1 de diciembre de 1960 NOTICIAS DE ACTUALIDAD tiene interés en in- formar a sus lectores sobre temas norteamericanos y sobre cuestiones de mutuo interés para España y los Estados Unidos. Escríbanos usted proponiéndonos su pregunta, su duda, su punto de vista. El autor de cada carta seleccionada para ser publicada recibirá el obsequio de un libro. Cada carta debe contener una sola pregunta. Las preguntas no deben tener un carácter excesivamente especializado. APELLIDOS j¡ Por qué los norteamericanos anteponen el apellido materno a l . p a t e r n o ? — L u i s Garriga, Malgrat (Lérida). R.—Nos parece que existe alguna confusión en su pregunta. En principio, el norteamericano no tiene más que un apellido : el del ipadre. El de la madre se pierde. Lo que ocurre en algunos casos, por motivos sentimentales, de linaje o de lo que sea, es que, precisamente para que no se pierda el apellido materno, los padres dan a un hijo el apellido de la madre como segundo nombre de pila. Supongamos que una Miss Adams (nombre ilustre en los Estados Unidos, por pertenecer a una familia notabilísima) se casa con un Mr. Brown (honrado apellido, pero muy corriente). Nace un niño y los padres deciden llamarle Thomas. Normalmente, este niño se llamará Thomas Brown. Nada en su nombre recordará el ilustre apellido Adams. Quizá los padres decidan que esto no ocurra. Y llaman al chico Thomas Adams. En ese caso su nombre completo será Thomas Adams (nombres adados» o de pila) Brown (único apellido), que es como si dijésemos Pablo Francisco Pérez. El apellido es Pérez. EL PRESIDENTE, COMANDANTE EN J E F E Hemos recibido d u r a n t e los últimos meses buen número de cartas con preguntas m u y parecidas sobre el tema en cuestión. ¿ E s el Presidente Comandante en Jefe de las Fuer- zas Armadas? Si lo es, ¿por qué el general Eisenhower no usa nunca el uniforme? El Presidente es, en efecto, Comandante en Jefe de todas las fuerzas de tierra, m a r y aire. Así lo determina la Constitución. En cuanto a lo del uniforme, que parece despertar gran curiosidad entre nuestros lectores, la respuesta es sencilla. El general Eisenhower se desposeyó de su naturaleza de militar al presentarse candidato a la Presidencia y hoy ocupa un cargo civil que no lleva consigo uniforme de ninguna clase. El general Eisenhower se convirtió, por lo t a n t o , en Mr. David D . Eisenhower. E x a c t a m e n t e igual le ocurrió, por ejemplo, al general Grant, que también llegó a ser Presidente. DONACIONES En Norteamérica ¿son descontables —dentro de ciertos límites— los donativos benéficos de la base fiscal t r i b u t a r i a ? — J o s é Luis García Valcárcel, Carballino (Orense). R.—La respuesta es afirmativa. Los donativos que se destinan a fines benéficos o culturales quedan libres de impuestos siempre y cuando no excedan del 30 por 100 de los ingresos del contribuyente. No se aplica la deducción por concepto de donativo benéfico si el contribuyente hace donación fideicomisaria, reservándose derechos sobre la misma que rebasen el 5 por 100 de su valor. PUESTOS EN EL GABINETE Al cambiar el Presidente por terminación de su m a n d a t o , los cargos de responsabilidad del E s t a d o , como, por ejemplo, Secretario de Defensa, E s t a d o , Agricultura, Embajadores, Gobernadores, etc., ¿continúan en el desempeño de sus cargos o son reemplazados?—Luis Diego H e r r e r o , Valí de Uxó (Castellón). R.—El nombramiento de los miembros del Gabinete es de la incumbencia del Presidente, aunque los nombramientos han de ser aprobados por el Senado. Igual acontece con los Embajadores. Pero los Gobernadores de los estados son elegidos por el pueblo y no dependen de la autoridad presidencial, pues son completamente autónomos dentro de la esfera de su gobierno estatal de acuerdo con las constituciones estatales y con lo que cada una de ellas determine. Pudiera decirse que, dentro de cada estado, el Goberador desempeña funciones similares a las del Presidente en el ámbito federal. CAMBIO DE NACIONALIDAD Cuando una persona nacida en cualquier país adquiere por su propia voluntad una nacionalidad extranjera, ,; qué derechos la unen con su país de origen ? ¿ Qué derechos le quedan de su nacionalidad anterior?—M. Gómez, Cádiz. R.—Excepto en los casos en que la situación está modificada por acuerdos internacionales, el extranjero que adquiere la nacionalidad norteamericana adquiere absolutamente todos los derechos del norteamericano nacido en los Estados Unidos, salvo que el naturalizado no puede aspirar a la Presidencia de la nación. Al adquirir todos los derechos adquiere todas las obligaciones del ciudadano norteamericano y renuncia a su anterior nacionalidad absolutamente. En determinadas condiciones, quien adquiere la nacionalidad norteamericana puede perderla si regresa a su país de origen para residir en él. SEGURO OBRERO ¿Existe el seguro de enfermedad obligatorio en los Estados Unidos?—Manuel Freiré, Lugo. R.—El asegurarse contra la enfermedad es potestativo de cada trabajador. Muchas emGEORGE LA VI W. ANDERSON, JR., COMANDANTE FLOTA DE LOS ESTADOS UNIDOS. DE jnesas ofrecen seguro de enfermedad tamente a sus empleados. gratui- COMANDANTE DE LA SEXTA FLOTA ¿Pueden darme el nombre del comandante de la Sexta Flota Norteamericana?—José Elias, Navahermosa (Toledo). R.—Es el vicealmirante George W. Anderson, Junior (o hijo). Nació en Brooklyn (Nueva York) en 1906. Recibió los despachos de oficial en la Academia Naval de los EstaUnidos en 1927. Es aviador y ha mandado la Fuerza Aérea de Exploración de Destructores en las flotas del Pacífico y del Atlántico. El vicealmirante Anderson ha prestado brillantes servicios de muchas otras clases en la Armada de los Estados Unidos. Entre sus puestos más recientes podemos citar, ya con el grado de contralmirante, el de comandante de la División de Transporte número 6 y del Grupo de Operaciones número 60 en el Mediterráneo, que mandaba cuando las operaciones en el Líbano. En agosto de 1959 fué destinado al puesto de comandante de la Sexta Flota. Su barco almirante es el «Des Moines«. Entre las condecoraciones que tiene podemos citar la Legión del Mérito, la Medalla de Bronce, Mención Presidencial en parte oficial, Orden del Imperio Británico, Orden de la República de China del Trípode Precioso. El almirante, que reside habitualmente et\ Washington D. C. cuando el servicio no le lleva a otros lugares, está casado y tiene dos hijos, uno de ellos oficial de la Marina de los Estados Unidos, una hija y una hijastra. cial, la visita del príncipe de Gales en 1860 —posteriormente Eduardo VII— fue el suceso social más importante. CINE Y MÚSICA. JAMES BUCHANAN, ESTADOS XV PRESIDENTE DE LOS UNIDOS. Les solicito datos biográficos del décimo quinto Presidente de los Estados Unidos, J a cobo Buchanan.—Francisco Ferré, T a r r a gona. li.