solemnidad del corpus christi `13

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SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI ‘13
La Iglesia vive de la EUCARISTIA. “... En la santísima
Eucaristía se contiene todo el bien espiritual de la
Iglesia”. (PO 5).
San Lucas nos presenta la multiplicación de los panes
como una Eucaristía. Usa cinco verbos: tomar, alzar los ojos,
bendecir, partir y dar(v.16).
Jesús provoca y enseña a los discípulos: “Dadles
vosotros de comer”.
Dijo el Papa Francisco en la Homilia del Corpus:
“Partiendo de esta frase me dejo guiar por tres
palabras: seguimiento, comunión, compartir.
1. ¿Quiénes son aquellos a los que dar de comer? Es la multitud.
Jesús está en medio de la gente, la acoge, le habla, la cura, le muestra la
misericordia de Dios. Y la gente le sigue, le escucha, porque Jesús habla y
actúa de modo nuevo, con la autoridad de quien es auténtico y coherente, de
quien habla y actúa con verdad, de quien da la esperanza que viene de Dios,
de quien es revelación del Rostro de un Dios que es amor. Y la gente, con
alegría, bendice a Dios.
- HOY “nosotros somos la multitud del Evangelio; también nosotros
tratamos de seguir a Jesús para escucharle, para entrar en comunión con El en
la Eucaristía, para acompañarle y para que nos acompañe. Jesús habla en
silencio en el Misterio de la Eucaristía - Cuerpo entregado y Sangre derramada.
2. ... Frente a la necesidad de la multitud, la solución que se les ocurre
a los discípulos es¡despedir a la multitud! ¡Cuántas veces nosotros los
cristianos tenemos esta tentación! No hacernos cargo de las necesidades de
los otros.
La solución de Jesús sorprende a los discípulos: "Dadles vosotros
mismos de comer". ¿Pero cómo es posible?... Jesús no se desanima: pide a
los discípulos que hagan sentarse a la gente, alza los ojos al cielo, recita la
bendición, parte los panes y los da a los discípulos para que los distribuyan. Es
un momento de profunda comunión: la gente que ha acogido la palabra del
Señor, es ahora nutrida por su pan de vida. “Comieron todos y se saciaron”,
anota el evangelista.
- También nosotros estamos en torno a la mesa del Señor, a la mesa
del Sacrificio eucarístico, en el que El nos da una vez más su cuerpo, hace
presente el único sacrificio de la Cruz. Y en el escuchar su Palabra, en el
nutrirnos de su Cuerpo y Sangre, El nos hace pasar de ser multitud a ser
comunidad, del anonimato a la comunión. La Eucaristía es el Sacramento
de la comunión, que nos hace salir del individualismo para vivir juntos el
seguimiento, la fe en El. Entonces deberemos preguntarnos todos ante el
Señor: ¿cómo vivo yo la Eucaristía? ¿La vivo en modo anónimo o como
momento de verdadera comunión con el Señor, pero también con tantos
hermanos y hermanas que comparten esta misma misa? ¿Cómo son nuestras
celebraciones eucarísticas?
3. “Dadles vosotros de comer”: “Dar”, compartir. ¿Qué cosa comparten
los discípulos? Lo poco que tienen: cinco panes y dos peces. Pero son
justamente estos panes y estos peces los que en las manos del Señor sacian a
toda la multitud.
Y esto nos dice que en la Iglesia, pero también en la sociedad, una
palabra clave de la que no debemos tener miedo es: “solidaridad”, saber dar,
o sea, poner a disposición de Dios todo lo que tenemos, nuestras humildes
capacidades, porque solamente compartiendo, en el don, nuestra vida será
fecunda, dará fruto. Solidaridad: !una palabra mal vista por el espíritu mundano!
- Nosotros sentimos la “solidaridad de Dios” con el hombre: Dios se
vuelve cercano a nosotros, en el sacrificio de la Cruz se humilla entrando en la
oscuridad de la muerte para darnos su vida, que vence el mal, el egoísmo y la
muerte.
Jesús hoy también se dona a nosotros en la eucaristía, comparte
muestro mismo camino, más aún se hace alimento, el verdadero alimento que
sustenta nuestra vida.
En la eucaristía el Señor nos hace recorrer su camino, el del servicio, el
compartir, el don. Lo poco que tenemos, lo poco que somos, si se comparte se
vuelve riqueza, porque la potencia de Dios, que es la del amor, baja dentro de
nuestra pobreza para transformarla.
Preguntémonos entonces adorando a Cristo realmente presente en la
eucaristía: ¿Me dejo transformar por Él? ¿Dejo que el Señor que se dona a mi
me guíe para hacerme salir de mi pequeño recinto, para salir y no tener
miedo de donarme, de compartir, de amarLe y de amar a los otros?
Seguimiento, comunión, compartir. Recemos para que la
participación en la eucaristía nos incite siempre: a seguir al Señor cada día, a
ser instrumentos de comunión, a compartir con Él y con nuestro prójimo lo que
somos. Entonces nuestra existencia será verdaderamente fecunda”. (Cf
Homilia Fiesta del Corpus en san Juan de Letrán, 30-V-13)
Día de caridad: “Cáritas es parte esencial de la Iglesia” porque “una
Iglesia sin caridad no existe”. Cáritas es la Iglesia en el ejercicio de su amor
y servicio a los pobres. “La fe sin la caridad no da fruto... La fe y el amor se
necesitan mutuamente”.
Cáritas no es una ONG. En este día de la Caridad, DAMOS GRACIAS
A DIOS, porque, entre nosotros, AQUI EN LA PARROQUIA, “Muchos cristianos
dedican sus vidas con amor a quien está solo, marginado o excluido, como el
primero a quien hay que atender y el más importante que socorrer, porque
precisamente en él se refleja el rostro mismo de Cristo. Gracias a la fe
podemos reconocer en quienes piden nuestro amor el rostro del Señor
resucitado. «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más
pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40) (Porta fídei 14).
“Cáritas no es una ONG. Es una de las dimensiones esenciales de la
Iglesia; tiene identidad eclesial propia; es la dimensión de la caridad de la
Iglesia y nos lleva a sumir unas tareas de dignificación humana”. “O pertenezco
a una ONG o pertenezco a Cáritas. Si perteneces a Cáritas, déjate cambiar la
vida; un estilo de vida en cercanía y solidaridad con la carne de tu hermano.
Para esto hace falta mucha oración. Vivir la Caridad exige renunciar a toda
mundanidad, a vivir mundanamente para dejar sitio a a Cristo. Quien trabaja
así en Cáritas suscita esperanza” (Card. Bergoglio).
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