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R EV IS IÓN
Mio patías inflamato rias idio páticas
M. R. González Crespo
S ervicio de Reum atología. Hospital Un iversitario 1 2 de Octubre. Madrid.
Co nce pto . Clas ificació n. Etio pato ge nia
Las miopatías inflamatorias idiopáticas (MII) o miositis idiopáticas constituyen un grupo de enfermedades
musculares caracterizadas p or debilidad muscular
crónica e inflamación muscular de etiología desconocida. Se encuadran en las enfermedades neuromusculares, que cursan con pérdida de fuerza y/ o dolor
muscular y comprenden los de motoneurona, los de
la transmisión neuromuscular y los trastornos intrínsecos del músculo o miopatías (tabla 1).
Existen básicamente dos clasificaciones de las MII (tabla 2). La clasificación clínica distingue grupos específicos de MII que difieren en la clínica, la histología,
la severidad de la enfermedad, la respuesta al tratamiento, el pronóstico y, posiblemente, la inmunopatogenia. La p olimiositis (PM) y la dermatomiositis
(DM) son las formas más representativas y serán comentadas detalladamente 1 . La clasificación serológica se basa en la presencia de autoanticuerpos dirigidos contra elementos que intervienen en la síntesis
de proteínas y distingue grupos homogéneos con caracteres epidemiológicos, clínicos, inmunogenéticos
y pronósticos específicos 2 .
La incidencia de PM/ DM es de 2-10 nuevos casos/
millón de personas/ año y la prevalencia de 6 0 casos/ millón. La enfermedad afecta a personas de todas las edades, pero con dos picos de incidencia, uno
en niños alrededor de los 10 años de edad y otro en
adultos alrededor de los 40. En las MII asociadas a
TABLA 1
Enfe rm e dade s ne uro m us culare s
Tras to rno s primario s de mo to ne uro na
Con afectación de motoneurona superior: esclerosis lateral
amiotrófica
Enfermedades del asta anterior: atrofias musculares espinales,
poliomielitis
Enfermedades de los nervios periféricos: neuropatías
Tras to rno s de la trans mis ió n ne uro mus cular
Miastenia gravis
Síndrome de Eaton-Lambert
Tras to rno s primario s de l mús culo : mio patías
Miopatías inflamatorias idiopáticas (MII)
Distrofias
Miopatías congénitas
Miopatías mitocondriales
Miopatías metabólicas
Miopatías asociadas a enfermedades endocrinas
Miopatías por tóxicos y fármacos
Miopatías infecciosas
Miopatías inflamatorias asociadas a otras enfermedades:
sarcoidosis
500
TABLA 2
Clas ificació n de las m io patías inflam ato rias
idio páticas
Grupo s clínico s
Poliomiositis (PM)
Dermatomiositis (DM)
Miopatías por cuerpos
de inclusión
Miositis asociada a cáncer
Miositis asociadas a otras
colagenopatías
PM y DM de la infancia
DM sin miositis
Miositis eosinofílica
Miositis granulomatosa
Miositis focal o nodular
Miositis ocular u orbital
Grupo s s e ro ló gico s
Específicos de miositis
Anti-sintetasa
Anti-partícula de reconocimiento
de señal
Anti-Mi2
Anti-Fer, -KJ, -Mas
Asociados a miositis, pero no
específicos
Anti-PM/ Scl
Anti-Ku
Anti-U1RNP
Anti-SSA
cáncer y por cuerpos de inclusión, la edad de comienzo es mayor, en torno a 60 años. La razón global de
la incidencia mujer/ hombre es 2,5/ 1. Esta razón es
1/ 1 en niños y en enfermedad asociada a neoplasia
y 10/ 1 en las PM/ DM asociadas a enfermedades del
tejido conectivo. La razón de la incidencia respecto a
la raza es 3-4/ 1 en raza blanca/ negra 3,4 .
La etiopatogenia de las MII es desconocida, aunque
son consideradas enfermedades autoinmunes. Las alteraciones del sistema inmune encontradas en ellas
sugieren mecanismos patogénicos distintos para las
PM y DM (tabla 3). Las MII parecen estar causadas
por una activación crónica del sistema inmune en individuos genéticamente predispuestos después de la
exposición a ciertos agentes externos desencadenanTABLA 3
Me canis m o s pato g é nico s e n lo s g rupo s clínico s
Polimiositis y miopatías por cuerpos de inclusión-mediadas
po r alte racio ne s ce lulare s
Presentan más células T en circulación
Presentan más células T CD8+ en el músculo
Presentan más destrucción de fibras por mecanismos celulares
Expresión restringida de TcR* en las células T que infiltran el
músculo
De rmato mio s itis -me diada po r alte racio ne s humo rale s
y daño vas cular
Presentan más células B activadas en la periferia, piel
y músculo
Presentan más depósito de factores de complemento
en endotelio y células dianas de piel y músculo
Presentan más evidencia de daño vascular en músculo
Expresión de TcR más heterogénea en las células del infiltrado
* TcR: receptor de la célula T
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tes 5 ,6 . Se ha encontrado predisposición genética en
algunas familias y asociación del HLA B8 / DR3 7 .
