Núm. 19, 1 de diciembre de 1960

Anuncio
1 de diciembre de 1960
NOTICIAS DE ACTUALIDAD tiene
interés
en
in-
formar a sus lectores sobre temas
norteamericanos y sobre cuestiones de mutuo interés para
España y los Estados Unidos. Escríbanos usted proponiéndonos
su pregunta, su duda, su
punto de vista. El autor de cada carta seleccionada para ser publicada recibirá el obsequio de un libro. Cada carta debe
contener
una sola pregunta.
Las preguntas
no deben
tener un carácter excesivamente
especializado.
APELLIDOS
j¡ Por qué los norteamericanos anteponen el
apellido materno a l . p a t e r n o ? — L u i s Garriga,
Malgrat (Lérida).
R.—Nos parece que existe alguna confusión
en su pregunta. En principio, el norteamericano no tiene más que un apellido : el del
ipadre. El de la madre se pierde. Lo que
ocurre en algunos casos, por motivos
sentimentales, de linaje o de lo que sea, es que,
precisamente
para que no se pierda el apellido materno, los padres dan a un hijo el
apellido de la madre como segundo
nombre
de pila.
Supongamos
que una Miss Adams
(nombre ilustre en los Estados Unidos, por pertenecer a una familia notabilísima)
se casa
con un Mr. Brown (honrado apellido,
pero
muy corriente). Nace un niño y los padres
deciden llamarle Thomas. Normalmente,
este
niño se llamará Thomas Brown. Nada en su
nombre recordará el ilustre apellido
Adams.
Quizá los padres decidan que esto no ocurra.
Y llaman al chico Thomas Adams. En ese
caso su nombre completo será Thomas
Adams
(nombres adados» o de pila) Brown
(único
apellido),
que es como si dijésemos
Pablo
Francisco Pérez. El apellido es Pérez.
EL PRESIDENTE, COMANDANTE EN J E F E
Hemos recibido d u r a n t e los últimos meses
buen número de cartas con preguntas m u y
parecidas sobre el tema en cuestión. ¿ E s el
Presidente Comandante en Jefe de las Fuer-
zas Armadas? Si lo es, ¿por qué el general
Eisenhower no usa nunca el uniforme?
El Presidente es, en efecto, Comandante en
Jefe de todas las fuerzas de tierra, m a r y
aire. Así lo determina la Constitución.
En cuanto a lo del uniforme, que parece
despertar gran curiosidad entre nuestros lectores, la respuesta es sencilla. El general
Eisenhower se desposeyó de su naturaleza de
militar al presentarse candidato a la Presidencia y hoy ocupa un cargo civil que no
lleva consigo uniforme de ninguna clase. El
general Eisenhower se convirtió, por lo t a n t o ,
en Mr. David D . Eisenhower. E x a c t a m e n t e
igual le ocurrió, por ejemplo, al general Grant,
que también llegó a ser Presidente.
DONACIONES
En Norteamérica ¿son descontables —dentro de ciertos límites— los donativos benéficos de la base fiscal t r i b u t a r i a ? — J o s é Luis
García Valcárcel, Carballino (Orense).
R.—La respuesta es afirmativa.
Los donativos que se destinan a fines benéficos o culturales quedan libres de impuestos siempre y
cuando no excedan del 30 por 100 de los ingresos del
contribuyente.
No se aplica la deducción por concepto de
donativo
benéfico si el contribuyente
hace
donación fideicomisaria,
reservándose
derechos sobre la misma que rebasen el 5 por 100
de su valor.
PUESTOS EN EL GABINETE
Al cambiar el Presidente por terminación
de su m a n d a t o , los cargos de responsabilidad
del E s t a d o , como, por ejemplo, Secretario de
Defensa, E s t a d o , Agricultura, Embajadores,
Gobernadores, etc., ¿continúan en el desempeño de sus cargos o son reemplazados?—Luis
Diego H e r r e r o , Valí de Uxó (Castellón).
R.—El nombramiento
de los miembros
del
Gabinete es de la incumbencia
del Presidente, aunque los nombramientos
han de ser
aprobados por el Senado. Igual acontece con
los Embajadores.
Pero los Gobernadores
de
los estados son elegidos por el pueblo y no
dependen de la autoridad presidencial,
pues
son completamente
autónomos
dentro de la
esfera de su gobierno estatal de acuerdo con
las constituciones
estatales y con lo que cada
una de ellas determine.
Pudiera decirse que,
dentro de cada estado, el Goberador
desempeña funciones similares a las del
Presidente
en el ámbito
federal.
CAMBIO DE NACIONALIDAD
Cuando una persona nacida en cualquier
país adquiere por su propia voluntad una nacionalidad extranjera, ,; qué derechos la unen
con su país de origen ? ¿ Qué derechos le quedan de su nacionalidad anterior?—M. Gómez,
Cádiz.
R.—Excepto
en los casos en que la situación está modificada por acuerdos
internacionales, el extranjero
que adquiere la nacionalidad norteamericana
adquiere
absolutamente todos los derechos del norteamericano
nacido en los Estados Unidos, salvo que el naturalizado no puede aspirar a la Presidencia
de la nación. Al adquirir todos los derechos
adquiere todas las obligaciones del ciudadano
norteamericano
y renuncia a su anterior nacionalidad
absolutamente.
En determinadas
condiciones, quien adquiere la nacionalidad norteamericana
puede perderla si regresa a su país de origen para residir en él.
SEGURO OBRERO
¿Existe el seguro de enfermedad obligatorio en los Estados Unidos?—Manuel Freiré,
Lugo.
R.—El asegurarse contra la enfermedad
es
potestativo
de cada trabajador.
Muchas emGEORGE
LA VI
W.
ANDERSON,
JR.,
COMANDANTE
FLOTA DE LOS ESTADOS
UNIDOS.
DE
jnesas ofrecen seguro de enfermedad
tamente
a sus
empleados.
gratui-
COMANDANTE DE LA SEXTA FLOTA
¿Pueden darme el nombre del comandante
de la Sexta Flota Norteamericana?—José
Elias, Navahermosa (Toledo).
R.—Es el vicealmirante
George W. Anderson, Junior (o hijo). Nació en
Brooklyn
(Nueva York) en 1906. Recibió los despachos
de oficial en la Academia Naval de los EstaUnidos en 1927.
Es aviador y ha mandado la Fuerza Aérea
de Exploración
de Destructores
en las flotas
del Pacífico y del Atlántico.
El
vicealmirante
Anderson ha prestado brillantes servicios de
muchas otras clases en la Armada de los Estados Unidos. Entre sus puestos más
recientes
podemos citar, ya con el grado de
contralmirante, el de comandante
de la División de
Transporte
número 6 y del Grupo de Operaciones número 60 en el Mediterráneo,
que
mandaba cuando las operaciones en el Líbano. En agosto de 1959 fué destinado al puesto
de comandante
de la Sexta Flota. Su barco
almirante es el «Des Moines«.
Entre las condecoraciones
que tiene podemos citar la Legión del Mérito, la Medalla
de Bronce, Mención Presidencial en parte oficial, Orden del Imperio Británico, Orden de
la República de China del Trípode
Precioso.
