Ilusiones - Casa Daros

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ESPAÑOL
Una ilusión puede consistir en una imagen idealizada, una quimera o un autoengaño. Nuestra vida
está llena de ilusiones. Sin embargo, no es algo que nos guste percibir. Por eso, para que sea más
fácil sobrevivir, existe, casi como antítesis, el concepto de realidad, y con gusto (aunque a menudo
trabajosa y convulsivamente) intentamos aferrarnos a él.
La muestra Ilusiones abre la mirada a espacios polisémicos y complejos, difíciles de interpretar, que
oscilan entre la supuesta realidad y la llamada ilusión. Espacios que están colmados por un sinnúmero de ficciones y proyecciones, cuya definición precisa no es posible alcanzar con categoría alguna.
¿Acaso es el arte nada más que ilusión? ¿O es más bien algo real, acaso más real que la llamada
realidad? ¿Y qué es realidad? ¿La pura ilusión?
Ilusiones plantea tales interrogantes pero en última instancia no pretende ni puede responderlos.
La muestra invita a la percepción más consciente, al pensamiento, a una comprensión más profunda
y capaz de llevar a conocimientos de largo alcance, que puedan agudizar nuestro discernimiento
frente aquello que significa realidad o ilusión.
Los artistas abordan el tema de la ilusión de modo lúdico (del latín il-ludere) y con una razonable
cuota de humor: como engaño de los sentidos que algunos suponen meramente óptico (Mauricio
Alejo), como ingenioso juego cognitivo-teórico entre signo, significado y significante (Luis
Camnitzer), como (des)engaño mental (Leandro Erlich, Liliana Porter); como fenómeno social,
político, cultural, religioso o vinculado al mercado o a los medios (Teresa Serrano, José Toirac,
Fernando Pareja & Leidy Chavez), o en toda su ambigüedad, como paradoja pura de tono casi
dadaísta (José Damasceno, Los Carpinteros).
Al liberar los objetos (completamente cotidianos) de su función propia, estas obras desarticulan
nuestra expectativa clásica y tradicional, y perturban de modo sostenido cualquier intento de fijar la
función y significado de las cosas en su espacio y su marco heredados.
En el ideal de los casos, puede ocurrir que el observador de la muestra, puesto en marcha el proceso
de percepción, llegue a conocerse un poquito más a sí mismo.
Hans-Michael Herzog
Traducción de Nicolás Gelormini
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