—Nació en Mercersburg (Pensilvania) el 23 de abril de 1791. Se graduó en la Universidad de Dickinson en 1809 ; miembro de la legislatura de Pensilvania de 1814 al 16 ; del Congreso, de 1820 al 31 ; embajador en Rusia, de 1831 al 3 3 ; senador, del 1834 al 45. Como secretario de Estado con el presidente Polk, de 184o al 49, resolvió la disputa con Inglaterra sobre Oregon, apoyó la guerra de Méjico y la anexión de Texas. Como embajador en Inglaterra, 1853, firmó el Manifiesto de Ostende en 1854, recomendando a los Estados Unidos la anexión de Cuba. Elegido Presidente en 1856, apoyó la soberanía popular y decisión de los estados respecto a la esclavitud. Legislador estricto, deseó mantener la paz y desechar el uso de la fuerza. Negó a los estados el derecho a la secesión. Falleció en Wheatland, cerca de Lancaster (Pensilvania) el 1 de junio de 1868, a la edad de setenta y siete años. Era soltero. Durante su período presiden- Desearía conocer datos biográficos acerca del compositor Dimitri Tiomkin, coloso de la música en la cinematografía norteamericana.—Manuel Ferrer, Palma de Mallorca. R.—Dimitri Tiomkin nació en Rusia en 1899 y cursó SMS estudio en el Conservatorio de Música de San Petersburgo. Llegó a los Estados Unidos en 1925 y le fué concedida la nacionalidad norteamericana en 1937. Ha compuesto la música de unas 120 películas, entre las que se cuentan «El Puente de San Luis Rey», «Duelo al sol», «Horizontes perdidos», «El campeón», «Sólo ante el peligro», «Gigante« y «El viejo y el mar». Vive en Los Angeles, donde adquirió celebridad mundial gracias a sus partituras cinematográficas.' ROCA DE LA INSCRIPCIÓN. Poseo un hermoso mapa de los Estados Unidos editado por la Secretaría de Estado (Washington), y en él, en el estado de Nuevo Méjico, al Sur del territorio de los Navajos, aparece un macizo de rocas abruptas con la denominación de «Roca de la Inscripción. ¿ Podrían decirme qué inscripción origina este nombre y qué origen tiene?—E. Moreno, Catarroja (Valencia). R.—Suponemos que el nombre tiene el siguiente origen : El explorador español Juan de Oñate, que entre otras cosas tomó posesión de Nuevo Méjico en nombre del rey, exploró la región de Kansas, llegó al golfo de California y fundó la ciudad de Santa Fe. A la vuelta de una de sus expediciones dejó su nombre en la «Roca de la Inscripción» el 16 de abril de 1605, iniciando una costumbre seguida por posteriores gobernadores, clérigos y soldados. Actualmente la «Roca de la Inscripción» forma parte del monumento nacional «El Morro». LA PALABRA «TRANSISTOR». i Qué significa etimológicamente «transis* tor» ? ¿Por qué se llama así?—M. F . Novoa, Vigo. R.—Los tres científicos norteamericanos que descubrieron este sustitutivo del triodo de va- cío, los doctores John Bardeen, William Schockley y Walter Brattain —por lo que se les otorgó el Premio Nobel de Física de 1956—, crearon el vocablo por combinación de las palabras «transfer» (transferir) y »resistor». · Le damos la idea de que repase el número de NOTICIAS DE ACTUALIDAD del primero diciembre de 1958, en la sección que mos dedicando a los Premios Nobel. LA de estuvi- PRESIDENCIA. Sé que agotados los dos períodos presidenciales de cuatro años cada uno, el Presidente saliente no puede presentarse a la reelección. Pero pasados los cuatro años de m a n d a t o de su sucesor, ¿ puede presentarse nuevamente ? Luis F . Arregui, Zaragoza. R.—No, no puede. -Ningún ciudadano norteamericano puede hoy ser elegido más de dos veces a la presidencia. LA HISTORIA DE HELEN KELLER. Hemos recibido c a r t a s en las que se pregunta por la historia de Helen Keller, de las siguientes personas : María J . Várela, de Madrid ; Jorge Sancho, de Barcelona, y J u a n María Oregui, de Mondragón (Guipúzcoa). Contestamos a todas ellas conjuntamente con una breve biografía de esa famosa sordomudociega norteamericana. R.—Helen Keller, una de las mujeres más admirables del mundo, constituye un símbolo de valor, de voluntad indomable y de triunfo sobre los defectos físicos. En 1954 fué inaugurado un monumento en honor suyo en Tuscumbia (Alabama), donde nació con todos los sentidos en 1880. A la edad de diecinueve meses fué atacada por una enfermedad diagnosticada como fiebre cerebral, y al restablecerse unas cuantas semanas después, no podía ya ver ni oir. La mudez fué consecuencia lógica de la sordera. Hasta los siete años de edad vivió aislada del mundo que no conocía. Fué entonces cuando, por consejo del doctor Alexander Graham Bell, inventor del teléfono, se encargó de su educación Anne Sullivan, de veinte años, que iba a ser compañera inseparable suya durante cerca de cincuenta años. La señorita Sullivan procuró desde el primer momento enseñar a su discípula el alfabeto manual, deletreando con sus dedos las palabras en la mano de Helen, para que ésta las sintiera. Pero la niña no se daba cuenta de lo que significaba aquello. Por fin, al cabo de unos meses, comprendió un día que todas las cosas tenían su nombre y que el alfabeto manual era la clave para comunicarse con el mundo exterior. La luz se hizo en su cerebro. A partir de aquel momento fueron rápidos sus progresos. Tres años después ya dominaba el idioma inglés, leía y escribía mediante el sistema Braille para ciegos, y se comunicaba con las personas que la rodeaban con ayuda del alfabeto manual para sordos. Al aprender a escribir a máquina a ciegas se amplió su facilidad de expresión. En 1890 aprendió a hablar mediante el sistema usado para los sordomudos, convenientemente modificado en su caso. Y llegó a entender las palabras pronunciadas por sus interlocutores apoyando los dedos en la boca y la garganta de éstos. Cursó la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad femenina de Radcliffe (Massachusetts), licenciándose con los máximos honores después de aprender varios idiomas. Terminados sus estudios, escribió artículos y pronunció conferencias para recaudar fondos con destino a los ciegos y los sordomudos. Publicó, además, varios libros, entre los cuales es el más conocido su autobiografía, titulada «Historia de mi vida». GUERRA CONTRA EL PALUDISMO Aunque pasara, en general, inadvertido, uno de los hechos más notables que caracterizaron el transcurso del año 1955 fué la creación, por vez primera, de una alianza internacional para combatir una enfermedad. El acuerdo fue tomado en la ciudad de Méjico, durante una de las reuniones de la Organización Mundial de la Salud (O. M. S.), una agencia especializada de las Naciones Unidas, y tenía por objeto extirpar por completo el paludismo de la superficie del globo. El paludismo ha sido, pues, la primera enfermedad contra la que se concertara un ataque mundial. ¿Y por qué ésa y no otra? Porque es la que más pérdidas produce y porque resulta técnicamente posible hacerla desaparecer. H a y paludismo epidémico. Pero también lo hay endémico, que ocasiona una merma const a n t e de salud, riqueza y felicidad en las comarcas donde reina. Las pérdidas económicas anuales originadas por esa enfermedad se calculan en 900 millones de pesetas en Thailandia, en 