MONOGRAFIA PATRONES DE CRIANZA ASOCIADOS A CONDUCTAS ANTISOCIALES EN ADOLESCENTES TANIA PAOLA RODRIGUEZ PALOMINO COD.921301065 ZAIDA PARADA ISCALA COD. 921302801 UNIVERSIDAD DE PAMPLONA FACULTAD DE ARTES Y HUMANIDADES DIPLOMADO DE PSICOLOGIA JURIDICA PAMPLONA 2006 PATRONES DE CRIANZA DEDICATORIA A nuestros familiares que nos han apoyado en el transcurso de nuestra carrera. 2 PATRONES DE CRIANZA TABLA DE CONTENIDO Resumen 4 Palabras Claves 4 Introducción 5 Descripción del problema 5 Planteamiento del Problema 8 Objetivos 8 General 8 Específicos 8 Justificación 8 Estado del Arte 10 Agresión y comportamiento en la Adolescencia 11 Trastornos del comportamiento en la adolescencia 12 Marco Teórico 14 Aprendizaje social: Desde la perspectiva psicosocial 14 Teoría del aprendizaje social 15 Variables neuropsicologicas 21 El efecto de golpes traumas y alteraciones del lóbulo frontal 22 Efectos nutricionistas 24 Trastornos hormonales 24 3 PATRONES DE CRIANZA Alteraciones en conducta por Hiperactividad Orgánica 25 Daño cerebral 25 Intoxicaciones y contaminación ambiental 26 Condiciones y trastornos mentales 27 Definición de Adolescencia 28 Cambios Biológicos 28 Cambios Psicológicos 29 Cambios psicosociales 33 Equivalentes depresivos en la adolescencia 34 Delincuencia Juvenil 43 Marco Legal 58 Discusi 4 PATRONES DE CRIANZA 5 PATRONES DE CRIANZA ASOCIADOS A LAS CONDUCTAS ANTISOCIALES DE LOS ADOLESCENTES RESUMEN El objetivo de esta monografía es conocer cuales comportamientos de los padres pueden aprender los niños por observación e imitación que los lleve a conductas antisociales. Con este fin se seleccionara y revisaran las investigaciones realizadas en cuanto a patrones de crianza y su relación con conductas antisociales en adolescentes. SUMMARY The objective of this monograph is to know which the parents' behaviors the children can learn for observation and imitation that it takes them to antisocial behaviors. With this end it was selected and they revised the realized investigations as for patterns of upbringing and their relationship with antisocial behaviors in adolescents. PASSWORDS Antisocial behavior, social learning, patterns of upbringing, young, imitation. PALABRAS CLAVES La conducta antisocial, el aprendizaje social, los modelos de educación joven, la imitación. PATRONES DE CRIANZA 6 INTRODUCCION Estamos en un momento histórico de la humanidad donde la nueva tecnología investigativa habrá de ayudar a entender mejor - con evidencia clara y contundente- las verdaderas variables de las causas de las conductas antisociales ya sea de índole biológica, orgánica, congénitas, heredadas, psicológicas y sociales. La biología intenta darnos la explicación total a la conducta antisocial, igualmente la psicología y la sociología. Es necesario que todo profesional del campo de las Ciencias Sociales se actualice en estos nuevos descubrimientos e hipótesis, por cuanto es objetivo y competente reconocer aquellas condiciones fisiológicas, neurológicas, cromosómicas y anatómicas que puedan determinar algunos de los muchos casos de conducta antisocial. Sin embargo, la psicología ha avanzado en el estudio de los factores del medio que influyen en las conductas antisociales. El presente proyecto intenta conocer los comportamientos de los padres que hayan servido como desencadenantes a conductas antisociales de sus hijos. DESCRIPCION DEL PROBLEMA Uno de los efectos de deterioro social se ve cuando una parte importante de los jóvenes viene involucrándose en infracciones hacia la sociedad en el intento de resolver muchos de sus problemas. Por supuesto que la infracción juvenil no es una invención particular de los menores. Lo primero es que crecen los episodios demostrativos de que la violencia es eficaz para enfrentar el conflicto, el familiar y el social. PATRONES DE CRIANZA Lo segundo que se encuentra es la alta desvinculación temprana de la escuela. Por diversas razones, como la baja calidad y la falta de interés de los adolescentes por la escuela, la falta de apoyo de la familia, la indisponibilidad de recursos económicos y la violencia que se tomó a la escuela, proveyendo en forma continua jóvenes sin futuro. Lo tercero, la ausencia de condiciones y oportunidades para ingresar y permanecer en el mercado laboral y en la producción. Muchos de los menores infractores se iniciaron en el rebusque y en el trabajo informal el que muchas veces se mueve entre lo legal y lo ilegal. A este respecto, debe bastar recordar que el desempleo entre los jóvenes que no están en la educación oscila entre el 40 y el 50%, y lo más común es que no consigan trabajo porque no están capacitados para laborar y no cumplen con las condiciones legalmente establecidas para ser empleados. Se puede deducir que lo característico de los jóvenes infractores, son jóvenes en ejercicio de la prostitución, los jóvenes drogadictos, los jóvenes que no estudian, y en los jóvenes que por miles hoy recogen la hoja de coca, es que en el menor desprotegido se conjugan sucesiva o simultáneamente la exclusión familiar, la exclusión educativa y la exclusión laboral, además de lo expuesto anteriormente no podemos dejar de lado la situación de pobreza por la que atraviesan muchos de los adolescentes, siendo este también un factor importante a tener en cuenta en las conductas antisociales. La sociedad actual nos plantea una cantidad de interrogantes frente a la crisis de violencia que vive el país, teniendo en cuenta que gran parte de esta crisis la protagonizan los adolescentes que están en las cárceles o que engrosan las filas de grupos al margen de la ley, ocasionando un deterioro social, económico, cultural y familiar, problemática que puede tener su origen en el seno familiar. 7 PATRONES DE CRIANZA PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ¿Cuáles serian los patrones de crianza asociados a las conductas antisociales de los adolescentes? OBJETIVOS Objetivo general Identificar a través de referencias investigativas y teóricas cuales son los patrones de crianza asociados a conductas antisociales en los adolescentes. Objetivos específicos - Describir a través de las investigaciones los patrones de crianza asociados a conductas antisociales de los adolescentes. - Analizar la relación existente entre patrones de crianza de los padres y conductas antisociales en adolescentes. JUSTIFICACION Existen muchas causas para la conducta antisocial, estas variables de causas de la conducta antisocial pueden ser entendidas desde las perspectivas biológicas, desde la cual se postulan investigaciones donde se ha encontrado que dietas de alto carbohidratos y bajas proteínas afectan los niveles normales de la serotonina, neurotransmisor natural que cuando está en niveles alterados o anormales tiene efectos cerebrales asociados con tendencias suicidas, agresión y violencia, alcoholismo y conducta impulsiva, el efecto del tabaquismo en la madre sobre los hijos/ as, efecto del ácido úrico, la predisposición genética, y la relación entre estados emocionales 8 PATRONES DE CRIANZA alterados (depresión y ansiedad) y la conducta criminal, entre muchos otros. Alan Rosembaum realizó un estudio en los que descubre que los traumas cerebrales anteceden cambios de conducta predisponiendo hacia un incremento en violencia. Muchas de estas lesiones fueron adquiridas en la infancia tanto bajo juegos como en accidentes o producto de maltrato infantil. Desde la perspectiva psicológica existe una serie de teorías o modelos que permiten entender y visualizar la conducta criminal. La teoría del aprendizaje social postula que los niños aprenden conductas sociales por observación e imitación, por lo general de sus padres. El problema es conocer cuales patrones de crianza pueden llegar a ocasionar conductas antisociales en los hijos. Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente y conociendo de qué forma influyen los padres en el aprendizaje psicosocial de sus hijos se podrían diseñar programas dirigidos a los padres para la prevención de conductas antisociales de sus hijos con miras a prevenir que se siga presentando la crisis actual del país en donde son los adolescentes los protagonistas y victimas. En cuanto al ejercicio de nuestro rol de psicólogos en cualquiera de los campos en que nos desarrollemos siempre vamos a estar en contacto con problemas de violencia ya sea en problemas de pareja o en crisis familiares o con victimas de la violencia o con quienes la protagonizan en fin ese es el campo de acción que tenemos para desarrollar nuestro trabajo de ahí la importancia de saber cual es el origen de la problemática para que en nuestro quehacer diario no encontremos limitantes de conocimiento para ejercer nuestro rol como profesionales de las psicología ya que debido a nuestra profesión somos responsables de aportarle un granito de arena a nuestro país para eliminar la violencia y construir la paz. 9 PATRONES DE CRIANZA ESTADO DEL ARTE Conferencia presentada en el 8º Congreso internacional de Psiquiatria organizado por la Asociación Argentina de Psiquiatras, miércoles 24 de octubre de 2001, Buenos Aires. Mesa Redonda: “Temas de Psicopatía”. Existen “factores de riesgo” que suelen estar presentes en el desarrollo temprano de las personalidades antisociales. Algunos son intrínsecos al niño/joven; otros pertenecen al contexto psicosocial inmediato. La gran cantidad de factores que han sido descubiertos, los diversos procesos subyacentes a estos factores, y la falta de independencia entre estos procesos hacen muy difícil acomodarlos dentro de un modelo coherente, que permita explicar la conducta gravemente antisocial y agresiva en niños y adolescentes. Resulta claro que si se tiene en cuenta solamente alguna de las causas alegadas, el modelo resultante no será de utilidad para explicar las numerosas variables que podemos encontrar en el comportamiento antisocial. Un modelo razonable es la acumulación de factores. El reconocimiento de que influencias múltiples operan en el desarrollo de una personalidad antisocial es muy importante. Este enfoque reconoce que los niños pueden desarrollar el mismo comportamiento antisocial a partir de caminos muy variados. Como antes se dijo, el reconocimiento de esta variedad de caminos apunta a las intervenciones tempranas específicas para cada uno de ellos. Título del artículo: Agresión