El almirante,
que reside habitualmente
et\
Washington
D. C. cuando el servicio no le
lleva a otros lugares, está casado y tiene dos
hijos, uno de ellos oficial de la Marina de los
Estados Unidos, una hija y una
hijastra.
cial, la visita del príncipe de Gales en 1860
—posteriormente Eduardo
VII— fue el suceso social más
importante.
CINE Y MÚSICA.
JAMES
BUCHANAN,
ESTADOS
XV
PRESIDENTE
DE
LOS
UNIDOS.
Les solicito datos biográficos del décimo
quinto Presidente de los Estados Unidos, J a cobo Buchanan.—Francisco Ferré, T a r r a gona.
li.—Nació en Mercersburg
(Pensilvania)
el
23 de abril de 1791. Se graduó en la Universidad de Dickinson en 1809 ; miembro de la
legislatura de Pensilvania de 1814 al 16 ; del
Congreso, de 1820 al 31 ; embajador en Rusia,
de 1831 al 3 3 ; senador, del 1834 al 45.
Como secretario de Estado con el presidente
Polk, de 184o al 49, resolvió la disputa con
Inglaterra sobre Oregon, apoyó la guerra de
Méjico y la anexión de Texas. Como embajador en Inglaterra,
1853, firmó el Manifiesto
de Ostende en 1854, recomendando
a los Estados Unidos la anexión de Cuba.
Elegido
Presidente en 1856, apoyó la soberanía popular y decisión de los estados respecto a la
esclavitud.
Legislador estricto, deseó
mantener la paz y desechar el uso de la fuerza.
Negó a los estados el derecho a la secesión.
Falleció en Wheatland,
cerca de
Lancaster
(Pensilvania) el 1 de junio de 1868, a la edad
de setenta y siete años.
Era
soltero.
Durante
su período
presiden-
Desearía conocer datos biográficos acerca
del compositor Dimitri Tiomkin, coloso de la
música en la cinematografía norteamericana.—Manuel Ferrer, Palma de Mallorca.
R.—Dimitri
Tiomkin
nació en Rusia en
1899 y cursó SMS estudio en el Conservatorio
de Música de San Petersburgo.
Llegó a los
Estados Unidos en 1925 y le fué concedida la
nacionalidad
norteamericana
en 1937. Ha
compuesto la música de unas 120 películas,
entre las que se cuentan «El Puente de San
Luis Rey», «Duelo al sol», «Horizontes
perdidos», «El campeón», «Sólo ante el peligro»,
«Gigante« y «El viejo y el mar». Vive en Los
Angeles, donde adquirió celebridad
mundial
gracias a sus partituras
cinematográficas.'
ROCA DE LA INSCRIPCIÓN.
Poseo un hermoso mapa de los Estados Unidos editado por la Secretaría de Estado
(Washington), y en él, en el estado de Nuevo
Méjico, al Sur del territorio de los Navajos,
aparece un macizo de rocas abruptas con la
denominación de «Roca de la Inscripción.
¿ Podrían decirme qué inscripción origina este
nombre y qué origen tiene?—E. Moreno, Catarroja (Valencia).
R.—Suponemos
que el nombre tiene el siguiente origen : El explorador español Juan
de Oñate, que entre otras cosas tomó posesión de Nuevo Méjico en nombre del rey,
exploró la región de Kansas, llegó al golfo
de California y fundó la ciudad de Santa Fe.
A la vuelta de una de sus expediciones dejó su
nombre en la «Roca de la Inscripción» el 16
de abril de 1605, iniciando una
costumbre
seguida por posteriores
gobernadores,
clérigos y soldados. Actualmente
la «Roca de la
Inscripción» forma parte del monumento
nacional «El Morro».
LA PALABRA «TRANSISTOR».
i Qué significa etimológicamente «transis*
tor» ? ¿Por qué se llama así?—M. F . Novoa,
Vigo.
R.—Los tres científicos norteamericanos
que
descubrieron este sustitutivo
del triodo de va-
cío, los doctores
John
Bardeen,
William
Schockley y Walter Brattain —por lo que se
les otorgó el Premio Nobel de Física de
1956—, crearon el vocablo por
combinación
de las palabras «transfer» (transferir)
y »resistor». ·
Le damos la idea de que repase el número
de
NOTICIAS
DE ACTUALIDAD
del
primero
diciembre de 1958, en la sección que
mos dedicando a los Premios
Nobel.
LA
de
estuvi-
PRESIDENCIA.
Sé que agotados los dos períodos presidenciales de cuatro años cada uno, el Presidente
saliente no puede presentarse a la reelección.
Pero pasados los cuatro años de m a n d a t o de
su sucesor, ¿ puede presentarse nuevamente ?
Luis F . Arregui, Zaragoza.
R.—No, no puede. -Ningún ciudadano
norteamericano
puede hoy ser elegido más de
dos veces a la
presidencia.
LA HISTORIA DE HELEN
KELLER.
Hemos recibido c a r t a s en las que se pregunta por la historia de Helen Keller, de las siguientes personas : María J . Várela, de Madrid ; Jorge Sancho, de Barcelona, y J u a n
María Oregui, de Mondragón (Guipúzcoa).
Contestamos a todas ellas conjuntamente con
una breve biografía de esa famosa sordomudociega norteamericana.
R.—Helen Keller, una de las mujeres
más
admirables del mundo, constituye
un símbolo
de valor, de voluntad indomable y de triunfo
sobre los defectos
físicos.
En 1954 fué inaugurado un monumento
en
honor suyo en Tuscumbia
(Alabama),
donde
nació con todos los sentidos en 1880. A la edad
de diecinueve meses fué atacada por una enfermedad diagnosticada
como fiebre
cerebral,
y al restablecerse unas cuantas semanas después, no podía ya ver ni oir. La mudez fué
consecuencia lógica de la sordera.
Hasta los siete años de edad vivió aislada
del mundo que no conocía. Fué entonces cuando, por consejo del doctor Alexander
Graham
Bell, inventor del teléfono, se encargó de su
educación Anne Sullivan, de veinte años, que
iba a ser compañera inseparable suya durante
cerca de cincuenta
años.
La señorita Sullivan procuró desde el primer
momento
enseñar a su discípula el alfabeto
manual, deletreando
con sus dedos las palabras en la mano de Helen, para que ésta las
sintiera. Pero la niña no se daba cuenta de lo
que significaba
aquello. Por fin, al cabo de
unos meses, comprendió un día que todas las
cosas tenían su nombre y que el alfabeto manual era la clave para comunicarse con el mundo
exterior.
La luz se hizo en su cerebro. A partir de
aquel momento fueron rápidos sus progresos.
Tres años después ya dominaba el idioma inglés, leía y escribía mediante el sistema Braille para ciegos, y se comunicaba con las personas que la rodeaban con ayuda del alfabeto
manual para sordos. Al aprender a escribir a
máquina a ciegas se amplió su facilidad
de
expresión.
En 1890 aprendió a hablar mediante el sistema usado para los sordomudos,
convenientemente modificado en su caso. Y llegó a entender las palabras pronunciadas
por sus interlocutores apoyando los dedos en la boca y la
garganta de éstos.
Cursó la carrera de Filosofía y Letras en la
Universidad femenina de Radcliffe
(Massachusetts), licenciándose con los máximos
honores
después de aprender varios idiomas.
Terminados sus estudios, escribió artículos y pronunció conferencias para recaudar fondos con destino a los ciegos y los sordomudos.