10.500 millones en Méjico y en 30.000 millones en la India. E n comparación con tales cifras resulta insignificante el coste de los trabajos de erradicación. Así, por ejemplo, en Thailandia, de 1954 a 1958, los gastos anuales ascendieron a la cifra de 30 millones de pesetas. La isla de Cerdeña fué la primera región de importancia que se vio libre del paludismo mediante métodos modernos. Allí se había estado combatiendo esa enfermedad con procedimientos caros y lentos, aplicados con éxito vario en muchos países antes de la segunda guerra mundial. Las operaciones en cuestión únicamente se podían llevar a cabo en localidades de evidente valor demográfico, económico o estratégico. En otras palabras : sólo unos cuantos grupos privilegiados recibían un trato de favor. Las regiones donde vivían no eran más que unos meros puntos en los mapas del paludismo. La situación cambió por completo cuando el suizo Paul Müller, premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1948, descubrió el ya conocidísimo DDT. Aquel hallazgo convirtió la lucha contra el paludismo en la operación relativamente sencilla de rociar con ese producto químico las paredes exteriores de los edificios, donde se posan los mosquitos después de alimentarse con sangre h u m a n a . El veneno m a t a a los mosquitos, los enfermos de paludismo reciben tratamiento médico, y así se detiene la propagación de la enfermedad. Cuando y a no hay más parásitos del paludismo que puedan transmitir los mosquitos, se ha conseguido la victoria final. El programa de erradicación del paludismo, iniciado por la O. M. S., es una gigantesca empresa en la que se ocupan millares de personas y se emplean millares de toneladas de m a teriales. H a y que rociar centenares de millones de casas y · reunir y examinar centenares de millones de muestras de sangre. Se necesitan millares de camiones, barcas, carros, bicicletas, elefantes, camellos y burros. H a y que coordinar la labor de centenares de laboratorios y facilitar el intercambio de información entre centenares de investigadores. También es preciso t r a z a r miles de m a p a s , hacer el censo de la población de las regiones afectadas, vigilar el movimiento de millones de nóm a d a s y celebrar debates al aire libre con los h a b i t a n t e s de los pueblos, p a r a convencerlos de la necesidad de la c a m p a ñ a . «La t a r e a es sobre todo un problema de organización y administración», ha dicho el doctor C. A. Alvarado, director de la sección de erradicación del paludismo en la O. M. S. «Pero también es un problema de dinero. Se calcula que cuesta cerca de 60 pesetas librar a un ser h u m a n o de la amenaza del paludismo. I g u a l m e n t e es una cuestión de perseverancia, pues cualquier relajamiento en la camp a ñ a de extirpación de esa enfermedad podría crear dudas acerca de su utilidad y de los evidentes beneficios que t r a e consigo.» E s necesario un esfuerzo económico conside- rable. E n 1958 los organismos internacionales, entre ellos la I . C. A. (Administración de Cooperación Internacional de los Estados Unidos), aportaron en conjunto cerca del 29 por 100 del dinero invertido ese año en todo el* mundo p a r a extirpación del paludismo. El resto, hasta la cifra total de 6.540 millones de pesetas, fué proporcionado por los Gobier-^ nos de los países donde se llevan a cabo campañas. P a r a acelerar la batalla, la O. M. S. abrió la Cuenta Especial p a r a Erradicación del Paludismo, que recibe aportaciones voluntarias de fuentes oficiales y particulares. Hasta ahora los Estados Unidos han sido el principal contribuyente. Un cálculo de los resultados, realizado a principios de 1960, ha demostrado que de los 1.237 millones de personas que vivían en las regiones palúdicas del m u n d o , '258 h a n quedado libres de la amenaza. Otros 641 millones viven en los 65 países y territorios donde están en marcha proyectos eficaces p a r a iniciar el p r o g r a m a . E s t á desapareciendo el paludismo, entre otros sitios, en los Estados Unidos, la Martinica, P u e r t o Rico, Chile, Holanda, Córcega, I t a l i a , U k r a n i a , Chipre, Israel y la mayor p a r t e de la Unión Soviética. LAS LIBERTADES AMERICANAS Si hubiéramos de elegir una actividad y un símbolo que ilustraran la libertad política en Nortemérica, nuestra elección sería, en cuanto al momento, un día de elecciones y, en cuanto al lugar, un colegio electoral. El moblaje esencial de la estancia sería una especie de cabina reservada, a las veces simplemente una p a r t e de la habitación separada del resto por u n a cortina. Otras, acaso se t r a t a r á de algo tan complicado como una máquina de votar. E n t r a n J o h n X y J a n e Y, del público. Cada uno de ellos recibe una papeleta, y, uno por uno, se retiran al espacio reservado. Allí, a solas con su conciencia, rellenan la papeleta, la doblan y la entregan o la dejan caer en la u r n a electoral. La opinión que acaban de expresar de nadie será conocida si ellos así lo desean. P a r a decenas de millones de norteamericanos esta escena es t a n conocida que les parece cosa sin importancia especial. Pero p a r a decenas de centenas de millones de personas en el mundo, este breve acontecimiento de las elecciones libres y del secreto del voto es cosa desconocida. Muchas de ellas no han conocido jamás otra autoridad que la que les ha sido impuesta. L a idea de poder expresar su opinión p a r a elegir a sus gobernantes les resulta inconcebible. En muchos lugares, preciso es admitirlo, tal cosa resultaría mal, debido a la poca madurez política. Mas existen otros lugares en donde gentes cultas e inteligentes no pueden disfrutar de este derecho que t a n t o estiman los norteamericanos. La clave de nuestro pequeño acontecimiento de elecciones en libertad y de nuestro secreto del voto se encuentra claramente expresada en las palabras con que comienza la Constitución : «Nosotros, las gentes de los Estados Unidos...» Es la nuestra una nación de leyes, y la determinación de esas reglas de gobierno incumbe principalmente al pueblo. Traspasamos este derecho al Congreso que elegimos y al jefe del Ejecutivo. Esta tremenda cesión de fuerza, que gravit a r á sobre nuestras vidas y fortunas, los norteamericanos hemos decidido que se haga de manera libre y secreta. Es este un concepto ideal. Quizá no lo alcanzamos totalmente en la práctica —como t a n t a s veces acontece cuando el hombre sueña y luego quiere convertir el sueño en realidad. Mas el derecho a las elecciones libres y el secreto del voto está profundamente grabado en los cimientos de la libertad política norteamericana. ¡LLEGA LA BANDA...! Por la calle principal de la ciudad de H a r o , enclavada en una región española —La Rioja— de renombre universal por sus exquisitos vinos, marcha con su tambor m a y o r a la cabeza una b a n d a de música : la de la 16 Fuerza Aérea de los Estados Unidos, con base en Torrejón. El aire riojano vibra alegre con