moros signífica el siniestro cornal,
que non tenién de Dios nin ley nin su sinal;
por ent a los discípulos dio signo especial,
que non se acostassen a essi hospital.
Quando no lo quisieron los diestros recebir,
passó a los siniestros, fízolos convertir;
oyeron evangelio, que non solién oír,
e ganaron la missa, toda hasta'l somir.
(Gonzalo de Berceo, Del sacrificio de la misa, p 1228-1246, literario).
Aquello que trascambia los brazos el abbat,
quando faz el enclín ante la Majestad,
buena es de saber esta tal puridad,
si es signíficança o es nescïedad.
Buena es la pregunta, fecha bien a razón,
Dios mande que·l demos buena responsïón,
ca plázeli a omne mucho de corazón
quando bien li recuden a la su questïón.
29
Aunque hay más ejemplos en los que se alude a los ladrones situados a la derecha y a la izquierda de
Cristo en la cruz, solamente los dos señalados lo hacen dando una visión negativa de este último.
132
Los judíos signífican la mano más derecha,
ca éssos mantuvieron la ley sines retrecha;
éssos davan a Dios sacrificios e pecha,
la tierra de Egipto por ellos fue maltrecha.
A éssos deziá fijos el nuestro Salvador,
aquessa grey buscava como leal pastor;
Elli le fizo gracia, mercet e grant honor,
ella tornólas coces e fizo lo peor.
Por la siniestra mano, que es mal embargada,
la gent de paganismo nos es significada,
ca andava errada essa loca mesnada,
adorando los ídolos e la cosa lavrada.
Quando don Jhesu Christo, el pastor natural,
vino quitar el mundo de la premia mortal,
non quiso la su greï comer de la su sal,
mas quanto más podió buscóli todo mal.
De gent de paganismo fuele obedïent,
acogióse a Él mucho de buenament,
si ante fue siniestra por su grant falliment,
en cabo tornó diestra del Rey omnipotent.
Los judíos, que eran diestra del Crïador,
ca tenién la su leï, yazién en su amor,
creer no lo quisioron, fizioron lo peor,
cayeron a siniestro por el su grant error.
(Gonzalo de Berceo, Del sacrificio de la misa, p 1228-1246, literario).
En este otro caso se utiliza una curiosa simbología para asociar a los musulmanes
con la izquierda y a los católicos con la derecha:
Solémoslo leer, dizlo la escriptura,
que es llamado mundo del omne por figura;
qui comedir quisiere e asmar la fechura,
entedrá que es bien a razón sin pressura.
Asïa es el cuerpo, segunt mi oçïent,
sol e luna los ojos, que naçen de orient,
los braços son la cruz del Rey omnipotent,
que fue muerto en Asia por salut de la gent.
La pierna que deçende del siniestro costado
es el reino de Africa por ella figurado;
toda la mandan moros, un pueblo muy dubdado,
que oran a Mafómat, profeta muy honrado.
133
Es por la pierna diestra Eüropa notada,
ésta es más católica, de la fe más poblada,
tienen Petrus e Paulus en ella su posada,
ésta es de la diestra del bispo santiguada.
(Libro de Alexandre, anónimo, 1240-1250, literario).
También es necesario comentar el uso de la simbología negativa de la izquierda en
diversos elementos que forman parte de la vestimenta de los oficiantes de una
ceremonia cristiana. En este ejemplo se habla de un ornamento sagrado, el manípulo,
que el sacerdote debe ponerse en la mano izquierda:
La quinta, maniplo, es otra manera de ordenamiento de vestimientas que ordenó
Ssanta Eglesia que ha de tener el clérigo en la mano ssiniestra quando dize la misa.
Et quiere dezir commo cosa que sse toma con quanto en ella cabe. Otrossí muestra
doblamiento de que sse dobla de ssomo con la mano. Et estas dos rrazones
conuyenen mucho al maniplo; ca él es ffecho en manera que non es más ancho de
quanto pueda caber la mano por él. Et deue sser puesto en la munneca do sse ajunta
la mano con el braço, o sse dobla quando es mester. Et esto es a ssignifficança de
escudo, que deue ssienpre el que dize la misa poner ante ssí para sser por él
guardado de tentaçión. Et la mano ssiniestra en quel ponen ssigniffica la vida deste
mundo, que es cosa en que toman los omnes ssabores que non sson duraderos e por
que pierden el amor de Dios. Onde, maguer la mano ssyniestra non ha tan grant
ffuerça commo la diestra, el maniplo quel ponen la ffaz ygual con ella. Et por ende
dixo el rrey Ssalamón prophetando: La ssu ssiniestra sserá ssobre la mi cabeça e la
ssu diestra me abraçará. Et por essol ffazen dos cabos yguales colgados por que la
mano ssiniestra, que obra naturalmiente, sse eguale con la diestra por la vertud
spiritual que gana por el maniplo quel ponen en ella, por que el ssaçerdote
egualmiente pueda ffazer el ssacriffiçio con amas las manos, ssegunt conuyene.
(Alfonso X, Setenario, c 1252-1270, p. jurídica).
Algo parecido pasa con el palio:
Et este pallio ha de sser de llana toda blanca que ssea de oueia o de cordero, en
tal manera ffaçionado que entre por la cabeça e ssea tan ancho que uenga por los
pechos e por las espallas en derredor, e ha de auer dos listas que cuelguen, vna
delante e otra detrás. Et deue sser doblada de la parte ssiniestra e ssenziella de la
diestra. Et otrossí ha de auer quatro cruzes, vna en los pechos, e otra en las espallas,
e otra ssobrel onbro diestro, e otra ssobrel ssiniestro. [...] La rrazón por que el
pallio es [doble] en la ssiniestra parte ssigniffica que doblada ffortaleza deue auer,
que pone ante ssí assí commo escudo en la parte ssiniestra, que es más fflaca, para
poder bien ssoffrir los pesares deste mundo e las tentaçiones del diablo, que meten
en yerro, e ffaze esfforçar a los fflacos con rrazón. Et porque el pallio es ssenziello
en la diestra parte ssigniffica que aquello deue omne tener desenbargado para
fferir, assí commo la ssiniestra para ssoffrir. [...] Et las quatro cruzes que ponen
ssigniffican las quatro uertudes mayores por que sse mantiene el mundo, assí
commo ssabiduría, ffortaleza, justiçia, tenpramiento. Lo otro porque las cruzes sson
bermeias demuestra que deue ssienpre el prelado tener en ssu uoluntad en cómmo
Nuestro Ssennor Ihesu Cristo esparzió la ssu ssanta ssangre por nos e sser [76r]
triste por quanta pena e martirio ssuffrió por nos, et venirle ssienpre emiente la
muerte muy graue que passó. Et estas quatro cruzes deuen sser puestas cada vna en
134
ssu logar por grant ssignifficança: la justiçia, en los pechos, porque sse ha de
leuantar del coraçón en amarla mucho el que la ffiziere; la ssabiduría, en las
espallas, para ssaberla mantener e desamar a los que la desamaren; la ffortaleza, en
la parte ssiniestra, por que las cosas contrarias non abaxassen al que la touyere; et
el tenpramiento, en la parte diestra, por que ssepa ssoffrir la buena andança e non
tome orgullo ninguno nin ffaga cosas por que la aya de perder. (Alfonso X,
Setenario, c 1252-1270, p. jurídica).
Como se aprecia, en ambos ejemplos la izquierda juega un papel simbólico que esconde
múltiples significados, la mayoría de ellos negativos.
Encontramos dos casos más en los que la izquierda aparece caracterizada
simplemente como negativa desde el punto de vista cristiano. Se trata de estos ejemplos:
Torna de mal el tu pie, ca las carreras de diestro conoce Dios e las de siniestro
son malas, e él mismo endereçará los tus andares e vernán las tus carreras a la paz
que non á de fallir. (Alfonso X, General Estoria. Tercera Parte. Libros de
Salomón: Cantar de los cantares, Proverbios, Sabiduría y Eclesiastés, a 1280, p.
histórico-documental).
Onde nos da a entender que deuemos obrar a derechas
a derechas es que non fagamos a otro lo que non querriamos
para nos La ija. llaga que le fezieron fue enla su mano sinjestra
quando le posieron otro clauo por la mano enla palma & ge
la atrauesaron E aquellos que gelo fezieron obraron a
esquierdas & asy fazen todos aquellos que fazen malas obras.
(Castigos. BM ms. 6559, anónimo, 1293, p. didáctica).
Dejando ya a un lado los ejemplos de asunto religioso, queda solamente por
mencionar otro caso en el que la izquierda sigue siendo el lado negativo, pues en él se
deja ver que es la mano izquierda la que realiza las malas acciones:
Textos
literarios
La
izquierda
es mala
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
1
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
1
Es el caso del siguiente pasaje del Libro de Alexandre. Aunque pueda tratarse de una
interpretación algo arriesgada, parece que el hecho de que sea la mano izquierda la que
aparece mencionada en este caso no es una casualidad. Basta con remitirnos a los
ejemplos anteriores extraídos de este mismo libro para ver las connotaciones negativas
con las que se utiliza el término siniestro:
135
Andava por la casa mucho entremetida,
tenié cara alegre, la voluntad podrida;
mas la mano siniestra teniéla escondida,
de medezinas malas teniéla bien bastida.
(Libro de Alexandre, anónimo, 1240-1250, literario).
Cambiando ya de significado, he dejado para el final nueve casos con unas
características concretas. En realidad, se trata de un mismo pasaje que aparece repetido,
con pequeñas variaciones, en nueve fuentes diferentes. El significado que parece tener
el término en este caso es el de ʻzurdoʼ:
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
ʻZurdoʼ
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
9
9
Ya que todos los ejemplos son prácticamente iguales, exponemos solamente uno de
ellos:
Todo omne que fuere reptado despues que la suerte cayre sobr'él, commo dicho
es, luego ý diga si quier lidiar cauallero o peon. Si dixiere que cauallero, los
alcaldes denle plazo tres .IX. días, e cada .IX. días aquel que pide aduga .V.
caualleros que non sean soldaderos o braçerps o siniestros si non qual fuere el
reptado. Et quando aduchos fueren, los alcaldes caten fielmientre qual d'ellos lidie
que sea comunal en todas cosas del reptado. (Fuero de Plasencia, anónimo, c 1300,
p. jurídica).
Aunque no podemos asegurar a ciencia cierta que el significado propuesto sea el que
verdaderamente tiene el término, el contexto nos induce a pensar que siniestro toma,
efectivamente, el sentido de ʻzurdoʼ.
Veamos entonces los datos resumidos de este siglo XIII30:
30
Como apreciamos en el siguiente cuadro, han aparecido en este siglo 11 ejemplos en los que
encontramos la expresión a diestro y siniestro. Por tratarse de una construcción lexicalizada y con un
significado especial, su análisis será objeto de un estudio independiente al final de este capítulo (cfr. cap.
4.4.3.9). Mientras tanto, nos limitaremos a ofrecer simplemente los datos de las apariciones de esta
expresión en cada siglo.
136
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
21
97
49
526
(88,7%)
3
7
15
47
(7,9%)
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
ʻIzquierdaʼ
51
28
275
5
ʻIzquierdaʼ
con valor
negativo
14
8
Prosa de
prensa y
publicidad
ʻZurdoʼ
A diestro y
siniestro
9
9
1
1
Total
9
(1,5%)
11
(1,8%)
La gran cantidad de ejemplos de los que disponemos ya en este siglo nos sirve para
concluir que hay un porcentaje notable de empleos con el significado ʻizquierdaʼ que se
utiliza con unas claras connotaciones negativas. Concretamente, de los 47 casos que
presentan estas connotaciones, en 46 de ellos hallamos reflejada la simbología cristiana,
lo que nos da a entender la gran influencia que, al menos en esta época, tuvo con
respecto a la visión negativa de la izquierda.
Por otro lado, llama la atención la aparición del empleo de ʻzurdoʼ, con la peculiar
característica de que la presencia de este significado se repite siempre en un mismo
pasaje recogido en diversas fuentes.
4.2.4. Siglo XIV
El número de ejemplos encontrados en el CORDE para este siglo es menor: 33631.
Lo importante es que en este período encontramos ya el uso de siniestro como adjetivo
sin hacer referencia a ‘izquierda’, es decir, empiezan a documentarse los significados
claramente peyorativos que llegan hasta la actualidad. Pero vayamos por partes32.
31
Se han tenido que desechar en este caso siete ejemplos que están en latín y dos en los que encontramos
el término sinistrare.
32
Como sucedía en el siglo pasado, podemos comentar algunos ejemplos que se han clasificado como
empleos normales de ʻizquierdaʼ. Entre ellos volvemos a encontrar una referencia a la siniestra corneja
del Cid, aunque en este caso se trata de un comentario de este pasaje y no de la transcripción del mismo.
También encontramos algunos otros ejemplos en los que la derecha y la izquierda juegan un papel
simbólico en ritos de adivinación, pero de ninguno de ellos se puede extraer como conclusión una visión
claramente negativa del significado ʻizquierdaʼ.
137
Veamos en primer lugar las connotaciones negativas que encierran los ejemplos de
carácter religioso:
La izquierda
es mala
para el
cristianismo
Textos
literarios
Prosa
didáctica
3
2
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
11
Total
16
Para comenzar con un ejemplo que sigue la línea de los anteriores, citaremos de
nuevo un caso en el que se hace referencia a una cita bíblica ya comentada. El ejemplo
es casi idéntico al del siglo anterior:
El coraçon del sabidor asu diestra, e el coraçon del loco asu siniestra.
E avn por el camino quando el loco anda, su seso es menguado, e dize a todos
ques loco. (Biblia ladinada, anónimo, c 1400, p. religiosa).
Otra cita bíblica a la que se ha aludido ya en el siglo anterior es la de la bendición de
Efraín y Manases. De nuevo encontramos en este siglo referencias a ella. Son tres casos
en una misma cita:
E tomo Josep a anbos ados, a Efraym por la su diestra, ala syniestra de Ysrrael,
e a Manase por su syniestra, ala diestra de Ysrrael, e allegolos a el.
E tendio Ysrrael su mano diestra, e puso sobre la cabeça de Efraym, que era el
menor, e su siniestra sobre la cabeça de Manase; e entendio con sus manos que era
el mayor Manase.
E bendixo a *Josep, e dixo: Dios que andouieron los mis antesçesores antel,
Abrahan e Ysaque, Dios que me gouerno desde que so fasta este dia.
El angel que me rredimio de todo mal, bendiga a estos moços; e llamese enellos mi
nonbre, e el nonbre de mis padres Abrahan e Ysaque, e crescan mucho entre la
tierra.
E vido Josep que ponia su mano diestra sobre la cabeça de Efraym, e pesole, e
sotouo la mano de su padre por la tyrar sobre la cabeça de Efraym ala cabeça de
Manase.
E dixo Josep asu padre: non es asy, mi padre, que este es el mayor; ponla tu
diestra enla su cabeça.
E non quiso su padre, e dixo: bien se, el mi fijo, quel sera por gente e el
cresçera. Pero su hermano el menor cresçera mas quel... (Biblia ladinada I-i-3,
anónimo, c 1400, p. religiosa).
Asimismo, vuelve a aparecer en este siglo otra referencia al pasaje bíblico que habla de la petición de la
madre de los hijos de Zebedeo a Jesús, donde se otorga tanto a la derecha como a la izquierda un sentido
positivo.
138
También aparece el término en dos nuevas referencias al Juicio Final. Este es un
ejemplo:
Aquel dia seremos juzgados en el val de Josofat,
Escusar no nos podemos por suerte, sinon por caridat.
Desembrarse an los malos a la siniestra parte,
E seran con el Diablo por syenpre jamas;
E seran los buenos a la diestra parte,
E de gozo e de alegria nunca les menguara.
(Proverbios de Salamón, anónimo, a 1400, literario).
En este último ejemplo se encuentra también una referencia explícita al diablo. Pues
bien, se ha hallado otro caso en el que este vuelve a estar relacionado con el lado
izquierdo
Mas ¿que façe el diablo? Faze un (en)plasto de ligamiento de las cosas
tenporales, e echalo en el coraçon del perlado por tal que ponga en ellos todo su
cuydado que non puedan en al pensar nin entender en las cosas çelestiales. E ansi
lo façe el perlado, ca pone todo su cuydado en sus rrentas, e en las otras cosas
temporales, ansi que los ojos çelestiales son çiegos. E despues el diablo come los
fijos, feriendo el aguila de la una parte, e de la otra. Esta postura fiço (Nas) con
Gabet e Galeat, que el con todos los suyos que se saquen los (181 rº) ojos derechos
e que los dexaria en paz, ansi commo se cuenta en el Primer Libro de los Rreys.
Aques paresçe a lla serpiente antigua que façe tanto quanto puede por les toler los
ojos spirituales porque non puedan conosçer las (cosas) çelestiales en est(e mundo).
Ansi que son a siniestro. Ansi commo muchos otorgan en esto, (muchos) a(n)
menos el un ojo. (Libro de los gatos, anónimo, c 1400, literario).
Y, sin salir de la temática religiosa, encontramos varios ejemplos más en los que, por
diversos motivos, la izquierda siempre se relaciona cons aspectos negativos. El primero
hace referencia a la mano izquierda del Señor como castigadora:
Pero Sennor, pidote merçed, que del mal & del danno non me quieras dar tanto,
que arriedres la yra dela tu mano synjestra de sobre mj, ca yo sienpre te connosçre
& te alabare por sienpre. (Alfonso Valladolid, Tratado contra hadas, a 1349, p.
didáctica).
Estos dos relacionan la izquierda con el pecado:
Quando las almas pasares,
éstos ten con la tu diestra
que dan çenas e yantares
a nós e a quien nos adiestra;
sus pecados e sus males
échalos a la siniestra.
(Juan Ruiz, Libro de buen amor, 1330-1343, literario).
139
E asi aquel que los bienes que en si oviere conosçe que son de Dios, este tal no
se desuja a la diestra parte, ca todos los bienes que faze a Dios los conosçe. Otrosi
el que no presume en si nj toma grand atreujmjento de ser perdonado de Dios e por
ende dexa de pecar, este tal non se buelue a la sinjestra parte. (Traducción del
Soberano bien de San Isidoro, anónimo, a 1400, p. religiosa).
Los demás ejemplos son estos:
Sant Matheo euangelista, capitulo V, dize que mas se deue hombre studear en
auer paciençia que en veniança. Et que honbre deue menospreçiar las cosas
temporales por las eternales, assin como hombre menospreçia la part siniestra por
conseruar la drecha. (Juan Fernández de Heredia, Libro de actoridades (Rams de
flors), 1376-1396, p. didáctica).
E por ende nos conseja el apóstol Sant Pablo, Ad Corintios sexto cº: "In
omnibus exibeamus nosmetipsos sicut Dei ministros in multa paçiençia, in jejunis
contra carnem, in vigiliis contra hostem, in caritate non ficta contra mundanam
avariçiam" ("pongamos a nós mesmos trabajo en todas buenas obras, así como
ministros e siervos de Dios, en mucha paçiençia, en ayunos e en abstinençias
contra la carne, en vigilias e en oraçiones contra el enimigo que es el diablo, en
caridat non enfinta contra la cobdiçia e avariçia deste mundo"). E síguese adelante
en esta actoridat: "Per arma justiçie a dextris et a sinistris", hoc est, in prosperis et
in adversis ("por armas de justiçia a diestro e a siniestro"). Por el diestro se
entiende los deleites e las plazenterías del mundo, e por el siniestro las coitas e
persecuçiones e tribulaçiones. Por que se da a entender que tan bien devemos loar e
bendezir a Dios en la coita e en la pobreza e en la priesa e en la dolençia, como en
la riqueza e en la salud e en la plazentería. (Un sermonario castellano medieval,
anónimo, a 1400-a 1500, p. religiosa).
Christo see a la diestra del Padre, no porque el Padre aya diestra corporal, mas
la byenauenturança es llamada diestra del Padre, asy como la syniestra es llamada
mesquindat. (Traducción del Soberano bien de San Isidoro, anónimo, a 1400, p.
religiosa).
E este bezerro se pinta en la cruz a la sinistra parte por la tristeza que ovo
Jhesuchristo e dolor grande en la su pasión. Onde la cosa triste sienpre se pone e
deve ser puesta a la sinistra mano. (Un sermonario castellano medieval, anónimo,
a 1400- a 1500, p. religiosa).
Encontramos dos ejemplos más con connotaciones negativas para la izquierda, pero
en estos casos no aparece explícita ninguna mención al cristianismo (aunque parece
lógico pensar que sí hay una relación directa):
Textos
literarios
La izquierda
es mala
1
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
1
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
2
140
Se trata de estas dos citas:
... del buen rey don alfonso
estas nueuas auemos
toda la summa dellas
enel es muy entera
sus mañas son estrellas
& el es la espera
del çielo que sostiene
a derecho la tierra
a los buenos mantyene
e alos malos atierra
si el solo del mundo
fuesse la mano diestra
de bjen reyes bjen cuydo
& non farien la synjestra
es meytad muy fea...
(Proverbios. Moñino 73, anónimo, c 1350, literario).
... de aquellas partes nos guarda prudençia
que todas stablice por su seso
& aquestas son las joyas elas alegrias
e todas bien auenturanças contra
qui es asentada contenplança que
no nos lexa pas desmesurar por
ergul nj por alegria A sinjstra
part son posadas las aduersidades
e las dolores contra qui nos defiende
fuerça qui nos conuerta contra todos
periglos Mas todas cosas que el
omne sabe e veye sin njngunt dubdo
son asi como dauant nuestros oios
por esto yes justicia posada
dauant nos por que sus virtudes no
son pas si enlas cosas çiertas no &bsol...
(Libro del Tesoro. Girona, Catedral, 20ª5, anónimo, 1400-1425, p. de sociedad).
Pasemos ya a las primeras documentaciones encontradas en las que aparece el
empleo de siniestro como adjetivo con valor peyorativo. Recordemos cuáles eran los
dos significados que la mayor parte de los diccionarios otorgaba a siniestro como
adjetivo: obviando el ya conocido ‘izquierda’, hallábamos por un lado el de ‘avieso,
malintencionado’ y, por otro, el de ‘infeliz, funesto, aciago’. Recordemos, además, que
solamente un diccionario recogía el sentido de ‘falso, engañoso’.
Pues bien, nos encontramos en este siglo con siete ejemplos en los que aparece un
sentido peyorativo. Pero tan solo en dos de ellos se puede asignar, con cierta claridad,
uno de los significados recogidos en los diccionarios. Se trata del significado ‘infeliz,
funesto, aciago’:
141
Textos
literarios
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
1
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
2
Estos son los dos ejemplos:
Item el mismo, en el IVo libro, "De fortaleza", recomta que Anibal vincio los
romanos en el lugar de Cannas, et aquesta fue la mayor perdua que en aquell
tiempo los romanos huuiessen. Empero por virtuoso coraçon que huuieron, apres lo
echaron con grant batalla de Ytalia, et lo echaron et lo vincieron en Africa. Et las
oras vn cauallero romano, por las feridas que tenia, non se tenia nin se podia
deffender con las manos. Mas con la boca tomo la nariz et radiogela toda, et
semblant fizo de las orellas de aquell qui lo despullaua. Et aquell qui lo despullaua
era numidano, es a saber, de aquella prouinçia Ultramar. Et desformolo todo et
todo lo torno abhominable. Et, feyta vengança de su enemigo, morio. Agora dize
Vallerio que si alguno en cogitaçion si mismo mete et se pienssa en la siniestra
batalla de Cannas et solamientre quieren conssiderar aquestos dos, es a saber, el
despullant o el despullado, et trobara qui mas fuert fue. (Juan Fernández de
Heredia, Libro de actoridades (Rams de flors), 1376-1396, p. didáctica).
¡O, hermano! ¿Et a que te constrines et te aturmentas por tanto dolor? Car
encara que justa razon de dolor te mueua, empero de uaron sabio non se pertenesce
mostrar defuera los mouimientos et turbaciones de su coraçon, porque el dolor que
paresce defuera en las sinistras cosas prouoca mas a los amigos a dolerse et
engendra mayores goyos en los enemigos. (Juan Fernández de Heredia, Historia
troyana, 1376-1396, p. histórico-documental).
Observamos que se trata de dos obras del mismo autor. Es el contexto en el que
aparecen los adjetivos el que nos sirve para otorgarle este significado concreto. En el
primer ejemplo se aplica sobre el sustantivo batalla, lo que clarifica un poco las cosas.
En el segundo, en cambio, siniestras aparece acompañando a un sustantivo tan ambiguo
como cosas, aunque parece claro, leyendo el pasaje completo, que el adjetivo adopta el
significado que le hemos asignado .
Vayamos ya con los casos ambiguos:
Adjetivo
peyorativo:
casos
dudosos
Textos
literarios
Prosa
didáctica
1
1
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
3
142
Prosa
jurídica
Total
5
Hallamos por un lado tres ejemplos en los que no está claro si el adjetivo siniestro
está utilizado con el significado de ‘avieso, malintencionado’ o con el de ‘infeliz,
funesto, aciago’. Veámoslos:
Scripto es en el Apocalibsi, capitulo VIIIo, diziendo a los diaques: Es puesta
stola de suso de squierdo honbro por tal que conoscan que ellos han recebido lo
yuio de nuestro senyor Dios muy liugero con que ellos puedan sufrir et suportar las
cosas siniestras d'esti mundo. (Juan Fernández de Heredia, Libro de actoridades
(Rams de flors), 1376-1396, p. didáctica).
Et caro padre, nin la uuestra oppinion non creya que yo tema a estos periglos de
las batallas et de las guerras o que yo diga aquestas cosas con flaqueza de coraçon,
mas dubdo los maluados et sinistros casos que pueden sdeuenir et que, por
uentura, la dignidat del tu jmperio, diuso de los asechosos casos de la fortuna, non
trepe bacilando et delesnando daca et dalla. (Juan Fernández de Heredia, Historia
troyana, 1376-1396, p. histórico-documental).
... pocas cosas crexen por concordia &
grandes cosas esleuan & defallen
por discordia. Et huyas me
o tu iugurta por tal como eres
mayor en hedat & en sauieza.
atu se pertanye & deues proueyr
que ninguna cosa siniestra non
se esdeuenga porque en todo contrast
aquel que es mas riquo & haun si reçibe
iniuria si es iusto alas otras
gentes / que aquel faze la iniuria...
(Juan Fernández de Heredia, Gran crónica de España, I Ms. 10133 BM, 1385, p.
histórico-documental).
También estos tres pasajes pertenecen al mismo autor de los ejemplos anteriores. En
los tres casos volvemos a encontrar el adjetivo aplicado a sustantivos muy ambiguos,
como son casos y cosas, y esto hace que no podamos afirmar con seguridad si se trata
de casos/cosas malintencionados o aciagos, funestos.
El primero de estos pasajes es un caso interesante, pues en él encontramos el término
squierdo y el término siniestras, de forma que en este último parecen superponerse dos
significados: por un lado el sentido espacial, que alude al lugar donde se coloca la
estola, y por otro el nuevo significado negativo, que se refiere al tipo de cosas que debe
proteger la estola colocada, a propósito, en ese lado.
En el segundo ejemplo encontramos el adjetivo sinistros coordinado con malvados.
Recordamos que la de la sinonimia era una de las pruebas que habíamos establecido
como criterio para ayudar a especificar el sentido que toma el término en determinados
143
casos. El problema es que esta coordinación tampoco nos ayuda a especificar el sentido
de nuestro adjetivo en este caso, porque es igual de posible un enunciado del tipo
malvados y malintencionados casos que otro como malvados y aciagos casos.
En el tercer ejemplo no encontramos nada relevante que nos ayude a inclinarnos por
un sentido u otro.
Por último, hay que señalar la presencia de dos ejemplos cuya interpretación resulta
aún más dudosa:
E gastará la sombra a la saña de Mercurio, pasará los términos; e el río, que es
duro como fierro, desnudará la espada rebuelta. Cuitarán las nuves e salirá Júpiter
por sus derechas carreras e Venus le dexará por do solía correr. E el estrella de
Saturno caerá e matará los mortales con su foz corva; e el cuento de las doze cosas
e de las estrellas llorarán sus huéspedes, que así verán ir. Perderán por gemido los
abraçares que solían e llamarán los cantorallos fuertes e los pesos de la Libra
perderán, fasta que el siniestro Carnero lo sacuda de sus cuernos. (El baladro del
sabio Merlín con sus profecías, anónimo, c 1400-1498, literario).
"¿Por que muchos hombres de baxa mano han statuas & a lur semblança, & tu
no?". Catho respondio que le plazie mas que demandassen por que no auie statua
que si la auie. Encara dize qu'el buen ciudadano no deuie sofrir solament seyer
lohado si el lohor no tornasse a comun doctrina & prouecho. & en aquesti medio
laudando a si mismo dizie: "Los otros se lohan en la obra de ferreros & de pintores,
mas la mia statua esta fincada en los coraçones de los mios ciudadanos". Encara,
por algunos que eran acusados dizie: "No son de reprender, que todos los hombres
no son Catho". Encara, por algunos que se querian fer semblantes a el dizie:
"Aquestos son Cathos sinistros". (Juan Fernández de Heredia, Traduccción de
Vidas paralelas de Plutarco, III, 1379-1384, p. histórico-documental).
En el primer caso, es muy difícil discernir el sentido exacto que toma el término.
Podría ser el malvado Carnero, pero también el aciago Carnero, o incluso caben
muchas más interpretaciones. En el segundo, nos encontramos con una traducción de
una obra de Plutarco que también ofrece muchas dudas, podría tratarse de un caso muy
particular33.
Cambiando ya de significado, hallamos un caso especial en el que parece que el
término siniestro forma parte de la expresión tomar siniestro:
33
Por ejemplo, en la edición de la editorial Gredos, este pasaje es traducido como «Catones torpes»
([Vidas]: 95).
144
Como toda creatura
de muerte tome siniestro,
aquel buen Dios e maestro
proveyó por tal figura,
que los daños que natura
por la tal muerte tomase,
luxuria los reparase
con nueva progenitura.
(VV. AA., Cancionero castellano del siglo XV de la Biblioteca Estense de
Módena, 1400-1500, literario).
Aunque se trata de un caso aislado del que es difícil deducir un significado, podemos
acudir a los diccionarios para aclarar el uso de esta expresión. En el Gran diccionario de
la lengua castellana de Aniceto de Pagés de 1931, completando la definición de
siniestro «propensión ó inclinación á lo malo; resabio, vicio ó dañada costumbre que
tiene el hombre ó la bestia», se exponen dos ejemplos. Uno de ellos es este: «Y si
comienza á tomar un mal siniestro, ni hay reverencia, ni tiene vergüenza» (Juan de Mal
Lara). El otro pertenece al Quijote: «No se había curado Sancho de echar sueltas á
Rocinante, seguro de que le conocía de tan manso y tan poco rijoso, que todas las
yeguas de la dehesa de Córdoba no le hicieran tomar mal siniestro». Por otra parte, en el
Vocabolario español-italiano de Franciosini de 1620 encontramos, bajo la entrada
siniestro: «Tomar algun mal ſinieſtro. Pigliar qualche mala piega, qualche vizio».
A la espera de poder confirmarlo con más ejemplos en los siglos sucesivos parece,
pues, que debemos incluir este ejemplo como un empleo perteneciente al significado
‘vicio, mala costumbre’ que se ha comentado con anterioridad:
Textos
literarios
ʻVicio, mala
costumbreʼ
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
1
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
1
En resumen, los datos que aporta este siglo son los siguientes:
145
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
ʻIzquierdaʼ
18
6
6
44
69
ʻIzquierdaʼ
con valor
negativo
4
2
1
11
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
Adjetivo
peyorativo:
casos
dudosos
1
ʻVicio,
mala
costumbreʼ
1
A diestro y
siniestro
1
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
127
33
303
(90,1%)
18
(5,3%)
1
1
2
(0,5%)
1
3
5
(1,4%)
1
(0,2%)
3
3
7
(2%)
Volvemos a encontrar en este siglo varios ejemplos ―la mayoría vuelve a ser de
temática religiosa― con el significado ʻizquierdaʼ con connotaciones negativas. De
todos modos, lo más relevante es la aparición de empleos en los que siniestro pierde su
sentido espacial: aunque todavía representan un porcentaje muy pequeño, los adjetivos
con significado peyorativo empiezan a documentarse.
En cuanto a la aparición de tomar siniestro, el posible hallazgo de ejemplos
posteriores servirá para comprobar si esta construcción era utilizada frecuentemente o
si, por el contrario, se trata de un empleo normal del significado ʻvicio, mala
costumbreʼ.
4.2.5. Siglo XV
Para el estudio de este siglo disponemos ya de una gran cantidad de ejemplos: 88734.
Antes de entrar en el estudio de los ejemplos que presentan connotaciones negativas
34
De los 906 resultados que ofrece nuestra búsqueda en el CORDE, se han descartado: 8 ejemplos que
están en latín, 4 que corresponden al adverbio siniestramente, otros 4 en los que encontramos el término
sinestrante, 2 ejemplos en los que se produce una confusión con finiestra (‘ventana’) y, por último, un
caso en el que se alude al apellido de Sinistrosa.
146
deben comentarse algunas particularidades que encontramos en algunos de los casos
clasificados como pertenecientes al significado ‘izquierda’ sin otras connotaciones. En
realidad podría decirse que se trata de ejemplos que se encuentran en la frontera entre el
grupo de casos que sí presentan connotaciones y el grupo que no las presenta.
Por un lado, aparecen cinco ejemplos en los que, dentro de un contexto religioso, la
izquierda se asocia a lo terrenal y perecedero, mientras que la derecha se relaciona con
lo espiritual y eterno. Estos son tres de ellos:
La mano derecha es dilygençia en fazer obras spirituales, e la mano siniestra es
diligençia en obras corporales. (San Vicente Ferrer, Sermones, 1411-1412, p.
religiosa).
E pues la mutaçión que fizo nuestro Señor Dios quando crió primeramente al
omne e la mutación otrossí que fizo en Egipto de la agua en sangre, como ya dicho
es, significa el tienpo que el omne vive en aquesta vida e es significado por la parte
syniestra, mas la mutaçión que es del pan e del vino en el sacramento del altar es
significado por la parte derecha, porque trae a la criatura a la vida çelestial. (San
Vicente Ferrer, Sermones, 1411-1412, p. religiosa).
Mas saquel Señor que mejor sabe lo que nos cunple y nos ama más
verdaderamente que nosotros mesmos nos amamos, niéganos la vna petiçión que es
la salud del cuerpo, la qual se entiende por la parte siniestra, ca nos tiene
deputados la su ynestimable caridad para la diestra, que es la saluaçión de nuestras
ánimas, las quales deven ser, ¡y plega a Dios que sean!, a la parte diestra. (Teresa
de Cartagena, Arboleda de los enfermos, 1455-1460, p. religiosa).
Como se aprecia, la izquierda aquí no llega a tener un sentido negativo, aunque sí
encontramos, una vez más, la preferencia por la derecha siempre que nos movemos
dentro del terreno del cristianismo.
Otro grupo de ejemplos hace referencia a la asociación del lado izquierdo con el sexo
femenino, asociación ya comentada en este trabajo. Aunque en estos casos tampoco
hallamos muestras de un uso peyorativo, conocemos las connotaciones inherentes a la
oposición entre lo masculino y lo femenino:
... al pie del altar de las dichas gradas y capilla mayor hobiesen de estar y
estubiesen los dichos dos bultos, monumentos y sepulturas suyas, conbiene a saber
el bulto y sepultura del dicho señor don Juan a la diestra parte y el bulto y sepultura
de la dicha señora doña Leonor, su muger, a la siniestra parte... (Carta concejil de
merced [Colección documental del archivo municipal de Hondarribia], anónimo,
1484, p. jurídica).
147
Y los sus grandes fechos en armas serán empleados en el servicio del muy alto
Dios, despreciando él aquello que los cavalleros desde tiempo más por honra de
vanagloria del mundo que de buena conciencia siguen, y siempre traerá a sí en la su
diestra parte, y a su señora en la siniestra. (Garci Rodríguez de Montalvo, Amadís
de Gaula, libros I y II, 1482-1492, literario).
El niño pues, como dicho havemos, es engendrado de simientes de contrarias
calidades, & si es varon es a la parte diestra, & si es hembra es a la parte sinistra.
(Fray Vicente de Burgos, Traducción de El Libro de Propietatibus Rerum de
Bartolomé Anglicus, 1494, p. didáctica).
Estos ejemplos no hacen más que confirmar lo analizado ya en este trabajo en referencia
a la asociación entre la oposición espacial y la sexual.
En definitiva, todos estos casos han sido contabilizados como simples casos de
ʻizquierdaʼ, así que pasemos ya a analizar los ejemplos claramente negativos de
siniestro35. Veamos en primer lugar casos análogos a otros de siglos anteriores, es decir,
los que presentan un contexto claramente religioso:
Textos
literarios
La izquierda
es mala
para el
cristianismo
Prosa
didáctica
Prosa
científica
1
2
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
17
2
Prosa
jurídica
Total
22
Por ejemplo, esta referencia a la cita bíblica «que no sepa tu mano izquierda lo que
hace tu derecha»:
35
Antes debemos señalar la aparición de un caso perteneciente al contexto de la adivinación en el que
parece que la izquierda toma un valor positivo. Se trata de este ejemplo, perteneciente a un pasaje
comentado ya en este trabajo:
Lo qual, si no me avisara
desde la cóncava enzina
la corneja
que a la siniestra bolara,
tuviéramos más mezquina
la peleja...
(Juan del Encina, Traducción de las Bucólicas de Virgilio, 1496, literario).
Siguiendo el mismo criterio adoptado para los casos anteriores referidos al contexto de la adivinación, se
ha agrupado este ejemplo como uno más de los casos en los que aparece simplemente el significado
ʻizquierdaʼ.
148
... segun que demanda la fee (el que da) las lymosnas (enla simplicidad) asaber es
en simple proposito con sola intencion dela vida eterna, que no sepa la sinistra lo
que faze tu diestra. (Gonzalo García de Santa María, Evangelios e epístolas con sus
exposiciones en romance, a 1485, p. religiosa).
También aparecen varias referencias a la izquierda como lugar de los condenados:
E con terrible dolor & miedo escrivia desto el profecta Sofonias y dezia que este
dia de Dios era grande e que el fuerte se turvaria alli, llamole dia de ira, dia de
tribulaçion y de angustia, dia de espanto y de miseria, dia de niebla & escuridad
para los malos & pecadores, cuya dolor sera amarilla. E como el sabio escrivio
seran turvados con un temor muy espantable porque, puestos a la siniestra, iran &
desçenderan en los huegos infernales. (Antonio de Villalpando, Razonamiento de
las Reales Armas de los Católicos Reyes don Fernando y doña Isabel, c 14741500, p. histórico-documental).
Sin salir del contexto del cristianismo, veamos otros casos en los que la izquierda
toma un cariz negativo. Comencemos por un curioso ejemplo. Se ha aludido ya en este
trabajo al pasaje bíblico en el que la madre de los hijos de Zebedeo le pide a Jesús que
coloque a estos a su lado, uno a la derecha y otro a la izquierda. Ya se ha aclarado que
en la Biblia no encontramos, en este caso, una visión negativa de la izquierda, sino todo
lo contrario, se equipara a la derecha. Pues bien, fijémonos en este ejemplo en el que se
hace otra interpretación diferente de la cita bíblica entendiendo que la mujer,
equivocada por su ignorancia, desea suertes opuestas a sus dos hijos:
Asý que s[i] pedimos salud y oluidamos pasçiençia, no sabemos qué pedimos,
[[e]] asý como aquella santa muger demandava que sus dos hijos fuesen, el vno a la
diestra [[e el otro]] parte de nuestro Redentor y el otro a la siniestra, en lo qual su
santa ynorançia e maternal [[e]] afecçión la hazía her[[r]]ar en tanto grado que,
amando a sus hijos de ygual amor y deseándoles el verdadero y entero bien, pedía
asý diversas y contrarias opiniones e petiçiones. Ouanto bien y gloria para el vno
pedía, tanta pena o conf[u]syón para el otro procuraba. Mas Aquél [que] mejor los
amava y los tenía ya deputados sólo para la su diestra parte, para ser sobre los
tronos doze, respondióle[[s]] diziendo: "No sabes qué pides." (Teresa de Cartagena,
36
Arboleda de los enfermos, 1455-1460, p. religiosa) .
Estos son los demás casos:
36
En cambio, encontramos en este mismo siglo cuatro ejemplos en los que se alude a este pasaje bíblico
de una forma neutra, sin otorgar estas connotaciones negativas a la izquierda.
149
... O di segun otros que ateolo es el mundo
engañoso loçano & uano el qual antigua mente tenja dos
generaçiones de personas el cuerno derecho que son los
buenos & el cuerno yzquierdo que son los malos / mas que
por çierto ercules el diablo soberujo asi preualeçio contra
aqueste que el su cuerno derecho que son las buenas personas
le quito & el cuerno siniestro que son los malos le dexo alega
segun que aRiba /.. o diras que ateolo es el diablo que se
dize dios delas aguas por quanto aqueste es Rey delos pecadores...
(Alfonso Gómez de Zamora, Morales de Ovidio. BM ms. 10144, a 1452, p.
científica).
... nonle guardan el pleito prometido enla orden dela clerizia
antes commo ellos deuan de yr faz ala parte derecha delas
ujrtudes ellos uan ala sinistra delos pecados...
(Alfonso Gómez de Zamora, Morales de Ovidio. BM ms. 10144, a 1452, p.
científica).
El que va descalço luego siente qualquiera cosa de pedrizuelas e spinas; el que
va calçado, non. Los inpacientes son los descalços, que mucho sienten e curan de
las iniurias. Calciati sunt pacientes en el dextro pie por temor de Dios; en el
sinistro, por el temor del inferno. (Pedro Marín, Sermones, p 1455, p. religiosa).
Amonestamos vos, que no recibays en vano la gracia de dios. ca dize, en tiempo
conueniente yo te oy: e enel dia dela salud te ayude. he aqui agora el dia dela salud
a ninguno offendiendo: porque no sea vituperado nuestro seruicio: mas en todas las
cosas demos a nos mesmos como criados de dios en mucha paciencia: en
tribulaciones: en necessidades: en congojas: en llagas: en presiones: en bollicios:
en trabajos: en vigilias: en ayunos: en castidad: en sciencia: en constancia: en
suauidad: en espiritu santo: en caridad no fingida: en palabra de verdad: en virtud
de dios: por las armas de justicia a diestras e siniestras: por gloria e baxez: por
infamia e buena fama [...] (en suauidad) Lyra la qual faze al ombre dulce e suaue al
proximo de palabra e de fecho (en palabra de verdad) fablando con el proximo (en
virtud de dios) asaber es esperando e confiando en dios e no en vosotros (por las
armas de justicia) asaber es obras de justicia: que nos defienden (a diestras) Lyra.
asaber es que enlas cosas prosperas no nos enxalcemos por soberuia (e siniestras)
asaber es que enlas aduersas seamos prostrados (por gloria e baxez) Lyra. algunas
vezes los apostoles fueron reputados gloriosos: otras vezes por el contrario fueron
apresionados, como viles e baxos. como se muestra enlas hystorias delos apostoles
e delos otros santos... (Gonzalo García de Santa María, Evangelios e epístolas con
sus exposiciones en romance, a 1485, p. religiosa).
Además de en el cristianismo, también encontramos connotaciones negativas de la
izquierda en otras religiones:
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
La
izquierda,
mala para la
religión
Prosa
religiosa
2
150
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
2
Así lo muestran estas otras citas extraídas de dos importantes obras del pensamiento
judío: la Guía de perplejos de Maimónides y El Kuzari de Yehudah Ben Samuel Halevi:
... la muerte delos juezes
fallaras que es enlos grandes daños dan[an]do
la fe o por manera de avodazara.
o por fornjcaçion o muerte de onbre/ &
el sabado por que non afirma la creençia.
dela ynouaçion trabajando enel & enel
falso profecta & el viejo rrebellador tan
bien por el daño que puede proçeder del [& el] que
fiere asu padre [& su madre] por que tiene fortaleza.
dañable el aderesçamiento dela casa que es
vna delas primeras partes dela çibdat &
asi el çorer & more çorer & more
quiere dezir tragon & enbriago por que su fin es para
mal & para ser muerto/ & el que furta al onbre
por quelo trae a muerte/ & al que viene
por la sinjestra por que es aparejado a matar
al quelo fallare. onde estos tres postreros
traen muerte de onbre por caso
de dinero & non fallaras el matar del
juez si non en estos tres grandes pecados...
(Pedro de Toledo, Guia de los Perplejos de Maimónides. BM ms. 10289, 14191432, p. religiosa).
... y asimesmo los defectos de todos los animales que avían de ser allegados, por
corbán o sacrefiçio, para ver quál era pertenesçiente y quál tenía ynconvençia, de
manera que todo, do rrespondiese y se juntase con la voluntad diuina por las rreglas
de la Ley, no por la parte siniestra, y saber las diferençias de las sangres
menstruales y de las metantiales, y la diuersidat en ello del varón a la muger, y la
cantidat y calidat de los rrodeos de las sangres, y los tienpos y los logares.
(Traducción castellana del Libro de El Kuzari de Yehudah Halevi, anónimo, c
1450, p. religiosa).
Estas mismas connotaciones se encuentran también en abundantes ejemplos que no
están relacionados, al menos directamente, con fuentes religiosas, aunque como vamos a
ver la línea de separación entre los ejemplos que son claramente religiosos y los que no
lo son es muy estrecha:
La izquierda
es mala
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
10
3
2
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
1
151
Prosa
jurídica
Total
16
En algunos de estos casos es difícil no ver una clara influencia de las ideas del
cristianismo, que se extrapolan a otros contextos, como se aprecia clarísimamente en el
primero de estos ejemplos:
Sabe que non han seýdo menos errados los bestiales de los omnes çerca de la
providençia de Dios glorioso que çerca el poderío e la bondad e la sapiençia suya,
ca entre los omnes ha avido algunos que dixeron que ninguna cosa no era regida
nin governada por Dios, nin en el çielo, nin en la tierra, e que todas las cosas eran
submersas al caso e a la fortuna, e vinieron a tanta de mentira e absurdidat tan
ynorme que negasen el regidor e el governador del mundo. E aquéstos fizieron
tenplo en que pusyeron la ymagen de la Fortuna, a la qual pusyeron diversydad de
cantares e multitud de sacrifiçios e oblaçiones, e pintávanle dos arcas grandes, la
una llena de bienes, a la mano derecha, e la otra llena de males, a la mano
syniestra. (Alfonso de la Torre, Visión deleytable, c 1430-1440, p. didáctica).
... nunca quesistes con vuestra pujança
poseer Riquezas venjdas con viçio
no de mjll partes la vna fabriçio
Ouo jamas de vuestra tenprança
No del borea al austro se muestra
njn donde el apolo al maytino nasçe
fasta el ponjente alla donde taçe
mas digna memoria señor que la vuestra
dexando la via blasmada synjestra
de onbres viçiosos & de jouentud
Obrastes las obras que en senetud
Obran aquellos que siguen la diestra...
(VV. AA., Cancionero de París (P10). BP Esp. 233, c 1436-1470, literario).
La mano derecha es assi dicha de dar, como Isidoro dize, & por esto en señal de
paz & amistança como quien da grand don damos la mano derecha, & no menos
por verdadero testimonio como Tulio queria dezir quando dixo del mandamiento
del senado, yo di la publica fe, es a saber la mano derecha que en testimonio de
verdad y en señal de fe continuamente se da. E Sant Pablo en la Epistola a los de
Galaçia dezia, yo he dado la mano derecha en señal de fe & de compañia. Sinistra
quiere dezir, tanto como sin diestra, ca ni puede tanto ni obra como la diestra. (Fray
Vicente de Burgos, Traducción de El Libro de Propietatibus Rerum de Bartolomé
Anglicus, 1494, p. didáctica).
Fijémonos ahora en este fragmento de la composición Bías contra Fortuna, del
Marqués de Santillana:
Mas dexada la siniestra
carrera do los culpados
cruelmente son cruçïados,
e prosiguiendo la diestra,
miraré con ojo fixo
el ardor
d'el que sin algund temor
ha fecho mal o lo dixo.
(Marqués de Santillana, Bías contra Fortuna, a 1448-1453, literario).
152
Este pasaje, que encontramos repetido con ligeras variaciones en otras tres fuentes,
está relacionado con este otro, que obviamente encontramos también repetido en cuatro
ocasiones:
Ca si las fablas vigor
han, assí commo lo muestras,
a las ánimas siniestras
es tal terror o temor,
non a mí, ca yo non temo
sus tormentos,
mas passar con los esentos
a vela tendida o remo.
(Marqués de Santillana, Bías contra Fortuna, a 1448-1453, literario).
Siguiendo la opinión de los editores de la obra, Ángel Gómez Moreno y Maxim P. A.
M. Kerkhof37, estas ánimas siniestras se refieren a las almas de los culpados en la
siniestra carrera a la que se hace alusión en el ejemplo anterior, que a su vez hace
referencia a un pasaje de la Eneida.
Hallamos otros casos en los que es complicado encontrar el sentido religioso que
parece escondido en algunos de los ejemplos anteriores. En este primer fragmento se
alude a la teoría aristotélica según la cual en la derecha se encuentra el principio del
movimiento:
E todavia el dyestro pye de los animales, por quanto es mas noble, por ser
principio del movimiento, segund dicho he, al syniestro procede. (Juan Rodríguez
del Padrón, La cadira del honor, c 1440, p. didáctica).
En estos otros, muy similares, encontramos un curioso análisis gráfico:
Cathino, fijo de Agenor, traxo primeramente XVII letras griegas de feniz en
griego: Palamides eñadió tres en la batalla de Troya: En pos este, Simónides, un
cavallero, eñadió estas otras tres: Pitágoras Samio formó primeramente esta letra
Y, a enxemplo de la humanal vida; de la qual letra aquel rasgo de fondón significa
la primera hedat, que non es çertera, que aún non se dio nin a malos viçios nin a
virtudes, e la doble carrera que es desuso comiença de la mançebía, de la qual la
diestra parte es alta, mas yendo a vida perdurable; más ligera es la sinestra, mas
aduze a manzilla e a muerte... (Las Etimologías romanceadas de San Isidoro,
anónimo, p 1450, p. científica).
37
En efecto, estos pasajes extraídos del CORDE están sacados de la edición que estos dos autores han
hecho para la editorial Planeta ([Bías]: 326-327).
153
Pithagoras formo primero la .y. a demonstraçion dela vida humana. Ca la
virguleta que desçiende a baxo significa la primera edad ser incierta. & las que
arriba se apartan en dos vias dan comienço dela adolescençia cuya parte ala diestra
es empinada mas encamina se ala vida bienauenturada. La siniestra es mas facile.
mas encamina se dela luz ala muerte. (Alfonso de Palencia, Universal vocabulario
en latín y en romance, 1490, p. científica).
Por último, podemos señalar dos ejemplos más:
E puse mi lealtad
en la batalla primera
y en la diestra costanera
la mi costante verdad;
e la siniestra di ala
a mi temor e secreto,
por que por ningún defeto
nos pudiese venir tala,
saluo por ventura mala.
(Gómez Manrique, Poesía amorosa [Cancionero de Gómez Manrique], c 1445-c
1480, literario).
Así que esta iniqua persona, después de ya conçebida en el ánimo suyo aquella
tan grand malvestad, començó mañosamente, segúnd su maldad a ello le guiaba, de
murmurar algunas vezes açerca del Rey de los fechos del Maestre, e aun de los
tratar e reprehender en muchas cosas, e echarlos e interpretarlos en siniestra parte.
(Crónica de Don Álvaro de Luna, anónimo, c 1453, p. histórico-documental).
Pasemos ya a los casos en los que el adjetivo siniestro pierde el significado
‘izquierda’. El número de ejemplos de este tipo aumenta considerablemente en este
siglo, por lo que el análisis resulta mucho más provechoso que el del siglo anterior.
Veíamos en el XIV que los pocos ejemplos que no resultaban ambiguos pertenecían al
sentido ‘infeliz, funesto, aciago’. Empecemos ahora por este significado, que
encontramos de una forma evidente en 44 ejemplos.
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
8
1
11
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
2
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
22
Prosa
jurídica
Total
44
Hay un grupo de ejemplos en los que parece que en el término siniestro se
superponen los significados ‘izquierda’ e ‘infeliz, funesto, aciago’. Estos casos nos
muestran claramente cómo se produce el cambio de significado que estamos estudiando
154
en este trabajo: las connotaciones negativas asociadas a la ‘izquierda’ provocan que
siniestro se utilice como sinónimo de desafortunado, de mal agüero. Veámoslo:
Fija de madre que es desonesta,
de buena abuela otra vi cria[da],
honesta, clara, cortes e mod[erada],
vi al contrario la madre lo[ada],
de virtudes e costunbres ho[rnada],
fija quedar huerfana e donce[lla],
e non aviendo quien bien cure d[ella],
tomar la via siniestra e [muy errada].
(Cancionero de Juan Fernández de Íxar, anónimo, a 1424-1520, literario).
Más te digo: que el diablo es semejante al ladrón que sale * al camino al
viandante, que, después quel viandante le da de la moneda que lyeve, porque lo
non mate e en seguro ponga de otros ladrones e malfechores, rresçibida la moneda
del caminero tal, lyévale después, por syniestros senderos, a poner en poder de los
qu'él se temía; e asý del todo rrobado, el que le guiava parte toma del despojo con
los otros, porque a las manos se lo traxo. (Alfonso Martínez de Toledo, Arcipreste
de Talavera (Corbacho), 1438, literario).
Este tal razonamiento prinçipalmente le facía el noble Maestre por cabsa de
Alonso Pérez, que estaba presente, e por lo reformar en bien, e por tornar de malo
en bueno, e quitarle del siniestro camino en que andaba. (Crónica de Don Álvaro
de Luna, anónimo, c 1453, p. histórico-documental).
Un grupo de ejemplos que nos muestra claramente el sentido que estamos tratando es
el de los numerosos casos en los que el calificativo siniestro se utiliza para la Fortuna.
Estos son algunos de ellos, comenzando por un ejemplo ilustrativo en el que siniestra se
opone a diestra, perdiendo ambos adjetivos su sentido espacial:
Agora avés visto como por intereses y juzgamiento de sus dones Fortuna es
diestra y siniestra. (Fernando de la Torre, Libro de las veynte cartas e quistiones, c
1449, p. histórico-documental).
Sé yo bien çierto que antes del quarto çerco, donde penan los que mueren por
bienamar, te será vedado el paso, ca serás luego arrastrado de las guardas de aquel
donde penan los infortunados que, por fuyr los peligros de la syniestra Fortuna,
más quisieron moryr que padeçer y beuir. (Juan Rodríguez del Padrón, Siervo libre
de amor, 1440, literario).
... y poniendo en esto la presona y gran dignidat a ordenamiento de los siniestros y
contrariosos casos de la fortuna, y sometiendolo todo debaxo
de sus engaños y asechanças y derramando mucha de sangre… (Pero Guillén de
Segovia, La gaya ciencia, 1475, p. científica).
En este último caso la coordinación con el término contrariosos nos sirve para
confirmar el verdadero sentido que toma nuestro término.
155
Finalmente, estos son otros claros ejemplos con el significado ‘infeliz, funesto,
aciago’. En dos de ellos volvemos a encontrar nuestro término como sinónimo de otras
palabras de análogo significado:
Assí mesmo recuenta el dicho Frontino que un príncipe llamado Percules,
teniendo toda su hueste ordenada y puesta a la batalla, contesció que cayó un rayo
del cielo en medio de la hueste, de lo qual todos ovieron grande espanto,
tomándolo por siniestra señal, e luego el dicho capitán esforçóles * diziendo que
aquello contecía naturalmente. (Rodrigo Sánchez de Arévalo, Suma de la política,
1454-1457, p. científica).
… no que muriesse a cuchillo: como su hermano el mayor / ni que perdiesse / mas
acreçentasse sus reynos: mas fue punido en sus fijos / que ninguno dellos dexo de
morir desdichada y siniestra muerte… (Gonzalo García de Santa María,
Traducción de la Corónica de Aragón de fray Gauberto Fabricio de Vagad, 1499,
p. histórico-documental).
… o por sinistro y aduerso euento que llaman malauentura. (Rodrigo Fernández de
Santaella, Vocabulario eclesiástico, 1499, p. científica).
Pasemos ya al grupo de ejemplos con el significado de ‘avieso, malintencionado’. No
encontrábamos en el siglo anterior ningún empleo claro y sin ambigüedades con este
sentido. Sin embargo, en este siglo hallamos 19 ejemplos:
Textos
literarios
‘Avieso,
malintencionado’
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
5
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
13
1
19
Los casos más numerosos ―y más claros― dentro de este grupo están formados por
el adjetivo siniestro calificando al sustantivo intención:
Vos fuýs de tales modos
con una intención siniestra,
que con siestas y con lodos
sabéis las casas de todos
y ninguno non la vuestra,
salbo quien vino vos muestra.
(Antón de Montoro, Cancionero, c 1445-1480, literario).
E querer agora vosotros repreender lo que entonçes loastes e prouastes, vien
paresçe la yntención syniestra con que a ello vos mobedes. (Pedro Carrillo de
Huete, Crónica del halconero de Juan II, a 1454, p. histórico-documental).
156
El Rey e la Reyna, oyda aquella embaxada, como quier que conoçieron bien la
yntinçión que a los prinçipios tovo el rey de Françia de se confederar con el rey de
Portogal, e la guerra que sin ninguna causa fizo en la prouinçia de Guipúzcoa, e las
causas que agora le mouía a facer esta mudança & venir a ellos a les pedir paz &
amistad; pero por consejo del cardenal de España, mostraron ynaduertençia a las
variedades & siniestra yntinçión que el rey de Francia tovo en las guerras que sin
fundamento de raçón movió contra ellos. (Hernando del Pulgar, Crónica de los
Reyes Católicos, p 1480-1484, p. histórico-documental).
También encontramos ejemplos análogos con diferentes sustantivos, como:
Dezid a Su Alteza que le suplico yo, con la mayor ynstançia que un leal
serbidor puede suplicar a su amado, e obedesçido e temido Rey e señor, que mire el
ser e trono suyo, e considere quién es, e piense esso mesmo de cómo ningúnd
pecado ay de que más enojo resçiba Dios, segúnd lo dizen los que algo saben, que
la yngratitud e desconosçimiento, e que tan obligados son los reyes de conosçer e
agradesçer los serbiçios a los leales serbidores, como los serbidores de conosçer a
los reyes las merçedes que dellos resçiben. E como quier que Su Alteza tenga agora
este siniestro propósito contra mí, que todavía yo espero en Dios, por quien todos
los reyes reynan, que él ge lo mudará, e ge lo convertirá en bien. (Crónica de Don
Álvaro de Luna, anónimo, c 1453, p. histórico-documental).
E porque muchas vezes veemos responder la condición de los ombres a su
complisión, & tener siniestras inclinaciones aquellos que no tienen buenas
complisiones, podemos sin duda creer que este cauallero fue en gran cargo a dios,
por le auer compuesto la natura de tan ygual complisión que fue ábile para recebir
todo vso de virtud, refrenar sin gran pena qualquier tentación de pecado. (Hernando
del Pulgar, Claros varones de Castilla, 1486, p. histórico-documental).
Aqueste almirante sienpre tuvo secreta enemiga (f 27) contra el prinçipe don
Carlos, hijo del rrey don Juan de Aragón, después que su hija casó con el padre, en
tanto que siempre se trabajó de poner discordia e malquerençia entre el padre e el
hijo, qual fuese la causa de ello, ligeramente se podrá judgar en el seso de los
prudentes.Y asy el prénçipe don Carlos, syntiendo su propósyto e syniestra
voluntad con que lo tratrava, vn día se desmidió a le desir feas e desmedidas
palabras, de donde quedó la enemiga rraygada entre ellos. (Diego Enríquez del
Castillo, Crónica de Enrique IV, c 1481-1502, p. histórico-documental).
Finalmente, existen otros dos casos en los que se califica de aviesa o
malintencionada no la conducta de una persona, sino a la misma persona:
Con fe de quien desconfío
nunca os pude ser siniestro,
y con este desvarío
no quise ser nada mío
por sello del todo vuestro.
(Diego de San Pedro, Poesías, a 1498, literario).
157
Si queréis a quien os quiere
y dexáis a quien os ama,
no digáis
que mi fuerza vos requiere
y la mi boca vos llama
que burláis,
sino el vano querer vuestro,
loco amor del enemigo
que traéis,
vos hace tornar siniestro,
desamado el más amigo
que tenéis.
(Cancionero de Pero Guillén, anónimo, a 1492, literario).
A pesar de las precauciones que debemos tener con el carácter especial del lenguaje
poético, parece que el sentido de siniestro en estos dos ejemplos encaja dentro de este
signficado de ‘avieso, malintencionado’.
Una vez analizados los ejemplos más claros pertenecientes a los dos significados de
siniestro mencionados en los diccionarios académicos, pasemos al estudio de otros
casos que causan más complicaciones.
Adjetivo
peyorativo:
casos
dudosos
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
19
2
6
1
2
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
20
19
69
Hemos hablado ya de la alusión al significado ‘falso, engañoso’ en el diccionario de
Terreros y Pando de 1788. Pues bien, en este siglo encontramos una gran cantidad de
ejemplos que pueden corresponderse con este significado, aunque todos ellos resultan
ambiguos.
Se trata de un grupo bastante homogéneo de ejemplos y la duda está en si debemos
clasificar estos casos dentro del grupo de ‘avieso, malintencionado’ o por el contrario
formar un nuevo grupo con el sentido ‘falso, engañoso’. Los sustantivos a los que
acompaña siniestro en estos casos, además de los contextos en los que estos aparecen,
nos hacen pensar que los autores podían estar pensando en la utilización de siniestro
como sinónimo de falso. En la mayoría de estos pasajes se alude a siniestras
informaciones, pero también encontramos sustantivos como relación, opinión,
concepto, sospecha, entendimiento o el genérico cosa.
158
En total, son 31 ejemplos los que nos suscitan estas dudas. En primer lugar, estas son
algunas muestras de los que califican al sustantivo informaciones, que como hemos
dicho son los más numerosos:
E después que plogo a Nuestro Señor que las tales personas vieron como sus
yntençiones no avían logar, recorrieron al dicho señor Rey; e con aquel creyto e
confiança que el condestable les ha causado e dexado con su merced, le an dado e
dan muchas syniestras ynformasçiones de los suso dichos e de la mayor parte
dellos, e asy atemorizando, mal enformando de aquellos, que a su alteza le fizieron
súpitamente partir de la dicha villa para el logar de Forcajo… (Pedro Carrillo de
Huete, Crónica del halconero de Juan II, a 1454, p. histórico-documental).
E ansi por quanto nos, non solamente tenemos desseo de limpiar y fuera echar
del dicho maestre Gualbes qualquiere macula de culpa, que por la prefata Santidat,
a causa de algunas sinistras informaciones, le houiesse seydo puesto… (Fernando
a Francisco Vidal de oya, ordenándole visite al Papa, y le hable a favor de fray
Juan Cristóbal de Gualbes, al que se atribuían en Roma palabras ofensivas para la
Santa Sede. [Documentos sobre relaciones internacionales de los Reyes
Católicos], anónimo, 1483, p. jurídica).
E como quiera que por algunas malas e siniestras ynforniaçiones, fechas por
parte del rey de Portogal, avían avido algunas diferençias entre el rey de Françia su
señor, & el Rey e la Reyna de Castilla, pero que por la graçia de Dios avían cesado,
como aquellas que no tenían fundamento ninguno de verdad. (Hernando del Pulgar,
Crónica de los Reyes Católicos, p 1480-1484, p. histórico-documental).
En
cualquiera
de
los
tres
ejemplos
podemos
interpretar
el
significado
‘malintencionado’, pero también encaja muy bien el de ‘falso’, y esta es una
peculiaridad de todos los ejemplos a los que estamos aludiendo. En el tercero de estos
pasajes, por ejemplo, siniestras aparece coordinado a malas, pero aún así el contexto
nos hace inclinarnos más por la interpretación con el segundo de los significados
propuestos.
Con otros sustantivos hallamos ejemplos como:
E no solamente tentó aquéste de escrevir siniestras cosas en la tal obra, mas
aún, lo que peor es de oír, muchas vezes en ella reprovando y acusando al
monarcha, padre de los poetas, Omero. (Juan de Mena, Homero romanzado, 1442,
literario).
Por la mucha e grande deuocion que tenemos a la religion de los frayles
predicadores, nos desplaze mucho oyr cosa alguna sinistra de aquella… (Fernando
al cardenal vicecanciller, obispo de Valencia, recomendándole el asunto acerca de
la Orden dominica. [Documentos sobre relaciones internacionales de los Reyes
Católicos], anónimo, 1482, p. jurídica).
Y porque esto que dixo esta muger no se ha despues podido prouar para que se
crea ser assi, como ella dixo, y el vicario general osbredicho es persona de muy
buena fama, y no es razon que mis cartas y screuir le fagan danyo no teniendo
159
mayor certenidat, por ende yo vos encargo y mando que luego fableys sobrello a su
sanctedat y al dicho cardenal, faziendoles saber esto, porque no se de culpa al dicho
vicario general, ni se tenga del a esta causa concebida sinistra opinion sin tener
mayor certenidat de las palabras de la dicha muger; y no feziessedes otra cosa, que
assi cumple a mi seruicio. (Don Fernando a Garcilaso de la Vega, encargándole
hable al Papa y al cardenal de Valencia en favor de micer Juan de Vera, vicario
general de la iglesia de Valencia. [Documentos sobre relaciones internacionales
de los Reyes Católicos, II], anónimo, 1498, p. jurídica).
El ejemplo que se acerca más claramente a la interpretación con el sentido de ʻfalso,
engañosoʼ es este:
E assy entre las acçiones meritorias las pertenesçientes a la contenplaçion son
mas exçellentes aunque paresçen ser e son mas quietas e folgadas e arredradas de
trabajo corporal. Ca la contenplaçion segund dize el Filosofo, e en pos dél los
santos doctores, quiere e folgança quieren e vacaçion e sosiego; e Maria folgando
estava asentada e Marta discurria por casa faldas en cinta con grand cuydado que
deviera tener por servir bien aquel Señor que en su casa le plogo posar. Pero la
contenplaçion a que pertenesçe la oraçion es mas exçellente, e por esto la parte de
Maria fue judgada por mejor. E porque de lo susodicho alguno por ventura non
tome siniestro entendimiento cuydando que esta exçellencia damos a la oraçion
apartándola de las obras morales vertuosas e que non leamos las buenas acçiones
de la vida activa, es de mirar que aquello seria un grand error. (Alfonso de
Cartagena, El Oracional, a 1456, p. religiossa).
Como vemos, es más fácil sustituir siniestro en este caso por un adjetivo como falso. De
todas formas, no se puede descartar una posible interpretación con el significado de
ʻmalintencionadoʼ. En definitiva, habrá que seguir analizando los ejemplos de este tipo
en los siglos posteriores para comprobar si el significado ‘falso, engañoso’ estaba
realmente extendido.
Pero no terminan aquí los ejemplos que generan ambigüedad, así que mostraremos
algunos de los otros casos encontrados. En ocasiones no se puede afirmar si el sentido
que refleja el término es el de ‘avieso, malintencionado’ o el de ‘infeliz, funesto aciago’:
La primera exçellençia deste noble exerçiçio de caça e monte consiste en las
exçellentes causas e nobles fines porque fué fallado e ordenado; para lo cual es de
presoponer, segunt que diçe el Philósopho Aristótiles en el VII de las Políticas, que
los sabios antiguos consideraron que los ínclitos Reys o Prínçipes e los grandes e
nobles varones estando en paz, dándose a deleytes çibdadanos, incurren en una
mala costumbre de malos e synistros actos, de que resciben una manzilla o un urin
como fase el fierro el qual, sy esta folgando e quieto, luego se amanzilla. (Rodrigo
Sánchez de Arévalo, Vergel de los príncipes, 1454-1457, p. didáctica).
También hay un ejemplo en el que se confunden los sentidos de ‘infeliz, funesto,
aciago’ y de ‘falso, engañoso’:
160
Pero claramente muestro
con verdad de quien no huyo,
que es [el] gozo allá siniestro,
porque tenemos por nuestro
lo que deviera ser suyo;
pero su muerte llegada
por edad vieja venida,
será su pena quitada,
será su gloria cobrada,
será la nuestra perdida.
(Diego de San Pedro, Tractado de amores de Arnalte y Lucenda, c 1480, literario).
En otros casos se usa el término de un modo tan vago que la ambiguëdad resulta aún
mayor:
Mis oios dexo a los uuestros
por que los podáys mirar,
que, por amores siniestros,
vos los fuystes amatar.
(Juan de Tapia, Sin título [Cancionero de Estúñiga], c 1407-1463, literario).
Y, lógicamente, también hay casos en los que la ambigüedad se debe a la falta de un
contexto para descifrar el verdadero sentido:
La muerte segun los poetas es hija deherbo y dela noche como queentrando enlas
tinieblas hiere deymprouiso con vn golpe.
frigida, Rigida, acerba, negra, cruel, seba, cierta, violenta, stigia, dura, sin alma,
cruenta, luchadora, desfrenada, vengadora, yndomita, siniestra, turbia, misera…
(Selva de epíctetos, anónimo, c 1500, p. científica).
Llaman la atención algunos ejemplos ―todos pertenecientes a la misma obra― en
los que parece que siniestro se acerca al sentido de ‘contrario’. Veamos uno:
En pos de aquesto suçedió que como el arçobispo de Toledo se mostrava mui
syniestro al serviçio del rrey, y en aquello insystiese, vn capitán del rrey, que se
dezía Christóbal Bermúdez, vista la poca obediençia que ansí mostrava contra el
rrey, fue con la gente de su capitanía y conbatió la fortaleza de Canales, que es del
arçobispo de Toledo, y tomóla por conbate, de que el rrey fue mui contento y lo
tovo en serviçio. (Diego Enríquez del Castillo, Crónica de Enrique IV, c 14811502, p. histórico-documental).
La relación de siniestro y contrario es notable, teniendo en cuenta que la siniestra es la
contraria a la diestra, nuestra mano ―generalmente― preferente, como enuncia
Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana: «Siniestra coſa, la contraria a la
dieſtra, y aſsi dezimos mano ſinieſtra».
161
Por último, se ha encontrado un ejemplo curioso en el que siniestro se aplica como
una cualidad perceptible por la vista, concretamente se habla de color siniestro:
El padrón que más vantajo
sea pardo, que decimos
como tierra,
que sinifiqu'el trabajo
c'amor amando sofrimos
con su guerra.
El segundo sea morado,
de color turbia, siniestra,
lastimera
que figure siendo amado
quell amor negó su muestra
verdadera.
(Cancionero de Pero Guillén, anónimo, a 1492, literario).
Como conclusión a todo esto se puede afirmar que el término se utilizaba en algunos
casos de una manera vacilante. Lo que sí está fuera de toda duda es que siempre
aparecían unas connotaciones negativas, aunque en algunas ocasiones estas fueran
menos concretas.
Entramos ya en el análisis de los usos de nuestro término como sustantivo, entre los
que encontramos un significado que no había aparecido hasta ahora. Se trata del sentido
que más veces aparece repetido en nuestros ejemplos y que podemos definir, por ahora,
como ‘accidente, desgracia’:
Textos
literarios
‘Accidente,
desgracia’
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
3
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
28
Prosa
jurídica
Total
31
Lo curioso es que, como hemos resaltado con anterioridad, este significado no
aparece reflejado en ninguno de los diccionarios consultados hasta 1852 ―salvo las
excepciones comentadas de diccionarios no monolingües―, cuando la edición de la
Academia recoge esta definición: «Comercio. Avería grave ó pérdida de mercancías,
especialmente en el mar, por naufragio ú otro contratiempo». Veamos en qué contextos
se empleaba el término.
162
En la mayor parte de los casos hallados no se especifica qué tipo de acontecimiento
es calificado de siniestro, sino que se alude a cualquier tipo de desgracia o
acontecimiento negativo que pueda suceder:
Agora veo, señor, que si acahesçiesse algúnd siniestro, lo que a Dios no plega,
vuestra merçed quiere perder el oro, e aun la fortaleza... (Crónica de Don Álvaro de
Luna, anónimo, c 1453, p. histórico-documental).
Todo esto considerando, querría saber quién es aquel de sano entendimiento que
no vea quánd difíçil sea esto que a Vuestra Alteza hazen fácile, y esta guerra que
dizen pequeña quánto será grande, y la materia della peligrosa; en la qual si algúnd
juyzio de Dios oculto ay, por donde Vuestra Alteza rrepugnándolo oviese algúnd
siniestro, considera bien, señor, quán grande es el aventura en que ponéys vuestro
estado rreal... (Hernando del Pulgar, Crónica de los Reyes Católicos, p 1480-1484,
p. histórico-documental).
Pero ¿qué podemos decir desta enpresa que tomastes de Castilla, syno que
veemos claro que no le plaza ni quiere que la prosigáys, segúnd los grandes
siniestros & ynfortunios que en ella vemos que avéys avido? (Hernando del
Pulgar, Crónica de los Reyes Católicos, p 1480-1484, p. histórico-documental).
... y esta virtud se esperimentó en él porque no dexó de seguir la vía del rey don
enrrique, avnque en ella ouo algunos siniestros y se vido en grandes discrímines &
auenturas de perder su persona & casa, porque se tenía por dicho que en el
infortunio reluzía la constancia. (Hernando del Pulgar, Claros varones de Castilla,
1486, p. histórico-documental).
Ved la yra de dios quan acompañada va de siniestros / que fasta dar enla
muerte: ni a los paganos perdona. (Gonzalo García de Santa María, Traducción de
la Corónica de Aragón de fray Gauberto Fabricio de Vagad, 1499, p. históricodocumental).
Solamente en algunos casos concretos se especifica a qué tipo de siniestros se hace
referencia. En este caso se habla de los desastres ocurridos en una guerra:
Retraxéronse, eso mismo, otros prinçipales & reyes muy poderosos de las
guerras que prinçipiaron, porque los siniestros que en ellas ovieron les dieron a
entender la voluntad diuina. (Hernando del Pulgar, Crónica de los Reyes Católicos,
p 1480-1484, p. histórico-documental).
En estos otros se alude a la muerte:
... y su primogenito heredero don sancho Remirez de Aragon: que se fallo por
entonçe tan moço / que fue marauilla / despues de tan gran siniestro / como fue la
muerte del rey su padre... (Gonzalo García de Santa María, Traducción de la
Corónica de Aragón de fray Gauberto Fabricio de Vagad, 1499, p. históricodocumental).
163
... ca houo de seguir en Nauarra vn siniestro y desauentura mortal. Quedaron dos
hermanos / fijos del Rey don Garcia: y salieron tan discordes: que el menor dellos
ala postre (que llamauan don Ramon) por inuidia que le tomo: porque don Sancho
su hermano / como el mayor primogenito / succedia enel reyno: como era de razon:
y por la negra y desatentada codicia del mando: oluidada toda razon y derecho /
toda regla de amor y respecto de hermandad le aguardo en cierto lugar y asaz
peligroso: y ahi arremetio para el / y le mato... (Gonzalo García de Santa María,
Traducción de la Corónica de Aragón de fray Gauberto Fabricio de Vagad, 1499,
p. histórico-documental).
Pero también hay siniestros que no tienen por qué tener un resultado mortal, como
este pasaje en el que se habla de la captura de un prisionero:
... gano muchas ciudades: conquisto muchos castillos. mas houo de remediar vn
graue: y triste siniestro que enel çerco de Almeria le houo acaescido: que su noble:
y esforçado almirante don Galçeran de pinos: varon principal de Catalueña:
saliendo conlos de su flota: por escaramuçar conlos moros en tierra: se puso tan
adelante y con tan sobrado coraçon enellos: y cargaron tantos sobre el / que quando
se reconocio / no fue a tiempo: ni le dieron tanto logar: que se podiesse recoger a
los suyos. mas quedo tan atajado: y cercado de moros: que se houo de dar a prision.
y junto conel vn fidalgo criado suyo: que llamauan sant Cernin señor del castillo
del sull. y como quier que el principe magnanimo sabida la triste nueua de su tan
desdichado caso: y prision. mando luego buscar: y poner gran diligencia / en saber
donde y en cuyo poder el noble almirante quedaua captiuo... (Gonzalo García de
Santa María, Traducción de la Corónica de Aragón de fray Gauberto Fabricio de
Vagad, 1499, p. histórico-documental).
A la vista de estos casos, no tiene mucho sentido aplicar para este sentido la primera
definición que encontramos en el diccionario de 1852, pues no hay, ni mucho menos,
una especial predominancia de accidentes marítimos. De todas formas, habrá que seguir
la evolución de este empleo en siglos sucesivos.
Todavía queda por ver otro empleo de siniestro como sustantivo: el de ‘vicio, mala
costumbre’. En el siglo pasado hemos visto un ejemplo con este sentido en la expresión
tomar siniestro. Volvemos a encontrar ahora ejemplos de este tipo, aunque también
otros casos en el que se utiliza este significado sin esta expresión.
Textos
literarios
‘Vicio, mala
costumbre’
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
13
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
4
Total
17
Veamos en primer lugar estos ejemplos en los que no aparece la expresión señalada.
Se trata de dos pasajes que aparecen recogidos en dos fuentes diferentes. Son estos:
164
Juan Agraz, huyr os vala,
helo viene Juan de Mena,
que los siniestros castiga,
que no dize cosa mala,
menos dexa cosa buena
para que ninguno diga,
y por permissión de Dios
a los cielos sobrepuja,
y a cien mil quentos de vos
lo meterá por cul d' aguja.
(Antón de Montoro, Cancionero, c 1445-1480, literario).
Podéis llamarme nemigo
de vos, confeso marrano,
redondo como bodigo,
non vos precio más que un figo:
¿vos presumís de luzano?
Señores de señoríos,
en toda prudencia diestros,
deben con sus poderíos
abastados de alvedríos
castigarvos los siniestros.
(Antón de Montoro, Cancionero, c 1445-1480, literario).
Aunque el contexto no resulta del todo aclaratorio para comprobar que se trata de
este sentido, el hecho de que en este caso siniestro funcione como complemento directo
del verbo castigar nos hace creer que sí estamos ante el empleo del significado
propuesto ―fijémonos, además, en que en ambos pasajes el término aparece en plural,
tal y como aseguran los diccionarios que sucede la mayor parte de las veces―. De todos
modos, llama la atención el hecho de no haber encontrado más casos de este tipo entre
el gran número de ejemplos del que disponemos para este siglo XV.
En cuanto a tomar siniestro, se han hallado numerosos casos. Teniendo en cuenta
que algunos de estos ejemplos aparecen repetidos en distintas fuentes, estos son los
casos de los que disponemos:
Los emplastos provechosos
son los grandes cavalleros
e leales consejeros
con buen seso estudiosos,
ca deven ser acuçiosos
por serviçio de Dios e vuestro
que non tomen el seniestro
estos fechos peligrosos.
(Juan Alfonso de Baena, Poesías [Suplemento al Cancionero de Baena], a 1435,
literario).
165
Como toda criatura
de muerte tome siniestro,
aquel buen Dios y maestro
reparó, por tal figura,
que los daños que natura
de la tal muerte tomase,
Luxuria los reparase
con nueua progenitura.
(Juan de Mena, Debate razón [Cancionero de Gómez Manrique], c 1445- a 1456,
literario).
E ya queriendo responder, sy podiese, soy tentado de muchos pensamientos, e
como la resistençia sea flaca e los inpedimentos muchos e fuertes non he lugar
como querría, en tal manera que el çelebro grosero como cauallo amedrentado
toma sinistro. (Fernando de la Torre, Libro de las veynte cartas e quistiones, c
1449, p. histórico-documental).
Los quales de lançe en lançe e de grado en grado vinieron en tanto estremo, que
al conde fué conplidero desterrarse del regno de Castilla, e irse al reyno de
Portugal. Pero todavía estaban por él las villas e vasallos e heredamientos e rentas
que tenía en Castilla; e por consiguiente no estaban en entera obediençia, ni con
mucho sosiego a serbiçio del Rey. Antes, como el conde estaba en Portugal, el qual
por çierto era mucho amado de los suyos, ellos, non en una sola cossa, más en muy
muchas, tomaban siniestro en quanto atañía a serbiçio del Rey, quando a lançe les
venía. (Crónica de Don Álvaro de Luna, anónimo, c 1453, p. históricodocumental).
Mas así el arçobispo como Pedro de Acuña su hermano, el qual por el semejante
era criado e fechura del noble Maestre, ambos ellos tomaron siniestro en aquella
parte, e a lo fablar a la llana, se mostraron por çierto ingratos contra el buen
Maestre. (Crónica de Don Álvaro de Luna, anónimo, c 1453, p. históricodocumental).
Soys en todo tanto diestro
qu'en la verga de Jesé
al que toma algún siniestro
sabéys tornar a la fe.
Sabéys bien buscar el bado
en aguas turbias, esentas,
y pasar el mar ayrado
en sus mayores tormentas.
(Pero Guillén de Segovia, Respuesta a Gómez Manrique [Cancionero de Gómez
Manrique], 1470-c 1480, literario).
Después qu'el gran padre nuestro
perdió la luz de la fe,
tomó 'l onbre tan syniestro
en el seso de quien fue
tan ricamente dotado,
que por mayores tormentas
en saber fue ygualado
con las fyeras y jumentas.
(Francisco de Noya, Respuesta a Gómez Manrique [Cancionero de Gómez
Manrique], p 1474-c 1480, literario).
166
... pero la prinçesa, su hermana, paresçía tomar algunos syniestros contra su grado,
porque de secreto tratava casar con el prínçipe de Aragón, rrey de Seçilia, a cabsa
de lo qual denegó el casamiento del rrey de Portugal, que le tratavan, segund que
así adelante será rrecontado, de que el rrey estava mui sentido, en tanto grado que
determinó tornar sobre la hija e ayudarla, para que suçediese ella, e no la hermana.
(Diego Enríquez del Castillo, Crónica de Enrique IV, c 1481-1502, p. históricodocumental).
Algunos de estos pasajes ―entre los que encontramos repetido el mencionado en el
siglo anterior― nos clarifican un poco más el sentido que le atribuyen los dos
diccionarios aludidos anteriormente a esta expresión, que, por tanto, podemos calificar
simplemente como una empleo particular del significado ‘vicio, mala costumbre’.
Hay que comentar el hecho de que, a pesar de que en la mayoría de los diccionarios
se aclara que con este empleo el término se utiliza generalmente en plural, de los 17
ejemplos señalados encontramos 12 en singular.
Por último, se han hallado cinco pasajes difíciles de interpretar:
Textos
literarios
Dudosos
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa
de prensa y
publicidad
3
Prosa
históricodocumental
2
Prosa
jurídica
Total
5
Son casos en los que un contexto poco claro nos impide sacar una conclusión acerca
de su significado. Teniendo en cuenta que el primero de estos pasajes aparece repetido
en dos fuentes diferentes, son estos:
Sabe, amor, que más herrores
nos enciende la gran pena
que penamos
qu'en mirar tus disfabores,
con dolor de tal cadena,
blasfemamos.
Maldecimos congojados
Dios y santos, que al bien nuestro
dan destierro,
lo que, siendo bien amados,
nos hiciera dar siniestro
de tal yerro.
(Cancionero de Pero Guillén, anónimo, a 1492, literario).
167
Gran perdón vos pido yo
si mal saben mis ditongos
o si gran siniestro vo:
ya sabéis, gran Rey, que no
se haze boda de hongos;
pues Rey qu'entiende las aves
y quien es actor o reo,
de los malos penas graves,
¿para qué quiere las llaves
el que no tiene el correo?
(Antón de Montoro, Cancionero, c 1445-1480, literario).
... mas ahun por la mar / passo en Africa: y la corrio: acoçeo: robo / y fizo pecheros
quasi a sus reyes. y fiziera mucho mas si el santo padre le acudiera: mas ahun en
Catalueña vencio tantas vezes las flotas del rey de francia que fue marauilla. vn
solo siniestro sojuzgar nunca pudo la vnion de aragon. que digo la de aragon. mas
la de catalueña primera. la de balaguer la segunda. y la de barçelona despues. que
sojuzgara sin duda: sino que por menos precio las dessimulo... (Gonzalo García de
Santa María, Traducción de la Corónica de Aragón de fray Gauberto Fabricio de
Vagad, 1499, p. histórico-documental).
