patrones de crianza asociados a conductas antisociales en

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MONOGRAFIA
PATRONES DE CRIANZA ASOCIADOS A CONDUCTAS
ANTISOCIALES EN ADOLESCENTES
TANIA PAOLA RODRIGUEZ PALOMINO
COD.921301065
ZAIDA PARADA ISCALA
COD. 921302801
UNIVERSIDAD DE PAMPLONA
FACULTAD DE ARTES Y HUMANIDADES
DIPLOMADO DE PSICOLOGIA JURIDICA
PAMPLONA
2006
PATRONES DE CRIANZA
DEDICATORIA
A nuestros familiares que nos han apoyado en el transcurso de nuestra carrera.
2
PATRONES DE CRIANZA
TABLA DE CONTENIDO
Resumen
4
Palabras Claves
4
Introducción
5
Descripción del problema
5
Planteamiento del Problema
8
Objetivos
8
General
8
Específicos
8
Justificación
8
Estado del Arte
10
Agresión y comportamiento en la Adolescencia
11
Trastornos del comportamiento en la adolescencia
12
Marco Teórico
14
Aprendizaje social: Desde la perspectiva psicosocial
14
Teoría del aprendizaje social
15
Variables neuropsicologicas
21
El efecto de golpes traumas y alteraciones del lóbulo
frontal
22
Efectos nutricionistas
24
Trastornos hormonales
24
3
PATRONES DE CRIANZA
Alteraciones en conducta por Hiperactividad Orgánica
25
Daño cerebral
25
Intoxicaciones y contaminación ambiental
26
Condiciones y trastornos mentales
27
Definición de Adolescencia
28
Cambios Biológicos
28
Cambios Psicológicos
29
Cambios psicosociales
33
Equivalentes depresivos en la adolescencia
34
Delincuencia Juvenil
43
Marco Legal
58
Discusi
4
PATRONES DE CRIANZA
5
PATRONES DE CRIANZA ASOCIADOS A LAS CONDUCTAS
ANTISOCIALES DE LOS ADOLESCENTES
RESUMEN
El objetivo de esta monografía es conocer cuales comportamientos
de los padres pueden aprender los niños por observación e imitación que los
lleve a conductas antisociales. Con este fin se seleccionara y revisaran las
investigaciones realizadas en cuanto a patrones de crianza y su relación
con conductas antisociales en adolescentes.
SUMMARY
The objective of this monograph is to know which the parents' behaviors
the children can learn for observation and imitation that it takes them to
antisocial behaviors. With this end it was selected and they revised the realized
investigations as for patterns of upbringing and their relationship with antisocial
behaviors in adolescents.
PASSWORDS
Antisocial behavior, social learning, patterns of upbringing, young, imitation.
PALABRAS CLAVES
La conducta antisocial, el aprendizaje social, los modelos de educación
joven, la imitación.
PATRONES DE CRIANZA
6
INTRODUCCION
Estamos en un momento histórico de la humanidad donde la nueva
tecnología investigativa habrá de ayudar a entender mejor - con evidencia
clara y contundente- las verdaderas variables de las causas de las
conductas antisociales ya sea
de índole biológica, orgánica, congénitas,
heredadas, psicológicas y sociales.
La biología intenta darnos la
explicación total a la conducta antisocial, igualmente la psicología y la
sociología. Es necesario que todo profesional del campo de las Ciencias
Sociales se actualice en estos nuevos descubrimientos e hipótesis, por
cuanto es objetivo y competente reconocer aquellas condiciones fisiológicas,
neurológicas, cromosómicas y anatómicas que puedan determinar algunos
de los muchos casos de conducta antisocial. Sin embargo, la psicología ha
avanzado en el estudio de los factores del medio que influyen en las
conductas
antisociales.
El
presente
proyecto
intenta
conocer
los
comportamientos de los padres que hayan servido como desencadenantes a
conductas antisociales de sus hijos.
DESCRIPCION DEL PROBLEMA
Uno de los efectos de deterioro social se ve cuando una parte
importante de los jóvenes viene involucrándose en infracciones hacia la
sociedad en el intento de resolver muchos de sus problemas. Por supuesto
que la infracción juvenil no es una invención particular de los menores.
Lo primero es que crecen los episodios demostrativos de que la
violencia es eficaz para enfrentar el conflicto, el familiar y el social.
PATRONES DE CRIANZA
Lo segundo que se encuentra es la alta desvinculación temprana de la
escuela. Por diversas razones, como la baja calidad y la falta de interés de
los adolescentes por la escuela, la falta de apoyo de la familia, la
indisponibilidad de recursos económicos y la violencia que se tomó a la
escuela, proveyendo en forma continua jóvenes sin futuro.
Lo tercero, la ausencia de condiciones y oportunidades para ingresar y
permanecer en el mercado laboral y en la producción. Muchos de los
menores infractores se iniciaron en el rebusque y en el trabajo informal el
que muchas veces se mueve entre lo legal y lo ilegal. A este respecto, debe
bastar recordar que el desempleo entre los jóvenes que no están en la
educación oscila entre el 40 y el 50%, y lo más común es que no consigan
trabajo porque no están capacitados para laborar y no cumplen con las
condiciones legalmente establecidas para ser empleados.
Se puede deducir que lo característico de los jóvenes infractores, son
jóvenes en ejercicio de la prostitución, los jóvenes drogadictos, los jóvenes
que no estudian, y en los jóvenes que por miles hoy recogen la hoja de coca,
es que en el menor desprotegido se conjugan sucesiva o simultáneamente
la exclusión familiar, la exclusión educativa y la exclusión laboral, además de
lo expuesto anteriormente no podemos dejar de lado la situación de pobreza
por la que atraviesan muchos de los adolescentes, siendo este también un
factor importante a tener en cuenta en las conductas antisociales.
La sociedad actual nos plantea una cantidad de interrogantes frente a la
crisis de violencia que vive el país, teniendo en cuenta que gran parte de
esta crisis la protagonizan los adolescentes que están en las cárceles o que
engrosan las filas de grupos al margen de la ley, ocasionando un deterioro
social, económico, cultural y familiar, problemática que puede tener su
origen en el seno familiar.
7
PATRONES DE CRIANZA
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
¿Cuáles serian
los patrones de crianza asociados a las conductas
antisociales de los adolescentes?
OBJETIVOS
Objetivo general
Identificar a través de referencias investigativas y teóricas cuales son
los patrones de crianza asociados a conductas antisociales en los
adolescentes.
Objetivos específicos
- Describir a través de las investigaciones los patrones de crianza
asociados a conductas antisociales de los adolescentes.
- Analizar la relación existente entre patrones de crianza de los padres y
conductas antisociales en adolescentes.
JUSTIFICACION
Existen muchas causas para la conducta antisocial, estas variables de
causas de la conducta antisocial pueden ser entendidas desde las
perspectivas biológicas, desde la cual se postulan investigaciones donde se
ha encontrado que dietas de alto carbohidratos y bajas proteínas afectan los
niveles normales de la serotonina, neurotransmisor natural que cuando está
en niveles alterados o anormales tiene efectos cerebrales asociados con
tendencias suicidas, agresión y violencia, alcoholismo y conducta impulsiva,
el efecto del tabaquismo en la madre sobre los hijos/ as, efecto del ácido
úrico, la predisposición genética, y la relación entre estados emocionales
8
PATRONES DE CRIANZA
alterados (depresión y ansiedad) y la conducta criminal, entre muchos otros.
Alan Rosembaum realizó un estudio en los que descubre que los
traumas cerebrales anteceden cambios de conducta predisponiendo hacia
un incremento en violencia. Muchas de estas lesiones fueron adquiridas en
la infancia tanto bajo juegos como en accidentes o producto de maltrato
infantil.
Desde la perspectiva psicológica existe una serie
de teorías o
modelos que permiten entender y visualizar la conducta criminal. La teoría
del aprendizaje social postula que los niños aprenden conductas sociales
por observación e imitación, por lo general de sus padres. El problema es
conocer cuales patrones de crianza pueden llegar a ocasionar conductas
antisociales en los hijos.
Teniendo en cuenta lo expuesto anteriormente y conociendo de qué
forma influyen los padres en el aprendizaje psicosocial de sus hijos se
podrían diseñar programas dirigidos a los padres para la prevención de
conductas antisociales de sus hijos con miras a prevenir que se siga
presentando la crisis actual del país en donde son los adolescentes los
protagonistas y victimas. En cuanto al ejercicio de nuestro rol de psicólogos
en cualquiera de los campos en que nos desarrollemos siempre vamos a
estar en contacto con problemas de violencia ya sea en problemas de pareja
o en crisis familiares o con victimas de la violencia o con quienes la
protagonizan en fin ese es el campo de acción que tenemos para desarrollar
nuestro trabajo de ahí la importancia de saber cual es el origen de la
problemática para que en nuestro quehacer diario no encontremos limitantes
de conocimiento para ejercer nuestro rol como profesionales de las
psicología ya que debido a nuestra profesión somos responsables de
aportarle un granito de arena a nuestro país para eliminar la violencia y
construir la paz.
9
PATRONES DE CRIANZA
ESTADO DEL ARTE
Conferencia presentada en el 8º Congreso internacional de Psiquiatria
organizado por la Asociación Argentina de Psiquiatras, miércoles 24 de
octubre de 2001, Buenos Aires. Mesa Redonda: “Temas de Psicopatía”.
Existen “factores de riesgo” que suelen estar presentes en el
desarrollo temprano de las personalidades antisociales. Algunos son
intrínsecos al niño/joven; otros pertenecen al contexto psicosocial inmediato.
La gran cantidad de factores que han sido descubiertos, los diversos
procesos subyacentes a estos factores, y la falta de independencia entre
estos procesos hacen muy difícil acomodarlos dentro de un modelo
coherente, que permita explicar la conducta gravemente antisocial y
agresiva en niños y adolescentes.