Aunque algunos datos sugerían una posible causa infecciosa no se han podido identificar claros factores
ambientales asociados a la enfermedad 8 . Algunos
fármacos (hidroxiurea, quinidina, antiinflamatorios,
D-penicilamina) se han asociado con una enfermedad similar a la DM pero más leve 9 ,1 0 .
Manife s tacio ne s clínicas . Diagnó s tico
de s o s pe cha y dife re ncial
Manifestaciones clínicas
La forma de presentación más frecuente de las MII
es la pérdida de fuerza proximal y simétrica. En el
55% de los casos es de 3-6 meses de evolución, en
el 30% de los casos, generalmente en niños, es más
aguda, de semanas de duración, y en el 10% de los
casos la debilidad es de años de evolución. Alrededor
del 5% de los casos se presentan con mialgias proximales sin debilidad y sobre el 1 %-5 % con lesiones
cutáneas sin pérdida de fuerza 3 . La debilidad muscular de los miembros y el cuello, acompañada o no de
dolor muscular, es el síntoma fundamental. Es característicamente proximal y simétrica. Los pacientes
aquejan dificultad para correr, subir escaleras, levantarse de la silla, elevar objetos sobre la cabeza, o levantar la cabeza de la almohada. En el 1 0 %-2 0 %
de las PM/ DM de larga evolución, la musculatura distal puede afectarse de forma leve. En las fases iniciales puede existir ligera tumefacción muscular y en fases
avanzadas atrofia muscular, pero no hay hipertrofia.
La afectación de la musculatura bulbar puede manifestarse como ronquera, disfonía o alteraciones en la
deglución. La afectación de la musculatura ocular y
facial es excepcional.
La característica clínica que distingue a las DM es la
presencia de lesiones cutáneas. Las pápulas de Gottron (pápulas o placas rosadas o discretamente violáceas dispuestas sobre las articulaciones de las manos y
otras articulaciones) son consideradas patognomónicas. El eritema heliotropo (lesiones eritematosas o violáceas en los párpados, alrededor de los ojos) es también muy característico de DM. También p ueden
presentarse lesiones eritematosas en las regiones malares, sobre el puente de la nariz, en área del escote y
cuello (eritema «en V»), en la espalda y hombros (eritema «en mantón») y en las superficies extensoras de
otras articulaciones. En las manos puede verse engrosamiento y fisuras de la piel de la cara palmar («manos
de mecánico»), hipertrofia de las cutículas, telengiectasias periungueales y capilares dilatados en la capilaroscopia. La calcinosis ocurre más frecuentemente en la
DM de los niños (40% de los casos) y suele aparecer
tardíamente en el curso de la enfermedad. Los pacientes con DM pueden presentar también atrofia, hipo e
hiperpigmentación, fotosensibilidad, prurito, bullas subepidérmicas, vitíligo y paniculitis.
Respecto a los síntomas constitucionales, la mayoría
de los pacientes refieren astenia y algunos niños con
DM pueden presentar fiebre elevada. La pérdida de
peso significativa es rara.
Los pacientes con PM/ DM pueden presentar en fases tempranas de la enfermedad poliartralgias o poliartritis de muñecas, rodillas y pequeñas articulaciones de las manos (30% de los casos). La afectación
articular suele ser leve y simétrica, aunque se ha descrito artritis deformante.
La afectación pulmonar (15%-30% de los casos) característica de la MII es la alveolitis y la fibrosis intersticial. Clínicamente puede ser asintomática, cursar
con tos no productiva y disnea lentamente progresiva, o ser severa y rápidamente progresiva. La afectación pulmonar puede producir hipertensión pulmonar secundaria. Otras causas de afectación pulmonar
en estos pacientes son las neumonías por aspiración
y la toxicidad por fármacos. El derrame pleural es raro. La afectación de los músculos intercostales y del
diafragma puede ser otra causa de disnea en estos
pacientes.
La afectación miocárdica es frecuente (5 0 % de los
casos), pero suele ser asintomática. Las manifestaciones cardíacas más comunes son las arritmias y la insuficiencia cardíaca por miocarditis o fibrosis del miocardio. La pericarditis sintomática es rara.
La disfagia (15%-50% de los pacientes), ocasionada
por afectación del músculo cricofaríngeo o la musculatura estriada del tercio superior del esófago, se manifiesta como dificultad en la deglución, con ocasional regurgitación nasal de líquidos. Si es intensa
puede dar lugar a aspiración en el árbol traqueobronquial. Puede existir hipomotilidad esofágica distal,
pero la afectación de la musculatura lisa del resto del
tracto gastrointestinal es rara, excepto en los casos
asociados a esclerosis sistémica. En la DM infantil
pueden presentarse ulceraciones gastrointestinales y
hemorragias digestivas por afectación vascular.
El fenómeno de Raynaud es frecuente en la DM y en
la miositis asociada a otras enfermedades colagenovasculares; sin embargo, la ulceración digital por isquemia
es rara y en ocasiones se ha asociado a malignidad.
La afectación renal es infrecuente, aunque se han
descrito casos de glomerulonefritis proliferativa focal.
