¿ CÓMO PODEMOS AFRONTAR EL ESTRÉS PROFESIONAL

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LUSIÓN : O PC ION ES Y
LTE RN AT IVA S.
Ponente. Elena
familia y grupo.
Herrera
Martin-Caro. Psicóloga. Psicoterapeuta de
Los Profesionales que trabajan en contextos residenciales
afrontan situaciones relacionales complejas ante las cuales es
difícil manejarse.
A esto se añade que, en algunas ocasiones y desde los ámbitos
Institucionales se entiende que la tarea de " ayudar y cuidar" a
personas que necesitan apoyos es un cometido sencillo, que no
requiere formación - ni inicial ni continuada - ni una valoración de la
adecuación de los recursos personales al trabajo requerido.
En un espacio de convivencia continuado,
tanto las personas
atendidas como las personas que atienden - éstos últimos, recursos
pagados o no- se ven envueltos en situaciones que les implican
emocionalmente de manera intensa.
Se da importancia, y esto es necesario, a los aspectos de
seguridad, de organización interna y al calendario de horarios y
actividades pero a veces no se valoran suficientemente
los
aspectos más fundamentales que tienen que ver, no sólo, con
el grado de bienestar del usuario -que podemos reconocer desde
fuera
atendiendo
a
parámetros relacionados
con un
mayor
crecimiento en su proyecto individual personal- sino también, con
el grado de satisfacción de su experiencia con-vivencial -expresado
por él mismo- así como,
con el grado de satisfacción del
profesional/voluntario
que es el proveedor
de
los
servicios
demandados.
Por tanto, sería bueno que recordáramos, algo que es obvio, pero
que olvidamos y es que la tarea de entrenar a personas "pobres"
en experiencias sociales relacionales, es compleja.
También sabemos que es una tarea que nos " mueve " y nos
"con-mueve"
y que nos brinda una oportunidad espléndida, a
nosotros los
profesionales
y voluntarios
-si es que así lo
entendemos- para poder aprender y crecer en nuestra evolución
profesional y personal.
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Hay diferentes situaciones que pueden generar malestar en los
profesionales
y entre otras posibles, pensemos, en dos
ejemplos que abarcan los extremos de un continuo.
En primer lugar, pensemos, por ejemplo, en un educador joven,
que, en lo personal, está afrontando el momento de la separación
de su propia familia de origen y que en su primera experiencia
laboral se ve
forzado a dar respuesta a problemas de los
usuarios - malos -entendidos con el sistema familiar, desajustes
laborales,
encuentros y des-encuentros en la constitución y el
mantenimiento de las relaciones de pareja, dificultades relacionales
con grupos de iguales con o sin limitaciones cognitivas, etc. -que
exceden, con mucho, su propia experiencia vital.
Este profesional va a verse expuesto a tensiones que le pueden
desbordar y que le pueden inducir a mantener ideas equivocadas,
del tipo de "soy incapaz e incompetente ", " me he equivocado de
profesión " o " yo no sirvo para esto ".
Esta situación se podría agravar, en el caso, de que no pudiera
recibir asesoramiento de algún profesional con más experiencia
en el campo que le ayudara
a tomar una mayor distancia
emocional y a poner lo sucedido en perspectiva.
En un segundo lugar, pensemos, también, por ejemplo, en un
profesional que lleva años trabajando en contextos residenciales y que
está desmotivado y desea cambiar a otros horizontes laborales
o que está frustrado porque ha fracasado en sus intentos de
cambiar algunos aspectos organizativos o
bien pensemos en la
presión que unos horarios rígidos pueden suponer para
una
madre / trabajadora cuando éstos no le permiten atender a sus
responsabilidades familiares.
La tarea se puede afrontar desde la frustración o desde la
ilusión y los profesionales podemos elegir --- más allá de la
precariedad laboral, de la a veces baja consideración social y
retributiva y de la calidad de las relaciones con la Institución a
la que pertenecemos --- desde qué lugar lo hacemos.