la música marcial. La Fiesta del Vino se celebra en H a r o todos los años, y éste h a sido el primero en que una agrupación musical norteamericana ha acudido p a r a contribuir a su animación y esplendor. La d a m a norteamericana Mrs. J a n e t Pellow fué n o m b r a d a Alcaldesa Honoraria de la ciudad, y un simpático acto consistente en la entrega de u n a placa con el escudo de la 16 F u e r z a Aérea tuvo lugar en el a y u n t a m i e n to de la ilustre villa riojana. Estuvieron presentes en dicho acto don Clemente C a n t a r a , Alcalde de H a r o ; el Coronel Lloyd W. Presión, comandante norteamericano de la Ëase Aérea de Zaragoza y o t r a s autoridades. La banda de la 16 F u e r z a Aérea fué creada en el mes de agosto de 1960, y consta en la actualidad de 28 profesores, número que ascenderá a un total de 35 cuando todos sus componentes lleguen a E s p a ñ a . Los miembros de esta agrupación musical son todos ellos músicos calificados y han sido seleccionados entre diferentes bandas de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos. La banda de la 16 Fuerza Aérea presta sus servicios en dicha unidad, pero a la vez pretende un objetivo de gran importancia : contribuir a estrechar los lazos de s i m p a t í a . y amistad entre los pueblos de España y los Estados Unidos. Los músicos norteamericanos han actuado ya en diversas localidades españolas, aparte la capital de la nación, tales como Alcobendas, Linares, Oviedo y Villatobas. Y espera multiplicar sus actuaciones — t a n t o en festivales militares como civiles— en un futuro próximo. Un General habla de accidentes Hace poco tiempo, el orador que dio la acostumbrada charla d u r a n t e el almuerzo mensual del Club Americano en Madrid fué un distinguido oficial general de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos. Sus primeras palabras fueron p a r a excusarse de que un «conductor de aeroplanos», como él mismo se describió humorísticamente, tuviese la osadía de hablar de la prevención de accidentes de automóvil, pues sobre tal t e m a versó, efectivamente, su amena charla. Sin embargo, el general de división Joseph D. Caldara, jefe del Grupo Consultivo de Asistencia Militar en E s p a ñ a desde junio de 1960, tiene sobrados motivos p a r a hablar autorizadamente acerca de la prevención de accidentes. El año 1955, el general Caldara fué nombrado director de investigaciones para la seguridad en vuelo de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, es decir, fué encargado de organizar la prevención de accidentes de todas clases en la aviación nortemericana. E n cinco años, la aplicación de las normas y el cumplimiento de las órdenes del general Caldara lograron reducir los accidentes en la USAF (Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos) en más de un 65 por 100. La prevención de accidentes de automóvil es asunto que a todos nos interesa. Como dijo el general d u r a n t e su charla, en los diez años últimos han muerto más norteamericanos a causa de accidentes de automóvil que en todas las guerras en que el país ha tomado p a r t e desde su nacimiento. Y hay que tener en cuenta que el número de muertos por este motivo es proporcionalmente mucho más alto en buen número de otros países. El general Caldara recibió sus despachos de alférez en 1931. Su carrera militar ha sido brillante. Ascendió a teniente en 1935, a capitán en 1940, a comandante en 1942 y a teniente coronel el mismo año. E r a coronel en 1944 y ascendió a general de brigada en 1952. En 1957, a los cuarenta y ocho años de edad, ascendió a divisionario. EL CUARTO SUBMARINO ATÓMICO EN EL POLO NORTE El Seadragon, de la A r m a d a de los Estados Unidos, submarino propulsado por energía nuclear, llegó hace poco tiempo a H a w a i después de recorrer la nueva r u t a del Atlántico al Pacífico que d u r a n t e t a n t o tiempo h a sido el sueño de los navegantes. El Seadragon navegó sumergido el 90 por 100 del camino. Mientras permaneció en la región polar, un equipo de científicos que iban a bordo llevaron a cabo estudios hidrográficos y oceanógraficos, como de otras naturalezas. El submarino se detuvo en el polo norte justo el tiempo necesario p a r a que la tripulación jugase el primer partido de base ball polar. Hombres r a n a nadaron por debajo del hielo tomando fotografías. El agua polar estaba a una t e m p e r a t u r a de 1,9 grados bajo cero. EL RETABLO DE LA CATEDRAL DE CIVDAD RODRIGO POR FERNANDO GALLEGO EN LAVNIVERS1DAD DE ARllON A La culminación del estilo de p i n t u r a hispano-flamenco es el retablo de la catedral de Ciudad Rodrigo. Este estilo, esencialmente castellano, floreció d u r a n t e el siglo X V , en particular antes y d u r a n t e los reinados de F e r n a n d o e Isabel. El apelativo hispano-flamenco, revela la n a t u r a l e z a del estilo: una manera a u t ó n o m a española eon fuerte influencia del a r t e de los Países Bajos o una forma flamenca naturalizada por artistas españoles. Existían muchos lazos políticos y domésticos e n t r e E s p a ñ a y los Países Bajos en el siglo XV. Isabel misma era entusiasta p a t r o n a de la pint u r a del n o r t e ; muchas p i n t u r a s fueron compradas en dichos Países Bajos por agentes españoles; importantes pintores visitaron el sur. Una i m p o r t a n t e influencia germánica a c o m p a ñ a b a a la flamenca, y, a su vez, ya estaba modificada por los* Países Bajos, puesto que todas las culturas de las márgenes del Rhin tenían mucho en común. J El estilo hispano-flamenco no era sólo imitativo. Había un tono persistentemente ibérico que resaltaba por encima del barniz norte. Todo motivo o técnica del norte sufría modificaciones. L a p i n t u r a española era menos detallista y menos científica. E r a menos exacta y tenía poca preocupación por el espacio. Su colorido era más oscuro y utilizaba m á s el oro. El pintor m á s grande de esta escuela nos es casi desconocido. F e r n a n d o Gallego nació en Sal a m a n c a hacia 14-10. Salamanca era el centro de la p i n t u r a hispano-flamenca, y su más i m p o r t a n t e pintor era F e r n a n d o . Su primera p i n t u r a auténtica existente es el retablo que pintó p a r a la catedral de Z a m o r a , entre 1466 y 1470. Existen o t r a s p i n t u r a s y algunas documentaciones fragmen- tarias, la ultima de las cuales d a t a de 1507. Además, unos documentos mencionan a un Francisco Gallego que se supone ser su hijo, o, mejor aún, un hermano menor. La evidencia indica que Francisco colaboró con Fernando. La obra, de ambos Gallegos es b a s t a n t e numerosa e incluye muchos retablos grandes. Sus esfuerzos más importantes pueden bosquejarse m u y sencillamente. La primera g r a n p i n t u r a es el retablo de Zamora, obra de F e r n a n d o en su totalidad. Más t a r d e Fernando -pintó varios cuadros en Salamanca, incluyendo un tríptico de la Virgen con San Andrés y San Cristóbal, p a r a la nueva catedral. Llegó a