En la tabla 4 se expone la frecuencia de las principales manifestaciones de esta enfermedad, al inicio y
durante la evolución.
Diagnóstico de sospecha
Para llegar al diagnóstico, además de la clínica mencionada, hay tres pruebas complementarias fundamentales para valorar afectación musculoesquelética,
la determinación sérica de enzimas musculares, el
electromiograma y la biopsia muscular 3 . En el 95%
de las PM/ DM la afectación muscular da lugar a elevación de las cifras séricas de enzimas musculares:
creatinfosfocinasa (CPK), aldolasa, transaminasas y
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TABLA 4
Fre cue ncia de las principale s m anife s tacio ne s clínicas de las m io patías inflam ato rias idio páticas (MII),
al inicio y acum uladas durante s u e vo lució n
Debilidad muscular proximal y simétrica
Debilidad muscular distal
Afectación articular
Fenómeno de Raynaud
Afectación cutánea
Afectación pulmonar intersticial
Disfagia
To das las MII
% pacientes co n
manifestació n
inicial / %
pacientes en la
evo lució n
Po limio sitis
% pacientes co n
manifestació n
inicial / %
pacientes en la
evo lució n
Dermato mio sitis
% manifestació n
inicial / %
pacientes
en la
evo lució n
Mio patías
aso ciadas a
enfermedad
del co lágeno
% inicial / %
evo lució n
Mio patías
aso ciadas a cáncer
% manifestació n
inicial/ %
pacientes en la
evo lució n
Mio patías po r
cuerpo s de
inclusió n
% manifestació n
inicial/ % pacientes
en la evo lució n
93%/ 98%
10%/ 20%
22%/ 47%
20%/ 35%
37%/ 41%
5%/ 25%
12%/ 30%
93%/ 99%
1%/ 15%
25%/ 54%
15%/ 35%
0%/ 4%
10%/ 40%
10%/ 13%
92%/ 98
1%/ 7%
20%/ 55%
20%/ 45%
97%/ 98%
2%/ 37%
9%/ 15%
97%/ 99%
1%/ 4%
53%/ 64%
47%/ 65%
23%/ 33%
2%/ 26%
16%/ 18%
83%/ 88%
2%/ 18%
3%/ 8%
4%/ 5%
67%/ 70%
1%/ 1%
16%/ 30%
82%/ 85%
50%/ 91%
6%/ 9%
4%/ 4%
0%/ 2%
0%/ 0%
16%/ 60%
lactatodeshidrogenasa (LDH). La determinación de
CPK puede ser útil para el seguimiento de los pacientes, aunque la exp loración física de la fuerza
muscular es el parámetro fundamental. La cifra de
CPK puede ser normal en fases tardías de la enfermedad, si existen inhibidores circulantes de la actividad fosfocinasa y en la rara forma de DM sin miositis.
La CPK puede elevarse por traumatismos musculares
(incluidos estudios electromiográficos), ejercicio físico, fármacos, hipertermia, inmovilización prolongada (todos ellos aumentan la fracción muscular o MM),
enfermedad miocárdica (fracción híbrida o MB) y
por enfermedad cerebral (fracción cerebral o BB).
El electromiograma es también un método sensible,
pero no específico, de evaluar una MII. Si se realiza en
músculos afectados no atróficos, el 90% de los pacientes presentan potenciales de fibrilación durante
el reposo y potenciales de unidad motora de baja
amplitud, corta duración y naturaleza polifásica durante la contracción muscular, que son las alteraciones electromiográficas características de las miopatías inflamatorias. En las PM/ DM muy evolucionadas
pueden verse datos electromiográficos de afectación
nerviosa. Las lesiones histológicas típicas de MII en
el músculo obtenido por biopsia muscular confirman
el diagnóstico de la enfermedad. La biopsia debe hacerse en todos los casos y obtenerse de un músculo
moderadamente afectado que no haya sufrido traumatismos o estudios previos. El dato histológico más
característico (80% de los casos), es el infiltrado inflamatorio crónico (linfocitos, histiocitos, células plasmáticas, eosinófilos y polimorfonucleares) alrededor
de las miofibrillas. En las PM, el infiltrado es preferentemente endomisial y en las DM perivascular. En
el 90% de las biopsias se ve necrosis de las miofibrillas, fagocitosis y regeneración. En las MII de larga
evolución el tejido fibroso reemplaza a las miofibras
necróticas sep arando los haces musculares. En el
1 5 %-2 0 % de los casos de PM típicas, las lesiones
histológicas no son diagnósticas, indicando la naturaleza parcheada de los cambios histológicos. La DM
presenta lesiones histológicas propias, como la atro502
fia perifascicular, las alteraciones vasculares (hiperplasia endotelial, disminución del número de capilares) y el infiltrado inflamatorio perivascular. La resonancia magnética (RM) muscular y la mioglobina
sérica pueden ser también útiles para el diagnóstico y
seguimiento de las MII.