Desde la frustración, el profesional puede desconfiar de sus
propios recursos para responder ante situaciones complejas,
puede renunciar a apoyarse en su grupo de colegas a la hora
de expresar y ventilar sus frustraciones
y confusiones, puede
aislarse pensando que " esto sólo le pasa a él " y puede no
pedir ayuda a algún otro colega --- de dentro o fuera de la
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organización --- con más experiencia, lo que le permitiría tomar
una mayor distancia emocional y poner la situación en
perspectiva.
Desde la frustración, el profesional puede aumentar su
"círculo
de preocupación " --- el problema
le ocupa toda la cabeza de
manera ansiosa y no-productiva, lo que le impide estar "presente"
en las relaciones con los demás --- y
puede disminuir su
"círculo de influencia". Influencia para elegir, actuar, aprender de la
experiencia e introducir los ajustes aprendidos en su
próxima
elección y actuación.
Desde la frustración, es mayor el temor a fracasar, y se genera
una especial sensibilidad ante los comentarios de los demás --colegas
o no --- que se redefinen precipitadamente como
"críticas personales ".
Desde la frustración se tiende al perfeccionismo y las palabras
"regular y suficiente"
hace tiempo que han sido borradas del
vocabulario, se aceptan encargos para ser cumplidos en unos plazos
que se sabe de antemano que son irrealizables para agradar, ser
aceptados y pertenecer al grupo de iguales y se valoran sobre
todo los resultados lo que impide disfrutar del propio proceso.
Desde la frustración toda nuestra energía psíquica se nos puede
consumir en un "pensar" alienado y empobrecedor que nos
impide usar de nuestra creatividad y flexibilidad como las
mejores herramientas para afrontar la complejidad del desafío que
supone siempre el trabajar con personas --- tengan éstas una
limitación cognitiva o no o tengan una condición crónica o no --.
Desde la ilusión, el profesional puede " confiar " en sí mismo para
construir respuestas creativas a los dilemas y situaciones que se
le
planteen
así
como
puede
"visualizar "
diferentes
alternativas y
diferentes " formas y maneras" de hacer las
cosas.
Desde la ilusión no "asusta " tanto pasar a la acción y actuar,
tomar decisiones, equivocarse, y fracasar.
Desde
la ilusión podemos " no - dramatizar "
tanto los
inevitables errores que van asociados a cualquier proceso de
aprendizaje que, como ya sabemos, sólo se produce a través de
" tanteos y errores ".
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El fracaso, los errores y la imperfección pueden ser
nuestros
aliados, pues es allí
donde se encuentra la
información
necesaria que nos permitirá valorar mejor la situación y tomar
medidas futuras más acertadas.
Desde la ilusión nos podemos instalar en la esperanza, que no es
una negación de las dificultades que entraña la tarea ni tampoco
es una visión edulcorada de la realidad sino que es la creencia
de
que hay otro sistema de explicaciones
alternativo que
podrá darme nuevos elementos para comprender
lo que me
preocupa, aunque yo en ese momento dado " no lo entienda" o
"no pueda solucionar y dar respuesta " a lo que ocurre.
Desde la ilusión puedo reconocer que " no sé " pero que puedo
"escuchar", "preguntar", ser paciente, confiar en el futuro, darme el
tiempo y toma rme con calma este "negocio" de las relaciones
humanas
que está lleno de incertidumbre y que es a la vez
apasionante y lleno de misterios.
Como profesional yo puedo elegir qué actitud despliego, esto
es, si elijo el camino de la frustración o si elijo el camino de la
ilusión, más allá de las dificultades que rodeen al trabajo que
realizo.
Hacerlo de una manera o de otra significa la diferencia entre perder
el
control
en
el
ámbito laboral y profesional --- con
las
implicaciones que esto tiene para la vida personal y familiar ---o
abrir la vía para un mayor enriquecimiento.
Podemos elegir por qué actitud optamos y esto
diferencia " en cómo nos relacionamos con el trabajo.
"hace una
Y si hacemos una elección consciente entre estos dos caminos,
entonces
es más posible
que
concedamos a los usuarios la
capacidad de elegir su propio estilo de vida.