Publicó,
además, varios libros, entre los cuales es el
más conocido su autobiografía,
titulada
«Historia de mi vida».
GUERRA CONTRA EL PALUDISMO
Aunque pasara, en general, inadvertido,
uno de los hechos más notables que caracterizaron el transcurso del año 1955 fué la creación, por vez primera, de una alianza internacional para combatir una enfermedad. El
acuerdo fue tomado en la ciudad de Méjico,
durante una de las reuniones de la Organización Mundial de la Salud (O. M. S.), una
agencia especializada de las Naciones Unidas, y tenía por objeto extirpar por completo
el paludismo de la superficie del globo.
El paludismo ha sido, pues, la primera enfermedad contra la que se concertara un ataque mundial. ¿Y por qué ésa y no otra? Porque es la que más pérdidas produce y porque
resulta técnicamente posible hacerla desaparecer.
H a y paludismo epidémico. Pero también lo
hay endémico, que ocasiona una merma const a n t e de salud, riqueza y felicidad en las comarcas donde reina. Las pérdidas económicas
anuales originadas por esa enfermedad se calculan en 900 millones de pesetas en Thailandia, en 10.500 millones en Méjico y en 30.000
millones en la India. E n comparación con
tales cifras resulta insignificante el coste de
los trabajos de erradicación. Así, por ejemplo,
en Thailandia, de 1954 a 1958, los gastos anuales ascendieron a la cifra de 30 millones de
pesetas.
La isla de Cerdeña fué la primera región
de importancia que se vio libre del paludismo
mediante métodos modernos. Allí se había estado combatiendo esa enfermedad con procedimientos caros y lentos, aplicados con éxito
vario en muchos países antes de la segunda
guerra mundial. Las operaciones en cuestión
únicamente se podían llevar a cabo en localidades de evidente valor demográfico, económico o estratégico. En otras palabras : sólo
unos cuantos grupos privilegiados recibían un
trato de favor. Las regiones donde vivían no
eran más que unos meros puntos en los mapas
del paludismo.
La situación cambió por completo cuando el
suizo Paul Müller, premio Nobel de Medicina
y Fisiología en 1948, descubrió el ya conocidísimo DDT. Aquel hallazgo convirtió la lucha
contra el paludismo en la operación relativamente sencilla de rociar con ese producto químico las paredes exteriores de los edificios,
donde se posan los mosquitos después de alimentarse con sangre h u m a n a . El veneno m a t a
a los mosquitos, los enfermos de paludismo
reciben tratamiento médico, y así se detiene
la propagación de la enfermedad. Cuando y a
no hay más parásitos del paludismo que puedan transmitir los mosquitos, se ha conseguido la victoria final.
El programa de erradicación del paludismo,
iniciado por la O. M. S., es una gigantesca
empresa en la que se ocupan millares de personas y se emplean millares de toneladas de m a teriales. H a y que rociar centenares de millones
de casas y · reunir y examinar centenares de
millones de muestras de sangre. Se necesitan
millares de camiones, barcas, carros, bicicletas, elefantes, camellos y burros. H a y que
coordinar la labor de centenares de laboratorios y facilitar el intercambio de información
entre centenares de investigadores. También
es preciso t r a z a r miles de m a p a s , hacer el
censo de la población de las regiones afectadas, vigilar el movimiento de millones de nóm a d a s y celebrar debates al aire libre con los
h a b i t a n t e s de los pueblos, p a r a convencerlos
de la necesidad de la c a m p a ñ a .
«La t a r e a es sobre todo un problema de
organización y administración», ha dicho el
doctor C. A. Alvarado, director de la sección
de erradicación del paludismo en la O. M. S.
«Pero también es un problema de dinero. Se
calcula que cuesta cerca de 60 pesetas librar
a un ser h u m a n o de la amenaza del paludismo. I g u a l m e n t e es una cuestión de perseverancia, pues cualquier relajamiento en la camp a ñ a de extirpación de esa enfermedad podría
crear dudas acerca de su utilidad y de los
evidentes beneficios que t r a e consigo.»
E s necesario un esfuerzo económico conside-
rable. E n 1958 los organismos internacionales,
entre ellos la I . C. A. (Administración de
Cooperación Internacional de los Estados Unidos), aportaron en conjunto cerca del 29 por
100 del dinero invertido ese año en todo el*
mundo p a r a extirpación del paludismo. El
resto, hasta la cifra total de 6.540 millones
de pesetas, fué proporcionado por los Gobier-^
nos de los países donde se llevan a cabo
campañas. P a r a acelerar la batalla, la O. M. S.
abrió la Cuenta Especial p a r a Erradicación
del Paludismo, que recibe aportaciones voluntarias de fuentes oficiales y particulares. Hasta ahora los Estados Unidos han sido el principal contribuyente.
Un cálculo de los resultados, realizado a
principios de 1960, ha demostrado que de los
1.237 millones de personas que vivían en las
regiones palúdicas del m u n d o , '258 h a n quedado libres de la amenaza. Otros 641 millones
viven en los 65 países y territorios donde
están en marcha proyectos eficaces p a r a iniciar el p r o g r a m a . E s t á desapareciendo el paludismo, entre otros sitios, en los Estados Unidos, la Martinica, P u e r t o Rico, Chile, Holanda, Córcega, I t a l i a , U k r a n i a , Chipre, Israel y
la mayor p a r t e de la Unión Soviética.
LAS LIBERTADES AMERICANAS
Si hubiéramos de elegir una actividad y un
símbolo que ilustraran la libertad política en
Nortemérica, nuestra elección sería, en cuanto al momento, un día de elecciones y, en
cuanto al lugar, un colegio electoral.
El moblaje esencial de la estancia sería una
especie de cabina reservada, a las veces simplemente una p a r t e de la habitación separada
del resto por u n a cortina. Otras, acaso se
t r a t a r á de algo tan complicado como una máquina de votar.
E n t r a n J o h n X y J a n e Y, del público.
Cada uno de ellos recibe una papeleta, y,
uno por uno, se retiran al espacio reservado.
Allí, a solas con su conciencia, rellenan la
papeleta, la doblan y la entregan o la dejan
caer en la u r n a electoral. La opinión que acaban de expresar de nadie será conocida si
ellos así lo desean.
P a r a decenas de millones de norteamericanos esta escena es t a n conocida que les parece cosa sin importancia especial.
Pero p a r a decenas de centenas de millones
de personas en el mundo, este breve acontecimiento de las elecciones libres y del secreto
del voto es cosa desconocida.
Muchas de ellas no han conocido jamás otra
autoridad que la que les ha sido impuesta. L a
idea de poder expresar su opinión p a r a elegir a sus gobernantes les resulta inconcebible.
En muchos lugares, preciso es admitirlo, tal
cosa resultaría mal, debido a la poca madurez
política.
Mas existen otros lugares en donde gentes
cultas e inteligentes no pueden disfrutar de
este derecho que t a n t o estiman los norteamericanos.
La clave de nuestro pequeño acontecimiento
de elecciones en libertad y de nuestro secreto
del voto se encuentra claramente expresada en las palabras con que comienza la Constitución :
«Nosotros, las gentes de los Estados Unidos...»
Es la nuestra una nación de leyes, y la
determinación de esas reglas de gobierno incumbe principalmente al pueblo.
Traspasamos este derecho al Congreso que
elegimos y al jefe del Ejecutivo.