y comportamiento en la adolescencia Autores: J. L. Pedreira Massa 10 PATRONES DE CRIANZA 11 En los últimos años estamos observando un incremento gradual en la investigación acerca de los trastornos del comportamiento en la infancia y la adolescencia. Tema controvertido cuando la infancia se presenta como una dulce etapa del desarrollo humano, donde la idealización somete a la razón y oculta la evidencia. El sujeto infantil emerge como un sujeto capaz de agredir. Esta afirmación hace que grupos de investigadores hayan decidido profundizar en las características del niño y adolescente que agreden, cómo se llega a tener este tipo de comportamientos agresivos y a profundizar en las diferentes formas y maneras de presentarse la agresión en estas etapas de la vida. Título del artículo: Trastornos del comportamiento en la adolescencia: evaluación clínica individual y familiar Autores: C. Ballesteros Alcalde y J. L. Pedreira Massa Los trastornos del comportamiento constituyen un grupo de síntomas muy amplio, cuya clasificación y ubicación nosológica ha tenido dificultades por diversas causas, lo que se ha visto reflejado en los sucesivos sistemas de clasificación, sean DSM o CIE. Todo ello ha influido, obviamente, en los diversos métodos de evaluación clínica que se han ido proponiendo. Los cambios han estado motivados por la consideración como hecho clínico fundamental en cada uno de ellos de diferentes condiciones en la definición, en principio se eligieron la sociabilización y la agresividad como cualidades básicas para la separación en cuatro grupos: comportamiento infrasocializado, agresivo y no agresivo; comportamiento socializado, agresivo y no agresivo (DSM-III, 1980). «La validez de estos subtipos diagnósticos dentro de la categoría de trastornos de conducta es controvertida. PATRONES DE CRIANZA 12 Algunos investigadores creen que se podría hacer una clasificación más útil basándose en la variedad, frecuencia o gravedad del comportamiento antisocial, en lugar del tipo de alteración, mientras otros opinan que los tipos infrasocializado y socializado representan trastornos diferentes» (DSM-III, pág. 52). Las tipologías diferían tanto en los factores predisponentes como en la evolución clínica. Los diferentes grupos parecían tener distinto curso clínico, p.e. el tipo infrasocializado agresivo evolucionaba con frecuencia a trastorno antisocial de la personalidad, mientras el tipo socializado no agresivo podría conseguir una razonable adaptación social y laboral en la etapa adulta (DSM-III, pág. 53). Etiopatológicamente el tipo infrasocializado presentaba factores más precoces biográficamente, graves y numerosos, que el tipo socializado. Factores familiares tales como rechazo paterno, educación poco adecuada, disciplina rígida, así como cambio frecuente de figuras parentales o el cuidado en una institución se recogían como predisponentes para el tipo infrasocializado. La falta de padre, el padre alcohólico o pertenecer a una pandilla de delincuentes lo sería para el tipo socializado. MARCO TEORICO PATRONES DE CRIANZA Aprendizaje Social: Desde la perspectiva Psicosocial Este modelo se combinan dos modelos (cognoscitivo y conductual) planteando que el ser humano adquiere la conducta mediante un proceso de exposición, moldeamiento e internalización de valores, actitudes, conductas y normas (socialización primaria y secundaria). Se plantea que puede ocurrir por imitación (Bandura 1925) en donde hay presentes tres factores: a) un motivo que induzca al cambio, conciente o inconsciente; b) un modelo que indique la dirección del cambio (quiero comportarme como alguien que he visto); c) una recompensa (si me comporto como esa persona, lograré el mismo beneficio que él logró con esa conducta). Bandura, analiza la permanente y dinámica interacción entre el comportamiento y el ambiente que rodea a la persona, enlazados por lo que denomina un ‘determinismo recíproco’. Desde el punto de vista de la comunicación, la teoría cognitivo social de Bandura (en un principio, la definió como ‘teoría del aprendizaje social’) es de especial relevancia, tanto para analizar los efectos de los medios, como instrumentos observados y productores de imágenes ‘ambientales’, como para conocer los mecanismos de modelaje social a partir de los medios. Bandura estudia el aprendizaje a través de la observación y del autocontrol y da una importancia muy relevante al papel que juegan los medios (el ‘aprendizaje mediatizado’). Los medios de comunicación no sólo son susceptibles de ser observados, sino que actúan sobre los procesos psicológicos de la persona en la medida que crean imágenes, representaciones, modelaciones de la 13 PATRONES DE CRIANZA realidad, por lo que, consecuentemente, producen o modifican las conductas y el mecanismo cognitivo que precede a las conductas. A través de los medios, esto es, mediante el cambio del medio ambiente social, se pueden variar los comportamientos. Además, los medios, especialmente los audiovisuales, cada vez más determinantes en la percepción de lo exterior, reproducen en sus prácticas narrativas los elementos básicos que desencadenan la actividad de la observación. Al tiempo, son capaces de fijar ciertas marcas o referencias que instruyen los mecanismos de autocontrol del individuo en sus comportamientos. Bandura analiza el aprendizaje de las conductas a través de los medios y observa, por ejemplo, cómo aquellas que tienen un carácter agresivo aumentan la propensión a la agresividad e, incluso, conducen a que personalidades violentas de la ficción audiovisual puedan aparecer como modelos de referencia. Efectos que se acentúan en etapas de ‘observación’ cognitiva social tan intensa como es la infancia y la juventud. La violencia no se produce automáticamente, como una respuesta causal, advierte Bandura, pero sí aumenta la posibilidad de que, ante una situación ambiental concreta, desencadene una conducta aprendida no en la observación del entorno social, sino en la narración mediática. El hecho de que las conductas violentas afecten más a los varones que a las mujeres se debe entender como la consecuencia de unas referencias de autocontrol sujetas a pautas subculturales que identifican el carácter violento con los valores masculinos. Los medios de comunicación no sólo producen efectos de riesgo, sino que, por el contrario, pueden contribuir a la difusión de ejemplos y modelos promotores de la modernización y del progreso. El pensamiento de Bandura da un importante salto cualitativo entre las corrientes conductistas y las cognitivas. 14 PATRONES DE CRIANZA Teoría del aprendizaje social (socio-cognoscitiva) Esta teoría sostiene que los niños aprenden comportamientos sociales a través de la observación e imitación de modelos (por lo general de sus padres). El psicólogo estadounidense Alber Bandura (n 1925) desarrollo muchos de los principios de la teoría moderna del aprendizaje social también conocida como teoría socio cognoscitivo. A diferencia de la teoría conductista la teoría del aprendizaje social considera al aprendiz como un sujeto activo, mientras que los conductistas consideran que el ambiente moldea al niño, los teóricos del aprendizaje social creen que el niño también actúa sobre el ambiente; de hecho, hasta cierto punto crea el ambiente. Aunque unos y otros hacen teoría con base en investigación animal no pueden explicar el comportamiento humano. La gente aprende dentro de un contexto social y el aprendizaje humano es más complejo que el simple condicionamiento. La teoría del aprendizaje social también reconoce la importancia del conocimiento: las respuestas cognoscitivas de los niños ante sus percepciones se considera como parte central del desarrollo y no como respuestas reflejas frente al refuerzo o al castigo. La observación e imitación de modelos son de especial importancia para esta teoría. Los niños adquieren nuevas habilidades a través del aprendizaje por observación, viendo a otros y lo demuestran al imitar el modelo en ocasiones cuando este ya no está presente. De acuerdo con la teoría del aprendizaje social, la imitación de modelos es el elemento mas importante de la manera como los niños aprenden el lenguaje, manejan la agresión, desarrollan un sentido moral y aprenden los comportamientos apropiados para el género, sin embargo, el aprendizaje por observación 15 PATRONES DE CRIANZA puede darse inclusive si el niño no imita el comportamiento observado. Los niños avanzan activamente en su propio aprendizaje social al elegir modelos para imitar. La elección recibe la influencia de las características del modelo, el niño y el entorno. Un niño puede preferir a un padre sobre el otro, o puede elegir a otro adulto (como un profesor, un personaje de televisión, una figura del deporte o un traficante de narcóticos) además o en lugar del padre. Los niños tienden a imitar a otras personas con estatus más elevado y a gente cuya personalidad sea similar a la propia. Un niño con tendencias agresivas tiene más probabilidad de imitar a Rambo que a Barney el dinosaurio. El comportamiento específico que los niños imiten depende de lo que perciban como valioso en su cultura. Si en la escuela de Carlos solamente hay maestras el no imitara su comportamiento pensando que no seria masculino. Sin embargo; si se encuentra con un maestro que le agrade, puede cambiar su concepto acerca del valor de los maestros, en general, como modelos. Factores cognoscitivos como la habilidad para prestar atención u organizar mentalmente información sensorial afectan la manera como las personas interiorizan el comportamiento observado. Los procesos cognoscitivos entran en acción cuando las personas observan modelos, aprenden trozos de comportamiento y mentalmente los organiza de manera que forma patrones del comportamiento nuevos y complejos. La capacidad que desarrollan los niños para usar símbolos mentales y representar el comportamiento de un modelo les permite establecer parámetros para juzgar su propio comportamiento. Otra forma de aprendizaje social es por aprendizaje vicario, que consisten en aprender por las experiencias ajenas sin tener que pasar directamente por la experiencia (por ejemplo, lo que vemos en la tv o en el 16 PATRONES DE CRIANZA cine). También puede aprenderse mediante las necesidades por el equilibrio cognoscitivo. De estas