La tesis que pretendo presentar es que si el profesional activa la
capacidad de elegir y tomar decisiones del usuario --- en todos
los aspectos de su vida --- esto
mejorará el clima de la
institución, facilitará que el usuario desarrolle al máximo sus
potenciales
como
Individuo más
autónomo y
hará
que el
profesional /voluntario
aumente su creatividad y su grado de
satisfacción y de ilusión o lo que es lo mismo disminuya el grado de
estrés.
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En toda organización en donde hay roles a-simétricos de poder
--- en donde hay unas personas que son atendidas y otras que
atienden de manera profesional --- sabemos
que si
los
"cuidadores/expertos" entran en rigidez y ejercen
autoritariamente
sus papeles --- no preguntando, no escuchando, no respetando
las diferencias individuales y no incorporando estas diferencias
individuales a los planes de vida cotidianos etc. ---, sabemos que
esto produce
como resultado que toda la organización
se
bloquee y se " cronifique " y de ahí hay un paso en que empiece a
tratar a los usuarios como " recipientes pasivos / objetos de
cuidado " .
Las relaciones se empobrecen y se "cosifican ", aumenta la
inercia institucional, se instala la apatía, el aburrimiento y la desidia
ante un horizonte diario predecible y rutinario dado que se ha
cancelado la posibilidad de introducir cambios en el plan diario de
los residentes así como de los profesionales / voluntarios.
En este escenario en donde los actores sociales ---los cuidados y los
cuidadores --- repiten
ya un guión diario pre-determinado, los
profesionales refieren desmotivación , perdida de sentido e ilusión
por la tarea y los usuarios al no ser respetados en su dignidad de
personas individuales --- al no poder elegir y diseñar su propio
estilo de vida y de futuro --- empeoran, se aíslan socialmente y
esto afecta su salud física y mental.
Por tanto el profesional tiene en sus manos el poder de elegir el
activar la capacidad de elección del propio usuario --- de la misma
manera que sabe que él mismo puede elegir entre exhibir una
actitud de frustración o de ilusión --- para definir su proyecto de
vida y por tanto introducir creatividad en el sistema al que también
pertenece y así disminuir fuentes de
tensión para todo el
sistema, él incluido.
Si el ritmo de lo que acontece, lo marca el usuario y es un ritmo
compartido, si los resultados no son un fracaso del profesional sino
que marcan los pasos que requiere el usuario para conformar su
aprendizaje social y relacional, si las frustraciones
que tiene que
manejar el usuario son oportunidades de
crecimiento,
que el
profesional no debe cancelar, entonces el profesional puede no
sobre-identificarse y no sobre-protegerle
puesto que sabe y
confía en las
fortalezas y recursos del usuario para salir
adelante.
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Si los sufrimientos y dificultades que se le presentan son la
"escuela de vida" que debe transitar el usuario para reconocer y
aceptar sus limitaciones de manera realista y para identificar y
usar
las
resistencias
y capacidades
que
posee para
responsabilizarse de y
construir su vida futura, si no hay que
"salvarle " de él mismo porque sabemos que saldrá adelante ---esto es, saldrá adelante usando de sus potencialidades personales
y de los recursos familiares, relacionales y sociales de los que
pueda
beneficiarse
--el profesional /voluntario
puede
"descansar " de su papel de rescatador y puede no sustituirle ni
sobrecargarse.
Puede permitir que pelee sus batallas y se frustre y fracase porque
confía, que con su ayuda y apoyo y con la ayuda y apoyo de sus
seres queridos y amigos podrá salir adelante a pesar de que a
veces se frene.
La ilusión y
la esperanza son los mejores antídotos que
conocemos contra el estrés. Nos recuerdan que hay alternativas y
que "no todo depende de nosotros, los expertos " y que si
respetamos el ritmo de las personas atendidas, animamos e
incentivamos su participación, valoramos sus contribuciones y las
incorporamos en el diseño de la organización, entonces, esto nos
permite, a los profesionales,
tener una mirada más serena, más
paciente, menos impulsiva y de mayor confianza en el proceso.