Esta tremenda cesión de fuerza, que gravit a r á sobre nuestras vidas y fortunas, los norteamericanos hemos decidido que se haga de
manera libre y secreta.
Es este un concepto ideal. Quizá no lo alcanzamos totalmente en la práctica —como
t a n t a s veces acontece cuando el hombre sueña y luego quiere convertir el sueño en realidad.
Mas el derecho a las elecciones libres y
el secreto del voto está profundamente grabado en los cimientos de la libertad política
norteamericana.
¡LLEGA
LA
BANDA...!
Por la calle principal de la ciudad de H a r o ,
enclavada en una región española —La Rioja— de renombre universal por sus exquisitos vinos, marcha con su tambor m a y o r a
la cabeza una b a n d a de música : la de la
16 Fuerza Aérea de los Estados Unidos, con
base en Torrejón.
El aire riojano vibra alegre con la música
marcial. La Fiesta del Vino se celebra en H a r o
todos los años, y éste h a sido el primero en
que una agrupación musical norteamericana
ha acudido p a r a contribuir a su animación
y esplendor.
La d a m a norteamericana Mrs. J a n e t Pellow
fué n o m b r a d a Alcaldesa Honoraria de la ciudad, y un simpático acto consistente en la
entrega de u n a placa con el escudo de la
16 F u e r z a Aérea tuvo lugar en el a y u n t a m i e n to de la ilustre villa riojana. Estuvieron presentes en dicho acto don Clemente C a n t a r a ,
Alcalde de H a r o ; el Coronel Lloyd W. Presión, comandante norteamericano de la Ëase
Aérea de Zaragoza y o t r a s autoridades.
La banda de la 16 F u e r z a Aérea fué creada
en el mes de agosto de 1960, y consta en la
actualidad de 28 profesores, número que ascenderá a un total de 35 cuando todos sus
componentes lleguen a E s p a ñ a . Los miembros
de esta agrupación musical son todos ellos
músicos calificados y han sido seleccionados
entre diferentes bandas de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos.
La banda de la 16 Fuerza Aérea presta sus
servicios en dicha unidad, pero a la vez pretende un objetivo de gran importancia : contribuir a estrechar los lazos de s i m p a t í a . y
amistad entre los pueblos de España y los
Estados Unidos. Los músicos norteamericanos
han actuado ya en diversas localidades españolas, aparte la capital de la nación, tales
como Alcobendas, Linares, Oviedo y Villatobas.
Y espera multiplicar sus actuaciones
— t a n t o en festivales militares como civiles—
en un futuro próximo.
Un General habla de accidentes
Hace poco tiempo, el orador que dio la
acostumbrada charla d u r a n t e el almuerzo
mensual del Club Americano en Madrid fué
un distinguido oficial general de las Fuerzas
Aéreas de los Estados Unidos. Sus primeras
palabras fueron p a r a excusarse de que un
«conductor de aeroplanos», como él mismo se
describió humorísticamente, tuviese la osadía
de hablar de la prevención de accidentes de
automóvil, pues sobre tal t e m a versó, efectivamente, su amena charla.
Sin embargo, el general de división Joseph
D. Caldara, jefe del Grupo Consultivo de Asistencia Militar en E s p a ñ a desde junio de 1960,
tiene sobrados motivos p a r a hablar autorizadamente acerca de la prevención de accidentes.
El año 1955, el general Caldara fué nombrado director de investigaciones para la seguridad en vuelo de las Fuerzas Aéreas de
los Estados Unidos, es decir, fué encargado de
organizar la prevención de accidentes de todas
clases en la aviación nortemericana. E n cinco
años, la aplicación de las normas y el cumplimiento de las órdenes del general Caldara
lograron reducir los accidentes en la USAF
(Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos) en
más de un 65 por 100.
La prevención de accidentes de automóvil
es asunto que a todos nos interesa. Como dijo
el general d u r a n t e su charla, en los diez años
últimos han muerto más norteamericanos a
causa de accidentes de automóvil que en todas
las guerras en que el país ha tomado p a r t e
desde su nacimiento. Y hay que tener en
cuenta que el número de muertos por este
motivo es proporcionalmente mucho más alto
en buen número de otros países.
El general Caldara recibió sus despachos de
alférez en 1931. Su carrera militar ha sido
brillante. Ascendió a teniente en 1935, a capitán en 1940, a comandante en 1942 y a teniente coronel el mismo año. E r a coronel
en 1944 y ascendió a general de brigada en
1952. En 1957, a los cuarenta y ocho años de
edad, ascendió a divisionario.
EL CUARTO
SUBMARINO
ATÓMICO
EN EL POLO NORTE
El Seadragon, de la A r m a d a de los Estados
Unidos, submarino propulsado por energía
nuclear, llegó hace poco tiempo a H a w a i después de recorrer la nueva r u t a del Atlántico
al Pacífico que d u r a n t e t a n t o tiempo h a sido
el sueño de los navegantes. El Seadragon navegó sumergido el 90 por 100 del camino.
Mientras permaneció en la región polar, un
equipo de científicos que iban a bordo llevaron a cabo estudios hidrográficos y oceanógraficos, como de otras naturalezas. El submarino se detuvo en el polo norte justo el
tiempo necesario p a r a que la tripulación jugase el primer partido de base ball polar.
Hombres r a n a nadaron por debajo del hielo
tomando fotografías. El agua polar estaba a
una t e m p e r a t u r a de 1,9 grados bajo cero.
EL RETABLO DE LA CATEDRAL DE CIVDAD RODRIGO
POR FERNANDO GALLEGO EN LAVNIVERS1DAD
DE ARllON A
La culminación del estilo de p i n t u r a hispano-flamenco es el retablo de la catedral de Ciudad
Rodrigo. Este estilo, esencialmente castellano, floreció d u r a n t e el siglo X V , en particular antes
y d u r a n t e los reinados de F e r n a n d o e Isabel. El apelativo hispano-flamenco, revela la n a t u r a l e z a
del estilo: una manera a u t ó n o m a española eon fuerte influencia del a r t e de los Países Bajos o una
forma flamenca naturalizada por artistas españoles. Existían muchos lazos políticos y domésticos
e n t r e E s p a ñ a y los Países Bajos en el siglo XV. Isabel misma era entusiasta p a t r o n a de la pint u r a del n o r t e ; muchas p i n t u r a s fueron compradas en dichos Países Bajos por agentes españoles;
importantes pintores visitaron el sur. Una i m p o r t a n t e influencia germánica a c o m p a ñ a b a a la flamenca, y, a su vez, ya estaba modificada por los* Países Bajos, puesto que todas las culturas de
las márgenes del Rhin tenían mucho en común. J
El estilo hispano-flamenco no era sólo imitativo. Había un tono persistentemente ibérico que
resaltaba por encima del barniz norte. Todo motivo o técnica del norte sufría modificaciones. L a
p i n t u r a española era menos detallista y menos científica. E r a menos exacta y tenía poca preocupación por el espacio. Su colorido era más oscuro y utilizaba m á s el oro.
El pintor m á s grande de esta escuela nos es casi desconocido. F e r n a n d o Gallego nació en Sal a m a n c a hacia 14-10. Salamanca era el centro de la p i n t u r a hispano-flamenca, y su más i m p o r t a n t e
pintor era F e r n a n d o . Su primera p i n t u r a auténtica existente es el retablo que pintó p a r a la catedral de Z a m o r a , entre 1466 y 1470. Existen o t r a s p i n t u r a s y algunas documentaciones fragmen-
tarias, la ultima de las cuales d a t a de 1507.