... y porque sabia quan grande y entrañable amigo del rey don alfonso el principe
era. faze le mucha honrra: y trabaja por le trastornar y passar al partido del papa. y
prometele que le soltara si quisiere seguir su partido. consiente el principe: y jura
en poder del patriarcha / que fara la guerra contra el rey de aragon. mas antes de
prestar el homenage: fazer saber su siniestro al rey: y le pide licencia de todo
aquesto... (Gonzalo García de Santa María, Traducción de la Corónica de Aragón
de fray Gauberto Fabricio de Vagad, 1499, p. histórico-documental).
En estos dos últimos ejemplos, el hecho de encontrar siniestro en función sustantiva
parece acercarlo un poco al sentido ʻaccidente, desgraciaʼ, sobre todo teniendo en
cuenta que están extraídos de una obra en la que habíamos visto anteriormente este
empleo; de todas formas, este significado no aparece tan nítidamente como en ejemplos
anteriores.
Hagamos un balance de lo comentado sobre este siglo. Los 887 ejemplos analizados
pueden clasificarse del siguiente modo:
168
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
28
35
6
643
(72,4%)
4
19
3
40
(4,5%)
11
2
22
44
(4,9%)
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
‘Izquierda’
149
59
271
95
‘Izquierda’
con valor
negativo
10
4
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
8
1
‘Avieso,
malintencionado’
5
Adjetivo
peyorativo:
casos dudosos
19
ʻAccidente,
desgraciaʼ
3
28
31
(3,4%)
ʻVicio, mala
costumbreʼ
13
4
17
(1,9%)
Dudosos
3
2
5
(0,5%)
A diestro y
siniestro
14
2
6
2
1
1
13
1
19
(2,1%)
20
19
69
(7,7%)
2
2
19
(2,1%)
Lo primero que llama la atención al analizar estos resultados es que el porcentaje de
ejemplos que mantienen el significado ‘izquierda’ sin connotaciones desciende
considerablemente con respecto a los siglos anteriores: corresponden a este empleo un
72,4% de los casos, mientras que hasta este siglo nunca se había bajado del 90%.
Además, la temática religiosa sigue teniendo un fuerte peso en los ejemplos en los que
el sentido ‘izquierda’ aparece con connotaciones negativas.
Este descenso del significado ʻizquierdaʼ se debe, sobre todo, a la presencia de
adjetivos con valor peyorativo, que representan casi un 15% de los casos.
Por último, también es destacable la aparición, por primera vez, del significado
ʻaccidente, desgraciaʼ.
169
4.2.6. Siglo XVI
Para este siglo encontramos nada menos que 145638 ejemplos. Procedamos al
análisis39.
Los ejemplos de ‘izquierda’ con malas connotaciones vuelven a pertenecer casi
mayoritariamente al contexto religioso, más concretamente al cristianismo:
La izquierda
es mala
para el
cristianismo
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
7
2
2
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
36
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
48
En cuanto a las citas bíblicas, encontramos dos que ya han sido comentadas. Son diez
los ejemplos referidos al pasaje del Evangelio de San Mateo:
O creo que esta mano que dize es la mano diestra de la buena intención, cuyas
obras, según dize el Señor, no ha de saber la mano siniestra de la mala intención y
vanagloria, que algunos suelen tener en sus trabajos corporales menospreciando a
los que no pueden trabajar. (Francisco de Osuna, Segunda parte del Abecedario
espiritual, 1530, p. religiosa).
Otro caso hace referencia al pasaje del Eclesiastés:
Y, como sea cosa común estar el coraçón donde está el tesoro, seguírsete ha que
también pornás tu coraçón en salvo y dezirse ha de ti aquello que se dize del varón
avisado: "El coraçón del sabio está a su diestra y el coraçón del loco a la siniestra
dél". (Francisco de Osuna, Segunda parte del Abecedario espiritual, 1530, p.
religiosa).
Dos ejemplos se refieren al mal ladrón. Este es uno de ellos:
38
Se habían encontrado, en total, 1488, de los cuales se han eliminado 32 por diversas razones: 22 de
ellos están en latín, uno en italiano, 8 de ellos corresponden al adverbio siniestramente y en otro se vuelve
a producir la confusión con finiestra, ʻventanaʼ.
39
Como sucedía en el siglo pasado, encontramos una serie de ejemplos que se encuentran en la frontera
entre los casos en los que encontramos connotaciones y los que no; por tratarse de ejemplos muy
parecidos a los de entonces, solamente merece la pena aludir a ellos. En cuanto a los que se refieren a la
izquierda como el lugar de las cosas temporales, frente a la derecha de las espirituales, se han hallado 10
casos. En otros 5 se habla del lado izquierdo como lado femenino.
También encontramos varias referencias a la adivinación, entre las que hay que destacar bastantes
apariciones del término siniestro en los Comentarios a Garcilaso de Fernando de Herrera, donde se trata
precisamente el valor de la derecha y la izquierda en los ritos adivinatorios. No se han contabilizado estos
ejemplos puesto que se habla de la izquierda tanto en sentido positivo como negativo; volvemos a
encontrar, pues, lo problemas derivados del tema de la adivinación.
170
Despierte, pues, la gente bautizada,
del de Holofernes grave sueño insano,
antes que corte la enemiga espada
el reclinado cuello del cristiano.
No padezcamos cruz mal aplicada
con el ladrón de la siniestra mano,
vamos a la derecha, y destos fríos
miembros corran a Dios sangrientos ríos.
(Francisco de Aldana, Poesías, c 1560-a 1578, literario).
También los hay que aluden al Juicio Final, como este:
Esa manera de diferenciar médicos parece corresponder al revés a la manera que
el juez universal terná en diferenciar los malos de los buenos, estimando en mucho
a los buenos y menospreciando como a vilísimos a los malos; porque dice Sant
Mateo que como tenga delante de sí a todas las gentes, apartará los cabrones a una
parte, como buen pastor, y los porná a su mano siniestra, y a las ovejas porná a su
parte a la mano derecha. (Juan de Pineda, Diálogos familiares de la agricultura
cristiana, 1589, p. religiosa).
Muchos se refieren a la izquierda como negativa en general para el cristianismo. Son
variados. Veamos algunos de ellos:
Y en la cruz se inclina a la parte derecha para que la cabeça de nuestra ánima,
que es la intención, siempre esté en las cosas diestras de la virtud y nunca se incline
a la parte siniestra del vicio, de manera que, aunque yerre la obra, nunca yerre la
intención. (Francisco de Osuna, Primera parte del Abecedario Espiritual, 1528, p.
religiosa).
Veamos si es verdad lo que comúnmente se dize que no ay hombre que no traya
a su mano diestra un ángel bueno, y a la siniestra un demonio. (Antonio de
Torquemada, Jardín de flores curiosas, 1569, p. didáctica).
Todo lo cual hizo el Señor por los suyos que porque su diestra mano está llena
de justicia, que es decir que su justicia es tanta que no consiente ser alguno
agraviado; y porque por la mano diestra se significa la perfeción de las obras que se
hacen, como la siniestra significa la imperfeción y la mano sea dada por el filósofo
por el principal instrumento de nuestras obras, de donde nasció el decir que hulano
se ocupa en obras manuales, por esto le pone la justicia en la mano diestra. (Juan de
Pineda, Diálogos familiares de la agricultura cristiana, 1589, p. religiosa).
Encontramos también algunos casos de ‘izquierda’ con connotaciones negativas
fuera del contexto religioso. Se trata de pasajes en los que la izquierda aparece
relacionada con los malos augurios:
171
Textos
literarios
La izquierda
se relaciona
con la mala
suerte
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
3
Total
3
Este es un ejemplo:
Y en los haber así favorecido
Nos hace la fortuna mil favores,
Pues por haceros altos vencedores
Os pone con las nubes al vencido:
¿Qué gloria, me decid, hubiera sido
Vencerlos, si en valor fueran menores?
¿O cómo se ha de ver el desta diestra
Si el hado no se pasa a la siniestra?
(Pedro de Oña, Arauco domado, 1596, literario).
En los otros dos casos que encontramos aparece la expresión con pie siniestro:
Allí manifestó la desventura;
Y como brevemente convenía
A don Alvaro dar aviso presto,
En Popayán adonde residía
Despacháronle las cartas, y al momento
Que de tan gran desmán tuvo noticia
Sesenta buenos hombres apercibe,
Y á Santa Cruz que fuese por caudillo,
Capitán de valor y confïanza:
El cual luego salió con pié siniestro
A socorrer el pueblo, presumiendo
Que pues allí tenian fortaleza,
Podrian algun dia defenderse,
Y entretenerse hasta quél llegase,
Pues era cosa clara y evidente
Que muertos los que estaban en las minas
Habian de barrer lo que quedaba
Si no se recogian donde digo,
Pero si dentro dél se defendian,
Se podria llegar á coyuntura
Que les valiese mucho su socorro.
Aquesta conyectura no fué vana,
Pues es ansí que por el mismo tiempo
Que dieron en el Domingo Lozano,
Estaban sobrel pueblo dos mil indios
Para dar el asalto concertado.
(Juan de Castellanos, Elegías de varones ilustres de Indias, 1589, literario).
172
Epitalamio en las bodas de una vejísima viuda, con cien ducados de dote, y un
beodo soldadísimo de Flandes, con calva original canción
Ven, Himeneo, ven; honra este día,
no cual sueles, bañado en alegría,
pero de horror compuesto.
A éste, que funeral ha de ser presto,
con pie siniestro asiste,
unión de enigma y casamiento en chiste,
que desmintiendo siglos, se acomoda
a parecerte boda.
(Francisco de Quevedo y Villegas, Poesías, 1597-1645, literario).
A pesar de que los contextos no resultan del todo claros, parece que la expresión con
pie siniestro se utiliza con un sentido equivalente al que hoy en día tiene con el pie
izquierdo, es decir, en referencia a la mala suerte.
Pasemos ya a la clasificación de adjetivos que han perdido totalmente el significado
‘izquierda’. En este siglo el número de ejemplos de este tipo asciende a 260. Los más
numerosos se corresponden con el significado ‘infeliz, funesto, aciago’:
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
125
1
9
4
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
9
Total
148
Volvemos a encontrar casos en los que el significado de siniestro está a medio
camino entre ‘izquierda’ y el sentido que estamos analizando:
Por que por senda sinistra
yo no pueda desviar,
tú me administra y registra,
plégate de me guiar,
y regir y encaminar
y librar al punto fuerte.
¡O, Señor de vida y muerte,
no me quieras olvidar!
(Francisco de Ávila, La vida y la muerte o Vergel de discretos, 1508, literario).
De nuevo en la mayoría de ocasiones el adjetivo acompaña a sustantivos como
Fortuna o equivalentes:
173
Marco, Emperador romano, tribuno del pueblo, pontífice magno, cónsul
segundo, padre de la patria, monarcha de toda la monarchía; a ti, Pulión, su amigo
antiguo, buenos hados contra la siniestra fortuna te dessea. (Fray Antonio de
Guevara, Reloj de príncipes, 1529-1531, literario).
Veamos ahora otros pasajes en los que el contexto, gracias a la aparición de
antónimos, confirma claramente el sentido que le estamos asignando a siniestro.
Comenzamos por un caso en el que diestro entra en oposición con nuestro término
perdiendo también el sentido espacial:
Almagro con presteza por un lado,
viendo el caballo cojo, se derriba;
ora fue su ventura y diestro hado
ora siniestro del que tras él iba,
el cual era el valiente Maldonado
que envuelto en sangre y polvo al punto arriba
que el golpe segundaba Tucapelo
y por poco con él diera en el suelo.
(Alonso de Ercilla, La Arauncana, primera parte, 1569, literario).
En mi estado y tierras mismas.
Ya la suerte va rodando
Para siniestra ó propicia;
El dado va por la tabla,
No hay quien el correr le impida.
(Romances, en Romancero general [Romancero general], anónimo, 1600-1604,
literario).
Pues riéndose de la sabia, le dijo que no había más verdad en semejantes
ciencias que la voluntad del cielo y las culpas o virtudes de los hombres; porque al
paso que procedían en sus ofensas, así los castigaba con sucesos siniestros o, por
lo contrario, con los dichosos y prósperos. (Lope de Vega Carpio, La Arcadia,
1598, literario).
En cambio, con el significado de ‘avieso, malintencionado’ solamente encontramos
16 casos.
Textos
literarios
‘Avieso,
malintencionado’
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
6
Prosa
religiosa
5
174
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
5
Prosa
jurídica
Total
16
Vuelven a destacar los ejemplos en los que aparece nuestro término junto al
sustantivo intención; son en total ocho, la mitad de los encontrados. Veamos uno que
refleja claramente las supersticiones que rodean a la izquierda:
Si eres solícito en conservar la salud del cuerpo, también lo deves ser, y con
mayor aviso, en conservar la del ánima, cuyo lado yzquierdo es su siniestra y mala
intención. (Francisco de Osuna, Segunda parte del Abecedario espiritual, 1530, p.
religiosa).
Estos son otros casos:
Naturalmente en todas las cosas tienen espíritu de contradición las mugeres, en
que si queréys hablar, ellas callan; si queréys andar, ellas paran; si queréys reýr,
ellas lloran; si queréys plazer, ellas quieren pesar; si queréys pesar, ellas toman
plazer; si queréys paz, ellas quieren guerra; si queréys guerra, ellas quieren paz; si
queréys comer, ellas ayunan; si queréys ayunar, ellas comen; si queréys dormir,
ellas velan; si queréys velar, ellas duermen; finalmente digo que son de tan
siniestra condición, que aman todo lo que aborrescemos y aborrescen a todo lo que
amamos.(Fray Antonio de Guevara, Reloj de príncipes, 1529-1531, literario).
Primeramente, que el dicho Rey de Túnez, reconociendo cómo había sido
echado de su Reino por Cairedin Basó, llamado Barbarroja, natural de Turquía, el
cual había ocupado y tenía usurpado el dicho Reino tiránicamente y con siniestros
medios y con usar crueldades, fuerzas y violencias en los vasallos del dicho
Reino… (Alonso de Santa Cruz, Crónica del Emperador Carlos V, c 1550, p.
histórico-documental).
Los ayunos de las vigilias de los sanctos se hacen para que con la aflicción de la
carne quede libre el espíritu, y pueda mejor considerar una cosa tan importante
como allí se nos representa, y es ponernos delante unos hombres flacos como
nosotros, de carne y sangre como nosotros, de siniestras inclinaciones como
nosotros, tan ocasionados como nosotros. (Felipe de Meneses, Luz del alma
cristiana, 1555, p. religiosa).
En este último ejemplo siniestras todavía conserva parte de su sentido espacial.
Y pasemos ya a los ejemplos que confirman la presencia de un sentido ʻfalso,
engañosoʼ. Aunque encontramos, como en el siglo anterior, varios ejemplos ambiguos
en los que se confunde este nuevo significado con el de ʻmalintencionadoʼ, se han
hallado cinco pasajes en los que resulta bastante clara la interpretación con el sentido
establecido por Terreros y Pando:
175
Textos
literarios
ʻFalso,
engañosoʼ
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
2
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
3
Son estos:
Cuanto a lo que por los vocablos que había y entre ellos se hallaren que en la
voz con los de los judíos conformaren, como imaginó cierto doctor jurista y buen
christiano los tiempos pasados, también no acertarán si por ellos proceder de judíos
sospecharen. En esta isla Española hobo una reina gran señora, que se llamó
Anacaona, de que se hizo mención hablando de los reyes della, y porque Ana en la
lengua hebrea quiere decir graciosa o misericordiosa, o que canta o que responde y
otras significaciones que pone San Hierónimo, pareció al dicho doctor que de
judíos venían estas naciones. Otro vocablo tenían en su lengua y es ita por "no sé";
luego, pues ita es vocablo latino, digamos que descendieron de latinos o italianos o
de gente que hablaba latín. En la lengua de Popayán decían timbra por cierta
provincia y en la del Perú, michi por el pastor y homo por sacerdote. Item, en la
lengua general de la Española decían batea por dornajo y en Cataluña hay una villa
que se llama Batea; luego, de catalanes podemos decir que vinieron. Item, en la
lengua que dejimos arriba que había fuera de la general, que se llamaba el Macorix
de Arriba, [se] decía baeza por "no"; luego digamos que vinieron a poblar esta isla
los de Baeza. Y si hobiera mirado los tiempos pasados en ello, creo que pudiera
hallar otros vocablos que sirvieran a lo mismo. Item en la lengua mexicana y hasta
en la provincia de Nicaragua y en más creo que de ochocientas leguas, para
significar dios dicen theot o theus o lo semejante, y en griego dicen theos por dios,
luego adevinemos que vinieron estas gentes de griegos.
Y porque se vea este siniestro adevinar, véase por los vocablos que tienen de la
lengua española las gentes del Perú y ninguno creo que adevinará que hayan
procedido de naciones de España. (Fray Bartolomé de las Casas, Apologética
historia sumaria, 1527-1550, p. histórico-documental).
Si tan dadas
a casarse y tan penadas,
como vos dezís, están,
argumento es que serán
muy buenas siendo casadas;
de manera
que podrá bivir qualquiera
con descanso y alegría
tomando por essa vía
la viuda por compañera.
A. Muy siniestra
opinión es essa vuestra,
y si a mí no me creéys,
podéys provar y veréys
a qué sabe la menestra
que os darán.
(Cristóbal de Castillejo, Diálogo de mujeres, 1544, literario).
176
Total
5
Lo dicho me parece medicina
Para poder salir desta congoja,
Y el remedio que hace mas aína
Fortísima la gente, de muy floja:
Quien al os aconseja desatina,
Y es lo demás andar de mula coja;
Tengo mi parecer no por siniestro,
Salva la correccion del mejor vuestro.
(Juan de Castellanos, Elegías de varones ilustres de Indias, 1589, literario).
Doña Mari Garçia de Garibay, hermana de Gil Garçia, é hija de Sancho Garçia,
casó con Martin Saez de Galarça, señor de la casa de Galarça en el valle de Leniz y
de los patronazgos de las iglesias de Sancta Lucia de Galarça y Sant Juan de
Mendiola del mismo valle, los quales habiendo obtenido Garçia de Albarrategui y
Rodrigo Abarca moços de ballesta del dicho Rey Don Fernando por graçia y
merçed suya, haçiéndole siniestra relaçion de ser de su patronazgo Real, siendo
deviseros del mismo Martin Ruiz, él lo litigó con el fiscal Real y con ellos y en el
Consejo hubo sentençia en favor, y le libraron la executoria dellos en Burgos en 12
de Julio del año de 1495, referendada de Alonso de Marmol su escribano de
Cámara, y quedó Martin Saez en paçífica posesion dellos. (Esteban de Garibay,
Memorias de Garibay, c 1594, p. histórico-documental).
Item, que ninguno sea admitido al examen si no supiere lo contenido en la
tercera y cuarta ordenanza, y si alguno se pusiere a enseñar el dicho arte sin ser
examinado, se le cierre la escuela, mandándole con pena de veinte pesos de oro
común para la Cámara de su Majestad, Ciudad, juez y denunciador, por cuartas
partes, no lo use hasta ser visto y examinado por las personas que el Cabildo de
esta ciudad señalare; y si con esto no quisiere examinarse y ejerciere el dicho arte,
se ejecute la pena de los dichos veinte pesos en este tal y no le use, y los que las
tuvieren de presente, sean examinados, porque así conviene al pro y utilidad de esta
república, porque algunos de ellos han procurado con siniestras relaciones,
licencias, diciendo que son hábiles no lo siendo ni teniendo las partes que han de
tener para usar el dicho arte, y de esta manera damnifican esta república y a los
hijos de ella. (Ordenanzas de los maestros de escuelas de la ciudad de México.
[Documentos sobre política lingüística en Hispanoamérica (1492-1713)],
anónimo, 1600, p. histórico-documental).
Efectivamente, el contexto de estos cinco ejemplos nos inclina más por la
equivalencia entre siniestro y falso, engañoso, siendo difícil conmutar en todos estos
casos nuestro adjetivo por uno como malintencionado. Exceptuando el primer pasaje, en
los otros cuatro encontramos acompañando a nuestro adjetivo sustantivos análogos a los
que veíamos en el siglo anterior, como son relación, opinión o su sinónimo parecer.
Entremos ya en los casos ambiguos:
177
Adjetivo
peyorativo:
casos
dudosos
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
49
1
2
1
11
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
14
13
91
Y vayamos en primer lugar con esos ejemplos en los que existe la ambigüedad entre
el sentido ‘avieso, malintencionado’ y el de ‘falso, engañoso’. Volvemos a encontrar
pasajes muy parecidos a los del siglo anterior y a los que acabamos de ver, pero en estos
casos el contexto no ayuda a deshacer la ambigüedad. Esto sucede, por ejemplo, en:
La Santa Madre fundadora, arrinconada y maltratada de palabras que de ella
decían los Padres del Carmen y el mismo Nuncio; que con la poca satisfacción que
de ella tenía, y las siniestras informaciones de sus contrarios, la mandó que no
saliese de su monasterio. (Diego de Yepes, Relación de la vida y libros de la M.
Teresa que el P. Diego de Yepes remitió al P. Fr. Luis de León. [Documentos
relativos a Santa Teresa de Jesús], 1588, p. jurídica).
La coordinación de siniestro con diversos adjetivos nos confirma la ambigüedad de
estos pasajes:
... aunque Su Majestad no puede, como dicho es, acabar de creer que un Príncipe
como él se dejase atraer á una cosa de tan mal ejemplo si no fuese por la siniestra
y perversa información de su Cardenal... (Alonso de Santa Cruz, Crónica del
Emperador Carlos V, c 1550, p. histórico-documental).
Rogábase afectuosamente a la reina en nombre del rey, que no quisiese dar oído
a tales o semejantes informaciones, mas creer y confiar del lo que buena madre y
señora debía confiar de bueno y obediente hijo, y por tan siniestras y falsas
informaciones no quisiese proceder a novedad ninguna que pudiese resultar en su
perjuicio y disfavor... (Jerónimo Zurita, Anales de la corona de Aragón. Segunda
parte, 1579, p. histórico-documental).
En estos casos estas coordinaciones no sirven para facilitar la interpretación, ya que no
sabemos si se están usando los adjetivos de un modo equivalente o no. En cualquier
caso, sí vemos la posibilidad de encontrar en todos estos ejemplos los dos significados
de los que estamos hablando.
En oposición a los ejemplos señalados anteriormente en los que parece claro un
empleo con el sentido ʻfalso, engañosoʼ, se han hallado otros casos, del mismo estilo, en
los que el contexto dificulta la interpretación con este significado:
178
... porque del tal mandamiento resultan en nos muchas sospechas: la una, que no
debió proçeder sin que preçediese muy siniestra relaçion, aunque contraria á toda
verdad, y en esta sospecha nos confirma... (Fray Martín de Valencia, Carta de Fray
Martin de Valencia, custodio, y de otros religiosos de la órden de San Francisco,
al Emperador Don Carlos, refiriéndole el resultado de sus misiones en la ueva
España, y los grandes servicios del obispo electo Fray Juan de Zumarraga.
[Cartas de Indias], 1532, p. histórico-documental).
Parece evidente que encontramos un empleo de siniestro muy ambiguo sobre todo en
este tipo de ejemplos en los que se hace referencia a sustantivos como informaciones,
relaciones... Así, salvo en pasajes muy claros en los que el contexto nos ayuda a
inclinarnos por un determinado significado, es muy difícil descifrar el verdadero sentido
que toma el adjetivo en estos casos.
Continuando con otro tipo de pasajes ambiguos, volvemos a encontrar algunos en los
que es complicado diferenciar los significados de ‘malintencionado’ y ‘aciago’, como
en este caso concreto:
Tefereo, que assí mismo avía mirado lo que el príncipe, conociendo la
alteración en que le avía puesto semejante espectáculo, temiendo que la demasiada
cólera no le hiciesse hazer algún siniestro hecho, iva con mucho cuidado. (Pedro
de la Sierra, Espejo de príncipes y caballeros, segunda parte, 1580, literario).
También hallamos ejemplos en los que siniestro, como sucedía en el siglo anterior,
se aplica para calificar el aspecto, la apariencia de ciertas cosas. En un texto del siglo
XV se hacía referencia al color siniestro. Pues bien, ahora encontramos estos otros
casos:
Acuérdaseme agora qu'el siniestro
canto de la corneja y el agüero
para escaparse no le fue maestro.
(Garcilaso de la Vega, Poesías castellanas completas, 1526-1536, literario).
A la roca llego tan cerca cuanto
fuerte mano una piedra habría escupido:
parece como que oye y no oye un llanto,
tan débil a la oreja le ha venido.
Y volvióse hacia aquel siniestro canto,
los ojos puestos en las ondas, vido
una mujer desnuda a un tronco atada,
bañando el blanco pie la mar salada,
porque está lejos y la dama inclina
la cara, sólo ve las carnes tiernas.
(Jerónimo de Urrea, Traducción de "Orlando furioso" de Ludovico Ariosto, 1549,
literario).
179
Ya en la selua frondosa
mi dolor publicando
la contraria corneja se recrea
y, con lengua enojosa
mis congoxas sembrando,
en esto su siniestra boz emplea.
(Gabriel Lobo Lasso de la Vega, Tragedia de la honra de Dido restaurada, 1587,
literario).
Dijo el rey:
-Dejémonos de burlas: yo no te lo di, sino para que te hicieses un vestido; por eso,
no te vea yo más ir de esa suerte.
A cabo de tiempo, tornólo a ver el rey con el paño en el hombro. Díjole:
-Di, filósofo, ¿qué aguardas?
-Aguardo, para mirar
estos trajes tan siniestros,
en qué corte han de parar...
Dicho, cierto, de notar
para estos tiempos nuestros.
(Juan de Timoneda, Buen aviso y portacuentos, 1564, literario).
Bernardo, que atento estaba,
Respondió con faz siniestra:
- Mal os informaron, Rey.
(Romances, en Romancero general [Romancero general], anónimo, 1600-1604,
literario).
En los tres primeros se puede relacionar la utilización de siniestro con el sentido
‘aciago, desafortunado’, sobre todo en el pasaje en el que se habla de la corneja,
teniendo en cuenta que se puede asociar con los augurios. De todas formas, analizados
en conjunto, son ejemplos peculiares, y más si nos fijamos en los dos últimos, en los
que es difícil buscar cualquiera de los sentidos vistos hasta ahora. Parece, por tanto, que
poco a poco se va ampliando el uso de siniestro como adjetivo con sentido peyorativo.
Eso sí, llama la atención que los cinco pasajes pertenecen a textos poéticos.
En este otro ejemplo siniestra parece tener el sentido de ‘contraria’:
Y como vuestro invictísimo padre era tan celoso de su conciencia, mandó
examinar este punto, cuanto le fué posible, por doctísimos letrados, los cuales,
como la información que del hecho se les hizo fué indirecta y siniestra de la
verdad, dieron su parecer diciendo que estos ingas, que en estos reinos del Pirú
fueron, eran legítimos y verdaderos reyes dellos... (Pedro Sarmiento de Gamboa,
Historia de los incas, 1572, p. histórico-documental).
Finalmente, hay unos cuantos ejemplos en los que, ya sea por la falta de un contexto
clarificador o porque siniestro es utilizado de una forma muy vaga y abstracta, no se
puede sacar ninguna conclusión clara acerca de su interpretación:
180
Enciende en recoger este ganado
poniendo en él vn poco el pensamiento,
que va por essos valles derramado,
e mira que crüel lobo ambriento
no mude, con tu mal, su hambre en vicio
menguándote de tu ganado el cuento.
Guarte del qu'es hurtar siempre su oficio
a quien, con toda necessidad siniestra,
podrás ser ocasión d'este exercicio,
de tal entenderás con falsa muestra
pesalle su trabaio qu'está holgando
con la comodidad que se le adiestra.
(Esteban de Nágera, Cancionero general de obras nuevas nunca hasta ahora
impresas, 1554, literario).
Hecimos del ladron fiel amigo,
Atrevimiento de salud siniestro;
Juan Pardo solamente fué conmigo,
Soldado de la tierra harto diestro;
Partimos con los indios que ya digo,
Fiando de tan infido cabestro,
Por ser de Bonda, malos y crüeles,
Mas haciéndoles bien fueron fïeles.
(Juan de Castellanos, Elegías de varones ilustres de Indias, 1589, literario).
Más cruel, más cruel la medicina
que la misma dolencia se me muestra:
Hipocrates perdone y su dotrina.
Jamás vió tan furioso Climtenestra
al fiero hermano matador de Egisto
como a mí de vna pócima siniestra.
(Bartolomé Leonardo de Argensola, Rimas, 1592-a 1631, literario).
Empezando ya con los usos como sustantivo del vocablo, con el sentido ‘accidente,
desgracia’ se han hallado abundantes ejemplos:
Textos
literarios
‘Accidente,
desgraciaʼ
22
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
4
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
6
1
37
4
En la mayoría de estos casos se alude a un hecho desgraciado indeterminado, no se
concreta qué tipo de suceso se califica como siniestro. Por ejemplo:
181
Atrévome a cualquier cosa
como varón esforçado,
bivo y ando tan osado
que es cosa maravillosa
verme tan atreguado.
No temo ningún siniestro
que a mí me pueda empecer
porque me hallo tan diestro
con este nonbre de vuestro,
que es impossible temer.
(Juan Boscán, Poesías, c 1514-1542, literario).
La fortuna
no guía vida ninguna
que no lleve mill siniestros.
(Juan del Encina, Égloga de Plácida y Vitoriano, 1513, literario).
La mano izquierda es la ocupación de los negocios del mundo, sujetos á mil
siniestros, desgracias, pérdidas, contra la voluntad del que los posee. (Fray Alonso
de Cabrera, De las consideraciones sobre todos los evangelios de la Cuaresma, a
1598, p. religiosa).
En pocas ocasiones el contexto aclara la naturaleza de los siniestros. Es el caso de
este ejemplo, en el que se habla de la pérdida de vidas humanas en una expedición:
Y escriben asimesmo, que se decía que Gonzalo Pizarro dejaba poblado en
alguna parte, e que fingía nescesidades para recoger gente e caballos, e que su
vuelta a Quito era por saber qué tal estaba la tierra y entender las cosas del
presidente Vaca de Castro e de don Diego de Almagro; pero túvose por más cierto
que este capitán Gonzalo Pizarro volvió perdido, porque de doscientos e treinta
hombres que llevó, no tornaron sino ciento, maltractados y enfermos los más, y
esos e los que con Francisco de Orellana escaparon por el río, se tienen por vivos, e
todos los demás por muertos: que, segund la verdad, fueron más de ochenta e siete;
porque en el barco entraron con el Orellana mas de los que estos compañeros han
dicho, cuyos nombres no se acuerdan.
Visto este siniestro que se siguió a Gonzalo Pizarro, escriben asimesmo que se
daba mucha priesa el capitán Sebastián de Benalcázar en se armar e proveer para ir
en busca del Dorado. (Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia general y natural de
las Indias, 1535-1557, p. científica).
En este otro texto, de carácter religioso, se alude al sufrimiento de Jesucristo en su
Pasión:
Y esto haze nuestro Señor por el mérito de los desastres y siniestros de su
sancta Passión, donde la misericordia le hizo padescer lo que nosotros teníamos
merescido. (Francisco de Osuna, Quinta parte del Abecedario espiritual, a 1540, p.
religiosa).
182
De todos modos, en general, no se puede afirmar que siniestro haga referencia a un
tipo de desgracia determinado.
En cuanto al significado ‘vicio, mala costumbre’, el número de casos crece
considerablemente con respecto al siglo anterior.
‘Vicio, mala
costumbre’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
19
1
1
13
39
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
5
Total
78
Destacan los ejemplos pertenecientes a contextos religiosos, como se observa en la
tabla:
Abráçanos quando no peccamos y, si caemos en peccado, pone su mano debaxo
porque no sea tanta nuestra malicia y porque nos levantemos más presto de la
penosa caýda. Su mano derecha se dize que nos abraça estorvando nuestros
peccados, porque nos haze yr más derechamente al cielo, y su mano siniestra nos
alça si caemos en algún siniestro de peccado. (Francisco de Osuna, Quinta parte
del Abecedario espiritual, a 1540, p. religiosa).
El fin pues de este negocio es corregir y mortificar todos los resabios y
siniestros de naturaleza, y hacer un hombre espiritual y virtuoso, para que así
consiga el fin para que fué criado, que es Dios. (Fray Luis de Granada, Manual de
diversas oraciones y espirituales ejercicios, 1557, p. religiosa).
Pero también encontramos numerosos casos en contextos diferentes:
... porque no ay oy marido tan virtuoso ni tan amoroso en el qual no halle su muger
algún mal siniestro. (Fray Antonio de Guevara, Reloj de príncipes, 1529-1531,
literario).
Y recogiendo a este mi hijo perdido, y apartándole de mil malas compañías que
se le havían juntado, y emnendándole de otros tantos malos siniestros que avía
cobrado con el andar vagueando, le buelvo a mi casa y recibo por mío. (Fray Luis
de León, Poesía original [Poesía], c 1558-1580, literario).
Por supuesto, también los hay que se refieren a los vicios de los animales:
Porque así como el medio que suele tener para quitar un siniestro a una bestia,
es no dejarla salir de él; así también conviene hacer esto mismo para curar los
siniestros del corazón escrupuloso. (Fray Luis de Granada, Libro de la oración y
meditación, 1554, p. religiosa).
183
Algunos los acostumbran a traer de un año a la cavalleriza. Y, d'éstos, pocos
yerran, que los más salen buenos, porque, teniéndolos allí limpios y recogidos y
medianamente mantenidos, se vienen a hazer de muy mejor talle y condición que
criándose en el campo, donde suelen cobrar del ayuntamiento de las yeguas gran
diminución y detrimento en todos sus miembros. Y se vienen a hazer, por el poco
trato de la gente, tan ásperos y çahareños, que, quando los vienen a domar, cometen
muy grandes desórdenes y bravezas, de cuya causa se les recrescen muchos
siniestros y resabios, y otras lisiones y enfermedades. (Pedro de Aguilar, Tratado
de la caballería a la gineta, 1572, p. de sociedad).
En cuanto a la expresión tomar siniestro, volvemos a encontrar pasajes que la
utilizan. Veamos algunos:
Es menester estar siempre templado, porque no halle el niño alguna respuesta
menos amorosa. Y está algunas veces el corazón del padre atormentado con mil
cuidados, y ternía por gran descanso soltar las riendas de su tristeza y hartarse de
llorar, y si viene el hijito, ha de jugar con él y reir, como si ninguna otra cosa
tuviese que hacer. Pues las tentaciones, sequedades, peligros, engaños, escrúpulos,
con otros mil cuentos de siniestros que toman, ¿quién los contará? ¡Qué vigilancia
para estorbar no vengan a ellos! ¡Qué sabiduría para saberlos sacar después de
entrados! (San Juan de Ávila, Sin título [Cartas relativas a Fray Luis de Granada],
1538, p. histórico-documental).
Lo nono, es necessario que los ayos o maestros de los príncipes y grandes
señores sean bien acondicionados, a causa que muchas vezes, como los hijos de los
señores son regalados, siempre toman algunos malos siniestros, los quales sus ayos
les han de quitar más con la conversación buena que no con la disciplina áspera;
porque no pocas vezes acontece de ser el ayo mal acondicionado no ser el príncipe
amoroso. (Fray Antonio de Guevara, Reloj de príncipes, 1529-1531, literario).
¡O, a quánta malaventura se pone el que a regiros y corregiros se obliga!,
porque, si tomáis un siniestro, no hos sacará dél todo el mundo; si de alguna cosa
hos avisan, nunca la creéis... (Fray Antonio de Guevara, Libro áureo de Marco
Aurelio, 1528, literario).
En referencia a la aparición del término en singular o plural en estos casos, hay que
decir que de los 78 ejemplos encontrados en este siglo, 55 de ellos están en plural.
Por último, hagamos un repaso por algunos casos que resultan inclasificables por
diversos motivos:
Textos
literarios
Dudosos
13
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
1
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
1
184
Prosa
jurídica
Total
15
En este primer ejemplo parece emplearse siniestro dentro de una locución adverbial
equivalente a siniestramente:
Que vistas las mejorías
en vosotros como muestro,
si levardes estas vías
por las altas profecías,
no en contrario ni en siniestro,
y si contraria figura
n'os mostrare falso signo,
quien ensaya tal locura
pueda ser que sea ventura
que se afogue en el camino.
(Fray Íñigo de Mendoza, Cancionero, a 1507, literario).
Llama la atención un grupo de ejemplos en los que, como sustantivo, siniestro parece
tener un mismo significado, aunque este no se corresponde con ninguno de los que
estamos viendo hasta ahora. Se trata de empleos muy parecidos a los de los dos
ejemplos clasificados como dudosos en el siglo anterior en los que encontrábamos el
término como sustantivo. Veámoslos:
Herida tenga de diestro
quien vos hirio sin batalla,
tal y con tanto siniestro
Que no hallasse maestro
que huuiesse de sanarla.
(Poesías [Cancionerillos de Praga], anónimo, c 1550-c 1570, literario).
Diziendo si saluamiento
quieres de ti con tu gente
sin siniestra
el sancto concibimiento
celebra de la prudente
reyna nuestra.
(Cancionero espiritual de Juan de Villaquirán, anónimo, 1549, literario).
Las cosas de polideza
y las que visten escoria
rastro son de tu grandeza
y señal de tu nobleza
muy notoria
y son muestra
del poder de la tu diestra
y muy alta prouidencia
quan sin defecto y siniestra
todas las cosas adiestra
tu prudencia.
(Cancionero espiritual de Juan de Villaquirán, anónimo, 1549, literario).
185
No pie-dra, almena, viga, arco se muestra,
ni cuanto sobre el Moro han arrojado,
que [aplaque de éste la sangrienta diestra],
que la gran puerta en piezas ha rajado,
y ha hecho dentro allí tanta siniestra,
que bien claro ver puede y ser mirado,
de impresos rostros de color de muerte,
que se juntaron en palacio a suerte.
(Jerónimo de Urrea, Traducción de "Orlando furioso" de Ludovico Ariosto, 1549,
literario).
Atentos todos a aquel caso nuestro
estábamos, sin ver ajeno hecho;
yo me volví a su grito y vi muy diestro
quitar la piel el monstruo allí de hecho.
A la cueva la mete, en gran siniestro;
seguimos todos con vestido estrecho,
por donde nos traía en el ganado,
por frescos valles y por verde prado.
(Jerónimo de Urrea, Traducción de "Orlando furioso" de Ludovico Ariosto, 1549,
literario).
Fue Vitruvio muy perfecto
en saber edificar;
Dinócrates architecto
en esto fue singular.
Largo será de contar
los mecánicos maestros,
todos vieron mis siniestros
sin se poder excusar.
(Francisco de Ávila, La vida y la muerte o Vergel de discretos, 1508, literario).
Ha de sentir mi siniestro
con mortífera manzilla
aquel de Deça maestro,
arçobispo de Sevilla;
que mi trabuco aportilla
todo muro sin escusa;
y al muy sabio Villescusa,
présul, daré çancadilla.
(Francisco de Ávila, La vida y la muerte o Vergel de discretos, 1508, literario).
Sintió mi triste siniestro
aquel de gran natural
el de Osma, gran maestro,
y el otro maestre Pascual;
al moral y theologal,
noble maestro de Roa,
herí de rezio en la proa
y a Johannes vi mortal.
(Francisco de Ávila, La vida y la muerte o Vergel de discretos, 1508, literario).
186
Lo primero que nos llama la atención es que se utiliza el término, con un sentido
similar, tanto en masculino como en femenino. Aunque estos empleos pueden estar
cerca del significado ‘accidente, desgracia’, parece más bien que el sentido es más
parecido al de ‘daño’.
Los tres últimos fragmentos pertenecen a la misma obra. Consultando en el propio
CORDE el contexto en el que aparecen, nos damos cuenta de que las palabras
transcritas están atribuidas a la Muerte, que también utiliza, como sinónimos de
siniestro para estos casos, otros sustantivos como mal, fiereza... De todos modos, habrá
que esperar a posibles futuros ejemplos análogos para establecer mejor este sentido.
Más complicado parece clasificar estos otros empleos, en los que ni siquiera el
contexto parece aclararnos un poco su sentido:
... y el hazer de negro blanco
ya es ageno de bondad,
pues huyr la claridad
en esto ya el alma arranco,
porque procede
del que de vista carece
o del que sigue siniestro.
(La Comedia Ypólita, anónimo, 1521, literario).
Yo naci: para amaros precito
mi vida esta: bien satisfecha de vos
yo viuo contento: de ser ya vuestro
por tanto: de mi amor infinito
en vuestro coraçon: ruego a dios
Ponga vida mia: mejor siniestro.
(Cancionero de Velázquez de Ávila, anónimo, a 1540, literario).
Pero tuvo lugar de prevenirse,
doblando el cuerpo sobre el pie siniestro,
el sin par capitán, y de cubrirse
de la ancha adarga con recato diestro.
Mas viendo el joven por los aires irse
el vano tiro, por su mal siniestro,
la mano pone en la tajante espada,
a dar golpe mortal acostumbrada.
(Gabriel Lobo Lasso de la Vega, Mexicana, 1588-1594, literario).
Convento fabricado y templo hecho,
Donde todos vivian recogidos,
Con gran observacion de su derecho,
Sin ser á lo siniestro divertidos,
Muy en contentamiento y en provecho
De los por convenir y convertidos;
Aquel perturbador de cosas pias
Su cizaña sembró por estas vias.
(Juan de Castellanos, Elegías de varones ilustres de Indias, 1589, literario).
187
Y, por último, se ha encontrado la expresión a tuerto o a siniestro también en dos
ocasiones:
Dexada aparte la fe, deve el buen caballero, a tuerto o a siniestro, cerca o lejos,
contra amigos o enemigos, en el reino o fuera del reino, a toda ley servir y seguir a
su rey, porque menos mal es al caballero perder la vida y el estado que tiene, que
no poner mácula en la fidelidad que a su señor debe. (Fray Antonio de Guevara,
Epístolas familiares, 1521-1543, p. histórico-documental).
Si es blasphemo el que da gracias a Dios y lo perfuma con encienso por la
salud, por las riquezas, y por el reyno, ¿cómo no será blasphemo el que pone toda
su bienaventurança en el dinero, aunque sea ganado por fas o por nefas, quiero
dezir a tuerto o a siniestro? (Bernardo Pérez de Chinchón, La lengua de Erasmo
nuevamente romançada por muy elegante estilo, 1533, p. científica).
Curiosamente, la única expresión parecida que encontramos en los diccionarios,
reflejada en Autoridades en 1732 bajo la entrada derecho, es a tuertas ò à deréchas, con
el significado «modo adverbiál con que ſe explica que alguna coſa ſe execúta ſin diſcurſo
ni reflexión, ſino à bulto, y (como ſe ſuele decir) à ſalga lo que ſaliere»40.
Resumamos, finalmente, los datos que nos aportan los 1456 ejemplos analizados para
este siglo:
40
También la 22.ª edición del DRAE (DRAE 2001: s. v. tuerto) recoge esta expresión, que define como
«sin consideración ni reflexión». Para más información sobre esta expresión, cfr. cap. 7.5.3.
188
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
110
149
4
913
(62,7%)
36
1
51
(3,5%)
9
148
(10,1%)
5
16
(1%)
3
5
(0,3%)
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
ʻIzquierdaʼ
389
17
150
94
ʻIzquierdaʼ
con valor
negativo
10
2
2
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
125
1
9
‘Avieso,
malintencionado’
6
ʻFalso,
engañosoʼ
2
Adjetivo
peyorativo:
casos dudosos
49
ʻAccidente,
desgraciaʼ
22
ʻVicio, mala
costumbreʼ
19
Dudosos
13
1
A diestro y
siniestro
82
1
Prosa de
prensa y
publicidad
4
5
1
2
1
4
1
1
13
1
11
14
13
91
(6,25%)
4
6
1
37
(2,5%)
39
5
78
(5,3%)
1
15
(1%)
2
15
1
102
(7%)
El porcentaje de ejemplos que mantienen el significado ʻizquierdaʼ continúa
disminuyendo: ahora apenas supera el 65%. Se observa, por tanto, que a medida que
pasan los siglos la tendencia es la esperada.
Sin duda lo más destacable de este siglo es la constatación de la existencia del
significado ʻfalso, engañosoʼ, con unos cuantos ejemplos que no dejan lugar a muchas
dudas. Esto no quiere decir, obviamente, que este significado no pueda ser anterior a
este siglo, pues como hemos visto hay muchos ejemplos ambiguos de siglos anteriores
que, seguramente, estaban utilizados con este sentido concreto.
189
4.2.7. Siglo XVII
El número de ejemplos para el estudio de este siglo es de 75041. Empecemos a
verlos42.
Como siempre, hay varios textos en los que siniestro, con el significado ‘izquierda’,
tiene claras connotaciones negativas dentro del contexto del cristianismo:
La izquierda
es mala
para el
cristianismo
Textos
literarios
Prosa
didáctica
2
2
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
1
4
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
9
Uno de ellos está relacionado con este texto bíblico visto varias veces:
Esto mismo vio que auia de passar en la Iglesia el gran padre Iacob, quando
bendiziendo los dos hijos de Iosef su hijo y haciendolos hijos proprios, cruzó las
manos y braços sobre las cabeças de los moços, poniendo la diestra sobre Ephraim,
que era el menor y la siniestra sobre Manasses, viendo (aunque ciego) tan de lexos
que el primogenito pueblo Iudayco auia de ser el menor, y el Gentil, de quien auia
de llenarse la Iglesia, el mayor. (Fray José Sigüenza, Tercera parte de la Historia
de la orden de San Jerónimo, 1605, p. religiosa).
Volvemos a encontrar al Demonio situado a la izquierda:
Sale Laurencio, galán, medio desnudo, con capa y espada. El Angel al lado
derecho, y el Demonio al siniestro. (José de Valdivielso, Del Ángel de la Guarda.
Comedia divina. [Doce actos sacramentales y dos comedias divinas], 1622,
literario).
También tres ejemplos referentes al lugar de los condenados:
41
De los 810 casos disponibles en un principio, se han suprimido 44 ejemplos que están en latín y 16 en
los que hallamos el adverbio siniestramente.
42
Como en siglos anteriores, también hay ejemplos que se han clasificado bajo el significado ‘izquierda’
y que merecen, al menos, ser comentados: en seis casos se hace referencia al tema de la adivinación; en
dos se relaciona el lado izquierdo con la mujer; en otro se asocia la izquierda con las cosas corporales, en
oposición a las espirituales relacionadas con la derecha.
Por otro lado, también se encuentran ejemplos del pasaje de la madre de los hijos de Zebedeo, pero no
encontramos en este caso connotaciones negativas para la izquierda.
190
Ego ad sinistram pergam: mis hijos vayan a las montañas colaterales, trabajen
en tierra nueva, recogiendo su rebaño de las almas, que ya parece están a la
siniestra de su perdición, llebadas de el demonio a los montes para possessión
suya: Ad sinistram pergam. (Manuel Rodríguez, El Marañón y Amazonas. Historia
de los descubrimientos, 1684, p. de sociedad).
Y otros casos parecidos en los que la izquierda es simplemente negativa desde el
punto de vista cristiano:
El temor de Dios es el tesoro del amor, porque guarda aquellas joyas que éste
granjea. El amor nos lleva a lo mejor, el temor nos contiene en lo bueno, y como no
puede sin el positivo subsistir el comparativo, no puede sin el temor el amor. Alma,
teme, y teme cuando más amas, que en el amor puede entrar la vanidad, y torciendo
a la siniestra, perderte; pero en el temor nadie jamás se perdió. (Juan de Palafox y
Mendoza, Cartas pastorales, 1640-1653, p. religiosa).
Dejando ya a un lado la temática religiosa, hay ocho ejemplos que siguen
demostrando la visión negativa de la izquierda:
Textos
literarios
La izquierda
es mala
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
8
Total
8
En uno de ellos encontramos de nuevo la superstición referida al pie izquierdo
utilizada también en nuestros días:
Con pie siniestro y desastrado agüero
venid, y porque importa de esta suerte
de luto os vestiréis triste y grosero.
(Diego Mejía, Primera parte del Parnaso Antártico de las obras amatorias, 1608,
literario).
Este caso resulta mucho más claro que los señalados en el siglo anterior, sobre todo
gracias a la coordinación que se establece con «desastrado agüero».
Otros son, por ejemplo:
191
La próvida Moral Filosofia,
considerada la flaqueza nuestra,
no sólo con precetos nos adiestra
y con lición histórica nos guía;
pero con el adorno de Poesía
la angosta senda de virtud nos muestra,
y del ancho carril de la siniestra,
con trágicos exemplos nos desvía.
(Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo, La ingeniosa Elena (La hija de Celestina),
1614, literario).
El corazón es principio de la vida, principio de las venas (vamos ahora con lo
que siente Aristóteles, puesto que es verdadera la doctrina de Galeno, que nace del
hígado) principio de la alegría y tristeza; guarda del calor natural: está en medio del
cuerpo con perpetuo movimiento, aunque algo se inclina al lado siniestro, para
compensar con su calor la frialdad y flaqueza de aquella parte. (Cosme Gómez de
Tejada, León prodigioso, 1636, literario).
Pasando a los adjetivos en los que siniestro pierde el sentido ‘izquierda’, hay que
decir que se han obtenido para este siglo 200 casos. De nuevo los más numerosos son
los que tienen el significado de ‘infeliz, funesto, aciago’, un total de 77:
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
51
6
5
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
1
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
14
Total
77
Veamos en primer lugar algunos pasajes en los que tanto la sinonimia como la
antonimia que se establecen entre siniestro y otros conceptos confirman el significado
asignado a estos casos:
Concertado el rescate y prometido que le darían libertad traído lo que offrecía,
con buena o mala intención del Marqués Don Francisco Pizarro, Atao Hualpa
despachó a Quisquis, su General, que estaba en el Cuzco con su exército,
haciéndole saber su desdichada y siniestra suerte y cómo le auían preso los
españoles... (Fray Martín Murúa, Historia general del Perú, origen y descendencia
de los incas, a 1613, p. histórico-documental).
Empero, advierta el curioso que éstas y otras muchas dificultades, no son parte
en aquel trance para volver pie atrás: venga lo que viniera; suceda siniestra o
próspera fortuna. (Francisco de Luque Fajardo, Fiel desengaño contra la ociosidad
y los juegos, 1603, p. didáctica).
192
Echaron los astrólogos juïcios
Por las constelaciones de los astros,
De malévolos todos dando indicios
Conjeturables y siniestros rastros.
Ningunos, ¡gran dolor!, fueron propicios.
(José de Villaviciosa, La Mosquea, Poética inventiva en octava rima, 1615,
literario).
Podemos mostrar también tres fragmentos pertenecientes a tres obras distintas de
Miguel de Cervantes:
Valeroso caballero, no os despechéis ni tengáis a siniestra fortuna esta en que
os halláis, que podía ser que en estos tropiezos vuestra torcida suerte se enderezase:
que el cielo, por estraños y nunca vistos rodeos, de los hombres no imaginados,
suele levantar los caídos y enriquecer los pobres. (Miguel de Cervantes Saavedra,
Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, 1615, literario).
Ningunas nuevas me pueden ser más agradables, ¡oh hermano mío!, que ver tu
presencia; que, puesto que en el siniestro estado en que me veo ninguna
alegría sería bien que me alegrase, el verte pasa adelante y tiene excepción en la
común regla de mi desgracia. (Miguel de Cervantes Saavedra, Los trabajos de
Persiles y Segismunda, 1616, literario).
No le parecieron mal a Ricaredo las razones del español; y, llamando a consejo
los de su navío, les preguntó cómo haría para enviar todos los cristianos a España
sin ponerse a peligro de algún siniestro suceso, si el ser tantos les daba ánimo para
levantarse. (Miguel de Cervantes Saavedra, La española inglesa [ovelas
ejemplares], 1613, literario).
En cuanto al sentido ‘avieso, malintencionado’, aparece en 18 ocasiones:
‘Avieso,
malintencionado’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
5
1
1
1
1
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
8
1
18
Destacan, como siempre, los referidos a una intención, como el primero de estos
ejemplos. Vemos, además, como Cervantes utiliza el adjetivo también con este
significado:
Dorotea Dime, señora: ¿qué muestra
te ha dado tu hermano [t]al,
que sea indicio y señal
de alguna intención siniestra?
(Miguel de Cervantes Saavedra, Comedia famosa de la entretenida [Ocho
comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados], 1615, literario).
193
D. Fernando Fácil conocer se deja
que le aflige otro cuidado;
que sus años, cual él muestra,
no habrán podido dar muestra,
por ser pocos, de los hechos
que, por ser mal satisfechos,
muestran voluntad siniestra.
(Miguel de Cervantes Saavedra, Comedia famosa del gallardo español [Ocho
comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados], 1615, literario).
¿Qué se entiende christianos,
que religiosos, padres y maestros
y qué hijos y hermanos,
si os mostráis tan siniestros
con ungidos hermanos y hijos vuestros?
(Juan Valladares de Valdelomar, Caballero venturoso, 1617, literario).
Cambiando ya de significado, volvemos a encontrar ejemplos que ratifican que el
sentido ‘falso, engañoso’ expuesto en el diccionario de Terreros y Pando se puede
considerar como válido. Lo encontramos sin ambigüedades en este siglo al menos en 13
ocasiones:
Textos
literarios
‘Falso,
engañoso’
Prosa
didáctica
Prosa
científica
4
Prosa de
sociedad
3
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
6
Estos son algunos de estos casos:
Pocos dios a que despache a buen Recaudo el rresto de la Visita y quentas que
Vuestra magestad me mando tomase a Vuestras caxas y ofiçiales rreales deste
puerto y prouinçia con el padre fray Franisco de saauedra, de la horden de san
Françisco y dos testimonios de dos proçesos criminales hechos de ofiçio uno contra
Hernando de Vargas, contador que a sido de Vuestra hazienda en estas prouinçias
sobre vna siniestra çertificaçion que como tal contador dio diziendo que el dia de
su fecha estaua enterada y pagada Vuestra Real caxa del preçio de siete pieças de
esclauos no siendo asi. (Hernando Arias de Saavedra, Carta al rey, 7 de junio de
1609 [Cartas y memoriales], 1609, p. histórico-documental).
194
Total
13
Don Nuño. Noticia tengo,
no sé si ha sido siniestra,
que aguardando habéis estado
solo a mi sobrino en él,
habiendo escrito un papel
que le distes a un crïado
que nuevas de esto me dio,
y parece desafío
más que amistad...
(Luis Vélez de Guevara, El conde don Pero Vélez y don Sancho el Deseado, 1615,
literario).
No quiero daros disculpa,
que la habré de dar siniestra.
Mi sangre es, señor, la vuestra,
sacalda, y pague la culpa.
(Tirso de Molina (Fray Gabriel Téllez), El burlador de Sevilla y Convidado de
Piedra, c 1613-1617, literario).
Muchas cosas (dixo el forastero) tengo que agradeceros. La primera, admitirme
a vuestra amistad, sin reparar en enojos passados. Y la vltima, desembaraçarme la
pretension de doña Guiomar; que yo tengo en tan buen estado, que solo espera a
saber, que vos no hareis contradicion para ser mi esposa. De forma, que si supiesse
que vos consentis en nuestro casamiento, no le dilatara vn dia; mas es muger, y
temerà, que yo con el deseo que he mostrado de su mano, hare siniestra la
relacion; y assi si gustais que esto tenga efeto, vuestra letra ha de confirmar este
consentimiento. (Gabriel del Corral, La Cintia de Aranjuez, 1629, literario).
Lo sexto, reduciendo Vuestra Magestad á su obediencia las principales
Naciones deste Rio, y en especial las que habitan en sus Islas, y orillas, que son
muy belicosas, y que con valor ayudarán al que una vez reconocieren por dueño; en
que abrá poca ó ninguna resistencia por las muchas guerras que de continuo tienen,
vnas con otras, y sugeta una, lo estaràn con facilidad las demás; podrá por el
mesmo rio abaxo, mejor aun que por la mar, echar de la boca dél á qualesquiera
otros, que con siniestro título la posean, y asegurar por este camino los muchos
riquísimos frutos, y que de él se esperan, que esto se dilatará el gozarlo, lo que se
dilate el poseerlo. (Cristóbal de Acuña, uevo descubrimiento del gran río de las
Amazonas, 1641, p. de sociedad).
A nuestro parecer, estos ejemplos no dejan lugar a dudas: siniestro se utiliza aquí con
este sentido de ‘falso’ sin ninguna ambigüedad.
Comencemos ya con los casos dudosos:
Adjetivo
peyorativo:
casos
dudosos
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
30
4
5
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
2
195
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
38
13
92
Y lo primero que hay que decir es que entre estos casos dudosos existen muchos que
se pueden correponder también con el sentido ‘falso, engañoso’, pero no se han
clasificado entre ellos por no ser del todo claros. Como sucedía anteriormente, son
bastantes los empleos en los que se pueden interpretar los sentidos de ‘falso’ y
‘malintencionado’. Se trata de pasajes como este:
Lo primero, por las afrentas que los capitanes que tenía en Italia le habían
hecho; los cuales (porque el Pontífice no había luego venido en lo que ellos por su
demasiada codicia querían), habían hablado mal de su fe y voluntad, y puesto
muchas sospechas con siniestra relación cerca del César, sin mirar lo que su oficio
y honor pontifical pedía. (Fray Prudencio de Sandoval, Historia de la vida y hechos
del Emperador Carlos V, 1604-1618, p. histórico-documental).
También volvemos a encontrar nuestro término coordinado con adjetivos que lo
acercan a uno y otro significado:
Y esto baste para que se crea que no escrivimos ficciones, que no me fuera
lícito hazerlo aviéndose de presentar esta relación a toda la república de España, la
cual tendría razón de indignarse contra mí, si se la huviesse hecho siniestra y falsa.
(Inca Garcilaso (Garcilaso de la Vega, el Inca), La Florida del Inca, 1605, p.
histórico-documental).
... aunque Su Majestad no puede (como dicho es) acabar de creer que un príncipe
como él se dejase atraer a una cosa de tan mal ejemplo, si no fuese por la siniestra
y perversa información de su cardenal... (Fray Prudencio de Sandoval, Historia de
la vida y hechos del Emperador Carlos V, 1604-1618, p. histórico-documental).
En cuanto a otro tipo de empleos ambiguos, encontramos algunos casos en los que se
produce la confusión entre los sentidos ‘aciago’ y ‘malintencionado’. En este, por
ejemplo, a pesar de que se habla de suerte, los adjetivos que acompañan a siniestra nos
impiden asignarle claramente el sentido que sería más normal ―el equivalente a
desafortunada, aciaga― y nos inducen a pensar que el término podría ser compatible
con términos como perversa:
Soberbios Sarracinos,
perjuros Otomanos,
arrogantes Franceses,
inhumanos Ingleses,
arriscados y altivos Lusitanos,
aun hoy temen tu diestra,
ya quiera por la suerte cruel siniestra.
(Gabriel Lobo Lasso de la Vega, Manojuelo de romances, 1601, literario).
196
Como en siglos anteriores, también encontramos empleos peculiares de nuestro
término por tratarse de casos en los que se utiliza para calificar el aspecto o apariencia
de algo. Concretamente, hallamos tres ejemplos en los que siniestro se aplica para
describir un sonido, aunque el segundo de ellos es en realidad el mismo pasaje que
había aparecido el siglo anterior:
Cobrado el baharí, en su propio luto
o el insulto acusaba precedente,
o entre la verde hierba
avara escondia cuerva
purpúreo caracol, émulo bruto
del rubí más ardiente,
cuando, solicitada del ruïdo,
el nácar a las flores fia torcido,
y con siniestra voz convoca cuanta
negra de cuervas suma
infamó la verdura con su pluma...
(Luis de Góngora y Argote, Soledades. II, 1613-1626, literario).
Acuérdaseme ahora, que el siniestro
canto de la Corneja, y el agüero
para escaparse no le fue maestro.
(Tomás Tamayo de Vargas, Comentarios a Garcilaso, 1622, p. científica).
I bien tales enojos
Cantaron los marinos
Cuervos como adivinos,
I la garza hermosa, que volando
Al mar se fue con ligereza entrando;
I a tal presagio en fáciles caminos
Dieron corriendo los delfines muestra
I la corneja, con su voz siniestra.
(Pedro de Solís y Valenzuela, El desierto prodigioso y prodigio del desierto, c
1650, literario).
De nuevo encontramos semejanzas entre estos casos y los que tienen el significado de
‘aciago’, pero aún así parece que se trata de casos peculiares.
También en algún empleo parece haber un paralelismo entre siniestro y contrario:
Anastasio ¿Y Rosamira, la duquesa vuestra,
pone de voluntad el yugo al cuello?
[Ciudadano] 1 Nunca al querer del padre fue siniestra;
cuanto más, que se vee que gana en ello,
siendo el duque quien es.
(Miguel de Cervcantes Saavedra, Comedia famosa del laberinto de amor [Ocho
comedias y ocho entremeses nuevos nunca representados], 1615, literario).
197
Finalmente, estos son algunos pasajes en los que se utiliza el término de una forma
más vaga e imprecisa:
A uno de ellos, que una vez quería hacer siniestra justicia de un hombre, le fue
hablar el santo Fr. Martín, y díjole en secreto sus pensamientos cerca del negocio,
por donde él debiera desistir del agravio que hacía. (Fray Jerónimo Mendieta,
Historia eclesiástica indiana, c 1604, p. histórico-documental).
Quiérele, pues te adora,
y cediendo las áncoras al remo,
vuelve, vuelve a tu aurora,
y huye, huye del vasto Polifemo,
que con siniestra idea
te desestima, siendo Galatea.
(Esteban Manuel de Villegas, Eróticas o amatorias, 1618, literario).
Disimular los delitos es una clemencia siniestra y perjudicial en tierras remotas,
ibidem. (Juan de Solórzano y Pereira, Política indiana, 1648, p. jurídica).
Pasando ya a los empleos como sustantivo, estos son los ejemplos que aparecen con
el significado ‘accidente, desgraciaʼ:
Textos
literarios
‘Accidente,
desgraciaʼ
1
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
10
9
No hay mucha variedad entre los casos encontrados para este uso. De los diez, ocho
pertenecen a la misma obra y se utilizan en el mismo contexto, el de los accidentes que
pueden ocurrir en una construcción:
En edifficio tan importante conviene huir toda escaseza, sino usar de toda
liberalidad, porque más se gastaría en el menor siniestro que acontesciesse, que
quanto plomo ni hierro se puede gastar en el ediffiçio de tanta calidad. (Los
veintiún libros de los ingenios y máquinas de Juanelo Turriano, anónimo, a 1605,
p. científica).
En otro se alude a accidentes marítimos:
Los grandes y muchos inconvenientes de la mala, tardía y pessada navegación,
con la pérdida de infinita hazienda y vidas de hombres, que suscede y resulta,
lector amigo, de no ser hechos ni fabricados los nauios con el deuido cuydado,
orden, trabazón, fortaleza, cuenta, regla y medida que es necessaria y conueniente,
a lebantado mi ánimo a inquirir y procurar el remedio que en esto puede auer,
conforme a la facultad de los hombres y sus humanas fuerças, y assí por el cuydado
198
e intelligencia que en ello é puesto, aduiertiendo las mañas, considerando los
siniestros y mirando las faltas de las naos que dependen y se causan de ser mal
fabricadas, según la experiencia adquirida en el largo tiempo, muchos viajes y
varias navegaciones que é hecho, hize memoria y puse en escripto y por relación lo
más que en ello é experimentado y podido alcançar. (Tomé Cano, Arte para
fabricar y aparejar naos, 1611, p. científica).
El último no concreta a qué tipo de siniestro se refiere:
Manda Fernando al plático Maestro
del portátil castillo de madera
que el puente leuadizo como diestro
aperciba, y apreste la escalera;
y que sin rezelar ningún siniestro
embista con el muro de Antequera,
y a los quatro caudillos que van dentro,
les manda que no salgan de su centro.
(Rodrigo Carvajal y Robles, Poema del asalto y conquista de Antequera, 1627,
literario).
Con el significado ‘vicio, mala costumbreʼ han aparecido 15 ejemplos:
‘Vicio, mala
costumbre’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
9
3
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
1
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
2
Muchos de ellos se aplican a personas:
¡Oh, gran maestro aquél que comenzaba a enseñar desenseñando! Su primera
lección era de ignorar, que no importa menos que el saber. Encargaba, pues,
Antístenes a sus tirones desaprender siniestros para mejor después aprender
aciertos. (Baltasar Gracián, El Discreto, 1646, p. didáctica).
Y otros se refieren a animales:
A todas estas pláticas puso silencio un gran rumor que se levantó entre la gente,
causado del que hacía un poderosísimo caballo bárbaro, a quien dos valientes
lacayos traían del freno, sin poderse averiguar con él. Era de color morcillo,
pintado todo de moscas blancas, que sobremanera le hacían hermoso; venía en
pelo, porque no consentía ensillarse [sino] del mismo rey; pero no le guardaba este
respeto después de puesto encima, no siendo bastantes a detenerle mil montes de
embarazos que ante él se pusieran, de lo que el rey estaba tan pesaroso que diera
una ciudad a quien sus malos siniestros le quitara. (Miguel de Cervantes Saavedra,
Los trabajos de Persiles y Segismunda, 1616, literario).
199
Total
15
También se encuentran entre ellos cuatro empleos de la expresión tomar siniestro.
Dos nuevos ejemplos de Cervantes nos sirven para ver su aplicación tanto en personas
como en animales:
No sé qué tiene la virtud, que, con alcanzárseme a mí tan poco o nada della,
luego recibí gusto de ver el amor, el término, la solicitud y la industria con que
aquellos benditos padres y maestros enseñaban a aquellos niños, enderezando las
tiernas varas de su juventud, porque no torciesen ni tomasen mal siniestro en el
camino de la virtud, que juntamente con las letras les mostraban. (Miguel de
Cervantes Saavedra, El coloquio de los perros [ovelas ejemplares], 1613,
literario).
No se había curado Sancho de echar sueltas a Rocinante, seguro de que le
conocía por tan manso y tan poco rijoso, que todas las yeguas de la dehesa de
Córdoba no le hicieran tomar mal siniestro. (Miguel de Cervantes Saavedra, El
ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, 1605, literario).
Este último ejemplo es, precisamente, el que vimos reflejado anteriormente al consultar
el posible significado de tomar siniestro en el diccionario de Aniceto de Pagés.
Hay que señalar que en diez de los quince ejemplos a los que estamos haciendo
referencia el término aparece en plural.
Analicemos, para terminar, algunos empleos peculiares de nuestro término:
Textos
literarios
Dudosos
2
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
1
1
Prosa
jurídica
Total
4
Se trata de cuatro ejemplos que no pueden clasificarse dentro de ninguno de los
grupos analizados. Pero sí guardan un paralelismo con ejemplos que, en el siglo pasado,
se mostraban bajo este mismo epígrafe.
Por un lado, este empleo de siniestro parece acercarse a un uso adverbial:
200
Que si siendo mochacho
me desposé con él por simple voto,
y ahora sin empacho,
en las virtudes roto,
ando de Dios y de su amor remoto,
ciego del enemigo,
adúltero fuí á Dios, y al vicio diestro,
y así fué mi castigo
en el ojo siniestro,
porque á siniestras contra él me muestro.
(Juan Valladares de Valdelomar, Caballero venturoso, 1617, literario).
Por otro lado, en dos ejemplos volvemos a hallar la utilización de siniestro con un
sentido cercano al de ‘accidente, desgraciaʼ, pero con unas peculiaridades que parecen
diferenciarlo un poco de este significado. Son estos:
Los buenos se alegraron con esta carta, viendo cercano el remedio de los malos;
mas dábales cuidado el honoroso temor de la infamia que pudía resultar al reino en
otros, habiendo inviado el Rey un exército para castigar culpados, no sabiendo la
causa, dándola a los juicios para hacer siniestros en deshonor de Çaragoça. (Luis
Cabrera de Córdoba, Historia de Felipe II, rey de España, c 1619, p. históricodocumental).
Lloras el tierno esposo que la espuma
dejó del Oceano
y agora pisa quieto el país llano
que se acuerda de tanto Motezuma,
sin que, de vendavales
llevado, tema escollos ni arenales.
Por cuanto el carmesí de la mejilla,
más aliviada, enjuga,
y teme los siniestros de la arruga
que vienen tras el llanto y la mancilla,
siendo profanadores
de su tez, como el Austro de las flores.
(Esteban Manuel de Villegas, Eróticas o amatorias, 1618, literario).
Como en los casos vistos en el siglo anterior, parece que el sentido que toma aquí
siniestro se acerca un poco al de ‘daño, perjuicio’.
Un caso aparte lo constituye este otro ejemplo, cuya interpretación es mucho más
complicada:
Un príncipe vivo, que todo lo ve, todo lo oye, todo lo huele, todo lo toca. No
enfermaban los oídos de Vespasiano del común real achaque, adulterios de la
verdad, siniestros de la información, traiciones de la lisonja. (Baltasar Gracián, El
político don Fernando el Católico, 1640, p. científica).
201
Resumiendo los datos de los 750 ejemplos analizados para el siglo XVII, nos
encontramos con estos resultados:
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
‘Izquierda’
187
20
35
32
21
‘Izquierda’
con valor
negativo
10
2
1
4
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
51
6
5
‘Avieso,
malintencionado’
5
1
1
‘Falso,
engañoso’
4
Adjetivo
peyorativo:
casos dudosos
30
ʻAccidente,
desgraciaʼ
1
‘Vicio, mala
costumbre’
9
Dudosos
2
A diestro y
siniestro
24
1
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
170
2
467
(62,2%)
17
(2,2%)
1
14
1
8
3
4
Prosa de
prensa y
publicidad
77
(10,2%)
1
13
(1,7%)
6
5
2
38
13
1
1
2
92
(12,2%)
10
(1,3%)
9
3
18
(2,4%)
1
3
2
15
(2%)
1
4
(0,5%)
6
1
37
(4,9%)
Sin ninguna novedad destacable, en este siglo encontramos reflejados los mismos
sentidos vistos en el XVI.
202
4.2.8. Siglo XVIII
Para el siglo XVIII disponemos solamente de 264 casos43, debido entre otras cosas al
escaso número de textos literarios44.
Empecemos con la visión negativa de la izquierda en textos de carácter religioso:
Textos
literarios
La izquierda
es mala
para el
cristianismo
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
24
1
2
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
27
Encontramos varias referencias bíblicas en las que se da una visión negativa de la
izquierda. Además de alusiones a pasajes ya comentados en otros siglos, vuelve a
llamarnos la atención la interpretación negativa que se hace del pasaje en la que la
madre de los hijos de Zebedeo pide un lugar para ellos a la izquierda y a la derecha de
Cristo. Así, en una misma obra, encontramos 15 referencias negativas a este hecho:
Muger que dizes? a la siniestra de Dios pides sillas? Si? Pues no vees, que es
de los reprobos essa mano, que es de los perdidos... (Francisco Garau, El sabio
instruido de la gracia, 1703, p. didáctica).
También aparece la izquierda como lugar de los condenados, como en este ejemplo:
Mirase en la catedra de la Cruz, y en la última palabra, que pronuncia, nos avisa
que tiene dos manos Dios, derecha, y siniestra, justicia, y clemencia, mano para
los buenos, y mano para los malos; por esso no dize que encomienda su espíritu en
la mano, sino en las manos de Dios. (Francisco Garau, El sabio instruido de la
gracia, 1703, p. didáctica).
La izquierda asociada al Demonio la encontramos en:
Por los quales Espíritus, el bueno que está á la derecha, y el otro que está á la
siniestra, el Angel malo satanas, que procura siempre la desolacion y ruina
espiritual del hombre. (Diego de Torres Villarroel, Anatomía de todo lo visible e
invisible, 1738-1752, p. científica).
43
Han sido descartados en este caso 39 ejemplos que estaban en latín y 32 que se correspondían con el
adverbio siniestramente.
44
En cuanto a los casos que merece la pena señalar a pesar de que no se hayan introducido entre los que
tienen connotaciones negativas, esta vez solamente tenemos uno, en el que se relaciona la izquierda con la
mujer.
203
En otros tres textos de carácter religioso se habla también mal de la izquierda.
Veamos uno:
Y San Gerónimo sobre Daniel cap. 10. lee por jacintos, mar. Pedazos de Cielo
son no menos los males, que salen de su siniestra que los bienes que de su derecha
nos vienen. Amarguras de mar dan tal vez, pero son essas mismas otro tanto oro, y
jacintos. Todo, todo es prosperidad para el justo, lo que le viene de la mano de
Dios: Bonis mentibus etiam ipsa fiunt prospera, quae videbantur adversa.
(Francisco Garau, El sabio instruido de la gracia, 1703, p. didáctica).
No aparecen casos de connotaciones negativas en otro tipo de contextos no
religiosos, así que vayamos ya con los demás sentidos que el término adopta como
adjetivo. A pesar del escaso número de ejemplos que nos depara este siglo, el porcentaje
de pasajes de este tipo es proporcionalmente alto, pues hallamos 131 casos.
Con el significado de ‘infeliz, funesto, aciago’ encontramos 16:
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
12
3
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Aparece el mismo tipo de ejemplos que en siglos anteriores:
Muchas veces unas amenazas vagas, o concebidas en términos generales, se
determinan a qualquiera siniestro acontecimiento que después ocurra, como si
huviessen sido individual y específico pronóstico. (Benito Jerónimo Feijoo,
Theatro crítico universal, o discursos varios en todo género de materias, para
desengaño de errores comunes, II, 1728, p. didáctica).
Con tan siniestros agüeros entró Eusebio en su patria, habiendo perdido su
adorable Hardyl, expuesto a perder también la herencia de sus padres, que su tío
paterno le contrastaba. (Pedro Montengón, Eusebio, 1786, literario).
Puestos pues en aquella necesidad, aunque los pasaportes les hicieron apechugar
con ella, animados de la confianza que en ellos ponían, Hardyl, no obstante,
previno el ánimo de Eusebio para que se armase de fortaleza, que era el más fuerte
escudo que podía oponer a las armas de toda aquella gente y de todo siniestro
accidente que pudiera acontecer, ya que la suerte lo había puesto en aquel lance.
(Pedro Montengón, Eusebio, 1786, literario).
Pasando ya al significado ‘avieso, malintencionado’, encontramos 23 casos:
204
Total
16
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
15
2
1
2
1
‘Avieso,
malintencionado’
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
1
1
23
Los ejemplos son también del estilo de los anteriores. Encontramos siniestro
acompañando a adjetivos ya vistos, como intención, inclinación...:
¡Ah! no puedo dejar de admirarme al reflexionar la violenta y siniestra
intención con que el mal gusto confunde las edades y los tiempos, para prohijar y
torcer vilmente las decisiones justamente dictadas contra la lascivia de los
primitivos Teatros y sus obscenas representaciones. (Manuel de García de
Villanueva Hugalde y Parra, Manifiesto por los teatros españoles y sus actores,
1787, p. de sociedad).
¡Oh miserable humanidad! ¿No se agotarán jamás tus siniestras y malas
inclinaciones? ¿No podrá recabarlo la virtud? Destroncada una pasión, ¿habrá de
retoñar luego otra nueva? (Pedro Montengón, Eusebio, 1786, literario).
Concluida esta primera ceremonia, hace á todos en general una larga arenga, la
qual finalizada responde la Machi, como si fuese un divino oraculo, lo que se le
antoja á las preguntas, que la hacen aquellos Caciques que promovieron la
Convocatoria por sus fines siniestros y malvados. (Hipólito Ruiz, Relación
histórica del viaje a los reinos del Perú y Chile, c 1793-p 1801, p. científica).
Volvemos a encontrar en este siglo algunos ejemplos que corroboran la existencia
del significado ‘falso, engañoso’:
‘Falso,
engañoso’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
1
4
2
3
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
6
Prosa
jurídica
Total
16
El contexto en el que aparece el término no deja lugar a dudas en ejemplos como
estos:
205
Acudieron todos a donde tenían los suyos al Rey Atahualpa: esto es lo que
cuentan varios historiadores por las relaciones siniestras de los parciales de
Pizarro. Los naturales de estos Reinos escribieron cómo en realidad pasó; y se les
debe dar crédito, pues más cierto es en las cosas humanas lo que se ve, y mejor
testigo el que escribe en la Patria que el que asiste en Europa; que aunque no se
hallaron cuando sucedió, luego que nacieron, particularmente el Inga Garcilaso de
la Vega y el Licenciado Cabeza de Vaca, lo entendieron por los mismos españoles
que se hallaron en él. (Bartolomé Arzans de Orsúa y Vera, Historia de la villa
imperial de Potosí, 1702-1736, p. histórico-documental).
Registrè, que demás de las insoportables cargas generales de los Pueblos, en los
mas ay concedidas diferentes facultades de arbitrios, todos cargados en las cosas
comestibles, y especies de Millones, y de Entradas, y Sacas de cosas en los
Pueblos, y en las Telas de Sedas, Lanas, Corambres, Bayetas, y Paños, y ser
ganadas las referidas facultades con siniestras relaciones, y que aun quando lo
fueran verdaderas, (que yo por mi he reconocido, y comprobado sus falsedades) sin
embargo han sido concedidas fuera de regla de Justicia... (Francisco Máximo de
Moya Torres y Velasco, Manifiesto universal de los males envejecidos que España
padece, 1730, p. científica).
Oída la petición de Andrés Cerrato, contralto de esta Sta. Iglesia, sobre que se le
levante una barra de 5 reales impuesta por el Sr. Arcediano de Sigüenza por
haberse ausentado sin licencia de dicho señor y Procurador general e informado el
Cabildo que este ministro había dicho que le había pedido licencia al Sr.
Presidente, siendo siniestro, declaró el Cabildo por bien impuesta la barra y que el
Sr. Arcediano titular haga lo que gustare y en adelante... (Documentos sobre
música en la catedral de Sigüenza, anónimo, 1714-1750, p. de sociedad).
Las dos especies de prodigios que V.S. me propone son los phantásticos
esquadrones, vistos batallar en el aire, o como muchos dicen, en el cielo; y las
lluvias sanguíneas. El primero es frequentíssimo en las historias; el segundo, no
tanto. Duda V.S. si se deberá creer lo que de uno y otro dicen los historiadores, o al
contrario, condenarse como fábulas que tomaron de siniestras relaciones de el
vulgo. (Benito Jerónimo Feijoo, Cartas eruditas y curiosas, en que por la mayor
parte se continúa el designio de el Theatro Crítico Universal, impugnando o
reduciendo a dudosas varias opiniones comunes, I, 1742, p. didáctica).
"Dice también que en sus casamientos y parentescos de ninguna falta hacen
asco, sino de la de ser reputados por brujos." Y esto entre los visayas es
absolutamente siniestro, porque ninguna visaya de buena sangre se casará sino con
su igual, por más pobre que sea; y aunque todos sean de un color, saben muy bien
distinguirse entre ellos. (Juan José Delgado, Historia general sacro-profana,
política y natural de las islas del Poniente llamadas Filipinas, c 1754, p. históricodocumental).
Ahora bien, en otros ejemplos clasificados como casos ambiguos puede darse
también este significado:
206
Textos
literarios
Adjetivo
peyorativo:
casos
dudosos
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
22
8
3
1
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
29
13
76
Son bastantes los casos que generan ambigüedad debido a que en ellos se confunden
los sentidos de ʻmalintencionadoʼ y ʻfalsoʼ:
... y se acabó de dissuadir de su dictamen quando vio el éxito de la jornada y
conoció quán siniestros avían sido los informes que le avían hecho, nacidos de
mala intención y de dañada voluntad. (Juan de Villagutierre Sotomayor, Historia
de la conquista de la provincia del Itzá, 1701, p. histórico-documental).
También se mezclan los sentidos ʻaciagoʼ y ʻmalintencionadoʼ:
¿Qué importa que cornejas, que siniestra,
infame multitud de rudas aves
aniquile tu voz sonora y diestra,
si seminimas son para tus claves?
(Ignacio de Luzán, La Poética o reglas de la poesía en general y de sus principales
especies, 1737-1789, p. científica).
Finalmente, entre otros ejemplos más difíciles de clasificar, podemos destacar uno en
el que nuestro término se acerca al significado de ʻtorpeʼ, ya que siniestra se opone a
diestra, que a su vez se utiliza con el sentido de ʻhábilʼ:
Pero al primer golpe del acero, le volvió la muerte á su aljava; dexando su vida
por trofeo de una valiente mano, que, aunque zurda, no era siniestra, sino muy
diestra. (José Francisco de Isla, Descripción de la máscara o mojiganga, 1787, p.
histórico-documental).
Pasando ya a los empleos como sustantivo, destaca la ausencia de ejemplos con el
significado ‘accidente, desgraciaʼ. Se han hallado, en cambio, trece casos con el sentido
de ʻvicio, mala costumbreʼ:
207
‘Vicio, mala
costumbre’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
10
2
1
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
13
En todos los casos el significado está aplicado a vicios referentes a personas.
Además, señalamos que tres de las apariciones del término están en singular, como el
último de estos tres pasajes:
El blando amor de los Padres suele perder muchos ijos.
Queriéndoles bien, les azen mal.
El mas padre a de saber castigar.
Y por sí mismo; paraque sea mas suave.
Sin dejar endurecer los siniestros, que no se puedan doblar.
(Francisco Garau, El sabio instruido de la Gracia, 1703, p. didáctica).
De esto se sigue que hay muy pocos que quieran hacer estudio de su interior y
de los infinitos siniestros que en él retoñan cada día para sofocarlos o reprimirlos.
(Pedro Montengón, Eusebio, 1786, literario).
Respondo a esto y digo lo primero,
Que uso la lima contra el seno vuestro,
Por ser notorio a todo el mundo entero,
Que en él más vizios hai, que hai en el nuestro.
Fuera de esso, tanto es lo que os quiero,
Que por veros a todas sin siniestro,
Y modelos del puro Cristianismo,
Yo propio me olvido de mí mismo.
(José Francisco de Isla, El Cicerón, c 1774, literario).
El balance de los 264 ejemplos analizados en este siglo es el siguiente:
208
‘Izquierda’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
12
18
11
13
2
24
1
2
‘Izquierda’
con valor
negativo
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
12
3
‘Avieso,
malintencionado’
15
2
1
2
‘Falso,
engañoso’
1
4
2
3
22
8
3
Adjetivo
peyorativo:
casos dudosos
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
24
2
82
(31%)
27
(10,2%)
16
(6%)
1
‘Vicio, mala
costumbre’
10
2
1
A diestro y
siniestro
3
4
3
1
1
1
16
(6%)
6
1
29
23
(8,7%)
13
76
(28,7%)
13
(4,9%)
1
11
(4,1%)
El escaso número de ejemplos encontrados dificulta la tarea de sacar unas
conclusiones reales de los resultados de este siglo. No obstante, es muy llamativo el
gran descenso que sufren los casos con el significado ʻizquierdaʼ, que apenas
sobrepasan el 40%. Parece que siniestro, poco a poco, deja de identificarse con el
sentido espacial.
En cambio, casi la mitad de los ejemplos de este siglo XVIII se corresponden a
empleos como adjetivo con significado peyorativo, entre los que encontramos una vez
más varios casos con el significado ʻfalso, engañosoʼ.
209
4.2.9. Siglo XIX
Para este siglo volvemos a contar con un buen número de ejemplos: en concreto,
129545. Lo primero que llama la atención es que tan solo encontramos 197 casos en los
que siniestro mantiene el significado ʻizquierdaʼ sin ninguna connotación. Vayamos,
pues, con el análisis minucioso de todos los demás casos.
El número de ejemplos en los que el sentido ʻizquierdaʼ encierra connotaciones
negativas se ve muy reducido en este siglo, debido en gran parte a que también escasean
los textos de temática religiosa. Tan solo hallamos tres casos de este tipo:
Textos
literarios
La izquierda
es mala
para el
cristianismo
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
2
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
3
1
En dos de ellos, dos textos pertenecientes a sendas obras del Duque de Rivas, se
relaciona la izquierda con el demonio. Este es uno de ellos:
Rugiero. A la escasa luz que asoma
entre los rotos nublados,
veo dos senderos trillados:
¿Cuál será?...
Ángel de la guarda. Rugerio, toma
el de la derecha.
El demonio. Sigue
el de la siniestra, amigo.
(Duque de Rivas (Ángel de Saavedra), El moro expósito o Córdoba y Burgos en el
siglo décimo, 1834, literario).