Trabajando
con
personas
con
limitaciones
cognitivas el
intercambio emocional puede ser
intenso sobre todo si tenemos
tendencia a sustituir, sobre -implicarnos emocionalmente y hablar
" en lugar de " los propios usuarios.
Pero si
entendemos que la tarea es una "responsabilidad
compartida", y que los objetivos y las metas han de ser marcados,
sobre todo, por las
personas que decimos
apoyar, entonces
podemos "aligerar " el peso que antes soportábamos "solos " --tanto éxitos como fracasos --- sobre nuestras espaldas.
Sabemos que
compartir
en verdad
la
tarea,
nos relaja
mentalmente y sabemos ahora también que esta serenidad ment al
afecta nuestro bienestar psíquico-físico, aumenta las defensas de
nuestro sistema inmunológico, inhibe la emisión de las hormonas
del estrés y enriquece nuestra capacidad de relajarnos, aflojar y
des-dramatizar lo que acontece.
Es la sobre-implicación emocional la que nos tensiona y sobre-carga.
Y esta sobre-implicación está fundada en la desconfianza en
que el usuario tenga fortalezas y recursos personales suficientes
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como para ser protagonista de su propia hi storia y construir su
propio proyecto de futuro de vida como Individuo.
Disminuiremos el estrés si somos capaces de "ver" a la persona
que decimos
apoyar
no como un "recipiente pasivo/ objeto de
cuidados" sino como un Individuo a entrenar y acompañar en sus
diferentes pasajes y transiciones del ciclo vital.
Disminuiremos nuestro estrés si elegimos
"descansar" del
papel de "salvar y curar" al usuario y
elegimos el papel de
"ser solidarios y empáticos " con una persona que está confusa y
desorientada, que es " pobre " en experiencias relacionales y
sociales, y que necesita ayuda
para
salir de su "rol de
dependencia aprendido " que sabemos que está amplificado por
la exclusión a que le somete el estigma social culturalmente
prescrito y que necesita apoyos
para construirse como una
persona más autónoma e independiente con un mayor control sobre
su propia vida.
El tomar el control sobre nuestro propio estilo de vida así como las
relaciones significativas con otros y con la comunidad aparecen
como los parámetros más sobresalientes para construirnos como
personas y evolucionar y tiene efectos sobre nuestra salud y
equilibrio mental.
Además sabemos
que es
un trabajo complejo puesto que la
persona con limitaciones cognitivas necesita especial apoyo para
salir de la "queja " paralizante en la que a veces se instala --que es consecuencia de que ha sido "entrenado" en su proceso de
socialización a posicionarse como " víctima desvalida" --- lo que
le hace percibirse como una persona mucho más incapaz de lo su
propia limitación podría justificar.
Introduciremos creatividad y salud en el contexto de atención si
activamos un "diálogo " con nuestros usuarios de servicios, les
preguntamos y escuchamos, les respetamos en la dignidad de sus
diferencias, les permitimos elegir, tomar decisiones y arriesgarse,
tomamos en cuenta sus ideas y aportaciones y permitimos que la
organización se vea definida sobre todo por sus estilos de vidas
individuales y no tanto por las comodidades de las necesidades
de los proveedores de servicios
Si conseguimos
estos logros en el contexto convivencial,
sabremos que estamos haciendo "una diferencia " en la vida de las
personas
que
apoyamos
y nos
procuraremos
las
mejores
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circunstancias
para desarrollar nuestra creatividad
satisfechos e ilusionados con nuestro trabajo.
y
sentirnos
El tema de cómo afrontar el estrés en los Profesionales es
complejo y se puede abordar desde otros muchos ángulos, sin
embargo me ha parecido importante enfatizar estos aspectos arriba
reseñados porque pienso que especialmente en los contextos
residenciales, dan claves para entender los parámetros que explican
el bienestar de todos los componentes del sistema.
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BIBLIOGRAFIA
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Ed. De viva voz. Junio 1999.
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Ed. Seix Barral.
Marzo 2001.
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• Teoría de los sentimientos, Carlos Castilla del Pino.
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