tenemos tres teorías predominantes: (1) teoría del equilibrio de Frtiz Heider (2) teoría del equilibrio cognitivo-afectivo de Rosemberg y Abelson(1979) (3) teoría de la disonancia cognoscitiva de Leon Festinger. (1957) En la primera se pierde el equilibrio cuando alguna necesidad no está satisfecha y las relaciones (condiciones) de vida no son positivas y en donde pertenecer a algún grupo es importante por tanto "el enemigo de mi amigo es mi enemigo". En la segunda, debe haber consistencia entre lo que se piensa y lo que se siente tanto a nivel personal como en la relación del individuo con los grupos. Si se quiere aquello que no te permite satisfacer una necesidad, o si lo que te satisface no se quiere, se crean condiciones de desequilibrio que hacen que la persona caiga frecuentemente en contradicciones e inconsistencias. En la tercera, la persona advierte que las creencias pueden chocar entre sí, y la tendencia natural es a romper la incongruencia con carácter de urgencia. En los tres casos la perdida de equilibrio, o consistencia, puede generar reacciones de frustración e incongruencias que pueden inducir a la persona inclusive hacia la violencia. Marchesi, A (1988: 358). La teoría del aprendizaje social intenta ir más allá de la consideración de la conducta humana como respuesta a estímulos que hacía el conductismo. El aprendizaje de conductas se produce siempre, según esta teoría, en un 17 PATRONES DE CRIANZA marco social. Esto implica que, además de aprender las normas de conducta por medio de las reacciones que los demás tienen ante sus actos, los niños adquieren los modelos de comportamiento adecuados por observación, viendo a los otros actuar. Este último medio de aprendizaje se ha llamado también imitación o modelado, ya que los niños copian el comportamiento de aquellas personas que, por su aceptación social, lugar importante en su mundo, etc., se convierten en modelos de conducta apropiada. Existiría una evolución en el desarrollo de la conducta y el pensamiento moral. Los niños comenzarían controlando su conducta por las sanciones externas, premios o castigos, y completarían su desarrollo moral cuando el control fuera interno y los llevara a una conducta altruista y al cumplimiento de los valores morales. En este sentido, "el desarrollo moral es el aprendizaje de la conducta socialmente aceptable y la adquisición e internalización [interiorización] de las normas y valores transmitidos por las personas que rodean al niño en sus diferentes ambientes".(Marchesi. A ¨El desarrollo moral .pag 358) Variables neuropsicologicas Richard Wurtman (1), ha encontrado que dietas de alto carbohidratos y bajas proteínas afectan los niveles normales de la serotonina, neurotransmisor natural que cuando está en niveles alterados o anormales tiene efectos cerebrales asociados con tendencias suicidas, agresión y violencia, alcoholismo y conducta impulsiva. Las funciones normales de la serotonina son la regulación de la excitación, los estados de ánimo, la actividad sexual, la agresión y el control 18 PATRONES DE CRIANZA de los impulsos. Algunos estudios asocian niveles bajos de serotonina con la conducta violenta-aberrante. Jeffrey Halperin (2) comparó varones agresivos con no agresivos, ambos con diagnósticos de ADD (déficit de atención) combinado con diagnósticos de hiperactividad. Se les administró la droga fenfluramina, que provoca respuestas en el sistema serotonergénico. Los resultados mostraron cambios positivos en los niños agresivos al bajarle los niveles de serotonina. Matti Virkkunen (3) cree haber identificado variaciones genéticas específicas que predisponen algunos individuos hacia la conducta suicida. Tomando casos de jóvenes ofensores violentos, descubrió que una variante del gene THP (tryptophan hydroxylase) cuyos códigos producen una enzima necesaria para la biosíntesis de la serotonina, estaba asociada fuertemente con los intentos suicidas irrespectivo a si los jóvenes eran, o no, impulsivos. Un segundo estudio demostró que bajos niveles del metabolito 5-HIAA (localizado en el líquido cerebro espinal) están asociados con pobre control de la conducta impulsiva (sobre todo en alcohólicos). Por último, estudios en monos consistentemente demuestran altos niveles de agresividad cuando los niveles de serotonina son bajos. (4) El efecto de golpes-traumas y alteraciones del lóbulo frontal Alan Rosembaum (7) realizó un estudio en los que descubre que los traumas cerebrales anteceden cambios de conducta predisponiendo hacia un incremento en violencia. Muchas de estas lesiones fueron adquiridas en la infancia tanto bajo juegos como en accidentes o producto de maltrato infantil. Su estudio fue realizado con 53 hombres que golpeaban a sus esposas, 45 hombres no-violentos y felizmente casados, y 32 hombres noviolentos pero infelizmente casados. 50% de los agresores habían sufrido 19 PATRONES DE CRIANZA 20 algún tipo de lesión en la cabeza previa a sus patrones de violencia doméstica. De otra parte, Antonio Damasio (8) sugiere que daños al lóbulo frontal a nivel de la corteza cerebral puede evitar que la persona pueda formarse evaluaciones de valor positivo o negativo al crear imágenes y representaciones sobre los resultados, repercusiones y consecuencias futuras de acciones al presente creando las bases de ciertas conductas sociopáticas. Estudios de Antoine Bechara (9) confirman la correlación entre lesiones de la corteza en el lóbulo frontal y conductas peligrosas tales como "hacer daño solo por divertirse". Estudios con PET (tomografía de emisiones positrónicas; mide el insumo de glucosa al cerebro) realizados por Adrian Raine (10) demuestran que niveles bajo de glucosa a la corteza pre-frontal son frecuentes en los asesinos (sus estudios son preliminares; la muestra fue de 22 asesinos confesos con 22 no-asesinos de control) bajos niveles de glucosa están asociados con perdida de auto-control, impulsividad, falta de tacto, incapacidad de modificar o inhibir conducta, pobre juicio social. Los autores de este estudio plantean que esta condición orgánica debe interactuar con condiciones negativas del ambiente para que la persona entonces cree un estilo de vida y personalidad delincuente y violento de forma más o menos permanente. Efectos Nutricionales Katherine y Kenneth Rowe (12) estudiaron grupos de niños diagnosticados con hiperactividad. Los padres les daban alimentos con colorantes como parte de sus dietas regulares. El estudio consistió en una dieta con el colorante Amarillo #5 y placebos para el grupo control. El reporte PATRONES DE CRIANZA de los padres y observadores fue que se manifestó un incremento en conductas de llanto frecuente, rabietas, irritabilidad, inquietud, dificultad de conciliar el sueño, pérdida de control, y expresiones de infelicidad. Muchas de estas conductas son precisamente las que les crean problemas de ajuste escolar limitando su aprendizaje e integración a las reglas del salón de clases. Trastornos hormonales Ante el hecho obvio de que el hombre tiende a mostrarse más agresivo que las mujeres, las hormonas masculinas - la testosterona- ha sido objeto de estudio en la conducta violenta. James Dabbs (13) estudió 4,4462 sujetos masculinos encontrando una alta incidencia y correlación entre delincuencia, abuso de drogas tendencias hacia los excesos y riesgos en aquellos que tenían niveles más altos de lo normal y aceptable en la testosterona. En las cárceles encontró que aquellos convictos de crímenes más violentos fueron los que más altos niveles de testosterona reportaron. También encontró en los estudios de saliva de 692 convictos por crímenes sexuales que estos tenían el nivel más alto entre todos. Alteraciones en conducta por Hiperactividad Orgánica Rachel Gittelman (14) sostiene que varones hiperactivos muestran una tendencia alta de riesgo a entrar en conducta antisocial en la adolescencia. Esta tendencia es cuatro veces mayor a la de jóvenes que no son hiperactivos, y parecen tener historiales de más incidentes de arrestos, robos en la escuela, expulsión, felonías, etc. 25% de los participantes en el estudio habían sido institucionalizados por conducta antisocial. 21 PATRONES DE CRIANZA Daño Cerebral Estudios demuestran que daños cerebrales son la regla entre asesinos y no la excepción. Pamela Blake (15) estudió 31 asesinos con ayuda de la tecnología médica de los EEG's, MIR's y CT SCANS y con pruebas psiconeurológicas. Estos habían sido acusados de ser miembros de gangas, o violadores, rateros, asesinos seriales, asesinos en masa, y dos habían asesinado hijos. En 20 de estos casos se pudo establecer diagnósticos neurológicos claros. 5 casos demostraron efectos de síndrome fetal alcohólico, 9 casos mostraron retardo mental, 1 caso tenía perlesía cerebral, 1 caso tenía hipotiroidismo, un caso tenía psicósis leve, un caso tenía nicroadenoma en la pituitaria con acromegalia y retardo mental fronterizo, otro tenía hidrocefálea, tres mostraron epilepsia, tres lesiones cerebrales y dos demencias inducidas por alcohol. Algunos mostraron combinaciones. 64.5% mostraron anormalidades en el lóbulo frontal y 29% parecían tener defectos en lóbulo temporal. 