Resulta claro que si se tiene en cuenta solamente alguna de las
causas alegadas, el modelo resultante no será de utilidad para explicar las
numerosas variables que podemos encontrar en el comportamiento
antisocial. Un modelo razonable es la acumulación de factores. El
reconocimiento de que influencias múltiples operan en el desarrollo de una
personalidad antisocial es muy importante. Este enfoque reconoce que los
niños pueden desarrollar el mismo comportamiento antisocial a partir de
caminos muy variados. Como antes se dijo, el reconocimiento de esta
variedad de caminos apunta a las intervenciones tempranas específicas
para cada uno de ellos.
Título del artículo: Agresión y comportamiento en la adolescencia
Autores: J. L. Pedreira Massa
10
PATRONES DE CRIANZA
11
En los últimos años estamos observando un incremento gradual en la
investigación acerca de los trastornos del comportamiento en la infancia y la
adolescencia. Tema controvertido cuando la infancia se presenta como una
dulce etapa del desarrollo humano, donde la idealización somete a la razón
y oculta la evidencia. El sujeto infantil emerge como un sujeto capaz de
agredir.
Esta afirmación hace que grupos de investigadores hayan decidido
profundizar en las características del niño y adolescente que agreden, cómo
se llega a tener este tipo de comportamientos agresivos y a profundizar en
las diferentes formas y maneras de presentarse la agresión en estas etapas
de la vida.
Título
del
artículo:
Trastornos
del
comportamiento
en
la
adolescencia: evaluación clínica individual y familiar
Autores: C. Ballesteros Alcalde y J. L. Pedreira Massa
Los trastornos del comportamiento constituyen un grupo de síntomas
muy amplio, cuya clasificación y ubicación nosológica ha tenido dificultades
por diversas causas, lo que se ha visto reflejado en los sucesivos sistemas
de clasificación, sean DSM o CIE. Todo ello ha influido, obviamente, en los
diversos métodos de evaluación clínica que se han ido proponiendo. Los
cambios han estado motivados por la consideración como hecho clínico
fundamental en cada uno de ellos de diferentes condiciones en la definición,
en principio se eligieron la sociabilización y la agresividad como cualidades
básicas
para
la
separación
en
cuatro
grupos:
comportamiento
infrasocializado, agresivo y no agresivo; comportamiento socializado,
agresivo y no agresivo (DSM-III, 1980). «La validez de estos subtipos
diagnósticos dentro de la categoría de trastornos de conducta es
controvertida.
PATRONES DE CRIANZA
12
Algunos investigadores creen que se podría hacer una clasificación
más
útil
basándose
en
la
variedad,
frecuencia
o
gravedad
del
comportamiento antisocial, en lugar del tipo de alteración, mientras otros
opinan que los tipos infrasocializado y socializado representan trastornos
diferentes» (DSM-III, pág. 52). Las tipologías diferían tanto en los factores
predisponentes como en la evolución clínica. Los diferentes grupos parecían
tener distinto curso clínico, p.e. el tipo infrasocializado agresivo evolucionaba
con frecuencia a trastorno antisocial de la personalidad, mientras el tipo
socializado no agresivo podría conseguir una razonable adaptación social y
laboral en la etapa adulta (DSM-III, pág. 53).
Etiopatológicamente el tipo infrasocializado presentaba factores más
precoces biográficamente, graves y numerosos, que el tipo socializado.
Factores familiares tales como rechazo paterno, educación poco adecuada,
disciplina rígida, así como cambio frecuente de figuras parentales o el
cuidado en una institución se recogían como predisponentes para el tipo
infrasocializado. La falta de padre, el padre alcohólico o pertenecer a una
pandilla de delincuentes lo sería para el tipo socializado.
MARCO TEORICO
PATRONES DE CRIANZA
Aprendizaje Social: Desde la perspectiva Psicosocial
Este modelo se combinan dos modelos (cognoscitivo y conductual)
planteando que el ser humano adquiere la conducta mediante un proceso de
exposición, moldeamiento e internalización de valores, actitudes, conductas
y normas (socialización primaria y secundaria). Se plantea que puede ocurrir
por imitación (Bandura 1925) en donde hay presentes tres factores:
a) un motivo que induzca al cambio, conciente o inconsciente;
b) un modelo que indique la dirección del cambio (quiero comportarme
como alguien que he visto);
c) una recompensa (si me comporto como esa persona, lograré el mismo
beneficio que él logró con esa conducta).
Bandura, analiza la permanente y dinámica interacción entre el
comportamiento y el ambiente que rodea a la persona, enlazados por lo que
denomina un ‘determinismo recíproco’.
Desde el punto de vista de la comunicación, la teoría cognitivo social
de Bandura (en un principio, la definió como ‘teoría del aprendizaje social’)
es de especial relevancia, tanto para analizar los efectos de los medios,
como instrumentos observados y productores de imágenes ‘ambientales’,
como para conocer los mecanismos de modelaje social a partir de los
medios. Bandura estudia el aprendizaje a través de la observación y del
autocontrol y da una importancia muy relevante al papel que juegan los
medios (el ‘aprendizaje mediatizado’).
Los medios de comunicación no sólo son susceptibles de ser
observados, sino que actúan sobre los procesos psicológicos de la persona
en la medida que crean imágenes, representaciones, modelaciones de la
13
PATRONES DE CRIANZA
realidad, por lo que, consecuentemente, producen o modifican las conductas
y el mecanismo cognitivo que precede a las conductas. A través de los
medios, esto es, mediante el cambio del medio ambiente social, se pueden
variar los comportamientos. Además, los medios, especialmente los
audiovisuales, cada vez más determinantes en la percepción de lo exterior,
reproducen en sus prácticas narrativas los elementos básicos que
desencadenan la actividad de la observación. Al tiempo, son capaces de fijar
ciertas marcas o referencias que instruyen los mecanismos de autocontrol
del individuo en sus comportamientos.
Bandura analiza el aprendizaje de las conductas a través de los
medios y observa, por ejemplo, cómo aquellas que tienen un carácter
agresivo aumentan la propensión a la agresividad e, incluso, conducen a
que personalidades violentas de la ficción audiovisual puedan aparecer
como modelos de referencia.
Efectos que se acentúan en etapas de ‘observación’ cognitiva social
tan intensa como es la infancia y la juventud. La violencia no se produce
automáticamente, como una respuesta causal, advierte Bandura, pero sí
aumenta la posibilidad de que, ante una situación ambiental concreta,
desencadene una conducta aprendida no en la observación del entorno
social, sino en la narración mediática. El hecho de que las conductas
violentas afecten más a los varones que a las mujeres se debe entender
como la consecuencia de unas referencias de autocontrol sujetas a pautas
subculturales que identifican el carácter violento con los valores masculinos.
Los medios de comunicación no sólo producen efectos de riesgo, sino que,
por el contrario, pueden contribuir a la difusión de ejemplos y modelos
promotores de la modernización y del progreso.
El pensamiento de Bandura da un importante salto cualitativo entre
las corrientes conductistas y las cognitivas.
14
PATRONES DE CRIANZA
Teoría del aprendizaje social (socio-cognoscitiva)
Esta teoría sostiene que los niños aprenden comportamientos
sociales a través de la observación e imitación de modelos (por lo general de
sus padres). El psicólogo estadounidense Alber Bandura (n 1925) desarrollo
muchos de los principios de la teoría moderna del aprendizaje social también
conocida como teoría socio cognoscitivo.
A diferencia de la teoría conductista la teoría del aprendizaje social
considera al aprendiz como un sujeto activo, mientras que los conductistas
consideran que el ambiente moldea al niño, los teóricos del aprendizaje
social creen que el niño también actúa sobre el ambiente; de hecho, hasta
cierto punto crea el ambiente. Aunque unos y otros hacen teoría con base en
investigación animal no pueden explicar el comportamiento humano.
La gente aprende dentro de un contexto social y el aprendizaje
humano es más complejo que el simple condicionamiento. La teoría del
aprendizaje social también reconoce la importancia del conocimiento: las
respuestas cognoscitivas de los niños ante sus percepciones se considera
como parte central del desarrollo y no como respuestas reflejas frente al
refuerzo o al castigo.
La observación e imitación de modelos son de especial importancia
para esta teoría. Los niños adquieren nuevas habilidades a través del
aprendizaje por observación, viendo a otros y lo demuestran al imitar el
modelo en ocasiones cuando este ya no está presente. De acuerdo con la
teoría del aprendizaje social, la imitación de modelos es el elemento mas
importante de la manera como los niños aprenden el lenguaje, manejan la
agresión, desarrollan un sentido moral y aprenden los comportamientos
apropiados para el género, sin embargo, el aprendizaje por observación
15
PATRONES DE CRIANZA
puede darse inclusive si el niño no imita el comportamiento observado.
Los niños avanzan activamente en su propio aprendizaje social al
elegir modelos para imitar. La elección recibe la influencia de las
características del modelo, el niño y el entorno. Un niño puede preferir a un
padre sobre el otro, o puede elegir a otro adulto (como un profesor, un
personaje de televisión, una figura del deporte o un traficante de narcóticos)
además o en lugar del padre. Los niños tienden a imitar a otras personas
con estatus más elevado y a gente cuya personalidad sea similar a la propia.
Un niño con tendencias agresivas tiene más probabilidad de imitar a Rambo
que a Barney el dinosaurio. El comportamiento específico que los niños
imiten depende de lo que perciban como valioso en su cultura. Si en la
escuela de Carlos solamente hay maestras el no imitara su comportamiento
pensando que no seria masculino. Sin embargo; si se encuentra con un
maestro que le agrade, puede cambiar su concepto acerca del valor de los
maestros, en general, como modelos.
Factores cognoscitivos como la habilidad para prestar atención u
organizar mentalmente información sensorial afectan la manera como las
personas
interiorizan
el
comportamiento
observado.
Los
procesos
cognoscitivos entran en acción cuando las personas observan modelos,
aprenden trozos de comportamiento y mentalmente los organiza de manera
que forma patrones del comportamiento nuevos y complejos. La capacidad
que desarrollan los niños para usar símbolos mentales y representar el
comportamiento de un modelo les permite establecer parámetros para juzgar
su propio comportamiento.
Otra forma de aprendizaje social es por aprendizaje vicario, que
consisten en aprender por las experiencias ajenas sin tener que pasar
directamente por la experiencia (por ejemplo, lo que vemos en la tv o en el
16
PATRONES DE CRIANZA
cine).