En este otro se alude al Juicio Final:
Y allí, por último, sobre el dicho retablo, en el cascarón de la bóveda, hay un
Juicio final, verdaderamente dantesco, que parece concebido por Giotto. ¡Aquel
grupo de resucitados blancos que sube hacia la diestra del Dios Padre, y aquel otro
grupo de resucitados negros que marcha lúgubremente por la siniestra, son
interesantes y bellos hasta lo sumo para los que en el arte buscamos algo más que
forma o postura académica y realidad anatómica! (Pedro Antonio de Alarcón, Dos
días en Salamanca [Viajes por España], 1878, p. de sociedad).
45
Se han tenido que descartar un total de 57 ejemplos: en 37 encontrábamos el adverbio siniestramente,
12 de ellos estaban en latín, en 6 aparecía el adjetivo sinistrorso, en otro hallábamos siniestrado y otro
estaba en italiano.
210
Vayamos ya con los adjetivos de significación negativa, que son muy abundantes en
este siglo, pues se han encontrado nada menos que 938 casos. Siguiendo el orden
establecido para los siglos anteriores, empecemos por el sentido de ʻinfeliz, funesto,
aciagoʼ:
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
48
2
3
5
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
30
Total
88
Como siempre, solemos encontrar en estos casos el adjetivo acompañando a
sustantivos relacionados con los presagios, los presentimientos...:
Entonces excitaba el enojo y no la compasión: huían de ella las religiosas como
se evita el encuentro de una ave de siniestro augurio, advirtiéndose secretamente
los tránsitos y corredores por donde se paseaba, a fin de que ninguna tropezase con
tan desagradable objeto. (Ramón López Soler, Los bandos de Castilla o El
caballero del cisne, 1830, literario).
Por doquiera que fué le fué cercando.
Odio de su nación supersticiosa
Por el temor de sus siniestros hados...
(José Zorrilla, Granada. Poema oriental, 1852, literario).
Aún dudé; subí a mi casa, encontrela desierta; supe de boca de algunos vecinos
consternados la verdad, tal como Juan de Dios me la había dicho, y ciego de ira,
con el alma llena de presentimientos siniestros, y de inexplicables angustias,
marché hacia el centro de Madrid, sin saber a dónde me encaminaba, y sin que me
fuera posible discurrir cuál partido sería más conveniente en tales circunstancias.
(Benito Pérez Galdos, El 19 de marzo y el 2 de mayo, 1873, literario).
En estos otros dos casos la prueba de la sinonimia nos confirma el sentido asignado:
Tambien es dificultad el pintar las primeras impresiones que recibe un viajero
novicio al entrar por primera vez en Paris. Por de contado no se la causó muy
agradable á Tirabeque el saber que entrábamos por la barrera del Infierno, antes lo
tuvo por signo algo siniestro y aciago. (Modesto Lafuente, Viajes de fray Gerundio
por Francia, Bélgica, Holanda y orillas del Rhin, 1842, p. de sociedad).
Visto pues el desembarco de Mora y Cañas a través de ese lente que iluminaba
los acontecimientos, fue Elisa presa de fúnebres y siniestros presentimientos que la
desesperaron. (Manuel Argüello Mora, Elisa Delmar [La trinchera y otras páginas
históricas], 1899, p. histórico-documental).
211
Por último, en este pasaje de Galdós encontramos otra de las pruebas
complementarias, la de la antonimia, pues siniestro se opone en este caso a dichosos:
Aquel día, que tan siniestro se presentaba, y que la aparición de Benina trocó
en uno de los más dichosos, Obdulia y Frasquito, en cuanto comprendieron que
estaba resuelto el problema de la reparación orgánica, se lanzaron a cien mil leguas
de la realidad, para espaciar sus almas en el rosado ambiente de los bienes fingidos.
(Benito Pérez Galdós, Misericordia, 1897, literario).
Pasemos ya al sentido ʻavieso, malintencionadoʼ:
‘Avieso,
malintencionado’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
32
8
7
4
3
1
34
Prosa
jurídica
Total
89
El número de ejemplos hallados es casi idéntico al del sentido anterior. En la mayoría
aparecen sustantivos como intención u otros que equivalen a planes, fines siniestros:
¿Crees que no te he visto con los ojos azorados, la boca torcida, como en la
convulsión de un epiléptico, acariciar la intención siniestra de prender fuego a la
casa? (Manuel T. Podestá, Irresponsable. Recuerdos de la Universidad, 1889,
literario).
No te alarmes, chica; pero es indudable que ese sujeto tiene planes siniestros
contra tí. (José María Pereda, La Montálvez, 1888, literario).
El pretexto laudable de servir bajo las banderas de la República con que estos
oficiales cubrían sus miras siniestras de trastornar el orden, no pudo hacer vacilar a
V. S. en la resolución de unir sus esfuerzos a los nuestros para cortar los males que
nos amenazan. (José Joaquín Olmedo, Al General Sucre [Epistolario], 1822, p.
histórico-documental).
En estos encontramos también la prueba de la sinonimia:
Meditando sobre la pena de muerte, es imposible no preguntar si no debe haber
algún vicio en la teoría de una ley cuya práctica lleva consigo la creación de un ser
que inspira horror y desprecio; de una criatura degradada, vil, siniestra, cubierta de
una ignominia que no tiene semejante. (Concepción Arenal, El reo, el pueblo y el
verdugo o la ejecución pública de la pena de muerte, 1867, p. de sociedad).
... a pesar de que no faltó quien con siniestros y malignos propósitos lo azuzase
contra los impíos y profanadores de sepulturas. (Joaquín Costa, Historia crítica de
la revolución española, c 1875, p. histórico-documental).
212
Con el significado de ʻfalso, engañosoʼ solamente encontramos seis ejemplos que no
ofrecen ambigüedades:
Textos
literarios
‘Falso,
engañoso'
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
1
2
2
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
6
Ya que se trata de un significado cuya aceptación suscita ciertas dudas, veamos los
seis ejemplos de los que disponemos:
Díganme en primer lugar: ¿es calumnia ó juicio siniestro anunciar que hay
fuego, donde se vé que hay humo? (Fray Francisco Alvarado, Cartas críticas del
Filósofo Rancio, II, 1811-1813, p. didáctica).
Mas como las verdades descubiertas por los primeros hombres pudieron
comunicarse de unos á otros por medio de la palabra, y conservadas despues en la
memoria, pasar de una en otra generacion, sucedió que la tradicion fuese tambien
un medio, aunque imperfecto, de alcanzar la verdad; y le llamaron imperfecto
porque, sobre el riesgo de la mala expresion ó de la siniestra inteligencia de los
que trasladaban ó recibian la tradicion, siendo la memoria el depositario y
conductor de las verdades, visto es cuán expuesto estaba el medio á falibilidad y
olvido. (Melchor Gaspar de Jovellanos, Memoria sobre la educación pública, a
1808, p. científica).
El verdadero objeto de la retórica es la aplicacion del arte de hablar á los varios
modos de hablar ó de decir. Es verdad que la elocuencia admite, ó mas bien
requiere, un estilo figurado; pero ni las figuras del estilo salen de la jurisdiccion de
la gramática, ni hay alguno tampoco que no pertenezca á la de la retórica. Una y
otra emplean un mismo instrumento y unos mismos elementos ó signos, y si se
distinguen, es solo en el modo de aplicarlos.
De aquí es que nada ha dañado tanto á la elocuencia castellana como la idea
siniestra de su naturaleza y objeto, dando mas valor á sus accidentes que á su
sustancia; haciéndola casi consistir en la doctrina de los tropos, y cargando sobre
los accesorios el estudio y cuidado que debiamos á su principal objeto. (Melchor
Gaspar de Jovellanos, Memoria sobre la educación pública, a 1808, p. científica).
Tiene dos ojos solamente en el lugar comun de los demás Animales: y aunque
hán querido decir, que tiene otros dos ázia las Agallas, há sido siniestro informe:
porque allí se vé vn huesecillo negro con sus dos zejas, como pintadas, al modo de
ojos naturales; pero ni son ojos verdaderos, como vnos quieren, ni respiraderos,
como otros dicen, pues ni se halla aber tura alguna en aquellos lugares, ni se hallan
las par tes, que vn ojo verdadero requiere. (Joaquín Martínez de Zúñiga, Estadismo
de las Islas Filipinas, 1803-1806, p. de sociedad).
Era la intención de Losada llegar a sus fines más bien por los medios de la paz y
la conciliación que por los de la violencia y el rigor; sin emplear en otra cosa las
armas que en la propia defensa y seguridad. Cuantos indios se cogían en el campo
volvían a su libertad agasajados, instruidos y vestidos; mas aunque daban señales
213
de agradecimiento, tardó poco la experiencia en demostrar que no hacían otro uso
de la generosidad de los españoles que el de volver a sus ardides para incomodarlos
o el de formar nuevas coaliciones para combatirlos; hasta que, desengañado Losada
de que su moderación no hacía más que darle un siniestro concepto de sus fuerzas,
se resolvió a valerse de ellas para hacerse respetar. (Andrés Bello, Resumen de la
historia de Venezuela, 1810, p. histórico-documental).
... y no puedo dejar de sentir el engaño que se ha padecido y obligado a carta tan
dura por haberse hecho siniestra relacion al consejo, pues en nada, se le ha dicho
la verdad y ordinariamente tienen este defecto informes de la ciudad... (José
Sánchez Arjona, oticias referentes a los Anales del Teatro en Sevilla desde Lope
de Rueda hasta fines del siglo XVII, 1898, p. de sociedad).
Y pasemos ya a la mayor sorpresa que nos depara este siglo. Habíamos comentado
en siglos anteriores la presencia de ejemplos en los que siniestro, ocasionalmente, se
utilizaba para caracterizar la impresión producida por una imagen o un sonido. Pues
bien, el número de ejemplos de este tipo en el siglo XIX se eleva hasta los 503, como
vamos a ver a continuación:
ʻQue
provoca
repulsión o
temor por su
aspectoʼ
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
398
12
16
32
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
45
Total
503
El sentido que adopta siniestro en estos casos puede definirse como ʻque provoca
repulsión o temor por su aspectoʼ. Es un significado totalmente diferente a los otros tres
ya establecidos, se basa en las sensaciones que algo determinado nos produce al ser
captado por nuestros sentidos: aunque generalmente se utiliza referido a cosas
percibidas por la vista, también se utiliza para sonidos o incluso sensaciones más
abstractas, como vamos a ver.
Lo mejor es ver una buena muestra de los ejemplos que se han encontrado.
Empezaremos por los que se refieren al aspecto de una persona. Algunos lo hacen de un
modo general:
En este momento las puertas de la habitación se abrieron de par en par, y dos
hombres vestidos de negro, de siniestro aspecto y con traza de alguaciles, entraron
en el aposento. (José de Espronceda, Sancho Saldaña o El Castellano de Cuéllar,
1834, literario).
214
Cuando el pobre viejo llegaba a este punto de su narración, entraron en la venta
dos enterradores de siniestra figura y aspecto repugnante. (Gustavo Adolfo
Bécquer, La venta de los gatos [arraciones], 1862, literario).
Instantáneamente apareció junto a la mesa del abogado un hombre de siniestra
catadura, hasta entonces oculto en un rincón. No vestía como los labriegos, sino
como persona de baja condición en la ciudad: chaqueta de paño negro, faja roja y
hongo gris: patillas cortas, de boca de hacha, redoblaban la dureza de su fisonomía,
abultada de pómulos y ancha de sienes. Unos de sus hundidos ojuelos verdes
relucía felinamente; el otro, inmóvil y cubierto con gruesa nube blanca, semejaba
hecho de cristal cuajado. (Emilia Pardo Bazán, Los pazos de Ulloa, 1886, literario).
En otros casos se hace referencia a una parte concreta de su físico:
La misma edad que su señor tendría;
era de cuerpo chico y tosco empaque;
su faz, siniestra y áspera; sus ojos,
en extremo mezquinos y vivaces.
(Duque de Rivas (Ángel de Saavedra), El moro expósito o Córdoba y Burgos en el
siglo décimo, 1834, literario).
Paróse aquí el inspirado varón, arqueó las cejas con siniestro mirar, dio un
golpe en el pavimento con su nudoso báculo y permaneció suspenso largo espacio,
insensible a las reiteradas instancias del asustado monarca, que puesto en pie y
descubierta su cabeza, pendía de su boca, ni más ni menos que el reo que espera oír
de la boca de su juez la temida sentencia. (Mariano José de Larra, El doncel de don
Enrique el Doliente, 1834, literario).
Y lanzó una carcajada siniestra, que hizo temblar a María. (Emilio Castelar,
Ernesto: novela original de costumbres, 1855, literario).
Se podría decir que los casos en los que lo calificado de siniestro es una risa o una
mirada están cercanos al sentido de ʻmalintencionadoʼ, pues no es imposible decir, por
ejemplo, le lanzó una mirada malintencionada. De todas formas, el análisis de los
ejemplos análogos a los que se acaban de exponer parece certificar que el empleo de
siniestro obedece más a la idea de calificar el aspecto de estas acciones que su finalidad
o su intención, por lo que se ha decidido clasificar los pasajes de este tipo como
ejemplos normales de este nuevo sentido que estamos analizando.
También hay casos referidos a animales:
De vez en cuando algún mochuelo, proyectando con sus negras alas una triste
sombra, cruza alrededor de la luz; otras veces una siniestra lechuza aletea
fuertemente para apagar aquellos moribundos resplandores. (Emilio Castelar, La
hermana de la caridad, 1862, literario).
215
Por otro lado, abundan los ejemplos en los que el elemento caracterizado de siniestro
es cualquier sonido:
Pero a mí me pareció escuchar aquellos acordes temerosos de la orquesta que
acompañan el canto de Sparafucile y oír su voz siniestra que me decía con un
acento de horrible sarcasmo... (Gustavo Adolfo Bécquer, Un lance pesado
[arraciones], 1863, literario).
Dijo, y, con ademán de tragedia, salió del cuarto, pronunciando algunos ternos,
que retumbaron con siniestro eco por toda la casa. (Benito Pérez Galdós, Rosalía,
c 1872, literario).
Sólo el grillar de los insectos nocturnos turbaba aquel silencio de los bosques;
pero de tiempo en tiempo el bujío, guardián de las negras espesuras, revoloteaba a
mi alrededor, haciéndome oír su silbido siniestro. (Jorge Isaacs, María, 1867,
literario).
O un lugar:
Hacía rato que andaba don Eduardo por aquel siniestro recinto, cuya atmósfera
parecía impregnada del hedor que arrojan en un templo las hachas apagadas
después de unos funerales, cuando el lúgubre sonido de una campana que doblaba
a muerto oyóse como si resonara por las bóvedas de un cementerio. (Wenceslao
Ayguals de Izco, La Bruja de Madrid, 1850, literario).
El calabozo, como el desierto, y como el mar, tiene sus mirajes. El débil
crepúsculo que penetra al través de sus rejas, favorece la ilusión. Abrumado por la
soledad, el huésped de esa morada siniestra se forja sueños de gloria y poderío que
por lo común no tiene más realidad, que la que la imaginación les presta. (Miguel
Luis Amunátegui Aldunate, La dictadura de O'Higgins, 1853, p. históricodocumental).
No en vano tampoco los cinco ranchos que enlazaban el de Rojo con las demás
casas de la población se encontraban siempre deshabitados; sin duda nadie había
querido ocupar aquellas barracas siniestras, contaminadas por la inmediata
vecindad del hombre ignominia. (Emilia Pardo Bazán, La piedra angular, 1891,
literario).
Estos son otros ejemplos en los que encontramos una variedad de elementos
calificados con este adjetivo:
Empieza a inflamarse la lámpara con un color rojizo y siniestro, con cuyo
resplandor se colora todo el teatro. (José Zorrilla, El zapatero y el rey, segunda
parte, 1841, literario).
El primer rayo de luz que penetró en su estancia lució para él no menos
siniestro que luce para el reo que está en capilla aquel que le anuncia el día
postrero. (Antonio Cánovas del Castillo, La campana de Huesca. Crónica del s.
XII, 1852, literario).
216
EL HAMBRE UNIVERSAL
Difícil parece escoger un título más siniestro. Pero es que las amenazas de
algunos sabios son formidables. (José Echegaray, Ciencia popular, c 1870-1905, p.
científica).
Veamos ahora el adjetivo aplicado a conceptos más abstractos:
Una lluvia de aplausos siniestros y amenazadores ahogaba la voz del osado
catedrático. (Domingo Faustino Sarmiento, Facundo. Civilización y barbarie,
1845-1874, literario).
Aurora ¿Qué tienes, Gabriel mío? En tu semblante
en tus palabras y ademanes noto
siniestra agitación.
(José Zorrilla, Traidor, inconfeso y mártir, 1849, literario).
Entre tanto, un siniestro silencio reinaba en el ala derecha de la división Lynch,
que hacía larga media hora tenía empeñada la batalla. (Benjamín Vicuña
Mackenna, La campaña de Lima, 1881, p. histórico-documental).
También podemos ofrecer para estos casos la prueba de la sinonimia. Los adjetivos
que aparecen coordinados a siniestro en estos tres casos tienen un significado análogo al
expuesto arriba:
Sus enrojecidas murallas, y la gótica grandeza de su arquitectura, hacían de él
un objeto algo lúgubre y siniestro, y no pocas veces al divisarlo repentinamente
hacia la noche descollando sobre los silvestres olmos con sus agujas y puntiagudas
almenas, creyó ver el asombrado peregrino un gigante etíope en medio de aquel
espantoso desierto. (Ramón López Soler, Los bandos de Castilla o El caballero
del cisne, 1830, literario).
Parecía la noche más oscura, más tenebrosa y siniestra que la anterior. (Benito
Pérez Galdós, Juan Martín el Empecinado, 1874, literario).
Proseguía el hervor de la imaginación sobreexcitada: miró por la ventana, y el
paisaje le pareció tétrico y siniestro: verdad es que entoldaban la bóveda celeste
nubarrones de plomo con reflejos lívidos, y que el viento, sordo unas veces y
sibilante otras, doblaba los árboles con ráfagas repentinas. (Emilia Pardo Bazán,
Los pazos de Ulloa, 1886, literario).
Todos estos ejemplos confirman la existencia de este sentido. Obviamente, lo que
más llama la atención es el hecho de encontrar tantos casos de este tipo en este siglo,
mientras que en los anteriores solo encontrábamos algunos ejemplos aislados. No hay
que olvidar que nos encontramos en el siglo del Romanticismo, época en la que destaca
el gusto por lo tétrico, lo lúgubre, lo siniestro.... De hecho, podemos apreciar en la tabla
anterior que una gran parte de los pasajes expuestos pertenecen a textos literarios.
217
Para terminar con los usos adjetivos de siniestro en este siglo, hay que comentar
como siempre los casos ambiguos y dudosos:
Adjetivo
peyorativo:
casos
dudosos
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
143
5
13
16
3
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
67
5
252
También encontramos un gran número de pasajes de este tipo, bien sea porque hay
empleos en los que no podemos asegurar con cuál de los cuatro sentidos comentados
hasta ahora está utilizado el término, bien porque se trata de usos muy concretos,
aislados y personales de un autor.
Como sucedía en siglos anteriores, hay bastantes casos en los que se confunden los
sentidos de ʻmalintencionadoʼ y de ʻfalsoʼ. Por ejemplo:
Hice una exposicion de mi conducta y principios literarios y políticos,
semejante á la que llevo hecha en esta Memoria; expliqué largamente el genuino y
verdadero sentido que tenian en mis escritos las palabras libertad, tiranía, y demás
frases relativas á gobierno; y protesté que así deberian entenderse, y no en la
siniestra interpretacion que daban mis enemigos á estos pasajes, por ignorancia y
mala fe, para perderme. (Manuel José Quintana, Memoria sobre el proceso y
prisión de D. Manuel José Quintana en 1814, 1818, p. histórico-documental).
El sentido de ʻmalintencionadoʼ también se puede confundir con el de ʻaciagoʼ en
algunos casos:
De todas maneras, esta última fuerza casi no se emplea al principio más que en
la industria destructora y siniestra de la guerra, ó, si se quiere, en la industria
productora de sangre ó de muerte. (José Echegaray, Ciencia popular, c 1870-1905,
p. de sociedad).
También con el nuevo sentido establecido para este siglo, ʻque provoca repulsión o
temor por su aspectoʼ, aparecen ambigüedades. En algunos casos se producen al
confundirse con ʻmalintencionadoʼ, como en los ejemplos en los que no sabemos si el
autor se refiere al carácter de una persona o a su aspecto:
Y en estas no faltó quien conociese de vista o de oídas a Torquemada el Peor,
célebre en ciertas zonas malsanas y sombrías de la sociedad. Villalonga y
Severiano Rodríguez, que tenían de él noticias por su desgraciado amigo Federico
Viera, pintáronle como un usurero de sainete, como un ser grotesco y lúgubre, que
218
bebía sangre y olía mal. Quién decía que la altanera y egoísta Cruz había
sacrificado a su pobre hermana, vendiéndola por un plato de sopas de ajo; quién
que las dos señoras, asociadas con aquel siniestro tipo, pensaban establecer una
casa de préstamos en la calle de la Montera. (Benito Pérez Galdós, Torquemada en
el purgatorio, 1894, literario).
... la administración derrocada era para ellos una negra trinidad: el presidente
Bustamante y sus dos siniestros ministros, Facio y Alamán, delante de ellos
surgiendo del infierno la satánica figura del Judas Picaluga y, entre esa sombra y
esa sima, el cadáver de Guerrero acribillado de balas mexicanas. (Justo Sierra,
Evolución política del pueblo mexicano, 1900-1902, p. histórico-documental).
El nuevo sentido referido al aspecto está, por otra parte, fuertemente relacionado con
el de ʻaciagoʼ, pues muchas veces son las propias cosas de aspecto siniestro las que
presagian desgracias o producen mal agüero. Lo vemos de forma muy explícita en estos
ejemplos, donde no sabemos si el adjetivo está utilizado en uno u otro sentido:
Jamás había visto animales más formidables y feroces. La vista de uno de ellos
le había causado una impresión siniestra y de mal agüero, cosa que suele acaecer
entre los de su profesión, que se creen salvos y seguros si de aquél libran bien, sin
cuidarse de los demás de la corrida. (Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber), La
gaviota, 1849, literario).
Un triste y siniestro pensamiento llenó desde aquel instante su alma, présago de
las más funestas desgracias. (Rosalía de Castro, La hija del mar, 1859, literario).
Por último, se han encontrado algunos ejemplos muy difíciles de clasificar en los que
siniestro acompaña a sustantivos poco frecuentes. Se trata de usos muy personales y
concretos del término de los que no podemos extraer unas claras conclusiones:
Octavio ha pasado la noche encerrado en su estancia por el resentimiento; yo,
atormentada por el insomnio, no he logrado olvidar hasta el alba mis penas. Mi
breve sueño aumentó mis dolores morales, pues al despertar, sintiendo siniestro
peso sobre mi oprimido corazón me pregunté a mí misma... (Virginia Auber Noya,
Ambarina: Historia doméstica cubana, 1858, literario).
Mi intento proteged!... Mi osada diestra
Armad ¡oh Genios! del astuto lazo,
Que el cuello oprime con virtud siniestra,
Y arrebata el vigor al fuerte brazo.
(Juan Justiniano y Arribas, Roger de Flor. Poema Heróico, 1865, literario).
Pasemos ya a los empleos como sustantivo. Mientras que en el siglo XVIII no
aparecía ningún pasaje haciendo referencia al sentido ʻaccidente, desgraciaʼ, en este se
han hallado 84 ejemplos:
219
‘Accidente,
desgraciaʼ
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
17
1
9
4
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
1
12
40
84
Como en anteriores ocasiones, se utiliza el sustantivo siniestro para referirse a toda
clase de accidentes. Veamos ejemplos variados:
La fragata peruana Amazonas y el vapor Loa han naufragado. Ignóranse aún los
pormenores de este siniestro, del que, sin embargo, no puede dudarse, habiéndose
recibido la noticia por diferentes conductos: sólo sabemos que el Gobierno peruano
ha hecho prender a los capitanes de estos buques para abrir una información
facultativa. (Gustavo Adolfo Bécquer, Artículos y escritos diversos, a 1870, p.
didáctica).
Cierto es también que el ciclista puede caerse, pero será una caída individual,
digna y solitaria, sin las promiscuidades repugnantes de un descarrilamiento ó de
un choque en ferrocarril.
¡Caer revuelto con masas humanas desconocidas? con seres prosáicos, entre
maletas, sacos de noche, astillas de los coches y agua hirviente de la caldera, en el
caos del siniestro, es caída triste y lastimosa, en que ni á salvo queda la dignidad!
(José Echegaray, Ciencia popular, c 1870-1905, p. científica).
El caballo del primer jinete hirió con sus patas delanteras en la cabeza a una
mujer. Espoleado briosamente, dio un salto en retirada, pero retrocedió de pronto,
volviendo a quedar entre la muchedumbre, que le rodeó decidida a destrozar
caballo y caballero, principiando por los insultos y siguiendo a los insultos las
obras. Pero el segundo, o sea el gigante, desmontándose ligeramente, empezó a
puñadas con todos los que hubo a mano, de tal manera y con tanta presteza en dar y
recibir, que se armó una contienda espantosa. ¡Y el alcalde, aquel varón destinado
por la sociedad y aun por Dios remediarlo todo, a aplacar el tumulto, a castigar a
todo culpable, a convertir el mundo en una balsa de aceite, no podía llegar, a causa
del gentío, al lugar del siniestro! (Benito Pérez Galdós, Gloria, 1876-1877,
literario).
En la noche del 17 de abril de aquel año estalló un violento incendio en las
casas situadas en la Puerta del Sol, frente a la casa de Correos, tomando desde el
principio tan crecidas proporciones, que muy luego pudieran augurarse los más
funestos resultados.
Al tañido de las campanas acudieron, como de costumbre, las autoridades
municipales y sus dependientes, con los cortos medios que entonces contaban para
combatir tales siniestros. (Ramón de Mesonero Romanos, Memorias de un
setentón, 1880-1881, p. histórico-documental).
Algo importante que comentar en este siglo con respecto a este sentido de siniestro
es su presencia en contextos pertenecientes al ámbito jurídico, concretamente al terreno
de los seguros. Hemos visto que en las últimas ediciones del DRAE se hace referencia a
220
una acepción diferenciada del término cuando se emplea en este tipo de contextos. Pues
bien, se han hallado bastantes ejemplos con estas características. Se incluyen dentro de
este grupo de ejemplos porque en la mayoría de estos casos no parece que el sentido de
siniestro varíe con respecto a otros ejemplos como los que acabamos de ver:
Las indemnizaciones concedidas ó debidas al propietario de los inmuebles
hipotecados, bien por la aseguracion de estos ó de los frutos, siempre que haya
tenido lugar el siniestro despues de constituida la hipoteca, ó bien por la
expropiacion de terrenos por causa de utilidad pública. (Ley Hipotecaria de 8 de
febrero de 1861, anónimo, 1861, p. jurídica).
Los peritos decidirán: 1.º Sobre las causas del incendio. 2.º Sobre el valor real
de los objetos asegurados, el día del incendio, antes de que éste hubiere tenido
lugar. 3.º Sobre el valor de los mismos objetos después del siniestro, y sobre todo
lo demás que se someta á su juicio. (Código de comercio, anónimo, 1885, p.
jurídica).
Sí hay algunos de estos ejemplos en los que se utiliza el término de un modo
peculiar. Veamos estos dos casos extraídos de un mismo tratado:
Es decir que, aun cuando esencialmente y en definitiva la producción dé un
beneficio, accidentalmente puede suceder, y en efecto sucede, todo lo contrario:
sucede unas veces que apenas da lo suficiente para cubrir los gastos; otras que deja
un déficit más o menos considerable y se resuelve en una pérdida positiva.
Las causas de esta pérdida son muchas y muy diversas, pero todas ellas se
reducen a dos clases: voluntarias o dependientes de la voluntad humana, e
involuntarias o ajenas a nuestra voluntad. -Estas últimas toman el nombre genérico
de azar o de riesgos, llamándose siniestros a las pérdidas que ocasionan en la
industria. (Mariano Carreras y González, Tratado didáctico de economía y política,
1881, p. científica).
El seguro, en efecto, es, como hemos visto en otro lugar un medio de compensar
los siniestros, o sea las pérdidas ocurridas en la producción por causas o
involuntarias o imprevistas, y puede aplicarse a toda clase de riesgos ora procedan
de la Naturaleza, ora de los hombres. (Mariano Carreras y González, Tratado
didáctico de economía y política, 1881, p. científica).
En estos dos ejemplos parece emplearse siniestro con un sentido más acotado, más
concreto, referido solamente a los daños producidos en un negocio. Aunque en el
primero de ellos no se establece una relación directa con la cobertura de un seguro, en el
segundo sí vemos explícita esa relación.
De todos modos, son mayoritarios los casos en los que siniestro, dentro de este tipo
de contextos relacionados con la prosa jurídica, sigue empleándose con el mismo
sentido que se utiliza en otro tipo de contextos, y habrá que esperar al análisis de más
ejemplos del siglo XX para establecer unas conclusiones más determinantes.
221
Para terminar, los últimos ejemplos que quedan por señalar son los pertenecientes al
sentido ʻvicio, mala costumbreʼ, tanto en su utilización normal como en la expresión
tomar siniestro.
Textos
literarios
ʻVicio, mala
costumbreʼ
Prosa
didáctica
1
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
2
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
4
Con el empleo normal del sustantivo solamente encontramos un caso, un comentario
de un salmo bíblico:
Ellos de sus promesas y alianza
Depositarios fueron,
Y fieles á tan alta confianza
Siempre correspondieron,
Observando su ley. Tú, Señor nuestro,
Tú, ó Dios, los escuchaste,
Y aunque blando á su voz, cualquier siniestro
Rigoroso vengaste.
(Tomás José González Carvajal, Traducción de "Los Salmos", IV traducidos
nuevamente al castellano en verso y prosa conforme al sentido literal y a la
doctrina de los Santos Padres con notas sacadas de los mejores intérpretes, y
algunas disertaciones, 1819, literario).
La expresión tomar siniestro aparece en tres ocasiones:
Así el Príncipe manifestó las miras interesadas con que había concurrido a la
libertad de su padre, y empezó a ponerle en casi tantos disgustos y desaires como
los que había recibido antes de los infantes y de los grandes. (167) "E como quiera
que estas cosas eran muy graves de sufrir al Rey, e parescían muy feas de
demandar al Príncipe, con todo eso temiendo que el Príncipe tomase algún
siniestro, de que al Rey se siguiese algún gran deservicio, dio lugar a todo ello e
otorgó todo lo que le fue demandado. (Manuel José Quintana, Vidas de Vasco
úñez de Balboa, Francisco Pizarro, Álvaro de Luna y Bartolomé de las Casas
[Vidas de los españoles célebres], 1832, p. histórico-documental).
Por lo menos le habrán librado de las estacas de los yangüeses; pues entonces
no habrá tomar mal siniestro; y esto es no poco servirle. (Juan Montalvo, Las
catilinarias, 1880-1882, p. científica).
Le mataron la mula; esto sobra para su fama. De suerte que si los yangüeses le
hubieran acabado de matar a Rocinante cuando este joven tomó mal siniestro con
sus yeguas, ¿don Quijote se hubiera tenido por el más valeroso de los caballeros a
causa de la muerte de su buen amigo? (Juan Montalvo, Las catilinarias, 18801882, p. científica).
222
Como vemos, los cuatro empleos están en singular.
Este es el resumen de los 1295 ejemplos analizados para el siglo XIX:
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
‘Izquierda’
130
4
6
1
2
1
52
1
197
(15,2%)
‘Izquierda’
con valor
negativo
2
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
48
2
3
5
‘Avieso,
malintencionado’
32
8
7
4
1
2
‘Falso,
engañoso’
3
(0,2%)
1
30
88
(6,7%)
34
89
(6,8%)
2
1
6
(0,4%)
45
503
(38,8%)
ʻQue provoca
repulsión o
temor por su
aspectoʼ
398
12
16
32
Adjetivo
peyorativo:
casos dudosos
143
5
13
16
‘Accidente,
desgraciaʼ
17
1
9
4
‘Vicio, mala
costumbre’
1
A diestro y
siniestro
45
3
3
1
2
9
2
1
67
5
252
(19,4%)
12
40
84
(6,4%)
4
(0,3%)
1
3
8
2
69
(5,3%)
Sigue apreciándose el descenso del significado ʻizquierdaʼ, con la particularidad de
que en este siglo destacan los empleos de este sentido en textos literarios. También
notamos que es mínima la presencia de los pasajes con este significado unido a
connotaciones negativas, es decir, los ejemplos de carácter religioso tan repetidos a lo
largo del análisis escasean en este período.
223
Dentro de los adjetivos con valor peyorativo destaca también la reducida presencia
del sentido ʻfalso, engañosoʼ con respecto a los demás significados, entre los cuales
llama la atención, naturalmente, el referido al aspecto.
4.2.10. Siglo XX
Los últimos ejemplos extraídos del CORDE son 1064 casos46 comprendidos entre los
años 1901 y 1975, pues este corpus no ofrece ejemplos más allá de esta fecha.
Siguiendo el orden habitual, comentemos en primer lugar los escasos ejemplos en los
que aparece el significado ʻizquierdaʼ con connotaciones negativas. Encontramos
solamente nueve casos. Cuatro de ellos son de contenido religioso:
Textos
literarios
La izquierda
es mala
para el
cristianismo
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
2
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
2
Total
4
Por ejemplo, podemos señalar este:
El montón de andrajos se organizó para dar respuesta humana a la exclamación
de Inés. Entre la vieja y la niña se entabló un diálogo que Jerónimo no estaba
dispuesto a tolerar. Esta escena no calzaba dentro de ningún medallón de piedra
eterna. Y si calzaba en alguno era en la otra serie, en la leyenda enemiga que
contradecía a la suya, la de los condenados y los sucios que se retuercen a la
siniestra de Dios Padre Todopoderoso. (José Donoso, El obsceno pájaro de la
noche, 1970, literario).
Hay otros cinco ejemplos que no se relacionan con el cristianismo:
La
izquierda
es mala
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
2
2
1
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
5
46
De la búsqueda inicial con los parámetros habituales han tenido que descartarse 65 ejemplos que no
coincidían con la forma siniestro o sus variantes: 8 estaban en latín, 5 en italiano, 2 en francés, 1 en
catalán; en 36 ocasiones aparecía el adverbio siniestramente y en el resto encontrábamos diferentes
términos como siniestrado, sinestrosa, sinextrosa, senestrosa, sinistrocolia, siniestralidad o la expresión
a sinistra, llegando incluso a encontrar Siniestro como nombre propio.
224
Veamos este caso, que recuerda, a pesar de carecer de un sentido religioso explícito,
a la célebre cita bíblica comentada en este trabajo:
El vértice de este ciclón de confusiones está, según han señalado sabios y
doctores de toda laya, en la incapacidad de estímulo para la acción que tienen las
ideas morales. Viven en el individuo, sin presión suficiente para moverle a
convertirlas en actos vivos. La mano derecha, el sentido moral, se hace la distraída
sobre los movimientos de la mano siniestra, la codicia adquisitiva; la cual se
aprovecha copiosamente de la distracción para todos sus manejos. (Pedro Salinas,
Don Quijote en presente [Ensayos de literatura hispánica. Del "Cantar de Mio
Cid" a García Lorca], 1945, p. científica).
Pasemos ya al resto de adjetivos, comenzando por el significado ʻinfeliz, funesto,
aciagoʼ:
‘Infeliz,
funesto,
aciago’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
28
3
3
6
4
1
5
Prosa
jurídica
Total
50
Entre los 50 ejemplos destacan, como siempre, los que se aplican al sustantivo
augurio o a algún otro término de análogo significado, como estos:
Llena está mi alma de presagios siniestros, pues me siento rodeado de sombras
por todas partes, y cerca y lejos de mí veo los espectáculos más tristes que ofrece la
humana vida: a mi lado, la muerte; a distancia, la deshonra posible, la probable
miseria. Escribo por la mañana, tras largo insomnio, y noto que el acto de trasladar
al papel mis dolorosas impresiones amansa mis penas y las hace tolerables. (Benito
Pérez Galdós, Las tormentas del 48, 1902, literario).
Así que se casaron con una fiesta de banda y cohetes que duró tres días.
Hubieran sido felices desde entonces si la madre de Úrsula no la hubiera
aterrorizado con toda clase de pronósticos siniestros sobre su descendencia, hasta
el extremo de conseguir que rehusara consumar el matrimonio. (Gabriel García
Márquez, Cien años de soledad, 1967, literario).
Y pequeñísimos detalles que en vida desestimamos se mostrarían entonces
como graves advertencias o como melancólicos saludos para siempre. Y hasta lo
que creímos simples burlas o meras mistificaciones pueden convertirse, en esa
perspectiva de la muerte, en siniestros vaticinios. (Ernesto Sábato, Abaddón el
exterminador, 1974, literario).
Estos son otros tres ejemplos en los que el adjetivo se aplica sobre un grupo variado
de sustantivos:
225
Contiendas tan vanas y estúpidas como las que vio y aguantó España en el siglo
XIX, por ilusorios derechos de familia y por unas briznas de Constitución, debieran
figurar únicamente en la historia de las riñas de gallos. Así lo pensaba yo en
aquellas horas siniestras de mi vida, y así lo pienso todavía. (Benito Pérez Galdós,
De Cartago a Sagunto, 1911, literario).
Las poesías de Isaacs no le habrían inmortalizado, pero como en el caso de otros
soberanos maestros del estilo, su nombre y los accidentes de su vida han servido
para inmortalizar las poesías que aparecen en este volumen, que tienen un valor
intrínseco sin duda, y que deben conservarse como valioso documento de una
época literaria gloriosa, ligada en la memoria de los colombianos a preciosas
conquistas políticas, perdidas más tarde, en el más siniestro de los naufragios.
(Baldomero Sanín Cano, Jorge Isaacs. El poeta según sus obras [El oficio de
lector], 1920, p.didáctica).
Ignacio opinaba que los ocho siglos de dominación árabe fueron siniestros para
España. "Sólo hemos heredado de los árabes algunas acequias, los celos y la
costumbre de que nuestras mujeres apenas sepan leer." (José María Gironella, Un
millón de muertos, 1961, literario).
El número de casos con el significado ʻavieso, malintencionadoʼ es en este siglo
similar:
‘Avieso,
malintencionado’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
35
1
1
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
5
3
3
Prosa
jurídica
Total
48
Estos son algunos ejemplos con el tipo de sustantivos que más se repite, es decir:
intención, propósito, fin, plan...:
Pero sólo el patrón pudo entender lo que decía y lo miró de pies a cabeza, como
si quisiera medirle encima del cuerpo la siniestra intención de aquel comentario.
(Rómulo Gallegos, Doña Bárbara, 1929, literario).
Hice una pausa que le permitiera recobrar el aliento y vencer la palidez, y
continué dando por evidente la necesidad de ponerme a salvo, junto con los más
importantes valores de la Casa, quitando así la ocasión y -puesto que matanzas
tales son en gran parte un vicioso fruto de la iniciativa privada- autorizando al
mismo tiempo la sospecha de que quizás algún competidor se había adelantado al
siniestro plan, a fin de que olvidaran mi humilde persona. (Francisco Ayala, El
fondo del vaso, 1962, literario).
226
Y se fué lejos, meditando en aquellos para él contrasentidos, á los que no les
hallaba explicación, hasta perderse de vista la débil luz del "San Gennaro" á los
ojos de Beppo, quien no salía á pescar aquella noche por tener urgente necesidad
de ir muy de mañana á Vico-Equence, y que solo se quedó en la playa largo
tiempo, removiendo en su estrecho cerebro la idea siniestra de deshacerse de
Lorenzino, á quien la Annella amaba. (Eduardo Blanco, Tradiciones épicas y
Cuentos viejos, a 1912, literario).
Otros casos son estos:
El bombardeo del acorazado alemán causa indignación en todo el mundo.
Se considera como una siniestra maniobra de los rojos. (D.N.B., El bombardeo
del acorazado alemán causa indignación en todo el mundo. [El Correo de
Andalucía, 2 de junio de 1937], 1937, p. de prensa y publicidad).
Manso y cuco, discípulo servil de los santones de laicismo beato y melindroso:
flor y nata de aquellos pollos intelectuales del novecientos y pico, incubados por la
burguesía para regalo de la Revolución (el más inteligente pero el más siniestro,
falaz e hipócrita de todos), él fué quien supo vestir con más suaves maneras de
cultura, de urbanidad y elegancia las ideas más disolventes y destructoras, los
últimos avances del espíritu de Lucifer en España. (Ricardo León, Cristo en los
infiernos, 1941, literario).
El siniestro impulso criminal que había empezado a fermentar en medio de sus
ahora frecuentes borracheras cobraba cada vez más vivos relieves e iba
contorneando en él una sórdida pasión morbosa que hacía nido en los más oscuros
rincones de su alma. (Ramón Rubín, El callado dolor de los tzotziles, 1948,
literario).
Además, encontramos estos dos pasajes de Ernesto Sábato en los que se puede
utilizar la llamada prueba de la antonimia, pues nuestro nuestro término aparece
enfrentado a otros con un significado claramente opuesto:
Es un espléndido tipo, pero la gorda -y señaló hacia la caja-, la gorda es
siniestra. Está tratando de que lo encierren a Vania para quedarse con esto.
(Ernesto Sábato, Sobre héroes y tumbas, 1961, literario).
Porque aquella Alejandra que perduraba en el espíritu de Martín, que candente
aunque fragmentaria se había mantenido en el corazón y en la memoria del
muchacho, como brasas ocultas entre cenizas, se mantendría mientras Martín
viviese, y mientras perdurara él mismo, Bruno, y acaso Marcos Molina y hasta
Bordenave y otros seres (magnánimos o siniestros, remotos o cercanos) que alguna
vez habían participado de su alma, de algún fragmento maravilloso o infame de su
espíritu. (Ernesto Sábato, Abaddón el exterminador, 1974, literario).
Con el sentido ʻfalso, engañosoʼ ha aparecido solamente un ejemplo, pero el
fragmento pertenece a unos documentos del siglo XVIII, por lo que no será
contabilizado entre los datos de este siglo:
227
La junta de los dos Rios que se supone ser en Coropuro, es siniestra: porque es
en Tala, seis leguas arriba de Coropuro. (Mariano Cáceres Cevallos, Documentos
del Estado del curato de San Benito de Tarata. Año 1790. (Expediente de visita de
la diócesis de Arequipa). [Documentos sobre límites], 1926, p. jurídica).
No parece haber duda del sentido que tiene aquí siniestra, pero desgraciadamente no
contamos con otros casos que confirmen la continuidad de este significado en este siglo.
Y veamos ya cómo aparece en este período el nuevo significado señalado en el siglo
anterior:
ʻQue
provoca
repulsión o
temor por su
aspectoʼ
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
291
11
11
10
8
3
41
Prosa
jurídica
Total
375
Encontramos otra vez un gran número de ejemplos con este empleo. En cuanto a las
realidades a las que se aplica el adjetivo en este siglo, vuelven a aparecer pasajes
análogos a los del siglo anterior.
Lo encontramos haciendo referencia a personas:
... debía ser pasada ya la medianoche, estaban los dos frente al Dancing Colón de
las Ramblas y el murciano observaba con una viva impaciencia
en la mirada a los siniestros jovenzuelos más o menos vestidos con cueros de brillo
metálico que estacionaban sus motos sobre la acera y en el mismo paseo central, a
ambos lados del banco que ellos ocupaban. (Juan Marsé, Últimas tardes con
Teresa, 1966, literario).
Es curioso que en este ejemplo el adjetivo se emplea para referirse a personas con una
indumentaria concreta, como es la de «cueros de brillo metálico», pues hoy en día
―asunto que analizaremos posteriormente― existe el empleo del sustantivo siniestro
para referirse a ciertas personas que comparten una vestimenta en cierto modo
relacionada con la que menciona Juan Marsé en este caso.
En otros casos se describe una parte concreta del físico de alguien:
228
Su tez, casi cobriza, parecía iluminarse con dorada suavidad, en una morena
transparencia de dátil. Sus cabellos, tenebrosos hasta lo siniestro, agobiaban la
frente, echando sobre los párpados la sombra arrogante y torva a la vez de un casco
guerrero. (Leopoldo Lugones, Los ojos de la reina [Cuentos fantásticos], 1924,
literario).
También se aplica a animales:
¡Ah! ¡aquel gato negro y siniestro que se había escondido allí enfrente! (Teresa
de la Parra, Ifigenia. Diario de una señorita que escribió porque se fastidiaba,
1924-1928, literario).
A lugares:
Este trozo de camino, desde Iraeta a Cestona, pasa entre dos montes y tiene en
el fondo el río. De noche, sobre todo, el tal paraje es triste y siniestro. (Pío Baroja,
Zalacaín el aventurero, 1909, literario).
A objetos:
Era un cordón negro, siniestro, fatídico, como la cuerda de un ahorcado.
(Armando Palacio Valdés, La novela de un novelista, 1921, literario).
A sonidos:
El llanto se acrecienta, se contagia, en siniestro vocerío. (Tomás Carrasquilla,
La marquesa de Yolombó, 1928, literario).
Y a un grupo heterogéneo de realidades, como las siguientes:
- Agua bendita -exclamó-. Rociaremos el cadáver...
La palabra siniestra arrancó a la señora la explosión de llanto, hasta entonces
reprimida. (Emilia Pardo Bazán, La Quimera, 1905, literario).
Se cuenta que un enterrador, en el campo, después de una gran batalla, iba
echando a los muertos a una gran fosa. Un oficial que contemplaba el siniestro
trabajo, le dijo... (Pío Baroja, Desde la última vuelta del camino. Memorias, 19441949, p. histórico-documental).
... fue sorprendida por una lluvia de bengalas azules que disparadas desde la ladera
de enfrente rompieron las tinieblas para descubrir fugazmente esa secreta,
imperturbable y siniestra paz de la montaña, apenas turbada por la quimera
destructiva de los morteros y las voces de los moros. (Juan Benet, Volverás a
Región, 1967, literario).
Por otro lado, la prueba de la sinonimia nos ayuda en estos otros casos a confirmar el
sentido adjudicado al adjetivo:
229
Y entre los visires uno de cara siniestra, repulsiva, terrible, sórdidamente avaro,
envidioso y saturado de celos y de odio. (Vicente Blasco Ibáñez, Traducción de
Las mil y una noches, c 1916, literario).
No eran estas casas, a pesar de sus ínfimas condiciones, las siniestras y
lúgubres moradas de los trabajadores industriales, de los esclavos de las máquinas.
(Fernando Chueca Goitia, Breve historia del urbanismo, 1968, p. científica).
Por último, quedan por comentar los adjetivos que se muestran ambiguos y dudosos:
Adjetivo
peyorativo:
casos
dudosos
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
204
7
25
9
5
8
25
Prosa
jurídica
Total
283
Es alto también el número de ocasiones en que siniestro se muestra de esta forma
indeterminada. De todas formas, podemos agrupar estos resultados. Por un lado, pueden
confundirse los sentidos de ʻmalintencionadoʼ y ʻaciagoʼ:
Para mí es el hombre con más corazón que he visto en mi vida y soñaba con un
grupo de cultivadores de bananos que mediante cooperación del trabajo y el capital
libraran nuestras tierras de la siniestra explotación a que están sometidas. (Miguel
Ángel Asturias, El Papa Verde, 1954, literario).
También encontramos casos como los que hemos visto en más ocasiones en los que
no se distingue si se utiliza el sentido de ʻfalsoʼ o el de ʻmalintencionadoʼ:
El descontento y dolor de los perseguidos comenzó entonces a revelarse en la
acogida que hicieron a los siniestros rumores que acerca de Bonifacio VIII
circulaban. (Emilia Pardo Bazán, San Francisco de Asís. Siglo XIII, 1903, p.
religiosa).
El sentido de ʻmalintencionadoʼ se mezcla también con el referido al aspecto:
Durante la cena, el repulsivo viejo estuvo contando hazañas por el estilo. Aquel
tipo miserable y siniestro era fanático, violento y cobarde; se recreaba contando
sus fechorías, manifestaba crueldad bastante para disimular su cobardía, tosquedad
para darla como franqueza, y ruindad para darle el carácter de habilidad. (Pío
Baroja, Zalacaín el aventurero, 1909, literario).
230
Y este sentido referido al aspecto se confunde a su vez con el de ʻaciagoʼ en pasajes
como este:
Llegó el 4 de Febrero. En la siniestra noche que siguió al desastre pasaron los
amantes horrible susto, viéndose en peligro de ser cruelmente asesinados. (Benito
Pérez Galdós, Aita Tettauen, 1905, literario).
Un grupo de casos inclasificables está formado por ejemplos como estos:
Aun Segismunda y Gregorio vienen a mi memoria despojados ya de la siniestra
antipatía que nos puso frente a frente en aquella memorable tarde. (Benito Pérez
Galdós, Las tormentas del 48, 1902, literario).
¿Adónde tu siniestra
felicidad de humo
te lleva de la mano?
(Manuel Altolaguirre, Poesías, 1923-a 1959, literario).
Por último, fijémonos en este pasaje en el que precisamente la indeterminación con
la que se utiliza el término ilustra perfectamente todo lo estudiado en este trabajo:
Sabato reflexionaba a marchas forzadas. Por qué se alarmaba? No estaba
repitiendo lo mismo que él había escrito en dos libros? Parecía una broma
filosófica, y no obstante su temor aumentaba. El hermano risueño de Hesse, quizá
más siniestro por su risita aguda, lo había tomado ahora del saco con gesto de
sastre y le preguntaba como a un alumno en el examen: cuál es el lado derecho de
un género? El que vale, no? El otro es el que debe ocultarse.
Con manifiesta satisfacción enumeró calamidades: lo siniestro tiene que ver
con la desgracia, con la perversidad, con lo funesto e injusto. Todo femenino. Se
jura con la mano derecha, se hacen cuernos con la izquierda.
-Cuernos? -preguntó Sabato, para ganar tiempo.
-Por supuesto, por supuesto. En cuanto al cristianismo, es una religión solar y
masculina que ve en la izquierda algo demoníaco. (Ernesto Sábato, Abaddón el
exterminador, 1974, literario).
Centrémonos ahora en los empleos como sustantivo, comenzando por el significado
ʻaccidente, desgraciaʼ:
‘Accidente,
desgraciaʼ
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
18
2
8
2
1
15
7
16
69
231
Volvemos a encontrar este empleo referido a todo tipo de desgracias, como pueden
ser accidentes marítimos, ferroviarios, laborales, catástrofes naturales o incendios:
Ni éste me respondió ni le vi entre los que luchaban angustiosamente con las
negras aguas... Cuando estábamos como a diez o doce brazas del siniestro, noté
que del Católico sólo se veían ya los palos, la chimenea y un poco del tambor de
babor. (Benito Pérez Gadós, De Cartago a Sagunto, 1911, literario).
El ministro de la Gobernación expresó su gratitud al pueblo de Onteniente por
su humanitario proceder con la triste ocasión del siniestro ferroviario. (uevo
régimen en el protectorado [El imparcial, 26 de diciembre de 1922], anónimo,
1922, p. de prensa y publicidad).
En el año de 1909, en Noviembre, tuvo lugar el siniestro de mayor alcance y
más singular que se ha registrado en la historia de esta región. El temporal de San
Severo, como fue llamado, que de un confín a otro de la República hizo notables
estragos, pasó por esta Común devastando pastos, animales y cuanto le fué posible
destruir. (J. T. Lithgow, Informe que a la Superintendencia General de Enseñanza
Pública por órgano de la Intendencia de Enseñanza del Departamento orte,
presenta el Inspector de Instrucción Pública del 35 Distrito Escolar de Guayutín,
R. D., relativo a datos psicológicos de la común. [Informes y artículos sobre
lengua y folklore de Santo Domingo], 1922, p. histórico-documental).
Las pérdidas mencionadas gravitaron sobre el comercio de la Habana, dueño en
su mayor parte de los efectos almacenados, y como antes nadie creía posible un
fuego en los almacenes de Regla, todo estaba sin asegurar. Después del siniestro,
la misma Sociedad de los almacenes, de acuerdo con algunas compañías de seguros
inglesas, asegura todo lo que allí se deposita a un precio bastante módico. (Antonio
de las Barras y Prado, La Habana a mediados del siglo XIX. Memorias, 1925, p.
histórico-documental).
Si para realizar el trabajo precisa el traslado, y el instrumento de locomoción
(un burro para dirigirse al lugar del trabajo) fue racionalmente utilizado, no
incidiéndose en acción extraña cuando se caminaba así, íbase ya en función laboral,
y, por tanto, merece ser calificado de accidente del trabajo el sobrevenido al
operario en estas circunstancias, sin que esto implique sostener, como norma
generalizada, que cualquier obrero al dirigirse al trabajo actúa ya en función del
mismo, pues ello no será más que en circunstancias que, cual éstas permitan
entender, se ha tomado ya el cometido, como lo toma o principia, verbigracia, el
operario que sufriera siniestro al transportar su herramienta para comenzar en
distinto lugar del taller la obra encargada por su empresario, aunque lo realizara
fuera del horario. (Carlos García Oviedo, Tratado Elemental de Derecho Social,
1946, p. jurídica).
También encontramos en este siglo unos cuantos casos en los que este sentido se
emplea en el ámbito concreto de las compañías aseguradoras. De todos ellos, es en estos
tres en los que se aprecia mejor un matiz diferenciador con los ejemplos que acabamos
de exponer:
232
El régimen de asistencia es aquel por el cual el Estado directamente, con sus
recursos, sin cálculos ni bases actuariales, se encarga de proporcionar a los
trabajadores los auxilios necesarios cuando el siniestro se produce (muerte, vejez,
invalidez, paro, etc.). (Carlos García Oviedo, Tratado Elemental de Derecho
Social, 1946, p. jurídica).
Lo qué en la técnica del seguro se denomina, con palabra un poco bárbara e
impropia, siniestro, cae sobre el individuo. Es la enfermedad, el parto, la invalidez,
la vejez, la muerte, un accidente, el hecho de no tener trabajo. (Carlos García
Oviedo, Tratado Elemental de Derecho Social, 1946, p. jurídica).
La enfermedad es un siniestro que económicamente produce grave quebranto al
trabajador, en cuanto le origina gastos extraordinarios y en cuanto,
imposibilitándole de trabajar, le priva del salario. (Carlos García Oviedo, Tratado
Elemental de Derecho Social, 1946, p. jurídica).
Son ejemplos muy ilustrativos, sobre todo el segundo, donde se indica claramente
con qué sentido se utiliza siniestro en estos casos. Pero hay un factor que nos inclina a
clasificar este tipo de empleos dentro del sentido más general de ʻaccidente, desgraciaʼ.
Y es que, como vemos, el autor de estos tres últimos pasajes es el mismo que el del
último de la serie ofrecida anteriormente ―donde emplea el término para referirse a un
simple accidente laboral― y algunos de los siguientes, en los que, a pesar de utilizarse
siniestro en el ámbito de las compañías aseguradoras, apenas encontramos diferencias
con el significado general del que estamos hablando:
Las indemnizaciones concedidas ó debidas al propietario de los inmuebles
hipotecados por la aseguración de éstos, siempre que haya tenido lugar el siniestro
después de constituída la hipoteca, ó bien por la expropiación de terrenos por causa
de utilidad pública. (Ley Hipotecaria, anónimo, 1909, p. jurídica).
Poco importa a este significado el que sea técnico o no, se exija para su
profesión titulo oficial o no, tenga salario o sueldo, pues esta Ley no tiene carácter
de meramente benéfica para los más menesterosos, y si el de aseguradora de los
accidentes o siniestros que puedan sobrevenir a cuantos emplean su actividad
física en los trabajos de las respectivas Empresas, con mayor exposición acaso para
los que en ella intervienen, directa o inmediatamente, con la responsabilidad de sus
conocimientos y de su técnica. (Carlos García Oviedo, Tratado Elemental de
Derecho Social, 1946, p. jurídica).
La alegación de que la conformidad del interesado con el alta médica impide
posterior reclamación de incapacidad temporal por igual siniestro, no significa
impedimento para la petición posterior, porque de adoptarse la petición contraria
quedaría desamparado el obrero si hubiese cualquier complicación patológica
posterior o no advertida en el momento del alta, y se manifestase después de darse
tal alta al obrero y éste la aceptase creyéndose curado definitivamente. (Carlos
García Oviedo, Tratado Elemental de Derecho Social, 1946, p. jurídica).
233
De hecho, observamos que en el segundo de estos ejemplos siniestros se coordina sin
ningún problema con accidentes.
Pasemos ahora a analizar las apariciones del significado ʻvicio, mala costumbreʼ:
Textos
literarios
ʻVicio, mala
costumbreʼ
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
1
Hay que llamar la atención sobre el hecho de que, en realidad, el número de casos
encontrados es de cuatro, con la particularidad de que tres de ellos son en realidad citas
literales de textos de siglos anteriores que reflejan precisamente este empleo. Por tanto,
he decidido no contabilizarlos para los datos de este siglo. Son, en concreto, tres
referencias a la obra de Fray Luis, dos de ellas en el mismo pasaje:
La colección del autor no nos comunica mas que un número selecto de sus
poesías, cuidadosamente revisadas. Pero en multitud de manuscritos se hallan otras
obras atribuídas a Fray Luis de León, cuya crítica es sumamente difícil. Por una
parte, el poeta nos dice que hizo la colección para apartar a su hijo perdido "de mil
malas compañías que se le habían juntado" y para enmendarle de los "malos
siniestros que había cobrado con el andar vagueando"; mas, por otra parte, varias
de las poesías no incluídas en esa colección son seguramente auténticas, y además,
la versión acogida por Fray Luis en su colección no es la única que salió de su
pluma, de modo que las variantes; que ofrecen los manuscritos no son siempre, ni
muchísimo menos, "malos siniestros" de andar vagueando, sino redacciones
anteriores auténticas que el poeta no acogió en su colección definitiva. (Ramón
Menéndez Pidal, Estudios literarios, 1902-1919, p. científica).
"Como son pusilánimes las mujeres de su cosecha -dice- y poco inclinadas a las
cosas que son de valor, si no las alimentan a ellas, cuando son maltratadas y tenidas
en poco de sus maridos, pierden el ánimo más y decáenseles las alas del corazón...
de donde vienen a cobrar siniestros vilísimos." 7. León, fray Luis de: La perfecta
casada, en "Obras de...", B.A.E., tomo XXXVII, pág. 220. (Carmen Martín Gaite,
Usos amorosos del dieciocho en España, 1972, p. de sociedad).
Por tanto, en realidad es un único caso en el que encontramos para este siglo con este
significado:
Lo demás fue que hubo casamiento, y, a poco, pidió el marido su retiro de
soldado, y en el ocio y holgura reverdecían todos sus resabios y siniestros.
(Gabriel Miró, uestro Padre San Daniel. ovela de capellanes y devotos, 1921,
literario).
234
Centrémonos ahora en un nuevo empleo del término, el que se refiere a la ideología
política:
Siniestra
en términos
políticos
Textos
literarios
Prosa
didáctica
7
2
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
1
10
Hemos comentado ya en este trabajo la relación entre los conceptos de derecha e
izquierda y las ideologías políticas, asociación que surgió a finales del XVIII,
concretamente en la Revolución francesa. Pues bien, en el corpus aparecen varios
ejemplos en los que siniestro se utiliza haciendo referencia a la ideología más liberal:
- ¡Acurrucutú, paloma!... Bueno, ¿y a dónde quieres venir a parar?
- Pues a que en el actual momento político tu personalidad tiene que inclinarse a
la diestra o a la siniestra. (Juan Apapucio Corrales, Crónicas político-domésticotaurinas, c 1908-1930, literario).
Desde su primera juventud y sin perjuicio de tratar a todo el mundo, ricos y
pobres, como hermanos, andaba predicando la revolución de pueblo en pueblo, de
cortijo en cortijo, estremeciendo a las gentes con la elocuencia de su verbo
encendido en la lumbre de una fe miserablemente despeñada por aquellos tajos,
pero capaz de dar lecciones de idealismo a todos los pancistas, camastrones y
fariseos de la derecha y de la izquierda.
No eran estos últimos (los fariseos, publicanos y re... publicanos de la siniestra)
los que menos perseguían y tiraban a degüello a este pobre maniático de la
revolución social. (Ricardo León, Cristo en los infiernos, 1941, literario).
Ya te dije que se titula Carlos, nombre peligroso, porque si se echa por la diestra
acaba en Carlos Chapa y si por la siniestra en Marx. (Pedro Salinas, Carta de
Salinas [Cartas. En "Correspondencia (1923-1951)"], 1948, p. históricodocumental).
Aunque este empleo se encuentra dentro de los usos de nuestro término como
sustantivo en femenino, hemos hallado algunos casos en los que se utiliza como
adjetivo con alusiones claramente políticas, por lo que estos ejemplos también han sido
incluidos en este apartado. Nos referimos a casos aislados como este:
Desde el principio de curso cayó muy en gracia entre la multitud estudiantil. A
todos -ellos y ellas- pareció una muchacha interesante. Bella, donosa, inteligente, y
por añadidura rica, y para colmo revolucionaria, fué en seguida el centro de
atracción, sobre todo de la juventud de extrema izquierda, burguesitos inflamados
por el roce de tan garbosa capitana, por sus incentivos intelectuales, sexuales y
libertarios. Y no hablemos aquí de sus millones, sumo ideal para muchos pollos de
235
éstos que ya en su primera juventud sabían hacer compatibles el entusiasmo
bolchevique y la caza de ricas herederas.
En aquellos corros de bulliciosos camaradas aspirantes a la amistad o al amor de
Margarita, ella tuvo donde escoger. Pero los que eligió para formar su rancho
aparte no fueron precisamente de la banda siniestra. En lo moral, y sobre todo en
el orden de los afectos, suele regir, como en la física, la atracción de fuerzas
contrarias. (Ricardo León, Cristo en los infiernos, 1941, literario).
Una vez clasificados todos los ejemplos que se corresponden con los sentidos
conocidos del término, hay que señalar la presencia de unos cuantos pasajes con unas
características peculiares:
Textos
literarios
Dudosos
1
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
3
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
3
Total
7
Contabilizamos dentro de este grupo de ejemplos difíciles de clasificar, por un lado,
algunos pasajes que pertenecen a usos metalingüísticos del término, como estos:
Siniestro, de origen latino, contendía con izquierdo (< vasco ezquerr), que
había de imponerse. (Rafael Lapesa Melgar, Historia de la lengua española, 1942,
p. científica).
Todo esto está latente en el lenguaje. Diestro significa habilidoso o simplemente
torero. Siniestro significa en cambio terremoto, incendio o inundación. No son
palabras sin contenido propio. Y sin embargo la diestra y la siniestra quieren decir
la derecha y la izquierda. (José María Pemán, Mis almuerzos con gente importante,
1970, p. histórico-documental).
Como procedimiento profiláctico, a fin de que las infecciones de los miembros
no se propaguen hacia la raiz de éstos, por encima de la zona lesionada colocan un
brazalete de hilo de lana negro o blanco. En kechua se llama "lloke" ("siniestra") y
en aymara "Cheka-chanca". (David Frisancho Pineda, Patología y Cirugía en la
Altura, 1974, p. científica).
Por otra parte, aparecen algunos casos en los que el contexto hace que el empleo del
término resulte totalmene ambiguo:
Supongo que habrás leído las últimas infamias eticoestéticas, del Barbas, en
Orígenes. * Son tan cobardemente sibilinas, que yo hasta la tercera lectura no caí
en que "Diestro y siniestro" iba por mí, y por nosotros. Llega a un punto de
putrefacción en lo innoble, inconcebible. (Pedro Salinas, Carta de Salinas [Cartas.
En "Correspondencia (1923-1951)"], 1946, p. histórico-documental).
236
Es el espectro de Viriato; el cual se halla en todas y en ninguna parte.
¡Siniestro! ¡Fantasmas! Pues se le mata y reaparece. (Alfonso Sastre, Crónicas
romanas, 1968, literario).
Señalamos, finalmente, este curioso ejemplo:
La concha puede estar arrollada en un mismo plano, como en los Planorbis, ó á
lo largo del eje, formando un cono que se dice engendrado para distinguirle del
primitivo, que es el generador; el eje constituye la columnilla, y si queda en hueco
forma el ombligo; las vueltas de la concha están de ordinario dirigidas de izquierda
á derecha, pero pueden hallarse también en sentido contrario, llamándose en este
caso perversa ó siniestra. (Ignacio Bolívar, Zoología, 1909, p. científica).
Finalizado el análisis de este siglo XX, hagamos un balance de los resultados. En
total, teniendo en cuenta que de los 1064 ejemplos señalados al principio hemos
eliminado cuatro que pertenecían, en realidad, a pasajes de siglos anteriores, la
distribución es la siguiente:
237
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
ʻIzquierdaʼ
55
9
6
10
41
ʻIzquierdaʼ
con valor
negativo
4
2
1
ʻInfeliz,
funesto,
aciagoʼ
28
3
3
ʻAvieso,
malintencionadoʼ
35
1
1
ʻQue
provoca
repulsión o
temor por su
aspectoʼ
291
11
11
Adjetivo
peyorativo:
casos
dudosos
204
7
ʻAccidente,
desgraciaʼ
18
2
ʻVicio, mala
costumbreʼ
1
Siniestra
en términos
políticos
7
Dudosos
1
A diestro y
siniestro
63
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
122
(11,5%)
1
9
(0,8%)
2
4
1
5
50
(4,7%)
5
3
3
48
(4,5%)
10
8
3
41
375
(35,3%)
25
9
5
8
25
283
(26,6%)
8
2
1
15
7
6
16
69
(6,5%)
1
(0,1%)
2
3
3
8
1
2
1
1
10
(0,9%)
3
7
(0,6%)
8
86
(8,1%)
Los ejemplos de ʻizquierdaʼ representan esta vez solamente el 12,3% de los casos; de
ellos, casi la mitad pertenecen a textos literarios. En cambio, el 71,3% se corresponden
con empleos de siniestro como adjetivo con significados negativos. Siguiendo la
tendencia del siglo precedente, observamos la desaparición de ʻfalso, engañosoʼ y la
238
consolidación del significado referido al aspecto, que se convierte, con gran claridad, en
el empleo más frecuente de nuestro término en este siglo.
Por lo que se refiere a los empleos como sustantivo, notamos que el significado
ʻaccidente, desgraciaʼ también se afianza, mientras que la presencia de un único caso de
ʻvicio, mala costumbreʼ nos hace pensar en su escaso uso en este período. Por último,
destacan los nuevos empleos referidos a la ideología política.
4.3. Una pequeña visión sincrónica
4.3.1 Metodología
Una vez analizados todos los ejemplos encontrados en el CORDE, es necesario
comprobar cuál es la situación de nuestro término en la actualidad. Para esta visión
sincrónica utilizaremos el otro corpus que ofrece la Real Academia, el CREA, donde
encontramos textos comprendidos entre los años 1975 y 2004.
Para poder establecer una comparación entre los resultados del análisis sincrónico y
los anteriores he decidido escoger solamente un número de ejemplos limitado y no todas
las apariciones que aparecen en el corpus, de manera que el número resultante de
ejemplos con los que trabajar sea análogo al número de ejemplos con los que he
trabajado en siglos anteriores.
Los criterios de búsqueda serán los mismos que los utilizados hasta ahora para el
análisis diacrónico. Tan solo llamemos la atención sobre algunos aspectos que pueden
variar teniendo en cuenta que los ejemplos con los que vamos a trabajar ahora
pertenecen a un período muy cercano.
1- Recogeré los ejemplos resultantes de la búsqueda siniestro/a/os/as; lógicamente, no
es necesario en este caso introducir los términos con otras variantes ortográficas.
2- Tampoco limitaré en el CREA las variedades geográficas, ya que considero que todas
ellas, incluidas las pertenecientes al español americano, son perfectamente válidas para
el propósito de este estudio. No obstante, cualquier uso específico relativo a una
variedad concreta será comentado de forma particular.
3- La clasificación temática cambia con respecto al CORDE, pues seguiré la propuesta
por el propio CREA, que divide los textos en nueve grandes grupos temáticos: ciencia y
tecnología, ciencias sociales, política y economía, artes, ocio y vida cotidiana, salud,
ficción, una miscelánea (donde encontramos diversos tipos de textos como páginas web,
folletos de propaganda, prospectos de medicinas...) y textos orales.
239
Pues bien, teniendo en cuenta todos estos criterios, la búsqueda se limitará a los
textos comprendidos entre los años 1997 y 2004, con lo cual disponemos de un total de
1071 apariciones para analizar (número muy similar al de ejemplos estudiados en el
siglo XX con el CORDE).
4.3.2. El análisis
Como acabo de indicar, contamos con 1071 ejemplos para el análisis. Teniendo en
cuenta que 87 de ellos corresponden a la expresión a diestro y siniestro, vayamos con el
resto de los casos.
En primer lugar, veamos los empleos con el significado ʻizquierdaʼ. En los períodos
anteriores no nos habíamos detenido a analizar los ejemplos en los que aparecía este
significado, ya que era el sentido original del término y poco podía comentarse de él,
excepto, como hemos indicado, su frecuencia de uso y el tipo de textos en los que solía
aparecer. Sin embargo, el propósito mismo de todo este trabajo ya confirma que este
empleo de siniestro debe tener unas características muy concretas en la lengua actual.
Además, como podemos observar, el número de casos es muy reducido, por lo que
vamos a ver sus características:
Ciencia y
tecnología
ʻIzquierdaʼ
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
1
1
1
11
Salud
Ficción
Miscelánea
Oral
2
Total
16
Antes que nada, hay que destacar la inclusión en este grupo de siete ejemplos con
unas características muy concretas. Se trata de la utilización de siniestro para referirse a
la posición de un jugador de béisbol. Todos los pasajes pertenecen al español
americano. Estas son algunas muestras::
En el departamento de pitcheo las palmas fueron para el derecho Kenshin
Kawakami, cuyo balance de 12 éxitos y 6 reveses fue el mejor de la escuadra,
además de lanzar para una efectividad de 2,35 en 187 innings y 2 tercios, con 149
estrucados. Destacado también fue el zurdo Kenta Asakura, quien trabajó 200
entradas y un tercio, promediando 2,61, con 11 victorias e igual cantidad de
derrotas. Un derecho, Eddie Gaillard, con experiencia de Grandes Ligas, salvó 34
juegos, con 1,52 de PCL, y otro siniestro, Hitoki Iwase, ponchó a 66 en 59 innings
y promedió 1,06 trabajando como relevista intermedio. (Granma, prensa, 21-102002, ocio y vida cotidiana).
240
El piloto de los Marineros está estudiando la posibilidad de contar con tres
abridores, los cuales estarían encabezados por el venezolano Freddy García, quien
subiría a la lomita para enfrentar a los Indios de Cleveland, si todo continúa como
hasta ahora. Luego del nativo estarían el siniestro Jamie Moyer y el derecho Aaron
Sele. (El Universal, prensa, 3-10-2001, ocio y vida cotidiana).
EDGARDO ALFONZO tiene un notable parecido con Richard Hidalgo, aunque
parezca extraña tal afirmación. Así como la enorme mayoría de los cuadrangulares
de Hidalgo han salido contra bateadores derechos, siendo él mismo un toletero
diestro, el también derecho Alfonzo ha sido más productivo ante los pitchers de su
mano que frente a los zurdos. Con horas antes de terminar la eliminatoria, el
camarero de los Mets presentaba .329 de average contra los diestros y .298 frente a
los siniestros. (El acional, prensa, 2-10-2000, ocio y vida cotidiana).
El problema es que en todos estos casos el significado de siniestro está muy cercano
al de ʻzurdoʼ; de hecho, encontramos los propios términos diestro y zurdo en estos
pasajes. Pero también encontramos siniestro opuesto a derecho, lo que nos lleva a
pensar que se trata de un empleo muy específico y concreto de estos términos que no
nos puede llevar a sacar unas conclusiones claras47. La escasa presencia en el corpus de
otros ejemplos, tanto en el español americano como en el peninsular, en los que
siniestro se utilice como sinónimo de zurdo ―tan solo hemos señalado algunos casos en
el siglo XIII con unas características muy concretas― nos obliga a clasificar estos casos
dentro de los del significado ʻizquierdaʼ, aunque con las particularidades comentadas.
Dejando a un lado estos ejemplos, encontramos otros nueve casos con este
significado espacial: cuatro de ellos pertenecen al español peninsular y cinco al
americano. Veamos algunos:
Es en este momento que el padre decide actuar en su carácter de defensor de la
estabilidad familiar por lo cual, llevando en la diestra el bastón que el principal
había olvidado y en la siniestra un gran periódico, se dispone a asediar al hijo
enfermo, a obligarlo a regresar a la habitación. (Espéculo. Revista de estudios
literarios, prensa, junio de 2003, ciencias sociales).
Ramírez se acopló a ráfagas en algunos muletazos con la diestra, mas con la
siniestra nunca. (ABC Electrónico, prensa, 21-6-1997, ocio y vida cotidiana).
Más entonado y templado anduvo con la diestra que con la siniestra. Qué
lástima que las condiciones físicas le fallaran al de Zalduendo, entre otras cosas,
porque impedía que surgiera la ligazón. (ABC Electrónico, prensa, 8-9-1997, ocio y
vida cotidiana).
47
Quizás las dudas provienen del desconocimiento en España de los términos usuales para este deporte.
Si lo comparamos con deportes que nos resultan más familiares, como el fútbol, sabemos que un lateral,
por ejemplo, puede ser calificado tanto de izquierdo como de zurdo, sin que en el primer caso el término
pierda su originario sentido espacial.
241
Como se observa, el uso de siniestra en lugar del más habitual izquierda en estos
casos se debe a la oposición que establece con diestra. Cualquier hablante actual del
español percibe que la utilización de siniestra en lugar de izquierda ―y de diestra en
lugar de derecha― obedece a la intención de imprimirle a la comunicación un carácter
más formal. Así lo reflejan dos de los tres diccionarios actuales con los que estamos
trabajando. El DEA (s. v. siniestro) indica junto a la acepción ʻizquierdaʼ que se trata de
un empleo «literario» ―curiosamente, solo uno de los 18 ejemplos encontrados es un
texto literario―, mientras que el DUE (s. v. siniestro) lo califica de «culto o
arcaizante». En cambio, ni la 22.ª edición del DRAE ni el adelanto de la 23.ª exponen
alguna anotación al respecto48. Corominas y Pascual, por su parte, indican que este
empleo se corresponde con un «estilo elevado» (DECH: s. v. siniestro).
Por otro lado, hay que resaltar que en los tres ejemplos que acabamos de ver se
utiliza la siniestra para referirse concretamente a la mano izquierda. Recordamos que la
última acepción que recoge la 22.ª edición del DRAE (en la 23.ª pasaba a la entrada
siniestra) es «mano izquierda», significado que también aparecía de forma
independiente en el DUE. He decidido agrupar estos casos dentro del significado
ʻizquierdaʼ, ya que el sentido del término sigue siendo el mismo, se trata de una simple
sustantivación. No me parece, por tanto, necesaria ―al menos para este trabajo― la
decisión tomada por los diccionarios que proponen diferenciar este empleo como una
acepción diferenciada. En cambio, sí me parece acertada la decisión del DEA, que lo
introduce simplemente dentro del significado ʻizquierdaʼ.
Además, podemos señalar la presencia de un par de ejemplos en los que este
significado espacial es utilizado con ciertas connotaciones negativas:
Ciencia y
tecnología
ʻIzquierdaʼ
con
connotaciones
negativas
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
1
Salud
Ficción
1
48
Miscelánea
Oral
Total
2
Sí aparece una aclaración en el Diccionario del estudiante (Real Academia Española 2005: s. v.
siniestro), obra publicada también por la RAE en la que este significado es calificado como «culto».
242
Ya no encontramos ejemplos de temática religiosa como los que vimos en siglos
anteriores, pero la mala visión de lo relacionado con la izquierda se aprecia en casos
como estos:
Su mano diestra sujetaba las riendas de la banca y de las propiedades
territoriales de media provincia. La siniestra, siempre en activo, tiraba de los hilos
de la diputación, el ayuntamiento, varios ministerios, el obispado y el servicio
portuario de aduanas. (Carlos Ruiz Zafón, La sombra del viento, 2001, ficción).
Mucho antes de que las ranas cargaran con la responsabilidad de denunciar
embarazos, las gentes de la montaña nuestra sabían con exactitud si lo que iba a
venir sería hembra o varón. En primer lugar si el feto se decantaba por la izquierda
del vientre, sería mujer. Izquierda o siniestra, según un concepto muy masculino
de lo que significaba tener una hija y no un hijo. (Antonio Beltrán Martínez,
Pueblos de Aragón II, 2000, ciencias sociales).
En el primer caso, la izquierda se relaciona con asuntos turbios y corruptos. En el
segundo, se utiliza la tan mencionada relación entre la izquierda y lo femenino para
resaltar la visión negativa de la que gozan ambos conceptos; incluso también se juega
con la doble interpretación significativa de siniestra: como adjetivo con valor espacial y
como adjetivo con significado peyorativo.
En resumen, hemos visto que el número de ejemplos hallados con el sentido
ʻizquierdaʼ es bastante escaso, con la particularidad, además, de que en siete de los
ejemplos encontramos un uso muy concreto. Esto nos da una idea de lo poco que se
emplea este término en la actualidad con su significado original.
Vayamos ya con los significados de siniestro como adjetivo con sentido peyorativo.
Repasemos ahora con mayor detalle las propuestas de los diccionarios diccionarios
actuales escogidos para completar la información obtenida por el TLLE. El DUE
recoge estas dos acepciones:
2. Malintencionado o maligno: Intenciones siniestras. Mirada siniestra.
3. Causante o acompañado de desgracias: Un día [o un viaje] siniestro. Una
casualidad siniestra.
Es decir: continúa en la misma línea que la versión académica. Observamos que el
segundo ejemplo aportado para la primera de estas acepciones nos recuerda al
significado referido al aspecto que hemos visto reflejado desde el siglo XIX, empleo
que según este diccionario se corresponde, por tanto, con el significado
ʻmalintencionadoʼ. Ya advertimos que en casos muy concretos ―cuando lo calificado
de siniestro es una risa, una mirada, por ejemplo― se podría producir esta confusión
243
entre el sentido de ʻmalintencionadoʼ y el referido al aspecto; sin embargo, si se adopta
el punto de vista del DUE resultaría imposible explicar casos en los que siniestro se
aplica, por ejemplo, a un objeto.
En el DEA aparecen esta definiciones, acompañadas también de sus respectivos
ejemplos:
2. [Persona] que inspira temor por su apariencia maligna. El tipo más siniestro del
verano, Francisco, el pellejero... Compraba las pieles de los animales sacrificados.
b) Propio de la persona siniestra. Su risa se me antojó siniestra.
3. [Cosa] que hace temer un daño o una desgracia. Se encontrará con un cuarto
interior situado en una casa de aspecto siniestro. En estos días han corrido
siniestros rumores sobre el estado físico del General Franco.
El problema que plantean estas acepciones es que están divididas de acuerdo con el
criterio de la naturaleza del elemento sobre el que se aplica el adjetivo, es decir, la
primera está referida a personas y la segunda, a cosas. Así, a pesar de que si nos fijamos
en los ejemplos que las acompañan encontramos reflejados los tres significados como
adjetivo peyorativo que ―según nuestro análisis― llegan hasta la actualidad, las
definiciones no reflejan estos tres empleos diferentes.
La primera acepción se parece mucho a la que aquí proponemos como ʻque provoca
repulsión o temor por su aspectoʼ. Sin embargo, si nos fijamos, observamos que mezcla
el sentido referido al aspecto ―habla de «temor» y de «apariencia»― con el de ʻavieso,
malintencionadoʼ ―pues califica esta apariencia de «maligna»―. De hecho, parece que
el primer ejemplo propuesto se corresponde con el significado de ʻmalintencionadoʼ,
mientras que el ejemplo de la subacecpión se relaciona con el de ʻque provoca repulsión
o temor por su aspectoʼ.
La segunda acepción parece referirse solamente al significado ʻinfeliz, funesto,
aciagoʼ, pero el primer ejemplo demuestra que también engloba el sentido referido al
aspecto.
Así pues, aunque esta visión del DEA se diferencia un poco de las anteriormente
vistas, no coincide con nuestro planteamiento. Veamos entonces con qué nos hemos
encontrado en el CREA. Comencemos por el significado ʻinfeliz, funesto, aciagoʼ:
244
ʻInfeliz,
funesto,
aciagoʼ
Ciencia y
tecnología
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
Salud
Ficción
1
10
3
2
1
2
10
Miscelánea
Oral
Total
29
Es el menos numeroso dentro del grupo de los adjetivos con significado peyorativo.
Lo encontramos junto al mismo tipo de sustantivos que hemos visto durante todo el
análisis histórico:
Allí estaba Darío Bautista, una rara especie de contraministro de Hacienda, que
desde el primer canto de los gallos se dedicaba a amargarles la aurora a los
funcionarios más altos, con las cábalas casi siempre certeras de un porvenir
siniestro. (Gabriel García Márquez, Vivir para contarla, 2002, ciencias sociales).
Será un oráculo que anuncia siniestras consecuencias -contestó otro. (Terenci
Moix, El arpista ciego. Una fantasía del reinado de Tutankamón, 2002, ficción).
No sé por qué lo intuyo. Es un siniestro presentimiento. (Lola Beccaria, La
luna en Jorge, 2001, ficción).
Mayor es el número de casos encontrados con el significado ʻavieso,
malintencionadoʼ:
Ciencia y
tecnología
ʻAvieso,
malintencionadoʼ
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
Salud
Ficción
16
29
12
3
1
13
Miscelánea
Oral
Total
3
77
Veamos estos ejemplos:
Contradiciendo el apuro anterior, empezaron a contarle una historia de
intoxicaciones masivas que había circulado muchos años atrás: una potencia de las
que codiciaban el Canal antes de que estuviera terminado planeó la siniestra
maniobra de envenenar a toda la población del país, al menos a la urbana, para
tomar el poder bajo forma de protectorado en el caos consiguiente. (César Aira,
Varamo, 2002, ficción).
Estoy de acuerdo con Borges cuando dice que la democracia es un abuso de la
estadística. Uno de los personajes más siniestros, uno de los más enfermizos y
diabólicos asesinos, Adolf Hitler, fue elegido canciller de Alemania por la mayoría.
(Radar. Libros, prensa, 30-12-2001, ciencias sociales).
245
Así es, señoras y señores, niños y niñas, 1998 se ha quedado atrás. Se fue con la
falacia hecha el orden de las oligarquías, con los actos más siniestros soslayados
en la impunidad. (Excelsior, prensa, 14-9-2001, ciencias sociales).
En este ejemplo concreto podemos aplicar la prueba de la sinonimia:
Debía reconocerlo: Villa me repugnaba y me fascinaba a la vez. Y a lo que le
huía y lo que me atraía era su lado siniestro y perverso. (Edmundo Paz Soldán, La
materia del deseo, 2002, ficción).
Pero el grupo más numeroso lo encontramos, de nuevo, en los adjetivos referidos al
aspecto:
ʻQue
provoca
repulsión o
temor por
su aspectoʼ
Ciencia y
tecnología
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
Salud
Ficción
2
27
15
41
10
4
78
Miscelánea
Oral
Total
177
Como siempre, se utiliza para describir diferentes realidades:
Comenzaba la tarde cuando vieron aparecer al rollizo director de La Victoria, el
mayor Américo Dante Minervino. Se mordisqueaba el bigotito con cierto
nerviosismo y su semblante era más siniestro que de costumbre. (Mario Vargas
Llosa, La Fiesta del Chivo, 2000, ficción).
Será difícil, si no imposible, que el recién llegado y las dos mujeres que tienen a
su cargo el apartado, siniestro hotel donde transcurre la acción, puedan llegar a
entenderse. (Clarín, prensa, 11-10-2000, artes).
El propio machete: por fortuna la edición española lleva una foto siniestra que
permite hacerse cargo rápidamente de textura y medidas. (El País, prensa, 24-42004, ciencias sociales).
Llaman la atención los casos en los que este sentido se emplea para calificar el
ambiente generado por diversas manifestaciones artísticas, especialmente el cine o la
música, de manera que incluso puede llegar a hablarse de un género siniestro:
Desde el género, porque se dedica a revivir un estado anímico que el cine tiene
algo olvidado: el de lo siniestro. (Film [on line], prensa, 2003, artes).