su madurez con el retablo que aún existe en la iglesia de Santa María, en Trujillo. Aquí aparece Francisco por primera vez como su a y u d a n t e . Siguió su obra culminante de Ciudad Rodrigo, mostrando el apogeo del genio de Fernando. Existe aún poco más de la m i t a d del retablo, de tal m a n e r a que, a juzgar por el t a m a ñ o de los paneles que sobreviven, la obra completa debe haber sido enorme. Fernando necesitó tres o más ayudantes p a r a esta comisión y es fácil distinguir sus estilos. Fernando logró mayor plasticidad en las figuras y mayor profundidad en los paisajes. Sus caras muestran fuerza de carácter y sobresalió en la p i n t u r a de brocados y superficies metálicas. Sus estudios arquitectónicos son rena- centistas. De Ja m a n o de F e r n a n d o surgieron los retratos de los santos de la plataforma, La Circuncisión, Jesús y la Samaritana, La Vocación de San Pedro, La Resurrección de Lázaro, La Oración del Huerto, Ecce Homo, El Lavatorio de Pilatos, El Juicio Final. El segundo pintor, desgraciadamente no identificado todavía, pero llamado varias veces Maître aux Armures (El Maestro Armero) o el Maestro de los Rostros Siniestros, fué un excelente pintor, aunque más anticuado y gótico. Se especializó en cosas como metales y brocados y, en general, fué más decorativo que F e r n a n d o . Pintó El Caos, La Creación de Eva, Jesús entre los Doctores^ Las Tentaciones, La Transfiguración, Jesús en Casa de Simón, La Cena, El Camino del Calvario y La Resurrección. El tercer pintor se asemeja al segundo, pero es decididamente menos diestro, como se ve en sus dos paneles, La Crucifixión y El Descendimiento. El cuarto pintor, F r a n cisco, es, de hecho, un F e r n a n d o inepto, imitándole en La Curación del Ciego y La Traición de Jesús. Dos paneles, La Bodas de Cana y La Entrada en Jerusalén, representan los esfuerzos combinados de m á s de un pintor. La siguiente obra, un retablo en la Iglesia de San Lorenzo en Toro, es más pequeña. Se nota más la mano de Francisco, que ha mejorado notablemente. De aquí en adelante Francisco pintó otras obras, especialmente en Salamanca, y F e r n a n d o casi desaparece. Ciudad Rodrigo fué sitiada dos veces dur a n t e la Guerra de Independencia : en 1810 y de nuevo en 1812, y las p i n t u r a s del retablo sufrieron daños. Removidas de la catedral, fueron vendidas en 1877. Aparecieron en manos de un comerciante en objetos de arte en Madrid y, en 1882, en la Colección Cook de Richmond, Londres. La Fundación Samuel H . Kress adquirió las p i n t u r a s en 1954, y después de esta fecha han sido r e s t a u r a d a s por completo. Fueron presentadas al público en la Universidad de Arizona, en Tucson, en abril de 1960. ROBERT M. QUINN EL DESARME Y LA ECONOMÍA NORTEAMERICANA PUNTO DE VISTA DE UN ECONOMISTA por el Doctor Harold Baréer Profesor de Economía de la Universidad de Columbia Se oye a veces en el extranjero preguntar lo que rara vez se escucha en los Estados Unidos : ¿Cómo pueden los gobernantes norteamericanos desear, desear verdaderamente, incluso un desarme limitado cuando saben que ello traería consigo una crisis económica y el aumento de los obreros sin trabajo en los Estados Unidos? Puede contestarse la p r e g u n t a categóricamente diciendo que los gobernantes no saben semejante cosa. Lo que sí saben es que esa extraordinaria suposición carece de base si se consideran los hechos del funcionamiento de la economía norteamericana. La verdad es que apenas el diez por ciento de la producción de este país está formada por armas y productos destinados a las Fuerzas Armadas. Consideremos esa cifra del diez por ciento e imaginemos que un plan de desarme digno de confianza nos permitiera dejar de fabricar a r m a m e n t o . ¿ Qué le ocurriría a la economía norteamericana ? Sin duda de ninguna clase, la primera persona que arrojaría al aire su sombrero con sincero alborozo sería el contribuyente americano. Los americanos celebrarían el verse libres de tan pesada carga. Eso es cierto, pero ¿ qué diremos de los soldados, los marineros y los aviadores que están en filas ? ¿Y los obreros que trabajan en las fábricas de proyectiles autopropulsados? ¿Y los ingenieros y hombres de ciencia que se ocupan en la investigación de nuevas armas? ¿Qué ocupación encontrarían? ¿ E n dónde hallarían trabajo ? En los Estados Unidos todavía llamamos a filas a hombres jóvenes. La ambición de casi todos ellos —lo sé, y soy profesor en una universidad— es librarse del yugo de los deberes militares y volver a la vida de paisano. Los trabajadores están enormemente interesados en la paz. Pocos obreros prefirirían quedarse en fábricas de a r m a m e n t o , en las que la seguridad de empleo es precaria debido a las mudanzas de los planes militares y al desarrollo de nuevos ingenios bélicos que truecan rápidamente en anticuados los más modernos. E n cuanto a los ingenieros y científicos, muchos de ellos han tenido que abandonar planes pensados p a r a tiempos de paz y aplicarse a t r a b a j a r urgentemente en problemas militares de índole transitoria. Sin embargo, aunque los soldados, los obreros de las fábricas y los hombres de ciencia prefieran t r a b a j a r en una industria de paz, ¿ en dónde encontrarían trabajo ? El cese de los gastos militares, ¿ supondría un aumento de puestos remunerados de naturaleza civil? ¿ Acaso ese diez por ciento que Norteamérica gasta en armamentos no es lo que sostiene toda su economía ? Ese es el error fundamental, la falacia básica sobre los que se alza la argumentación de quienes creen que Norteamérica «no puede permitirse desarmarse». Lo cierto es que las necesidades militares han sido una tremenda rémora p a r a el desarrollo pacífico. Librados de la carga de soportar la organización militar, los contribuyentes norteamericanos podrían al fin comprar las casas, sufragar los gastos de educación, obtener los cuidados médicos y las vacaciones que hoy día no pueden permitirse. Las empresas comerciales podrían olvidar los caprichos del «mercado militar» p a r a hacer planes a largo plazo p a r a la paz, y t a m bién r e a n u d a r su trabajo de investigación con vistas a mejorar productos destinados al mer- cado normal, actividades que muchas empresas han tenido que suspender. Nuestro Gobierno Federal- tendría dinero disponible p a r a investigaciones médicas, p a r a servicios sanitarios, escuelas, desaparición de suburbios y desarrollo de la riqueza. Este historial de gastos públicos civiles reducidos, de necesidades públicas que no son atendidas debidamente y de iniciativas p a r t i culares muertas que el programa de defensa ha causado constituye \ i n a fiel semblanza de la Norteamérica de hoy. La verdad es que el contribuyente anhela verse libre de la carga de los gastos militares y que el legislador desea no menos vivamente poder disponer de fondos p a r a atender necesidades públicas que han quedado sin atender d u r a n t e largo tiempo. ¿De