19 sujetos mostraron atrofia o cambios en la material blanca del cerebro. El 83.8% de los sujetos mostraron abuso en sus infancias, y 32.3% habían sido abusados sexualmente. Intoxicaciones y Contaminación Ambiental Es de reciente interés el estudio del efecto de diversas fuentes de toxicidad sobre la humanidad. Un estudio formal sobre el efecto del plomo indica que produce alteraciones en la conducta hacia la violencia y la conducta antisocial. En este estudio, Herbert Needleman (16) 212 varones de escuela pública en pittsburgh, entre las edades de 7-11, fueron evaluados en cuanto a la concentración de plomo en sus huesos mediante pruebas de rayos X's fluorescentes. El plomo es acumulado a través de los años por 22 PATRONES DE CRIANZA diversas fuentes que incluyen la exposición a pinturas, y se observó que con el pasar de los años, según aumentaba la cantidad acumulada de plomo aumentaban los reportes de agresividad, delincuencia, quejas somáticas, depresión, ansiedad, problemas sociales, deficit de atención entre otras. Aunque los autores creen que hay factores del ambiente social que contribuyen a estas conductas, enfatizan en la importancia de prevenir la toxicidad cerebral por plomo. Condiciones y Trastornos Mentales Diversos estudios (17) confirman que la presencia de trastornos de salud mental incrementa la conducta violenta y antisocial. Estudios en Dinamarca identificaron en 324,401 personas que aquellos que tenían historial de hospitalizaciones psiquiátricas tenían más probabilidad de ser convictos por ofensas criminales (tanto en hombres como en mujeres) en una proporción de 3-11 veces más que aquellos que no tenían historial psiquiátrico. La esquizofrenia, específicamente, aumenta la probabilidad en 8% en hombres y en 6.5 en mujeres. El desorden de personalidad antisocial aumenta la probabilidad en 10% en hombres y 50 en mujeres de conducta homicida. Estudios en EU demuestran que el 80% de los convictos cumpliendo cárcel tienen historial psiquiátrico, con historial de abuso de sustancias y conducta antisocial dependiente. DEFINICIÓN DE ADOLESCENCIA La adolescencia se define como una etapa de transición en el desarrollo entre la niñez y la edad adulta que implica importantes cambios físicos, cognoscitivos y psicosociales que conllevan a inseguridades y miedos en el joven. Cuando hablamos de la adolescencia desde el punto de vista 23 PATRONES DE CRIANZA exclusivamente físico, hablamos de pubertad que es el proceso mediante el cual una persona alcanza su madurez sexual y la capacidad para reproducirse. CAMBIOS BIOLÓGICOS En está etapa ocurren cambios biológicos que señalan el final de la niñez, dando como resultado un rápido crecimiento en estatura y peso, cambios en las proporciones y la forma del cuerpo, además se produce un acelerado incremento en la producción de hormonas sexuales. En los muchachos los testículos incrementan la producción de andrógenos, particularmente de testosterona que estimulan el crecimiento de los genitales masculinos, la masa muscular y el bello corporal. En las niñas los ovarios iniciaran su producción de estrógeno que estimula el crecimiento de los órganos genitales femeninos y el crecimiento de los senos. Pubertad propiamente dicha, que comienza en el chico con el cambio de voz, la primera eyaculación y en la chica con la primera regla o menarquía. D.E Papalia,(2001 Edición 2001, pag. 602 CAMBIOS PSICOLÓGICOS Además de estos cambios fisiológicos que son conocidos y aceptados por la mayoría de los padres por poca que sea su información, se producen otros cambios psicológicos, que son considerados como normales, pero que cogen desprevenidos a muchos padres que consultan a profesionales porque su hijo no es el mismo de hace un año, y tienen miedo de que le suceda algo malo. Los cambios son lo suficientemente importantes como para que los reconozcamos sin problemas: 24 PATRONES DE CRIANZA Crisis de oposición, en cuanto a la necesidad que tienen de autoafirmarse, de formar un yo diferente al de sus padres a los que han estado estrechamente unidos hasta ahora, con necesidad de autonomía, de independencia intelectual y emocional. El aumento de las discrepancias en la adolescencia temprana puede estar relacionado con las tensiones de la pubertad y la necesidad de conseguir autonomía. Fuligni y Eccles, 1993; Molina y Chassin, 1996. Desarreglo emotivo: a veces con la sensibilidad a flor de piel y otras en las que parece carecer de sentimientos. Imaginación desbordada: Sueñan, y esto no es más que un mecanismo de defensa ante un mundo para el que no están preparados. Narcisismo: Se reconoce al adolescente cuando comienza a serlo, simplemente por las horas que le dedica al espejo. Le concede una importancia extrema a su físico: puede lamentarse por un grano en la nariz, obsesionarse por la ropa, por estar gordos o delgados… quieren estar constantemente perfectos aunque su visión de la estética no tenga nada que ver con la nuestra. - Crisis de originalidad: que presenta dos aspectos: a) Individual: como afirmación del yo, con gusto por la soledad, el secreto, las excentricidades en el vestir, o en su forma de hablar o de pensar. Necesita reformar, transformar el mundo, ser distinto y especial. b) Social: aquí está la rebelión juvenil: Rebelión en cuanto a los sistemas de valores de los adultos y las ideas recibidas. Achacan al adulto sobretodo su falta de comprensión y el hecho de que atenta contra su independencia. Hay una necesidad clara de participación, la uniformidad en lenguaje y en vestimenta de los adolescentes, no es más que la necesidad de afecto, de 25 PATRONES DE CRIANZA ser considerado, aprobado por el propio grupo, y que a veces lo viven de una forma obsesiva. Veamos ahora que sentimientos reales acompañan a estas manifestaciones, y que son consecuencia directa de las crisis que está atravesando: Sentimiento de inseguridad: sufre a causa de sus propios cambios físicos que no siempre van parejos con su crecimiento emocional, puesto que la pubertad, es decir la madurez física, siempre precede a la psíquica, con lo que a veces se encuentran con un cuerpo de adulto, que no corresponde a su mente, y por lo tanto no se reconocen, y desarrollan una fuerte falta de confianza en si mismos. Sentimientos angustia: puesto que existe una frustración continua. Por una parte le pedimos que actúe como un adulto (en sociedad, responsabilidad) y por otra se le trata como un niño, se le prohíbe una u otra forma, o se reglamentan sus salidas nocturnas, etc.… Esta angustia es la manifestación de la tensión que el chico soporta y que se manifiesta por: a) Agresividad: como respuesta a dicha frustración, la agresividad es un mecanismo habitual. La cólera del adolescente ante nuestra negativa a sus exigencias, la irritabilidad, la propensión a la violencia, que de momento les supone una bajada de tensión pero que por supuesto es sólo momentánea, las malas contestaciones, los portazos, las reacciones desmedidas en las peleas con los hermanos, etc. son claros ejemplos. b) Miedo al ridículo: que como sabemos se encuentra exageradamente presente. Es un sentimiento social de vergüenza, atravesar un sitio con mucha gente, ir con ropa poco apropiada para el grupo, etc.… y 26 PATRONES DE CRIANZA que puede tener manifestaciones físicas: taquicardia, trastornos gastrointestinales, etc.… c) Angustia expresada de modo indirecto: el miedo al examen, (quedarse en blanco), timidez extrema, miedo a desagradar, reacción de rechazo cuando se le dan muestras de cariño, tanto en público como en privado… a) Sentimientos de depresión: por la necesidad de estar solo, de melancolía y tristeza que pueden alternar con estados de verdadera euforia… Bien, estas características entran dentro de la normalidad de un chico o una chica adolescente, pero por supuesto, dentro de unos límites. La angustia, la depresión, la irritabilidad, el ir contra las normas, puede volverse patológico cuando es exagerado, cuando vemos que el adolescente está sufriendo mucho y o hace sufrir a los demás, cuando vemos que se altera toda su vida y que esos sentimientos le condicionan absolutamente, que de alguna forma le alejan en exceso de la realidad. CAMBIOS PSICOSOCIALES Búsqueda de identidad, la búsqueda de identidad comienza a concentrarse durante los años de adolescencia. Como enfatizo Ericsson (1950), el esfuerzo del adolescente para tener sentido de si mismo, no es una clase de indisposición de la madurez. De acuerdo con Ericsson, los adolescentes no construyen su identidad moldeándose a si mismo conforme a las demás personas, como lo hacen los niños pequeños, si no modificando y sintetizando identificaciones tempranas dentro de una nueva estructura psicológica. Ericsson vio el peligro principal de esta etapa como la confusión 27 PATRONES DE CRIANZA de la identidad, que puede retrazar en gran medida la llegad a la edad adulta. Marcia (1993), nos habla de tres etapas en el logro de la identidad: Exclusión, estado de la identidad, en donde una persona que no ha dedicado tiempo a considerar alternativas (es decir no ha estado en crisis), está comprometida con los planes de otra persona para su propia vida. Moratoria, estado de la identidad, en que una persona está considerando en el momento alternativas (en crisis) y parece dirigirse hacia un compromiso. Difusión de la identidad, estado de la identidad que se caracteriza por lo ausencia de compromiso y por la falta de una consideración seria de alternativas. EQUIVALENTES DEPRESIVOS EN LA ADOLESCENCIA 1. Trastorno del comportamiento (desobediencia total, faltar a clase, fugas). 2. Problemas escolares graves habiéndose descartado problemas intelectuales, de aprendizaje o de mecánica de estudio. 3. Tendencia a adicciones, drogas, alcohol. 4. Conducta sexual anárquica. 5. Delincuencia. 6. Quejas psicosomáticas. 7. Trastornos del apetito y del sueño. Por supuesto existen también depresiones con características semejantes a las de los adultos y que estarían marcadas por las mismas pautas: Tristeza y desaliento. Llanto frecuente. 28 PATRONES DE CRIANZA Aburrimiento. Apatía ante todo, ante el estudio y ante las cosas que antes le gustaban. Cansancio. Sensación constante de fatiga psíquica y física. Trastorno del sueño y del apetito. Pueden adelgazar o por el contrario comer continuamente aunque en depresión es más frecuente lo primero. Sentimientos de inferioridad. Baja autoestima, se sienten menos que los demás, creen que todos se dan cuenta de sus problemas y limitaciones. Según el doctor Eduardo Hernández Pediatra y terapeuta infantil La palabra adolescencia proviene del verbo en latín adolescere, que significa “crecer” o “crecer hacia la madurez”. La adolescencia es un período de crecimiento entre la niñez y la edad adulta, la duración es variable de una persona a otra. Por otra parte, la pubertad se refiere al período en el que tienen lugar los cambios biológicos relativos a la maduración sexual del individuo, aquellos años durante los cuales se desarrollan las características sexuales primarias y secundarias maduras. En términos generales se considera que la adolescencia abarca: adolescencia temprana desde los 11 hasta los 14 años, y la adolescencia mediana o tardía que se extiende desde los 15 a los 19 años (Sherrod, Haggerty y Featherman, 1993). Existen varios enfoques al estudio de los adolescentes: 1) Enfoque del aprendizaje social: estudia el desarrollo social, las relaciones personales del adolescente, las citas, el desarrollo del juicio 29 PATRONES DE CRIANZA moral, el carácter, los valores, las creencias y la influencia de la socio-cultura en la conducta del adolescente. Además se examinan las relaciones padreshijo de acuerdo a la estructura familiar a la que pertenece. Finalmente, se destacan los problemas psicosociales tales como la delincuencia juvenil, la huida del hogar, el suicidio adolescente, el consumo de alcohol y drogas, el embarazo no deseado, y las enfermedades de transmisión sexual. 