Es un thriller dramático, un poco siniestro, en el que hay un asesino en coma y
el FBI quiere saber si su última víctima aún está con vida. (Revista Semana, prensa,
6/12-11-2000, artes).
246
La avalancha de color, llamada nueva ola, que sucedió al punk se había
escindido en cuatro tendencias: una melódica, otra tecnificada, una tercera
interesada en las influencias del rythm and blues y una cuarta que practicaba un
rock gótico y teatralizado de resonancias siniestras. (Sabino Méndez, Corre,
rocker. Crónica personal de los ochenta, 2000, artes).
Antes de pasar a los casos ambiguos, hay que advertir de la presencia de un caso en
el que encontramos el significado ʻfalso, engañosoʼ, aunque, como sucedía en el siglo
XX, se trata de una cita de un texto antiguo. Por eso no lo vamos a contabilizar como un
caso actual. Eso sí, nos permite comprobar una vez más la existencia de un sentido que
prácticamente no aparece reflejado en los diccionarios:
En el memorial dirigido por Cortés al Emperador, redactado en Madrid (25 de
junio de 1540), se advierte el rompimiento abierto con Mendoza. Ya no más
rodeos. Los cargos consisten en que, conforme a lo que tiene capitulado con la
Corona, descubrió y tomó posesión de una tierra, a la cual ahora el virrey le niega
la autorización a trasladarse, so color de que el descubridor no ha sido él, sino fray
Marcos de Niza (confirmación de que éste estuvo en el centro de la discordia), con
lo cual, sostiene que falta a la verdad; "hace siniestra relación a Vuestra Majestad".
(Juan Miralles, Hernán Cortés. Inventor de México, 2001, ciencias sociales).
La presencia del adjetivo acompañando al sustantivo relación ya fue comentada
anteriormente como uno de los casos que producían dudas en cuanto a su interpretación.
Aquí la explicación que se expone junto al propio texto no deja lugar a la ambigüedad.
Vayamos ya con los casos ambiguos, que ascienden hasta los 209:
Adjetivo
peyorativo:
casos
ambiguos
Ciencia y
tecnología
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
Salud
Ficción
Miscelánea
Oral
Total
2
43
54
41
17
7
36
3
6
209
En algunos casos se confunden los significados de ʻavieso, malintencionadoʼ y el de
ʻinfeliz, funesto, aciagoʼ:
Era un tema habitual en casa, pero se ponía un acento especial en la
responsabilidad directa del entonces primer ministro, Neville Chamberlain, que
tanto favoreció con su debilidad al siniestro encumbramiento del fascismo. (Albert
Boadella, Memorias de un bufón, 2001, artes).
247
En otros no se sabe si el adjetivo siniestro calificando a una persona se refiere a su
maldad, a su aspecto o a ambas cosas a la vez:
En realidad, las represalias comenzaron el mismo día de la publicación del
manifiesto. No era difícil imaginar a los Setienes trasegando por los pasillos y los
despachillos episcopales, intrigando y decidiendo a quién iban a sancionar
privándole de oficiar misas o desterrándolo a la parroquia rural más perdida, o
quitándole el trabajo. No era difícil imaginar las puertas de todas las sacristías de
Euskadi abriéndose y cerrándose con sigilo para dar paso a los correveidiles, a los
trepas, a los pelotas y a los chivatos del siniestro monseñor. (Iñaki Ezkerra, ETA
pro nobis. El pecado original de la Iglesia vasca, 2002, política y economía).
También se confunden muchas veces ʻaciagoʼ y el significado referido al aspecto:
Todo esto ocurre en una siniestra noche del estado de excepción de 1970. (El
País, prensa, 30-9-1997, artes).
Aunque los más numerosos dentro de estos ejemplos ambiguos son los que muestran
el adjetivo siniestro en un contexto muy peculiar e inusual, de manera que es difícil
averiguar su verdadero significado. Un ejemplo es:
Pero ahora que empiezan a aparecer indicios cada vez más oscuros de hasta
dónde llegaban los hilos de los traficantes de armas, convendría que las
investigaciones busquen atar estos cabos siniestros (R.E.). (Caretas, prensa, 22-92000, política y economía).
Entremos ahora en los empleos como sustantivo, donde predomina, con mucha
claridad, el significado ʻaccidente, desgraciaʼ:
ʻAccidente,
desgraciaʼ
Ciencia y
tecnología
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
Salud
Ficción
Miscelánea
Oral
Total
40
11
190
5
152
12
2
28
21
461
Como siempre, encontramos la denominación de siniestro para desgracias de todo
tipo, aunque hay una mayoría clara de ejemplos referidos a accidentes de tráfico, sobre
todo en textos pertenecientes a la prensa:
A consecuencia del siniestro, Tráfico cortó el carril izquierdo durante tres
horas, aunque la decisión no afectó a la circulación porque no provocó retenciones.
(La Voz de Galicia, prensa, 15-1-2004, política y economía).
248
Las cosas todavía no están claras respecto a cómo comenzó el incendio. En un
primer momento todo hacía suponer que un cortocircuito podría haber ocasionado
el siniestro. (La República, prensa, 3-12-2004, política y economía).
Aunque todavía no hay una versión oficial, varios pilotos barajan como
hipótesis del siniestro un fallo mecánico. Según fuentes del Real Aeroclub de
Málaga, las condiciones meteorológicas eran "aptas" y sólo el viento podía hacer
incómodo el vuelo, aunque no lo desaconsejaba. (El País, prensa, 22-12-2004, ocio
y vida cotidiana).
El encallamiento y derrame de petróleo del tanquero Torrey Canyon en 1967
frente a las costas inglesas y el más reciente y catastrófico siniestro del tanquero
Exxon Valdez en Estados Unidos han sido los que más atención han concitado,
pero no los únicos. (Efraín Pérez, Derecho ambiental, 2000, ciencia y tecnología).
Por ello, los socialistas nos comprometemos a hacer de la lucha contra la
siniestralidad laboral uno de nuestros objetivos prioritarios, siguiendo el ejemplo
de la política emprendida por el Gobierno socialista de las Islas Baleares, que ha
logrado rebajar espectacularmente el número de siniestros laborales en su
Comunidad. (El Socialista, prensa, 2003, política y economía).
Por lo que respecta a la visión de los tres diccionarios en referencia a este empleo,
hay que decir que en las acepciones del DUE y del DEA parecen innecesarias las
alusiones a ciertos tipos concretos de accidentes, como son los incendios, hundimientos
y naufragios. Ya hemos demostrado a lo largo de todo nuestro análisis la variedad de
acontecimientos negativos a los que puede aludir el término siniestro. Sí parece más
correcta la visión que adopta el DRAE, que en la edición de 2001 cambia por primera
vez el estilo de definición y opta por una más genérica en la que no se hace referencia a
ningún tipo de desgracia o accidente particular. De todos modos, no parece necesaria en
esa definición la alusión a las compañías aseguradoras, alusión que de hecho
desaparece, como hemos visto anteriormente, en la nueva propuesta para su 23.ª
edición, donde encontramos «suceso que produce un daño o pérdida material
considerable».
Por otro lado, volvemos a encontrar varios usos de siniestro contextualizados en el
terreno de las compañías aseguradoras. Se vuelve a confirmar que, aunque se trata de un
empleo más técnico y concreto, el sentido general ʻaccidente, desgraciaʼ no se pierde en
ningún momento. Veamos unos cuantos casos para demostrarlo:
A partir de ahora, si se le rompe la luna de su automóvil, ya no necesita dar
parte de siniestro, ni buscar desesperadamente un taller, basta con llamar al
teléfono indicado en esta tarjeta y le informaremos del taller mas cercano donde le
sustituirán o repararán su luna. (Propaganda impresa, 2001, miscelánea).
249
Europrotección de Pagos es un seguro que asume el pago de las cuotas de
amortización o de aquel capital pendiente de amortizar de su crédito o hipoteca, en
el caso de que se produzca un siniestro por cualquiera de los riesgos que usted
desee asegurar. (Página web, 1999, miscelánea).
Tramitación de los siniestros que pudieran producirse en las fincas aseguradas
por la E.M.V. tendentes a la reparación de los daños que se produzcan, así como al
cobro de las indemnizaciones que correspondan. (Página web, 1999, miscelánea).
El objetivo del coaseguro es involucrar al cliente, para que asuma parte del
riesgo y esté más preocupado en prevenir siniestros. (Diario Hoy, prensa, 24-101997, política y economia).
En todos estos ejemplos siniestro es perfectamente reemplazable por accidente.
Por otra parte, se ha hallado un único caso con el significado ʻvicio, mala
costumbreʼ:
Ciencia y
tecnología
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
Salud
Ficción
ʻVicio,
mala
costumbreʼ
Miscelánea
Oral
1
Total
1
Se trata de este curioso caso perteneciente a un texto mexicano:
Decir que es dificultosa de hallar es la primera alabanza de la buena mujer. No
se tendría en buena si hubiera muchas buenas o si en general no fuesen muchos sus
siniestros malos. Las hay cerriles y libres como caballos... (Eladia González,
Quién como Dios, 1999, ficción).
Por último, han aparecido dos casos referidos a la política:
Ciencia y
tecnología
Siniestra
en términos
políticos
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
2
Salud
Ficción
Miscelánea
Oral
Total
2
Ya habíamos visto en el siglo XX la utilización del término en clave política. Ahora,
son dos los ejemplos que se encuentran en el CREA:
250
De derechista, de "la derechona", como diría Umbral, lo acusan, algunos. Ahora
otros lo tildan de siniestro y en verdad que el hombre, que cuenta con dos manos,
canalizan todos sus esfuerzos hacia el centro. Y sabe que en la estrategia política, el
compromiso, el sentido del límite, te vuelve realista, que casi siempre equivale a
moderado. (Diario de las Américas, prensa, 8-3-1997, política y economía).
Felipe Calderón no esperó a que Aznar asumiera la presidencia española para
declarar al PAN partido de centro, vuelto al hispanismo de su origen doctrinario ya
sin miedo al fantasma del franquismo y en la cresta de la ola reformista que adoptó
el programa panista y se hizo solidario con el bien común. Andrés Manuel López
Obrador reafirma que el PRD es de centroizquierda, pero matiza la siniestra ante el
imperativo electoral que los mueve a invitar a la coalición filantrópica y declarar
solemnemente que no traicionan principios, con la alianza: "Tenemos diferencias
ideológicas con el PAN, pero en México no hay asunto de más trascendencia en el
terreno de los principios que la lucha por la democracia". (Excélsior, prensa,
12-1-1997, política y economía).
Lo primero que nos llama la atención es que, como sucedía en los casos analizados
en el período anterior, aparece siniestro utilizado como adjetivo, cuando este empleo es
propio del sustantivo siniestra, como realmente aparece en el segundo de estos
fragmentos. En realidad, en los ejemplos que acabamos de ver los empleos de siniestro
y siniestra parecen un poco forzados, ya que lo normal en la actualidad es utilizar la
palabra izquierda para referirse a este sentido.
Veamos a partir de ahora algunos empleos más concretos.
Ciencia y
tecnología
Dudosos
Ciencias
sociales
3
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
3
Salud
Ficción
Miscelánea
Oral
Total
2
1
9
Otro uso de siniestro lo encontramos en su aplicación, como sustantivo, para
designar a un cierto grupo de personas que conforma lo que se denomina una tribu
urbana: la de los siniestros. Estos son los ejemplos:
La espada clavada en una roca de la entrada ya hacía presagiar lo mejor, y así se
confirmaron mis sospechas al entrar, con Iron Maiden sonando a todo trapo para
luego dar paso a Manowar, AC/DC, Metallica y el Bon Jovi más rockero. Por
momentos me sentí como si tuviera de nuevo quince años. No sólo eso: me sentí
también como la noche en la que Sara me llevó al 666, un local de (venga, es fácil)
siniestros. (Weblog, 2004, miscelánea).
Desde los inicios, dábamos conciertos en México con grupos más dark
(siniestros) y veías a cuatro bueyes (tipos) vestidos de terciopelo rojo y negro que
251
no sabías quién iba a matar a quién. (La Luna del siglo XXI, prensa, 14-3-2003,
artes).
Aunque por mucho tiempo fueron reprimidos y relacionados con lo satánico, los
'siniestros' ya no sufren problemas de aceptación. (El Universal, prensa,
25-1-2002, ciencias sociales).
Se trata, evidentemente, de un uso moderno claramente relacionado con el sentido
que este mismo término tiene como adjetivo cuando significa ʻque provoca repulsión o
temor por su aspectoʼ. Efectivamente, los llamados siniestros se caracterizan por su
apariencia tétrica, su vestimenta oscura y su culto a la muerte (de hecho, también se les
denomina darks, ʻoscurosʼ); es decir, se trata de una especie de sustantivación del
adjetivo, pues lo que pretende este tipo de personas es llamar la atención precisamente
por su aspecto siniestro.
Debemos comentar también la presencia de dos ejemplos en los que encontramos la
expresión siniestro total. Son estos:
El jueves 8 de enero, entre las 19.00 y las 23.00 h, en San Raumoldo esquina a
Albasanz, un vehículo colisionó contra el mío (Seat Córdoba blanco) dejándolo
siniestro. (20 minutos, prensa, 14-1-2004, ciencias sociales).
También se podrá solicitar la "Baja Definitiva" por titulares de desguace,
presentando además el documento acreditativo de la propiedad del vehículo, o por
Compañías de Seguros, justificando el siniestro total del mismo. (Página web,
1999, miscelánea).
Aunque en el primer caso la encontramos de un modo abreviado, siniestro total es una
expresión lexicalizada que se utiliza para referirse a los coches cuyo arreglo no es
posible o rentable.
Por último, encontramos cuatro casos en los que un contexto confuso nos impide
averiguar el verdadero sentido con el que se utiliza nuestro término. En los dos primeros
fragmentos siniestro se acerca a algunos empleos que hemos analizado, aunque resultan
algo equívocos; en los dos últimos, resulta imposible descifrar la intención del autor al
emplear el término:
La ambigüedad y el misterio que envuelve este teatro proporcionan un
extrañamiento (por eso algunos hablan de absurdo o surrealismo) que oscila entre
el siniestro familiar y el distanciamiento brechtiano. (Stichomythia. Revista de
teatro español contemporáneo, prensa, 2002, artes).
Puesta en evidencia mi pasión por los siniestros hice el hielo, sin dejar de
exprimirme el cerebro buscando por lo menos una persona, una sola persona a la
252
que le interesaran más los moribundos que los muertos. (Rumbo, prensa, 29-91997, ciencias sociales).
Permítame hacer hincapié en un solo dato, de los siete mil cuatrocientos ochenta
y ocho incendios que siniestras ciento cincuenta y siete mil setecientas veintiocho
hectáreas, se presentaron únicamente ciento treinta y ocho denuncias, y lo que es
peor, solamente doce integraron expedientes administrativos. (Sesión Pública
49
Ordinaria de la Honorable Cámara de Senadores, 199..., oral) .
De la primera, hubo críticos (pocos) que señalaron esa posible conversión
simbólica, al final, del público en "muertos", como comentábamos más arriba;
otros hablaron de una "misteriosa oficina que podría ser una funeraria", un espacio
que "adquiere una carga simbólica (...) siniestro pese a su apariencia inofensiva"; o
"una excelente concepción escenográfica (...) no sólo (por su) función descriptiva,
sino también (porque) conecta con la esencia de la obra". (Stichomythia. Revista de
teatro español contemporáneo, prensa, 2002, artes).
Recapitulando, teniendo en cuenta que de los 1071 ejemplos mencionados al
principio no vamos a tener en cuenta el referente al significado ʻfalso, engañosoʼ por sus
peculiares características, hemos obtenido estos resultados:
49
Las referencias de este pasaje aparecen incompletas porque en el momento de la realización de este
trabajo la página electrónica de la Academia no dispone de los datos completos correspondientes a la
parte oral del CREA.
253
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
ʻIzquierdaʼ
1
1
1
11
ʻIzquierdaʼ
con
connotaciones
negativas
1
Ciencia y
tecnología
ʻInfeliz,
funesto,
aciagoʼ
1
ʻAvieso,
malintencionadoʼ
Salud
Ficción
Miscelánea
Oral
Total
16
(1,4%)
2
1
2
(0,1%)
29
(2,7%)
10
3
2
1
2
10
16
29
12
3
1
13
3
77
(7,1%)
ʻQue provoca
repulsión o
temor por su
aspectoʼ
2
27
15
41
10
4
78
Adjetivo
peyorativo:
casos
ambiguos
2
43
53
41
17
7
37
3
6
209
(19,5%)
ʻAccidente,
desgraciaʼ
40
11
190
5
152
12
2
28
21
461
(43%)
ʻVicio, mala
costumbreʼ
1
(0,1%)
1
Siniestra
en términos
políticos
2
(0,1%)
2
Dudosos
A diestro y
siniestro
177
(16,5%)
3
2
14
3
27
14
10
1
13
2
1
9
(0,8%)
3
3
87
(8,1%)
La tendencia observada durante el análisis histórico termina de confirmarse aquí: el
sentido ʻizquierdaʼ se ha convertido en un empleo minoritario de siniestro. Tan solo
encontramos poco más de un 1% de casos, teniendo en cuenta además las
particularidades comentadas en varios de ellos.
254
Dentro de los empleos como adjetivo, que son abundantes, sigue destacando el
referido al aspecto, que se impone a los demás de una forma muy clara. Además,
observamos el gran número de casos confusos, en los que se utiliza el término con un
significado negativo poco preciso.
En cuanto a los empleos como sustantivo, podemos comprobar que el significado
ʻaccidente, desgraciaʼ se ha convertido en el más utilizado en la actualidad para nuestro
término, con nada más y nada menos que el 43% de los casos. Por otra parte, como en el
siglo XX, se ha hallado un único caso con el sentido de ʻvicio, mala costumbreʼ.
Por último, de entre los demás ejemplos que hemos encontrado en el corpus,
destacamos el empleo de siniestros como forma de denominar a lo que hoy en día se
denomina una tribu urbana.
4.4. Valoración crítica de los resultados
Una vez realizado el análisis de las apariciones de siniestro a lo largo de toda la
historia del español, es momento de hacer una valoración crítica de los resultados
obtenidos. Para ello, debemos adentrarnos en la difícil tarea de clasificar todos los
sentidos encontrados en acepciones y subacepciones, por lo que es necesario fijar los
criterios en los que nos vamos a basar para llevar a cabo esta complicada labor.
4.4.1. Los conceptos de acepción y subacepción
A pesar de que el propósito de esta investigación no es el de redactar un artículo
lexicográfico, creemos necesario partir de la base de que los sentidos que puede tomar
una palabra pueden y deben agruparse en acepciones, es decir, los sentidos generales, y
subacepciones, que son meras variantes de ese sentido principal. Para aclarar conceptos,
utilizo el concepto de sentido como cada uso diferente que se hace de un término. Por
tanto, todas las acepciones pertenecen a sentidos diferentes, pero no a cada sentido le
corresponde una acepción.
Al problema ya mencionado de establecer unos criterios claros para la diferenciación
entre acepciones y subacepciones se le añade el de las diferentes interpretaciones
terminológicas que estos mismos conceptos suscitan. Por un lado, está la idea de
acepción entendida como «cada uno de los sentidos de una palabra establecidos por el
255
uso», como enuncian Pascual y García (2007: 106)50. Definiciones análogas a esta son
las defendidas por Medina y Hernández51.
Sin embargo, seguiré en este aspecto la teoría que ofrece Porto, que para diferenciar
acepción y subacepción parte de la ya conocida distinción entre los diferentes planos
lingüísticos establecida por Coseriu. Así, tras tratar el tema en su Manual de técnica
lexicográfica (2002: 195-199), vuelve a insistir en su nuevo estudio sobre el tema
(2009: 96) en que la acepción corresponde al nivel abstracto o del significado, al
contenido de lengua, mientras que la subacepción pertenece al nivel concreto de uso, al
contenido de discurso. La acepción se corresponde, entonces, con el verdadero
significado de una palabra52 y una subacepción es una mera variante de uso de una
acepción principal. Explica Porto:
Lo que, a nuestro juicio, ocurre con relativa frecuencia en los diccionarios es
que no se hace una clara distinción entre las acepciones que representan invariantes
o verdaderos significados y las que se limitan a indicar puras variantes
contextuales. Pues bien, creemos que para las primeras convendría reservar el
nombre de acepciones y llamar, por otro lado, subacepciones a las segundas.
Discrepamos, por tanto, de la definición que H. Hernández propone para acepción,
que entiende, siguiendo la línea de Trujillo y del propio Coseriu, como «cada uno
de los sentidos realizados de un significante, aceptado y reconocido por el uso, que
en el diccionario aparece verbalizado por medio de la definición lexicográfica»
[...]. Para nosotros, repetimos, acepción es lo mismo que significado cuando nos
referimos a las unidades léxicas polisémicas, esto es, a palabras y lexías en general
y, por tanto, la definición de Hernández correspondería en todo caso al concepto de
‘subacepción’ (2002: 199).
De todos modos, aun sin coincidir en el enfoque teórico, Pascual y García sí
coinciden con Porto en la práctica, pues afirman: «Las subacepciones, por su parte,
dependen estrechamente de las acepciones y solo con relación a ellas pueden explicarse;
son variantes contextuales relevantes que especifican o restringen los conceptos» (2007:
107).
50
Los propios autores aluden en su estudio a este problema terminológico (2007: 117).
Mientras que Medina define acepción como «sentido consolidado por el uso y aceptado por una
comunidad de hablantes» (2003: 131), para Hernández «acepción es cada uno de los sentidos realizados
de un significado, aceptado y reconocido por el uso, que en el diccionario aparece verbalizado por medio
de la definición lexicográfica» (1991: 133).
52
No están de acuerdo Hernández (1991:132-133) y Medina (2003: 129-132) con esta identificación entre
acepción y significado. Ambos autores siguen a Trujillo (1994) en su noción del concepto de significado:
para este autor, este no aparece reflejado en los diccionarios, donde solo encontramos las aplicaciones
concretas de un significado determinado. Dice Trujillo: «El diccionario no presenta los significados de las
palabras, porque [...] los significados solo los conocemos bajo la forma de realizaciones. Por ello, los
significados no se pueden definir, ya que representan el punto de confluencia de todos los sentidos»
(1994: 82).
51
256
4.4.2. Criterios para la división en acepciones y subacepciones
A la hora de establecer unos criterios firmes para la separación entre acepciones y
subacepciones del contenido semántico de siniestro tanto en el plano sincrónico como a
lo largo de la historia del español hay que tener en cuenta algunos aspectos. En primer
lugar, que se trata de una tarea complicada de la que no se puede eliminar un pequeño
porcentaje de subjetividad por parte del investigador, ya que siempre hay que tener en
cuenta un factor intuitivo. A esta subjetividad hay que añadirle el hecho de que no
existan unos criterios fijos para realizar esta tarea, pues, como vamos a ver, aunque
algunos de ellos sí se repiten en los diferentes estudios de los expertos, no todos siguen
la misma metodología, por lo que es difícil llegar, aun tratándose del análisis de un
mismo término, a los mismos resultados.
Por tanto, este estudio pretenderá ser los más completo posible en el sentido de que
se tendrán en cuenta la mayor parte de criterios que, a nuestro juicio, parecen más
razonables, intentando comprobar los hechos bajo diferentes puntos de vista. Así, se
seguirán especialmente los trabajos ya mencionados de Porto (2002: 203-224 y 2009:
104-124)53 y de Pascual-García (2007: especialmente 117-146), con la importante
apreciación de que este último se centra en el estudio del contenido semántico desde una
perspectiva diacrónica54.
Empezando ya por la exposición de los criterios que se van a seguir, partamos de lo
que Pascual y García califican como tres reglas que «la Semántica estima fundamentales
para el establecimiento de las acepciones» (2007: 143)55.
La primera de estas reglas consiste en que para que podamos hablar de dos o más
acepciones diferentes es necesario que una unidad resulte ambigua en un contexto
53
En principio, se tendrá en cuenta sobre todo la nueva visión que aporta el autor sobre el tema, sin
olvidar apreciaciones anteriores que puedan ser importantes. En cualquier caso, hay que tener en cuenta
que Porto centra su teoría de separación de acepciones en una clase de palabra determinada, el verbo, por
lo que solamente se tomarán como referencia los criterios que pueden ser empleados independientemente
de la categoría gramatical de la palabra que se vaya a analizar.
54
La dificultad de esta labor queda demostrada si observamos la prudencia con la que los propios Pascual
y García plantean la metodología que se debe seguir para llevar a cabo esta tarea: «Trataremos después de
aportar, partiendo de algunos conceptos bien establecidos en el ámbito de la Semántica, una primera idea
de algunos criterios prácticos que puedan servir de orientación para mejorar la distinción de acepciones en
el campo de la Lexicografía Histórica. No pensamos resolver de ese modo este gran problema, pero
creemos que merece la pena tratar de empezar dando, al menos, con alguna solución parcial que sirva
para facilitar la realización de nuestro trabajo» (2007: 119).
55
Pascual y García aluden a estas tres reglas en diversas partes de su trabajo. Estos autores toman como
referente constante para sus apreciaciones a D. A. Cruse, con sus obras Lexical Semantics (Cambridge
University Press, Cambridge, 1986) y Meaning in language. An Introduction to Semantics and
Pragmantics (Oxford University Press, Oxford, 2004).
257
determinado. Porto56 afirma que «la prueba basada en el criterio de la ambigüedad [...]
es correcta, pero resulta claramente insuficiente o, más que insuficiente, inaplicable en
la inmensa mayoría de los casos, lo que obliga a utilizar este criterio o procedimiento
como meramente complementario» (2009: 121). En cualquier caso, el hecho de que un
término pueda interpretarse de dos o más formas diferentes en un mismo contexto puede
servirnos como pista de que en él podemos encontrar más de una acepción.
El segundo principio consiste en demostrar el carácter independiente de cada uno de
los significados con los que puede ser interpretada una palabra: si se halla un ejemplo en
el que la ambigüedad desaparece y solo cabe la interpretación con uno de esos sentidos,
nos encontramos ante una verdadera acepción. La dificultad de la aplicación de este
criterio está, sobre todo, en el hallazgo de ejemplos que sean lo suficientemente
clarificadores como para poder demostrar esta teoría.
Por último, la tercera regla enunciada dictamina que los diversos sentidos de una
unidad serán acepciones diferenciadas si son antagónicos. La mejor forma de demostrar
esta regla consiste en la imposibilidad de coordinar esos diferentes sentidos en un
mismo enunciado. Esta idea, mencionada por Pascual y García (2007: 123-124), es
denominada por Porto57 como «criterio de coocurrencia compatible» (2002: 214-215 y
2009: 122-123). En efecto, si los diferentes sentidos que se están analizando de una
palabra son compatibles en un mismo contexto, quiere decir que nos encontramos ante
subacepciones. Por el contrario, si no se puede producir esa coordinación, serán
acepciones diferentes58.
Los tres criterios que se acaban de explicar, aunque válidos, pueden resultar
insuficientes teniendo en cuenta las posibles dificultades que podemos encontrar para su
aplicación. Por eso estamos de acuerdo con Porto (2002: 210 y 2009: 96) en que una de
las pruebas fundamentales para poder separar acepciones es la de la construcción del
paradigma léxico con el que puede conmutar una palabra en un contexto determinado:
se señalarán tantas acepciones como campos léxicos encontremos entre los sentidos de
un término, mientras que todas las variantes que coincidan con un mismo paradigma
serán meras subacepciones. En palabras de Porto:
56
El autor se refiere a este criterio de la ambigüedad a partir de las ideas de otro estudio lexicográfico que
comenta en su artículo: Introduction à la lexicologie explicative et combinatoire, de J. A. Mel’čuk, A.
Clas y A. Polguère (Éditions Duculot, Lovain).
57
También a partir del trabajo de J. A. Mel’čuk y otros (op. cit.).
58
Para ilustrar esta regla con un ejemplo, veamos el que expone Porto con respecto al verbo cantar: la
imposibilidad de construir un enunciado del tipo *el delincuente cantó la verdad y una jota aragonesa
nos hace pensar que el sentido ‘manifestar, confesar’ del verbo cantar se corresponde con una nueva
acepción (2002: 214-215).
258
Esto quiere decir que, cuando separamos acepciones, estamos aceptando
implícitamente la existencia de la polisemia o pertenencia de una palabra [...] a
diversos paradigmas o campos léxicos diferentes, tantos como acepciones. Y esto,
obviamente, quiere decir que el objetivo básico a que debe dirigirse la labor del
lexicógrafo a la hora de separar acepciones no puede ser otro que intentar
determinar los campos léxicos a que pertenece el vocablo que se haya propuesto
59
estudiar (2009: 96) .
Evidentemente, puede objetarse que la construcción de estos paradigmas se complica
trabajando en el plano diacrónico. De todos modos, no se debe confundir este criterio de
separación de acepciones según los paradigmas léxicos que representen con la mera
sustitución sinonímica empleada frecuentemente para separar significados, prueba que
en muchas ocasiones no resulta válida, como indican Pascual y García (2007: 94-95 y
120-125)60. Para Porto, esto se soluciona si, en lugar de buscar la sinonimia en el plano
del discurso, nos situamos en plano de la lengua, lo que evita que cometamos errores
(2009: 107-110).
Esta prueba de la sinonimia entendida como la construcción de un paradigma con sus
hiperónimos e hipónimos correspondientes se complementa para Porto con la prueba de
la antonimia u oposición general (2009: 110-112). Por un lado, los diferentes sentidos
de una palabra deben tener antónimos que, a su vez, no tengan nada en común61. Por
otro lado, hay que tener también en cuenta la relación de oposición que se establece
entre un término de un paradigma y su hiperónimo correspondiente: si en cada sentido
un término se opone a un hiperónimo diferente, estaremos hablando de acepciones
diferentes.
Otro criterio que para el autor completa la separación de acepciones mediante la
construcción de un paradigma es el del análisis de los sentidos hallados para una palabra
(2009: 112-119). Se trata, efectivamente, de analizar en su conjunto los sentidos con los
que se utiliza un término para decidir si las relaciones semánticas que entre ellos se
59
No creo necesario extenderme en este trabajo en la explicación del concepto de campo léxico. Me
limito simplemente a remitir al trabajo de Geckeler Semántica estructural y teoría del campo léxico, en el
que, además de repasar los orígenes de este concepto y las principales teorías propuestas sobre el tema
(1976: 97-210), explica con profundidad la aplicación del método estructural a los campos llevada a cabo
por Coseriu (1976: 211-245 y 282-303). Obviamente, también puede acudirse directamente a la obra del
propio Coseriu, principalmente mediante la consulta de los estudios reunidos en Principios de semántica
estructural (Coseriu: 1986).
60
Se refieren, por ejemplo, los autores a la incorrecta separación de acepciones o subacepciones teniendo
en cuenta la sinonimia que podemos encontrar en un ejemplo determinado entre el término estudiado y un
término del español actual, sinonimia que no tiene que producirse en otros ejemplos. Utilizar este tipo de
pruebas para diferenciar acepciones o subacepciones resulta, por tanto, incorrecto.
61
Porto (2009:110) pone el ejemplo de blanco, que puede tener antónimos como tinto, moreno o negro
dependiendo de a qué se aplique.
259
producen son «propias de los miembros de un mismo paradigma» (2009: 112); por
ejemplo, si existen relaciones de hiperonimia e hiponimia.
4.4.2.1. Otras consideraciones
Entrando ya en otros criterios que, sin ser tan importantes como los expuestos hasta
el momento, pueden ayudar en un momento dado a la separación de acepciones
encontramos, por ejemplo, el que tiene que ver con la derivación. Se parte de la idea de
que dos sentidos pueden corresponder a acepciones distintas si cada uno de ellos da
lugar a derivaciones diferentes. Tanto en los estudios de Porto (2002: 215-216 y 2009:
124) como en el de Pascual y García (2007: 129-131) se afirma que no se trata ni mucho
menos de una regla exacta y que, aunque puede ser útil en alguna ocasión, hay que
tomarla con mucha precaución, sobre todo en un estudio diacrónico.
Por otro lado existe el criterio de separar dos sentidos cuando ambos presentan una
diferente estructura gramatical (Pascual-García 2007: 128-129). Porto habla del
«criterio de coocurrencia diferencial» (2002: 215 y 2009: 123), que es un poco más
amplio: consiste en separar dos sentidos en diferentes acepciones cuando «cada uno de
ellos se asocia con elementos morfológicos, sintácticos o léxicos diferentes» (2009:
123). En principio no parece que esta regla pueda servirnos de mucho para el análisis de
siniestro, ya que los autores de los estudios que estamos citando la utilizan para
examinar una clase de palabra que sí puede presentar estructuras muy diferentes: el
verbo.
Para acabar ya con los criterios que van a guiar nuestro trabajo, hay que comentar un
último aspecto que tiene una gran relevancia: se trata de los llamados usos figurados o
tropológicos (Pascual y García 2007: 125-127; Porto 2009: 116-119.). No cabe duda de
que los usos figurados de un sentido concreto provocan el nacimiento de nuevos
sentidos que, al generalizarse, dan lugar a un nuevo significado para un término. De una
primera etapa en la que el uso tropológico es una mera subacepción de un significado
principal puede pasarse a un uso habitual en el que desaparece la relación del nuevo
sentido con su origen, como expresa perfectamente Porto:
Y es que, efectivamente, el paso de un sentido figurado de simple subacepción a
acepción es gradual, no se produce de la noche a la mañana, y solo tendremos una
completa seguridad de haberse efectuado ese paso cuando se haya producido la
desaparición del sentido recto correpondiente (2009: 117).
260
Un primer problema lo plantea el hecho de que es muy difícil establecer el grado de
alejamiento existente entre un uso figurado y el sentido recto originario, por lo que
Pascual y García afirman que es «imposible intentar una separación sistemática de
acepciones» siguiendo el criterio de la distinción entre ambos sentidos (2007: 126).
Por otra parte, en un análisis diacrónico se debería poder apreciar la evolución de
esos sentidos figurados, de manera que pudiéramos sacar como conclusión la aceptación
o la desaparición de un posible nuevo sentido. El problema, como siempre, se encuentra
en que en un estudio histórico nuestro corpus es limitado y, por tanto, engañoso.
Podemos analizar solamente una parte del fenómeno que nos interesa, pero no todo.
Así, aun teniendo en cuenta las particularidades de estos usos figurados y prestarle gran
atención a la evolución de estos en la medida de lo posible, intentaremos aplicar los
criterios establecidos anteriormente para establecer cuándo se trata de meras variantes
de una acepción o, por el contrario, han dado lugar a una nueva.
4.4.3. Análisis crítico de los resultados
Comenzamos ya a organizar los resultados obtenidos siguiendo los criterios que
acabamos de explicar. Antes que nada, hagamos un balance de todos los sentidos
encontrados tanto en el análisis diacrónico como en el sincrónico:
Como adjetivo:
1. ʻIzquierdaʼ, con muchos casos en los que encontramos connotaciones negativas.
2. ʻInfeliz, funesto, aciagoʼ.
3. ʻAvieso, malintencionadoʼ.
4. ʻFalso, engañosoʼ.
5. ʻQue provoca repulsión o temor por su aspectoʼ.
Como sustantivo:
6. ʻAccidente, desgraciaʼ, teniendo en cuenta el empleo específico relacionado con el
campo de las compañías aseguradoras.
7. ʻVicio, mala costumbreʼ, que aparece muchas veces con la expresión tomar siniestro.
Otros casos:
8. Empleos poco frecuentes.
9. A diestro y siniestro.
261
4.4.3.1. ʻIzquierdaʼ
Es la primera acepción que aparece en la mayoría de los diccionarios, pues se trata
del significado original del término; evidentemente, ya aparece recogida en el Tesoro de
Covarrubias de 1611, el primer diccionario monolingüe con el que hemos trabajado.
Llama la atención ―como ya hemos observado en este trabajo― la mención que en
algunos diccionarios se hace a una acepción referida a la ʻmano izquierdaʼ, comúnmente
recogida bajo la entrada siniestra. Ya ha quedado clara mi posición con respecto a este
tema, por lo que todos los ejemplos referidos a la mano siniestra han sido incluidos
dentro de los del grupo ʻizquierdaʼ por tratarse de meras sustantivaciones.
Por otro lado, ya hemos hablado también de las aclaraciones que suelen aparecer en
los diccionarios acompañando a este significado, con la conclusión de que lo más
acertado es calificarlo como perteneciente a un estilo elevado.
En cuanto a la definición, la propuesta por la misma 22.ª edición del DRAE (s. v.
siniestro) parece correcta: «Dicho de una parte o sitio: que está a la mano izquierda».
No parece demasiado difícil justificar la independecia de este sentido como una
acepción diferenciada, pues no hay ningún otro sentido cercano que produzca
ambigüedades. Como campo léxico, pertenece al grupo de adjetivos que sirven para
situar un punto en el espacio. Además de los propios siniestro, izquierdo, derecho y
diestro, podemos señalar otros como central, lateral, interior, exterior... Veámoslo62:
SINIESTRO
IZQUIERDO
DERECHO
DIESTRO
CENTRAL
LATERAL
INTERIOR
EXTERIOR
SEMA
1
+
+
+
+
+
+
+
+
SEMA
2
+
+
SEMA
3
SEMA
4
SEMA
5
SEMA
6
SEMA
7
+
+
+
+
+
+
62
Para la elaboración de los campos léxicos, en concreto para la separación en semas, he intentado
unificar la información aportada para cada término en los tres diccionarios actuales con los que
trabajamos (DRAE 2001 e ined., DUE y DEA).
262
SEMA 1: indica la situación de algo con respecto a un punto
SEMA2: en el lado del corazón
SEMA 3: en el lado contrario al corazón
SEMA 4: en el centro
SEMA 5: a un lado
SEMA 6: en la parte de dentro
SEMA 7: en la parte de fuera
Observamos en la tabla anterior la equivalencia de significados entre siniestro, la
palabra postergada, e izquierdo, el término que se tomó para sustituirla.
Veamos ahora de forma gráfica cómo ha sido la evolución del uso de este empleo a
lo largo de la historia según los datos extraídos de nuestro análisis:
El significado 'izquierda'
Porcentaje de ejemplos
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
CREA
Siglos
Teniendo en cuenta que la barra vertical indica el porcentaje de ejemplos que en cada
siglo tenían este significado, observamos que la frecuencia de uso de siniestro con este
sentido espacial presenta una tendencia claramente descendente.
El porcentaje de estos ejemplos en los siglos XII, XIII y XIV es muy alto, pues casi
todos los casos analizados pertenecen a este significado: en los tres períodos
encontramos unas cifras que se sitúan alrededor del 95%.
263
En los siglos XV, XVI y XVII empieza a notarse el descenso de ʻizquierdaʼ, pero es
al llegar al XVIII cuando se produce un importante punto de inflexión, ya que las
apariciones con este significado bajan por primera vez del 50%.
Mención aparte merecen los datos que encontramos en los siglos XIX y XX, en los
que el porcentaje se sitúa en un 15% y un 12% respectivamente. Finalmente, las
apariciones en el CREA no pasan del 1,6%, con la particularidad de que, además, los
ejemplos encontrados presentan unas características muy concretas que ya hemos
comentado.
Algo importante de lo que hablar en referencia a este significado es la gran cantidad
de casos en los que este presenta unas evidentes connotaciones negativas. Durante el
período comprendido entre los siglos XII y XVII, estos ejemplos de ʻizquierdaʼ con
connotaciones se sitúan en un porcentaje que oscila entre el 3% y el 8% de los casos
totales con este sentido espacial. Llama la atención la circunstancia que se produce en el
XVIII, en el que estos ejemplos representan un 24% de los casos de este significado; de
todas formas, este porcentaje puede resultar engañoso debido al escaso número de
ejemplos encontrados en este período. Finalmente, este tipo de empleos decae a partir
del siglo XIX.
En relación a estos casos en los que hallamos una visión negativa de este significado,
hay que hablar de la importancia que tiene la temática religiosa y, más concretamente, el
cristianismo. La teoría expuesta en este trabajo con respecto a la influencia del
cristianismo en la visión negativa de la izquierda ha quedado patente con la gran
cantidad de ejemplos mostrados, con los que he querido detallar y resaltar las
particularidades que entraña el estudio del significado ʻizquierdaʼ en una lengua
claramente relacionada con esta religión.
4.4.3.2. ʻInfeliz, funesto, aciagoʼ
Centrémonos ahora en los complejos significados que encontramos en siniestro
como adjetivo con un valor claramente peyorativo. La definición de ʻinfeliz, funesto o
aciagoʼ la encontramos, como ya he dicho, en prácticamente todos los diccionarios,
incluso en los no académicos. Aparece de forma muy similar ya en el Diccionario de
Autoridades de 1739. Desde entonces, la única modificación resaltable es que desde
1884 hasta 1992 ―me refiero siempre a los diccionarios de la Academia― este
significado se califica de «figurado».
264
El problema es que la definición de estos diccionarios no deja de ser una simple
enumeración de sinónimos, por lo que vamos a proponer otra. A tenor de lo visto en los
ejemplos analizados, podría ser correcta esta: ʻque anuncia o conlleva desgraciasʼ, pues
el adjetivo siniestro se utiliza en estos casos para referirse tanto a presagios que
anuncian infortunios como a las consecuencias negativas de cualquier suceso.
El tratamiento de este sentido como una acepción independiente ya no está tan claro
como en el caso del significado ʻizquierdaʼ. De momento, podemos ofrecer su
paradigma léxico:
SINIESTRO
DESGRACIADO
ACIAGO
FUNESTO
INFAUSTO
NEFASTO
SEMA
1
+
+
+
+
+
+
FATÍDICO
FATAL
+
+
SEMA 1: que anuncia o conlleva desgracias
Todos estos adjetivos tienen en común el hecho de señalar las consecuencias trágicas
que acompañan indefectiblemente a algo, ya sea un estado, un suceso, una revelación...
Es curioso comprobar la sinonimia casi total que se produce entre todos estos términos,
entre los que no se pueden establecer diferencias semánticas. Una vez señalado este
paradigma, habrá que compararlo con los de los demás adjetivos de valor peyorativo
para poder establecer las diferentes acepciones y subacepciones.
Por otro lado, esta es la evolución histórica de este empleo según nuestro análisis:
265
El significado 'que anuncia o conlleva
desgracias'
Porcentaje de ejemplos
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
CREA
Siglos
Dejando a un lado las primeras documentaciones halladas en el siglo XIV, la
frecuencia de empleo con este sentido oscila siempre entre el 5% y el 10%, exceptuando
los casos hallados en el análisis sincrónico, que no llegan al 3%.
4.4.3.3. ʻAvieso, malintencionadoʼ
Este significado aparece también desde Autoridades 1739, donde a los calificativos
«avieſo» y «mal intencionado» les acompaña en la definición el término «viciado», que
desaparece de los diccionarios académicos en 1927. También aparece como sentido
figurado entre las ediciones de los años 1884 y 1992.
Volvemos a encontrar en este caso una definición basada en los sinónimos, por lo
que aquí proponemos la de ʻque provoca daños intencionadamenteʼ, definición que
podemos concluir del siguiente paradigma léxico:
266
SINIESTRO
MALO
MALVADO
AVIESO
MALICIOSO
PERVERSO
CRUEL
PERNICIOSO
RUIN
VIL
SEMA
1
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
SEMA
2
SEMA
3
SEMA
4
+
+
+
+
+
SEMA 1: que provoca daños intencionadamente
SEMA 2: disfrutando de ello
SEMA 3: en gran cantidad
SEMA 4: de una forma especialmente despreciable
El matiz que está presente en cualquiera de estos adjetivos es el de la intencionalidad,
esta es la característica fundamental que nos permite diferenciar este sentido. Se aplica
la cualidad de siniestro en este caso, por tanto, a las personas o a sus actividades, pues
son las únicas que pueden actuar malintencionadamente.
Gráficamente, esta es la evolución de las apariciones encontradas en el corpus:
Porcentaje de ejemplos
El significado 'que provoca daños
intencionadamente'
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
Siglos
267
XVIII
XIX
XX
CREA
Durante los tres primeros siglos en los que encontramos documentado este
significado, desde el XV hasta el XVII, la frecuencia no alcanza nunca el 3%. En el
siglo XVIII notamos ya un notable ascenso, con un 8,7%. Durante los siglos XIX y XX
los resultados van muy parejos a los del sentido ʻque anuncia o conlleva desgraciasʼ,
pero esta paridad se rompe en los resultados obtenidos del CREA, ya que los casos del
empleo que estamos analizando casi triplican a los del anterior sentido peyorativo.
4.4.3.4. ʻFalso, engañosoʼ
Cronológicamente, el tercer sentido que aparece como adjetivo con valor peyorativo
es el que encontramos reflejado únicamente en el diccionario de Terreros de 1788 como
«lo mismo que falso, engañoso».
Tras constatar la existencia de este significado no recogido en ninguna de las
ediciones del diccionario académico, se puede formular un definición que no se limite a
la equivalencia sinonímica. Esta podría ser ʻque no corresponde a la verdadʼ. Veamos el
paradigma léxico:
SINIESTRO
FALSO
INCIERTO
FICTICIO
HIPÓCRITA
INEXACTO
ENGAÑOSO
FALAZ
SEMA
1
+
+
+
+
+
+
+
+
SEMA
2
SEMA
3
SEMA
4
+
+
+
+
+
SEMA 1: que no corresponde a la verdad
SEMA 2: de forma fingida
SEMA 3: parcialmente
SEMA 4: conduciendo a engaño
Efectivamente, volvemos a encontrar un paradigma léxico nuevo para este
significado. El problema es que seguimos teniendo muchas dudas acerca de cuál pudo
haber sido el verdadero nivel de empleo de este sentido, ya que en el corpus se ha
hallado un número muy limitado de casos. Además, el hecho de que aparezca reflejado
en un único diccionario nos sugiere que su empleo era bastante escaso. Veámoslo
gráficamente:
268
El significado 'que no corresponde a la verdad'
Porcentaje de ejemplos
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
CREA
Siglos
En este caso, en lugar de referirnos a los porcentajes de aparición, merece la pena
contabilizar el número exacto de ejemplos hallados: aparecen 5 casos en el siglo XVI,
13 en el XVII, 16 en el XVIII y 6 en el XIX. A pesar de que muchos de los ejemplos
calificados como dudosos y ambiguos podrían representar en realidad más empleos de
este sentido, el número total de casos sumados todos los siglos apenas es representativo:
40 ejemplos (a los que podríamos sumar el pasaje comentado en el siglo XX
perteneciente a un documento del siglo XVIII).
En resumen, si tenemos en cuenta estos datos y el trato que recibe este significado en
los diccionarios, tenemos que concluir que su empleo no llegó a ser muy representativo.
4.4.3.5. ʻQue provoca repulsión o temor por su aspectoʼ
Nos encontramos ante uno de los aspectos más conflictivos de nuestro trabajo.
Hemos explicado que este sentido no aparece reflejado como una acepción
independiente en ninguno de los diccionarios analizados y es por eso por lo que he
propuesto esta definición.
El único diccionario en el que encontramos un acercamiento a este ―para
nosotros― «nuevo» significado es el DEA, que ofrece dos acepciones referidas a los
sentidos peyorativos del adjetivo siniestro. Veíamos anteriormente cómo en esas dos
acepciones se percibían, mezclados, tres significados distintos, entre los que estaba
precisamente el referido al aspecto.
269
Comentábamos que el criterio que sigue el DEA es el de la separación de acepciones
atendiendo a si el adjetivo se aplica a personas o a cosas. Pero siguiendo los criterios
especificados anteriormente, no considero que el hecho de la diferente realidad a la que
se puede referir el adjetivo ―una risa siniestra o una casa de aspecto siniestro― sirva
para dividir en dos, o más, un único significado63. Por tanto, no estoy de acuerdo con el
tratamiento que se le da en este diccionario a estos significados de siniestro como
adjetivo y, en concreto, al significado que estamos tratando ahora.
Esta es, por tanto, la mayor aproximación que encontramos en un diccionario a este
significado. Ante esta situación, he decidido buscar en otras obras lexicográficas del
español actual cuál es el tratamiento de siniestro en su función adjetiva con valor
peyorativo. En primer lugar, he consultado otros diccionarios recientes de la Real
Academia, como son el Diccionario del estudiante (Real Academia Española 2005) y el
Diccionario esencial de la lengua española (Real Academia Española 2006), pero en
ambos encontramos las dos mismas acepciones que en la 22.ª edición. Recordamos que
tampoco en el avance de la nueva edición aparecen modificaciones en este aspecto.
La consulta se ha extendido entonces a otras obras en busca de alguna que refleje la
diferencia entre los tres sentidos que aparecen nítidamente en nuestro análisis
sincrónico. En el Gran diccionario de la Lengua Española de la editorial Larousse
(Gran diccionario de la Lengua Española 1996: s. v. siniestro) no encontramos
cambios:
2. Que tiene malas intenciones.
3. Que causa desgracias o va acompañado de ellas.
En cambio, sí aparecen en el Diccionario de uso del español de América y España de
la editorial Vox (Diccionario de uso del español de América y España 2002: s. v.
siniestro):
1. Que está hecho con perversidad o mala intención.
2. Que causa cierto temor o angustia por su carácter sombrío o macabro o por su
relación con la muerte.
63
Acerca de la innecesaria multiplicación de acepciones atendiendo a la diferente naturaleza de los
elementos a los que hace referencia un término, cfr. Pascual-García 2007: 98-102. Dicen los autores:
«Todo sentido general puede teñirse de matices, puesto que se aplica, en el uso cotidiano, a numerosas
realidades concretas, pero su coloración contextual no debería conducir al establecimiento de acepciones
cuya existencia llegara a revelarse un tanto artificial» (2007: 99).
270
Como se aprecia, en este diccionario aparece reflejado de forma independiente, como
una acepción diferenciada, el significado que estamos analizando, que además aparece
explicado con ejemplos como: decían que en aquella casa lúgubre y siniestra había
fantasmas o era un hombre siniestro y misterioso. Sin embargo, obviamente se echa en
falta el sentido ʻque anuncia o conlleva desgraciasʼ.
Finalmente, veamos las acepciones que recoge el Gran diccionario de uso del
español actual (Sánchez 2001: s. v. siniestro):
2. Referido a una persona, que es mala o perversa o que inspira temor.
3. Referido a una cosa, que inspira temor o desconfianza (por su apariencia) o que
es propio de personas perversas o de malas intenciones.
4. Que causa desgracias, que es funesto o desgraciado.
Nos encontramos ante la visión que más se acerca a la nuestra. De todos los
consultados, es el único diccionario que separa los tres sentidos. Además, ofrece los
sinónimos que entrarían dentro del campo léxico de cada acepción, que serían,
respectivamente: maligno, malvado, pérfido y perverso para la número dos;
amenazador, aterrador, espeluznante, lúgubre y tétrico para la tres; aciago,
desgraciado y funesto para la cuatro.
La única objeción que, en mi opinión, se le puede poner a esta propuesta es que en la
acepción 3, que se corresponde con nuestro sentido ʻque provoca repulsión o temor por
su aspectoʼ, incluye lo que es «propio de personas perversas o de malas intenciones»,
aclarado con el ejemplo pidieron una explicación por el siniestro proceder del militar.
Como ya se ha explicado, este tipo de casos entrarían para nosotros dentro del sentido
ʻque provoca daños intencionadamenteʼ, que engloba a las personas que actúan
malintencionadamente y sus actividades. De hecho, en el mismo ejemplo propuesto por
este diccionario, vemos que siniestro puede conmutar fácilmente con malvado o
perverso y no con espeluznante, lúgubre o tétrico. Además, también hemos visto que el
temor o la desconfianza que se muestra ante el aspecto de algo no está limitado
solamente a cosas, como indica este diccionario, sino que también se da en personas sin
necesidad de que estas sean calificadas de perversas o malvadas.
Este sería el paradigma léxico correspondiente a este significado:
271
SINIESTRO
LÓBREGO
TENEBROSO
TÉTRICO
MACABRO
LÚGUBRE
PATIBULARIO
TORVO
SEMA
1
+
+
+
+
+
+
+
+
SEMA
2
SEMA
3
SEMA
4
SEMA
5
+
+
+
+
+
+
+
SEMA 1: que provoca repulsión o temor por su aspecto
SEMA 2: debido a su oscuridad
SEMA 3: debido a su relación con la muerte
SEMA 4: dicho de una persona, debido a su aspecto criminal
SEMA 5: dicho de una persona, debido a su mirada
Encontramos una vez más un paradigma independiente, en el que aparecen adjetivos
que sirven calificar simplemente la impresión que causa algo a nuestra vista o a nuestro
oído.
Veamos ahora cómo ha sido la frecuencia de empleo a lo largo de la historia:
El significado 'que provoca repulsión o temor
por su aspecto'
Porcentaje de ejemplos
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII XVIII
XIX
XX
CREA
Siglos
Ya comentamos que la irrupción de este significado se produce, con gran fuerza, en
el siglo XIX. No obstante, durante nuestro análisis hemos mostrado algunos casos
anteriores en los que, de manera ocasional, siniestro se empleaba para describir el
272
aspecto de algo; estos ejemplos no se han tenido en cuenta precisamente por tratarse de
casos muy aislados.
Pues bien, en el siglo XIX encontramos nada menos que 503 ejemplos claros de este
empleo, lo que supone casi un 40% de todos los ejemplos del siglo. Aunque el
porcentaje desciende un poco en el siglo XX, sigue siendo elevado: 35,3%. En el
análisis sincrónico la frecuencia es de un 16.5%.
Es muy llamativa la aparición tan abrumadora que suponen los casos registrados en
el siglo XIX. Como hemos dicho, puede buscarse una causa en la época en la que se
contextualiza: el Romanticismo, donde es bien conocido el gusto por lo siniestro y lo
lúgubre.
Por otra parte, llaman la atención algunos ejemplos en los que este significado
aparece empleado de un modo más concreto, pues se utiliza para referirse al carácter de
ciertas manifestaciones artísticas, como pueden ser una película, una canción... Lo
observamos con claridad en este ejemplo ya citado:
Desde el género, porque se dedica a revivir un estado anímico que el cine tiene
algo olvidado: el de lo siniestro. (Film [on line], prensa, 2003, artes).
Parece que puede hablarse incluso de un género siniestro. El adjetivo, sin perder el
significado principal que estamos analizando aquí, adquiere unas características más
concretas, por lo que podríamos estar hablando de una subacepción.
Detengámonos ahora para hacer un balance de estos cuatro últimos sentidos
analizados, pues es necesario hablar de su clasificación en acepciones o subacepciones.
Veíamos como criterio fundamental para establecer acepciones la adhesión de cada
significado a un paradigma léxico, y esto ha quedado demostrado con la elaboración de
los campos léxicos anteriores: siniestro, en cada uno de los cuatro significados, entra en
relación con un grupo de adjetivos diferente.
Pero, como he indicado, intentaremos agotar todas las pruebas disponibles para que
el estudio resulte lo más objetivo posible. Probemos entonces con los criterios a los que
Pascual y García se refieren como las tres pruebas fundamentales de la Semántica.
La primera consiste en que un término puede esconder más de un significado si
resulta ambiguo en un contexto determinado. Pues bien, durante todo el análisis hemos
comentado una gran variedad de estos pasajes ambiguos, en los que los cuatro sentidos
que estamos analizando se confundían unos con otros.
273
La segunda prueba habla de la necesidad de encontrar casos en los que un sentido se
muestre de forma clara, sin ambigüedades, como significado independiente. De nuevo
podemos recurrir a todos los ejemplos clasificados bajo cada uno de estos cuatro
significados.
La tercera y última dice que para confirmar la presencia de diferentes significados
estos deben ser antagónicos. Se trata de algo complicado, como ya indican los propios
autores, pues es necesario encontrar en el corpus un tipo de ejemplos muy
determinado64.
Pero una vez analizado cada significado individualmente, teniendo en cuenta los
matices presentes en cada uno, podemos trabajar con ejemplos como los siguientes:
A) Sus intenciones hacia mí son siniestras.
B) Los presagios con los que contamos son siniestros.
C) Su testimonio en el juicio es siniestro.
D) El aspecto que trae es siniestro.
Comprobemos ahora la posibilidad de coordinación de nuestro término entre los
diferentes ejemplos. Comencemos con el A, que pertenece obviamente al sentido ʻque
provoca daños intencionadamenteʼ:
*Sus intenciones hacia mí son tan siniestras como los presagios con los que
contamos.
* Sus intenciones hacia mí son tan siniestras como su testimonio en el juicio.
* Sus intenciones hacia mí son tan siniestras como el aspecto que trae.
Probemos ahora con el ejemplo B, correspondiente a ʻque anuncia o conlleva
desgraciasʼ:
*Los presagios con los que contamos son tan siniestros como su testimonio en el
juicio.
*Los presagios con los que contamos son tan siniestros como el aspecto que trae.
En cuanto al ejemplo C, que representa el significado ʻque es contrario a la verdadʼ:
*Su testimonio en el juicio es tan siniestro como el aspecto que trae.
64
Dicen Pascual y García: «Comprobar que se cumple el tercero de los requisitos (el antagonismo de los
sentidos con que puede interpretarse una palabra) no es siempre sencillo, pues exige manipulaciones
lingüísticas muy precisas que no suelen permitir los corpus» (2007: 143).
274
Teniendo en cuenta que el ejemplo D, representante del significado ʻque provoca
repulsión o temor por su aspectoʼ, ya ha quedado comparado, podemos sacar como
conclusión que estos cuatro significados son antagónicos, pues su coordinación resulta
imposible.
No hemos comentado todavía otros criterios señalados por Porto en relación a la
división en paradigmas. Así, estos mismos ejemplos también nos sirven para poner en
práctica la prueba de la antonimia u oposición general. Así, en A siniestras se opone a
benévolas, bondadosas; en B, los términos opuestos a siniestros pueden ser prósperos,
venturosos; en C siniestro es antónimo de verdadero, veraz; finalmente, en D se opone
a apacible, agradable. Observamos fácilmente que estos antónimos no están
relacionados entre sí. Por lo que respecta a la oposición existente entre siniestro y el
hiperónimo correspondiente en cada uno de los cuatro paradigmas, hay que decir que es
difícil establecer un hiperónimo en estos cuatro campos concretos.
Por otro lado, analizando lo que Porto denomina «prueba de las relaciones entre los
diversos sentidos», parece claro que no existe una relación propia de los miembros de
un mismo paradigma. Por todo ello, pienso que ha quedado suficientemente demostrada
la adhesión de siniestro a cuatro paradigmas totalmente diferentes.
En resumen, bajo mi punto de vista, hallamos cinco acepciones de siniestro como
adjetivo, de las cuales todavía perduran cuatro: una con su originario sentido espacial y
otras tres con un significado peyorativo; la acepción ʻque es contrario a la verdadʼ, cuyo
empleo no parece haber estado demasiado extendido, ha desaparecido totalmente.
Ya para terminar con este asunto, debemos llamar la atención sobre el gran número
de ejemplos dudosos y ambiguos que encontramos entre los empleos de siniestro como
adjetivo con valor peyorativo. Esto ocurre porque estamos ante una palabra con un
significado que puede resultar poco preciso. Podría decirse que muchas veces se hace
uso de este término con la simple intención de dotar al sustantivo que lo acompaña de
las connotaciones negativas que sugiere esta palabra, sin mayor preocupación por
especificar cuál es el valor concreto que se le quiere dar.
4.4.3.6. ʻVicio, mala costumbreʼ
Comenzando ya con los empleos del término como sustantivo, este era uno de los
dos significados que recogía ya Covarrubias en 1611. En el Diccionario de Autoridades
de 1739 lo encontramos definido de esta forma: «Uſado como ſubſtantivo, vale reſabio,
vicio, ò mala coſtumbre, que tiene el hombre, ò la beſtia. Uſaſe regularmente en plural».
275
Esta definición se modifica ligeramente en la edición académica de 1884, momento
desde el cual ya encontramos la misma definición que aparece tanto en la edición de
2001 (DRAE 2001: s. v. siniestro) como en la nueva redacción de la 23.ª edición (DRAE
ined.: s. v. siniestro): «Propensión o inclinación a lo malo; resabio, vicio o dañada
costumbre que tiene el hombre o la bestia». La aclaración de que es un sentido que se
emplea fundamentalmente en plural aparece en todas las ediciones desde 1739. Por lo
que respecta a los otros diccionarios actuales, el DEA no lo recoge, mientras que el
DUE (s. v. siniestro) propone: «(generalmente plural) Usado con referencia a personas o
animales, malos instintos o resabios».
En cuanto a la definición que se puede proponer, no veo inconveniente en
simplificarla de este modo: ʻvicio, mala costumbre que toman los hombres o los
animalesʼ.
Analicemos ahora el paradigma léxico:
SINIESTRO
VICIO
LACRA
RESABIO
MAÑA
DEPRAVACIÓN
PERVERSIÓN
DEGENERACIÓN
SEMA
1
+
+
+
+
+
+
+
+
SEMA
2
SEMA
3
SEMA
4
SEMA
5
SEMA
6
+
+
+
SEMA 1: mala costumbre
SEMA 2: en el aspecto moral
La existencia de este campo léxico y la evidente diferencia que encontramos entre
este significado de siniestro y los demás hace que no podamos tener dudas de su
independencia como acepción diferenciada.
Veamos ahora la frecuencia de apariciones en cada siglo:
276
El significado 'vicio, mala costumbre'
Porcentaje de ejemplos
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
CREA
Siglos
Desde la aparición del primer caso en el siglo XIV, hemos encontrado empleos del
significado en todos los siglos, incluso en el CREA, aunque de forma irregular. En el
siglo XVI es en el que aparece un número más significativo de casos, concretamente 78.
En ninguno de los demás siglos encontramos más de 17 apariciones. Concretamente,
tanto en el siglo XX como en el CREA se ha hallado solamente un ejemplo por período,
por lo que parece un significado bastante poco frecuente. De hecho, recordemos que el
diccionario de Domínguez en 1853 aclaraba que este empleo sonaba poco. Ya hemos
visto que el DEA no lo recoge y que el DUE lo señala como una acepción poco usual;
sin embargo, no aparece ninguna aclaración de este tipo en el DRAE, ni siquiera en el
adelanto de la 23.ª edición.
Hemos comentado también durante el análisis la repetida presencia de la expresión
tomar siniestro, en la que siniestro tiene este sentido de ʻvicio, mala costumbreʼ. De
todas formas, no se trata de una expresión con un significado especial, como ya hemos
comentado. Tampoco aparece como tal en ningún diccionario. Tan solo hemos
mencionado dos alusiones a ella: por un lado, los dos ejemplos que expone el
diccionario de Aniceto de Pagés de 1931 y, por otro lado, la mención más clara recogida
en el diccionario bilingüe de Franciosini de 1620. De todas formas, es curioso que los
29 casos hallados con esta expresión representan el 22,3% de los empleos totales
encontrados con este significado de ʻvicio, mala costumbreʼ, que suman en total 130
277
apariciones (sin contar las tres halladas en el siglo XX no contabilizadas por pertenecer
a un período anterior).
Debemos hablar también de la frecuencia de apariciones de siniestro en singular y
plural con este significado. Pues bien, de los 130 ejemplos analizados, 48 están en
singular ―un 36,9% del total―, por lo que no parece necesaria, a tenor de nuestros
resultados, la aclaración de que se trata de un empleo utilizado generalmente en plural.
Eso sí, llama la atención que la mayor parte de los empleos en singular los encontramos
cuando aparece la expresión tomar siniestro, pues en este caso tan solo 7 de los 29
ejemplos están en plural. De todos modos, es en este momento cuando debemos darnos
cuenta del valor tan restringido que representa nuestro corpus en relación al verdadero
uso de una palabra, y por eso debemos hablar con cautela, otorgando el beneficio de la
duda a los diccionarios que han calificado así este término.
4.4.3.7. ʻAccidente, desgraciaʼ
Este es un sentido cuyas definiciones en los diversos diccionarios suscitan muchas
dudas. En primer lugar, porque ya hemos advertido que no aparece reflejado en ningún
diccionario monolingüe hasta la versión académica de 1852, a pesar de que, como
hemos podido comprobar en nuestro análisis, las apariciones de este empleo se
remontan ya al siglo XV.
Por otro lado, también hemos señalado que tanto las definiciones que se le han
otorgado a lo largo de la historia como las de algunos de los propios diccionarios
actuales insisten en relacionar los accidentes calificados de siniestro solamente con
cierto tipo de desgracias, y esto es algo que los ejemplos extraídos desmienten.
La definición que sí parece ser más acertada es la enmienda propuesta para la 23.ª
edición del DRAE (DRAE ined.: s. v. siniestro), que define este significado como:
«Suceso que produce un daño o pérdida material considerable». Una definición parecida
es la que proponemos en el paradigma léxico correspondiente a este significado:
278
SINIESTRO
ACCIDENTE
CATÁSTROFE
CATACLISMO
ATROPELLO
INUNDACIÓN
INCENDIO
NAUFRAGIO
SEMA
1
+
+
+
+
+
+
+
+
SEMA
2
SEMA
3
SEMA
4
SEMA
5
SEMA
6
+
+
+
+
+
+
SEMA 1: suceso que origina daños materiales o personales
SEMA 2: de grandes proporciones
SEMA 3: arrollando con un vehículo
SEMA 4: cubriéndose un lugar de agua
SEMA 5: quemándose algo con fuego
SEMA 6: por hundimiento de una embarcación
Siniestro se relaciona, en este caso, con todos los sustantivos que designan diversos
tipos de sucesos que originan daños materiales o personales.
Analicemos la presencia de este significado en el corpus:
El significado 'suceso que origina daños
materiales o personales'
Porcentaje de ejemplos
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
CREA
Siglos
Salta a la vista que este empleo no es especialmente relevante entre el siglo XV, en el
que encontramos las primeras documentaciones, y el XX: durante estos seis siglos el
279
porcentaje nunca supera el 6,5%; de hecho, hay que recordar que no hemos hallado ni
una sola muestra de este empleo en los pasajes pertenecientes al siglo XVIII.
En cambio, se produce un aumento considerable en el período correspondiente al
análisis sincrónico, en el que el 43% de las apariciones de siniestro se corresponden con
este sentido, que se convierte así en el más utilizado hoy en día para nuestro término.
Parece evidente que este significado constituye una acepción de siniestro. Ahora
bien, el problema está en los ejemplos ya comentados en los que este empleo se
contextualiza en el terreno de las compañías aseguradoras. Ya hemos incluido, durante
el análisis, este tipo de ejemplos como un caso concreto dentro de esta acepción general
que estamos analizando, pero ahora hay que comprobar, siguiendo los criterios
propuestos, esta primera intuición.
Recordemos la visión de los diccionarios con respecto a la utilización del término en
relación con el mundo de las aseguradoras. En el DRAE 2001 (s. v. siniestro) es tratado
como una acepción independiente: «Derecho. En el contrato de seguro, concreción del
riesgo cubierto en dicho contrato y que determina el nacimiento de la prestación del
asegurador». En cambio, el DEA (s. v. siniestro) lo introduce como una subacepción del
significado que estamos definiendo como ʻsuceso que origina daños materiales o
personalesʼ: «(Seguros) Daño sufrido por alguien o algo asegurado». El DUE no lo
recoge.
Aparecían ejemplos de este tipo por primera vez en el siglo XIX, aunque los más
claros los encontrábamos en el XX. Recordemos algunos de ellos:
El régimen de asistencia es aquel por el cual el Estado directamente, con sus
recursos, sin cálculos ni bases actuariales, se encarga de proporcionar a los
trabajadores los auxilios necesarios cuando el siniestro se produce (muerte, vejez,
invalidez, paro, etc.). (Carlos García Oviedo, Tratado Elemental de Derecho
Social, 1946, p. jurídica).
Lo qué en la técnica del seguro se denomina, con palabra un poco bárbara e
impropia, siniestro, cae sobre el individuo. Es la enfermedad, el parto, la invalidez,
la vejez, la muerte, un accidente, el hecho de no tener trabajo. (Carlos García
Oviedo, Tratado Elemental de Derecho Social, 1946, p. jurídica).
La enfermedad es un siniestro que económicamente produce grave quebranto al
trabajador, en cuanto le origina gastos extraordinarios y en cuanto,
imposibilitándole de trabajar, le priva del salario. (Carlos García Oviedo, Tratado
Elemental de Derecho Social, 1946, p. jurídica).
Parece claro, sobre todo gracias al segundo ejemplo, que siniestro se utiliza aquí con
un sentido más restringido. Pero también es evidente que el significado ʻsuceso que
280
origina daños materiales o personalesʼ no se pierde, pues precisamente los seguros, que
siempre aparecen relacionados con este empleo concreto, tienen como función
indemnizar económicamente ante cualquier tipo de eventualidad negativa.
Dicho de otro modo, siniestro sigue formando parte de los miembros del paradigma
anterior y comparte el mismo hiperónimo, que podría ser accidente. Lo vemos todavía
con más claridad en otros ejemplos también citados anteriormente:
Las indemnizaciones concedidas ó debidas al propietario de los inmuebles
hipotecados, bien por la aseguracion de estos ó de los frutos, siempre que haya
tenido lugar el siniestro despues de constituida la hipoteca, ó bien por la
expropiacion de terrenos por causa de utilidad pública. (Ley Hipotecaria de 8 de
febrero de 1861, anónimo, 1861, p. jurídica).
Poco importa a este significado el que sea técnico o no, se exija para su
profesión titulo oficial o no, tenga salario o sueldo, pues esta Ley no tiene carácter
de meramente benéfica para los más menesterosos, y si el de aseguradora de los
accidentes o siniestros que puedan sobrevenir a cuantos emplean su actividad
física en los trabajos de las respectivas Empresas, con mayor exposición acaso para
los que en ella intervienen, directa o inmediatamente, con la responsabilidad de sus
conocimientos y de su técnica. (Carlos García Oviedo, Tratado Elemental de
Derecho Social, 1946, p. jurídica).
A partir de ahora, si se le rompe la luna de su automóvil, ya no necesita dar
parte de siniestro, ni buscar desesperadamente un taller, basta con llamar al
teléfono indicado en esta tarjeta y le informaremos del taller mas cercano donde le
sustituirán o repararán su luna. (Propaganda impresa, 2001, miscelánea).
En este caso concreto incluso podemos utilizar el criterio mencionado por Porto
referente al análisis de la relación entre sentidos de un término. Los dos sentidos ―el
general y el más restringido empleado en contextos jurídicos― contraen una relación
propia de los miembros de un mismo paradigma, estableciéndose una clara relación de
hiperonimia-hiponimia. Así pues, bastaría con añadir a los semas del campo anterior el
de ʻsufrido por algo aseguradoʼ para incluir este empleo dentro de ese paradigma.
En cuanto a los tres criterios citados por Pascual y García, lo más concluyente que se
puede destacar es que no podemos decir que se trate de sentidos antagónicos, pues es
perfectamente posible un enunciado como:
En ese edificio ha tenido lugar un siniestro por el que se ha presentado una
reclamación a la compañía aseguradora.
En este ejemplo, siniestro se refiere tanto al sentido general como al concreto.
281
En resumen, en mi opinión nos encontramos ante una subacepción, tal y como
propone el DEA, del que también podemos tomar la definición: ʻ(relativo a los seguros)
daño sufrido por algo aseguradoʼ65.
Por último, una vez analizado este punto, hay que decir que en esta acepción ʻsuceso
que origina daños materiales o personalesʼ es en la única en la que podemos utilizar el
criterio de la derivación: en español existen palabras de la misma familia léxica de
siniestro que están directamente relacionadas con este significado concreto, como son
siniestralidad y siniestrado.
Siniestralidad aparece definido en el DRAE 2001 (s. v.) como: «Frecuencia o índice
de siniestros». En el CREA encontramos ejemplos como:
UGT Marina Mercante y UGT Pesca han solicitado a los 313 municipios de
Galicia que el día 5 de noviembre secunden un paro simbólico de cinco minutos de
duración como medida de protesta contra la falta de seguridad y la alta
siniestralidad de las costas gallegas. (La Voz de Galicia, prensa, 30-10-1991,
política y economía).
Bajo la entrada siniestrado del mismo diccionario (DRAE 2001: s. v.) encontramos:
«Dicho de una persona o de una cosa: Que ha padecido un siniestro (ǁ suceso que
produce un daño)». Otro ejemplos extraído del CREA es:
La avioneta era una Interavia I-3 de fabricación soviética que se encontraba en
buen estado y su piloto contaba con más de 12.000 horas de vuelo. Al parecer, el
aparato siniestrado rozó el suelo cuando efectuaba un giro en el aire, lo que
desestabilizó la aeronave e hizo que se precipitase al vacío. (El País, prensa, 14-62004, ocio y vida cotidiana).
4.4.3.8. Empleos poco frecuentes
Veamos ahora otros empleos ocasionales que hemos visto reflejados en el corpus.
Comenzando por los casos más antiguos, el primero que vamos a comentar es el de
ʻzurdoʼ. No parece que verdaderamente haya sido un empleo corriente de siniestro a lo
largo de su historia. Por un lado, este sentido no aparece recogido en los diccionarios
anteriormente comentados. Por otro, su presencia se limita a un único ejemplo repetido
en nueve fuentes diferentes, por lo que, teniendo en cuenta el gran número de casos
analizados durante este análisis, debemos tomarlo como un empleo aislado.
65
El Diccionario del estudiante de la Real Academia Española (2005: s. v. siniestro), al que ya nos hemos
referido anteriormente, propone una definición parecida a esta: «(tecnicismo) Daño sufrido por alguien o
algo y susceptible de ser indemnizado por una compañía aseguradora».
282
También hemos visto casos en los que parecía hacerse referencia al significado
ʻdaño, perjuicioʼ. Veíamos ejemplos como estos:
Herida tenga de diestro
quien vos hirio sin batalla,
tal y con tanto siniestro
Que no hallasse maestro
que huuiesse de sanarla.
(Poesías [Cancionerillos de Praga], anónimo, c 1550-c 1570, literario).
No pie-dra, almena, viga, arco se muestra,
ni cuanto sobre el Moro han arrojado,
que [aplaque de éste la sangrienta diestra],
que la gran puerta en piezas ha rajado,
y ha hecho dentro allí tanta siniestra,
que bien claro ver puede y ser mirado,
de impresos rostros de color de muerte,
que se juntaron en palacio a suerte.
(Jerónimo de Urrea, Traducción de "Orlando furioso" de Ludovico Ariosto, 1549,
literario).
Se trata de un empleo como sustantivo que se utiliza tanto en masculino como en
femenino. Aparecía recogido, exactamente, en dos pasajes del siglo XV, ocho del XVI y
dos del XVII. No hallamos ninguna particularidad que nos dé más información sobre
este empleo. Así pues, teniendo en cuenta que se trata solamente de doce ejemplos
dentro de un corpus en el que hemos trabajado con cientos de ellos y que su significado
se encuentra muy cercano del definido como ʻsuceso que origina daños materiales o
personalesʼ, tendremos que pensar que estamos simplemente ante algunos empleos un
poco desviados de este significado general.
También hemos visto reflejada en el siglo XVI la expresión a tuerto o a siniestro. La
ausencia de más ejemplos que la reflejen en otros siglos nos indica que se trata de un
uso ocasional, sobre todo si tenemos en cuenta que la expresión natural sería, como se
ha explicado, a tuertas o a derechas.
Por otro lado, habíamos comentado, al analizar las acepciones recogidas en los
diccionarios a lo largo de la historia, la presencia de dos significados curiosos: ʻsecta de
herejesʼ y ʻdaga, puñalʼ. No se ha encontrado ningún rastro de ninguno de los dos.
Pasemos ahora a analizar tres empleos relativamente recientes de siniestro: el que se
relaciona con la ideología política, el que alude a una tribu urbana y la expresión
siniestro total.
Comencemos por la siniestra, la izquierda, como ideología política. De los tres
empleos que se acaban de mencionar es el menos reciente, pues hemos documentado
283
estos casos ya a principios del siglo XX; también se han señalado apariciones en el
CREA.
Ya se comentó en este trabajo el porqué de la utilización de la derecha y la izquierda
para hacer alusión a las diferentes ideologías políticas. La utilización de siniestro para
estos casos es, lógicamente, minoritaria, pues el término empleado generalmente es
izquierda. De hecho, no aparecen rastros de este empleo en ninguno de los diccionarios
consultados.
No cabe duda de que este significado referido a la política constituiría una acepción
diferenciada del término en el caso de que realmente estuviese extendida, como de
hecho lo está, como analizaremos más tarde, con el término izquierda, con el
significado ʻsector político de ideas más progresistasʼ.
Pero si nos fijamos en los ejemplos análogos encontrados con siniestro, doce en total,
nos encontramos con unas características muy concretas. Tan solo en cinco de estos
casos aparece el término como sustantivo haciendo referencia al significado que
acabamos de explicar. Por ejemplo, en:
- ¡Acurrucutú, paloma!... Bueno, ¿y a dónde quieres venir a parar?
- Pues a que en el actual momento político tu personalidad tiene que inclinarse a la
diestra o a la siniestra. (Juan Apapucio Corrales, Crónicas político-domésticotaurinas, c 1908-1930, literario).
En estos estos casos, siniestra es equivalente a izquierda.
En el resto de los ejemplos, siniestro, sin perder este significado asociado a
referencias ideológicas, se utiliza como adjetivo:
De derechista, de "la derechona", como diría Umbral, lo acusan, algunos. Ahora
otros lo tildan de siniestro y en verdad que el hombre, que cuenta con dos manos,
canalizan todos sus esfuerzos hacia el centro. Y sabe que en la estrategia política, el
compromiso, el sentido del límite, te vuelve realista, que casi siempre equivale a
moderado. (Diario de las Américas, prensa, 8-3-1997, política y economía).
En la mayoría de estos ejemplos como adjetivo, siniestro sería equivalente a
izquierdista.
Bajo mi punto de vista, no creo que debamos hablar de un significado ʻsector político
de ideas progresistasʼ para el término siniestro (hablaríamos en este caso, con más
propiedad, de siniestra), pues en realidad es un empleo que toma prestado, en casos
muy concretos, de izquierda. Por ejemplo, en el pasaje como sustantivo que acabamos
de citar se utiliza siniestra en oposición a diestra; en otros casos, se utiliza siniestra
284
para no repetir en breve espacio de tiempo la palabra izquierda. Si nos fijamos en los
empleos como adjetivo, encontramos también empleos muy particulares: desde los que,
como en el anterior, siniestro funciona como sinónimo de izquierdista, hasta otros
―como el analizado en el siglo XX― en los que en siniestra parecen mezclarse el
significado propiamente espacial y el ideológico.
Otro de los empleos recientes señalados es el referente a la tribu urbana. No aparece
en los diccionarios ninguna alusión a este posible significado. Hemos encontrado
solamente tres ejemplos correspondientes a este empleo. Recordémoslos:
La espada clavada en una roca de la entrada ya hacía presagiar lo mejor, y así se
confirmaron mis sospechas al entrar, con Iron Maiden sonando a todo trapo para
luego dar paso a Manowar, AC/DC, Metallica y el Bon Jovi más rockero. Por
momentos me sentí como si tuviera de nuevo quince años. No sólo eso: me sentí
también como la noche en la que Sara me llevó al 666, un local de (venga, es fácil)
siniestros. (Weblog, 2004, miscelánea).
Aunque por mucho tiempo fueron reprimidos y relacionados con lo satánico, los
'siniestros' ya no sufren problemas de aceptación. (El Universal, prensa,
25-1-2002, ciencias sociales).
Desde los inicios, dábamos conciertos en México con grupos más dark
(siniestros) y veías a cuatro bueyes (tipos) vestidos de terciopelo rojo y negro que
no sabías quién iba a matar a quién. (La Luna del siglo XXI, prensa, 14-3-2003,
artes).
En primer lugar, hay que diferenciar los dos primeros ejemplos, correspondientes a
un evidente empleo como sustantivo, del tercero, en el que el término puede tomar una
función adjetiva.
Como sustantivo, siniestros hace referencia a un grupo determinado de personas con
unas características concretas que conforman lo que hoy en día denominamos una tribu
urbana. Este concepto es definido por la el DRAE 2001 (s. v. tribu) como: «Grupo
grande de personas con alguna característica común, especialmente las pandillas
juveniles violentas». Pues bien, la característica común de este grupo concreto es, a
grandes rasgos, su gusto por lo tétrico, el color negro y una estética relacionada con la
muerte.
Como ya indiqué, no podemos dejar de relacionar este uso con el adjetivo definido
como ʻque provoca repulsión o temor por su aspectoʼ. Se trata de una sustantivación en
la que se acota el significado del término para denominar a un determinado grupo de
personas que destacan por su aspecto siniestro. Este nuevo empleo que estamos viendo,
285
por tanto, podría constituir una prueba más de la existencia del sentido como adjetivo
como una acepción independiente, pues ha dado lugar a un nuevo sentido del término.
El problema está, evidentemente, en saber si este significado referente a la tribu
urbana está lo suficientemente generalizado y extendido como para poder establecer una
nueva acepción. En principio, teniendo en cuenta los pocos ejemplos que hemos
encontrado, tan solo podemos afirmar que se trata de un empleo ocasional de nuestro
término66.
Centrándonos ahora en el tercer ejemplo, el hecho de que siniestro aparezca entre
paréntesis como una aclaración del adjetivo dark, suscita dudas acerca de si se está
usando como sustantivo o como adjetivo. En el caso de que su utilización sea,
efectivamente, como adjetivo, es decir, que estuviéramos hablando de grupos siniestros,
este empleo estaría relacionado con los que habíamos visto anteriormente referidos al
cine. Se confirmaría una vez más nuestra hipótesis de establecer una subacepción al
significado ʻque provoca repulsión o temor por su aspectoʼ, subacepción que estaría
relacionada con el género al que pertenecen diferentes disciplinas artísticas,
especialmente el cine o la música.
Por último, hay que comentar la aparición de la expresión siniestro total. La
encontramos solamente en dos casos que ya hemos señalado ―en uno de ellos de forma
abreviada―, pero es una expresión muy común entre los hablantes del español actual.
Una vez más, no encontramos rastro de su uso en los diccionarios actuales: ni en los tres
con los que estamos trabajando habitualmente ni en los que hemos consultado
anteriormente para comprobar las acepciones de siniestro como adjetivo. Se utiliza esta
expresión para denominar el estado en el que queda un vehículo cuando su recuperación
no es posible o rentable económicamente para un seguro. Como ocurre con los casos
anteriores, ante la imposibilidad de calcular la extensión de este empleo, solamente
podemos señalar su presencia en el corpus.
4.4.3.9. A diestro y siniestro
He dejado para el final la locución a diestro y siniestro, cuyo estudio merece un
análisis independiente, ya que se trata de una expresión lexicalizada desde hace mucho
tiempo y así aparece recogida en prácticamente todos los diccionarios consultados. La
66
De hecho, pocas de las llamadas tribus urbanas aparecen reflejadas en el DRAE. Solamente
movimientos muy extendidos, como el hippie ―adaptado en la voz jipi en la redacción de la nueva
edición―, tienen su entrada en el diccionario académico (DRAE 2001: s. v. hippie o hippy).
286
hemos encontrado de forma constante en nuestro estudio. Hagamos primero un repaso,
precisamente, de cómo ha sido explicada en los diferentes diccionarios67.
Covarrubias la define como: «A vna mano, y a otra, ſin conſideracion ni reſpeto, tope
a quien topare». En Autoridades 1732 encontramos: «Phraſe con que ſe explica el modo
de proceder de alguno ſin eleccion, ni repáro, ni diſtincion de perſónas, por todas partes
y à todos lados». Ya desde la edición académica de 1803 encontramos una definición
análoga a la que aparece en la edición de 2001 (DRAE 2001: s. v. diestro) y también en
el avance de la 23.ª (DRAE ined.: s. v. diestro): «Sin tino, sin orden, sin discreción ni
miramiento»68. En cuanto al resto de los diccionarios, encontramos en la mayoría la
misma definición que la adoptada por la Academia desde 1803.
Por lo que respecta a las variantes que puede presentar, todos los diccionarios
anteriores a 1869 se refieren a esta expresión como a diestro y a siniestro, mientras que
a partir de la edición académica de ese mismo año la entrada pasa a ser a diestro y
siniestro, sin la preposición ante el término siniestro.
En los otros dos diccionarios actuales encontramos estas definiciones, acompañadas
de sus correspondientes ejemplos:
DUE
A diestro y siniestro:
1. Hacia todos los lados. Miraba a diestro y siniestro.
2. Aplicado a la manera de dar, repartir, enviar, etc., sin orden y sin método.
Reparten cargos a diestro y siniestro.