También puede aprenderse mediante las necesidades por el equilibrio
cognoscitivo. De estas tenemos tres teorías predominantes:
(1) teoría del equilibrio de Frtiz Heider
(2) teoría del equilibrio cognitivo-afectivo de Rosemberg y Abelson(1979)
(3) teoría de la disonancia cognoscitiva de Leon Festinger. (1957)
En la primera se pierde el equilibrio cuando alguna necesidad no está
satisfecha y las relaciones (condiciones) de vida no son positivas y en donde
pertenecer a algún grupo es importante por tanto "el enemigo de mi amigo
es mi enemigo".
En la segunda, debe haber consistencia entre lo que se piensa y lo
que se siente tanto a nivel personal como en la relación del individuo con los
grupos. Si se quiere aquello que no te permite satisfacer una necesidad, o si
lo que te satisface no se quiere, se crean condiciones de desequilibrio que
hacen que la persona caiga frecuentemente en contradicciones e
inconsistencias.
En la tercera, la persona advierte que las creencias pueden chocar
entre sí, y la tendencia natural es a romper la incongruencia con carácter de
urgencia. En los tres casos la perdida de equilibrio, o consistencia, puede
generar reacciones de frustración e incongruencias que pueden inducir a la
persona inclusive hacia la violencia. Marchesi, A (1988: 358).
La teoría del aprendizaje social intenta ir más allá de la consideración de la
conducta humana como respuesta a estímulos que hacía el conductismo. El
aprendizaje de conductas se produce siempre, según esta teoría, en un
17
PATRONES DE CRIANZA
marco social. Esto implica que, además de aprender las normas de conducta
por medio de las reacciones que los demás tienen ante sus actos, los niños
adquieren los modelos de comportamiento adecuados por observación,
viendo a los otros actuar. Este último medio de aprendizaje se ha llamado
también imitación o modelado, ya que los niños copian el comportamiento de
aquellas personas que, por su aceptación social, lugar importante en su
mundo, etc., se convierten en modelos de conducta apropiada.
Existiría una evolución en el desarrollo de la conducta y el
pensamiento moral. Los niños comenzarían controlando su conducta por las
sanciones externas, premios o castigos, y completarían su desarrollo moral
cuando el control fuera interno y los llevara a una conducta altruista y al
cumplimiento de los valores morales.
En este sentido, "el desarrollo moral es el aprendizaje de la conducta
socialmente aceptable y la adquisición e internalización [interiorización] de
las normas y valores transmitidos por las personas que rodean al niño en
sus diferentes ambientes".(Marchesi. A ¨El desarrollo moral .pag 358)
Variables neuropsicologicas
Richard Wurtman (1), ha encontrado que dietas de alto carbohidratos
y bajas proteínas afectan los niveles normales de la serotonina,
neurotransmisor natural que cuando está en niveles alterados o anormales
tiene efectos cerebrales asociados con tendencias suicidas, agresión y
violencia, alcoholismo y conducta impulsiva.
Las funciones normales de la serotonina son la regulación de la
excitación, los estados de ánimo, la actividad sexual, la agresión y el control
18
PATRONES DE CRIANZA
de los impulsos. Algunos estudios asocian niveles bajos de serotonina con la
conducta violenta-aberrante. Jeffrey Halperin (2) comparó varones agresivos
con no agresivos, ambos con diagnósticos de ADD (déficit de atención)
combinado con diagnósticos de hiperactividad. Se les administró la droga
fenfluramina, que provoca respuestas en el sistema serotonergénico. Los
resultados mostraron cambios positivos en los niños agresivos al bajarle los
niveles de serotonina.
Matti Virkkunen (3) cree haber identificado variaciones genéticas
específicas que predisponen algunos individuos hacia la conducta suicida.
Tomando casos de jóvenes ofensores violentos, descubrió que una variante
del gene THP (tryptophan hydroxylase) cuyos códigos producen una enzima
necesaria para la biosíntesis de la serotonina, estaba asociada fuertemente
con los intentos suicidas irrespectivo a si los jóvenes eran, o no, impulsivos.
Un segundo estudio demostró que bajos niveles del metabolito 5-HIAA
(localizado en el líquido cerebro espinal) están asociados con pobre control
de la conducta impulsiva (sobre todo en alcohólicos). Por último, estudios en
monos consistentemente demuestran altos niveles de agresividad cuando
los niveles de serotonina son bajos. (4)
El efecto de golpes-traumas y alteraciones del lóbulo frontal
Alan Rosembaum (7) realizó un estudio en los que descubre que los
traumas cerebrales anteceden cambios de conducta predisponiendo hacia
un incremento en violencia. Muchas de estas lesiones fueron adquiridas en
la infancia tanto bajo juegos como en accidentes o producto de maltrato
infantil. Su estudio fue realizado con 53 hombres que golpeaban a sus
esposas, 45 hombres no-violentos y felizmente casados, y 32 hombres noviolentos pero infelizmente casados. 50% de los agresores habían sufrido
19
PATRONES DE CRIANZA
20
algún tipo de lesión en la cabeza previa a sus patrones de violencia
doméstica.
De otra parte, Antonio Damasio (8) sugiere que daños al lóbulo frontal
a nivel de la corteza cerebral puede evitar que la persona pueda formarse
evaluaciones
de
valor
positivo
o
negativo
al
crear
imágenes
y
representaciones sobre los resultados, repercusiones y consecuencias
futuras de acciones al presente creando las bases de ciertas conductas
sociopáticas. Estudios de Antoine Bechara (9) confirman la correlación entre
lesiones de la corteza en el lóbulo frontal y conductas peligrosas tales como
"hacer daño solo por divertirse".
Estudios con PET (tomografía de emisiones positrónicas; mide el
insumo de glucosa al cerebro) realizados por Adrian Raine (10) demuestran
que niveles bajo de glucosa a la corteza pre-frontal son frecuentes en los
asesinos (sus estudios son preliminares; la muestra fue de 22 asesinos
confesos con 22 no-asesinos de control) bajos niveles de glucosa están
asociados con perdida de auto-control, impulsividad, falta de tacto,
incapacidad de modificar o inhibir conducta, pobre juicio social. Los autores
de este estudio plantean que esta condición orgánica debe interactuar con
condiciones negativas del ambiente para que la persona entonces cree un
estilo de vida y personalidad delincuente y violento de forma más o menos
permanente.
Efectos Nutricionales
Katherine y Kenneth Rowe (12) estudiaron grupos de niños
diagnosticados con hiperactividad. Los padres les daban alimentos con
colorantes como parte de sus dietas regulares. El estudio consistió en una
dieta con el colorante Amarillo #5 y placebos para el grupo control. El reporte
PATRONES DE CRIANZA
de los padres y observadores fue que se manifestó un incremento en
conductas de llanto frecuente, rabietas, irritabilidad, inquietud, dificultad de
conciliar el sueño, pérdida de control, y expresiones de infelicidad. Muchas
de estas conductas son precisamente las que les crean problemas de ajuste
escolar limitando su aprendizaje e integración a las reglas del salón de
clases.
Trastornos hormonales
Ante el hecho obvio de que el hombre tiende a mostrarse más
agresivo que las mujeres, las hormonas masculinas - la testosterona- ha sido
objeto de estudio en la conducta violenta. James Dabbs (13) estudió 4,4462
sujetos masculinos encontrando una alta incidencia y correlación entre
delincuencia, abuso de drogas tendencias hacia los excesos y riesgos en
aquellos que tenían niveles más altos de lo normal y aceptable en la
testosterona. En las cárceles encontró que aquellos convictos de crímenes
más violentos fueron los que más altos niveles de testosterona reportaron.
También encontró en los estudios de saliva de 692 convictos por
crímenes sexuales que estos tenían el nivel más alto entre todos.
Alteraciones en conducta por Hiperactividad Orgánica
Rachel Gittelman (14) sostiene que varones hiperactivos muestran
una tendencia alta de riesgo a entrar en conducta antisocial en la
adolescencia. Esta tendencia es cuatro veces mayor a la de jóvenes que no
son hiperactivos, y parecen tener historiales de más incidentes de arrestos,
robos en la escuela, expulsión, felonías, etc. 25% de los participantes en el
estudio habían sido institucionalizados por conducta antisocial.
21
PATRONES DE CRIANZA
Daño Cerebral
Estudios demuestran que daños cerebrales son la regla entre
asesinos y no la excepción. Pamela Blake (15) estudió 31 asesinos con
ayuda de la tecnología médica de los EEG's, MIR's y CT SCANS y con
pruebas psiconeurológicas. Estos habían sido acusados de ser miembros de
gangas, o violadores, rateros, asesinos seriales, asesinos en masa, y dos
habían asesinado hijos. En 20 de estos casos se pudo establecer
diagnósticos neurológicos claros. 5 casos demostraron efectos de síndrome
fetal alcohólico, 9 casos mostraron retardo mental, 1 caso tenía perlesía
cerebral, 1 caso tenía hipotiroidismo, un caso tenía psicósis leve, un caso
tenía nicroadenoma en la pituitaria con acromegalia y retardo mental
fronterizo, otro tenía hidrocefálea, tres mostraron epilepsia, tres lesiones
cerebrales y dos demencias inducidas por alcohol. Algunos mostraron
combinaciones. 64.5% mostraron anormalidades en el lóbulo frontal y 29%
parecían tener defectos en lóbulo temporal. 19 sujetos mostraron atrofia o
cambios en la material blanca del cerebro. El 83.8% de los sujetos mostraron
abuso en sus infancias, y 32.3% habían sido abusados sexualmente.
Intoxicaciones y Contaminación Ambiental
Es de reciente interés el estudio del efecto de diversas fuentes de
toxicidad sobre la humanidad. Un estudio formal sobre el efecto del plomo
indica que produce alteraciones en la conducta hacia la violencia y la
conducta antisocial. En este estudio, Herbert Needleman (16) 212 varones
de escuela pública en pittsburgh, entre las edades de 7-11, fueron evaluados
en cuanto a la concentración de plomo en sus huesos mediante pruebas de
rayos X's fluorescentes. El plomo es acumulado a través de los años por
22
PATRONES DE CRIANZA
diversas fuentes que incluyen la exposición a pinturas, y se observó que con
el pasar de los años, según aumentaba la cantidad acumulada de plomo
aumentaban los reportes de agresividad, delincuencia, quejas somáticas,
depresión, ansiedad, problemas sociales, deficit de atención entre otras.