2) Enfoque ecléctico:, esto es, el enfoque multidisciplinario de la adolescencia, el enfoque integral, donde diferentes especialistas (médicos, psicólogos, educadores, sociólogos, antropólogos, etc.) aportan sus conocimientos para el estudio e intervención del adolescente visto como un ser integral. La adolescencia es un período de cambios rápidos (físicos, sexuales e intelectuales), que ponen a prueba su capacidad de adaptación, y de cambios ambientales en la naturaleza de las exigencias externas que la sociedad impone a sus miembros en desarrollo. A diferencia del niño pequeño cuyo crecimiento es gradual y previsible, el adolescente encontrará a corto plazo que se siente como un extraño con su propio yo, con el cual ha estado familiarizado desde la niñez. Para Barrera Moncada (1987), el fenómeno de la adolescencia implica tres aspectos principales: a) Búsqueda de la propia identidad, y la aplicación de medidas hacia la independencia. b) Cambios intelectuales y emocionales. c) Incremento de la sexualidad (incluye miedo a la homosexualidad y el ejercicio de la función sexual.) 30 PATRONES DE CRIANZA En este sentido la familia surge como ente de suma importancia en la formación del comportamiento del adolescente, y está llamado a hacer de la adolescencia un período de transición hacia el ser adulto operativo. En esta etapa, los padres son los que imprimen aquellas normas y principios que ayudarán al joven de hoy a ser un adulto del mañana. Teniendo en cuenta la importancia de los patrones de crianza impuestos por los padres, estos pueden influir positiva o negativamente en el desarrollo psicosocial de los hijos. Si dentro del ambiente hogareño no existe claridad en los patrones y valores que se imparten básicamente con el ejemplo, todo el proceso se dificulta y surgen entonces personalidades conflictivas. Es por ello que los padres deben poner especial atención a la aplicación adecuada del binomio afecto-autoridad, que no es más que poner en práctica medidas disciplinarias justas, contingentes a la conducta y cargadas de expresiones efectivas de afecto. Para lograr todo ello se requiere que los padres se mantengan actualizados, que no repitan los patrones de crianza inadecuados que usaron con ellos, y que se adapten a los tiempos modernos, conservando los valores morales y familiares que se consideren adecuados. En el desarrollo más reciente de la Psicología y en particular de la Psicología Social, se encuentra el reconocimiento de que el comportamiento humano no puede ser comprendido o apreciado, aislado del contexto en el que ocurre. Esto hace que cada vez más se acepte que la situación o contexto en el que el individuo actúa puede tener en determinados momentos una importancia crítica. U. Bronfenbrenner (1983) subraya la importancia del contexto social en el desarrollo humano y en particular en las relaciones de los padres y los hijos, en donde la capacidad para cuidar y educar con éxito a los hijos depende en buena parte del contexto social en el 31 PATRONES DE CRIANZA que la familia vive, pues depende de las conexiones duraderas de los padres con otros fuera del hogar, de las normas de cuidado y del lugar donde se encuentra la familia a lo largo de su ciclo vital. Por lo tanto, desde una perspectiva social y ecológica, debe reconocerse la influencia que el contexto social ejerce sobre la vida familiar, puesto que la familia no existe como una unidad independiente de otras organizaciones en la sociedad. De acuerdo con Garbarino (1986), la familia es un sistema social inmerso en el entorno social más amplio del vecindario y la comunidad. La familia se considera como un conjunto de individuos en interacción, involucrados en un proceso continuo de autodefinición e interpretación de la realidad que los rodea. Cuando los miembros de la familia se comunican entre sí, su conducta comunica la percepción que cada miembro tiene de sí mismo y más importante, comunica la percepción que tienen de cada uno de los otros miembros de la familia. El comportamiento de una persona está influenciado por las percepciones actuales de sí mismo y de los otros, así como por los patrones, tanto de crianza como de comunicación con los otros, previamente adquiridos y reforzados. Las percepciones de los miembros de la familia, de sí mismos y de los otros, en interacción con los patrones desarrollados previamente y con las características individuales de cada miembro de la familia, crean conjuntamente patrones de interacción únicos en la unidad familiar, es decir, formas particulares de comunicación y de interacción. Pero es importante tener en cuenta que la relación del sistema familiar con su entorno es mutua: las condiciones del entorno influyen en la vida familiar y los cambios que ocurren en la familia facilitan los cambios del entorno, tratando éste de ajustarse a los nuevos patrones familiares. De esta forma se establece entre la familia y los sistemas extrafamiliares un proceso continuo de adaptación mutua. 32 PATRONES DE CRIANZA En este proceso de influencias bidireccionales y ajuste mutuo se destaca la función que desempeñan los sistemas extrafamiliares, como transmisores de los patrones de crianza o de cuidado de los niños, culturalmente aceptables, y el control de la práctica actual de los patrones, mediante una retroalimentación correctiva, manteniendo así estas prácticas en niveles aceptables por la comunidad. La retroalimentación proporciona a los padres información acerca de la adecuación de las prácticas educativas que emplean y desempeña un papel crucial en la formación de los valores, expectativas y actitudes hacia la infancia. Según esta concepción, las relaciones entre padres e hijos están marcadas por las características personales de los niños y la percepción que los padres tienen de ellos; las características personales de los padres y la percepción que el hijo tiene de sus padres, y por las conductas de los niños y las manifestaciones de su identidad. Estas interacciones tienen lugar en un clima único del sistema familiar, que a la vez está inmerso en el contexto del entorno ambiental más amplio. Es decir, la familia se concibe como un grupo de interacción con su hábitat. Cuando las condiciones son normales existirá equilibrio y, por el contrario, cuando se dan cambios en el exterior de la familia combinados con cambios en el interior de la misma, pueden aparecer la violencia y el conflicto. Los Patrones de Crianza son el resultado de la Transmisión Generacional de formas de cuidar y educar a los niños. Son formas definidas culturalmente basadas en normas y reglas que a veces poseen carácter moral, con valores reconocidos y que son aceptadas por la mayor parte de los miembros de la cada comunidad con el fin de lograr buen desarrollo de los niños. Están marcados por un sistema de creencias propio de cada 33 PATRONES DE CRIANZA 34 grupo social, y corresponden a la forma típica como una determinada sociedad acostumbra afrontar los problemas del vivir y el morir. El niño aprende mediante el modelo, las contingencias de refuerzo de comportamientos o aprendizaje observacional. Según Herzberger (1983), “los niños maltratados desarrollan con mayor probabilidad reglas que apoyan la conducta violenta, si las acciones de los padres se consideran normativas, si el maltrato ocurre como una medida de disciplina, y se acompaña de razonamientos verbalizados”. La hipótesis de la continuidad o de la discontinuidad, de los malos tratos, desde la teoría planteada por Bolwby, considera que los vínculos tempranos que se establecen entre el niño y el cuidador proporcionan el prototipo de las relaciones posteriores (Bolwby,1973,1980) De acuerdo con Bowlby, el niño que desarrolla vínculos seguros, probablemente posee un modelo de representación en el que las figuras de apego aparecen disponibles, responden, le dan apoyo y una imagen complementaria de sí mismo, como una persona que, al menos, puede ser querida y valorada. Con la confianza en sí mismo y en otros, el niño desarrollará con mayor probabilidad relaciones basadas en el amor y la confianza. Por el contrario los niños cuyas necesidades no han sido apropiadamente satisfechas, desarrollan expectativas de acuerdo con las cuales el cuidado y la consideración no son disponibles y no se puede confiar en los otros. Estos niños, como adultos, tendrán probablemente mayores dificultades en establecer relaciones basadas en el apoyo, así como en proporcionar un cuidado adecuado a sus hijos. Estos modelos internos de representación de sí mismo, de los otros y de las relaciones que se establecen con los demás, se derivan de las historias relacionales PATRONES DE CRIANZA tempranas, que podrían explicar la continuidad del maltrato. Según Bolwby, la probabilidad de la transmisión de generación en generación de estos patrones de interacción distorsionados, se incrementa cuando las experiencias tempranas negativas no se recuerdan e integran y no se forman modelos internos de representación coherentes de las relaciones con los otros. Sroufe y Fleeson(1986), en su trabajo sugieren que los patrones de pensamiento, los sentimientos y las conductas basadas en las relaciones tempranas, tienden a ser validadas o replicadas cuando, más tarde, se establecen otras relaciones cercanas o íntimas. También se observa que las mujeres que han recibido maltrato o rechazo se encuentran motivadas para formar relaciones que validarán sus percepciones de sí mismas y de los otros, por lo tanto estas mujeres victimizadas en la infancia, no sólo se perciben a sí mismas como víctimas, sino que además, aprenden el papel de victimizar a otros. DELINCUENCIA JUVENIL: La delincuencia juvenil es un problema con diferentes facetas. Se trata de un problema social, en cuanto que representa un fracaso de la sociedad en la educación de sus nuevos miembros, además de constituir un riesgo que atenta contra el estado de derecho, el respeto de las instituciones, las reglas para la convivencia pacífica y la seguridad de los ciudadanos. Es un problema económico, cuando los comportamientos delictivos atentan contra el patrimonio y la propiedad privada o cuando promueven una economía basada en negocios ilícitos como el narcotráfico, el secuestro, el robo de autopartes, la piratería, el fraude y el chantaje. 