DEA
A diestra y (a) siniestra:
A derecha e izquierda. Algo así como dos timbales de escuadrón de lanceros se
formaban a diestra y siniestra, timbales todavía sin montura y en espera del buen
cabalgador que los golpease. Complacientes funcionarios políticos, nacidos para
el triunfo inmediato, que sonreían a diestra y siniestra y andaban por el mundo
cantando melodías felices.
A diestro y siniestro:
(Coloquial) En todas direcciones y en gran cantidad. Hay motivos para lanzar
prohibiciones a diestro y siniestro. Cazar no es, sin más ni más, dar golpes a
diestro y siniestro para matar animales.
67
En todos ellos se encuentra bajo la entrada diestro.
Desde la edición de 1780 la definición aparecía introducida por la aclaración: modo adverbial. Desde
1983 encontramos, en cambio: locución adverbial. Por otra parte, en las ediciones comprendidas entre
1884 y 1992, ambas incluidas, este empleo es calificado de figurado.
68
287
Como observamos, según estos dos diccionarios encontramos, en general, dos
sentidos para esta expresión: uno meramente espacial, que podríamos definir
simplemente como ʻpor todos ladosʼ, y otro más general que sería equivalente a ʻsin
distinción, indiscriminadamenteʼ. Para el diccionario académico ambos sentidos
conforman la misma acepción. Además, el DEA, curiosamente, distingue dos formas
para esta expresión: a la primera de ellas le otorga el sentido espacial literal; en la
segunda, mantiene la misma opinión que el DRAE, mezclando ambos sentidos en un
único significado. Aunque no es un objetivo primordial de nuestro estudio el hacer un
análisis exhaustivo del empleo de esta locución, hagamos un pequeño repaso por los
ejemplos que han aparecido en el corpus.
Los casos hallados ascienden a 429 pasajes repartidos entre todos los siglos. En los
primeros, pertenecientes al siglo XIII, aparece el sentido espacial casi literal de la
expresión, como en este caso:
Aquel dia porne yo los cabdiellos de iuda como foguera de fuego en maderos. &
como facha otrossi de fuego. en feno. & destruyran a diestro & a siniestro todos
los pueblos de aderredor. (Alfonso X, General Estoria. Cuarta parte, c 1280, p.
histórico-documental).
El mismo tipo de empleos predominan en el siglo XIV. Sin embargo, en el siglo XV
son ya abundantes los ejemplos en los que se utiliza la expresión de un modo ambiguo,
haciendo referencia tanto al valor espacial como al modal:
E vio Judá aquel caudillo Perlaçot parado en medio de los suyos e corrió contra
él e la fortuna de la vatalla, matando a diestro e a siniestro e derribando muchos
muertos a tierra. (Lope García de Salazar, Istoria de las bienandanzas e fortunas,
1471-1476, p. histórico-documental).
Esta es la tónica predominante en la gran mayoría de los ejemplos analizados: la
ambigüedad. Por un lado, hay ejemplos en los que, aunque predomina el sentido
espacial, no se puede descartar que estén utilizados con valor modal. Estos son algunos
casos de diferentes épocas:
E luego el Anciano puso mano a la espada e metióse entre sus enemigos, tan
bravo como el león entre las ovejas, e començó a dar grandes golpes a diestro e a
siniestro. (Tristán de Leonís, anónimo, 1501, literario).
288
Yo aurá diez años que en ella
doy a la blanca exercicio,
manifestando mis obras,
los Carneros, y los Nichos.
Por que a diestro y a siniestro,
he cometido delitos,
sino en todos diez precetos
contra el Séptimo y el Quinto.
(Alonso de Castillo Solórzano, Donaires del Parnaso. Primera parte, 1624,
literario).
Y echando bendiciones á diestra y siniestra, con paternal maliciosa sonrisa,
salió majestuosamente, dejando en pos de sí fragante nube de caridad, cuyo
perfume duró en aquel ambiente más que el de las pastillas en zahumadores de
maucerina y pebeteros en repisas y rinconeras. (Pastor Servando Obligado,
Tradiciones argentinas, 1903, literario).
Por otro lado, están los casos contrarios, en los que predomina el valor modal sin
acabar de desaparecer del todo el sentido espacial. Como en estos ejemplos:
Intención tenía, en cobrando, si no me acortaran los pasos, de irme a Francia y
gastar a diestro y siniestro. (Gregorio González, El guitón Onofre, 1604, literario).
Es un gusto ver cómo desde la página XXVI comienza vuestra reverendísima a
esgrimir tajos y reveses contra todos nuestros predicadores a diestro y a siniestro,
en montón, indefinidamente y caiga quien cayere. (José Francisco de Isla, Historia
del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas alias Zotes, 1758, literario).
Es inconcebible la facilidad con que en nuestro país se adquiere reputación de
orador, sin reunir otras cualidades que la facultad frecuentísima entre los
meridionales tan de proferir palabras a porrillo, a diestro y siniestro, sin que entre
tan infinito número de sonidos articulados, apenas pueda sorprender el oyente una
idea, bien así, como en espeso matorral suele nacer alguna que otra espiga. (Julián
Zugasti y Sáenz, El Bandolerismo. Estudio social y memorias históricas, 18761880, p. histórico-documental).
En efecto, bajo mi punto de vista, en ninguno de estos pasajes acaba de perderse el
matiz de ʻpor todos ladosʼ.
Exceptuando empleos muy antiguos como el señalado anteriormente, son raros los
ejemplos en los que solamente es posible la interpretación con el sentido espacial. Se
trata de casos muy aislados como:
Tres junkers bolivianos sobrevolaban la base en cerrada formación, arrojando
sus bombas. El suelo se abría a diestro y siniestro en ardientes penachos de tierra
y metralla. (Augusto Roa Bastos, Hijo de hombre, 1960, literario).
289
También es difícil encontrar ―y esto es más importante para clasificar los sentidos
que adopta esta locución― ejemplos en los que aparece únicamente el valor modal. En
concreto, he hallado solo cuatro casos. Veámoslos:
El castigo a de ser no a diestro y siniestro, como algunos lo hazen, porque
enloquecen los mochachos con esto, sino con causa y mucho proposito y no
accelerada y subitamente. (Gaspar de Tejeda, Memorial de crianza y banquete
virtuoso para criar hijos de grandes, 1548, p. científica).
Sé muy bien sus reglas: colarse un hombre adonde no le llaman, hacer visitas
que no estan entre las obras de misericordia, seguir como sombra á los que pueden
dar, no conocer mañana á quien obsequiabamos ayer, y adorar hoy á quien hemos
de murmurar mañana; aprobar á diestro y á siniestro cuanto le dé la gana de decir
al majadero á quien cortejamos, tener tan á mano la risa, como si la lleváramos en
la faltriquera, para celebrar por agudeza y discrecion las mas veces una patochada;
dar un hombre á su cuerpo mas dobleces que los que tiene una pieza de crea, para
no faltar á la ceremonia; andar siempre... pero esto es lo de menos. (Fray Francisco
Alvarado, Cartas críticas del Filósofo Rancio, II, 1811-1813, p. didáctica).
Diremos en conclusión que el autor, al decidirse a escribir en prosa y en verso
su drama, adoptaba voluntariamente una nueva dificultad; es más difícil a un poeta
escribir bien en prosa que en verso, porque la armonía del verso está encontrada en
el ritmo y la rima, y en la prosa ha de crearla el escritor, pues la prosa tiene también
su armonía peculiar; las escenas en prosa tenían el inconveniente de luchar con el
sonsonete de las versificadas, de que no deja de prendarse algún tanto el público; y
luego necesitaba el poeta desplegar algún tino en la determinación de las que había
de escribir en prosa y las que había de versificar, pues que se entiende que no había
de hacerlo a diestro y siniestro. (Mariano José de Larra, "El trovador". Drama
caballeresco, en cinco jornadas, en prosa y verso. Su autor don Antonio García
Gutiérrez. [Fígaro. Colección de artículos dramáticos, literarios y de costumbres],
1836, p. didáctica).
A pesar de ello, Voz Propia sigue fiel a su estilo, en que la guitarra juega con
melodías escabrosas a la par de un teclado que compone réquiems a diestra y
siniestra, al ritmo de unos tambores que pueden resultar o intencionalmente
rudimentarios o establecer el camino a una marcha fúnebre. (La República, prensa,
25-11-2004, artes).
Teniendo en cuenta todos estos datos, podemos sacar algunas conclusiones. Por lo
que respecta a los criterios con los que estamos trabajando para separar acepciones, hay
que decir que, al estar trabajando con una locución, resulta más problemático establecer
una separación en campos léxicos. Centrémonos entonces en los tres criterios citados
por Pascual y García.
En primer lugar, hay que resaltar la gran cantidad de casos que resultan ambiguos.
Teniendo en cuenta, además, la dificultad que entraña el hecho de aplicar en este caso el
290
tercer criterio, el del supuesto antagonismo entre sentidos69, debemos centrarnos en el
otro criterio señalado, el de la independencia de los sentidos. Pero este es un punto
bastante problemático.
Por un lado, es obvio que existen empleos que reflejan solamente el sentido espacial,
aunque su número no es ni mucho menos significativo. El problema está en los cuatro
ejemplos hallados en los que no parece haber rastro de ese originario sentido espacial.
Si tomamos la regla al pie de la letra, deberíamos hablar de la separación de dos
acepciones diferentes, una con significado espacial, cuya definición puede ser ʻpor
todos ladosʼ,
y otra con significado modal, que podemos definir como
ʻindiscriminadamenteʼ. No parece haber muchos problemas en afirmar que la locución
nació como un empleo espacial y que, poco a poco, fue ampliando su significado hasta
tomar un sentido más general. Pero llama la atención el haber encontrado tan solo
cuatro casos en los que se aprecia claramente la pérdida total del sentido espacial,
teniendo en cuenta que el número total de ejemplos consultados asciende a 429.
Por tanto, siguiendo los criterios fijados, puede considerarse que existe la separación
entre ambos significados y que cada uno ellos puede conformar una acepción de la
expresión a diestro y siniestro; de todas formas, ha quedado patente que se trata de una
solución, al menos, discutible, como lo demuestran los ejemplos analizados.
Por último, debemos hablar de las diferentes formas que ha adoptado y adopta esta
expresión a lo largo de los siglos, pues hemos visto que el DEA establece significados
diferentes dependiendo de si hablamos de a diestra y (a) siniestra o de a diestro y
siniestro.
La forma a diestro y a siniestro es la mayoritaria hasta el siglo XVII. Se emplea poco
durante los siglos XVIII, XIX y XX, y ya no aparece en ninguno de los casos
aparecidos en el CREA. En total, aparece en nuestro corpus en 165 ocasiones. El
empleo de a diestro y siniestro es inversamente proporcional: aparece de forma
ocasional hasta el siglo XVIII, momento desde el cual toma el relevo de a diestro y a
siniestro y se convierte en la forma más utilizada. Sus apariciones ascienden a 17070.
69
Además de no encontrar ningún ejemplo en el corpus que pueda tomarse como referencia, resulta
complicada la invención de algún enunciado en el que pueda comprobarse el supuesto antagonismo.
Incluso si partiéramos, por ejemplo, de un caso como miraba del la misma forma que hablaba: a diestro y
siniestro, dado que la expresión puede tomarse en casi todos los casos con un valor modal, sería difícil
llegar a una conclusión acerca de su posible agramaticalidad.
70
Obviamente, no tenemos en cuenta las diferentes variantes ortográficas de cada expresión encontradas
en los ejemplos más antiguos.
291
La siguiente forma en número de apariciones es a diestra y siniestra, que aparece
documentada, con bastante frecuencia, en los siglos XIX y XX y en la búsqueda en el
CREA. En total, la encontramos en 91 ocasiones. Por último, cabe señalar 3 empleos
aislados de a diestra y a siniestra, uno en el siglo XV y dos en el XX.
Lo importante es que no parece que a cada una de estas formas se le pueda asignar un
significado concreto, pues los resultados, como hemos visto ya en los ejemplos
señalados arriba, hablan de un empleo casi arbitrario de una y otra expresión. Por un
lado, entre los cuatro ejemplos que muestran un claro significado modal encontramos
dos empleos de a diestro y siniestro, uno de a diestro y a siniestro y otro de a diestra y
siniestra. Esto echa por tierra, por tanto, la identificación establecida en el DEA entre el
empleo de la forma en femenino con el significado meramente espacial. Por otro lado,
hemos visto antes un empleo de la forma en masculino en el que no parecía haber rastro
del significado modal. En realidad, encontramos ejemplos con un significado ambiguo
―recordemos que son la mayoría― con las cuatro variantes de la expresión. La única
conclusión clara que podemos extraer en cuanto al uso de estas formas es que la
segunda preposición de a diestro y a siniestro fue perdiéndose poco a poco. En nuestro
corpus este cambio se refleja a partir del siglo XVIII, pero recordemos que en los
diccionarios el cambio de una forma a otra se producía en 1869.
4.4.4. Consideraciones finales
Fijémonos en el siguiente cuadro para ordenar cronológicamente los datos:
292
SIGLO
XII
SIGLO
XIII
ʻIzquierdaʼ
→
SIGLO
XIV
SIGLO
XV
ʻQue
anuncia o
conlleva
desgraciasʼ
→
ʻQue
provoca
daños
intencionadamenteʼ
SIGLO
XVI
SIGLO
XVIII
SIGLO
XIX
SIGLO
XX
ʻQue
provoca
repulsión o
temor por
su aspectoʼ
→
→
ʻQue no
corresponde a la
verdadʼ
ʻVicio,
mala
costumbre
que toman
los
hombres
o los
animalesʼ
SIGLO
XVII
→
→
ʻSuceso
que origina
daños
materiales
o
personalesʼ
→
Hay que puntualizar que, obviamente, los resultados presentados en este cuadro no
tienen por qué responder fielmente al verdadero nacimiento de los diferentes
significados, se trata simplemente de la información que hemos podido extraer de un
amplio corpus de 7734 ejemplos.
Si tuviéramos que ordenarlos para una entrada de un diccionario, esta sería una
posibilidad:
293
ACTUALIDAD
1. adj. Dicho de una parte o sitio: que está a la mano izquierda
Este empleo se encuentra documentado desde el siglo XII. Su uso ha ido decayendo
paulatinamente a lo largo de los siglos y en la actualidad pertenece únicamente a un
estilo elevado71.
2. adj. Que anuncia o conlleva desgracias.
Documentado desde el siglo XIV, este significado aparece de forma recurrente en todas
las épocas.
3. adj. Que provoca daños intencionadamente.
Otro empleo como adjetivo peyorativo, atestiguado desde el siglo XV, que sigue
utilizándose en la actualidad.
4. adj. Que no corresponde a la verdad.
Documentado entre los siglos XVI y XIX, parece un empleo no demasiado generalizado.
5. adj. Que provoca repulsión o temor por su aspecto.
Este significado irrumpe en el siglo XIX con una gran intensidad; su empleo en la
lengua actual está también muy generalizado.
b) Aplicado a una manifestación artística, que destaca por su carácter tétrico y lúgubre.
Este sentido suele aplicarse en la actualidad para definir el género al que pertenece
cualquier expresión artística, como el cine o la música.
6. sust. m. Vicio, mala costumbre que toman los hombres o los animales.
Atestiguado desde el siglo XIV, se trata de un empleo que está hoy en desuso.
7. sust. m. Suceso que origina daños materiales o personales.
Documentado desde el siglo XV, este significado se convierte en el más utilizado en la
actualidad.
b) (Relativo a los seguros) Daño sufrido por algo asegurado.
Desde el siglo XIX encontramos este sentido más acotado del término72.
71
Hay que tener en cuenta que el estudio de este significado ha sido muy superficial, pues en realidad,
con excepción del CREA, solo se han analizado minuciosamente los casos que presentan connotaciones
negativas, además de la visión que sobre él aportan los diccionarios. De todas formas, hay que tener en
cuenta que, como ya he adelantado, el objetivo de este trabajo es el análisis de los significados surgidos
después del propio sentido espacial. No obstante, este significado ʻizquierdaʼ sí será estudiado más
detalladamente durante el análisis del término izquierdo.
72
Resulta complicado en el análisis del término siniestro agrupar las diferentes acepciones señaladas en
grupos más grandes con una raíz común, es decir, las llamadas ramas semánticas, definidas por Pascual y
García como «una especie de macroacepción que engloba en una unidad semántica más amplia a diversas
acepciones» (2007: 102). En nuestro caso la etimología del término, que generalmente debe resultar
clarificadora para establecer y agrupar los sentidos básicos que este adopta con el tiempo, no ayuda a este
propósito, pues hemos visto que se trata, muy probablemente, de un sustituto eufemístico que, a su vez, se
ha ido contagiando de las connotaciones negativas que rodean al significado para el que ha sido utilizado.
294
No incluyo en este enumeración de acepciones los empleos que he mencionado como
posibles nuevos significados del término, pues como ya he indicado no podemos
asegurar que su uso esté lo suficientemente extendido. Recordemos, además, que el
objetivo de este estudio se centra especialmente en el panorama diacrónico.
Es precisamente esta evolución histórica de los significados de siniestro lo que
debemos analizar ahora. Así, de las siete acepciones que acabo de señalar, exceptuando
la primera, la del originario sentido ʻizquierdaʼ, lo que más llama la atención es la carga
peyorativa presente en todas ellas, carga peyorativa que aparece también en otros
empleos aislados que hemos encontrado durante el análisis. Queda demostrada la tesis
de la que partíamos al principio de este trabajo: la interdicción que recae sobre todo lo
relacionado con el significado ʻizquierdaʼ tiene unas consecuencias muy evidentes en la
lengua.
Estos significados con carga negativa aparecen tanto de adjetivo como de sustantivo.
De los empleos como adjetivo, cabe destacar que el gran número de casos señalados en
los que siniestro mantenía el significado espacial con unas claras connotaciones
negativas ha dado lugar a los adjetivos de significado directamente peyorativo, como
por ejemplo el de ʻque anuncia o conlleva desgraciasʼ.
Parece que, efectivamente, este significado proviene del mal agüero relacionado con
todo lo relativo a la izquierda. A pesar de los problemas que hemos visto para otorgar
una valoración positiva o negativa a la izquierda en los ritos de adivinación romanos, la
percepción principal que tienen diccionarios como el DUE73 o el de Segura (2006: s. v.
sinister) es que la visión negativa de la izquierda a partir de los augurios es el motivo
principal del nacimiento de este nuevo significado. Recordemos también que durante un
buen número de ediciones académicas (concretamente entre 1884 y 1992) este
significado fue calificado de «figurado».
El significado ʻque provoca daños intencionadamenteʼ también fue tratado como
«figurado» por la Academia, aunque en este caso es más difícil precisar su origen
exacto. Lo mismo ocurre con los demás significados del término, ya sea en función de
adjetivo o de sustantivo, de los que lo único claro que podemos afirmar es que poseen
las características negativas que son inherentes a la visión de la izquierda: en ellos
Para más información acerca del concepto de rama semántica y su tratamiento en el Diccionario histórico
de la Academia, cfr. Pascual y García 2007: 102-106.
73
Este diccionario, bajo la propia entrada siniestro, indica: «La acepción funesto se explica por el
significado atribuido al hecho de volar las aves por la izquierda».
295
aparece lo desgraciado y desafortunado, lo perverso, lo falso, lo repulsivo, lo viciado... y
un largo etcétera que nos hace recordar lo dicho anteriormente en el capítulo donde
veíamos las relaciones que lo izquierdo tenía en las diferentes lenguas del mundo.
296
5. EL EVOLUCIÓ SEMÁTICA
DE IZQUIERDO
5.1. La visión de izquierdo en los diccionarios
Para el análisis de izquierdo vamos a comenzar también con la visión aportada por
los diccionarios a lo largo de la historia. Como anteriormente, emplearemos como
herramienta principal el TLLE, al que sumaremos las demás obras con las que hemos
estado trabajando hasta el momento: las nuevas ediciones del DRAE, el DUE y el DEA.
Comparemos en primer lugar las definiciones aportadas por el primer diccionario
monolingüe que nos sirve como referencia, el Diccionario de Autoridades, con las de la
última edición académica publicada:
Autoridades 1734
IZQUIERDO, DA. adj. Lo que pertenece al lado ſinieſtro: y aſsi ſe dividen las
manos en derecha y izquierda.
IZQUIERDO. Vale tambien lo miſmo que torcido, ó no reƈto, phyſica ò
moralmente; aunque en lo morál ſe dice mas cultamente Sinieſtro.
IZQUIERDO. Uſado como ſubſtantivo, ſignifica el que uſa mas, ò mas fácilmente,
de la mano ſinieſtra, que de la derecha, que mas comunmente llamamos zurdo.
IZQUIERDA. Se llama la caballería que para, ſacando los pies ò manos hácia
afuera, y metiendo las rodillas adentro.
DRAE 2001
Izquierdo, da:
1. adj. Dicho de una parte del cuerpo humano: Que está situada en el lado del
corazón.
2. adj. Que está situado en el mismo lado que el corazón del observador.
3. adj. Que cae hacia la parte izquierda de un objeto.
4. adj. En las cosas que se mueven, se dice de lo que hay en su parte izquierda o de
cuanto cae hacia ella, considerado en el sentido de su marcha o avance.
5. adj. Zurdo.
6. adj. Dicho de una caballería: Que por mala formación saca los pies o manos
hacia fuera y mete las rodillas hacia dentro.
7. adj. Torcido (que no es recto).
8. f. Mano izquierda.
9. f. Dirección correspondiente al lado izquierdo.
297
10. (Por la posición que ocupaban los componentes en las asambleas de la
Revolución francesa) f. En las asambleas parlamentarias, conjunto de los
representantes de los partidos no conservadores ni centristas.
11. f. Conjunto de personas que profesan ideas reformistas o, en general, no
conservadoras.
Vayamos, pues, analizando cada sentido, empezando por el espacial. De la sencilla
definición del Diccionario de Autoridades pasamos a las cinco acepciones diferenciadas
en el DRAE 2001 ―las cuatro primeras y la número nueve―. Efectivamente, a lo largo
de las distintas ediciones académicas observamos constantes cambios en las
definiciones que se refieren a este significado espacial, ya que las acepciones se van
ampliando y modificando hasta llegar a las cinco que acabamos de ver. Veámoslo
detalladamente.
Centrándonos de momento, como digo, solamente en los diccionarios de la
Academia, observamos que la definición que encontramos en Autoridades cambia en
1803, donde aparece:
1. Adj. que se aplica á la parte, ó sitio opuesto al lado derecho.
En 1843 vuelve a modificarse la definición:
1. Adj. que se aplica á los miembros dobles del animal que caen al lado del
corazon. Los que corresponden al lado opuesto se llaman DERECHOS. Por
ampliacion se aplican estas voces á los sitios y otras cosas, que caen al mismo lado.
En 1884 esta acepción de divide en dos:
1. Aplícase á los miembros dobles del animal que caen al lado del corazón.
2. Por ext., dícese de los sitios y otras cosas que caen al mismo lado.
En 1899 vuelven a aparecer dos acepciones, pero diferentes:
2. Dícese de lo que cae ó mira hacia la mano izquierda ó está en su lado.
3. Aplícase á lo que desde el eje de la vaguada de un río cae á mano izquierda de
quien se coloca mirando hacia donde corren las aguas.
Por fin, es en el DRAE de 1984 donde las acepciones aumentan hasta cinco:
1. Dícese de lo que está en la mitad longitudinal del cuerpo humano que aloja la
mayor parte del corazón.
2. Dícese de lo que está situado hacia esa parte del cuerpo de un observador.
298
3. Dícese de la parte de un ser que se hallaría hacia el Oeste, si dicho ser se
orientara al Norte.
4. Dícese de lo que, referido a dicho objeto, cae hacia su parte izquierda.
5. En los móviles, dícese de lo que hay en su parte izquierda o de cuanto cae hacia
ella, considerado en el sentido de su marcha o avance.
Así continúan estas acepciones hasta las modificaciones producidas en la edición de
2001. Pero los cambios con respecto a este significado continúan en el avance de la 23.ª
edición (DRAE ined.), donde las cinco acepciones referidas al sentido espacial aparecen
divididas en las dos entradas diferentes que encontramos para nuestro término: una en
masculino y otra en femenino1. Así, bajo la entrada izquierda encontramos la acepción:
«Dirección correspondiente al lado izquierdo». En izquierdo aparecen las cuatro
primeras acepciones de la edición de 2001.
Dejando a un lado los diccionarios académicos, hay que indicar que la única
referencia de Covarrubias a este significado aparece recogida de esta manera:
«EZQVERRA, en lengua Cantabrica, vale coſa çurda, es pueblo y apellido en aquella
prouincia, a lo que dizen: y ſegun eſto, la palabra izquierdo eſtara corrompida deſte
vocablo. Pues çurdo, e izquierdo es todo vna miſma coſa: y aſsi auiamos de dezir
izqerro».
Siguiendo con el resto de las acepciones, el significado ʻtorcidoʼ aparece también en
todas las obras lexicográficas. La curiosa definición de Autoridades se mantiene hasta
1803, y durante prácticamente todo el siglo XIX este empleo se califica como una
«metáfora anticuada»; desde 1884, el sentido es calificado sencillamente como
«figurado».
El tercer significado que se mantiene en todos los diccionarios es el de ʻzurdoʼ. La
definición ofrecida en Autoridades se simplifica definitivamente desde la edición
académica de 1803, donde ya encontramos como definición: «Lo mismo que zurdo».
Este es el otro sentido recogido por Covarrubias en 1611, esta vez bajo el término
«IZQVIERDO, el que tiene la mano ſinieſtra mas ligera para obrar q̅ la dieſtra, que por
otro nombre llamamos zurdo».
La cuarta y última acepción común a todas las obras es la relativa a las caballerías,
cuya definición apenas varía con el paso de los años. Solo llama la atención que en
1
Tras nuestra experiencia en el análisis de siniestro, confirmamos que el DRAE de 2001 constituye una
excepción por su intención de unificar en una las entradas en masculino y femenino, pues tanto las
edicciones anteriores ―como veremos a continuación― como la nueva sí establecen esa distinción.
299
Autoridades aparezca esta acepción bajo el término en femenino, izquierda, mientras
que en las ediciones posteriores ya aparece bajo izquierdo.
Pero en el DRAE de 2001 aparecen más acepciones que todavía no han sido
comentadas; entre ellas, la referida a la ʻmano izquierdaʼ. Como sucedía con siniestra,
la sustantivación del término es tratada como una acepción diferenciada en las ediciones
académicas y en muchos otros diccionarios. El primer diccionario académico que
recoge la definición «mano izquierda» es el de 1884, bajo la entrada izquierda (de todas
formas, tanto las anteriores ediciones académicas como otros diccionarios ya ofrecían
bajo esta entrada la definición «siniestra»). Se trata, por tanto, de un significado que,
como ocurría con siniestra, aparece recogido generalmente bajo la entrada en femenino;
eso sí, desde la edición académica de 1899 esta acepción ʻmano izquierdaʼ aparece
reflejada tanto en la entrada izquierda como en izquierdo2. Además, mientras que en el
DRAE 2001, como hemos visto, aparece solamente en izquierdo, debido a que la
entrada izquierda desaparece como tal y tan solo ofrece una llamada a la voz en
masculino, en el avance de la nueva edición vuelve a encontrarse esta acepción
únicamente en izquierda.
Por otro lado, están las dos acepciones que aparecen en 2001 referidas al empleo del
término en el contexto de la política. La primera vez que encontramos reflejado este
sentido es en 1925, en la entrada izquierda. De hecho, es un significado que aparece
recogido siempre bajo la voz en femenino ―también en el avance de la 23.ª edición―
con las únicas excepciones de la edición de 1927 del Diccionario manual, donde
aparece en izquierdo, y, lógicamente, la del DRAE de 2001.
Esta es la definición que encontramos en 1925: «Hablando de colectividades
políticas, la más exaltada y radical de ellas, y que guarda menos respeto a las tradiciones
del país». Esta definición se mantiene de un modo similar en todas las ediciones de la
Academia hasta el DRAE de 1984, donde este empleo aparece dividido en dos
acepciones diferentes. Por un lado, encontramos: «En las asambleas parlamentarias, los
representantes de los partidos no conservadores». Por otro: «Por extensión, conjunto de
personas que profesan ideas reformistas o, en general, no conservadoras». Las nuevas
ediciones mantienen lo sustancial de estas dos acepciones, con la aclaración ―que
aparece por primera vez también en la edición de 1984― de que se trata de un
2
La edición de 1992 constituye una excepción al ser la única en la que la entrada izquierda no recoge el
significado ʻmano izquierdaʼ. Tampoco aparece en la entrada izquierdo en las distintas ediciones del
Diccionario manual.
300
significado nacido por la posición de los componentes en las asambleas de la
Revolución francesa. Es bastante obvio que el cambio de definición que tiene lugar a
partir de 1984 obedece a las particularidades históricas de nuestro país, pues el tipo de
explicación tan peyorativa que aparecía en 1925 y en las ediciones posteriores contrasta
con el carácter totalmente neutro de las nuevas definiciones.
Como podemos observar, volvemos a encontrar en la mayor parte de las ediciones el
término diferenciado en dos entradas, la masculina y la femenina, tal y como sucedía
con siniestro y siniestra. En este caso, vemos que en general izquierda se reserva para
los sentidos de ʻmano izquierdaʼ y los aplicados al terreno de la política3. Esta
diferenciación, que se rompe en 2001, vuelve a tener efecto en la nueva edición todavía
por publicar, que queda definitivamente así:
ADELATO DE LA 23.ª EDICIÓ DEL DRAE
Izquierda:
1. f. Mano izquierda.
2. f. Dirección correspondiente al lado izquierdo.
3. (Por la posición que ocupaban los componentes en las asambleas de la
Revolución francesa). f. En las asambleas parlamentarias, conjunto de los
representantes de los partidos no conservadores ni centristas.
4. f. Conjunto de personas que profesan ideas reformistas o, en general, no
conservadoras.
Izquierdo:
1. adj. Dicho de una parte del cuerpo humano: Que está situada en el lado del
corazón.
2. adj. Que está situado en el mismo lado que el corazón del observador.
3. adj. Que cae hacia la parte izquierda de un objeto.
4. adj. En las cosas que se mueven, se dice de lo que hay en su parte izquierda o de
cuanto cae hacia ella, considerado en el sentido de su marcha o avance.
5. adj. Zurdo.
6. adj. Dicho de una caballería: Que por mala formación saca los pies o manos
hacia fuera y mete las rodillas hacia dentro.
7. adj. Torcido (que no es recto).
Observamos que a las acepciones relacionadas históricamente con izquierda se les
añade, como ya he comentado, la de «dirección correspondiente al lado izquierdo»,
definición que aparece por primera vez en el DRAE de 2001.
Por lo que respecta a los diccionarios no académicos contenidos en el TLLE, no hay
nada resaltable, pues se limitan a seguir las acepciones de la RAE.
3
De hecho, las únicas alusiones a otros significados diferentes bajo la entrada izquierda son, además de la
ya comentada del propio Diccionario de Autoridades, donde encontramos el sentido referido a las
caballerías bajo la forma siniestra, las del diccionario de Núñez de Taboada de 1925, que recoge tanto
esta acepción relacionada con las caballerías como la de ʻtorcidoʼ.
301
En cuanto al DUE y el DEA, encontramos estos significados:
DUE
Izquierda:
1. f. Lado izquierdo.
2. Sector político de ideas más progresistas.
b) Conjunto de los partidos y personas de este sector.
Izquierdo, -a:
1. adj. y n. f. Se aplica a la mano opuesta a la derecha, la cual se halla en el lado del
corazón.
b) También a la pierna de este lado.
c) adj. Se aplica a otras partes del cuerpo que están en el mismo lado que la mano
izquierda.
d) Y a las extremidades y otras partes del cuerpo del lado correspondiente en los
animales.
e) Hablando de cosas inanimadas, se aplica a las que están en el lado
correspondiente a la mano izquierda del observador.
f) adj. y n. f. (Deportes) En fútbol y otros deportes, se aplica a los jugadores de
ciertas demarcaciones que desarrollan su juego principalmente por la banda
izquierda.
2. adj. Zurdo.
3. Torcido.
4. Se aplica a las caballerías que andan separando las pezuñas y aproximando las
rodillas.
DEA
Izquierdo, -da:
I. adj. 1. [Órgano o parte del cuerpo] que está en la mitad longitudinal en que se
aloja la mayor parte del corazón.
b) [Lado] izquierdo, [mano] izquierda.
c) [Cosa] correspondiente a la mitad izquierda del cuerpo.
d) [Cosa] situada hacia la parte izquierda del cuerpo del observador.
2. En una cosa que tiene orientación: [Parte] que corresponde al lado izquierdo de
una persona, orientada de la misma manera.
b) En una cosa que avanza real o figuradamente: [Parte] situada a la izquierda de
la persona que mira en el sentido de la marcha.
c) [Cosa] situada hacia la parte izquierda [de otra].
d) (Deportes) En fútbol y otros deportes similares: [Jugador] que desarrolla su
juego en la parte izquierda del campo.
II. n. A m. 3. (coloquial) Corazón o valor.
B f. 4. (Política) Conjunto de personas o de partidos de ideas progresistas o no
conservadoras.
La diferencia más evidente entre ambos es que el DEA no diferencia dos entradas
dependiendo del género de nuestro término4, mientras que el DUE sí lo hace; eso sí,
4
Se limita a ofrecer algunas aclaraciones relacionadas con el género acompañando a algunos significados.
Así, con respecto a la subacepción relacionada con la demarcación de un jugador en determinados
deportes (2d), dice que en este sentido pueden alternar las formas izquierda e izquierdo cuando se refieren
302
llama la atención el hecho de que no introduzca el significado ʻmano izquierdaʼ bajo la
entrada en femenino, sino en la otra. Hay que resaltar además que los significados
recogidos por el DUE de ʻzurdoʼ, ʻtorcidoʼ y el referido a las caballerías son calificados
de no usuales. Estos tres últimos significados ya no son recogidos por el DEA, en el que
en cambio sí aparece otro que no hemos visto reflejado en ningún otro sitio: el de
ʻcorazón o valorʼ.
Debemos subrayar también el hecho de que el significado espacial, como en el
DRAE, aparece en ambos diccionarios muy dividido en acepciones y subacepciones
diferentes.
Por último, solamente queda por comentar que el significado referido a la ideología
política es recogido por ambos diccionarios.
5.2. El estudio diacrónico
5.2.1. Metodología
Antes de comenzar con el análisis de izquierdo, debemos comentar que se van a
seguir, en general, los mismos criterios utilizados para el término siniestro. Señalemos,
pues, tan solo las particularidades que atañen a la búsqueda de este término concreto.
Evidentemente, hay que hablar de la forma de la que se va a introducir el término
para rentabilizar nuestra búsqueda en la medida de lo posible. Así, además de dejar
abierta la terminación a las posibles variaciones de género y número, se atenderá a las
siguientes variantes. En primer lugar, se buscará el término tanto con la i- inicial como
con e- o con y-. También se tendrán en cuenta las diferentes consonantes que pueden
aparecer ante la q: z, s o x. Por otro lado, se introducirá el vocablo tanto con
diptongación como sin ella. Y, por último, se jugará con las dos variantes: –rd– y –rr–.
Si a todas estas hipotéticas combinaciones añadimos la posibilidad de la mayúscula
inicial, nos salen un total de 72 formas diferentes5.
a un sustantivo masculino. Por otro lado, junto a varios de los sentidos expuestos como adjetivo, explica
que el término puede emplearse también como sustantivo femenino; esto ocurre en la acepción 1, la
subacepción 1d, la acepción 2 y las subacepciones 2b y 2c.
Por otro lado, en cuanto a los empleos como sustantivo, observamos que diferencia ambas acepciones
con letras diferentes (A y B) debido a que la primera se refiere a un sustantivo masculino y la segunda, a
uno femenino.
5
Estas son, pues, las diferentes combinaciones que se van a introducir para la búsqueda en el CORDE:
izquierd-, izquierr-, izquerd-, izquerr-, isquierd-, isquierr-, isquerd-, isquerr-, ixquierd-, ixquierr-,
ixquerd-, ixquerr-, ezquierd-, ezquierr-, ezquerd-, ezquerr-, esquierd-, esquierr-, esquerd-, esquerr-,
exquierd-, exquierr-, exquerd-, exquerr-, yzquierd-, yzquierr-, yzquerd-, yzquerr-, ysquierd-, ysquierr-,
ysquerd-, ysquerr-, yxquierd-, yxquierr-, yxquerd-, yxquerr-. Estas 36 formas se buscarán también, como
digo, con mayúscula inicial.
303
5.2.2. Siglo XIII
El primer siglo en el que encontramos ejemplos del término6 como adjetivo es el
XIII, puesto que en el XII los ocho ejemplos que aparecen en el corpus se corresponden
con apellidos (recordemos que ya señalaba Corominas que la primera documentación
del término se producía en 1117 precisamente como nombre propio)7.
Pues bien, en este siglo XIII hallamos 29 casos para analizar8. Encontramos el
significado ʻizquierdaʼ en quince de estos ejemplos9:
‘Izquierda’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
3
2
8
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
2
15
En la mayoría de estos casos se utiliza el sentido espacial para hacer referencia a una
parte del cuerpo, especialmente la mano:
Mas los que moran en tierra de Alirach ponen los cascaueles en los pies,
e d'ellos ay que ponen dos cascaueles e d'ellos ay que les non ponen más de uno; e
pónengele en la pierna derecha por tal que sea la mano esquierda más liuiana, ca
con la esquierda fieren a la caça. (Abraham de Toledo, Moamín. Libro de los
animales que cazan, 1250, p. científica).
6
De todas las variantes introducidas, las únicas que han producido algún resultado a lo largo de los siglos
han sido: izquierd- (Izquierd-), izquerd-, Izquerr-, isquierd- (Isquierd-), ezquierd- (Ezquierd-), ezquerd(Ezquerd-), ezquerr- (Ezquerr-), esquierd- (Esquierd-), Esquierr-, esquerd- (Esquerd-), esquerr(Esquerr-), Exquierd-, yzquierd- (Yzquierd-), yzquerd-, ysquierd- (Ysquierd-).
7
Los ocho ejemplos documentados en el CORDE en este siglo XII se sitúan entre los años 1179 y 1198.
Este es uno de ellos:
Ego don Lope esto en ora de pasar e devo a Iohan Gordo XXXX e dos morabetinos, e do a
don Iohan por estos morabetinos, las casas que fueron de Rui Miguel e de suo iermano
Domingo Miguel y de dona Mioro, e despues fueron de Petro Monazino, a Petro Monazino
vendiolas a mi Lope Montero, e ego don Lope dolas a Iohan Gordo por estos XXXX e II
morabetinos que le devo en mio passamiento; et ex una parte de illas casas, el curral de
Sancta Maria e de alia parte las casas de Petro Sancho, e de tertia parte Martin Esquerdo.
(Carta de donación [Documentos de los archivos catedralicio y diocesano de Salamanca],
anónimo, 1194, p. jurídica).
8
De los resultados obtenidos en el corpus he tenido que descartar 40 pasajes en los que el término vuelve
a aparecer como nombre propio.
9
Como he señalado en el capítulo anterior, en el análisis de este término sí vamos a detenernos a estudiar
con más profundidad el significado espacial, que no era observado con tanta atención en el caso de
siniestro.
304
Tomóle luego Jalima para darle á tetar;
Púsole en la teta izquierda, mas non la quiso tomar;
Mosando * con la derecha al mundo fué enviado,
Que tenia un hijo que venia de aquel lado.
(Poema en alabanza de Mahoma, anónimo, c 1300, literario).
- Conde, no creo que con essa mano derecha me amenazaréis de aquí adelante.
- Señor -dixo el Conde-, ni aun con la izquierda, que de todo el cuerpo soy tollido.
(Libro del cavallero Cifar, anónimo, 1300-1305, literario).
En este último pasaje encontramos la sustantivación de izquierda para referirse a la
mano.
También encontramos casos en los que el sentido espacial se emplea para referirse a
una situación con respecto a un punto:
Otrossi entregue en el monte de Ualcuadiello commo toma del pie de Fiedello a
la guarguanta que descende a Ualdulaui la cabeça que es monte, et ua por el çerru
et descende a la fuente de Cauadiello, do suelen beuer las uacas et el arroyo, ayuso
commo en el guan las aguas et suben arriba a la penna mesiella et fata el termino
del Valdenubla et contra el Asperiello todo de man esquierda. (Garci Fernández,
merino de Castilla, posesiona al monasterio de Oña de los lugares y solares que le
adjudicaron los jueces árbitros en su pleito con la ciudad de Frías. [Colección
diplomática de San Salvador de Oña], anónimo, 1281, p. jurídica).
Tan solo hay que comentar un caso en el que ʻizquierdaʼ aparece asociado a
connotaciones negativas:
Textos
literarios
‘Izquierdaʼ con
connotaciones
negativas
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
1
1
Esas connotaciones se deben, como la mayor parte de las veces, a motivos religiosos,
pues se trata de una cita bíblica varias veces comentada en este trabajo:
... que quando fezieres limosna que non sepa la tu sinyestra
conuiene a saber la esquierda lo que faze la tu derecha...
(Castigos. BM ms. 6559, anónimo, 1293, p. didáctica).
Es curioso que en este pasaje el término esquierda es empleado, en cierto modo, como
explicación al anteriormente citado, sinyestra.
Por otro lado, se han hallado 12 ejemplos en los que el significado es el de ʻzurdoʼ:
305
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
‘Zurdoʼ
Prosa
jurídica
Total
12
12
Se trata de un grupo homogéneo de ejemplos, ya que, con pequeñas variaciones,
todos expresan la misma idea. A su vez, nos recuerdan a otros pasajes del mismo tipo
que ya hemos visto, también en este mismo siglo, durante el análisis de siniestro. Como
todos los pasajes son prácticamente idénticos, exponemos solamente uno:
Encara es assaber que si el reptado dira que lidiara a pie. estonçes los alcaldes
denle tres IX. dias de plazo al reptado et en cada nouena el reptado aduga.V.
peones que non sean braceros o ezquierdos. ni farreros. si non qual sera el reptado.
como es fuero. (Carta de población de la ciudad de Santa María de Albarracín
según el códice romanceado de Castiel, anónimo, c 1300, p. jurídica).
Por último, encontramos el término formando parte de la expresión a izquierdas:
Textos
literarios
A
izquierdas
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
1
Como se puede observar, esta locución se utiliza con un claro sentido negativo:
La primera plaga fue enla su mano derecha
quando gela plagaron conel clauo enel madero dela cruz
Onde nos da a entender que deuemos obrar a derechas
a derechas es que non fagamos a otro lo que non querriamos
para nos La ija. llaga que le fezieron fue enla su mano sinjestra
quando le posieron otro clauo por la mano enla palma & ge
la atrauesaron E aquellos que gelo fezieron obraron a
esquierdas & asy fazen todos aquellos que fazen malas obras.
(Castigos. BM ms. 6559, anónimo, 1293, p. didáctica).
Es una expresión que, efectivamente, aparece en los diccionarios. Todas las
referencias que encontramos a ella le asignan simplemente un sentido espacial. Pues
bien, este sentido espacial tiene también, aquí, unas claras connotaciones negativas,
como sucede con frecuencia en todo lo que se refiere a la izquierda. La expresión
306
aparece, además, en oposición a la expresión a derechas, que tiene connotaciones
positivas.
En resumen, estos son los resultados para este siglo:
‘Izquierda’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
3
2
8
‘Izquierdaʼ con
connotaciones
negativas
Prosa de
sociedad
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
2
15
(51,7%)
1
(3,4%)
1
‘Zurdoʼ
A izquierdas
Prosa
religiosa
12
12
(41,3%)
1
(3,4%)
1
Llegados a este punto, debemos comparar estos resultados con los que
encontrábamos, en este mismo siglo, para siniestro. Pues bien, el número de casos con
el significado ʻizquierdaʼ era entonces de 573 (lo que representaba más de un 96% de
los ejemplos hallados), cifra que contrasta con estos 16 de izquierdo, lo que demuestra
cuál era el término mayoritario. Llama también la atención el caso de los ejemplos de
ʻzurdoʼ: se trata de un fragmento que, con ligeras variaciones, aparece con ambos
términos en el mismo siglo, en un buen número de ocasiones y en diferentes fuentes.
5.2.3. Siglo XIV
En este siglo el número de ejemplos crece un poco, pues nos encontramos con 116
pasajes con este término10. En la mayor parte de estos casos aparece el significado
ʻizquierdaʼ:
10
También en este siglo hemos tenido que desechar 15 casos en los que los resultados obtenidos se
corresponden con un nombre propio.
307
‘Izquierda’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
5
5
30
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
21
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
15
32
108
Seguimos encontrando muchos casos en los que se utiliza para señalar un miembro
del cuerpo situado a este lado:
Et sy oviere que á de morir, matarle han; et sy viere quel tajen la mano derecha
et el pie esquierdo (sea fecho); et si viere quel á de açotar et tener preso, complirán
esto todo, et sacalle han de la villa á otra, et tenerle an preso fasta que paresca su
recordacion: esto sy non matare ninguno, et sy matare, que lo maten. (Leyes de
moros sacadas de una colección de las mismas, compuesta o traducida al
castellano, según parece, para uso de los mudéjares castellanos a principios del
siglo XIV. [Documentos mudéjares (1225-1491)], anónimo, a 1305, p. jurídica).
Quando auras comido, anda hun poco, apres durmi tempradament et iazi una
ora sobre el costado dreyto et despues sobre el costado ezquierdo; et alli acaba el
dormir, porque el costado ezquierdo es frido et no ha mester scalfamiento. (Juan
Fernández de Heredia, De secreto secretorum, 1376-1396, p. didáctica).
E non commo huespede mas commo enemigo, seyendo todos adormidos, entro
en la camara de Lucrescia e pusole la mano ezquierda en la garganta, e teniendo la
espada en la mano derecha, dixo... (Clemente Sánchez de Vercial, Libro de los
exemplos por A. B. C., c 1400-c 1421, literario).
De todas formas, predominan los ejemplos en los que se usa izquierdo para señalar la
situación de un lugar o la dirección que hay que tomar:
E el rrey de Portogal tomo su camino contra la parte de la man izquierda çerca
de la sierra contra do estaua el rrey de Granada. (Gran crónica de Alfonso XI,
anónimo, c 1348-1379, p. histórico-documental).
AQui en çeçilia entre en vna galea & torneme
a la marisma de napol arrezo desi a girazo
& entre ala çibdat de entranto que es enla
Punta del golfo de veneçia & entre en el
golfo & fuy a brandiza & dende a napoli & tome la parte esquierda
del golfo contra napol & fuy a barleto desy a...
(Libro del conocimiento de todos los reinos. BM 1997, anónimo, c 1350, p.
histórico-documental).
Et rrepartiose sobre ellos de noche, el e sus sieruos; e firiolos e siguyo los fasta
Oba, que esta ala parte yzquierda de Damasco. (Biblia Escorial I-j-4: Pentateuco,
anónimo, c 1400, p. religiosa).
308
También en este siglo aparecen ejemplos de ʻizquierdaʼ con malas connotaciones:
Textos
literarios
Prosa
didáctica
‘Izquierdaʼ con
connotaciones
negativas
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
1
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
4
Total
5
Entre estos ejemplos, encontramos uno referido a la cita bíblica comentada en el
siglo anterior y otros correspondientes a otro pasaje bíblico también aludido: el de la
bendición de Manasés y Efraín. Veamos una muestra:
Et estendio Ysrrael su derecha e puso la sobre la cabeça de Efraym, que era el
menor, e la ysquierda sobre cabeça de Manases; amaestro sus manos, que Manases
era el primo genito. (Biblia Escorial I-j-4: Pentateuco, anónimo, c 1400, p.
religiosa).
Por último, he clasificado tres ejemplos como dudosos:
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Dudosos
Prosa de
prensa y
publicidad
2
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
3
Los dos primeros son dos casos muy peculiares, pues en ambos se utiliza el término
para referirse, de manera indirecta, a personas zurdas:
E clamaron los fijos de Ysrrael al Señor, e leuanto el Señor para ellos saluador,
a Ehud fijo de Guera, fijo del Yamini, omne esquierdo de su mano derecha, e
enbiaron los fijos de Ysrrael en su mano presente a Eglon, rrey de Moab. (Biblia
ladinada I-i-3, anónimo, c 1400, p.religiosa).
Todos estos sieteçientos omnes escogidos eran esquierdos de sus manos
derechas, e todos estos que fondeauan con vna piedra a vn cabello, e non le
errauan. (Biblia ladinada I-i-3, anónimo, c 1400, p.religiosa).
Ambos casos se corresponden con dos pasajes pertenecientes al Libro de los Jueces
de la Biblia11, donde podemos comprobar que, efectivamente, se habla de personas
zurdas.
11
El problema está en la forma tan curiosa que se utiliza para expresar este
El primero de ellos lo encontramos en Jueces 3, 15; el segundo, en 20, 16.
309
significado, pues nos deja dudas acerca de qué significado concreto se le está asignando
al término izquierdo: podemos intuir diferentes sentidos que van desde el propiamente
espacial hasta, incluso, el de ʻtorpeʼ. Por lo demás, llama la atención que en el segundo
ejemplo, a pesar de la mala visión que predomina en la Biblia con respecto a todo lo
relacionado con la izquierda, el ser zurdo es calificado como algo positivo, pues se les
atribuye una gran habilidad.
El tercer ejemplo que suscita dudas es un pasaje en el que parece que se utiliza el
término como sustantivo:
E los longobartes esperantes de las cosas esdeuenideras et de los prouechos,
alegrament recibieron los legados et prometieron que tantost vendrian. Et de
continent de noche en Ytalia fueron vistas senyales mucho terribles: ezquierdos de
fuego resplandientes aparescieron en el cielo, significantes la sangre humanal, la
qual fue en Ytalia escampada. (Juan Fernández de Heredia, Traducción de
Breviarium ab urbe condita, de Eutropio. París, Arsenal, ms. 8324, 1377-1399, p.
histórico-documental).
En resumen:
‘Izquierda’
‘Izquierdaʼ con
connotaciones
negativas
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
5
5
30
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
21
1
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
15
32
108
(93,1%)
5
(4,3%)
4
Dudosos
2
1
3
(2,5%)
Si acudimos a los datos de siniestro en este siglo XIV, vemos que aparecían 321
ejemplos con el significado ʻizquierdaʼ, que constituían más de un 95% de los casos del
período. Por tanto, aunque los empleos del término izquierdo con este significado
espacial aumentan considerablemente con respecto a los del siglo pasado, observamos
que todavía se utiliza mayoritariamente siniestro para expresar este significado.
310
5.2.4. Siglo XV
Sigue aumentando en este siglo el número de casos obtenidos del corpus:
trabajaremos en este período con 483 ejemplos12. La mayor parte de ellos se
corresponden con el significado ʻizquierdaʼ:
‘Izquierda’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
66
35
104
53
12
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
122
65
457
Veamos tres referidos a la parte izquierda del cuerpo de una persona:
Y del primer salto pensó el león ferirle con las uñas y tendió la pata, y Artús
tendió el braço izquierdo, y el león asió de la capa y le metió las uñas por el braço.
(La historia de los nobles caballeros Oliveros de Castilla y Artús d'Algarbe,
anónimo, 1499, literario).
Mi mal es de corazón, la izquierda teta es su aposentamiento; tiende sus rayos a
todas partes. (Fernando de Rojas, La Celestina. Tragicomedia de Calisto y
Melibea, c 1499-1502, literario).
El Clavero era muy gran luchador, pero nunca luchaba sino con una mano, y la
izquierda atada atrás; y de esta manera nunca hallaba quien lo derrocase. (Alonso
Maldonado, Hechos del Maestre de Alcántara don Alonso de Monroy, c 1492, p.
histórico-documental).
Y otros tres referidos a la orientación con respecto a un punto:
En el margen izquierdo pone: "Johán Gutiérrez, escribano de Villalpando" y en
el margen derecho: "XXV maravedís". (Documentación medieval de la iglesia
catedral de León, anónimo, 1419-1426, p. jurídica).
Otrosi dieron liçençia a Françisco de Madrid para otro solar desta otra parte de
la çerca a man izquierda, por el mismo preçio, siendo señalado por Diego de
Vargas e Gonçalo de Monçon, regidores, e otorgando su carta de çenso de la forma
susodicha. (Libro de Acuerdos del Concejo Madrileño. 1493-1497, anónimo, 14931497, p. jurídica).
Ala yzquierda parte del choro es vn tabernaclo: donde se guarda la silla que
touo señor sant pedro los primeros años en anthiochia: la qua'l demuestran todo el
dia dela cadira del dicho santo: y puede lo ver qua'lquier persona \ y llegar a
ella. (Martín Martínez de Ampiés, Traducción del Tratado de Roma, 1498, p. de
sociedad).
12
Se han eliminado en este caso 103 pasajes en los que encontrábamos el término como nombre propio y
otro en el que aparecía un término que de nada sirve a nuestro estudio: izquerdara, del verbo izquierdear.
311
También crece el número de casos en los que encontramos connotaciones negativas:
Textos
literarios
‘Izquierda’ con
connotaciones
negativas
5
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
3
Prosa
religiosa
8
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
2
Total
18
En este caso nos encontramos con casos de lo más variado. En la mayoría, eso sí, hay
un trasfondo religioso, como vemos en estos ejemplos:
Cuando en la mano izquierda pone el manípulo, consideramos cómo el
Redemptor Nuestro en todos los trabajos é angustias que desde su natividad por
nos padesció, entendidos por la mano izquierda, siempre contempló claramente la
su divinidad y en ella se gozó, la cual es la bienaventuranza principal que él en
cuanto hombre rescibió y la que nos esperamos, entendida por el manípulo, que
quiere decir manojo, y demandémosle que en todos nuestros actos é trabajos nos dé
á pensar y desear aquella gloria é bienaventuranza, por la cual alcanzar havemos
aquí mucho de padescer; é si en ella continuamente pensáremos, no fallesceremos
en los trabajos. (Fray Hernando de Talavera, Tractado de lo que significan las
cerimonias de la misa y de lo que en cada una se deve pensar y pedir a uestro
Señor, c 1480, p. religiosa).
¿E por qué más del honbro esquierdo al derecho? Porque el Spíritu Santo trae
amén de la mano esquierda a la derecha; esto es, de mala vida a buena e a
salvaçión, faziendo buenas obras. (San Vicente Ferrer, Sermones, 1411-1412, p.
religiosa).
Ca la ánima de qualquier persona discreta deve tener dos pies, con los quales
deve andar apriessa de virtud en virtud. El primero pie drerecho es el amor çelestial
e el pie esquierdo es el temor infernal. (San Vicente Ferrer, Sermones, 1411-1412,
p. religiosa).
En otros no existe ―o al menos no aparece explícita― ninguna relación con el
cristianismo, aunque es curioso el parecido entre el primero de estos ejemplos y el
último pasaje que acabamos de ver:
Conformóse en este caso Asuero con aquello que dize Salamón, que la
república anda sobre dos pies, e dize: "el pie derecho: regraçiar los serviçios bien
fechos a aquélla, e el pie izquierdo: pugnir e castigar e non dexar sin pena los
malefiçios", concluyendo que qualquier de aquestos que fallesçe a aquellos que
rigen e tienen la vara, la república va coxa. (Marqués de Santillana (Íñigo López de
Mendoza), Proverbios o Centiloquio, 1437, literario).
E paso a la moral significaçión, en do es el fructo por Virgilio plantado a
hutilidat de los leedores de su Eneida. Onde la titubante voluntad de Anchises, en
su resistençia perseverando, que significa la avididat, muestra que aún se detiene de
seguir la voluntad del ombre e aparesçen señiales inmutativos de aquel propósito,
312
es a saber trueno de mano isquierda e apparisçión de cometa, es a saber que en la
perversidat de las obras, entendidas por la mano isquierda, conosçe que non han
permanençia, antes resçiben mutabilidat por la innovaçión del trueno. (Enrique de
Villena, Traducción y glosas de la Eneida. Libros I-III, 1427-1428, literario).
La otra por la exçelençia & ventaja que tiene el braço derecho al ysquierdo. Ca
sin duda mas noble & mas exçelente parte es la derecha quela ysquierda.
(Fernando Mejía, Libro intitulado nobiliario vero, 1477-1485, p. históricodocumental).
Debemos señalar también la presencia de dos ejemplos con el significado de ʻzurdoʼ:
Textos
literarios
ʻZurdoʼ
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
1
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
2
Son estos:
Los armeros de Milan
y las monjas de Ferrara
sobre la falta del pan
reçio conbate daran
al castillo d'Almenara;
vino luego vn moro ezquierdo,
ençima vna yegua baya
diziendo: como onbre cuerdo,
que pues yo a ella pierdo
todo el vien con ella vaya.
(Cancionero de Juan Fernández de Íxar, anónimo, a 1424-1520, literario).
E así mesmo tomaron nonbre Esquerras porqu'él era vascongado, como lo son
en Ayala, e por esquerdo disen Esquerra, porqu'él era esquerdo. (Lope García de
Salazar, Istoria de las bienandanzas e fortunas, 1471-1476, p. históricodocumental)13.
Finalmente, resaltemos la presencia de unos cuantos empleos metalingüísticos, que
clasificamos ―para seguir un criterio coherente con el análisis realizado para
siniestro― dentro del grupo de casos dudosos:
13
La otra aparición de esquerdo en minúsculas en este pasaje no la contabilizo como un caso más de
ʻzurdoʼ, sino como un empleo metalingüístico como los que vamos a ver a continuación, ya que se habla
del término en sí mismo, desprovisto de un significado concreto.
313
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Dudosos
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
5
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
6
La mayor parte de estos casos los encontramos en diccionarios u otros repertorios de
vocabulario. Veamos un ejemplo:
Izquierdo. scaeua .ae. leuus .a .um. sinister. (Antonio de Nebrija, Vocabulario
español-latino, 1495, p. científica).
En resumen:
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
12
122
65
457
(94,6%)
8
2
18
(3,7%)
1
2
(0,4%)
1
6
(1,2%)
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
‘Izquierda’
66
35
104
53
‘Izquierda’ con
connotaciones
negativas
5
ʻZurdoʼ
1
Dudosos
3
5
Prosa de
prensa y
publicidad
En este período la comparación con el término siniestro nos deja ver claramente
cómo el empleo de izquierdo sigue ganando terreno poco a poco. Siniestro aparece con
el significado ʻizquierdaʼ en el siglo XV en 683 ocasiones (un 77% del total de los
ejemplos). Aunque esta cifra sea mayor que la acabamos de ver en este analisis para
izquierdo, hay que tener en cuenta que el número de ejemplos analizados en el caso de
siniestro era de 887, frente a los 483 que encontramos para izquierdo.
Podemos evidenciar la presencia de ambos términos en esta época con este ejemplo
encontrado en el corpus, donde encontramos, con el mismo significado, sinistra,
senistro y esquierda:
314
Mas aun dize Aristotiles en el .xiii. libro, que la sangre es mas caliente en la
parte derecha que en la sinistra o esquierda, porque, tanbien dize que, quando el
leon se levanta, el muda primero el pie diestro que el senistro. (Fray Vicente de
Burgos, Traducción de El Libro de Propietatibus Rerum de Bartolomé Anglicus,
1494, p. didáctica).
5.2.5. Siglo XVI
A partir de este siglo, como he explicado con anterioridad, los ejemplos resultantes
de la búsqueda izquierd- aumentan considerablemente, por lo que en este período
concreto el corpus nos ofrece un total de 2525 casos14.
Vayamos con los casos de ʻizquierdaʼ, que ascienden a los 2445 ejemplos:
‘Izquierda’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
392
172
621
510
140
12
442
156
2445
Estas son solamente tres muestras de la gran cantidad de casos que han aparecido15:
Y, rompiendo por las espinosas zarzas, por llegar más presto a do la voz salía,
salió a un pequeño prado, que todo en redondo, a manera de teatro, de espesísimas
e intrincadas matas estaba ceñido, en el cual vio un pastor que con estremado brío
estaba con el pie derecho delante y el izquierdo atrás, y el diestro brazo levantado,
a guisa de quien esperaba hacer algún recio tiro. (Miguel de Cervantes Saavedra,
La Galatea, 1585, literario).
Y después yrás a la suma principal de quien as sacado la raíz y sacarás tanbién
los sieptes, y los que sobrare ponlo debaxo del braço izquierdo de la cruz. (Juan de
Ortega, Composición del arte de la aritmética y geometría, 1512, p. didáctica).
Y que si acaso ahora consideran
Volver al río por el rumbo izquierdo,
Será en su daño, porque ya la gente
Perdida, poca, y sin valor se siente.
(Lope de Vega Carpio, La Dragontea, 1598, literario).
Por otro lado, hay 56 casos en los que aparecen connotaciones negativas:
14
Además, se han desechado 49 ejemplos que no contribuyen a los fines de nuestro estudio. De estos, 40
se corresponden con nombres propios, 5 al verbo izquierdear, 3 a ezquerdear y 1 está en catalán.
15
Ante esta gran cantidad de ejemplos, nos limitaremos, de momento, a mostrar algunos casos
representativos de cada siglo, dejando para un apartado posterior un análisis más minucioso de este
significado espacial.
315
Textos
literarios
‘Izquierda’ con
connotaciones
negativas
Prosa
didáctica
9
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
3
1
42
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
56
La mayoría están relacionados, como siempre, con textos bíblicos e ideas tomadas
del cristianismo. Dejando a un lado los pasajes más repetidos durante nuestro análisis,
veamos, por ejemplo, este pasaje:
Todas las obras que Dios hizo parece que las hizo con la izquierda, a quien se
atribuyen las cosas menos perfectas, porque parece que le costaron poco, y le
quedó el brazo sano; mas la reparación del hombre, el redimir pecados, el justificar
y salvar pecadores, aquí parece que se le cansó el brazo y que lo puso todo de su
casa. (Fray Pedro Malón de Chaide, La conversión de la Magdalena, 1588, p.
religiosa).
También destaca este ejemplo en el que observamos la tan comentada aversión hacia
los zurdos y un juego de palabras precisamente con el término siniestro:
Y que es cosa de risa ver lo que se reprehende el hijo quando come con la mano
izquierda, y la poca cuenta que se tiene que no sea siniestro y torcido en sus
costumbres. (Pedro de Ribadeneira, Vida de San Ignacio de Loyola, 1583, p.
religiosa).
Aparece también la conocida superstición basada en el hecho de no adelantar el pie
izquierdo al salir de casa:
Que por echar el pie derecho adelante al salir de casa, creo que eché el
izquierdo. Dígolo porque las viejas abusioneras tienen creído que es pronóstico
para que suceda algún suceso malo; mas creo en Dios, y no en semejantes viejas.
(Fernán González de Eslava, Coloquio tercero a la consagración del doctor don
Pedro Moya de Contreras [Coloquios espirituales], 1574, literario).
Sin duda, también es interesante resaltar algunos casos que se encuentran en la
frontera de este significado ʻizquierdaʼ y que ilustran claramente cómo surgen los
sentidos peyorativos en el término a partir de las connotaciones negativas que va
tomando el sentido espacial:
316
Huye el camino izquierdo, que florece
con el engaño de tu propria planta;
pues cuanto en curso alegre se adelanta,
tanto en mentidas lumbres te anochece.
(Francisco de Quevedo y Villegas, Poesías, 1597-1645, literario).
Escalco, todos tenemos
estos puntos escusados,
que dezís que no hazemos
sino traer combidados.
Sed más cuerdo,
que lleváis camino izquierdo,
sabéis que sois tan mezquino
que de vos jamás me acuerdo
aver un piquer de vino.
(Bartolomé de Torres Naharro, Comedia Tinellaria [Propaladia], 1517, literario).
Yo, dijo el teólogo, soy con vos como Teodoro Ateo con sus oyentes que les
solía decir, como refiere Plutarco, cuando veía cuán poco se aprovechaban de él,
que les daba la doctrina y palabras con la mano derecha y que ellos las tomaban
con la izquierda, torciéndoles la intención. Y con cuanto quería trabajar con
razones por traerlos a razón, estaban ellos tan fuera de ella que no se la podía
persuadir. Verdad es que estar fuera de razón no se puede entender de vos. Mas a lo
menos tomáis con intención izquierda lo que yo digo con la derecha. (Traducción
de la Imagen de la vida cristiana de Fray Héctor Pinto, anónimo, 1571, p.
religiosa).
El primer pasaje nos recuerda mucho a otros ejemplos vistos en el análisis de
siniestro; de los tres casos, es en el que el sentido espacial está más latente. No es
exactamente igual el segundo ejemplo, a pesar de que también se hace referencia al
camino izquierdo, ya que en este caso, en mi opinión, el significado se va acercando
más al de ʻtorcidoʼ, sentido que hemos visto reflejado en los diccionarios. Lo mismo
sucede en la segunda aparición del término en el tercer caso. De todos modos, he
decidido clasificar estos tres ejemplos dentro del significado ʻizquierdaʼ porque el
sentido espacial sigue estando, en mayor o en menor medida, presente, como
observamos si leemos con atención el último de estos fragmentos.
Vuelve a aparecer en este siglo el significado ʻzurdoʼ:
ʻZurdoʼ
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
4
2
2
2
2
Por ejemplo, en:
317
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
4
1
17
... y este dios del agua topó al indio que traía el mástel y manta de Uchilogos, y
como le topó le dió unas armas, que son las con que matan los ánades, y una
tiradera, y como Uchilogos era izquierdo como este dios del agua, le dijo que
debía ser su hijo, y fueron muy amigos, y mudóse el nombre al pueblo do se
toparon, que como primero se llamaba Uichilat, de ahí adelante se llamó
Uchilobusco. (Historia de los mexicanos por sus pinturas [Varias relaciones
antiguas de la Historia de México], anónimo, c 1547, p. histórico-documental).
Luego venía otro quinto, que era izquierdo, el cual usava de la mano izquierda
por derecha; éste le rendía y quitava las armas y dava con él en tierra; luego venía
el que se llamava Yooallaoa y le abría los pechos y le sacava el coraçón. (Fray
Bernardino de Sahagún, Historia general de las cosas de ueva España, 15761577, p. histórico-documental).
¡Qué negro bellaco! Antes que se me olvide; fino como coral, tinto en lana;
¡pues la niña que trae consigo! Rejalgar pueden hacer de ella. Lanzada de moro
izquierdo le pase las entrañas. (Fernán González de Eslava, Coloquio dieciséis del
bosque divino [Coloquios espirituales], 1578, literario).
Este último fragmento nos recuerda a los mencionados al analizar la visión negativa de
los zurdos en nuestra literatura.
Por último, encontramos por primera vez en el corpus algunos casos que reflejan el
significado aplicado para calificar la mala formación de las caballerías:
Textos
literarios
Aplicado a la
mala
formación de
las caballerías
Prosa
didáctica
Prosa
científica
1
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
6
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
7
Estos son algunos ejemplos:
Pasea con muy buen tiento,
Muy corto y muy sosegado;
Corre con tan buen aliento
Como un asno enalbardado.
Es izquierdo y desbocado
Y muy blando de carona:
Vos sólo lo habéis librado
De andar a vender pescado
O moler en atahona.
No sé para qué nació
Bestia tan sin proporción;
La yegua que lo parió
Debiera tener torçón.
(Cristóbal de Castillejo, Poesías, c 1541-a 1550, literario).
318
Los ojos y la hedad y sanidad, y el talle y la color y señales del cavallo.
Que no sean corvos ni cazcorvos, ni yzquierdos de los braços ni muy derechos,
ni muy caýdos de quartillas ni muy cerrados, ni çancajosos ni quebrados de las
piernas, ni topinos de los pies ni de las manos ni que se toquen ni roçen con ellas.
(Pedro de Aguilar, Tratado de la caballería a la gineta, 1572, p. de sociedad).
La forma y calidades que un cavallo ha de tener para ser acabado en perfeción:
ha de tener los cascos anchos y bien formados, redondos y acopados, corto de
quartillas y no yzquierdo, ancho de juntas, buenas cerrumas, las cañas gruessas,
los nervios por sí descarnados, ancho de pechos y salido en el pecho... (Francisco
de la Reina, Libro de albeitería, 1564, p. de sociedad).
Este es, por tanto, el resultado que nos ha deparado el análisis de los 2525 ejemplos
de este período:
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
‘Izquierda’
392
172
621
510
140
12
442
156
2445
(96,8%)
‘Izquierda’ con
connotaciones
negativas
9
3
1
42
1
ʻZurdoʼ
4
2
2
2
4
Aplicado a la
mala formación
de las
caballerías
1
2
56
(2,2%)
1
17
(0,6%)
7
(0,2%)
6
Los datos del término siniestro correspondientes a esta misma época deparaban un
total de 964 casos con el significado ʻizquierdaʼ (algo más del 66% del total). La gran
cantidad de ejemplos con izquierdo que nos depara el CORDE en este siglo nos permite
comprobar cómo durante este período tanto izquierdo como siniestro eran utilizados en
gran medida, aunque el número de casos con el nuevo significante es mucho mayor.
Una prueba de la convivencia de ambos términos en esta época es este ejemplo:
Con este nuevo propósito, el Caballero del Sol començó de caminar por la
senda y, a poco rato, vio que la senda se partía en dos caminos. El uno se
enderechaba a la diestra mano y el otro llevaba la siniestra o izquierda mano.
(Pedro Hernández de Villaumbrales, Peregrinación de la vida del hombre, 1552,
literario).
319
5.2.6. Siglo XVII
La búsqueda en este período ofrece 1676 ejemplos16. Veamos con qué nos
encontramos.
Comenzamos, como siempre, con el significado ʻizquierdaʼ:
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
348
36
112
463
84
37
491
25
1596
‘Izquierda’
Estos son algunos ejemplos:
Atras çercado de jente quedaua el Escriuano lleno de lodo, con las cajas en el
braço izquierdo, escriuiendo sobre la rodilla. (Francisco de Quevedo y Villegas,
Sueño del Mundo por de dentro, 1610, literario).
Aunque, si va a decir la verdad, la doncella es como una perla oriental, y mirada
por el lado derecho parece una flor del campo: por el izquierdo no tanto, porque le
falta aquel ojo, que se le saltó de viruelas; y aunque los hoyos del rostro son
muchos y grandes, dicen los que la quieren bien que aquellos no son hoyos, sino
sepulturas donde se sepultan las almas de sus amantes. (Miguel de Cervantes
Saavedra, Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, 1615,
literario).
Los años pasados que fueron los de 609 y 610 llegó á Madrid un portugues que
se dezia Luis de Fonseca, con çiertos instrumentos de metal muy bien labrados,
para la nauegaçion, hechos á su modo, con que aparentemente queria mostrar y dar
á entender que la aguja ó calamita, tan vtil y prouechosa para todos los viages
maritimos, la tocaua y preparaua de manera que sin hazer diferençia alguna á la
parte derecha ó izquierda del polo Artico, señalaua y miraua derechamente á el sin
noroestear ni nordestear, como vulgarmente entre la gente de mar se dize. (García
de Silva y Figueroa, Comentarios, c 1618, p. de sociedad).
Veamos ahora los casos con connotaciones:
‘Izquierda’ con
connotaciones
negativas
Textos
literarios
Prosa
didáctica
12
4
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
1
41
1
2
16
Prosa
jurídica
Total
61
Se han descartado, además, 28 ejemplos inútiles para nuestro análisis: 26 casos de nombres propios y
un par de formas del verbo izquierdear.
320
Entre los ejemplos de temática religiosa, destacamos este, basado en la célebre cita
bíblica:
En lo cual nos quiso dar a entender que de tal manera ha de tener el prelado
uniformidad en las obras que hiciere que sólo parezca en ellas anda una mano, de
suerte que en él no haya mano izquierda que hoy obre tuerto y defectuoso y
mañana derecho, sino que, como cosa tan delicada como es el cumplir la ley de
Dios como Su Majestad manda, ande a una mano y no corte la izquierda
meneando al revés lo que obra la derecha a la haz. (San Juan Bautista de la
Concepción (Juan García Gómez), Martirio que algunos prelados ocasionan a sus
súbditos, c 1610, p. religiosa).
También destacan estas palabras de Tirso:
Venció en él a la justicia
la piedad. Su imagen soy.
El castigo es mano izquierda,
mano es derecha el perdón.
(Tirso de Molina (Fray Gabriel Téllez), La venganza de Tamar, c 1624, literario).
Uno de los pocos ejemplos no relacionados con el cristianismo es este en el que se
vuelve a hacer referencia a la superstición sobre el pie izquierdo. Si antes la
encontrábamos aludiendo a que no se debe utilizar este pie al salir de casa, en este caso
vemos que emplearlo para entrar también es signo de infortunio:
Un día, que no deviera por allarme con bellón i en la calle, i reconocer ciertas
bacías, aunque llenas de mugre o sarro, aforradas de grana de polvo; por ser corto
el tiempo i mi prisa mucha, entré por la puerta desta tienda, sin duda fue con pie
izquierdo, me salió a recibir una mugerona, con más cara de tercera que primera,
que aunque yo la tuviera me ganara por cincuenta i cinco i de mano; boca de
dragón o tarasca; tenía la Ninfa dientes ralos, por ser mal acondicionados,
antes pocos que muchos i mal avenidos, nones eran i no llegavan a cinco; me
començó acer muchas reverencias masculinas, quitome la capa, íçome sentar en
una silla de caderas Vesfálicas, cabiendo en ella bien quatro pares de nuestras
caderas... (Marcos Fernández, Olla podrida a la española, 1655, p. de sociedad).
En este empleo observamos que la expresión va perdiendo su sentido literal y se utiliza
simplemente como equivalente al significado ʻcon mala suerteʼ.
Por otro lado, en trece ocasiones aparece el sentido de ʻzurdoʼ:
321
Textos
literarios
ʻZurdoʼ
Prosa
didáctica
Prosa
científica
7
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
7
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
15
Estas son algunas muestras:
Alonso: Lanzada de sastre izquierdo
el corazón me atraviesa.
(Francisco de Quevedo y Villegas, Entremés del niño y Peralvillo de Madrid,
1622, literario).
Zurdo: Yo confieso
mi maldad, Yo, Padre, soy
aquel alevoso izquierdo
y el que infamaba a Teodora.
(Andrés de Claramonte, Púsoseme el sol, salióme la luna, c 1615-1620, literario).
Siempre se juzgó, con vulgar aprehensión, por muy dificultosa la batalla del
hombre derecho contra el izquierdo, dándole á éste la ventaja contra él,
fundándolo en aquella su desigualdad postura y en el mayor uso que tiene con los
que son derechos, por ser el número de éstos infinito, respecto de los que hay en el
otro. (Luis Pacheco de Narváez, Advertencias para la enseñanza de la filosofía y
destreza de las armas, 1642, p. de sociedad).
Aparece de nuevo la expresión a izquierdas:
Textos
literarios
A
izquierdas
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
1
Prosa
jurídica
Total
1
Este es el pasaje:
Volví contento a mi casa
do hice Carnestolendas,
con dos liebres y un conejo,
seis barbos y cuatro tencas.
Pero a la postre me quedo
como antes, catarribera,
y como siempre, obligado
a comer poco y a izquierdas.
(Gabriel Lobo Lasso de la Vega, Manojuelo de romances, 1601, literario).
322
La interpretación del significado de la expresión es bastante complicada. Aunque
parece evidente que está utilizada con un significado negativo, es difícil concretar cuál.
Por último, hay que comentar algunos casos dudosos:
Dudosos
Textos
literarios
Prosa
didáctica
1
1
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
3
Este primer caso puede estar próximo al significado ʻtorcidoʼ, sentido recogido por
los diccionarios, aunque no se aprecia de una forma demasiado clara:
Dices muy ponderado, y con cara como si entendieras lo que culpas, que todos
son sueños de hombres menesterosos o mal ocupados o no ocupados; sueños
parecen por las señas de vuestra Señoría, de vuestra merced y de vuestra
Excelencia, que este género de gente desvelada en remendar el mundo y enderezar
las costumbres son el alborozo de los noveleros y el negocio de los vanos. Y por
que vuestra merced conozca cuán izquierdo discurso tiene, quiero razonar algo,
camino de la verdad. (Francisco de Quevedo y Villegas, El chitón de las tarabillas,
1630, p. didáctica).
El de ʻtorcidoʼ es un significado que los diccionarios recogían explicando que podía
aludir tanto a lo físico como a lo psicológico, y es precisamente a este último sentido al
que puede estar haciendo referencia este pasaje. Sin embargo, dada la poca claridad que
apreciamos en este ejemplo y la falta de más casos que reflejen este significado de
ʻtorcidoʼ, he decidido clasificarlo como dudoso.
Otro fragmento que suscita dudas es este:
323
Cualquier que á sus menores
con vicio y desvergüenza escandaliza,
su merecido infierno profetiza.
Antes se doman toros y leones
que un corazón ya en vicios viejo y lerdo,
por hábito sujeto á sus pasiones.
Pero, cuando hay temor, tienen acuerdo
los nuevos apetitos y aficiones,
pues aun el loco con la pena es cuerdo.
Si fuere el padre izquierdo
en soltar en el vicio al mozo rienda,
difícil le será después la enmienda,
que azotes sin haberlos merecido,
son al mochacho á veces provechosos,
más que el regalo ni que el buen vestido.
(Juan Valladares de Valdelomar, Caballero venturoso, 1617, literario).
Es más complicado en este caso proponer un significado para izquierdo. Lo que sí llama
nuestra atención es la relación que se establece, dentro del contexto, con el concepto de
ʻvicioʼ, que como vimos es una de las acepciones del término siniestro. Esta relación
podría aparecer también en el otro pasaje que queda por comentar:
... no piensan en esto los ministros de injusticia ni les da cuidado, reposando a
pierna tendida, i aun roncando sobre los colchones de Baco, en el qual alvedrío
reina la gula por su gran antigüedad; se an dilatado semejantes izquierdos por
todos los Reinos, sino es en las Repúblicas que no quieren Rei i menos a Juan de
Leide. (Marcos Fernández, Olla podrida a la española, 1655, p. de sociedad).
El hecho de que izquierdos funcione aquí como sustantivo complica también su
comprensión. Pero una de las posibilidades es que izquierdos se emplee como sinónimo
de vicios, por lo que se podría haber producido una confusión con el significado del
propio término siniestro.
Resumimos ahora los datos de los 1676 ejemplos de este siglo:
324
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
‘Izquierda’
348
36
112
463
84
37
491
25
1596
(95,2%)
‘Izquierda’ con
connotaciones
negativas
12
4
1
41
1
2
61
(3,6%)
ʻZurdoʼ
7
1
15
(0,8%)
A izquierdas
1
Dudosos
1
7
1
(0,1%)
1
3
(0,1%)
1
En el siglo XVII, los datos del término siniestro eran los siguientes: de 750 ejemplos
analizados, 484 tenían el significado ʻizquierdaʼ (64,5% del total). Estas cifras
contrastan con los 1657 empleos que encontramos de izquierdo con el significado
espacial.
5.2.7. Siglo XVIII
El número de ejemplos obtenidos para este período vuelve a ser reducido en
comparación con el del siglo anterior, como ya ocurría con la búsqueda de siniestro. En
concreto, hablamos de 788 pasajes17.
Son muy pocos los ejemplos en los que no encontramos el significado espacial:
‘Izquierda’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
125
48
293
136
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
3
159
15
779
De la gran cantidad de ejemplos con ʻizquierdaʼ, estas son tres muestras:
17
Hemos tenido que descartar en este caso 48 casos: 47 de ellos porque contenían el término como
nombre propio y otro en el que aparecía la palabra izquierdilla.
325
La una de ellas ricamente ataviada y que hacía alarde a la otra de las muchas
joyas, de las cadenas de oro y de otras preseas que iba sacando de una cajuela,
mirándola la otra con indiferencia y señalando con la mano izquierda un hombre
anciano vestido a la griega, que estaba pintado en el medio fondo del cuadro, con
los pies y piernas desnudas y coronado de laurel. (Pedro Montengón, Eusebio,
1786, literario).
Vuelvo a decir que no le falta más que el final, durante cuyos cuatro versos
(este durante cuyos es cosa nueva) estaría el auditorio preparándose para el
terremoto universal de palmadas, y llegado que fuese, se hundiría la casa, y el
cómico acabaría de matarse, haciendo cortesías a derecha y a izquierda, arriba y
abajo, con el cuerpo y con la mano... (José Cadalso, Suplementos a Los eruditos a
la violeta, 1772, p. didáctica).
En la tabla siguiente se ponen los significantes a la izquierda de los
significados. (Benito Jerónimo Feijoo, Theatro Crítico Universal o discursos
varios en todo género de materias, para desengaño de errores comunes, V, 1733,
p. didáctica).
Son tan solo ocho los casos en los que encontramos connotaciones:
‘Izquierda’ con
connotaciones
negativas
Textos
literarios
Prosa
didáctica
1
3
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
1
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
1
2
8
De los pasajes de tipo religioso, podemos ver este:
E ahi el fruto de aquella erida, no menos que todo un Dios, que acaricia, que
regala, que abraza. Gran favor! Pero notese, que para tener entero el abrazo, y assí
a todo Dios, es preciso, que si goza en su diestra, se sufra en su izquierda también.
(Francisco Garau, El sabio instruido de la Gracia, 1703, p. didáctica).
Sin salir de la temática cristiana, pero desde un punto de vista rayano en lo burlesco,
fijémonos en este pasaje:
Añádese a esto el ridículo ceremonial, de que quando la persona quería hacer
alguna acción buena, le tocaba el espíritu la oreja derecha; y quando se inclinaba a
alguna mala, le tocaba la izquierda. (Benito Jerónimo Feijoo, Cartas eruditas y
curiosas, en que por la mayor parte se continúa el designio del Theatro Crítico
Universal, impugnando o reduciendo a dudosas varias opimiones comunes, IV,
1753, p. didáctica).
Y encontramos otra vez un ejemplo análogo a los vistos en los siglos anteriores
referidos a las supersticiones sobre el pie izquierdo:
326
Esto se parece al cuento de aquellas viejas, que no salen de casa con el pie
izquierdo, por no encontrar con una tuerta; ò à los que esperan el huevo de la
gallina en Viernes Santo, para apagar los incendios; pues à la verdad es una especie
de vana observancia, que no merece la atencion de hombres de juicio. (Fray
Antonio Caulín, Historia de la ueva Andalucía. Tomo I, 1755-1779, p. históricodocumental).
Con el significado ʻzurdoʼ, hallamos solamente un caso:
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
ʻZurdoʼ
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
1
Se trata, además, de un caso que también podría clasificarse como un empleo
metalingüístico; sin embargo, por tratarse de un ejemplo en el que se aprecia muy
claramente el significado del que estamos hablando, lo agrupamos como un caso de
ʻzurdoʼ:
Lloque-Yupanqui succedió á su padre luego que falleció. Llamóse Lloque, que
quiere decir izquierdo, por haver tenido esta falta y Yupanqui, nombre, que le
pusieron los indios, muy expressivo en su propia lengua y que significa contarás,
dando á entender ser digno de que se contassen sus virtudes, hazañas y propiedades
buenas, á contraposicion de otro nombre que tenian para expressar las propiedades
malas; correspondia aquel á su natural, costumbres y á la prosperidad que logró en
haver sido favorecido de la fortuna con dichas y felicidades su reynado. (Antonio
de Ulloa, Viaje al reino del Perú, 1748, p. de sociedad).
Esta es la recapitulación de datos de los 788 ejemplos de este siglo:
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
‘Izquierda’
125
48
293
136
‘Izquierda’ con
connotaciones
negativas
1
3
ʻZurdoʼ
1
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
3
159
15
779
(98,8%)
1
2
8
(1%)
1
(0,1%)
1
327
Los datos de siniestro en este mismo período eran los siguientes: solo encontrábamos
109 casos de ʻizquierdaʼ entre los 264 ejemplos analizados (es decir, un 41,2%), lo que
contrasta con los 787 casos que acabamos de ver con izquierdo. Si los datos de siniestro
ya nos daban por sí mismos una idea de la caída que este término sufría en este siglo
utilizado con el sentido espacial, la comparación con los empleos de izquierdo hace
todavía más evidente esta apreciación.
5.2.8. Siglo XIX
El número de ejemplos obtenidos en el CORDE entre 1801 y 1900 experimenta un
aumento considerablemente con respecto a los siglos anteriores: el corpus depara 5705
casos18.