Aunque los autores creen que hay factores del ambiente social que
contribuyen a estas conductas, enfatizan en la importancia de prevenir la
toxicidad cerebral por plomo.
Condiciones y Trastornos Mentales
Diversos estudios (17) confirman que la presencia de trastornos de
salud mental incrementa la conducta violenta y antisocial. Estudios en
Dinamarca identificaron en 324,401 personas que aquellos que tenían
historial de hospitalizaciones psiquiátricas tenían más probabilidad de ser
convictos por ofensas criminales (tanto en hombres como en mujeres) en
una proporción de 3-11 veces más que aquellos que no tenían historial
psiquiátrico. La esquizofrenia, específicamente, aumenta la probabilidad en
8% en hombres y en 6.5 en mujeres. El desorden de personalidad antisocial
aumenta la probabilidad en 10% en hombres y 50 en mujeres de conducta
homicida. Estudios en EU demuestran que el 80% de los convictos
cumpliendo cárcel tienen historial psiquiátrico, con historial de abuso de
sustancias y conducta antisocial dependiente.
DEFINICIÓN DE ADOLESCENCIA
La adolescencia se define como una etapa de transición en el desarrollo
entre la niñez y la edad adulta que implica importantes cambios físicos,
cognoscitivos y psicosociales que conllevan a inseguridades y miedos en el
joven. Cuando hablamos de la adolescencia desde el punto de vista
23
PATRONES DE CRIANZA
exclusivamente físico, hablamos de pubertad que es el proceso mediante el
cual una persona alcanza su madurez sexual y la capacidad para
reproducirse.
CAMBIOS BIOLÓGICOS
En está etapa ocurren cambios biológicos que señalan el final de la
niñez, dando como resultado un rápido crecimiento en estatura y peso,
cambios en las proporciones y la forma del cuerpo, además se produce un
acelerado incremento en la producción de hormonas sexuales. En los
muchachos los testículos incrementan la producción de andrógenos,
particularmente de testosterona que estimulan el crecimiento de los
genitales masculinos, la masa muscular y el bello corporal. En las niñas los
ovarios iniciaran su producción de estrógeno que estimula el crecimiento de
los órganos genitales femeninos y el crecimiento de los senos. Pubertad
propiamente dicha, que comienza en el chico con el cambio de voz, la
primera eyaculación y en la chica con la primera regla o menarquía. D.E
Papalia,(2001 Edición 2001, pag. 602
CAMBIOS PSICOLÓGICOS
Además de estos cambios fisiológicos que son conocidos y aceptados
por la mayoría de los padres por poca que sea su información, se producen
otros cambios psicológicos, que son considerados como normales, pero que
cogen desprevenidos a muchos padres que consultan a profesionales
porque su hijo no es el mismo de hace un año, y tienen miedo de que le
suceda algo malo.
Los cambios son lo suficientemente importantes como para que los
reconozcamos sin problemas:
24
PATRONES DE CRIANZA
Crisis de oposición, en cuanto a la necesidad que tienen de
autoafirmarse, de formar un yo diferente al de sus padres a los que han
estado estrechamente unidos hasta ahora, con necesidad de autonomía, de
independencia intelectual y emocional. El aumento de las discrepancias en
la adolescencia temprana puede estar relacionado con las tensiones de la
pubertad y la necesidad de conseguir autonomía. Fuligni y Eccles, 1993;
Molina y Chassin, 1996.
Desarreglo emotivo: a veces con la sensibilidad a flor de piel y otras
en las que parece carecer de sentimientos.
Imaginación desbordada: Sueñan, y esto no es más que un
mecanismo de defensa ante un mundo para el que no están preparados.

Narcisismo: Se reconoce al adolescente cuando comienza a serlo,
simplemente por las horas que le dedica al espejo. Le concede una
importancia extrema a su físico: puede lamentarse por un grano en la nariz,
obsesionarse por la ropa, por
estar gordos o delgados… quieren estar
constantemente perfectos aunque su visión de la estética no tenga nada que
ver con la nuestra.
- Crisis de originalidad: que presenta dos aspectos:
a) Individual: como afirmación del yo, con gusto por la soledad, el secreto,
las excentricidades en el vestir, o en su forma de hablar o de pensar.
Necesita reformar, transformar el mundo, ser distinto y especial.
b) Social: aquí está la rebelión juvenil: Rebelión en cuanto a los sistemas
de valores de los adultos y las ideas recibidas. Achacan al adulto sobretodo
su falta de comprensión y el hecho de que atenta contra su independencia.
Hay una necesidad clara de participación, la uniformidad en lenguaje y en
vestimenta de los adolescentes, no es más que la necesidad de afecto, de
25
PATRONES DE CRIANZA
ser considerado, aprobado por el propio grupo, y que a veces lo viven de
una forma obsesiva.
Veamos ahora que sentimientos reales acompañan a estas
manifestaciones, y que son consecuencia directa de las crisis que está
atravesando:

Sentimiento de inseguridad: sufre a causa de sus propios cambios
físicos que no siempre van parejos con su crecimiento emocional, puesto
que la pubertad, es decir la madurez física, siempre precede a la psíquica,
con lo que a veces se encuentran con un cuerpo de adulto, que no
corresponde a su mente, y por lo tanto no se reconocen, y desarrollan una
fuerte falta de confianza en si mismos.

Sentimientos angustia: puesto que existe una frustración continua.
Por una parte le pedimos que actúe como un adulto (en sociedad,
responsabilidad) y por otra se le trata como un niño, se le prohíbe una u otra
forma, o se reglamentan sus salidas nocturnas, etc.…
Esta angustia es la manifestación de la tensión que el chico soporta y que
se manifiesta por:
a)
Agresividad: como respuesta a dicha frustración, la agresividad es
un mecanismo habitual. La cólera del adolescente ante nuestra negativa a
sus exigencias, la irritabilidad, la propensión a la violencia, que de momento
les supone una bajada de tensión pero que por supuesto es sólo
momentánea, las malas contestaciones, los portazos, las reacciones
desmedidas en las peleas con los hermanos, etc. son claros ejemplos.
b)
Miedo
al
ridículo:
que
como
sabemos
se
encuentra
exageradamente presente. Es un sentimiento social de vergüenza, atravesar
un sitio con mucha gente, ir con ropa poco apropiada para el grupo, etc.… y
26
PATRONES DE CRIANZA
que
puede
tener
manifestaciones
físicas:
taquicardia,
trastornos
gastrointestinales, etc.…
c)
Angustia expresada de modo indirecto: el miedo al examen,
(quedarse en blanco), timidez extrema, miedo a desagradar, reacción de
rechazo cuando se le dan muestras de cariño, tanto en público como en
privado…
a)
Sentimientos de depresión: por la necesidad de estar solo, de
melancolía y tristeza que pueden alternar con estados de
verdadera euforia…
Bien, estas características entran dentro de la normalidad de un chico
o una chica adolescente, pero por supuesto, dentro de unos límites. La
angustia, la depresión, la irritabilidad, el ir contra las normas, puede volverse
patológico cuando es exagerado, cuando vemos que el adolescente está
sufriendo mucho y o hace sufrir a los demás, cuando vemos que se altera
toda su vida y que esos sentimientos le condicionan absolutamente, que de
alguna forma le alejan en exceso de la realidad.
CAMBIOS PSICOSOCIALES
Búsqueda de identidad, la búsqueda de identidad comienza a
concentrarse durante los años de adolescencia. Como enfatizo Ericsson
(1950), el esfuerzo del adolescente para tener sentido de si mismo, no es
una clase de indisposición de la madurez. De acuerdo con Ericsson, los
adolescentes no construyen su identidad moldeándose a si mismo conforme
a las demás personas, como lo hacen los niños pequeños, si no modificando
y sintetizando identificaciones tempranas dentro de una nueva estructura
psicológica. Ericsson vio el peligro principal de esta etapa como la confusión
27
PATRONES DE CRIANZA
de la identidad, que puede retrazar en gran medida la llegad a la edad
adulta.
Marcia (1993), nos habla de tres etapas en el logro de la identidad:
Exclusión, estado de la identidad, en donde una persona que no ha
dedicado tiempo a considerar alternativas (es decir no ha estado en crisis),
está comprometida con los planes de otra persona para su propia vida.
Moratoria, estado de la identidad, en que una persona está
considerando en el momento alternativas (en crisis) y parece dirigirse hacia
un compromiso.
Difusión de la identidad, estado de la identidad que se caracteriza por
lo ausencia de compromiso y por la falta de una consideración seria de
alternativas.
EQUIVALENTES DEPRESIVOS EN LA ADOLESCENCIA
1.
Trastorno del comportamiento (desobediencia total, faltar a clase,
fugas).
2.
Problemas escolares graves habiéndose descartado problemas
intelectuales, de aprendizaje o de mecánica de estudio.
3.
Tendencia a adicciones, drogas, alcohol.
4.
Conducta sexual anárquica.
5.
Delincuencia.
6.
Quejas psicosomáticas.
7.
Trastornos del apetito y del sueño.
Por supuesto existen también depresiones con características
semejantes a las de los adultos y que estarían marcadas por las mismas
pautas:

Tristeza y desaliento. Llanto frecuente.
28
PATRONES DE CRIANZA

Aburrimiento. Apatía ante todo, ante el estudio y ante las cosas
que antes le gustaban.

Cansancio. Sensación constante de fatiga psíquica y física.

Trastorno del sueño y del apetito. Pueden adelgazar o por el
contrario comer continuamente aunque en depresión es más frecuente lo
primero.

Sentimientos de inferioridad. Baja autoestima, se sienten menos
que los demás, creen que todos se dan cuenta de sus problemas y
limitaciones.