Además, unos documentos mencionan a un
Francisco Gallego que se supone ser su hijo,
o, mejor aún, un hermano menor. La evidencia indica que Francisco colaboró con Fernando.
La obra, de ambos Gallegos es b a s t a n t e
numerosa e incluye muchos retablos grandes. Sus esfuerzos más importantes pueden
bosquejarse m u y sencillamente. La primera
g r a n p i n t u r a es el retablo de Zamora, obra
de F e r n a n d o en su totalidad. Más t a r d e Fernando -pintó varios cuadros en Salamanca,
incluyendo un tríptico de la Virgen con San
Andrés y San Cristóbal, p a r a la nueva catedral. Llegó a su madurez con el retablo
que aún existe en la iglesia de Santa María,
en Trujillo. Aquí aparece Francisco por primera vez como su a y u d a n t e .
Siguió su obra culminante de Ciudad Rodrigo, mostrando el apogeo del genio de Fernando. Existe aún poco más de la m i t a d del
retablo, de tal m a n e r a que, a juzgar por el
t a m a ñ o de los paneles que sobreviven, la obra
completa debe haber sido enorme. Fernando
necesitó tres o más ayudantes p a r a esta comisión y es fácil distinguir sus estilos. Fernando logró mayor plasticidad en las figuras
y mayor profundidad en los paisajes. Sus caras muestran fuerza de carácter y sobresalió
en la p i n t u r a de brocados y superficies metálicas. Sus estudios arquitectónicos son rena-
centistas. De Ja m a n o de F e r n a n d o surgieron
los retratos de los santos de la plataforma,
La Circuncisión,
Jesús y la Samaritana,
La
Vocación de San Pedro, La Resurrección
de
Lázaro, La Oración del Huerto, Ecce
Homo,
El Lavatorio de Pilatos, El Juicio Final. El
segundo pintor, desgraciadamente no identificado todavía, pero llamado varias veces
Maître aux Armures
(El Maestro Armero)
o el Maestro de los Rostros Siniestros, fué un
excelente pintor, aunque más anticuado y gótico. Se especializó en cosas como metales y
brocados y, en general, fué más decorativo
que F e r n a n d o . Pintó El Caos, La Creación de
Eva, Jesús entre los Doctores^ Las
Tentaciones, La Transfiguración,
Jesús en Casa de Simón, La Cena, El Camino del Calvario y La
Resurrección.
El tercer pintor se asemeja al
segundo, pero es decididamente menos diestro,
como se ve en sus dos paneles, La
Crucifixión
y El Descendimiento.
El cuarto pintor, F r a n cisco, es, de hecho, un F e r n a n d o inepto, imitándole en La Curación del Ciego y La Traición
de Jesús. Dos paneles, La Bodas de Cana y La
Entrada en Jerusalén, representan los esfuerzos combinados de m á s de un pintor.
La siguiente obra, un retablo en la Iglesia
de San Lorenzo en Toro, es más pequeña. Se
nota más la mano de Francisco, que ha mejorado notablemente. De aquí en adelante
Francisco pintó otras obras, especialmente en
Salamanca, y F e r n a n d o casi desaparece.
Ciudad Rodrigo fué sitiada dos veces dur a n t e la Guerra de Independencia : en 1810
y de nuevo en 1812, y las p i n t u r a s del retablo
sufrieron daños. Removidas de la catedral,
fueron vendidas en 1877. Aparecieron en manos de un comerciante en objetos de arte en
Madrid y, en 1882, en la Colección Cook de
Richmond, Londres. La Fundación Samuel
H . Kress adquirió las p i n t u r a s en 1954, y
después de esta fecha han sido r e s t a u r a d a s
por completo. Fueron presentadas al público
en la Universidad de Arizona, en Tucson, en
abril de 1960.
ROBERT M.
QUINN
EL DESARME Y LA
ECONOMÍA NORTEAMERICANA
PUNTO DE VISTA DE UN ECONOMISTA
por el
Doctor Harold Baréer
Profesor de Economía de la
Universidad de Columbia
Se oye a veces en el extranjero preguntar lo
que rara vez se escucha en los Estados Unidos : ¿Cómo pueden los gobernantes norteamericanos desear, desear verdaderamente, incluso un desarme limitado cuando saben que ello
traería consigo una crisis económica y el aumento de los obreros sin trabajo en los Estados Unidos?
Puede contestarse la p r e g u n t a categóricamente diciendo que los gobernantes no saben
semejante cosa. Lo que sí saben es que esa
extraordinaria suposición carece de base si se
consideran los hechos del funcionamiento de
la economía norteamericana.
La verdad es que apenas el diez por ciento
de la producción de este país está formada por
armas y productos destinados a las Fuerzas
Armadas.
Consideremos esa cifra del diez por ciento
e imaginemos que un plan de desarme digno
de confianza nos permitiera dejar de fabricar
a r m a m e n t o . ¿ Qué le ocurriría a la economía
norteamericana ?
Sin duda de ninguna clase, la primera persona que arrojaría al aire su sombrero con
sincero alborozo sería el contribuyente americano. Los americanos celebrarían el verse
libres de tan pesada carga.
Eso es cierto, pero ¿ qué diremos de los soldados, los marineros y los aviadores que están en filas ? ¿Y los obreros que trabajan en
las fábricas de proyectiles autopropulsados?
¿Y los ingenieros y hombres de ciencia que
se ocupan en la investigación de nuevas armas? ¿Qué ocupación encontrarían? ¿ E n dónde hallarían trabajo ?
En los Estados Unidos todavía llamamos a
filas a hombres jóvenes. La ambición de casi
todos ellos —lo sé, y soy profesor en una universidad— es librarse del yugo de los deberes
militares y volver a la vida de paisano.
Los trabajadores están enormemente interesados en la paz. Pocos obreros prefirirían
quedarse en fábricas de a r m a m e n t o , en las
que la seguridad de empleo es precaria debido a las mudanzas de los planes militares y
al desarrollo de nuevos ingenios bélicos que
truecan rápidamente en anticuados los más
modernos. E n cuanto a los ingenieros y científicos, muchos de ellos han tenido que abandonar planes pensados p a r a tiempos de paz y
aplicarse a t r a b a j a r urgentemente en problemas militares de índole transitoria.
Sin embargo, aunque los soldados, los obreros de las fábricas y los hombres de ciencia
prefieran t r a b a j a r en una industria de paz,
¿ en dónde encontrarían trabajo ? El cese de
los gastos militares, ¿ supondría un aumento
de puestos remunerados de naturaleza civil?
¿ Acaso ese diez por ciento que Norteamérica
gasta en armamentos no es lo que sostiene
toda su economía ?
Ese es el error fundamental, la falacia básica sobre los que se alza la argumentación
de quienes creen que Norteamérica «no puede
permitirse desarmarse».
Lo cierto es que las necesidades militares
han sido una tremenda rémora p a r a el desarrollo pacífico.
Librados de la carga de soportar la organización militar, los contribuyentes norteamericanos podrían al fin comprar las casas, sufragar los gastos de educación, obtener los cuidados médicos y las vacaciones que hoy día
no pueden permitirse.