En este caso, son 5616 los ejemplos en los que encontramos el sentido espacial sin
connotaciones de ningún tipo:
‘Izquierda’
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
1651
335
1833
1204
10
28
522
33
5616
De entre esta gran cantidad de ejemplos, estas son algunas muestras:
La propiedad de los trajes correspondia á todo lo demás: baste decir que
Semíramis se presentaba al público peinada á la papillota, con arracadas, casaca de
glasé, vuelos angelicales, paletina de nudos, escusalí, tontillo y zapatos de tacon;
Julio César con su corona de laurel, peluca de sacatrapos, sombrero de plumaje
debajo del brazo izquierdo, gran chupa de tisú, casaca de terciopelo, medias á la
virulé, su espadin de concha y su corbata guarnecida de encajes. (Leandro
Fernández de Moratín, Discurso preliminar a las comedias, c 1825-1828, p.
científica).
Ante el Puigmayor y aun ante el ramo del Teix que se interpone, están las
sierras que dominan los términos de Buñola y Alfabia, cuyas aguas salen también
por entre las altas pirámides de roca a regar esta campiña. A su izquierda se
levanta distante el Puig de Massanella o Dezcallar, que en el rigor del invierno
recoge y deposita nieves bastantes para refrescar en Palma los ardores del estío.
(Gaspar Melchor de Jovellanos, Descripción del castillo de Bellver, c 1806, p. de
sociedad).
18
Los ejemplos descartados en este caso ascienden a 215. En concreto, aparecía nuestro término como
nombre propio 214 veces, mientras que en otro ejemplo encontrábamos el término izquierdista.
328
Aprovecha para el intento la ocasión del reposo del ilustre progenitor, que por
lo visto no hace vida común con su mujer, y que acaba de entrarse solo en su
alcoba; pero en aquel tiempo el cielo protegía a los reyes, lo cual se manifiesta en
dos claras señales: I.ª, una especie de tempestad, compuesta de varios relámpagos
que entran por la ventana de la izquierda, pero sin ruidos ni truenos, en lo cual me
parece haber andado atinado el ingenio, supuesto que no son cosa mayor las cajas
de truenos de estos teatros; 2.ª, no haber pegado los ojos Su Majestad, a quien
deben de traer despierto sin duda sus malos pensamientos. (Mariano José de Larra,
"García de Castilla o el triunfo del amor filial". Tragedia en cinco actos y en
verso. [Fígaro. Colección de artículos dramáticos, literarios y de costumbres],
1836, p. didáctica).
Pasemos al grupo de ejemplos con connotaciones:
‘Izquierda’ con
connotaciones
negativas
Textos
literarios
Prosa
didáctica
10
5
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
3
5
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
4
Total
27
Dejando a un lado esta vez los típicos ejemplos de temática cristiana, veamos estos
tres casos. En primer lugar, este pasaje en el que se aprecian, eso sí, las influencias del
cristianismo:
Escuchad. Las fuerzas del alma, como las del cuerpo, se aumentan
ejercitándolas, se disminuyen por falta de ejercicio. Vuestro brazo derecho, que es
el más robusto, probad á tenerle un año sin movimiento, sin que haga fuerza
alguna. Al cabo de este tiempo, ensayad á que levante un peso que antes le parecía
ligero, y veréis que es imposible, que le deja caer como si estuviera muerto. Por el
contrario, si le tenéis en continuo ejercicio, se hará cada vez más vigoroso. Lo
mismo sucede con los brazos del alma. Su brazo derecho son las virtudes; si no las
ejercitáis, se debilitan: su brazo izquierdo son los vicios y los crímenes; si trabajáis
mucho con ellos, se robustecen. (Concepción Arenal, Cartas a los delincuentes,
1865, p. de sociedad).
Destacamos también este pasaje de Galdós:
Como antes indiqué, no pude obtener licencia para salir de Madrid, porque la
villa, viéndose pronto en gran aprieto, cayó en la cuenta de que necesitaba de toda
su gente para defenderse. ¿Por qué no me marché? ¿Quién me lo impidió? ¿Quién
torció el camino de mi resolución? ¿Quién había de ser, sino aquel que por
entonces era el trastornador de todos los proyectos, el brazo izquierdo del destino,
el que a los grandes y a los pequeños extendía el influjo de su invasora voluntad?
Sí: el baratero de Europa, el destronador de los Borbones y fabricante de reinos
nuevos, el que tenía sofocada a Inglaterra, y suspensa a la Rusia, y abatida a la
Prusia, y amedrentada al Austria, y oprimida a la hermosa Italia, osó también poner
la mano en mi suerte, impidiéndome pasar a otro ejército. (Benito Pérez Galdós,
apoleón en Chamartín, 1874, literario).
329
Además, en este siglo han aparecido dos nuevos ejemplos que hablan de la
superstición del pie izquierdo. Este es uno de ellos:
- Veo que mi facha te enamora... No hagas caso... ¡Ya sabes que me llamo
Gentileza! La naturaleza ha sido madrastra conmigo. Con Mauricio derrochó y ya
no quedó migaja para el segundo. ¿Piensas que no me conozco? ¿Pero qué más da?
Periquín querido, hermano mío verdadero, ¿qué ha pasado anoche? ¿Con qué pie
entraste en España y en nuestra familia?
- El pie izquierdo -respondió Pedro saltando de la cama, vistiéndose pantalón y un
ligero batín, y correspondiendo a las afectuosas demostraciones de Borromeo con
expansiva cordialidad-. Lo sucedido es algo que no me explico todavía. Para broma
la encuentro pesada; para veras sería incalificable... ¿Qué te diré? Lo cierto es que,
en veras o en broma, he desempeñado un papel ridículo... (Emilia Pardo Bazán, El
niño de Guzmán, 1897, literario).
Aparece también un ejemplo con el sentido ʻzurdoʼ:
Textos
literarios
ʻZurdoʼ
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
1
Se trata de un pasaje que hemo visto ya de forma recurrente:
Líbreme Dios de alboroto de pueblo y de ira de señor, y Dios me guarde de
lanza de moro izquierdo y de mano de hidalgo de buen talle, y cornudo y apaleado
y hacerlo bailar, y como dijo el otro, si os acuden con la vaquilla llegad heis con la
soguilla, y blancas manos no ofenden, y de vos no se diga que sois como la zarza
que da su fruto espinado, y antes cuéntese de vos, que si abrió la boca, la bolsa no
la cerró. (Serafín Estébanez Calderón, Escenas andaluzas, bizarrías de la tierra,
alardes de toros, rasgos populares, cuadros de costumbres y artículos varios, que
de tal y cual materia, ahora y entonces, aquí y acullá y por diverso son y compás,
aunque siempre por lo español y castizo ha dado a la estampa el solitario, 1847,
literario).
Encontramos bastantes casos del significado relacionado con las caballerías:
Textos
literarios
Aplicado a la
mala
formación de
las caballerías
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
8
9
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
17
330
Eso sí, los 17 ejemplos proceden de dos únicas fuentes:
Esto es contrario tambien á la rapidez de las marchas y á su buen desempeño, y
dimana por lo comun de irregularidades de los aplomos; así, el defecto es muy
frecuente en los caballos izquierdos y de rodillas boyunas. (Santiago de la Villa y
Martín, Exterior de los principales animales domésticos y particularmente del
caballo, 1881, p. científica).
Se denomina izquierdo (fig. 34) al casco cuyas lumbres miran hácia fuera, y
estevado (fig. 35) al en que están dirigidas hácia dentro, pisando más en el primer
caso con la parte interna,y en el segundo con la externa, defectos igualmente
consecutivos á disposiciones viciosas de los rádios superiores. (Santiago de la Villa
y Martín, Exterior de los principales animales domésticos y particularmente del
caballo, 1881, p. científica).
Cuando se presenta en línea recta con la caña y la cuartilla, se dice estacado ó
brazos de estaca; si sale hacia adelante formando especie de arco, emballestado; si
sale afuera hace al caballo estevado, y si se inclina adentro, izquierdo; si es
demasiado pequeño quita fuerza al animal, y si grande con exceso hace la
extremidad basta ó denota alguna dolencia. (José Hidalgo y Terrón, Obra completa
de equitación, 1889, p. de sociedad).
Veamos ahora un grupo de ejemplos que aparecen por primera vez en este siglo: los
que hacen referencia a la política.
Izquierda
en términos
políticos
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
1
11
2
1
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
2
17
6
40
Encontramos, por tanto, en este siglo XIX los primeros empleos de este significado
tan habitual en la actualidad. Aparece en pasajes de este tipo:
La teoría mítica de Strauss con respecto a Jesucristo y los misterios de la Biblia;
la crítica escéptica de Renan sobre los orígenes del Cristianismo y la divinidad de
su Fundador; Feuerbach, Heine y la izquierda hegeliana condenando y
desfigurando el espiritualismo cristiano; las escuelas socialistas predicando la
irresponsabilidad moral del hombre y glorificando la carne y sus pasiones; Leroux
y Littré afirmando el humanismo y la antropolatría; Schleiermacher y Bunsen
reduciendo el Cristianismo a una manifestación variable, arbitraria y libre de la
conciencia individual, convergen y marchan todos, bien que por diferentes
caminos, a la destrucción del Cristianismo. (Ceferino González, Discurso de
recepción en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, 1883, p.
didáctica).
331
Ocurrió cuando esta labor se estaba realizando la prematura y nunca bastante
llorada muerte del joven Rey D. Alfonso XII; y elevado de nuevo el partido liberal
al poder por circunstancias bien conocidas de todos, el jefe del Gobierno,
queriendo tal vez que las fuerzas de aquél estuvieran contrapesadas y el grupo
democrático librecambista no se considerara molestado, o quizá porque el mismo
jefe liberal siente más aficiones hacia la aspiración de los de la extrema izquierda
que hacia los de la extrema derecha en materias económicas... (Jesús Pando y
Valle, Regeneración económica, 1896-1897, p. científica).
... dice este autor insigne, diputado del centro izquierdo, devoto del dogma de la
soberanía popular y amante del mayor ensanche de los derechos individuales, estas
notables palabras: "Estimo la libertad de imprenta, no porque produzca menos
bienes, sino porque estorba muchos males". (Antonio Alcalá Galiano, Lecciones de
Derecho Político, 1843-1844, p. jurídica).
Por último, encontramos dos empleos en los que se utiliza la expresión mano
izquierda en dos locuciones diferentes con un sentido especial. Por un lado, se utiliza de
la mano izquierda:
Textos
literarios
De la
mano
izquierda
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
1
El único de los tres diccionarios actuales que recoge esta expresión es el DEA (s. v.
mano). Califica su empleo de «raro» y lo define como: «Bastardo o ilegítimo». En el
corpus aparece en este fragmento, en el que apreciamos claramente este significado:
He sido hasta reina, reina de la mano izquierda, como dicen los franceses, pero
tan dueña de la situación, que, a haber querido meterme en tales vulgaridades,
hubiese cambiado ministerios y trastornado países. (Vicente Blasco Ibáñez, Entre
naranjos, 1900, literario).
El propio Blasco Ibáñez, autor del texto, sitúa el origen de la expresión en el francés.
La otra expresión localizada es mano izquierda:
Textos
literarios
(Tener)
mano
izquierda
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
1
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
1
332
En efecto, es común también en la actualidad el empleo de la expresión mano
izquierda, acompañada en ocasiones del verbo tener, con el sentido de ʻhabilidad,
astuciaʼ. Los tres diccionarios actuales con los que estamos trabajando la recogen (s. v.
mano). Este es el pasaje encontrado:
- Me parece a mí -dijo Hillo-, que trae buenos planes; pero no el trasteo que se
necesita para ejecutarlos.
- Trasteo le sobra.
- Le falta mano izquierda.
- ¡Qué ha de faltarle, hombre!
- No sabe manejar el engaño. Hay aquí ganado de mucho sentido, voluntarioso, que
hace por los Ministros, y no para hasta que los engancha. ¡Pobre D. Juan!... Él ha
venido por palmas, y le van a dar... (Benito Pérez Galdós, Mendizábal, 1898,
literario).
Veamos para terminar un par de ejemplos calificados como dudosos:
Textos
literarios
Dudosos
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
2
Total
2
En el fragmento que sigue izquierdo parece tomar el sentido de ʻtorpeʼ, o al menos
algún significado similar:
Así corrieron varias veces de un extremo a otro de la alcoba, tropezando con los
muebles, ella con la agilidad y las monerías de una gata, él con los izquierdos
movimientos de un hombre que empieza a perder la soltura de su edad juvenil,
riéndose a carcajadas uno y otro con una alegría estúpida. (José Ortega Munilla,
Cleopatra Pérez, 1884, literario).
Algo parecido ocurre también en este otro ejemplo, en el que el término, además de
este posible sentido de ʻtorpeʼ, está empleado con todo tipo de connotaciones negativas.
Lo reproduzco extensamente para apreciar el verdadero sentido del término, pues en un
primer momento puede confundirse con el significado de ʻzurdoʼ:
D. Mauro Requejo era un hombre izquierdo. Creo que no necesito decir más.
¿No habéis entendido? Pues lo explicaré mejor. ¿Ha sido la naturaleza o es la
costumbre quien ha dispuesto que una mitad del cuerpo humano se distinga por su
habilidad y la otra mitad por su torpeza? Una de nuestras manos es inepta para la
escritura, y en los trabajos mecánicos sólo sirve para ayudar a su experta
compañera, la derecha. Esta hace todo lo importante; en el piano ejecuta la
melodía, en el violín lleva el arco, que es la expresión, en la esgrima maneja la
333
espada, en la náutica el timón, en la pintura el pincel: es la que abofetea en las
disputas; la que hace la señal de la cruz en el rezo y la que castiga el pecho en la
penitencia. Iguales disposiciones tiene el pie derecho; si algo eminente y
extraordinario ha de hacerse en el baile, es indudable que lo hará el pie derecho; él
es también el que salta en la fuga, el que golpea la tierra con ira en la
desesperación, el que ahuyenta al perro atrevido, el que aplasta al sucio reptil, el
que sirve de ariete para atacar a un despreciable enemigo que no merece ser herido
por delante. Esta superioridad mecánica, muscular y nerviosa de las extremidades
derechas se extiende a todo el organismo: cuando estamos perplejos sin saber qué
dirección tomar, si el cuerpo se abandona a su instinto, se inclinará hacia la
derecha, y los ojos buscarán la derecha como un oriente desconocido. Al mismo
tiempo en el lado siniestro todo es torpeza, todo subordinación, todo ineptitud:
cuanto hace por sí resulta torcido, y su inferioridad es tan notoria, que ni aun en
desarrollo puede igualar al otro lado. La mitad de todo hombre es generalmente
más pequeña que la otra: para equilibrarlas, sin duda, se dispuso que el corazón
ocupara el costado izquierdo.
Hemos hecho tan fastidiosa digresión para que se comprenda lo que dijimos de
D. Mauro Requejo. Los dos lados de aquel hombre eran dos lados izquierdos, es
decir, que todo él era torpe, inepto, vacilante, inhábil, pesado, brusco, embarazoso.
No sé si me explico. Parecía que le estorbaban sus propias manos: al verle mirar de
un lado para otro, creeríase que buscaba un rincón donde arrojar aquellos
miembros inútiles, cubiertos con guantes sin medida, que quitaban la sensibilidad a
los oprimidos dedos, hasta el punto de que su dueño no los conocía por suyos.
(Benito Pérez Galdós, El 19 de marzo y el 2 de mayo, 1873, literario).
Todo el primer párrafo de este pasaje coincide, como podemos observar, con lo
expuesto en el capítulo en el que estudiábamos los valores de la simbología de la
izquierda.
Este es el resumen de los datos de este siglo:
334
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
‘Izquierda’
1651
335
1833
1204
10
28
522
33
5616
(98,4%)
‘Izquierda’ con
connotaciones
negativas
10
5
3
5
ʻZurdoʼ
1
27
(0,4%)
4
1
(0,1%)
Aplicado a la
mala formación
de las
caballerías
8
9
2
1
17
(0,2%)
Izquierda en
términos
políticos
1
De la mano
izquierda
1
1
(0,1%)
(Tener)
mano izquierda
1
1
(0,1%)
Dudosos
2
2
(0,1%)
11
2
17
6
40
(0,7%)
En este mismo período, los ejemplos con siniestro nos ofrecían como resultado tan
solo 200 casos de ʻizquierdaʼ de un total de 1295 (un 15,4%). El contraste con lo que
vemos en la tabla que acabamos de exponer es obvio.
Por lo demás, notamos que el gran número de casos que ofrece el corpus en este siglo
XIX nos permite analizar una buena cantidad de empleos diferentes de nuestro término.
5.2.9. Siglo XX
Los ejemplos que ofrece el CORDE para este siglo XX ―recordemos que este
corpus tiene como fecha límite 1975― son 712619.
19
Se han descartado 248 ejemplos en los que encontramos un grupo heterogéneo de ejemplos. Así, en 50
encontramos el término izquierdista; en 10 aparece izquierdismo; en otros 3, izquierdizante; en 2,
izquierdazo; también encontramos izquierdear e izquierdófilo. Además, en 176 ocasiones aparece nuestro
término como nombre propio. Por último, aparecen 2 términos en vasco y 3 en catalán que también
coinciden con nuestros criterios de búsqueda.
335
Veamos los casos de ʻizquierdaʼ:
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
3559
209
1368
671
147
157
329
44
6484
‘Izquierda’
Algunos ejemplos son:
Y en París existe también, en la orilla izquierda del Sena, en el cuartel latino
una callejita corta y estrecha, que se llama de la Parcheminerie y que va desde la
calle de L'Harpe a la de Saint-Jacques, calle esta por donde salían los romeros que
iban a Santiago de Compostela. (Azorín (José Martínez Ruiz), Madrid, 1941, p.
histórico-documental).
Abrió el paraguas por fin y se quedó un momento suspenso y pensando: "y
ahora, ¿hacia dónde voy? ¿tiro a la derecha o a la izquierda?" Porque Augusto no
era un caminante, sino un paseante de la vida. (Miguel de Unamuno, iebla, 1914,
literario).
Pero Cuéllar, que era terco y se moría por jugar en el equipo, se entrenó tanto en
el verano que al año siguiente se ganó el puesto de interior izquierdo en la
selección de la clase: mens sana in corpore sano, decía el Hermano Agustín, ¿ya
veíamos?, se puede ser buen deportista y aplicado en los estudios, que siguiéramos
su ejemplo. (Mario Vargas Llosa, Los cachorros, 1967, literario).
Con connotaciones negativas aparecen 49 ejemplos:
‘Izquierda’ con
connotaciones
negativas
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
10
8
8
2
18
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
3
Total
49
Abundan en este siglo los de temática cristiana, como este pasaje inmerso en una
obra de claro contenido religioso:
No tengas enemigos. - Ten solamente amigos: amigos... de la derecha -si te
hicieron o quisieron hacerte bien- y... de la izquierda -si te han perjudicado o
intentaron perjudicarte-. (José María Escrivá de Balaguer, Camino, 1939-1957, p.
religiosa).
Destacamos también este otro ejemplo no relacionado con el cristianismo:
336
Y esta afirmación es, además, comentario o glosa de un texto alcoránico, en el
que los elegidos caminan hacia el paraíso, guiados por el resplandor de sus propias
virtudes, que ilumina sus pasos a mano derecha. Del cual pasaje infiere Ibn 'Arabi
que los réprobos deberán caminar hacia la izquierda. (Miguel Asón de Palacios,
La escatología musulmana en la Divina Comedia, 1919, p. didáctica).
Fuera ya del contexto religioso, en este otro encontramos la asociación existente
entre lo izquierdo y el mundo de la brujería:
No siempre y de una manera absoluta pero sí con frecuencia la bruja prefiere la
izquierda a la derecha, la noche al día, la luna al sol, la muerte a la vida, los
difuntos a los vivos... (Julio Caro Baroja, Las brujas y su mundo, 1961, p.
científica).
El grupo de ejemplos que utilizan izquierda en términos políticos crece
considerablemente en este período:
Izquierda
en términos
políticos
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
178
44
246
4
7
34
47
7
567
Lo vemos claramente en estos ejemplos. El primero de ellos resulta especialmente
ilustrativo de todo lo que estamos explicando en este trabajo:
El lunes 12 de Abril, conforme a la cita que se habían dado, reuniéronse a
primera hora en el Congreso para presenciar juntos la sesión, que había de ser
interesante: hablaría Manterola. Puntuales y madrugadores acudieron a la tribuna,
resignándose a las apreturas y al largo plantón con tal de tener sitio. Casi todas las
delanteras estaban ya ocupadas cuando Tapia y Romarate llegaron. Las señoras
eran las más impacientes, las más ávidas de obtener lugar, y explotando el fuero de
galantería, desalojaban a los caballeros de los sitios preferentes para ocuparlos
ellas. Con gran trabajo lograron los dos amigos un par de puestos en primera fila,
arrimados a una columna: hallábanse en situación contraria a la que otras tardes
ocuparon, es decir, a la derecha del Presidente, costado de la Epístola, aunque sea
mala comparación. Tenían debajo a los ministros y a la Comisión; veían de frente a
las minorías o izquierdas, que caen siempre del lado del Evangelio, comparando
mal. (Benito Pérez Galdós, España sin Rey, 1908, literario).
¡Recémosle un Réquiem! Aquí los puritanos de conducta son los demagogos de
la extrema izquierda. Acaso nuevos cristianos, pero todavía sin saberlo. (Ramón
María del Valle-Inclán, Luces de Bohemia. Esperpento, 1920-1924, literario).
337
El más viejo refunfuña contra el régimen actual. Es uno de los que leen sin duda
los periódicos de izquierda. (Miguel Ángel Asturias, Viejitos olvidados [París
1924-1933. Periodismo y creación literaria], 1927, literario).
También destacamos estos otros ejemplos en los que aparece nítidamente el sentido
espacial originario:
No sabía yo de qué lado iba a quedar mi España, si a la derecha o a la
izquierda, si descansando sobre el ayer, si levantando en sus brazos el mañana.
(Manuel Altolaguirre, Poesías, 1923-a 1959, literario).
Ahora estoy metido con los chilenos y con sus ridículos alardes -de algunos- de
tener un idioma nacional propio. ¡Qué cosas dicen! Mi tribuna es La Nación, de
Buenos Aires, donde a mi modo españolizo y sobre todo procuro destruir ciertos
aditamentos que allí iban anejos a lo español. Y eso me dolía como me duele el que
casi todos los hispanistas extranjeros que conozco cojeen del mismo pie, del
izquierdo. (Miguel de Unamuno, 119: a Ramón Menéndez Pidal [Epistolario
inédito], 1908, p. histórico-documental).
Pero tú te marchaste con los santos,
las engañadas vírgenes
y los hombres extáticos.
El oro imaginario de los cielos
se convirtió en el oro de los Bancos.
Las alas de los ángeles se volvieron cuchillos
y tú,
hermano,
un rico militante reaccionario.
Que la Iglesia te premie,
que te premie tu Estado,
que el Papa
ponga su pie al alcance de tus labios;
que los obreros y los campesinos
te cuelguen de una estaca como a un espantapájaros.
Así tu muerte hará crecer sus trigos.
Dos caminos,
hermano:
el derecho,
el izquierdo...
Hacia ti avanzo yo desde este lado.
(Rafael Alberti, De un momento a otro, 1937-1938, literario).
Aparece en el corpus un ejemplo que hace referencia a un significado que hemos
visto recogido en el DEA:
338
Textos
literarios
ʻCorazónʼ
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Total
1
En efecto, este diccionario (s. v. izquierdo) contiene una acepción que califica de
«coloquial» y que define como «corazón o valor». Este uso figurado, metonímico, del
término aparece en el corpus en este pasaje:
- Somos del mismo barro para que puedas engañarme -dice doña Eduvigis-. Estás
como una chiquilla guardándote el secreto.
- Aquello pasó y está más que olvidado.
- Es lo que tú quisieras.
- ¡Anda, y dice que me conoce! ¡Pues sí que me conoce! Soy yo muy orgullosa
para rebajarme a ningún tío, y mientras más vieja más pelleja.
- Al fin y al cabo es cosa que a mí ya ves, maja...
- Usted sabe que si me siguiera latiendo el izquierdo era la primera en decirlo.
(Alfonso Grosso, La zanja, 1961, literario).
Parece evidente que aquí el término se emplea con el sentido concreto de ʻcorazónʼ.
En otros ejemplos encontramos una expresión anteriormente analizada: de la mano
izquierda.
Textos
literarios
De la
mano
izquierda
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
5
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
2
Total
7
El primero de los pasajes que aparecen a continuación es precisamente el que el DEA
expone como ejemplo junto a su definición:
Y estamos lo que se dice al día: que si los niños plus ultra, que si la maxifalda o
la minifalda, que si los toros drogados o afeitados, o por barbar, o la ofrenda al
apóstol, o la lista de hijos dilectos, predilectos y naturales, o sea, vamos, los de la
mano izquierda... ¡Pues anda, que no hay temas de charla ni nada que digamos!
(Alonso Zamora Vicente, A traque barraque, 1972, literario).
La gitanería más famosa acampaba en el histórico palacio. El marqués sentíase
atraído y dominado por las mujeres de piel aceitunada y ojos de tizón, como si en
su pasado existiesen ocultos cruzamientos de raza que tiraban de su afectividad con
misteriosa fuerza. Se arruinaba cubriendo de joyas y vistosos pañolones a gitanas
339
que habían trabajado en los cortijos escardando los campos y durmiendo en la
impúdica promiscuidad de las gañanías. La interminable tribu de cada una de sus
favoritas le acosaba con lloriqueo servil y la codicia insaciable propios de la raza, y
el marqués se dejaba saquear, riendo la gracia de estos parientes de la mano
izquierda, que le adulaban declarando que era un cañí puro, más gitano que todos
ellos. (Vicente Blasco Ibáñez, La bodega, 1905, literario).
El suegro de Colón era, por consiguiente, una especie de cuñado de la mano
izquierda del Arzobispo de Lisboa. (Salvador de Madariaga, Vida del muy
magnífico señor don Cristóbal Colón, 1940-1947, p. histórico-jurídica).
Encontramos en dos pasajes de una misma obra de Valle-Inclán una ligera variante
de esta expresión, aunque se mantiene su significado. Exponemos uno de los dos casos,
ya que son muy similares:
- Señora, mi deber es hablaros lealmente. El Gobierno tiene pésimas referencias del
que se titula sobrino por la mano izquierda, de Vuestras Majestades: Ha recorrido
varias Cortes Europeas, llamándose unas veces Conde Blanc y otras Príncipe Luis
María César de Borbón: En todas partes ha vivido de un modo turbio:
La Policía, alguna vez, le condujo a la frontera: últimamente acompañaba al Infante
Don Juan, en Italia: No me extrañaría que hubiese llegado aquí bajo el patrocinio
de alguna monja. (Ramón María del Valle-Inclán, La corte de los milagros, 19271931, literario).
Los 18 ejemplos que faltan hacen referencia a la otra expresión comentada
anteriormente: (tener) mano izquierda.
(Tener)
mano
izquierda
Textos
literarios
Prosa
didáctica
15
1
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
1
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
1
Pues bien, estos son algunos de los casos que aparecen en el corpus:
Unicamente se esposa, con la mano izquierda que tenía y la buena maña para
sosegar a su marido y primo, sabía entenderle y engañarle, divertir sus manías y sus
fobias. (Ricardo León, Cristo en los infiernos, 1941, literario).
Apenas se hacen negocios. El Gobierno cuida de que no se burle el estúpido
Tratado del Ron con los Estados Unidos y hay que exponerse mucho para sacar un
contrabando. ¡Con tanto dinero como podría dar el negocio! Pero no lo dejan
prosperar y hay que aprovecharlo a gotas. Y es que no hay iniciativas, hombre.
Podríamos meter mucho alcohol en los Estados Unidos, pero el Gobierno no nos
deja, y tenemos que estar recogiendo la utilidad con esponja. ¡Este Gobierno...! Les
digo que no entiende de nada. Bastaría que las autoridades tuvieran mano
izquierda, para que viviera mucha gente. Pero ¡quiá!, el Gobierno no lo
340
Total
18
comprende. Los fabricantes de licores se están arruinando en Cuba, y mientras, los
americanos beben a pasto alcohol de madera y las porquerías que les mandan de
Nassau. (Enrique Serpa, Contrabando. ovela, 1938, literario).
Se lo dijo al enlace sindical, Aristóbulo Meseguer, mozo de economato, que era
un infeliz sin mano izquierda para lidiar los problemas del cargo y, cediendo a las
presiones de los más inquietos y de los exaltados de siempre, quiso empapelar a
Julián Cortezo por malos tratos de palabra a una productora. (Ángel Palomino,
Torremolinos, Gran Hotel, 1971, literario).
Vayamos ya con el resumen de los 7126 ejemplos analizados en este siglo:
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
‘Izquierda’
3559
209
1368
671
147
157
329
44
6484
(90,9%)
‘Izquierda’ con
connotaciones
negativas
10
8
8
2
18
Izquierda en
términos
políticos
178
44
246
4
7
ʻCorazónʼ
1
De la mano
izquierda
5
(Tener)
mano
izquierda
15
49
(0,6%)
3
34
47
7
567
(7,9%)
1
(0,1%)
1
1
2
7
(0,1%)
1
18
(0,2%)
Por lo que se refiere a la comparación entre el uso de izquierdo y de siniestro, la
inercia de los siglos anteriores continúa, lógicamente, en este siglo XX, en el que
siniestro conservaba el significado ʻizquierdaʼ solamente en 131 ocasiones (12,3% del
total).
En cuanto a los significados de izquierdo, se consolidan en este período tanto el
empleo referido a la política como las expresiones que habíamos visto en el siglo
anterior. Destaca también, por otro lado, la aparición del significado ʻcorazónʼ.
341
5.3. Una pequeña visión sincrónica
5.3.1. Metodología
Tal y como hicimos con siniestro, nos proponemos ahora analizar ―aunque no de
forma exhaustiva― el panorama actual de izquierdo. Evidentemente, siendo este un
estudio fundamentalmente histórico, no nos interesa analizar las más de 25 800
apariciones que produce en el CREA la búsqueda de izquierd-. Ni siquiera limitaremos
nuestra búsqueda al mismo período estudiado para siniestro (1997-2004), debido a que
el número de casos también se dispara con respecto a los de este otro término. Así, para
poder comparar de un forma proporcional los empleos de uno y otro término en la
actualidad, buscaré la palabra en un número de ejemplos análogo al resultante de la
búsqueda de siniestro en el CREA, es decir, en torno al millar de casos.
Los criterios de búsqueda y análisis coinciden en todo momento con los ya citados en
nuestra anterior incursión en este corpus. Así, lógicamente, dejaré de lado las variantes
ortográficas con las que hemos estado trabajado en el CORDE para restringir la
búsqueda solamente a izquierdo/a/os/as. Vayamos, pues, con los resultados.
5.3.2. El análisis
Para que la cifra de resultados fuera la esperada, se ha tenido que limitar la búsqueda
solamente a los años 2003 y 2004, que ofrecen un resultado de 1089 ejemplos.
Comencemos por los resultados en los que aparece el significado ʻizquierdaʼ:
ʻIzquierdaʼ
Ciencia y
tecnología
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
Salud
Ficción
Miscelánea
117
31
63
66
202
102
52
21
Oral
Total
654
Como siempre, veamos tres muestras dentro de la gran cantidad de casos analizados:
El partido comenzó con un Alavés muy intenso y que jugó con insolencia
durante los primeros diez minutos, de modo que ya en el primer minuto Astudillo
disparó desde fuera del área al palo izquierdo de la portería de Bizzarri. (La Voz de
Galicia, prensa, 15-1-2004, ocio y vida cotidiana).
En la imagen, de izquierda a derecha, el consejero delegado, Ignacio Sánchez
Galán, y el presidente, Íñigo de Oriol. (La Razón, prensa, 17-6-2003, ocio y vida
cotidiana).
342
El genial piloto asturiano sufrió un fuerte golpe en la pierna izquierda tras
salirse de pista pasada la curva Juncao cuando se encontró en la misma con los
restos del coche del australiano Mark Webber (Jaguar), accidentado instantes antes
en idéntico sitio, lo que motivó la suspensión definitiva de un Gran Premio al que
le quedaban como mucho 27 minutos de vida para completar las dos horas
máximas y en el que se batió el récord de neutralizaciones. (Hoy Digital, prensa, 74-2003, ocio y vida cotidiana).
Con este significado ʻizquierdaʼ acompañado de connotaciones negativas han
aparecido solamente tres casos:
Ciencia y
tecnología
Ciencias
sociales
1
1
ʻIzquierdaʼ
con
connotaciones
negativas
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
Salud
Ficción
Miscelánea
Oral
1
Total
3
En dos de ellos aparece la mala suerte asociada al hecho de levantarse con el pie
izquierdo:
Se levantó de un salto y puso ambos pies en el suelo, porque en realidad sin
quererlo siempre se levantaba con el pie izquierdo. (El Cultural, prensa, 2-1-2003,
ciencias sociales).
El mundo y yo hoy no nos queremos
¿Se han levantado con el pie izquierdo? Si, imagino que sí.
Bueno hoy es uno de esos días. Quedarse unos "segundos" en la cama para
averiguar que vas 30 minutos tarde al trabajo. No encontrar la media que hace falta,
perder las llaves de la casa, quemar el pan del desayuno... son días fenomenales.
(04206009. Weblog 2004, efímero, 2004, miscelánea).
En este otro volvemos a encontrar los prejuicios tan habituales contra la mano
izquierda:
Estoy a punto de cogerle por la solapa y decirle lo que pienso de su forma de
tratar a los clientes (lo de escribir los pedidos con la mano izquierda, sobre todo,
me parece de una gravedad extrema), pero en el último instante preferimos salir del
restaurante y no buscamos más complicaciones. (Javier Tomeo, La mirada de la
muñeca hinchable, 2003, ficción).
El significado referente a la política acapara un porcentaje muy alto de los ejemplos
encontrados:
343
Izquierda
en
términos
políticos
Ciencia y
tecnología
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
Salud
Ficción
Miscelánea
3
78
317
20
3
1
3
4
Oral
Total
429
Estas son tres muestras:
Pero además, el proyecto ha podido salir adelante gracias al apoyo de los
partidos de izquierda, el Partido Laborista y la coalición Yahad, en la que se
encuentran agrupados los laicos pacifistas del partido Meretz y los seguidores de
Yossi Beilin, el promotor del Acuerdo de Ginebra y uno de los redactores de los
Acuerdos de Oslo. (El País, prensa, 27-10-2004, política y economía).
También para la izquierda resulta incómodo el que su Gobierno se alinee en
esto con EE.UU. y ponga tropas chilenas a las órdenes del Comando Sur de ese
país, en una misión que no sería de "mantención", sino de "imposición" de la paz.
(El Mercurio, prensa, 8-3-2004, política y economía).
Seis años después, a contramiedo, la izquierda ganó las elecciones en Chile.
(Eduardo Galeano, Bocas del tiempo, 2004, ficción).
Volvemos a encontrar un empleo con el significado de ʻcorazónʼ:
Ciencia y
tecnología
Ciencias
sociales
ʻCorazónʼ
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
Salud
Ficción
Miscelánea
Oral
1
Se trata de este pasaje:
Larrita: los impuestos ";muy justos" aprietan a la altura del izquierdo.
Si ésta es la reactivación económica, ¡cómo será la cara! (Guambia, prensa,
27-3-2004, ocio y vida cotidiana).
Por último, aparecen dos casos con la expresión (tener) mano izquierda:
344
Total
1
Ciencia y
tecnología
Ciencias
sociales
(Tener)
mano
izquierda
Política y
economía
1
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
Salud
Ficción
Miscelánea
Oral
1
Total
2
Son estos:
Además de controlar a la legión de actores y mantener el ritmo cómico de la
historia con mucha mano izquierda, De la Peña logra que Isi/Disi: amor a lo bestia
se desmarque estéticamente de otras propuestas parecidas. (Viernes, prensa, 23-72004, artes).
Tu capacidad de comunicación y tu mano izquierda te allanarán muchos
caminos. (Cosmopolitan, prensa, 4-2003, ciencias sociales).
Este es, por tanto, el resumen de los 1089 ejemplos analizados en el CREA:
Ciencia y
tecnología
Ciencias
sociales
Política y
economía
Artes
Ocio y
vida
cotidiana
Salud
Ficción
Miscelánea
ʻIzquierdaʼ
117
31
63
66
202
102
52
21
654
(60%)
ʻIzquierdaʼ
con
connotaciones
negativas
1
1
1
3
(0,2%)
Izquierda en
términos
políticos
3
78
4
429
(39,3%)
317
20
3
ʻCorazónʼ
(Tener) mano
izquierda
1
1
1
3
Oral
Total
1
(0,1%)
2
(0,1%)
1
De los 1071 ejemplos de siniestro obtenidos del CREA, el sentido ʻizquierdaʼ
aparecía únicamente en 18 pasajes (apenas un 1,6% del total de los casos) y, además,
con unas características muy peculiares en la mayor parte de ellos. Izquierdo se emplea
con el significado espacial en un número mucho mayor de casos que suponen un 60,3%
de las 1089 apariciones.
345
La otra conclusión que sacamos de estos datos es que el significado contextualizado
en el terreno de la política ha cobrado tal importancia que su porcentaje de empleo se
sitúa relativamente cerca del significado ʻizquierdaʼ, con casi un 40% de los casos
analizados.
5.4. Valoración crítica de los resultados
Antes de analizar detenidamente los resultados obtenidos para su organización y
clasificación en acepciones y subacepciones, hagamos un balance de los principales
sentidos encontrados:
Como adjetivo:
1. ʻIzquierdaʼ.
2. ʻZurdoʼ.
3. Aplicado a las caballerías.
Como sustantivo:
4. Aplicado a la ideología política.
Otros casos:
5. Empleos poco frecuentes o dudosos.
6. Expresiones: a izquierdas, de la mano izquierda, (tener) mano izquierda.
5.4.1. ʻIzquierdaʼ
Empezamos por el significado más frecuente de nuestro término. Dejaremos de
momento a un lado su comparación con siniestro y el estudio de su progresiva aparición
ya desde el siglo XIII ―al menos según los datos extraídos del corpus―, pues este
tema será objeto de un examen pormenorizado en un apartado posterior. Nos
centraremos, por tanto, en primer lugar en un análisis crítico de la visión que los
diccionarios aportan sobre este significado espacial de izquierdo.
Pero, antes que nada, recordemos el campo léxico que habíamos señalado para la
acepción correspondiente al sentido espacial del término siniestro:
346
SINIESTRO
IZQUIERDO
DERECHO
DIESTRO
CENTRAL
LATERAL
INTERIOR
EXTERIOR
SEMA
1
+
+
+
+
+
+
+
+
SEMA
2
+
+
SEMA
3
SEMA
4
SEMA
5
SEMA
6
SEMA
7
+
+
+
+
+
+
SEMA 1: indica la situación de algo con respecto a un punto
SEMA2: en el lado del corazón
SEMA 3: en el lado contrario al corazón
SEMA 4: en el centro
SEMA 5: a un lado
SEMA 6: en la parte de dentro
SEMA 7: en la parte de fuera
Vamos a partir de este paradigma para analizar las propuestas que encontramos en
los diccionarios. Ya hemos comentado la progresiva aparición de diferentes acepciones
relacionadas con el significado ʻizquierdaʼ en las sucesivas ediciones de los siglos XIX
y XX del DRAE. Las acepciones se van multiplicando y modificando sin ningún criterio
aparentemente lógico, por lo que vamos a centrarnos sobre todo en los diccionarios
actuales ―que engloban todos los sentidos que han ido surgiendo― para comparar la
visión que aportan con los ejemplos analizados a lo largo de los siglos.
Hemos visto que, además del DRAE, el DUE y el DEA también reparten este
significado espacial en varios sentidos: no solo señalan diferentes subacepciones, sino
que también aparece dividido en diferentes acepciones en algunos casos. Juntemos, por
tanto, las diferentes visiones, incluyendo la de la 23.ª edición académica. Estas son, en
concreto, las definiciones que encontramos en estos diccionarios relativas al significado
que nos interesa (para falicitar la comprensión, exponemos los ejemplos que aportan los
propios diccionarios):
DRAE 2001
Izquierdo, da:
1. adj. Dicho de una parte del cuerpo humano: Que está situada en el lado del
corazón. Mano izquierda. Ojo izquierdo.
2. adj. Que está situado en el mismo lado que el corazón del observador.
3. adj. Que cae hacia la parte izquierda de un objeto. El jardín que hay al lado
izquierdo de la casa.
347
4. adj. En las cosas que se mueven, se dice de lo que hay en su parte izquierda o de
cuanto cae hacia ella, considerado en el sentido de su marcha o avance. El faro
izquierdo del autobús. La orilla izquierda del río.
8. f. Mano izquierda.
9. f. Dirección correspondiente al lado izquierdo. Tuerce a la izquierda.
ADELATO DE LA 23ª EDICIÓ DEL DRAE
Izquierda:
1. f. Mano izquierda.
2. f. Dirección correspondiente al lado izquierdo. Tuerce a la izquierda.
Izquierdo, da:
1. adj. Dicho de una parte del cuerpo humano: Que está situada en el lado del
corazón. Mano izquierda. Ojo izquierdo.
2. adj. Que está situado en el mismo lado que el corazón del observador.
3. adj. Que cae hacia la parte izquierda de un objeto. El jardín que hay al lado
izquierdo de la casa.
4. adj. En las cosas que se mueven, se dice de lo que hay en su parte izquierda o de
cuanto cae hacia ella, considerado en el sentido de su marcha o avance. El faro
izquierdo del autobús. La orilla izquierda del río.
DUE
Izquierda:
1. f. Lado izquierdo. La izquierda del observador.
Izquierdo, -a:
1. adj. y n. f. Se aplica a la mano opuesta a la derecha, la cual se halla en el lado del
corazón.
b) También a la pierna de este lado. Le dio a la pelota con la izquierda.
c) adj. Se aplica a otras partes del cuerpo que están en el mismo lado que la mano
izquierda. El ojo izquierdo.
d) Y a las extremidades y otras partes del cuerpo del lado correspondiente en los
animales. La pata izquierda.
e) Hablando de cosas inanimadas, se aplica a las que están en el lado
correspondiente a la mano izquierda del observador. El lado izquierdo de la casa.
f) adj. y n. f. (Deportes) En fútbol y otros deportes, se aplica a los jugadores de
ciertas demarcaciones que desarrollan su juego principalmente por la banda
izquierda. Extremo izquierda. Lateral izquierdo.
DEA
Izquierdo, -da:
I. adj. 1. [Órgano o parte del cuerpo] que está en la mitad longitudinal en que se
aloja la mayor parte del corazón. Los dos ojos, tanto el derecho como el izquierdo,
corrían hacia la lejanía. Quemaduras de primero y segundo grado en la mano
izquierda. Porta en la izquierda la manzana de la tentación.
b) [Lado] izquierdo, [mano] izquierda.
c) [Cosa] correspondiente a la mitad izquierda del cuerpo. El bolsillo izquierdo de
tu chaqueta.
d) [Cosa] situada hacia la parte izquierda del cuerpo del observador. Está firmado
el lienzo en el ángulo inferior izquierdo. Crucificaron con Él a dos ladrones, uno a
la derecha y el otro a la izquierda.
348
2. En una cosa que tiene orientación: [Parte] que corresponde al lado izquierdo de
una persona, orientada de la misma manera. El ala izquierda del edificio. El flanco
izquierdo del ejército. La izquierda o la derecha de la calzada.
b) En una cosa que avanza real o figuradamente: [Parte] situada a la izquierda de
la persona que mira en el sentido de la marcha. La margen izquierda del río.
osotros circulamos por la izquierda.
c) [Cosa] situada hacia la parte izquierda [de otra]. El lado izquierdo de la casa. Un
bosque a la izquierda del camino.
d) (Deportes) En fútbol y otros deportes similares: [Jugador] que desarrolla su
juego en la parte izquierda del campo. Los extremos derecha e izquierda del equipo
local.
Lo primero que debemos comentar es que a los significados del DRAE que se
refieren propiamente al sentido espacial les hemos añadido también el de ʻmano
izquierdaʼ, ya que hemos señalado en varias ocasiones que para nosotros se trata de una
mera sustantivación de este significado ʻizquierdaʼ y por ello debe analizarse
conjuntamente con todos estos sentidos; de hecho, la referida a la mano izquierda no es
la única sustantivación que encontramos entre estas acepciones.
Centrémonos ahora en los diferentes sentidos separados por los tres diccionarios. En
mi opinión, pueden agruparse en estos cuatro:
1. Parte del cuerpo situada a la izquierda.
2. Cosa situada al lado izquierdo desde el punto de vista del observador.
3. Cosa situada al lado izquierdo desde el punto de vista de la propia cosa.
4. En determinados deportes, jugador que juega en el lado izquierdo.
Vemos ahora, uno por uno, cada uno de estos sentidos. En primer lugar, los tres
diccionarios señalan que el término puede hacer referencia a un miembro del lado
izquierdo de nuestro cuerpo. El DRAE recoge este sentido en una acepción (acepción 1
de izquierdo), a la que podemos añadir las referidas a la mano izquierda (acepción 8 de
2001 / acepción 1 de izquierda de la 23.ª). El DUE utiliza una acepción (acepción 1 de
izquierdo) y tres subacepciones (subacepciones 1b, 1c y 1d) si incluimos la referida a
las partes del cuerpo de un animal. En el DEA este sentido aparece en la primera
acepción (acepción 1)20.
20
Hay que comentar algo con respecto a una de las subacepciones que aparecen en el DEA,
concretamente la de «lado izquierdo, mano izquierda» (subacepción 1b). Y es que el diccionario nos
remite aquí a las entradas correspondientes lado y mano. Así, el DEA (s. v. lado) define lado izquierdo
como «(coloquial) corazón (sentimiento)»; en mano izquierda (s. v. mano) encontramos la definición
correspondiente al empleo de la expresión que aparece en nuestro corpus: «habilidad diplomática». Por
tanto, aunque ambos empleos parten de un significado espacial que hace referencia a miembros de
nuestro cuerpo, los dos han tomado un sentido figurado, por lo que no los clasificamos dentro de ninguno
de los cuatro grupos de sentidos que estamos señalando.
349
Bajo mi punto de vista, no creo necesario señalar diferentes subacepciones para un
sentido que se puede resumir simplemente en una definición como ʻque está situado del
lado del corazónʼ. Lo apreciamos en el CREA en ejemplos como:
El volante Julio García hizo acto de presencia ayer en la Videna, pero no
entrenó con normalidad, ya que sufre una contusión en el muslo izquierdo. (La
República, prensa, 25-11-2004, ocio y vida cotidiana).
Aún más, en el tercer juego del segundo set se lanzó en plancha para conectar
una volea y al caer en la pista lo hizo sobre el codo izquierdo y se hizo daño. (El
Diario Vasco, prensa, 23-1-2004, ocio y vida cotidiana).
La vitalidad en un momento dado de la glándula timo, se puede conocer de una
manera práctica, una persona levanta el brazo izquierdo paralelo al suelo, y otra
persona colaboradora intenta bajar el brazo de un golpe rápido sobre dicho brazo:
si el brazo se resiste, es que el timo tiene vitalidad; si baja fácilmente, es que tiene
poca vitalidad. (Luis Ángel Nieto Gil, La alimentación y las enfermedades, 2004,
salud).
Evidentemente, es un sentido que también aparece en abundantes ejemplos de los
primeros siglos analizados en el CORDE:
E dezimos que los que moran en tierra de Alirach liéuanlos d'otra manera que
los no lieuan los de tierra de Coraçén, ca los de tierra de Alirach liéuanlos en la
mano esquierda, e los otros todos liéuanlas en la mano derecha. (Abraham de
Toledo, Moamín. Libro de los animales que cazan, 1250, p. científica).
Et sy oviere que á de morir, matarle han; et sy viere quel tajen la mano derecha
et el pie esquierdo (sea fecho); et si viere quel á de açotar et tener preso, complirán
esto todo, et sacalle han de la villa á otra, et tenerle an preso fasta que paresca su
recordacion: esto sy non matare ninguno, et sy matare, que lo maten. (Leyes de
moros sacadas de una colección de las mismas, compuesta o traducida al
castellano, según parece, para uso de los mudéjares castellanos a principios del
siglo XIV. [Documentos mudéjares (1225-1491)], anónimo, a 1305, p. jurídica).
E aun se cortavan la teta izquierda en moçedat, porque non les diese dolor el
ferir de la mano derecha, escapando de la cuerda del arco e sin miedo tirasen,
collándolo con toda la fuerça. (Enrique de Villena, Traducción y glosas de la
Eneida. Libros I-III, 1427-1428, literario).
Analicemos ahora el segundo de los sentidos señalados, el que se refiere a lo que está
situado a la izquierda desde el punto de vista del observador. En el DRAE este sentido
se corresponde con tres acepciones si incluimos la que se refiere, como sustantivo, a la
dirección (acepciones 2 y 3 de izquierdo; acepción 9 de 2001 / acepción 2 de izquierda
de la 23.ª). En el DUE aparece reflejado en la acepción señalada bajo la entrada
350
izquierda (acepción 1 de izquierda) y en una de las subacepciones para izquierdo
(subacepción 1e). En el DEA lo encontramos en dos subacepciones (1c y 1d).
No tiene sentido en este caso dividir este empleo en subacepciones diferentes, como
tampoco lo tiene el separarlo de la acepción anterior, ya que además de compartir con
ella la misma posible definición, ʻque está situado del lado del corazónʼ, también
comparte el mismo paradigma léxico. Fijémonos en los siguientes ejemplos extraídos
del CREA:
Recomendaciones para el Usuario: Para recorrer el Paseo Virtual el usuario
debe mantener el botón izquierdo del mouse presionado, moviendo el cursor 360
grados. (04206015. Página web 2004, 2004, miscelánea).
Por lo que respecta a las exportaciones, puede verse en el gráfico izquierdo
cómo las tasas de crecimiento interanual alcanzaron sus valores mínimos el mes de
marzo y, aunque con una enorme volatilidad, que puede subsanarse a efectos
analíticos suavizando la serie, iniciaron una rápida recuperación, de forma que a
partir de julio ya empezaron a registrar valores positivos. (El País, prensa, 2-12003, política y economía).
Otro homenajeado será Richard Lester, del que se exhibirán El knack y cómo
conseguirlo (foto de la izquierda), Qué noche la de aquel día, Socorro o la
imprescindible Golfus de Roma. (La Luna del siglo XXI, prensa, 13-6-2003, artes).
También aparecen numerosos casos en el CORDE, ya desde el siglo XIII:
Otrossi entregue en el monte de Ualcuadiello commo toma del pie de Fiedello a
la guarguanta que descende a Ualdulaui la cabeça que es monte, et ua por el çerru
et descende a la fuente de Cauadiello, do suelen beuer las uacas et el arroyo, ayuso
commo en el guan las aguas et suben arriba a la penna mesiella et fata el termino
del Valdenubla et contra el Asperiello todo de man esquierda. (Garci Fernández,
merino de Castilla, posesiona al monasterio de Oña de los lugares y solares que le
adjudicaron los jueces árbitros en su pleito con la ciudad de Frías. [Colección
diplomática de San Salvador de Oña], anónimo, 1281, p. jurídica).
En el margen izquierdo pone: "Johán Gutiérrez, escribano de Villalpando" y en
el margen derecho: "XXV maravedís". (Documentación medieval de la iglesia
catedral de León, anónimo, 1419-1426, p. jurídica).
Quedó a izquierda la villa que he nombrado
y a diestra la laguna, y por delante
viene de Argenta, y pasa en poca pieza,
de do Santerno asienta la cabeza.
(Jerónimo de Urrea, Traducción de "Orlando furioso" de Ludovico Ariosto, 1549,
literario).
En el tercer sentido anteriormente citado se hace referencia a la izquierda tomando
como referencia ahora no al observador, sino el elemento al que nos referimos. Con este
351
sentido se correspondería una acepción del DRAE (acepción 4)21. En el DUE no aparece
ninguna mención explícita a este sentido. En cambio, en el DEA encontramos una
acepción (acepción 2)22 junto con dos de sus subacepciones (2b y 2c)23.
En realidad, en todos estos casos nos referimos a ʻque está situado del lado del
corazónʼ, aunque en este caso cambia el punto de vista, que pasa a ser el del elemento
del que se habla. En el CREA encontramos, por ejemplo:
Los más de 8.500 soldados norteamericanos desplegados en la antigua Nínive
se encuentran acantonados en su gran mayoría en la orilla izquierda del río Tigris,
en el sector kurdo de Mosul, junto con miles de peshmergas del Partido
Democrático del Kurdistán (PDK) y de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK)
que comparten el poder en el norte de Irak desde el fin de la guerra del Golfo en
1991. (El País, prensa, 22-12-2004, política y economía).
La camioneta de la Policía recibió dos disparos de bala, uno en la ventanilla
trasera, lado izquierdo, y otro en la rueda trasera lado derecho, estando al volante
el agente fiscal Leonardo Cáceres, y en la carrocería varios efectivos policiales.
(Última hora, prensa, 12-11-2004, política y economía).
Todo terminó en Avellaneda y Terrero, porque el ladrón que manejaba tuvo que
frenar de golpe porque un balazo policial le había reventado la goma trasera
izquierda y un patrullero se le había cruzado de frente. (Diario El Clarín, prensa,
9-9-2004, política y economía).
En el CORDE también hallamos casos, aunque ―como también sucede en el
CREA― son más escasos que los de los sentidos anteriores, pues se trata de empleos
referidos a realidades muy concretas. El primer ejemplo claro de este tipo data del siglo
XV:
21
Podríamos añadir aquí también una de las acepciones incluidas en el sentido 2, me refiero
concretamente a la número 3: «Que cae hacia la parte izquierda de un objeto». Aunque resulta un poco
ambigua, pienso que debe de referirse al punto de vista del observador. No obstante, no se puede
descartar la interpretación tomando como punto de vista el del propio objeto. El ejemplo que propone el
propio diccionario tampoco nos aclara mucho la situación.
22
A pesar de que la definición lo expresa de un modo un tanto enrevesado, creo que esta acepción se
refiere, efectivamente, al sentido del que estamos hablando. El problema lo encontramos en ejemplos
como la izquierda o la derecha de la calzada, que para mí no se corresponde con este sentido, sino con el
anterior, el relacionado con el lado izquierdo del observador, puesto que el carril izquierdo varía
dependiendo de la orientación de la persona. En cambio, por lo que respecta a los otros dos ejemplos que
propone, ni el ala izquierda de un edificio ni el flanco izquierdo de un ejército varían dependiendo del
observador, sino que se refieren siempre al mismo lado.
23
De estas dos subacepciones, la 2c resulta algo ambigua; la incluyo aquí porque pertenece a una
acepción que se refiere al punto de vista del elemento observado. De todas formas, ni la definición resulta
muy aclaratoria, ni los ejemplos facilitan la comprensión. De hecho, volvemos a encontrar uno como el
que acabamos de comentar: bajo mi punto de vista, en un enunciado como la izquierda del camino la
orientación siempre depende del observador, no del propio camino.
352
Puso en la ala isquierda a cavallo al conde don Tello, su hermano, e a Gómez
Pérez de Porras, prior de Sant Juan, que eran mil omes a cavallo, que avía e n ellos
muchos cavall[er]os armados, e en la ala derecha puso a cavallo a don Alonso,
Marqués de Villena, e al Maestre de Calatrava, e a los comendadores Ferrando
Ozores e Pero Ruiz de Sendobal e otros castellanos, que eran todos fasta otros mil
de cavallo. En la reguarda fue el dicho rey don Enrique e con él el conde don
Alonso, su fijo, e don Pero, su sobrino, fijo del Maestre, e Ínigo López de Orozco e
don Álvar Garçía de Albornoz e don Ferrand Pérez de Ayala e miçer Anbrosio
Vocanegra, almirante, e don Alonso Pérez de Guzmán e don Juan Alonso de Aro e
Gonzalo Gómez de Çisneros e otros muchos cavalleros e fijosdalgo de Castilla e
forasteros, que eran todos fasta mil D omes a cavallo. (Lope García de Salazar,
Istoria de las bienandanzas e fortunas, 1471-1476, p. histórico-documental).
Traslado que hizo Ovando de la ciudad de Sancto Domingo de la parte
izquierda a la derecha del río Ozama. (Fray Bartolomé de las Casas, Historia de
las Indias, c 1527-1516, p. histórico-documental).
Andrea Doria en la vanguardia, con cincuenta y cuatro galeras, y orden de
tomar en cuerno derecho, si se combatiese. Seguíale don Juan, con sesenta, a quien
tocaba la batalla. Después, Agustín Barbarigo, General de Venecia, con cincuenta y
cuatro, que había de llevar el cuerno izquierdo. (Antonio de Fuenmayor, Vida y
hechos de Pío V, 1595, p. histórico-documental).
Por supuesto, el paradigma léxico sigue siendo el mismo que el enunciado arriba.
Por último, el cuarto sentido señalado hace referencia a la demarcación que un
jugador ocupa en un terreno de juego; se trata, pues, de un empleo limitado a ciertos
deportes. El DRAE no hace referencia a este uso. En cambio, tanto el DUE (1f) como el
DEA (2d) reservan una subacepción para este empleo.
Veamos estos casos extraídos del CREA:
El Pontevedra sigue buscando con desesperación -y de momento sin fruto- al
menos un lateral izquierdo que refuerce una posición en la que sólo Adinolfi
aparece como especialista. Será precisamente el uruguayo el único granate que no
asista esta tarde al entrenamiento: por problemas en la planificación de su viaje de
vuelta de Montevideo, se reincorporará mañana. (La Voz de Galicia, prensa, 29-122004, ocio y vida cotidiana).
José Mari, de segundo delantero primero, de extremo izquierdo después,
tampoco sumó. (El País, prensa, 17-3-2003, ocio y vida cotidiana).
En el ataque de la novena canadiense destacó el jardinero izquierdo Reed
Johnson, que ligó su octavo vuelacercas de la campaña en el primer episodio.
(Listín diario, prensa, 24-8-2004, ocio y vida cotidiana).
En el CORDE este sentido comienza a aparecer en el siglo XX:
No obstante los nueve tantos que el Rácing encajó, causó buena impresión.
Particularmente la delantera, en la que faltó el extremo izquierda titular, Cisco,
destacando el internacional Larrinosa; bien los medios sirviendo, pero les notamos
353
un gran defecto, y es el de marcar poco a los extremos, y éste fué el error que les
costó el gran descalabro, pues sin sujetar a Lafuente, el peligro tiene que ser
constante, pues no obstante la veteranía del jugador, está en magníficas
condiciones. (A. García, En el partido Athlétic-Racing se registró un copioso
tanteo. El Arenas venció al Athlétic de Bilbao y el Valencia no pudo con el Betis.
Los líderes de Galicia, derrotados por los campeones y subcampeones de Asturias.
Primer Grupo. [El Socialista, 18 de septiembre de 1934], 1934, p. de prensa y
publicidad).
En represalia, al punta derecha del La Calzada le suelta un punterazo imponente
n un pie el defensa izquierdo del Tafira. (Francisco Guerra Navarro, Los cuentos
famosos de Pepe Monagas, 1941-a 1961, literario).
- Un momento... ¿Profesión?
- El campo -contestaba el viñador-. También soy interior izquierda del Barbosa.
(José Manuel Caballero Bonald, Dos días de setiembre, 1962, literario).
Es evidente que también aquí encontramos el mismo paradigma que en los casos
anteriores.
Tras esta revisión de distintos ejemplos que contienen el sentido espacial a lo largo
de los siglos, queda demostrado que la modificación de acepciones que tiene lugar en
los diccionarios académicos durante los siglos XIX y XX solamente está motivada por
cuestiones internas de la redacción del propio diccionario, pues todos los sentidos que
van apareciendo desde el año 1803 ―año en el que empieza a modificarse la propuesta
de Autoridades― ya aparecen en el corpus en los siglos anteriores.
Asimismo, reitero una vez más que no me parece necesario diferenciar, al menos en
nuestro análisis, entre los empleos sustantivados y los sentidos normales como adjetivo,
pues no se trata de una diferencia que modifique su clasificación en uno u otro sentido.
Si tomamos como ejemplos precisamente los propuestos por el DRAE y el DUE en las
acepciones que señalan como sustantivo femenino, tuerce a la izquierda y la izquierda
del observador, comprobamos que si los modificamos y decimos tuerce al lado
izquierdo o el lado izquierdo del observador el significado es exactamente el mismo.
Estoy de acuerdo en este aspecto con la postura del DEA, que se limita a señalar que en
algunos casos podemos sustantivar el adjetivo, sin que por ello debamos crear una
nueva entrada para izquierda.
Como conclusión a todo esto, creo que no debe diferenciarse más de una única
acepción para todos estos sentidos, acepción que podemos definir, como he dicho, como
ʻque está situado del lado del corazónʼ. En todos los ejemplos que acabamos de ver el
término se relaciona con el mismo paradigma.
354
Es verdad que encontramos ejemplos que generan ambigüedad y que este era uno de
los criterios utilizados para establecer diferentes acepciones. Fijémonos en un caso
como el siguiente:
Item, es convenido que en el piet del dito retaulo haya de haver siet casas o
espacios, e en cada una de las ditas casas haya de haver una de las ymagenes
seguientes, es a saber; en la de medio del dito piet o banco, Nuestro Senyor Ihu
Xpo estando en la cruz, e la Virgen María, Sant Johan Evangelista al piet; e en la
otra casa a man dreyta, Nuestro Senyor ligado al pilar, açotado; e en la otra casa ad
aquella mano, senyor Sant Martin; e en la otra casa ad aquella mano, Sant
Bartholomeu; e a la mano ezquierda del Crucifixo, en la primera casa la Piedat
con Sant Gregorio en el altar; en la otra casa Sant Anthon de Viones; e en la otra
Sant Bernat agenolado devant la Virgen María, e como la Virgen María le lança
leyt en la boca; e cada casa de aquestas haya a seyer bien obrada con sus bordones
dorados en la forma que está el piet del retaulo de la capiella de micer Carlos, e
asin obrados. (Retablo para una capilla de la iglesia del Pilar de Zaragoza.
[Documentos relativos a la pintura en Aragón durante el siglo XV], anónimo,
1458, p. de sociedad).
Efectivamente, la interpretación de este fragmento resulta dudosa, pues no sabemos
si debemos interpretar a la mano izquierda del crucifijo desde nuestro punto de vista o
desde el del propio crucifijo. De cualquier modo, ya habíamos indicado que este criterio
de la ambigüedad no era, ni mucho menos, definitivo, y es que el significado de la
palabra izquierda sigue siendo exactamente el mismo en ambas interpretaciones.
En cuanto a las subacepciones, pueden diferenciarse las que concretan la orientación
desde la cual debemos entender la posición. Así, una subacepción podría ser ʻdesde el
punto de vista del observadorʼ y otra ʻdesde el punto de vista del elemento observadoʼ.
Podemos añadir, además, la referida a la demarcación de un jugador en determinados
deportes, pues se trata de un empleo con unas características concretas. Por lo demás, a
lo largo de la historia de nuestro término no hemos encontrado otros empleos que
presenten unas diferencias lo suficientemente claras, bajo mi punto de vista, como para
establecer más subacepciones.
Veamos ahora en un gráfico la frecuencia de uso de este significado:
355
Porcentaje de ejemplos
El significado 'que está situado del lado
del corazón'
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
CREA
Siglos
Como vemos, exceptuando el siglo XIII, en el que el porcentaje puede resultar
engañoso debido a los pocos ejemplos con los que poder comparar, izquierdo presenta
mayoritariamente este sentido espacial hasta el siglo XX. En cambio, los resultados
obtenidos del CREA nos dan una información importante, ya que el porcentaje
desciende hasta un 60% debido a la subida que experimenta el significado asociado a la
política.
Por último, hemos visto que izquierdo, con este significado espacial, también es
utilizado con connotaciones negativas; de todas formas, esto no ocurre con la misma
frecuencia que con el término siniestro. De los casos de este tipo que hemos ido
analizando a lo largo de los siglos destaca la continua presencia de los que hacen
referencia a la superstición sobre el pie izquierdo. De hecho, este tipo de empleos han
provocado que se haya llegado a lexicalizar, en la actualidad, la expresión con el pie
izquierdo, que aparece recogida en la mayor parte de los diccionarios, como veremos en
un análisis posterior, con el sentido de ʻcon mala fortunaʼ.
5.4.2. ʻZurdoʼ
Este significado ya aparecía en la obra de Covarrubias de 1611, y desde enconces lo
encontramos en prácticamente todas las obras consultadas. La definición que ofrece
Autoridades pronto se simplificó, ya que la edición académica de 1822 encontramos
356
este empleo definido sencillamente como «zurdo». Obviamente, es la definición más
natural de este significado, por lo que es con la que vamos a trabajar.
Lo que debemos analizar es su frecuencia de uso en la actualidad, ya que no hay que
olvidar que el DEA ya no recoge este empleo y el DUE lo señala como poco frecuente;
en cambio, el DRAE no aporta ninguna observación respecto a su uso.
Pero veamos en primer lugar su paradigma léxico. Es evidente que este paradigma
queda muy limitado si pensamos solamente en términos como zurdo, diestro y
ambidiestro (o ambidextro), que son los significados relacionados más directamente con
izquierdo en este empleo. Por tanto, podemos ampliar nuestra visión y componer el
campo léxico de las distintas cualidades físicas del ser humano:
SEMA SEMA SEMA SEMA SEMA SEMA SEMA SEMA
1
2
3
4
5
6
7
8
IZQUIERDO
+
+
ZURDO
+
+
DIESTRO
+
+
AMBIDIESTRO
+
+
ALTO
+
+
BAJO
+
+
DELGADO
+
+
GORDO
+
+
SEMA 1: cualidad física del ser humano
SEMA 2: que utiliza preferentemente la mano y el pie izquierdos
SEMA 3: que utiliza preferentemente la mano y el pie derechos
SEMA 4: que utiliza con la misma habilidad las manos y los pies de ambos lados
SEMA 5: que tiene una gran estatura
SEMA 6: que tiene poca altura
SEMA 7: que tiene poca carne o grasa en el cuerpo
SEMA 8: que tiene excesiva carne o grasa en el cuerpo
Considerando este empleo de izquierdo e integrándolo dentro de cualquiera de los
dos paradigmas que acabamos de mencionar, es evidente que estamos ante una acepción
independiente de nuestro término, como reflejan todos los diccionarios.
Pasemos ya, por tanto, a analizar la frecuencia de uso en cada período.
357
El significado 'zurdo'
Porcentaje de ejemplos
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
CREA
Siglos
Encontramos empleos con este sentido entre los siglos XIII y XIX; aparece de una
forma regular, pues el gran porcentaje del siglo XIII obedece únicamente a la escasez de
ejemplos encontrados para este siglo, por lo que resulta engañoso24. Ni en el siglo XX ni
en el análisis realizado en el CREA lo encontramos documentado, a pesar de que los
ejemplos analizados desde 1901 superan los 8000. Parece, por tanto, más lógica la
postura del DEA, que ya no recoge este significado, que la del DUE, que lo califica de
poco usual; en cambio, resulta menos comprensible el planteamiento del DRAE, que
mantiene esta acepción sin ninguna aclaración referente a su uso incluso en el adelanto
de la nueva edición.
5.4.3. El sentido aplicado a las caballerías
También este sentido, que se refiere concretamente a una mala formación de las
caballerías, aparece en la mayoría de los diccionarios analizados. Eso sí, como ocurría
con ʻzurdoʼ, hay que analizar su empleo real en la actualidad, ya que el tratamiento que
recibe en los diccionarios es el mismo que el de este significado: el DEA no lo recoge y
el DUE lo califica de poco usual; sin embargo, el DRAE lo mantiene incluso en la 23.ª
edición sin ninguna aclaración. En cuanto a su definición, podemos simplificar la
24
Aunque en el siglo XIV no se reflejan apariciones en el gráfico, recordemos los dos pasajes clasificados
como ejemplos dudosos en los que se hace referencia a este significado de ʻzurdoʼ de una forma muy
peculiar.
358
ofrecida por el DRAE de esta manera: ʻdicho de un caballo, que separa las pezuñas y
junta las rodillasʼ.
El paradigma léxico con el que entra en relación este significado puede ser el de los
diferentes defectos que podemos encontrar en las extremidades inferiores de los seres
vivos:
SEMA SEMA SEMA SEMA SEMA SEMA SEMA SEMA
1
2
3
4
5
6
7
8
COJO
+
+
RENGO
+
+
+
PATITUERTO
+
+
ZAMBO
+
+
PATIZAMBO
+
+
PATOJO
+
+
IZQUIERDO
+
+
ESTEVADO
+
+
SEMA 1: defecto en las extremidades inferiores
SEMA 2: que provoca una inclinación mayor del cuerpo hacia un lado que hacia otro
SEMA 3: por una lesión en las caderas
SEMA 4: en una persona, por tener las piernas torcidas
SEMA 5: en una persona, por tener juntas las rodillas y separadas las piernas hacia fuera
SEMA 6: en una persona, provocando un movimiento parecido al de un pato
SEMA 7: en un caballo, por juntar las rodillas y sacar las pezuñas para fuera
SEMA 8: en un caballo, por sacar las rodillas hacia fuera y juntar las pezuñas
Analizado el paradigma, está claro que se trata de una acepción independiente de
izquierdo, como reflejan todos los diccionarios que la recogen. Como curiosidad,
habíamos señalado que en Autoridades esta acepción aparecía como izquierda y que por
esto era una excepción con respecto a los demás diccionarios, pero es evidente que esto
sucedía porque izquierda concordaba en este caso con el sustantivo femenino
caballería, mientras que el criterio seguido en las demás obras es el de poner la entrada
de los adjetivos en masculino.
Pasemos a contabilizar su frecuencia de uso, que mostramos en este gráfico:
359
Porcentaje de ejemplos
El significado 'dicho de un caballo, que
separa las pezuñas y junta las rodillas'
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
CREA
Siglos
El empleo de este significado es realmente muy escaso, ya que en total, de los más de
19 500 ejemplos analizados si juntamos el CORDE y el CREA, solo encontramos 24
casos. Además, debemos tener en cuenta que los 17 que ofrece el siglo XIX pertenecen
únicamente a dos fuentes. Sin duda, estamos ante un empleo muy concreto y
especializado. Todo esto dificulta la tarea de averiguar si el empleo está, en efecto, en
desuso en la actualidad, por lo que, en principio, ninguna opinión al respecto puede ser
rechazada25.
Antes de terminar con el análisis de esta acepción, nos ha llamado la atención una
posible relación entre este significado de izquierdo y el de ʻvicio, mala costumbreʼ del
término siniestro. Por ejemplo, podemos observar la definición que aporta el diccionario
de Gaspar y Roig de 1855 del empleo referido al defecto de las caballerías: «En
Equitacion, se dice del caballo cuyos miembros anteriores tienen una direccion viciosa,
separándose de la linea de aplomo, de manera que se dirijen hacia fuera las puntas o
lumbres de su casco». La aparición en este definición de la palabra viciosa corrobora la
hipótesis de que puede haber una relación objetiva entre ambos significados.
25
Una prueba quizá poco ortodoxa pero efectiva para comprobar su empleo es la de la introducción de la
expresión caballo izquierdo en un buscador de Internet. Así, por ejemplo, la búsqueda en www.google.es
produce varios resultados actuales referidos al empleo que estamos analizando.
360
5.4.4. El sentido aplicado a la ideología política
Entramos ya en los empleos del término como sustantivo. Los tres diccionarios
actuales con los que trabajamos coinciden a la hora de relacionar este sentido aplicado a
la ideología política con el sustantivo femenino izquierda. Por un lado, hemos visto que
tanto el DUE como el DRAE (exceptuando la edición de 2001) lo separan en una
entrada en femenino; en cambio, el DEA lo recoge bajo izquierdo indicando,
simplemente, que se trata de un sustantivo femenino. Se trata, obviamente, de una
decisión que obedece a los criterios internos de un diccionario. No hay que confundir
este caso con el de la ʻmano izquierdaʼ, que no es más que una sustantivación
momentánea; se trata ahora de un empleo que se corresponde siempre con un sustantivo
de género femenino.
Por lo que respecta propiamente al contenido semántico de este significado, también
hay divergencias en los tres diccionarios. El DRAE separa dos acepciones, una para el
conjunto de representantes políticos y otra para sus seguidores. El DUE también separa
dos sentidos, aunque esta vez dentro de una misma acepción. Así, define izquierda
como «sector político de ideas más progresistas», con la subacepción de «conjunto de
los partidos y personas de este sector». El DEA lo engloba todo en una única definición:
«conjunto de personas o de partidos de ideas progresistas o no conservadoras».
Parece, por tanto, que la duda está en si debemos considerar acepciones diferentes, o
al menos subacepciones, atendiendo a si el término hace referencia al conjunto de
partidos y representantes políticos de la izquierda o a sus seguidores.
Para resolver estas dudas, recurramos, como siempre, al paradigma léxico. El
problema es la dificultad que entraña la composición del mismo, puesto que aunque el
término izquierda está cercano en su significado a los que sirven para designar las
doctrinas políticas en sí mismas (como liberalismo, anarquismo, fascismo, etc.), el
hecho es que nuestro término no se puede conmutar en un enunciado con otros de este
tipo. Por ejemplo, partiendo de un caso como la izquierda ha ganado las elecciones, es
obvio que no podemos decir ―o por lo menos, no es exactamente lo mismo―: el
liberalismo ha ganado las elecciones. Por tanto, debemos conformarnos con acotar este
campo léxico a los tres términos tomados del vocabulario con valor espacial para
referirse a los diferentes espectros políticos:
361
SEMA SEMA SEMA SEMA
1
2
3
4
IZQUIERDA
+
+
DERECHA
+
+
CENTRO
+
+
SEMA 1: sector político
SEMA 2: de ideas más progresistas
SEMA 3: de ideas más conservadoras
SEMA 4: de ideología intermedia
Pues bien, fijándonos en este paradigma y tomando en consideración las distintas
definiciones propuestas por los diccionarios, no creo que pueda hablarse diferentes
sentidos relacionados con la izquierda en términos políticos, sino que todos ellos hacen
referencia, como expongo en el campo léxico, al ʻsector político de ideas más
progresistasʼ. Vayamos al CREA y veamos un grupo de ejemplos aparentemente
heterogéneo como este:
Se metió en el mundo de la política desde sus convicciones católicas y luego fue
derivando hacia posturas cada vez más de izquierda, cada vez más contestatarias.
(El País, prensa, 23-2-2004, ciencias sociales).
Durante la dictadura hubo sectores, identificados con un pensamiento de
izquierda, que sí dieron un aporte muy interesante al debate político. (Última hora,
prensa, 12-11-2004, política y economía).
La izquierda ganó las elecciones europeas en Portugal. (El País, prensa, 14-62004, política y economía).
Para el general (que asesora al presidente Lula) "no hay nada de bonito" en esos
archivos, y apenas muestran dirigentes de una izquierda que definió como
"corrupta", repleta de casos de aventuras extraconyugales y delatores de sus
propios compañeros. (La República, prensa, 25-11-2004, política y economía).
A los pocos días de terminar su Ensayo sobre la lucidez, José Saramago
comentó en su círculo íntimo: "Después de este libro, yo ya me puedo morir". Y
algo de testamento político tiene esta novela que el escritor portugués considera
"un libro muy, muy necesario" y en el que administra su crítica más dura a la
izquierda occidental. (El País, prensa, 24-4-2004, ciencias sociales).
Llegado a este punto y como ejemplo de lo que no se debe hacer, y aquí
discúlpeme, señor lector, pues ya empiezo contradiciendo mis propias reglas por lo
que más adelante expongo, considero que la izquierda de este país también debiera
reflexionar, y me explico... (El País, prensa, 24-4-2004, ciencias sociales).
En mi opinión, en ninguno de estos casos ―he escogido, obviamente, una
representación de los distintos enfoques con los que puede ser utilizado el término― se
362
puede establecer una distinción nítida. En los dos primeros casos se habla de la
izquierda de un modo general; en el tercero y el cuarto, parece aludirse más bien a los
representantes políticos; por último, el quinto y el sexto apuntan más bien a todo el
conjunto de partidarios de una ideología progresista. Sin embargo, no creo que el
significado se pueda descomponer en esos pequeños matices, ni siquiera como
subacepciones, ya que la definición ʻsector político de ideas más progresistasʼ hace
referencia a todos estos enfoques.
Este es precisamente el inconveniente que le encuentro a la visión del DUE, del cual
he tomado la definición que ofrece para la acepción. No veo por qué es necesario hablar
de una subacecpión «conjunto de los partidos y personas de este sector», si
precisamente esto es a lo que nos referimos con sector político. Por su parte, la
diferenciación propuesta por el DRAE sólo me parecería discutible ―aunque, de todos
modos, innecesaria― si en lugar de estar separados en acepciones, ambos sentidos
formaran parte de una misma acepción. En cuanto al DEA, coincide con mi postura al
señalar una única acepción; sin embargo, me parece más correcto el enfoque de la
definición propuesta arriba.
No hemos comentado todavía que en cualquiera de los seis ejemplos de arriba
nuestro término es perfectamente conmutable con cualquiera de los otros dos que
conforman su campo léxico.
Podemos pasar a analizar ya la frecuencia de uso de la acepción:
363
Porcentaje de ejemplos
El significado 'sector político de ideas más
progresistas'
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
CREA
Siglos
Encontrábamos los primeros 40 casos en el siglo XIX, lo que es normal teniendo en
cuenta que este sentido nació a finales del siglo XVIII durante la Revolución francesa.
En el siglo XX los empleos ascienden a 567, aunque estos solo suponen un 7,9% del
total de los 7126 pasajes analizados en este período. En cambio, en el CREA el
porcentaje de empleos de este tipo aumenta considerablemente, pues los 429 casos
señalados se corresponden con un 39,3% de los 1089 ejemplos extraídos de los años
2003 y 2004. Es este un dato importante, pues nos permite comprobar que este empleo
concreto está ganando mucho terreno con respecto al originario sentido espacial, que
durante todos los siglos anteriores había tenido un porcentaje de utilización muy alto.
Un aspecto importante que analizar dentro de esta acepción de izquierdo es su
frecuente uso con la forma de izquierdas. Volvemos a recurrir al CREA:
La prensa es demoledora allí, incluso la de izquierdas. (20minutos, prensa,
2004, política y economía).
Definición política: "Soy más de izquierdas que otra cosa, qué quiere que le
diga". (La Razón, prensa, 1-12-2004, artes).
La teoría de una "sentencia política" debido a la orientación de izquierdas de
algunos magistrados es la más defendida por algunos miembros del Gobierno. (La
Voz de Galicia, prensa, 15-1-2004, política y economía).
364
Dos de los diccionarios con los que trabajamos diferencian dentro de su entrada
izquierda la expresión de izquierda(s): estamos hablando del DRAE ―donde aparece en
izquierdo si hablamos de su 22.ª edición (DRAE 2001) y en izquierda en la 23.ª (DRAE
ined.)― y el DUE. El primero la define como «loc. adv. usada para atribuir ideas
izquierdistas a personas, grupos, partidos, actos, etc.»; el diccionario de María Moliner
propone: «de ideas políticas izquierdistas, o perteneciente a un partido que lo es». Por
su parte, el DEA se limita a señalar, junto a la acepción referida al contexto político, que
este significado también se emplea con el término en plural con sentido singular y,
frecuentemente, en la construcción de izquierdas.
Para valorar estas posiciones debemos considerar, por un lado, que es cierta la
afirmación del DEA de que es normal el empleo del término en plural en casos como:
En definitiva, todos debemos aprender las lecciones tal y como nos vienen. Por
favor, que nadie se erija valedor de la Constitución Española, o de la bandera de
España, porque es de todos los españoles y sólo nosotros (sin izquierdas ni
derechas, términos más que desfasados a comienzos del siglo XXI) somos dueños
de nuestro futuro, de forma democrática, sin salirnos de las reglas del juego que
todos nos hemos dado. (El País, prensa, 1-4-2004, ciencias sociales).
A todo esto, el múltiple crimen, que dejó más de 200 muertos, desató una viva
polémica entre izquierdas y derechas. (Página 12, prensa, 20-3-2004, política y
economía).
A medio camino entre el diario personal, el ensayo histórico y el reportaje
periodístico, narra en su libro de 1938 el comienzo y el fin de la revolución en
Barcelona, desde el frente común contra el fascismo hasta la desintegración de las
izquierdas. (La Razón, prensa, 24-3-2004, artes).
También, como admiten los propios diccionarios que separan la expresión como un
empleo diferenciado, es frecuente encontrarse la forma en singular de izquierda:
Pero además, el proyecto ha podido salir adelante gracias al apoyo de los
partidos de izquierda, el Partido Laborista y la coalición Yahad, en la que se
encuentran agrupados los laicos pacifistas del partido Meretz y los seguidores de
Yossi Beilin, el promotor del Acuerdo de Ginebra y uno de los redactores de los
Acuerdos de Oslo. (El País, prensa, 27-10-2004, política y economía).
La mayoría obtenida para ratificarlo en el Congreso se obtuvo sumando los
votos de los parlamentarios de izquierda con los del centrista Partido Demócrata
Cristiano. (Patricia Verdugo, La Casa Blanca contra Salvador Allende. Los
orígenes de la guerra preventiva, 2004, política y economía).
No tenía ideas de izquierda, ni de derecha, pero tampoco de centro. (Eduardo
Galenao, Bocas del tiempo, 2004, ficción).
365
Lo importante es que en ninguno de estos ejemplos izquierda pierde el significado
que le hemos otorgado de ʻsector político de ideas más progresistasʼ. Por lo tanto, a la
vista de todos estos factores, a la hora de contabilizar los casos que presentan este
significado a lo largo de nuestro estudio, no he diferenciado los que presentan la
expresión de izquierdas. Comparto, pues, la decisión del DEA de aclarar simplemente
esta particularidad correspondiente a esta acepción aunque, evidentemente, es un
criterio propio de cada diccionario el separar esta expresión de izquierda(s).
Por último, llama la atención un caso que hemos expuesto precisamente durante la
redacción de este trabajo en el que se utiliza este empleo en masculino:
... dice este autor insigne, diputado del centro izquierdo, devoto del dogma de la
soberanía popular y amante del mayor ensanche de los derechos individuales, estas
notables palabras: "Estimo la libertad de imprenta, no porque produzca menos
bienes, sino porque estorba muchos males". (Antonio Alcalá Galiano, Lecciones de
Derecho Político, 1843-1844, p. jurídica).
Lo que sucede aquí en realidad es que se está utilizando el término como un adjetivo
que concuerda con el sustantivo centro. No hay duda de que se trata de un caso aislado,
pues en el propio siglo XIX, al que pertenece este pasaje, exponíamos este otro
fragmento análogo:
Ocurrió cuando esta labor se estaba realizando la prematura y nunca bastante
llorada muerte del joven Rey D. Alfonso XII; y elevado de nuevo el partido liberal
al poder por circunstancias bien conocidas de todos, el jefe del Gobierno,
queriendo tal vez que las fuerzas de aquél estuvieran contrapesadas y el grupo
democrático librecambista no se considerara molestado, o quizá porque el mismo
jefe liberal siente más aficiones hacia la aspiración de los de la extrema izquierda
que hacia los de la extrema derecha en materias económicas... (Jesús Pando y
Valle, Regeneración económica, 1896-1897, p. científica).
En él vemos que izquierda se emplea, como es habitual, como sustantivo femenino.
5.4.5. Empleos poco frecuentes o dudosos
Vamos a comentar ahora algunos casos aislados que hemos encontrado en el corpus.
Empecemos por uno de los significados que aparece recogido en el DEA y que hemos
visto reflejado, de forma muy aislada, en el corpus: el de ʻcorazónʼ. En realidad, la
acepción señalada por este diccionario es «corazón o valor», definición que viene
acompañada de este ejemplo:
366
-No tuviste suerte, ¿eh?
-Me faltó el izquierdo... Yo quería ser torero, pero no podía26.
Es verdad que izquierdo en este pasaje concreto ―que, por otra parte, no aparece en
el CORDE―, además de hacer referencia directa al corazón, parece tomar el sentido
figurado de ʻvalorʼ. Sin embargo, en ninguno de los dos ejemplos encontrados en el
corpus encontramos otro sentido que el propio empleo metonómico haciendo referencia
a ʻcorazónʼ. Así, en el CORDE hallábamos un caso en el siglo XX:
- Somos del mismo barro para que puedas engañarme -dice doña Eduvigis-. Estás
como una chiquilla guardándote el secreto.