Según el doctor Eduardo Hernández Pediatra y terapeuta infantil
La palabra adolescencia proviene del verbo en latín adolescere, que
significa “crecer” o “crecer hacia la madurez”. La adolescencia es un período
de crecimiento entre la niñez y la edad adulta, la duración es variable de una
persona a otra.
Por otra parte, la pubertad se refiere al período en el que tienen lugar
los cambios biológicos relativos a la maduración sexual del individuo,
aquellos años durante los cuales se desarrollan las características sexuales
primarias y secundarias maduras.
En términos generales se considera que la adolescencia abarca:
adolescencia temprana desde los 11 hasta los 14 años, y la adolescencia
mediana o tardía que se extiende desde los 15 a los 19 años (Sherrod,
Haggerty y Featherman, 1993).
Existen varios enfoques al estudio de los adolescentes:
1) Enfoque del aprendizaje social: estudia el desarrollo social, las
relaciones personales del adolescente, las citas, el desarrollo del juicio
29
PATRONES DE CRIANZA
moral, el carácter, los valores, las creencias y la influencia de la socio-cultura
en la conducta del adolescente. Además se examinan las relaciones padreshijo de acuerdo a la estructura familiar a la que pertenece. Finalmente, se
destacan los problemas psicosociales tales como la delincuencia juvenil, la
huida del hogar, el suicidio adolescente, el consumo de alcohol y drogas, el
embarazo no deseado, y las enfermedades de transmisión sexual.
2) Enfoque ecléctico:, esto es, el enfoque multidisciplinario de la
adolescencia, el enfoque integral, donde diferentes especialistas (médicos,
psicólogos, educadores, sociólogos, antropólogos, etc.) aportan sus
conocimientos para el estudio e intervención del adolescente visto como un
ser integral.
La adolescencia es un período de cambios rápidos (físicos, sexuales e
intelectuales), que ponen a prueba su capacidad de adaptación, y de
cambios ambientales en la naturaleza de las exigencias externas que la
sociedad impone a sus miembros en desarrollo. A diferencia del niño
pequeño cuyo crecimiento es gradual y previsible, el adolescente encontrará
a corto plazo que se siente como un extraño con su propio yo, con el cual ha
estado familiarizado desde la niñez.
Para Barrera Moncada (1987), el fenómeno de la adolescencia implica
tres aspectos principales:
a) Búsqueda de la propia identidad, y la aplicación de medidas hacia
la independencia.
b) Cambios intelectuales y emocionales.
c) Incremento de la sexualidad (incluye miedo a la homosexualidad y
el ejercicio de la función sexual.)
30
PATRONES DE CRIANZA
En este sentido la familia surge como ente de suma importancia en la
formación del comportamiento del adolescente, y está llamado a hacer de la
adolescencia un período de transición hacia el ser adulto operativo. En esta
etapa, los padres son los que imprimen aquellas normas y principios que
ayudarán al joven de hoy a ser un adulto del mañana.
Teniendo en cuenta la importancia de los patrones de crianza impuestos
por los padres, estos pueden influir positiva o negativamente en el desarrollo
psicosocial de los hijos. Si dentro del ambiente hogareño no existe claridad
en los patrones y valores que se imparten básicamente con el ejemplo, todo
el proceso se dificulta y surgen entonces personalidades conflictivas. Es por
ello que los padres deben poner especial atención a la aplicación adecuada
del binomio afecto-autoridad, que no es más que poner en práctica medidas
disciplinarias justas, contingentes a la conducta y cargadas de expresiones
efectivas de afecto.
Para lograr todo ello se requiere que los padres se mantengan
actualizados, que no repitan los patrones de crianza inadecuados que
usaron con ellos, y que se adapten a los tiempos modernos, conservando
los valores morales y familiares que se consideren adecuados.
En el desarrollo más reciente de la Psicología y en particular de la
Psicología Social, se encuentra el reconocimiento de que el comportamiento
humano no puede ser comprendido o apreciado, aislado del contexto en el
que ocurre. Esto hace que cada vez más se acepte que la situación o
contexto en el que el individuo actúa puede tener en determinados
momentos una importancia crítica. U. Bronfenbrenner (1983) subraya la
importancia del contexto social en el desarrollo humano y en particular en las
relaciones de los padres y los hijos, en donde la capacidad para cuidar y
educar con éxito a los hijos depende en buena parte del contexto social en el
31
PATRONES DE CRIANZA
que la familia vive, pues depende de las conexiones duraderas de los padres
con otros fuera del hogar, de las normas de cuidado y del lugar donde se
encuentra la familia a lo largo de su ciclo vital.
Por lo tanto, desde una perspectiva social y ecológica, debe
reconocerse la influencia que el contexto social ejerce sobre la vida familiar,
puesto que la familia no existe como una unidad independiente de otras
organizaciones en la sociedad. De acuerdo con Garbarino (1986), la familia
es un sistema social inmerso en el entorno social más amplio del vecindario
y la comunidad. La familia se considera como un conjunto de individuos en
interacción, involucrados en un proceso continuo de autodefinición e
interpretación de la realidad que los rodea. Cuando los miembros de la
familia se comunican entre sí, su conducta comunica la percepción que cada
miembro tiene de sí mismo y más importante, comunica la percepción que
tienen de cada uno de los otros miembros de la familia.
El comportamiento de una persona está influenciado por las
percepciones actuales de sí mismo y de los otros, así como por los patrones,
tanto de crianza como de comunicación con los otros, previamente
adquiridos y reforzados. Las percepciones de los miembros de la familia, de
sí mismos y de los otros, en interacción con los patrones desarrollados
previamente y con las características individuales de cada miembro de la
familia, crean conjuntamente patrones de interacción únicos en la unidad
familiar, es decir, formas particulares de comunicación y de interacción.
Pero es importante tener en cuenta que la relación del sistema
familiar con su entorno es mutua: las condiciones del entorno influyen en la
vida familiar y los cambios que ocurren en la familia facilitan los cambios del
entorno, tratando éste de ajustarse a los nuevos patrones familiares. De esta
forma se establece entre la familia y los sistemas extrafamiliares un proceso
continuo de adaptación mutua.
32
PATRONES DE CRIANZA
En este proceso de influencias bidireccionales y ajuste mutuo se
destaca la función que desempeñan los sistemas extrafamiliares, como
transmisores de los patrones de crianza o de cuidado de los niños,
culturalmente aceptables, y el control de la práctica actual de los patrones,
mediante una retroalimentación correctiva, manteniendo así estas prácticas
en niveles aceptables por la comunidad.
La retroalimentación proporciona a los padres información acerca de
la adecuación de las prácticas educativas que emplean y desempeña un
papel crucial en la formación de los valores, expectativas y actitudes hacia la
infancia.
Según esta concepción, las relaciones entre padres e hijos están
marcadas por las características personales de los niños y la percepción que
los padres tienen de ellos; las características personales de los padres y la
percepción que el hijo tiene de sus padres, y por las conductas de los niños
y las manifestaciones de su identidad. Estas interacciones tienen lugar en un
clima único del sistema familiar, que a la vez está inmerso en el contexto del
entorno ambiental más amplio. Es decir, la familia se concibe como un grupo
de interacción con su hábitat. Cuando las condiciones son normales existirá
equilibrio y, por el contrario, cuando se dan cambios en el exterior de la
familia combinados con cambios en el interior de la misma, pueden aparecer
la violencia y el conflicto.
Los Patrones de Crianza son el resultado de la Transmisión
Generacional de formas de cuidar y educar a los niños. Son formas definidas
culturalmente basadas en normas y reglas que a veces poseen carácter
moral, con valores reconocidos y que son aceptadas por la mayor parte de
los miembros de la cada comunidad con el fin de lograr buen desarrollo de
los niños. Están marcados por un sistema de creencias propio de cada
33
PATRONES DE CRIANZA
34
grupo social, y corresponden a la forma típica como una determinada
sociedad acostumbra afrontar los problemas del vivir y el morir.
El niño aprende mediante el modelo, las contingencias de refuerzo de
comportamientos o aprendizaje observacional. Según Herzberger (1983),
“los niños maltratados desarrollan con mayor probabilidad reglas que apoyan
la conducta violenta, si las acciones de los padres se consideran normativas,
si el maltrato ocurre como una medida de disciplina, y se acompaña de
razonamientos verbalizados”.
La hipótesis de la continuidad o de la discontinuidad, de los malos
tratos, desde la teoría planteada por Bolwby, considera que los vínculos
tempranos que se establecen entre el niño y el cuidador proporcionan el
prototipo de las relaciones posteriores (Bolwby,1973,1980)
De acuerdo con Bowlby, el niño que desarrolla vínculos seguros,
probablemente posee un modelo de representación en el que las figuras de
apego aparecen disponibles, responden, le dan apoyo y una imagen
complementaria de sí mismo, como una persona que, al menos, puede ser
querida y valorada. Con la confianza en sí mismo y en otros, el niño
desarrollará con mayor probabilidad relaciones basadas en el amor y la
confianza. Por el contrario los niños cuyas necesidades no han sido
apropiadamente satisfechas, desarrollan expectativas de acuerdo con las
cuales el cuidado y la consideración no son disponibles y no se puede
confiar en los otros.
Estos
niños,
como
adultos,
tendrán
probablemente
mayores
dificultades en establecer relaciones basadas en el apoyo, así como en
proporcionar un cuidado adecuado a sus hijos. Estos modelos internos de
representación de sí mismo, de los otros y de las relaciones que se
establecen con los demás, se derivan de las historias relacionales
PATRONES DE CRIANZA
tempranas, que podrían explicar la continuidad del maltrato.
Según Bolwby, la probabilidad de la transmisión de generación en
generación de estos patrones de interacción distorsionados, se incrementa
cuando las experiencias tempranas negativas no se recuerdan e integran y
no se forman modelos internos de representación coherentes de las
relaciones con los otros.
Sroufe y Fleeson(1986), en su trabajo sugieren que los patrones de
pensamiento, los sentimientos y las conductas basadas en las relaciones
tempranas, tienden a ser validadas o replicadas cuando, más tarde, se
establecen otras relaciones cercanas o íntimas. También se observa que las
mujeres que han recibido maltrato o rechazo se encuentran motivadas para
formar relaciones que validarán sus percepciones de sí mismas y de los
otros, por lo tanto estas mujeres victimizadas en la infancia, no sólo se
perciben a sí mismas como víctimas, sino que además, aprenden el papel de
victimizar a otros.
