1. Hoteles. 2. Museos.

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1. Hoteles.
Son el escenario ideal para aquéllas noches mágicas. Hospédense en el hotel Fairmont Chateau Frontenac y siéntanse
como de la realeza con su hermosa arquitectura y servicio de calidad, el hotel Hilton con una de las vistas más
privilegiadas de la ciudad, o casas acogedoras convertidas en hoteles, cualquiera sea el caso, será una estancia que
quedará en sus memorias.
Museo de las Bellas Artes
2. Museos.
Llega un momento en toda luna de miel en que hay que salir de la habitación – por más difícil que sea-, y para no pasar
frío, lo mejor es refugiarse en sus increíbles museos. Descubran el mundo del arte en el Museo de las Bellas Artes,
conozcan un poco más de su rico pasado en el de la Francofonía en América, disfruten de un rico chocolate y su proceso
de elaboración en el Museo del Chocolate, o admiren el esplendor de la ciudad y del Río Saint Lawrence desde el
Observatorio de la Capital. Una diversidad de espacios para alimentar la mente.
Restaurante Aubergue Baker, Quebec
3. Restaurantes.
Además de su arquitectura, el encanto europeo también se refleja en su gastronomía. Restaurantes como Conti Caffe
con una sutil elegancia y platillos italianos que complacerán hasta al más exigente paladar; quedarán encantados con el
ambiente romántico de Aubergue Baker y sus ricos platillos franceses. En busca de algo más contemporáneo, visiten
Chez Boulay- Bistro Boreal, un restaurante que tiene por inspiración, la cocina nórdica para el placer de todos los
sentidos.
4. Calles de gran tradición.
Calle Petit Champlain
Una ciudad construida para recorrerla a pie sin importar si es de día o de noche. Camina por Petit Champlain, una de las
calles más románticas de la ciudad rodeada de edificios históricos, calles empedradas y tiendas típicas de la región;
paseen por la calle Grand Alle y dense tiempo para entrar a uno de sus cafés o bares y ver la vida pasar por sus
ventanales. O simplemente diríjanse hacia el ocaso en la Terraza Dufferin, la cual va a lo largo del Rio St. Lawrence.
Recorrer sus calles es la mejor manera de descubrir su esencia y la calidez de su gente.
5. Parques.
Parc de la Chute-Montmorency
La ciudad de Quebec presume de tener amplios espacios verdes, así que no pierdan la oportunidad de llenar sus
pulmones de aire fresco en el parque Plains of Abraham. Lugar ideal para todo tipo de actividades, desde caminar, andar
en bicicleta (aquí la renta de bicis es gratis), o simplemente para pasar una tarde de picnic.
Ya que si de tardes románticas hablamos, no hay nada como recorrer, tomados de la mano, Parc de la ChuteMontmorency, aquí el personaje principal es su impresionante cascada, la cual podrás admirar desde un puente colgante
que se encuentra justo encima de ella.
6. Recorrido por su Isla Orleans.
A unos pocos kilómetros a las afueras de Quebec, se encuentra este
lindo pueblo rodeado de granjas, iglesias y casas centenarias. Aquí no se podrán resistir a probar las famosas fresas y
manzanas que se cultivan en la isla, que decir de una rica cata de sidra de hielo, vino y licor de cassis, delicias que
descubrirás solamente en esta isla.
7. Vida nocturna.
Pistas de baile, terrazas románticas y tradicionales bares los esperan
a lo largo de sus calles principales para vivir una noche que jamás recordarán. Sin embargo, una salida no puede estar
completa sin haber visitado el prestigioso Salón- Bar Maurice, con un excelente ambiente para vivir noches de locura y
pasión.
8. Paseo a bordo de un carruaje por el viejo Quebec.
No hay mejor escenario que éste para ir a bordo de un carruaje, quedarán maravillados con su arquitectura histórica y su
atmósfera que le dan ese encanto europeo, una experiencia que los hará sentir en un cuento de hadas.
9. Edificios históricos.
Muralla
Si hay algo que demuestra la riqueza de su pasado, son sus edificios que han sido testigos de los eventos más
importantes de la ciudad. Recorran su kilométrica muralla y conozcan un poco más acerca de esta fortaleza utilizada en
los regímenes franceses; un imperdible más es el Parlamento, impresionante por su hermosa arquitectura estilo imperial.
Mención aparte lo merece el Seminario de Quebec y el Ayuntamiento, un deleite para aquéllos amantes de la historia.
10. Iglesias.
Santuario de Santa Ana
Sean creyentes o no, sus templos los sorprenderán por su impresionante arquitectura y diseño. Una visita a la iglesia de
Notre Dame des Victories, la más antigua de Norteamérica; el santuario de Santa Ana, un bellísimo monumento de culto
que atrae a millones de peregrinos al año, y la Catedral de la Santísima Trinidad son un obligado para descubrir la
grandeza que ha logrado plasmar el hombre en hermosas construcciones, esculturas y pinturas.
Razones sobran para visitar la ciudad de Quebec, pero la más importante, es la calidez de su gente, ya sea en inglés o
francés, siempre harán lo posible por hacerlos sentir en casa para disfrutar su amor.
Por: Laura Rangel
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