35 PATRONES DE CRIANZA Es también un problema político que se constituye en un reto para las autoridades, quienes tienen que desarrollar estrategias para prevenirlo y para tratarlo. Deben presupuestar los gastos de estos esfuerzos, capacitar personal y mantener instituciones judiciales y de custodia. Se trata de un problema científico, cuando se aborda la necesidad de explicar las causas de estos actos, de diseñar y poner en operación medidas preventivas y correctivas, así como de evaluar los resultados de dichas intervenciones. El panorama longitudinal muestra un crecimiento continuo de estos problemas de comportamiento. Las primeras estadísticas, en los Estados Unidos, las vemos en los reportes como el de Wirt y Briggs (1965), quien citando fuentes del FBI nos dice que en los años 50’s se triplica la delincuencia juvenil, de cerca de 300,000 a millones de detenciones al año (Ullman y Krasner, 1969). En los años 60’s la proporción de crímenes cometidos aumentó un 80%, mientras que la población solo se incrementó en un 11% (Davison y Neale, 1983). Siendo esta tendencia una característica hasta nuestros días. Los comportamientos delictivos mas frecuentes en los jóvenes se relacionan con el estupro y otras ofensas sexuales, el robo y los asaltos, así como infracciones vinculadas con la posesión, el consumo y el tráfico de drogas. Es mas frecuente observar estos comportamientos en varones de clase media-baja, con baja escolaridad. Normalmente provienen de hogares desintegrados o donde uno o ambos padres manifiestan también conductas antisociales. Muchas veces provienen de barrios característicos, donde proliferan las pandillas. Se han planteado causas hereditarias para la conducta sociopática, estudios como los de Lange (1929) y Krans (1936) compararon los niveles de concordancia en la criminalidad entre gemelos idénticos y fraternos, 36 PATRONES DE CRIANZA demostrando que la correlación era mucho mas alta entre los primeros, respaldando así la teoría de que pueden intervenir factores genéticos. Sin embargo, también es posible que estos gemelos recibieran durante su infancia un trato similar, que más bien nos llevaría a ponderar la importancia de los factores ambientales. También se ha divulgado el hecho de que en varones que cometieron crímenes particularmente violentos se haya encontrado un cromosoma masculino adicional (XYY) que, sin duda, es una aberración genética. Pero Rosenthal (1970) notó que del gran numero de criminales y delincuentes examinados hasta la fecha, solo cerca del 1.5% presentaron esta característica. Otros enfoques examinan los patrones de actividad de las ondas cerebrales. Ellingson (1954) revisó los primeros estudios e informó en trece de catorce de estos reportes que, después de examinar aproximadamente 1500 sujetos, encontró que del 31 al 58% manifestaron algún tipo de anormalidad electroencefalográfica (EEG). El tipo mas frecuente de anormalidad fue una actividad caracterizada por ondas lentas, generalmente difundidas por todo el cerebro. Sin embargo, según Hill (1952), hay pruebas de que en los individuos muy impulsivos y agresivos, las anormalidades del EEG se hallan en los lóbulos temporales de los hemisferios cerebrales. Se trata de los llamados picos positivos, explosiones de actividad con frecuencias de 6 a 8 ciclos por segundo (cps) y de 14 a 16 cps. Es muy posible que estas anormalidades del EEG reflejen algún tipo de disfunción de los mecanismos temporales y límbicos subyacentes que intervienen en los procesos sensoriales y mnémicos y en la regulación que el sistema nervioso lleva a cabo sobre la conducta emocional y motivacional, que se traduzcan en una disfunción que haga que a estas personas les sea difícil aprender a evitar una conducta que pueda acarrear un castigo. 37 PATRONES DE CRIANZA 38 Así, Cleckley (1964) afirma que un criterio para la definición del síndrome sociopático es la incapacidad de los sociópatas para aprender en base a la experiencia. En lo particular, no parecen sentir la necesidad de evitar las consecuencias de su conducta antisocial. En esa línea de pensamiento, Likken (1957) dedujo que el sociópata podía tener pocas inhibiciones para cometer actos antisociales debido a que era poco ansioso. Aplicó diversas pruebas a fin de determinar si los sociópatas realmente tenían niveles bajos de ansiedad. Una de estas pruebas implicó el aprendizaje de evitación. Los datos de la investigación de Schachter y Latané (1964) añadieron apoyo a esta interpretación. No obstante, la investigación de Schmauk (1970) cuestiona estas interpretaciones, al demostrar que los sociópatas sí pueden aprender a evitar castigos, mientras estos sean relevantes a su sistema de valores (perder dinero vs. castigo físico, tangible o social). Debemos consignar también que los sociópatas suelen describirse como personas que no pueden responder emocionalmente al afrontar situaciones familiares o nuevas juzgadas como angustiantes o desagradables por la mayoría de la gente. Esta descripción es notablemente congruente con el descubrimiento de Schachter y Latané en el sentido de que los sociópatas no evitan normalmente las descargas eléctricas, pero que sí lo llegan a hacer cuando aumenta la excitación de su sistema nervioso autónomo por inyecciones de adrenalina. De esta manera, Quay (1965) sugirió que la impulsividad del sociópata, su sed de emociones fuertes, y su incapacidad de tolerar la rutina y el aburrimiento son propiciadas por su estado de baja excitación. Skrzypek (1969) probó esta hipótesis con una muestra de reclusos sociopáticos y no sociopáticos y descubrió que los sociópatas efectivamente manifestaron una preferencia algo mayor que los demás reclusos hacia la novedad y la complejidad (Davison y Neale, 1983). PATRONES DE CRIANZA La atmósfera familiar de los jóvenes delincuentes también se argumenta que es un factor responsable de su conducta inapropiada. Investigaciones iniciales como las de Partridge (1928), Knight (1933) y Haller (1942) consideran que el rechazo, generalmente de la madre, es un factor causal de este fenómeno. Otro grupo de investigadores (Szurek, 1942; Lindner, 1944; Greenacre, 1945, Bowlby, 1952) también plantean el rechazo, pero del padre. Uno de los estudios más amplios sobre la conducta criminal, McCord, McCord y Zola (1959) reporta una fuerte liga entre la presencia de conducta psicopática y la privación emocional que produce el conflicto con los padres, la crueldad, el castigo errático y la falta de reconocimiento. Más recientemente, Buss (1966) argumenta que hay dos clases de modelos parentales que llevan al desarrollo de la psicopatía. Primero, cuando el padre es frío y distante del niño. Buss dice que el pequeño imita al padre y se vuelve frío y distante en sus propias relaciones. En segundo lugar, cuando los padres son inconsistentes en su entrega de recompensas y castigos, lo que hace difícil para el niño aprender a definir el rol modelado, teniendo como resultado que no se desarrolle consistentemente un modelo de sí mismo. Estas persona parecen privados de estimulación (Quay, 1965), pues aquello que podría ser adecuado para moldear la conducta de muchas personas en la sociedad, no les resulta suficiente para mantener un comportamiento de conformidad. El resultado es la extinción y no el reforzamiento. Estas personas actúan impulsivamente debido a que la cantidad de reforzamiento efectivo es insuficiente para mantener su conducta (Ullman y Krasner,1969). Hace poco que empieza a cobrar importancia la teoría general de la tensión emocional, desarrollada por Agnew (2001), donde se argumenta que los estresores aumentan la probabilidad de que emociones negativas como la rabia y la frustración ocurran. Estas emociones hacen presión para que se den acciones correctivas y el crimen es una posible respuesta. Se trata de 39 PATRONES DE CRIANZA un enfoque cognoscitivo que pretende explicar el fenómeno del aprendizaje de la conducta delictiva. Se dice que el crimen es una forma de reducir la tensión (ejemplo: robar el dinero que uno necesita), buscar venganza o aliviar emociones negativas (ejemplo: mediante el consumo de drogas). La teoría apunta a varias categorías nuevas de estresores como la pérdida de estimulación positiva (ejemplo: pérdida de la pareja romántica, muerte de un amigo), la presentación de estimulación negativa (ejemplo: asalto físico o insultos verbales) y nuevas categorías de obstáculos para alcanzar metas (ejemplo: el no lograr que se haga justicia). En particular, es mas probable que la tensión lleve al crimen cuando el individuo carece de habilidades y recursos para enfrentarla de manera legítima, cuenta con poco apoyo social, tiene poco control social, maldice que traten mal a otros y está dispuesto a ser criminal. Eventos negativos en la vida, sentirse hastiado, relaciones negativas con los adultos, peleas entre los padres, se asocian significativamente con la delincuencia. Es más probable que los estresores lleven al crimen cuando estos se perciben como (a) injustos, (b) intensos, (c) asociados con poco control social o (d) como incentivos para formas criminales de enfrentarlos. La conducta delictiva se facilita si uno se expone a modelos o ejemplos de ella (en los medios), si se premia el crimen (en las sub-culturas o pandillas) o si se generan pseudo-valores (como el "machismo"). Esta teoría de la tensión emocional señala como factores de riesgo para la conducta delictiva: (1) el rechazo de los padres, (2) la supervisión y la disciplina estricta, (3) el haber recibido abuso por parte de otros, (4) las experiencias negativas en la escuela, malas calificaciones, problemas con los maestros y el ver la escuela como aburrida o inútil, (5) el sub-empleo. (6) el hogar desintegrado o la falta de hogar, (7) el abuso de parte de compañeros o "amigos", (8) el haber sido víctima de un crimen, (9) las experiencias de discriminación por causas raciales, religiosas u otras. 