DELINCUENCIA JUVENIL:
La delincuencia juvenil es un problema con diferentes facetas. Se
trata de un problema social, en cuanto que representa un fracaso de la
sociedad en la educación de sus nuevos miembros, además de constituir un
riesgo que atenta contra el estado de derecho, el respeto de las
instituciones, las reglas para la convivencia pacífica y la seguridad de los
ciudadanos.
Es un problema económico, cuando los comportamientos delictivos
atentan contra el patrimonio y la propiedad privada o cuando promueven una
economía basada en negocios ilícitos como el narcotráfico, el secuestro, el
robo de autopartes, la piratería, el fraude y el chantaje.
35
PATRONES DE CRIANZA
Es también un problema político que se constituye en un reto para las
autoridades, quienes tienen que desarrollar estrategias para prevenirlo y
para tratarlo. Deben presupuestar los gastos de estos esfuerzos, capacitar
personal y mantener instituciones judiciales y de custodia.
Se trata de un problema científico, cuando se aborda la necesidad de
explicar las causas de estos actos, de diseñar y poner en operación medidas
preventivas y correctivas, así como de evaluar los resultados de dichas
intervenciones.
El panorama longitudinal muestra un crecimiento continuo de estos
problemas de comportamiento. Las primeras estadísticas, en los Estados
Unidos, las vemos en los reportes como el de Wirt y Briggs (1965), quien
citando fuentes del FBI nos dice que en los años 50’s se triplica la
delincuencia juvenil, de cerca de 300,000 a millones de detenciones al año
(Ullman y Krasner, 1969). En los años 60’s la proporción de crímenes
cometidos aumentó un 80%, mientras que la población solo se incrementó
en un 11% (Davison y Neale, 1983). Siendo esta tendencia una
característica hasta nuestros días.
Los comportamientos delictivos mas frecuentes en los jóvenes se
relacionan con el estupro y otras ofensas sexuales, el robo y los asaltos, así
como infracciones vinculadas con la posesión, el consumo y el tráfico de
drogas. Es mas frecuente observar estos comportamientos en varones de
clase media-baja, con baja escolaridad. Normalmente provienen de hogares
desintegrados o donde uno o ambos padres manifiestan también conductas
antisociales. Muchas veces provienen de barrios característicos, donde
proliferan las pandillas.
Se han planteado causas hereditarias para la conducta sociopática,
estudios como los de Lange (1929) y Krans (1936) compararon los niveles
de concordancia en la criminalidad entre gemelos idénticos y fraternos,
36
PATRONES DE CRIANZA
demostrando que la correlación era mucho mas alta entre los primeros,
respaldando así la teoría de que pueden intervenir factores genéticos. Sin
embargo, también es posible que estos gemelos recibieran durante su
infancia un trato similar, que más bien nos llevaría a ponderar la importancia
de los factores ambientales.
También se ha divulgado el hecho de que en varones que cometieron
crímenes particularmente violentos se haya encontrado un cromosoma
masculino adicional (XYY) que, sin duda, es una aberración genética. Pero
Rosenthal (1970) notó que del gran numero de criminales y delincuentes
examinados hasta la fecha, solo cerca del 1.5% presentaron esta
característica.
Otros enfoques examinan los patrones de actividad de las ondas
cerebrales. Ellingson (1954) revisó los primeros estudios e informó en trece
de catorce de estos reportes que, después de examinar aproximadamente
1500 sujetos, encontró que del 31 al 58% manifestaron algún tipo de
anormalidad electroencefalográfica (EEG). El tipo mas frecuente de
anormalidad fue una actividad caracterizada por ondas lentas, generalmente
difundidas por todo el cerebro. Sin embargo, según Hill (1952), hay pruebas
de que en los individuos muy impulsivos y agresivos, las anormalidades del
EEG se hallan en los lóbulos temporales de los hemisferios cerebrales. Se
trata de los llamados picos positivos, explosiones de actividad con
frecuencias de 6 a 8 ciclos por segundo (cps) y de 14 a 16 cps. Es muy
posible que estas anormalidades del EEG reflejen algún tipo de disfunción
de los mecanismos temporales y límbicos subyacentes que intervienen en
los procesos sensoriales y mnémicos y en la regulación que el sistema
nervioso lleva a cabo sobre la conducta emocional y motivacional, que se
traduzcan en una disfunción que haga que a estas personas les sea difícil
aprender a evitar una conducta que pueda acarrear un castigo.
37
PATRONES DE CRIANZA
38
Así, Cleckley (1964) afirma que un criterio para la definición del
síndrome sociopático es la incapacidad de los sociópatas para aprender en
base a la experiencia. En lo particular, no parecen sentir la necesidad de
evitar las consecuencias de su conducta antisocial. En esa línea de
pensamiento, Likken (1957) dedujo que el sociópata podía tener pocas
inhibiciones para cometer actos antisociales debido a que era poco ansioso.
Aplicó diversas pruebas a fin de determinar si los sociópatas realmente
tenían niveles bajos de ansiedad. Una de estas pruebas implicó el
aprendizaje de evitación. Los datos de la investigación de Schachter y
Latané (1964) añadieron apoyo a esta interpretación. No obstante, la
investigación de Schmauk (1970) cuestiona estas interpretaciones, al
demostrar que los sociópatas sí pueden aprender a evitar castigos, mientras
estos sean relevantes a su sistema de valores (perder dinero vs. castigo
físico, tangible o social).
Debemos consignar también que los sociópatas suelen describirse
como personas que no pueden responder emocionalmente al afrontar
situaciones
familiares
o
nuevas
juzgadas
como
angustiantes
o
desagradables por la mayoría de la gente. Esta descripción es notablemente
congruente con el descubrimiento de Schachter y Latané en el sentido de
que los sociópatas no evitan normalmente las descargas eléctricas, pero que
sí lo llegan a hacer cuando aumenta la excitación de su sistema nervioso
autónomo por inyecciones de adrenalina. De esta manera, Quay (1965)
sugirió que la impulsividad del sociópata, su sed de emociones fuertes, y su
incapacidad de tolerar la rutina y el aburrimiento son propiciadas por su
estado de baja excitación. Skrzypek (1969) probó esta hipótesis con una
muestra de reclusos sociopáticos y no sociopáticos y descubrió que los
sociópatas efectivamente manifestaron una preferencia algo mayor que los
demás reclusos hacia la novedad y la complejidad (Davison y Neale, 1983).
PATRONES DE CRIANZA
La atmósfera familiar de los jóvenes delincuentes también se
argumenta que es un factor responsable de su conducta inapropiada.
Investigaciones iniciales como las de Partridge (1928), Knight (1933) y Haller
(1942) consideran que el rechazo, generalmente de la madre, es un factor
causal de este fenómeno. Otro grupo de investigadores (Szurek, 1942;
Lindner, 1944; Greenacre, 1945, Bowlby, 1952) también plantean el rechazo,
pero del padre. Uno de los estudios más amplios sobre la conducta criminal,
McCord, McCord y Zola (1959) reporta una fuerte liga entre la presencia de
conducta psicopática y la privación emocional que produce el conflicto con
los padres, la crueldad, el castigo errático y la falta de reconocimiento.
Más recientemente, Buss (1966) argumenta que hay dos clases de
modelos parentales que llevan al desarrollo de la psicopatía. Primero,
cuando el padre es frío y distante del niño. Buss dice que el pequeño imita al
padre y se vuelve frío y distante en sus propias relaciones. En segundo
lugar, cuando los padres son inconsistentes en su entrega de recompensas
y castigos, lo que hace difícil para el niño aprender a definir el rol modelado,
teniendo como resultado que no se desarrolle consistentemente un modelo
de sí mismo. Estas persona parecen privados de estimulación (Quay, 1965),
pues aquello que podría ser adecuado para moldear la conducta de muchas
personas en la sociedad, no les resulta suficiente para mantener un
comportamiento de conformidad. El resultado es la extinción y no el
reforzamiento. Estas personas actúan impulsivamente debido a que la
cantidad de reforzamiento efectivo es insuficiente para mantener su
conducta (Ullman y Krasner,1969).
Hace poco que empieza a cobrar importancia la teoría general de la
tensión emocional, desarrollada por Agnew (2001), donde se argumenta que
los estresores aumentan la probabilidad de que emociones negativas como
la rabia y la frustración ocurran. Estas emociones hacen presión para que se
den acciones correctivas y el crimen es una posible respuesta. Se trata de
39
PATRONES DE CRIANZA
un enfoque cognoscitivo que pretende explicar el fenómeno del aprendizaje
de la conducta delictiva. Se dice que el crimen es una forma de reducir la
tensión (ejemplo: robar el dinero que uno necesita), buscar venganza o
aliviar emociones negativas (ejemplo: mediante el consumo de drogas). La
teoría apunta a varias categorías nuevas de estresores como la pérdida de
estimulación positiva (ejemplo: pérdida de la pareja romántica, muerte de un
amigo), la presentación de estimulación negativa (ejemplo: asalto físico o
insultos verbales) y nuevas categorías de obstáculos para alcanzar metas
(ejemplo: el no lograr que se haga justicia). En particular, es mas probable
que la tensión lleve al crimen cuando el individuo carece de habilidades y
recursos para enfrentarla de manera legítima, cuenta con poco apoyo social,
tiene poco control social, maldice que traten mal a otros y está dispuesto a
ser criminal.
Eventos negativos en la vida, sentirse hastiado, relaciones negativas
con los adultos, peleas entre los padres, se asocian significativamente con la
delincuencia. Es más probable que los estresores lleven al crimen cuando
estos se perciben como (a) injustos, (b) intensos, (c) asociados con poco
control social o (d) como incentivos para formas criminales de enfrentarlos.