- Aquello pasó y está más que olvidado.
- Es lo que tú quisieras.
- ¡Anda, y dice que me conoce! ¡Pues sí que me conoce! Soy yo muy orgullosa
para rebajarme a ningún tío, y mientras más vieja más pelleja.
- Al fin y al cabo es cosa que a mí ya ves, maja...
- Usted sabe que si me siguiera latiendo el izquierdo era la primera en decirlo.
(Alfonso Grosso, La zanja, 1961, literario).
Y en el CREA aparecía este otro:
Larrita: los impuestos ";muy justos" aprietan a la altura del izquierdo.
Si ésta es la reactivación económica, ¡cómo será la cara! (Guambia, prensa,
27-3-2004, ocio y vida cotidiana).
En definitiva, con tan solo dos ejemplos localizados en un número tan grande de
casos estudiados, no podemos asegurar que se trate de una acepción asentada de nuestro
término, sino que más bien parece un empleo casual y figurado (el DEA lo califica,
además, de coloquial)27.
Pasemos entonces a otros casos que han sido clasificados como dudosos,
comenzando por los que parecen tener un sentido más claro. Por ejemplo,
encontrábamos en el siglo XIX dos casos que podrían tener el significado de ʻtorpeʼ.
Este era uno de ellos:
Así corrieron varias veces de un extremo a otro de la alcoba, tropezando con los
muebles, ella con la agilidad y las monerías de una gata, él con los izquierdos
movimientos de un hombre que empieza a perder la soltura de su edad juvenil,
riéndose a carcajadas uno y otro con una alegría estúpida. (José Ortega Munilla,
Cleopatra Pérez, 1884, literario).
26
El fragmento pertenece a: Ángel María de Lera: Los clarines del miedo, [1958]. En ovelas, 1966.
Tampoco se han encontrado ejemplos que demuestren la existencia del empleo análogo señalado
también por el DEA de lado izquierdo con el significado de ʻcorazón (sentimiento)ʼ.
27
367
Es muy fácil asociarle a la izquierda, que siempre aparece relacionada con todo tipo
de significados negativos, el concepto de torpeza. Sin embargo, no se documenta ningún
caso análogo más en todo el corpus, por lo que hemos de calificar este empleo
simplemente como de aislado.
Un caso especial lo constituye el significado ʻtorcidoʼ, que aparece en prácticamente
todos los diccionarios consultados, con la excepción del DEA. Recordemos que este
sentido de ʻtorcidoʼ aparece relacionado con la izquierda en la misma medida en que la
derecha se identifica etimológicamente con el concepto de ʻrectitudʼ.
Sin embargo, llama poderosamente la atención la ausencia en el corpus de ejemplos
que confirmen su empleo. En efecto, tan solo hemos comentado la aparición de un
pasaje en el siglo XVII que podría estar relacionado con este sentido. Pero ni siquiera
puede asegurarse que ese sea su verdadero uso. Recordémoslo:
Dices muy ponderado, y con cara como si entendieras lo que culpas, que todos
son sueños de hombres menesterosos o mal ocupados o no ocupados; sueños
parecen por las señas de vuestra Señoría, de vuestra merced y de vuestra
Excelencia, que este género de gente desvelada en remendar el mundo y enderezar
las costumbres son el alborozo de los noveleros y el negocio de los vanos. Y por
que vuestra merced conozca cuán izquierdo discurso tiene, quiero razonar algo,
camino de la verdad. (Francisco de Quevedo y Villegas, El chitón de las tarabillas,
1630, p. didáctica).
Ya habíamos indicado en su momento que los diccionarios informaban de que
ʻtorcidoʼ podía referirse tanto a lo físico como a lo psicológico, y es precisamente este
último aspecto con el que lo podríamos relacionar aquí. Pero aun dando por válida la
relación de este fragmento con este significado, no podríamos tratarlo como un empleo
normal más de izquierdo, debido a su exigua presencia entre los miles de ejemplos
analizados en los dos corpus.
Finalmente, podemos comentar la presencia de otros casos aislados más difíciles de
clasificar. En dos pasajes del siglo XVII habíamos establecido una relación con el
significado de ʻvicioʼ, aunque analizados desde una perspectiva global parecen empleos
totalmente casuales. Mucho menos comprensible es el sentido que puede tener nuestro
término en este otro pasaje perteneciente al siglo XIV:
368
E los longobartes esperantes de las cosas esdeuenideras et de los prouechos,
alegrament recibieron los legados et prometieron que tantost vendrian. Et de
continent de noche en Ytalia fueron vistas senyales mucho terribles: ezquierdos de
fuego resplandientes aparescieron en el cielo, significantes la sangre humanal, la
qual fue en Ytalia escampada. (Juan Fernández de Heredia, Traducción de
Breviarium ab urbe condita, de Eutropio. París, Arsenal, ms. 8324, 1377-1399, p.
histórico-documental).
5.4.6. Expresiones
Una de las expresiones que hemos señalado en el análisis es a izquierdas. La
encontramos reflejada en el DRAE desde el año 1970 (en algunas ediciones, en
izquierdo; en otras, en izquierda), siempre con un significado espacial que finalmente se
simplifica desde 2001 (DRAE 2001: s. v. izquierdo): «En sentido contrario al de las
manecillas de un reloj». En el DUE (s. v. izquierda) aparece una definición muy similar
a la de las primeras referencias del DRAE: «Se aplica a las formas y movimientos
helicoidales que siguen el sentido contrario al de las agujas del reloj». En el DEA (s. v.
izquierdo) encontramos: «Hacia el lado izquierdo o en sentido contrario al de las
manecillas del reloj».
Nuestro análisis ha deparado dos empleos de esta expresión, recordemos cuáles eran.
Uno de ellos aparecía ya en el siglo XIII:
La primera plaga fue enla su mano derecha
quando gela plagaron conel clauo enel madero dela cruz
Onde nos da a entender que deuemos obrar a derechas
a derechas es que non fagamos a otro lo que non querriamos
para nos La ija. llaga que le fezieron fue enla su mano sinjestra
quando le posieron otro clauo por la mano enla palma & ge
la atrauesaron E aquellos que gelo fezieron obraron a
esquierdas & asy fazen todos aquellos que fazen malas obras.
(Castigos. BM ms. 6559, anónimo, 1293, p. didáctica).
El otro pertenece al siglo XVII:
Volví contento a mi casa
do hice Carnestolendas,
con dos liebres y un conejo,
seis barbos y cuatro tencas.
Pero a la postre me quedo
como antes, catarribera,
y como siempre, obligado
a comer poco y a izquierdas.
(Gabriel Lobo Lasso de la Vega, Manojuelo de romances, 1601, literario).
369
Con respecto al primero, ya he indicado que se mezcla el sentido espacial con las
connotaciones negativas tan frecuentemente asociadas a la izquierda, sobre todo
teniendo en cuenta que nos encontramos ante un pasaje de temática cristiana.
El segundo pasaje presenta más problemas de interpretación. Aunque puede estar
presente también el sentido espacial, no parece ser el único matiz, pues se intuye un
sentido negativo indeterminado.
En definitiva, no ha aparecido ningún caso ni en el CREA ni en los últimos años del
CORDE, por lo que no podemos emitir un juicio acerca de esta expresión que los
diccionarios actuales recogen como una locución adverbial.
Otra expresión que encontramos en el corpus es de la mano izquierda. Aparece, en
concreto, en un ejemplo del siglo XIX y en siete del siglo XX. Ya hemos comentado
que la única referencia directa que encontramos en los tres diccionarios para esta
expresión es la del DEA (s. v. mano), que califica su empleo de «raro» y la define como
«bastardo o ilegítimo».
Uno de los pasajes en los que la encontrábamos era de Blasco Ibáñez, que atribuía al
francés el origen de esta locución. Pues bien, lo más parecido que encontramos en Le
Petit Robert (Rey-Debove-Rey 2009: s. v. gauche) es la expresión ya comentada
mariage de la main gauche, con el significado de ʻunión libreʼ. Si acudimos al DRAE
2001 (s. v. matrimonio) también encontramos recogida la forma matrimonio de la mano
izquierda: «(Porque en la ceremonia nupcial el esposo daba a la esposa la mano
izquierda). El contraído entre un príncipe y una mujer de linaje inferior, o viceversa, en
el cual cada cónyuge conservaba su condición anterior». Es, por tanto, bastante probable
la relación entre todas estas expresiones.
Por último, la expresión que encontramos repetida en un mayor número de casos es
(tener) mano izquierda. Aparece documentada desde el siglo XIX, donde encontramos
un ejemplo, a los que hay que sumar 18 del XX y dos más encontrados en el CREA.
Se trata de una expresión recogida en los diccionarios bajo la entrada mano. Así, en
el DRAE de 2001 encontramos, por un lado, la expresión mano izquierda, junto a la
cual, además de otros significados con el mero sentido espacial, encontramos esta
definición: «Habilidad o astucia para manejarse o resolver situaciones difíciles».
También aparece, en la misma entrada, tener mano izquierda: «Poseer habilidad y
astucia para resolver situaciones difíciles»; este empleo es calificado de coloquial. Estas
definiciones no cambian en la propuesta para la 23.ª edición. La primera alusión a este
sentido en los diccionarios académicos aparece en la edición de 1947, solamente como
370
tener mano izquierda; la definición junto a mano izquierda la encontramos desde el
Diccionario Manual ―no aparece en el DRAE del mismo año― de 1984.
En el DUE, junto a la expresión mano izquierda encontramos: «Habilidad para
manejarse». También recoge la expresión tener mano izquierda, que incluye una
llamada a la definición que acabamos de mencionar.
Por su parte, el DEA es el único de los tres que no hace alusión a tener mano
izquierda, sino que solamente define la expresión mano izquierda como: «Habilidad
diplomática». También califica este empleo de «coloquial».
Hay que indicar que, de los 21 ejemplos hallados en los corpus con esta expresión,
solamente en tres aparece el verbo tener. En el resto la encontramos en contextos
diversos en los que no es necesario ni siquiera pensar en una asociación con este u otro
verbo.
Es curioso el significado de esta expresión, pues relaciona la izquierda, asociada
siempre a significados peyorativos, con un sentido positivo: el de la habilidad. Es muy
probable, sin embargo, que este sentido nazca precisamente del concepto negativo de la
mano izquierda como mano torpe e inútil, queriendo demostrar que, cuando se tiene la
capacidad de manejarla, se gana, precisamente, en destreza. Buitrago y Torijano (2007:
s. v. siniestro) afirman que la expresión procede del mundo taurino.
5.5. Consideraciones finales
Como hicimos con siniestro, plasmamos los resultados obtenidos en este cuadro para
fijarnos en su cronología:
371
SIGLO
XIII
SIGLO
XIV
ʻQue esá
situado del
lado del
corazónʼ
→
ʻZurdoʼ
→
SIGLO
XV
SIGLO
XVI
SIGLO
XVII
ʻDicho de
un caballo:
que separa
las pezuñas
y junta las
rodillasʼ
→
SIGLO
XVIII
SIGLO
XIX
SIGLO
XX
ACTUALIDAD
?
ʻSector
político de
ideas más
progresistasʼ
→
Una vez más, hay que reiterar que los resultados mostrados aquí dependen
únicamente de los resultados manejados a partir de los corpus utilizados, por lo cual no
podemos descartar que tanto el significado ʻzurdoʼ como el referido a las caballerías
sigan utilizándose en la actualidad. De hecho, ya hemos comentado que este último
sentido ha sido documentado en otros casos no pertenecientes a los corpus.
Detallemos ahora estos sentidos en un orden similar al de un diccionario:
1. adj. Que está situado del lado del corazón.
Este empleo se documenta desde el siglo XIII y su uso va aumentando progresivamente
con el paso de los siglos.
a) Desde el punto de vista del observador.
Sentido documentado desde el siglo XIII.
b) Desde el punto de vista del elemento observado.
Sentido documentado desde el siglo XV.
c) En ciertos deportes, se aplica a la demarcación de los jugadores que desarrollan su
juego por ese lado del campo.
Sentido documentado desde el siglo XX.
2. adj. Zurdo.
Sentido documentado entre los siglos XIII y XIX.
372
3. adj. Dicho de un caballo, que separa las pezuñas y junta las rodillas.
Sentido especializado y muy poco frecuente, documentado en el corpus solamente en los
siglos XVI y XIX.
4. sust. f. Sector político de ideas más progresistas.
Sentido documentado por primera vez en el siglo XIX, cuyo empleo aumenta desde
entonces de forma considerable.
Estos son los cuatro principales significados del término izquierdo28 a lo largo de su
historia en el español, dejando al margen otros sentidos que hemos encontrado de forma
ocasional.
Lo primero que nos llama la atención, como ya he comentado, es la ausencia del
significado ʻtorcidoʼ, al que aluden la mayoría de los diccionarios. Aunque no podemos
afirmar nada con total seguridad, resulta muy extraño que un sentido supuestamente
claro del término aparezca solamente ―haciéndolo, además, de manera bastante
confusa― en uno de los más de 19 500 pasajes estudiados.
Por otro lado, frente a lo que ocurría con siniestro, destaca la ausencia de
significados con una carga claramente negativa. Es cierto que se han hallado numerosos
casos en los que eran evidentes las connotaciones negativas, pero en ninguna de las
cuatro acepciones señaladas aparece el efecto de la interdicción sobre la izquierda con
tanta nitidez como en las ya comentadas del término siniestro (sí aparece esta carga
negativa, en cambio, en la expresión de la mano izquierda). Tan sólo podemos otorgarle
cierto sentido negativo ―al margen del controvertido origen del empleo asociado a la
política― al empleo referido al defecto de los caballos, para el que habíamos propuesto
una posible relación con el significado ʻvicio, mala costumbreʼ. Hay dos factores que
determinan que podamos tomar esta hipótesis como admisible: el primero, que este
último sentido se empleaba frecuentemente aplicado a animales; el segundo, la
aparición cronológica de ambos significados: ʻvicio, mala costumbreʼ aparecía
documentado en el corpus desde el siglo XIV y el referido a los caballos desde el XVI)
Obviamente, estamos analizando ahora el sustituto eufemístico, por lo que es normal
que no encontremos las mismas características que en la palabra originaria. De todos
modos, al final de este trabajo se analizarán algunos aspectos importantes para
28
No me interesa, como he dicho, entrar en la discusión de si debe o no separarse el significado como
sustantivo femenino en una nueva entrada bajo el término izquierda. Me limito solamente a exponer los
significados encontrados sin plantearme estas cuestiones más relacionadas con los criterios internos de un
diccionario.
373
investigar si izquierdo puede seguir la misma tendencia negativa que siniestro, al menos
en alguna de sus acepciones.
Pasemos ya a analizar un tema que habíamos dejado pendiente al hablar del
significado espacial: el estudio pormenorizado de los datos que nos permiten comparar
la progresiva aparición de izquierdo con la pérdida del significado originario del
término siniestro.
374
6. AÁLISIS DE LA SUSTITUCIÓ
DE SIIESTRO POR IZQUIERDO
6.1. El punto de inflexión
Los análisis de la evolución semántica de siniestro e izquierdo nos dejan sacar una
clara conclusión: el empleo de siniestro con el significado de ʻizquierdaʼ va decayendo
con los siglos de forma proporcional al aumento del uso de izquierdo. Por tanto, vamos
a centrarnos a partir de ahora en estudiar detalladadamente, a través de los datos que
podemos extraer del corpus, cómo ha tenido lugar esta sustitución.
He tomado la decisión de no incluir en este análisis los datos obtenidos a partir del
CREA por dos razones principalmente. En primer lugar, porque el objetivo de este
estudio es básicamente diacrónico. En segundo lugar, porque el análisis del CREA ha
sido muy superficial, mientras que en el CORDE se han clasificado absolutamente todos
los ejemplos que aparecen en el corpus. Así, partimos de un estudio sobre siniestro con
un total de 6663 ejemplos analizados; en el caso de izquierdo, los pasajes ascienden a
18 448.
Para comenzar, veamos esta tabla como resumen de los datos recogidos en el corpus.
En ella expongo el número de ejemplos que hallamos con el significado ʻizquierdaʼ en
cada siglo, indicando además el porcentaje que suponen con respecto al total de
ejemplos de cada período1:
1
No creo necesario diferenciar en esta tabla los empleos normales de los que presentan connotaciones
negativas.
375
SIIESTRO
SIGLO XII
17 (94,4%)
SIGLO XIII 573 (96,6%)
SIGLO XIV 321 (95,5%)
SIGLO XV
683 (77%)
SIGLO XVI 964 (66,2%)
SIGLO XVII 484 (64,5%)
SIGLO XVIII 109 (41,2%)
SIGLO XIX 200 (15,4%)
SIGLO XX 131 (12,3%)
IZQUIERDO
16 (55,1%)
113 (97,4%)
475 (98,3%)
2501 (99%)
1657 (98,8%)
787 (99,8%)
5643 (98,9%)
6533 (91,6%)
El problema que plantean estos datos es que el número tan variable de ejemplos que
encontramos de un siglo a otro provoca que no podamos analizar objetivamente la
evolución de cada término. De hecho, si nos fijamos en los números de siniestro, no
apreciamos de forma clara, ni mucho menos, el descenso de su empleo con el
significado ʻizquierdaʼ. Por su parte, aunque los datos de izquierdo sí demuestran un
aumento considerable de su empleo, vemos que en el siglo XVIII, por ejemplo, se
produce un descenso importante, descenso que no es real, sino que se debe al escaso
número de fragmentos que ofrece el CORDE en este período.
Por lo tanto, considero que lo más adecuado es analizar los números obtenidos arriba
desde otro punto de vista, es decir, partiendo solamente del significado ʻizquierdaʼ: una
vez delimitado el número de casos que en cada siglo tienen este significado, vamos a
ver en qué proporción aparece cada uno de los dos significantes estudiados.
Veámoslo primero en esta tabla:
Nº DE CASOS CON
SIGNIFICADO
ʻIZQUIERDAʼ
SIGLO XII
17
SIGLO XIII
589
SIGLO XIV
434
SIGLO XV
1158
SIGLO XVI
3465
SIGLO XVII
2141
SIGLO XVIII
896
SIGLO XIX
5843
SIGLO XX
6664
376
SIIESTRO
IZQUIERDO
17 (100%)
0 (0%)
573 (97,2%)
16 (2,7%)
321 (73,9%)
113 (26%)
683 (58,9%)
475 (41%)
964 (27,8%) 2501 (72,1%)
484 (22,6%) 1657 (77,3%)
109 (12,1%) 787 (87,8%)
200 (3,4%) 5643 (96,5%)
131 (1,9%)
6533 (98%)
Con este enfoque sí apreciamos verdaderamente la evolución del uso de uno y otro
término. Comprobémoslo primero en este gráfico, en el que comparamos de forma
directa la cantidad de empleos de uno y otro término:
6600
6300
6000
5700
5400
5100
4800
4500
4200
3900
3600
3300
3000
2700
2400
2100
1800
1500
1200
900
600
300
0
SIIESTRO
XX
XIX
XVIII
XVII
XVI
XV
XIV
XIII
IZQUIERDO
XII
º de ejemplos
La significado 'izquierda'
Siglos
En cambio, en el siguiente, se muestra el porcentaje de uso de cada significante:
377
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
XX
XIX
XVIII
XVII
XVI
XV
XIV
XIII
SIIESTRO
IZQUIERDO
XII
Porcentaje de uso
El significado 'izquierda'
Siglos
Una conclusión fundamental que extraemos de estos datos es que, como apreciamos
de forma clara en ambos gráficos, el siglo XVI supone la época en que por primera vez
los ejemplos con izquierdo superan a los de siniestro. Además, los 3465 casos que han
sido analizados en ese siglo suponen una buena base de estudio. Por tanto, parece que
debemos centrarnos en los siglos XV y XVI para saber cuáles han sido las
características concretas de ese cambio2.
Pero antes es interesante saber también si en algún tipo de texto de los ocho
diferenciados en el CORDE según su temática encontramos algún dato especialmente
llamativo. Fijémonos en esta tabla, que muestra cómo se reparten los ejemplos con el
significado ʻizquierdaʼ a lo largo de los siglos:
2
Recordamos que, por ejemplo, Covarrubias ya introduce el término izquierda de una forma natural en la
definición de siniestro de 1611: «SINIESTRO, el vicio y mala coſtumbre que tiene, o el hombre, o la
beſtia: y dixoſe ſinieſtro principalmẽte por el çurdo, que las coſas que ha de hazer con la mano derecha las
haze con la yzquierda».
378
Textos
literarios
Prosa
didáctica
Prosa
científica
Prosa de
sociedad
Prosa
religiosa
Prosa de
prensa y
publicidad
Prosa
históricodocumental
Prosa
jurídica
Total
Total de
ejemplos de
‘izquierda’
de siniestro
1049
(30,1%)
205
(5,8%)
768
(22%)
299
(8,5%)
379
(10,8%)
1
(0,1%)
666
(19,1%)
115
(3,3%)
3482
Total de
ejemplos de
‘izquierda’
de izquierdo
6196
(34,9%)
864
(4,8%)
4383
(24,7%)
3045
(17,1%)
532
(3%)
238
(1,3%)
2093
(11,8%)
374
(2,1%)
17 725
En ambos casos, los textos literarios son los que copan la mayoría de los ejemplos,
seguidos por los de la prosa científica. Pero estos porcentajes, como ocurría
anteriormente, muestran unos datos parciales que dependen únicamente de lo que
encontramos en el corpus. Para analizar de un modo más objetivo cada tipología textual
diferenciada, veamos ahora los datos de un modo más detallado, analizando los
resultados obtenidos en cada siglo dependiendo de la modalidad del texto:
TEXTOS LITERARIOS
Nº DE CASOS CON
SIGNIFICADO
ʻIZQUIERDAʼ
SIGLO XII
4
SIGLO XIII
68
SIGLO XIV
27
SIGLO XV
230
SIGLO XVI
800
SIGLO XVII
557
SIGLO XVIII
138
SIGLO XIX
1793
SIGLO XX
3628
379
SIIESTRO
IZQUIERDO
4 (100%)
65 (95,5%)
3 (4,4%)
22 (81,4%)
5 (18,5%)
159 (69,1%) 71 (30,8%)
399 (49,8%) 401 (50,1%)
197 (35,3%) 360 (64,6%)
12 (8,6%)
126 (91,3%)
132 (7,3%) 1661 (92,6%)
59 (1,6%) 3569 (98,3%)
PROSA DIDÁCTICA
Nº DE CASOS CON
SIGNIFICADO
SIIESTRO IZQUIERDO
ʻIZQUIERDAʼ
SIGLO XII
0
0
SIGLO XIII
39
36 (92,3%)
3 (7,6%)
SIGLO XIV
14
8 (57,1%)
6 (42,8%)
SIGLO XV
98
63 (64,2%) 35 (35,7%)
SIGLO XVI
191
19 (9,9%)
172 (90%)
SIGLO XVII
62
22 (35,4%) 40 (64,5%)
SIGLO XVIII
93
42 (45,1%) 51 (54,8%)
SIGLO XIX
344
4 (1,1%)
340 (98,8%)
SIGLO XX
228
11 (4,8%) 217 (95,1%)
PROSA CIETÍFICA
Nº DE CASOS CON
SIGNIFICADO
ʻIZQUIERDAʼ
SIGLO XII
0
SIGLO XIII
283
SIGLO XIV
36
SIGLO XV
382
SIGLO XVI
776
SIGLO XVII
147
SIGLO XVIII
305
SIGLO XIX
1839
SIGLO XX
1383
380
SIIESTRO
IZQUIERDO
0
275 (97,1%)
8 (2,8%)
6 (16,6%)
30 (83,3%)
275 (71,9%)
107 (28%)
152 (19,5%) 624 (80,4%)
35 (23,8%) 112 (76,1%)
12 (3,9%)
293 (96%)
6 (0,3%)
1833 (99,6%)
7 (0,5%)
1376 (99,4%)
PROSA DE SOCIEDAD
Nº DE CASOS CON
SIGNIFICADO
SIIESTRO
ʻIZQUIERDAʼ
SIGLO XII
0
0
SIGLO XIII
5
5 (100%)
SIGLO XIV
45
45 (100%)
SIGLO XV
148
95 (64,1%)
SIGLO XVI
605
94 (15,5%)
SIGLO XVII
497
33 (6,6%)
SIGLO XVIII
152
15 (9,8%)
SIGLO XIX
1209
2 (0,1%)
SIGLO XX
683
10 (1,4%)
IZQUIERDO
0 (%)
0 (%)
53 (35,8%)
511 (84,4%)
464 (93,3%)
137 (90,1%)
1207 (99,8%)
673 (98,5%)
PROSA RELIGIOSA
Nº DE CASOS CON
SIGNIFICADO
SIIESTRO IZQUIERDO
ʻIZQUIERDAʼ
SIGLO XII
10
10 (100%)
SIGLO XIII
24
24 (100%)
0 (%)
SIGLO XIV
105
80 (76,1%)
25 (23,8%)
SIGLO XV
67
47 (70,1%) 20 (29,8%)
SIGLO XVI
328
146 (44,5%) 182 (55,4%)
SIGLO XVII
150
25 (16,6%) 125 (83,3%)
SIGLO XVIII
2
2 (100%)
0 (0%)
SIGLO XIX
17
2 (11,7%)
15 (88,2%)
SIGLO XX
208
43 (20,6%) 165 (79,3%)
PROSA DE PRESA Y PUBLICIDAD
Nº DE CASOS CON
SIGNIFICADO
SIIESTRO IZQUIERDO
ʻIZQUIERDAʼ
SIGLO XII
0
0
SIGLO XIII
0
0
0
SIGLO XIV
0
0
0
SIGLO XV
0
0
0
SIGLO XVI
12
0 (0%)
12 (100%)
SIGLO XVII
38
0 (0%)
38 (100%)
SIGLO XVIII
3
0 (0%)
3 (100%)
SIGLO XIX
29
1 (3,4%)
28 (96,5%)
SIGLO XX
157
0 (0%)
157 (100%)
381
PROSA HISTÓRICO-DOCUMETAL
Nº DE CASOS CON
SIGNIFICADO
ʻIZQUIERDAʼ
SIGLO XII
0
SIGLO XIII
104
SIGLO XIV
142
SIGLO XV
162
SIGLO XVI
593
SIGLO XVII
663
SIGLO XVIII
184
SIGLO XIX
578
SIGLO XX
333
SIIESTRO IZQUIERDO
0
104 (100%)
127 (89,4%)
38 (23,4%)
150 (25,2%)
170 (25,6%)
24 (13%)
52 (8,9%)
1 (0,3%)
0 (0%)
15 (10,5%)
124 (76,5%)
443 (74,7%)
493 (74,3%)
160 (86,9%)
526 (91%)
332 (99,6%)
PROSA JURÍDICA
Nº DE CASOS CON
SIGNIFICADO
SIIESTRO IZQUIERDO
ʻIZQUIERDAʼ
SIGLO XII
3
3 (100%)
SIGLO XIII
66
64 (96,9%)
2 (3%)
SIGLO XIV
65
33 (50,7%) 32 (49,2%)
SIGLO XV
71
6 (8,4%)
65 (91,5%)
SIGLO XVI
160
4 (2,5%)
156 (97,5%)
SIGLO XVII
27
2 (7,4%)
25 (92,5%)
SIGLO XVIII
19
2 (10,5%)
17 (89,4%)
SIGLO XIX
34
1 (2,9%)
33 (97%)
SIGLO XX
44
0 (0%)
44 (100%)
Podemos contrastar estos resultados parciales de cada tipo de texto con los datos
generales que hemos señalado en la tabla anterior. Según aquellos datos, el empleo de
izquierdo se imponía sobre el de siniestro a partir del siglo XVI. Pues bien, esto es lo
que sigue ocurriendo si nos fijamos individualmente en los textos literarios, de prosa
didáctica, prosa de sociedad, prosa religiosa y prosa de prensa y publicidad (aunque en
este caso no tenemos ejemplos anteriores a este período); en este último tipo de textos
destaca que solamente aparece, a lo largo de todos los siglos, un empleo de siniestro.
Mención aparte merecen los datos extraídos de la prosa científica, ya que, a pesar de
que en el siglo XV siniestro es utilizado en un número mayor de veces que izquierdo, en
el XIV los 30 casos que encontramos con este último término constituyen el 83,3% de
los empleos de ʻizquierdaʼ. En principio, teniendo en cuenta la tendencia general de los
demás tipos de texto y, sobre todo, que en el siglo XV el porcentaje de izquierdo es de
382
solamente un 28%, debemos tomar este hecho como una excepción propiciada por los
ejemplos concretos que ofrece el corpus.
Dejando a un lado, por tanto, esta peculiaridad de los textos científicos, hay que
observar que no en todos los casos se produce el cambio de tendencia en el siglo XVI:
tanto en la prosa histórico-documental como en la jurídica siniestro pierde la batalla con
izquierdo antes de lo esperado, ya que en estos dos tipos de textos izquierdo ya supera a
su antecesor en el siglo XV. Por lo que respecta a la prosa histórico-documental, ya en
este siglo XV el empleo de izquierdo es de más de un 75%; por su parte, en los textos
de prosa jurídica prácticamente ya se produce la equiparación entre ambos términos en
el siglo XIV.
6.1.1. El empleo de siniestro e izquierdo en la prosa del Siglo de Oro
Vamos a centrarnos ahora en la prosa literaria de la época para analizar
detenidamente el empleo de uno y otro término. He escogido algunas obras literarias de
referencia del período comprendido entre finales del siglo XV y principios del XVII
apara comprobar la utilización de uno y otro término con el significado ʻizquierdaʼ. Me
he centrado en la prosa debido a las circunstancias especiales de la poesía que pueden
obligar al empleo de un término determinado por circunstancias puramente formales3.
He obviado, además, las apariciones de siniestro en la locución a diestro y siniestro.
Teniendo en cuenta estas salvedades, estos son los resultados.
En Cárcel de amor (1482-1492)4 encontramos un empleo de isquierda frente a
ninguno de siniestro. En La Celestina (c 1499-1502) también se elige izquierdo o una
de sus variantes para las tres ocasiones en las que se hace referencia al significado
espacial. En el Lazarillo (a 1554) la única referencia a la ʻizquierdaʼ se hace también
mediante el término izquierdo. Lo mismo ocurre con el Guzmán de Alfarache (15991604): no aparece siniestro con valor espacial, pero sí hallamos cuatro empleos de
izquierdo o izquierda.
En cambio, en una obra de la misma época, La Arcadia (1598), de las ocho alusiones
al significado espacial, en siete encontramos siniestro o una de sus variantes.
Centrándonos en la obra de Cervantes, los resultados son de 5 empleos de variantes
de siniestro frente a 47 de izquierdo. Por ejemplo, en el Quijote (1605-1615) la
3
Sí he tenido en cuenta los fragmentos en prosa pertenecientes a algunas obras escritas en verso.
Ya que hemos estado empleando durante todo el trabajo los datos ofrecidos por el CORDE, las fechas
que indico aquí son también las señaladas por el corpus.
4
383
proporción es de 3 casos de siniestro frente a 20 de izquierdo. Los otros dos casos en los
que aparece siniestro los encontramos en el Persiles (1616) y en una de las acotaciones
de la Comedia famosa de laberinto de amor (1615). En cambio, las variantes de
izquierdo aparecen, además de en el Quijote, en 13 pasajes del Persiles (1616), 6 de
diferentes ovelas ejemplares (1613), 4 de La Galatea (1585), en 2 acotaciones de la
Tragedia de umancia (c 1581), en un fragmento del Entremés de la cueva de
Salamanca (1615) y en otro de la Comedia famosa de laberinto de amor (1615).
En resumen, si tenemos en cuenta estas obras, comprendidas entre los años 1482 y
1616, la frecuencia de utilización de izquierdo es mucho mayor: exactamente, aparece
en 57 de las 69 ocasiones en las que se emplea el significado espacial.
6.2. Las connotaciones negativas
Cambiando de asunto, también es interesante echar un vistazo al número de ejemplos
que presentan connotaciones negativas con uno y otro término. Mostramos en la
siguiente tabla el porcentaje equivalente de casos de este tipo dentro de los ejemplos de
ʻizquierdaʼ:
SIIESTRO IZQUIERDO
SIGLO XII
5,8%
SIGLO XIII
8,2%
6,2%
SIGLO XIV
5,6%
4,4%
SIGLO XV
5,8%
3,7%
SIGLO XVI
5,2%
2,2%
SIGLO XVII
3,5%
3,6%
SIGLO XVIII
24,7%
1%
SIGLO XIX
1,5%
0,4%
SIGLO XX
6,8%
0,7%
Ya hemos comprobado durante el análisis que el empleo de izquierdo con
connotaciones negativas no era tan acentuado como en el caso de siniestro. Los datos
aquí expuestos reflejan que, con la excepción del siglo XVII, en el que el porcentaje es
prácticamente el mismo, en el resto de los períodos el uso de siniestro con estas
características siempre supera al de izquierdo.
384
6.3. Breve análisis del CREA
Como hemos comentado antes, el estudio de lo que deparan nuestros términos en el
CREA ha sido bastante superficial. Incluso no resulta del todo apropiado comparar los
resultados de siniestro con los de izquierdo, pues para el primero de estos términos la
búsqueda se acotó entre los años 1997 y 2004, mientras que para el segundo se hizo
entre 2003 y 2004. De todas formas, teniendo en cuenta que esto se hizo con la
intención de tener un número parejo de ejemplos en uno y otro caso ―1070 para
siniestro y 1089 para izquierdo― y que no tiene por qué existir una diferencia
significativa entre ambos períodos acotados, podemos sacar algunas conclusiones.
En primer lugar, en la siguiente tabla reflejamos el número total de casos de
ʻizquierdaʼ que hallamos con cada término y el porcentaje que estos representan con
respecto al período:
SIIESTRO IZQUIERDO
CREA 18 (1,6%) 657 (60,3%)
Esta visión ya deja lugar a pocas dudas. Pero comparemos ahora los resultados
centrándonos únicamente en los ejemplos que contienen el sentido espacial:
Nº DE CASOS CON
SIGNIFICADO
SIIESTRO IZQUIERDO
ʻIZQUIERDAʼ
CREA
675
18 (2,6%) 657 (97,3%)
Es obvio que la tendencia observada a lo largo de los siglos continúa en la
actualidad, los porcentajes son prácticamente iguales a los del siglo XX.
Aunque los ejemplos del CREA han sido clasificados temáticamente y no según su
tipología textual, podemos decir que entre los 18 casos de siniestro destacan los textos
pertenecientes a la prensa, con tan solo dos pasajes extraídos de páginas de Internet,
otros dos de sendos ensayos y, finalmente, uno de una novela. De todos modos, esta
gran cantidad de ejemplos pertenecientes a la prensa se debe a que son los que
predominan en el corpus empleado.
Por último, con ambos términos destaca, en este período, la escasa presencia de
ejemplos con el significado ʻizquierdaʼ acompañado de connotaciones negativas: en
concreto, hablamos de dos con siniestro y tres con izquierdo.
385
7. OTRAS MUESTRAS
DE LA ITERDICCIÓ E ESPAÑOL
Me propongo analizar en este apartado otros términos y expresiones del español que
no han sido comentados hasta ahora ―porque no han aparecido en el corpus o
simplemente porque no están relacionados directamente con siniestro o con izquierdo―
en los que apreciamos las connotaciones negativas de la izquierda o, por el contrario, las
positivas de la derecha1. Como siempre, utilizaremos como base los diccionarios, tanto
los recogidos en el TLLE2 como los tres actuales con los que venimos trabajando.
Además, siempre que se pueda ilustraremos los términos y locuciones aludidos con
ejemplos tomados tanto del CORDE como del CREA.
7.1. Izquierdo y su familia léxica
A pesar del estudio exhaustivo del término izquierdo en el CORDE y de los ejemplos
hallados en el CREA, todavía podemos señalar más expresiones que demuestran la
visión negativa que recae sobre este término.
7.1.1. Echarlo todo a mano izquierda
Comienzo aludiendo a esta expresión, presente ya en Autoridades (s. v. izquierda)
con esta definición: «Phraſe que equivale à tener coſtumbre de juzgar mal de las
acciones de los otros, examinandolas menudamente para hallar en ellas alguna malicia».
Sigue apareciendo en las ediciones académicas hasta 1791; sin embargo, no la he
encontrado documentada en el corpus.
1
Forment y Efthimiou (1999: 88-104) analizan en un artículo tanto la evolución de los significantes
asociados a ʻderechaʼ e ʻizquierdaʼ en castellano como las expresiones fraseológicas en las que estos
términos dan muestras de las connotaciones con las que son utilizados habitualmente (comentan también
algunas expresiones análogas del griego moderno). Por tanto, muchas de las expresiones que van a ser
analizadas en este apartado son estudiadas también en este artículo.
2
Haremos referencia a ellos sobre todo para indicar las primeras apariciones de los términos y
expresiones analizados. Prestaremos una atención especial al Tesoro de Covarrubias y a Autoridades.
Como en capítulos precedentes, obviaremos las ya citadas referencias bibliográficas de los diccionarios
recogidos por el TLLE.
387
7.1.2. Matrimonio de la mano izquierda
El DRAE 2001 (s. v. matrimonio) es el único que recoge esta expresión, que ya
hemos comentado durante nuestro análisis. Lo hace desde la edición de 1869: «El
contraido entre un príncipe y una mujer de condicion inferior, ó viceversa: llámase
tambien hoy morganático». Poco cambia esta definición en la edición de 2001:
«(Porque en la ceremonia nupcial el esposo daba a la esposa la mano izquierda). El
contraído entre un príncipe y una mujer de linaje inferior, o viceversa, en el cual cada
cónyuge conservaba su condición anterior». Recordemos, a propósito de esta expresión,
la relación que podíamos establecer con de la mano izquierda, que se utiliza con el
sentido de ʻbastardo, ilegítimoʼ.
No encontramos en el corpus ningún pasaje que sirva para ejemplificar esta
expresión, en la que volvemos a encontrar la izquierda relacionada con la mujer en una
situación de inferioridad.
7.1.3. Entrarle a alguien una persona por el ojo izquierdo
Encontramos esta locución por primera vez en la edición del Diccionario Manual de
1984, donde aparece (s. v. ojo) entrar por el ojo derecho, o por el ojo izquierdo con el
significado de «ser aceptada con simpatía o antipatía». En el DRAE 2001 ya aparece de
forma diferenciada entrarle a alguien una persona por el ojo izquierdo: «ser vista con
antipatía»; este empleo es caracterizado como coloquial. A pesar de ser una expresión
frecuente y conocida en nuestro idioma, no he encontrado ejemplos de ella en el
corpus3.
7.1.4. Con el pie izquierdo
Sin duda una de las locuciones más utilizadas, presente también, como hemos visto,
en otras lenguas, es la referida al pie izquierdo. La primera edición académica que la
recoge es la del Diccionario manual de 1985 (s. v. pie): levantarse uno con el pie
izquierdo, con el significado de «tener un día de mala fortuna».
3
En relación con esta expresión encontramos una curiosa referencia en Covarrubias (s. v. ojo), que
menciona este pasaje de Artemidoro: «Asimismo conviene prestar atención al siguiente dato: el ojo
diestro se refiere al hijo, al hermano o al padre, y el siniestro a la hija, a la hermana o a la madre. Si
existen dos descendientes ―sea cual fuere su sexo― o un par de hermanos, el derecho se corresponde
con el mayor en edad y el izquierdo con el menor» (La interpretación de los sueños I, 26;
[Interpretación]: 111). En esta cita, que no habíamos comentado en el capítulo referente a la simbología,
no solo encontramos, por tanto, la asociación de cada lado con un sexo determinado, sino también la
visión de la derecha como lado más importante.
388
También aparece recogida en los tres diccionarios actuales (s. v. pie). El DRAE 2001
la define como: «Con mal agüero, con mala fortuna». El DEA introduce en la misma
definición las cuatro locuciones análogas que encontramos en español: con buen (o mal)
pie, o con el pie derecho (o izquierdo). La definición propuesta es: «Con buena (o mala)
suerte, o con mucho (o poco) acierto». Añade además que aparece normalmente con los
verbos levantarse, entrar o empezar. Por su parte, el DUE define con el pie izquierdo
con la locución «con mal pie», que a su vez significa «con desgracia, mala suerte, o
desacierto»; también explica que suele aparecer con empezar, entrar y verbos análogos.
Poco más se puede añadir acerca de esta expresión, que ya hemos visto reflejada
tanto en el CORDE como en el CREA en diferentes pasajes en los que aparecía todavía
sin lexicalizar.
7.1.5. Batear alguien por la izquierda
Esta locución es recogida únicamente por el DRAE 2001 (s. v. izquierdo)4, que es la
primera edición académica que la incluye y la define de esta manera: «Ser
homosexual». Eso sí, el propio diccionario limita su empleo a México y al registro
coloquial.
Se incluye aquí puesto que, a pesar de no contener un sentido peyorativo real, es
probable que verdaderamente sí pueda utilizarse con ciertas connotaciones negativas,
como las que a menudo rodean lo concerniente a la homosexualidad.
Hemos encontrado este pasaje en el CREA. Aunque se trata de un fragmento de
Camilo José Cela, es un pasaje en el que encontramos varios americanismos:
... los sábados conviene ir bien aseados, ponernos camisa limpia, tomar el ómnibus
de Tucsón a Nogales, ahora es de balde y además dan chocolate, bailar un corrido
con Clarita Gavilán la del anuncio de La Voz de Nogales, el mestizo Diego Diego
batea por la izquierda, ustedes ya entienden, y su esposa Clarita se tuvo que
buscar su apaño para tranquilizarse, lleva ya mucho tiempo de cacuma de
pobres pero aún le quedan ganas de jarana, Clarita Gavilán es muy alegre y no
piensa ponerse las bragas para morirse, si Dios la quiere en el cielo no le va a andar
revisando la ropa... (Camilo José Cela y Trulock, Cristo versus Arizona, 1988,
ficción).
4
Aparece también en el adelanto de la 23.ª edición (DRAE ined.), solamente bajo la entrada izquierda.
389
7.1.6. Por izquierda
Otra locución recogida también por el DRAE por primera vez en 2001 (s. v.
izquierdo)5 es por izquierda: «Ilegalmente, sin rectitud, con dobleces»; en este caso, su
empleo está restringido al español de Argentina. Lo que más nos llama la atención es la
primera parte de la definición, es decir, el matiz de ʻilegalmenteʼ, pues ya sabemos que
todo lo relacionado con el significado ʻtorcidoʼ ha estado siempre en relación con lo
izquierdo.
Encontramos en el CREA este ejemplo, perteneciente en efecto al español argentino,
que nos ilustra perfectamente su significado:
Mayorga negó que en la ESMA se les hubieran cortado los dedos con una sierra
a los detenidos para que no fueran identificables por las impresiones digitales.
"¡Mentira! Lo único que teníamos en la ESMA era picana." También disintió con
la conducción naval de la época. "Para mí habría que haber fusilado en River con
Coca-Cola gratis y televisándolo. Yo no estaba de acuerdo con eso de trabajar por
izquierda." Trabajar por izquierda es el eufemismo argentino para describir
procedimientos ilegales y clandestinos. (Horacio Verbitsky, El vuelo, 1995, política
y economía).
7.1.7. Izquierdear
Dejando ya a un lado las expresiones y centrándonos en la familia léxica del término,
encontramos este verbo, que ya aparece en Autoridades (s. v.) como «baſtardear ò
torcerſe, phyſica ò moralmente». El DRAE 2001 (s. v.) lo define como: «Apartarse de lo
que dictan la razón y el juicio». El DUE (s. v.), como: «Obrar insensatamente» (lo
incluye como un significado no usual). El DEA no lo contempla.
Aparece reflejado en el CORDE ya en el siglo XV:
E si dios quisiera e esa hora nuestros fados lo consintieran e nuestro
entendimiento non izquerdara el verdadero juizio, asaz bastava aquel sonar e
señial bien pudieran dar lugar qu'el fierro demostrara los escondrijos. (Enrique de
Villena, Traducción y glosas de la Eneida. Libros I-III, 1427-1428, literario).
Curiosamente, en el único caso reflejado en el CREA con este verbo encontramos un
significado especial, pues se mezcla su sentido con el valor que izquierda tiene en
términos políticos; todo ello, en mi opinión, hace que se junte en el término una doble
visión negativa:
5
Como en el caso anterior, esta expresión pasa a formar parte de la entrada izquierda en el adelanto de la
nueva edición (DRAE ined.).
390
Soy, como siempre, constitucional y liberal a derechas, que jamás ha
izquierdeado. (Pedro Ortiz-Armengol, Aviraneta o la intriga, 1994, ciencias
sociales).
Todas estas abundantes muestras de la visión negativa que rodea al término izquierdo
contrastan con el sentido positivo con el que es empleada en español la expresión mano
izquierda, de la cual han aparecido algunos pasajes en el corpus.
7.2. Siniestro y su familia léxica
No existe con siniestro ninguna locución extendida en español aparte de la ya
estudiada a diestro y siniestro. También hemos hablado de los términos siniestralidad y
siniestrado, referentes al significado ʻsuceso que origina daños materiales o personalesʼ.
Pero todavía nos queda por comentar un adverbio de la misma familia léxica:
7.2.1. Siniestramente
Ya en Autoridades en 1739 (s. v.) aparecía con el significado de «malamente, è
indebidamente». Por su parte, el DRAE 2001, el DEA y el DUE (s. v.) coinciden en este
caso en la definición: «De manera siniestra». El problema que plantea esta definición es
su ambigüedad, pues ya hemos analizado con detenimiento los múltiples sentidos que
puede adoptar siniestro como adjetivo con valor peyorativo. Los habíamos diferenciado
en cuatro, de los cuales había desaparecido en la actualidad el de ʻque no corresponde a
la verdadʼ. Veamos si el adverbio siniestramente aparece, efectivamente, con los cuatro
sentidos.
Comenzando por el CORDE, apreciamos el significado derivado de ʻque anuncia o
conlleva desgraciasʼ en este fragmento:
Algunos dicen que cuando se acerca el tiempo en que se celebra el nacimiento
de nuestro Redentor, este pájaro matutino canta toda la noche, y que entonces
ningun espíritu se atreve á salir de su morada: las noches son saludables, ningún
planeta influye siniestramente, ningún maleficio produce efecto, ni las hechiceras
tienen poder para sus encantos: tan sagrados son y tan felices aquellos dias!
(Leandro Fernández de Moratín, Traducción de Hamlet, Shakespeare, 1798,
literario).
En relación con ʻque provoca daños intencionadamenteʼ aparece, entre otros, este
fragmento, en el que siniestramente puede conmutar por otros adverbios como
perversamente, maliciosamente...:
391
Todo lo demás que se dice en la Epístola (por más que se quiera interpretar
siniestramente) no puede en modo alguno tenerse por ofensa de aquella Nación,
pues todo su contexto se dirige a persuadir que, ya que también en Francia hay
Escritores que son más dignos de desprecio que de atención, es justo que
practiquen con nosotros aquella christiana caridad y prudente moderación que es
debida, y no nos traten con tanto y tan general desprecio; acordándose que no es
conforme al Evangelio notar tan sin excepción los defectos agenos y olvidar casi
enteramente los proprios. (Ignacio de Luzán, Defensa de España y participación en
la campaña contra Gregorio Mayans, 1742, p. didáctica).
También hallamos bastantes casos en los que el adverbio parece nacer del significado
ʻque no corresponde a la verdadʼ, lo que resulta una prueba más de la existencia de este
sentido. Como ocurría con los propios ejemplos del término como adjetivo con este
significado, en muchos de los pasajes el sentido puede confundirse con el derivado del
significado ʻque provoca daños intencionadamenteʼ; de todas maneras, el contexto de
algunos pasajes como el siguiente nos hacen pensar que al menos algunos de estos casos
ambiguos están más cerca del significado al que nos estamos refiriendo:
Cuando los ríos vienen de avenida y están las aguas turbias, salen á las orillas y
allí se están tendidos asoleándose, y es porque les daña los ojos el agua revuelta y
llena del barro que trae; la gente entonces pasa por cerca de ellos sin temor; pero
ellos sí deben sin duda de temer, porque en sintiendo gente cerca, se arrojan al
agua, como á mí me ha acontecido. Y así me persuado que al citado autor de las
Crónicas Seráficas le informaron siniestramente, y por eso escribió diciendo que
corrían mucho. A más de que uno se convence de lo contrario por la simple razón
natural, ora se considere la magnitud de un cuerpo tan pesado, ora se repare un
poco en sus brazos que son muy cortos y gruesos, siendo por otra parte la cola muy
gruesa, larga y pesada la cual va siempre arrastrando con todo el cuerpo sin poder
suspenderla un corto espacio de la tierra. (Juan José Delgado, Historia general
sacro-profana, política y natural de las islas del Poniente llamadas Filipinas, c
1754, p. histórico-documental).
La diferencia entre este último ejemplo y el anterior está en que en este caso, el
adverbio entra en relación paradigmática con falsamente, engañosamente...
El último de los cuatro sentidos es el referido al aspecto. Pues bien, en los siglos XIX
y XX hay una gran cantidad de empleos de siniestramente que derivan del significado
ʻque provoca repulsión o temor por su aspectoʼ. Un pasaje especialmente ilustrativo es
este:
Extraño era en verdad lo que allí pasaba; unos cuantos hombres que se
destacaban sombríos en medio de la oscuridad, iluminada a intervalos por las
vacilantes luces que llevaban en sus manos, y que como leves fantasmas se
acercaban en círculo hacia el santuario; unas luces cuyo pálido resplandor traía o
llevaba el viento y que prestaban al rostro de aquellos hombres un aspecto
392
siniestramente triste; unas voces que llenaban el aire como monótono gemido; un
blanco bulto que llevaban entre ellos como pesado fardo; todo era misterioso y
presentaba a la conturbada y afligida vista de Esperanza un cuadro que llenaba de
espanto. (Rosalía de Castro, La hija del mar, 1859, literario).
Pasando al CREA, el adverbio comparte también todos los sentidos del adjetivo
exceptuando, evidentemente, el desaparecido ʻque no corresponde a la verdadʼ. Así, el
de ʻque anuncia o conlleva desgraciasʼ lo encontramos, por ejemplo, en:
Tampoco se le ve todavía el final al que está padeciendo, desde hace cinco,
Cosme Delclaux; pero el margen de esperanza es, en este caso, mucho más amplio,
ya que, en la siniestramente larga lista de los secuestros de ETA, se cuentan con
los dedos de una mano los que no han terminado con la liberación de la víctima.
(El País, prensa, 21-5-1997, política y economía).
A partir del adjetivo con el significado ʻque provoca daños intencionadamenteʼ,
encontramos el adverbio en casos como:
¿Quién diablos iba a sospechar que quienes la rescataron de una muerte posible
habían terminado causándosela con saña? No sé si el Ministro Arrue tuvo o no que
ver con el asunto, pero todo fue siniestramente tergiversado para protegerlo a él y
a la policía. (Enrique Jaramillo Levi, Luminoso tiempo gris, 2002, ficción).
Para terminar, los empleos más abundantes son los referidos al aspecto:
Le da un espejo negro. Moctezuma lo recibe con recelo. Se mira en él. Sus
facciones se reflejan siniestramente. (Homero Aridjis, Moctezuma, 1980, ficción).
7.3. Zurdo y su familia léxica
Ya hemos analizado la visión de los zurdos en algunos fragmentos pertenecientes a la
historia de nuestra literatura, con lo que ha quedado suficientemente demostrada la
visión negativa que recae sobre este colectivo. Analicemos ahora su etimología y
veamos si, además de las connotaciones negativas que rodean a la palabra zurdo con su
significado natural, la encontramos con algún nuevo significado claramente negativo.
Corominas y Pascual (DECH: s. v. zurdo) buscan el origen del término en una voz
prerromana afín a las palabras vascas zur, ‘avaro, agarrado’ y zurrun, ‘inflexible’,
‘pesado’. Comparan, además, con estos términos, otros como el gallego mao xurda6,
‘mano izquierda’; portugués surro, churro, churdo, ‘ruin, vil, sucio’; bearnés soùrrou,
6
El gallego actual es man zurda.
393
‘avaro’, ‘taciturno’, ‘maleducado’. Afirman los autores que «las palabras que significan
‘zurdo’ suelen partir de la idea de ‘grosero’, ‘torpe’, por la inhabilidad que se atribuye al
zurdo». E indica más adelante: «Es de creer que el sentido primitivo de toda esta familia
vasco-románica sería ‘grosero’, ‘ruin’, ‘sucio’, de donde se pasaría a ‘avaro’ en vasco
moderno»7.
Comprobamos, por tanto, que la visión negativa que rodea al término zurdo se
aprecia de diferentes formas. Por un lado, en su etimología; por otro, tanto en los
términos que significan ʻzurdoʼ en otras lenguas que han sido analizados anteriormente8
como en los propios ejemplos a los que también hemos aludido en los que este
significado de ʻzurdoʼ iba acompañado de unas claras connotaciones negativas.
Si atendemos ahora a lo que se dice de zurdo en los distintos diccionarios que
aparecen en el TLLE no encontramos casi nada resaltable por su visión negativa.
Destaca tan solo la curiosa definición del vocablo que hace Terreros en 1788 (s. v.), con
un enfoque un tanto despectivo: «El que usa de la mano izquierda para aquellas
acciones que comunmente enseña la buena crianza que se hagan con la derecha».
Por lo que se refiere al empleo del término en la actualidad, el único significado
negativo recogido por los diccionarios es el que define el DEA (s. v.) como «torpe o
desmañado»; el diccionario califica este empleo de «raro». En realidad, este significado
de ʻtorpeʼ ha aparecido relacionado con la izquierda en algunos ejemplos ya
comentados, veámoslo ahora con este término en concreto. En el CORDE aparece en
bastantes pasajes de este tipo:
7
Se basan Corominas y Pascual en que zur, con rr larga, puede dar origen a zurdo dado que, como ya
hemos comentado en este trabajo, «es sabido que la –RR– se cambia muchísimas veces en –rd– en las
palabras de origen no latino». Así, partiendo de que zurr parece venir de un más antiguo zunurr, supone
Corominas que zurdo se tomó del vasco en la Edad Media y no del protovasco o el ibero, por lo que es
menos antiguo que el vocablo izquierdo, sometido también, como zurdo, a interdicción. Señala la primera
documentación en 1475, bajo la forma çurdo, -a (para consultar otras soluciones propuestas para el origen
de zurdo, cfr. DECH: s. v. zurdo).
Zytsar (2000: 224-225) también propone como étimo para el término el vasco zur, aunque no está de
acuerdo con Corominas en el cambio de –rr– a –rd–. Recordemos que para este autor –do es un sufijo y
divide los vocablos emparentados con el castellano zurdo en dos grupos: los que tienen el sufijo,
pertenecientes a lenguas peninsulares, y los que no lo tienen, que pertenecen a lenguas cercanas a los
Pirineos.
8
Los sentidos peyorativos relacionados con zurdo se observan también en otras palabras emparentadas
con el término en otros idiomas. Así, en portugués surro es ‘grosero, basto’, mientras que churro es ‘ruin,
miserable’, como churdo (DECH: s. v. zurdo). Con estos términos se relaciona el castellano churre,
‘pringue gruesa y sucia que corre de una cosa grasa’ (DRAE 2001: s. v. churre), pues tanto surro como
churro toman el sentido análogo de ‘suciedad de la piel’ (DECH: s. v. churre).
394
Es verdad que soy barbero,
y no me tengo por zurdo,
y espero de un día a otro
mi licencia; mas pregunto,
¿quién diablos me da dinero
para poner un tenducho?
(Manuel Bretón de los Herreros, Dios los cría y ellos se juntan, 1841, literario).
En general, también encontramos en el CORDE muchos pasajes que recogen
empleos del término que, a pesar de que resultan ambiguos y difíciles de clasificar en un
sentido concreto, pierden su significado original y son claramente negativos. Por
ejemplo:
Suelen haber, además de éstos,
algún otro puesto intruso,
algún tiro de pistola,
algún tiovivo sucio,
algún taller de fotógrafo,
cochambroso y vagabundo,
y algún columpio que cruje
por desnivelado y zurdo.
(Pío Baroja, Desde la última vuelta del camino. Memorias, 1944-1949, p. históricodocumental).
En cambio, analizando los casos que ofrece el CREA, no parece que en la actualidad
los empleos de zurdo se alejen de su sentido más frecuente. Podemos, no obstante,
exponer los ejemplos que ofrece el DEA junto a la definición antes citada. El primero
es: «Creértelo, sí, creértelo aunque fuese una zurda mentira»9. El segundo caso que
expone es: «Este no es zurdo, sabe hacer las cosas»10.
En cuanto a los derivados de zurdo, lo único resaltable vuelve a ser otra definición
ofrecida por Terreros, esta vez del verbo zurdear (s. v.): «Echar á la mano izquierda. Es
voz vulgar; pero usada en aldeas y lugares [...]. Tambien se aplica metaf. á otras cosas,
como zurdear en la razon, es torcer el camino, apartarse». Los demás diccionarios que
recogen el término, incluidos los académicos, se refieren simplemente a su significado
neutro. En el CORDE no encontramos ejemplos del empleo de este verbo. En el CREA,
el único caso que he encontrado hace referencia, curiosamente, a tender hacia la
izquierda en el terreno de la política.
Donde sí encontramos variedad es en las expresiones que contienen el término:
9
Este fragmento pertenece a: Alonso Zamora Vicente: Se llevaba corbata, en V. Aleixandre y otros:
Poemas y ensayos para un homenaje. [Homenaje a Phyllis B. Turnbull.], 1976; p. 216.
10
Este segundo pasaje aparece en el diccionario como no localizado.
395
7.3.1. Ahí la juega un zurdo
Por un lado, desde Autoridades 1739 (s. v. zurdo) aparece recogida la expresión ahí
la juega un zurdo, con el significado: «Phraſe ponderativa, con que ſe pondera por lo
regular ironicamente la habilidad, deſtreza, è inteligencia de algun ſugeto en el acierto
de alguna accion, que ha executado». Encontramos esta expresión en muchas ediciones
―aunque no en todas― del diccionario académico, pero ya no aparece desde 1992.
Tampoco la recogen el DEA ni el DUE.
El CORDE ofrece este fragmento con esta locución, aunque la encontramos con
ligeras variaciones:
D. Chisme Agur,
y á madamas mis atentas
expresiones.
Paje 1.º ¡Ah! Cuidado
que nada de esto se sepa.
D. Chisme ¿Cómo es fácil? ¡Pues ahí es
algún zurdo quien lo juega!
(Ramón de la Cruz, El Caballero Don Chisme, 1766, literario).
En el CREA no aparecen casos.
7.3.2. A zurdas
Otra expresión es a zurdas, que encontramos también en 1739, en Autoridades (s. v.
zurdo), definida como: «Modo adverbial, que vale con la mano zurda, ó al reves, ó al
contrario de como ſe debia hacer». Esta significado se divide con el paso del tiempo, en
las ediciones académicas, en dos acepciones, de manera que en el DRAE 2001 (s. v.
zurdo) aparece, como segunda acepción de a zurdas: «Al contrario de como se debía
hacer». Sin embargo, el adelanto de la 23.ª edición ya no recoge esta expresión.
Tampoco lo hace el DEA. En cambio, el DUE (s. v. zurdo), de manera análoga al
DRAE, separa dos acepciones para a zurdas, de las cuales la segunda es «de manera
contraria a como se debe hacer»; de todas formas, califica su empleo de poco usual.
Encontramos empleos peyorativos con esta expresión en el CORDE en pasajes
como:
396
"Madres, las que tenéis hijas,
ansí Dios os dé ventura, *
que no se las deis a calvos,
sino a gente de pelusa.
"Escarmentad en mí todas;
que me casaron a zurdas
con un capón de cabeza,
desbarbado hasta la nuca.
(Francisco de Quevedo y Villegas, Poesías, 1597-1645, literario).
No aparece, sin embargo, ningún empleo en el CREA.
7.3.3. o ser zurdo
También existe la expresión no ser zurdo, que recoge Autoridades en 1739 (s. v.
zurdo) con esta definición: «Phraſe ponderativa, con que ſe explica ſer alguno mui habil,
y dieſtro en la materia de que ſe trata». El sentido esencial de esta definición permanece
en prácticamente todos los diccionarios. Tanto en la edición de 2001 del DRAE (s. v.
zurdo) como en el adelanto de la 23.ª (DRAE ined.: s. v. zurdo) aparece como definición
de esta expresión ―con la aclaración de que se emplea más en América― «no ser cojo
ni manco», locución que a su vez se define (s. v. cojo) como «ser muy inteligente y
experimentado en lo que le toca». El DUE (s. v. zurdo) define no ser zurdo como «ser
listo o hábil», aunque califica también este empleo de no usual. El DEA no recoge la
expresión.
Aparece en el CORDE este ejemplo:
Se trata, mi querido amigo, de un jueguito muy conocido en la cancha. Es una
letanía muy vieja y muy sabida. Vaya aprendiendo, pues, a no ser zurdo y a no
dejarse cazar como un pichón en trampas tan groseras. (Eugenio Cambaceres,
Música sentimental: silbidos de un vago, 1884, literario).
En el CREA no he encontrado casos.
7.4. Otros términos
No acaba aquí todo lo referido a la izquierda asociada a significados negativos.
Podemos comentar el caso de otros términos como zocato, zoco y zueco. Estas tres
palabras, que se utilizan con el significado de ʻzurdoʼ, tienen unas particularidades
dignas de ser mencionadas. Ya hemos visto en otras lenguas algunos términos
emparentados con ʻzurdoʼ que comparten significados claramente peyorativos. Veamos
ahora qué ocurre con estas palabras.
397
Pues bien, indican Corominas y Pascual (DECH: s. v. zoquete) que zocato tomó el
sentido figurado de ʻzurdoʼ a partir de su significado original ʻfruto que se pone
amarillo y acorchado sin madurarʼ, relacionando el matiz de imperfección patente en
este sentido con la visión que se tiene de los zurdos como personas imperfectas. Zoco y
zueco, apunta el autor, habrían nacido de zocato por regresión. Además, los tres
términos derivarían de zoquete, término que no se libra de significados peyorativos. Al
margen de su sentido «pedazo de madera corto y grueso, que queda sobrante al labrar o
utilizar un madero» (DRAE 2001: s. v. zoquete), sirvan como ejemplos estas otras
acepciones tomadas del diccionario académico: «personal fea y de mala traza,
especialmente si es rechoncha» o «persona tarda en comprender».
El significado de ʻzurdoʼ de asocia en los diccionarios académicos a estos términos
en diferentes momentos: la acepción aparece por primera vez junto a zoco en 1822,
junto a zocato en 1832 y junto a zueco en 1925.
Vayamos con la visión que ofrecen de estos términos los diccionarios actuales.
Zocato es recogido por los tres (s. v.), con el único significado de ʻzurdoʼ. Zoco tiene,
según el DRAE 2001 (s. v.), tanto el significado «que usa la mano izquierda» como el de
«dicho de una persona: que tiene uno o los dos brazos amputados», aunque este último
sentido estaría restringido al español hablado en Panamá. Además, la 22.ª edición
académica (DRAE 2001: s. v. zoco) incluye la expresión a zocas, equivalente a la ya
vista a zurdas (esta expresión no aparece ya en el adelanto de la 23.ª edición). Por su
parte, tanto el DEA como el DUE (s. v.) indican que el empleo de zoco como ʻzurdoʼ es
poco usual. En cuanto al uso de zueco con este mismo sentido, el DRAE (s. v.) lo
restringe al área de Albacete y Cuenca, mientras que el DUE (s. v.) lo hace a la de
Albacete y Murcia; el DEA no lo recoge.
La presencia de zocato en el CORDE parece limitarse a este ejemplo del siglo XX,
en el que se aprecia un sentido negativo, aunque no parece relacionado con el de
ʻzurdoʼ; más bien podría tener que ver, en todo caso, con la izquierda en términos
políticos:
Con el nuevo régimen vino a ser la Casa, como el Estado español, una merienda
de negros. Banco vitalicio de la política masónica, Monte de Piedad de zocatos y
aventureros, casa franca, mesa redonda de tahures, parásitos y maleantes del Poder,
no acabó entonces de otro colapso mortal gracias al genio mercantil y
"estrapérlico" del "Cuco", a sus buenas artes financieras, duchas en toda clase de
negocios, y a los buenos oficios de don Valentín, que, erre que erre en su centro,
del brazo de la derecha y de la izquierda, mantenía el difícil equilibrio aunque muy
398
a costa de su tranquilidad, de su negra honrilla y su sistema nervioso. (Ricardo
León, Cristo en los infiernos, 1941, literario).
En el CREA no aparecen ejemplos.
Zoco aparece en el CORDE en pocos ejemplos referidos a algún miembro de la parte
izquierda del cuerpo:
Alto e inteligente, si no feo, extraño, poco parecida la derecha a su contraria,
caída la cara de ese lado, la ceja mal arqueada, obligada hacia abajo, la comisura
izquierda de sus labios, el hombro zoco ligeramente más inclinado que el otro.
(Max Aub, La calle de Valverde, 1961, literario)
Lo mismo sucede en el CREA:
Sólo perdió el dedo meñique y parte del anular de la mano zoca. (Pau Faner,
Flor de sal, 1986, ficción).
En cuanto a zueco, no he encontrado empleos ni en el CORDE ni en el CREA con el
significado que nos interesa.
7.5. Derecho y su familia léxica
Hemos visto hasta aquí algunos términos relacionados con el significado ʻizquierdaʼ
que demuestran la visión negativa de la que venimos hablando durante todo este trabajo.
Pero otra forma de analizar esta simbología consiste en resaltar la posición contraria en
la que se encuentra todo lo referido a la ʻderechaʼ.
Comencemos por el término derecho, que presenta bastantes significados que
implican connotaciones claramente positivas. A partir de la información aportada
principalmente por los diccionarios actuales (s. v. derecho), haciendo referencias
también a Covarrubias y a Autoridades, vamos a agruparlos y comentarlos11.
Comencemos por los sentidos más evidentes del término, los que indican ʻrectitudʼ,
tal y como hemos visto al hablar de la etimología del término: mientras que lo derecho
siempre está relacionado con lo recto y lo directo, lo izquierdo se asocia a lo torcido y
tortuoso. Estas son las acepciones que encontramos en los diccionarios con respecto a
estos sentidos:
11
Por supuesto, no es el objetivo de este apartado organizar estos sentidos ni mucho menos clasificarlos
en acepciones y subacepciones, sino solamente enumerar de una forma rápida los empleos de derecho en
los que encontramos valores positivos.
399
Covarrubias 1611
DERECHO, quaſi direƈtum, en quanto ſe opone a tuerto.
Autoridades 1732
DERECHO, CHA. adj. Reƈto, igual, ſeguido, no torcido, ni inclinado à uno ù otro
lado.
DRAE 2001
1. Recto, igual, seguido, sin torcerse a un lado ni a otro.
4. Directo (que va sin detenerse en puntos intermedios).
DUE
1. Siempre en la misma dirección; sin ángulos o torceduras.
2. Aplicado a camino, sin rodeos.
3. (Usado como atributo con verbos de movimiento) Sin dar rodeos.
b) Derechamente.
c) Sin detenerse en el camino.
4. No encogido o encorvado.
5. Aplicado a cosas que se sostienen sobre el suelo, en posición vertical.
DEA
3. Recto, o que no se tuerce a un lado o a otro.
4. Que está en posición vertical.
Veamos este fragmento tomado del CORDE:
E del nombre de esta Ossa mayor se nombra esta parte del mundo septentrional
porque aquella costelación de la mayor Ossa entre otros nombres que tiene se llama
Septentrión, que quiere dezir siete bueyes, porque tiene siete estrellas a las quales
llama bueyes porque ansí como los bueyes pisan la tierra fuerte, ansí aquellas
estrellas andan siempre sobre la tierra como pisando, porque no van debaxo de
tierra. E llamó a estas estrellas labradores o bueyes, porque los bueyes labran la
tierra, e dexólos siempre errantes, porque no andan camino derecho como las otras
estrellas, que van a poniente e tornan a oriente por debaxo de la tierra, mas andan
siempre en torno sobre nos, como el hombre quando no anda por camino, mas
apártase a una parte e a otra. (El Tostado (Alonso Fernández de Madrigal), Sobre
los dioses de los gentiles, 1507, p. científica).
Y este otro tomado del CREA:
Las calles, no hablo más que de las principales, son anchas y derechas, algunas
están medio secas y medio ocupadas por canales navegables, con puentes de
madera tan bien hechos y amplios que diez hombres a caballo pueden pasar a la
vez. (Alejandro Tortolero Villaseñor, El agua y su historia. México y sus desafíos
hacia el siglo XXI, 2000, ciencia y tecnología).
400
Ya se ha hablado en este trabajo de la asociación de las acepciones de derecho
relacionadas con la justicia. También las habíamos dividido en dos grandes sentidos: las
referidas al ʻconjunto de normas y leyes que regulan la sociedadʼ y las que se refieren a
la ʻfacultad de llevar a cabo lo que admite una leyʼ.
Pues bien, el primero de estos significados aparece en los diccionarios recogido en
las siguientes acepciones:
Covarrubias 1611
Derecho, ſe toma algunas vezes por lo que diſpone y manda, o la naturaleza, el
Principe, la ciudad, o el pueblo, o la gẽte, o la coſtumbre; dedonde reſultan, el
derecho natural, el de las gẽtes, el ciuil, los plebiſcitos, y fueros, conſtituciones,
ordenanças, coſtumbres, &c12.
Autoridades 1732
DERECHO. ſ. m. Lo que diƈta la naturaléza, mandó la Divinidad, definió nueſtra
Santa Madre la Igleſia, conſtituyeron las gentes, eſtablece el Principe, ſuprémo
legislador en ſus dominios, ù ordéna la Ciudád ò el Pueblo para ſu gobierno
privado, ò introduce la coſtumbre.
DERECHO. Se toma muchas veces por Juſticia.
DRAE 2001
13. Justicia, razón.
14. Conjunto de principios y normas, expresivos de una idea de justicia y de orden,
que regulan las relaciones humanas en toda sociedad y cuya observancia puede ser
impuesta de manera coactiva.
15. Ciencia que estudia estos principios y preceptos.
17. Facultad que abraza el estudio del derecho en sus diferentes órdenes13.
DUE
11. (Sin artículo, en expresiones estereotipadas) Esfera en que se determina lo que
es debido y no debido en los actos y situaciones humanas que afectan a los
intereses de otros, y se regulan los medios para garantizar que prevalezca lo
debido.
b) Sistematización de esas materias en forma de tratado o ciencia.
c) Conjunto de estudios que facultan para ejercer la abogacía.
d) Con la especificación correspondiente, cada una de las ramas en que se divide el
derecho según de qué esfera de relaciones humanas se ocupa.
DEA
6. Conjunto de principios y preceptos a que están sometidas las relaciones
humanas.
b) Ciencia que estudia el derecho.
12
Covarrubias continúa con la explicación de este significado, aludiendo también al empleo del término
con el significado de ʻtributoʼ, que vamos a ver a continuación.
13
Esta acepción no aparece ya en la entrada propuesta para la 23.ª edición.
401
Veamos su empleo en el corpus, comenzando como siempre por el CORDE:
Desde el emperador Nerva Trajano, Elio Adriano, hasta la era de los
emperadores Antoninos y Gordianos, crecieron excesivamente las reglas y
preceptos de la ciencia del Derecho, por la particular honra que entonces se le hizo,
no obstante que siempre fueron honrados los letrados y jurisprudentes. (Gaspar
Gutiérrez de los Ríos, oticia general para la estimación de las artes, 1600, p.
didáctica).
Este es un ejemplo del CREA:
No podemos presumir que la verdad es potestad de ciertos seres que de modo
pasajero dicen estar representando a la Justicia y el Derecho. (El Siglo, prensa,
1-8-2000, política y economía)14.
Pasamos ya a las acepciones referidas a la ʻfacultad de llevar a cabo lo que admite
una leyʼ. Como vamos a ver en las siguientes definiciones, nos encontramos con una
gran diversidad de sentidos, entre los que encontramos algunos que se refieren a
obligaciones; de todos modos, los incluyo en este grupo porque pienso que la idea
expresada en todos estos significados es la misma, simplemente cambia el punto de
vista, pues los derechos de unos se convierten, a su vez, en las obligaciones de otros:
Autoridades 1732
DERECHO. Significa tambien la accion que ſe tiene à alguna coſa.
DERECHO. Se ſuele tomar aſsimiſmo por repreſentación.
DERECHOS. Se llaman los impueſtos que eſtán cargados ſobre mercaderías, coſas
comeſtibles, y demás que ſe comercian en el Réino, los quales ſe cobran para la
Real Hacienda.
DERECHOS. Se llaman tambien las propínas que ſe pagan en las Eſcribanías de
Camara de los Conſéjos, Contadurías y otras oficinas ſemejantes, por los deſpachos
que ſe ſacan de ellas, las quales tienen arancéles que reglan lo que ſe debe dar por
cada inſtrumento. Eſte miſmo nombre tienen los eſtipéndios que llevan los
Eſcribános de Provincia, Alguaciles de Corte, Eſcribános del Número, Reales, y
otros Miniſtros de Juſtícia, igualmente arreglados à ſus arancéles.
DRAE 2001
9. Facultad del ser humano para hacer legítimamente lo que conduce a los fines de
su vida.
10. Facultad de hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establece en
nuestro favor, o que el dueño de una cosa nos permite en ella.
11. Facultades y obligaciones que derivan del estado de una persona, o de sus
relaciones con respecto a otras.
14
No hay que olvidar la cantidad de empleos que el término derecho tiene con este sentido cuando se
especifica el campo jurídico al que se refiere: derecho administrativo, civil, mercantil...
402
12. Acción que se tiene sobre una persona o sobre una cosa15.
16. Exención, franquicia, privilegio.
20. Cantidad que se paga, con arreglo a arancel, por la introducción de una
mercancía o por otro hecho consignado por la ley16.
21. Cantidad que se cobra en ciertas profesiones, como la de notario, arquitecto,
etc17.
DUE
12. Con respecto a una persona, circunstancia de poder exigir una cosa porque es
conforme a derecho.
b) Cosa a la que se tiene derecho.
13. Se emplea también con referencia a cosas moralmente justas.
14. Privilegio o exención.
16. Se da el nombre de derechos a ciertos tributos como el de aduanas, que se
pagan por razón de cierta concesión en relación con una cosa que está presente en
el momento de pagarlos, o que, como el de pilotaje o el de pontaje, se pagan al
Estado, al señor, etc., por un servicio o concesión en el momento de recibirlos.
b) También, a la retribución por ciertos servicios, que se hace con arreglo a una
tarifa; por ejemplo, la de un notario o un arquitecto por sus trabajos, lo que se paga
por copia de documentos en archivos públicos o lo que se paga por matricularse en
un centro oficial de enseñanza.
DEA
7. Posibilidad legal o moral.
8. Cosa exigible o permitida según un principio moral o social, o según una ley
establecida.
b) Derechos pasivos.
9. Suma de dinero que hay que pagar por un servicio o una autorización.
b) Cantidad que cobra el autor de una obra por su publicación, ejecución o
reproducción.
10. (Economía) Valor materializado de un título o de un cupón, que representa la
facultad otorgada al accionista de una sociedad para recibir acciones
suplementarias en virtud de un derecho de adjudicación o de suscripción.
Encontramos este sentido en el CORDE:
Un paje enojó a un mayordomo, el cual lo hizo desnudar y lo azotó. Después de
azotado, díjole que se vistiese. Respondióle el paje: - Señor, los vestidos no son
míos, porque de derecho son del verdugo. Vm. se los lleve. (Cuentos de Garibay,
anónimo, c 1550, literario).
Y, por supuesto, en el CREA:
15
Esta acepción desaparece en el adelanto de la nueva edición.
Esta acepción se modifica ligeramente en el adelanto de la 23.ª edición (DRAE ined.: s. v. derecho):
«Cantidad que se paga, según un arancel, por la utilización de cosas o servicios de una administración
pública, corporativa o privada».
17
Esta acepción tampoco aparece en la nueva edición.
16
403
Ni siquiera los habría hecho cambiar de opinión el haberse enterado de que 79
diputados de oposición estarían dispuestos a renunciar, para dejar en evidencia que
les están restringiendo hasta el derecho de palabra, según trascendió en predios del
TSJ. (El Universal, prensa, 9-10-2003, política y economía).
Sigamos con los sentidos de derecho. También se utiliza el término para hacer
referencia al ʻlado principal de una cosaʼ. Aunque con este significado no aparece en
oposición a izquierdo, sino a revés, es evidente la valoración positiva del término. Estas
son las acepciones recogidas por los diccionarios:
Autoridades 1732
DERECHO. Se toma aſsimiſmo por la faz ò cara de alguna tela ò paño, ù otra coſa,
por la parte mas bien labrada ò texida.
DRAE 2001
18. Lado de una tela, papel, tabla, etc., en el cual, por ser el que ha de verse,
aparecen la labor y el color con la perfección conveniente.
DUE
7. Se aplica a cara o lado para designar el que se considera principal de una cosa
laminar.
8. Cara derecha de una cosa.
DEA
5. En una cosa plana o laminar: Cara o lado principal.
Un ejemplo tomado del CORDE es:
Trujo estas telas a España de Alemania el Emperador Carlos V, de gloriosa
memoria, porque allí las han usado algunos príncipes soberanos; son de esta forma:
por las orillas, alta y baja, están guarnecidas de unos cordeles de cáñamo muy
fuertes, y a trecho de vara y media les van dejando unas lazadas del mismo cordel
de cuatro o seis dedos de largo, para que por cualquiera parte que se quieran poner
caigan siempre al derecho, y así no tienen haz ni envés. (Alonso Martínez de
Espinar, Arte de Ballestería y Montería, 1644, p. científica).
Este otro fragmento es del CREA:
Pase la aguja desde el revés de la tela hacia el derecho, pasando por uno de los
agujeros; pase al revés introduciendo la aguja por el otro agujero. (Marian
Tudela/Claudia Herrerías, Costura para la familia, 1988, ocio y vida cotidiana).
404
Pero no acaban aquí los aspectos positivos del término derecho. Tanto el DRAE 2001
como el DUE recogen dos sentidos más. Por un lado, el DRAE 2001 incluye estas dos
acepciones: «justo, legítimo» y «fundado, cierto, razonable»18; en el DUE aparecen
estas otras: «justo o razonable» y «cierto o verdadero», con la indicación de que se trata
de empleos poco usuales. Sin llevar a cabo un estudio pormenorizado, parece difícil
establecer grandes diferencias entre los sentidos expresados por estas cuatro
definiciones; de hecho, observamos que el DRAE habla de justo y de razonable en dos
acepciones diferentes, mientras que el DUE incluye ambos adjetivos en la primera
acepción.
En el CORDE aparecen algunos ejemplos como el siguiente, en el que derecho
equivale precisamente a justo, legítimo, razonable, verdadero...:
Et conosco e otorgo que éste es el justo e derecho preçio de los dichos bienes.
(Escritura de venta [Colección diplomática del Concejo de Segura (Guipúzcoa)],
anónimo, 1448, p. jurídica).
En el CREA no he encontrado empleos de este tipo.
Por otro lado, el DEA recoge una acepción con esta definición: «Hecho indiscutible».
Señala, además, que generalmente aparece en la expresión esta (o esa) es la derecha.
No he encontrado en el CREA ningún fragmento de este tipo, pero sí aparece en el
CORDE, por ejemplo:
Sr. D. Filiberto Villalobos Acabo de ver su proposición de ley, mi querido
amigo. Muy bien, y esa es la derecha y no andarse pidiendo carreteras, cuarteles y
otras cosillas. Usted siquiera aspira a legislar y no sólo a servir, bien o mal, a sus
lectores. Muy bien le repito. Claro es que eso no es sino para empezar. Y aun
cuando todo eso llegue alguna vez a cuajar será para empezar tan sólo. (Miguel de
Unamuno, 259: a Filiberto Villalobos [Epistolario inédito], 1918, p. históricodocumental).
Como vemos, no son pocos los casos en los que el término opuesto a izquierdo en
español goza de unas connotaciones claramente positivas19, con lo queda demostrado
una vez más que la lengua es un fiel reflejo de la simbología de la que hemos hablado
tanto a lo largo de este estudio.
18
Autoridades, en 1732, ya recogía: «Vale aſsimiſmo juſto, fundado, razonable».
Incluso conviene señalar la definición propuesta por el DUE (s. v. derecho) para la mano derecha: «Se
aplica a la mano con que usualmente se realizan las operaciones manuales más importantes o difíciles, la
cual se halla en el lado opuesto al corazón». Observamos una visión claramente valorativa en una
definición que sería perfectamente válida si fuera expresada de un modo más objetivo.
19
405
Vayamos ahora con las numerosas expresiones que contienen el término derecho y
poseen un significado claramente positivo:
7.5.1. A derechas
Esta expresión se utiliza hoy en día, además de con el sentido meramente espacial,
con un evidente valor positivo. Todos los diccionarios la recogen bajo la voz derecho.
Covarrubias se refiere a no hazer coſa a derechas como ʻhazer lo todo al reuesʼ.
Autoridades explicaba la locución de esta manera: «Modo adverbiál con que ſe explica
que alguna coſa ſe hace bien ò en la forma que ſe debe»20. El DRAE 200121 la define
como: «Con acierto, con destreza, con justicia». El DEA, como: «Bien o como es
debido». El DUE, de esta manera: «Generalmente en frases negativas, bien».
En el CORDE encontramos abundantes empleos, algunos de ellos muy antiguos,
como este perteneciente a El Conde Lucanor:
Otrosí, para saber cuál ha buen entendimiento, ha mester muchas cosas, ca
muchos dizen muy buenas palabras et grandes sesos, et non fazen sus faziendas tan
bien commo les conplía. Mas otros traen muy bien sus faziendas et non saben o
non quieren o non pueden dezir tres palabras a derechas. (Juan Manuel, El Conde
Lucanor, 1325-1335, literario).
También se emplea con bastante frecuencia en la actualidad, preferentemente
acompañada de verbos como hacer o dar:
Los hombres de David Vidal no dieron una a derechas, y pueden dar gracias a
la agilidad de Wilfred, que evitó el 3-0 al desviar espléndidamente a córner un
penalti lanzado por Milojevic en el minuto 81. (El Mundo, prensa, 17-10-1994,
ocio y vida cotidiana).
7.5.2. A las derechas
Vayamos ahora con esta expresión, muy parecida a la anterior. Ya en Autoridades (s.
v. derecho) aparecía así: «Modo adverbiál con que ſe explica que alguna perſona
procede reƈtamente»22. El DRAE 2001 (s. v. derecho)23 es el único de los tres
20
También incluye Autoridades (s. v. derecho) como expresión diferenciada no hacer coſa à deréchas,
aunque podemos ver que, en realidad, nos encontramos ante la misma expresión: «Phraſe con que ſe
explica que alguna perſona es tan deſaliñada ò ſimple, que yerra quanto hace, y todo lo executa mal».
21
En la 23.ª edición aparece en derecha.
22
Como en el caso de la expresión anterior, Autoridades (s. v. derecho) incluye otra locución que
presenta la misma expresión: ser hombre de bien à las deréchas, que define como «se dice del que es
honrado, trata verdad, cumple ſus palabras, y obra en todo conforme à razón».
23
Una vez más, en la 23.ª edición aparece en derecha.
406
diccionarios actuales que la señala. La define como: «Dicho de proceder una persona:
Bien y rectamente».
En efecto, la encontramos en el CORDE:
- ¿Adónde vamos, padre? -preguntó Teodora.
- A Kíllac, a casa de mi comadre doña Petronila, que, como sabes, es una señora a
las derechas, y a su lado estarás segura como la custodia en el altar -repuso don
Gaspar sin detener su paso, que era seguro y de grandes trancos a pesar de la
oscuridad de la noche. (Clorinda Matto de Turner, Aves sin nido, 1889, literario).
En cambio, no se han hallado apariciones en el CREA.
7.5.3. A tuerto o a derecho/A tuertas o a derechas
Comentemos esta peculiar expresión ―que ya hemos citado a lo largo de nuestro
trabajo― en la que se contraponen estos dos conceptos: el primero, a tuertas,
claramente negativo, y el segundo, a derechas, evidentemente positivo.