dónde, pues, sale esa idea de que los gastos de defensa son un sostén indispensable de nuestra economía? Creo que, en p a r t e , proviene de la antigua falacia del bosque y los árboles. Puede percibirse claramente el bosque, pues los gastos militares se miden en miles de millones d e dólares y los hombres empleados en trabajos de defensa ascienden a cientos de miles. Pero no vemos los árboles. No resulta fácil al observador contar los innumerables proyectos particulares de inversión que h a n resultado ahogados, los planes de gastos públicos que h a n sido archivados, porque se necesitaba dinero p a r a la defensa. Si pudieran reducirse los gastos militares, llegaría el día venturoso en que todos estos proyectos podrían una vez más considerarse factibles. Ahí están los árboles, y sin ellos menester será reconocer que no habría bosque. Quienes arguyen que al cesar los gastos de defensa sobrevendría u n a crisis económica en los Estados Unidos emplean otro argumento aún. Aunque la demanda civil — t a n t o pública como privada— puede suponerse, en efecto, que compensaría los efectos rápidamente, ¿ qué se puede decir —preguntan— de la nueva distribución de fuerzas laborales? ¿Acaso los soldados pueden enseñar en las escuelas? ¿Pueden los obreros de las fábricas de proyectiles autónomos dedicarse a Ja limpieza de los suburbios? ¿Son capaces los ingenieros de dedicarse a la investigación médica? La contestación forzosamente ha de ser que no. La eliminación completa y fulminante de todos los gastos militares en los Estados Unidos supondría evidentemente dificultades par a algunas personas y algunas empresas. Pero aunque no debemos echar en olvido esto, tampoco debemos atribuirle u n a importancia excesiva. En primer lugar, tales dificultades son pasajeras. E s completamente falso que los obreros sientan preferencia por construir submarinos de propulsión nuclear mejor que centrales atómicas eléctricas para usos pacíficos. Los banqueros de Wall Street consideran la producción bélica menos provechosa, no más, que la producción' de artículos de consumo. Los beneficios de la empresa Du Pont, fabricante de productos químicos —una de las principales productoras de productos bélicos en las pasadas guerras—, han sido siempre inferiores en tiempo de guerra que en tiempo de paz. Mas quizá el argumento que encuentro más convincente p a r a demostrar la capacidad de reajuste de la economía norteamericana es la experiencia que de ello tenemos. Los Estados Unidos han liquidado rápidamente un vasto p r o g r a m a de gastos militares y vuelto a una economía de paz en más de una ocasión. El caso más reciente es el de los años 1945 y 1946, al acabar la segunda guerra mundial, cuando los gastos civiles reemplazaron los gastos militares sin apenas desajustes perceptibles, y eso cuando la producción militar representaba el 40 por ciento de la producción industrial total, y no el 10 por 100. Hubo algunas personas que sufrieron con el cambio, qué duda cabe. F u é menester acometer un vasto p r o g r a m a de educación y adiestramiento p a r a los licenciados de las Fuerzas A r m a d a s . Pero se llevó a cabo, y aquello constituyó u n problema mucho más serio que el que estamos considerando. No es posible encontrar en la Historia argumentos que apoyen la tpsis de que el desarme llevaría consigo una catástrofe económica en los Estados Unidos. Y dicen algunos : ¿ Si eso es cierto, por qué no cesa los Estados Unidos de a r m a r s e ? La respuesta es que no deseamos correr el peligro de ser aniquilados por aquellos que seguirían a r m a d o s . · Esa es la razón por la cual hemos insistido t a n t o en lograr un pacto de desarme que prevea la inspección y el control internacional de la producción de a r m a s . Pues tal pacto haría posible p a r a todas las naciones, incluído los Estados Unidos, el desarmarse en los plazos y a la predeterminada velocidad necesarios p a r a eliminar el m u t u o ' recelo. £1 áeauto obteto ¿Con qué seguridad económica cuenta el trabajador norteamericano? Los altos jornales aseguran a la mayoría de los trabajadores un cómodo nivel de vida. Desde 1939 h a s t a 1959 el jornal «verdadero», o poder adquisitivo, del trabajador industrial promedio a u m e n t ó en un 62 por ciento. Además de los salarios, los trabajadores reciben beneficios de una variedad de planes gubernamentales, sindicales y patronales, y ciertas prestaciones sociales que les aseguran que no p a s a r á n necesidades. Estos planes y prestaciones protegen al obrero cuando no tiene trabajo, se jubila o está incapacitado p a r a t r a b a j a r . Los beneficios se extienden también a su familia, inclusive a los deudos del trabajador que fallece. Se calcula que p a r a 1960 estos beneficios adicionales a u m e n t a b a n en un 14 por ciento los emolumentos de empleados de oficina y los jornales de los trabajadores industriales. ¿Cómo lograron los trabajadores esta protección? Se aprobaron leyes estatales y federales p a r a g a r a n t i z a r al trabajador una seguridad básica. E n la mayoría de los casos se obtuvieron beneficios de los patronos mediante la negociación entre los sindicatos en nombre de los trabajadores y los patronos. ¿Cómo se garantiza un jornal que permita cubrir el costo de la vida? H a y una ley federal que dispone que todos los trabajadores empleados en la producción destinada al comercio' interestatal —unos 24 millones— deben recibir un salario mínimo de un dólar· por hora. Las leyes de salario mínimo vigentes en t r e i n t a y tres estados, Puerto Rico y el Distrito de Columbia protegen las escalas de salario de millones de trabajadores más. E n los estados donde el salario mínimo no está fijado por ley muchos p a t r o nos han a u m e n t a d o los jornales de sus empleados p a r a impedir que abandonen sus fábricas y se coloquen en industrias que p a g a n salarios más altos. ¿Se paga un tipo más alto por trabajo en horas extraordinarias? La ley federal de salario mínimo dispone en A/otteamétlca que debe pagarse una compensación adicional equivalente al 50 por ciento del jornal regular por cada hora que se trabaje, después de las cuarenta semanales prescritas por ley. E s t a práctica se observa ampliamente en la industria norteamericana, aun en los lugares donde no lo exige la ley. ¿Cuántos días de vacaciones se conceden? El 96 por ciento de las industrias conceden anualmente a sus empleados dos semanas o más de vacaciones con sueldo. A los empleados de oficina se concede el mismo número de días o más. Además, la mayoría de los empleados disfrutan anualmente de siete días festivos remunerados. ¿Se exige a los trabajadores que llenen anormas» o cuotas de producción? En general, la industria norteamericana funciona conforme al principio de un salario justo por una j o r n a d a justa. Los contratos obrero-patronales establecen los tipos de salario o los procedimientos, conforme a los cuales se determinarán los