Otras pruebas analíticas y de imagen valoran diferentes
afectaciones no musculares. La anemia de enfermedad crónica es frecuente y la velocidad de sedimentación globular (VSG) es normal o está discretamente
elevada. La biopsia cutánea de las lesiones de la DM
muestra atrofia epidérmica, degeneración de la línea
de células basales y lesiones similares a las encontradas en el músculo. Las radiografías articulares pueden mostrar subluxación articular sin erosiones. La
afectación pulmonar puede valorarse mediante radiogra fía de tó ra x, to m o gra fía a xia l co m p uta riza da
(TAC) y pruebas funcionales respiratorias. Las radiografías convencionales pueden ser normales, mostrar
cambios intersticiales, fibrosis en las bases o un patrón en panal de abejas en fases muy avanzadas. La
prueba más sensible para detectar alteraciones pulmonares es la TAC de alta resolución con cortes finos. Si existe enfermedad pulmonar los estudios de
ventilación-p erfusión son anormales, las p ruebas
de función respiratoria muestran un patrón restrictivo
con reducción de la capacidad vital y la difusión del
monóxido de carbono está alterada. El electrocardiograma puede poner de manifiesto alteraciones de la
conducción y arritmias. Las anomalías más frecuentes son el hemibloqueo anterior de rama izquierda y
el bloqueo de rama derecha. La afectación de la
musculatura faríngea y las posibles alteraciones del
tracto gastrointestinal se demuestran en los estudios
baritados y manométricos.
La existencia de autoanticuerpos séricos, presentes
en cerca del 50% de los pacientes con MII, apoya el
diagnóstico. Su sensibilidad no es muy grande, por
tanto su ausencia no se puede usar para excluir MII,
pero su presencia tiene un fuerte valor predictivo para MII (tabla 5 ) (fig. 1 ) 2 ,1 1 . Son más frecuentes en
pacientes con miositis asociada a otras enfermedades
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TABLA 5
Auto anticue rpo s e s pe cífico s de m io s itis pre s e nte s e n las m io patías inflam ato rias idio páticas *
Anticue rpo s
Antíge no
Antisintetasas
Anti-Jo-1
Anti-PL-7
Anti-PL-12
Anti-OJ
Anti-EJ
Histidi-RNAt sintetasa
Treonil-RNAt sintetasa
Alanil-RNAt sintetasa
Isoleucil RNAt sintetasa
Glicil-RNAt sintetasa
Anti-partícula de Partícula de
reconocimiento
reconocimiento de
de señal (PRS)
señal
Anti-MI-2
Helicasa nuclear
Po rce ntaje
de pacie nte s
co n
anticue rpo s
Carcate rís ticas
de lo s antíge no s
S índro me
clínico as o ciado
Enzimas citoplasmáticos
que catalizan la unión
covalente de los
aminoácidos con su
ARN de trasferencia
(RNAt)
20%
2%-5%
2%-5%
1%
1%
5%
5%-10%
Comienzo en primavera
de forma aguda con
miositis, artritis,
afectación pulmonar
intersticial, fiebre, manos
de mecánico
y fenómeno de Raynaud
Complejo citoplasmático Comienzo muy agudo
que media la traslocación
y severo en otoño,
de polipéptidos a través
con afectación muscular
del retículo
severa, afectación
endoplasmático
miocárdica y disfagia
Helicasa nuclear con
Comienzo agudo y leve
función reguladora
con las lesiones cutáneas
de la transcripción
clásicas
Evo lució n
y pro nó s tico
Moderada respuesta
a tratamiento y
recurrencias en su
evolución
Supervivencia a los 5 años
del 65% (por insuficiencia
respiratoria y cor pulm onale)
Mala respuesta a tratamiento
Supervivencia a los 5 años
del 25%-30%
(por afectación cardíaca)
Buena respuesta
a tratamiento.
Supervivencia a los 5 años
del 95%
* En un porcentaje de pacientes con miopatías inflamatorias idiopáticas (1 0 %-2 0 %), fundamentalmente en aquéllos con miopatías asociadas a otras enfermermedades del tejido conectivo, se encuentran otros anticuerpos no específicos de miositis, pero asociados a miositis (anti-PM-Sc170, anti-Ku, anti-U1RNP, antiRo).
Además de los citados en la tabla hay otros autoanticuerpos específicos de miositis, pero muy infrecuentes (anti-Fer, anti-KJ, anti-Mas).
del tejido conectivo, y menos frecuentes en pacientes
con miopatía por cuerpos de inclusión y asociada a
neop lasia. Algunos son esp ecíficos de miositis y
otros no (tabla 2). Su papel en la patogenia de la enfermedad no está claro. Los específicos de miositis
se asocian a grupos homogéneos de pacientes. Los
anticuerpos antiaminoacil-tARN sintetasa (anti-sintetasa) incluyen anticuerpos (histidil-, treonil-, alanil-,
isoleucil-, lisil- y glicil -aminoacil tARN sintetasas) diri-
gidos frente a enzimas citoplásmicos que catalizan la
unión covalente de los aminoácidos con sus ARN de
transferencia (tARN). Los anti-histidil-tARN o antiJo1 son los más frecuentes. Los pacientes con estos
anticuerpos suponen el 2 0 %-3 0 % de los casos. La
clínica comienza en primavera (en Estados Unidos)
de forma aguda y se caracteriza p or enfermedad
pulmonar intersticial, poliartritis simétrica, fiebre, fenómeno de Raynaud y manos de mecánico. Esta agru-
Antisintetasa
Anti-PRS
Anti-Mi2
Afectación
Debilidad muscular severa,
disfagia
Mialgia
Afectación cardíaca
Dermatomiositis clásica
Eritema en V
Eritema en mantón
Gottron
Engrosamiento
de cutículas
pulmonar
Artritis
Manos mecánico
Raynaud
Fiebre
Fig. 1. A fectación clínica característica de los subgrupos de pacientes con anticuerpos específicos.