Define Covarrubias tuerto (s. v. tverto) como: por un lado, «todo lo que no eſtá
derecho»; por otro, «el agrauio y ſin razon que ſe le haze a alguno, y en opueſto
llamamos derecho, Lat. reƈtum, a lo juſto, y conforme a las leyes diuinas y humanas».
La expresión en sí misma ―para Covarrubias, a tuerto, o a derecho, en la misma
entrada― la define como «qãdo ſe haze alguna coſa ſin conſiderar ſi eſtarà bien, o mal
hecha».
En Autoridades (s. v.derecho) aparece la forma a tuertas ò à deréchas como: «Modo
adverbiál con que ſe explica que alguna coſa ſe execúta ſin diſcurſo ni reflexión, ſino à
bulto, y (como ſe ſuele decir) à ſalga lo que ſaliere». También se recoge, bajo la misma
entrada, este refrán: a tuerto ò à derécho nueſtra caſa haſta el techo, que significa «refr.
que reprehende la ambición y codicia deſenfrenada de aquellas perſonas, que por
enriquecer y atheſorar bienes de fortúna, cometen maldades, y hacen muchas
injuſticias»24.
En el DRAE 2001 (s. v. tuerto) aparece la locución bajo las mismas dos formas que
hemos expuesto, ambas calificadas como «poco usadas», con este significado: «Sin
consideración ni reflexión». Por su parte, ni el DUE ni el DEA la mencionan.
Veamos este ejemplo del CORDE perteneciente al siglo XIII:
24
Como curiosidad, en la edición de Autoridades de 1739 vuelve a aparecer esta locución bajo la entrada
tuerto con una definición ligeramente variada: a tuerto, à derecho, ò à derecho, «modo adverbial, que
vale ſin conſideración, ni reflexión juſta, ò injuſtamente».
407
Et estos que son en la corte del rey tanto se fían en su poridat et en su
mansedunbre, et son seguros de su bondad, que se non temen de fablar a sus
sabores a tuerto o a derecho, ca él non gelo contradirá. (Calila e Dimna, anónimo,
1251, literario).
En el CREA los casos son muy escasos:
Y aunque estos compromisos reservados fueron pactados con la dictadura
militar brasileña es previsible que el antiguo aliado en dificultades pretenda activar
ahora a tuertas o derechas la intervención de las tropas brasileñas con el botón
rojo de la "conmoción interna". (ABC, prensa, 3-6-1986, política y economia)25.
7.5.4. Eſſa es la derécha y dabale con la zurda
Autoridades (s. v. derecho) define esta expresión y su variante eſſa es la derécha, y la
torcída la del candil como «refránes con que ſe motéja à los que dicen ò hacen algun
diſparáte». Este refrán aparece hasta la edición académica de 1822; evidentemente, ya
no lo recogen los diccionarios actuales. Podría, eso sí, haber una relación entre estos
refranes y el significado ʻhecho indiscutibleʼ recogido por el DEA bajo la forma esta (o
esa) es la derecha.
No encuentro apariciones de estos refranes en los corpus.
7.5.5. o saber alguien cuál es/dónde tiene su mano derecha
Esta nueva expresión aparece recogida siempre bajo la voz mano. Covarrubias la
define así: «No ſaber qual es ſu mano derecha, ſer necio». En Autoridades también
aparece no ſaber qual es ſu mano derecha como «phrase con que ſe da à entender, que
alguno estan nécio è incapáz, que ignóra aun las coſas mas fáciles y notórias».
El DRAE 2001 la recoge como no saber alguien cuál es, o dónde tiene, su mano
derecha y la define de esta manera: «Ser incapaz y de poco talento». El DUE, en
cambio, la expone en modo afirmativo, por lo que la define con el sentido contrario; así,
saber alguien dónde tiene la mano derecha significa: «Saber lo que trae (o lleva) entre
manos». El DEA define saber alguien dónde tiene la mano derecha, o saber lo que se
trae entre manos como: «Ser competente, especialmente para el trabajo que
desempeña».
25
Con los términos tuerto y derecho encontramos también estas dos expresiones en Autoridades (s. v.
derecho): derecho apurado, tuerto ha tornado, «refr. que condéna el rigór de la ſeveridád: y enſeña que la
juſticia ſe debe templar con la prudéncia para que no declíne en crueldád»; quien dá parte de ſus
cohéchos, de ſus tuertos hace deréchos, «refr. que enſeña que el que regála y ſoborna, intenta aſſegurar
con ſu liberalidad el perdon de ſus delitos».
408
Del CORDE extraigo el siguiente ejemplo del siglo XIX:
El juez (exclamó el hombre de las noticias) es un mameluco que no sabe dónde
tiene su mano derecha; pero detrás del juez está el Banco, que es el que dirige
este asunto, ejerciendo una exquisita vigilancia. (José Selgas y Carrasco, Un rostro
y un alma, 1874, literario).
Del CREA destacamos este fragmento, con una ligera variación en la expresión:
Eusebito no tiene alcances, no sabe dónde está su mano derecha. (Javier
Maqua, Invierno sin pretexto, 1992, ficción).
7.5.6. Mano derecha
Esta otra expresión referida a la mano aparece en los tres diccionarios actuales con
diferentes significados, aunque en los tres casos encontramos repetido un sentido
positivo análogo (s. v. mano). El DRAE 2001 define una de sus acepciones como:
«Persona muy útil a otra como auxiliar o colaborador» (la primera vez que la RAE
recogió este sentido fue en el Diccionario Manual de 1984 con una definición
prácticamente igual). El DUE: «Con respecto a una persona, otra que le es muy útil
como auxiliar o colaborador». El DEA: «Persona que es la más eficaz colaboradora de
otra». En efecto, la visión positiva de la mano derecha queda reforzada con este empleo
en el que se hace referencia a su gran utilidad y eficiencia.
En el CORDE encontramos este pasaje de La Regenta:
Vegallana tenía una gran pasión: la de "tragarse leguas", o sea dar paseos de
muchos kilómetros.
Le aburrían las intrigas de politiquilla.
Era cacique honorario; el cacique en funciones, su mano derecha, Mesía.
(Clarín (Leopoldo Alas), La Regenta, 1884-1885, literario).
En el CREA aparecen abundantes ejemplos como este:
Como prueba de su creciente relevancia, el canciller alemán acaba de relevar a
su representante en la Convención y ha enviado a su mano derecha, el
superministro Joschka Fischer. (El País, prensa, 30-10-2002, política y economía).
7.5.7. Con el pie derecho
Lógicamente, esta locución expresa el sentido justamente contrario a la referida al
pie izquierdo. Sin embargo, al contrario de lo que sucedía con esta ―que no aparece en
409
el DRAE hasta el año 1985―, esta otra expresión ya aparece en Autoridades en 1737 (s.
v. pie), donde se define entrar con el pié derecho, ù con buen pié como: «Empezar
alguna obra con felicidad, dicha y fortuna». También en Covarrubias (s. v. pie) la
encontramos: «Entrar con pie derecho, entrar con ventura».
Es recogida también por los tres diccionarios actuales (s. v. pie). El DRAE 2001 la
define como: «Con buen agüero, con buena fortuna». El DUE define con pie derecho
como «con buen pie», locución que a su vez define como «con buena suerte o con
acierto» (también en este caso especifica que aparece con verbos como empezar, entrar
o semejantes). En cuanto al DEA, ya hemos visto que agrupa en una sola definición las
cuatro expresiones similares que encontramos en nuestra lengua.
De las apariciones en el CORDE podemos destacar:
Salí de casa (con el pie derecho, por si acaso), y cuidé de sentar también el pie
derecho, ante todo en el portal de Dumbría. (Emilia Pardo Bazán, La Quimera,
1905, literario).
Del CREA señalamos, por ejemplo:
El Manchester United entró con el pie derecho en el segundo tiempo. Habían
transcurrido tres minutos cuando, a la salida de un córner, Pallister cabeceó hacia
atrás y Kanchelskis perforó la portería sueca con un fenomenal disparo desde fuera
del área. (La Vanguardia, prensa, 15-9-1994, ocio y vida cotidiana).
7.5.8. Brazo derecho
Seguimos con las expresiones que utilizan simbólicamente los miembros derechos
del cuerpo. En Autoridades (s. v. brazo) aparece ser el brazo derecho de una acción
explicada como: «Vale lo miſmo que ſer la parte principal, que la patrocina y fomenta, y
la que con ſu aſsiſtencia y auoridád le dá mayor aumento y favór». El DRAE 2001 (s. v.
brazo) la expresa como ser el brazo derecho de alguien, que define así: «Ser la persona
de su mayor confianza, de quien se sirve principalmente para que le ayude en el manejo
de sus asuntos». El DUE (s. v. brazo) alude simplemete a brazo derecho: «Se dice con
respecto a una persona, de otra que le presta una ayuda eficaz y de la que no puede
prescindir». El DEA (s. v. brazo) también se refiere sencillamente a brazo derecho:
«Persona cuya colaboración resulta a otra prácticamente imprescindible».
Encontramos este empleo en el CORDE:
410
No habían tenido tiempo aún la señora y el canónigo de cambiar dos palabras,
cuando entró en el comedor una criada de edad y mucha confianza, que era el
brazo derecho de doña Perfecta, y como ésta la viera inquieta y turbada, llenóse
también de turbación, sospechando que algo malo en la casa ocurría. (Benito Pérez
Galdós, Doña Perfecta, 1876, literario).
Y también, por supuesto, en el CREA:
JOSE MARÍA LOIZAGA, presidente de Mercapital, ha decidido ascender a su
brazo derecho, Javier Benjumea, de su anterior puesto de consejero director
general a consejero delegado de la compañía. (La Vanguardia, prensa, 2-11-1995,
ciencia y tecnología).
7.5.9. Ojo (u ojito) derecho
Estamos ante una nueva expresión análoga. Aparece por primera vez en el DRAE de
1803 (s. v. ojo): ser el ojo derecho de alguno, «ser de su mayor confianza y cariño». El
DRAE de 2001 (s. v. ojo) se refiere a ser alguien el ojo derecho de otra persona con la
misma definición. El DUE (s. v. ojo) habla de ser alguien el ojo derecho de otro,
indicando que también se emplea con ojito: «Ser su preferido». El DEA (s. v. ojo) la
menciona solamente como el ojo (u ojito) derecho de una persona (indicando que suele
aparecer con el verbo ser), con el significado: «La persona más estimada».
Un caso extraído del CORDE es:
Loja se rindió al rey [de Castilla y Aragón]. Salió el postrero Boabdili y llegó a
postrarse a los pies del rey; y de allí se fue a Priego y dejó el rey en Loja con muy
buena guarnición de soldados por alcaide y capitán a don Alvaro de Luna, nieto del
condestable don Alvaro de Luna, y de allí pasó a combatir a Illora que está en sitio
muy fuerte a vista de Granada, cuyo castillo decían los de Granada que era su ojo
derecho. (Jerónimo Zurita, Anales de la corona de Aragón, 1579, p. históricodocumental).
Del CREA tomamos un caso en el que aparece la expresión ojito derecho, empleada
frecuentemente en la actualidad:
Pero el ojito derecho de los reyes era el varón de la familia, el príncipe Juan,
cuya salud nunca había sido demasiado robusta; de pequeño, los médicos
aconsejaron, para fortalecerle, que comiera carne de tortuga. (Fernando Vizcaíno
Casas, Isabel, camisa vieja, 1987, ficción).
411
7.5.10. Entrar por el ojo derecho
Otra locución referente al ojo derecho es esta, en la que este lado vuelve a estar
relacionado con los buenos sentimientos, en contraposición a la mencionada antes con
el ojo izquierdo. Ya hemos comentado, precisamente al hablar de la expresión
relacionada con el ojo izquierdo, la primera referencia que aparece a estas expresiones
en el año 1984. El DRAE 2001 (s. v. ojo) se refiere a entrarle a alguien una persona por
el ojo derecho con esta definición: «Ser aceptada con simpatía». El DEA (s. v. ojo)
incluye entrar por los ojos, por el ojo derecho a alguien como: «Gustarle,
especialmente por su aspecto». El DUE no recoge este empleo26.
Un caso del CORDE es:
Por eso se prestó gustosa a estrechar relaciones con los Körner; lo que no podía
calcular era que Marta le iba a entrar por el ojo derecho, y a conquistar su afecto
extremoso con la seducción singularísima de su intimidad mujeril, nerviosa, llena
de novedades, picantes y pegajosas, para la pobre Emma, cuya depravación natural
no había tenido hasta entonces ningún aspecto literario ni romántico-tudesco.
(Clarín (Leopoldo Alas), Su único hijo, 1891, literario).
En el CREA no he encontrado ningún empleo literal, aunque sí este otro equivalente,
en el que en lugar de hablar del ojo derecho se utiliza la forma el buen ojo:
Daniel Ducruet nunca le entró por buen ojo a Rainiero por sus antecedentes
pendencieros y su reputación de mujeriego. (El Mundo, prensa, 12-9-1996, política
y economía).
Son curiosas las expresiones que asocian algo positivo al ojo derecho porque, así
como son fácilmente explicables la relaciones de la mano, el brazo o el pie derechos con
lo afortunado por nuestra experiencia cotidiana, no hay ninguna razón objetiva para
extrapolar esta concepción positiva al ojo derecho.
7.5.11. Hecho y derecho
Esta otra expresión se utilizaba, según Covarrubias (s. v. hecho), con el sentido de
«por lo que eſtà de todo punto acabado». Para Autoridades (s. v. derecho), con el
sentido de «modo adverbiál con que ſe explica que alguna perſona es cabál y perfeƈta, ò
que alguna coſa ſe ha executado y perficionado ſin que le quede que hacer».
El DRAE 2001 (s. v. hecho) la divide en cuatro acepciones. La primera es: «Dicho de
una persona: Cabal, excelente». La segunda: «Dicho de una cosa: ejecutada
26
Solamente menciona la expresión entrar una cosa por los ojos (s. v. ojo).
412
cumplidamente». Otra acepción es: «Real y verdadero». Por último: «Dicho de una
persona: Instruida o versada en alguna facultad». El DUE (s. v. hecho) la define tan solo
como: «Expresión enfática con que se subraya la propiedad con que se aplica a alguien
cierto calificativo». El DEA (s. v. hecho), por su parte, la define como «persona adulta»,
indicando que también se usa con sentido figurado.
Nos centraremos en el sentido aplicado a las personas, que es el que nos interesa. Se
utiliza en este contexto, efectivamente, con valor enfático para subrayar cierta condición
de alguien, siempre en un sentido positivo. Lo vemos en el CORDE:
Veme aquí v. m. un hidalgo hecho y derecho, de casa de solar montañés, que,
si como sustento la nobleza, me sustentara, no hubiera más que pedir. (Francisco de
Quevedo y Villegas, La vida del Buscón llamado don Pablos, 1626, literario).
Del CREA podemos señalar:
Y le daba rabia, a la vez, porque el tipo, cuando abandonaba la camota y la
alcoba, era todo un hombre, un hombre hecho y derecho, con sus diecinueve años
bien cumplidos, sus orgasmos, de llamar a los bomberos, bien acumulados en la
mirada aún ardiente y deseosa, a pesar del sueño y el despertador, con todo su amor
a cuestas y el peso de su fogosa virilidad, que incluso lo hacían caminar rumbo al
baño como se camina rumbo a los veinte años de edad, y de ahí, de un saltito más,
ya ni siquiera doce meses más, a la súper mayoría de edad, hombre hecho y
derecho, macho y varón y mi amor. (Alfredo Bryce Echenique, El huerto de mi
amada, 2002, ficción).
7.5.12. Venir el parto derecho
La señala Autoridades (s. v. derecho) con esta definición: «Además del ſentido recto
de ſer el parto ſegúro, ſin rieſgo de la preñada: ſignifica que de alguna coſa que ſe
deſeaba ſucedieſſe, y tardaba, hai ſeñales ciertas de que vendrá bien y preſto».
En la edición del DRAE de 2001 (s. v. parto) encontramos la expresión definida de
esta manera: «Suceder algo favorablemente o como se deseaba». En cambio, no
encontramos rastro de ella ni en el DUE ni en el DEA.
Del CORDE podemos destacar este pasaje del Quijote:
- De lo que el buen Sancho me ha contado me anda brincando un escrúpulo en el
alma, y un cierto susurro llega a mis oídos, que me dice: "Pues don Quijote de la
Mancha es loco, menguado y mentecato, y Sancho Panza su escudero lo conoce, y,
con todo eso, le sirve y le sigue y va atenido a las vanas promesas suyas, sin duda
alguna debe de ser él más loco y tonto que su amo; y siendo esto así,
como lo es, mal contado te será, señora duquesa, si al tal Sancho Panza le das
413
ínsula que gobierne, porque el que no sabe gobernarse a sí ¿cómo sabrá gobernar a
otros?".
- Par Dios, señora -dijo Sancho-, que ese escrúpulo viene con parto derecho; pero
dígale vuesa merced que hable claro, o como quisiere, que yo conozco que dice
verdad, que si yo fuera discreto, días ha que había de haber dejado a mi amo. Pero
esta fue mi suerte y esta mi malandanza: no puedo más, seguirle tengo; somos de
un mismo lugar, he comido su pan, quiérole bien, es agradecido, diome sus
pollinos, y, sobre todo, yo soy fiel, y, así, es imposible que nos pueda apartar otro
suceso que el de la pala y azadón. (Miguel de Cervantes Saavedra, Segunda parte
del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, 1615, literario).
En el CREA no he encontrado ningún ejemplo.
7.5.13. Al (o del) derecho
El DRAE 2001 (s. v. derecho) define la locución al derecho remitiendo a la
anteriormente vista a derechas ―así lo hace desde la edición de 1925―; no incluye este
diccionario la variante del derecho. El DEA (s. v. derecho) expone en una entrada las
dos formas y las explica de esta forma: «De modo normal, debido o esperado». El DUE
(s. v. derecho) recoge por separado ambas formas, aunque con sentidos análogos: para
al derecho expone como definiciones «del derecho» y «en la dirección que se considera
normal»; del derecho es definida como «con la parte que se considera derecho de una
tela o cosa semejante hacia fuera o visible» y «en la posición que se considera correcta».
En efecto, a pesar de las diferentes definiciones que acabamos de ver, parece que las
dos variantes de la expresión se utilizan con un sentido análogo, que parte precisamente
de uno de lo sentidos de derecho que acabamos de ver: el de ʻlado principal de una
cosaʼ. A partir, pues, de este significado ―al que hace referencia más claramente el
DUE― se aplica la locución en sentido figurado y funciona en muchas ocasiones como
sinónimo de, por ejemplo, correctamente.
Veamos su empleo en el CORDE:
Ponderó otro del mismo nombre, que leído al derecho y al revés siempre es
Ana, que es gracia y belleza; por dondequiera que miren, toda está hermosa y
graciosa. (Baltasar Gracián, Agudeza y arte de ingenio, 1642-1648, p. científica).
414
Paca. ¡Oir, oir!; ¿sabéis qué digo?,
que si él va á ponerte pleito
por ladrón, que busques tú
un abogado de aquellos
que conocen la justicia
del revés y del derecho
que te defienda y que haga
que pague tu amo al barbero
y al escribano las costas.
(Ramón de la Cruz, El pleito del pastor, 1768, literario).
Estos son dos casos del CREA:
En efecto, revisamos las listas al derecho y al revés, y no encontramos ni
siquiera homónimos, de modo que a partir de este domingo, podemos caminar
tranquilos y a cubierto del acoso electoral. (Los Tiempos, prensa, 25-3-1997,
política y economía).
Es este zapato, no sé qué le pasa -lo sostenía ante sus ojos sin saber qué hacer
con él, lo miraba del derecho y del revés, pero al zapato no le pasaba nada-. (Juan
Marsé, El embrujo de Shangai, 1993, ficción).
En efecto, vemos como en estos cuatro casos se emplean ambas expresiones en
oposición a otra que también admite dos variantes: al revés o del revés. Lo importante
es que en los cuatro pasajes al derecho o del derecho se podrían intercambiar sin causar
modificaciones en el significado.
7.5.14. Por lo derecho, ir/tirar por derecho
Estas tres expresiones tienen también un significado muy similar: no se refieren a
derecho en un sentido espacial como otras locuciones que encontramos con este
término, sino que aluden a un comportamiento moral. La primera es recogida
únicamente por el DEA (s. v. derecho): «Bien o como es debido». Las otras dos las
encontramos en el DRAE 2001 (s. v. derecho) ―y en los diccionarios académicos desde
la edición de 1936―: ir por derecho aparece definida como «proceder rectamente, en
derechura», mientras que tirar por derecho contiene una llamada, precisamente, a esta
última expresión27.
Veámoslas en el CORDE:
27
Covarrubias (s. v. derecho) recoge una expresión parecida: «Ir por camino derecho, hazer la razon».
415
Quien con rectitud y por lo derecho caminaba para Dios viento del Spíritu
Sancto, en poca golosina de una manzana ladeó el navío tan bien fletado que
zabordó y dio consigo al traste, perdió tanto bien, hizo agua y quedó de suerte que,
si la misericordia de Dios no acudiera para que lo desaterraran y llevaran a forca y
a fuerza de brazos, allí quedara perdido para siempre jamás. (San Juan Bautista de
la Concepción (Juan García Gómez), Exhortaciones a la perseverancia, c 1610c 1612, p. religiosa).
Por si el hombre va por derecho, y se ha prendado de ti con buen fin... que todo
podría ser, Benina... se ven cosas muy raras... tú debes proceder
con lealtad, y confesarle tus máculas, no vaya a creer Frasquito que la pureza de los
ángeles del cielo es cualquier cosa comparada con tu pureza. (Benito Pérez Galdós,
Misericordia, 1897, literario).
Los ejemplos encontrados de tirar por derecho encierran únicamente un sentido
espacial. Veamos, pues, los que encontramos en el CREA:
Dícese que, examinada la egregia parturienta por el famoso comadrón y
notando éste que las cosas no venían por lo derecho, determinó poner en
conocimiento de Napoleón I lo crítico de la situación que amenazaba tornarse
angustiosa dentro de algunos instantes. (Carlos Fisas, Historias de la Historia,
1983, ciencias sociales).
En este caso no aparecen casos ni de ir por derecho ni de tirar por derecho.
7.5.15. Otras expresiones
Para terminar con las locuciones en las que aparece el término derecho, citemos
algunas en las que encontramos diferentes visiones del sentido referido a la justicia y
que contribuyen a la visión positiva del término. De entre las numerosas expresiones
similares que existen en nuestra lengua, podemos destacar unas cuantas recogidas por
los diccionarios actuales (s. v. derecho):
-dar derecho: «hacer justicia, desagraviar» (DRAE 2001), «servir para que alguien tenga
derecho a cierta cosa» (DUE);
-de derecho: «con arreglo a derecho», «usado para indicar lo que es legítimo en
comparación con lo que existe meramente, pero con abstracción de esta cualidad»
(DRAE 2001), «por derecho o con arreglo al derecho» (DUE), «de acuerdo con la ley o
los principios establecidos» (DEA);
-estar alguien a derecho: «estar conforme a derecho» (DRAE 2001);
-estar alguien en su derecho: «tener derecho» (DRAE 2001, DEA), «tener derecho a
hacer lo que hace» (DUE);
-hacer derecho: «estar a derecho u obrar con justicia» (DRAE 2001);
416
-no hay derecho: «usado como protesta ante algo que se considera injusto» (DRAE
2001), «exclamación de protesta contra algo que se encuentra intolerable» (DUE);
-no haber derecho a una cosa: «no ser justa esa cosa» (DEA);
-ser algo de derecho: «ser justo o legal» (DUE).
Pasemos ahora a analizar otras palabras emparentadas con derecho:
7.5.16. Derechamente
Dejando a un lado las acepciones con el significado de ʻrectamenteʼ, este adverbio
aparece también con otros significados con un valor positivo. En Autoridades (s. v.),
además de algunas expresiones en las que aparece el término con un significado
también positivo, encontramos: «vale tambien prudentemente, con juicio, con
diſcrecion, con deſtréza y habilidad»; «vale aſsimiſmo formalmente»; «se uſa tambien
por juſtamente»; «se uſa aſsimiſmo por legalmente, con derecho, con accion, con
juſtícia».
En el DRAE 2001 (s. v.) aparecen «con prudencia, discreción, destreza y justicia» y
«directamente, a las claras». El DEA (s. v.) propone: «Recta o adecuadamente». El DUE
sólo menciona significados puramente espaciales.
Sin entrar ahora en demasiados detalles acerca de los sentidos que puede adoptar
derechamente, es obvio que se encuentra con diferentes connotaciones positivas nacidas
de los diferentes sentidos con los que se emplea el adjetivo derecho. En la mayor parte
de los ejemplos analizados lo hallamos con el significado de ʻdirectamenteʼ, tomando en
varias ocasiones el matiz de ʻcorrectamente, justamente, adecuadamenteʼ, como en este
ejemplo del CORDE:
Las prendas que a los dichos hicieron serían y fueron justas y derechamente
hechas conforme a la Carta de sus Magestades presentada en los procesos que
sobre ello pasaron, en los cuales se dio sentencia, la cual fue consentida por las
dichas partes; de esto le esta hecho cargo el dicho Licenciado en la Secreta, donde
tiene alegado y probado su derecho. (Documentos de 1524 [Documentos relativos
a don Juan de Cervantes], anónimo, 1524, p. jurídica).
O este del CREA:
ENCARGADA Ahora le doy el recibo.
MIGUEL No hace falta, se lo da a ella.
ENCARGADA No, no... tengo que darle el recibo. Aquí todo se hace
derechamente. (Manuel Gutiérrez Aragón, Morirás de otra cosa, 1992, ficción).
417
7.5.17. Derechero
En Autoridades (s. v.) se define como «lo miſmo que juſtificado, recto», y se califica
de «voz antiquada». El DRAE 2001 (s. v.) señala como una de las acepciones de este
término la de «justo, recto, arreglado». El DUE (s. v.) también menciona el significado
de «justo», pero ya lo califica de no usual. En el DEA no aparece esta entrada.
En efecto, aparece en el CORDE este término con un significado positivo próximo al
de ʻjustoʼ, por ejemplo en este pasaje del siglo XIII:
E dixo: Si quisieres pasar a tu enemigo, non le digas loco nin mintroso nin
mesturero; mas pugna en aver el contrario d'estas cosas, e sey asosegado e
verdadero e piadoso e derechero. (Bocados de oro, anónimo, a 1250, literario).
En el CREA aparece también este fragmento en el que derecheras toma estas
connotaciones positivas:
Ningún hecho de la historia ha tenido la suficiente representación universal
como para que surgiera de él la noción de derecho. El aforismo romano ex facto
oritur ius no puede aceptarse tal como suena; no es cierto que "del hecho nace el
derecho", ni en todos los sentidos del verbo nacer ni en todos los del sustantivo
derecho. Lo más que podemos admitir en beneficio del aforismo es que, en ocasión
de ciertos hechos, se promulgan a veces leyes derecheras, esto es, conformes con
la res iusta. (Pompeyo Ramis M., Esencia prejurídica del derecho, 2002, política y
economía).
7.5.18. Derechura
Desde el DRAE de 1791 (s. v.) aparece con significados no solamente espaciales:
«Lo mismo que destreza». El DRAE de 2001 (s. v.) recoge estas dos acepciones, aunque
ambas son calificadas de anticuadas: una es la de «derechez (rectitud, integridad)» y
otra la de «destreza». El DUE (s. v.) ofrece una explicación similar, pues en él aparecen
de nuevo los significados de «rectitud moral» y de «destreza», que también son
calificados de antiguos.
En el CORDE encontramos el sentido de ʻrectitud moralʼ:
E amad más la pobreza con derechura que la riqueza con pecado, ca pierdese el
aver e las buenas obras fincan. (Bocados de oro, anónimo, a 1250, literario).
418
El significado ʻdestrezaʼ no aparece tan claramente. Solamente podemos mencionar
este pasaje como un posible ejemplo (pues también podríamos interpretar que lo que se
está utilizando aquí es el sentido anterior):
Quedó Gil solo arando, sin más compañía que la del sol, que a la ida le caldeaba
las espaldas, y a la vuelta le bailaba delante de los ojos. Con toda su voluntad
puesta en el puño y éste en la esteva, regía con inflexible derechura la labor.
(Benito Pérez Galdós, El caballero encantado, 1909, literario).
En cuanto al CREA, aparecen tan solo ejemplos con el significado de ʻrectitud
moralʼ:
Al futuro sucede el presente. Al geométrico panorama dibujado con los tonos
del "cambio" y de la "ruptura", del insaciable "progresismo" científico y técnico,
sucede ahora un horizonte cultural más incierto y laberíntico, pero también bastante
menos abstracto y segregado del sujeto. La historia se comienza a entender de otro
modo: deja de ser habitáculo de "destinos" inevitables y empieza a ser esa escena
azarosa y variada en la que los hombres actúan como tales. Lo que pierde de
sistemática e impuesta derechura queda felizmente compensado por lo que gana
en complejidad y diversidad: ahora es menos esquemática y extraña, más próxima
a las preocupaciones y las inquietudes humanas. (Nicolás Ortega Cantero,
Geografía y cultura, 1987, ciencias sociales).
7.5.19. Enderezar
Además del significado ʻponer derechoʼ con sentido literal, este verbo toma una serie
de sentidos que asocian lo derecho a lo positivo. Covarrubias (s. v.) lo define como
«emendar, y boluer en derecho lo que iua tuerto, y fuera de regla». En Autoridades (s.
v.) aparecen todas estas explicaciones: «poner derecho lo que eſtá torcido y fuera de
regla»; «significa tambien Concertar, emendar, deshacer lo que no eſtá bien y
rectamente hecho, y volverlo à ſu aſsiento y regla», o «vale tambien dirigir, guiar y
encaminar» (también señala algunas expresiones en las que aparecen estos
significados).
El DRAE 2001 (s. v.) señala estas acepciones: «gobernar bien, poner en buen estado
algo»; «enmendar, corregir, castigar»; «ayudar, favorecer» (antiguo). En el DUE (s. v.)
aparecen, entre otros: «arreglarse la marcha de algo que no va bien» (con las
subacepciones «corregir los vicios o malas costumbres de alguien» y «corregir una
persona sus vicios o malas costumbres») y «ayudar o favorecer» (antiguo). El DEA (s.
v.) recoge dos acepciones con valor positivo: «corregir a alguien haciendo que su
conducta sea satisfactoria» y «arreglar algo haciendo que evolucione positivamente».
419
Sin querer adentrarnos mucho en los distintos matices de cada uno de los sentidos
señalados, lo importante es que en todos ellos está presente la idea de ʻponer derechoʼ
equivalente a ʻponer en buen estadoʼ, lo que, visto de otro modo, quiere decir que lo que
no está derecho es incorrecto.
Lo apreciamos en este fragmento tomado del CORDE:
Y si es camino el fin y el propósito que se pone cada uno a sí mismo para
enderezar sus obras, Camino es sin duda Cristo, de Dios; pues, como decíamos
hoy al principio, después de sí mismo, Cristo es el fin principal a quien Dios mira
en todo cuanto produce. (Fray Luis de León, De los nombres de Cristo, libros I-III,
1583, p. religiosa).
O en este otro del CREA:
Alberto Fujimori tuvo grandes éxitos en sus primeros años de gobierno: derrotó
a la primitiva y esquizofrénica organización guerrillera Sendero Luminoso, la
misma que "ajusticiaba" feligreses en los templos para promover la revolución, y
enderezó la nación que se encontraba al borde del abismo después de muchos
gobiernos del concubinato oligarquía-fuerzas armadas y de las ocurrencias del
bohemio García, el de los tangos en París. (La ación, prensa, 7-11-2000, política
y economía).
7.5.20. Aderezar
Otra palabra emparentada con derecho es aderezar. Covarrubias (s. v. adereçar)
explica: «Del verbo dirigere: pero tomamosle inmediatamẽte del Toſcano, drizzare, por
endereçar lo q̅ eſtà torcido: y metaforicamente llamamos adereçar, el adornar lo que eſtà
mal pueſto, el guiſar la comida que no eſtà ſazonada, el aparejar lo que ſerá preſto
neceſſario, que ſi ſe pide cõ prieſſa no ſe hara derechamente, ni como ſe deue hazer».
En Autoridades (s. v.) la encontramos con todos estos significados positivos:
«componer, adornar, y pulir alguna coſa»; «vale tambien Remendar, ò componer alguna
coſa, que eſtaba rota ù deſcompueſta»; «vale tambien ſazonar, adornar, y limpiar, ò aſear
una coſa: como aderezar la comída, el camino, la caſa, el caballo, y aderezar de comer»;
«significa tambien diſponer, y preparar alguna coſa»; como empleo pronominal añade
«componerſe, engalanarſe, y mas propriamente Afeitarſe las mugeres el roſtro».
En el DRAE 2001 (s. v.), todas las acepciones que aparecen tienen como base un
significado positivo: «componer, adornar, hermosear»; «guisar, condimentar o sazonar
los alimentos»; «disponer o preparar una casa, un cuarto, una estancia, etc.»; «remendar
o componer algo»; «componer con ciertos ingredientes algunas bebidas, como los vinos
420
y licores, para mejorar su calidad o para que se parezcan a otras»; «preparar con goma u
otros ingredientes algunos tejidos para que tomen consistencia y parezcan mejor»;
«guiar, dirigir, encaminar»; «acompañar una acción con algo que le añade gracia o
adorno».
El DUE (s. v.) define el término con estas acepciones de carácter positivo: «preparar
cualquier cosa para cierto servicio o cierta operación» (poco frecuente); «añadir algún
ingrediente a las bebidas, para mejorarlas o para darles semejanza con otras»; «guisar»
(poco frecuente); «añadir a las comidas condimentos para darles sabor»; «acicalar o
arreglar cosas o personas» (poco frecuente); «hacer alguien con habilidad que una
cuestión que expone tenga el aspecto que a él le conviene» (poco frecuente); «dar
consistencia rígida a los tejidos con ciertas sustancias, como cal, goma o almidón»
(poco frecuente); «guiar o encaminar» (también poco frecuente).
En el DEA (s. v.) encontramos: «condimentar un alimento o una bebida o darle sabor
más agradable»; «acompañar a una cosa otra que le da gracia o la hace más grata o
atractiva» (literario); «preparar o disponer una cosa, procurando que presente un aspecto
bello» (literario); «arreglar o componer» (raro).
La evolución semántica del verbo aderezar es estudiada con profundidad por Pascual
y García en su estudio sobre el diccionario histórico (2007: 89-116), por lo que en este
caso concreto podemos apoyarnos en la información que aportan ambos autores.
Diferencian dos ramas semánticas fundamentales en las que agrupar los significados de
este verbo: una con la idea de ʻdirigir, conducirʼ y otra con la de ʻdisponer
adecuadamenteʼ. De ellas, nos interesa sobre todo, por su significado claramente
positivo, la segunda.
Aparece en el CORDE en ejemplos como este:
Pero las que han salido de raya ha estado a la mira el jardinero para con la tijera,
agora pasado ese invierno, cortar, cercenar, componer y aderezar nuestro jardín,
que quede para la buena vista de Dios. (San Juan Bautista de la Concepción (Juan
García Gómez), Pláticas a los religiosos, c 1603- c 1607, p. religiosa).
Entre los ejemplos que aparecen en el CREA encontramos muchos relacionados con
el ámbito de la cocina:
Se pueden aderezar con ajo o perejil (véase los condimentos permitidos en la
Tabla de Alimentos permitidos y no permitidos). (José M. Moreno, Hágase Vd.
mismo su chequeo médico, 1982, salud).
421
7.6. Diestro y su familia léxica
Sin duda, otro término importante que comentar es diestro. Todas las características
negativas atribuidas a los zurdos encuentran su contrapunto en las connotaciones
positivas que se relacionan con la palabra diestro. Hagamos un repaso por los
diccionarios.
Covarrubias (s. v.) lo define como: «comũmente ſe toma por aquel que juega bien las
armas, y cõ Deſtreza: y en qualquier otro exercicio, o aƈto: aq̅l llamamos dieſtro q̅ eſta
experto, y es liberal y mañoſo en exercerle». Por otro lado, bajo la forma diestra,
menciona la «diestra fortuna, la dichosa; y al contrario, siniestra».
En Autoridades (s. v.) hallamos estos significados con un valor positivo: «significa
tambien habil y experto en qualquier Arte, y que tiene habilidád para executar con
deſtréza alguna coſa»; «vale tambien Sagáz, prevenido y aviſado para manejar los
negócios, ſin atajarſe en las dificultades»; «significa tal vez favorable, benigno y
venturóſo»; «uſado como ſubſtantivo ſe entiende ſiempre por el que es mui habil en
jugar la eſpáda ò las armas». Encontramos también este otro significado, en el que se
unen una valoración positiva y otra claramente negativa: «se llama aſsimiſmo al
embuſtéro, habil y capáz de engañar à qualquiera: y tambien al que ſabe diſsimular ſu
mala intención, haſta que halla oportunidád de executarla».
El DRAE 2001 (s. v.) recoge, entre otras, estas acepciones: «hábil, experto en un arte
u oficio»; «sagaz, prevenido y avisado para manejar los negocios, sin detenerse por las
dificultades»; «favorable, benigno, venturoso»; «hombre que sabe manejar la espada o
las armas»; «torero de a pie», y «matador de toros».
En el DUE (s. v.) aparecen: «hábil, ágil o inteligente para hacer cosas;
particularmente, para hacer la clase de trabajo que expresa el nombre»; «hábil en cosas
que requieren picardía»; «sagaz, prevenido y avisado para manejar los negocios, sin
detenerse por las dificultades» (poco usual); «nuncio, portador o acompañado de buena
suerte»; «torero de a pie»; «matador de toros»; «hombre hábil en el manejo de las
armas» (poco usual).
Por último, veamos las del DEA (s. v.): «persona hábil y experta» (con las
subacepciones «cosa propia de la persona diestra» y «cosa que denota habilidad o
destreza»); «torero o matador de toros», y «hombre hábil en el manejo de las armas»
(raro).
422
En general, encontramos, por un lado, varios sentidos relativos a la habilidad; con
estos podemos relacionar las acepciones que se refieren a los toreros, sin duda nacidas
por la supuesta habilidad que poseen28. Por otro lado, algunas acepciones aluden a la
buena suerte vinculada siempre al lado derecho.
Sin duda, resultan muy apropiados para comentar en este capítulo los empleos
relacionados con el significado de ʻhábilʼ. Fijémonos, por ejemplo, en este pasaje del
CORDE:
E aquel Anthumedón en pequeña hedat fue paje de Acchiles e por eso en su
moçedat aprendió bien de cavalgar e salió tan diestro en ello que, fecho ombre, le
fizo Acchiles su cavallerizo. (Enrique de Villena, Traducción y glosas de la
Eneida. Libros I-III, 1427-1428, literario).
En el CREA aparecen numerosos ejemplos:
Hasta ahora yo creía que los imbatibles campeones de un deporte cada vez más
extendido, el de esconder la mano después de haber lanzado la piedra, eran Bossi y
Miglio. En cambio, observo que Berlusconi también es muy diestro en esa práctica
tan curiosa. (La Vanguardia, prensa, 17-6-1994, artes).
También podemos dar muestras de los empleos que relacionan el término con la
buena fortuna: olvidándonos ya de las confusiones que se producían entre los valores de
derecha e izquierda en los ritos de adivinación, es evidente que en otros contextos las
connotaciones que toman los términos relacionados con uno y otro lado están
claramente diferenciadas. Así, este significado de diestro de ʻfavorable, venturosoʼ se
opone a siniestro cuando este toma el sentido de ʻque anuncia o conlleva desgraciasʼ:
Lo vemos en el CORDE en ejemplos como este:
Vamos donde seamos desposados,
y os curad de la herida vuestra,
dando fin a sucesos desdichados
y buen principio a la fortuna diestra.
(Lope de Vega Carpio, Los hechos de Garcilaso, c 1579-1583, literario).
En el CREA no aparece ningún empleo con este significado.
También hay que fijarse en algunas definiciones que aparecen bajo la entrada diestra.
Por ejemplo, en Autoridades encontramos: «significa tambien Lugar de dignidad: y en
eſte ſentido ſe dice que Chriſto Señor nueſtro eſtá en el Cielo ſentado à la dieſtra de Dios
28
De hecho, el propio término torero también se emplea con significados claramente positivos.
Fijándonos, por ejemplo, en el DRAE 2001 (s. v.), vemos esta acepción: «Gallardo, airoso, desenvuelto».
423
Padre: tomada eſta expreſsión del corteſano uſo de poner à los ſugétos de dignidád y
veneración en el lugár correſpondiente à la mano derécha»; «se toma tal vez por favór,
ſocorro, auxilio, ò ampáro». Desde la edición académica de 1791, bajo la entrada en
femenino encontramos simplemente el significado ʻmano derechaʼ.
Estos dos significados reflejados en Autoridades no hacen más que indicar las
connotaciones favorables que la mano derecha puede adoptar en diferentes contextos.
Hemos visto en múltiples ocasiones la izquierda de Dios como símbolo del castigo de
los condenados, veamos ahora este ejemplo del CORDE en el que la derecha adopta la
simbología opuesta:
¡O Jhesuchristo, Señor!, así como Tú eres Fijo de Dios e verdadera Trenidad
Padre e Fijo [e] Espíritu Santo e encarnaste e naçiste de Virgen e morir quesiste por
nos, pecadores, salvar con tantos martirios e penas en la vera cruz e resuçitaste a
terçero día e quebrantaste los infiernos e saqueste aquellos que a Ti plogo e subiste
a los çielos en cuerpo e en alma e estás a la diestra de Dios Padre, muestra tu
misericordia sobre estos cuerpos de tus sierbos que por Ti quisieron morir. (Lope
García de Salazar, Istoria de las bienandanzas e fortunas, 1471-1476, p. históricodocumental).
También aparecen en el CORDE numerosos ejemplos referidos a la diestra de Dios
como símbolo de protección o auxilio:
Ensalçate sobre los çielos, Dios, e sobre toda la tierra tu onrra.
Por que escapen tus amigos, saluame con tu diestra e rrespondeme.
(Biblia ladinada I-i-3, anónimo, c 1400, p. religiosa).
Pasemos ahora a ver el término en algunas expresiones con significado positivo:
7.6.1. El mas dieſtro la yerra
Aunque no aparece en los diccionarios actuales, la encontramos en Autoridades (s. v.
diestro): «Phraſe que ſigniſica la facilidád de caer en algun deſcuido, ù defeƈto, aun los
mas dieſtros, prevenidos y prudentes en las coſas, por la caſi preciſa neceſſidad de la
naturaléza humana en no acertar ſiempre». Esta expresión desaparece de los
diccionarios académicos desde la edición de 1852.
No he encontrado ejemplos en los corpus que reflejen este empleo.
7.6.2. De dieſtro à dieſtro, el mas preſto
Autoridades (s. v. diestro) recoge este refrán: «Refr. que dá entender, que entre dos
igualmente habiles, aſtútos y ſagáces el mas pronto en reſolverſe ò en emprender el
424
intento ſe lleva la ventája. Es tomado de los igualmente hábiles en el manéjo de la
eſpáda, de los quales el mas agil en acometer lleva mucha ventája al otro». La expresión
desaparece de los diccionarios de la RAE a partir de la edición de 1970.
No lo he encontrado reflejado en los corpus.
7.6.3. Esto va de diestro a diestro
Aparece desde Autoridades (s. v. diestro): eſto vá de dieſtro à dieſtro, «phraſe con
que ſe explica la igualdad de dos en lo hábil, experto, ò aſtúto: dando à entender, que
cada uno le percibe, ò penetra bien al otro la intención, o le previene en lo que ſe vá à
executar».
El DRAE 2001 (s. v. diestro) recoge la expresión con el significado de «usado para
explicar la igualdad de dos personas en habilidad, destreza o astucia». No aparece esta
expresión en los otros dos diccionarios que estamos utilizando.
En el CORDE he encontrado este caso:
Esto es pedir oculto, mas yo quiero
verte incrédulo ser y miserable;
pero es preciso que en ademán hable
tu lengua de creer. De diestro a diestro
debes jugarla, y dila que es principio
de un encabronamiento dilatado,
y que a ella por sólo eso la has buscado.
(Nicolás Fernández de Moratín, El arte de putear, c 1771-1777, literario).
En el CREA no ha aparecido ningún uso de esta expresión.
7.6.4. Juntar diestra con diestra
Aparece en Autoridades (s. v. diestra): «Phraſe que ſigniſica hacer amiſtád y
confederación». En los diccionarios actuales, la encontramos recogida únicamente por
el DRAE 2001 (s. v. diestro)29 prácticamente con la misma definición: «Hacer amistad y
confederación».
Lo más parecido que encontramos en el CORDE es este pasaje:
Ojos amigos le verán; y en muestra
De la alianza que firmar decido,
Estrecharé su diestra con mi diestra.
(Miguel Antonio Caro, Traducción de "Eneida" de Virgilio, 1873-1876, literario).
29
En el adelanto de la nueva edición esta expresión pasa a formar parte de la entrada diestra.
425
En el CREA sí aparece de un modo literal:
Los galeotes juntaban diestra con diestra y se consolaban mutuamente en los
momentos de desánimo. (Fernando Arrabal, La torre herida por el rayo, 1982,
ficción).
Analicemos ahora algunos términos de la misma familia léxica:
7.6.5. Ambidextro/ambidiestro
El término utilizado para referise a alguien que maneja con igual habilidad ambas
manos o pies está relacionado, obviamente, con el lado derecho.
Lo encontramos en Covarrubias bajo la forma ambidextro, con la definición «del
nombre Latino ambidexter, el que igualmente vſa de ambas manos con vna meſma
ligereza y deſtreza». En Autoridades (s. v. ambidextro) se define como «la Perſóna que
igualmente ſe ſirve, y tiene igual fuerza y agilidád en ambas manos, de ſuerte que
manéja y ſe vale de la izquierda, como de la derecha».
Desde el Suplemento de 1970 la Academia recoge también la forma ambidiestro, que
en el DRAE de 2001 aparece definida como «que usa igualmente la mano izquierda que
la derecha». La propuesta de la 23.ª edición aparece modificada: «Que usa con la misma
habilidad la mano izquierda y la derecha o el pie izquierdo y el derecho».
El DUE (s. v. ambidextro o ambidiestro) propone como definición la siguiente: «Se
aplica al que usa indistintamente ambas manos». En el DEA (s. v. ambidextro)30
encontramos dos acepciones: «[persona] que utiliza las dos manos con igual habilidad»
y la curiosa «(eufemismo) bisexual».
Poco hay que comentar con respecto a este término, cuya visión positiva de la
derecha viene dada, obviamente, por la que implica el propio término diestro. Veamos,
pues, este ejemplo del CORDE:
Entre los griegos se miraba también como qualidad plausible la de ser
ambidextros; pues en la Ilíada, Hector hace gloria de manejar igualmente el
escudo con una y otra mano. (Benito Jerónimo Feijoo, Cartas eruditas y curiosas,
en que por la mayor parte se continúa el designio de el Theatro Crítico Universal,
impugnando o reduciendo a dudosas varias opiniones comunes, I, 1742, p.
didáctica).
Y este otro caso tomado del CREA:
30
Recoge también la entrada ambidiestro, que simplemente aparece definida como «ambidextro».
426
Cuando mocito, habiéndose visto obligado a escapar de la caótica, cruel y
fanática casa de una tía beata donde de Cotija había venido a arrimarse a fin de
poder estudiar pintura (él ya sabía dibujar increíblemente bien, don natural con el
cual nació y que, para mayor asombro, podía realizar con las dos manos, pues era
ambidiestro) en la ciudad de México, comenzó a vagar en busca de techo y pan,
durísima deambulación que le hizo tomar la forma de un pequeño vagabundo, apto
para ingresar en la escuela correccional del Teipan, entonces muy temida por los
muchachos. (Gilberto Chávez Jr., El batallador, 1986, ficción).
7.6.6. Diestramente
El adverbio derivado de diestro también se utiliza, evidentemente, con significados
positivos. En Autoridades (s. v.) encontramos esta única acepción: «Sagáz y
mañoſamente, con deſtréza, habilidád, acierto è induſtria». El DRAE 2001 (s. v.) lo
define simplemente como «con destreza» y el DEA (s. v.) como «de manera diestra»,
explicando que diestra se refiere en este caso a los sentidos «cosa propia de la persona
diestra» y «cosa que denota habilidad o destreza». El DUE no lo contempla.
Este empleo de diestramente con el significado de ʻcon destrezaʼ se aprecia, por
supuesto, en el CORDE:
Antes de dar el primer paso en ella, un día que esta[ba] a solas en su posada, y
era día que llovía mucho, paró un coche a la puerta della; y, habiendo un hombre
anciano, que en él venía, preguntado por él, y díchole que estaba en su cuarto,
subió allá, halló a nuestro fingido caballero entreteniéndose con un laúd,
instrumento que tocaba diestramente, a quien arrimaba su poco de bajete con
buena gracia. (Alonso de Castillo Solórzano, Aventuras del Bachiller Trapaza,
1637, literario).
Y también en el CREA:
Por otra parte, el presidente Alfonsín ha manejado diestramente el problema,
no limitándose a liquidarlo, sino convirtiéndolo, mediante referéndum, en un
respaldo nacional a su política exterior, que se enfrenta todavía al caso mucho más
espinoso del archipiélago bajo soberanía británica, y a su proyecto de reforma
interior. (El País, prensa, 1-12-1984, política y economía).
7.6.7. Destreza
Hemos hablado anteriormente de destreza, veamos ahora ejemplos de este término.
Covarrubias (s. v.) lo define como: «la agilidad cõ que ſe haze alguna coſa,
atribuyendolo a la mano dieſtra».
427
En Autoridades (s. v.) se recogen estos significados: «habilidád, arte, primór y
propriedád con que ſe hace alguna coſa. Viene del Latino Dextra por la analogía de ſer
la mano derecha mas diſpueſta y habil para obrar»; «se llama por Antonomáſia el arte
del Juego de armas ù de eſgrima». El DRAE 2001 (s. v.) lo define como: «Habilidad,
arte, primor o propiedad con que se hace algo»31. El DUE (s. v.) propone: «Cualidad de
diestro: agilidad o habilidad para hacer cierta cosa o las cosas en general». El DEA (s.
v.), por su parte, lo divide en dos acecpiones: «cualidad de diestro (hábil)» y «(raro)
habilidad (cosa para la que alguien es hábil)».
Sin entrar en la discusión de si el término tiene una o más acepciones, veamos
ejemplos que contienen el sentido de ʻhabilidad para llevar a cabo una tareaʼ. Del
CORDE podemos destacar:
Esta fizo a los Catones
sapientes,
militantes e valientes
los Çipiones;
ésta rige las legiones
con destreza
e juzga con sabieza
las regiones.
(VV.AA., Cancionero castellano del s. XV de la Biblioteca Estense de Módena,
1400-1500, literario).
Del CREA, veamos, por ejemplo:
Se acomodaron como pudieron en la estrechura imposible del jergón, se
echaron encima toda la ropa que tenían, pero aun así, aunque sin más remedio
estaban muy apretados el uno contra el otro, tiritaban de frío, y a él le entró de
nuevo el miedo a que lo descubrieran y la urgencia de marcharse, pero ella le
sujetaba entre las piernas con una destreza recién aprendida y ya infalible y le
decía que aun quedaba tiempo, que se encendiera otro cigarrillo, ni siquiera habían
sonado las campanadas de las dos. (Antonio Muñoz Molina, Sefarad. Una novela
de novelas, 2001, ficción).
7.6.8. Adiestrar
Siguiendo con términos emparentados con diestro, otra palabra más en la que
encontramos connotaciones positivas es adiestrar.
Covarrubias (s. v. adestrar) explica: «Guiar a alguno, lleuandole dela dieſtra, o
porque es ciego, o porque va por lugar eſcuro, que el no ha andado: y deſtron llamamos
31
En referencia al segundo de los significados de Autoridades, el DRAE 2001 recoge como una acepción
en desuso la de «esgrima».
428
al moço del ciego por eſta razon. Vale en otra ſinificacion, aduertir, aconſejar, enſeñar al
que va en algun negocio a tiento como ciego».
Autoridades (s. v.) recoge: «guiar à alguno de la dieſtra, ò porque es ciego, ò porque
camína por lugar obſcuro»; «hacer à alguno dieſtro en algun arte, ò exercício,
enſeñárſele, y exercitarle en él»; «metaphoricamente vale lo miſmo que advertir,
aconſejar, ò enſeñar à alguno».
En el DRAE 2001 (s. v.) aparece dividido su significado en tres acepciones: «hacer
diestro, enseñar, instruir»; «amaestrar, domar a un animal», y «(poco usado) guiar,
encaminar, especialmente a un ciego». El DUE (s. v.) recoge tres sentidos en una única
acepción: «hacer a alguien practicar cierta cosa para hacerse diestro en ella», con las dos
subacepciones «enseñar o amaestrar a un animal» y «ejercitarse para adquirir destreza»,
esta última correspondiente al empleo del verbo como pronominal. El DEA (s. v.) no
coincide con ninguna de las dos visiones que acabamos de ver, sino que divide dos
acepciones: la primera es «enseñar o hacer diestro a alguien», con la subacepción
«enseñar o amaestrar a un animal», y la segunda «ejercitarse para adquirir destreza»,
que como en el caso anterior se corresponde con el empleo pronominal del verbo.
En resumen, encontramos el sentido de ʻhacer diestro, enseñar, instruirʼ ―que se
puede aplicar tanto a animales como a personas― y el de ʻguiar a un ciegoʼ, que el
DRAE califica ya de poco utilizado.
Con el sentido, pues, general de ʻhacer diestroʼ encontramos abundantes ejemplos.
Del CORDE podemos destacar:
Séanlo también tantas nuevas fábricas como se ven ya florecientes en España,
para cuyo fin aún no perdona V.M. los dispendios de su Erario, ya en las
franquezas a ellas concedidas, y ya en establecerlas a su costa, con el ánimo de que
sirvan para adiestrar la nación en las manifacturas que antes ignoraba, como
sucede en la fábrica de cristales, tapices y de Guadalajara, con otras muchas.
(Bernardo de Ulloa, Restablecimiento de las fábricas y comercio español, 17401746, p. científica).
Del CREA:
Antonio Pirir, un ex guerrillero que pasó 17 años luchando en la selva
guatemalteca, es uno de los que han cambiado el fusil por los utensilios agrícolas.
Ahora se le adiestra para convertirse en un buen granjero, pero él mismo confirma
lo difícil que resulta desprenderse del recuerdo de la guerra. (El País, prensa, 9-101997, política y economía).
429
Por lo que se refiere al significado ʻguiar a un ciegoʼ, encontramos muchos empleos
en el CORDE:
FARSA DEL MOLINERO* en que entran quatro figuras: un Molinero que
sirve de Pastor, muy enharinado, y un Fraile, y un Ciego y su Muchacho que lo
adiestra. (Diego Sánchez de Badajoz, Farsa del molinero, c 1525-1547, literario).
En el CREA, en cambio, no he encontrado reflejado su uso.
En relación con este significado hay que señalar la existencia ―como ya indicaba
Covarrubias― del término destrón, que según el DRAE 2001 (s. v.) es el «lazarillo o
mozo de ciego»32. En el CORDE lo encontramos en:
Destrón, el consejo; la lengua, el ciego.
Que lo que se habla, primero se ha de pensar y después dezirse. Destron se
llama el que adiestra al ciego. (Hernán Núñez, Refranes o proverbios en romance,
c 1549, p. didáctica).
Tampoco aparecen empleos de este término en el CREA.
En resumen, observamos que a la gran cantidad de circunstancias comentadas a lo
largo del trabajo que nos permitían corroborar la influencia de la simbología de la
izquierda y la derecha en la lengua, podemos sumar todos los términos y expresiones
que acabamos de analizar en este apartado. Han quedado suficientemente demostradas
tanto la asociación de la izquierda con todo tipo de significados negativos como la de la
derecha con los positivos, asociación que tiene una particular importancia cuando
hablamos de expresiones y unidades fraseológicas, que, como opinan Forment y
Efthimiou, «son un espejo perfecto de la cultura de una comunidad» (1999: 88).
32
También aparece en el DUE (s. v.) con este significado, aunque se califica de poco frecuente: «servidor
o guía de un ciego». En el DEA no aparece.
430
8. LA ITERDICCIÓ SOBRE
IZQUIERDO E LA ACTUALIDAD.
¿HACIA U UEVO SUSTITUTO EUFEMÍSTICO?
Todo el análisis histórico llevado a cabo en este trabajo nos ha demostrado que los
significantes asociados al significado ʻizquierdaʼ, tanto en el español como en otras
muchas lenguas, son sometidos a un continuo desgaste que provoca la aparición de
sustitutos eufemísticos. Llegados a este punto debemos analizar, pues, si hay indicios de
que en la actualidad la interdicción que recae sobre izquierdo pueda llegar a provocar de
nuevo el proceso eufemístico.
Por un lado, hemos visto que los significados que posee hoy en día el término no
presentan la carga negativa de los de siniestro. Solamente hemos comentado el sentido
aplicado al defecto de los caballos como una posible consecuencia de la visión negativa
de la izquierda; en el resto de las acepciones aparece el término con un significado
neutro.
Por otro lado, dentro de los empleos relacionados con el sentido espacial tampoco
hemos visto tantos casos con connotaciones negativas como ocurría con siniestro. De
hecho, este tipo de pasajes van disminuyendo conforme pasan los siglos: del 6,2% que
encontrábamos en el siglo XIII ―aplicamos el porcentaje tomando como referencia
solamente los ejemplos de ʻizquierdaʼ― pasamos a un 0,7% en el siglo XX y un 0,4%
en los ejemplos extraídos del CREA.
Desde este punto de vista no parece, por tanto, que izquierdo haya perdido el valor
eufemístico por el que fue tomado en préstamo. Pero debemos analizar el asunto desde
otra perspectiva, concretamente tomando como referencia el empleo del término que
más ha subido en los últimos años, es decir, el aplicado a la politica.
Ya hemos señalado en este trabajo (cfr. cap. 2.1.5) las palabras de Guiraud haciendo
referencia a la interdicción existente sobre la derecha relacionada con el contexto de la
política. Habíamos comentado entonces ―sin llevar a cabo un análisis detallado del
asunto, apoyados solamente en nuestro conocimiento de la lengua actual― que esa
431
interdicción podía extenderse también a la izquierda. Ha llegado el momento, pues, de
intentar argumentar esta hipótesis.
Hay que partir del hecho de las connotaciones negativas que despiertan las
denominaciones de las diferentes ideologías entre los partidarios de los grupos opuestos.
Rebollo, en un estudio sobre el lenguaje político en España durante buena parte del
siglo XX, enumera y analiza los diferentes términos despectivos utilizados para referirse
tanto a los integrantes de la izquierda como a los de la derecha. Afirma que la
«degradación mediante variantes injuriosas» es un recurso utilizado por ambas
ideologías (1978: 69)1.
Un caso verdaderamente interesante que menciona Rebollo es el de la utilización del
término zurdo con el significado de ʻizquierdistaʼ: «la derecha, al referirse a la
izquierda, recurre al término zurdo, con las connotaciones que supone» (1978: 90). Ya
habíamos comentado la aparición en el corpus del verbo zurdear con connotaciones
políticas.
Pues bien, la constatación de estos empleos nos sirve no solo para demostrar que la
intuición de que la relación entre la izquierda y el espectro político al que representa no
es casual, sino también para comprobar que muchas veces los términos derecha e
izquierda son evitados a la hora de aludir a los integrantes de una ideología; recae sobre
ellos, por tanto, una interdicción. Analicémoslo con mayor detalle.
Pues bien, si echamos un vistazo a ejemplos del CREA en los que apreciamos el
significado ʻsector político de ideas más progresistasʼ, veremos que en muchos de ellos
encontramos una visión negativa, despectiva, del término. En efecto, hay que tener en
cuenta que las diferencias ideológicas que implican los conceptos de izquierda y
derecha conforman una de las mayores confrontaciones que dividen al ser humano. Es
evidente que en este caso los conceptos se aplican siempre desde una perspectiva
totalmente subjetiva, pues lo que es bueno para la derecha es malo para la izquierda y
viceversa. Pero esta subjetividad no es óbice para que la izquierda sea también en este
caso objeto de una visión negativa y despectiva y, por ende, de una nueva interdicción.
Fijémonos en primer lugar en ejemplos como los siguientes:
1
Para ver algunos ejemplos, cfr. 1978: 68-75 y 81-86.
432
En 1963, antes de que mis padres estuvieran casados, ya escribía: "Las barriadas
son por lo general lugares tranquilos habitados por grupos de familias muy
trabajadoras, pero su imagen pública es: violencia, inmoralidad, pereza, crimen y
política revolucionaria de izquierda". (El Mercurio, prensa, 6-2-2004, política y
economía).
Los miembros de nuestras Fuerzas Armadas han soportado con disciplina
ejemplar y el más firme talante democrático las mayores injusticias y asperezas de
una izquierda tópica y "progre" que nunca se ha detenido a pensar en su impecable
trayectoria. (La Razón, prensa, 24-3-2004, política y economía).
Aunque las autoridades locales se apresuraron ayer a desvincular el atentado de
cualquier movimiento terrorista internacional, atribuyéndolo a un grupo local de
extrema izquierda, el incidente ha reavivado la preocupación de muchas de las
delegaciones que deben acudir a los Juegos, si bien ninguna de ellas, a día de ayer,
había mostrado su intención de renunciar a la cita olímpica. (El Periódico
Extremadura, prensa, 6-5-2004, política y economía).
También encontramos estas connotaciones negativas en otros términos, como el de
izquierdista:
Quisieron atajar una subversión izquierdista, loca y cruel, pero crearon quizás
el mayor infierno de América. (La Vanguardia, prensa, 2-5-1995, ciencias
sociales).
Atribuyen a grupo izquierdista el secuestro de Diego Sigala. (El Universal,
prensa, 6-11-96, política y economía).
En las mismas fotos podrá usted observar también a los guardianes. No se trata
de milicianos ni de vigilantes como usted dice. No llevan nada en la mano. La
Régie les tiene prohibido llevar armas. Salvo el día de la paga, para proteger los
fondos que distribuimos entre el personal. Yo había dado a los guardianes la
consigna de que retrocedieran gradualmente en caso de ataque izquierdista. Y
sobre todo que evitasen cualquier enfrentamiento. Siguieron mis instrucciones al
pie de la letra, y el día de marras ocho de ellos acabarían en el hospital, heridos a
golpes de barra. (Triunfo, prensa, 9-7-77, política y economía).
Ahora bien, la misma visión negativa de la izquierda la encontramos, como apuntaba
Guiraud, dirigida a la derecha:
Participó y colaboró en otras publicaciones como Tribuna, Mundo Argentino,
El Laborista, Mundo radial y particularmente Cabildo, una publicación
nacionalista, de extrema derecha y filo nazi, muy afín a su propio perfil político.
(Film [on line], prensa, 06-07/2003, artes).
433
También era ésa la impresión que causó a algunos jóvenes militantes de
Coalición Popular, seguramente miembros del PDL, uno de los cuales confesó a
Raimundo Castro para su libro El sucesor que "tenía un discurso terrorífico de
derechas... y cuando le vimos las pintas de pelo engominado y las cosas que decía
le preguntamos a Miguel Herrero de Miñón que cómo habían mandado a ese
fascista a Ávila". (Eduardo Sotillos Palet, 1982. El año clave, 2002, política y
economía).
Aquello provocó un intenso debate interno en Nueva Vía, donde se levantaron
voces advirtiendo que "ser la derecha del partido no ayuda mucho a ganar unas
elecciones internas".
Esto obligó a un esfuerzo para, sin modificar las ideas, intentar evitar que se les
identificara como el ala derecha. (Gonzalo López Alba, El relevo. Crónica viva
del camino hacia el II Suresnes del PSOE. 1996-2000, 2002, política y economía).
El término derechista tampoco se libra:
La posibilidad de ser tachados de derechistas no parece preocupar a los autores.
(El País, prensa, 25-9-96, política y economía).
Y aunque la base electoral del PNP ha aumentado, el discurso derechista e
intolerante que ha predominado puede atentar contra los integrantes más jóvenes y
con atraer electores nuevos a la colectividad. (El 0uevo Herald, prensa, 14-112000, política y economía).
Una de las discusiones que han estallado en Alemania este año es en cuanto a lo
que dicen los libros de texto de las escuelas sobre el nazismo y la guerra. Es sólo
recientemente, es decir en 1995, que por medio del debate sobre los textos
escolares muchos alemanes van cobrando consciencia de la magnitud del
problema: de la magnitud del sistema de exterminio de judíos y otros grupos, de la
magnitud del apoyo ideológico que esta matanza tuvo entre la población alemana
(y de otros pueblos europeos) y de la magnitud de la instalación del espíritu
derechista y racista en la propia cultura. (Héctor Meléndez, La identidad ausente,
1996, ciencias sociales).
Esta concepción negativa de la derecha y la izquierda aparece, conjuntamente, en
pasajes como estos:
En la misma línea se pronuncia el presidente de Uras, Sergio Marqués, que
asegura que este acuerdo que se plasmará sin duda antes de fin de año, va más allá
de preparar una candidatura que agrupe el voto regionalista. "Es para eso y para
mucho más, queremos crear una base donde todos los que tengan un sentimiento
asturianista pueda tener un reflejo estable, una alternativa centrada y moderada
lejos de esas luchas cainitas de derechas e izquierdas", declaró Sergio Marqués.
(La Voz de Asturias, prensa, 21-8-2004, política y economía).
434
En definitiva, todos debemos aprender las lecciones tal y como nos vienen. Por
favor, que nadie se erija valedor de la Constitución Española, o de la bandera de
España, porque es de todos los españoles y sólo nosotros (sin izquierdas ni
derechas, términos más que desfasados a comienzos del siglo XXI) somos dueños
de nuestro futuro, de forma democrática, sin salirnos de las reglas del juego que
todos nos hemos dado. (El País, prensa, 1-4-2004, ciencias sociales).
¿Qué provoca, por tanto, esta degradación que sufren derecha e izquierda cuando se
aplican en términos políticos? Una de las consecuencias más habituales es la de que los
hablantes (sobre todo los principales interesados en escapar de la visión despectiva de
los términos, es decir, los propios políticos) opten por escaparse hacia la alternativa que
en este caso resulta más neutra, esto es ―siguiendo la analogía establecida con los
conceptos que hacen referencia al espacio―, el centrismo.
En efecto, es muy común en la actualidad aplicarse el calificativo de centrista
ideológicamente hablando. Aunque es difícil demostrarlo, las alternativas centrista o de
centro pueden ser utilizadas muchas veces como algo parecido a un sustituto
eufemístico, pues cumplen la misión de evadir los términos que resultan demasiado
fuertes y directos. Fijémonos en estos ejemplos:
El suicidio del centro "El PSOE ha de enfocar su campaña en una lucha abierta
contra el centro de Suárez, desenmascarándole como lo que realmente es, la
derecha franquista evolucionada, y presentándose como la verdadera y única
alternativa de centro". Ignacio Sotelo, 1977. (Eduardo Sotillos Palet, 1982. El año
clave, 2002, política y sociedad).
-Tendré que hacer dos. La otra será la de mi dimisión, José María. Creo que vas a
cometer un gran error que estropeará tu imagen de político liberal y de centro.
(Eduardo Sotillos Palet, 1982. El año clave, 2002, política y sociedad).
Queda claro que Miguel Herrero militaba en el grupo de los partidarios de la
derechización de UCD. Pero ésa no era la idea de Suárez, ni lo que le pidió a su
sucesor, Calvo-Sotelo. Al contrario, la consigna era mantener la imagen de centro.
(Eduardo Sotillos Palet, 1982. El año clave, 2002, política y sociedad).
El líder de IU, Gaspar Llamazares, calificó el primer año del Gobierno como un
"bagaje del derechazo" y recordó que el Ejecutivo se ha "quitado la careta
centrista" de la legislatura pasada, "dejando en el camino el diálogo para apuntarse
a la política de derecha pura y dura". (El Diario Vasco, prensa, 13-3-2001, política
y economía).
Parece evidente que tanto la expresión de centro como la de centrista tienen unas
claras connotaciones positivas en estos ejemplos. No se trata tanto de hacer referencia a
una ideología concreta como de intentar evitar otras expresiones más directas y, por
tanto, más comprometedoras.
435
Recapitulando, podemos decir que la simbología de la izquierda y la derecha toma
unos valores muy especiales cuando se enmarca en el contexto político, en el cual
ninguno de los dos conceptos es el positivo o el negativo, sino que depende siempre de
connotaciones subjetivas. Lo que sí parece claro es que ambos resultan ser términos
demasiado directos, sobre todo para un lenguaje, el político, que lo que intenta siempre
es despertar la mayor empatía posible.
Galli (1973: 176-181) ya menciona la importancia que tiene la interdicción en el
terreno de la política, lo que provoca, en su opinión, que la terminología utilizada en
este contexto varíe mucho, es decir, estas palabras son sometidas a un constante cambio.
Esto nos lleva a proponer, con la mayor de las precauciones, una hipótesis: el hecho de
aplicar los conceptos de derecha e izquierda a las ideologías políticas pudo haber tenido,
en su día, una función eufemística.
En efecto, es algo poco discutible que el empleo de izquierda o de derecha para
hacer referencia a las ideologías resulta menos directo que el uso de otros términos
como conservador o liberal; ni qué decir tiene que resulta mucho menos
comprometedor que otras denominaciones como fascista o comunista. Una prueba más
de este posible valor eufemístico está en la aceptación que ha tenido el empleo de
ambos términos hasta la actualidad: a pesar de que precisamente estamos analizando en
este apartado sus posibles connotaciones negativas, solamente el hecho de haber
sobrevivido tanto tiempo en un terreno tan propicio al cambio y a la interdicción es una
prueba de su función atenuante.
De todas maneras, sabemos que a todo sustituto eufemístico se le va diluyendo esta
función encubridora con el paso del tiempo. Así, parece que la única vía por la que el
término izquierdo puede sufrir una mayor interdicción en la actualidad es por su empleo
en el terreno político, teniendo en cuenta sobre todo cómo va aumentando su uso con el
paso del tiempo. Con todo, el hecho de que este fenómeno sea compartido con la
derecha puede atenuar sus efectos en la lengua. Por tanto, no nos encontraríamos con
una interdicción sobre la izquierda propiamente dicha, sino con una interdicción que
recae sobre nuestro término indirectamente por ser utilizado en un contexto favorable al
juego eufemístico.
436
9. COCLUSIOES
Lo más importante que puede decir un investigador al hacer una valoración general
del trabajo realizado es que este ha alcanzado las expectativas que de él se esperaban y,
personalmente, pienso que con esta tesis he logrado los fines que me proponía, es decir,
se ha comprobado cómo indudablemente la interdicción que recae sobre todo lo
relacionado con la izquierda tiene importantes consecuencias en la lengua,
concretamente en el español.
Se ha demostrado, en un primer momento, la gran importancia de la simbología que
encierran los conceptos de izquierda y derecha. Llama poderosamente la atención que
civilizaciones extendidas por todo el mundo y que apenas tienen relación entre sí
atribuyan las mismas connotaciones a unos términos que, en principio, no deberían ser
analizados desde una posición tan subjetiva. Utilizando las palabras de Forment y
Efthimiou, podemos afirmar que «los procesos valorativos a los que han sido sometidos
las nociones de la derecha y de la izquierda constituyen lo que hemos denominado un
"universal cultural"» (1999: 102-103). Un claro ejemplo de ello lo constituye el
paralelismo que encontramos entre el pasaje ya citado de la República de Platón, en el
que se separa a los justos de los injustos dirigiéndolos hacia la derecha y la izquierda
respectivamente, y las referencias bíblicas al Juicio Final.
Con las escasas excepciones ya comentadas, la izquierda provoca en el ser humano
unas asociaciones negativas que resultan difíciles de explicar. La mayor parte de los
estudiosos del tema ven, como puede parecer más obvio, una relación entre esta
asociación y la condición especial del lado izquierdo de nuestro cuerpo, que por lo
general se corresponde con nuestra parte más torpe. Los expertos en la materia justifican
también la tendencia a establecer clasificaciones de tipo dualista como una constante en
el pensamiento del hombre primitivo.
Pero lo que no deja de soprendernos en relación a esto es la estrecha relación
establecida siempre entre la derecha con lo masculino, por un lado, y la izquierda con lo
femenino por el otro. Como siempre, la excepción es lo que resulta especialmente
437
relevante: me refiero al hecho de que en Extremo Oriente el lado preeminente sea el
izquierdo y este, a su vez, sea el que se relaciona con el hombre. Esto nos ha llevado a
proponer, con la mayor de las precauciones, la hipótesis de que en la preeminencia de la
derecha puede haber influido la impuesta superioridad del sexo masculino en la mayor
parte de las sociedades.
Es obvio que llegar a unas conclusiones acerca de un tema tan complejo desde un
estudio meramente filológico es arriesgado y muy complicado, pero son precisamente
las características lingüísticas que ambas oposiciones establecen en la lengua las que
nos hacen llamar la atención sobre este aspecto.
Además de las características peculiares del sufijo –tero comentadas durante el
trabajo, nos encontramos ante dos oposiciones, derecha-izquierda y masculinofemenino, en las que uno de los dos términos resulta siempre el perjudicado, a pesar de
que, como insistimos, no hay una razón justificada para ello. El predominio tanto de la
derecha como del hombre sobre la izquierda y la mujer provoca que, de diferentes
formas, estos últimos elementos de cada pareja sean, lingüísticamente hablando,
portadores de connotaciones negativas. No hay que olvidar, por ejemplo, que el
femenino siempre es el elemento marcado cuando entra en oposición con lo masculino
y, además, en muchos pares de palabras que se oponen solamente en el género son
siempre mucho más llamativas las connotaciones negativas asociadas a lo femenino1.
Entre los aspectos destacables de los valores de la simbología de la izquierda y la
derecha se encuentra también la gran importancia que tiene en el cristianismo. Me he
detenido conscientemente en la visión que aporta esta religión acerca de estos conceptos
porque resulta, sin duda, muy importante en las posteriores consecuencias lingüísticas.
Lo hemos podido comprobar precisamente en distintos ejemplos del corpus en los que
encontramos pasajes que constituyen simples variaciones de algunas citas bíblicas, lo
que demuestra que la influencia ejercida por el texto sagrado no se reduce solamente al
pensamiento meramente religioso, sino que va mucho más allá.
De la misma forma, también hay que otorgarle una gran importancia al momento en
que los términos utilizados para marcar una diferencia espacial fueron empleados por
primera vez para establecer una oposición ideológica. Podríamos estar ante una
1
Sin adentrarnos en un terreno bastante complejo podemos señalar, por ejemplo, que son muchos los
casos que encontramos en la lengua de hoy en día en los que el adjetivo femenino se utiliza con el
significado de ʻprostitutaʼ, mientras que el empleo de esos mismos términos en masculino no conlleva
algunas veces, ni siquiera, connotaciones negativas. Es el caso de términos como fulana, golfa, zorra,
buscona... (DRAE 2001: s. v.).
438
consecuencia más de la visión negativa de la izquierda, pues, como hemos argumentado
anteriormente, hay razones suficientes para pensar que la asignación de cada lado a los
integrantes del hemiciclo no se debió a una causa fortuita. No obstante, el sentido
negativo con el que debió de nacer en un principio este significado de izquierda se ha
ido igualando poco a poco con el de su término opuesto en estas mismas circunstancias,
la derecha, puesto que ambos conceptos despiertan una visión igualmente contrastada
que provoca asociaciones tanto positivas como negativas.
Fijándonos ya en lo lingüístico, las consecuencias que mencionábamos al principio
aparecen en gran parte de las lenguas del mundo, se extienden tanto en el tiempo como
en el espacio. Centrándonos en el español y remontándonos en sus orígenes hasta el
ámbito indoeuropeo, se puede comprobar que la evolución de los significantes
asociados a la ʻderechaʼ no tiene nada que ver con la de los términos asociados a la
ʻizquierdaʼ. La interdicción ha quedado patente en el hecho de la cantidad de
significantes que siempre ha necesitado lo relacionado con la izquierda. Esto sucedía,
sin ir más lejos, en latín, donde la aparición de un sustituto eufemístico unida a otros
factores tuvo como consecuencia que no haya huellas en romance ni de laeuus ni de
scaeuus. Pero los derivados de sinister pronto sucumbieron a sus empleos despectivos,
y tanto el español como otras lenguas emparentadas tomaron un préstamo del vasco
para intentar ocultar las malas connotaciones del significado interdicto.
El análisis diacrónico de siniestro e izquierdo ha dejado en evidencia que la
evolución de uno y otro vocablo durante la historia de nuestra lengua presenta unas
tendencias totalmente opuestas. Los resultados obtenidos señalan el siglo XVI como el
primero en el que los empleos de izquierdo para referirse al significado espacial superan
a los de siniestro. Precisamente en este último término hemos visto reflejados durante
toda la Edad Media diferentes ejemplos en los que aparecen las connotaciones negativas
que demuestran la interdicción y que, a su vez, han provocado el nacimiento de diversos
significados peyorativos. Entre este grupo de ejemplos que presentan estas
connotaciones destacan, indudablemente, los relacionados con el cristianismo, cuya
relevancia en la interdicción al menos durante esta época está, como hemos dicho, fuera
de toda duda.
Hemos apreciado también, en algunos casos, las causas directas de la aparición de
estos nuevos sentidos, como por ejemplo sucede en el caso de ʻque anuncia o conlleva
desgraciasʼ, lógicamente relacionado con el mal agüero asociado en todo momento a la
izquierda. A pesar de no poder justificar con esta claridad otros sentidos del término,
439
parece clara la conexión existente entre la visión peyorativa del término y el nacimiento
de todo tipo de significados negativos.
En cuanto a izquierdo, aun sin librarse en ningún momento por completo de las
asociaciones inherentes al significado que designa, ha logrado evitar que estas estén
presentes de una manera explícita, logrando, al fin y al cabo, el objetivo por el cual es
utilizado un sustituto eufemístico. Son importantes, eso sí, las observaciones realizadas
en el último capítulo del presente trabajo, que pueden servir como una nueva vía de
investigación sobre el tema. La conexión de la izquierda y la derecha con un terreno tan
propicio para la interdicción como es el contexto de la política puede ser un factor
importante para que el juego eufemístico que ha caracterizado durante siglos a lo
relacionado con la izquierda tenga todavía consecuencias ulteriores en la lengua. Es
muy probable, por tanto, que la relatividad siga siendo la característica más importante
del eufemismo y que, por tanto, el término izquierdo tenga una vida limitada en nuestro
idioma, al menos con este valor eufemístico.
Es evidente que debemos tener en cuenta que los resultados obtenidos dependen de
un corpus que, aunque extenso, pertenece a una parcela limitada de la realidad. De todos
modos, a lo largo del estudio hemos analizado un número suficiente de apariciones de
estos términos como para poder extraer una idea orientativa del empleo real tanto de
siniestro como de izquierdo.
Las características propias del eufemismo indicadas al comienzo de este estudio han
quedado, pues, plasmadas en el análisis realizado. Su influencia en el cambio semántico
es notoria, como hemos estado comentando hasta el momento. En cuanto a sus
repercusiones léxicas ―clasificadas en un principio como enriquecedoras pero, al
mismo tiempo, empobrecedoras― hay que comentar que en el caso del español el
término interdicto no ha desaparecido, ni mucho menos, de la lengua, sino que pervive
con una variedad importante de significados, eso sí, negativos. Al mismo tiempo, se ha
incorporado el término vasco, cuya presencia en nuestra lengua no se hubiera producido
si no fuera por el juego eufemístico.
Por otro lado, llegados a este punto podemos reafirmarnos en lo dicho al comienzo
de nuestro trabajo acerca de la desaparición de la creencia en la magia de la palabra en
la actualidad ―al menos, evidentemente, en las civilizaciones más desarrolladas―.
Según lo visto, el único contexto en el que la izquierda puede estar, de algún modo, bajo
el efecto de la interdicción hoy en día es en el terreno de la política, con la salvedad de
que en este caso comparte protagonismo con su término opuesto, la derecha. En este
440
caso, además, la interdicción no tiene nada que ver con la creencia supersticiosa en el
poder de la palabra, sino que se debe a otros factores sociales que pueden desaconsejar
su empleo.
Pero las consecuencias de ese tabú primitivo siguen muy presentes en nuestro
lenguaje cotidiano, y no solamente si nos fijamos en los significados peyorativos que
pueden tener siniestro o sus equivalentes en otras lenguas. Expresiones tan comunes
como levantarse con el pie izquierdo o, por ejemplo, ser el ojo derecho son utilizadas
por todo el mundo a pesar de que ni siquiera conocemos las causas exactas del porqué
de la simbología tan marcada de la izquierda y la derecha. Todo esto nos lleva a la
conclusión de que la interdicción actúa no solamente por el miedo o el pudor objetivos,
sino también por la fuerza de la costumbre y la tradición. Al menos, es lo que nos da a
entender el estudio concreto realizado en este trabajo.
Para terminar, uno de los aspectos más enriquecedores de este estudio ha sido el
poder demostrar la estrecha relación existente entre lengua y cultura. El análisis
lingüístico realizado nos ha servido para profundizar en el conocimiento de aspectos
culturales que se extienden a diversos pueblos del mundo; concretamente, el estudio de
la etimología nos ha demostrado que esta constituye una de las formas más precisas de
la filología, la que más se adecúa a conocer una cultura a través de la lengua.
Personalmente, debo admitir que la elección de un tema de estas características para
un trabajo de investigación se explica precisamente por el deseo de utilizar los
conocimientos propios de la filología para traspasar la frontera de lo estrictamente
lingüístico y poder establecer objetivamente esta relación entre lengua y cultura. Y es
que, citando a Rohlfs, «la lingüística no debe proporcionar solamente ciencia muerta,
sino que debe ocupar un puesto de primera línea para profundizar en el conocimiento de
la cultura de los pueblos» (1966: 155). También es importante señalar estas palabras de
Grimes, cuyo sentido podemos entender perfectamente tras todo lo analizado en este
trabajo:
El análisis de las prohibiciones sociales por medio de sus manifestaciones en la
lengua representa mucho más que un mero juego intelectual. Nos puede llevar a
una mayor comprensión del comportamiento no racional que hemos aprendido de
forma inconsciente al aprender nuestra lengua materna. El lenguaje es el
instrumento esencial por el cual el hombre asimila los valores culturales de su
grupo social (1978: 3).
441
Con respecto a esta relación entre lengua y cultura, podemos señalar una última
apreciación. Me refiero al hecho de que, según hemos podido constatar en la
investigación, la lengua es simplemente un instrumento que evidencia el pensamiento
de la sociedad. Es decir, en el caso que nos ocupa, la visión negativa de la izquierda
patente en nuestra lengua no es más que el reflejo de las ideas que están ―o estaban―
en la cabeza del hombre. Es importante resaltar esto sobre todo en el caso de la otra
oposición a la que hemos hecho referencia, la de masculino-femenino. En los últimos
años han crecido los intentos ―necesarios en algunos casos, absurdos en otros―, de
modificar la costumbre de utilizar el masculino como el término no marcado para hacer
referencia tanto a mujeres como a hombres. Personalmente, creo que estudios como este
demuestran que ideas tan arraigadas culturalmente deben combatirse no solamente
desde el punto de vista lingüítico, sino incidiendo en otros aspectos más básicos, puesto
que si no lo único que se logrará será ocultar una realidad que, con el tiempo, acabará
reflejando de nuevo la lengua.
442
REFERECIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. CORPUS
CORDE: REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Corpus diacrónico del español [en línea],
<http://www.rae.es> [Consulta: 1/9/2008-30/6/2010].
CREA: REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Corpus de referencia del español actual [en
línea], <http://www.rae.es> [Consulta: 1/9/2008-30/6/2010].
2. TEXTOS
[Adivinación] CICERÓN: Sobre la adivinación. Sobre el destino. Timeo. Madrid:
Gredos. Edición de Ángel Escobar, 1999.
[Animales] ARISTÓTELES: Partes de los animales. Marcha de los animales.
Movimiento de los animales. Madrid: Gredos. Edición de Elvira Jiménez SánchezEscariche y Almudena Alonso Miguel, 2000.
[Apócrifos1] AURELIO DE SANTOS OTERO (ed.) (1984): Los evangelios apócrifos.
Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.
[Apócrifos2] LUIS H. RIVAS (coord.) y otros (2004): Evangelios Apócrifos. Los
relatos. Las claves de lectura. Buenos Aires: Claretiana.
[Arquitectura] VITRUBIO: Arqu
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