mismos. No hay normas de producción establecidas por ley. E x cepción hecha de los aprendices, todos los t r a bajadores reciben pago igual por trabajo de igual valor. En el caso de ciertas industrias que emplean el sistema de destajo, como es el caso de la del vestido, los patronos pueden fijar normas del tipo mencionado. E n otras, donde se usa un sistema de pago de incentivo, todos los trabajadores en talleres individuales o los de la fábrica entera reciben bonos, cuyo importe depende del volumen total de producción. Todos los años se p a g a n millones de dólares a trabajadores que formulan sugestiones útiles p a r a ampliar la producción o aument a r la eficiencia en la fábrica. H a habido casos en que trabajadores individuales h a n recibido hasta el equivalente de un año de sueldo por este tipo de sugestiones. ¿Cuál es el alcance de los beneficios de jubilación y seguro de enfermedad en í# i'wdustria? Alrededor de u n a c u a r t a p a r t e de los t r a bajadores están en la actualidad protegidos por planes de pensión. Casi una quinta p a r t e de todos los trabajadores están cubiertos por planes colectivos de seguro de vida y de enfermedad (o por ambos), establecidos como resultado de negociación colectiva. Los planes de enfermedad cubren los gastos de hospitalieación y cirugía, y, con frecuencia, otros gastos médicos. Generalmente protegen t a n t o al trabajador como a sus familiares dependientes. Los planes de vida y enfermedad también cubren a g r a n número de empleados «de cuello blanco» que no pertenecen al sindicato. ¿Cuántos trabajadores están cubiertos por planes de participación en las ganancias? Se estima que en 1958 unos 20.000 patronos compartían las ganancias con millón y medio o dos millones de trabajadores. Estos obreros reciben a n u a l m e n t e , .además de sus jornales, un porcentaje de las ganancias de la compañía. Algunas firmas han establecido programas de ahorro o inversiones. Los trabajadores en estas compañías pueden invertir fondos en bonos y valores de la compañía p a r a la cual t r a b a j a n , o de otras compañías, pagando una pequeña porción de sus jornales a un agente fiduciario. Como promedio, los patronos contribuyen con una suma equivalente al 50 por ciento de Ja cantidad p a g a d a por cada trabajador. Los sindicatos obreros usualmente prefieren recibir otro tipo de beneficios en lugar de participar en las ganancias o en planes de inversiones. (Sin e m b a r g o , el sindicato de Trabajadores Unidos del Automóvil, que tiene casi un millón de miembros, ha propuesto la iniciación de un p r o g r a m a de participación en las ganancias de dicha industria.) Actualmente está en vigencia un plan que afecta a más de cuatro millones de trabajadores en las industrias siderúrgica, del automóvil, aluminio y construcción de aeronaves, .en virtud del cual los jornales fluctúan conforme a los cambios en el costo de la vida. Además de los cambios que resultan de la negociación colectiva, cada vez que se registra u n cambio general en los precios a los consumidores los jornales a u t o m á t i c a m e n t e suben o bajan. ¿Qué beneficios especiales ofrecen los sindicatos obreros a sus miembros? Algunos sindicatos grandes ofrecen a los trabajadores una g r a n variedad de servicios especiales, viviendas económicas, campos p a r a veraneo, becas por concurso a sus hijos, anteojos o gafas sin costo alguno, medicinas a precios reducidos y cursos educativos. Algunos de estos beneficios están financiados en su totalidad por los sindicatos, otros t o t a l o parcialmente, con contribuciones de los patronos. ¿Qué protección tiene el trabajador desempleado? Alrededor del 80 por ciento de todos los jornaleros están protegidos por las disposiciones del sistema federal-estatal de seguros contra el desempleo. D u r a n t e el tiempo en que está desempleado, el trabajador recibe un pago semanal sustancial d u r a n t e un período de dieciséis a t r e i n t a semanas (el monto y la duración de los pagos depende de las leyes respectivas de cada estado y del jornal que g a n a b a anteriormente). Los ingresos en concepto de impuestos con que se financia este sistema provienen exclusivamente de los patronos (excepción hecha de tres estados, donde los trabajadores también contribuyen). Además, un total de alrededor de 3,5 millones de trabajadores industriales están protegidos por dos p r o g r a m a s más establecidos como resultado de negociaciones entre los patronos y los sindicatos obreros. Uno de ellos consiste en un sistema de beneficios complementarios por desempleo. Estos beneficios los paga el p a t r o n o directamente a los trabajadores desempleados con el objeto de suminist r a r (en combinación con el seguro estatal de desempleo) un pago semanal equivalente a a p r o x i m a d a m e n t e dos terceras p a r t e s del jornal semanal del trabajador. Un plan de «salario anual garantizado», del mismo tipo, también agrega un pago por el p a t r o n o al fondo de seguro contra desempleo, a fin de g a r a n t i z a r al trabajador unas dos terceras p a r t e s de su jornal corriente Los planes de salario complementario h a n estado en vigencia en gran escala desde 1955. ¿Cómo puede obtener un trabajador los beneficios gubernamentales en caso de desempleo? Se inscribe en una oficina g u b e r n a m e n t a l de empleos. E n caso de que no h a y a n empleos disponibles presenta u n a solicitud p a r a que se le pague la cuota semanal correspondiente por desempleo. De continuar desempleado después de vencer el plazo de estos pagos, puede solicitar asistencia de bienestar público, que constituye un beneficio diferente del seguro contra desempleo. LOS SEMICONDUCTORES îàtm uu<>àbciowmdo< ία ¿ndubfoia dedtowUca Recientemente, en la región sur de California, un avión interceptor a reacción, de g r a n velocidad, despegó de un campo de aviación y en pocos segundos se perdió de vista hacia el Océano Pacífico. Elevándose verticalmente hacia la estratosfera, viró súbitamente, derrapando sobre una de sus alas a velocidad supersónica, p a r a a t a c a r a un bombardero «enemigo» que volaba a g r a n a l t u r a . R e g a t e a n d o de izquierda a derecha y de arriba a abajo p a r a eludir el simulado fuego defensivo del b o m b a r d e r o , el interceptor cerró batalla con su objetivo, alcanzándole con tres impactos de sus proyectiles dirigidos autopropulsados, virando de nuevo en dirección del r u m b o hacia su base aérea. Pocos minutos después, frenando su velocidad, picó en descenso p a r a aterrizar, una vez realizada su misión de maniobras. D u r a n t e todo su vuelo y maniobra, ningún piloto h u m a n o tocó los mandos del reactor. Todos sus movimientos fueron dirigidos por un equipo electrónico miniaturizado conteninido en u n a serie de pequeñas cajas metálicas negras instaladas en el avión. E s t a s llamadas «cajas negras», acopladas a los mandos del reactor, le gobiernan con una precisión