Las empresas comerciales podrían olvidar
los caprichos del «mercado militar» p a r a hacer planes a largo plazo p a r a la paz, y t a m bién r e a n u d a r su trabajo de investigación con
vistas a mejorar productos destinados al mer-
cado normal, actividades que muchas empresas han tenido que suspender.
Nuestro Gobierno Federal- tendría dinero
disponible p a r a investigaciones médicas, p a r a
servicios sanitarios, escuelas, desaparición de
suburbios y desarrollo de la riqueza.
Este historial de gastos públicos civiles reducidos, de necesidades públicas que no son
atendidas debidamente y de iniciativas p a r t i culares muertas que el programa de defensa
ha causado constituye \ i n a fiel semblanza de
la Norteamérica de hoy. La verdad es que
el contribuyente anhela verse libre de la carga de los gastos militares y que el legislador
desea no menos vivamente poder disponer de
fondos p a r a atender necesidades públicas que
han quedado sin atender d u r a n t e largo tiempo. ¿De dónde, pues, sale esa idea de que los
gastos de defensa son un sostén indispensable
de nuestra economía?
Creo que, en p a r t e , proviene de la antigua
falacia del bosque y los árboles. Puede percibirse claramente el bosque, pues los gastos
militares se miden en miles de millones d e
dólares y los hombres empleados en trabajos
de defensa ascienden a cientos de miles. Pero
no vemos los árboles.
No resulta fácil al observador contar los innumerables proyectos particulares de inversión que h a n resultado ahogados, los planes
de gastos públicos que h a n sido archivados,
porque se necesitaba dinero p a r a la defensa.
Si pudieran reducirse los gastos militares, llegaría el día venturoso en que todos estos proyectos podrían una vez más considerarse factibles. Ahí están los árboles, y sin ellos
menester será reconocer que no habría bosque.
Quienes arguyen que al cesar los gastos de
defensa sobrevendría u n a crisis económica en
los Estados Unidos emplean otro argumento
aún. Aunque la demanda civil — t a n t o pública como privada— puede suponerse, en efecto, que compensaría los efectos rápidamente,
¿ qué se puede decir —preguntan— de la nueva distribución de fuerzas laborales? ¿Acaso
los soldados pueden enseñar en las escuelas?
¿Pueden los obreros de las fábricas de proyectiles autónomos dedicarse a Ja limpieza de
los suburbios? ¿Son capaces los ingenieros de
dedicarse a la investigación médica?
La contestación forzosamente ha de ser que
no. La eliminación completa y fulminante de
todos los gastos militares en los Estados Unidos supondría evidentemente dificultades par a algunas personas y algunas empresas. Pero
aunque no debemos echar en olvido esto, tampoco debemos atribuirle u n a importancia excesiva.
En primer lugar, tales dificultades son pasajeras. E s completamente falso que los obreros sientan preferencia por construir submarinos de propulsión nuclear mejor que centrales atómicas eléctricas para usos pacíficos.
Los banqueros de Wall Street consideran la
producción bélica menos provechosa, no más,
que la producción' de artículos de consumo.
Los beneficios de la empresa Du Pont, fabricante de productos químicos —una de las
principales productoras de productos bélicos
en las pasadas guerras—, han sido siempre
inferiores en tiempo de guerra que en tiempo
de paz.
Mas quizá el argumento que encuentro más
convincente p a r a demostrar la capacidad de
reajuste de la economía norteamericana es la
experiencia que de ello tenemos. Los Estados
Unidos han liquidado rápidamente un vasto
p r o g r a m a de gastos militares y vuelto a una
economía de paz en más de una ocasión. El
caso más reciente es el de los años 1945 y
1946, al acabar la segunda guerra mundial,
cuando los gastos civiles reemplazaron los
gastos militares sin apenas desajustes perceptibles, y eso cuando la producción militar representaba el 40 por ciento de la producción
industrial total, y no el 10 por 100.
Hubo algunas personas que sufrieron con
el cambio, qué duda cabe. F u é menester acometer un vasto p r o g r a m a de educación y
adiestramiento p a r a los licenciados de las
Fuerzas A r m a d a s . Pero se llevó a cabo, y
aquello constituyó u n problema mucho más
serio que el que estamos considerando.
No es posible encontrar en la Historia argumentos que apoyen la tpsis de que el desarme llevaría consigo una catástrofe económica en los Estados Unidos.
Y dicen algunos : ¿ Si eso es cierto, por qué
no cesa los Estados Unidos de a r m a r s e ? La
respuesta es que no deseamos correr el peligro de ser aniquilados por aquellos que seguirían a r m a d o s . ·
Esa es la razón por la cual hemos insistido
t a n t o en lograr un pacto de desarme que prevea la inspección y el control internacional
de la producción de a r m a s . Pues tal pacto
haría posible p a r a todas las naciones, incluído los Estados Unidos, el desarmarse en los
plazos y a la predeterminada velocidad necesarios p a r a eliminar el m u t u o ' recelo.
£1 áeauto
obteto
¿Con qué seguridad
económica
cuenta el
trabajador
norteamericano?
Los altos jornales aseguran a la mayoría
de los trabajadores un cómodo nivel de vida.
Desde 1939 h a s t a 1959 el jornal «verdadero»,
o poder adquisitivo, del trabajador industrial
promedio a u m e n t ó en un 62 por ciento.
Además de los salarios, los trabajadores reciben beneficios de una variedad de planes
gubernamentales, sindicales y patronales, y
ciertas prestaciones sociales que les aseguran
que no p a s a r á n necesidades. Estos planes y
prestaciones protegen al obrero cuando no
tiene trabajo, se jubila o está incapacitado
p a r a t r a b a j a r . Los beneficios se extienden
también a su familia, inclusive a los deudos
del trabajador que fallece.
Se calcula que p a r a 1960 estos beneficios
adicionales a u m e n t a b a n en un 14 por ciento
los emolumentos de empleados de oficina y los
jornales de los trabajadores industriales.
¿Cómo lograron los trabajadores
esta protección?
Se aprobaron leyes estatales y federales
p a r a g a r a n t i z a r al trabajador una seguridad
básica. E n la mayoría de los casos se obtuvieron beneficios de los patronos mediante la
negociación entre los sindicatos en nombre de
los trabajadores y los patronos.
¿Cómo se garantiza un jornal que permita
cubrir el costo de la vida?
H a y una ley federal que dispone que todos
los trabajadores empleados en la producción
destinada al comercio' interestatal —unos 24
millones— deben recibir un salario mínimo de
un dólar· por hora. Las leyes de salario mínimo vigentes en t r e i n t a y tres estados, Puerto Rico y el Distrito de Columbia protegen
las escalas de salario de millones de trabajadores más. E n los estados donde el salario
mínimo no está fijado por ley muchos p a t r o nos han a u m e n t a d o los jornales de sus empleados p a r a impedir que abandonen sus fábricas y se coloquen en industrias que p a g a n
salarios más altos.
¿Se paga un tipo más alto por trabajo en
horas
extraordinarias?
La ley federal de salario mínimo dispone
en
A/otteamétlca
que debe pagarse una compensación adicional
equivalente al 50 por ciento del jornal regular por cada hora que se trabaje, después de
las cuarenta semanales prescritas por ley.