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GONZÁLEZ CRESPO MR. MIOPATÍAS INFLAMATORIAS IDIOPÁTICAS
pación clínica se ha denominado síndrome antisintetasa. Se asocian a HLA DR3, DRw52 y DQA1*0501
o DQA1*0401. Los pacientes responden bien al tratamiento, aunque presentan recurrencias en su evolución, y tienen un mal pronóstico por la insuficiencia
respiratoria y el cor pulm onale secundario (supervivencia a los 5 años del 65%). Los anticuerpos anti-Mi2 están dirigidos contra una helicasa nuclear con función
reguladora de la transcripción. Los pacientes con estos
autoanticuerpos suponen un 5 %-1 0 % de los casos.
Presentan típicamente pápulas de Gottron, eritema «en
V», eritema «en mantón» y engrosamiento de las cutículas, todo ello de comienzo agudo y leve. Se asocian a
HLADR7/ DR53/ DQA1*0201. Responden bien a terapia y tienen un buen pronóstico vital (supervivencia
a los 5 años del 95%). Los anticuerpos antipartícula
de reconocimiento de señal (anti-PRS) están dirigidos
contra un complejo citoplásmico que media la traslocación a través del retículo endoplásmico de los polipéptidos allí formados. Suponen un 5% de los casos
de MII. En Estados Unidos se presentan de forma
aguda y severa durante los últimos meses del año,
con una clínica de afectación cardíaca, disfagia y
m ia lg ia s . S e a s o c ia n a H LA D R 5 , D R w5 2 y
DQA1 *0 3 0 1 . Los pacientes tienen una pobre resp uesta al tratamiento inmunosup resor y muy mal
pronóstico por la afectación cardíaca (supervivencia
a los 5 años del 25%-30%).
Diagnóstico diferencial
Para llegar al diagnóstico de MII se valoran todos los
datos anteriores, con los que algunos autores construyeron unos criterios diagnósticos que pueden ser
útiles, con una sensibilidad del 70%-100% y una especificidad del 93% (tabla 6) 12,13 . La presencia de autoanticuerpos, los cambios inflamatorios en la RM
muscular y la respuesta clínica a la terapia inmunosupresora apoyan el diagnóstico 1 . En los pacientes con
una evolución inesperadamente severa o muy resistente a terapia, el diagnóstico de PM/ DM debe ser
TABLA 6
Crite rio s diag nó s tico s para po lim io s itis
y de rm ato m io s itis
Pérdida de fuerza proximal y simétrica
Evidencia de necrosis, fagocitosis, regeneración, atrofia
perifascicular e infiltrado inflamatorio en la biopsia muscular
Elevación de las enzimas musculares en suero, especialmente
la creatinfosfocinasa
Tríada electromiográfica de: unidades motoras polifásicas, cortas y
pequeñas; fibrilaciones, ondas positivas e irritabilidad insercional;
descargas repetitivas de alta frecuencia
Lesiones cutáneas características de dermatomiositis: eritema
heliotropo, pápulas de Gottron y lesiones eritematosas sobre
las rodillas, codos, cuello y zona del escote
Polimiositis definitiva: criterios 1-4; polimiositis probable: 3 de esos 4 criterios; polimiositis posible: 2 de esos criterios. Dermatomiositis definitiva: 3 ó
4 de los criterios 1-4 más las lesiones cutáneas (criterio 5 ); dematomiositis
probable: 2 de los 4 primeros criterios más criterio 5 ; dermatomiositis posible: un criterio de los 4 primeros criterios más criterio 5.
504
revisado y considerarse, como al diagnóstico, otras
formas clínicas de MII, otro tipo de miopatías o incluso otras enfermedades neuromusculares por afectación neurológica y por afectación de la placa neurom uscula r (t a bla s 1 , 2 y 5 ). H a y que re visa r
cuidadosamente la historia clínica (momento del inicio
de los síntomas, progresión de los mismos, historia familiar, agentes ambientales temporalmente asociados
al comienzo), el examen físico, los datos enzimáticos,
electromiográficos, histológicos, la realización de pruebas más específicas, como la prueba anticolinesterasa,
de fatigabilidad muscular, serologías, determinaciones
hormonales y estudios de imagen. El estudio correcto
de la biopsia muscular es la prueba diagnóstica más
específica para el diagnóstico de las miopatías y, en algunos casos, puede estar indicada la realización de
una segunda biopsia para asegurar el diagnóstico.
En el diagnóstico diferencial de las PM y DM se deben incluir otras formas de MII y otras miopatías. Las
miopatías por cuerpos de inclusión son MII frecuentes y presentan características particulares. Afectan
fundamentalmente a varones blancos por encima de
50 años. Los pacientes presentan debilidad y atrofia
de años de evolución, más asimétrica y distal (el 50%
tienen afectación distal en el momento del diagnóstico) que en las PM/ DM, y acompañada frecuentemente de disfagia (60% de los casos). La afectación
extramuscular, las neoplasias y las manifestaciones
autoinmunes son raras. Las cifras de CPK son normales (20%-30% de los casos) o están levemente elevadas y el electromiograma muestra datos de miopatía y neuropatía. Los datos histológicos característicos
son las vacuolas «bordeadas» con gránulos basófilos
en su interior y las inclusiones tubulofilamentosas, intranucleares e intracitoplasmáticas, en las miofibras,
aunque el dato más específico es la demostración ultraestructural de filamentos de 15-21 mm de diámetro. Estos cuerpos de inclusión contienen proteínas e
indicadores de estrés oxidativo de composición similar a la del material neurofibrilar encontrado en la enfermedad de Alzheimer, lo cual ha llevado a pensar
que la miopatía por cuerpos de inclusión es una enfermedad degenerativa y que la inflamación es un fenómeno secundario al daño muscular. Además, en
estos cuerpos se han encontrado proteínas de priones, razón por la que algunos autores han sugerido
que los priones podrían ser importantes en la patogenia de esta enfermedad. Recientemente se han
descrito formas hereditarias similares a las formas esporádicas. Los pacientes con miopatía por cuerpos
de inclusión responden mal al tratamiento corticoideo e inmunosupresor, excepto los que presentan un
infiltrado inflamatorio evidente en la biopsia muscular, cifras de CPK mayores a 1.000 U/ l o datos de
autoinmunidad 1 4 ,1 5 . La MII que aparece asociada a
neoplasias presenta también particularidades. La frecuencia de malignidad asociada a miositis parece estar alrededor de un 10%-15% de los casos y es más
frecuente y, según algunos estudios, exclusiva, la aso-
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ciación con DM. La miositis suele preceder a la aparición de la neoplasia en el 50% de los casos y el tiempo medio entre ambos diagnósticos es de un año. Los
tipos de neoplasia descritos en MII ocurren en la misma proporción que los de la población general, excepto el cáncer de ovario, que parece más frecuente. La
MII asociada a neoplasia afecta fundamentalmente a
pacientes mayores de 40 años de ambos sexos. Los
pacientes con ulceraciones digitales, elevación discreta
de la CPK, severa afectación esofágica y resistencia a
terapia, tienen mayor riesgo de presentar una neoplasia asociada. En estos pacientes, en aquellos que presentan alteraciones clínicas o analíticas no explicadas
por la miopatía y en los que tienen factores de riesgo
clásicos para cáncer, se debe hacer una búsqueda de
posible tumor asociado. En mujeres se debe excluir el
carcinoma de ovario mediante examen pélvico, CA 125
y ecografía pélvica. El tratamiento de la neoplasia
puede conducir a la regresión de la MII y la recurrencia de la miositis o de las lesiones dérmicas pueden
predecir la recurrencia del cáncer 16 . Las dermatomiositis sin miositis o DM amiopáticas son las DM que no
presentan manifestaciones musculares y que tienen cifras normales de enzimas musculares, aunque algunas
tienen evidencia histológica de afectación muscular.
Suponen alrededor de un 5 %-1 0 % de los casos de
MII. Parecen asociarse a neoplasia más frecuentemente 17 . Los niños pueden presentar las mismas formas
clínicas y serológicas que los adultos, aunque la forma
más frecuente es una DM con vasculitis y calcificaciones. En las MII asociadas a otras enfermedades del tejido conectivo aparecen datos de otras enfermedades
del tejido conectivo y anticuerpos no específicos de
miositis. Las otras MII son muy raras 1,18,19 . Las MII han
de diferenciarse también de otras miopatías, cuyas
principales características se incluyen en la tabla 7. En
algunos casos la determinación enzimática o la detección del defecto genético diagnostica la enfermedad 20-24 .
Actitude s te rapé uticas . Po s o lo gía.
Crite rio s de re s pue s ta clínica
Los principales fármacos empleados en el tratamiento de las MII son los corticoides y los inmunosupresores. Un algoritmo para su utilización puede ser el prop ue sto e n la figura 2 , p e ro n o e xiste n h a sta e l
momento pautas de tratamiento definidas por las sociedades especializadas. Los corticoides suponen el
tratamiento básico en todo paciente con MII. Se debe
utilizar una dosis inicial de prednisona o equivante de
1-2 mg/ kg/ día hasta lograr una mejoría clínica sustancial y una reducción de las cifras de CPK hacia la
normalidad. Inicialmente puede ser preciso dividir
la dosis en varias tomas para conseguir el efecto deseado. Una pauta recomendada es mantener las dosis altas iniciales durante al menos un mes y hasta que la
TABLA 7
Caracte rís ticas de o tras m io patías
Miopatías: distrofias
Se caracterizan por defectos genéticos en los genes que codifican proteínas estructurales. Suele haber
historia familiar. Suelen comenzar en la infancia. Hipertrofia/ atrofia muscular, afectación distal
o proximal, afectación facial. Puede haber miotonías. Cifras muy elevadas de CPK. Biopsia característica
con fibras hipertróficas, divididas y de distinto tamaño
Miopatías congénitas
Se caracterizan por presentar lesiones anatomopatológicas específicas que definen los distintos tipos.
Puede haber historia familiar. Comienzo en infancia. Progresión muy lenta Puede haber alteraciones
esqueléticas, cardíacas, oculares. Cifras CPK no muy altas. Biopsia específica de cada tipo (nemalínica,
del core central, centronuclear, con fibras desproporcionadas, cuerpos reductores, etc.)
Miopatías mitocondriales
Se caracterizan por presencia de defectos metabólicos en enzimas de la cadena respiratoria y la fosforilación
(metabólicas)
oxidativa. Puede haber historia familiar. Suele comenzar en infancia/ juventud. Oftalmoplegia, afectación
otros sistemas. Intolerancia al ejercicio. Puede haber mioglobinuria. Biopsia característica con fibras
rojo-rasgadas y acúmulos de material oxidativo
Miopatías metabólicas:
Se caracterizan por presentar defectos enzimáticos en la vía del glucógeno. Puede haber historia familiar.
glucogenosis
Suele comenzar en infancia/ juventud. Intolerancia ejercicio con debilidad y calambres tras ejercicio.
Evolución lenta. Puede haber mioglobinuria. La prueba del ejercicio en isquemia es patológica.
La biopsia muscular evidencia acúmulos de glucógeno PAS positivos
Miopatías metabólicas:
Se deben a defectos del metabolismo lipídico, como los defectos de carnitina, carnitinpalmitoil transferasa
alteraciones del metabolismo
y de la betaoxidación. Puede haber historia familiar. Suele comenzar en infancia y juventud.
lipídico
A veces episodios de dolor muscular con rabdomiólisis y mioglobinuria desencadenados por actividad
física, infección, estrés. La biopsia muestra depósitos lipídicos sudán-rojo positivos
Miopatías metabólicas:
El defecto principal es el déficit de mioadenilato deaminasa. Puede haber historia familiar. Suele comenzar
defecto de las purinas
infancia/ juventud. Síntomas leves y calambres. CPK casi normal. La prueba del ejercicio en isquemia
es patológica
Miopatías endocrinas
Aparecen en el hipertiroidismo, hipotiroidismo, Cushing, Addison, acromegalia. Hay datos clínicos analíticos
y hormonales de la enfermedad endocrina
Miopatías metabólicas
Pueden presentar síntomas como dolor abdominal, diarrea, calambres y disminución del nivel de conciencia.
secundarias/ electrolítica
Detección analítica de la alteración electrolítica
Miopatías por tóxicos y
Sospecha de ingesta de tóxicos o fármacos
fármacos
Miopatías infecciosas
Causadas por virus, bacterias piógenas y otros gérmenes como Trichinella spiralis o Borrelia burgdorferi.
Pueden presentar fiebre o eosinofilia. Ingesta previa de alimentos sin control sanitario. Viajes tropicales.
Síntomas de infección focal.
Sarcoidosis
Eritema nodoso, artritis, adenopatías. Biopsia con granulomas no caseificantes característicos
CPK: creatinfosfocinasa; PAS: ácido periódico de Schiff.
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Diagnóstico preciso de miopatía inflamatoria idiopática (biopsia)
Corticoides vía oral
Considerar bolos intravenosos de metilprednisolona si existe afectación severa muscular,
pulmonar, cardíaca o disfagia importante
¿Añadir inmunosupresores (metotrexate
o azatioprina) desde el principio
en todos los casos?
Añadir inmunosupresores desde el prinicipio
si hay datos de mal pronóstico (enfermedad
severa, retraso en el tratamiento, anticuerpos
antipartícula de señal)
En dermatomiositis, añadir antipalúdicos
si hay afectación cutánea severa
Respuesta*
No respuesta
1 . Reconsiderar diagnóstico
2 . Añadir metotrexate o azatioprina si no se ha hecho antes
No respuesta
Disminuir corticoides
Añadir azatioprina o metotrexate para combinar ambas
No respuesta
Cambiar o añadir ciclofosfamida intravenosa o ciclosporina
No respuesta
Control/ remisión
Cambiar o añadir ciclofosfamida intravenosa o ciclosporina
No respuesta
Gammaglobulina intravenosa
No respuesta
Combinar varios tratamientos de los anteriores. Excepcionalmente clorambucil o plasmaféresis
Fig. 2. A lgoritm o propuesto para el tratam iento de las m iopatías inflam atorias idiopáticas. * Criterios de respuesta: m ejoría clínica
de la fuerza m uscular según escala m anual y funcional, y descenso de las cifras de CPK hacia la norm alidad junto con otros datos
en algunos casos, com o m ejoría de la deglución, de las pruebas de función respiratoria y de la difusión, si están alterados.
CPK baje a cifras normales. Después, reducir la dosis
un 2 5 % al mes hasta una dosis diaria de mantenimiento de 5 -1 0 mg/ día. En los casos muy severos
(gran disfagia, afectación miocárdica, alveolitis) se
pueden administrar bolos intravenosos de 1 g de metilprednisolona durante tres días, seguidos de corticoides
506
por vía oral 25,27,28 . Los corticoides siguen siendo el tratamiento de elección inicial en las MII reservándose el
empleo de inmunosupresores para los casos de enfermedad severa, resistente a corticoides o que presentan graves efectos adversos producidos por ellos. No
obstante, los inmunosupresores cada vez se utilizan
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de forma más precoz, incluso desde el inicio del tratamiento, especialmente si hay afectación orgánica severa o retraso en el tratamiento. El metotrexate oral y
la azatioprina son los principales inmunosupresores
utilizados en el tratamiento de las MII. Se usan a dosis
de 7,5-25 mg/ semana y 2-3 mg/ kg/ día, respectivamente hasta la remisión y se mantienen después a la
mínima dosis eficaz. El metotrexate puede ser superior en varones y pacientes con síndrome anti-sintetasa. La combinación de ambos inmunosupresores puede ser útil en algunos enfermos. En MII resistentes a
las anteriores terapias se han utilizado otros fármacos. La ciclofosfamida intravenosa, en pauta similar a
la usada para nefropatía lúpica (0,5-1 g/ m 2 de superficie, administrados de forma intravenosa mensualmente durante 6 meses), puede ser especialmente útil en
pacientes con enfermedad pulmonar intersticial. La
gammaglobulina intravenosa (0,4 g/ kg/ día durante
5 días o 1 g/ kg/ día durante dos días, administrados de
forma intravenosa mensualmente) se ha usado sobre
todo en pacientes con DM o muy afectados. La ciclosporina (dosis 2 -3 ,5 mg/ kg/ día, vía oral), el clorambucil (2-6 mg/ día, vía oral) y la plasmaféresis asociada a inmunosupresores o gammaglobulina pueden
ser beneficiosos en algunos pacientes. Las lesiones
cutáneas pueden mejorar con el uso de cloroquina
(250-500 mg/ día, vía oral), hidroxicloroquina (2004 0 0 mg/ día, vía oral), corticoides tópicos y cremas
protectoras solares 25,26-28 .
Las medidas de rehabilitación son esenciales para los
pacientes con MII. Durante la fase de actividad la realización progresiva de ejercicios pasivos e isométricos
de forma gradual, según va mejorando el paciente,
mantiene la movilidad y p reviene contracturas. Si
existe dificultad para la deglución, es necesaria la colocación de una sonda nasogástrica para alimentación enteral, levantar el cabecero de la cama y evitar
la ingestión de alimentos antes de acostarse. Durante
las fases de remisión, la realización habitual de ejercicios isotónicos y contra resistencia mejora el tono y
la fuerza muscular 29 .
La respuesta al tratamiento y la evolución de la enfermedad deben evaluarse mediante la valoración seriada de la función muscular y las determinaciones
enzimáticas. La fuerza muscular se puede evaluar de
forma manual. En la escala de 5 grados, 5 supone
fuerza normal, 4 supone movilidad contra resistencia, 3 movilidad contra gravedad, 2 movilidad pero
no contra gravedad, 1 señal o indicio de contracción
muscular y 0 no contracción. La valoración funcional
de las actividades diarias es también una forma útil
de evaluar la enfermedad. Una escala funcional puede
incluir distintas actividades como levantarse, andar
o subir escaleras, y valorar si el paciente las hace
normalmente, sin dificultad, con dificultad, si necesita
ayuda para esa actividad o si es incapaz de hacerlo 2 5 ,3 0 .
Algunos pacientes con DM tienen una enfermedad
de corta duración seguida de remisión total. En la
mayoría de los pacientes, la enfermedad presenta
múltiples recurrencias y remisiones, o la actividad
p ersiste continuamente, necesitando tratamiento
mantenido. La evolución funcional es mejor en los
pacientes con miopatías asociadas a otras enfermedades del tejido conectivo y DM, y peor en las miopatías por cuerpos de inclusión y en las PM con anti-PRS.
Respecto al pronóstico vital, actualmente la supervivencia a los 5 años del diagnóstico de MII (excluidos
aquellos casos asociados a neoplasia) es del 90%. La
supervivencia es peor en las DM (8 0 %) que en las
miositis asociadas a otras enfermedades del tejido conectivo (8 5 %) y en las MCI (9 5 %). En las miositis
asociadas a neoplasia la supervivencia es del 5 5 %
por la mortalidad debida al tumor. La supervivencia
es menor en los pacientes mayores de 65 años. En
cuanto a los grupos serológicos, la supervivencia es
peor en los que presentan anti-PRS (25%-30%) que
en el grupo con anticuerpos anti-sintetasa (65%), los
pacientes con anti-PM/ Scl7 0 (9 5 %) y los pacientes
con anti Mi2 (95%) 3 .
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