La conducta delictiva se facilita si uno se expone a modelos o
ejemplos de ella (en los medios), si se premia el crimen (en las sub-culturas
o pandillas) o si se generan pseudo-valores (como el "machismo"). Esta
teoría de la tensión emocional señala como factores de riesgo para la
conducta delictiva: (1) el rechazo de los padres, (2) la supervisión y la
disciplina estricta, (3) el haber recibido abuso por parte de otros, (4) las
experiencias negativas en la escuela, malas calificaciones, problemas con
los maestros y el ver la escuela como aburrida o inútil, (5) el sub-empleo. (6)
el hogar desintegrado o la falta de hogar, (7) el abuso de parte de
compañeros o "amigos", (8) el haber sido víctima de un crimen, (9) las
experiencias de discriminación por causas raciales, religiosas u otras.
40
PATRONES DE CRIANZA
Un trabajo verdaderamente esclarecedor de la etiología de la
conducta antisocial, es el de Patterson (2002). Asume que esta conducta es
aprendida por reforzamiento y aclara la naturaleza de los reforzadores,
quienes los otorgan y qué determina que se les proporcionen.
En los estudios de campo realizados en guarderías se observó que
80% de los 2,583 eventos agresivos registrados, la agresión era seguida de
"llanto de la víctima" o "de que la víctima le da el juguete". Estos son
reforzadores positivos para el atacante, aunque a veces interviene el
maestro o la víctima no cede. Los actos de estos niños les funcionan bien y
cuando hay poco control de parte de los adultos, la víctima es quien
proporciona el reforzamiento. Al verse premiado, el atacante lo vuelve a
hacer de la misma forma y con la misma víctima. Cuando no obtiene el
premio, cambia su forma de atacar o cambia de víctima.
También, en observaciones hechas en los hogares, se ha visto que el
niño aprende a utilizar conductas aversivas para terminar conflictos con otros
de sus familiares. Las familias problemáticas se involucran en relaciones
aversivas una vez cada 16 minutos, siendo entre 10 y 15% de estas de tipo
agresivas. Antes de que el niño agreda, generalmente ha sido agredido por
otro de sus familiares. Los estudios mediante observación directa muestran
que el entrenamiento de los agresores se inicia en la casa, tomando la forma
de las relaciones coercitivas.
Otros estudios muestran como resulta el antecedente aversivo el que
la mamá no esté disponible y cuando el niño arremete (al hermano, por
ejemplo), la disponibilidad de la madre sirve como reforzamiento.
También se ha visto que los niños son reforzados negativamente por
los adultos cuando su conducta agresiva hace que las solicitudes de los
41
PATRONES DE CRIANZA
adultos terminen. Este mecanismo también es útil tanto para fortalecer
conductas apropiadas, como otras muchas conductas desviadas.
Los niños antisociales usualmente son detectados en la escuela y son
rechazados por el grupo de compañeros normales. Entonces, estos buscan
un grupo de amigos que sean igualmente problemáticos o desviados. Este
proceso se continúa durante la adolescencia, donde el individuo antisocial
cuidadosamente selecciona tanto amigos como pareja romántica, que
igualen (y refuercen) su comportamiento desviado. Compañeros desviados
modelan y refuerzan formas cubiertas de conducta antisocial (como el uso
de sustancias, el robo, hacer trampa o mentir, defraudar y comprometerse
en conducta sexual de alto riesgo).
Ribes (1972) lo ha descrito diciendo que hay dos factores que
determinan la conducta delictiva: (1) el reforzamiento intermitente que recibe
y (2) las consecuencias aversivas demoradas que establece la comunidad.
La génesis directa de la conducta delictiva se encuentra, pues, en la
incapacidad de la sociedad para procurar contingencias adecuadas que
promuevan el desarrollo de repertorios pertinentes en todos los miembros
del grupo, que les posibiliten el acceso a fuentes de reforzamiento
sancionadas positivamente por dicha sociedad.
Relación entre patrones de crianza y conductas antisociales
Se ha demostrado que el trato entre los padres, el comportamiento
hacia sus hijos y su estado emocional son elementos importantes que
pueden predecir la aparición de conductas violentas en los niños (WebsterStratton 1997). Por ejemplo, Hendrix y Molloy (1990) hallaron que una
interrelación madre-hijo deficiente, cuando el niño tiene un año de edad, es
una señal de problemas de conducta y agresividad para cuando el niño
tenga 6 años. Se ha determinado que el niño que a la edad de 4 tiene un
padre emocionalmente angustiado puede desarrollar trastornos de conducta
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PATRONES DE CRIANZA
y un comportamiento antisocial (Buka y Earls 1993). También se han
identificado como factores de riesgo para la violencia juvenil los conflictos
maritales y la falta de comunicación entre los padres (Biglan y Taylor, en
imprenta; Buka y Earls 1993; Tolan y Guerra 1994).
Existen algunos factores de situación de riesgo en los padres que son
evidentes y obvios, para que se presenten o desarrollen conductas
antisociales como por ejemplo, conducta delictiva y violenta, uso indebido
del alcohol y otras drogas, maltrato y abandono infantil. Otros elementos de
predicción, más sutiles, incluyen una disciplina severa o incoherente, falta de
interacción emocional entre los padres y el niño y falta de supervisión por
parte de los padres (Patterson, Reid, y Dishion 1992; Buka y Earls 1993).
Muchas otras conductas se asocian también con una conducta infantil
violenta, aunque no estén relacionadas directamente con la crianza. Se
puede mencionar la falta de comunicación entre los cónyuges, los conflictos
maritales, el divorcio, el aislamiento social de los padres y la depresión o el
estrés padecido por los padres (Buka y Earls 1993; Tolan y Guerra 1994).
Los niños propensos a la violencia pueden ser identificados ya para el
momento en que tienen tres años de edad (Olweus 1978). Los factores que
suponen un riesgo para el niño incluyen vivir en vecindarios en los que la
violencia es un hecho común, presenciar actos de extrema violencia, ser
víctima de maltrato y tener trato con jóvenes rudos o antisociales de su
misma edad. Se ha asociado otros factores menos evidentes a la aparición
de una conducta violenta. Entre éstos se incluyen problemas de aprendizaje,
historial de ausentismo escolar y visitas frecuentes al consejero escolar. El
inicio de tendencias violentas puede también estar marcado por un cambio
repentino de conducta.
Niños (de 10 años y menores)La efectividad de la intervención por
parte de los padres parece aumentar de manera exponencial cuando los
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PATRONES DE CRIANZA
niños son pequeños, es decir antes que la conducta antisocial o agresiva se
haya desarrollado completamente (Webster-Stratton y Hancock 1998;
Webster-Stratton y Spitzer 1996). Para el momento en que el niño llega a la
adolescencia, tanto el niño como los padres siguen ya patrones bien
establecidos y son más resistentes a los cambios de larga duración
(Patterson, Reid, y Dishion 1992; Taylor y Biglan 1998). Un joven de 14 años
depende mucho menos de su familia y es mucho más susceptible a la
influencia externa que un niño de 7 años (Hendrix y Molloy 1990).
Las investigaciones sobre la prevención de la violencia en
poblaciones en situación de alto riesgo han demostrado la efectividad de
trabajar con los padres que, por factores socioeconómicos y psicológicos,
como por ejemplo, bajos ingresos, ser madre soltera o haber sufrido
maltrato, se encuentran en situación de gran riesgo de criar hijos
antisociales.
Muchos de los padres de niños con graves problemas de conducta
emplean técnicas disciplinarias ineficaces. Por ejemplo, los padres de niños
delincuentes tienden a no participar de manera apropiada en la supervisión
de las actividades diarias de los hijos, a ser incoherentes en la aplicación de
castigos y a mostrar escasa preocupación en áreas tales como el progreso
académico del niño (Dishion, Patterson, y Kavanagh 1992; Buka y Earls
1993; Bank et al. 1991). Con frecuencia, existe entre los padres y el niño, un
patrón destructivo de "interacción coercitiva" caracterizado por un ciclo de
mal comportamiento por parte del niño y de amenazas al niño por parte de
los padres (Patterson, Reid, y Dishion 1992). Esta reacción por parte de los
padres puede que sea efectiva a corto plazo; sin embargo, a largo plazo
promueve una mayor agresión por parte del niño. El primer paso para
romper este ciclo es cambiar la táctica de los padres y enseñarles
respuestas alternativas para las acciones negativas de los hijos.
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PATRONES DE CRIANZA
En varios estudios controlados se ha demostrado que el modelo FFT
modifica la comunicación disfuncional y reduce la tasa de delincuencia entre
los jóvenes tratados y sus hermanos (Barton et al. 1985). Gordon y sus
colegas (1988) aplicaron nuevamente el modelo FFT en un grupo de 54
delincuentes juveniles de baja condición económica y de la zona rural del
sudeste de Ohio. La mitad del grupo fue seleccionado específicamente para
recibir en su casa el modelo FFT por parte de estudiantes de post-grado en
psicología. La mayor parte de este grupo había cometido múltiples delitos
graves y la corte los había asignado a terapia familiar. El grupo de control de
27 jóvenes delincuentes de menor riesgo recibieron solamente servicios de
libertad condicional. Después de 2 años y medio, las tasas de reincidencia
fueron de 11% en el grupo bajo tratamiento y de 67% en el grupo de control.
Un estudio posterior que medía los cambios en el grupo al final de un
período adicional de 32 meses (ya los sujetos eran adultos) determinó una
tasa de reincidencia del 9% por delitos menores y faltas graves en el grupo
del tratamiento y una tasa del 41% en el grupo de control (Gordon, Graves, y
Arbuthnot 1995).
Las experiencias negativas en la escuela, tanto en el aspecto
académico como social pueden dar como resultado que el niño desarrolle
una conducta violenta o factores de riesgo asociados.
Demuestran que el esfuerzo conjunto entre los padres y la escuela es
más efectivo que únicamente la aplicación de las estrategias basadas en los
padres (McMahon et al. 1996; Webster- Stratton 1993; Coleman 1997). Un
esfuerzo coordinado entre los padres, los maestros, el psicólogo escolar y la
enfermera de la escuela permite identificar los problemas a tiempo, de
manera que el profesional pueda intervenir con programas que enseñen
resolución de problemas, que desarrollen habilidades de solución de
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PATRONES DE CRIANZA
conflictos y que aumenten las destrezas académicas (Honig 1999;
Schweinhart 1999).