superior a la de un piloto h u m a n o . No visible en este vuelo, que se h a repetido ahora incontables veces, había un pequeño dispositivo no m a y o r que un grano de arroz : el semiconductor. Miles de semiconductores, dispuestos en las «cajas negras» en forma parecida a la de las células cerebrales h u m a n a s , gobernaron y dirigieron los movimientos del avión. Lo que muchas personas se p r e g u n t a n hoy día es, ¿qué son estos interesantes semiconductores? La contestación más sencilla a esta pregunta es : Los semiconductores son unos minúsculos dispositivos que realizan el mismo trabajo aproximadamente que las válvulas de vacío en los receptores de radio y otros dispositivos electrónicos. U n a de las funciones principales de ambos, t a n t o las válvulas de vacío como los semiconductores, es cambiar, o «rectificar», la corriente alterna en continua. Este principio rectificador es la base de muchos dispositivos electrónicos que van desde los aparatos de televisión a las calculadoras digitales, o «cerebros electrónicos». Sin embargo, los semiconductores rectifican la corriente mucho más directa y sencillamente que las válvulas de vacío. Además, funcionan con cantidades de corriente eléctrica mucho m á s pequeñas, reaccionan perfectamente a t e m p e r a t u r a s extremas y no los afectan las vibraciones, que destruirían una válvula de vacío en unos minutos. El semiconductor toma su nombre de los materiales que intervienen en su construc- ción. Son elementos y mezclas que son semejantes a los metales, pero que no conducen la electricidad t a n bien como éstos. P o r esta razón se les llama conductores parciales o semiconductores. U n o de estos materiales es el silicón. Otro es el germanio. Cuando estos elementos semiconductores son absolutamente puros, dejan de ser conductores de corriente eléctrica en absoluto. Pero cuando pequeñas cantidades —una parte en un millón— de las llamadas «impurezas» se mezclan con ellos, los semiconductores conducirán electricidad en un sentido, pero no en el contrario. L a t a r e a de añadir «impurezas» al silicón o al germanio p a r a convertirlos en semiconductores es un trabajo increíblemente difícil. «Mezclar 1 p a r t e de arsénico con 1.000.000 de p a r t e s de germanio puro es t a n «sencillo» como condimentar 6 camiones tanques de sopa con una cucharada de sal», dice el escritor científico Clyde Hostetter, en «Science Digest». Empleando o t r a comparación, dice : «O imaginemos un muro de ladrillos blancos de 1,80 metros de alto tendido de San Francisco a Los Angeles. Ahora, tomemos un ladrillo rojo y por el procedimiento que quiera mezclémoslo con todos los ladrillos blancos, de forma que cada uno de ellos tenga el mismo color rosado. Esto es exactamente lo que los fabricantes de semiconductores deben realizar.» El g r a n cambio hacia los semiconductores ha tenido lugar en el campo de la electrónica, donde se están realizando más rápidamente —como en las unidades de dirección en los proyectiles autopropulsados y aviones militares— las «cajas negras» mencionadas al principio de este artículo. Pero la gran revolución efectiva a que está dando lugar el desarrollo de los semiconductores está j u s t a m e n t e iniciándose. Es en el campo de los negocios y de la industria donde las calculadoras del t a m a ñ o de una mesa de despacho están empezando a construirse con semiconductores en lugar de válvulas de vacío. Muy pronto h a b r á pequeñas h e r r a m i e n t a s mecánicas y artefactos de cocina accionados por corriente continua, convertida de alterna mediante dispositivos semiconductores del tamaño del dedo meñique. Los a p a r a t o s de TV accionados por baterías que están actualmente en desarrollo emplean semiconductores. Esto es solamente el principio. Se abrió recientemente en Los Angeles una factoría a u t o m á t i c a que utiliza semiconductores en sus puntos claves de gobierno. Los circuitos ocupan el espacio de unos cuatro libros, aunque las máquinas que gobiernan realicen su labor metalúrgica con g r a n exactitud y 20 veces más rápido que los maquinistas humanos. Dispositivos electrónicos compactos como el citado revolucionarán el campo de la automatización en unos pocos años. Dicen los científicos y los ingenieros que entonces h a b r á dado principio verdaderamente la era dorada de la electrónica. LOS INDAGADORES Pocas personas son más inquisitivas que los hombres y mujeres que forman el claustro de profesores de una universidad moderna. Su misión es serlo : formular preguntas, no aceptar ningún «hecho» como definitivo, poner/en tela de juicio cosas que la mayoría de las personas consideran como incuestionables. También es su misión estimular a los jóvenes, sus alumnos, para que adopten actitudes semejantes, actitudes que tienen como resultado una inquieta búsqueda de la verdad acerca del hombre y su contorno. En los Estados Unidos, la formación de los licenciados, que dedica atención especial a la investigación, comienza generalmente una vez que se h a n cursado cuatro años de estudios universitarios. Tal y como puede apreciarse en las fotografías adjuntas, hechas en la Universidad Johns Hopkins,' en Baltimore (Maryland), pocos campos del conocimiento y pocos de los oscuros rincones de la ignorancia h u m a n a escapan al interés de los intelectuales de la Universidad. Sus preguntas van desde la edad de la Tierra a la derrota de las enfermedades. La Universidad Johns Hopkins es una institución joven que en 1960 cuenta sólo 84 años. Pero fué la primera en los Estados Uni- dos que utilizó los métodos de estudio europeos, que ahora son corrientes en todas las universidades norteamericanas : los seminarios, los exámenes orales rigurosos, la investigación independiente por p a r t e de los estudiantes y los miembros del claustro y las disertaciones que hacen aportaciones originales a los conocimientos h u m a n o s . L a F a c u l t a d de Medicina de Johns Hopkins revolucionó el estudio de la medicina, t a n t o en los Estados Unidos como en otros países. Como muchas destacadas universidades y centros docentes norteamericanos, J o h n s Hopkins es independiente de la jurisdicción g u b e r n a m e n t a l , aunque algunos de sus intelectuales llevan a cabo investigaciones para el Gobierno con arreglo a un contrato. Los verdaderos recursos financieros de la Universidad proceden de fuentes privadas y de las matrículas que p a g a n los alumnos. E s t a s cubren sólo una pequeña p a r t e del costo ds la formación de los estudiantes ; la diferencia es cubierta por las donaciones y por los ingresos que producen las inversiones d¡e los fondos de la Universidad. Tal programa financiero es una de las garantías de la libertad académica en la enseñanza norteamericana. I Para las personas que conocen el idioma inglés y para aquéllas que en periodo de aprendizaje tienen interés en practicarlo, La Voz de América transmite todos los días los siguientes programas: