José Luis Rivero - Centro de Desarrollo en la Diversidad

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2012
Los Tiempos de la Educación Popular
Jose Luis Rivero Zegarra
2012
CEDDIV
CENTRO DE DESARROLLO
EN LA DIVERSIDAD
Los tiempos de la Educación Popular
José Luis Rivero Zegarra
Los libros son como las canoas
y salvadoreña–, hemos pecado de ser
Un monje tibetano, decía que los libros
unilaterales, es decir que la educación
son como las canoas, solo sirven para
popular la hemos teorizado desde un
cruzar el río, entonces, yo diría que las
solo punto de vista y eso no nos ha
ideas son como las canoas, solo sirven
permitido ver con claridad y reafirmar
para cruzar el río; lo que vaya a decir,
nuestras
tómenlo así, como un momento de
desarrollo de la educación popular.
propias
prácticas
de
reflexión que puede servir de algo y lo
demás lo podemos desechar.
Había que ir más atrás, más atrás
inclusive de Simón Rodríguez. Hay
hitos
en
marcan
nuestra
un
historia
proceso
rico
que
en
construcción de proceso educativo;
para eso, quiero recuperar una
síntesis que hacía Carlos Núñez en
México y también Paulo Freire, en
Santa Ana del Yacuma
Canoas utilizadas para cruzar el Río Mamoré
Para hablar de la educación popular,
deberíamos
recurrir
a
otros
pensamientos; en nuestra experiencia
en Bolivia –y también, me atrevo a
señalar, en la experiencia guatemalteca
el sentido de no perder de vista tres
dimensiones
fundamentales
constitutivas de la educación popular:
la dimensión ética, la dimensión política
y la dimensión pedagógica.
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Río Caine: San Pedro de Buena Vista
Las tres dimensiones de la educación popular
La dimensión ética
Una diferencia con el normalismo y con las otras prácticas tradicionales en
educación ha sido que la educación popular ha estado vinculada a las luchas por
la justicia, por la consecución de que se instauren sociedades con justicia,
dignidad y equidad; esa es la dimensión ética.
La dimensión política ha estado sustentada en la capacidad movilizadora de la
educación, en la capacidad de ejercicio político ciudadano. En esa medida, ha
trascendido la educación popular, diferenciándose de otros modelos educativos.
La dimensión pedagógica, nos fortalece en la convicción de que sólo podemos
ejercitar la reivindicación de los derechos, de buscar la justicia social, de
movilizarnos en un acto político a través de una metodología, una manera de
proceder, una manera de incidir, una manera de reflexionar, una manera de
dialogar y ese proceso en nuestra experiencia viene marcado con lo que el 21 de
diciembre se vive: el Taki Onkoy. Esta es una acción durante la conquista que
marca una experiencia de educación popular fuerte, trascendente; el Taki Onkoy
es la danza de la enfermedad, pues, no estábamos enfermos del cuerpo, sino
enfermos del alma.
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Esto se marca significativamente en los argelinos. Cuando los franceses fueron a
apoyarles
con
médicos
y
un
argelino
acude
al
hospital, el médico le
pregunta: “¿dónde te
duele?”.
Y
el
argelino le decía “me
duele
aquí”,
señalándose
la
cabeza, “me duele el
brazo, me duele el
Amilcar Cabral
www.forocomunista.com
corazón”; le dolían
todas las partes y el
médico no podía entender cómo es que le dolía todo; en el fondo, le dolía el alma.
El Taki Onkoy es el dolor del alma, es el ritual, es la fiesta a
través de la cual se congregaba a nuestras poblaciones, a
nuestros pueblos indígenas y danzando se reflexionaba sobre la
situación, danzando se movilizaba a los pobladores y danzando
se convocaba a la insurgencia, este es un dato fundamental.
Está unido al ritual porque la danza del alma era la danza de la
rebelión, la danza de la insatisfacción, era la danza de
comprender que habían sido sometidos y dominados, invadidos,
colonizados.
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La cuarta calle
También quiero recordar la experiencia de nuestros pueblos. Guamán Poma de
Ayala intentó explicar a los españoles cómo vivían las sociedades indígenas de
nuestra América; empezó a interpretar como si la sociedad indígena, quechua
sobre todo, estaba organizada en calles. Hay una calle muy significativa la calle 4,
que
había
sido
destinada,
con
palabras de esa época, para los
tullidos, los ciegos, los sordos, los que
tenían retardo mental; decía que esa
calle 4 estaba destinada para ellos,
para que siempre se reprodujeran y
nunca dejaran de existir; se estaba
refiriendo
a
las
personas
con
discapacidad y les estaba asignando
justamente una serie de tareas para
desarrollar
eran
los
actividades productivas,
contadores,
los
que
manejaban los quipus, eran los que
organizaban
procesos
laborales,
estaban encargados de los textiles,
estaban encargados de la dotación de
alimentos, en realidad, eran un sector
de la población importante en la
organización económica y social de
nuestros pueblos.
Cuarta Calle: Ilustración del Libro Nueva
Coronica y buen gobierno - Guamán Poma
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Ese proceso no lo hemos recuperado en su dimensión educativa: cómo
entendemos la ética, cómo entendemos el sentido de persona, cómo organizamos
a la sociedad para producir, cómo incluimos a todos los seres humanos. Es una
experiencia que deberíamos revitalizar.
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José Santos Vargas, el tambor mayor de la republiqueta de Ayopaya
En la etapa anterior a la fundación neocolonial de la república de Bolivia, hay 15
años de guerra de guerrillas, toda la historia de las 6 republiquetas en nuestro
país. Hay una que es significativa: la republiqueta de Ayopaya; ahí está un hombre
que
se
llamó
Santos
José
Vargas,
tambor
el
mayor;
este
hombre apenas alfabeto
decidió
ejercer
como
una suerte de cronista
de
la
guerra
guerrillas,
de
escribió
desde 1809 hasta 1827,
o sea, todavía unos
años
después
fundación
república
Bolivia.
de
de
colonial
la
la
de
De cómo el ‘Diario’ del Tambor Vargas venció al olvido Foto:
marie-danielle demélas
En esa experiencia, José Santos Vargas recuperó las reflexiones de los
combatientes de Ayopaya en todas las luchas internas que se libraban entre los
comandantes; por ejemplo, uno meritorio, el comandante Chinchilla, que no se lo
dignifica ni se lo reconoce por ser indígena frente a otros como Lanza, que sí son
más conocidos. Lo que José Santos Vargas nos dice es que, en el fondo, la
republiqueta de Ayopaya vive premonitoriamente toda la historia de Bolivia, de
traiciones, de intereses, de acusaciones, de contiendas internas, de batallas, etc.;
todo esto se resume en esta republiqueta de Ayopaya y es un proceso educativo
fortísimo el que reproduce José Santos Vargas.
Simón Rodríguez y el desarrollo de capacidades productivas
Simón Rodríguez miró el desastre que había sido la guerra de 15 años, la llegada
de Bolívar, la constitución de la república y una cantidad inmensa de huérfanos,
abandonados, de personas sin trabajo, una revolución, una guerra de tantos años,
la desolación, el hambre, la falta de producción que existía en ese momento que
era durísima. Simón Rodríguez decidió crear una escuela de artes y oficios porque
no quería recluir en hospicios a estos huérfanos, abandonados, por estas madres
y estos padres que no tenían recursos para sobrevivir. Los coloniales fundadores
de la república de Bolivia decidieron que estos huérfanos iban a ser recogidos en
las casas de estos señores para que los cuidasen y, a cambio de que los
cuidasen, ellos sirvieran en estas casas. Simón Rodríguez tuvo que irse y en Chile
instauró la escuela de artes y oficios más tarde.
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La Educación Técnica en Bolivia
En 1907, el Ministerio de
Educación
articular
pensó
el
en
proceso
educativo con la dimensión
técnica y entonces nombró
una comisión de maestros
y los envió a Chile para
conocer la experiencia de
la
Estudiantes Colegio Técnico Humanístico Junín – Sucre,Bolivia
educación
técnica
y
tecnológica en Chile que
era el modelo de Simón
Rodríguez; volvieron acá y fundaron los tecnológicos, se fundaron 13 tecnológicos
y, gradualmente, en la época de los 40 ya, fueron convirtiendo los colegios
tradicionales, meritorios, de nuestros departamentos en colegios híbridos
humanísticos y técnicos; el “Florida”, en Santa Cruz; el “Junín”, en Sucre; el
“Ayacucho” en La Paz, por ejemplo.
Avelino Siñani y Elizardo Pérez
Pero somos repetidores, remedones, no somos creadores, esa es nuestra
dificultad, esta es la enseñanza del normalismo y, por eso mismo, por esas
épocas, Elizardo Pérez y Avelino Siñani desarrollaron experiencias interesantes.
Avelino recuperó toda su experiencia de su relación con Santos Marca Thola en el
lago y él, como arriero, desarrolló todo un proceso de fundación de escuelas
indigenales clandestinas; en realidad, eran escuelas itinerantes porque él recorría
comunidad tras comunidad y mientras se asentaba en las comunidades, él
desarrollaba un proceso de alfabetización tanto a los niños como a los adultos;
había que aprender el lenguaje del enemigo porque era la única manera de
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contrarrestar su fuerza, la lucha por la educación era una lucha política y Santos
Marca Thola dijo: “había que aprender el idioma del enemigo para defender la
tierra”. La corona real había otorgado a las comunidades su tierra, su territorio –el
concepto de territorio viene con los indígenas de tierras bajas que es también un
aporte incalculable–; entonces, la lucha por la tierra, la lucha por la dignidad, se
articula a la educación y esa es la historia de Avelino.
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Elizardo decidió hacer una escuela distinta, una escuela sin profesores
normalistas. Es una decisión muy dura; muchos tenemos sentimientos
encontrados, igual que los papás, odiamos y queremos a la escuela, la queremos
porque necesitamos determinados conocimientos y la odiamos porque nos
desarraiga, porque nos aleja de la actividad productiva, porque nos hace renegar
de nuestra identidad y de nuestra condición, porque nos hace pensar en ser como
otros y no como uno, la escuela es perversa y es ingenua, por eso, porque nos
ayuda en unas cosas y nos perjudica en otras.
Entonces, Elizardo decidió buscar un lugar y es un lugar mítico, poético, es un
lugar para recuperar el alma, Warisata está entre las montañas nevadas y el lago;
si uno mira para atrás, está el illampu para arriba y si mira al frente, está el lago, la
energía del lago; entre la energía del lago y el poder protector del Illampu, fundó la
escuela de Warisata; esa escuela es una lección de vida comunitaria, de
intervención política y de resistencia política y no hacemos esa lectura, solo
hacemos la lectura más organizativa, más administrativa y más pedagógica.
Warisata edifica lo que ahora en la Ley 070 está: la constitución del Consejo
Educativo Social Comunitario.
Escuela – Comunidad Warisata
Participación social y comunitaria en Educación
La Ulaka es el consejo amauta, la Ulaka empieza a ser esa instancia de decisión
política, administrativa y pedagógica de la escuela y de la comunidad y está
centrada en todo lo que es una educación que es la experiencia activa del ayllu; es
importante cómo se instaura un poder constituido por padres y madres de familia,
por autoridades de la comunidad, por los estudiantes, incluso hasta los niños,
quienes van tomando decisiones, que no son solamente administrativas, no son
solamente organizativas, no controlan solamente si los profesores trabajan o no.
Toman decisiones sobre la responsabilidad curricular y eso está ligado al mundo
de la producción, no solamente al mundo del trabajo, sino al de la producción.
Por ejemplo: ¿qué hacemos si hemos construido un horno para coser ladrillos y ya
tenemos nuestros ladrillos puestos ahí, en nuestra casa grande –la escuela de
Warisata–, qué hacemos con el horno? ¿Seguimos produciendo o no seguimos
produciendo? Y entonces se toma la decisión de producir para incorporar el ladrillo
en las comunidades, se convierte en una decisión comunitaria. ¿Cómo
aprovechamos el estuco y la cal, cómo hacemos? ¿Ya no lo utilizamos más? ¿Y
qué hacemos con la piedra que está allacito, seguimos tallando o ya no? Y los
catres que hemos producido, ¿ya no producimos más, porque el internado ya está
lleno de catres?
La posibilidad de articular el proceso productivo los sacó de la escuela física a las
comunidades y luego la decisión política fue: Warisata está a 10 km de Achacachi
y Achacachi era la capital de los gamonales más sanguinarios que tuvimos. Había
que pasar por Achacachi para llegar a Warisata y entonces había un problema: la
feria estaba establecida en Achacachi, los indígenas iban a la feria llevando sus
productos y los gamonales les compraban a precio de gallina muerta y les
pagaban con artículos que llevaban de la Paz: arroz, fideo, azúcar, aceite y
terminaban los indígenas siempre con deudas, a partir de las deudas, los
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gamonales les cobraban: “tienes que traer más ganado o tienes que darme tu
propiedad o vamos “al partir”, etc.”. Ese proceso duro lo discutieron en la Ulaka y
decidieron hacer la feria en Warisata, controlada por ellos, estableciendo ellos los
precios, de manera que los gamonales fueran a Warisata con plata si querían
comprar los productos bajo otras condiciones. Eso supuso años de persecución a
Elizardo Pérez y Avelino Siñani; ellos tenían que bordear el río, ir por detrás de
Peñas para llegar a la Paz, no podían pisar Achacachi.
Esa es educación popular, ligada a la dimensión ética, la política y la pedagógica;
es como el mecanismo, como la acción viabilizadora de estas luchas.
Apiaguiaqui Tumpa
Debo
recordar
importante
con
también
una
Apiaguaiqui
experiencia
Tumpa.
Él
reivindicaba, al igual que Santos Marka Thola,
el derecho que la corona les había dado de
ser propietarios comunitarios de sus tierras y
se fueron meses a pie, desde el Izozog se
trasladaron hasta Sucre y Santos Marka Tola
desde el lago hasta Sucre a pie.
Apiaguaiqui sabía de memoria cada una de
las palabras que tenía esa certificación de la
realeza y generó un proceso de rebelión a
partir de ese documento; ese documento se
convirtió en el texto básico de lectura para
aprender a leer y escribir en el mundo guaraní.
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Esas son otras miradas, otros pensamientos. El neoliberalismo nos ha despojado
de estas dimensiones ética y política; cuándo hemos hablado en la época del
neoliberalismo de la educación popular, hasta nos daba vergüenza, quién se
proclamaba educador popular, empezamos a decir “participamos en actividades
participativas en educación”, “utilizamos metodologías activas”, “desarrollamos
procesos colaborativos”, “desarrollamos dinámicas”. Nos negamos a nosotros
mismos nuestra propia identidad, empezamos a dejar esta reflexión política, esta
relación íntima con la vida de los pueblos, toda la experiencia de la actividad
cultural, por ejemplo, durante los años 70 y 80, hubo un movimiento de cultura
popular muy fuerte acá en Bolivia, teatral, de pintura, de fotografía, empezamos a
hacer boletines, se trascendió y recuperó la experiencia del teatro minero con
fuerza; es interesante ver cómo el arte, el teatro han posibilitado generar procesos
reflexivos intensos movilizadores.
Hay un proceso educativo que circula en las venas abiertas de nuestras
comunidades
Esas experiencias nos enseñan a ver que sí hay un proceso educativo que circula
en las venas abiertas de nuestras comunidades, de nuestras naciones, de
nuestros pueblos, que están alejadas de la escuela, esta sigue nomás así como
está. Tanto en Guatemala como en Bolivia no nos dimos cuenta que por nuestro
lado estaban circulando unos seres humanos que habían sido indígenas, que
habían tenido otra manera de pensar, que habían tenido principios, no valores, los
valores vienen de Occidente y como su nombre lo indica, no es pues una medida.
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Principios si, valores quien sabe
La reciprocidad había sido un
principio
organizador
indígenas,
fuertemente
en
es
los
pueblos
un
principio
económico que rige la vida de los
pueblos,
habíamos
principios
de
tenido
dualidad
y
complementariedad; vienen de
Occidente
las
corrientes
feministas, la reivindicación de la
mujer, mientras acá habíamos tenido como principio fundamental para regir la
vida: nunca más un hombre encima de una mujer, nunca más; siempre al lado, e
igual con los otros seres. La armonía es otro principio fundamental, por ejemplo.
Estas son lecciones grandes que no hemos recogido, lecciones grandes de
nuestros pueblos. La Ley 070 recupera toda esta tradición, toda esta experiencia
de vida de nuestros pueblos y nos dice: basta de hacer una escuela separada de
la comunidad, ahora tenemos que articular todo el proceso educativo a la
comunidad urbana y rural; basta de negarnos a nosotros mismos, debemos
recuperar nuestra identidad y nuestra identidad tiene cara de más de 36 pueblos;
debemos dejar de ser aquello que nos van internalizando en la cabeza a través de
los mensajes de los medios: la imagen de ser blanquito, de tener ojos verdes, de
pintarnos en el caso de las mujeres, de vestir la ropa occidental. Son una serie de
valores que nos van internalizando, la mezquindad es un valor de la cultura
occidental, entonces hay que individualizarlo todo, ya no podemos compartir…
Hay que empezar a dejar de ser eso para ser lo auténtico, lo que somos siempre.
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El problema es entonces: ¿qué somos? No estamos pudiendo todavía estructurar
en una teoría, hay mucha gente que está estudiando, que está recogiendo, que
está escribiendo; es una etapa de construcción teórica de la vida, por eso mismo,
hay diferentes posturas, pero también por ello es rica la experiencia, el momento
que nos toca a nosotros es de alta creatividad, estamos en fase de transición, no
se ha culminado, todavía no ha muerto el viejo Estado colonial republicano y aún
no acaba de nacer el nuevo.
Entonces, el rol nuestro es hacer que el Estado Plurinacional no
solo sea una esperanza, sino sea más bien una tentación.
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