40 PATRONES DE CRIANZA Un trabajo verdaderamente esclarecedor de la etiología de la conducta antisocial, es el de Patterson (2002). Asume que esta conducta es aprendida por reforzamiento y aclara la naturaleza de los reforzadores, quienes los otorgan y qué determina que se les proporcionen. En los estudios de campo realizados en guarderías se observó que 80% de los 2,583 eventos agresivos registrados, la agresión era seguida de "llanto de la víctima" o "de que la víctima le da el juguete". Estos son reforzadores positivos para el atacante, aunque a veces interviene el maestro o la víctima no cede. Los actos de estos niños les funcionan bien y cuando hay poco control de parte de los adultos, la víctima es quien proporciona el reforzamiento. Al verse premiado, el atacante lo vuelve a hacer de la misma forma y con la misma víctima. Cuando no obtiene el premio, cambia su forma de atacar o cambia de víctima. También, en observaciones hechas en los hogares, se ha visto que el niño aprende a utilizar conductas aversivas para terminar conflictos con otros de sus familiares. Las familias problemáticas se involucran en relaciones aversivas una vez cada 16 minutos, siendo entre 10 y 15% de estas de tipo agresivas. Antes de que el niño agreda, generalmente ha sido agredido por otro de sus familiares. Los estudios mediante observación directa muestran que el entrenamiento de los agresores se inicia en la casa, tomando la forma de las relaciones coercitivas. Otros estudios muestran como resulta el antecedente aversivo el que la mamá no esté disponible y cuando el niño arremete (al hermano, por ejemplo), la disponibilidad de la madre sirve como reforzamiento. También se ha visto que los niños son reforzados negativamente por los adultos cuando su conducta agresiva hace que las solicitudes de los 41 PATRONES DE CRIANZA adultos terminen. Este mecanismo también es útil tanto para fortalecer conductas apropiadas, como otras muchas conductas desviadas. Los niños antisociales usualmente son detectados en la escuela y son rechazados por el grupo de compañeros normales. Entonces, estos buscan un grupo de amigos que sean igualmente problemáticos o desviados. Este proceso se continúa durante la adolescencia, donde el individuo antisocial cuidadosamente selecciona tanto amigos como pareja romántica, que igualen (y refuercen) su comportamiento desviado. Compañeros desviados modelan y refuerzan formas cubiertas de conducta antisocial (como el uso de sustancias, el robo, hacer trampa o mentir, defraudar y comprometerse en conducta sexual de alto riesgo). Ribes (1972) lo ha descrito diciendo que hay dos factores que determinan la conducta delictiva: (1) el reforzamiento intermitente que recibe y (2) las consecuencias aversivas demoradas que establece la comunidad. La génesis directa de la conducta delictiva se encuentra, pues, en la incapacidad de la sociedad para procurar contingencias adecuadas que promuevan el desarrollo de repertorios pertinentes en todos los miembros del grupo, que les posibiliten el acceso a fuentes de reforzamiento sancionadas positivamente por dicha sociedad. Relación entre patrones de crianza y conductas antisociales Se ha demostrado que el trato entre los padres, el comportamiento hacia sus hijos y su estado emocional son elementos importantes que pueden predecir la aparición de conductas violentas en los niños (WebsterStratton 1997). Por ejemplo, Hendrix y Molloy (1990) hallaron que una interrelación madre-hijo deficiente, cuando el niño tiene un año de edad, es una señal de problemas de conducta y agresividad para cuando el niño tenga 6 años. Se ha determinado que el niño que a la edad de 4 tiene un padre emocionalmente angustiado puede desarrollar trastornos de conducta 42 PATRONES DE CRIANZA y un comportamiento antisocial (Buka y Earls 1993). También se han identificado como factores de riesgo para la violencia juvenil los conflictos maritales y la falta de comunicación entre los padres (Biglan y Taylor, en imprenta; Buka y Earls 1993; Tolan y Guerra 1994). Existen algunos factores de situación de riesgo en los padres que son evidentes y obvios, para que se presenten o desarrollen conductas antisociales como por ejemplo, conducta delictiva y violenta, uso indebido del alcohol y otras drogas, maltrato y abandono infantil. Otros elementos de predicción, más sutiles, incluyen una disciplina severa o incoherente, falta de interacción emocional entre los padres y el niño y falta de supervisión por parte de los padres (Patterson, Reid, y Dishion 1992; Buka y Earls 1993). Muchas otras conductas se asocian también con una conducta infantil violenta, aunque no estén relacionadas directamente con la crianza. Se puede mencionar la falta de comunicación entre los cónyuges, los conflictos maritales, el divorcio, el aislamiento social de los padres y la depresión o el estrés padecido por los padres (Buka y Earls 1993; Tolan y Guerra 1994). Los niños propensos a la violencia pueden ser identificados ya para el momento en que tienen tres años de edad (Olweus 1978). Los factores que suponen un riesgo para el niño incluyen vivir en vecindarios en los que la violencia es un hecho común, presenciar actos de extrema violencia, ser víctima de maltrato y tener trato con jóvenes rudos o antisociales de su misma edad. Se ha asociado otros factores menos evidentes a la aparición de una conducta violenta. Entre éstos se incluyen problemas de aprendizaje, historial de ausentismo escolar y visitas frecuentes al consejero escolar. El inicio de tendencias violentas puede también estar marcado por un cambio repentino de conducta. Niños (de 10 años y menores)La efectividad de la intervención por parte de los padres parece aumentar de manera exponencial cuando los 43 PATRONES DE CRIANZA niños son pequeños, es decir antes que la conducta antisocial o agresiva se haya desarrollado completamente (Webster-Stratton y Hancock 1998; Webster-Stratton y Spitzer 1996). Para el momento en que el niño llega a la adolescencia, tanto el niño como los padres siguen ya patrones bien establecidos y son más resistentes a los cambios de larga duración (Patterson, Reid, y Dishion 1992; Taylor y Biglan 1998). Un joven de 14 años depende mucho menos de su familia y es mucho más susceptible a la influencia externa que un niño de 7 años (Hendrix y Molloy 1990). Las investigaciones sobre la prevención de la violencia en poblaciones en situación de alto riesgo han demostrado la efectividad de trabajar con los padres que, por factores socioeconómicos y psicológicos, como por ejemplo, bajos ingresos, ser madre soltera o haber sufrido maltrato, se encuentran en situación de gran riesgo de criar hijos antisociales. Muchos de los padres de niños con graves problemas de conducta emplean técnicas disciplinarias ineficaces. Por ejemplo, los padres de niños delincuentes tienden a no participar de manera apropiada en la supervisión de las actividades diarias de los hijos, a ser incoherentes en la aplicación de castigos y a mostrar escasa preocupación en áreas tales como el progreso académico del niño (Dishion, Patterson, y Kavanagh 1992; Buka y Earls 1993; Bank et al. 1991). Con frecuencia, existe entre los padres y el niño, un patrón destructivo de "interacción coercitiva" caracterizado por un ciclo de mal comportamiento por parte del niño y de amenazas al niño por parte de los padres (Patterson, Reid, y Dishion 1992). Esta reacción por parte de los padres puede que sea efectiva a corto plazo; sin embargo, a largo plazo promueve una mayor agresión por parte del niño. El primer paso para romper este ciclo es cambiar la táctica de los padres y enseñarles respuestas alternativas para las acciones negativas de los hijos. 44 PATRONES DE CRIANZA En varios estudios controlados se ha demostrado que el modelo FFT modifica la comunicación disfuncional y reduce la tasa de delincuencia entre los jóvenes tratados y sus hermanos (Barton et al. 1985). Gordon y sus colegas (1988) aplicaron nuevamente el modelo FFT en un grupo de 54 delincuentes juveniles de baja condición económica y de la zona rural del sudeste de Ohio. La mitad del grupo fue seleccionado específicamente para recibir en su casa el modelo FFT por parte de estudiantes de post-grado en psicología. La mayor parte de este grupo había cometido múltiples delitos graves y la corte los había asignado a terapia familiar. El grupo de control de 27 jóvenes delincuentes de menor riesgo recibieron solamente servicios de libertad condicional. Después de 2 años y medio, las tasas de reincidencia fueron de 11% en el grupo bajo tratamiento y de 67% en el grupo de control. Un estudio posterior que medía los cambios en el grupo al final de un período adicional de 32 meses (ya los sujetos eran adultos) determinó una tasa de reincidencia del 9% por delitos menores y faltas graves en el grupo del tratamiento y una tasa del 41% en el grupo de control (Gordon, Graves, y Arbuthnot 1995). Las experiencias negativas en la escuela, tanto en el aspecto académico como social pueden dar como resultado que el niño desarrolle una conducta violenta o factores de riesgo asociados. Demuestran que el esfuerzo conjunto entre los padres y la escuela es más efectivo que únicamente la aplicación de las estrategias basadas en los padres (McMahon et al. 1996; Webster- Stratton 1993; Coleman 1997). Un esfuerzo coordinado entre los padres, los maestros, el psicólogo escolar y la enfermera de la escuela permite identificar los problemas a tiempo, de manera que el profesional pueda intervenir con programas que enseñen resolución de problemas, que desarrollen habilidades de solución de 45 PATRONES DE CRIANZA conflictos y que aumenten las destrezas académicas (Honig 1999; Schweinhart 1999). La relación entre padre e hijo puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de conductas violentas por parte del niño o de conductas que han demostrado ser precursoras de la violencia. Se ha demostrado que la intervención basada en los padres y la familia es bastante efectiva en la prevención de estas conductas, en especial, cuando responden a las necesidades financieras, culturales y ambientales de la familia y se les acompaña de otras intervenciones basadas en la escuela o la comunidad. MARCO LEGAL El código del menor establece en titulo quinto del menor autor o participe de una infracción