E s t a práctica se observa ampliamente en la
industria norteamericana, aun en los lugares
donde no lo exige la ley.
¿Cuántos días de vacaciones
se conceden?
El 96 por ciento de las industrias conceden anualmente a sus empleados dos semanas o más de vacaciones con sueldo. A los
empleados de oficina se concede el mismo
número de días o más. Además, la mayoría
de los empleados disfrutan anualmente de
siete días festivos remunerados.
¿Se exige a los trabajadores
que
llenen
anormas» o cuotas de producción?
En general, la industria norteamericana
funciona conforme al principio de un salario
justo por una j o r n a d a justa. Los contratos
obrero-patronales establecen los tipos de salario o los procedimientos, conforme a los cuales se determinarán los mismos. No hay normas de producción establecidas por ley. E x cepción hecha de los aprendices, todos los t r a bajadores reciben pago igual por trabajo de
igual valor. En el caso de ciertas industrias
que emplean el sistema de destajo, como es
el caso de la del vestido, los patronos pueden
fijar normas del tipo mencionado. E n otras,
donde se usa un sistema de pago de incentivo,
todos los trabajadores en talleres individuales
o los de la fábrica entera reciben bonos, cuyo
importe depende del volumen total de producción.
Todos los años se p a g a n millones de dólares a trabajadores que formulan sugestiones
útiles p a r a ampliar la producción o aument a r la eficiencia en la fábrica. H a habido casos en que trabajadores individuales h a n recibido hasta el equivalente de un año de sueldo por este tipo de sugestiones.
¿Cuál es el alcance de los beneficios de jubilación y seguro de enfermedad
en í# i'wdustria?
Alrededor de u n a c u a r t a p a r t e de los t r a bajadores están en la actualidad protegidos
por planes de pensión. Casi una quinta p a r t e
de todos los trabajadores están cubiertos por
planes colectivos de seguro de vida y de enfermedad (o por ambos), establecidos como
resultado de negociación colectiva. Los planes
de enfermedad cubren los gastos de hospitalieación y cirugía, y, con frecuencia, otros gastos médicos. Generalmente protegen t a n t o al
trabajador como a sus familiares dependientes. Los planes de vida y enfermedad también
cubren a g r a n número de empleados «de cuello blanco» que no pertenecen al sindicato.
¿Cuántos trabajadores
están cubiertos
por
planes de participación
en las
ganancias?
Se estima que en 1958 unos 20.000 patronos
compartían las ganancias con millón y medio
o dos millones de trabajadores. Estos obreros
reciben a n u a l m e n t e , .además de sus jornales,
un porcentaje de las ganancias de la compañía. Algunas firmas han establecido programas de ahorro o inversiones. Los trabajadores
en estas compañías pueden invertir fondos en
bonos y valores de la compañía p a r a la cual
t r a b a j a n , o de otras compañías, pagando una
pequeña porción de sus jornales a un agente
fiduciario. Como promedio, los patronos contribuyen con una suma equivalente al 50 por
ciento de Ja cantidad p a g a d a por cada trabajador.
Los sindicatos obreros usualmente prefieren
recibir otro tipo de beneficios en lugar de
participar en las ganancias o en planes de inversiones. (Sin e m b a r g o , el sindicato de Trabajadores Unidos del Automóvil, que tiene
casi un millón de miembros, ha propuesto la
iniciación de un p r o g r a m a de participación
en las ganancias de dicha industria.) Actualmente está en vigencia un plan que afecta a
más de cuatro millones de trabajadores en
las industrias siderúrgica, del automóvil, aluminio y construcción de aeronaves, .en virtud
del cual los jornales fluctúan conforme a los
cambios en el costo de la vida. Además de los
cambios que resultan de la negociación colectiva, cada vez que se registra u n cambio
general en los precios a los consumidores los
jornales a u t o m á t i c a m e n t e suben o bajan.
¿Qué beneficios especiales ofrecen los sindicatos obreros a sus
miembros?
Algunos sindicatos grandes ofrecen a los
trabajadores una g r a n variedad de servicios
especiales, viviendas económicas, campos p a r a
veraneo, becas por concurso a sus hijos, anteojos o gafas sin costo alguno, medicinas a
precios reducidos y cursos educativos. Algunos de estos beneficios están financiados en
su totalidad por los sindicatos, otros t o t a l o
parcialmente, con contribuciones de los patronos.
¿Qué protección tiene el trabajador
desempleado?
Alrededor del 80 por ciento de todos los jornaleros están protegidos por las disposiciones
del sistema federal-estatal de seguros contra
el desempleo. D u r a n t e el tiempo en que está
desempleado, el trabajador recibe un pago semanal sustancial d u r a n t e un período de dieciséis a t r e i n t a semanas (el monto y la duración de los pagos depende de las leyes respectivas de cada estado y del jornal que
g a n a b a anteriormente). Los ingresos en concepto de impuestos con que se financia este
sistema provienen exclusivamente de los patronos (excepción hecha de tres estados, donde los trabajadores también contribuyen).
Además, un total de alrededor de 3,5 millones de trabajadores industriales están protegidos por dos p r o g r a m a s más establecidos
como resultado de negociaciones entre los patronos y los sindicatos obreros. Uno de ellos
consiste en un sistema de beneficios complementarios por desempleo. Estos beneficios los
paga el p a t r o n o directamente a los trabajadores desempleados con el objeto de suminist r a r (en combinación con el seguro estatal
de desempleo) un pago semanal equivalente
a a p r o x i m a d a m e n t e dos terceras p a r t e s del
jornal semanal del trabajador. Un plan de
«salario anual garantizado», del mismo tipo,
también agrega un pago por el p a t r o n o al
fondo de seguro contra desempleo, a fin de
g a r a n t i z a r al trabajador unas dos terceras
p a r t e s de su jornal corriente Los planes de
salario complementario h a n estado en vigencia en gran escala desde 1955.
¿Cómo puede obtener un trabajador los beneficios
gubernamentales
en caso de desempleo?
Se inscribe en una oficina g u b e r n a m e n t a l
de empleos. E n caso de que no h a y a n empleos disponibles presenta u n a solicitud p a r a
que se le pague la cuota semanal correspondiente por desempleo. De continuar desempleado después de vencer el plazo de estos
pagos, puede solicitar asistencia de bienestar
público, que constituye un beneficio diferente del seguro contra desempleo.
LOS SEMICONDUCTORES
îàtm uu<>àbciowmdo< ία ¿ndubfoia dedtowUca
Recientemente, en la región sur de California, un avión interceptor a reacción, de
g r a n velocidad, despegó de un campo de aviación y en pocos segundos se perdió de vista
hacia el Océano Pacífico. Elevándose verticalmente hacia la estratosfera, viró súbitamente, derrapando sobre una de sus alas a
velocidad supersónica, p a r a a t a c a r a un bombardero «enemigo» que volaba a g r a n a l t u r a .
R e g a t e a n d o de izquierda a derecha y de
arriba a abajo p a r a eludir el simulado fuego
defensivo del b o m b a r d e r o , el interceptor cerró
batalla con su objetivo, alcanzándole con tres
impactos de sus proyectiles dirigidos autopropulsados, virando de nuevo en dirección del
r u m b o hacia su base aérea. Pocos minutos
después, frenando su velocidad, picó en descenso p a r a aterrizar, una vez realizada su
misión de maniobras.