La relación entre padre e hijo puede desempeñar un papel importante
en el desarrollo de conductas violentas por parte del niño o de conductas
que han demostrado ser precursoras de la violencia. Se ha demostrado que
la intervención basada en los padres y la familia es bastante efectiva en la
prevención de estas conductas, en especial, cuando responden a las
necesidades financieras, culturales y ambientales de la familia y se les
acompaña de otras intervenciones basadas en la escuela o la comunidad.
MARCO LEGAL
El código del menor establece en titulo quinto del menor autor o
participe de una infracción penal.
Art. 163, ningún menor podrá ser declarado autor o participe de una
infracción que no este expresamente consagrada en la ley penal vigente al
tiempo que se cometió.
Art. 164, igual que en todos los demás procesos en aquellos donde
se involucre un menor se respetaran las garantía procesales consagradas
en la constitución y en las leyes, especialmente las que se refiere a la
presunción de inocencia, al derecho de defensa y a ser informado de las
circunstancias de su aprehensión.
Art. 165, para todos los efectos se considera penalmente inimputable
el menor de 18 años.
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PATRONES DE CRIANZA
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Art. 166, el menor infractor de 12 a 18 años deberá estar asistido
durante el proceso por el defensor de familia y por su abogado. Los padres
del menor podrán intervenir en el proceso.
DISCUSIÓN
Con base en los resultados realizados por los diferentes teóricos del
comportamiento tenemos que el ser humano adquiere la conducta mediante
un proceso de exposición, moldeamiento e internación de valores, actitudes,
conductas y normas. Se ha planteado según la teoría de Bandura que el
aprendizaje social puede ocurrir por imitación u observación. Un claro
ejemplo de este aprendizaje social lo vemos en los hogares donde las
normas y reglas no están debidamente establecidas, y los padres permiten y
a su vez entregan la educación de sus hijos a los medios de comunicación,
muchas veces porque ignoran la influencia negativa que estos ejercen en
sus hijos, dando lugar al aprendizaje mediatizado, donde los padres
no
intervienen y sus hijos crean malos hábitos en cuanto al uso del tiempo libre
estos hábitos pueden ser adictivos por el mal uso de los medios de
comunicación y aprenden conductas agresivas observadas. Por otro lado los
niños continuamente están aprendiendo y tienden a imitar a personas con
estatus mas elevados en las mayorías de los casos toman como modelos a
sus padres, esta influencia de los padres sobre el desarrollo moral de sus
hijos se da por las conductas socialmente aceptables y la adquisición e
internalización de las normas y valores transmitidos por las personas que
rodean al niño en sus diferentes ambientes.
Dentro de nuestra sociedad actual pese a los esfuerzos que se han
hecho para prevenir y romper con la cadena de maltrato infantil, practicas
PATRONES DE CRIANZA
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tales como estás siguen siendo aceptadas y aprobadas por muchos padres
que ven en está una alternativa para educar y formar a sus hijos
moralmente, consiguiendo así que los niños maltratados desarrollen con
mayor probabilidad la conducta violenta, si las acciones de los padres se
consideran normativas, si el maltrato ocurre como una medida de disciplina y
se acompañan de razonamientos verbalizados, estos niños cuando adultos
tendrán probablemente mayor dificultad en establecer relaciones basadas en
el apoyo, así como en proporcionar un cuidado adecuado a sus hijos.
Normalmente
estos
adolescentes
provienen
de
hogares
desintegrados o donde uno o ambos padres manifiestan también conductas
antisociales, muchas veces provienen de barrios característicos, donde
proliferan las pandillas, sicarios y marginalidad social.
Es importante para Bowlby (1970) que la carencia afectiva a través de
la deprivación afectiva conlleve a la dificultad en crear vínculos emocionales
y afectivos generando formas de relaciones parasitarias basadas en un
interés económico.
En este sentido es relevante que los patrones de crianza generados a
partir de los patrones de comunicación familiar y los límites dentro de este
son ambiguos y contradictorios generando en los adolescentes conductas de
fuga y refugiarse en el grupo de iguales dependiendo del contexto social, si
en este se encuentran pandillas o grupos antisociales entre ellos grupos al
margen de la ley estos adolescentes teniendo en cuenta la problemática
familiar y la social se identifican y entran a pertenecer a estos grupos de
pandillas reproduciendo sus reglas y pautas de comportamiento antisocial a
través de la presión grupal.
Szurek, 1942; Lindner, 1944; Greenacre, 1945, Bowlby, 1952)
también plantean el rechazo, pero del padre. uno de los estudios mas
PATRONES DE CRIANZA
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amplios sobre la conducta criminal, McCord y Zola (1959) reporta una fuerte
liga entre la presencia de conducta psicopática y la privación emocional que
produce el conflicto con los padres, la crueldad, el castigo errático y la falta
de reconocimiento.
Cuando los padres son inconsistentes en su entrega de recompensas
y castigos o en los límites, lo que hace difícil para el niño aprender a definir
el
rol
modelado,
teniendo
como
resultado
que
no
se
desarrolle
consistentemente un modelo de sí mismo, sin reconocer las normas morales
a través de la confusión.
Estas persona parecen privados de estimulación (Quay, 1965), pues
aquello que podría ser adecuado para moldear la conducta de muchas
personas en la sociedad, no les resulta suficiente para mantener un
comportamiento de conformidad.
Patrones de crianza identificados
Herzberger (1983) Maltrato físico y verbal. Los niños maltratados
desarrollan con mayor probabilidad reglas que apoyan la conducta violenta, si
las acciones de los padres se consideran normativas, si el maltrato ocurre
como una medida de disciplina y se acompaña de razonamientos verbalizados.
Bolwby (1980) Influencia de temores y miedos. El niño cuyas
necesidades no han sido propiamente satisfechas, desarrolla expectativas de
acuerdo con las cuales el cuidado y consideración no son disponibles y no se
puede confiar en los otros.
Bolwby Carencia de afecto. El niño que no desarrolla vínculos afectivos,
probablemente no posea una imagen complementaria de si mismo, como una
persona que no puede ser querida y valorada.
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Haller y Bolwby (1942) Rechazo de los padres hacia los hijos. Puede ser
un factor responsable de su conducta inapropiada.
Buss (1966) Padres fríos y distantes. El pequeño imita al niño y se
vuelve frío y distante en sus relaciones.
Buss (1966) Padres inconsistentes en la entrega de recompensas y
castigos. Lo que hace difícil al niño aprender el rol modelado, teniendo como
resultado que no se desarrolle consistentemente un modelo de si mismo.
Agnew (2001) Padres estresantes. Los padres estresores hacen que
aumente la probabilidad de que emociones negativas como la rabia y la
frustración ocurra. Factor estresor perdida de estimulación positiva. Ejemplo: la
supervisión y disciplina estricta.
Paterson (2002) Refuerzo de conductas inadecuadas. Se asume que
este tipo de conducta es aprendida por reforzamiento, por ejemplo: La
venganza.
Tolan y Guerra (1994) Comunicación inadecuada. Falta de interacción
emocional entre los padres y el niño y falta de supervisión por parte de los
padres.
Buka y Eras (1993) Falta de interés de los padres en las actividades de
sus hijos. Los padres de niños delincuentes tienden a no participar de manera
apropiada en la supervisión de las actividades diarias de sus hijos.
Déficit en resolución de conflictos maritales. Esto conlleva a que los hijos no
aprendan la forma adecuada de resolver conflictos, además causa inseguridad
en el niño, haciéndole vulnerable para que desencadene comportamientos
agresivos.
PATRONES DE CRIANZA
CONCLUSIONES
Teniendo en cuenta la temática del diplomado y la necesidad de
conocer las causas psicosociales que anteceden a las conductas
antisociales, se plantea esta monografía que servirá como iniciativa para
diseñar un programa de medidas preventivas y correctivas, así como evaluar
los resultados de dichas intervenciones, en la región.
Definitivamente los padres ejercen una influencia poderosa en la
internación y ejecución de conductas socialmente aceptadas o antisociales,
los niños y adolescentes están expuestos a muchos factores mediáticos,
personales y familiares que influyen en el aprendizaje de conductas
antisociales, por esto es importante que los padres entiendan que sus hijos
son susceptibles a estás influencias ya que consecuentemente pueden
modificar o producir mecanismos cognitivos y a su vez reproducir
comportamientos socialmente inadecuados.
Al encontrarnos con un chico que cuyo comportamiento deja ver
indicios de conductas antisociales podríamos indagar en él las razones que
lo llevaron a hacer este hecho, podríamos preguntar lo siguiente: ¿Por qué
lo haces?, ¿que te motivo a hacerlo?, ¿a quien imitas o a quien te quieres
parecer? ¿Qué ganas o que logras con esto? A través de estas preguntas
podríamos conocer las razones por las cuales llevaron al chico a este hecho
y de esta forma orientar al joven o al niño a buscar otras maneras de
conseguir lo que se desea sin utilizar la violencia.
El primer paso para romper este ciclo de agresión es cambiar la
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PATRONES DE CRIANZA
táctica que emplean los padres en la disciplina a sus hijos y enseñarles
respuestas alternativas para las acciones negativas de los hijos.
Esta investigación nos permite concluir además que existe una
mayoría de
adolescentes que se involucran en un comportamiento
antisocial, como el robo, menor en las tiendas, y cuando crecen son
ciudadanos cumplidores de la ley, pero por otra parte quienes se convierten
en infractores habituales tienden a ser el producto de una combinación de
factores de riesgo que se remotan a su niñez temprana, incluyendo la
pobreza y un estilo de paternidad ineficaz.
En las perspectivas biológicas y neuropsicológicas, encontramos que
la persona que comete un delito bajo efectos de una condición, o en un
estado mental disfuncional, está muy enferma y no puede enfrentar las
consecuencias de sus acciones ni un proceso judicial. En cambio en las
perspectivas conductistas y sociales la persona, aunque reconocida como
"víctima” de un ambiente en el que puede haber estado expuesto a
circunstancias negativas y deformativas, se considera responsable de sus
acciones.
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