penal. Art. 163, ningún menor podrá ser declarado autor o participe de una infracción que no este expresamente consagrada en la ley penal vigente al tiempo que se cometió. Art. 164, igual que en todos los demás procesos en aquellos donde se involucre un menor se respetaran las garantía procesales consagradas en la constitución y en las leyes, especialmente las que se refiere a la presunción de inocencia, al derecho de defensa y a ser informado de las circunstancias de su aprehensión. Art. 165, para todos los efectos se considera penalmente inimputable el menor de 18 años. 46 PATRONES DE CRIANZA 47 Art. 166, el menor infractor de 12 a 18 años deberá estar asistido durante el proceso por el defensor de familia y por su abogado. Los padres del menor podrán intervenir en el proceso. DISCUSIÓN Con base en los resultados realizados por los diferentes teóricos del comportamiento tenemos que el ser humano adquiere la conducta mediante un proceso de exposición, moldeamiento e internación de valores, actitudes, conductas y normas. Se ha planteado según la teoría de Bandura que el aprendizaje social puede ocurrir por imitación u observación. Un claro ejemplo de este aprendizaje social lo vemos en los hogares donde las normas y reglas no están debidamente establecidas, y los padres permiten y a su vez entregan la educación de sus hijos a los medios de comunicación, muchas veces porque ignoran la influencia negativa que estos ejercen en sus hijos, dando lugar al aprendizaje mediatizado, donde los padres no intervienen y sus hijos crean malos hábitos en cuanto al uso del tiempo libre estos hábitos pueden ser adictivos por el mal uso de los medios de comunicación y aprenden conductas agresivas observadas. Por otro lado los niños continuamente están aprendiendo y tienden a imitar a personas con estatus mas elevados en las mayorías de los casos toman como modelos a sus padres, esta influencia de los padres sobre el desarrollo moral de sus hijos se da por las conductas socialmente aceptables y la adquisición e internalización de las normas y valores transmitidos por las personas que rodean al niño en sus diferentes ambientes. Dentro de nuestra sociedad actual pese a los esfuerzos que se han hecho para prevenir y romper con la cadena de maltrato infantil, practicas PATRONES DE CRIANZA 48 tales como estás siguen siendo aceptadas y aprobadas por muchos padres que ven en está una alternativa para educar y formar a sus hijos moralmente, consiguiendo así que los niños maltratados desarrollen con mayor probabilidad la conducta violenta, si las acciones de los padres se consideran normativas, si el maltrato ocurre como una medida de disciplina y se acompañan de razonamientos verbalizados, estos niños cuando adultos tendrán probablemente mayor dificultad en establecer relaciones basadas en el apoyo, así como en proporcionar un cuidado adecuado a sus hijos. Normalmente estos adolescentes provienen de hogares desintegrados o donde uno o ambos padres manifiestan también conductas antisociales, muchas veces provienen de barrios característicos, donde proliferan las pandillas, sicarios y marginalidad social. Es importante para Bowlby (1970) que la carencia afectiva a través de la deprivación afectiva conlleve a la dificultad en crear vínculos emocionales y afectivos generando formas de relaciones parasitarias basadas en un interés económico. En este sentido es relevante que los patrones de crianza generados a partir de los patrones de comunicación familiar y los límites dentro de este son ambiguos y contradictorios generando en los adolescentes conductas de fuga y refugiarse en el grupo de iguales dependiendo del contexto social, si en este se encuentran pandillas o grupos antisociales entre ellos grupos al margen de la ley estos adolescentes teniendo en cuenta la problemática familiar y la social se identifican y entran a pertenecer a estos grupos de pandillas reproduciendo sus reglas y pautas de comportamiento antisocial a través de la presión grupal. Szurek, 1942; Lindner, 1944; Greenacre, 1945, Bowlby, 1952) también plantean el rechazo, pero del padre. uno de los estudios mas PATRONES DE CRIANZA 49 amplios sobre la conducta criminal, McCord y Zola (1959) reporta una fuerte liga entre la presencia de conducta psicopática y la privación emocional que produce el conflicto con los padres, la crueldad, el castigo errático y la falta de reconocimiento. Cuando los padres son inconsistentes en su entrega de recompensas y castigos o en los límites, lo que hace difícil para el niño aprender a definir el rol modelado, teniendo como resultado que no se desarrolle consistentemente un modelo de sí mismo, sin reconocer las normas morales a través de la confusión. Estas persona parecen privados de estimulación (Quay, 1965), pues aquello que podría ser adecuado para moldear la conducta de muchas personas en la sociedad, no les resulta suficiente para mantener un comportamiento de conformidad. Patrones de crianza identificados Herzberger (1983) Maltrato físico y verbal. Los niños maltratados desarrollan con mayor probabilidad reglas que apoyan la conducta violenta, si las acciones de los padres se consideran normativas, si el maltrato ocurre como una medida de disciplina y se acompaña de razonamientos verbalizados. Bolwby (1980) Influencia de temores y miedos. El niño cuyas necesidades no han sido propiamente satisfechas, desarrolla expectativas de acuerdo con las cuales el cuidado y consideración no son disponibles y no se puede confiar en los otros. Bolwby Carencia de afecto. El niño que no desarrolla vínculos afectivos, probablemente no posea una imagen complementaria de si mismo, como una persona que no puede ser querida y valorada. PATRONES DE CRIANZA 50 Haller y Bolwby (1942) Rechazo de los padres hacia los hijos. Puede ser un factor responsable de su conducta inapropiada. Buss (1966) Padres fríos y distantes. El pequeño imita al niño y se vuelve frío y distante en sus relaciones. Buss (1966) Padres inconsistentes en la entrega de recompensas y castigos. Lo que hace difícil al niño aprender el rol modelado, teniendo como resultado que no se desarrolle consistentemente un modelo de si mismo. Agnew (2001) Padres estresantes. Los padres estresores hacen que aumente la probabilidad de que emociones negativas como la rabia y la frustración ocurra. Factor estresor perdida de estimulación positiva. Ejemplo: la supervisión y disciplina estricta. Paterson (2002) Refuerzo de conductas inadecuadas. Se asume que este tipo de conducta es aprendida por reforzamiento, por ejemplo: La venganza. Tolan y Guerra (1994) Comunicación inadecuada. Falta de interacción emocional entre los padres y el niño y falta de supervisión por parte de los padres. Buka y Eras (1993) Falta de interés de los padres en las actividades de sus hijos. Los padres de niños delincuentes tienden a no participar de manera apropiada en la supervisión de las actividades diarias de sus hijos. Déficit en resolución de conflictos maritales. Esto conlleva a que los hijos no aprendan la forma adecuada de resolver conflictos, además causa inseguridad en el niño, haciéndole vulnerable para que desencadene comportamientos agresivos. PATRONES DE CRIANZA CONCLUSIONES Teniendo en cuenta la temática del diplomado y la necesidad de conocer las causas psicosociales que anteceden a las conductas antisociales, se plantea esta monografía que servirá como iniciativa para diseñar un programa de medidas preventivas y correctivas, así como evaluar los resultados de dichas intervenciones, en la región. Definitivamente los padres ejercen una influencia poderosa en la internación y ejecución de conductas socialmente aceptadas o antisociales, los niños y adolescentes están expuestos a muchos factores mediáticos, personales y familiares que influyen en el aprendizaje de conductas antisociales, por esto es importante que los padres entiendan que sus hijos son susceptibles a estás influencias ya que consecuentemente pueden modificar o producir mecanismos cognitivos y a su vez reproducir comportamientos socialmente inadecuados. Al encontrarnos con un chico que cuyo comportamiento deja ver indicios de conductas antisociales podríamos indagar en él las razones que lo llevaron a hacer este hecho, podríamos preguntar lo siguiente: ¿Por qué lo haces?, ¿que te motivo a hacerlo?, ¿a quien imitas o a quien te quieres parecer? ¿Qué ganas o que logras con esto? A través de estas preguntas podríamos conocer las razones por las cuales llevaron al chico a este hecho y de esta forma orientar al joven o al niño a buscar otras maneras de conseguir lo que se desea sin utilizar la violencia. El primer paso para romper este ciclo de agresión es cambiar la 51 PATRONES DE CRIANZA táctica que emplean los padres en la disciplina a sus hijos y enseñarles respuestas alternativas para las acciones negativas de los hijos. Esta investigación nos permite concluir además que existe una mayoría de adolescentes que se involucran en un comportamiento antisocial, como el robo, menor en las tiendas, y cuando crecen son ciudadanos cumplidores de la ley, pero por otra parte quienes se convierten en infractores habituales tienden a ser el producto de una combinación de factores de riesgo que se remotan a su niñez temprana, incluyendo la pobreza y un estilo de paternidad ineficaz. En las perspectivas biológicas y neuropsicológicas, encontramos que la persona que comete un delito bajo efectos de una condición, o en un estado mental disfuncional, está muy enferma y no puede enfrentar las consecuencias de sus acciones ni un proceso judicial. En cambio en las perspectivas conductistas y sociales la persona, aunque reconocida como "víctima” de un ambiente en el que puede haber estado expuesto a circunstancias negativas y deformativas, se considera responsable de sus acciones. BIBLIOGRAFIA Collins, Randal, en: 52 PATRONES DE CRIANZA http://www.monografias.com/trabajos11/metateo/metateo.shtml Román, Madeline. El Problema del Delito. Seminario Visiones Alternas al fenómeno de la Criminalidad. 4 de marzo de 1987, Facultad de Ciencias Sociales, UPR. Ryan, W. (1971) The art of savage dicovery: How to blame the victim. En Blaming the victim, N.Y., Vintage. Silva de Bonilla, Ruth (1980) Una an;alisis de la violencia, el crimen y los criminales. 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