D u r a n t e todo su vuelo y maniobra, ningún
piloto h u m a n o tocó los mandos del reactor.
Todos sus movimientos fueron dirigidos por
un equipo electrónico miniaturizado conteninido en u n a serie de pequeñas cajas metálicas negras instaladas en el avión.
E s t a s llamadas «cajas negras», acopladas a
los mandos del reactor, le gobiernan con una
precisión superior a la de un piloto h u m a n o .
No visible en este vuelo, que se h a repetido
ahora incontables veces, había un pequeño
dispositivo no m a y o r que un grano de arroz :
el semiconductor. Miles de semiconductores,
dispuestos en las «cajas negras» en forma parecida a la de las células cerebrales h u m a n a s ,
gobernaron y dirigieron los movimientos del
avión.
Lo que muchas personas se p r e g u n t a n hoy
día es, ¿qué son estos interesantes semiconductores? La contestación más sencilla a esta
pregunta es : Los semiconductores son unos
minúsculos dispositivos que realizan el mismo
trabajo aproximadamente que las válvulas de
vacío en los receptores de radio y otros dispositivos electrónicos.
U n a de las funciones principales de ambos,
t a n t o las válvulas de vacío como los semiconductores, es cambiar, o «rectificar», la corriente alterna en continua. Este principio
rectificador es la base de muchos dispositivos
electrónicos que van desde los aparatos de televisión a las calculadoras digitales, o «cerebros electrónicos».
Sin embargo, los semiconductores rectifican
la corriente mucho más directa y sencillamente que las válvulas de vacío. Además,
funcionan con cantidades de corriente eléctrica mucho m á s pequeñas, reaccionan perfectamente a t e m p e r a t u r a s extremas y no los afectan las vibraciones, que destruirían una válvula de vacío en unos minutos.
El semiconductor toma su nombre de los
materiales que intervienen en su construc-
ción. Son elementos y mezclas que son semejantes a los metales, pero que no conducen la
electricidad t a n bien como éstos. P o r esta razón se les llama conductores parciales o semiconductores. U n o de estos materiales es el
silicón. Otro es el germanio.
Cuando estos elementos semiconductores
son absolutamente puros, dejan de ser conductores de corriente eléctrica en absoluto.
Pero cuando pequeñas cantidades —una parte en un millón— de las llamadas «impurezas» se mezclan con ellos, los semiconductores conducirán electricidad en un sentido,
pero no en el contrario.
L a t a r e a de añadir «impurezas» al silicón
o al germanio p a r a convertirlos en semiconductores es un trabajo increíblemente difícil.
«Mezclar 1 p a r t e de arsénico con 1.000.000
de p a r t e s de germanio puro es t a n «sencillo»
como condimentar 6 camiones tanques de
sopa con una cucharada de sal», dice el escritor científico Clyde Hostetter, en «Science
Digest». Empleando o t r a comparación, dice :
«O imaginemos un muro de ladrillos blancos de 1,80 metros de alto tendido de San
Francisco a Los Angeles. Ahora, tomemos un
ladrillo rojo y por el procedimiento que quiera mezclémoslo con todos los ladrillos blancos, de forma que cada uno de ellos tenga
el mismo color rosado. Esto es exactamente
lo que los fabricantes de semiconductores deben realizar.»
El g r a n cambio hacia los semiconductores
ha tenido lugar en el campo de la electrónica,
donde se están realizando más rápidamente
—como en las unidades de dirección en los
proyectiles autopropulsados y aviones militares— las «cajas negras» mencionadas al
principio de este artículo.
Pero la gran revolución efectiva a que está
dando lugar el desarrollo de los semiconductores está j u s t a m e n t e iniciándose. Es en el
campo de los negocios y de la industria donde las calculadoras del t a m a ñ o de una mesa
de despacho están empezando a construirse
con semiconductores en lugar de válvulas de
vacío.
Muy pronto h a b r á pequeñas h e r r a m i e n t a s
mecánicas y artefactos de cocina accionados
por corriente continua, convertida de alterna
mediante dispositivos semiconductores del tamaño del dedo meñique. Los a p a r a t o s de TV
accionados por baterías que están actualmente en desarrollo emplean semiconductores.
Esto es solamente el principio.
Se abrió recientemente en Los Angeles una
factoría a u t o m á t i c a que utiliza semiconductores en sus puntos claves de gobierno. Los
circuitos ocupan el espacio de unos cuatro
libros, aunque las máquinas que gobiernan
realicen su labor metalúrgica con g r a n exactitud y 20 veces más rápido que los maquinistas humanos.
Dispositivos electrónicos compactos como el
citado revolucionarán el campo de la automatización en unos pocos años. Dicen los científicos y los ingenieros que entonces h a b r á
dado principio verdaderamente la era dorada
de la electrónica.
LOS
INDAGADORES
Pocas personas son más inquisitivas que los
hombres y mujeres que forman el claustro de
profesores de una universidad moderna. Su
misión es serlo : formular preguntas, no aceptar ningún «hecho» como definitivo, poner/en
tela de juicio cosas que la mayoría de las
personas consideran como incuestionables.
También es su misión estimular a los jóvenes,
sus alumnos, para que adopten actitudes semejantes, actitudes que tienen como resultado
una inquieta búsqueda de la verdad acerca
del hombre y su contorno.
En los Estados Unidos, la formación de los
licenciados, que dedica atención especial a la
investigación, comienza generalmente una vez
que se h a n cursado cuatro años de estudios
universitarios. Tal y como puede apreciarse
en las fotografías adjuntas, hechas en la Universidad Johns Hopkins,' en Baltimore (Maryland), pocos campos del conocimiento y pocos de los oscuros rincones de la ignorancia
h u m a n a escapan al interés de los intelectuales de la Universidad. Sus preguntas van
desde la edad de la Tierra a la derrota de las
enfermedades.
La Universidad Johns Hopkins es una institución joven que en 1960 cuenta sólo 84
años. Pero fué la primera en los Estados Uni-
dos que utilizó los métodos de estudio europeos, que ahora son corrientes en todas las
universidades norteamericanas : los seminarios, los exámenes orales rigurosos, la investigación independiente por p a r t e de los estudiantes y los miembros del claustro y las disertaciones que hacen aportaciones originales
a los conocimientos h u m a n o s . L a F a c u l t a d
de Medicina de Johns Hopkins revolucionó el
estudio de la medicina, t a n t o en los Estados
Unidos como en otros países.
Como muchas destacadas universidades y
centros docentes norteamericanos, J o h n s
Hopkins es independiente de la jurisdicción
g u b e r n a m e n t a l , aunque algunos de sus intelectuales llevan a cabo investigaciones para
el Gobierno con arreglo a un contrato. Los
verdaderos recursos financieros de la Universidad proceden de fuentes privadas y de las
matrículas que p a g a n los alumnos. E s t a s cubren sólo una pequeña p a r t e del costo ds
la formación de los estudiantes ; la diferencia es cubierta por las donaciones y por
los ingresos que producen las inversiones d¡e
los fondos de la Universidad. Tal programa
financiero es una de las garantías de la libertad académica en la enseñanza norteamericana.
I
Para las personas que conocen el idioma inglés y para aquéllas que en periodo de aprendizaje tienen interés en
practicarlo, La Voz de América transmite todos los días los siguientes programas:
Descargar